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Actividades musicales para atender a la Diversidad

Book · December 2004

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Luis Alberto Mateos-Hernández


Universidad Pontificia de Salamanca
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FUENTE:
Mateos Hernández, L. A. (2004). Actividades musicales para atender a la Diversidad.
Madrid: ICCE.

……………………………………………………………………………………………
3. PROPUESTA DE SECUENCIACIÓN DE ACTIVIDADES
A continuación expongo una propuesta de secuenciación de los momentos de una
sesión de actividades musicales. Constaría de dos fases preparatorias y de otras
cinco fases de actividades. Todas ellas están articuladas por estos cuatro criterios
metodológicos:
- Alternar las fases de exteriorización (fases expresivas) con las fases de
interiorización (fases receptivas).
- Desarrollar primero la conciencia de sí mismo (desarrollo corporal y
perceptivo) para pasar a la conciencia del otro (desarrollo emocional-
comunicativo-social).
- Mantener la atención-motivación-afecto del alumnado a lo largo de las siete
fases mediante la escucha mantenida (implicación afectiva con lo sonoro-
musical).
- Encadenamiento de actividades buscando la unidad (no cambiar de actividad
mientras puedan seguir entrenándose las capacidades propuestas) y la
variedad (no insistir en una actividad si ya está perdiendo su fuerza
motivadora: es preferible variar la actividad o cambiar a otra, de la misma
fase o de la siguiente).

Las siete fases de la sesión son las siguientes:


1. Caldeamiento Fases preparatorias
2. Motivación para la sesión
3. Actividades sonoro-musicales de activación corporal
consciente
4. Actividades sonoro-musicales de desarrollo perceptivo Fases de actividades
5. Actividades sonoro-musicales de relación con el otro
6. Actividades sonoro-musicales de representación y
simbolización
7. Actividades de despedida
Fases preparatorias
1. Caldeamiento (fase expresiva). Es el momento inicial de adaptación a la sala de
trabajo, a los estímulos sensoriales que se pueden percibir en ella, etc. El cuerpo
de los niños suele expresar la necesidad de un cierto tiempo de adaptación al
espacio físico, que les predispone para trabajar.

2. Motivación para la sesión (fase receptiva). Esta fase suele surgir de forma
espontánea cuando los diferentes miembros del grupo-clase se dan cuenta que
están ahí, en ese momento, para hacer algo. Y ese algo lo determina, propone o
facilita el adulto. Es el momento en el que disminuye el volumen sonoro y poco
a poco van orientando la mirada al adulto. Por tanto, es el momento más
apropiado para que el educador sea percibido con autoridad: porque escucha,
porque espera, porque atiende, porque propone y facilita, porque no culpa ni
amenaza, porque respeta los procesos emocionales que se dan en el grupo. Ante
esta percepción positiva cualquier propuesta será percibida con interés y
curiosidad. La motivación puede ser verbal, musical —sin explicación verbal—,
gestual o combinaciones de éstas. Si queremos espontaneidad en las propuestas
musicales, conviene proponérselas a los niños motivándoles para la acción; en
ningún caso, contándoles nuestros objetivos y programaciones. Nuestra
comunicación no verbal (caras, gestos, etc.) puede ser determinante para
conseguir la implicación de los alumnos.

Fases de actividades
3. Actividades sonoro-musicales de activación corporal consciente (fase
expresiva). Estas actividades están orientadas a ayudar al niño a regular su
movimiento corporal de forma intencional y guiado por el sonido o la música. El
objetivo principal es desbloquear las tensiones neuromusculares del cuerpo para
movilizar la energía corporal y hacerla consciente. Así podrán experimentar los
niños autocontrol y autoeficacia con su cuerpo. Si la audición y la visión guía lo
motriz y favorece la conciencia emocional, es mucho más fácil que se
desarrollen en el niño habilidades psicomotrices. Estos son elementos
inseparables en estos aprendizajes. Y sin duda que la conciencia del yo corporal
se va a ver fortalecida y animada a descubrir nuevas habilidades. Unido a estas
experiencias se va desarrollando progresivamente la conciencia espacio-
temporal. En esta fase no hay que forzar la capacidad de activación motriz hasta
el punto de llegar a generar un cansancio acusado. Es preferible estar atentos a
los indicadores de que están empezando a cansarse físicamente para ir
preparando la finalización de actividades de esta fase y pasar a las de desarrollo
perceptivo.

4. Actividades sonoro-musicales de desarrollo perceptivo (fase receptiva).


Cuando la activación corporal ya está conseguida es mucho más fácil dirigir la
atención perceptiva de los niños hacia estímulos auditivos, visuales, táctiles, etc.
con el fin de que tomen conciencia de ellos y los exploren: sonidos que se
perciben en ese momento, sensaciones presentes de peso, temperatura, colores
que se perciben en el espacio físico o en la ropa de los compañeros, etc. Es
también un momento especialmente bueno para entrenar las subfunciones de la
percepción auditiva: localizar auditivamente, asociar, organizar secuencias
auditivas, escucha selectiva, memoria auditiva (sonora, verbal y musical), figura-
fondo auditivo, discriminación de sonidos diversos, análisis y síntesis auditivos,
etc.

5. Actividades sonoro-musicales de relación con el otro (fase expresiva). Esta es


la fase más importante desde el punto de vista de las posibilidades que ofrece. A
medida que un grupo va evolucionando de sesión a sesión, las cuatro fases
anteriores pueden requerir cada vez menos tiempo para garantizar la atención y
concentración de todos los niños. Una vez que el alumnado ha experimentado un
tiempo de movilización consciente de energía corporal y que ha sentido
determinadas sensaciones, tomando conciencia de ellas, puede ser un buen
momento para iniciar actividades musicales que le mantengan conectado a sí
mismo, pero que ya le vayan implicando cada vez más con la realidad del otro.
Podríamos decir que el tiempo empleado en las dos fases anteriores ha estado
dedicado principalmente a que los niños y niñas puedan autoafirmarse ante sí
mismos y puedan consolidar en ellos un poco más la imagen positiva de sí
mismos. Ahora el tiempo dedicado a esta fase 5 integra lo previo en un nuevo
reto: trabajar la relación del yo con el otro. Esto puede suponer expresar,
compartir, complementarse, cooperar, conocerse, tomar decisiones, resolver
conflictos juntos, etc.

No obstante, estas actividades pueden ser realizadas, obviamente, en cualquier


momento que el educador considere, ya que la idiosincrasia de cada grupo y de
cada niño en particular hace que cualquier actividad cooperativa pueda ser eficaz
desde el primer momento de la sesión, sin pasar necesariamente por las otras
fases.

6. Actividades sonoro-musicales de representación y simbolización (fase


receptiva). Llegado este momento, es importante que los niños puedan dejar
constancia de sus vivencias: que las evoquen, las representen, busquen símbolos
que representen aquello que han vivido o descubierto en la sesión, etc. En
ocasiones se puede apreciar con nitidez que las producciones que surgen en estas
actividades tienen mucho que ver con sus necesidades socioafectivas. Estas, al
expresarse, requieren de la representación y la simbolización para su elaboración
personal. Por esto también es importante que tengan la oportunidad de sintetizar
o intelectualizar lo vivido. No obstante, estas actividades pueden ir igualmente
orientadas al desarrollo de la creatividad en grupo o a la relajación mental, como
síntesis y anticipo del final de la sesión.

7. Actividades de despedida (fase expresiva). Aquí cabe cualquier actividad


(sonoro-musical o no) que prepare para la despedida afectiva del grupo cuando
va a concluir la sesión. Esto además es importante porque permite encadenar la
experiencia afectiva positiva de la sesión presente con la siguiente, sin que
quede un corte brusco, fortaleciendo la percepción del encuadre de trabajo con
actividades musicales. La actividad de despedida afectiva puede oscilar desde el
simple gesto de abrir la puerta de la sala para que empiecen a entrar sonidos del
exterior e ir anticipando el cambio de espacio físico hasta el canto de una
canción para despedir uno a uno a todos los participantes. Lo esencial es que los
niños tengan el tiempo necesario para adaptarse al cambio y que experimenten
con suavidad que, hasta la siguiente sesión, las vivencias afectivas,
comunicativas y sociales con la música han concluido.
ss
Propuesta metodológica para secuenciar por fases las actividades musicales en grupo

Fase expresiva Fase receptiva Fase expresiva Fase receptiva Fase expresiva Fase receptiva Fase expresiva

Motivación para Desarrollo Desarrollo de la


Caldeamiento Activación Representación y Despedida
perceptivo simbolización afectiva
la sesión corporal relación con los

consciente otros
4. LOS MATERIALES SONOROS Y SUS ADAPTACIONES

No existe una selección perfecta de materiales sonoros ideales porque son


demasiadas las variables que influyen en los procesos de interacción en las
actividades musicales. Pero sí podemos tener en cuenta algunos criterios que
orienten su selección:
Los materiales sonoros han de ser motivadores y agradables para que
pueda mantenerse la escucha.
Evitar instrumentos que entrañen un peligro potencial en manos de
niños sin control sobre las consecuencias de su conducta (platillos,
etc.).
Aprovechar al máximo las actividades de fabricación de instrumentos
caseros (véase la actividad 22).
Es importante que el educador domine al menos a nivel básico como
mínimo un instrumento musical que funcione como una identidad
sonora característica de su función. Puede ser cualquier instrumento
aunque los más utilizados son el teclado, la guitarra y la voz.
El instrumental Willems es muy adecuado para la el desarrollo
perceptivo y el instrumental Orff, para el desarrollo receptivo-
expresivo y para las actividades musicales de relación con otros.
La atención a la diversidad de alumnado nos exige a los educadores
adaptar los materiales sonoros que tenemos, además de la metodología,
para que ningún niño se quede sin participar en las propuestas. Está
aflorando el reto de integrar e integrarnos a nivel sonoro con niños de
otras culturas: usan otros instrumentos, otras canciones, otros valores
y, en definitiva, tienen otros usos y costumbres en cuanto a las
vivencias sonoro-musicales. La música es un buen puente para
conocernos mejor y establecer puntos de encuentro.
5. CATEGORÍAS SIGNIFICATIVAS DE OBSERVACIÓN EN UNA SESIÓN

DIFICULTADES
Dificultades en la comprensión de la consigna de la actividad.
Dificultades en la aceptación de la consigna de la actividad.
Dificultades en mantenerse atentos a la actividad.
Dificultades en el manejo de instrumentos.
Dificultades en la expresión vocal y en el canto.
Dificultades en la expresión corporal.
Dificultades en expresarse en grupo.
Dificultades en evocar y expresar contenidos ya trabajados.
Dificultades en expresar emociones.
– Emociones agradables.
– Emociones desagradables.
Dificultades en mantenerse atento a las propias emociones y regularlas.
Dificultad en tener un autoconcepto y autoestima positivos.
Dificultades en ceder el turno.
Dificultades en escuchar de forma activa las intervenciones de otros.
Dificultades en colaborar con otros compañeros.
Dificultades en crear, en inventar, en pensamiento divergente.
Otras: ................................................................................................................
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ELEMENTOS MUSICALES MÁS MOTIVADORES PARA EL NIÑO

(Realizar una valoración subjetiva de 1 a 10 donde 1 es nada motivador y 10 es motivación máxima)

Actividades sonoro-musicales de activación corporal consciente


– Movimiento dirigido por consignas auditivas
– Otros aspectos motivadores: .......................................................................
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Actividades sonoro-musicales de desarrollo perceptivo


– Relajación física con música
– Estimulación de subfunciones de la percepción auditiva (localización...)
– Otros aspectos motivadores: .......................................................................
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Actividades sonoro-musicales de relación con el otro


– Expresión vocal
– Expresión instrumental
– Expresión corporal
– Canciones
– Audiciones
– Otros aspectos motivadores: .......................................................................
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Actividades sonoro-musicales de representación y simbolización


– Relajación mental con la música
– Dibujo de lo sonoro
– Movimiento corporal
– Creación de letra y/o música
– Otros aspectos motivadores: .......................................................................
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Actividades de despedida
– Despedirse del grupo
– Otros aspectos motivadores: .......................................................................
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CONDUCTAS Y/O SITUACIONES DE INTERACCIÓN NOVEDOSAS

En el ámbito sonoro-musical: ..........................................................................


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En el ámbito afectivo-comunicativo-social: .....................................................


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ESTRATEGIAS INCIDENTALES QUE EL ADULTO HA EMPLEADO

• Estrategias grupales empleadas. De cada una responder:


– Ha funcionado adecuadamente: ...........................................................
– No ha funcionado adecuadamente: ......................................................

• Estrategias individuales empleadas. De cada una responder:


– Ha funcionado adecuadamente:.............................................................
– No ha funcionado adecuadamente:........................................................

• Posibles estrategias para próximas sesiones: ..........................................................


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