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Universidad del Salvador

Facultad de Psicología y Psicopedagogía

DESARROLLO III

CATEDRA: AGUILAR

ALUMNO: ALDERETE ALEXIS

AÑO: 3º
INDICE

BREVE INFORME SOBRE EL PSICOANALISIS 2

PERDIDA DE REALIDAD EN PSICOSIS Y NEUROSIS 5

DEPENDENCIA A LA INDEPENDENCIA EN EL DESARROLLO DEL


INDIVIDUO 6

EL CONCEPTO DE INDIVIDUO SANO 8

VIVIR CREATIVAMENTE 13

¿NECESITA EL PSICOANALISIS UNA PSICOLOGÍA DEL SÍ MISMO? 14

EL COMPLEJO DE EDIPO Y LA PSICOLOGÍA DEL SÍ MISMO 17

LA MUERTE Y LA CRISIS DE LA MITAD DE LA VIDA 20

LA TRANSITORIEDAD 26

INFANCIA Y SOCIEDAD 26

VIEJISMO. LOS PREJUICIOS CONTRA LA VEJEZ 28

LA SEXUALIDAD EN LA VEJEZ 31

INTRODUCCIÓN A LA PSICOPATOLOGÍA Y PSIQUIATRÍA 35

PSICOLOGÍA NORMAL DE LA VEJEZ 37

WINNICOTT Y KOHUT 40

DUELO Y MELANCOLIA53
Alderete
Alexis
Breve informe sobre el psicoanálisis
Autor: Sigmund Freud (1924)
Esquema del psicoanálisis
I
El psicoanálisis ha nacido, con el siglo veinte; se presentó ante el mundo como algo nuevo, mi obra “La
interpretación de los sueños”. Iniciar su historia describiendo las influencias que fueron decisivas para
su génesis, y tampoco olvidar los estados que precedieron su creación.
En su origen conoció una sola meta: Comprender algo acerca de la naturaleza de las enfermedades
nerviosas llamadas “Funcionales”. Los neurólogos de esa época habían sido educados en el respeto por los
hechos físico-químicos y anátomo-patológicos. Respecto del factor psíquico no atinaban a hacer nada, no
podían aprehenderlo, lo abandonaban a los filósofos, místicos y… curanderos.
El giro decisivo sobrevino cuando en la década de 1880 los fenómenos del hipnotismo solicitaron otra vez
su ingreso en la ciencia médica. Era preciso extraer del hipnotismo dos doctrinas fundamentales e
inolvidables:
1) Se legó al convencimiento de que aun alteraciones corporales llamativas podían ser el resultado de
influjos puramente anímicos, activos por el experimentador mismo.
2) A raíz de la conducta de los sujetos tras la hipnosis, se tuvo la impresión más nítida de la
existencia de procesos anímicos a los que no se podía dar otro nombre que el de “inconsciente”. Es
verdad que “lo inconsciente” desde hacía mucho tiempo por los filósofos como concepto teórico.
La hipnosis resultó ser también una valiosa ayuda para el estudio de las neurosis, y en primer término de
la histeria. Gran impresión causaron los experimentos de Charcot, quien había conjeturado que ciertas
parálisis, sobrevenidas tras un trauma (accidente), eran de naturaleza histérica, y mediante la sugestión de
un trauma en estado de hipnosis pudo provocar artificialmente parálisis de esos mismos caracteres.
Su discípulo Pierre Janet retomó esos estudios y con ayuda de la hipnosis pudo demostrar que las
exteriorizaciones patológicas de la histeria mantenían una estable dependencia respecto de ciertos
pensamientos inconscientes. Janet caracterizó la histeria mediante el supuesto de una incapacidad
constitucional para preservar la coherencia de los procesos anímicos, lo cual producía una fragmentación
(disociación) de la vida anímica.
El psicoanálisis en modo alguno partió de estas investigaciones de Janet. Para él fue decisiva la
experiencia de un médico de Viena, el doctor Josef Breuer. Pudo estudiar y curar con ayuda de la hipnosis
a una muchacha de notables dotes, afectada de histeria. La muchacha había enfermado mientras cuidaba a
su padre tiernamente amado. Breuer pudo demostrar que todos sus síntomas se referían al cuidado del
padre enfermo, y hallaban esclarecimiento a través de él. Un carácter universal de los síntomas era su
génesis en situaciones que contenían un impulso a una acción que no se había ejecutado, sino
sofocado a consecuencia de otros motivos. En lugar de estas acciones interceptadas, habían emergido los
síntomas. Así, respecto de la etiología de los síntomas histéricos nos vimos remitidos a:
 La vida de los sentimientos (la afectividad).
 Al juego de las fuerzas anímicas (el dinamismo).
Todas las mociones anímicas anudadas a ellas, se habían perdido para el recuerdo de la enferma como si
nunca hubieran ocurrido, mientras que sus efectos, los síntomas, perduraban inmutables como si el paso
del tiempo no los desgastase. Por tanto, se tenía aquí una nueva prueba de la existencia de procesos
anímicos inconscientes, pero por ello mismo particularmente poderosos. La terapia practicada por Breuer
consistía en mover a la enferma, en estado de hipnosis, a recordar los traumas olvidados y reaccionar

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Alexis
frente a ellos con potentes exteriorizaciones de afecto. Desaparecía el síntoma que hasta entonces había
remplazado a una exteriorización de sentimientos de esa índole. Servía simultáneamente para la
exploración y para la eliminación del padecimiento.
Breuer y Freud, resolvieron dar a luz una publicación que contuviera sus experiencias y el intento de una
teoría fundada en ellas “Estudios sobre la histeria (1895)”. El síntoma histérico se generaba cuando el
afecto de un proceso anímico de intensa investidura afectiva era esforzado afuera del procesamiento
consciente normal y, así empujado por una vía falsa. En el caso de la histeria, se traspasaba a
inervaciones corporales insólitas (conversión), pero, mediante el refrescamiento de la vivencia en la
hipnosis, podía ser guiado de otro modo y tramitado (abreacción). Los autores daban a su procedimiento el
nombre de “catarsis” (purificación, liberación del afecto estrangulado).
El método catártico es el precursor inmediato del psicoanálisis, y pese a todas las ampliaciones de la
experiencia y las modificaciones de la teoría, sigue contenido en él como su núcleo.
II
Poco después de publicados los “Estudios sobre la histeria”, se rompió la comunidad de trabajo de Breuer
y Freud. Las innovaciones técnicas que introdujo y los descubrimientos que hizo transformaron el
procedimiento. El paso decisivo fue, su decisión de renunciar a la hipnosis como recurso técnico. Lo
hizo por dos motivos,
1) Porque a pesar de haber seguido un curso de instrucción con Bernheim, en Nancy, no lograba
poner en estado de hipnosis a un número suficientemente grande pacientes.
2) Porque estaba insatisfecho con los resultados terapéuticos de la catarsis, fundada en la hipnosis.
La hipnosis había prestado el servicio de aportar al recuerdo consciente del enfermo lo olvidado por él.
Freud dio entonces en remplazarla por el método de la asociación libre: comprometía a los enfermos a
renunciar a toda reflexión consciente y entregarse, en calma concentración, a perseguir sus ocurrencias
espontáneas (involuntarias) a “tantear la superficie de su conciencia”. Debían comunicar al médico estas
ocurrencias aunque tuvieran objeciones contra ellas, por ejemplo, que el pensamiento era demasiado
desagradable o carente de importancia. La llamada “asociación libre” en realidad demostraría ser no libre,
pues tras la sofocación de todos los propósitos de pensamiento consciente saldría a la luz una
determinación de las ocurrencias por parte del material inconsciente.
Bajo el requisito de obediencia a la “regla analítica fundamental”, se conseguía, persiguiendo las
asociaciones libres, un rico material de ocurrencias que podía poner sobre la pista de lo olvidado por el
enfermo. Es cierto que este material no aportaba lo olvidado mismo, pero sí indicaciones tan ricas y claras
que el médico podía colegirlo (reconstruirlo) desde ellas mediante ciertos completamientos e
interpretaciones.
La apreciación de los fenómenos de la resistencia permitió obtener uno de los pilares de la doctrina
psicoanalítica de las neurosis: La Teoría de la Represión. Las mismas fuerzas que en presente se oponían
al intento de hacer consciente el material patógeno habían exteriorizado con éxito ese mismo empeño en
su momento. Sólo a consecuencia de esta represión devinieron patógenos, es decir, se procuraron
expresión en calidad de síntomas, por caminos inhabituales.
La represión partía regularmente de la personalidad consciente (el yo) del enfermo, e invocaba motivos
éticos y estéticos; afectaba a mociones egoístas y crueles que en general podían resumirse bajo el nombre
de mociones malas, pero, sobre todo, a mociones sexuales de deseo, a menudo de las más flagrantes y
prohibidas. Los síntomas patológicos eran, entonces, un sustituto de satisfacciones prohibidas, y la
enfermedad parecía corresponder a un domeñamiento imperfecto de lo inmoral en el ser humano.
El progreso del conocimiento fue poniendo cada vez más en claro el importantísimo papel que las
mociones de deseo sexuales desempeñaban en la vida anímica, y dio ocasión a estudiar en profundidad la
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naturaleza y el desarrollo de la pulsión sexual. La sexualidad infantil, que desde la más tierna edad se
exterioriza tanto en reacciones corporales como en actitudes. La insistencia en la vida pulsional
(afectividad), en la dinámica anímica, en el hecho de que aun los fenómenos anímicos en apariencia más
oscuros y arbitrarios poseen pleno sentido y determinismo; la doctrina del conflicto psíquico y de la
naturaleza patógena de la represión, la concepción de los síntomas patológicos como satisfacciones
sustitutivas, el discernimiento de la significatividad etiológica de la vida sexual, en particular de los
principios de la sexualidad infantil. En el aspecto filosófico, esta teoría debió adoptar el punto de vista de
que lo anímico no coincide con lo consciente, de que los procesos anímicos son en sí inconscientes y sólo
se harían conscientes por la operación de órganos particulares (instancias, sistemas).
La teoría psicoanalítica de las neurosis contenía muchas cosas contrarias a las opiniones e inclinaciones
dominantes, y susceptibles de provocar asombro, repugnancia e incredulidad en los extraños. Tales, como:
 La toma de posición frente al problema de lo inconsciente.
 El reconocimiento de una sexualidad infantil.
 La importancia acordada al factor sexual dentro de la vida anímica en general.
III
Para comprender en una muchacha histérica, un deseo sexual prohibido puede trasponerse en un síntoma
doloroso, adoptar profundos y enmarañados supuestos acerca de la estructura, operación del aparato
anímico. Contradicción entre gastos y resultados.
El psicoanálisis consiguió demostrar su utilidad para el esclarecimiento de actividades anímicas no
patológicas: Las operaciones fallidas tan frecuentes en la vida cotidiana, como el olvido, los deslices en el
habla, los extravíos, etc., y los sueños de personas sanas y psíquicamente normales.
Demostró con numerosos ejemplos, en “Psicopatología de la vida cotidiana”, que tales sucesos poseen
sentido y se generan en virtud de la perturbación de una intención consciente por otra, sofocada, a
menudo directamente inconsciente.
Un paso adelante significó el análisis de los sueños, que ya en 1900, en “La interpretación de los
sueños”. De aquel que el sueño no está construido de otro modo que un síntoma neurótico. Primero
tiene que consentir una desfiguración, obra de fuerzas limitadoras, censuradoras, que operan en el yo del
soñante. Así nace el sueño manifiesto, tal como es recordado en la vigilia; desfigurado hasta volverse
irreconocible por las concesiones a la censura onírica, el análisis puede desenmascararlo, no obstante,
como expresión de una situación de satisfacción o cumplimiento de deseo: un compromiso entre dos
grupos de aspiraciones anímicas en lucha recíproca, tal y como lo habíamos hallado respecto del síntoma
histérico. La esencia del sueño es:
Un cumplimiento (disfrazado) de un deseo (reprimido).
El sueño es una operación de la vida anímica normal. Los deseos que figuran como cumplidos son los
mismos que en la neurosis caen bajo la represión. El sueño debe la posibilidad de su génesis, que durante
el estado del dormir, la represión se atempera tocándose de censura onírica. A partir de la interpretación de
los sueños, el psicoanálisis alcanzó una doble significación: no era sólo una nueva terapia de las neurosis,
sino, además, una nueva psicología; elevaba el reclamo de ser tenido en cuenta no sólo por los médicos
neurólogos, sino por todos aquellos que cultivaban una ciencia del espíritu.
IV
Entre los conceptos auxiliares que posibilitan al médico el dominio del material analítico debe nombrase
en primer lugar el de “libido”. Libido significa en primer término la fuerza de las pulsiones sexuales
dirigidas al objeto. El posterior estudio obligó a situar junto a esta “libido de objeto” una “libido yoica o
narcisista”, dirigida al yo propio; y las acciones recíprocas entre estas dos fuerzas permitieron dar razón
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Alexis
de gran números de procesos de la vida anímica, tanto normales como patológicos. Pronto se obtuvo la
separación a grandes rasgos entre las llamadas “neurosis de trasferencia” y las afecciones narcisistas.
Las primeras (histeria y neurosis obsesiva) son los genuinos objetos de la terapia psicoanalítica, mientras
que las otras, las neurosis narcisistas, si bien permiten su indagación con ayuda del análisis, deparan
dificultades de principio al influjo terapéutico.
V
Proviene de su pertinencia para la vida anímica normal, no para la patológica.
Se perseveraba en las intelecciones psicológicas obtenidas mediante el estudio de los sueños, sólo restaba
dar un paso para proclamar al psicoanálisis como doctrina de los procesos anímicos más profundos, no
accesibles directamente a la conciencia – como “psicología de las profundidades”
Si se prescinde de impulsiones internas poco conocidas, es lícito decir que el principal motor del
desarrollo cultural del ser humano ha sido el apremio objetivo (real) externo, que le rehusó la cómoda
satisfacción de sus necesidades naturales y lo dejó a merced de peligros desmedidos. Esta denegación
(frustración) externa lo compelió a la lucha con la realidad, que desembocó, en parte, en su adaptación a
ella y, en parte, en la imposición de su señorío, pero también en la comunidad de trabajo y en la
convivencia con los prójimos, lo cual por sí solo llevaba aparejada una renuncia a muchas mociones
pulsionales no susceptibles de satisfacción social. A medida que aumentaban los progresos de la cultura
crecían las exigencias de la represión. Una parte de ellas presenta la valiosa propiedad de poder ser
desviadas de sus metas inmediatas y, así, como aspiraciones “sublimadas”, poner su energía a disposición
del desarrollo cultural.
El importantísimo papel que en la vida anímica de los hombres desempeña el llamado complejo de
Edipo, el vínculo afectivo del niño con sus dos progenitores. Ese asombro se atempera reparando en que
el complejo de Edipo es el correlato psíquico de dos hechos biológicos fundamentales:
1) La larga dependencia infantil del ser humano.
2) El extraordinario modo en que su vida sexual alcanza una primera culminación del tercero al
quinto año de vida, para reinstalarse de nuevo en la pubertad tras un período de inhibición.

Perdida de realidad en Psicosis y Neurosis


Autor: Sigmund Freud
Uno de los rasgos diferenciales entre Neurosis y Psicosis es que en la primera el yo, en vasallaje a la
realidad, sofoca un fragmento del ello (vida pulsional), mientras que en la psicosis ese mismo yo, al
servicio del ello, se retira de un fragmento de la realidad. Por lo tanto, lo decisivo para la neurosis sería
la hiperpotencia del influjo objetivo, y para la psicosis, la hiperpotencia del ello. La pérdida de realidad
(objetiva) estaría dada de antemano en la psicosis, en cambio, se creería que la neurosis la evita.
La situación inicial de la neurosis, cuando el yo, al servicio de la realidad, emprende la represión de una
moción pulsional. No es todavía la neurosis misma. Ella consiste, en los procesos que aportan un
resarcimiento a los sectores perjudicados del ello, por tanto; en la reacción contra la represión y en el
fracaso de esta. El aflojamiento del nexo con la realidad es entonces la consecuencia de este segundo paso
en la formación de la neurosis.
Esperaríamos que en la génesis de la psicosis ocurriese un proceso análogo al que sobreviene en la
neurosis, aunque, entre otras instancias. En la psicosis se perfilaran dos pasos:
1) Arrancar al yo de la realidad.
2) Quisiera indemnizar los perjuicios y restablecer el vínculo con la realidad a expensas del ello.

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En ella hay dos pasos, de los cuales el segundo presenta el carácter de la reparación. El segundo paso de la
psicosis quiere también compensar la pérdida de realidad, mas no a expensas de una limitación del ello –
como la neurosis lo hacía a expensas del vínculo con lo real. Por creación de una realidad nueva, que ya
no ofrece el mismo motivo de escándalo que la abandonada. En consecuencia, el segundo paso tiene por
soporte las mismas tendencias en la neurosis y en la psicosis; en ambos casos sirve al afán de poder del
ello, que no se deja constreñir por la realidad. Tanto neurosis como psicosis expresan la rebelión del
ello contra el mundo exterior; expresan su incapacidad para adaptarse al apremio de la realidad.
Neurosis y psicosis se diferencian mucho más en la primera reacción, la introductoria.
En la neurosis se evita, al modo de una huida, un fragmento de la realidad, mientras que en la
psicosis se lo reconstruye. En la psicosis a la huida inicial sigue una fase activa de reconstrucción; en la
neurosis, la obediencia inicial es seguida por un posterior intento de huida. La neurosis no desmiente la
realidad, se limita a no querer saber nada de ella, la psicosis la desmiente y procura sustituirla.
Llamamos Normal o “sana” a una conducta que aúna determinados rasgos de ambas reacciones: como la
neurosis, no desmiente la realidad, pero, como la psicosis, se empeña en modificarla. Esta conducta
adecuada a fines, normal, lleva naturalmente a efectuar un trabajo que opere sobre el mundo
exterior, y no se conforma, como la psicosis, con producir, alteraciones internas.
En la psicosis, el remodelamiento de la realidad tiene lugar en los sedimentos psíquicos de los vínculos
que hasta entonces se mantuvieron con ella, o sea en las huellas mnémicas, las representaciones y los
juicios que se habían obtenido de ella hasta ese momento y por los cuales era subrogada en el interior de la
vida anímica. La psicosis se plantea la tarea de procurarse percepciones tales que correspondan a la
realidad nueva, lo que se logra de la manera más radical por la vía de la alucinación.
La neurosis se conforma, con evitar el fragmento de realidad correspondiente y protegerse del
encuentro con él. Tampoco en la neurosis faltan intentos de sustituir la realidad indeseada por otra más
acorde al deseo. La posibilidad de ello la da la existencia de un mundo de la fantasía, un ámbito que en
su momento o fue segregado del mundo exterior real por la instauración del principio de realidad, y que
desde entonces quedó liberado, a la manera de una “reserva”. Así, para ambas neurosis y psicosis, no sólo
cuenta el problema de la pérdida de realidad, sino el de un Sustituto de Realidad.

Dependencia a la independencia en el desarrollo del individuo


Autor: Donald Winnicott
Considerar el crecimiento en los términos de una dependencia que se convierte gradualmente en
independencia.
La socialización
Hablamos de la madurez no sólo en relación con el crecimiento personal, sino también respecto de la
socialización. En la salud, sinónimo de la madurez, el adulto puede identificarse con la sociedad sin un
sacrificio demasiado grande de la espontaneidad personal. El adulto puede atender a sus propias
necesidades personales sin ser antisocial y, sin dejar de asumir alguna responsabilidad por el
mantenimiento o la modificación de la sociedad. Heredamos ciertas condiciones sociales; esto es lo que
finalmente entregamos a quienes vienen después de nosotros. La independencia no es nunca absoluta.
El individuo sano no queda aislado, se relaciona con el ambiente de un modo tal que puede decirse que él
y su medio son interdependientes.
En este lenguaje, “salud” significa tanto salud del individuo, como salud de la sociedad, y la madurez
completa del individuo no es posible en un escenario social enfermo o inmaduro.

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Alexis
Las tres categorías
1) La Dependencia Absoluta.
2) La Dependencia Relativa.
3) Hacia la Independencia.
La Dependencia Absoluta
Al principio el infante depende totalmente de la provisión física que le hace llegar la madre viva. En
términos psicológicos el infante es al mismo tiempo dependiente e independiente. Tiene una realidad
propia, que nadie puede alterar; al mismo tiempo, el despliegue de los procesos de la maduración
depende de la provisión ambiental. Podemos decir que el Ambiente Facilitador hace posible el
progreso, el ambiente no hace al niño.
La expresión “Proceso de Maduración” se refiere a:
La evolución del yo y del self, e incluye la historia total del ello, de los instintos y sus vicisitudes, y de
las defensas yoicas relacionadas con el instinto.
Pueden proveer lo necesario para un niño sano, en el sentido de que es maduro en los términos de lo que
significa la madurez en cualquier momento para ese niño. Si tienen éxito en esa provisión, los procesos de
la maduración del infante no quedan bloqueados, sino que encuentran sus necesidades satisfechas y
pueden pasar a formar parte del niño.
Al principio, es la propia madre la que constituye el ambiente facilitador. En ese momento ella misma
necesita respaldo.
Preocupación Materna Primaria: Se trata de que hacia el final del embarazo y durante algunas
semanas después del parto, la madre está preocupada por el cuidado del bebé (o “entregada” a ese
cuidado): ese bebé al principio le parece una parte de ella misma. A tal fin la madre utiliza sus propias
experiencias como bebé. El bebé se encuentra en un estado de “Dependencia Absoluta”.
La adaptación sensible a las necesidades del yo del infante dura un pequeño lapso, pronto la criatura
empieza a obtener placer con el pataleo y a sacar algo positivo de la rabia por las pequeñas fallas de la
adaptación, por esa época la madre reemprende su propia vida que se vuelve relativamente independiente
de las necesidades del infante. Una madre que no puede ir fallando gradualmente en esta cuestión de la
adaptación sensible falla en otro sentido, debido a su inmadurez o angustia, falla porque no le da a su
infante razones para tener rabia, un infante que no tiene razones para la rabia, pero que lleva en sí la
cantidad de agresividad, enfrenta una dificultad especial, la de fusionar la agresión con el amor. Así en la
dependencia absoluta el infante no tiene ningún medio de percatarse de la provisión materna.
La recompensa en esta etapa es que el proceso de desarrollo del infante no sufre ninguna distorsión.
La Dependencia Relativa
Se puede distinguir la dependencia que está más allá del alcance del infante, y la dependencia de la
que el infante puede darse cuenta. Primero, la madre hace mucho para satisfacer las necesidades del yo
del infante pero nada de ello queda registrado en la mente el niño.
Es un periodo de adaptación con una falla gradual de la adaptación. La gran mayoría de las madres
están dotadas para proveer una desadaptación graduada, y esto engrana perfectamente con los desarrollos
rápidos que despliega el infante.
Todo el procedimiento del cuidado del infante tiene como principal característica una presentación
regularizada del mundo. Sólo lo logra el manejo continuo realizado por un ser humano, por una mujer
que es siempre ella misma. Lo que el infante necesita es exactamente lo que suele lograr: el cuidado y la
atención de alguien que sigue siendo él mismo.
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Alexis
El infante sólo puede encontrar una presentación libre de confusiones de la realidad externa si lo cuida un
ser humano consagrado a él y a la tarea de atenderlo. La madre irá saliendo de este estado de devoción
fácil para ella, y pronto volverá a su oficina, a escribir novelas, pero por el momento está hundida en esa
devoción hasta el cuello.
En esta etapa el infante empieza de algún modo a percatarse de la luz de la dependencia. Cuando la
madre está ausente por un lapso más extenso que el de la capacidad del bebé pare creer en la
supervivencia de ella, aparece la angustia, que es el primer signo que el infante conoce.
Después de que el infante de algún modo siente necesidad de la madre, aparece la etapa en la que empieza
a comprender que la madre es necesaria.
En la salud, poco a poco la necesidad de la madre real se vuelve violenta y terrible, de modo que la madre
detesta dejar solo a su hijo, y están dispuestas a sacrificar mucho para no provocar en ellos malestar y
producir odio y desilusión durante esta fase de necesidad especial, que puede decirse que dura
aproximadamente de seis meses a dos años.
Hacia la Independencia
Una vez que estas cosas han quedado establecidas, el niño puede gradualmente enfrentar el mundo y
sus complejidades, pues en él ve cada vez más lo que ya está presente en su propio self. Se identifica con
la sociedad en círculos crecientes de la vida social, pues la sociedad local es una muestra del mundo
personal del self tanto como una muestra de los fenómenos verdaderamente externos.
De este modo se desarrolla una verdadera independencia; el niño llega a una existencia personal
satisfactoria mientras participa en los asuntos de la sociedad. Existen grandes posibilidades de que se
produzcan retrocesos en este desarrollo de la socialización hasta las etapas finales ulteriores a la pubertad
y la adolescencia.
Los padres son muy necesarios en el manejo del hijo adolescente que explora un círculo social tras otro,
porque ellos ven mejor que los jóvenes el momento en que ese pasaje del círculo social limitado al círculo
social ilimitado es demasiado rápido, quizá debido a elementos sociales peligrosos.
Hacia la independencia describe las luchas del niño deambulador y del niño púber.

El concepto de individuo sano (1967)


Autor: Donald Winnicott
Consideraciones preliminares
El concepto de salud del individuo, porque la salud social depende de la salud individual, dado que la
sociedad no es sino una multiplicación masiva de personas.
Madurez correspondiente a la edad
Desde el punto de vista del desarrollo puede decirse que salud significa una madurez acorde con la que
corresponde a la edad del individuo. La tendencia a la maduración forma parte de lo que se hereda. El
desarrollo al comienzo, depende de una provisión ambiental suficientemente buena. Un Ambiente
Suficientemente Bueno es:
El que favorece las diversas tendencias individuales heredades de modo tal que el desarrollo se
produce conforme a esas tendencias.
El ambiente suficientemente bueno comienza con un alto grado de adaptación a las necesidades
individuales del bebé. Por lo general, la madre puede proveer esa adaptación a causa de que se encuentra
en un estado especial, que yo he denominado de preocupación maternal primaria. La adaptación
disminuye en consonancia con la creciente necesidad del bebé de experimentar reacciones a la frustración.
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Una madre sana es capaz de diferir su función, de fracasar en adaptarse hasta que el bebé ha adquirido la
capacidad de reaccionar con rabia a sus fracasos. Un trauma representa la ruptura de la continuidad de la
línea de la existencia del individuo. Sólo en una continuidad de existir puede el sentido del self, de la
propia realidad, llegar a establecerse como rasgo de la personalidad individual.
Relaciones entre el bebé y la madre
El proceso que opera en ambas direcciones y se caracteriza porque el bebé vive en un mundo subjetivo y
la madre se adapta para proporcionar a cada bebé una ración básica de la experiencia de omnipotencia. Lo
cual implica, una relación vital.
El ambiente facilitador
En él se examinarían las funciones del padre complementarias de las de la madre, así como la función de
la familia y su manera cada vez más compleja de introducir el principio de realidad, al mismo tiempo que
fomenta la autonomía del niño.
Zonas erógenas
En el primer medio siglo de Freud, cualquier consideración sobre la salud tenía que hacerse en función de
la etapa de instalación del ello conforme al predominio sucesivo de las zonas erógenas. La jerarquía es
bien conocida: comienza con la primacía oral, siguen las primacías anal y uretral, luego la etapa fálica o
“de la lactancia”, y por último la fase genital.
A continuación, el niño sano presenta las características del período de latencia. El concepto de salud se
asocia aquí a la existencia de un período de educabilidad, y en este período los sexos tienen con bastante
naturalidad a segregarse.
Después llega la pubertad, casi siempre anunciada por una fase prepuberal en la que a veces se manifiesta
una tendencia homosexual.
A los 14 años es común que piensen en el suicidio, y la tarea a su cargo es la de tolerar la interacción de
varios fenómenos dispares: su propia inmadurez, los cambios que trae la pubertad, su idea del sentido de
la vida, sus ideales y aspiraciones, a lo que se añade la desilusión personal respecto del mundo de los
adultos, que para ellos es esencialmente un mundo de componendas, de valores falsos y de desatención de
lo que realmente importa, Cuando abandonan esta etapa, los adolescentes de ambos sexos comienzan a
sentirse reales, adquieren un sentido del self y un sentido de ser. Esto es salud. Del ser deriva el hacer.
El período final de la adolescencia es la edad de los estimulantes logros en la aventura, y por lo tanto el
paso de un muchacho o una muchacha de la adolescencia a los comienzo de una identificación con la
paternidad y con la sociedad responsable.
Al avanzar, comenzamos a utilizar un lenguaje distinto. Sin embargo, en la pubertad muchachos y
muchachas no caen en el engaño de pensar que los impulsos instintuales son lo único que importa;
esencialmente lo que les interesa es ser, ser en algún lugar, sentirse reales y alcanzar cierto grado de
constancia objetal. Necesitan ser capaces de dominar sus instintos en lugar de ser destruidos por ellos.
Es adecuado que un muchacho que desea ser como su padre sea capaz de tener ensueños heterosexuales y
de utilizar plenamente su potencia genital; también lo es que una muchacha que desea ser como su madre
sea capaz de tener ensueños heterosexuales y de experimentar el orgasmo genital durante el coito.
El individuo y la sociedad
Vemos que la persona relativamente sana tiene que enfrentar nuevas tareas. Su relación con la sociedad,
que es una extensión de la familia. Una identificación con la sociedad que implique la pérdida total del
sentido del self y de la propia importancia no es normal en absoluto.

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No estamos de acuerdo con la idea de que la salud sea simplemente la ausencia de trastornos
psiconeuróticos, es decir, de perturbaciones relacionadas tanto con el avance de las posiciones del ello
hacia la genitalidad plena como con la organización de la defensa respecto de la ansiedad en las relaciones
interpersonales. Lo importante es que esa persona siente que está viviendo su propia vida y asumiendo la
responsabilidad de sus actos y omisiones y es capaz de atribuirse el mérito cuando triunfa y la culpa
cuando fracasa. Una manera de expresarlo es decir que el individuo ha pasado de la dependencia a la
independencia o a la autonomía.
El sostén lo puede proporcionar satisfactoriamente una persona que no tenga el conocimiento intelectual
de lo que está sucediendo en el individuo; lo que se necesita es la capacidad de identificarse, de saber
que es es lo que siente el bebé.
En un ambiente que lo sostiene suficientemente bien, el bebé puede desarrollarse de acuerdo con las
tendencias heredadas. El resultado es una continuidad de existencia que se convierte en un sentido de
existir, en un sentido del self, y a su debido tiempo conduce a la autonomía.
El desarrollo en las etapas tempranas
Aquí la palabra clase es integración, aplicable a casi todas las tareas evolutivas. La integración conduce
al bebé al estado de unidad, al pronombre personal “yo”, al número uno; esto hace posible el yo soy, que
confiere sentido al yo hago.
Tres cosas, pienso en el cuidado del bebé. También en la enfermedad esquizoide. Buscando un modo de
expresar en qué puede consistir la vida para los niños y los adultos saludables. Entre paréntesis, diría que
una característica de la salud es que el adulto nunca deja de desarrollarse emocionalmente.
Daré tres ejemplos:
1) En el caso del bebé, la integración es un proceso de complejidad creciente que se desarrolla con su
propio ritmo.
2) En el trastorno esquizoide, el fenómeno de la desintegración es un rasgo distintivo, en especial el
temor a la desintegración y la organización patológica de defensas con una función de alarma
contra la desintegración.
3) En el adulto, la integración amplía su significado hasta incluir la integridad.
Una persona sana puede admitir la desintegración en los períodos de descanso, y ensoñación, así como
aceptar el malestar que la acompaña, sobre todo porque la distensión está vinculada con la creatividad, y
por lo tanto el impulso creativo. La defensa organizada contra la desintegración despoja al individuo de lo
que constituye una precondición del impulso creativo, y en consecuencia le impide llevar una vida
creativa.
La asociación psicosomática
Una tarea subsidiaria es la coexistencia psicosomática. Gran parte del cuidado físico que se prodiga al
bebé “sostén”, manipulación, baño y demás, apunta a facilitarle la obtención de un psique soma que viva y
funcione en armonía consigo mismo.
Una característica de la esquizofrenia es la tenue conexión que existe entre la psique y el cuerpo y sus
funciones.
Relaciones objetales
El proceso de maduración impulsa al bebé a relacionarse con objetos, pero sólo lo logrará si el mundo le
es presentado de manera adecuada. La madre, poniendo en juego su capacidad de adaptación, presenta
el mundo al bebé de tal modo que éste recibe al comienzo una ración de la experiencia de
omnipotencia, lo cual constituye una base apropiada para su posterior avenimiento con el principio de

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realidad. En esta fase inicia el bebé a crear el objeto, que sin embargo ya estaba allí, pues de lo contrario
el bebé no lo hubiera creado.
En la enfermedad esquizoide, la formación de relaciones objetales fracasa; el paciente se relaciona con un
mundo subjetivo o es incapaz de relacionarse con objetos ajenos al self.
Gran parte de la vida tiene que ver con diversas clases de relaciones objetales y con una alternancia entre
la formación de relaciones con objetos externos y con objetos internos. Cuando ha alcanzado la plenitud,
este proceso concierne a las relaciones interpersonales, pero el residuo de la formación creativa de
relaciones no se pierde, y en consecuencia cada aspecto del relacionarse con objetos resulta estimulante.
Las identificaciones introyectivas y proyectivas son incesantes. De ello se deduce que la pérdida y la mala
suerte pueden ser más terribles para las personas sanas que para las psicológicamente inmaduras o
deformadas.
Dos clases de personas
Considerar útil dividir el universo de personas en dos clases.
 Aquellas que nunca fueron “abandonadas” cuando eran bebés y, tienen buenas probabilidades
de disfrutar de la vida y del vivir.
 Aquellas que tuvieron una experiencia traumática del tipo que resulta del abandono ambiental y
que deben cargar durante toda su vida con el recuerdo del estado en que se encontraban en los
momentos del desastre.
Hay un grupo intermedio, aquellos que han tenido experiencias de angustia impensable o arcaica y
cuyas defensas los protegen más o menos exitosamente contra el recuerdo de esa angustia, pero que
no obstante aprovechan cualquier oportunidad que se presente para enfermar y sufrir un colapso a fin de
aproximarse a aquello que era impensablemente terrorífico.
La huida a la cordura
La huida a la cordura no equivale a la salud. A mitad de camino entre los dos extremos constituidos por el
primer grupo o grupo afortunado y el segundo grupo o grupo desafortunado se encuentra una elevada
proporción de personas que ocultan exitosamente una relativa necesidad de sufrir un colapso, pero que en
realidad no lo sufren a menos que intervenga como factor desencadenante alguna circunstancia del
ambiente.
¿A quiénes de entre todas estas personas que se desempeñan satisfactoriamente a pesar de lo que llevan
consigo (genes, fallas ambientales tempranas y experiencias desdichadas) incluiremos entre los sanos?
Debemos tener en cuenta que de este grupo forman parte muchas personas desagradables que, impulsadas
por la angustia, alcanzan logros excepcionales, hacen avanzar al mundo en diversas áreas de la ciencia, el
arte, la filosofía, la religión o la política. ¿Qué decir de los genios de este mundo?
Verdadero y falso
Personas que, para enfrentar al mundo, inconscientemente han sentido la necesidad de organizar una
fachada, un falso self, cuya finalidad es la de proteger al self verdadero. La sociedad se deja engañar
fácilmente por el falso self y debe pagar por ello un precio elevado. Desde nuestro punto de vista el falso
self aunque eficaz como defensa, no es un aspecto de la salud. Responde al concepto Kleiniano de defensa
maníaca: hay depresión pues ésta se niega a través de un proceso inconsciente, de modo que los síntomas
de la depresión son reemplazados por lo opuesto.
En la salud el talante grave se relaciona con las pesadas responsabilidades que llegan con la edad,
responsabilidades que habitualmente los jóvenes no conocen.

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La depresión, debe respetarse como prueba de integración personal. En la mala salud hay fuerzas
destructoras que, cuando actúan dentro del individuo, fomentan el suicidio, y cuando actúan fuera,
provocan ideas delirantes de persecución.
La finalidad de la vida
¿Cuál es la finalidad de la vida? Se relaciona más con el hecho de ser que con el sexo. Ser y sentirse real
tienen que ver fundamentalmente con la salud, y sólo si podemos dar por sentado el ser estaremos en
condiciones de ir más allá, en pos de las cosas más positivas. Sostengo que no se trata sólo de un juicio de
valor, que hay un vínculo entre la salud emocional del individuo y el sentirse real.
Las tres vidas
Las tres vidas que viven las personas sanas.
1) La vida en el mundo: Las relaciones interpersonales son la clave, incluso en lo que se refiere a la
utilización del ambiente no humano.
2) La vida de la realidad psíquica personal: Donde una persona es más rica que otra, más profunda
y más interesante cuando es creativa.
3) El área de la experiencia cultural: Comienza como un juego y conduce al campo total de la
herencia humana, incluyendo las artes, los mitos de la historia, la lenta marcha del pensamiento
filosófico y los misterios de la matemática.
Porque a esta área corresponden no sólo el juego y el sentido del humor, sino también toda la cultura
acumulada a lo largo de los últimos cinco o diez mil años.
En mi intento de establecer dónde está localizada la experiencia cultural, he llegado a esta conclusión:
comienza en el espacio potencial entre un niño y su madre cuando la experiencia le ha enseñado al niño
a confiar profundamente en la madre.
Cultura y separación
De este modo puede demostrarse que la salud tiene relación con:
 El vivir.
 La riqueza interior.
 La capacidad de tener experiencia cultural.
Esto es un desarrollo del concepto de fenómenos transicionales.
Resumen
1) Utilizar el concepto de salud como maduración que culmina en ausencia de enfermedad
psiconeurótica.
2) Vincular la salud con la madurez.
3) Subrayar la importancia de los procesos de maduración que conciernen al yo frente a los que tienen
que ver con las posiciones del ello en la jerarquía de las zonas erógenas.
4) Vincular esos procesos del yo con el cuidado del bebé, la enfermedad esquizoide y la salud del
adulto empleando al pasar los conceptos de:
A) Integración.
B) Asociación psicosomática.
C) Relación objetal como ejemplos de lo que prevalece en la escena global.

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5) Indicar que no sólo la salud de la sociedad depende de la salud de sus miembros, sino también que
sus normas reproducen las de sus miembros.

Vivir Creativamente
Autor: Donald Winnicott
Definición de Creatividad
Incluir la idea de que la vida sólo es digna de vivirse cuando la creatividad forma parte de la
experiencia vital del individuo. Para ser creativa una persona, tiene que existir y sentir que existe,
como base de su obrar. La creatividad es:
El hacer que surge del ser, cuando la palabra “hacer” se torna apropiada, ya hay creatividad.
Para que uno sea y sienta que es, es preciso que la Actividad Motivada predomine sobre la actividad
reactiva.
Las pautas básicas se establecen durante el proceso de maduración emocional, y los factores más
influyentes son los que actúan al comienzo.
La creatividad es:
La conservación durante toda la vida de algo que pertenece a la experiencia infantil: La capacidad de
crear el mundo.
El principio de realidad es el hecho de la existencia del mundo independientemente de que el bebé lo cree
o no.
La sumisión, en un extremo, simplifica la relación con otras personas que, tienen necesidades propias que
atender y una omnipotencia propia que preservar. En el otro extremo, el niño conserva algo de
omnipotencia a través del recurso de ser creativo y de formarse su propia opinión sobre todas las cosas.
El niño que se convirtió en usted o en mí adquirió cierta capacidad de ver todas las cosas de un modo
nuevo, de ser creativo en cada detalle de vivir.
Es evidente que para sentirme creativo debo luchar sin pausa, y esto tiene la desventaja de que para
describir una simple palabra como “amor” tengo que partir de cero. Una creación puede ser “un producto
de la mente humana”. Vivir creativamente significa ver todas las cosas de un modo nuevo todo el
tiempo.
Orígenes de la creatividad
La creatividad se relaciona con el estar vivo, salvo en períodos de reposo, el individuo se proyecta, y si
encuentra un objeto en su camino, puede relacionarse con él. Pero esto es sólo el cincuenta por ciento.
Proyectarse física o mentalmente sólo tiene sentido para alguien que está allí para ser.
Vuelvo así a la máxima: el ser precede al hacer. El origen de la creatividad es:
La tendencia genéticamente determinada del individuo a estar vivo, permanecer vivo y relacionarse
con los objetos que se interponen en su camino, cuando llega para él, el momento de esforzarse por
conseguir cosas.
Vida creativa en el matrimonio
Analizar el hecho de que en el matrimonio los cónyuges, o al menos uno de ellos, experimentan a menudo
la sensación de estar perdiendo su capacidad de iniciativa. Uno u otro de sus miembros descubre que está
participando en un proceso que puede conducir a que uno de ellos viva en un mundo creado por el otro.

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Cuando dos personas no temen separarse tienen mucho que ganar, y que cuando temen separarse están
expuestas a aburrirse la una de la otra. El aburrimiento puede obedecer a la restricción de la vida creativa,
que es inherente al individuo y no a la sociedad, aunque un socio o pareja puede inspirar creatividad.
Muchas personas no pueden ser creativas porque están atrapadas en compulsiones relacionadas con algo
que deberían hacer con su propio pasado.
Entre ambos extremos el de los que creen que su vida sigue siendo creativa en el matrimonio y el de los
que piensan que el matrimonio es un obstáculo en ese sentido hay sin duda una zona intermedia. Somos
bastante felices y podemos ser creativos, pero nos damos cuenta de que inevitablemente hay cierta clase
de antagonismo entre el impulso personal y los compromisos propios de cualquier relación confiable.
Cuando dos personas se aman y son jóvenes, puede haber una época, en la que su relación sexual es una
experiencia creativa para ambas. Esto es salud, y nos alegramos cuando los jóvenes lo experimentan
directamente y sin inhibiciones. Hay dos clases de matrimonio:
1) Aquel en que la joven sabe que ha elegido al hombre equivocado en su camino de ida al altar.
2) Aquel en que lo sabe en su camino de vuelta.
“El síntoma de una vida no creativa es el sentimiento de que nada tiene sentido, de futilidad, de a mí
qué me importa”

¿Necesita el psicoanálisis una psicología del sí mismo?


Autor: Heinz Kohut
Sobre la objetividad científica
Considerar que un análisis se ha completado cuando, mediante el éxito en el área de las estructuras
compensatorias, ha establecido un sí mismo activo, un sector psicológico en que las ambiciones, las
aptitudes y los ideales forman un continuo ininterrumpido que permite la actividad creativa alegre.
Lo que sí me interesa aquí es el problema planteado por el hecho de que hablo de una terminación válida
de un análisis, que en términos de estructuras, no ha tratado todas las capas de la patología esencial del
paciente y que, en términos de cognición, no ha logrado anular todas las amnesias infantiles, esto es,
ampliar el conocimiento concerniente a todos los hechos de la infancia que están genética y
dinámicamente relacionados con la psicopatología de la que padece el paciente.
Los valores de Freud no eran básicamente valores vinculados con la salud.
Creo que el núcleo del sí mismo de Freud se relacionaba más con la función de percibir y pensar y
conocer que con la supervivencia física, y que su sí mismo nuclear se sentía más amenazado por el
peligro de que se le ocultara algún conocimiento que por el peligro de la destrucción física.
Sospecho desde hace mucho que no sólo el contenido reprimido de la psiquis, sino también el núcleo más
profundo de nuestro yo es inconsciente, aunque no incapaz de conciencia. De esto infiero que la
conciencia es, sólo un órgano sensorial dirigido hacia el mundo externo, de modo que siempre está ligado
a una parte del yo que no se percibe.
Freud investigo la vida interior del hombre, incluyendo, la propia. Pero, y aquí surge el problema,
escudriño la vida interior del hombre con la objetividad de un observador externo, es decir, desde el punto
de vista que el científico de su época había perfeccionado en relación con el medio exterior del hombre.
Tal como los grandes físicos y biólogos de su tiempo observaban el campo físico y biológico, hacían
abstracciones y generalizaciones a partir de sus observaciones y formulaban el nexo entre sus datos en
términos de la interacción de fuerzas químicas y mecánicas, así también Freud, al idear el marco
conceptual de un aparato mental alimentado por impulsos es decir, por fuerzas y en conflicto entre sí creó
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Alderete
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el magnífico edificio explicativo de la metapsicología psicoanalítica. Fue, y es, un marco explicativo que
permite la ampliación y el cambio de la teoría topográfica. Y es un marco particularmente adecuado para
la explicación de ciertos fenómenos que se presentaban con gran frecuencia al observador de comienzos
del siglo: las neurosis estructurales y, sobre todo, la histeria.
La teoría de los impulsos y la psicología del sí mismo.
Comparar mi punto de vista con el de Franz Alexander. Para él la mente humana es un campo en la que
fuerzas en gran escala apuntan en diversas direcciones específicas, su teoría de los vectores, y explica la
psicopatología como resultado, el conflicto entre los impulsos y de conflictos concernientes a ellos y sus
existencias. Le interesan en particular las vicisitudes del impulso oral y señala que las actitudes
transferenciales preedípicas diádica, en particular el aferramiento oral del paciente al analista, constituye
en muchos casos evaluaciones regresivas destinadas a evitar las penurias y ansiedades emocionales de la
transferencia central, que es edípica y tríadica. Como proposición teórica su formulación afirma con
respecto a la significación de la oralidad regresiva lo que la formulación clásica.
En los casos a los que me refiero como trastornos narcisistas de la personalidad, tal conducta no constituye
la manifestación de una actitud de fingido infantilismo, sino la expresión de las necesidades de un estado
arcaico; se vuelve comprensible cuando se lo entiende, dentro del marco conceptual de una psicología del
sí mismo, como una manifestación de narcisismo arcaico, en particular, como la expresión de las
necesidades transferenciales narcisistas. Incluso cuando Alexander acepta que el intenso apego de un
paciente con respecto al analista puede no ser básicamente defensivo, lo explica como fijación de los
impulsos a metas orales y una detención en el desarrollo yoico, lo cual implícita y explícitamente exige al
paciente que suprima y abandone esas metas pulsionales en la forma más rápida y completa posible y lo
exhorta a crecer.
El intento de explicar las manifestaciones transferenciales activadas en el análisis de los trastornos
narcisistas de la personalidad con ayuda de la psicología de los impulsos y del marco conceptual del
modelo estructural de la mente, defensas versus impulsos, el yo versus el ello, la maduración de los
impulsos versus la regresión de los impulsos. Desarrollo del yo versus regresión del yo (o detención en el
desarrollo), puede compararse al intento de explicar, dentro del marco de estética, la belleza o fealdad de
un cuadro mediante el examen de los tipos y la distribución de los pigmentos utilizados por el pintor, o
bien, dentro del marco de la crítica literaria, al intento de explicar el éxito o el fracaso de una novela
estudiando el vocabulario o la estructura sintáctica utilizada por el autor.
Estudiar los trastornos del sí mismo a partir de la metapsicología clásica puede compararse, para el lector
con formación médica, con el intento de explicar las complejidades de la fisiología humana en la salud y
en la enfermedad dentro del marco de la química inorgánica.
Sobre bases puramente teóricas resulta imposible descartar la posibilidad de que tales casos existan
realmente; es decir, de que haya casos excepcionales en los que un trastorno del sí mismo pueda superarse
mediante el enfoque analítico que supone que la psicopatología es la manifestación de una fijación de los
impulsos en puntos de fijación orales, y de una correspondiente detención en el desarrollo del yo, como
consecuencia de gratificaciones infantiles a las que se ha vuelto adicto el yo inmaduro del paciente
centrado en el placer. Logrará un resultado educacional, es decir, la formación de capas psicológicas
maduras (estructuras defensivas) sobre la base de la identificación grosera del paciente con el terapeuta. Es
el sí mismo del niño el que, como consecuencia de las respuestas empáticas seriamente perturbadas de los
padres, no se ha podido establecer con firmeza, y es el sí mismo debilitado y propenso a la fragmentación
el que, en el intento de asegurarse de que está vivo, incluso de que existe siquiera, se vuelca
defensivamente hacia metas de placer a través de la estimulación de las zonas erógenas y luego, en forma
secundaria, provoca la orientación de los impulsos orales (y anales) y el sometimiento del yo a las metas
pulsionales correlacionadas con las zonas corporales estimuladas.

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Si una madre acepta con orgullo el presente de las heces, o si lo rechaza o se muestra indiferente, no sólo
responde a un impulso, sino también al sí mismo en formación del niño. Responde aceptando, rechazando,
dejando de lado a un sí mismo que, al dar y ofrecer, busca la confirmación del objeto del sí mismo
especular. Por ende, el niño experimenta la actitud parental orgullosa y alegre, o la falta del interés del
progenitor no sólo como la aceptación o el rechazo de un impulso, sino también y este aspecto de la
interacción entre el progenitor y el hijo a menudo es decisivo como la aceptación y el rechazo de su sí
mismo creativo productivo activo, establecido en forma sólo tentativa y todavía vulnerables.
Desde luego si su rechazo o falta de interés no es más que un eslabón en la larga cadena de rechazos y
desengaños que emanan de su personalidad patógenamente no empática, o si su incapacidad para
responder al sí mismo total del niño lo lleva a manifestar una preocupación por las heces que produce
fragmentación en detrimento de la participación que establece cohesión con su hijo total que madura,
controla, aprende y produce heces entonces el sí mismo del niño quedará vaciado y éste abandonará el
intento de experimentar las alegrías de la autoafirmación puede obtener de los fragmentos de su sí mismo
corporal.
Desde luego, la fijación anal existe, pero se vuelve plenamente significativa sólo sobre la base de la
reconstrucción genética de que siendo niño, sintiendo que su sí mismo se derrumbaba y/o estaba vacío
trató de obtener un placer reasegurado mediante la estimulación de un fragmento de su sí mismo corporal.
Ejemplo, si el sí mismo del niño ha quedado seriamente fragmentado y debilitado por la falta de
respuestas empáticas del objeto del sí mismo, entonces las formulaciones de la psicología de los impulsos,
si bien no abarcan de manera adecuada las oscilaciones psicológicas cruciales entre el sí mismo cohesivo y
el fragmentado, pueden resultar aptas para explicar el nuevo estado en términos alejados de la experiencia.
Lo que sugiero es que aquí y en otros casos se podrían emplear dos marcos teóricos distintos, es decir, en
analogía con los principios de complementariedad de la física moderna, podríamos sin duda hablar de un
Principio Psicológico de la Complementariedad, decir que la explicación de la psicología profunda de
los fenómenos psicológicos en la salud y la enfermedad requieren dos enfoques complementarios:
 El de una Psicología del Conflicto.
 El de una Psicología del Sí Mismo.
Algunas personas con formas severas de psicopatología adulta parecen haber tenido madres muy devotas
en los primeros años de su vida que, además, parecen haberse mostrado empáticos con los deseos de sus
hijos y haber respondido proporcionándoles con amor la gratificación de los mismos basándonos en el
importante principio metapsicológico de frustración óptima, desde luego nos inclinamos a aducir, en
términos de la teoría del instinto, que la gratificación plena, malacrianza. Que como consecuencia de la
frustración de los impulsos, el yo permanece inmaduro no desarrolla en grado suficiente sus funciones de
control, modulación y sublimación de los impulsos, que la empatía materna puede ser excesiva y que el
maternaje debe tener límites para no resultar nocivo para el niño.
La aplicación del principio de que no es un impulso libidinal el que en términos psicológicos, alcanza su
ímpetu predominante en el niño, sino que, desde el comienzo, la experiencia pulsional está subordinada a
la experiencia que tiene el niño de la relación entre el sí mismo y los objetos del sí mismo, es de crucial
importancia en dos sentidos.
1) Modifica nuestra evaluación de la significación de la teoría de la libido en todos los niveles del
desarrollo psicológico infantil
2) Como consecuencia, transforma nuestra evaluación de algunas formas de psicopatología que para
la teoría clásica se debían a la fijación de la personalidad en una etapa del desarrollo instintivo o
bien en una regresión a ella.

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Alexis
La tríada de fijación oral, ingestión patológica excesiva de alimentos y obesidad. Este síndrome podría
estudiarse partiendo del supuesto de que nos enfrentamos con una fijación regresiva y/o primaria del
impulso en el nivel oral (huida frente a los temores a la castración y/o complacencia oral) y la meta de la
terapia psicoanalítica definida desde este punto de vista incluiría en última instancia exceptuando los
casos teóricamente imaginables, pero en la práctica casi inexistentes, de regresión pura, el logro de una
más profunda percepción de los impulsos, con el beneficio colateral de una mayor capacidad para
controlarlos. De un proceso analítico que se desenvuelve con eficacia en la mayoría de estos casos si
aplicamos la siguiente formulación no es el deseo de alimento que experimenta el niño lo que constituye la
configuración psicológica primaria. Desde el punto de vista de la psicología del sí mismo, afirmamos, en
cambio, que desde el comienzo el niño afirma su necesidad de un objeto del sí mismo proveedor de
alimentos, por borrosamente reconocido que sea ese objeto del sí mismo. Si esta necesidad permanece
insatisfecha la configuración psicológica más amplia, la experiencia gozosa de ser un sí mismo entero que
recibe una respuesta adecuada se desintegra, y el niño se retrae a un fragmento de la unidad experiencial
más grande, es decir, a una estimulación oral tendiente al placer o, en términos clínicos, a una ingestión
depresiva de alimentos. Es este fragmento de experiencia psicológica el que se convierte en punto de
cristalización para la adicción posterior a la comida, y es la creciente conciencia de la reacción depresivo-
desintegradora del medio constituido por el objeto del sí mismo no empático y no una creciente
percepción del impulso.
El establecimiento de fijaciones de los impulsos y de las actividades yoicas correlacionadas tiene lugar
como consecuencia de la debilidad del sí mismo. El sí mismo que no ha encontrado respuesta no ha
podido transformar su grandiosidad arcaica y su deseo arcaico de fusionarse con un objeto del sí mismo
omnipotente en una autoestima confiable, ambiciones realistas e ideales alcanzables.
Considero útil aplicar el concepto de Autonomía Secundaria a las estructuras defensivas que, en el curso
del desarrollo, se han independizado en sus funciones de las demandas instintivas a las que
originalmente se opusieron.

El complejo de Edipo y la psicología del sí mismo


Autor: Heinz Kohut
La investigación de la envidia del pene había desempeñado un papel importante en un análisis previo, y su
escasa autoestima, sumada a cierta tendencia a sentirse desalentada y desvalida, se interpretaron de
acuerdo con la formulación freudiana de que la incapacidad de la mujer para aceptar su femineidad
constituye el cimiento último del análisis en otras palabras, que la paciente todavía anhelaba obtener un
pene y que su desesperanza se relacionaba con su incapacidad para alcanzar esa meta.
Había tenido sueños similares en su análisis anterior, lo cual, junto con muchos otros sueños que tenían
como escenario el cuarto de baño, llevaron a la repetida interpretación de que deseaba tener un pene y
orinar de pie como un varón.
Y agregué que el sueño en el que orinaba de pie y su deseo de ver el pene del padre no se relacionaban en
primer lugar con cuestiones sexuales, sino con su necesidad revelada a través de otros recuerdos surgidos
de liberarse de su relación con su madre bizarra y emocionalmente chata y volcarse al padre, una persona
capaz de respuesta emocional más intensa y también más práctica. La cumbre del iceberg era el recuerdo
de que la madre le había advertido que jamás debía sentarse en un inodoro cuando se encontrara fuera de
su casa a causa de vagos temores relacionados con suciedad, infecciones, bacterias, etc. Además, la
comprensión más importante que estas asociaciones nos permitieron alcanzar fue la de que tales temores
inculcados en la niña no se relacionaban en esencia con deseos y conflictos sexuales concernientes a
impulsos anales o fálico genitales, sino a la visión paranoica oculta del mundo en general que tenía su
madre. El asiento del inodoro era el mundo, un mundo hostil peligroso y contaminado. Su deseo de ver el
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pene del padre era la versión sexualizada de su intento de volcarse a él en busca de una actitud no
paranoide, vigorosa y positiva con respecto al mundo. Y su deseo esencial en el análisis no era ante todo el
de obtener un pene-bebé de un padre edípico, sino su apoyo para superar la influencia de la madre, de
modo que pudiera “sentarse en el inodoro”, obtener apoyo para estar en contacto con el mundo. Quería
obtener de él estructuras psicológicas que le permitieran sentirse dichosa y viva en los campos sexuales y
no sexuales de la experiencia, en lugar de una mujer chata, vacía y suspicaz como la madre.
Cuando los interpretamos desde el punto de vista de un sí mismo que lucha por mantener su cohesión,
desde el punto de vista de un sí mismo motivado por la ansiedad de desintegración.
Pero la selección que hace el niño de ciertas funciones entre las que están a su disposición y la dirección
de sus principales intereses tal como quedan permanentemente establecidos en la psiquis como el
contenido de sus ambiciones e ideales, es decir, la adquisición parte del niño de estructuras
compensatorias, encuentran una explicación más adecuada en el contexto de que el niño ha podido pasar
de un objeto del sí mismo frustrador, a otro que no lo es o lo es en menor grado. Lo decisivo no es que
las funciones que expresan el patrón del sí mismo sean autónomas, sino que un sí mismo que se había
visto amenazado en su cohesión y funcionamiento en un sector haya logrado sobrevivir desplazando su
punto psicológico de gravedad hacia otro.
Interpretaciones y resistencias
El poder explicativo de los postulados de la psicología de los impulsos según los cuales, en el desarrollo
normal, el narcisismo se transforma en amor objetal y los impulsos se van “domesticando” gradualmente y
el poder explicatorio de los postulados de la psicología del sí mismo en el sentido de que, en el desarrollo
normal, las relaciones sí mismo objeto del sí mismo son las precursoras de las estructuras psicológicas y la
internalización transmutadora de los objetos del sí mismo, lleva gradualmente a consolidar el sí mismo,
también pueden compararse aplicando estos criterios complementarios a configuraciones psicológicas
concretas que surgen durante el proceso analítico.
La teoría de Hartmann como sucede siempre con la metapsicología cuando se la aplica a las relaciones del
niño con sus padres o del paciente con el analista, oscila entre dos marcos conceptuales incompatibles, el
marco del aparato mental y el de la psicología social. Deseo demostrar que la psicología que distingue los
objetos que se experimentan como partes del sí mismo de los que se experimentan como
independientemente del sí mismo, como centros independientes de iniciativa, está en condiciones de
explicar los fenómenos bajo estudio, la respuesta rabiosa del paciente frente al ataque a su resistencia de
manera más convincente que el método de Hartmann, derivado de la psicología de los impulsos.
El niño que ha de sobrevivir psicológicamente nace a un medio humano capaz de proporcionar una
respuesta empática (de objetos del sí mismo), tal como nace a una atmósfera que contiene una cantidad
óptima de oxígeno para poder sobrevivir desde el punto de vista físico. Y su sí mismo incipiente “espera”
para emplear un término inadecuadamente antropomórfico, un medio empático capaz de responder a sus
deseos necesidades psicológicas con la misma certeza incuestionable con que el aparato respiratorio del
recién nacido “espera” que la atmósfera circundante contenga oxígeno. Cuando el equilibrio psicológico
del niño se ve perturbado, las tensiones de aquél son, en circunstancias normales, empáticamente
percibidas y encuentran una respuesta en el objeto del sí mismo. Este, dotado de una organización
psicológica madura que puede evaluar en forma realista la necesidad del niño y lo que debe hacerse al
respecto, incluye al niño en su propia organización psicológica y corrige el desequilibrio homeostático del
niño.
Además el centro de interés del psicoanalista concierne al significado y la significación del material que
estudia, antes que a las secuencias causales. En la psicología profunda se busca la verdad psicológica
mediante tres métodos:

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1) El examen persistente de los datos empíricos por medio de la empatía, desde tantos puntos de vista
como el terapeuta pueda descubrir.
2) La selección de la posición empática específica que le permite obtener los datos de la manera más
significativa.
3) La eliminación de los obstáculos en el camino de la empatía, sobre todo en sí mismo pero también,
mediante el ejemplo y el aliento, por un lado, y mediante la demostración repetida a sus colegas,
por el otro, de la nueva posición empática que les permitirá discernir patrones psicológicos no
reconocidos hasta ese momento.
El hijo del psicoanalista
Experimentaban la vaga sensación de no ser reales (a menudo en forma de incapacidad para experimentar
emociones) y sentían una intensa, aunque conflictual necesidad de apegarse a figuras poderosas en su
medio para poder sentir que su vida tenía sentido, de hecho, para poder sentirse vivos. Llegué a
comprender que su trastorno se relacionaba genéticamente con el hecho de que sus padres les habían
comunicado desde un principio, sus intromisiones empáticas con respecto a lo que los niños deseaban y
sentían. Estas interpretaciones repetidas no hicieron que el niño se sintiera rechazado y tampoco le dieron
la sensación de encontrar una respuesta excesiva. El efecto patógeno de la conducta parental radicaba en
el hecho de que la participación de los padres en la vida de sus hijos, su afirmación de que sabían más
sobre lo que sus hijos pensaban, dificultó la consolidación del sí-mismo de esos niños, con el resultado
ulterior de que éstos adoptaron una vida secreta y aislada para impedir la Introvisión de sus padres.
Sólo luego de superar una considerable resistencia los pacientes comenzaron a comprender, sin ninguna
sugestión de mi parte y, ante mi sorpresa al comienzo, que lo que los llevaba a aislarse del peligro de ser
entendidos era el temor a la disolución del sí mismo.
La conceptualización del yo deficiente lleva al analista a adoptar una elogiable actitud de cautela, seguida
por un enfoque pedagógico.
En vista de que el aparato mental mismo no es un contenido experiencial para el paciente, el analista que
conceptualiza la enfermedad de aquél en términos de una deficiencia del yo no puede hacer más que
enseñar al paciente a reconocer el mal funcionamiento de su aparato psíquico deficiente. Y el paciente, a
su vez, no puede hacer más que tratar mediante un esfuerzo consciente de resistirse a ciertas tendencias
patológicas existentes mediante la forzada activación de fuerzas opuestas.
La conceptualización de una psicopatología específica del sí-mismo por otro lado, lleva a un enfoque
psicoanalítico antes que educacional. Conduce al surgimiento de contenidos experienciales
patognomónicos, y específicamente a la reexperiencia de los reclamos de las antiguas constelaciones
psíquicas, las que debieron ocultarse por que los objetos del sí mismo, haciendo gala de muy poca
empatía, no las tuvieron en cuenta, y permiten que esas constelaciones vuelvan a experimentarse en tal
transferencia y, de hecho, se conviertan en el centro mismo del proceso psicoanalítico. La resistencia del
paciente a que el analista penetre en él es una fuerza saludable, que preserva la existencia de un rudimento
del sí-mismo nuclear que logró establecerse a pesar de la empatía distorsionada de los padres: también
permite reconocer que ese sí-mismo nuclear se reactiva cada vez más, es decir, el analista presencia el
renacimiento de la convicción arcaica del paciente en cuanto a la grandeza de su sí-mismo, convicción que
no había encontrado respuesta en la temprana infancia y, por lo tanto, no había sido accesible a una
modificación e integración gradual con el resto de la personalidad; por último, permite reconocer que un
proceso de elaboración comienza a movilizarse: el que se refiere a los reclamos del sí-mismo nuclear
reactivado en una (o varias) de las variedades de una transferencia de tipo objeto-del-sí-mismo. Este
proceso de elaboración comienza casi siempre con la movilización de necesidades arcaicas de respuesta
especular y de fusión, a medida que se desarrolla la elaboración, transforma gradualmente las ideas de

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grandeza arcaica del paciente y su deseo de fusión con los objetos omnipotentes en una saludable
autoestima y devoción por sus ideales.
El hecho de que los padres de estos pacientes hubieran seguido introduciéndose, a través de percepciones
selectivamente empáticas, en la mente de sus hijos durante las etapas verbales posteriores de su desarrollo,
demuestra más allá de toda duda que no eran empáticos con respecto a las necesidades de maduración de
sus hijos, aun cuando su captación empática de ciertos detalles de los pensamientos de los hijos resultara a
menudo acertada1.
Lo que el niño necesitaba era interpretaciones conducentes a una mayor conciencia de su persistente
necesidad de respuestas a su sí-mismo total, capaces de intensificar la cohesión. Fue la necesidad
infantil de este tipo de respuestas lo que se revivió en la transferencia de tipo objeto-del-sí-mismo y era
esta necesidad la que requería interpretación. El analista no debió rechazar la resistencia a la
autorrevelación como una actitud desfavorable que se debía superar, y cuanto antes mejor, al servicio del
análisis, sino interpretarla sin censura como un escudo importante para evitar que la interpretación
penetrara en ellos, un escudo con que el paciente intentaba proteger un sector pequeño y coherente de su sí
mismo. Lentamente y a pesar de fuertes resistencias, se puso de manifiesto ante el analista:
1) El deseo de ser admirado y confirmado para experimentar un sentido de su realidad.
2) La aspiración a completar un paso frustrado del desarrollo, a exponerse a los procesos de
elaboración que permitirían a su integración en la personalidad madura del paciente.

La muerte y la crisis de la mitad de la vida


Autor: Elliott Jacques
En el curso del desarrollo del individuo hay fases críticas que tienen el carácter de momentos de cambio o
períodos de transición rápida. Menos familiares quizás, aunque no menos reales, son las crisis que se
producen alrededor de los 35 años, que denominaré crisis de la mitad de la vida, y en la plena
madurez, alrededor de los 65 años. Y que el período exacto varía según los individuos.
La crisis en el genio
Esta crisis puede expresarse en tres formas diferentes:
1) La carrera creadora simplemente puede acabar, ya sea por agotarse el trabajo creador o por muerte
real.
2) La capacidad creadora puede comenzar a mostrarse y expresarse por primera vez.
3) Puede producirse un cambio decisivo en la calidad y contenido de la creatividad.
El cambio en la creatividad que se produce durante este período se puede observar en la vida de
incontables artistas.
Hay dos rasgos que me parecen de importancia sobresaliente:
1) Vinculado con la modalidad de trabajo.
2) Referido al contenido del trabajo.

1
La empatía distorsionada de estos padres con respecto a sus hijos se relaciona en cierto sentido con la percepción correcta,
pero distorsionada, que tiene el paranoico de los impulsos hostiles en los demás. En ambos casos se ve un solo árbol, pero no el
bosque. En otro trabajo me referí a la distorsión análoga de la empatía en el analista que centra sus interpretaciones en un único
mecanismo mental, por ejemplo, una defensa o algún otro detalle de la neurosis del paciente, en un momento en que éste busca
una respuesta amplia para su sí-mismo total acerca de algún hecho importante de su vida, tal como un nuevo logro.

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Alderete
Alexis
Usaré la expresión “Adultez Temprana” para designar la fase previa a la mitad de la vida, y “Adultez
Madura” para la fase posterior a la mitad de la vida.
Cambio en la modalidad de trabajo
La creatividad de veintena y del comienzo de la treintena tiende a ser una Creatividad Exaltada. Es
intensa y espontánea, y aparece con facilidad. El prototipo son las efusiones espontáneas de Mozart,
Keats, Selley, Rimbaud. La mayor parte del trabajo parece producirse inconscientemente. Los límites de la
capacidad física del artista para registrar las palabras o la música que está expresando, dictan a menudo el
ritmo de la creación.
La creatividad del final de la treintena y los años posteriores, es una Creatividad Escultórica. La
inspiración puede ser vehemente e intensa. El trabajo inconsciente no es inferior al anterior. Pero hay un
gran paso entre la primera efusión de la inspiración y el producto creado terminado. Comienza el proceso
de componer y conformar el producto extremo, a través de la elaboración y reelaboración del material
externalizado. Uso el término “escultórico” debido a la naturaleza del material del escultor, hablo del
escultor que trabaja la piedra, que lo obliga a tener este tipo de relación con el producto de su imaginación
creadora. Se produce un proceso de interjuego entre la inspiración y el trabajo intuitivo inconsciente,
y la percepción considerada de la creación que emerge externamente y la reacción ante la misma.
En su artículo “Un rasgo de carácter de Freud”, Riviere describe la exhortación que Freud le dirigía en
relación con una idea psicoanalítica que se le había ocurrido a ella:
Escríbala, escríbala, exprésela en blanco y negro…expúlsela, prodúzcala, haga algo de ella fuera de
usted, es decir, dele una existencia independiente de usted misma.
Este proceso de externalización es parte esencial del trabajo en la adultez madura, cuando, como en el
caso de Freud, el material externalizado inicialmente no es en sí mismo el producto final, ni casi el
producto final, sino que es el punto de partida, el objeto de elaboración, modificación y reelaboración
posteriores, las cuales algunas veces se extienden por un período de años.
Son raros los casos en que el trabajo en la adultez temprana tiene una calidad escultórica y elaborada.
Algunas veces, como en la tarea científica, se puede encontrar la aparición de trabajo elaborado.
El trabajo genuinamente creador de la adultez madura algunas veces, puede parecer que no está elaborado
externamente, y sin embargo puede estarlo. Lo que parece una creación rápida y no elaborada es
generalmente la reelaboración de temas que habían sido trabajados antes, o que fueron emergiendo
lentamente a lo largo de años en trabajos anteriores.
La realidad de la distinción se hace evidente en el hecho de que ciertos materiales se aplican con mayor
rapidez a la creatividad precipitada de la adultez temprana que otros. La composición musical, la poesía
lírica, son mucho más accesibles a la producción creadora rápida que la escultura en piedra o la pintura al
óleo.
Calidad y contenido de la creatividad
El cambio en la calidad y del contenido es la emergencia de un contenido trágico y filosófico, que luego se
convierte en serenidad en la creatividad de la adultez madura.
El idealismo y el optimismo de la adolescencia tardía y la adultez temprana, acompañados por el odio
disociado y proyectado, son abandonados y reemplazados por un pesimismo más contemplativo. Hay una
desviación desde el deseo radical y la impaciencia, hacia un conservatismo más reflexivo y tolerante. En la
medida en que el odio, la destrucción y la muerte se encuentren explícitamente en la creatividad adulta
temprana, aparecen bajo la forma de lo satánico o lo macabro, como en Poe y Baudelaire, y no como
ansiedades elaboradas y resueltas.

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Alderete
Alexis
Este idealismo del adulto temprano se construye sobre la base del uso de mecanismos inconscientes
maníacos y de la negación, como procesos normales de defensa contra dos rasgos fundamentales de la
vida humana:
1) La ineludibilidad de la muerte eventual.
2) La existencia de odio e impulsos destructivos dentro de cada persona.
Cuando se comienza a tomar en cuenta la muerte y la destructividad humana, es decir, tanto la muerte
como el instinto de muerte, calidad y el contenido de la creatividad se convierten en trágicos, reflexivos y
filosóficos. La miseria y la desesperación del sufrimiento y el caos producidos inconscientemente por uno
mismo deben ser enfrentadas y superadas para que se conserve la vida y continúe la creatividad. Némesis
es la clave, y la tragedia el tema de su reconocimiento.
El producto exitoso del trabajo creador maduro reside entonces en resignación constructiva tanto a las
imperfecciones de los hombres como los defectos en el propio trabajo. Esta resignación constructiva es la
que imparte entonces serenidad a la vida y al trabajo.
La divina comedia
La esencia de la crisis de la mitad de la vida se revela en su forma más plena en la vida de los genios. Se
pone de manifiesto que la crisis es de carácter depresivo, en contraste con la crisis adolescente que tiende
a ser paranoide-esquizoide. En la adolescencia, el resultado predominante de un derrumbe grave es la
enfermedad esquizofrénica: en la mitad de la vida, el resultado preponderante es la depresión, o las
consecuencias de las defensas contra la ansiedad depresiva, tal como se refleja en los mecanismos
maníacos, la hipocondría, los mecanismos obsesivos, o la superficialidad y el deterioro del carácter. La
elaboración de la crisis de la mitad de la vida exige una reelaboración de la depresión infantil, pero con un
insight maduro de la muerte.
Este tema de la elaboración de la depresión aparece expresado en La divina comedia, es una descripción
del primer enfrentamiento consciente, total y elaborado, del poeta con la muerte. Es conducido a través del
Infierno y el Purgatorio por su maestro Virgilio, para encontrar su propio camino hacia el Paraíso.
Pero la relación con el objeto bueno primitivo implica la realización de la reparación; el Purgatorio ha sido
atravesado, los impulsos de amor han crecido, y la crueldad y la aspereza del Superyó, expresadas en el
Infierno, han sido eliminadas. La amargura dio lugar a la serenidad.
El abandono de la defensa maniaca y el consiguiente refuerzo del carácter y la determinación, bajo el
dominio del amor.
Consciencia de la muerte personal
La crisis de la mitad de la vida es una reacción que no sólo se produce en el genio creador, sino que
también se manifiesta de alguna manera en todos. ¿Cuál es entonces la naturaleza psicológica de esta
reacción a la situación de la mitad de la vida, y cómo debemos explicarla?
El hecho simple de esta situación es la llegada al punto medio de la vida. La cronología, no es tan simple
psicológicamente. El individuo ha dejado de crecer y ha comenzado a envejecer. Sus padres han
envejecido, y sus hijos están en el umbral de la adultez. La juventud y la niñez pasaron y se fueron, y debe
realizar el duelo por ellas. El logro de la adultez madura e independiente se presenta como la principal
tarea psíquica. La paradoja es entrar en la flor de la vida, la etapa de plenitud, y que al mismo tiempo la
flor de la vida y la plenitud estén fechadas. La muerte acecha más allá.
Entre la realidad y la inevitabilidad de la propia muerte personal eventual, es el rasgo central y
básico de la fase de la mitad de la vida. La muerte, en el nivel consciente, en lugar de ser una concepción
general o un acontecimiento experimentado en términos de la pérdida de algún ser, se convierte en un
problema personal, la propia muerte, la propia mortalidad real y actual. Freud describió este problema:
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Alderete
Alexis
Estábamos preparados para sostener que la muerte era el resultado necesario de la vida… sin embargo,
estábamos acostumbrados a comportarnos como si fuera de otra manera. Desarrollábamos una
inconfundible tendencia a “archivar” la muerte, a eliminarla de la vida. Tratábamos de ocultarla… Se
trata de nuestra propia vida, por supuesto… Nadie cree en su propia muerte…en el inconsciente todos
están convencidos de su propia inmortalidad.

Significado inconsciente de la muerte


La reacción de cada uno ante el enfrentamiento en la mitad de la vida con la realidad de la propia muerte
eventual, ya sea la capacidad para enfrentar esta realidad, o la negación de la misma, se encuentra
intensamente influida por la relación inconsciente infantil que se posea con la muerte.
La relación del bebé con la vida y la muerte se produce en el marco de su supervivencia, que depende de
sus objetos externos y el equilibrio del poder de los instintos de vida y de muerte que califican su
percepción de aquellos objetos y su capacidad para depender de ellos y utilizarlos. En la posición
depresiva infantil, bajo condiciones en las que prevalece el amor, se pueden sintetizar en alguna medida
los objetos buenos y malos, el Yo se torna más integrado, y se experimenta la esperanza de
restablecimiento del objeto bueno; la superación concomitante del duelo y la recuperación de la seguridad,
son el equivalente infantil de la noción de vida.
Bajo condiciones en las que prevalece la persecución, se inhibe la elaboración de la posición depresiva,
fracasan la reparación y la síntesis, se vivencia inconscientemente que el mundo interno contiene el pecho
malo destruido y devorado, persecutorio y aniquilador, y el Yo mismo se siente despedazado.
Las ideas de inmortalidad surgen como respuesta a estas ansiedades y como defensa contra ellas. Las
fantasías inconscientes de inmortalidad son la contrapartida de las fantasías infantiles del aspecto
indestructible y por lo tanto inmortal del objeto primario idealizado y generoso. Incluyen el triunfo
sádico omnipotente, y como resultado incrementan la culpa y la persecución. Y llevan a sentimientos de
intolerable indefensión, a través de la dependencia del objeto perfecto que comienza a exigir una
perfección igual en la conducta.
Un caso de negación de la muerte
Es el momento de actuar, y la acción se ve estimulada o apoyada en mayor o menor grado, dependiendo
de la adaptación emocional del individuo, por la actividad y la negación como partes de la defensa
maníaca.
Evasión de la consciencia de muerte
La libido, el impulso creador de vida representado por la tendencia sexual, disminuye, y el instinto de
muerte se hace cada vez más preponderante.
La percepción de la edad avanzada de los padres, unida a la maduración de los hijos que se convierten en
adultos, contribuye firmemente a la sensación de envejecimiento, al sentimiento de que el próximo turno
para envejecer y morir es el propio. Este sentimiento acerca de la edad de los padres es muy intenso; aun
en pacientes cuyos padres murieron años atrás, existe la consciencia en el período de la mitad de la vida,
de que sus padres entonces estarían llegando a la vejez.
Con la consciencia del comienzo de la última mitad de la vida, despiertan ansiedades depresivas
inconscientes, y se requiere la repetición y continuación de la elaboración de la posición depresiva
infantil. Citando nuevamente a Klein, “las relaciones satisfactorias con la gente dependen de que el bebé
haya tenido éxito frente al caos interno, (la posición depresiva) y haya establecido con seguridad sus
objetos internos “buenos”, del mismo modo en la mitad de la vida el establecimiento de una adaptación
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Alexis
satisfactoria a la contemplación consciente de la propia muerte, depende del mismo proceso, porque de
otro modo la muerte misma se equipara con el caos depresivo, la confusión y la persecución, igual que en
la infancia.
Se disocian el amor y el odio, la destrucción ya no es mitigada por la ternura. Hay una protección escasa o
nula contra las fantasías inconscientes catastróficas de aniquilar los propios objetos buenos. La reparación
y la sublimación, procesos que subyacen a la creatividad, se inhiben y fracasan. Y en el mundo
inconsciente profundo existe una horrible sensación de ser invadido y habitado por los objetos psíquicos
que fueron aniquilados.
En términos primitivos, el proceso escultórico se experimenta en parte como una identificación
proyectiva en la que el miedo a morir se encuentra disociado y proyectado en el objeto creado (que
representa al pecho creador).
La fantasía inconsciente del caos y la desesperación interna consiguiente, aparece en términos similares a
un infierno: si no se puede superar este estado mental, se hace necesario negar el odio y la muerte,
apartarlos, encubrirlos, rechazarlos. Son reemplazados por fantasías inconscientes de omnipotencia,
inmortalidad mágica, misticismo religioso, la contrapartida de las fantasías infantiles de ser indestructible
y estar bajo el cuidado protector de alguna imagen idealizada y generosa.
Una persona que llega a la mitad de la vida ya sea sin haberse establecido exitosamente en la vida marital
y ocupacional, o habiéndose establecido por medio de la actividad maníaca y la negación con el
consiguiente empobrecimiento emocional, está mal preparada para enfrentar las exigencias de la edad
mediana y gozar de su madurez.
Los intentos compulsivos por permanecer jóvenes, en muchos hombres y mujeres que llegan a la edad
mediana, la preocupación hipocondríaca acerca de la salud y el aspecto, la emergencia de la promiscuidad
sexual para probar la juventud y la potencia, la vacuidad y la carencia de un goce genuino de la vida, y la
frecuencia de la preocupación religiosa, con pautas conocidas. Son intentos de correr una carrera contra el
tiempo. Y además del empobrecimiento de la vida emocional implicada en las actividades mencionadas,
siempre es posible un verdadero deterioro del carácter. El retraimiento de la realidad psíquica estimula la
deshonestidad intelectual y un debilitamiento de la fibra moral y el coraje. El incremento de la arrogancia
y la crueldad, que encubren los tormentos de la envidia, o la humildad autodestructiva y la debilidad, que
encubren fantasías de omnipotencia, son sintomáticos de tal cambio.
En lugar de un enriquecimiento creador a través de la introducción de lo genuinamente trágico, hay un
empobrecimiento emocional, un apartamiento del desarrollo creador. Dice Freud: “La vida pierde
interés cuando no se puede arriesgar el mayor premio del juego: la vida misma”. Éste es el talón de
Aquiles de muchos genios jóvenes.
La elaboración de la posición depresiva
Los recuerdos inconscientes profundos del odio, no se niegan sino que se reviven y son mitigados por el
amor; los de la muerte y la destrucción son mitigados por la reparación y el deseo de vivir; las cosas
buenas agredidas y dañadas por el odio, reviven nuevamente y son curadas por el duelo amoroso; la
envidia destructiva es mitigada por la admiración y la gratitud; renacen la confianza y la esperanza, no a
través de negación sino a través de la profunda sensación interna de que el tormento del duelo y la
pérdida, de la culpa y la persecución, puede ser tolerado si lo enfrenta la reparación amorosa.
En circunstancias constructivas, el objeto creador en la mitad de vida se experimenta inconscientemente
en términos del pecho bueno, que según Bion:
Modera el componente temido del miedo a morir que había sido proyectada en él, y el bebé entonces
reintroyectaría una parte de su personalidad ahora tolerable, y en consecuencia, estimuladora del
desarrollo.

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Alderete
Alexis
En la modalidad escultórica de trabajo, el objeto creado externamente en lugar de ser experimentado
como algo que empobreció la personalidad es, reintroyectado inconscientemente y estimula la
creatividad inconsciente futura. Se experimenta al objeto creado como dador de vida. La idea de la
muerte puede ser tolerada en el pensamiento y no predominantemente en la identificación proyectiva de
modo que el concepto de muerte puede comenzar a percibirse conscientemente. La prueba de realidad de
la muerte puede ser desarrollada como el pensamiento, separada parcialmente del proceso de crear un
objeto externo.
Hacia la mitad de la vida podemos enfrentar el comienzo de la tragedia de la muerte personal con la
sensación de duelo correspondiente. Al reelaborar de este modo la posición depresiva inconscientemente
recuperamos la sensación primitiva de plenitud, de nuestra bondad y de la bondad de nuestros objetos, una
bondad que es suficiente, pero no idealizada, no está sujeta a la perfección total.
La nueva elaboración de la experiencia infantil de pérdida de duelo, incrementa la confianza en la propia
capacidad de amar y hacer el duelo por lo que se ha perdido. Podemos comenzar a hacer el duelo por
nuestra propia muerte final.
La última mitad de la vida se puede vivir con el conocimiento consciente de la muerte final y la aceptación
de este conocimiento como parte integrante de la vida. Puede comenzar el duelo por la propia muerte,
paralelamente con el duelo y el restablecimiento de los objetos de la infancia y la juventud perdidos. Lo
que se gana es una profundización de la consciencia, la comprensión y la autorrealización, se pueden
cultivar valores genuinos, de sabiduría, fuerza y coraje, esperanza y goce. Y de la mayor capacidad para
sublimar, que acompaña a la resignación y el desprendimiento verdaderos.
Creatividad escultórica
El proceso escultórico puede ser llevado a cabo hasta que el trabajo sea lo suficientemente bueno.
No se exigen intentos obsesivos de perfección, porque ya no se experimenta la inevitable imperfección
como un fracaso persecutorio amargo. De esta resignación madura surge la serenidad de la obra del
genio, una serenidad auténtica, que trasciende la imperfección al aceptarla.
En razón de la mayor integración del mundo interno y de la profundización del sentido de realidad, se
puede producir una interacción más libre entre los mundos externo e interno. La creatividad escultórica
expresa esta libertad con su flujo de inspiración de adentro hacia afuera y nuevamente hacia adentro,
repetido constantemente una y otra vez.
La vida y el mundo continúan y podemos seguir viviendo a través de nuestros hijos, nuestros objetos
amados, nuestras obras, sino en la inmortalidad.
El proceso escultórico en la creatividad se facilita por la preparación para la fase final de la prueba de
realidad, que ya ha comenzado: la prueba de realidad del final de la vida. Para todos, los años
siguientes a los cuarenta, son años en que los nuevos comienzos tocan a su fin. Se puede observar que este
sentimiento despierta de una manera particularmente intensa alrededor de los cuarenta y cinco años. Esta
sensación de que ya no habrá cambios, se anticipa en la crisis de la mitad de la vida. Lo que se ha
comenzado debe ser terminado. Cosas importantes que el individuo hubiera querido realizar, hubiera
deseado ser, hubiera ansiado tener, no se lograrán. La consciencia de la frustración futura es especialmente
intensa.
Esta prueba de realidad es tanto más severa cuanto mayor es la capacidad creadora del individuo,
porque la escala temporal del trabajo creador aumenta dramáticamente con la capacidad.
La creatividad positiva y el tono de serenidad que acompañan a la tolerancia exitosa de esta frustración,
son característicos de la producción madura de Beethoven, Goethe, Virgilio, Dante y otros gigantes. Es el
espíritu del “Paraíso” que termina con palabras de confianza fuerte y tranquila.
Resumen
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Alderete
Alexis
Las características de la crisis que se produce en el individuo alrededor de los 35 años y que señala el
pasaje de la adultez temprana a la adultez madura. Los dos cambios sobresalientes son:
1) Modalidad de Trabajo.
2) Calidad y el Contenido de la Creatividad.
En cuanto al cambio en la modalidad de trabajo señala la exaltación existente en la creatividad de la
adultez temprana, frente a la creatividad escultórica de la adultez madura, en la cual resultan
fundamentales la elaboración y reelaboración del material con que se trabaja. En cuanto a la calidad y
el contenido más característicamente lírico y descriptivo, mientras que en la adultez madura aparecen
contenidos trágicos y filosóficos que luego se convierten en serenidad. En la adultez temprana, el odio
se halla disociado, y se manifiestan el optimismo y el idealismo, construidos sobre la base de mecanismos
inconscientes maníacos ante dos rasgos fundamentales de la vida humana:
1) La ineludibilidad de la muerte eventual.
2) La existencia de odio e impulsos destructivos dentro de cada persona.

La Transitoriedad
Autor: Sigmund Freud
Hace algún tiempo, en compañía de un amigo taciturno y de un poeta joven, salí de paseo, por una
campiña. Lo preocupaba la idea de que toda esa belleza estaba destinada a desaparecer, que en el invierno
moriría, como toda belleza humana y todo lo hermoso y lo noble que los hombres crearon o podrían crear.
Todo eso que de lo contrario habría amado y admirado le parecía carente de valor por la transitoriedad a
que estaba condenado.
¡No, es imposible que todas esas excelencias de la naturaleza y del arte, el mundo de nuestras sensaciones
y el mundo exterior, estén destinados a perderse realmente en la nada¡ Seria demasiado disparatado e
impío creerlo. Tienen que poder perdurar de alguna manera, sustraerse de todas las influencias
destructoras.
Le discutí al poeta pesimista que la transitoriedad de lo bello conllevara su desvalorización.
El valor de la transitoriedad es el de la escasez en el tiempo. La restricción en la posibilidad del goce lo
torna más apreciable. Declaré incomprensible que la idea de la transitoriedad de lo bello hubiera de
empañarnos su regocijo. En lo que atañe a la hermosura de la naturaleza, tras cada destrucción por el
invierno ella vuelve al año siguiente, y ese retorno puede definirse como eterno en proporción al lapso que
dura nuestra vida.
De este fracaso infería la injerencia de un fuerte factor afectivo que les enturbiaba el juicio, y más tarde
hasta creí haberlo descubierto. Tiene que haber sido la revuelta anímica contra el duelo la que les
desvalorizó el goce de lo bello. La representación de que eso bello era transitorio dio a los dos sensitivos
un pregusto del duelo por su sepultamiento, y, puesto que el alma se aparta instintivamente de todo lo
doloroso, sintieron menoscabado su goce de lo bello por la idea de su transitoriedad.
¿Por qué este desasimiento de la libido de sus objetos habría de ser un proceso tan doloroso? No lo
comprendemos, ni por el momento podemos deducirlo de ningún supuesto. Sólo vemos que la libido se
aferra a sus objetos y no quiere abandonar lo perdido aunque el sustituto ya esté aguardando. Eso,
entonces, es el duelo.
Sabemos que el duelo, expira de manera espontánea. Cuando acaba de renunciar a toda la perdida, se ha
devorado también a sí mismo, y entonces nuestra libido queda de nuevo libre para, si todavía somos
jóvenes y capaces de vida, sustituirnos los objetos perdidos por otros nuevos.

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Alderete
Alexis
Infancia y Sociedad
Autor: Erik H. Erikson
Confianza Básica contra Desconfianza
Desde el nacimiento hasta aproximadamente los 18 meses. El bebe recibe el calor del cuerpo de la
madre y sus cuidados amorosos, es la sensación física de confianza. Se desarrolla el vínculo que será la
base de sus futuras relaciones con otras personas importantes; es receptivo a los estímulos ambientales, es
por ello sensible y vulnerable a las experiencias de frustración, son las experiencias más tempranas que
proveen aceptación, seguridad, y satisfacción emocional y están en la base de nuestro desarrollo de
individualidad. Depende entonces del sentimiento de confianza que tengan los padres en sí mismos y en
los demás, y que lo puedan reflejar en sus hijos.
Autonomía contra Vergüenza y Duda
Desde los 18 meses hasta los 3 años aproximadamente. Etapa ligada al desarrollo muscular y de
control de las eliminaciones del cuerpo. Este desarrollo es lento y progresivo y no siempre es consistente
y estable, por ello el bebe pasa por momentos de vergüenza y duda. Comienza a controlar una creciente
sensación de afirmación de la propia voluntad de un yo naciente, se afirma muchas veces oponiéndose a
los demás. El niño empieza a experimentar su propia voluntad autónoma experimentando fuerzas
impulsivas que se establecen en diversas formas en la conducta del niño, y se dan oscilando entre la
cooperación y la terquedad, las actitudes de los padres y su propio sentimiento de autonomía son
fundamentales en el desarrollo de la autonomía del niño. Este establece su primera emancipación de forma
tal que en posteriores etapas repetirá esta emancipación de muchas maneras.
Iniciativa contra Culpa
Desde los 3 hasta los 5 años aproximadamente. La iniciativa se da en la edad del juego, el niño
desarrolla actividad, imaginación y es más enérgico y locuaz, aprende a moverse más libre y
violentamente, su conocimiento del lenguaje se perfecciona, comprende mejor y hace preguntas
constantemente; lo que le permite expandir su imaginación. Todo esto le permite adquirir un Sentimiento
de Iniciativa que constituye la base realista de un sentido de ambición y de propósito. Se da una crisis que
se resuelve con un incremento de su sensación de ser él mismo. Es más activo y está provisto de un cierto
excedente de energía, es posible ocuparse de qué es lo que se puede hacer con la acción; descubre lo que
puede hacer junto con lo que es capaz de hacer. La intrusión en el espacio mediante una locomoción
vigorosa, la intrusión en lo desconocido por medio de una curiosidad grande, la intrusión en el campo
perceptual de los demás, fantasías sexuales. Respecto de esto último, el niño posee una genitalidad
rudimentaria y tiene muchas veces Sentimientos de Culpa y temores asociados a ello.
Laboriosidad contra Inferioridad
Desde los 5 hasta los 13 años aproximadamente. La etapa en la que el niño comienza su instrucción
preescolar y escolar, está ansioso por hacer cosas junto con otros, de compartir tareas, de hacer cosas o
de planearlas, y ya no obliga a los demás niños ni provoca su restricción. Posee una manera infantil de
dominar la experiencia social experimentando, planificando, compartiendo. Llega a sentirse insatisfecho y
descontento con la sensación de no ser capaz de hacer cosas y de hacerlas bien y aún perfectas; el
sentimiento de inferioridad, le hacen sentirse inferior psicológicamente, ya sea por su situación
económica- social, por su condición "racial" o debido a una deficiente estimulación escolar, pues es
precisamente la institución escolar la que debe velar por el establecimiento del sentimiento de
laboriosidad.
Búsqueda de Identidad contra Difusión de Identidad

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Alderete
Alexis
Desde los 13 hasta los 21 años aproximadamente. Se experimenta búsqueda de identidad y una crisis de
identidad, que reavivará los conflictos en cada una de las etapas anteriores; los padres de los adolescentes
se verán enfrentando situaciones nuevas que serán un nuevo reto para su misión orientadora. Son
características de identidad del adolescente:
 La Perspectiva Temporal, orientación en el tiempo y en el espacio
 La Seguridad en Sí Mismo.
 La Experimentación con el Rol, énfasis en la acción
 El Aprendizaje interés por el contacto con el medio ambiente y una estrategia del aprendizaje vital.
 Polarización Sexual: Adecuado grado de desarrollo del propio interés sexual.
 Liderazgo y Adhesión: Adecuada integración al grupo de "pares".
Intimidad contra Aislamiento (Comienzo de etapa adulta).
Desde los 21 hasta los 40 años aproximadamente. La intimidad supone la posibilidad de estar cerca de
otros ya que se posee un sentimiento de saber quién eres, no tienes miedo a “perderte” a ti mismo, como
presentan muchos adolescentes, el joven adulto ya no tiene que probarse a sí mismo. A esta dificultad se
añade que nuestra sociedad tampoco ha hecho mucho por los adultos jóvenes, la tendencia mal adaptativa
que Erikson llama promiscuidad, se refiere particularmente a volverse demasiado abierto, muy
fácilmente, sin apenas esfuerzo y sin ninguna profundidad o respeto por tu intimidad. Esta tendencia se
puede dar tanto con tu amante, como con tus amigos, compañeros y vecinos.
Generatividad contra Estancamiento
Desde los 40 hasta los 60 años aproximadamente. Periodo dedicado a la crianza de los niños la tarea
fundamental aquí es lograr un equilibrio apropiado entre la productividad y el estancamiento, la
productividad es una extensión del amor hacia el futuro. Tiene que ver con una preocupación sobre la
siguiente generación: teniendo y criando los hijos, la enseñanza, la escritura, la inventiva. En definitiva,
cualquier cosa que llene esa “vieja necesidad de ser necesitado”.
El estancamiento, es la “Auto-Absorción”; cuidar de nadie, las personas tratan de ser tan productivas
que llega un momento en que no se pueden permitir nada de tiempo para sí mismos, para relajarse y
descansar. Al final, estas personas tampoco logran contribuir algo a la sociedad. Esta es la etapa de la
“crisis de la mediana edad” se pregunta “¿Qué estoy haciendo aquí?”.
Integridad contra Desesperación
Desde aproximadamente los 60 años hasta la muerte. La adultez tardía o madurez, la tarea es lograr
una integridad con un mínimo de desesperanza. Primero ocurre un distanciamiento social, desde un
sentido de inutilidad biológica, debido a que el cuerpo ya no responde como antes, aparecen las
preocupaciones relativas a la muerte. Los amigos mueren; los familiares también. Parece que todos
debemos sentirnos desesperanzados; como respuesta a esta desesperanza, algunos mayores se empiezan a
preocupar con el pasado. La integridad yoica significa llegar a los términos del final de tu vida. La
tendencia mal adaptativa es llamada presunción.

Viejísimo. Los prejuicios contra la vejez


Autor: Leopoldo Salvarezza
Las dos teorías
Hay dos formas prevalentes de enfocar el tema de la vejez y que ambas se contraponen.

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Alexis
A fines de la década del cincuenta el comité sobre el desarrollo Humano de la Universidad de Chicago
inició una investigación sobre los aspectos sociales de la vejez que culminó en un libro publicado en 1961,
titulado Growing Old: The Process of Disengagement; sus autores fueron E. Cummnings y W.E. Henry.
Al postular la teoría del desapego (disengagement theory).
De acuerdo con esta teoría, a medida que el sujeto envejece se produce una reducción de su interés
vital por las actividades y objetos que lo rodean, lo cual va generando un sistemático apartamiento de
toda clase de interacción social. Gradualmente la vida de las personas viejas se separa de la vida de los
demás se van sintiendo menos comprometidas emocionalmente con los problemas ajenos, y están cada vez
más absortas en los suyos propios y en sus circunstancias. Este proceso, no sólo pertenece al desarrollo
normal del individuo, sino que es deseado y buscado por él, apoyado en el lógico declinar de sus
capacidades sensoriomotrices, lo cual le permite una redistribución adecuada de sus mermadas reservas
sobre menos objetos, pero más significativos para el sujeto. Como consecuencia, este desapego cumple
secundariamente una función social importante al no interferir, o más bien al permitir, un adecuado
desarrollo económico de las generaciones más jóvenes.
Los puntos sobresalientes de esta teoría que es preciso remarcar:
1) Es un Proceso Universal, que ha ocurrido y ocurre en cualquier cultura y tiempo histórico.
2) Es un Proceso Inevitable, porque está apoyado en procesos psicobiológicos.
3) Es Intrínseco, es decir que no está condicionado ni determinado por variable social alguna.
De esta premisa se desprende claramente que la conducta que es aconsejable seguir frente a los viejos, ya
sea como profesionales, como familiares o como amigos, debe ser inducir o favorecer un apartamiento
progresivo de sus actividades como un paso de preparación necesaria para la muerte.
A partir de 1963 comenzó a ser objeto de fuertes críticas, que aún no han cesado y que es preciso revisar
determinadamente.
Bromley señala que:
[…] las críticas a la teoría del desapego pueden agruparse convenientemente en tres clases:
1) Prácticas: Creyendo en esta teoría uno se inclina a adoptar una política de segregación o de
indiferencia hacia los viejos o a desarrollar la actitud nihilista de que la vejez no tiene valor.
2) Teóricas: La teoría del desapego no es un sistema axiomático en el sentido científico, sino, en el
mejor de los casos, una prototeoría.
3) Empíricas: La evidencia usada para soportar la teoría es inadecuada o, aún más, no cierta.
Havinghurst y colaboradores intentaron modificar esta teoría y redefinieron el desapego como un simple
proceso más que como una teoría del envejecimiento óptimo.
El estudio de Carp, sugiere que algunas conductas de los viejos, tales como el desapego, por ejemplo, son
el resultado de conductas adversas del entorno más que elementos constitutivos propios de la edad.
Maddox contrapuso su “Teoría de la Actividad” a la anterior y sostuvo que los viejos deben permanecer
activos tanto tiempo como les sea posible, y que cuando ciertas actividades ya no son posibles deben
buscarse sustitutos para ellas. La personalidad previa del viejo debe servir como llave para comprender las
reacciones a los cambios biológicos y sociales que se producen con la edad.
Es preciso recoger los puntos fundamentales de estas críticas y tratar de agruparlos en lo que podríamos
llamar razonablemente la teoría del apego.
El hombre aislado es un problema y no un ideal; por lo tanto, mal puede argüirse el apartamiento y el
desapego como un proceso intrínseco del ser humano y deseado por él. Los procesos intrínsecos puros no
existen como tales, sino que las conductas hay que estudiarlas y comprenderlas como resultado de la
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Alderete
Alexis
dialéctica del ser humano con el medio y el momento histórico-social en el cual se desenvuelve. Por lo
tanto, toda posibilidad de ser dentro del contexto humano es posible solamente en relación con otro, o con
los objetos contingentes. Y la separación o el aislamiento deben ser comprendidos como formando parte
de la patología o de la acción prejuiciosa y segregacionista contra los viejos de ciertas estructuras sociales,
pero de ninguna manera como normalidad.
Cuando se invoca la disminución de las capacidades sensoriomotrices como el argumento de apoyo que
sostiene la teoría del desapego, se está cometiendo el error tan común de juzgar la posibilidad de
satisfacción que pueden obtener los viejos en sus actividades con la óptica comparativa de las personas
más jóvenes. El secreto del buen envejecer estará dado por la capacidad que tenga el sujeto de aceptar y
acompañar estas inevitables declinaciones sin insistir en mantenerse joven a cualquier precio. Hay que
mantener una lucha activa para tratar de obtener el máximo de satisfacción con el máximo de las fuerzas
de que se disponga en cada momento. El que ha sido gran tenista en su juventud, en su vejez jugará al
golf, pero seguirá siendo deportista.
Creemos que la gerontología tiene una deuda con la sociedad: todavía no ha podido proporcionar una
definición de la vejez que no se asiente solamente en los aspectos deficitarios.
La queja mayor que manifiestan los viejos es la Pérdida de Roles Sociales, y que la dolencia más
extendida en esta edad es la presencia reiterada de duelos, cuyas causas, son la separación o la pérdida
de objetos reales o fantaseados considerados necesarios para satisfacer un deseo.
Prejuicios contra la vejez
La mayoría de la población tiene un cúmulo de Conductas Negativas hacia las Personas Viejas,
inconscientes algunas veces, pero muchas conscientes y activas.
Viejismo:
El Prejuicio de un grupo contra otro, se aplica al prejuicio de la gente joven hacia la gente vieja.
Subyace en el viejismo el espantoso miedo y pavor a envejecer, y por lo tanto el deseo de distanciarnos de
las personas mayores que constituyen un retrato posible de nosotros mismos en el futuro.
El viejismo es una conducta social compleja con dimensiones culturales, psicológicas e ideológicas, es
usado para devaluar, consciente o inconscientemente, el status social de las personas viejas.
La tendencia a culpabilizar a la víctima es también un componente importante del viejismo y de otros
tipos de discriminación. Si un viejo no es feliz con la nueva situación en la que vive, el estereotipo cultural
lleva a atribuir esta infelicidad a su terquedad o rigidez.
El término viejismo define:
El Conjunto de Prejuicios, Estereotipos y Discriminaciones que se aplican a los viejos simplemente
en función de su Edad.
“Gerontofobia”: Conducta de temor u odio irracional hacia los viejos, de manera que es menos
abarcativa y debe ser incluida dentro del viejismo y no utilizarla como sinónimo.
Los prejuicios contra la vejez, como cualquier otro prejuicio, son adquiridos durante la infancia y luego se
van asentando y racionalizando durante el resto de la vida de los seres prejuiciosos.
El mismo busse intenta explicar el origen del prejuicio hacia los viejos diciendo que:
En cierto momento durante los años de formación educativa, los niños observan que la vejez va asociada
con declinación mental y física. Ven en sus abuelos la pérdida de la vitalidad, un declinar del vigor mental
y del atractivo corporal. De particular importancia en los cambios corporales son la pérdida de la suavidad
y tersura de la piel y las modificaciones físicas asimétricas.

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Alderete
Alexis
Butler señala que otro factor que se agrega es la propensión humana de hostilidad hacia los
discapacitados, con los cuales son identificados los viejos.
El joven estudiante que lee este material se ve reforzado en sus actitudes negativas y prejuiciosas, más que
alentado a comprender y acercarse a los viejos y, sobre todo, se le refuerza el prejuicio, tan extendido y
pernicioso, que vejez es igual a enfermedad.
Algunas de las razones de las actitudes negativas de los psiquiatras para tratar a las personas viejas:
1) Los viejos inspiran en los terapeutas temores sobre su propia vejez.
2) Reactualizan en los terapeutas conflictos reprimidos en relación con sus propias figuras parentales.
3) Los terapeutas piensan que no tienen nada que ofrecer a los viejos porque creen que éstos no van a
cambiar su conducta o porque sus problemas están relacionados con enfermedades cerebrales
orgánicas intratables.
Un viejo frente a nosotros es como una especie de “Espejo del Tiempo”, y como todos sabemos el
destino que la sociedad impone a la vejez, desconsideración, rechazo, aislamiento y depósito en sórdidos
lugares a la espera de la muerte, nos provoca angustia frente a este futuro posible y nos impulsa a
escaparnos de ella. En otras palabras, elegimos no atenderlos.
El prejuicio más común contra la vejez
Uno de los prejuicios más comúnmente extendidos, tanto entre legos como entre profesionales, es el de
que los viejos son todos enfermos o discapacitados.
Palmore señala que un tercio del común de la gente asegura que los viejos “pasan mucho tiempo en cama
a causa de enfermedades”; “tienen muchos accidentes en el hogar”; “tienen pobre coordinación
psicomotriz”, “desarrollan infecciones fácilmente”.
El resultado de estos prejuicios es que se establece una fuerte sinonimia: viejo=enfermo.
Cuando intentamos romper la sinonimia viejo=enfermo, el primer problema que se nos presenta es el de
resolver qué significan los términos “salud” y “enfermedad”, problema que se torna cada vez más
complicado, como lo demuestra la enorme cantidad de trabajos científicos sobre el tema y el grado de
controversia establecido en torno a él.
La Organización Mundial de la Salud señala que la salud debe definirse como:
“Un estado de completa satisfacción física, mental y social y no solamente por la ausencia de
enfermedad”.
Pero en la práctica, más allá de esta definición, la salud de los viejos se describe generalmente:
1) En función de la presencia o ausencia de enfermedad.
2) En función de cuán satisfactorio es su funcionamiento en cualquiera de las tres áreas de la
conducta mencionadas.
El comité va un poco más allá al definir la diferencia entre:
 Impedimento: Es una anormalidad psicológica o fisiológica que no interfiere con la actividad vital
normal del individuo.
 Discapacidad: Condición que provoca una total o parcial limitación de esas actividades.

La sexualidad en la vejez
Autor: Leopoldo Salvarezza

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Alderete
Alexis
Introducción
¿Por qué los seres humanos, en nuestra individualidad y en nuestras organizaciones sociales, reprimimos
tan férreamente nuestra relación con la sexualidad de los viejos?
En primer lugar, forma parte de una dificultad generalizada para legar al conocimiento último, científico,
de la sexualidad en sus aspectos fisiológicos, psicológicos o sociales, y seguramente no estaríamos
errados.
Y lo referente a la relación del sujeto-viejo con sexualidad, en cualquiera de sus órdenes, sigue siendo
inexplorado. Una espesa cortina de prejuicios, falacias y cientificismo vician nuestra visión.
Es decir que, sobre esta conducta generalizada de represión sexual, viene a insertarse el tema que nos
ocupa: la sexualidad con el paso de los años. Y aquí, nos encontramos con los mitos y prejuicios que
recaen sobre la vejez, el viejismo, y que tornan mucho más dificultosa su comprensión. El imaginario
social piensa a los viejos en extremos opuestos: son asexuados o son perversos y asquerosos. En este
recorrido les recorta la dimensión del deseo y deja al amor sin objeto.
No hay ninguna duda de que existen cambios fisiológicos a medida que las personas envejecen. Por esta
razón, es importante tener en mente que la existencia de cambios fisiológicos no lleva, a que la función
sexual sea afectada negativamente.
Creo que hay que enfocar la sexualidad desde otra perspectiva, pasando el modelo de sexualidad basado
en el joven, donde se iguala sexualidad con coitalidad, a un modelo más permisivo y real, que lo
identifica con la búsqueda de placer sexual, y en el cual las posibilidades de manifestación y actividad
son inmensas: abrazos, besos, sexo oral, masturbación, etcétera.
El obtener placer más que cualquier acto en particular es visto ahora como un mejor índice de la actividad
sexual y algo que promueve más que inhibe la gratificación sexual.
El concepto de intimidad comprende los lazos afectivos compuestos por el cuidado mutuo,
responsabilidad, confianza y una comunicación abierta. Una de las necesidades básicas del ser humano es
la de afecto y de cuidado desde y hacia otra persona. Joven o viejo, sano o enfermo, en el ser humano que
deja de tocar y ser tocado, el afecto y la confianza en la conexión humana se deterioran lentamente y se
muere emocional y/o físicamente. Intimidad es la cualidad que permite a cada persona ser abierta,
confiable, receptiva y capaz de cuidado. En forma creciente las personas viejas hacen esfuerzos para
establecer lazos con amigos y confidentes, conexiones íntimas que pueden ser emocionales, intelectuales y
potencialmente sexuales (físicas) y que los satisfacen y energizan.
Esta visión puritana de la sociedad despliega sus aspectos muralistas en conceptos tales como que la
sexualidad en los viejos no es ni posible ni necesaria, y si ocurre, no es normal. Se constituye así un doble
juicio de valor.
1) Se Niega la Sexualidad y la idea de Su Presencia Escandaliza.
2) Se torna fuerte el estereotipo del Viejo Verde.
El viejo queda de esta manera atrapado en la disyuntiva de no tener sexualidad o tenerla. Simone de
Beauvoir dce:
Otra barrera es la presión de la opinión. La persona de edad se pliega al ideal convencional que le es
propuesto. Teme al escándalo o simplemente al ridículo. Se vuelve esclava del qué dirán.
A fin de entender esto es preciso señalar que lo que aquí aparece denominado como opinión pública, para
el sujeto pertenece al orden imaginario del deseo, en el cual éste es el deseo del “otro” al mismo tiempo
que se desea ser deseado por ese otro.

32
Alderete
Alexis
Esta moral puritana impone al mismo tiempo la prohibición de verbalizar esta problemática, lo que
implica que a la angustia proveniente de la conflictiva individual se le suma la imposibilidad de buscar
ayuda. Con la propia pareja no se habla de estas cosas; o se tiene relaciones sexuales o no se las tiene, pero
no se habla de ellas.
Súbitamente la juventud fue catapultada al primer plano de las artes, los deportes, la política y los
negocios, y como consecuencia, estos jóvenes exitosos se ofrecieron como modelos de identificación
horizontal de su generación, desplazando a los mayores, quienes hasta entonces habían ocupado ese lugar.
Los autores prestan especial atención a dos fuerzas sociales penetrantes:
1) La emergencia de un estilo de vida sexualizado que se extiende hasta la mediana edad tardía
2) Los cambios en la posición social del hombre.
Imágenes eróticas penetran continuamente en la vida diaria y refuerzan el estereotipo del desempeño
sexual masculino, lo que lleva a despertar ansiedad cuando la capacidad sexual comienza a decrecer. De
acuerdo con estos autores, el término cultura de consumo se refiere al impacto del consumo masivo diario,
el cual es reforzado a través de los medios con la promoción de la imagen de cuerpos delgados y atractivos
y muy eficientes en sus conductas sexuales. La aflicción psicológica y la ansiedad sobre la masculinidad,
la identidad sexual y la expresión sexual durante la transición del hombre a lo largo de su mediana edad
son vistas como resultado del conflicto de fuerzas generado por el estilo de vida sexualizado de la
juventud que caracteriza las actuales expectativas culturales y los cambios en el rol sexual.
Resumiendo, la persistencia de conflictos infantiles inconscientes en relación con nuestros propios padres,
reales o imaginarios, la persistencia de concepciones ideológicas moralistas, transmitidas por el interjuego
de las identificaciones primarias y la reactualización represiva impuesta por factores dominantes en
nuestra cultural actual, entre los cuales juega un papel predominante la idea religiosa de que la procreación
es el único fin de la sexualidad, se conjugan para mantener una conducta de negación activa sobre el
conocimiento psicobiosocial de la sexualidad de los viejos, transformándola, en un problema.
Datos biológicos
Tanto en la mujer como en el hombre aparecen, alrededor de los 50 años, una serie de cambios
multidimensionales en sus aspectos circulatorios, neuronales y psicosociales, entre otros. Este período se
llama climaterio. Un particular estado dentro del climaterio femenino se caracteriza por la cesación,
gradual o súbita, de las menstruaciones, debida generalmente a la pérdida de la función ovárica, lo que
lleva a una continua disminución de la producción de estrógeno y progesterona; junto con otros factores,
ello puede afectar directamente la función sexual femenina. Este estado se llama menopausia y puede
presentar síntomas tales como jaquecas, nerviosismo, calores, accesos de llanto y otras respuestas.
Consideraciones psicológicas
De acuerdo con la concepción corriente, la vida sexual humana consiste esencialmente en satisfacer el
impulso a la búsqueda de placer mediante el contacto de los órganos genitales propios con los de
otro o en actividades autoeróticas, pero “es necesario establecer una neta distinción entre los conceptos
de lo “sexual” y lo “genital”.
Psicológicamente, la sexualidad ha sido definida como el conjunto de los impulsos, conductas,
emociones y sensaciones que están intrínsecamente relacionados con la actividad reproductiva o con
el uso de los órganos genitales como fuente de satisfacción. En tal forma fue conceptualizada antes de
los descubrimientos trascendentales del psicoanálisis, que llamaron la atención sobre el hecho de que la
sexualidad adulta tiene su precursor en una sexualidad infantil, que existe desde la constitución misma del
individuo en forma de una pulsión ubicada en el límite entre lo psíquico y lo somático, es decir, como una
conducta predeterminada en sus posibilidades de acceder a objetos y fines más o menos específicos. La
energía de esta pulsión fue definida por Freud como destinada a la búsqueda de placer.
33
Alderete
Alexis
La sexualidad infantil es contemporánea con el desarrollo del sujeto y se manifiesta en sus primeros años
de una forma polimorfa, sin centrase específicamente en los órganos genitales. Paulatinamente y luego de
un largo y difícil recorrido, en el cual el sujeto, para constituirse como tal, debe soportar prohibiciones y
aceptar sacrificios, estas pulsiones van confluyendo en la erotización, tanto de los órganos genitales.
A partir de allí se instaura la genitalidad adulta que desde la pubertad en adelante será la exteriorización
más visible de la sexualidad, pero que siempre estará dominada en sus manifestaciones por las vicisitudes
que ésta haya sufrido en el desarrollo de la inserción del sujeto dentro del orden simbólico sociocultural.
Así definida, la sexualidad puede aumentar, disminuir, desplazarse, dando contenido a infinidad de
conductas que, para un observador no advertido, podrían pasar desapercibidas o llevarlo a pensar que nada
tienen que ver con ella.
Pero no sólo está involucrada esta relación con el otro, sino que la relación con uno mismo, narcisista, está
ampliamente determinada por la sexualidad. No sólo se reconocen y valorizan en sus atributos masculinos
o femeninos sino que el ejercicio de la función se erotiza y ordena el curso de la actividad amorosa.
Así definida, la sexualidad no tiene límite de edad para su exteriorización, desde el nacimiento hasta la
muerte siempre estará con nosotros.
Consideraciones clínicas
Tres premisas fundamentales que es importante recalcar de entrada para poder contraponerles luego las
desviaciones que deberemos considerar como grados diversos de perturbación o patología.
1) No hay causa alguna para que un sujeto, en un razonable buen estado de salud general, no pueda
continuarse experimentando deseos sexuales y ejercitando su función genital hasta estadios de
edad muy avanzados.
2) La posibilidad de que esto ocurra efectivamente está en razón directa de la actitud que el sujeto
haya tenido para con su sexualidad a lo largo de toda su vida.
Aquellos que han sabido gozar de ella, convirtiéndola en fuente de placer en el goce compartido y de
autoafirmación de su identidad deseante más allá de los tabúes, prejuicios e imposiciones socioculturales,
son los que se mantienen activos durante más tiempo.
Una identidad de género en la infancia (la forma de la que el individuo siente su individualidad como
hombre o mujer) positiva y consistente, junto a unos primeros encuentros sexuales valorados y disfrutados
por el joven, son dos aspectos que abrirán las puertas a una extensa e intensa vida sexual en la época
adulta. Ésta, a su vez, será la mejor garantía del mantenimiento y satisfacción de la actividad sexual hasta
edades muy avanzadas en la vejez. En contra de lo que algunos opinan, el haber mantenido una gran
actividad sexual en épocas anteriores no la agota en la vejez, más bien la favorece.
Las personas mantienen vivo su deseo sexual en proporción al grado de actividad sexual que han mostrado
en épocas anteriores.
3) En ningún caso debe tomarse comparativamente como medida de normalidad de la juventud o de
la adultez joven.
Cada momento de la vida tiene sus propias posibilidades funcionales. Así como un sujeto joven y
deportista puede jugar sin mayor esfuerzo cuatro o más partidos de tenis seguidos, cuando llegue a viejo
seguramente no podrá hacerlo y tendrá que dedicarse a jugar 18 hoyos de golf a paso tranquilo, que no por
eso será menos placentero y, lo que es más importante, seguirá siendo deportista.
La falta de sensación de bienestar y los trastornos físicos sólo contribuyen a aumentar y reactivar patrones
de conducta anteriores.

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Alderete
Alexis
En el hombre, como en la mujer, el factor más importante del mantenimiento de una sexualidad activa
hasta edad avanzada es la regularidad de las relaciones, pudiendo llegar activo hasta los 80 años o más. El
estado civil influye mucho. Los hombres casados o con relación de pareja estable tienen mayor
oportunidad de mantenerse activos, y de hecho las estadísticas mencionadas así lo demuestran.
Por otra parte, un número bastante grande de hombres casados tiene su actividad sexual reducida o
anulada. La impotencia secundaria es bastante frecuente después de los 50 años, cosa que todos sabemos.
Temor por el desempeño
Como señalan Masters y Jhonson, “no existen palabras para destacar la importancia que el factor del
temor por el desempeño tiene en la finalización de la actividad sexual del hombre”. Muchos de ellos
toleran mal o malinterpretan el proceso de lentificación que se produce por el envejecimiento y reaccionan
con lo que se conoce con el nombre de Pars pro toto, toman el hecho de necesitar más tiempo para llegar
a la erección como una señal de impotencia.
Problemas derivados de la inserción socioeconómica
A medida que se asciende en la escala social, el manejo de la sexualidad se torna más problemático. Es
que este ascenso social determina el sometimiento a una estructura competitiva, consumista, que exige del
sujeto un enorme esfuerzo desgastante en su afán de conseguir seguridad económica.
Enfermedades y medicamentos
Cualquier deterioro, agudo o crónico, o sintomatologías frecuentemente asociadas (debilidad, fiebre,
dolor, malestar, limitación en la movilidad), que se manifiesten en el ámbito de la mente o del cuerpo, que
actúen reduciendo las condiciones generales del sujeto o la eficiencia de su economía orgánica, pueden
estar en relación con el descenso o ausencia de la pulsiones sexuales.
La aparición de alguna enfermedad que reduzca la capacidad de respuesta sexual en cualquiera de los
conyugues suele acarrear consecuencias deteriorantes para el funcionamiento de la pareja, toda vez que,
como ya dijimos, la clave para el mantenimiento de una buena sexualidad hasta edad avanzada es su
constancia y regularidad.
Las drogas pueden influenciar las respuestas sexuales por efectos no específicos sobre el bienestar general,
el nivel de energía y el humor.
Moratoria en la relación sexual
Masters y Jhonson han llamado la atención sobre la evidencia de que la pérdida de interés en el coito
debida al aburrimiento en la relación sexual es el factor más constante en la disminución de la
frecuencia de los contactos sexuales con la pareja que se produce en los individuos de edad avanzada.
Es sabido que la principal disfunción sexual de la mujer es la disminución del deseo.
La mujer puede no tener interés en su compañero porque, por diversas razones, nunca lo tuvo a lo largo de
su vida; pero también puede ser porque éste no ha sabido seducirla, estimularla y porque, además, está
gordo, enfermo, deprimido o alcoholizado y ha dejado de ser un objeto erótico para ella.
Conclusiones
Afirmar sin ninguna duda que en los viejos la sexualidad no sólo es posible sino que es necesaria. Posible
porque, si bien la fisiología nos muestra diferencias respecto de los sujetos más jóvenes, la satisfacción
psicológica que proviene del ejercicio de la función no se altera; y es necesaria porque el ejercicio regular
de la misma es el factor de mayor importancia en su mantenimiento.
Planteadas así las cosas, sólo nos queda por delante la tremenda tarea de vencer la resistencia que proviene
de la sociedad con toda su cohorte de prejuicios, prohibiciones y sanciones que se abaten sobre los viejos.

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Alderete
Alexis
Introducción a la psicopatología y psiquiatría
Autor: Vallejos Ruiloba
Psiquiatría en el anciano
Los ancianos con trastornos mentales son un importante subgrupo de la población anciana, pero ciertas
patologías son particularmente notorias en la edad avanzada por su prevalencia o morbilidad. Los ancianos
presentan mayor riesgo de deterioro cognitivo que los adultos más jóvenes, la presencia de
sintomatología depresiva y ansiosa es también importante en los pacientes de edad avanzada, además con
el tiempo la depresión se asocia con el deterioro de funcionamiento y bienestar de forma similar o mayor
en las patologías médicas crónicas.
Los médicos y los psiquiatras deben identificar y tratar los trastornos psiquiátricos específicos y educar,
apoyar y realizar intervenciones preventivas para ayudar a manejar los problemas habituales del
envejecimiento.
En el anciano, las manifestaciones típicas de las enfermedades psiquiátricas se ven afectadas por la
comorbilidad con enfermedades somáticas, incluidos los déficits sensoriales, trastornos mentales
orgánicos: demencia o delirium, además tienden a presentar los síntomas psíquicos como quejas
somáticas. Es importante la función de los familiares o cuidadores cercanos, en el anciano se da con
frecuencia un rechazo a manifestar al psiquiatra los síntomas, o a ocultarlos durante la entrevista, en un
intento por aparecer mejor de lo que realmente se está, existe un temor intenso a ser declarado enfermo
mental o ser internado en un centro asistencial.
Entrevista psiquiátrica
Es necesario establecer una relación terapéutica adecuada, por lo que es necesario crear un ambiente de
confianza y emplear el nivel adecuado de lenguaje para que el paciente se sienta cómodo y nos comprenda
bien. En la entrevista se recoge la historia psiquiátrica (historia de la enfermedad actual, historia familiar y
personal, historia médica y psiquiátrica, historia social y autonomía personal) y se realiza una exploración
psicopatológica (se le da importancia al funcionamiento cognitivo, intentando detectar la presencia de los
dos grandes síndromes de deterioro cognitivo: demencia y delirium. La valoración cognitiva incluye una
valoración de la atención, lenguaje, memoria, praxias, gnosias, comprensión y pensamiento abstracto.
Exploración física, entrevista con el cuidador y formulación).
Neurobiología del envejecimiento
El cerebro humano alcanza la madurez completa en la segunda y tercera década de la vida, a partir de la
cuarta década las alteraciones neuropatológicas comienzan a ser evidentes. Hay diferentes hipótesis sobre
el envejecimiento:
1) Teoría Orgánica: Dice que el envejecimiento se debe a la pérdida de funciones secundarias a una
alteración en el sistema inmunológico o en el sistema neuroendócrino.
2) Teoría Fisiológica: Sugiere que se acumulan niveles tóxicos de desechos celulares que dañan
proteínas vitales o el ADN.
3) Teoría Genómica: El envejecimiento es consecuencia de la acumulación de errores genéticos,
mutaciones o una muerte celular programada.
4) Hoy, el envejecimiento del sistema nervioso central y la neurodegeneración parecen estar
asociadas tanto a la disminución de los mecanismos de reparación molecular como a un
aumento de los procesos neurotóxicos.
Debemos tener en cuenta que los cambios del SNC asociados al envejecimiento no son dicotómicos entre
juventud y vejez, sino que la mayoría son progresivos y se inician desde el momento del nacimiento.
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Alderete
Alexis
Neurosis en la edad tardía
Se desconoce cómo envejece de forma específica la población neurótica, qué evolución y pronóstico
tienen en la vejez aquellos sujetos que en su juventud fueron diagnosticados según las neurosis clásicas:
angustia, fobia, TOC, histeria de conversión o disociativa.
La mayoría de los trastornos neuróticos que se registran en la vejez corresponden a pacientes que han
iniciado el cuadro en épocas más tempranas de la vida. Podemos ver: depresión neurótica o distimia,
trastornos de ansiedad entre los que destacan la ansiedad generalizada, fobias; trastornos afectivos:
depresivos y bipolares; esquizofrenia de inicio tardío (presencia de fenómenos delirantes, alucinaciones,
ausencia de trastornos cognitivos generalizados y progresivos, ausencia de trastornos afectivos
significativos; el paciente se queja de estar bajo el escrutinio hostil de vecinos u otros, quienes están
dispuestos a molestarle u echarle de la casa, temas delirantes frecuentes sobre aparatos productores de
ruido, rayos o gases u otro tipo e ingenio para mantenerles despiertos durante la noche o molestarles,
delirios de paramentos, que sus pensamientos pueden ser leídos y hasta anticipados por voces alucinatorias
que critican y se burlan).

Psicología normal de la vejez


Autor: Zinberg y Kaufman
El Ello: En el ello los impulsos instintivos y los conflictos reprimidos permanecen en estado inalterable,
intemporal, lo que cambia son las estructuras psíquicas por las que los impulsos alcanzan el estado de
conciencia, el aparato físico apropiado para la descarga de los impulsos y la reacción del mundo exterior
frente al organismo. El ello es un reservorio de energía psíquica fundamental. Con el envejecimiento,
la expresión de un impulso sexual o agresivo es menos probable que esté rodeada de motivaciones
derivadas, el objetivo del impulso puede estar algo alterado, pero existen menos inhibiciones en cuanto a
su expresión. El gritar o ensuciar constituye una expresión casi directa de los impulsos, sin el
impedimento, la inhibición, sustitución o empleo de los mecanismos racionales que son de apreciar
cuando el yo está integrado y los domina.
Otro problema con el ello es el del camino por el cual un impulso llega a descargarse, por lo que hay que
prestar atención a lo que llega al yo y en qué forma, en cada etapa de desarrollo de la vida.
El Yo: La hipótesis de la psicología del yo es que este sigue un desarrollo durante toda la vida. Los
instintos soportan vicisitudes, necesitan un modo de expresión y si un camino les es vedado por el medio
cultural, buscan otro. Las funciones del yo son:
 Hallar modos aceptables de expresión para los instintos.
 Cumplir con las exigencias del medio.
 Satisfacer al superyó.
 Facilitarse la posibilidad del desarrollo.
El Yo es la Fuente de Fuerza para la tarea de preservar al individuo y mantener un equilibrio
óptimo entre las tensiones internas y externas.
Los problemas específicos vinculados con la vejez y con los que el yo debe luchar son los Cambios
Corporales Internos y Externos, la pérdida de status, la modificación del campo de las actividades
posibles y todo cuanto signifique prepararse para la muerte.
Todos los mecanismos de defensa y otras funciones del yo todavía están a su disposición, pero las
circunstancias de la vida pueden haber variado tanto que el propósito original no puede alcanzarse. Los

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Alderete
Alexis
distintos mecanismos pasan a primer plano porque sirven de manera específica a la personalidad en esta
etapa del desarrollo. Las defensas más propias del envejecimiento parecen ser:
 La Regresión.
 Aislamiento.
 Encasillamiento.
 La Negación.
También la represión y la proyección desempeñan un papel diferente del que tienen en las primeras
etapas del desarrollo. En el anciano la regresión puede cumplir la misma función básica que la represión
en el joven, puede ser necesario un grado de regresión en la vejez para mantener el equilibrio
homeostático, se produce una regresión relativa para que la persona conserve la homeostasis alterada por
los cambios en los instintos y en las presiones del medio. La regresión como defensa puede activar formas
de adaptación con las que antes se contaba, si existe una disminución física específica, el yo se encuentra
ante la tarea de hallar una relación de dependencia relativamente libre de conflicto que le sea aceptable, y
en consecuencia, de adaptación.
Como mecanismo de defensa el aislamiento le permite al individuo mayor encarar conceptos y afectos
que, de otro modo, no podría tolerar, tal vez no fuese posible sostener conversaciones acerca de la muerte
y las enfermedades sin un elevado grado de aislamiento. Es notable la tranquilidad con la que las
personas de edad toman, a veces, el fallecimiento de viejos amigos y parientes, su dolor parece disiparse
por la ventura que sienten al saber que continúan viviendo. La reiteración, la rigidez y el supuesto
negativismo pueden constituir formas de encasillamiento, la persona de edad puede experimentar la
imperiosa necesidad de relatar viejos recuerdos a otra más joven, lo que puede constituir un intento de
afrontar el stress físico y emocional de mantener contacto con otras personas y es posible que sea un
necesario proceso de adaptación del yo para permitir que el sujeto de edad se aferre con mayor firmeza a
la realidad al echar mano de lo que sabe aún a expensas de no agradar. Las personas de edad parecen ser
selectivas en el empleo de la negación, al parecer se aceptan más fácilmente los sentimientos agresivos
que los sexuales, sienten que no tienen nada que perder, temen menos el juicio ajeno porque estiman que
el futuro carece de importancia, se sienten más prevenidos y tienen menos reservas de satisfacción para
tolerar frustraciones, además cuando se trata de sensaciones sexuales o aspectos de deterioro físico, la
negación puede ser un mecanismo de defensa necesario y útil.
El Superyó: En la vejez, la reorganización del superyó termina como comienza, concebimos la primera
forma del desarrollo del superyó como una identificación global con la figura de los padres, su
crecimiento se efectúa por el agregado de cada vez más identificaciones. Al parecer este proceso puede
invertirse en el anciano, la necesidad de aportes narcisistas directas parece ser el aspecto principal de este
retorno a una forma anterior de la relación yo-ideal, la consideración del ideal del yo se impone y puede
entrar en conflicto con la conciencia; lo correcto está a menudo determinado en relación con las personas
importantes y sus respuestas. La situación del yo de la persona de edad quizá no podría tolerar un superyó
cuya conciencia no estuviese modificada, la adecuada adaptación a la menor capacidad de estar siempre
pulcro, bien afeitado o usar cosméticos, exige directamente un aflojamiento de la conciencia. Una
conciencia estricta le negaría a la persona sus necesarias dosis de narcisismo en forma de amor y apoyo
del mundo exterior.
Vicisitudes de la sexualidad y la agresión
Los ancianos tienen que habérselas con los impulsos de la libido y la agresividad, afrontar cambios en su
estructura física y emocional, podemos ver que el interés sexual y la actividad sexual subsisten en ellos. Es
más un deseo cultural de negar la existencia de expresión sexual del anciano, lo que lleva a muchas

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Alderete
Alexis
personas a sentirse mal con sus deseos eróticos ya que la cultura prohíbe o ridiculiza la expresión de tales
deseos en la persona de edad.
La preocupación que más se manifiesta en el anciano es el gran interés por los problemas intestinales y
digestivos, los intereses sexuales regresivos de la ancianidad revisten el carácter de preocupación en
cuanto a la alimentación y las heces; estos intereses pregenitales pueden servir como expresión encubierta
de preocupaciones genitales más directas y si el médico acepta con demasiada facilidad puede perder la
ocasión de aliviar la ansiedad. La tranquilidad es tranquilidad solo si aborda aquello acerca de lo cual el
paciente siente ansiedad.
No solo los impulsos de la libido, sino también los de la agresividad se ven afectados por el proceso
del envejecimiento, la disminución de la abierta expresión de la libido puede intensificar la expresión más
directa del desagrado. No hay anciano que no se vea afectado por la expresión de los impulsos de la
agresividad, a algunos la ancianidad les permite decir lo que piensan con la franqueza de la niñez.
Relaciones interpersonales
El anciano necesita de las relaciones interpersonales para sustentar su vida emocional, pero se ven
influidas por pautas de personalidad anteriores, existencia o grado de impedimento orgánico y por la
estructura del yo. El cambio más patente en las relaciones de las personas de edad con sus allegados es su
tendencia a volver a formas de conducta anteriores. Las interacciones con las personas tienen relación con
las tareas del yo que en esta etapa parecen ser las de lograr aportes narcisistas. Es probable que lo que
desee más que nada sea amor, auxilio, respeto y la alegría, lo que se acentúa es la necesidad de estos
aportes en un momento en que se obtienen de la gente menos respuestas y menos sustitutos de respuestas.
A causa de las presiones, internas y culturales, se halla en vías de desvincularse de muchos nexos: los
amigos, parientes que mueren, las ocupaciones y el alojamiento, también existe la urgencia de vivir el
presente sin pararse a pensar en las relaciones que se puedan trabar el próximo verano ni la semana
siguiente. La resultante es a veces una persona notablemente categórica, franca y abierta en cuanto a sus
pensamientos, deseos, apetencias y expresiones de insatisfacción pero que otras veces puede parecer
completamente apática. Como parte de la necesidad de aferrarse a la gente se vuelven pegajosas, locuaces
y reiterativas, lo que genera en la persona joven un deseo de desembarrarse de la edad y lo vuelve un
círculo vicioso.
Algunas personas de edad se ablandan y se tornan más tolerantes, en tanto otras se vuelven quisquillosas e
irritables, quienes han experimentado satisfacciones y han superado con éxito los contratiempos tienden a
ablandarse, en cambio quienes han tenido inclinación a ser oralmente exigentes y han tenido poca
tolerancia ante la frustración, tienden a volverse cada vez más ásperos e irritables. El apelar al aislamiento
y al encasillamiento es de importancia para las relaciones interpersonales de la persona de edad, estos
mecanismos de defensa necesarios pueden producir la impresión errónea de que la persona no se interesa o
que ya no tiene sentimientos.
Implicaciones sociales y culturales del envejecimiento
La gente quiere parecer joven y comportarse como tal. En la juventud se sueña con triunfar y se está en
una constante marcha hacia adelante hasta que se es viejo y se va hacia atrás. Esto se ve fortalecido por la
práctica de no emplear a personas después de cierta edad y de la jubilación compulsiva. La cultura
contribuye a que la persona de edad le sea difícil encontrar el camino para la expresión de su
individualidad o autoestima, la cultura obliga a jubilarse a determinada edad.
En muchas personas, el síndrome del retiro comienza antes de la jubilación, mucho antes de jubilarse el
trabajador de edad siente que no es ya ese nuevo y estupendo paradigma que todo el mundo pide en los
anuncios; el individuo de edad se sume en la preocupación acerca de su desempeño en el trabajo y se
siente inseguro en su puesto, y en caso de abandonar su empleo actual podría costarle hallar otro parecido.
La idea del retiro obligado es penosa, las personas ven en la jubilación el primer paso a la decadencia.
39
Alderete
Alexis
3 son los tipos de personalidad que tropiezan con especiales inconvenientes en cuanto al retiro:
 El Obsesivo Genuino: Que necesita trabajar para organizar su vida, le parece total y desquiciadora
la amenaza a su capacidad de permanecer en actividad y queda pasivo y debilitado ante sí mismo.
 Las personas que han puesto a contribución una excesiva libido por lo que atañe a su ocupación,
encuentran que su alejamiento se traduce en el mismo tipo de depresión que produce la pérdida de
un ser querido.
 La persona que solía trabajar como medio de sentir que era útil y que tenía algo de valor que
ofrecer, a este le obsesionan los sentimientos de inutilidad y de vacío que durante toda la vida trató
de dominar.

Psicopatología
La psicopatología de la vejez abarca el aspecto completo de los trastornos neuróticos, psicosomáticos, de
conducta, psicóticos y orgánicos. La evaluación se complica por dos características:
1) Las reacciones emocionales ante esta etapa del desarrollo, que tiende a producir un síndrome
caracterizado por regresión, formas de conducta hostil y dependiente e infantilismo.
2) Son los trastornos orgánicos específicos.
El exhibicionismo, el voyeurismo, sadismo, preocupaciones perversas y la masturbación son relativamente
comunes entre las manifestaciones psicopatológicas del envejecimiento.
Ciertas manifestaciones psicóticas del envejecimiento se hallan relacionadas con los cambios orgánicos.
La manifestación psicótica más común del envejecimiento es la psicosis senil, que tampoco guarda
correlación con algún grado de lesión cerebral, los factores que con más frecuencia desencadenan estos
estados son las interrupciones de las formas de vida habituales.
El envejecimiento es una etapa del desarrollo del organismo humano, en otros tiempos la expresión de
envejecimiento normal se aplicaba solo a las personas que, por rara felicidad, se liberaban de ciertos
trastornos físicos, emocionales y sociales que son propios de ella, era considerado como un menor cúmulo
de vejez más que como una etapa del desarrollo con características propias. Es preciso que los propios
ancianos y quienes los rodean tengan cierta tolerancia por los cambios físicos y emocionales.

Winnicott y Kohut
Autor: Nemirosky
Los primeros desarrollos de Freud se gestaron en el contexto victoriano, autoritario y cuyos valores
esenciales lo guiaron en su investigación:
 El descubrimiento de la verdad.
 El logro de la individualidad psicológica.
La arquitectura vienesa de principios del siglo XIX era el reflejo de una vida cotidiana centrípeta,
posibilitadora de una familia hiperestimulante que contrasta con la vida familiar de hoy, de fuerte
tendencia centrífuga, que se despliega en nuestros edificios, cuyos habitantes resultan anónimos.
La atmósfera de entonces favorecía el desarrollo de la “prima donna” de los comienzos de siglo, la
histeria, siempre necesitada de presencias. Los primeros analistas centraban su atención en el complejo de
Edipo y sus derivados, las neurosis. Hoy los pacientes esquizoides y borderlines, que se gestan en los
40
Alderete
Alexis
desencuentros y en las separaciones le quitan ese privilegio a la histeria, y requieren de nuevas
explicaciones que contemplen a la organización familiar y social como factor necesariamente
interviniente.
Winnicott publica artículos que jerarquizan los factores ambientales en la constitución del psiquismo
temprano, kohut propone la valorización del narcisismo como motor del psiquismo hasta entonces
peyorizado.
Se consideraba psiquismo temprano al desarrollo sexual infantil hasta la culminación del complejo
de Edipo y no había sino referencias colaterales al papel del medio ambiente. Autores como Mahler,
Winnicott y Kohut enfatizan que el desarrollo primitivo tiene lugar exclusivamente en la matriz madre-
bebe. En los primeros estadios abstraer al infante de esa matriz indiferenciada y hablar del niño como un
ser diferenciado es un recurso de dudosa utilidad y peligrosamente expuesto a deformaciones
adultomórficas. Desde el inicio el bebe necesita objetos que lo sostengan, lo manipulen y le posibiliten un
gradual acercamiento al mundo objetal. Si estos objetos encarnados por la figura maternante responden a
esas necesidades, posibilitarán la continuidad del self en desarrollo sin efracciones traumáticas.
Si el medio falla reiteradamente en sus respuestas, estaremos dentro de la patología deficitaria.
Muchos sufrimientos psicológicos del hombre a partir de la posguerra surgen como consecuencia de no
poder hallar con facilidad la presencia, la disponibilidad, la comprensión, el encuentro, la cooperación
intergeneracional, el respeto a la intimidad, que en plena sociedad posindustrial rehúyen tanto más que en
la época de la modernidad freudiana.
Winnicott establece una notable diferencia entre más temprano cronológicamente (el ambiente
indiferenciado aún del sujeto) y lo que resulta más profundo (aquello ligado a los fenómenos depresivos y
el odio). Lo temprano suele no ser parte del self, aunque sí de la historia del sujeto: lo que el medio brindó
en los primeros momentos de la vida extrauterina en términos de sostén, manipuleo y presentación objetal,
mientras lo más profundo se va instalando gradualmente como contenido del self. Si en el ambiente
inmediato al nacimiento hubo fallas generadoras de situaciones traumáticas, aparece luego en el contexto
de un análisis.
Self: Como adultos tenemos un sentido muy real del sí mismo que impregna cotidianamente la
experiencia social. Es un fenómeno que aparece en formas múltiples, está el sentido de un sí mismo que es
un cuerpo único, distinto, integrado; está el agente de las acciones, el experimentador de los sentimientos,
el que se propone intenciones, el arquitecto de planes, el que traspone la experiencia al lenguaje, el que
comunica y participa el conocimiento personal. Estos sentidos del sí mismo están fuera de nuestra
percatación consciente, pero pueden ser llevados a la conciencia y mantenidos en ella.
El sentido del sí mismo subsiste como una importante realidad subjetiva, un fenómeno fiable y evidente,
el modo en que nos experimentamos en relación con los otros proporciona una perspectiva organizadora
básica para todos los acontecimientos interpersonales. Conocemos acerca de nuestro sí mismo como
aquello que constantemente somos, lo que reconocemos de nosotros mismos, nuestra identidad.
Winnicott: El self, es la persona que soy y solamente yo, que tiene una totalidad basada en el
funcionamiento del proceso madurativo, el self se encuentra naturalmente situado en el cuerpo, pero
puede disociarse del cuerpo.
Kohut: El self es incognoscible en su esencia, solo son accesibles sus manifestaciones psicológicas
introspectivas o empáticamente percibidas, es una generalización de datos empíricos. Schafer entiende que
la identidad está formada por varios self narrativos.
En los estadios más tempranos de la evolución del bebe humano, necesita objetos que lo sostengan, que lo
manipulen y que le posibiliten un gradual acercamiento al mundo objetal, que lo reflejen y le permitan la
posición idealizada para sentirse seguro, si estos objetos encarnados por la figura maternante responden a

41
Alderete
Alexis
esas necesidades, serán experimentados como la continuidad del self que se irá estableciendo. Si esta
atmósfera es insalubre para su desarrollo, veremos las consecuencias a posteriori. Estamos frente a
propuestas que jerarquizan al medio, si el medio falla estaremos dentro de la patología deficitaria.
Mahler propone 3 fases del desarrollo normal:
1) Autística hasta la cuarta semana de vida, de absoluto narcisismo primario, en la que el bebe
permanece aislado, absorto en sí mismo,
2) Simbiótica de unidad con su madre hasta los 5 meses.
3) De separación-individuación, que comprende 4 subfases:
 Diferenciación.
 Entrenamiento.
 Acercamiento.
 Constancia Objetal.
Hasta llegar a la consolidación de la individualidad y a la integración y a una constancia objetal
aceptablemente estable. La separación es considerada un logro intrapsíquico, mientras que la
individuación comienza con la conciencia del propio ser.
El desarrollo psíquico temprano
Winnicott trabajó toda su vida con niños, adolescentes y adultos. Para él, el bebe nace con potenciales
heredados que podrán desplegarse según los encuentros que se vayan desarrollando con los primeros
objetos del medio ambiente. Considera al objeto inmerso en una relación por el cual a través de la
interpretación se accede a la comprensión del acontecer, considerando el devenir histórico de la persona y
diferenciándose claramente de planteos estructuralistas.
El medio será facilitador del desarrollo y es a partir de este encuentro bebe / medio en el que podrá
emerger y crecer el gesto espontáneo del nacido como expresión de su creatividad. Medio y bebe
constituyen una unidad inicial, por ello plantea que el bebe no existe, por la inseparable ligazón con el
objeto maternante, que permitirá el desarrollo de potenciales heredados, a través de un lento tránsito hacia
la independencia. El bebe necesita de sus objetos para integrarse, para vivir en su cuerpo y para tomar
contacto con la realidad. Frente a las necesidades del bebe es el Objeto Maternante quien cumple las
funciones de sostén, manipuleo y presentación del objeto.
Winnicott denominará:
 Madre Medio Ambiente: La función de la madre que satisface las necesidades elementales.
 Madre Objeto de la Pulsión: La función materna que da cuenta de las necesidades instintivas.
El niño realiza la travesía de la dependencia absoluta hacia la independencia, pasando por una
dependencia relativa, logrando la integración de sí mismo y de sus objetos, la personalización y los inicios
de la relación con el otro. Estos se posibilitan por las funciones de:
 Sostén.
 Manipulación.
 Presentación adecuada de la realidad que haga la madre.
Esta madre suficientemente buena es habitualmente sensible, vulnerable, resistente, también desea ser
comida por su bebe. Estas características se dan en medio de un estado de preocupación por su bebe, la
“Preocupación Materna Primaria”. Estas respuestas permitirán al bebe la vivencia de omnipotencia de
haber Creado él al objeto, en la medida en que fue necesitándolo. La función de la madre permitirá esa
42
Alderete
Alexis
creencia que pronto se relativizará, la omnipotencia absoluta se tornará en omnipotencia de manipulación
de los objetos.
Estas vicisitudes ponen al bebe en contacto con su capacidad de crear y esta vivencia de creación es
central en el desarrollo de su self. Estas vivencias permiten que el bebe sea y se instale en su propio
cuerpo. Estamos en los comienzos, dónde aún el objeto es subjetivo, creado y también destruido por el
bebe. Este momento será seguido por el momento transicional, en el cual los objetos transicionales
tendrán una realidad material que permitirán la posesión; poseer al objeto permite ir diferenciando el self
de aquello que lo rodea, el jugar permitirá el despliegue de estas nuevas adquisiciones del bebe en su
vínculo con la realidad, la simbolización va de la mano de la separación gradual del primer objeto
maternante, aquí comienza la vida cultural.
Poco a poco se van integrando la madre medio ambiente y la madre objeto de la pulsión y aparece la
inquietud como una nueva sensación del bebe, a los 8 meses aproximadamente. Comienzan sus primeros
sentimientos depresivos, en este momento el bebe registra su agresión primitiva, sin intención hacia los
objetos que lo rodean y que ya no son no yo, y en consecuencia se siente responsable de ella; comienzan
sus sentimientos de culpa y sus intentos reparatorios. La madre deberá sobrevivir al odio de su bebe, si la
madre falla reiteradamente en estos momentos, su hijo se reprimirá o se instalará en la omnipotencia,
siendo la base de la psicopatología de neurosis obsesiva severa o de actitudes antisociales.
Kokut
Desarrolla las 4 transformaciones maduras del narcisismo:
1) Empatía.
2) Humor.
3) Sabiduría.
4) Aceptación de la finitud de la vida.
También sistematiza los primeros dos tipos de transferencia narcisista que investiga y que diferencia en
Especular e Idealizada. En el análisis de Self destaca su concepción del narcisismo como fuente de un
desarrollo independiente de la libido. Opone al mito edípico el mito de Odiseo, con el que justifica su
pensamiento más elaborado, basado en un narcisismo reparador que lleva a la preservación de los hijos, a
la cooperación intergeneracional; para él el Edipo patológico es una consecuencia del abandono
temprano del niño, un resultado de sufrimiento inmaduro incapaz de dominar sus instintos.
Kohut jerarquiza el ambiente humano como elemento imprescindible para la creación de estructuras
psíquica, el bebe necesita la presencia de los objetos más tempranos, de sus cuidadores. Sin el aporte
básico del medio no es posible el desarrollo psíquico. Cumplen diversas funciones complementarias de las
necesidades del bebe: reflejan al self independiente, están disponibles para ser idealizados y más adelante
pueden ser significados como alteregos por el sujeto.
La estructura del self se va formando en esta matriz de relación con estos objetos temprano, selfobjects u
objetos del self, que luego de repetidos procesos de respuestas óptimas se internalizan configurando el
self nuclear del infante, estas experiencias irán permitiendo que la presencia funcional del objeto no sea
tan perentoria. La internalización comienza cuando el OS falla gradualmente y adecuadamente en su
función, falla óptima, cuando ya no es tan necesario, a esto llama Internalización Transmutadora. Los
objetos transicionales han sido catectizados por el niño con cargas narcisistas, que Kohut distinguirá de la
carga objetal, estas cargas implican que el bebe no distingue su self incipiente del objeto, el objeto
transicional es parte de sí como su propia mano.
Kohut describe 2 tipos de objetos transicionales:

43
Alderete
Alexis
1) Los que Reflejan al Niño confirmando su sentimiento innato de vigor, grandeza y perfección, los
Objetos Reflejantes que se relacionan con las ambiciones.
2) Los que el niño Admira y con los que se fusiona, brindándole un sentimiento de calma,
infalibilidad y omnipotencia, los Imago Parental Idealizada e Internalizados, que se relacionan
con sus ideales.
La constitución del self se desarrollará en un proceso paulatino, la internalización transmutadora permitirá
al niño mayor autonomía de sus objetos del self y se realizara en 2 pasos lógicos y cronológicos:
1) La experiencia de satisfacción con el OS, la falla óptima del objeto y la internalización
Transmutadora permitirá la formación de las primeras estructuras en el self y resultarán en la
posibilidad del infante de sentirse reconocido, adorado y confiado.
2) En el segundo año de vida este self nuclear se consolida como Centro de iniciativa
independiente, integrando las ambiciones y los ideales básicos con las experiencias corporales y
psíquicas. El self es incognoscible en su esencia, solo es inferible por sus manifestaciones y se
puede llegar a él mediante la empatía y la introspección.
La configuración metapsicológica del self contempla 2 estructuras:
1) El polo de los ideales en relación al ser: Se constituye a partir de la relación con un objeto
idealizado, formando la imago parental idealizada, que de ser deficitaria requerirá del objeto para
fusionarse logrando calma e infalibilidad
2) El polo de las ambiciones en relación al tener: Será el resultante de la unión con el objeto
especular, del cual obtendrá confirmación, aprobación, vigor y grandeza.
Entre los 2 polos se constituye un arco de tensión, donde se ubica los talentos y las habilidades con
que cuenta para operar en la vida, este implica una constante corriente de actividad psicológica que se
establece entre los 2 polos del sí mismo, las actividades básicas de una persona a las que se ve impulsada
por sus ambiciones y guidas por sus ideales. Si las etapas transcurren sin interrupciones traumáticas el self
será cohesivo, vital y armónico.
Las patologías narcisistas descriptas por Kohut son:
 Trastornos Primarios del Self: Psicosis, borderlines, adicciones.
 Trastornos Secundarios del Self: Trastorno narcisistico de la personalidad, neurosis.
Las patologías que interrogan a Winnicott y a Kohut se gestan en los desencuentros y en los trastornos
vinculares, problemática emergente de una época en la cual los sufrimientos psicológicos del hombre,
resultan consecuencia del modo de vivir, de relacionarse entre sí, de la sociedad posindustrial actual.
El foco de atención es siempre el vínculo. Jerarquizan los factores ambientales en la crianza humana,
considerando que el desarrollo solo puede establecerse dentro de la relación madre/hijo. El ambiente será
el proveedor irremplazable de aquellos objetos que satisfará necesidades elementales. El bebe necesita del
sostén, del contacto y manipuleo de su cuerpo, del reflejo en la mirada del objeto maternante, de la
provisión de objetos para posibilitar la idealización. Si estas necesidades quedan insatisfechas se
perturbará el desarrollo pleno del self, que perderá o alterará alguna de sus características: dejará de ser tan
vital, resultará inarmónico, desarrollando ciertas funciones y atrofiando otras o facilitará la iniciativa de
otros, sometiéndose a ellos. El sujeto irá desarrollando el sentimiento de sí y se irá diferenciando de sus
semejantes. Si todo anduvo bien en las etapas iniciales, habremos superado la patología resultante del
déficit aunque también debemos sortear aún la etapa edípica.
El self abarca todos los aspectos de la persona que irá creciendo en un medio de objetos que se
caracterizan como facilitadores, acompañantes y promotores de ese desarrollo. Estos son absolutamente
necesarios en términos de cumplir con las funciones que la criatura humana necesita para relacionarse con
44
Alderete
Alexis
su propia vitalidad y construir su psiquismo. Las fallas en este nivel elemental derivan en una
psicopatología fundada en la ausencia, en el desamparo, en la inadecuación objetal o en la
sobreestimulación, en la interrupción del proceso de desarrollo psíquico.
Las fuerzas motivadoras son secundariamente instintivas, ambos priorizan las necesidades evolutivas, la
búsqueda de contacto, el sostén, la posibilidad de fusión con un objeto idealizable, la búsqueda de
autoafirmación. Winnicott y Kohut adscribirían la postura de Fairbairn en cuanto a la necesidad primaria
del encuentro con el medio ambiente.
Ellos difieren en la construcción de su metapsicología y en la manera de modelizarla:

Winnicott Kohut

Propone un self que podemos


graficar con facilidad, en su
primera concepción (el self como
Su preocupación principal refiere contenido del aparato psíquico
a la autenticidad, a la relación freudiano) como cuando lo
creativa del self con sus objetos y propone como continente del
Self a la posibilidad de integrar aparato psíquico y lo esquematiza
vitalmente las experiencias. Se con dos polos: de los ideales y de
refiere siempre a nociones que se las ambiciones, vinculados con el
desprenden de la observación ser y el tener, y entre ellos se
clínica halla un arco de tensión:
talentos y habilidades.

Abre su consulta y su Teoriza a partir de su experiencia


Base empírica de la práctica investigación a borderlines, con pacientes con patologías
clínica psicóticos, niños, familias, cercana a la neurosis, afectados
parejas madre-bebe, de trastornos narcisistas.

Persistirá toda la vida y si no


queda detenido en su desarrollo
se transformará en humor,
sabiduría, empatía y noción de la
propia finitud de la vida. Este
autor hizo una irremplazable
Parte de la dependencia absoluta
descripción de transferencias
del objeto maternante en los
clínicamente reconocibles en
inicios de la vida, debiendo
Concepción del narcisismo y pacientes con trastornos
recorrer el camino hacia la
su destinos narcisistas, a la que llamó
independencia y hacia la
transferencias objeto del self,
capacidad de estar solo; en su
que son resultante de necesidades
trayecto y según la interacción
específicas tempranas, son la
con su medio ambiente, el sujeto
consecuencia clínica de la
podrá construir un self falso, que
evolución de 2 etapas, que
adquirirá la forma de alguna de
involucran la aceptación y el
las estructuras psicopatológicas
reconocimiento del medio
45
Alderete
Alexis
clásicamente descriptas: (transferencia reflejantes) y las
borderline, esquizoide o necesidades de poder acceder a
caracteropatía. objetos ideales con los que
fusionarse. A ambas necesidades
corresponden sendos objetos del
self: reflejante e idealizado.

Trabajará sobre la diferencia del El self desarrollado en plenitud, a


Características del Self
self entre verdadero (propio, real, partir de experiencias
verdadero) y falso (adaptado, satisfactorias con objetos del self,
extraño, impersonal). será cohesivo, vital y armónico.

Describe un ambiente que es


absolutamente necesario para la
constitución y la sobrevivencia
psíquica, y que sostiene, Los imprescindibles objetos del
manipula y presenta a los ambiente reflejan, posibilitan
La función de los objetos del
objetos. Se ocupará de 3 objetos: idealizar y aportan partes del
ambiente
subjetivos (lo creado, ilusionado, sujetos;
real para el sujeto), el
transicional (como la primera
posesión no yo) y del objetivo
(como lo consensuado).

De las angustias inconcebibles, Kohut se ocupa de la angustia de


agonías impensables,
Características de la angustia desintegración del self
relacionadas con el temor al
derrumbe.

Apela a la expresión A partir de las fallas ambientales


Falla continuada de los congelamiento de situaciones kohut describe un self constituido
objetos necesitados traumáticas, el medio no permite deficitariamente y un polo
el desarrollo, y se crea un falso compensando la falta del otro
self defensivo.

Resultan analizables las Son analizables los pacientes que


patologías graves (esquizoides, sufren trastornos narcisistas y
Analizabilidad borderlines), aunque para las neurosis, y no aquellos que
psicosis apela a la técnica que sufren patologías más graves
denomina conducción, como
tratamiento.

La salud
El concepto freudiano de salud: amar y trabajar va dando paso a diversos nuevos criterios; winnicott
propone otros tópicos presentes en el goce de una salud plena como la capacidad para crear, el
responsabilizarse de las faltas cometidas y el habitar su propio cuerpo con plenitud, estas deberán ser
evaluadas siempre en función del momento evolutivo del individuo y en su contexto social. La madurez
individual implica un movimiento hacia la independencia, pero la independencia es cosa que no existe,

46
Alderete
Alexis
sería malsano para un individuo estar retraído hasta el extremo de sentirse independiente e invulnerable.
La madurez a la que refiere es la que corresponde a la evolución del individuo. La tendencia a la
maduración forma parte de lo heredado.
La creatividad comienza en los primeros momentos de la existencia, siempre que el objeto, dado por el
medio aportardor, esté allí, adaptándose al sujeto. Estará allí para ser creado por el sujeto, entonces el
sujeto tendrá la vivencia (ilusoria) de haber creado al objeto; el objeto real será el anclaje para el
desarrollo de la subjetividad creadora. Es condición necesaria la presencia del objeto real, pero para que
de él el sujeto haga su propio invento. Si no hay invento no hay creatividad y estamos lejos de la salud.
Eso que el sujeto creó en el objeto resulta lo más subjetivo y propio, entonces la (a) percepción del objeto
será real: la relación con el objeto, para que este sea significativo, debe ser la relación con una alucinación,
solo si alucino al objeto el sujeto tendrá la vivencia de su propia realidad. No se trata de una cuestión
cognitiva, se trata de percibir que la vida vale la pena ser vivida, porque “Yo hago a mis objetos, y los
hago creando sobre aquellos que existen”, así la vida valdrá la pena ser vivida, si es desde lo personal,
desde lo que el mundo que yo creo significa para mí. La capacidad de la madre reside en ponerse en el
lugar apropiado para posibilitar esa creatividad. La madre se halla durante los últimos meses del embarazo
y los primeros de la criatura, en un estado que winnicott denomina Preocupación Materna Primaria, un
estado no patológico esquizoide. Este estado va decreciendo en la medida en que en el bebe crece la
necesidad de experimentar reacciones a la frustración. La idea de trauma deviene de la ruptura de la
continuidad de la existencia experimentada por el bebe debido a una falla en la adaptación del medio a sus
necesidades básicas, y una de las necesidades es la de crear el objeto.
La salud no es la ausencia de la enfermedad, debe ser considerada siempre en relación con la madurez
alcanzada, no solo por la evolución libidinal, sino por la capacidad del self de contener las experiencias
instintivas y los afectos y de ir diferenciando al sujeto del mundo externo. Salud, desde winnicott, abarca
vivencias como la de sentirse vivo y real, experimentar continuidad en la propia existencia, vivir en el
propio cuerpo. La pérdida de salud frecuentemente lleva al paciente a comunicarnos que no se siente real o
que no se siente habitando su propio cuerpo, que sueñen con caídas interminables y que pasen por
momentos en los que carecen de orientación, que se sientan confundidos, que no están en ninguna parte.
Nos comunica la extrañeza de sí mismos, la disminución de su sensibilidad, la dificultad en expresar
sentimientos (alexitimia). Las consecuencias de estas manifestaciones sobre la autoestima son notables,
cuando el paciente va ganando salud es muy evidente la recuperación afectiva concomitante (sensaciones
de plenitud, de ganas de vivir la vida).
Para Kohut si el desarrollo del infante no es interrumpido por sucesos traumáticos, si el ambiente
acompaña respondiendo a las necesidades del desarrollo, el self resultará cohesivo, vital y armónico. La
cohesión resultará de la ausencia de disociaciones estructurales (su opuesto es la fragmentación del self),
la vitalidad será la fuerza que permitirá la prosecución de objetivos y de ideales, soportando o sorteando
las dificultades del camino, permitirá poder esperar a reiniciar la búsqueda en el momento oportuno, sin
que ello implique de los impulsos creativos que llevarían al sujeto a la indiferencia o a la depresión.
La armonía entre los polos que configuran el self y que abarcan diferentes aspectos de la persona resultará
en el equilibrio, expresión de madurez.
La salud será una consecuencia de una atmósfera constituida por objetos del self, que puedan responder
con su presencia, atenta escucha, silenciosa serenidad, callado espejamiento y que tengan la posibilidad de
fallar adecuadamente, ir cesando en su función en el momento en que el sujeto se encuentre en
condiciones de poder responder a esas fallas con la internalización transmutadora.
La noción que un individuo tiene de su propio self resulta de una experiencia cotidiana: la vivencia del
existir integrado, sintiéndose real, agente de acciones, con capacidad de sentir, de tener intenciones, de
construir planes, de poder expresarse a través de un lenguaje, de compartir experiencias personales. La
salud requiere también de la experiencia de intimidad.
47
Alderete
Alexis
Para Kohut, el desarrollo psíquico humano no tiene un punto final, la curación dependería de la
transformación del narcisismo en libido objetal para el logro de la madurez. Postula 2 líneas de desarrollo
independientes, no jerárquicas:
1) La del Narcisismo:
2) La Instintivo-Objetal.
El narcisismo es pasible de ir transformándose en un aspecto saludable. Considera al narcisismo por la
modalidad de vínculo, esta modalidad vincular que en los comienzos de la evolución considera al objeto
parte del self se irá enriqueciendo y transformando y esta relación narcisista con los objetos es parte
fundamental de todo compromiso vincular, transformándose hasta llegar a generar empatía, sabiduría,
sentido del humor y aceptación de la finitud de la vida.
Por déficit tenemos presente las fallas en la estructuración y consolidación de las 3 instancias: el yo débil
acude más a la disociación que a la represión, es característica la baja tolerancia a la frustación y los
trastornos en la percepción y en la autopercepción, la poca contención de los impulsos y la tenencia a
desarrollar más la vida de la fantasía. El superyó oscila entre la punición severa y su inacción, por lo que
sus invenciones resultan impredecibles. El aspecto del ideal es también pobre y los valores que sustenta
resultan frágiles, por lo que es frecuente la tendencia a la idealización apresurada y a la rápida desilusión,
por lo que los trastornos de la autoestima son frecuentes y producidos por trastornos preedípicos.
El concepto de déficit significará un self deficiente en su estructura, el self se asemeja entonces a un
caleidoscopio configurado por múltiples escisiones y sus consecuencias clínicas son:
 Difusión de identidad.
 Falta de constancia objetal
 Trastorno en la autoestima.
 Trastorno en la regulación de la ansiedad.
 En los esquizoides, disminución de la vitalidad y del reconocimiento del deseo.
Los pacientes deficitarios son clínicamente heterogéneos, muchos impresionan en la consulta como
autómatas o muertos en vida. La problemática característica de su relación objetal suele ser bipersonal y
no triangular, y si se encuentran con una situación de duelo se fragmentan o se derrumban. Suelen
expresarse con una monotonía discursiva y producir irritación o aburrimiento, cuando no son víctimas de
arrebatos pasional temporarios. Lo predominante es la angustia de fragmentación, de dejar de ser.
El déficit se expresa con las vivencias de vacío y de irrealidad, como una sensación permanente de
variable intensidad, de temor al derrumbe, de peligro de fragmentación frente a las que se ponen en juego
una serie de mecanismos conducentes de sobrevivir.
Las necesidades del self deben ser resueltas en todo ser humano para posibilitar su psiquismo. Ser
sostenido, reflejado, comprendido, poder idealizar a un objeto y fusionarse con confianza y constancia
para participar así de sus capacidades (tolerar y madurar sus emociones); sentirse igual o semejante a otros
humanos. El déficit originado en alguno de estos vínculos generará alguna de las 3 transferencias:
 Especular.
 Idealizada.
 Gemelar (Kohut).
Winnicott plantea como necesidad básica del bebe el ser adivinado por la madre, a partir de la
transicionalidad, predominará la necesidad de ser respetado en su intimidad. La satisfacción de ellas son
tan elementales como las constantes medioambientales que permiten el desarrollo de un ser vivo y
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habitualmente en nuestros tratamientos, se resuelven o se mitigan gracias al encuadre y a la actitud
analítica en la tarea que desarrollamos con el paciente, siendo importantes desde nuestra presencia hasta
los aspectos fonológicos del habla (tono, timbre, ritmo de nuestras intervenciones).
El bebé y el niño dependerán para su desarrollo de compañía, del reflejo, de la complementariedad de los
objetos más temprano, no habrá frustración de las necesidades, ellas podrán satisfacerse o congelarse hasta
una próxima oportunidad, cuando el medio posibilite su desarrollo. La problemática en juego en la
patología es previa a aquella edípica (libidinal o agresiva) se plantean necesidades de diferente índole: en
winnicott la necesidad de mantener la continuidad de la existencia, kohut señalará aquellas que si se
satisfacen permitirán afirmar el sentimiento básico del self. Si el self ha sido dañado por presencia objetal
intrusiva o ausencia de los objetos necesitados, las consecuencias serán estados de confusión, sentimientos
de vergüenza y culpa difusos que fragmentarán al self, entonces las defensas estarán dirigidas a evitar esa
fragmentación, traduciéndose en la clínica de la despersonalización.
El paciente que hoy nos consulta lo hace con dudas sobre sí mismo, sobre su identidad, trae como síntoma
un estado de depresión vacía y convive con sentimientos de futilidad, sinsentido, desesperanza, apatía y
anestesia emocional, imponiéndose metas erráticas o compulsivas y necesitando contacto con otros, lo que
lo lleva a ser promiscuo o indiscriminado en su sexualidad.
Estos pacientes deficitarios intentan hallar objetos que les otorguen los elementos primariamente buscados
(sostén, reflejo, apego, constancia, calma, intimidad). También habitualmente se despersonalizan
presentando:
 Situaciones de extrañeza frente al propio cuerpo.
 Sentimientos de irrealidad, vacío, futilidad, sinsentido.
 Alteraciones del sentimiento de evidencia.
 Afectos que acompañan la vivencia.
Intentan algunas “técnicas” para dominar la despersonalización:
 Autoestimulación (masturbación, tomar bebidas fuerte o comidas picantes, drogas).
 Uso no habitual de la percepción (oler partes del propio cuerpo para reconocerse)
 Ocultamiento (especialmente detrás de defensas paranoides).
Estos fenómenos se observan en especial en pacientes narcisistas, esquizoides, fóbicos pregenitales,
depresivos, panicosos, duelos patológicos o agudos.
La despersonalización implica una amenaza a la integridad, a la continuidad, al sentimiento cohesivo del
self, la forma crónica indica fragmentación o desintegración instaladas.
El encuadre y la interpretación
El resultado del encuadre-paciente será aquel encuadre que, por posibilitar el despliegue transferencial,
otorgue viabilidad al desarrollo del proceso psicoanalítico. Cuando nos encontremos con constantes
sentimientos de soledad, reiteración monótona en la demanda, chatura emocional, resignación, labilidad
afectiva y lo que winnicott describe como temor al derrumbe, esteremos en el campo deficitario. Estos
pacientes necesitan de intervenciones que tengan el objeto de crear situaciones emocionales óptimas para
la edición de nuevos vínculos.
Las intervenciones afirmativas de complejidad diversa incluye el contener y el sostener, en la
identificación adhesiva hay inexistencia de un objeto interno en las áreas deficitarias de los pacientes y
una necesidad de crearlo. Se debe posibilitar una tercera vía del crearse para lograr eficacia conservando la

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actitud ética de evitar la intrusión en el mundo afectivo del paciente de atributos del analista, en el
contexto de un espacio transicional.
Winnicott señala reiteradamente el derecho del bebe de ser adivinado por su madre, quien procede
nominando sus estados afectivos, probablemente nuestras palabras partirán de detalles, de indicios de los
estados afectivos del paciente y deben ser instrumentos de juego y no asignaciones parecidas cerradas en
su significación. Será la disponibilidad afectiva del analista, metáfora de la relación temprana y
seguramente fallida con la madre, quien pueda ir en su auxilio.
Kohut
Hizo sus trabajos de investigación en el área del narcisismo, primero lo definió desde el punto de vista
energético, como si fuera la catexia del self. Hizo una división bien clara entre el self y el yo, al self lo
definió como:
Una representación interna del individuo, ubicado muy cerca de la experiencia y en relación con
como el individuo se percibe; es un elemento del aparato psíquico, diferente del yo, del ello, del superyó,
con sus propias características y roles.
Plantea que el niño nace con un sentimiento, con una sensación de perfección y que a consecuencia de
frustraciones, que forman parte del mundo externo, el niño tiene que abandonar su sensación de
perfección, por medio del establecimiento de una imagen del self grandioso y exhibicionista. El niño no
deja la perfección sino que crea esa fantasía, una fantasía omnipotente, que llamó imagen del self
grandioso y exhibicionista. Y esa parte tiene la relación más directa con el yo y con el self del niño.
La otra manera por la cual el niño trata de mantener la sensación de perfección es otorgándola a un objeto,
que es el padre o madre, la imago parental idealizada. Esto es desarrollo normal, y el punto principal en
este camino se vincula con la frustración, la madre trata de alimentar al niño pero nunca puede hacerlo en
el momento preciso, por eso siempre queda claro cierto nivel de frustración por más que lo alimente.
Bajo condiciones óptimas de desarrollo, el exhibicionismo y la omnipotencia van a tomar un camino
determinado, progresivamente va a ser integrada a la personalidad adulta y proporcionará la energía
instintiva para nuestras ambiciones y propósitos egosintónicos y va a ser un aspecto importante para la
autoestima. Si la frustración es óptima la fantasía omnipotente va a ser su parte, va a formar y a proveer la
energía de nuestras ambiciones, las ambiciones normales necesitan un desarrollo óptimo para que puedan
ser constructivas y no ser destructivas. La otra estructura psíquica narcisista, La Imago Parental
Idealizada, se va a integrar también en la personalidad adulta, Introyectada como nuestro superyó
idealizado.
La idealización va a proveer la parte de ideales, a diferencia de las ambiciones. Si el niño sufre traumas
narcisisticos, privación o una estimulación crónica y constante, va a provocar una personalidad
narcisistica, una perversión, una adicción. Si hay un grave trauma narcisistico que afecta al self grandioso
o a la fantasía omnipotente, el self grandioso no se funde con el resto de la personalidad, en cambio queda
retenido en forma inalterada como una fantasía arcaica, inconsciente. La consecuencia es una persona que
constantemente está corriendo por conseguir algo, tremendamente ambiciosas, pero nunca conforme.
Hay una fantasía omnipotente inconsciente que constantemente empuja, pero el sujeto a pesar de que
pueda conseguir mucho éxito permanece insatisfecho y constantemente siente la autoestima baja. Para el
niño siempre es importante la posibilidad de idealizar y admirar a los padres, es importante que el padre
acepte esa admiración e idealización, cuando el padre se siente muy conflictuado al respecto, cuando
rechaza la persistente idealización y admiración, va a haber problemas en esa área. Cuando ocurre, la
fantasía de la necesidad de idealizar un objeto también se reprime, no forma parte de la personalidad
adulta, no se integra con el superyó idealizado y este no tiene energía, no está idealizado, hay problemas
con ideales, es difícil mantener un sentido de ideales en general y la persona constantemente busca alguien

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para idealizar. La persona constantemente está buscando alguien, una persona carismática o no, a la que
pueda idealizar.
Aparte de los dos procesos de integración hay otras formaciones maduras del narcisismo. Kohut tiene una
línea independiente del narcisismo, pero el amor objetal es también influenciado por el amor narcisistico
en el sentido de percibir al objeto con carga amorosa u odio, parte de la transformación madura del
narcisismo va a favorecer esa línea, es decir, la expansión del amor objetal. Otra transformación del
narcisismo es la Capacidad de ser Empático, la creatividad, el humor, la sabiduría, aceptar la muerte.
El niño nace sin estar enojado, sin ser depravado, nace optimista, si se vuelve pesimista, enojado, sadista o
lo que fuere es porque la familia, los padres, lo llevan a ser de esa manera. Al comienzo la relación con los
padres es una relación primitiva que a medida que el chico va creciendo, si la frustración es óptima, va a
madurar. Como adultos todos necesitamos alguien que nos apoye, que no necesariamente va a ser
percibido como una persona autónoma, independiente. Kohut considera al narcisismo como positivo, no
es una defensa contra conflictos instintuales, es parte de un desarrollo genético muy importante en el
individuo.
Dice que hay gente que no tiene relaciones objetales, no tiene por qué tener relaciones objetales, desde el
punto de vista de tener gente percibida independientemente, autónomamente, hay gente que vive en su
mundo, con un self object que le provee cierto apoyo, y esa es su vida, es una manera de vivir, es una
manera de vida que es tan aceptable como cualquier otra.
Toda la gente necesita de un tipo de relación self-self para poder ser creativa, cuando kohut habla de la
relación self-self object el segundo no está reconocido como persona independiente, autónoma, esa
persona aporta una función muy primitiva, que puede ser simplemente calmar. No necesariamente
pensamos en la persona que lo hace, pero el hecho es que la mano en el hombro es suficiente para calmar;
eso es lo que hace la madre con respecto al chico. Óptimamente, esa función tiene que ser internalizada o
por lo menos parte de la misma, o sea la posibilidad de calmarse a sí mismo en estados de crisis; si la
madre no cumplió esa función apropiadamente cuando era chico es un problema, constantemente
necesitan una persona externa para calmarse. Por no haber internalizaciones no hubo tampoco
internalizaciones desde el punto de vista de las estructuras psíquicas, hay agujeros en esa estructura
psíquica. Parte del tratamiento es rellenar esos agujeros.
Para Kohut la psicosis se entiende como una reacción en el camino narcisistico, en vez de una regresión
en el camino del objeto, catectizado, instintualizado; lo que nosotros observaríamos como fenómeno
psicótico corresponde a una fragmentación del self.
Con la neurosis no cambió su posición, dijo que eran conflictos estructurales acerca de impulsos
libidinales, incestuosos y agresivos, en las neurosis el self es cohesivo y sólido, esto permite que los
conflictos oscilen en un nivel superior entre odio y amor especialmente.
De la personalidad narcisistica dijo que el problema era que había perturbaciones específicas en el ámbito
del self y de los objetos arcaicos del self, el énfasis está puesto en el aspecto deficitario, que ocurre porque
las fantasías omnipotentes o del self idealizado no están integradas dentro de la personalidad madura.
En la personalidad narcisistica el self es todavía cohesivo, a pesar de ser débil, para él las personalidades
narcisiticas podrían ser analizadas también desde el punto de vista del análisis clásico, podía ser analizado
porque la regresión era tolerada, en la psicosis eso no se puede hacer porque el self inmediatamente se
fragmenta, entonces no puede haber una regresión terapéutica.
Los pacientes que vienen con sentimientos de vacío y depresión, de soledad, gente que, aparentemente,
son muy exitosos en diferentes campos pero siempre insatisfechos, vienen con problemas depresivos, se
sienten solos, con sensaciones de vacío y les es prácticamente imposible estar solos por s cuenta, siempre
necesitan a alguien con quien estar; estos son síntomas de una personalidad narcisistica. Kohut diría que
en una persona narcisista, el problema no es entrar en competición con el padre, sino el miedo de
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perderlo. En una relación al presente con el jefe, no es competir lo que le da temor, el problema es que el
jefe está idealizado, y si él se hace jefe va a perder el objeto idealizado. Otro síntoma muy característico
de personalidades narcisistas es la hipocondría, la tendencia de las personalidades narcisistas a erotizar,
asexualizar los deseos narcisticos, el deseo de tener una persona que lo admire o el deseo de idealizar a
otra persona.
El problema de ansiedad en el neurótico es la angustia de castración o el miedo a la pérdida del amor del
objeto; y en la personalidad narcisitica la angustia está relacionada con la vulnerabilidad del self y el
miedo a la pérdida del objeto, porque necesitan al self object para mantener cohesionado al self. El
terapeuta se convierte en el self object porque la angustia y la ansiedad principal es que el self object no va
a estar ahí para equilibrar el déficit narcisistico del paciente.
En el tratamiento hay una movilización terapéutica de la imago parental idealizada: la transferencia
idealizadora; la movilización en la terapia o en el análisis del self grandioso y exhibicionista va a activar
la transferencia especular, el paciente busca del terapeuta poyo en cuanto a que él puede sentirse
orgulloso de sus éxitos, de su conducta y no repetir lo que los padres hacían cuando él era chico y que no
fue hecho de manera apropiada. Es como mirarse al espejo y que el espejo refleje al paciente, eso es lo que
espera del terapeuta y esa es la transferencia especular. Describió 3 tipos de transferencia, la más primitiva
la llamó fusión arcaica a través de la extensión del self grandioso, hay una fusión muy primitiva en la
cual el terapeuta se ve constantemente como una parte del self, no hay diferenciación y hay una constante
demanda, no hay algo que pueda satisfacer al paciente. Después describió una transferencia que llama
gemelar, dentro de las especulares, que es cuando el paciente se refiere al terapeuta como si fuera él,
espera del terapeuta que sea una persona idéntica a él. La última, la más madura, es la transferencia
especular en sentido estricto, el mirar, la necesidad constante de que el terapeuta le diga qué bien que
hiciste, estoy orgulloso, como si fuese una adicción.
Luego cambio un poco esta disposición y habló de las 3 transferencias:
1) La transferencia idealizadora.
2) La gemelar.
3) La transferencia especular.
La internalización transmutadora, cada vez que uno hace una interpretación que es correcta y después
viene el recuerdo de cuando la madre se fue, la interpretación en sí misma es para él una frustración
óptima. No hay manera de darle una actualidad a lo que el paciente necesita, siempre va a haber una
frustración, lo único es que esta va a ser una frustración óptima, por medio de la interpretación
transmutadora y un depósito de estructuras psíquicas. Es lo que en la parte clínica sería un tipo de
sublimación. Repitiéndolo durante varios años de interpretación, de frustración óptima, la función de
calmarse, la interrupción, serán algunos de los problemas que el paciente tendrá: la ansiedad vendrá
porque piensa que si se va a su self object no podrá calmarse a sí mismo, entonces empiezan todos los
síntomas. Si eso se hace repetidamente, hay un agregado de estructura psíquica y el enfermo empezará a
poder calmarse por su cuenta, aunque sea por pocos minutos, esto es el cambio terapéutico más
importante. Es en la transformación, Internalización Transmutadora, dónde se da el cambio, si es eficaz
puede conceptualizarse.
Kohut también señaló cambios específicos y no específicos en el tratamiento; cambios no específicos son
las transformaciones del narcisismo, en un buen tratamiento hay aumento y expansión del amor objetal,
porque hay una removilización de lazos afectivos libidinales, que anteriormente habían sido bloqueados
tras una muralla de narcisismo regresivo. Era tanta la patología en el área narcisista que no había
suficiente energía para relacionarse con el objeto desde el punto de vista amoroso o del instinto y porque
hay más libido idealizadora para el amor.

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El self va a estar más cohesivo también, eso va a facilitar la relación objetal con un sujeto percibido más
autónomo e independiente. Los cambios más importantes ocurren en el área de la imago parental
idealizada y habrá mayor capacidad en las funciones neutralizadoras del yo. Constantemente los deseos
narcisistas se sexualizan, es típico de las parejas homosexuales. Y otro importante cambio en el área de la
imago parental idealizada es que el sujeto tiene los ideales más claros, tiene una percepción del futuro, de
lo que le gustaría ser, de lo que le gusta creer. El polo idealizador está más maduro, eso es parte del
cambio.
En el área del self grandioso, la grandiosidad infantil se transforma en ambición madura, el sujeto tiene
ambiciones apropiadas, se siente confortable con sus ambiciones, su autoestima será mejor porque no está
siempre tratando de considerar lo inalcanzable, y siente más placer en sus acciones y en sus éxitos, no
necesita constantemente que alguien externo le diga que hizo un buen trabajo para que pueda sentir su
autoestima elevada.
Los demás cambios son los que describe aparte como maduración normal. La capacidad de empatía está
mejorada, la persona puede tener sentimientos por otras personas, sin envolverlas y puede sentir lo que al
otro le está pasando. Estos son algunos de los criterios de curación, el énfasis está puesto en el área
narcisista. Y la transmutación o la internalización transmutadora con adición de estructura psíquica por
medio de lo que se realiza a nivel subconciente, eso es lo que llama criterio de curación.

Duelo y Melancolía
Autor: Sigmund Freud
Cada pérdida real o simbólica, acarrea un duelo. Dependerá del valor, “investidura” que se le atribuye,
y no de la naturaleza del objeto perdido.
Freud, describe al duelo como:
“Cualquier tipo de perdida de objeto libidinal, reacción a la pérdida de un ser amado o de una
abstracción equivalente” incluido los ideales.
Dice que tiene dos etapas:
1) Retirada de la libido invertida en el objeto.
2) Su reinversión en otro objeto.
Trabajo de duelo: Trabajo de elaboración psíquica para ligar las impresiones traumáticas. Es un proceso
en que la libido debe retirarse del objeto perdido y poder encontrar nuevos objetos de libidinización.
Para llegar a la comprensión de la melancolía, hace una diferenciación entre duelo normal y duelo
patológico. En este último, es en que se presenta la melancolía.
Duelo Normal:
 Es el que se da en los neuróticos, donde está la posibilidad de desprenderse del objeto para volver a
elegir otro.
 Pasado un tiempo se lo supera.
 Se impone LA REALIDAD.
 El sujeto necesita que los demás lo reubiquen en su narcisismo. Y así, una vez que se reubica
narcisisticamente, puede elegir un nuevo objeto.
 Puede aparecer la culpa, la ambivalencia, pero no a nivel del melancólico.
Duelo Patológico: “El melancólico”

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 Persona patológica: Melancolía (surge a veces como una reacción ante la pérdida real / ideal de un
objeto amado). A veces se desconoce qué es lo que se perdió, ya que puede saberse a quien se
perdió, pero no qué, que perdió en él.
 Hay una pérdida de objeto que quedo sustraída de la consciencia.
 Disminución del amor propio, gran empobrecimiento del yo, (autorreproche).
 Se hace autorreproches, se denigra y espera repulsión o castigo.
 Vinculo ambivalente con el objeto.
 Las fallas que se reprocha, esas faltas, características, no se hallan en él, sino en otro sujeto, en el
que el enfermo amaba o amo. (se da, porque no se dio una sustracción de la libido del objeto para
desplazarla sobre uno nuevo).
 Identificación del yo, con ese objeto amado y perdido, la libido fue atraída sobre el yo. Fijación del
narcisismo.
 La elección del objeto se realizó sobre una base narcisista.

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