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CATÓLICOS.-
El reinado de los Reyes Católicos fue el punto de partida del Estado Moderno en
España: monarquía autoritaria, unificación dinástica territorial, expansión ultramarina
con el Descubrimiento de América, conquista del Reino Nazarí de Granada y la
uniformidad religiosa. Con ellos se inicia un Estado nuevo, que será la potencia más
poderosa de Europa en el siglo XVI y XVII.
Hay que tener en cuenta, que los derechos de Isabel al trono de Castilla, no eran nada
evidentes antes de estas victorias. Las diferentes familias nobiliarias habían obligado a
Enrique IV a desheredar a su hija, la princesa doña Juana, apodada la Beltraneja, cuya
legitimidad estaba en disputa porque se la consideraba hija de Beltrán de la Cueva, si
bien el rey siempre la consideró como su hija legítima. Así se llegó a la farsa de Ávila
(1465), cuando los nobles depusieron a Enrique IV e instalaron en el trono a su
hermanastro Alfonso. La muerte de este último, en 1468, les obligó, a los nobles, a
cambiar sus planes, defendiendo a la infanta Isabel, hermanastra del rey, y obligando a
Enrique, por el pacto de los Toros de Guisando, a desheredar a su hija y a reconocer a
Isabel como princesa heredera, que desde entonces, consideró el pacto como el
fundamento jurídico de sus derechos al trono, reclamando para sí el título de princesa
heredera.
- La política interior.-
Castilla era el territorio más poderoso, por su mayor población y desarrollo económico,
el objetivo principal de los RRCC fue el refuerzo del poder real y uno de sus mejores
medios fue la política religiosa, a través de la creación del Consejo de la Suprema
Inquisición en 1478 con jurisdicción en Castilla y Aragón y que dependía directamente
de los monarcas. También fomentaron las regalías por las que controlaban el
nombramiento de los obispos, mejorar su formación y corregir las malas prácticas, para
lo cual se apoyaron en clérigos reformadores como el Cardenal Cisneros.
Se expulsó a los judíos en 1492, que se exiliaron a zonas de Europa y Marruecos (judíos
sefardíes), y se persiguió a los mudéjares, que tras una rebelión en Las Alpujarras en
1499, se les obligó a bautizarse (moriscos), algunos se negaron y fueron expulsados de
Castilla y Aragón, emigrando al norte de África. Esta política religiosa respondía a la
idea de que la fe cristiana era el fundamento de unidad de los reinos y daba la paz
interior. Fernando El Católico sometió al clero con un acuerdo o Patronato con el Papa,
según el cual el rey presentaba a Roma a los eclesiásticos que iban a ocupar puestos
importantes y de esta lista elegía el Papa, además de controlar a las Órdenes Militares
nombrándose el rey como maestre de todas ellas y dueño de todo su patrimonio.
Su modelo de poder era una monarquía autoritaria y fuerte, que pretendía acabar con los
privilegios de la nobleza, las ciudades, la Iglesia y reforzar el poder central, para lo cual
reformaron las principales instituciones, de forma especial en Castilla:
- El descubrimiento de América.-
Proceso histórico con dos protagonistas: Castilla y Portugal en la búsqueda
de una ruta hacia Asia a través del Atlántico, ya que por el Mediterráneo
estaba la amenaza turca. Ambos firmaron el Tratado de AlcaÇovas (1479)
que dio el control de las Canarias a Castilla a cambio de no avanzar al sur de
África que fue para Portugal.
El proyecto de Cristóbal Colón, marino genovés, interesó a los RRCC,
después de ser rechazado por los reyes portugueses: trazar una ruta a las
Indias (Asia) navegando hacia el oeste. Los avances técnicos en la
navegación: astrolabio, brújula, carabela... hacían más fácil la travesía. La
expedición, con tres naves: Pinta, Niña y Santa María, salió del Puerto de
Palos en Huelva, y en dirección hacia el oeste el viaje resultó ser más largo
de lo previsto, llegando incluso a amotinarse la tripulación que quería volver
a España. Al fin, el 12 de octubre de 1492 se avistó tierra en la isla de
Guanahani (San Salvador) en Las Bahamas, con posterioridad realizó tres
viajes más explorando el Caribe y llegando a Centroamérica y Venezuela.
Estos descubrimientos hace resurgir las tensiones con Portugal por el control
de las nuevas tierras, esto se solucionó con el Tratado de Tordesillas (1494)
que dividió las zonas de influencias de cada uno, Brasil para Portugal.