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INSTITUTO TEOLÓGICO NAZARENO

SEMINARIO NAZARENO MEXICANO A.R


CAMPUS TUXTLA

Teología Arminiana Wesleyana

PROFESOR: Neptalí López Cordero

Actividad: Ensayo

ALUMNO: GUSTAVO GALLEGOS MOLANO

Fecha: Tuxtla Gutiérrez Chis. 23 de diciembre de 2023.


SANTIFICACIÓN Y ENTERA SANTIFICACIÓN.

SANTIFICACIÓN
Para empezar, debemos partir con la pregunta: ¿qué es santificación? Desde
el punto de vista erudito, es un verbo transitivo que significa hacer santo,
limpiar de impureza, o pecado, así que, tomando en cuenta esta definición,
entendemos que la santidad, es el proceso en el que, el Espíritu Santo,
cambia a la persona a algo diferente de como antes era. Como bien lo dice
Leslie Parrot; “la santificación es realmente la conclusión de la obra iniciada
en la regeneración”, es decir, la primera obra de gracia o santificación inicial.
Dentro de la reflexión de Wesley, refiriéndose a los no santificados, era que
ellos eran simplemente justificados, tal expresión no denotaba rechazo o una
afirmación despectiva, más bien, lo que Wesley recalcaba es que debían
experimentar el siguiente nivel, la pureza de corazón.

Sin embargo, tenemos un problema, ¿Qué pasa con aquellas personas que,
no siendo santificadas, ni creyentes, tienen características similares a las
personas santificadas? Frecuentemente, he escuchado decir que una de las
cosas que manifiestan la santidad son los resultados externos y es cierto,
pero; existen personas que jamás se comportarían de forma grosera con
alguien, menos con su familia, no dirían maldiciones, se visten como un
creyente lo haría y sería tanto o más compasivo que alguien cristiano,
entonces, ¿qué diferencia nos da la santidad? La santidad no radica en el
comportamiento, sino en la motivación del corazón y esto se reflejaría o
consolidaría en una pregunta, ¿soy un ejemplo como Cristo, en mi espíritu,
actitudes, y motivaciones? La característica central de la santidad es el amor,
es decir, este lo gobierna todo, mis motivaciones y espíritu, es desarraigada la
actitud de aversión y crítica, y ahora, de acuerdo al amor que hay en mi
corazón, actuaré de forma diferente, edificando con mis acciones. Podemos
concluir, entonces, que la santificación es el proceso de la limpieza del
corazón, que removerá toda actitud, conducta y motivación, que serían
capases de lastimar a alguien, al cuerpo y reino de Cristo. La santidad nos
capacitará para vivir victoriosamente en la vida, nos llenará de frutos,
viviremos con gozo el tiempo terrenal y, sobre todo, traerá gloria al Padre.

Ahora, la santidad no es una opción, el Señor dijo; sed santos porque yo soy
Santo (Levítico 19;2, Pedro 1;16), pero esto no es algo arbitrario y caprichoso,
me gusta lo que dice John A. Knight respecto a la petición de Dios a ser
Santos: “Dios provee lo que Él requiere”, y es cierto, Dios sabe que no podría
pedir algo que seríamos incapaces de alcanzar, nos exige, sabiendo que
podemos obtener tal cosa con su ayuda, con su provisión. El mayor ejemplo
de esto es Jesucristo, él es la mayor prueba de que, Dios nos da su provisión
para alcanzar la santidad.
Pensamos en esto como la santificación, pero existe alguna ¿entera
santificación? Doctrinalmente, si, pero: ¿qué es y que dice la escritura al
respecto?

ENTERA SANTIFICACIÓN
En palabras de Wesley: ser llamado un hombre perfecto o enteramente
santificado, es tener el corazón ardiendo con el amor de Dios, de tal manera
que todo pensamiento, toda palabra, toda obra se ofrezca constantemente
como un sacrificio espiritual y aceptable a Dios por medio de Jesucristo. Es
alabar en los pensamientos de nuestros corazones, en las palabras de
nuestros labios y en todas las obras de nuestras manos, a Aquel que nos sacó
de las tinieblas a su maravillosa luz.
¿Pero todo esto puede certificarse a través de la escritura? Wesley cita varios
textos, pero hay uno en 1 Juan 4:17, dice; “en esto se ha perfeccionado el
amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, pues
como él es, así somos nosotros en este mundo” es decir, que sí, la perfección
cristiana sí es posible y el Señor la provee para ser semejantes a él en la tierra
y tener seguridad en nuestro corazón en el día final. Por otro lado, ¿es
necesaria?, según Wesley, la entera santificación erradica el pecado original,
es decir que somos libres de la influencia del pecado original, sin embargo,
tengo algunas dudas respecto a esto, y no es que lo ponga en tela de juicio,
quizá, debo entenderlo, meditarlo con más calma y buscar las bases que
Wesley usó para sostener su postura e intentar comprender. A pesar de esto,
creo que la entera santificación puede alcanzarse mediante la provisión del
Señor y un corazón dispuesto a recibirlo.
Puedo concluir que la entera santificación, entonces, es la limpieza total del
corazón del hombre, donde quién dirige y habita ya no es el yo, sino Dios.

Dejo algunos conceptos usados y requeridos para este ensayo:

Corazón puro: es la limpieza del corazón, efectuada por el Espíritu Santo, que
removerá toda actitud, conducta y motivación, que serían capases de lastimar
a alguien, al cuerpo y reino de Cristo. Es tener el corazón ardiendo con el
amor de Dios, de tal manera que todo pensamiento, toda palabra, toda obra
se ofrezca constantemente como un sacrificio espiritual y aceptable a Dios
por medio de Jesucristo. Es alabar en los pensamientos de nuestros
corazones, en las palabras de nuestros labios y en todas las obras de nuestras
manos.
Carácter maduro: es el resultado del crecimiento en la gracia.
Crecimiento en la gracia: al haber muerto el ser pecaminoso, el creyente
enteramente santificado es capaz de reconocer la existencia de fallas y se
vuelve cada vez más dependiente de Cristo. El crecimiento en la gracia dará el
carácter para sanar relaciones, pedir disculpas.
Amor perfecto: es este amor de Dios sin límites, sin fin de su bondad. Su
amor se extiende aún a aquellos que ni le aman ni le temen. Él es bueno aún
al malo y al ingrato: y aún, sin ninguna excepción ni límite a todos los hijos del
hombre, por que Dios es bueno a todo hombre y su misericordia está sobre
todas sus obras.
Santidad: La santidad es la capacidad para vivir victoriosamente en la vida,
nos llenará de frutos, viviremos con gozo el tiempo terrenal y, sobre todo,
traerá gloria al Padre.
Bibliografía
Bryant, E. R. (s.f.). La teología en acción, la teología de Juan Wesley tomo 1.
knight, J. A. (2012). El amor más excelente. Kansas city: Beacon Hill Press.
Parrott, L. (1979). ¿Qué es la santificación? Kansas city: Casa nazarena de publicaciones.

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