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Información personal
Nombre de
Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi
nacimiento
Nacionalidad Italiana
Educación
Información profesional
Área Pintura
La reputación póstuma del artista disminuyó notablemente en los siglos siguientes, pero
fue recuperada a finales del siglo XIX; desde entonces, su obra se ha considerado
exponente máximo de la gracia lineal de la pintura del primer Renacimiento. El nacimiento
de Venus y La primavera son, actualmente, dos de las obras maestras florentinas más
conocidas. Se expusieron por primera vez en la galería de los Uffizi, Florencia, en 1815.
Biografía y obra[editar]
Juventud[editar]
Nació en Florencia, en un barrio de trabajadores en el arrabal de Solferino. A esta misma
parroquia de Solferino o Todos los Santos pertenecieron los Vespucci, aliados de los
Médicis, y de quienes recibiría encargos.
Fue el menor de los cuatro hijos del matrimonio formado por Mariano di Vanni di Amedeo
Filipepi, de oficio curtidor, y su esposa Smeralda. Cuando nació, su hermano mayor
Giovanni tenía 25 años, y se cree que lo adoptó y lo educó. Giovanni tenía el apodo
de Botticello, sin que se sepa si recibió el apodo por su gordura o por gran bebedor; otras
fuentes indican que era su hermano Antonio el que tenía este mote. De él deriva el apodo
de Botticelli. En 1458, adquirieron una villa de campo en Careggi, puesto que el negocio de
su padre prosperaba. Allí precisamente se instauró la Academia Platónica Florentina.
Botticelli recibiría de esta posteriores influencias.
La familia entró en contacto con Giovanni di Paolo, para quien Leon Battista Alberti diseñó
el palacio Rucellai, el Santo Sepulcro en la capilla Rucellai y la fachada de la iglesia de
Santa María Novella. Debido a la importancia de Alberti, Sandro leyó su tratado De
Pictura (1436) detalladamente. En muchos casos, siguió sus recomendaciones.3 No se
convirtió en aprendiz hasta alcanzar los catorce años de edad, lo que indicaría que recibió
una educación más completa que otros artistas del Renacimiento. Según Vasari, fue
primero aprendiz de orfebre con su hermano Antonio4 en 1458. Accediendo a los deseos
del niño, el padre lo mandó al taller de Fray Filippo Lippi, en Prato (de 1464 a 1467). De
este pintor recibió Botticelli sus mayores influencias: la síntesis entre el nuevo control de
formas tridimensionales, la delicadeza expresiva en los rostros y los gestos, los detalles
decorativos (herencia del estilo del gótico tardío) y un estilo íntimo. Muchas de las primeras
obras de Botticelli se han atribuido a su maestro, y aún hoy la autoría sigue siendo incierta.
Curiosamente, años después, Botticelli acabó siendo maestro, y teniendo en su taller al
hijo de Filippo, Filippino Lippi.
Primeras obras[editar]
Recibió en 1470 un importante encargo: La fortaleza. Una de las pinturas sobre Virtudes
para la Sala del Tribunal de los Mercaderes, para la serie de las Virtudes ejecutadas
por Piero Pollaiuolo. Esto indica que para entonces, con unos 30 años de edad, ya debía
haber ejecutado obras destacadas. Ese mismo año recibió el encargo de pintar dos
pequeñas obras, Historias de Judit. Esta historia fue una de las más empleadas durante el
quattrocento. Giovanni Boccaccio la incluye en su Historia de las mujeres famosas.
En 1472 entró a formar parte de la Compañía de San Lucas, gremio de pintores. En los
años siguientes Botticelli se hizo muy famoso, hasta el punto de ser llamado a Pisa para
pintar un fresco en su catedral, hoy perdido.
Hacia 1474 realizó el San Sebastián, para decorar una columna de la iglesia florentina de
Santa María la Mayor.
Obras de madurez[editar]
En 1478 tuvo lugar la conjura de los Pazzi, en la que murió asesinado el hermano
de Lorenzo el Magnífico, Juliano de Médici. Sandro pintó al fresco sobre la Puerta de la
Aduana los retratos de los conjurados Jacopo, Francesco y Renato de Pazzi y del
arzobispo Salviati, ahorcados, fueron borrados en 1494. De esta época datan varios
retratos conmemorativos del fallecido Juliano de Médici. Debido a la cercana relación de
Lorenzo y Botticelli, este le encargó dos obras de tipo político. Realizó Palas y el
Centauro para conmemorar el triunfo de la facción Médici sobre la facción Pazzi. Esta
pintura es mencionada por Vasari en su vida de Botticelli. Después de estas pinturas
políticas Botticelli pasó a Roma para decorar la capilla Sixtina, entonces recién construida.
En 1481, el papa Sixto IV llamó a toda una serie de artistas
prominentes florentinos y umbríos, entre ellos a Botticelli, para que pintasen frescos en las
paredes de la capilla Sixtina.
Los cuatro paneles de La historia de Nastagio degli Onesti (1483) fueron un encargo
de Lorenzo el Magnífico. Estos eran un regalo de boda de Lorenzo para Giannozzo Pucci,
con ocasión de su matrimonio con Lucrezia Bini. Narraban la leyenda extraída
del Decamerón de Giovanni Boccaccio.
Entre 1478 y 1486, realiza Los frescos de la Villa Lemmi. Fueron descubiertos en 1873.
Recoge ideas neoplatónicas de Ficino sobre el Amor. A mediados de los años
1480 Botticelli trabajó en un gran ciclo de frescos con Perugino, Ghirlandaio y Filippino
Lippi para la villa de Lorenzo el Magnífico cerca de Volterra; además, pintó muchos frescos
en iglesias florentinas.
Las últimas obras que hasta ahora se conocen de Botticelli son Historias de
Lucrecia, Historias de Virginia y Vida de San Cenobio (1500-1504). Las dos primeras
estaban, según Giorgio Vasari, destinadas al palacio de Giovanni Vespucci.
Últimos años[editar]
La lápida en la iglesia de Ognissanti, donde figura con su
verdadero apellido: Filipepi.
Se dice que cayó en la pobreza, y que habría muerto de hambre si no hubiera sido por la
diligente ayuda de sus antiguos patrones. Lo cierto es que seguía produciendo obras, si
bien en un tono más dramático y con una consciente regresión estilística hacia modelos
antiguos, como puede verse en la serie sobre la Vida de san Cenobio y la Natividad
mística (1501), consideradas sus últimas obras.
Botticelli creó el tipo florentino de mujer. Pero no se conoce amor concreto de Botticelli, ni
alusión a excesos sentimentales; tenía «horror al matrimonio».6 No se casó nunca. Sí
parece haber tenido una estrecha relación con Simonetta Vespucci, quien aparece
retratada en varias de sus obras y parece que sirvió de inspiración para muchas de las
figuras femeninas de los cuadros del artista.
Vasari dice que fue un activo piagnone (‘llorón’; así eran llamados aquellos que se habían
entregado en cuerpo y alma al movimiento purificador de Girolamo Savonarola); sin
embargo, pese a lo que dice Vasari, pudo permanecer en Florencia y no le fue confiscado
ninguno de sus bienes tras la caída del líder religioso.
En 1502 fue anónimamente denunciado de sodomía con uno de sus ayudantes, pero los
cargos fueron más tarde desestimados. En 1502-1505 apareció como miembro del comité,
con Lorenzo di Credi, que iba a decidir la ubicación del David de Miguel Ángel.
Obras maestras[editar]
Unos de sus cuadros más famosos es El nacimiento de Venus, (1484) de tema mitológico,
que forma parte de la misma serie realizada para los Médici, junto con La
primavera y Palas y el Centauro. En esta obra, Botticelli consigue poner fin al problema de
cómo distribuir las figuras. Este problema se debe al concepto de hacer del cuadro un
espejo de la realidad. Botticelli lo resuelve tomándose libertades con la Naturaleza, para
dotar de belleza y armonía a la obra. Esto se aprecia en el tamaño antinatural del cuello
de Venus, en la pronunciada caída de sus hombros y en el extraño modo en que cuelga su
brazo izquierdo.7 Así pues, el arte de Botticelli alcanza la plenitud con El nacimiento de
Venus.
La primavera y El nacimiento de Venus dieron a Botticelli prestigio como artista. Pero las
obras más rentables fueron sus madonas. Obtuvo grandes riquezas gracias a su obra.
Religión[editar]
A finales del siglo XV, el ambiente florentino cambió. Savonarola es la mejor personificación
de este cambio en el ambiente de la época. Este predicador, que en una estancia anterior
no había hecho mella en los florentinos, regresó a la ciudad en 1490, y esta vez sus
tremendas predicaciones sobre el Juicio Final tuvieron éxito debido a una serie de
circunstancias, como la pérdida de poder que sufrieron los Médicis debido a las guerras
franco-italianas, la expansión de la sífilis, llamado «mal francés», y el ambiente
de milenarismo conforme se aproximaba el año 1500. Savonarola, partiendo de Florencia
como Nueva Jerusalén, propugnaba lograr una humanidad sin pecado, que influyó en los
pintores florentinos. Debido a sus ataques contra el paganismo, desapareció
prácticamente el tema mitológico.
En 1492 murió Lorenzo de Médici el Magnífico. El rey Carlos VIII de Francia invadió
Florencia en 1494, expulsando a Pedro de Médici. Savonarola se hizo el líder de la ciudad,
estableciendo una República que abominaba de todo aquello que representaban
los Médicis como los objetos de lujo y los cuadros pintados por Botticelli. Sandro era
intensamente religioso. En estos últimos años de su vida su producción se caracteriza por
la «inquietud». Giorgio Vasari afirma que Botticelli fue un piagnone ('llorón' o 'lloraduelos'),
nombre con el que se designaba a los seguidores de Savonarola, y que por ello abandonó
la pintura como vanidad terrenal. Hoy en día esta afirmación se pone muy en duda,
considerando que no fue un verdadero seguidor de Savonarola, a diferencia de su
hermano Simone, con quien vivía el pintor. Lo que sí puede afirmarse es que en las
últimas obras de Botticelli se siente la influencia del clima de crisis política y religiosa.
Reconocimiento posterior[editar]
Se convirtió en el máximo intérprete del neoplatonismo de la época, con su fusión de
temas cristianos y paganos y su elevación del esteticismo como un elemento trascendental
en el arte. Para dar forma a esta nueva visión del mundo, Botticelli opta por la gracia; esto
es, la elegancia intelectual y exquisita representación de los sentimientos. En estas obras
la influencia del realismo gótico está atemperada por el estudio que Botticelli hace de la
Antigüedad. Pero aunque pueda comprenderse desde el punto de vista pictórico, los temas
en sí siguen siendo fascinantes por su ambigüedad. Los complejos significados de estas
pinturas siguen recibiendo atención de los eruditos, centrándose principalmente en la
poesía y la filosofía de los humanistas contemporáneos del artista. Las obras no ilustran un
texto en particular; más bien, cada una de ellas se basa en varios textos para su
significado. Sobre su belleza, caracterizada por Vasari como ejemplificadora de la «gracia»
y por John Ruskin como poseedora de ritmo lineal, no puede haber dudas. Ruskin (1890)
considera que Botticelli es un claro exponente del romanticismo cristiano.
Es mencionado por Ugolino Verino (1503) en dos de sus poemas que tratan sobre los
florentinos más ilustres. Aparte de Botticelli, también son mencionados Leonardo da
Vinci, Filippino Lippi, Giotto y Antonio Pollaiuolo.
Fue olvidado durante tres siglos, o recordado como un artista de segunda categoría, por lo
que apenas tuvo influencia. Sin embargo, a mediados del siglo XIX, los
llamados prerrafaelitas reconocieron su obra. Comenzó a obtener gran aceptación y fue
reconocido como artista excepcional; inferior a Leonardo en profundidad de sentimiento,
pero no en intensidad de expresión. Algunos críticos del siglo XIX sintieron también gran
admiración por el redescubierto Botticelli, como Walter Pater, que afirma que Botticelli
«sobrepasó los límites de su generación al pintar como un visionario», Edward Burne-
Jones o Bernard Berenson, entre otros.