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CURSO:
Teología de Santidad I
ESTUDIANTE:
Danner Vickely Guevara Santacruz
PROFESOR:
Pastor Guillermo Neyra Melendez
PROGRAMA:
ETED
FECHA: 16/11/202
I. REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
Al leer estos libros de manera breve por factor de tiempo, puedo decir que he tenido que
reaprender de acuerdo a mis ideas y formación. A continuación, daré un breve resumen
algunos capítulos de los libros:
A Rutherford dijo hace más de 200 años que Dios es más amado por santificarnos que por el
justificarnos porque nos hace a su imagen y semejanza.
En el libro: Santidad en la vida diaria, menciona sobre la santidad para toda la vida y no solo
para un momento.
En el libro: El Espíritu de santidad, el autor menciona que el Espíritu Santo viene a nosotros sin
ruego o súplica. Y que no es necesario tener largas sesiones de llantos y súplicas para que el
Espíritu venga a llenarnos de acuerdo a Apocalipsis 3:20. Dentro de este libro el capítulo: La
santificación del yo, menciona que es necesario permitir al Espíritu Santo hacer una limpieza a
fondo para que pueda iluminarnos por completo. Solo que es necesario tener cuidado porque
habrá objetos opacos son los frutos de la carne que en cierta forma no permiten que ocurra la
santificación. Es muy importante entender que el Espíritu Santo está tan dispuesto a llenarnos,
así como al prender una luz.
Por otro lado, da a entender que, si alguien tarda en abrir la puerta a Jesús en su corazón, eso
quiere decir, rechazar a Cristo. Un punto muy importante mientras más posponemos nuestra
decisión, más se arraigan nuestros hábitos de pecaminosidad, es decir, más sucio se vuelve
nuestro corazón y más difícil se nos hace abrir la puerta. Si aceptamos que la tardanza no se
debe a alguna exigencia de Dios, sino que es alguna falla nuestra, debemos examinarnos
detenidamente para ver qué es lo que impide.
El no abrir la puerta (indisposición) no se debe a algún estado de ánimo pasajero, sino a una
rebelión profunda del corazón. El tratar el problema de manera intelectual no cambia nada.
Pablo dice en Romanos 8: 7 que la mente carnal es enemistad contra Dios. Entonces, ¿Qué
partes de nuestras vidas que no deseamos someter a Dios?
En el libro Auxilios para la santidad: Menciona el lema de la Iglesia del Nazareno que es
Santidad a Jehová (Éxodo 28: 36). Aporta que la santidad es la liberación completa del pecado.
También es un estado en la cual en el corazón no hay obras de la carne. Un estado donde no
hay dudas ni temores. Se ama a Dios y se confía en él con corazón perfecto. Y para obtener
santidad necesitamos limpiarnos de todo pecado, no creciendo sino por gracia. El autor
menciona que se tiene que pedir para alcanzar, buscar para encontrar. Y, por último,
menciona cosas que impiden obtener la salvación: la consagración imperfecta, la fe
imperfecta.
He realizado una comparación de los puntos de vista de los autores que he podido leer:
Los puntos de vista antes mencionados me dejaron pensando. En algún momento creyendo
que fui formada de manera incorrecta o sin base nazarena. Tanto así que no pude entregar el
trabajo al profesor a menos que tenga una idea clara.
El primer punto de vista fue el del autor James donde menciona que la santificación no se
obtiene por crecimiento: Toda mi vida he pensado que una persona santificada es aquella que
está activa en la iglesia, participando, leyendo la Biblia, ayunando. Sin embargo, después de
analizar al autor puedo decir que tiene razón porque la santificación de una persona en la
iglesia no se ve por el conocimiento o años en la iglesia sino por el encuentro que se tenga con
Dios, por la santificación, por el despojo o eliminación completa de sus pecados.
Hace algunas semanas hubo algunas personas que aceptaron a Jesús en su corazón. Estaba
muy feliz por esa decisión que estuve todo el tiempo detrás de ellas, ayudándolas,
escuchándolas, humanamente, se veía que había un cambio drástico en su vida, sin embargo,
semanas después no entendía porque se llenaron de desánimo que ya no quieren venir a la
iglesia. Al ver su indiferencia me chocó mucho que hasta se me quitaron las ganas de comer.
No obstante, aprendí a través de este curso que esas actitudes quieren decir falta de entrega
total al Señor. Eso quiere decir que, mi responsabilidad es orar y orar. Ya llegará el momento
que lleguen.
Solo que en cierta forma me da tristeza al recordar las palabras del libro, a medida que más
posterguen su acercamiento al Señor, más se llenarán de desánimo y se atrasarán en conocer
al Señor, pero por mi lado, puedo estar tranquila que les hablé del amor de Dios. Lo demás
solo será decisión de ellas y el Espíritu Santo.
El segundo punto de vista la santidad es para toda la vida y no para un momento también lo
aprendí hace algún tiempo, después de pensar que la santificación solo era una algo como una
meta.
El tercer punto, estoy en desacuerdo, pensando que quizás con la rapidez no leí como debe
ser. Por otro lado, también viene a mi mente que Dios puede santificar a la manera que él
decida. Hay testimonios de personas que fueron santificadas al instante de haber aceptado a
Jesús en su corazón, así como hay personas que sintieron el cambio en el transcurso o proceso.
Y el último punto, completamente de acuerdo, para que Dios viva en nuestro corazón necesita
un desprendimiento o alejamiento total del pecado. Él no puede estar de no ser asi.