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Grande Revista Sinal

Ma. Alejandra Andrade Vinueza


Julio, 2020

Hacia una e
​ spiritualidad regenerativa
como respuesta a la crisis de la humanidad

Introducción
En las últimas décadas, la humanidad se ha visto enfrentada a una crisis sin precedentes;
algunos expertos hablan, inclusive, de estar viviendo la “sexta extinción masiva” del planeta
Tierra, con un ritmo de extinción 10.000 veces más rápido de lo normal1. Ya sea que esta
afirmación tenga sólido asidero científico o no, la humanidad nunca antes había estado
frente una crisis que es a la vez global, multidimensional y tan precipitada. Si bien es cierto
que el daño al medio ambiente está llegando a un punto sin retorno existen otras
dimensiones de la vida humana en crisis: el sistema capitalista sigue beneficiando a un
puñado de gente, a cuestas de millones de personas sumidas en pobreza; la corrupción se
ha vuelto un mal endémico que mata más que las pandemias; la violencia sigue está en
crecimiento, con las más crudas expresiones. Inequidad injusticia, pobreza, represión y
violencia son consecuencias de esta crisis creciendo y golpean, de manera más fuerte, a las
poblaciones más vulnerables de las sociedades -mujeres, niños y niñas, pueblos originarios,
comunidades negras, colectivos sexualmente diversos, entre otros.

Las explicaciones así como las posibles soluciones son tan diversas como los distintos
campos de investigación existentes: cada uno tiene su versión y su antídoto. Basado en una
definición amplia de la espiritualidad, el presente artículo propone que los males que este
mundo enfrenta son solamente síntomas de un problema de fondo: una crisis de
espiritualidad. El término “espiritualidad” proviene del latín ​spiritus que significa “aliento de
vida”2. Se diferencia de la religión, ya que la religión es “un sistema organizado de creencias,
prácticas, rituales y símbolos diseñados: 1) para facilitar la cercanía a lo sagrado o
trascendente; y 2) Fomentar una comprensión de la relación y responsabilidad de los demás

1
BBC Mundo, La sexta extinción masiva que afectó a la Tierra y que acaban de descubrir los
científicos.​ 12 Septiembre 2019. Disponible en: h
​ ttps://www.bbc.com/mundo/noticias-49675505​.
2
Elkins, D., Hedstrom, J., Hughes, L., Leaf, A. and Saunders, C. (1988), Toward a
Humanistic-Phenomenological Spirituality: Definition, Description, and Measurement, Journal of
Humanistic Psychology FALL 1988 28, pg. 10.
al vivir juntos en comunidad”3. Hacer esta distinción permite afirmar que una persona
puede ser 'espiritual' aunque no se identifique con una religión . Asimismo, como se
explicará más adelante, aunque la religión contribuye a nutrir la espiritualidad, ésta es más
amplia y tiene que ver, fundamentalmente, con la búsqueda de sentido y con las
inter-conexiones consigo, con las demás personas, con la creación y, por supuesto, con lo
trascendente.

Este artículo propone el fortalecimiento de la espiritualidad como una respuesta a la crisis


global, multidimensional y urgente que enfrenta la humanidad. Con este propósito en mente,
la primera sección expone una visión de la espiritualidad, desde la perspectiva de distintos
contextos religiosos y no religiosos. La segunda sección presenta a la espiritualidad como un
fenómeno antropológico, universal y desde una perspectiva de derechos. Finalmente, la
tercera sección propone la restauración de la espiritualidad quebrantada como una
alternativa hacia la construcción de sistemas no solamente sustentables sino regenerativos.

Primera parte: La espiritualidad en contextos religiosos y no religiosos

Espiritualidad vista desde las religiones “oficiales”


La espiritualidad es un elemento central en la vida de las comunidades religiosas cristianas y
no cristianas. En estos contextos, ha sido objeto de reflexión y debate. En la tradición
pentecostal, el teólogo pentecostal, Dr. Steven Land , en su libro “La espiritualidad
pentecostal: una pasión por el Reino”4 la describe como "apocalíptica, corporativa, misionera
y esencialmente afectiva". Desde su perspectiva, existen tres elementos clave en la
espiritualidad pentecostal: las creencias (ortodoxia), los afectos (ortopatia) y las acciones
(ortopraxis). Los ​afectos son mucho más que sentimientos pasajeros: son el eje integrador
de las creencias (​ortodoxia​) y las acciones (​ortopraxis​) son los afectos (​ortopatia​); por eso,
Land afirma que "el corazón de la espiritualidad pentecostal es el amor". En un intento por
esbozar una definición de la espiritualidad, el Dr. Land la describe como “la integración de
las ​creencias y las ​prácticas en torno a los ​afectos​, que son correlacionados con Dios y la
salvación y que se enfocan hacia el Reino de Dios ". En otras palabras, la espiritualidad
pentecostal tiene una dimensión personal y comunitaria; apunta a la construcción del Reino
de Dios –que es presente y es futuro-; tiene que ver con lo que se cree, lo que se hace y lo

3
Benson, P., Roehlkepartain, E., and Rude, S. (2003), Spiritual Development in Childhood and
Adolescence: Toward a Field of Inquiry. A ​ pplied Developmental Science​, 7:3, pg. 209.
4
​Land, S., La espiritualidad pentecostal, una pasión por el Reino. Ed. Semisud, 2009.
que se siente; y se expresa en la relación con Dios, con la iglesia y con el mundo. Para el Dr.
Land, la espiritualidad no puede desvincularse del firme compromiso por la dignidad del ser
5
humano, por la defensa de la vida y por la lucha por la justicia .

Otros teólogos evangélicos vinculados con la ​Fraternidad Teológica Latinoamericana6 y su


propuesta de la ​Misión Integral​, han ofrecido sus definiciones de espiritualidad. Para René
Padilla, fundador de este movimiento teológico latinoamericano:
“... hablar de espiritualidad es hablar de un estilo de vida que se orienta hacia el
cumplimiento del propósito de Dios para la vida humana y la totalidad de la
creación; se concreta en una manera de pensar, sentir y actuar coherente con
Jesucristo como modelo de la nueva humanidad, y la dependencia del poder del
7
Espíritu Santo " .

Harold Segura, en cambio, considera que la espiritualidad cristiana es integral, pluriforme y


radical8. Integral porque aspira la redención de toda la creación; pluriforme porque no existe
una espiritualidad uniforme y estandarizada sino que cada persona expresa su amor y
compromiso con Dios de una manera única; y radical porque lo que se espera de quienes
deciden seguir al Jesús redentor es un compromiso que lo da todo por la construcción del
Reino.

Desde su tradición católica, la teóloga Adriana Méndez-Peñate entiende la espiritualidad


como:
“...el mundo de sentido, las relaciones o el significado que se va creando en mí a
través del proceso dinámico de interacción entre el Espíritu Santo y mi espíritu
humano, tal como se va dando un largo de toda mi vida. Mi espiritualidad se
expresa a través de mis actitudes, palabras, hechos, oración, experiencias; a
través de los símbolos, gestos, relaciones, ritos, y, en fin, a través de la vida
9
misma, que tiene tanto de material como de espiritual” .

Por su parte, el reconocido filósofo y teólogo de la liberación, Leonardo Boff, ha dedicado


una buena parte de su vida a investigar y escribir en torno al tema de la espiritualidad. En
uno de sus artículos sobre la base biológica de la espiritualidad, afirma que:
"...la espiritualidad es lo que produce en el ser humano una transformación
interior (...) esa transformación no comienza y termina con el interior de cada ser,
sino que, a partir de ese interior, desencadena toda una red de transformaciones

5
Land, S.,​ La espiritualidad pentecostal, una pasión por el Reino​. Ed. Semisud, 2009.
6
​Más información en el sitio web de Fraternidad Teológica Latinoamericana: h ​ ttps://ftl-al.com/
7
Más información en el sitio web de Fraternidad Teológica Latinoamericana: h ​ ttps://ftl-al.com/
8
Segura, H., Una iglesia para los demás, Ed. Kairós, 201​0.
9
Segura, H., Una iglesia para los demás, Ed. Kairós, 201​0.
en la comunidad, en la sociedad, en las relaciones con la naturaleza y con el
10
universo entero" .

Asimismo, afirma que "la espiritualidad es la actitud con la que los seres humanos se
conectan con todo, con la calidad que percibe el hilo conductor que conecta todas las cosas
y que conecta de manera a formar el cosmos [...] Lo llama con mil nombres diferentes:
11
‘Fuente original de todas las cosas’, ‘Misterio del mundo’ o simplemente ‘Dios’ .

La espiritualidad es, pues, un elemento central en las diferentes tradiciones de fe cristiana.


Sin embargo, sería incorrecto pensar que es una dimensión exclusiva al cristianismo pues,
como se demuestra a continuación, todas las tradiciones de fe poseen y expresan su propia
visión acerca de la espiritualidad. Desde su identidad budista, el Dalai Lama, jefe del
budismo tibetano, señala que:
'La espiritualidad tiene que ver con las cualidades internas del espíritu humano,
como el amor y la compasión, la paciencia, la tolerancia, el perdón, la
satisfacción, un sentido de responsabilidad, un sentido de armonía, que brindan
felicidad tanto a uno mismo como a los demás. Estas cualidades implican una
preocupación implícita por el bienestar de los demás y pueden desarrollarse en
alto grado sin recurrir a ningún sistema de creencias religiosas o metafísicas ''12.

Asimismo, la fe Bahai, ofrece una visión de la espiritualidad en la que la acción es una


consecuencia inevitable. Su líder Abdu’l-Bahá afirma:
“Sabed, oh vosotros los poseedores de percepción, que la verdadera
espiritualidad es como un lago de aguas claras donde se refleja lo divino. Tal era
la espiritualidad de Jesucristo. Hay otra clase que es como un espejismo, que
parece ser espiritual, y no lo es. Lo que es auténticamente espiritual debe
iluminar el camino hacia Dios y debe desembocar en obras. No podemos dar
crédito al llamamiento a ser espirituales si no hay resultados”13.

Espiritualidad en las comunidades ancestrales y en contextos no-religiosos


Hasta aquí se ha presentado un panorama de perspectivas sobre la espiritualidad
provenientes de contextos vinculados con alguna práctica religiosa. Sin embargo, la
espiritualidad se revela de manera muy fuerte en la experiencia de los pueblos indígenas.
Aquí, es considerablemente más holística y cósmica, pues evidencia la conexión existente
entre todos los seres vivos, y no solamente los seres humanos. Esta estrecha conexión se

10
Boff, L. L
​ a base biológica de la espiritualidad​.
11
Boff, L. L​ a base biológica de la espiritualidad​.
12
Giacalone, R., Jurkiewicz, C. and Dunn, C. (2005), P ​ ositive Psychology in Business Ethics and
Corporate Responsibility​. Information Age Publishing.
13
Bahai Teachings. U ​ na nueva forma de unir espiritualidad y religión​. Disponible en:
https://bahaiteachings.org/es/una-nueva-forma-de-unir-espiritualidad-y-religion/
expresa de maneras concretas en la vida cotidiana, tal como lo refleja el siguiente relato
sobre ‘Mi primer árbol’:
“En el caso de los pueblos indígenas, la espiritualidad permea su modo de vivir,
incluidos, sus relaciones sociales, sus prácticas cotidianas y su relación con la
naturaleza. Para el pueblo gunadule, por ejemplo, la definición de espiritualidad
se encuentra en ​Bad Igala -el ‘camino de Dios’, que es su tratado teológico- el
cual se expresa en la armonía que existe en sus relaciones con Dios -​Baba y
Nana​, quien, de paso, tiene características tanto masculinas como femeninas; con
la tierra -​Nabgwana​-; y con los seres humanos. La espiritualidad gunadule se
nutre de ritos y ceremonias que buscan conectar a las personas entre sí y con la
naturaleza. La primera ceremonia de todo individuo se llama ‘Mi primer árbol’ y
se realiza al momento de nacer: cuando nace una niña o niño, la parte entrega al
padre o al acompañante el cordón umbilical con la placenta. Ellos siembran el
cordón umbilical y la placenta, junto con una semilla que simboliza la vida. A
partir de ese día, cada vez que algún miembro de la comunidad pasa por el árbol,
tiene la responsabilidad de cuidarlo: con buenas palabras, gestos, echándole
agua. Así, se fomenta la conexión del individuo con los demás, con la naturaleza
y con el Dador de vida, desde el inicio de la vida. Y cuando el fruto crece -ya sea
un banano, cacao, otro árbol frutal- y llega el tiempo de la cosecha, el fruto del
árbol es preparado y compartido con todos los niños y niñas, para que beban
esta bebida germinal. Es la ceremonia especial del nuevo habitante. Con esta
ceremonia el pueblo gunadule agradece a la tierra, celebra la fertilidad de la
mujer, se conecta con la comunidad y reconoce que todos están interconectados
y son interdependientes14.

Finalmente, la espiritualidad también es expresada en contextos abiertamente no-religiosos


como en colectivos de pensamiento ateos. En efecto, existen personas ateas que se
reconocen como poseedores de una espiritualidad y reclaman su derecho a la experiencia de
lo inefable y lo eterno. Filósofos e investigadores como Maslow, Compte-Sponville y
Solomon han argumentado que es posible pensar en la espiritualidad sin religión, ya que la
espiritualidad es: "un modo de ser, caracterizado por el auto-superación y el crecimiento:
"En lugar del dudoso propósito de trascender la vida, defendamos el ideal de trascendernos
en la vida". Para estos filósofos e investigadores, la espiritualidad se refleja en valores
concretos, actitudes y comportamientos hacia 'sí mismo, los demás, la naturaleza, la vida y
lo que uno considera lo último'15. El filósofo francés ​André Comte-Sponville, defensor del
ateísmo y el materialismo​, afirma que:
'(La espiritualidad) es la vida del espíritu, especialmente en su relación con el
infinito, la eternidad y lo absoluto. [...] Ateos, también tienen una vida espiritual
[...]. Este absoluto, para ellos, no es una persona, sino el ser o el devenir, el todo
o la naturaleza, digamos la totalidad inmanente que los contiene y los supera.

14
Entrevista a la teóloga gunadule Jocabed Solano.
15
​ chnell, T. and Keenan, W. (2013), T
S ​ he construction of atheist spirituality: a survey-based study​. In
Weterink, H. (ed.) C​ onstructs of meaning and religious transformation​, Vienna University Press,
101–18.
Pueden meditarlo, pensarlo, es lo que llamamos metafísico; pero también
pruébalo, vívelo, y es a esto que llamamos espiritualidad. [...] ¿Debería, porque
soy ateo, renunciar a toda experiencia de la eternidad, lo infinito y lo absoluto?
Ciertamente no'16.

En una línea similar, la Dra. Jacqueline Watson, miembra de la Asociación


Internacional de Espiritualidad Infantil, capellana humanista y experta en temas de
humanismo y espiritualidad, define la espiritualidad desde su vivencia personal:
‘Para mí, como una persona atea, aquello que es más grande que mí misma y
con lo que me conecto son las personas, la humanidad y la tierra (de alguna
manera, con el universo entero). Tenemos una vida no-material después de la
muerte pero en un modo de “polvo de estrellas”, en palabras de Carl Sagan.
Regresamos a la tierra y nuestros cuerpos/moléculas son “recicladas”.
Encontrar las palabras correctas es un desafío: yo suelo usar la palabra
“sagrado” para referirme a las cosas “espirituales” -así que un espacio puede
ser “sagrado” pero, para mí, no tiene que ver con Dios. Yo creo que podemos
tener un sentido de trascendencia cuando nos conectamos con otras
personas, con la humanidad, o con la tierra y con el universo. No creo que
podemos trascender de un reino material a uno inmaterial, pero podemos
elevarnos de manera metafórica e ir más allá de nuestro propio ser. Esto nos
conduce a un sentido de esperanza y resiliencia”17.

Diversos estudios de investigación han tratado de proporcionar un marco para evaluar la


espiritualidad atea o secular. Uno de ellos es el de Schnell, quien desarrolló el 'modelo
estructurado de espiritualidad', e identificó cuatro tipos de espiritualidad: 1) Secular; 2) No-
dualista; 3) Idiosincrásica; y 4) Religiosa. Esta estructura se puede aplicar a contextos de fe
múltiple y no religiosa, ya que cada tipo de espiritualidad representa un "enfoque de la vida
que está motivado por la “auto-transcendencia horizontal” (inmanencia) o por la
“auto-transcendencia vertical” (trascendencia). El cuadro a continuación explica los cuatro
tipos de espiritualidad de Schnell18.

Espiritualidad Espiritualidad Espiritualidad Espiritualidad


secular no-dualista idiosincrásica religiosa

Auto-trascendencia Auto-trascendencia Auto-trascendencia Auto-trascendencia


horizontal horizontal vertical vertical

16
Atheist spirituality. Disponible en www.atheistspirituality.net​.
17
Andrade, M. A., T ​ he role of spirituality in building the resilience of migrant children in Central
America​, Tesis de Maestría Universidad King’s College London, 2016, pg 69.
18
​Schnell, T. and Keenan, W. (2013), T ​ he construction of atheist spirituality: a survey-based study​. In
Weterink, H. (ed.) C ​ onstructs of meaning and religious transformation​, Vienna University Press,
101–18.
Ética del amor y la Ética del amor y la Ética del amor y la Ética del amor y la
compasión compasión compasión compasión

Actitud de aceptación Actitud de aceptación Actitud de aceptación Actitud de aceptación


hacia sí mismo y hacia hacia sí mismo y hacia hacia sí mismo y hacia hacia sí mismo y hacia
el mundo el mundo el mundo el mundo

Práctica espiritual Práctica espiritual Práctica espiritual Práctica espiritual

Experiencias de Experiencias de Experiencias de Experiencias de


trascendencia trascendencia trascendencia trascendencia

Segunda parte: la espiritualidad como un fenómeno antropológico y universal


Este recorrido por algunas perspectivas sobre la espiritualidad permite hacer tres
conclusiones: 1) la primera es la espiritualidad es una capacidad intrínseca de todo ser
humano, tal como la física, emocional, social e intelectual (Benson, 2010); 2) La segunda es
la espiritualidad se fortalece por medio de prácticas religiosas pero también se nutre en lo
cotidiano, lo cual aclara la relación complementaria entre espiritualidad y religión; 3) La
tercera es que, aunque cada tradición religiosa -y no religiosa- hace énfasis en detalles
particulares al hablar de espiritualidad, es posible destacar dos atributos clave que están
presentes, de una u otra manera, en todas las definiciones:
1) La manera de comprender el sentido y propósito de la vida.
2) La manera de recibir con Dios, obtener el mismo, con los demás y con la creación.

Una definición de la espiritualidad lo suficientemente amplia como para dar espacio a las
definiciones exploradas en la primera parte, pero al mismo tiempo lo suficientemente precisa
como para evitar la divagación, proviene del campo de las ciencias médicas. La Dra.
Christina Puchalski, Directora del Instituto para la Espiritualidad y la Salud de la Universidad
George Washington, define la espiritualidad como:
“El aspecto de la humanidad que tiene que ver con la manera en la que los
humanos buscan y expresa el sentido y propósito de la vida, así como con la
manera en la que experimentó su conexión con el momento, con lo mismo, con
otros, con la naturaleza y con el sagrado19”

19
Puchalski, Ch. Et al., I​ mproving the spiritual dimension of whole person care: reaching national and
international consensus​, Journal of palliative medicine vol 17,6 (2014): 642-56.
Todas estas constataciones conducen a afirmar que la espiritualidad es un fenómeno
antropológico y universal. Es antropológico porque es inherente a todos los seres humanos,
determinados de su raza, género, condición social, origen étnico y afiliación religiosa. Es
universal porque, en sus diversas formas y expresiones, presenta elementos comunes.

La espiritualidad, una capacidad humana intrínseca


La antropología ha evidenciado la predisposición de los humanos hacia la espiritualidad a
través de la historia y las culturas2021. Algunos científicos incluso han propuesto teorías
como “El punto Dios” o “La Mente Mística” para explicar las raíces biológicas y fisiológicas
de la espiritualidad2223. Más recientemente, un campo emergente de investigación -la
neuroteología o neurociencia espiritual- ha integrado disciplinas tan diversas como
psicología, antropología, neurociencia, filosofía y teología para tratar de comprender las
reacciones del cerebro a la experiencia espiritual24. Aunque estas teorías han recibido
críticas por su falta de demostrabilidad científica, muchos investigadores todavía creen que
los seres humanos están “conectados al espíritu'', lo que significa que parece haber una
predisposición humana a la espiritualidad25. Esto es consistente con la afirmación de De
Souza de que la espiritualidad es "una característica humana esencial que está en el centro
y se refleja en todos los aspectos de la existencia humana"26. Desde esa perspectiva, la
espiritualidad se concibe como una capacidad humana intrínseca, al igual que las
dimensiones físicas, emocionales, sociales e intelectuales27.

Los componentes de la espiritualidad


Elkins et al. propusieron un enfoque humanista de la espiritualidad, basado en una extensa
revisión de la literatura de los principales escritores que abordaron la espiritualidad desde
una perspectiva fenomenológica, incluidos Carl Jung, Mircea Eliade, Abraham Maslow y

20
Rodríguez, M., Fernández, M., Pérez, M. y Noriega, R. (2011), E ​ spiritualidad variable asociada a la
resiliencia​. Cuadernos hispanoamericanos de psicología, Vol. 11, No. 2: 24–49.
21
Benson, P., Roehlkepartain, E., and Rude, S. (2003), S ​ piritual Development in Childhood and
Adolescence: Toward a Field of Inquiry.​ Applied Developmental Science, 7:3, pg. 208.
22
Boff, L. (2012), L​ a base biológica de la espiritualidad​.
23
Alper, M. (2008), D ​ ios está en el cerebro: una interpretación científica de la espiritualidad humana y
de Dios​. Grupo Editorial Norma, pg. 93.
24
Sayadmansour A. (2014), N ​ eurotheology: The relationship between brain and religion. Iran Journal
of Neurology, Volume 13, Issue 1, pg. 52.
25
Kyriacou, J., A​ re we wired for Spirituality? An Investigation Into the Claims of Neurotheology, pg.
12​.
26
De Souza, M. (2012), Connectedness and Connectedness. The dark side of spirituality: Implications
for Education. I​ nternational Journal of Children's Spirituality,​ 17(3), pg. 1.
27
Benson, P., Roehlkepartain, E., and Rude, S. (2003), Spiritual Development in Childhood and
Adolescence: Toward a Field of Inquiry. A ​ pplied Developmental Science​, 7:3, pg. 205.
Victor Frankl. Además de la revisión literaria, realizaron un estudio empírico de líderes
espirituales de diferentes orígenes religiosos. A través de esta investigación, se identificaron
nueve componentes principales de la espiritualidad:
1. Una dimensión trascendente, basada en la creencia de que hay más de lo que se ve;
2. Un significado y un propósito en la vida;
3. Una misión en la vida, relacionada con un sentido de vocación;
4. Un carácter sagrado de la vida, basado en el reconocimiento de lo sagrado en las
personas y la vida ordinarias;
5. Un desapego a bienes tales como dinero y posesiones;
6. Altruismo, poniendo énfasis en la justicia social y la responsabilidad humana común
hacia los demás;
7. Idealismo, basado en la participación en la construcción de un mundo mejor;
8. Una conciencia de lo trágico, contribuyendo a tomar la vida en serio y fomentando la
gratitud; y
9. Los frutos de la espiritualidad, que se ocupan de los efectos visibles de la conciencia
espiritual en las relaciones con uno mismo, los demás, la naturaleza, la vida y "lo que
uno considere lo último28.

Aunque este estudio data de 1988 y aunque estas dimensiones podrían ser discutibles,
proporcionan una comprensión más rica de la espiritualidad y son una plataforma útil para
explorar la experiencia de la espiritualidad en distintos contextos religiosos, sociales y
culturales.

Una perspectiva de derecho al desarrollo espiritual


Según Fletcher, el cuidado espiritual no debería proporcionarse únicamente a personas con
algún trasfondo o creencia religiosa, ya que sería excluir a otras personas del "verdadero
cuidado holístico [...] ignorando la necesidad de todos los humanos de responder las
grandes preguntas y dar sentido a la vida"29. En este sentido, se podría decir que, dado que
todas las personas necesitan fortalecer su espiritualidad -al igual que sus áreas física, social,
intelectual y emocional- su derecho al desarrollo espiritual debe ser respetado y cumplido,

28
Elkins, D., Hedstrom, J., Hughes, L., Leaf, A. and Saunders, C. (1988)​, Toward a
Humanistic-Phenomenological Spirituality: Definition, Description, and Measurement​, Journal of
Humanistic Psychology FALL 1988 28: pg. 5–18.
29
Fletcher, J. (2016), S
​ piritual screening in community-based palliative care by the multi-disciplinary
team​. In de Souza, M., Bone, J. and Watson, J. (eds) Spirituality across Disciplines: Research and
Practice: Perspectives from mysticism and secular cultures, education, health and social care,
business, social and cultural studies, London, UK: Springer International.
junto con sus otros derechos. El desarrollo espiritual como un derecho se ha abordado de
manera explícita en varios documentos internacionales, en particular en torno a la niñez,
como la Declaración de los Derechos del Niño de Ginebra (1924), la Declaración de los
Derechos del Niño (1959) y la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del
Niño - UNCRC (1989) - que establece en el artículo 27 que: "Los Estados Partes reconocen
el derecho de cada niño a un nivel de vida adecuado para el desarrollo físico, mental,
espiritual, moral y social del niño" (ONU, 1989; 12). A pesar de esto, es evidente que el
desarrollo espiritual ha recibido significativamente menos atención que las otras
dimensiones del desarrollo de los niños, lo que, según Nye, es problemático, ya que la
espiritualidad es una “necesidad básica”30.

En un sentido más amplio, concebir el desarrollo espiritual como un derecho ayuda de


muchas maneras. En primer lugar, ayuda a que las personas se vean unas a otras como
seres integrales, y a reconocer su capacidad interna de asombro (admiración y reverencia),
su capacidad de reflexión (preocupaciones profundas sobre la vida y preguntas metafísicas),
su sabiduría (lo que se sabe y cómo se lo vive) y su anhelo innato de inter-conexión (con uno
mismo, los demás, la naturaleza y lo sagrado)31. Una perspectiva de derechos en torno a la
espiritualidad también contribuye a concebir a cada persona, incluidos, niños y niñas, como
capaces de experimentar misterio y trascendencia32, convirtiéndose en agentes de su propio
desarrollo espiritual en lugar de 'recipientes vacíos' que necesitan ser “llenados” por alguien
más. Por otro lado, un enfoque espiritual refuerza el cumplimiento de los derechos de las
personas, ya que afirma su valor y dignidad inherentes, ya que son portadores de la huella
divina del Creador. Finalmente, abordar la espiritualidad como un derecho humano
contribuye a promover relaciones más positivas, compasivas y responsables consigo, con
las demás personas y con la naturaleza, lo cual se expresa en sus actitudes y
comportamientos33. Por lo tanto, un enfoque de derechos en torno al desarrollo espiritual
debe tomarse en serio y debe incluir medidas para proteger y promover el potencial
espiritual de todas las personas.

30
Nye, R. (2009), C​ hildren’s Spirituality: what it is and why it matters​. Church House Publishing.
31
Hart, T. (2006), Spiritual experiences and capacities of children and youth. In Roehlkepartain, E. C.,
King, P. E., Wagener, L. and Benson, P. L. (eds) The handbook of spiritual development in childhood
and adolescence, Sage Publications, pg. 163.
32
​Hart, T. (2006), Spiritual experiences and capacities of children and youth. In Roehlkepartain, E. C.,
King, P. E., Wagener, L. and Benson, P. L. (eds) The handbook of spiritual development in childhood
and adolescence, Sage Publications, pg. 168.
33
​Elkins, D., Hedstrom, J., Hughes, L., Leaf, A. and Saunders, C. (1988)​, Toward a
Humanistic-Phenomenological Spirituality: Definition, Description, and Measurement​, Journal of
Humanistic Psychology FALL 1988 28: pg, 10.
Tercera parte: una espiritualidad r​ egenerativa​ como respuesta a la crisis global

Una espiritualidad adolorida


Este recorrido a través de distintas perspectivas y acercamientos a la espiritualidad ha sido
importante para plantear la siguiente propuesta: la crisis que el mundo enfrenta actualmente
no es una “crisis ambiental”. Ni siquiera es una "crisis de la humanidad". Lo que el mundo
está viviendo es el fruto de relaciones rotas -con Dios, consigo, con las demás personas y
con la creación. Esta ruptura de carácter multi-dimensional puede expresarse también en
términos de una “desconexión cósmica”, de “distorsión de relaciones” o de una
“espiritualidad quebrantada”. Se trata, por lo tanto, de una "crisis de espiritualidad".

Esta distorsión, entre otras cosas, dañó la interdependencia que existe entre los seres vivos
y afectó la capacidad de los seres humanos de ver la huella del Creador en todo lo creado,
incluidos en ellos mismos. Los frutos de esta desconexión se evidencian en todas las
dimensiones: en una concepción distorsionada de uno mismo (más que los demás, menos
que los demás); en las relaciones distorsionadas con otras personas, que toleran y
promueven diversos tipos de abusos y violencias; y también en la relación distorsionada con
la naturaleza, esencialmente antropocéntrica, que valora todo ser vivo en función a su
utilidad para el ser humano. Es así como todo aquello que forma parte de la creación divina
-animales, plantas, árboles, montañas, ríos, pero también seres humanos... todo- se convirtió
en “algo” que se puede vender, comprar, violar, explotar y destruir. La pobreza, la
corrupción, el racismo, la xenofobia, la violencia, la injusticia y el daño a la "Casa Común"
son síntomas de esta crisis. Julie Fletcher, en una investigación sobre espiritualidad en el
campo de cuidados paliativos, describió diferentes expresiones de desconexión que podrían
tener lugar: dentro de uno mismo (autoestimación, culpa, impotencia, autolesión); con otros
(aislamiento, soledad); con la creación (preocupación por el aquí y ahora); y con misterio o
trascendencia (sin sentido de asombro, maravilla y esperanza). Para Fletcher, esta
desconexión podría entenderse como “dolor espiritual”, y necesitaría ser curada a través del
cuidado espiritual34.

34
Fletcher, J. (2016), S
​ piritual screening in community-based palliative care by the multi-disciplinary
team​. In de Souza, M., Bone, J. and Watson, J. (eds) S
​ pirituality across Disciplines: Research and
Practice: Perspectives from mysticism and secular cultures, education, health and social care,
business, social and cultural studies​, London, UK: Springer International
En cuanto a la distorsión en torno al sentido de la vida, se hace visible en individuos y
sociedades sedientas de acumular, de tener, de consumir; de sociedades que valoran al ser
humano en función a sus posesiones y no en función a lo que son. Esta pérdida del sentido y
propósito de la vida no permite ver más allá del momento presente y la satisfacción de los
deseos del presente. Tampoco permite tener una visión del bien común, pues lo que prima
es el bienestar individual, no hay espacio para nada ni nadie que represente lo "otro". Esta
pérdida del sentido y propósito de la vida se alimenta de un sistema político, económico e
ideológico esencialmente inhumano, que genera desigualdades descomunales y la
destrucción sistemática de la naturaleza, debido al círculo vicioso e insostenible de
explotación-producción-consumo-desecho.

Una explicación desde la teología cristiana a esta ruptura multi-dimensional se puede


encontrar en Génesis 3, cuando los seres humanos quisieron ser iguales a Dios. Este pasaje
bíblico revela que la relación con Dios no fue la única afectada (v. 8), sino que otras
relaciones se vieron también distorsionadas: con uno mismo (v. 10), con las demás personas
(v. 12) y con la creación entera (v. 15; 17). La respuesta bíblica a esta crisis se encuentra en
Jesús, quien interrumpió en la historia "para reconciliarse consigo mismo, ya sea en la tierra
o en el cielo, haciendo las paces con su sangre, derramando en la cruz" (Col 1:20).

Nutrición de la espiritualidad
Como la espiritualidad puede considerarse una dimensión inherente de todos los seres
humanos, no es posible deshacerse de ella. Una persona puede estar consciente de su
naturaleza espiritual, puede tener una conciencia espiritual y puede elegir nutrirla35. Una
espiritualidad fortalecida, “vibrante”, podría tener consecuencias de dimensiones
“cósmicas”, al restablecer las múltiples relaciones que fueron dañadas, comenzando con el
individuo y alcanzando a toda entidad viva que habita no solamente la tierra sino el universo
entero.

Benson define el proceso de consciencia espiritual como "el proceso de crecimiento de la


capacidad intrínseca del ser humano para la auto trascendencia, en el que el yo está
incrustado en algo más grande que el yo, incluido lo sagrado. Es el ‘motor’ del desarrollo que
impulsa la búsqueda de conectividad, significado, propósito y contribución. Tiene forma

35
​Rodríguez, M., Fernández, M., Pérez, M. y Noriega, R. (2011), E​ spiritualidad variable asociada a la
resiliencia​. Cuadernos hispanoamericanos de psicología, Vol. 11, No. 2: 24–49.
tanto dentro como fuera de las tradiciones, creencias y prácticas religiosas”36. La
espiritualidad puede nutrirse a través de prácticas sagradas -oración, adoración, meditación,
lectura de textos sagrados- pero también a través de experiencias de la vida cotidiana, tales
como una buena conversación, una comida familiar, el descanso, la siembra de un árbol37.
Para Martsolf y Mickley, las experiencias difíciles tienen el potencial para propiciar, de
manera especial, el crecimiento espiritual38. En la misma línea, Benjamin y Looby sugieren
que, aunque este proceso no es lineal, sino que la espiritualidad puede cambiar,
transformarse, crecer y madurar, trayendo una nueva perspectiva de la vida, a pesar de las
dificultades actuales39.

La ​regeneración​ como paradigma espiritual


El concepto de “desarrollo regenerativo” surgió principalmente en el campo de la biología y
los estudios ambientales. Fue propuesto en el 2006 por el experto en temas relacionados
con la sustentabilidad, Bill Reed40, y posteriormente profundizado por Daniel Christian Wahl
desde una perspectiva más sistémica y cultural41. La teoría del desarrollo regenerativo se
inspira de la asombrosa capacidad regenerativa de la naturaleza, que permite el equilibrio, la
integridad y la armonía entre el “todo” y sus diferentes “partes”. La ciencia, a lo largo de la
historia, ha evidenciado que animales y plantas presentan misteriosas formas de
regeneración de sus órganos y ecosistemas, lo cual constituye una expresión de la
inter-dependencia e inter-conexión entre los seres vivos. De alguna manera, se podría decir
que esta capacidad de regeneración, presente también en seres humanos -en las áreas
emocionales y espirituales, por ejemplo- que la regeneración está inscrita en los genes de
los seres vivos. ¿Sería esto una expresión de la huella divina del Creador del universo en Su
creación?

El pensamiento regenerativo busca, por un lado, restaurar la salud y vitalidad de los


ecosistemas, y, por otro lado, dejar de utilizar recursos que no pueden ser regenerados. El

36
Benson, P., Roehlkepartain, E., and Rude, S. (2003), Spiritual Development in Childhood and
Adolescence: Toward a Field of Inquiry. A ​ pplied Developmental Science​, 7:3, pg. 205.
37
​Andrade, M. A., T ​ he role of spirituality in building the resilience of migrant children in Central
America​, Tesis de Maestría Universidad King’s College London, 2016, pg 54.
38
Tanyi, R. (2002), Towards clarification of the meaning of spirituality. J​ ournal of Advanced Nursing​,
39(5), pg. 503.
39
​Tanyi, R. (2002), Towards clarification of the meaning of spirituality. J​ ournal of Advanced Nursing​,
39(5), pg. 503.
40
BIll Read forma parte de organizaciones que trabajan para promover la construcción ecológica y la
planificación comunitaria en plena integración y evolución con los sistemas vivos. Más información en:
https://regenesisgroup.com/team/bill-reed
41
Más información sobre DC Wahl está disponible en su sitio web:
https://medium.com/@designforsustainability​.
argumento es simple: en el punto al que la humanidad ha llegado, hablar de
“sustentabilidad” es, tristemente, insuficiente; se ha vuelto necesario revertir los efectos
negativos ocasionados por los seres humanos, lo cual implica trabajar en pos de una
“regeneración” de todos los sistemas vivos. Para Wahl, el desarrollo de prácticas
regenerativas requiere un cambio de pensamiento y de cultura42, capaces de conducir a
cambios en los sistemas de producción y consumo, en los estilos de vida, en la política
pública y en las relaciones internacionales. Esto implica, también, pasar de una mentalidad
de competencia a una mentalidad de colaboración y coexistencia. Para Daniel Wahl, el
desafío no es “conectar los puntos” sino mirar con suficiente atención para descubrir las
conexiones que ya existen entre esos puntos43.

Utilizando la metáfora del tejido, en uno de sus artículos, Wahl afirma que:
“La única manera de responder a tiempo a las crisis convergentes es por medio
de un cambio de conciencia. Solamente un cambio en la manera en la que
concebimos la vida y visualizamos nuestro papel dentro de la evolución continua
de la vida podrá convertirse en un motor lo suficientemente fuerte como para
causar un cambio en el comportamiento individual y la acción colectiva (...)
Necesitamos una nueva narrativa, capaz de superar la idea de nuestra
separación. Nuestra cosmovisión dominante establece la intencionalidad detrás
del diseño. El diseño es la forma en que los seres humanos manifiestan
intenciones a través de interacciones y relaciones”44.

¿Podría la espiritualidad contribuir a construir esa “nueva narrativa” capaz de ayudarle a la


humanidad a hacer el cambio cultural que necesita para dejar de auto-destruirse? Los
argumentos expuestos en las secciones anteriores permiten afirmar que la espiritualidad
-entendida como un aquello que nutre el sentido de propósito en la vida y aquello que
conecta a los seres humanos con lo trascendente, consigo mismos, con las demás personas
y con toda la creación- puede, definitivamente, hacer un aporte invaluable. El siguiente
extracto del artículo sobre la “espiritualidad de lo cotidiano”, de la teóloga brasileña Ivone
Gebara, hace una buena conexión entre la espiritualidad y la propuesta de “cultura
regenerativa” de Wahl:

42
​Wahl D., D
​ iseñando culturas regenerativas​, Triarchy Press Ltd., 2016.
43
Wahl D., ​“Circular & square systems thinking” — a Maori perspective on regeneration​. Disponible
en:
https://medium.com/@designforsustainability/circular-square-systems-thinking-a-maori-perspective-
on-regeneration-ba9fa5653f91
44
Wahl D., ‘​ Weaving’ — 21st Century Servant Leadership for Systemic Health​. Disponible en:
https://medium.com/@designforsustainability/weaving-21st-century-servant-leadership-for-systemi
c-health-dfcd4eeb02e5
“Entiendo por espiritualidad el m ​ ovimiento más profundo del ser humano​,
movimiento que lo mantiene en ​el deseo de vivir​, en el ​sentido de su existencia​,
en la c​ apacidad de abrirse a los demás y ​ de ​ayuda en la vida​.
Entiendo por espiritualidad esta ​energía que nos hace mover​, que nos permite
buscar el amor y la justicia​.
Entiendo por espiritualidad la ​atracción y la pasión d ​ e hacernos ​salir del
individualismo ​de cara a nuestro bien y al bien de los demás.
Entiendo por espiritualidad la sed de ​anhelar un mundo ​en el que todos los seres
tengan un espacio de d ​ ignidad para vivir​.
Entiendo por espiritualidad esa ​"alguna cosa" q ​ ue nos ​calma e​ n el dolor y en la
angustia o que buscamos cuando la oscuridad cae sobre nosotros en pleno día.
Entiendo por espiritualidad esa "alguna cosa" que, ​un peso de todo n ​ os invita a
continuar viviendo
Espiritualidad quiere decir cosas referentes al mantenimiento de nuestra vida al
más profundo nivel​. Lo que tiene que ver con la respiración misma de nuestro
ser. De ahí la importancia de la respiración para vivir y renovar la vida. Lo
espiritual conserva siempre su dimensión biológica, su condicionamiento en
nuestra biología culturalizada (...)
La espiritualidad es, ante todo, una e ​ xperiencia antropológica​, experiencia que
pertenece a todos los seres humanos​, dada nuestra c​ apacidad de pensarla, de
decirla, de decirla entre nosotros"45.

Conclusión
Este artículo ha señalado varios elementos que vale la pena resaltar. El primero tiene que ver
con la naturaleza de la espiritualidad. Como se demostró en las secciones primera y
segunda, la espiritualidad se nutre de la fe y la religión, pero las trasciende. Mientras que la
fe y la religión son elecciones personales, la espiritualidad es una condición inherente a todo
ser humano, por lo tanto, es universal. A través de la historia humana, la espiritualidad ha
sido entendida y definida de múltiples maneras, por personas de diversos trasfondos
étnicos y culturales, provenientes de distintos sectores, tanto en contextos religiosos como
no religiosos. Sin embargo, en medio de tal diversidad, es posible identificar elementos
comunes como los mencionados en este artículo, en especial en torno a la búsqueda de
sentido y a la construcción de relaciones armoniosas con lo trascendente, consigo, con las
demás personas y con la creación.

Por otro lado, este artículo ha buscado afirmar que la crisis que enfrenta la humanidad en la
actualidad se expresa por medio de una diversidad de síntomas, sin embargo, su raíz tiene
que ver una pérdida del sentido último de la vida y con una profunda desconexión de los
seres humanos, consigo mismos, entre ellos, con toda la creación y con lo trascendente. Es

45
Gebara I. U
​ na espiritualidad en lo cotidiano​, Alternativas 6, No. 14, 2000. Pg. 32.
decir que, en el fondo, se trata de una crisis de espiritualidad. Esta crisis ha llegado a niveles
tan serios que no es suficiente con intentar frenar la degradación; no es posible seguir
hablando de “sustentabilidad” sino que es necesario hablar de “regeneración” de sistemas y
culturas.

Si el problema de fondo tiene que ver con una espiritualidad quebrantada, este artículo
sugiere que la nutrición de una ​espiritualidad regenerativa podría contribuir, de manera
significativa, a encontrar nuevas narrativas que le ayuden a la humanidad a construir nuevos
parámetros éticos que prioricen el cuidado y la regeneración sobre la competencia y la
acumulación.

Como se mencionó a lo largo de este artículo, nadie puede escoger deshacerse de su


dimensión espiritual pues es intrínseca a todos los seres humanos, sin embargo un individuo
sí puede escoger nutrirla. La manera de nutrirla puede ser por medio de prácticas religiosas
o, como se ha demostrado en otras investigaciones46, por medio de prácticas ordinarias y
cotidianas que, con consciencia e intencionalidad, tienen el potencial de convertirse en
extraordinarias. Es por esto que, en cierto modo, la espiritualidad puede ser considerada un
“ordinario mágico”, tomando el término utilizado por Ann Masten para referirse a la
resiliencia47. Por lo anterior, propuestas de cuidado y nutrición espiritual que sean a la vez
interculturales, interreligiosas e interdisciplinarias deberían ser promovidas de manera
consciente e intencional, en espacios religiosos y no-religiosos.

46
​Andrade, M. A., T
​ he role of spirituality in building the resilience of migrant children in Central
America​, Tesis de Maestría Universidad King’s College London, 2016, pg 53.
47
Masten, A., (2001), Ordinary Magic: Resilience Processes in Development. A ​ merican Psychologist​,
Vol. 56, No. 3, 227–38
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