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EL ESPIRITISMO

ES

LA FILOSOFIA
POR

MANUEL GONZALEZ SORIANO

inTE V A E D IC IO N

BARCELONA

CASA EDITORIAL MAUCCI


Cno d« oa» « a U s ErpoaidoM a d e V set» do
Madrid 1907, Budapc&t 1907 f Gran Premio ei) U d«
Buenoa A i m de I9I0
U A L L O R C A . 166
I .1 W ì I V i

EL ESPIRItTs MO
ES

LA FILOSOFIA
PO R

MANUEL GONZALEZ SORIANO

IT Ü E V A £ D IC Z O N

BARCELONA

CASA EDITORIAL MAUCCl


^ de w o «II las £zpo skicnM de Vi«oa d a 1903,
Madrid 1907, Budapw l 1907 y G ran Premio «fi U de
BueoM Aír«s d« 19 10 ,
M A L L O R C A . 16 6
BREVE JUICIO CRITICO
SOBRE ESTA OB R A

L a feiliz circunstancia d e la iniciación de u n deba­


E S P R O P IE D A D D E B S T A C A S A E D I T O ft lA t
te, produjo el tral>ajo fUosófíco que eete libro ofrece;
trab&jo que, eá bien micro<cojnco, com o le llama $ u a u ­
tor, toca los asuntos m ás trascendentales Ue la fílosofía
inductiva, y preeta sducicíies concluyentes e incontes­
tables a los ¿rduos problemas que dilucida y son ed
íundamonto d e ]a filcsofia natural.
M ucho debo, e n nuestro concepto, íelicitarae el Espi-
ñtísmo racáonaüsta por baJ>er obtenido esta produccii^
cuya Índole estai)leee l a base cientf&ca de u n a doctrina
que ai bien cuenta con m uchas c^ras expositivas, nin*
gufta h a presentado pnncipice tan fijamente esta3>le-
ddoe ni t ^ ccmpletójnonte demostrados acerca del
anáJisis o b ^tivo del sér y de la síntesis metafísica
de las causan piimordialos.
Este breve com pendio d e filosofía trascendental, vie­
ne al propio ticnnpo a satisfacer u n a d e la.s m ás difí*
cileK esigoncia.s sociales, presentando e n pocas pági­
nas y « a lenguaje comprensible u n trabado completo
con cuyo estudio puede la inteligencia apoderarse de
U esencia de los ccoocimientos m á s in^>ort^tes 7
CMnphcados q u e las escuelas espiritualistas vieoeo^
í número d e dudas q u e d e convicciones. Y esto asegu*
d«eda hace m uchos siglos» dÍluri<laaido ea extenso«
volúmení«, y par U íom ia abslracU d « presontoj rtunos, porque si bien las soluciones dadas a los
f «suntos que se tratan cocstituyeD la opinión del autor,
BUS teorías» s ó lo se iiacK*n acceábles a los sores que
se dedican, p) su constante estudio y están acostum­ áendo esta el producto do las operacionos d e £a ló*
* gica cientiíica, la verdad natural se h a Impuesto a
brados a ejercátar su int^^ligencia en los intrincado»
1 su razón y formado su creencia. Tal es la causa de
laberintos d e la« nebulosidades alcnianas, o e n las
' que en las ideas que expone se encuentren c<»-
vaguedades paralogísticas d e la antigua escolástica.
f cepáoncs de todas las escuelas, y d e que e n su
Aquí, por el conlrario, la claridad y* pi*ecísión d e los
preliminar haya adoptado el método Krausista
conceptos y fnas soluciones inmediatas, llevan a 3a
¿ bien ajustándolo a la brevedad d e su trabajo,
inteligencia del lector las tésis que so proponen a re*
al resultado d e sus investigacicMies y a la sencillos
solver, y las razoiiee m enos ejercitadas la certeza
de lenguaje que para la m ás fádl y general compren*
de las solucione« que a las mismas so atribuyen.
Adornas, la^ acertadas defísiciones que de las fa* áóD se propuso emplear.
cuitados di'! espi ritti y sus inmediatas opcracionps se Otia convenácncia social in^rtnntisinta eucontramos
en el conjunto d e este libro, y es la m ás completa
presentan unidas a las ideas arJaratorias en q u e se
pruf»ba ia legitimidad d e la razón, brindan u n cono destrucción d e las especulaciones ateísta, materialis­
ta y panteísta, q u e las destruye en las certeras nxa*
cimieffito psicológico d e gran importancia para la m a ­
nifest¿las do la existe p ió ia do Dios y d«l espíritu,
yoría d e los lectores, q u e seguramente no se babria
ocupado d e €6 ta ciencia, y es la preliminar aJ es tu* u í com o en la individualidad infinita del sér sin
dio d e la metafísica. afectar en n ada a la infinita porson.didad d e Dios.
M u y s^r^dabíe nos lia M d o la profunda convicción No concluye e n las consideraciones expuestas la
conveniencia del mencionado lraba)o, sino que se ex*
q u e d autor posee de sus id fas. circunstancia que le
h a llova^io a aepararse d e la rutina do presentar testi­ twftde a la m á s importante, (Ajoto que se propone el
monios y citas de las creencias u ofániones de fQÓLOfoe autor; la d e mostrar que ol Espiritismo n o es otra
antiguos y modernos, lo qu<» .rs inás propio de u n tra cosa que la fil<»otía natural, y q u e sus principios
ta/lo de histciria q u e do u n a escuela filosófica. Su twlos s e a justan a hi Irazón cion tífica y a la m ás severa
obra 0 9 s<ío fruto d e sus conocimientos y d e las iógica, fm q u e cum^^e e n su tercera parto que in­
operaxáones d e s u razón, y expone con decisión y va­ titula « A P L I C A C I O N jfS .»
lentía sus creencias y las ai^umentacíones q u e a St so hubiera d e hacer u n exanben crítico «^go
s u p u ta rla s le conduccn< sin dejar a la o le c c i^ ds minucioso d e eeta obrita, m uchas páginas serian ne*
juicios comparados la solución do l«s cuestiones, ni ceearias para ello; pues n o estribando su mérito !nás
indicar ja m á s leve d u d a acerca de las convicciones, que en lo q u e expone que en lo que deja vislumbrar,
q u e son aquellas a que su ra^ón imparcial le ha las reservadas consecuencias de tanto destello lumx*
conducido. noso producirían seguramente otro libro do mayor
Fji e*te libro se estudia, pues, ñiceofia por la razón tecuño que ^ q u e éste tiene; y com o el objeto de
m ás pura y n o por opiniones pardalee e interesad;« . nuestra manifestación se concreta a exponer las ra*
que a rai«iudo cciifunden al lector y le ofroccn mayc^ I £0 ncs que nos ha n inducido a aceptar con entusiasmo
9u pubücÁriósi. y a roconoceda d e importante ud-
Jid^d so dai, d«iam o^ eee tr&bajo al púbüco lector^
(fUe OI el conjunto de su conocimiento encontiari
^ \ i i 9 3 solucimes a todog loe asunioe filo^fícoe que
se proponga investigar y resolver.

F- X . C r b w ,

ALGUNOS ANTECEDENTES DEL


ESPIRITISMO

El Espiritismo no ee ni u n a fUosoíia ni u n a sectA


roUgiosá, sino la flc9ofía de la cUncia, d* la religión
9 ¿4 kt moral: la síntesis esencial de los conocimien-
toa h u m a o R aplicada a la investigación de ta verdad:
la ciencia d e la» ciencias. Y dicho q ueda con esto»
qu9 ni « 6 vUjo ni porque i?iendo )a ciencia pro*
ducto dü la in v e ^ g a c ió n d e la vcr«iad, niás o menos
amplia, metódica y perfecta, h a existido desde que
bay aeres inteligentes (eternamente) con la naturaJ
fleciidencila d e la investigación.
Componiéndose s u cuerpo doctrinal de las verdades
UDÍver^KLlo q u e el hom3>ro h a sorprendido a la na*
toraJe/-!. y n o ccntamlo liompo la vcrflad puesto que
pTocediMido d e Dio» es eterna, tampoco su doctrina
es n» nueva, pudiendo coiisid»'rarse on taJ sentido
como la cncichpéáia de to4 txrdadcs elemat < infinUoí,
^ la investigación humana ha ^podido katta fi día pene­
trar ff conocer.
Ei Espáritismu viene, por consiguiente, de la cien*
m lie la razón y de la razón de La ciencia, y v a , por
coiíBecuencia, al m ayor conocimiento posible de las
veidaile» universales divinas.

I
SoQ SUS 'íun<iáidore6 todos los hombros de todas «Etenüdad de niajiifesladón d e la esencia univerbal,
las épocas j d e todas las crecncias <pie ha n alean* en ^ cumplimiento d e la ley a q u e obedece, o sea en
zado « 1 conodiniento d e alguna verdad incontestaJ>lo la realizaciíki d e su naturaleza por sus propiedadesj»
¿ c o s t r a d a por la razón y por la ciencia. (iVnidad esmciai característica d e cuanto fuera d ^
S o n sus apóstcáes, todos los hombre« que hayan Espíritu divino, ^ n q u e e n Dios, existe; es decir que,
en9 eñado, onsoñaj), y ensefiaron, e n Jo s u e l v o la un m ismo género, orden y naturaleza osontíaJ, cons*
verdad. Y eetos haji recibido e\i misión del debtr ütuye lo que realiza la materia, el fluido y el espí­
moral qud tiene toda hombre d e ensoúar a los demás ritu.»
laa verdades que conozca, y d e no esconder la luz dfnidad étfitcial característica d e Dios, e n cuanto a
<foe se posee debajo del alm ud para que a nadis Espíritu.»
l u m b r e , que esto es egoísta y anti*caritativo. «Síntesis d e la¿ dos vnidades w n ciaU * mencionadas
El testimonio d e la referida misión, se cncontxari e& , constituyendo el Todo, lo Infinito, el Ser, Dios.»
toda nuuii£estación h u m a n a que determine el m encio «Progreso infinito (on desarroJo de propiedades) de
nado deber, y la prueba d e su legitimidad, que i>aia la e s t e l a universal constitutíva de todo cuanto no es
tienería no necesita el testimonio de los hombres, • el Espíritu olivino, a u n q u e incluida en Dios como Ser.»
de encucnti*a en ese m ism o d^ber morai que tiene todo ‘' Evolucioiiiimo u n i v e i ^ d e la eeencáa paja reali-
hom bre hacia sus semojantes. . sSción del progreso, en pluralidad d e m undos, d e subs-
El Espiritismo n o e6 ninguna o^ànión sistemática hucias y do seres.»
ni procede de ningún capricho hum ano ni tiende a clndividualida^í d ^ espíritu com o ser instintivo e
satisfacer ningún interés personal ni cdoctivo. Por i!* inteligente, e n lo cpje llamamos reinos animal y ho*
eeo goza d e u n a independencia especial : ni se impoos minai.»
ni 9e oculta^ porque la verdad, para serlo, no ne* «Sintetiilación de la niateria organizada y del espíritu
cesita de n ad ie ; peiK> nc61e y generosa siempre se [ pcua constituir al ser animal y al ser lium ano, por
o & e c e de continuo a quien la busca, y se deja po* > Qwdjo d e un lazo fluídico, pILástico, a que se denom ina
soer de quien la ama. • ' ptriupirUu, meta-e^rilu, o cuerpo aéreo o ccieetiaJ.»
Loa principios fundamentales on que su puxto filo- «Preexisteiw'ia del espíritu,»
sófico-doctrinal se asienta, son: «EncaruHcdón del et»píritu en o n a n is m o adecuada al
«Existencia d e Dios, infinito e n extensión y en in­ ow»do lie ser que le caracteriza.»
tensión— Ser absolutamente infinito, e iníinitómente di>- «Separación dc4 espíritu del cuerpo, por medio del
soluto— Inteligencia, Bien y Poder infinitos, de O onde fcnófncno denCínuñado Muerte.»
se desprenden todos los atributos de belleza, amor, «Conservación del espíritu, deepués de la desencar*
misericordia, justicia y omnipotencia, etc., etc,, etc.— nadón y supei*viviendo a »\x organismo, d e su indi-
Realidad eeenciai sin principio ni fin; sin tiempo ni s viduaáidad, do sus propiedades, de sus facultades, d e
espacio, y causa única d e toda realidad esencial, y sus afecciones, de sus conocimientos y su historia.»
d e toda ley d e la esencia.» «Vi<la esiñritiAaJ periódica, e n los espacios interpla*
«Eiem idad, en Dios, d e la esencia constitutiva del actarios.» , • I
w iver&o .»
«Reenc&mAciòn del eepirìtu e n m und o s y cvgam&miM
jm dos causados con beneficios (jue los compensen,
adecuados al m o do d e eer <pie le caracteríce, pari
aun a costa d e todo género d e sacrifídos.»
continuar la realización d e su progreso infinito, des­
«Purificación relativa al m o d o de ser que por su
arrollando sus propiedades y sus facultades.»
grado d e progreao le es característica al espíritu, dis-
«So U dandad umversal.»
frutfiíi'lo, por <rfecto d e la m ism a ley, de u n a felicidad
«Com um cación de¿ espíritu desencam ado con el en*
proporcional q u e irit d e m á s en m á s conquistaíido
cam ado.»
iafinitamonte por sus esfuerzos, por ^ trabajo, por
su p«)grt‘8 o, por su m ay o r co*nocimiento d e la naturaleza
por su m ayor dominio sobre día , por sus m ás grao-
des elementos para prodigar el bien, por su mayor
L os punto» prindpalee d e su parte fílosófico rRligiosa
aproximamiento a Dios, por la m ás directa e intensa
se reducen a los siguientes:
sensación d e ia e s e n d a superior, per la m ayor ete-
«Creencias e n Dios, causa de cuanto existe y esj
widad de s u cuerpo íluídico en la vida del espado,
«Deber d e a d o r a d 6 n a Dice, e n espíritu y verdad;
por la m ayor sim pliddad d e la substancia orgáruoa
con ed pensamiento, y sin ninguna manifostadón ni
quo en sucesivas? reencarnadones, en m und o s de m ás
ceremonia ostensible; orando, y practicando el bien.»
rt» má-s perfectos, animp, p w la conquista de la m á­
«Templo d e adoradón para Dios, el universo e n
xima pureza quft á r v e d e receptáculo directo a las
léro, sin drcunscrípdón del local ni edificio alguno.»
i n s p ii a d o n ^ d e Dios y d e agente e n sus designios,
«Sacerdodo, todo hombre que enseñe la verdad.»
por encontrarse revestido d e catócter divino y cons­
«Responsabilidad individual del espíritu, ante la ley
tituido e n dios subalterno, e n relativo dios, con po­
de la c o n d e n d a , de todos ^ s actos y pensamientos.»
deres para formar mujidcs, presidir su desarrollo, fo-
«R o d e n d ó n o purificación del espíritu por su trabajo
bemajlos dentro d e la ley, y prodigar a los seres
propio; por e4 desarrollo d e s u inteligencia y de sa
llamados e n ell(S a purifícarse las inspiradones y
sentimiento, aplicados a conocer a Dios y a practica
doctrinas que e n cada u n a d e sus épocas históricas
^ bien. S a lv a d ó n del espíritu por sus propios mers*
hayaji d e ir perfecdonándcdos y redimiéndolos.»
dm ientos y n o por los ajenos.?»
« P r w i o y €o$tigo d ^ espíritu, consecuencia de h a
ber o n o cum püdo la ley Ide la naturaleza, consistentes
en los m ismos efectos producidos por la ley en su
Los prindpios d e s u parte filosófico-moral, se resu­
cumpUiniento o e n su trasgrosi6 n.«
men en )os d e Jesucristo;
«Expiación por la falta d d cumplimiento d e la ley,
<Amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo
conaistcdite e n la d e g r a d a d e verse privadlo de la
roás que a sí m ism o.»
W i d d a d durante su posterior vida espiritual con el
«Asoender a Dios pot la caridad y por la d e n d a .»
e s p a d o ; y después, cti la rcencarnatúón, en sojiortar
«Sacrificio d^ hocnbre por el hombre.»
iguales efectos o sufrimientos que in<iirectan\ente ^
produjo a los demás.»
«Reparación por i^ual causa, neutralizando los pe^
Método científico de investigación

Pftra que la obeervadón o estudio d e caal<piier cu e &


tión sea exacta, verdadera 7 lógica, el sujeto «rfwervador
debe d e « ^ s e c r s e por cofn^^to d e toda anterior creen*
da, d e toda id ea prooonrcbida, y fnarchax en linea
recU por ^ cajiunci q u e la« inducciones analíticas
y ÌAS deducciotnos sintéticas le m a n d e n en su in­
vestigaci^. Porque la verdad n o admite condicioaefi
u 8e jo m e t e a ca|>ncbos, y quien ia busca debe
prepararse d e a n te n ^n o a eiceptarla cual y corno se
1>red0 nto, con todo s u cortejo d e legítimas y natu*
lalee consecuondas.
U na ve^ revestido d filósofo o amigo del saber
del caráct^ de u n a abiduía e inaitffaUe imparcialidad,
7 saturado del sereno valor que r e t t o r e n los peli-
fros ipje pree^társele pudáeran e n la trascendental
exploración q u e v a a emprondor, peligros que, aun-
^ graves, sólo p ueden consistir en verse precisado
a arrancar deJ corazón ^ sentimiento d e creencias,
ai bien viciosas y nocivas, secularmente arraigadas y
?ue la mMite acaiició formando la costumbre el m odo
de su ser, está e n la obligación d e marcarse seguro
itinerario q u e le c<nduzca rrtíis derectia y pronta-
CDente al U n que se propuso investigar y conocer,
T
" 'I
pfñco e intelectual coosiste en partir d e u n conoci­
Dicho itinerario, no ee otra c o ^ que e\ mitodé ]
miento ábwluio^ d e u n a corteza inalterable y perma-
adoptado para el estudio.
oeQtemcntü indestructible, <le aquí que para distinguir
Sabido es, (fue ol conocimiento d e la realidad em>
íA fffocedimionto investigatorio q u e paite del em pi­
pírica conduce» por inducción, ^ conocúmento de it
rismo,' del quo principia en Ja abstracción se haya
naturaleza d e los principi os; y el conocámiento dd
ávnMánudo aquél, procedimiento o nUtodo anaiílirii.
estos llevan en línea recta^ por iguai procediraíentcHil
El TEiétodo hipotético o d e construcción, es bello y
aJ principio matriz, único, absduto, principio de
viniente; poro ccm o establece verdades a priori y sin
todos los jttindpios. M ás <á n:iétodo jmro dol ani*
eoaLÜnnación, conviene, cuando d e metafísica se trata,
iidis presonta u n grave obstáculo, y aún m ás que
iniciar com o prin<ipÍo investigatorío, un análisis ex-
grave, insuperable. Porque, ¿le es acaso dado ai hom* '
puimentaJ q u e ante todo conduzca a la certeza y
i>re conocer el inferior principio do ias cosa¿, ni aún
legitimidad do las ulteriores deducciones, fundamento
\aa transiciones d e enlace en su inrnediato orden su*
. y base d e toda^ ccnstrucción.
perior?— N o ; y eso depende d e q u e el principio que
* Estas ctvisiderac.iones no quieren decir, sin e m b a ^
hem os calificado d e inferior es el m ismo principio
|0, q io el método sintético dejo de ser conveniente y
sujwrior, el princi|ña matriz, único, absoluto, prin­
fructuoso, sien:4 >ro q u e tratándose d e ,u n a invesiiga-
cipio d e todos los principios; o lo q u o es igual, el
ciÓR universal, el principio, d e Ioh principios es la
fin de iodad nuestras investigaciones: y siendo vm
y la raiz de <toda eepecularión posterior y empí­
eJ principio y el fin de las cosas que nos proponen^«
rica. Y además, por cuanto el análisis Eiguro»o del
conocer, conviene adoptar olio procedimiento de in*
< c i ^ s m o es imposible realizarlo sin aventurar antici­
vestigaciùn q u e se ailapte n á s a nuestros ñaturaies
páronos reñexivas basaílas e n conocimientos adqui-
elementos d e estudio y comiprensión.
lilos por ol prí)ce<linriento a priori. Pero s e hace
Siendo el hccntrre un verdadero centro entre b.
convenienti» y necesario, on primor término, cuando
Ignitamente grande y lo infinitajnente pequenez tan*
la verdad se busca, conocer al m enos la ijosibílidad
to e n conocimiento com o en relativa perfección, y
de ailquirirla por la r-erteza d e los mí*{lÍos con que
encontrando e n sí m ism o la primera evidencia d»
verificarlo el hcan}>re cuenta: después, el valor
reftbdad, ru Mnocimiento propio debe ser punto de pa^
’le los conocimientos adquirid»« y d e las ideas des*
tida para toda investigación tanto superior cuánto in*
pertajlas, presíarúji incontestable autor¡<I ad para pro­
ferior, siji perjuicio d e relacionarla luego a un todo
c e r a la corwtrucdón d e invulnerables síntesis, de
solidario y sintético, o dividirla e n series y ha¿ta
^ que <le<luctivamente p ueda descenderse, tanto a
en individualidades características.
cerUficar lo establecido, cuanto a resolver principios,
Es decir que, el verdadero método analitico po­
^^»secuencias y detalles, del sistema a q u e so apli-
sila p am hombre, d e adoptar en s u estudio den-
la investigación.
tífico. ee habita cierto punto impropio d e tal nombre,
método anaiUico, es decir, la investigación de
puesto que parte ded aintrtísmo d e su ser dual, por
^ causas por el ccnocimionto d e los efecbos, parece
u n lado, y deí sintetismo de sus perfección ee^ cen­
se adapta m á s a nuestra naturaleza, que el pro-
tro entre su punta d e partida tierno y su fio.
Pero com o la armonía racionaJ d e todo estudio ««n*
S I S tp iritu m t t U F i M í «.— 2
cedimif^nlo »n lé ü c o o sea la inrestigación d e los efec* menio d e toda investigación cáenlífica, anteriormente
tos por oi coiiodmiento d e las causas. Pero esa na* histórica, y posteriormente inductiva^
turaJidad; dflbida n quo la mayoría d e los hoíniwt Y com o n o existe hecho m á s positivo ni axiomático
somos a ú n m ás seres afectivos <jue razonables, c e » para el hom bre q u e el coBiocimienlo d e fn personali­
el monionto on <pie salam os que las primordlaUi dad, de su individualidad, d e s u Yo d e este conocimiento
causas a q u e pretondemos eleyamos, no pueden afee» áítucidado on si m ism o, deben brotar los elementos
tar nuestra sensible experiencia, por cuanto pertonec« todos para l a ¿nvestígación d e la verdad.
a la m á s pura razón. Así pues, «1 m ás seguro proee^ Cftnv^cádo hom bre d e q u e conocf, d e que pued4
miento invostigatorio en los seres que hayan llegado eottocer, y sabiendo ^ procedimiento que e»tA a su
a <áerto grado d e desarrollo intelectual, es el Biniétk» «kance para conseguir conoctr lo q u e desea, hará llegar
para sonlar los fundamentos d e raciocinio; y el anaU- a sí m ism o las influencias objetivas sin salirse d e su
tico para adquinr la naturaleza d e las cosas que per* ser, para q u e ol delicado escalpelo d e su ra?:ón los
tenecen al orden d e nuestro inmediato dominio por Aoatemático, y su análisis le preste su conocimiento,
la sxperioncia sensible, en las ideas q u e sus aíecdo- más o m enos extenso, según la finura del instrumento
n es hayan d e ^ r t a d o on el espíritu. Este método perceptivo ccbx q u e cuente, y la perfección deJ prisma
miaio poseo adem ás la incalculable ventaja d e asegn* «laminador q u e lo maneja.
ram os d ^ acierto d e los principios admitidos p «
la precisa concordancia d e ]os fines q u e se investígaes«'
a la do d a m o s m ay a r seguridad de ]a verdad dila*
cidada d e los finos, por conducimos directamente i
la inm(?diata proco<Wncía d e los principios sentados.
N o q ueda reducida a Jo dicho la conveniencia de
semejante método, sino quo hasta puede revelarnos
el error <*n q u e inadvertidamente pudiéiamos cons­
tituir sobre cualquiera d e la^ seccáones ánTestigadi$,
no acusando la exacta concordancia q u e e n su nece*
saria solidaridad h a d e constituir el todo e n razoa^
ble y lógico sisteana.
U n a vez indicadas las citrunstancias q u e deben ca­
racterizar al investigador científico, y el procc<limienlo
m ás racional y seguro q u e al efecto debe adoptar,
sólo nos resta u n panto quo exponer, y es eS fund^
mentó conveniente de q u e para sus estudios deb*
partir.
U n hecho de conciencÍA pura. Una ab4oluia nidtit^ l
eifl, debe constituir el princif»o> la base, el fu n ^
UN PEQUEÑO PREAM BULO

PUoteemos u n a teas para «¿emcetraxla.


Esta $eiá : E l Etpiritimo no es U N A filosofía, sino
L * FiiosoriA.
L a demostración d e la enunciada tésis requiere gran
piudencia, n o lo í|noramos; pero para veriñcaiio hay
que ajustájse a u n a m edida dada^ que es lo m is di-
fícil. Si de tratara d e escribir u n a obra filosófica sobre
£spínt;i¿mu, habría el extenso cam po d e los tomos
€Q donde sin temor alguno podrían multiplicarse las
udaraclones d e loe conceptos vertidos, m ás cuando
de trata de u n a exposición sucinta, d e la filosctia, hay
que reducir a tan estrechos límites u n a tan grande
0^ . i^ue eO e ^ r i t u se asfíxia al ccanprondcrlo. Pero
siendo ándispensaJ^e realizarlo en dicha forma, bajare­
mos de concretamos al terreno que las cárcunstarv^aB
^ drecen a u n cuando ia ideas se opriman unas
coctra otras s in poder ninguna presentarse en su pro*
pía grandeza y desarrollo, y a u n cuando k luz d e la
verdad n o irradia a e u potente alcance por cnce*
narla e n tan m e m z q ^ n o círculo.
Y a hem os manifestado e n articulo anterior que,
ú iaáco procedimiento para la investigación de la
v«rd¿d ciaitifíca, consiste e n unir en íntimo consorcio J
A la experiencia y la nuÓK» oclu sivos tuodioi
q u e áJ hombro \e ha n a d o concedidos para bu scv \
U relativa realidad do Dios.
Porque U ley d e laa mayorías es absurda.
Porque ei imperio d e la fuerza, ea salvaje.
Porque la iji^Kftjición del s^ntimieIlto es insensata.
Porque la aceptacái^ por conveniencia, es imposiUo. <
Porquo la prueba del testimonio hi¿t6 n c o o ooq*
temporinco, es insuficiente.
Pues bion; meditada con delcniinicnLo la fomia ex* PR IM E R A PA R TE
p a à d v a conveniente ccmto fundamento analítico do est«
filosòfico trabajo, y recordando el adoptado por varios
aistanas, nos h a parecido jn¿i5 melódico y wmfrfeto ;
u&ado OH cd Krau.sismo por nuestro malogrado y orai< A N A L IS IS
leminente filósofo San? del Río y aunque solo «
mácroacópico bo.squefo, tanto por extensión cuanto por P R IM E R P R IN C IP IO DE E V ID E N C IA
forma y fendo, lo tcHnamos por norm a y* por modelo.
M u ch o sentimos q u o la necesidad nos fuerce a no C O N O C IM IE N T O P R O P IO
escribir sobro <Á a.<unto ron la Vulgarísima claridad
q u e hace loe concepto« comprensibles al prirrter golpe El Yo
d e vi^ta; pero la índoie científica q u e naturaJmetüe
entraila, uo nos permite verificarlo según nuestro de­
seo. Sin embargo, pondremos todo nuestro cuidado y
voluntad e n expcner lo m á s sencálla y clarainoütt ' La pnroera ©videncia absoluta de realidad en el
que podamos. koinbre; el hecho fundamental d e s u purísima concien*
D em os, pues, p rm dp io a nuestra tarea, con una <ÍRi el a x io m a elemental que in m ^ia ta m e n te se le
primera parte q u e propiantcaitc podremos denominali« wrela de su naturaleza propia, que brota d e su¿ ser
anáÜ M . ifitmio, y subjetivamento certifica al espíritu u n a ver*
W iiKontestable, perroanente e indestructible, ee, su
<iRiocimiento jHopio; el oonodmiento d e s u existencia
■^vidual, el conocámiento d e s u Yo.
Y como este piincijHO de verdadera certeza es pro-
lio de cada, hombre, y común, por consecuencia
^ todcB, eft ól debeímoe estahleccr la base d e todas
^■Mras inTeeÜgaciones, para q u e u n a v e z estudiado
y conocido e n lo q u e es y e n lo q u e puede, a sc en dí
m os y descendaínoK analítícamonl^ inductcndo y en la realidad o e n la ficción, e n la vigüia o e n el
d « n d o ffi arm ónic* soiidaridad. oLms verdades qw •ueño, permajieceria viva on sí m is m a certificando
le sea posible conocer. su exfetencia positiva e n su conocimiento propio, evi«
El sentido com ún e n ^ c z a afjnnanda d conocí... d u d á n d o s e ser el m ism o ser q u e se impresiona de
to propio q w cada hw n bro posee d e sí mismo, tívsiones o que perdbe realidades.
6u personalidad, y haciendo ex tena v a su certe» Y esto, sin intentar ahcwa penetrar si en la fanta­
conocimiento <pie posee de existir otras personaiid sía, y el sueño existen o pueden existir percepciones
0 €íneiantes a 2a suya, <pie so a ai propio tiempo de álgun m o d o objetivas para el espíritu, cuestión
sujetos <pie la^ co»»cen. ftjena por completo a este trabajo.
El primier conocimionlo que tenemos d e los obj» Resulta íues, q u e la certeza d d I d e n su propia
tos «xteri<ffeí«, o «Tuo son e x ^a ñ o s a nuestro sujetos percepdón es absoluta; pues a u n cuando se inidara
se verifica por las áfoccioncs ^ e nos causan por medí» en el ser la d u d a do su propio ser, e s a m ism a d u d a
de Isa porcepdones d e los sentidos, sin ¿ s cuai« le evidwiciaria su ser. por cuánto quien d u d a b a era
n a d a existiría ]wra nosotros fuera d e n oso ü x» ni» » Yo.
mos. Porqac sin visla, sin oído y sin tacto, senUríaíoM Toda < ^ r a d 6 n del pensamiento, toda afecdón de
on n u ^ t r o fuero interno el ser d e nuestro sei'; pew U sensábilida^l y toda determinadón de la vdun tad,
ni a u n siquiera podríamos sospechAr que apjirte de revelan al ser s u ser, le prestan su conocimiento, y
nuestro ser pudieran otros existir. B»lás, para que ésU# le afirman on absoluto la c o n d e n d a , la realidad de
afecciones, lyue n o surgiendo d e nuestra intimid* su Vo. Porque d . Yo es que páensa, el que siente
n o scm efectivamfníe nuestras, podam os disÜnguirUs y eÁ que quiere.
y atribuir sus faióm cnos a realidades exteriores, b» LxKcgo, ^ yo ee la afírm ad6 n abscduta del conod-
cesetws necesario poner en actividad nuestras faíul- Bóento absoluto d e u n a absoluta verdad.
tade« propias q u e s o a las que nos facilitan el 'conocí Y com o u n a verdad absoluta d ^ ser el punto
miento d e su existencia y su razón. Y estos dos medwi de partida e n la investigadón dentifica, el propio
e n íntinío conaoroio, la percepción afocUva y la intfr oonodmienlo do nuestra personalidad, la propia evi*
Actualidad, nos ovidendan la realidad d e oíros ser« deocia d e nuostro sujeto, la certeza propia de nuestro
extraños a nceotros, aunque a nosotros scmejantec l'o, queda fijado para base de nucatJO ulterior estudio.
extraños, por cuanto n o son nuestra personalidajl*
semejantes, porque su aptócncia personal es cooo
la ftueetra B e nos determina, y sus manifestaciciw®
«itdectuales nos coligan a reconocer e n ellos u a ^
píritu racional. EL YO
Aun cuaado la fantasía qce acometiera y quisíérfr
m os dudar d e la oerte«i del xnun<lo objetivo atri com o sujeto y objeto d e si m ism o
huyendo nuestras afecdones a idealidades sofiadtt
la percepdón íntima e i n m ^ a t a del ser, de la perso- L a percepdón propia del Yo, y la certeza absoduta
nab dad del Yo, q u e intelectua sobre <A)jetos extraio* d« su realidad, es ante toda otra idea, ante todo otro
MA>nJEL OONZALfZ SOKCANO EL CSPIRITISHO CS LA PILOSOrÉA 27
#W <W W <Ays

pensamiento, ante toda, otra concepción del m ismo Yo. Y aun se determina a si propio en o4ra duple par-
Pero el Yo, c o n o posee propiedades y t i ^ üodaridad d e su condidón, per cuanto:
BelaciODes; o lo q u e es igual, es ai propio tiempo Pienta, q u e paensa '
cbjeto d d su estudio y s u oooocimienú». quo siente y
Pof^jue si conocimiento del existir del Yo, no si querer.
el conocimiento del c M o el Yo existe. Y para quí Y be aiofuí y a u n a extensión coaocimiento propio,
el c w o d m i e n t o del Yo p\ieda servirie al hom bre de » aunque no todo su conodnáento. Otro principio d e
principio d e la cianda, se haco necesario que s% rerdad absoiuta del Yo en sí mismo.
primer estudio, s u primera investigación, sea et a » » La p r o [ ^ percepción del Yo, n o tiene modalidad,
pleto couodraiento de su Yo en cuanto a sí propid puesto qne es anterior a toda condición, a todo (Mao-
96 re&era. (BZBento y a toda determinadón ; y es permanente
El pensamiento, la sen sadó n y la voluntad, son « d ser del ser y por el ser. Cualquiera particulútí*
propiedades naturales del espíritu; diferentes ro¿sú- dad objetiva o subjetiva, n o intem im p e el conod-
k s t a c i O T ^ solidarias entre si del Yo subjotivt), indi- nento propio d e ser que constituye la conciencia,,
vidual, personal y único; por cuanto el Yo es el prin­ ■srq)re presente, d e que se es.
cipio d e todo lo q u e le caracteriza. Y para proced« La certeza d ^ conocimiento propio del Yo, es Id*
a la investigada^ ordenada y sistem&táca del ocnocers«» W a b l ^ , inmutable*; ni se pierdo ni se recupera; es
se hace indispensable que se investigue el Yo a «1 «»sí, ii sí y por sí. Porque a u n cu an d o s e le considera­
propio, h a d ^ d o s 6 {HÍmoro d e s u análisis; que t a modalidades sucesivas, éstas se verificarían e n
peoietre e n sí imsnio con sus p ro ^e d a d es e n cuanto ^ der, que es anterior a ellas; y la propia percepción
natuiaLmente s e le inidan, y arcando caída u n a de M Yo (sujeto idéntico, a sí m i m o ) y la posee desde que
a las d m á s » se disÜ !^a y se unifique oa ellas, « , sin alterarla e n n ada la sucesión <]Ue p ueda verifí-
mismas. on su» particularidades.
El Yo, s e encuentra inmediatamente sensible, y sio- La percepdón del Yo, n o os para s( misnui condi-
üéadose, se d i s t i i ^ e a sí ntasmo, d e su conocimiento^, ni téan]K>ral. eino permanente e inalterable.
e n cuanto se canoce y s e siente. La expcrimentadón, el análiás, el conocimiento del
El Yo 8 « halla izunediatamente voluntarioso; y que* en sí m ism o, es lo que, sujeto a interrupciones,
rietudo e n sí, so distinguo a sí m ism o d e su cono- vtra en l a sucesión,'en la m edida, y por ccnsecueacla;
dzniento y c e n s a d 6 n, e n cuanto se conoce, se siente» n ^ tiempo.
y « 6 voluntad. Ll Yo, a m o $er permanente, se revela a sí propio sus
E a d e d r : sendvierte sujeto único d e pensamiento, de Mt&bilidades.
oensadón y d e voluntad, detom inándoBe e n estados Lo dicho anterioimonte form a el primer paso del ser
particulares propioe> d e s u naturaleza, objetos todos ^®®o túfelo, penotiajido e n sí niismo cc«io objeto.
de su n ü s m m o ser. ^ decir; quo ol Yo p er d b e e n sí m ism o, a ú n írrefle-
P ia u a , sesntir y <ftterer. ' toBmente, otras cor^ic iones a m á s d e su existen-
SienU, pencar y querer. Kidividuaí, comi^ota y permanente, do que tiene
Quiere, pensar y sentii*. certeza q u e d e e ^ .
Al parecer este aiiálisis objcüvo-subjedvo, no La certeza absoluta del Yo e » 3a primera certeza
oda certeza del ser, 'derivada, d e la primera.
d© ser relacÍOTUido al ^nxmpírico que noe IxíügA
coiiocimi<Milo d e cuanto no® es «xtraiío; pero consider Yo implica pro|so conocimienío d e ser.
Pero 90T, implica realidad.
do quo n o es e a el o6;«£o m i5m o a do n de se oncu
811 conocuRonto, sino « n la facultad d e con T rtalidad. esencia.
propia y subjetiva del Yo, del s«r, del por .19 aoy : h e ^.qui la afirmación del conocimáento
pió d e ser realmente ser: o lo que es lo misnv>,
relaciojies que entre ajnbos existan, el conocimi
propio tieno indispensablemente que constituir el em ten cia y ser esencia.
Porque, ser es el que es.
nocimicnto d e lo q u e existe fuera d e nosotros. Y
m ayor evidemcia que adquiramos del m u n d o exteri I tw Kia, lo quo reaJiza el ser.
Pero, siemdo ol ¿n* ¿o que es; y ^endo lo
debo ser Uzi cierta com o la que tengamos de nue«t
propio ser. » es.
M á s claro: «1 Yo. tiene q u e buscar en su raz6n pr £1 ser es esencia.
To $cy po, determina ai ser su propia unidad, su
pia el conocimiento del m u n d o exterior y su relad
con él. Y teniendo en sí tmisoio el elemento de ropia identidad, su Integridad propia^ por intuitiva e
conoccr, e n su cottodniáenlo propio s « contiene (perwpción. P o r ^ e 90, «o « v otro a n o yo
fundamento de su ciencia. E s decir; yo soy mi propio sujeto y ma propio
soy todo en m i; soy uno en mi, soy vn todo
■iw en mí.
Quo yo, 90 conoce u»o com o sujeto d e todas sua
icularidades, es incontestable, porque es su con-
ffpdOñ inmediata a la dol Yo, y tan absoluta como

EL YO . Son dos verdades puras que a u n antes d e su ra>


M a l conocimiento s e im ponen u la innata e intuitiva
iaveatigindose a si m is m o e n sos percepcionei •cepción común.
iam ediatas Pero el Yo, en ia certeza subjetiva de su uni-
eeencial, tiene otras percepciones inmediatas
U n a vez comprendido q u e la connencia propia ^ le imponen nuevas concepciones tac* evidentemente
ser n o os todo su conocimiento de sí mismo, Sas pora sí com o las anteriores, y quo consisten

gam os el penetrarse y estudiarse para ccaoce


;T*su duali<lad com o Fej*Aomlire.
e n sí. q u e es. ' Uevam os dicho, « i capítulo anterior, que el Yo

L a unidad del ser s e manifiesta en el ser misa perdbe a sí propio sujeto linico <1<‘ pensamionfo
por propia e inmediata percepción, com o la realidá sensación y d e voluntad. Pues b ien ; estas proipie*

deí Yo, aun qu o dicha primera intuición sea posteri o facultades inherentes a su esencia individual,
a la segunda. b inician y aseguran e n su interior la posesión d e otra
L a c e re za absoluta riel Yo es k primera sí m i ^ o , en uanlo s e considera como
del ser.
7 « , U ^ g o afecdcnes mJas <fue m e las produ^oo 9 $0 m e distraigo de m i m ism o e n m i propia sensación,
m ism o 7 las distingo e n m i, siendo po s u causa pro « d cuerpo d e m is sentidos n o os mí m ism o l^o.
Péro Yo, tengo también afecciones propias q^je I^isüiaermo d o mí m ism o n o es posiMe por cuanto
m e las produzco yo m ism o, y ]as d is d i^o e n mi iapUcaría n o sentir on m i mi propia sensación; o lo
súendo yo su cau^a propia. que os igual, dejar de ser po el sujeto d e m i seosadón.
¿Cuál pudde ser la causa de esas proi^as aft^ci L u ^ o debe ser, q u e cu an d o m e dentó d e afgana
mias, d e q u e n o lo soy v^f— lndudai>lemente de lunera particular y profunda e n m i mism«^ dejo de
extraño a mi m ism o, q u e estando a mí as •wtir en mí m is sensaciones provenidas d e mis sentidos.
m e pertenece; qu<» lo siento Y e en mí mismo^ y h Luego el cuerpo d e m is sentidos es m i ettérpo; pero
parece quo m e constituye. Bo es Yo mismo.
Examinémoslo con el conocimiento consciente Yo, siento « n mí por m i m ism o, y siento on mi
p ia jn en íG ratonado: veam os cuales son nuestras in por mi cu erpa
diatas lexpehm^taciones en e^te punto; es decir, L a sensación, siempre eis on m i ; pero no siempre
^ rv é m o n o s . M mi yo m ism o la causa.
Mediante m is )m?pios sentidos, conozco la cxisteaci Tengo, pues por este lado, la certeza d e q u e mi yo
w i mí <le u n cuerpo, que» en cierto m o d o parece m j mi cuerpo son distintos aunque mi Yo comunica
yo m im o : porque Jo veo con mi«v ojos, lo |>alpo en por la comunicación d e sus sentidos con m i yo, o sea
m is manck^ y percibo sus tnodificaciones con mí peí con mis sentid os^.
cepdón. Poseo, pues, la convicción de q u e tengo u n cuerpo
Si para esta invo6ligaci6n no hiciéramos uso nadj u n sentido común.
m á s q u e d e la sensación, motivo tendríamos para au­ Lste sentido ccm ún, nos determina otra relación
gurar q a e nuestro cuerpo éramos nosotros misnM. •efisaWe ontre el espíritu y el cuerpo, q u e aumenta
pero hem os d e anticipar algún razonamiento, con i certeza d e la distinción.
fin do investigar si estamos en la certeza d e o)b I)n efecto: las sonsadones agradables y desagradables
i ^ o n a m ie n t o incompleto y si se quiere excitado pfl afectan nuestro ser, son a veces contrarías; lo
ja m ism a sonsación, q u e es com o si dijéramos Toe nos demuestra la dualidad diferencial. OcasiO'
pretación de nuefiras inpresioneíi. lee tenemos de ser afectados agradablemente, por
Yo, percilK» por mis sentidos cuando dirijo la atei* ^ estado do nuestro yo, y desagradablemente, al pro­
«óft a esas percepciones. Siempre quo m e fijo « pio tiempo, por 2a impresión del estado d e nuestro
mirar v e o ; cuando lo ha^o e n oír, oigo; cuando «eiT>o: y al contrajio; ocasionee tenemios d e ser afec-
paJpar, palpo. Pero si no fijándome e n n ada do eso, • a^radablemoninte por la ámprefüón del estado
teniendo fija m i atención en u n a sola percepción, « ^ nuestro cuerpo, y desagradablemente, al projHO
distraido para todas funciono e n mí mismo, ias p ^ fempo, por el estado <le nuestro yo.
cepciones d e m is sentidos pasau dosapeitubidas pan El cuerpo tiene sueño, hambre, sed, frío, o está
mí. E s decir; q u e para que ]as percepdones serusitírti ^ e r m o o herido; y el Yo siento esas desagradables
m e afecten, e s necesario q u e yo atienda a ellas. I>ucf* p r e s i o n e s ; pero al propio tiempo siente el Yo las
Supresiones agradables d e algún pensalmiento o he*
cho bueno, causa o piYxiucto d e ac|uella£ imprGsionMr
jiotestativa del espíritu con el cuerpo, se reduce al
£ 1 cuerpo goea por aJguna agradal4o satisf
apara lo oerví oso motriz.
y ^ espirítu al propio tiempo pad(3cc por la üicítDd
Luego el Yoy puede cooduír de tan ciertas obser*
o malas ccnsocuencias do aquella m is m a sati^facd^, Taciones, diciendo:
Eíi «I cuerpo cesan las impresiones, y por coose-
«Mi cuerpo es m ío solamente en parte, y pertene­
€U€3icÍa «1 placer y oí dolor; el Yo d e s e r t a K>n sa
ce más a la naturaleza material que a mí.
fantasía aquellas impresiones, y se las representa lo
>Lu<^o mi cuerpo es objeto exterior de mi 7o;
^uíicientemeníp vivas para gozar o sufrir en eliu,
lo que extrafto a mí mismo, se reladona inmediata­
ya estado d e vigilia y a e n el d e sueño.
mente conmigo pa.-a poner en contacto impresionable
Sin em bargo do esta distíndí^, sabem os que núes*
aii naturaleza con su naturaleza, el espirita c c « U
tro Ye y nuestro cuerpo com ponen u n todo, íntimo y
lo incorporal con lo oorporalizado.»
s im ^tic o por el q u e constituimos u n a unidad en U
quo nos denom inam os honibr«.
Continuando nuestra inrcstigadón sobre las reiv
ciones dcl Yo con el cuerpo, hallamos otro género d»
obeervacá6 n quo nos evidencia m ás avin, que el cuerpo
InvMtigfftciones 7 0 sobre la n a t im lB s a
n o es Yo ni lo pertenece n a d a m á s que d e cierto
material
m odo y hasta cierto punto.
Si nttestro cuerpo se forma, se desarrolla y de^
La naturaleza material en general, lodo lo que es
com pono por elementos y acdcm es exteriores, e x l »
«xtraño al l o propio y aJ com ún (a mi espíritu y a
ñas, independientes de nuestro Yo, el cuerpo sólo (s
W o B los espírims); U substancia fuera o exterior
del Yo en cuanto se encuentra asociado a él. Luego
« I ser, es en sí m ism a ana por la solidaridad de
su naturaleza difiere do la naturaleza del Y o ; y si « SU& propiedades.
poder hacia su cuerpo es completa, mediante solo
L a percepción sensible en el Yo de todo lo que le
a lo q u e sus condiciones le permiten con respectfri
distinto, se encuentra subordinada al estado del
a él, y con rcspecto a sí mismo. L a voluntad mand^
JwtiJo de su cuerpo; porque no siendo el Yo el sen­
a los miembros e«i lo que pueden obedecer, que no «
ado, iiño el fondo adonde el sentido se refleja» la
todo lo q u e la voluntail dceea; porque su acción está
^fcepción verdadera está en el m o Jo de impresionarse
limitada a su faerza y a su textura. U o ahí que ^
^ ^ntido, cuyo m odo impresionado ha transmitido al
cuerpo n o pueda responder a la rapidez dol deseo, tu
^pintu. Es decir, que, las impresiones en el Yo de
los m iwnbros cJ>rar )a fuerza de La voluntad.
^ objetos exteriores, no se las producen ínmedia*
.\sí misíuo escapa el cuerpo M dominio del j»
^ o n t e los ^ je t o s mismos sino los efectos que los
en toOiaa las operadones q u e tienen por objeto su p r c ^
Wjetos han produddo en los sentidos.
vida y en la drculadón, y e n la digestión, y en ias
Muestra experienda sensible objetiva, en u n a pa-
secredones, eto,, no influye, teniendo q u e fia n d o
tabra consiste e n la sensibilidad d e nuestro cuerpo;
naris a su propia y natural acción. L a influencia

Etpirtíumo 49 U Fib$«fU.— 3
en la aptitud d e impresionarse lee sentido?, y en » desconoce, y al n o poderse formar subjetivamente iina-
p o U n d a y perfección impreeiOfiaWo. ' , ! « de lo que sensiblemente n o le ha.ya impresiónado-
U n a d© la» <'ualidad«t distintivas j w a ol V.> <?n E1 Yo, ro^)scto d e la c ien d a universal, sabe que
su interior y el c*xtericr, entre el «ujeLo y el obji DO e0 otra cosa »que u a depósito o archivo d e los
entre el espíritu y oí m u n d u oi»jetivo, es la maten conocimientos q u e pur experiencia objetiva adquiere,
d a d a la eorj>ordlidadi porque a u n cuando el con la facultad <le sacar d e st mismo, cuando lo desea
c w s e i v a en sí U a imágenes de sus conocí míen j para repteseetárseías, las imágenes íjue en su fondo
objetíTCs, y puede representárselas a su deseo y co» ríflpcíor se imprimieron y featigrafiaron.
templarlas en sí mismo, en su fantasía, e s U ^ repí* Se reconoce adem á s el Yo la facultad de formarse
duccionee ideales difieren de las producciones o b j e t i v ^ i 9iX capricho oonibiaacione« con las imágenes d e ios
tímto e n concreción y vigorosidad, cuanto e n q [ ra<A •kfetos conocádoe, conservadas, y a fraccionándolos, am-
d e afectar. U n hecho quo h a impresionado objetJT^ píiándoios o microscopízándolos e n su inventiva fan-
m ente al Yo, y que por cccisocuencia lo conoce j tttía; dándole estoe procedimientos la certeza de ser
lo r e t in e en sí com o tai hecho, se lo reprodu» obra y producto inmediato suyo, y n o d e los objetos
sajb>etivamcnte, s e representa su imíigen on su íü naturales, q u e siendo impuestos y reales, no son su
tasía» y ni esa imagen tiene el vSgor de la producü •¿r rá e a su sér, sino exteriores a su sér. >
por la inmediata realidad, ni sus detalles se oncu« Luego, por estas naturales e intuitivas Investigacio*
tran tan detenni nados, ni las afecciones propias A nes, tiene el Yo conocimiento d e que realmente existe
sus consecuencias son tan vivas; porque los petigro^ oa mundo extericr, senxibie, fuera d e él, y con el
los temores, las angustias, las satisfadones o piador» ^ se «\cuentra relacionado de algúD modo.
que el e^írita despierta ante la im agen objetiva
lo roal, sabe que n o de be afoctario d e la m í s n ^ ni*
ñera ante la im agen reproductiva, represontativa ^
u n hecho que fué, pero q u e y a no es.
Y no h a y que traer a este lugar, com o pruebi
en contrario, ios efectos d e la exaltación im a g in a ^ CoaocíBiieato d e l E ip iv ito. d e la existenoia de
y sentimental, porque eso corresponde a un e s lé *^ seres .a e a e ja n t e s a él
particular y anormal del sesr.
Por esUfl diforcücias efectivas y afectivas, emtae*^ Así com o la sensación hem os visto q u e proporciona
el espíritu a conocer U exterioridad del univer«^ ^ «píritu c<«icciniento del jnundo exterior, también
o del m u n d o quo le rodea. la aeosacaón le produce la certeza d e que en ese
F-1 espíritu posee además la certeza d e q u e no coi ® ^ o existen seres semejantes a él.
tiene ell sí la realidad d e toda la naturaleza, o » ú conocimento dei cuerpo ptopio y su dominioi,
ei conocimiento universal; sino la facultad d e co« ^ ^ i a las seanejanzas aparentemente sensibles d e otrce
corla, y *le conservar e n sí m is m o los conodm icni 2 ^p o s q u e le ámpresíonwi dentro d e u n a natura-
que dcsl m u n d o exterior adquiera. Y semejante verdi ^ común. Y Üe ia sem ejanza de im agen y d e acción
se la aiirma al carecer de ideas re^>ecto a lo ^ recabe y observa en él, brota la intuitiva de*
EL ES PIftJtlS M O ES LA HLOSOPÍA 37
36 MANUEL O O N ZA lZZ S O R IA N O

d\icd6 n anaJógica de ^ e cada u n o es un osptnl mismo); pero es sólo e n cxianto se i'dconoce fondamentc»
unido a u n cuerpoi, como él mismo. de sus modalidades.
Este coBodmiento viene seguidamente a aíinnul Porque el espíritu se reconoce propiedades en cuanto
fas manifestaciones j comunicación por medio del 1» labe que piensa, siente y quiere; y así m ismo se
guaje. nconoce modalidades en sus diferentes pensamientos.
Molimientos y res caucione«. Pero sus propiedades que>
dan intactas también en él, por c u ^ t o piense, sienta
y quiera u n a cosa u otra, o de cualquier manera,
lA T M tig ac ió n propia del T O p a r a reconocerM | sierapre es ponsar, sentir y querer.
com o M p ir itu £ 1 espíritu se reconoce, pues> mutable, e n cuanto
tuociona en sus propiedades; e inmutable e n cuanto
Vimos on anterior capítulo^ com o el To se distift’ al fundamento de sus propiedades; en cuanto a ia ley
a sí propio d e eu cerpo a u n cuando se encuentji de su naturaleza.
asociado a él. Tainbién observa que la actividad d e sus propiedap
Pu&s bion; mediante esta certeza distintiva, el lo « de& es permanente, por la necesidad imperiosa de
denom ina etpiritu. Y constituido el eér, hombrit « P « D w , sentir y querer siempre d e algún m o d ^ o
QZiidad sintética caliñcadora de si m is m a en cuanto «n cualquiera forma: luego se reconoce forzosamente
sér, llama a su sér reconocido d e identidad perpetua Butabie on su inmutabilidad, y adquiere la certeza
n i éépiritu; y a su sér reconocido exterior, mutaMi dt quo la mutabilidad es otra propiedad suya, de su
7 s i ^ d o pc^ la naturaleza onaterial, n i /yuerpo. Uituraleza.
Pero ccm o el <pxe distingue y califica es siempr« * Pero como estas m udanzas, o lo que es igual,
Yo identificado permanentemente a si mismo, por ello 1* diferencia entre 2os estados d e las m udanzas se
9e disti[^uei a ei propio d e su cuerpo diciendo: «Yo «cnentran distantes unas d e otras en algún concepto,
espíritu:» luego el ujríriíu e n mí, q u e es el Yo mis» esta relación sucesiva hace lo que se llama tiempo^
conocido en. mí absoluta 7 simplemente, es lo primen • » i 6n, m edida; y la pura e inmediata percepción
w . mí, com o hombre, lo superior, lo predominanlft oel «píritu en sus modalidades interiores o subjetivas,
y «í eturpo, lo distinto d e m í, a u n q u e conmigo, es ^ ^ da la certeza d e que sus propiedades las realiza en
secundo, lo subordinado, lo inferior. ■ tiempo, on la sucesión; o lo que es lo mismo,
su forma es de m udar, es el tiempo,
Luego el espíritu saca d e su propio análisis, la p«r*
^pci6 o del tiempo y la certeza d e quo lo que m u d a
In t r M t lg M ió a pr&pia del Espíritu p a r » re cono* « teoipoi-al; siéndoio él m ism o en cuanto se refíere a
cer s u m utab ilid ad e n s u perm an en cia mudanzas necesarias.
También por esta investigación propia, sabe ique
Sabem os y a que «la percepción del Yo n o es ^l fiesípo no es su sér y por consiguiente que el
sí m ism o condicional ni temporal, sino permaneid j ^ p o no es sér: Q u e el tiempo es la sucesión entre
e inalterable» (el Yo com o sujeto y objeto en 1 w mudanzas d » su sér, y por c<asecuencia, que el
iim po «6 profÁedMÁ de propiedades de $ n sér: Qot wneí^Le;;, son extrañas <i su sér, reconoce, tanto
mioitrajt las pro}áedad«s de su sér existan y se rea>ícM que él no es todo, sino parle de todo, cuanto que
en su sér» se realiza su sér en el tiempo: Q u e «iste un fundamento, o mejor, un fundador d e lo
el tiempo la sucesión d e la m udan za, sus propias fudado.
danzas hacen su propio tiempo: Q u e su cuerpo inu¿A
9Ai m is m o sus estados desdo la fúiie?. y a u n en h
^enitud de deaarrolla molecularmente considerado, j
por ccneecuencda que d cuerpo vive e n su mudaoti
y hace su tiempo m udando, ^ e n d o a^i m ismo su íom», £1 EfpixitQ, reconociéndoat potencia, In e r s » 7
el tümpo: Q u e siendo su cuerpo parte exterior actividad de aws m o d a l id a d M temporalea
aunque interior d e la naturaleza mate nal, tiene suee
8i6n e n forma o m udanzas e n tim p o : Y, por último, A petar del antes m encionado conocimiento, queda
que la naturaleza e ^ r it u a l y material vive y se rea* m pie para el espíritu el de ser el fundamento de su
liza d e l a m udanza, d e la modalidad, en el litmpo. toodalidad, puesto que su Yo es su esencia, y d e su
esencia sus propiedades.
V como sus propiedades son d e su esencia, y su
eeeoaa es su sér, el espíritu es u n poder, o una
foUntia de sí m ism o, puesto que puede determinajse
m Stpiritu, recoaociéndoae f u d a m e n t o propio «n sus propiedades, pensando, sintiendo y queriendo
d « aus m odalidadea •^M ira m en te e n su temporalidad.
Siendo ccmstantes, permanentes, las determinaciones
Pero las m udanzas del ei^píritu se realizan en ti que el espíritu se realiza, y conserváüdo&ele en cada
mismo, y p<B: él h u ^ n o . Es decir; el espíritu m u d a en últinia determinación intacta su p otenda determinan-
puesto que se reconoce a sí m ismo en sus inudanztf/} le, la que lo o b ! ^ a a proseguir determiuándose siem-
y com o mutable, sabe que todos sus particulares e s ^ í»e y sucesivamente de algún m odo, el espíritu
dos procede« de si mismo. Y m u d a por sí, por cuan» ^ actividad d e si m ism o, a c d ó n precia de sus reali*
«éndole la mutación impuesta, la recc«ooe profHedií abones.
d e su constitutiva esencia, ley d e su naturaleza <9* Luego <Á espíritu es la fuerga y la acción perma-
(ñiltual. «ütes de su efectividad sucesiva; la potencia y la
Luego, el espíritu ini»nK> es el fundamenta de 9í d e sus modalidades temporales.
m udanza, por cuanto la m u d a n z a es ley d e su escnci*J CM no a u n -siéndolo impuesta al espíritu la
Luego, aunque es espíritu es por su ley causa d* M v i d a 4 por su propiedad potencial, puedo ser en sí
su mntal^lidad, siéndole la ley Impuesta n o es la can»* ^ o menee activo, el espíritu es en sí mismo la
d e su ley, y eB a su vez jfujidado para la modalicUi í ^ / c de tu actividad, la causa determinante del grado
Mas, siendo el esirfritu fundado para que sea ítifr actividad cw i q u e <*ra e n sí paca sus determi-
damento d e su modalidad, y existiendo otxos s?re* uciones.
com o él, que no son él, y otras oosaa que, cotio s «
Luego, la acHvidaá para determinarse en cada posi-
bilidau de su potencia, o en cada particolaridad de
SI Üipiritii, reconociéndose p erm anente e n débil« su tiempo, es bien para el espíritu mismo.
de determinación Pero como vida es manifestación substancial del su­
jeto en sus particularidades o determinaciones propias,
Com o !a actividad en la$ realizaciones sucesivas éd el espíritu y ive, y hasta hace su vida en la realización
espíritu, o en sus moda)iiiado8 temporales en nadi de su acdvidad, de la m ism a m anera que coníec^
afocta a su potencia determinante qucilando ¿ícmpni dona su
igual, y com o la potencia es la causa do toda posibiK
dad contenida en ella, la actividad de cada Jeten»
nación no es la realización de la potencia, o d«
toda la posibilidad de la pot&ncia» sino só.o de u u
posibilidad de la potencia, de una parte de ella, qu»
dando en cada hecho realizado todas las domas p o» AnAliaie de la solidaridad entre las facultades
bilidadca para realizar. , del espíritu
Es decir q^o, en el instante de cada detemainadil
particular, falta en el espíritu el resto total de sus Las percepciones absolutas del espíritu, le hacen
posibles dcterminaci<wos. »conocerse com o propio fundamento de sus parti*
Luego, siempre le faltan al espíritu determinaci nlandades, modalidades o nudan^at.
que realizar, y que las contiene e n su p:?ítncia con» La actividad y la fuerza d e acción están en su
posibilidades. ««ücía; pero los diferentes grados en que puede ejer­
Luego en ei espíritu siempre ha y defeeic de dete^ cerlas, se determinan en tres m odos de realización:
mi nación, necetidad de determinación, y deier de d^ Como inteligencia.
tienmnacióQ en la realización de toda la posíbili Como Bwisibilidad.
de su potencia. Como voluntad.
L a poUncia espiritual, en su necesidad de realizar» Asi, cualqaie:a percepción realizadora d e su esencia,
e a acción, obliga a la actividad espiritual; y de «si* debe encontrarse sometida a las tres actividades que
hecho brota lo que denominamos deseo, tendencia ^ son propias en su tiempo, interesando su conoci-
inclinación, anhelo, etc. ittittito, su sentimiento y su volición.
El del espíritu, so le determina por la
pr«encia consciente del sujeto o cosa de que se trate;
£1 E spirita, reconociendo a n bien com o prodneto por U evidencia de encontrarse de alguna m anera con-
propio* en en actÍTidad d e realisación tHúdos en si mismo, y d e manifestárseles a sí mismo.
El m tinieni& del espíritu, se le determina por la
E ‘ bien del espíritu, consiste indudablemente en so • ^ i ó n íntima que le produce la presencia ccbscienta
realización, y por coaosecuencía ea no oponerse a « «el sujeto o cosa que se halla d e algíui m o d o conta­
necesidad. ndo en él.
L a vcíuntad del espíritu, $e le determina por i
eeíuerzo ;«opio pa^a sdcar de si m ism o conocimieaka
7 sensaciones, o para detener en si los que se h
determinar, o para traer a s( les que necesita a u A ES0M E»
íin detenninaido.
Estas tres concepciones del espíritu sod solidvia ie los oonooimieatoa adqoiridoi por el «spiriin
entre sí, y detenranaa todos sus estados, todas e n UTL »nálltia propio
rolaciofies y todos sxis medios.
Para que estas tres propiedades del espíritu puedia Su existencia real.
ser aplicadas uoas & otras, y su síntesis referida a cad» Su personaiidaid propia.
\ma d e ellas, com o ley efectiva d e su esencia, « Su áiteligencia, sensibilidad y voluntad.
necesaria la rtfkxión de cada u n a sobre sí mísnu j Su diíereocia propia com o sujeto y objeto.
sobre ia¿ demás. Su inmutabilidad coiuo sujeto propio.
S e hace loeceaario que el espíritu Su mutabilidad com o objeto propio.
C</noeca su ccmocimiento, Su propia unidad, como sujeto y objeto de sí misnvx
Sienta 9Í1 semsadón, y Su realdad esencia], causa d e sus partícuLaridades.
Quiera su querer. Su dualidad h u m a n a c o m o sér,
Sus percepciones exteriores por la intermedíacá(ki
Conoíca su sensación y su querer ^ los sentidos de su cuerpo.
Sienta su conocimiento y su querer, y Sus percepciones íntimas e interiores procedentes
<^uUra su coaocámiento y su sensación. ^ íí rmsmo.
Su sínteais con su cuerpo.
De este concierto do a c d ó n en las facultad« dd Sus mutuas afeccionoe con su cuerpo, por su m utua
espíritu fljace la armonía que h a de realizar su btrt Modaci6n.
en su tiempo, y su posibili^laU en su fio, por íí Su dominio hacia su cuerpo, e n todo aquello que
conocimiento y prácUea do la verdad. w afecte a! cun^limiento de su nataraleza oi^ánica.
U exigencia do u n a substajicia extraña a él, que
^ ^ r e en m o d o y forma d e su sér.
h& existencia d e otilas seres semejantes a su sér'.
^ existencia d e otros seres desemejantes a su sér.
La existencia d e u n m u n d o fuera d e su sér, y con
«I que se encuentra reladoaado por las afecciones
íwatiTas ^ e le produce.
Su aptitud propia para conservar en sí mismo, y
^ cierto modo, las alecciones recibidas del m undo
Citerior.
Su facultad d e conocer a toda la naturaleza, y cob*
servar en sí m ismo los conocimientos que adqni«»,
Q u e su ezperíenci& objetiva es la causa de sus ci>
nocimientc«.
Q u e posee la facullad de formarse combinaci
ànaginaLiv&s d e los ^ je t o s q u e conoce.
Q u e es u n a Dolencia propia e inagotable, para del»
m in arse en sus propiedades.
Qu e, aunque fundamento propio d e sus mod&Iid^
des, no es él m ism o su propio fundador. BESUM EN
Q u e existe u n Fundamento superior, o u n Fundid«
de todo lo fundado.
Q u e es la actividad Lbre de su potencia, para redli¿u
el grado d e sus propias determinaciones. d# U i ideas despertadas por el Espíritu en sos
La inagotable posibilidad de sus determinaci investigaciones i&n e d ia t a a
en su inagotable potencia y libre actividad.
S u inacabable áéftcto de determinación, y su iMt
tinguible deber d e determinarse en toda posibili G A U SA — E F E C T O — P R o PI E D A D
d e su inagotaWe potencia.
S u necesidad de realizar su potencia para reaJiurs»
en su naturaleza sin obstáculos, y hacer su bi«. Esencia — Fundam ento — Sim pliddad — Etenú*
Q u e su vida existe en su potencia, y la realio did — Infinitud — Lim itadón — T o d o — Parte —
con su actividad. Absoluto — Relativo — Inmutabilidad — M u d a n za
Q u e del concierto d e acción d e sus faculladee, b — Ley — Tiem po — Espacio — M edid a — Potencia —
d e surgir su más exacto c M o d m ie n t o d e la verdi4 ^e r za Actividad — Acción — Función — Modali­
la realización d e su bien, y d e s u fin. dad — C om bina dó n — Form a — S em eja nza — Di*
fsrencia — M u d a n za — Sucesión — y , Reladón.
C O N S ID E R A C IO N E S P S IC O L O G IC A S

D EFIN IC ÍO N D E LAS FACU LTAD ES D EL E S P ÍR IT U

Desde el instante que intenUuivos hacer u u análisis


para legitimaj' los conodrmentod fundájnentaies
que baji de d e r a m o s al estudie» d e causas y principios,
Qoe vemoé» en la precisión d e usar de facuítaded supe-
nores & las que S m ^ ic a n los rudimentos d e nuestras
ttVtttigaciones elementales. Y esta anticipación es tan
®|i*^>ensaW^, que sin ella seríanos imposible discu-
rnr ni presentar, por c<»isiguiente, s<riuci6 n alguna
|ni<^ nos evidezKiara ios primeros datos de certeza
üwaados a exam inar las rerdades secundarias que nos
propínenlos penetrar.
Así, poes» « I el orden metódico q u e para nuestros
fiíoaóíicos «studios hem os adoptado, creenKs de este
ittgar algunas consideraciooee psicológicas sobre las
wultades dei espíritu, tanto para^yue nos afirmen más,
•* cabe, las evidencias y a manifeetadas, cuanto para
íno concurran a la iniciación d e otras nociones que
^ «i espíritu e>dsten y I© conducen a traspasar loe
límites d « la sensación para descubrir verdades nn inede, repetimos, consistir en diferencias genéricas de
lejana« d e nuestro sér en el pasado, en el porvenir, ^ ^piedades, sino e n la diferencia de grados de una
aun en realidades presentes que se encuentran fuen msma propiedad puestos e n acción.
del alcance de nuestro anáUsis c^jetivo. La atracción y repulsión, siempre es fuerza; com o
£ 1 eepírítu ignora la verdadera causa d e sus Ucé los coloree siempre es com o loe sonidos siempre
tadee, y solo le es dable atiihuirle a propiedades a x » « movimiento.
Uristicasde la esencia que le constituye; pero conoa T esta unidad gm érica d e propiedades es lógico
inevitablemente que la¿ tiene» y sabe distinguirla« por « t r ia ann aparte de las consideraciones anteriores,
los efectos que producen. por cuanto observamos q u e la sola facultad de peiHar
L a ot>servat£i6 n d e los fenómenos, profundam BOfi conduce & diversas formas que constituyen otras
distintos, <rue el espíritu hace en sí mismo, le lintaa modificadooea o fenómenos que clasificamos e n :
a roconocen© dotado de diferentes facultades que á » Conocimiento.
cribe y cla^fíca separadamente. Eotradimiento.
T o d a esencia espiritual, como procedente de Memoria.
causa» tiene que encontrarse caracterizada por idéi» loducdón.
cas propiedades; por facultades iguales. Razón.
Así, las diferencias que puedan observarse en Abstraedón.
sentido, entre los espíritus, nunca será d e cualidrt ^ e r a l iz a d ó n .
sino de grado. Juicio
Pen^. Hadodnio.
Sentir Deducdón, etc.
Querer. La facultad d e tcntir nos propordooa. diferentes per­
Estas son las tres facultades fundamentales del » cepciones y modifícadones efectivas, q u e distinaui-
píritu. ®os et:
Mejor, la¿ tres modificaciones genera]es que a sí Instintos.
znjsmo se le manifiestan, suicidas indudablemente ài Tendendas. •'
u n a sola propiedad, la que corresponde a la simpl»¿ ^Propensiones.
dad de su esencia, y a la unidad de su sér. ^n acio n es.
Porque a la unidad eeencial n o puede correspon ®*periendas, etc.
multiplicidad genérica de propiedades, como a la ^ la de querfr, n o s determina:
dad d e sér no puede serle propia la multiplici Lucha-s.
genérica d e manifestaciones. Abetendoaes, y
Por consecuencia, el género de propiedad produ Concesiones d e distintas maneras, reladonadas con
de estas tres facultados matrices d ¿ espíritu, debe ** P , dominantes del tníir.
uno correspondiendo a la unidad d e esencia y de 5^* « dedr que, si la multiplicidad de fenómenos que
o lo que es igual, a la unidad de causa.
L a •distinción profunda entre estos fenómenos £l £»ftrU**mc «t le Pií^to/i» •— 4
em U 'unidad del sér, espíritu, se realizan, proc< «Dii«ilo, la pritnera verdad q u e naturalmente se im­
de la trinidad de faciiltades: pone a) e^iiitu.
Int^ígencia. Dudar de dicha verdad, ee absoluta^nente imposible:
Sensibilidad, y por eso la bem os dado comio principio íundatnental del
Voluntad, «lodm iento; com o pedestal indeetruclible liasta para
estas deben ser a su vez fonnas esenciales sui ^ más exagerado esceptícisma
de la unidad genénca d e pro(4 edad q}xe cei ¥ aqui, em ol raciocinio do tan evidentes hechos
a la unidad eeenciaJ del m ism o sér. k demoetración d e la absuduta legitimidad de la razón
M ás claro: el espíritu posee natural y esenciaJi Innana.
una 9oia propiedad, y s u facviiad única consiste Si el conocer del espíritu depende d e la legilimidad
poder modificar su acción convenientemente a la pn de «u razón, sus conocimientos son legítimos en su
ducción dokl fenóTueno q u e en ca da instante de y lo único quo le hace falta para l ^ i t i n u r «
existencia necesita. t Si mismo sus conocimientos, es uáar rectamenU de
Y com o la primera propiedad del sér es « w , j w razón.
viÜa e a <4 sér la constituye la natural aclivtéaJ i ^ el hecho d e dudar le lia suminislrado ía eví*
9u ¡esencia) o sea su propia y exclusiva actividad, íttcaa de pemar, y el hecho do penear la d e uñsiir,
m odiücadonee d e esa m is m a actividad d e b ea ser k y pensar debe^i suministraiHe todas las dera&s
causa d « todos sus fe)Tióm;eno8 . «’'decías que as^áre a conocer.
D e esta ma:nera so comprenden fácilmente U s i La eeneación, revela el objeto y ei hecho en el
ferencias d e grados d e inteligencia, sensibilidad J ^ «piritu.
luiLtad que obsenramos entre los espíritus de los bo* La rosón, d^rm in a su realidad o su aparienda.
bree, puesto que n o pueden consistir en otra c« La íedución y la raeán, constituye lo8 únicos ele-
quo e n los diferentes grados d e actividad dcsarrcli ®«tog c<Ki que eí espíritu cuenta para verificar todo
dos e n la esencáa d e su sér, depósito latwite Je acti» w conocer.
d a d infinita y d e infinita vida. La «ittariv» refleja á e m jw ^ en el espíritu lo que
^ afecta, com o le afecta.
La rosón investiga siempre si Ía afección sensible
^'wida es !a propia q u e corresponde producir a la
L a verdad existe por si m isma, sin dejar J« •^ r a l e z a átitríoseca d e lo ^ e le h a afectaJo.
verdad porque el espíritu la desconozca. 1^ sensación e n si propia, scío posee u n m odo
El espíritu está sujeto a equivocarse on sus juiw •« u í e ^ í i v o , q u e e s la reflexión d e las modiücar
y de aquí em anan sus errores. P ero en medio de ^ o r g ^ c a s q u e las cosas y los hechos producen.
e r r o r « y sus dudas, so levanta u n a verdad inccoU •»o, aunque segura siempre en s u afección, es
table para él; la d e su propia existencia. v e c ^ incompieta e n el dato q u e ofrece para
¿ D u d u ? ... L u eg o pdeciso. un juicio exacto d e lo quo determina,
tiPieneof... Luepo exitlo». o sucede asi &— la
••• inteligencia,
vvíígc..*^, que,
i^uc, elemento iinves-
Este a x io m a cartesiano es 3a base de todo ^ Q o r para alcanzar ccawcimiento exacto d e las cosas
y sucesos, cuaata coai oiios recursos, ios nece iioperfectainento s e conoce, a otras q a e poseen
para in ^^rír ]& realidad que busca. alguna sem ejanza; o yeri&carioi d e varias cosas o Sdeas
E s decir <jue, la facultad del pensamiento es míí* (fQe, auQque diferentes unas d e otras por rasgos projMos
z a b h d e v a d o s m odos par& la investigacáóiL de W 7 característicos, poseen sin em baigo analogía entre si.
verdad; m odos (fue, W e n aplicados a los efectos de k Juagar.— L a op eradón d e distinguir imuediatamente
sensación, demuestran al espíritu la certeza de s» la reladón d e do« o m á s ideas por com paradón entre
ccffiodznieiitos. f >I eüss mismas.
H e aquí, pues, a continuación, defioidas las dete^ Saeiocinar.— Clasificax y defioir un as ideas por ccsn-
loánaciones principales d e las facultades del es^nti« paradón con otras, determinándolas en la compren-
para realizarse e a su naturaleza y adquirir el concd ato por sus cualidades y naturales^ efectivas, para
míeinto d e la deacia. cooserrarla« o exduirlas en. o de Las adquisidones
del «tendimiento.
fia/djwr,— Buscar él p ñ n d p io d e las cosas que no
PENSAR tienen on si mismas la causa ni el motivo d e su
«risteocia y tìe ffu sér, « investigar y concebir la ma-
CoRceWr.— Impresión gráfica e n el espíritu de tod» ccfira de existir y ser por sí dsl prindpio d e las cosas.
las imágenes, lugares, seres, cosas y sucesos. Elevar el entendimiento d e lo finito y variable a
Im a ^n a r,— L a representadón ilusoria d e las iiuprt* ^ inmutable e infinito.
aiones sufridas, y la creación d e concepdones id«l# Ejercer la facultad d e concebir lo d escon odd o a
fundamentadas e n Iss conoddas. propósito de lo que se conoce; lo absoluto a propósito
fiwdráar.—
___ ______ ____________
E x d t a d ó n ______
imaginativa
_________ ^___
para, verificar
.. ^á lo relativo.
espíritu, en sí mismo, la representadón o rr^píoduc^ Perdbir por la m á s pura inledoctuaüdad lo que no
e n cualquier instante, de las impresiones pasadas ? poede afectar al espíritu por experiencia sensible.
sufridas y a ideadas. Adquirir ^ criterio d e certidumbre d e las
Ptmamienlo.— (Pensar, refltxicnary medilar.) La y los hechos, por las operadores del pensar.
d a d imaginativa correladonando, y a impresiones
les sufridas, y a inventadas y quiméricas, o solid*»
z i i A o unas con otras.
Indniñr,— Extender o ampliar el pensamiento trat*»* S E N T IR
do d e coiocer lo q u e la experienda de la^ iinpresio^
no h a enseñado, por lo que h a enseñado la expend*® SenHbüidad.^La, aptitud eepiritual de perdbir por
de la5 impresiones. o«dio de los «se^itidos excitadones agradables o des-
Deducir.— Operar inteleclualmente con objeto de Hradabies, relativas a iLas cualidades d e las substan-
gar a¿ conodmiento d e u n a verdad desconocida, ^ ^ extrañas con q u e en sus existencias orgánicas
trayótidola d e otra conocida e n que virtualment* ^ [9 incorporales) el espíritu se relaciona.
contiene. — Ia suceptibilidad esspáritual de impre-
¿roer.— Generalizar por ind ucdó n u n a cosa e »Oüirse eJ Yo agradable o desagradablemente, por
ir
«I efecto de »U3 propia.^ operacionPí: imaginstívát • Ls causa q u e evidencia al espíritu la unidad, la indi*
iotelectuaJes. liduAÍidad. la ind^vradencia y la posesión d e su sér.
5«Mdrto«.— El afecto cepiritual producido por (A ^ La íQSceptibilidad espiritual de poder e) Yo crear e n
tacto y rolad6n del Yo con las subeianci&s qtie le il mismo rescdudones d e dominio, y eostei^erlas vivas y
eztraiUis, y a sea por las nu>Ui£ca4:iaie8 del o^aiüfl4 vigorosas e n su sér, mientras lo quiera, aunque no las
propio (o fluido <Tue le individualice), y a por el MÜce por imposibilidad y n o ignore son in'eaiizahles.
<80 del p^aisar. (U n efecto del qtterer relacionado con el
iwíín/(7-— (U n efecto del «níír.) L a tf'ndencia natu míir.) C1 al>uso voluntario d e los actos del instinto.
y ftsiol^ica tctío sér a realizarse en los elemedi La r^roduccióm exagerada y v i d osa de las acdones
necesarios a la vi<la q u e le es propia. ÍKtiativas, verificada por la voluntad, para sentir más
impul:ao propáetaiivo orgáiüco q u e .automátict^ coQtinuadainenle sus ^ la d a b lo s efectos.
irTasistibleme4ito conduce a todo sér a-la acción i
procurarse lee Cementos apropiados a la conserradA
d e su vida en l a plenitud del bienestar.
E l excitante natural que imp>ul6^ a todo sér a la c e »
sídad d e conservarse en la sensación del i^acer. Alftm a i coniiicleraciono« sobra U le ^tim id a d
L a ley orgáoica d e vida, cd)rando e n todo sér. dé 1» ra só tt

Httnos visto quo de la oxperi^u^ia subjetiva iian


Q UERER brotado e n eá espíritu las certezas fundamentales de
a cccociimento, y por consigiúente íjue la base de
V o luntad.^lA facultad propia y exclusiva d ^ ** Kguridad para sus adquisidones dentífkas ^ tiene en
paja crear resoluciones y practicarlas o retenerla«. á násrao per su propia sensación. Pero si bien este pri-
£1 poder consciente que a 1 Espíritu le <iet< término do corteza se le imp<iie naturalmente,
la posesión abs<^uta d e sí m ism o y de su libe « porque la percepdón Bensible se eleva p<r el
natural. PCMnxiento a concepción radonal.
L a fuerza inteligente d e que el espíritu por • Una sensadón aii»lada y rdacíonada ocd la con-
naturaleza dispone para ci>rar libronjente sobre • que es el conodmiento d e 6U conocimiento,
propio sér (como objeto), y scAíre lo que no si«ál <10 pasaría del círculo d e U sensibilidad física, siendo
su sér m ism o se encuentra d e algún m o d o subordiD*^ •?^®»mentc nula la producdón d e consecuencias esin*
a s u sér. ñtuales.
L a propiedad espiritual d e regirse ei sér a si pues, la c o c i d ^ d a d e la sen sadó n es la que
en Jo <iuo él es cagaz d e producir. el oonodmiento d e la existencia, y este ee-
L a aptitud espiritual d e obrar libremente el io • ]a certeza fundamental de ^ e la razón e s el
sí y fuera d e sí respecto d e todo aqueilo que no üdícoy l^ítim o procedimiento para la investigación
encuentre ánfluido per potencia superior, o suboidini* w la verdad.
& leyes fijas e inoHitrairestables, ^ ^ 0, ei bi«a la sen sadó n <es la base del cooocá-
56 KANITU QO^ZÁIZZ S09JAN0 il ESPIIUTtSMO ES LA HLOSOrÍA 57

miento, eete se íonofí y amplifica por las operad <No existiendo efecto sin catisa, la casualidad no
de la intelectualidad, o )oi q u e e & lo mismo, por niste>.
operaciones de la razón. «El efecto no puede poseer nioguna propiedad q a t
U n a pequeña serie de nociones, o u n reducido DO U haya extraído d e 9u causa:».
mero de ideas generales y abstractas, p cedea ser «Todo io positivo es esenciab.
pedestal de xina inñnidad d e conocimientos partk» iToda eseAda se encuentra caracterizada por pro-
lares concretos para el espíritu investíg&dor; p o r ^ ]údade&».
operando e n ellas inducÜTa y deducti7 amente por «Nada puede adquirir por si, ninguna propiedad ni
paración, analogía o antítesis, establecen nuevas ido» bcultad que naturalmente no posea».
que eOQ otros tantos conocimientos naturales que » fNada puede desarrollarse que no exista en gér-
imponen forzosamente al espíritu, y a e n forma % m a.
inevitables consecuencias, y a com o príticipios eTÍd«i* «Nada puede m anifestara que no esté desarreglado».
tes por sí mismos. <A iguales causas, iguales efectos».
D e las ideas d e tiempo, espacio, causa, efecto, ptf* <A iguales esencias, iguales propiedades».
y todo, surgen, por ejemplo, las d e y o¿«oy <A iguales propiedades, idécticas manifestaciooe&».
L a idea d e implica la de principio. «le., etc., etc.
Principio aheolutc deterrni.na unidad, simplicidad, iKm Estas breves consideraciones conducen al objeto de
tahüidad, Sér. pftt«itizar que tan l ^ í timos soo. para el espíritu sus
Sér aftwliíío, e s Sér infimto, Sér d e todo sér. ^"»cimitntoé adquiridos por el efecto inntedúUo de la
Sér d e todo sér, es: Msación en las operacio&es del pensar, com o los que
Esencia de toda esencia. 90 derivai d e sus percepciones intelectuales por las
L e y der toda ley. b a d e n e s d e la razón. Es decir que, si la ra^ÓD,
Fuerza d e toda fuerza. U u d a al peáisamiento d e u n a afección fo m ia el
Actividad de toda actividad. criterio de certeza d e u n a cosa, la razón, elevada al
Potencia d e toda potencia. Pasamiento d e u n a certeza, produce la evidente cou-
Acción de -toda acción, etc., etc., etc. c ^ ó n de Épus relatividades.
y respecto d e las evidencias naturales, ¿qué iní^ Más claro; la razón q u e ense&a y patentiza la realidad
ligancia escapará a la necesidad irresistible de coúc» ^ un hecho o de u n a cosa, es la única facultad apta
birlas y aceptarlas? El espíritu hum ano, que sobrí enseñar y patentisaa* sus relaciones cocl las de>
diversidad de <3ontÍngencias cccicibe Jo inmutable, ^ Biás realidades.
aJ)soIuto, lo infinito, posee concepciones de roUcí¿i la legitimidad! d e la razón es incontestable para el
q u e se le imponen ccrao principios secundarios de ua <*píritu, puesto q u e su criterio de certidumire estriba
evideí^cia inmediata, d e u n a certeza absoluta y ^ ^ la evidencia, y ésta no se la ofrece m ás que su
u n a generalidad incontestable. Tales iort los coacep# Asi, lo q u e la razón ’demuestra, la razón lo
danomioadoe axiomas, d e ^ e citaremos algunos ejempli y es ia verdad para la razón; porque la razón
a continuación: sus pruebas d e certeza« e n ella misma,
«Todo efecto procede de u n a causa». V esto n o es negaxle a la razón la susceptibilidad!
&8 MANUEL OONZAU¿ $O R IA N O EL C $ P I R I T !S M O ES LA F IL O S O F IA

del error, siao atirmarla e a grado relativo a su perfil 4Bctí\*as o deductivas. Esto obedece, e a tesis genera],
dcm nii«nto. Porqu^i caída grado á f susceptibilidad ét * las diferencias d e cAudal de conocimientce científiros
«rror» ee m grado d e susceptibilidad d e verdad; j It Iss inteligencias p oseen; y e n particular, a ta
razón bum aoa, ccmvo facultad o elemento réhXiyo, sób, potecda fuaciona] d e cada una;, o eea a su grado pre*
puede coacebir y peaetfar en sus operaciones ver^ m tt de razón.
des relativas, o sean grados d e verdad universal. Ninguna razón puede ser a sí m ism a contradicto-
Pero a pesar de esto, cada grado de verdad que k na. porque se anularía.
razóo penetra, es s u verdad reai y absoluta, pueeli L u ^ o , la razón que tomando por base d e sus
que S0 le únpoae <d presmté com o tal; por^pie et espiñti eperadonos una ceriega La destruye en alguna d e sus
«ólo piiede creer por la propia virtud d e su razóo. deduccionos, se anuJa e sí propia, y deja de ser
M a s tampoco < ^ e r e esto decir <|uo todas las cree*» iegílima lazón.
ciaa y opijuoaes sustentadas sobro u a m ism o asuM ta T ^ ó n que, por ejemjrfo, partiendo d e la certeza
debaa ser coafírmadas, puesto que la la^ón sólo puedi M lo Infinito saque alguna conclusión que ¿o
ser iadependiente y autorizada dentro d e sí misa^ •o es razón e<íentí6 ca y verdadera, puesto que se
ee d e d r , en los resxütados d e su propia operadäi« coalfadice y se destruye.
U n a creencia o u n a ojúnión dejan d e ser leglticDü I W a que las operaciones de la razón conduzcan al
desde el m om ento que no son adquiridas por el w x m á e n io d e ía veidad dentifica^ deben ser prac>
cedimionto lógico Ilúnado a dir^ir las ¿acultades ißt» por el procedüaiento lógico. £ 1 silogismo per*
^ectuales al resultado del conocer. f4eí^ ee ol m ás exacto regulador para marcar la legiti-
K o toda opinión ni creencia implican razón; y ^ »dad de lodo razonamiento; pero ein necesidad de este
es precásameate la caiisa d e las diferencias apreciati^ W t o arte de la lógica, u a a form a a3)6o]utameate
que entre las opoaioaes y creencias existen J «oüfica conduce al m iam o resultado, y tiene la
observan, *nitaja de pro^taj toáé tiberlad, deseml>ajazo y Sunplitud
H a y quien opina y croe p w conveniencia, por t«n«, para, la dilucidación d e todas tes cuestiones.
por costumbre, p « fanatásavo, por sistema, por De una señe d e aforisnws basados e n certezas evi*
perainento, por sentimiento, etc.; pero ninguna ere#* y axiomáticas, e n que cada ccocepto afirme
cía loi opinión por semejantes añedios adquiridas set kis íiemás y ,ning:uno se contradiga ni destruya, se
zacionaiee ni ccnsecuentemente legítimas. I*^uceíi consecuencias deductivas e inductivas que
L a razón es una y no múltiplo; y la única díf^ ^tlannijuui otrafi tantas certetas naturales para á espíritu
r e n d a q u e entre la razón individual puede exátit UffeeÜgador. L a a^um e nta ció n dialéctica 'seguid! ^x-
estriba e n el grado d e desarreglo, en su extensiv por lo9 antiguos polemistas y filósctoi,
apücatíva. ^ »do ya substituida e n la m ayor parto de Jos casos
Cuando d e una m im a cerUea parten diferentes 2 ^ la cbeervadón, y desterrado casi por c<«npleto el
ligemcias para investigar por inducción o deducciú^ •^ i s m o , Iá costumbre d e discurrir bace h o y níuy
todas delrán encontrarse centíormes e n los resultaáü ‘uncil, por íio'decir impoeiWe, la aceptación del sofisij«t.
d e Ut potencia c<tnúa a lillas; y lo único e n que puedai
diferenciarse es, en la extensión d e consecuencias
SEGUNDA P A R T E

S IK T E S IS

Uq& ftdqwrida i a certeza d & U facultad natural


de «pftocr* e ^ r i t u , y la evidencia de los conoci-
• « l o s preliminares q u e en sus propias investiga*
cMctes aaklítica.^ bia con<|uis1ado, conviecie proceder a
^ i {4 ic a d ^ d e tan preciosos productos e n u n a m as
nnplia escala, en. la que ordenados y regidos por *la
^ ó n , noa (Crezcan u n a sinteeis filosófica fundañ^entai
donde la <^)servadón p ueda luego descender
* pítimas con$ecuencias y autorizadas aplicad enes.
TnUárjcloae basta aquí d e pgra psicoíogia, nuestras
FA n eg a cio n es se ha n concretado a particularídades»
^ bies indispensables para l^ t ir o a r la aspiradón hu*
, de saber, convenientes para la adquisidón de
^ ideas que ha n d e constituir loe primeros materiales
de OKkBlrQcción; pero conao eJ carácter d e universalidad
^ ee propio d e ia filosofía so hace inevitable y nece-
* ^ 0 « 1 la investigadón directa dtí Prindpio d e los
P^^pios, causa única d e toda realidad, vatnos a
nuestros estudios a la d ilu d d a d ó n posible d e lo
a propósito de lo contígentc coiw ddo.
Está sagundil parte do qiie nos v¿unos a ocupar ia ateneión, una propiedad dcl espacio que nos
interceet a exporiesKÍa ios cajetas ni por propciKsmoH conocer.
guíente al empirismo d e la isensación, sino a U c ¿Cu¿] es, pues, la verdadera extensión de ese espacio
cito poramonta ráclonai de quo o) goénactra 9e ^ a nuestra m irada s e inanificsta?
para coa la n o d ó n d « la urúUad, quB a e«^p{ A fiánguiia conciencia os extraña la noción de lo
ao impone, formar ese punto inextonsu de dondo eog Knitado, y d e lo ibnutado, d e lo relativo y de lo
dra la ifnea, la superfído y todas la^ figuras g e o _ (bso^uto, de lo ñnito y lo infinito.
tikas do sus delinuacioncs ideale« e n las inmi^isidiál La idea d e las inagnitudee nos la dá la s en sa^ón
p um s dei wpacio. Vatiice a edificar por la sola fucfi do los céjetos. L a do las cantidades, nos la despierta la
del raciocinio» »(A re el fundamenlo de las ideas di CMQcia matemática. ^
pertada^ por el anáJisis imvpirico; pero a edificar n £ 1 M ú y ^ menee Ijase de todo cálculo, nos demues*
lidadce cuya coaleza a e no& im p a ig a por su conex^mieiÉ tn teóricamente la posibilidad d e lo incoiunensurab^e.
y Sii valor cientifíco ^ r s u razón, a h n d e que po«e«aB ^ progresi<ixos crecientes nos enseñan que^ un
w i elemento filooóíico universal, u n a potencia métti somero cualquiera por grande q u e sea, es siempre
aplicativos a todos los principios de observacióc, * i■Bceptíbie del aum ento d e u n a unidad.
a todas las deducciones conjeturases. L a ^xtemi6ny i ^ decreciónos, nos conducen a u n a inacabal>)e
Sh-, la efmHa, la fuerM, la creación, ©tc., e n inano® á« ^nsión en eá núm ero y e n la substancia.
la razón, han d e formar e n la ^ubfetiviOad de nueM y si lo inde¡inidt> q u e es lo Ínx»n3nensuRab)e, se
cepíritu el cttiocimiento perfecto d e la existencia áe » mestia siempre a nuestra comprensión susceptible de
Pi*Huapio al>sc¿uto, imnutablo e infinito, así como V mnenlars« y de disminuirse, es evidente que, aún
ooción fundajnental indcstrucláble d e algunas do h suma de todos los indefinidot que queremos suponer,
reladonee y naturales caracteres. J 4úa la división del m ás m ínimo imxmmeneurabte quo
*^^tcmos de concebir, son pequeñas, insignificantes,
n k a rdatividades de u n bhsoluto» si bien incomprensible
Lo Infinito la inteligencia por percepción d e los sentidos,
®Wtóebible para la razón, que a u n q u e n o penetre eeeo-
L a priinera idea quo brota dol cerebro del h o n ^ ^^^ente la m an era d e ser d e u n a realidad, penetra
pensador cuando dirigí^ su m irada al os la de k k evidewia de que existe.
existencia del e«jwio. Y esta idea, relacionada ccn i* una paJabra; por las ddeas innatas, por las no-
astros que erí su seno s e tmecen y a y m iada por á Qooes empíricas, y por el sentido práctico, la razón
conocinKtfilo d e las distancias q u e d e las inismaí o* como píuede existir ^ Infinito; pero sabe que
separan, distaníáas q u e h o y nos ofrece la astrono®^ puede monos d e existir.
e n sus modernas investí gaci cues y aproxicjados cálcuio* Y, ¿ 4 (ju4 puede CíHiceder la razón h u m a n a el atri*
gecwnétiicoB, despierta otra a o m enos importante, qw ^lo do inünitud, ¿¿no solo al total mcomprensihle
se <u» maniüesta on ¡a extensión. ^ ia substancia universal? Si desde cualquier límate quo
El étpacU> ee, pues, la realidad que inmediata^ottti *pí»rígamos ai espacio progunta¿nos a la razón qué
C 03 únpresicna.
MANUEL GONZÁLEZ SOR lA M O

prued« encontrarse m á s aUá, 1& ra¿6 n siempre nos m


M eásta, se revela a nuestra percepción la existencia
p onderi: éspacio.
de extensiones cuya substancia n o afecta e n m anera
Para el espíritu ra^onAdor, la verdadera. ext<
i ^ n a a nuestras aptitudes sensitivas, do aqui que,
especio, es inñnita; lo Infinito.
el emf^rísmo d e la vida objetiva califiquemos esas
Pero al decir éspacio, cometemos u n a impropia
ionos d e ftpadaies.
N o h a y «spaoio reai, absoiuto, porque nada esi
En efecto; la substanda que las llenan, es inaprecáa-
vacío,
Ue a nuestra sensadón, y ]o bastante flexible para
£1 espacio es m ía reJatividad d e sensación.
pmnitímos desalojarlas cuando entre sus moiéculaj?
Si ^ espacio se considera m edida d e e x t e n s i^
«locamos u n cuerpo cualquiera, Así, hacemos u&o
porque nos determina unidades d e distancia entre
di la palabra espacio tratando d e lo In&nito substandai^
ctierpos que m edimos. El espacio quo separe dos cbj
itío ccmio u n a reladón d e Tnayores densidades, y para
tos sumergidce e n el agua, será espacio de agua;
podemos entender mejor.
espacio qae separe dos glolios e n el aire, será, es]
Voíramos a lo infinito.
de a tm ó ^e ra ; y el espacio que separe dos 'ph
Lo Infinito real, es lo q u e se encuentra contenido
en las regiones siderales» será espacio de fluido el
tt sí násmo; lo q u e siendo e n si y por sí, d e nada
de fluido universal.
•«eata para existir y para roalizarse.
Decir, «media tanto espacio entre tales objetos»,
El Infinito ah$oluio es uno, substancial, el T o d o ;
significax u n n ü m i ^ de unidades d e distancia
Pwque en la unidad del todo substancial, no cabe
los m ism o s; pero no determinar vn vacío que
■ifi que el m ism o Todo.
separa.
Aá, la substancia absolutamente infinita es ándivi-
L a s ideas de e ^ c i o y de dütancia, suelen coi
por cuanto es la única unidad, la única indivi-
dirse m u y am enudo.
w ^ d a d , la única realidad q u e existe.
L o propio para m arrar Ja 9 eparaci6 n entí6 los cui
No teniendo reladón posible, no es cuan litativa.
ef» expresarlo por distancia.
^’o ce susceptible d e aum ento, porque es toda la
Porque tipacw, e n su acepcáón verdadera, es «el
tanda.
gar¿ e n que residen los cuerpos extensos. Y’ como eo
No ee susceptible d e disminución, porque la subs*
Infinito absoluto no puede interrumpirse la exisí
í>fida DO puedo ser ano n a da da
substancial, ^ espacio n o es rcatidad e n lo ¡nlii
Infinito ahtoluto «s así m is m o su propia unidad,
Espacio T ^ y sería vacio abioluto; y vacio absdi
propia reladón, su co m paradón propia; porque
es carencia y limitación substancial; negación de
de éi no existe unidad ni sér, ni cosa relativa
íidad; afirmación d e negación, y anulación d e iníinil
comparable. L o os Todo e n sí y por sí.
El espacio excluye l o infinito, y por consigi
^ Infinito, para que sea real, debe ser permanen-
no tiene aplicación cuando e^te se concibe, se recoi
* ® ^ t e infinito e n todo orden d e extensión, en todo
y se aürm a.
^ 0 de potencia y en toda esp ed e d e manifesta-
L a idea d e lo Infinito substancial, anula la de í
porque de faltar en u n sólo instante alguna de
existencia del espacio.
condidíBies, habría susceptibilidad d e finitud,
Pero, como por m á s quei el espacio real y íilos^
£Í E$pirili4nu u i» FihfOÍU > — 5
y consiguientemente carencia d e chtclulü infinit ilud^
«cediera a toda otra cantidad imaginable; y
Tal tiene ser, y ©s, el Infinito tilo6ófic4D. }«amo más allá d e la imaginación no puede la imagina-
M ás ciwno la rerdidera. y naturai nocióa d e lo '•üfí üogar, d e aquí que el núm ero infinito sea u n a
ni io h a sido mistificada por aJgunas escuelas n*l abs^cción.
aas, y ha¿5ta sofisticada por los irnsmos hombre« d » | Ya eí núm ero p » sí, rp 'Encuentra caracterizado
tíficos, 8 « hace ne«?saiio extendernos « n algunas «•'j f9T la abstracción, y puetle aplicarse indistintamente
«deracion(?e generales, al 6bjeto <lc patentizar los cn< b lodcw los óirle«es d e conveniencia; rizón d e que
on que, por Angulares aberraciones 0 «! espíritu, se , k y i quicjn suponga al n úm ero genuina representan
ronido incurriendo, e inadvertidamente arcpt dtí Infinito absoluto; pero <«ino toda cantidad paia
L a realidad do los iiifinite« r<iativoi viene
« a c«nprftn5 ible y lógicamente aplicable h a de
niéndose desde hace m u c h o tienxpo por algunos ad« gastar de unidades deten ni nadas y homogéneas, la
do determinados süsteinas filosóficos, y pur los gcót
plereogwúilad de u n a soia cantidad i*eprcsenlativa de
y matemáticos. los órdenes d e infinitud quo caracterizan al Infi-
Pero los infinitos aun suponiendo que y to áisoluto o real, declararía su propia limitación
encontrara e n si dctninio del hom bre el dcteniüní
misma impropiedad, en su insuficiencia pjra
tubsían^lntfntf, nunca sorían reales, por cixanlo no ^ ^ r el propuesto objeto.
drfan poseer todos Jos tributos inherentes a ia verdad« í^®toninando la cantida<l, la SMSceptibiUdad d e a u ­
infinitud. s a t o o |de disminución substanciiü, no ee aplicable al
i ’n infinito relútivo, no puede ser otra cosa que absoluto, por cuanto, com o antos manifesta^
parU del Infinito aitoiuh; luego es u n a imprc]
^ posibilidad de aumenio iinpicarfa la existencia
detenninar con un raissnio nombre la parte y el Tt otra substancia «jue anularía el Infinito» limitáji-
lo relativo y lo absoluto. • ; y la pc»sibiUdad d e afirmaría, o el
Infinito, no debe llanurse n ada m á ^ (fue a lo J ^ r del auonadam iento. substancial, o la existencia
lo os. Í W vacio absoluto para continente d e 1a parte subs-
Ei adjetivo reiativo, desvirtúa en este caso la ^ por cuyo vacío q u edaba nega da de antemano la
cáón dol substantivo infinito; porcfue significando 1* itad substancial absoluta.
n ih lo carece de principio y d e fin, y d( Líiego, ol Infinito absoluto no puede ser considerado
atando la palabra reialivo limitación o inferioridad
caiitidad ni representado por el número. .
la cosa se califica respecto d e aquella a qus
u ^ acontece con ias figuras y líneas, o s e a ^ o n
la compara, resulta que r M i w significa !* • ñamados infinitos geométricos,
Alio timiladc, l o cual os contradictorio y absurdo. ^la realidad d e lo Infinite^ existe para el hom bre en
N i los infinitos matemáticos ni los geométricos
^ ó n de su necesidad. Pero c o m o la aceptadón
9uitlancitile$, y por consecuencia caroc^n d e toda « existencia d e lo Infinito del espacio excluyo
dad on la realidad de lo Infinito. I acepiadón d e o 'xTa cosa infinita, la idea secundaria
Los infinitos mateanáticos y los infinitos goomét
WfKmor la existeoda d e u n a línea infinita e n el
90U puras ficciones ideológicas. «m t o jriano espedal, es iiógica.
Para q u e u n a cantidad fuese infinita, serla nec(
^ Pensamiento de lo Infinito, anula todo otro pea*
M A N U a GONZALEZ SORJANO

Tunpoco, considerando el círculo en ei propio, es


s&nü^mto do infinitud. El piimcro «s la realidad; h dídr, «íi su figura, puede representar el Infinito pues*
posten uros iltisoríos. Y com o la roaJidjid infiniU k> que siendo la extensión superficial de u n a linea
una, e n la razón severa d e la. lógica, no caben, eirv&, cuyos puntos se encuentran todos a igual dis-
altsurdas, suposicimes secund.'ixias de infinitad. lUKáa de otro punto comúrv denonúnado ee}ilro, difiere
Asi pues, adjmtido «d ínñnlto tapado, no puede . absoluto d e lo Infinito, q u e careciendo d e todo
ponerse U existencia, do la linoa infinita (ni léóero de relación central determinada, todos los pun-
concretándose & la longitud, quo es u n a prvLe de su extensión p ueden ser representados por tu
viciosa), por cunnlo d a d o ya lo infimto resal, U Ctttro, no siéndolo nlr^g^ino en realidad por carecer
ginación no pueblo concebir ia extensión necesaria línea de circunscripción o de contorno (1 ),
abarcar el Infinito; y lotfue la inloligcncia no co Los infinitos relativos son ideales y exclusivamente
por n in gun o d o Jos órdenes d e ideas posibles, «m de nuestca limitación,
puedo Tá debe suponerlo. &«nlo lo ánfinitamonte gi^ide, el Infinito absoluto,
U n a línea tirada en el infinito plano espacial, sedi b infinitajnente pequeño, será u n a rolafividad de él.
si«dnpre relativa, n h n ^tud , al infinito espacio; Así, toda idea do m edida o extensión, cualquiera que
a u n aceptando Ja idee como realidad. La idea no puté •ea. consüluye lo infínitam^^nto pequeño con relación
llegar a atravesar con u n a linoa al Infinito: la A lo Infinito absoluto. Porque, com o toda extensión
siempre llegará a u n pünto cual<ruiera; pero sicn^ r ^ v a dista lo infinito d e la Infinita extensión, aun
tajQbién declararía qiie doede el punto en que se SjK israma de las extensiones do todos los infinitos rehtiwé
resta el infinito m á s allá. te^inables, sería lo infiidtainonte pequeño respecto
M a$ claro: ü a aooptadón d e la existencia de 1 ^ Infinito absoduta.
Infinito, y la supceición d e posibilidad d e la lío* L u ^o , todo lo que n o sea lo Infinito absoluto, es
infinita, implica Ha realidad d e dos infinitos; mlo, ^ l a d o , ñnito.
primoro, el real, el superior; otro, el segundo, el L u ^o , lo finito, 3o relativo, no taene aplicación
puesto, e¿ inferior: y, ¿ c < ^ o puede aceptarse (fa« ® wlí lo Infinito absoluto.
ficticio 6 inferior se iguale a lo real y superior?
L a linoa infinita no debe suponerse, porque no ex>
te n i a u n on la idea. La rodadera realidad, os la realidad absoluta.
L o que n o existe ni a u n en la idea, es lo imposüÍ|l La reaJidad absoluta, es el verdadero Sér.
L o imposible, car*eco de toda aplicación. £1 verdadero Sér, es el sér de toda substancia
Tajnbién puedo compararse geomélricajnente el y de todo sér: ed q u e es por Sí, por su substancia
nito a u n circulo, suponiendo que la Hnea I y por su sér.
forma caxeco de princápki y d e fin; pero esto es
impropiedad; porque ia línea de todo círculo r»
('^ E a ig u l C A M q ue e) drculo, se «cruentrft b p a r à ^ U . por cttaota
u n ^ circunferencia q u e representa la e M t A loop)*'
^ et ott% c o M que curu curva p U n a , c a > w p u n M t ü « & « & U prof^tedid
rectificada d e su pcri metro o contomo> y lo que • ^ C alm ent« d« un punto fij« U a n u d o /9*o , j 4« u iu recta
cuentra sujeto a u n a medida, n o puede represe**
el Infinito.
1-uego, «J Sér de toda &ubsíancÍA y d e lodo sér, c la realidad del S é f; y la realidad de1 Sér ee la
lo Inüdito ab^luto . naüdad de Dios.
L o que siendo por Sí mismo, &*Ao c& d e »a i De existir Dios, tie>n^ q u e ser la realidad de lo
profdo d e ser» no posee loAs quo u n a fornia de kiinito absoluto substancial.
la que es p r o p ^ a. su sér, la. m anera do ser de ¿Existe esa realidad?— Sf.
üvnutabilidad. Pues Dios existe.
L a inmutabilidad no tiene relaciones; carece de De existir Dios, tiwie íjue sor la realidad d ^ abso»
difíca£ion<!9 y d e sucesiones; se encuentra f u ^ kto Sér.
toda m edida d e relatividad, y por consocuencáa íqM ¿Existe esa reaJidad7*~-5i.
deil timpo. Pues Dios oxiste.
El sér do toda substancia, lo Inüuito absoluto La realidad d e la exi&tencia del Infinito absoluto
tanciai se encuentra en Sí mismo, en la d a l , y ía T e a jid a d d e la existencia del absoluto
absoluta de su substancia, en la realidad aUoi Sér, 9on l a realidad d e Dios.
do su aér; no ocupa n a d a que n u sea su sér, y su Sabemos que Dice «s.
e« lo Iníinito absoJuto. . Este conocimiento e s u n a legítima evidencia del
Hablando, pues, d e lo Infinito obsoiulo, no exirtfc ¡.JBÓocinio.
el espacio. T, ¿ j ^ r á el raciocinio penetrar aJguna noción sa-
Y no teniendo realidad €l tiempo ni cu» tttactoria a nuestro actual entendimiento, d e la nxane-
do del Infinito absoJuto se habla, carccen de t«4i a ser d e Dios?
<let<'nniiiación e n ia vor<ladera reaJidaíi, en el Tff bteotémo>«lo sin pretensiones ni soberbia, no olvi-
dftdero Sér. que nosotros sólo somos u n a porte infinitesimal
L a 'Etomida<l y oi Infinito lo caracterize«. ^ Todo: q u e nuestro espíritu poseo la idea absoluta ,
Porque si s e le pudiera suponer prindpKO o fin ile la existencia del Todo, porque substanciaámente
existoniíia o extensión, le sería propio u n orden i bnaa parte d e El ; pero q u e com o parte n o es totalidad
medida, y dejaría de ser lo Infinito absoluto, U , tt por consecuencia perfección absoluta. Nosotros solo
dadera reaüdad, el verdadero S ^ . ? podónos poseer lo q u e e n realidad nos corresponde
* He Dios, que es la parte, la idea, la ra^ón incompleta
^ conocimiento exacto, q u e únicamente resido on
^ Todo, e n la personalidad absoluta, e n ia realidad
W Sér, por s u pro|>ia y absoluta experiencia, por
Dios propia y abscíuta sensación, por su absoluto cono--
propio.
L a rcaJiilad d e lo Infinito absoluto substancial, Tengamos sien^^re presente en nuestras investiga-
afirma 3a realidad d e la existencia de Dios, i ooftes superiores, q u e la participación en oigo solo
L a negación d e la existencia d e Dios, implica la l ^ e dar o^^jt conocimiento* dol T e do de q u e se par-
gaciún d o la realidad del Infioilo absoSuto bubsl ^ p a ; que la partidpacito total e$ lo único que puede
Ponpie i a reaUdad del inünito absoluto i^uhsl ^ completo conocimiento del T o d o que se posee:
y «jue, <Jomo «ére& relativos qn© somos, n o pod< h UD orden do substanda, la unidad substancial exis*
poseer m as que ddeas relatÍTas acerca del a})so»uUi frí& en el totai d e (a substanda constitutiva del Sér.
Todas nuestras aodones en ol estadio del T I La vnidad manifcetativa consiste» e n q u e toda la
tienen q;ue poseer ^ carácter d e absolutas para ¡fastadón es la manifestad ón dcl Sér, o on que el
razón presente, y el de reiaüras para la futura se wcuentra realizado por el tota) d e manifestación.
porque el perfecdonomiento d e la razóa modiísca Así) aun cuando s e supusiera e n el seno del Sér más
oodones. un orden d e manifestadón, la unidad manifestativa
Hechas estas necesarias indicaciones, investí oiatiria en el total do la majiifestadón, propia dei
H e m o s dicho, que Dios es el Sér d e toda r liwlulo Sér.
Lo q u e reaüza aJ sér, es la suhstajicia que lo U unidad potcndaJ divina, n ada implica para quo
tituye. « la Divinidad existan el infinito absciuto d e grados
Luego l)i03 08 el Sér d e toda realidad subs ¿0 potencia; porque osa unidad es la totalidad infínita
Luego toda la suhstanda constitutiva d d To do, o ^ potenda que caracteriza al absoluto Sér.
lo Inüníto absoiuto substandat, es substancia dirlo^ HtkCemos estas aclaraciones, para quo n o se vicien
Luego no existe ot^a suhstanda que la dívÍDi. ím conceptos.
Ahora bien; dicha substancia ¿es Idéntica a si m í A l Kos üene por atributos fundamentales, lo Infinito
e n su absoluta infinitud? O , m á s claro; ¿debe 7 lo abscJuto; pero com o Sér infínitamente absoluto
existir la unidad substanciU d ^ Infinito? I absolutamente infinito.
Discurramos algo sobre este punto antes de forra Luc^o la idea d e la unidad divina quedaría siempre
nuestro ¡uiclo y d e responder. *í«ta en la idea d e la unidad del Sér, aún cuando ol
liBaito substancial que lo constituye fuesd la síntesis de
de u n a substancia.
Como la unidad h u m a n a «xiste en el Séx-hmbre,
de estar constituida d e dos unidades sintetizadas
ÜAidftd substancial dirioa ® M a unidad.
1‘ces bien: analicemos qué c w v ie n e mejor con núes*
L a xinidad di7ina, ee tanto la unidad substancial ccBi «ridenda sensible; |que satisface más» a nuestra razóu
la unidad d e manifetóación. Es unidad sub slancisi si la aceptadón d e la igualdad substandal
manifestativa, porque n o existe m á s infinito substaflá ^wlnta €tt el Infinito Sér, o si la dualidad substaa-
ni m á s infinito manifestativo q u e la infinita uoidi siatetizada, constituyeudo la unidad del Infinito
del Infinito Sér; pero semejante unidad no sigoii» ^ ( 1).
ni u n a tínica substancia ni u n a única manifosíacióft
sino lei todo d e la substancia y de la manifestaciái
L a unidad substancié divina consiste, e n que toda M
substancia forma eJ Sér, o e n que el Sér se encueoí»
Eita iap ariA T K «gn tíóQ noc airtvím M » in ic u H a «] «fio
realizado por toda substancia.
1*^*0 del ii¿ui«nt« «ri('alo q ue fu4 c«pro4aeÍdo e a v¿riOi p«rió<iicQC
Aai, a u n cuando s e supusiera « n el tena del Sér dm
M fh A c iM y am aje ro *:
L a n o dó n de la *unidAd substantial, 9e intenta tMu\cÍ3. que ]|pna oX Infinito soa idéntica^ senve«
e n el iníinlto absoluto de la substancia j en su igua!; sino q u e A Infinito se oncuí>ntja lleno de
ci«iad, a p o n i e n d o quo am bos atributos se de^ cia, y que n o hay interrapción en ella, puesto
coa la dualidad; pero dicha suposición es sofístí cualquiera interrupción anularía su infinitud,
E n efecto: la infinitud substancial no significa ^ üaa línea de cualquier longitud, será igualmente una

(•••eer, ha<ta d on d e la fuer» de la ratén «Jca c'e, la ; tttia Ardua»


E f t T r o i O » DF. X E T A F X S I C 4 1 elevado« objetos, ^ sobre la esencia de lo que es, sino del
"•* r del for iu 4 da c^m o la «»«ic Ía ta.
D IO S
U c » es «el Pri>kÍ}/io de los prtncipto«, la C a u « a de k« causas, U
de laa razooc* d e h s O H a s » ; lue^o la ciencia d e D ios, la Taoiict».
ier e) prin< i^«l ob/elo d e Ías operaciooes de 1a ÍMeltfencla h u m an a,
que i n k U d ^ e n la p4Íe«hg U , y la U f it * lutya referido las (Tienrias
Fsittefi «n IikK ^íU <oe»ooaet ua im p o r u n t ^ y trj«cend«v«lA '1 comÓR, p ^r n e d t o d e la comprobación le ^c ío a eo los ^roced^
solución Íij4, 8 iq u « r * •« c eaitd «raM lna»ltoría, que el esplrin) ■tatw, ^ a vem a coadenturUs en nn c M ^to unitario q o? i«p r^
txfAdc^r floctAa entre U » variadas opíatooM t u s m » « ! ] « por &&bíM d PriiHrpio, U C a u sa y la EUsdo drl Sér d e todo lo q « e « » . D e
de diverus e»ruei&s Estos «feadtendo m i s q 4 s a u m r e r t a l d v « ) ' M BrrHiKación ñ w í^t^ M c id a del aailisis, surgirán indudablea>«nit
• Mficordarka» con el •¡«tecnft q u e defienden, 4 » Ap«rt«n u u » v «m • w y rasto» cooocimientos qtie aplicados a loe efectoa de deparw
I» r c (U rioden «tn» nibuto a la preocupación, y to d A | podrjji lirnos la II de Iss naAifeatacíones, d e lof ien^m esos,
lo |¡«&eral. de«d»Aao U Mocilfet ^ leofuaj« suScepttbU de f I“* Tiftw d e donde poder con naás profunda m o(iTo ^ m ayor e x a c ^ d ,
fe c u e o n ip r e « « !^ «o nu m eufb icA S expiran ÍOTies. «I la Mbstancia y k cauaa, e n uo O f d v i contrario al s e ^ i d o
Tales procedimiento«, lejo« d « íodinir el ia i u M al |ntud»a, ! a t t » V « M m r o t primeio« eleraestales cstudto«.
íeteligencía y condoeen a] ho m b re aJ ab an d o n o , cao «& eftcj«MB del ^ el coeociflúento del eíerto, se viene al ronoelmienro d e la cwisa:
fereotisreo estacíotuHo q ue corroe «I ceriu^n d e U s modernas «o<t * « k> cais racional y convonteste d a d a I» ItcsHación del h u m an o
L a p n m e r a cUcuonaA<Ía q ue a ta r««liu< i^n d e lodo trabajo < • M to, (>ero Com o el efecto n o no« ea d a b k cono<‘ erlo c a toda sq
d
WQe la
• • verdad
>cnj«u d
u eb
euee pfe«idlr,
p m iQ ir , si
sí ao
so quiere hacerle
nacerle ól.l provtcbeM
ot,i y p r o r t *c i ^ . J a a i i s conocercioo* a la causa m ás de lo que coaoscaaes
itnparctalKUd ; a e i u n o d eb e n nn ^a abandonarle el » *!o i. C o « 1* sí« em ba rco es necesario relacionar a m b o « conocimceinoa. D el
» e discurre llbrem ent:: el segundo destruye La prnilanímidad y arrMCa ^ dej eferto se ha extraviado k verdadra ratdo de la catisa:
rait el sistecaatMto de dar ab rifo a c r o e o < M fajaas y errteeae ua •• ^•iedaeos tsi^dio' d e l a C au sa, por si d e esta m acera p eríeccM aaaos
escasa u raaón que el vióo d e la costumbre. M a a n o a» rrea ^ 6*W im ianio del efecto, y noa da nueva y m ás intensa {us sobre
(an /avorablc9 coadicieoes c o n i a n el espíjitu, a ' a n » ( ( a u s a TÚcoiia ^ 2 ^ f*wderu*ia y ortocn. Alteroemos efl el método d o iov«siiga<>^ has'a
p^eta eo el conociaúesto de la verdad, ao; e z U ii r k aíempre ^ , los resultado«. n»r«.bem os d e la parte al todo p a ia adquirir
p equeño grado de nuestra n¿s elevada, g n a d c c a , un puoio . •■Wceiidnios, y del todo a, la ^ t a |« t a p«rfec<ionatloe>
baceesible a nuestras a ir a d a s : punto qua es el p e r ^ c u o ex^kaaie *
la curio»tdad, el alimenta del d ^ c o y el faro d e la esperaiua ^
II
V n o se l U n e «a«« preMwwitf« a la valentía d d sentimí«a>D
impulsado por u na natural necesidad U n c o a la ínteligeacia a e v f * ^
*«**eííOí M principio y discminioclo;
atrevidas y a tpnutivas audaces, q ue «o tan nobles empreaaa
es d«alid.\d esencial »ieteti^da, eonsórutlva del T o d o ; qo S^r
la verdadera necesidad de! s^. pMe«co q v eit e l h i curopk
ídímico e n su U)f;BÍta extecsi6n>.
reaJóándo&r e n la perfocetdn y obedeciendo a la ley. Porque si ^
proposición es para nosotros rigorosamente exacta y sostenibk.
ffa >e h a creado para llenar la aspiración del ho m bre e a el
*m su a c e p t a c i^ , no cemprcnderefno« ni k leyes universak«.
oniverttl, y se define por; « k «»m as d « la» p ri*e r«i prinuipi^* í.
Uu ^ e « « f iU(Íwi y rufrmc' 4* k«
fnciofkn d e k oaturaleta. C o n ella. »« m an o eo en ilesos los aoi*
U* eauMf jH-ÍMer««' ^
M t c e d ^ « la divinidad. L a «í m Ik U y el ««ea«»«!
puedo Calificarse d e osadía, ai pre«4ncl¿a, ni ah«vicaÍanto el *
ÍL E9PmiTJ$M0 ES LA riLO$OflA 77

Uü^A j conservará s u propia longitud, y a 99 tirs


twta <lo u n BoIo color o de varios. A Ig u a le s propiedades, iguales aptitudes, igual po
Pero supongamos q u e la unidad ttthtfancial ca .. leKia, igual manifestación.
riza al Infinito, al Sér, a Dios, y tondreroos que: si biein Dios, com o T o do, encerraría en Si
A igual substancia, iguale» propiedades. ,iDd4 la aptitud, toda la potencia y toda la manifestar
áóíi, tí Todo, com o Dios, soria constituido por ol

qu«d«n «a to 4o n v ifo r L « m u liip lic H iA d «n 1» u a id « d , « x Ím « c o w «


d (ra d o a is im o , qne e« en lo que c o n iltt« la n ti« p e rfe c ta p e r fe c c l^ p .
iv U t a r o ea lo a b s o lo r p . N i k U e ú ia c i^ n « u b iM O c U l, n i la 9u ~ e t i4Q t « iM
la ie e u i e o c i a de lo « 4« »« encK R A s ie m p r e la e ic is te n c u da lo « k h m :
ni Ja m u U b ilk U d p r o s m lv * ; n to ju iu , en fia , d ; L ts c o tu « c ik « íu
^ P ío s le a e l a b s o lu t o e « J iiin k a m e n te ^ r f e c t o , tie n e q u e s e r l o
lij tto c fo o c i d« t ít m p o , e s p % iÍ o y m odo, im p lìc u , d m n i)« , c o a io p i
M llii« * y a b M ^ u io . lo lim it a d o y lo io fia ito . lo m ás y lo m eao», el
a p r iitifr a V js u »u p o n e r««, D u e s tr a t« » ú ; {»o rq ue, lic u d o p r o p ia « j <S
in o f ú y cl t ía ; p o rq ue lo re U b v O . lo lim iu d o , lo r a e tio e > d p r in *
s im c o it d ic Í « 6 «s de la Ib ito d , en nada pu«d«D a fe c ta r t U o a ÍM m
v jb g rado s de p e r(« c c i c 6 y r e a lid a d de lo a b s o to to , de lo lo ím it o .
T odo, S in e m b ir a » , j coco« la fu tn a de « a te m z o n a m w & to p ili
di h m is y del lin : y lo a b s o lu t a m e n t e real y p e rfe c to 'n e c e s it a p a r a
paaar d e s a p e r c ib id a p o r bu m ü m a M iic ille t , ra care n o » d rc h as » p M
■ rt«, « M B o beaoa ya n a & ife s c a d o , po se e r' « n si n is m o to d o a lo s ip a d o e
d if k t ilia d e « , á fiíc a a p r e » e a ttb lM aunque de « .t io r ( k t i'.lo , p a n d : lñ á l
P *sU » de p e r fe c c iá o .
eep««idaaeBre.
^ el todo, d eb e eúsilr toda existencia po«ible para q ue sea formalmente
d Tedo. Sia )«« jdeaa d e lo relacivo, d e lo llnito y d e |& parte, a o evs-
(II Mm) U « de lo absoluto, del iaflnlto y del T o d o ; »:n las d e ¿stos, tampoco
nwjiitJL aquellas. Luego sua aoUdarias, Lo reUtivo y lo absoluto, lo
M (c r )a á ae durpoUQ d h«nor* d « h a W encontrado 1« í< ^ ■ •d o y io ialiaito. el todo y U p « t e , el m i s y d a e o o s . *1 F*Í^«P'®
fiJ««4fka que rM uelve <! graa probl- na de U creación, y a»b*» • r el f«j, son realidades que ae atlrmaa mutiurmcnte, en la raxón de
eocueetran llena« d e trrríbiee ditioiltadcs. **Wra semación, realidades oatujalmente necesarias q ue dejarían d e ser
F.l itü b tm o ii9m o. q ue coajidíra «1 uoi»<r»o íQd^ndkn» y « el M t u o e lotirao c o n so rd o . sio la slncesis perfecta, sin la perfecta
de D to « , e e ia b le * * « dos m k » p r im o r d ia le s co ererno e. ¡ n d e p e n d ie M s t 1 1* ■4a].
m , E * ta d o c tr in a d e » tn > re la u n id a d , y a tr ib o y e a la n a te r ia ta it^ Si el w U s y «1 oo e s is tie c a n «n eZ T o óo , la p e rfs c ta p e r fe e c tto
c ía y p o d e r. •s « la tir la ea el S ^ , y c u a lq u ie r a de lo s g rado s de p e r fe c c ió n que

C l P g n t t im o , eonfande la Íntel)S<«eía y el poder Infmélo« «os b í * * * w c « m o i, aun cvando fu e s e «I m is ia tir a o ser^a la á n k a p e r fe c c l^ po*

lítente e impotente, y con la laielifencia y poder liaiiado«: « o * • **«, U eg o lo r e p e t im o s , p ara ser d T odo el S ¿r a b s o lu iu n e n t « p e rfs c ro .

erí^ea «orno la anterior y qu® U experiencia mí&ma la dtfsoiq«* * « e u ia e n ce rra r en si desde la m eaor W a I* m ayor p e r íe c c íó o ,

P ar a «er, pue«» ! ^ k o «, y w a res recbazld»« aiabaa bipóceML í« r e la m ayor y la m enor p e r fe c c i^ (e s to s dos t é n s ia o i re p re e e n ta n >

pudier>do e a m anera a l f u u a c ^ p o r la vul^axíatm* creeuíla d e qw« * Is ia f iiM a a e Q ie p e rfe c to ; o ir o , lo in / in ita m e n t e p e r íe < f ib k ) , tto pueden

ef«»4e tix»r»r«o i t Ja forraeo ftoe e« a im .t .r c© »* •» ip ia le i; « Ir é am bos i¿ r m ia o » debe e x is ü r d ife r e n c ia , y « t a t je o e

oal. la »dea de q ue D io » ha form ado d unÍver»o d o i1 m k a e ser i n f i n i u p o rq ue d e c o n c e d e r le lim it a < Í ó o a lg u n a , el nU» y el

c o m o la ratóo y la experieocia nos pateft(i«aa do« mríot, d o* p rop**** ***** d e ja r U n de ¡w r, y por c o m o c u e n c la la a b s o lu t a p e r fe c c ió n .

y doe atributos e a el T o d o , o lo an u n elemento i/tfijutanieote |ncel)|^ U ego eaw en o í cl T odo t lt u n n i» * ií 4í i * u t. uno in iin it a r a e a t e

poderoeo y perfecto, ordenador y sostenedor del ordeo, otro In ia '« ^**’ *fce* B o y o tr o ia ím ita m e n t e r e U iiv o ; lo cual im p lic a dos c|ase< de p ro >
ÍB)po<ente, perlecrjble, orderudo y dirigido; se hace precúo e i » ^ ^ Madei peffttíiín 9 ftrf^iibüM.
w a aocidn q u e m antenga k unidad de D i o * coatra el du»¡i***> M as c o m o to d o e le o c n t o y p r o p ie d a d d e t e r m in a n tn é ifi. y to d o k<#»
distiacién d e la causa y el efecto contra el fantt¡Mmo: k hace • M b M a n c ia . t e s t e n en el T odo dos e le m e n to s d o s a lg o s , dos s u b s ta n c ia s

«able. para q o caer en contradicción««, considerar a Dtoe ee<M ^ d tttin ta s p r o p íe d a d e i . E s to es e v id e n te .


teko, com o «b ¿m «tuteia* naiurajmeote simplM*
relátenle distintas. iva(Uj«lment« neeesarlaj, naturajmeate cofnpl' IV
«A « a y a oa>dad, en cuyo «4r estate toda « perfécclón desde el grado 1
^ c o Q ^ ra r a D io s en c u a lq u ie r a de lo « s e n tid o s que lo hacen lo s
totaí de aptitud, potencia y majiif<?stadóa deJ conjoi Ift períecLiUlidad total: y el Todo, lo Infínito,
do Uis p&rt6€. i, seria perfecüblo, pero no perfecto,
He aqui d e donde se desprende el verdadero pan*
Dios n o era por Sí m ism o, sino por las porte*¿
9óUi k s parU « cwisliluirían a Dice.
Las partes, eloctivamente son d d Todo» pertenecen
Pcit> siendo las partes períectiblcs, la surna lie

iblMftá* fÜo*ó(kos » i u ¡ p » s y fnoderfKHi, incvrriiUmv» « o « •] cta de dof cosas dìsùntas, d e d w m o d o « diferenitrs, d e d o s eleme&tos
CAuad^ccioftet. ' conpofteni«« del Todo, «Astirutívos del Sér. suplein«ua*
dal laliofio.
£ 1 M t m « . t a o u l'iu íp .j d » l»s r.li4>anrt tdni%táis, h ie t » D í m
echando nano de Ut nsU p »M U eoaf«Cí4ft ¿ti -uniferso— ^ m tuda destfuye esu idea loa atributos d e la Iiivinidadj e n a a da

Ei éitU m «, 1« ûie^â «J efecto U «zalen ck d« U x.auM.-Al UHftoia; e n itada los tnaacha; el carácter infinito d e todos, eUoa

El im m wtttHaliHa. hâte h c»u u éf«»o.- A lí«M rd». ra & N e ; ¿es inlínito coiUideiado «xteosauente ? Pu es es ei
de U dualidad «aenoaJ del T o d o . ¿ L » D to « infinito e n ext«n*
El siipoAe q g « kkIo »ér e« 'o o a p w i e in »íiA i»M de k ,
h g w i í u , de U seaubUidAd y d e la v o lu W 4d iníinriM d e D | *, p M » 0 N c « sírodo el m u m o Todo, suya la ciencia* el conotimjento

* Dk» 1« eoued« u le « a t r ib U M , y vem os « U cM Uru q u* et podct total; porque t«d o «« « n et S ^r y 4 ^ Sér « s todo. ¿ Q u 4

« t 4 * propiedad««, y ai «splr.ru en doode aon m u y lÍntM»dAi.— Cotvt.. ba> para q ue el Iníinito rxísu , q u e todo sea esencúlotente

L w g o niny«no d t n t m « it t e m « , tal y « t o o se |>r«MQean. e< ra«6n 006 furrta ft supq^er q u e existieedo d o s esencias
0)»nte aceptabl«, deba «oipeair u t a donde tertníae otra j lireiurse mftniainente

S . «I i f i m * c o n s id p r m a k volalad e lot:liíencj» á W ,n it /»>-- k continuidad? N in g u n a óertameftte. Aun cuan do el In­

o íiea nd o \k ío rn u d« lo i a f « m e , o lo q ue es 1« m i « » , a l4 nul tiera suKeptible d e dividirse e n dos p a x t n siendo ocupftda cada


0« lo íBcorpocal; ^ ^laa por u na eseo<ia disrlota, constituyendo el T o d o la síntesis

S i el «(»Hifw »íM 9 «n el «níir^no a u eauu »ecuad«ria d e » w , M habría limitación o¡ interrupción alguna, y Infinito
píos K f«U por otra »upetí«t d e q ue ¡a a c c u n d d /a r »»is una realtdad metj((sica c o m o eetando form ado d e u na sola e ifval
lt)H «n parte; Pero m au n «sta d u p k uniíortnklad ee necesaria. La dualidad
S i el ^«semo m ai«naÍitU « fte ^a s e a k lu tu a lc tf T»íüJe U del T o d o , del Infinito, n o se encuentra separada, no exíite Dinfnna
p ar* <oo»Ídei«r al T o d o ctusa; inso ria q ue (ndependcce lo abs<0*jto de lo rektivo, |o perfecto

Y M «l jMOfeÚM* iú m itM que todo» Í m 9 t t '* p uaá\ «s perw w ^ I* perfectible i m u y por el contrario, su unión es Intíroa. su reUctón

*1 Sér total, o qoe se «M u r o t r a a iiklutdo« e n E J, todas t t m jiiW i*, su cttnpeneuación es absoluca, su acción, indispensable en

•erü n , en cu ann * s u base. l á fk a s ; porque u a p li.a riíB U át m » . . porque d e otro m o d o , lo relativo y pertecübk scriA lo a b « ^
w n^t¡i.o de duahdad M e ix ia l dístiDta, 7 perfecto, sÍ«ado y o brando por si, y caoriamos en el dualismo

C « UQ D i « b /I n k o en «xieasióa. «i. inwlifencia, e«i « m i W B d s ¿ 4ue s e p r s n d o & D io s del universo presenta dos seres limitidoa
en poder, c o a tm todo íd^nüco a Sí m is n o eo « s ^ U y píofée* dos uAidades perfectas que se excluyen, d o* principios
rio es posible dm> 96o E t e r n a , nki|runa c | « i ç ù , aioguna o a ip e *. dos divinidades.
rdati*o, períectible ai profreiivo Coo U uníd^kd «seccial itííit»iea, ^ absoluto e a perfección es la y el sostén d e lo relativo
puede b ab ei m i s q u « uo sisteroa, i m cíoacla. u & a » id*, w u p«*;' Vida, su s<yia; su eo urva ^jaiabra, el cleraento relativo
u n m o d o , uii s í r : todo IfuaJ, m úUl » d o . sin a p U a c i ¿ o ni cotiaeí*- tiene para set lo qoe es, qt»e recibir acción del elemento
Pero, ¿q ué Decssidad hay de c c «sid n a r al T o d o consticoldo de —-g perfecto; tief>e q ue ^ t a r e n ^1 para ser p or ól, y a « puede
idéntica aatursleaa e»en<uJ, de up m k « o otodo y ús l ¿ u a H p co ^e***« ^ h q ue k bace ser, porque drj.ir{a de ser.
« *B « f i n í u e»<DSÍóo? ¿ Q u i r t s « b a forjado semejante dHirio? «Qi»<N M m a idea querido expresar, e o nuestro cQ&cepto, C. Fkaa*
d em o U t ari can inpoeible concepto? « If ú n e j :n ^ e n It ^ ^«r' «L a inmensidad infinita etti o cu p a d a por su preaencía
q ue nos incline » adraiUirlo? ¿ Existe aJgjna xv6a que« nos o b lip *“ «bicwdad iiunóvü, toda entera e n c *da punto del espacio, toda
aceptarlo ^ Coafteso franeabenle qoe ao encuentro m ot.ro para aíerif- e® cada instainte del tiempo» o por m ejor d e d r , eiem ajofate infmita,
en atmertur «sta id «» , y, por «i «ontrario, a l i m » q ue i* e x p e n ***, IV ej(.s(en ni el tieiapo oí el eepac¡o ni nja^^ún ord«9t tk
f la (a<ón «o s b cliaan y obl^an a seAür. a y a íadvür k <Se puede» pues, cen s í^ra r a D io s cotco u n peaiamleato
ao MANUn. OONZALCZ S O R IA N ’ O
EL E S P IR I T I S M O ES LA flLOSOFlA 81

fecto, lo (juc le reduce y limita por la. idea de


al Iníinilo y r «d iza n a D i » ; pero com o las , .
mayor períecdón; lo quo lo anula el atributo
soQ iaíinitamcnte pGdectibles, y por consiguiesU ii
[kékcluio, doclarájidole rebíit'o; lo le niega como
nilamento imperfectas» el T o d o , lo Infinito, Dios, i
lito y absoluto sér; porque faltándolo ser la a b s ^
tituído solanmié por ^ tolaJ do las partes, sería U
p«rCecdón, no podría ser por Sí iodo cuanto ¿e
tamontc perfectible, o lo <px© os igual, infinil
le ser.

uMzumeDce »sídieqdQ b v t o b b k « n U M encÍA m is m » ^ U» cmm,


Djeodo y o r g io io a d o a la» ;ru>tur¿s lois h u n i l d i * c o m o a le« ».« La d H w tc M id aW de D io «, es poeible y real dentro de la iÍ«l¡Mtéñ
más va«to9 de *o l«s; poique las ]ry«s <U la nalurjUaa y a no de w »<r. Ismtitable «« lo que a o vari&, lo q u e siempre ee
de etir peiuam M &ce, « & a * x>» s e r U n tino »u «xpresión «i«ro*» i m i i w ( a de igual m a n e r a ; y Dtot q u o desde la ettraidad d a s u « « e e n c M
U A 'a n ir a l«^, (páginas 369 y 370). k y n maiuliosia lo m ism o, cOQsticuye U realidad absoiulaaept« i&-
RobuswzcaijM » nuestra aaterior aíiiniación. mikk.
Do» eldmratCN« fo im a n •! Todo» lo InJinito. ?1 S it. y de cet& ialicttud, d e e«in unidad, d e e s n sim ^iccdad a ian u *
a b M lu u m e a t e p «rlK to d on d e «zÍsk la iai«Ü£Mcta y «1 ■MHad del 3?«de osario deducir la abstiaccidn del S ^ , o sea el vacio,
ififioitof. h M da del m ov iaM n to , d e la vida y d e U mulúplicidad, q ue c o a » tai
O tro pefr«cnbl« que se desarrolla por U aceite d«1 p^ríac«. de la unidad ««eacial d e todo lo q ue es 7— N a d ie que «epa
En el primero <sii ia realidad s u s u , lo qoe todo lo realí». co h variedad inAnita se encuentra la infinita perfección; nadie
E n «I » «(u o d o , U poeibilidad d « la n u lid a d parcial, lo rea^igabi*« • a p r t t d a q ue la multiplw>dad ae rea lza e n U a^raxalem ú4Íe« «
E tta rmhtU^i f fM íM td éá dé r m U t u n t ao «e r e l k r M a |a ' del S 4t q ue riene e n SÍ rodos los «lementos, y q ue efectuiadose
qoe e s u siempre o real; sino a la perfección, al » 0^0 q ue e s la p e » ¿ l [M s deatro del T o d a , n a d a puede sep arv ee ai em<acipar«e del S ^ pars di*
real y la posiUemente nalifable. porque T e d e es l a naturales radical d e la «ubnanctft del Sér.
L a ««encta realuable oecesUa, para reaUpirae, «&(ar e n la re^l y de aquí pasamos a loe atributos ny»rales d e D io s , en^ontraremoe
*u a<cíte. ■•evo artomento q ue reíoriar¿ anestra teSiS d e U . ditiiaei¿»

L a eaencia re«J. p v a reaJiur a la realizable, ó ene q ue e«tar ea Sfr E n electo; recODOt'ieitd^ e n la divinidad c o m o no puede m enos
influirla. * (veaecei^e, el poder, la justicia, la nú«eibo rdia y la b o n d a d infint*
De d o a d « reiulla q ue ao poed« haber Mparaeión «ntre aiabtf ^*damefi(09 d e todo« lo« d e m á « atnbatoe, la primer» idea q ue «e
eias, q ue cada u n a d « ellas está e a la M r « , y que se aon ea nuestra mente, es la de to w erm d u d ^ tjrrctrht s» é lft ;
aecesaras. Y esta n a t u a necesidad t * Id fk a . Lo q ue es poM^I** [«iNceentemente la d « In 4XÍ*í4ikía ¿4 k » *lgo ea 4 Todo gu4 Mre«í«nd«
ee s iu d e lo impoient* relativo para obrar y e M a a e c M n «s lo q** le sea indbpensable recibir, »enrvr y apreciar ao* efectos. Porque

positiva t\i poteacia. U n todo Igual e n poder a o teadria dosde pro]>iedad ai atrUjuto o bra ai « e m^niíiesta a »1 m ism o, »ieodo
y acularia n potencia. >ble la existenci* d e aUe ^etínto en que íníluir y reflejare«,

Venios pvci, q ue la jnfinitud m a a d n «e o pone n 1% dualidad qué » r r w l a un poder sin A m e n t o d o n d e obrar? ¿ Q u ¿ «eria ti

La m i M tampoco os incompatible c eo la du&l¿i<d e s e v u J . Dü* d « justkia «in tener « a q ^ ejsrcerio? aplicaciones ten­

6n K o porque n o eiüote «tro sér reahoente ab ao b to , y todo )» ^ ia misencordia y la b o n d ad , ain ser«« a quiene« prodJgaiUs? T«le«

realiu eo tftt$ relativo« pertenec« a *u eafeacb y a »u Sér, '^ * N ^ r s cftc«rradat eternaroente en ellas m isnu u d^nde no podrías
obrar ni ajanífcsur»«, « e r U n n p r o j ^ anulación. L a luí n o alumbra
La divina se «acuentra e n la dualidad «Mnci*^> 1 ^
nelafííikai&eate, ^ te A o a Us tinieblas, Uq s¿r id<ai»co a si m it n o jcomo id^ntiCA

E l S ^r es fU>canMaie simple, porque U $ d o s e«<nc>as q u « ^ ^ ea tciia «u extensión ín^nita, sertft la inacción, la infecondidad.

lo aoti por sahjraleo, y ni se d tsc a m p M M B ni »e com bíaan ; sotaX***^ k * ^K lidad, la a a u l a c ^ de la rida, la n e g ^ t ó n de la existencia.

confunden paja obrar u n a sobre 01ra en m ovinleAto y en reA*l^ ^ de lo« atrlbutof d e D *04 oscurecida, al espíritu por «I pueril

£1 S^r ea metaJisicameite «imple, porque n o es conjunto ^


d^ U ío v«H lfac^. «e bace necesaria ^U receiU si se quter*

Ui turna d e su m andos ni infinjio n ufn érko ; «lAO u a Todo p*( V I jukto lógico y e n artoonla c o a k experieaci« cíent'fic* «ct^al,

•n si. a cuyo To4« p«n«g)ece ezclusíra y ab»olulaatente la XI u 1« FtUtcfia — ^


perfecta e inímita, com o lét ¿oico q ue es.
A d &rc m o s in A s e s U id e a .
lio absoluta du perfección en D íok , atributo esen*
Ì A p e rfe c tib ilid a d in fin ita d e la parte, sig n iticfr m
líáoto del Sér absouutojnento infínito?
pro u n & p e rfe cc ió n rela tiva , u n a p o r fo c ció a lím it a d i)«
en e«te caso, n o se eleva del nivel d e los
lo que 08 lo QÜ sm o, u n in fin ito r e l a t iv o de p e rf(
en perfección, puesto que resulta t a m b i ^ un
y c o m o Ja s u m a do todos lo s iiifiu ito s r e la t iv o s es
relativo infinitamente perfectiblo, infinitamente im-
ÍA Íin ito rela tiv a , d ista n te el in fin ito d e lo In í í ii
lecto, e Süíinitajnente pequeño o a perfección,
ab so lu to , oí á n fín ito rela tiv o d e p e rfe cc ió n com í
}Ads bomejante resultado es lógico cuando se deriva
por 02 t o ; a ! d e las partes, sería u n a p e rfe cc ió n in íisi
ao ser Dios perfecto por Sí, sino por los seres;
m ente pequeña r e la tiv a m e n te a la id e a de la p orfc
c{ue e«t0B n o pueden d ^ otra cosa que la que
a b e o lu t a jn o n to in fin ita .
;|neen: ia limitación, )a relatividad, la finitud.
Luego la p o rfecc ió n d e D io s, d e riv ad a, de la
Aun se no;^ presenta otra dlfículU<I con la supaosia
fecció n de lo s aeres p «* ser el Todo el total di
ión, y es la siguionte:
p&rtcs y G GContran^ el Todo fo rm ad o de u n a m i&cU L
3 Dios' infiiiilamente perfc*ctíble e in(iui{am#ml^
ú n ic a su b st^c ia» c on siste e n lo in fin ita m en te! ]*ei
lk^kerfi«cto, ¿có m o h a conc<íiido igual intensidad en
on p e rfe c c ió n .
ibuto do perfección a cada sér, y K1 sigue stendo?
¿D ó nU o so oncuontra entonces la re a lid a d ii
la imposibilidad, pue« quien d a cuanto posee»
íjueda sin ello.
d « it (o r n u y m o d o eoo q u « s* n c « n A n U j ^ U el .S 'r P ir a c l b bc ■
p c o u b le m u rr ir k Im dü« órdeM s da prueba p oé iW w con Q V De semejante igualilad de perfección entre el T o d o y
b o n b r « cuentft p¿r¿ adquirir conodniienlo d a li* o * kf parte, resulta legalizada la s u b contraiia completa­
y * i» i w u í f e K i t . a b TurufiJ^tA y a U pi«litei\cÍ4, a ¡a «s n t e aÍMunla: «Dios e s todo» luego todo os Dio6>.
jr a ÍA tix^. «9 qu« rodai U* íde«« coocebida» r«sp«c» ^
Para quo Dios «sea la roalldod inñnita, tiene que ser
M * 0 0 m á » q ue á if^rtntn f^rm.'u* d-* o i u m l«m A k k * . per« c o s o U
<oR>ijtuye el estoio y este m Ate4 «i de peifrc«Íoo«a>eftte ^ absoluto Sér; eJ Sér absolulamento inünito; el Sér
drl es|>trUu. en lo Ci>CAor« al P t m c ip o deb em o s ^Uvm r aoeKra itamcnu* «¿soluto.
p i r a encontrar «irmpr« ujm ides en arm onU coq nu~*s(ra n e c i> « ^ £4 dear, quo m á s alia d e la perfección infinitamente
cc«cebir. q u 9 ai m u m o tiem po o o* acerqu« a «o ¿ o o M im it M o i no*
íBUüva quo constituyo a ^xules o seres finitos, cuya
dcl vi9op<^morfísno.
Tal 9^ el ob,*«to q u e no« cooduc« *1 inicíifr este l í ^ o ctnwüfi
¡ í^ tla d sea on Dios, d e Dios y por Dios, poeoa la
aai|>iiación y dilucidación d ejau o a al cuidado de nuestros e '^uta infinitud substancial. Porque siendo los partes
h e m ^ o « q u e e n |& prenda e«piriti>ia tX)« Uutiran, T a l v«2 t re«, relaciones,* limitaciones, relatividades, finitu-
• « x t S * 'r « d u nuestra« aspuacicne*; pere opinacno* y seniÌ03<4 qo^
^ la totalidad substanciad q u e los realice, será u n
to<ajiie a toda c U a e de (^at io n es {iio>ófí':<s y r«lificaa«, «1 e » ? ^
d eb e contootarte an o c a coq las c ebn lM id atk i de «la iik ^ o g U * de perfección j pero u n infinito relativo d e lo
p r n w b l e , em o q\ie au conatante a«)/k«<J<$B di?be tender a c c o ft f^ wfiflito absoluto, que es Dios.
ídeaa, a dar«e clara eueota d e 9U9 c u e c e fc io M * y a traducir tiv » ^ unidad substancial divina, que impíica la
cías en teorlai.
j^tidad de propiedades e n la parte y on ol Todo,
Termioatnos» ^e*, recooocieodo q ue nuestra foeria de r a v «a ^
e« a u a m u y d ^b U para Tratar tan itrdaaa cuestione«; rus en ^ ^ a la crcacivn, y la crca<‘.ión,' forinaria a Dios;
nuestra peqo«6e« con.pr'ndemoft q ue d « lá ^ ^ fccausa y tí efecto serian iguales; y Dios debe ser, no
o *ea 6 « <H pro f i» i4«mli4aá tuitlén m l, Riu^ta la í m p o a i b i J ^ • • k creación “ni do ia creación ni por la creación, sino
CTMÓte.
!®e la creación üebo ser e n El, d e El y por £J.
84 MANUEL QONZAUU SORJANO EL tSmtlTlSMO ES LA PO.C«OflA 86

L a creación e n Dios, d e DiCB y por Dios, sigDÍ&


la creación e n üo Infínito abeolnto» de lo Infinito abacÉ
y por lo Infinito absoluto,
Lluego U creedón no es lo Infinito absoluto, D u a lid a d substancial diviiia
parto d e lo Infinito absoluto.
¥ U parte íea, d e y por lo Infinito absoluto, aun co»
do se considere un infinito, cien infinitos, la sumft La t«ona de ja unidad substandal divina, no sola-
cuantos millones de miUowé d e infinitos pueda la i M t e constituye ei verdadero panteísmo, sino que
g[nación suponer, no representaría otra cosa qu« también presenta u n a n o d ó n ilógica d e Dice, conside-
infinito rchtii'o de \o Infinito íósolulo, restando siti áadolo finito y siendo, no por Si mismo, sino por
pre lo Infinito por todas partes y on todos órd IQ obra. VeaniQs ahora si la dualidad substancial divina
u n punto imperceptible en lo Infínito absoluto, ét aüsface mád a puestra razón y responde & la necesidad
Infinito absoluto, y por lo Infinito a b s o Ia W ; lo infía lnp«riosa que sentimos Ide la existencia de Dios infinida
mente peífueño, on u n a palabra. y abeolutamente superior a cuanto la im aginan ón h u ­
Dios es 2o Infinito ab¿.>Julo en substancia y mana puedo e n eus m á s titánicos esfuerzos concebir.
fección. En primer lugar, dosde el instante e n que se admi-
L a creadón es lo relativo y limitado en ,subs len los términos d e creador y creación, de causa y
y perfíxdón. •Í9iQy se admite la dualidad de elementos componentes
Luego lo Infínito absoluto se extiende iníini Todo; uno, superior e n los primeros; otro, inferior
más allá de la crcodón, en substanda y porf «i los segundos.
Existo, pues, en lo Infínito absoluto, u n a subs Portpie lo que crea, posee u n a inteligencia y un
infinitamente niayor e infinitamente m á s p^erfecU M ^ r d e que caxoce indudablemente lo croado.
la de las partes o los sores; (pie la d o la cr Porque la causa, e n oí m ero hecho d e produdr,
L a creadón es la sintosis de todot^ los mundc» «fttienc u n a perfecdón a que será evidentem«ite ajono
los seres; y si Dioe faene, por efecto de la idMili «I electo.
subsLajidaJ, la síntesis d o su m is m a obra, la causa J E«tí> es indiscutiWe.
efecto serian iguales en extensión, e n cualidad & La causa, sólo puede ceder al efecto de u n a parto do
tancial y e n >perfecdón. L a perfección máxima Re propiedades, o lo quo es igual, u n a parte de su
caracterizara al sér m á s elevado d e la creadón, igencía, d e su poder, de su perfccdón; porque si
siempre el niáxim un d e perfección que caracte™ ^ lo legara todo, la causa sería anonadada, cesaría de
se «a Dios. *ftr causa siendo absorbida por ei cfcscto, único término
Luego, Dice sería igual en perfección al sér P ^ quo restaría existente. Y dicho q ueda con eso,
fuera m á s poríecto d e la creadón. igual resulla/lo es aplicable a la substancia; por-
Luego el sér tm¿s perfecto d e la creada« ^ ^ no habiendo substanda sin propiedades, al ceder la
eá verdadero Dios. al efecto todas sus propiedades, le habría cedido
^®da su substancia. D e do n de nos resultaría que, que-
^ d o intacta la substancia y propiedades de la causa.
quKlaría intacta la cau$a, puerto que no habría pr» ¿Son estos términos substanciales? ¿Difieren en na*
durido efecto alguno diferente y real. t & ia J e z a ?

Causa y efecto, oí orden finito, nos ropr Eelo ^ lo que nos proponemos examinar.
fup eño nd ad e inferioridad relativas entre anibos Lo infinito absoluto substancial, tiene que sor La
minos. píífección substancial absolutamente inlinita— C a u s a ,
Causa y efecto, en, ej cation indefinido, en el c Creador,
to d e \ui encaden a j T Ü e n t o de efecto» y d e causas por Lo finito o r ^ ü v o , la parte, es infinitamente per*
relación q u ^ eiitru ellos ^ x i ^ y a lo qiio se dea fcctiWe, o lo que es igual, infinitamente imperfecta—
eauMÍidad; ínldica suporíondad « interioridad Ifecío, Creadóo.
ni da entro am hos tórminoR: u n a relatividad más Lo finito substancial o relativo, la parte, determina
tenaa que e n (A caso antericr. la existencia de u n a substancia e n el Todo, quo infini-
M a s com o tratáuiloso d o lo ünito se trata sie m í« ftuDcnte perfectible, no llegará infinitamente a la ab-
u n çfocto; c<ïno <4 cfooto no puede sor c a u :^ subs loluta perfección, y será infinitaxaenle, respecto d e
ciíü d e nadii; y las relatividades finitas márcan s «üa. ia infinita impc^ríección.
janza.s o »lonos iw feclas entre sí, las causas y Lo Infinito absolult», siendo la perfección absoluta-
efoctos on lo finito y e n lo indefinido (qu<» r<*proí^tt recito infinita, determina la existencia d e u n a subs-
otro finito aunqiHí do m ayor extensión) no pueden toda en cl Todo, que difiere lo infinito d e la substan*
substancialf«, sino solamontí' influyente» y des da infinitamente imperfecta.
liantes; es; decir; « n el OKÍen morai, det<‘n m Luego en el T odo, en lo Infinito, en Dios, encontra-
por ^ nviestro y el discípulo; y en el orden fí«ico aoí dos órdenes de perfección, tan distintos, que los
mico, por ©1 agente y el motor. Siempre, iiifíue lepara lo Infinito, quo infinitamente los h a separado,
y Acción; nunca substancia. f ios separará infinitamente.
D e m anera que, e n lo finito, La cauta y el Es de cantidad, por cuanto sopouiendo com o so
representa dualidad d e elementos d e acción; i quiera la grande?Ka d e la croaclón o del afecto, restará
y ente e i n P u í d o ; tícsarrcálante y desarrollado j pi-r* nu»* lo kiñníto de substancia fuera di! la creación.
ca dualidad substancial; porque com o efectos a^nboo Es do cualidad, porque concediéndole a la substanda
u n a m ism a causa, 1 « caracteriza idénüca sabátancia íe !a creación o del efecto cuanta porfocdón »c
N o es lo m ism o cuando traíamos d e lo Ínfinití> í*nera, la substancia causa o creadora, será lo infinito
hito, d e la rea'idad del Sér, adonde las relativi perfecta fuera do la perfección d e la creación.
son, í»n primor término, Pubstanna d e S u subs • Pero la cualidad d e la substancia consiste eo la
y en segundo, perfecciones d e S u perfección. taúfcstación d e sus propiedades substanciales.
Luego la causa y ol efecto, e n el oi'den d e lo íníiiú L u ^ o dos substaiKáas qu© difieren lo infinito cu
ce d e oiíf^on substancial. íaalidad, y por consecuencia e n manifestación, difieren
Y aquí tenemos los dos términos elemento!e« ^ ! ^ infinito e n propiedades.
sintetizan el Todo, quo forman lo Infinito absolo»! Oos substancias q u o difieren e n prc^iedades, soo
quo realizan a Dios. nbsiajKias ^stintas; y ¿o son tanto más, cuento m á s se
el grado de sus diferoncias.
Luego ec io Infinito substancial, e n el Sór absolufc^ ^to que Client* feon u n elemento a quien porfec-
en DioA, existe la duí^idad substancial 06ci¿ infinUjamente.
L a substancia tiene la propiedad de Ja perfecdit Con la dualidad ^ n d a l , Dios p uede realizarse in-
absoluta, y la substancia q a ^ poeí^ U propiedad de li itamcntc en el bien, q u e es s u naturaleza, pro-
perfección relativa. Igindo infinitamente el bien de la perfección al ele-
Dos substancias quo, aunque diferontes, se son i» to que por si carece d e este beneficio. Y pue<le
cesarías porque se afirman m ùtuamente: porípe U igar dicho beneficio infinitamente, quedando inflni-
realidad^ d e lo relatívo eí^tablec« Ia roalidad de lo intacto su atributo de absoluto e infinito bien.
absoluto; como las d e lo finito y la parte; lo verifica Con la dualidad esencial, queda destruida la sub-coíi-
de lo Infinito y del Todo. lan& antes m o n d o nada, Xaciéndo^e forzosa su m^di*
Luego dos elementos substanciales constituyen «1 faeito en U sig>iiento forma:
Todo, lo Infinito, Dios. «Dios es Todo, luego todo n o es Dios».
U no , di infínito y absolutamí*nte perfecto, dcurf* Con la dualidad escncial. Dios no es la creadón ni
rtsidft la infínita absoluta inteligencia y el iníijútfl k creación forma a D ice; la causa y el efecto son
al>&oluto pod^r«. .^Ktiatos en Dice, no es la creación ni d e la creación
Otro, el infinitamente p^rfectibl© donde reside U por la creación, sino que crceición es en £1, de
infínita imperfección en inteligencia y en pod&r. 7 por El,
U no , la total reaUdad qiie lo r ^ i r a todo. CoQ I& dualidad e&endal, la m á x im a perfección q;ue
Otro, la realidad parcial que C6 realizada. wactehco infinitamente al sér m á s elevado d e la
U no , l o realizatlor. ®*ci6n, e c r á l a infinita imperfección, r e la Ü T a m e n t e
Otro, lo realizable. ^ la perfección absolutamente infinita que caracte-
. « L a « e n eia realizable necesita para realizarse, eetaí ^ a Dios.
en ^a real y recibir su acción:®. la Qodón de la dualid<td suhíUtncial divina noe aleja
*cLa esencia rea,!, pjira realizar a la realizable, tifr ® íbsoluto del panteismo.
ne que estar en ella, e influirla». Con h dualidad substancial, la parte, ol sér, la crea-
>D© donde resulta, que no puede haber soparadói sólo pcRee Ì0 que com o efectiO le correspondei
entre a m b a s s u b s t a n d a a ; que cada u n a de ellas es tá «
• projÁ-dades; la aptitud infinita de infinita per-
la otra, y q u e se scm mutuamente necesarias. Y «tí fccaón, que infinitamente irá desarrollando sin poseer
m utua necesidad es lógica. Lo q u e es potenda, neceoU ■ ^ ^ U u n e n t c de ella la absoluta infinitud. L a propiedad
de lo impotente relativo para obrar; y esta acciM M la infinita perfectibilidad, para irla desarrollando
es lo que hace pasitva su potencia. U n todo igual « P*duaimonte, y realizándose en todas Las maiiifes-
poder, fio tendría donde acdonar, y anularía su po* que constituyen la ábsoiuta perfección; pero
llegar « n s u infinita existencia a poseer la
Con la dualidad esencial, es Dios perfecto por Sí nw* «oíuta perfecdón, q u e representada por el Todo, por
m o y n o por la. perfecdón d e la creación. foQnito absoluto, por Dios, no puede representa«e
C o n la dualidad esencial, la perfección infinita d« la parte, por l o relativo, por el sér: el atributo de
Dios puede manifestarse, hacerse positiva y benefidos^} *511114 mutabilidad, por ol q u e h a d e ir reflejando
en la creación todas las perfec^rione» inhereni« Dioe, infÌHifamritU poderoso.— Siendo Dio8 Sér
Todo de que forma parto in l^ r a n le substancial. kdo lo que es. el I rifinito Sér, el único Sér real que
Veamos, pues, ahora, si los atributos de la <Iim existe, eayo es todo e¿ ]>oder d e su Sér infinita-
dad, que c o n o c e T Z K > s ; responden & la teoHa di ii aKite ab¿>!uto.
dualidad e«ond&l. Todos loa demás atribuios que a Dios se le reco<no-
Dios, i I r w — Constituyendo 2a realidad del Sér. )» m te derivan do loe y a mfmirostadoe.
infinito absoluto esencial, toda la. esencia fonna al Luego los atributos d e Dios, q uedan puros con la
y Dio« es, por consecucncá^ el único Sér real (fus h . toia de la d w U é ad ticncial divine.
Dios, infinito— \j& reaJidad d e lo ínfioito absoltf
esencial, es la realidad do Dios: luego Dios es
Infinito, ol Sér,
Dios, c49ncialm^te simpie— «Es físicamente simple é
Sér, porque U d dos es encías que lo sintelisan m C r e a c ió n
naturalmente simx^ee; no se descomponen ni cmát
n a n ; solanwmte se componotrun, se confunden, El poder infinito d e Dios, es en el orden de toda
obrar u n a sobre otra en movimiento y e n reflejo». «0 piBbüidad.
Sér 09 metafísicamenle simple, porque no es conjiMÍ ^r<fue si Dios obrara la imposibilidad, que es el
de partes, ni s u m a de sumandos, ni infinito numérict liwrdo, Dice n o sería la perfección absoluta.
sino tü Todo permanente e n Sí mismo, a cuyo úni« Üaj quien on el infinito poder, mira la posibilidad
T o d o pertenece exclusiva y absolutamente la natni^ ^ b imposible, y éste es u n error filosófico; p M q u e
ieza infínitamonto perfecta, coído Sér único que tt (1> ^ realizarse la ímposiblidad, quedaría destruido el
Dios, oi»í?iía perfección— L a absoíuta perfecdóft y entonces ei poder ropreeentaria la nc.ga/i6n
Dios, se deduce d e la posesión absoluta de lo Infifflíí ^ Dios. Esto sin contar con q u e Ifi imposibilidad
esencial quo constituye S u Sér, a/lcíide, aílemás ^ o realizable, < l e ^ a de ser imposibilidad.
manifeístarso infinitamente et infinito d e grados át 1*4 primera imposibilidad pa x a t*l S e r , es « o ser.
perfección en el efecto, existe en la C a a sa iiifinitaaifBi* Y ri Dio» pudiera dejar d e ser; Dios, no tería; por-
la manifeslíwiién d e la perfección absolutamente ínfr ]P*® la absoluta perfección consiste e n manifestarse
ni (a, encerrájidoso iníinitaniente e n S u Sér la abscioJ» •faltamente on toda posibilidad; y siéndolo posible
infinita perfección manifestada en todos los grad^ ^ al reaU/Ar Dios esta posibilidad, habría dejado
y €fi la realidad total. ^ ter.
Dios, inmuiabU,— Realizándose en Dios eterna e i^ ^ segunda imposibilidad para Sér, es no $er
iniinitamente la absoluta perfección e n g ra d® y • M ío a.

totaüdaíl, Dios n o tiene o ¿ o m o d o manifestativo ^ Y á Dio« pudiera dejar de ser como f$. Dios no s e d a ;
^ do la absoluta perfección, lo q u e le bace Dios, para ser Dios, tiene (fue ser como« es.
En una palabra: lo pOMÍbíe os lo real, y lo imposible
• »««acíón.
(t) de oKUÍUiva,—Dios. ^ imposible no tiene realidad.
r

K o exigto m á s q u e io posible, j el poder sólo pne^ ótlidad; no h a creado algo do nada; sino, h a formado
realizarse on lo real. á Universo de la esencia d e S u Sér.
M a s com o lo reel ^ le qu* et y U¡ que ^9 «sm«' Por eso Dios ee el principio y el fin de todas las
cíal, d e aquí que, todo lo que fui f t ; W o lo quof^
$frá; y todo lo que f\u, ét y será, e * esencia. rriM«ipt0, porque todo em ana de su ese n da , y se
L a nada, sería la imposibilidad, la n<*gadón U «cuentra incluido e n su Sér.
ecencía, la nogcití6n del sér: luego la nada del s« F in , porque talo tiende a la perfección manifesíopi-
y d e la ©sciicáa, os el absurdo. Ti de su Sér, formando iníinitamento parte integrante
I«a esesida, es la realidad d e lo qu6 es; y cono b ^ su realidad.
eecfida no puede dejar d e ser, la ©senda presetíi Siendo la e ^ n c i a divina, tienta, y caracterizando a
es la e s e n d a pa$a<la y la esencia futura: lo que m H k esencia todas sus propiedades, desde que es, la
la eternidad y el infinito. «eoda conslitutiva dei Universo, se realiza e n las
T odo lo quo ee, es algo y si ]a nada fuese, la w á •oditicaciones q u e le son propias, desde la eternidad
seria algo y dejaría d e ser nada. de 9U sér.
Pero c a n o todo algo es esenda, la iiicscnci luego la ley universal do la esencia, se cumple
abfK)]ufa, q u e sería la verdadera nada, n o ha daede la eternidad.
ni existirá en la eternidad y el infinito de lo que «i Luego desde la eternidad, existe el dictado divino
Luego la e s e n d a que realiza el Todo, lo Infii^ ^ la ley. ^
absoluto, Dios, existe desde que el T o d o e«, desde í » Luego desde la eternidad es la ereacién, la forma-
ee Dios, desde la eternidad, ato del Universo.
I.a nada es la imposibilidad d e ser. Uznitar la creación (1) a un prindpio, ee limita^
Luego la nada « o es en el Sér, ni h a sido, ni seii 4l Creador al m ism a prindpio.
Dios, e s ©1 Sér increado. Porque siendo la creadó n la manifestación del Craa-
Luego la esencia q u e realiza a Dioe, es increada dcr, cualquier instante d(*l tiempo que se suporta
Fuera d e Dios, n a hay sér, porque Dios es el Si» prtíwpio de aquella, implica la etenüdad inactiva
de todo lo q u e ee. ie Dios.
Luego, la creación n a h a podido s^r esendal. Esto no pue<le ser, por dos razones;
L a e s e n d a de la creación, era de^de la ei4?nu^ 1.* Siendo la actividad infinita atribulo d e Dioe,
en Dios. Dios 'hubiera dejado d e ser e n la falta d e roalizadón
La creadón verdadera sola puede haber sido ^ ^ su. naturaleza.
forma o modificación. Siendo la creación u n efecto inmediato del Crea-
Dios b a formado di Unirerso de su propia esencia y talo «efecto la manifestación de la^ propiedades
Porque siendo Univorso, am eial, y no existí» de la causa que lo produce, no puede existir causa sin
do (Kra e s e n d a q u e ia que constituye a Dios J ^ ®í«to, sin dejar d e ser causa. Dios hubiera dejailo
realiza, n o podría salirse de Sí m ism o ni de sus prop*«
eleffnentos para verificar s u c¿>ra. (I) S « fu lm n o « llin u a d o tréo^Un d U ^xa divina, « d «I M o fidd d»
L u ^ o , D i os no h a creado la esencia de la intf^ ^*****^* ^ AodftlidaidM: M «n d«
do ser causa creaOora >ú, dosd© la ctcrniilad da comprensión, sus tres principales luoilajidades,
existencia, no &<i hubiera realizado en su profi # <»ta forma:
creadora, Substancia edenclaJ» a) espíritu.
Y d e acfuí se desprenden otras dos cónsiderari Substancia fluidica, a das fuerzas físicas.
do trascwidcnlaiífiijna importancia, <{u<2 son: SuhstJiiicia material, a los cuerpee o materia afeo,-
Si la Creación tuviera )>iÍin.ipÍo, o Dios no hu liUe a loe sentidos.
podido o no hubiera querido producirla sjíí^ . V aun. conviniendo a la simplificación, puesto quo
D o n o hajw*r |>odido, fué eterna y natur, detormiria siempre el algo realizante, supri-
imperfeclo. ■ícemos dicha palabra cu an d o rio se haga u(v:esario
D e n o haber querido, es mutablo y caprid)«il m «npJeo, y llamaremcB:
|>ue8to quo no Be h a iiianif«*.stado siempre de EModa, a la substancia espiritual.
mcKlo. Y no « « infinilaiiient(* hueno, por rii?wto ' Fluido, a los agentes naturales.
permanecido etí*n»aniente cí« centrado <*n su ' Materia e ia substancia corporalizada.
egoísmo, sin prodigar el bien d e sér a l.> qtio se ídí
tiuba en aptitud <ie reciiiirlo.
Y n o pudiendo aceptarse ninguno do los t¿rmi
iiü Ofitd dilem a lione íor?;chámente quo convenirse
qtie, la cr&náón 0 9 simultánea, d e Dios; ei ]»rodueM L a p arta en el Todo
d e su existencia' «el efecto do sus atribuíor, 3a ne^'^san
manifosUcIón d « su sér» o lo que es lo mi ¿mor
creación os desdo que e$ Dio s; de toda eteniiiiii Como al tratar d e la creúción pa tee # q u e dividim os
•h Infinito e n d o s partes, cau$a y efeclo; y al hablar
^ los seres d e la creación subd ividim c» m á s aán. al
Todo CQ infinitud de partes, c on vie ne h acer algunas
•••^em cioneéí que nos acian*n la realidad de lo
™ u t o absoiuto conv> wu>, c o m o «S«r, y la razó n d e la
£«enoia
d e l^ í»ríf, sin afectar e n nada a la idea
• U unidad divina.

EienHa, S6 aco.st’u inbra a llamar eai filosofía» Cuando se trata d e lo Infinito absoluto, la parle
sír y naturalozn d e la.s cosas; poro romo toda eee»* * %eoe realidad, y solo fts u n a idea comparativa,
e^ substancial, porque rl algo que roaJi<^& lo ^ es límilación, medida* y dnterniinación de es-
lü ú .
0«, f$^ncia y sitbtUineúi vii‘nen a ít'ii(*r 0 11 fondo
ni¿.vT»a »ignificaiiún. Asi, puo<len enipioaree autbos Toda lindtación sutetancial, excJuye la infinitud de
brea indistinlainento paiu detorminar el <*lamento « «balancia.
realiza a lo q u o existe. Siu embaído, coiiu) k substt* ^ la infinitud carece d e todo género d e medida.
cia enastó de vario:^ modos, o tiene diferonics Íípeeio, es la reladón extensiva de la si^stancia,
fiest&cioneí», designaremos e n udoiante, y para la ^ ^ Infinito absoluto substancial, q u e no existe
96 MANUSL OONZAteZ $OftlANO El E S P IR IT IS M O ES LA P I L 0 9 0 PTa 97

iaterrupclón do subsUncia, no puede dcterriúiUM oráw de modalidad, conservando solo la Inñnitud


mente espacio. |Md9 sernos propia por la substanda d e ^ e s<Mno6:
Luego en lo lafínito absolalo, no cxistd la rodiéi Li iníinitud do ia existencia.
do ¿a ParU. Ccaao seres del Sér, y por el Sér, somos finitos, y
Para que \x Parte substancia] existiera, aoría ntcm }ot consecuencia relativos.
ria la interrupción dd la substancia, el vacío abs Somos parte, por la individualidad.
interpuesto entre las ParU$; y entcmces^ el In£ii Swnce forma, porque som os parte.
absoluto no existiría. Somos tiempo, porque som os forma.
El Infinito absoluto es. puee, tiMO e indi Somos finitos, porque somos parte, form a j tiempo.
Alás» cuando nos apartamos del raciocinio puro» U d ^ r ; nos modificamos infinitamente e n nuestra
hacemos intervenir la sonsación, entromoe on ttsteocia infínita; y d e aqui que, s s realice' para
tro propio círculo; y eotonces, la ünitud en «•oíros el tiempo, co m o m edida d e sucesión y el
sus órdeoies encuentra su realidad on nuestro «^*ao como m edida d e extensión.
Porcfue sí, como participantes d e la HubstanciA Y ds la realidad sensible d e nuestra propia finitad
nita absoluta sólo poseemos el conocimiento re en nuestro relativo sér la realidad cazonabld
del T o d o d e quien somos y por quien somos, ^ la infinitud del absoluto Sór por quien nosotros
»risibilidades afectivas propias^ estamos consti somos.
on seres relativamente completos. ^ Ea una palabra: por l a razón, n cs encontramos
Y en tal concento, lo qao no es atributo del X en el T o d o de la substancia infinita,
detennina nuestra condición. la aecsación, nos hallamos separados del resto
L a idea d e lo Liíinitó absoluto queda en * la infinita substancia.
y reservada exclusivamente para conocer al Sér; ^ distinción es puramente afectiva, y- por eso
on ^bsütución im pera la razón m ovida pee U e nosotros es real.
rícncia de las afecciones que no^ produce nuestra ^ razón com o extensiva al Infinito, nos generaliza
y exclusiva sensación. ^ infinita substancia.
Pa ia Dios, l a razón pura. sensación com o exclusiva a la substancia que nos
Para nosotros, la experiencia sensible y la rárii **«it\j>*e, nos singulariza a la parte substancial que
Para Dios, n o somos relación (1). ^ fealiza.
Para nosotros mismos, tampoco. ^ ^ natural c o m o nocesario; porque aún
Poro scraos relativos a otros seres que soraej^ aptitud d© sentir es pr<^ia d e la substancia
o deeemejajites a nosotros, se encuentran así aá* jjfiuestro sér, la sensación se produce por ei contacto,
cwifltituidos en seres también relativamente o influencia de la substancia extraña a núes*
D e aquí, q u e nos caracterice la limitación en t«í N<ootros n o sentimíOs nuestra substancia pro-
^ pero sentimos la substancia ajena; y esta sensa*
ea sus diversos m cdos afectivos, nos evidencia
(!) En «I Kntfdo 4U< « • lnd«lttrmlnible la *^tencía de substancias q u e no siendo la d e nuestro
Si Ét ía FíUfo/í^— J
constituyea otros s e r ^ diferentes d e no^ la que la forma, ot ocupará mayor lagar q u e a\
D e aquí broia, la. idea do sopar&ción, d e reUti\ ¡diento a su substanda,
de parte, qno so llama, conciencia de existir. Pero la parte, com o solidaría del Todo, com o oece*
I á sensadón aíccta al conodmionto, y este «íi4 ai Infinito, com o participante do la infínilud
afirma e n la razón nuestra individualidad subst irtil en substanda, y contribuyente a la perfección
y afectiva; pero sionde !a ra¿6n ínás extensa qv» U ^lu ta del Todo, posee la propiedad de infinitud oji
aensación, también nos ev id en d a nuestra solidaria *; es infinita e n existenda; propiedad que. ccmio
lativídad con la Infinita s'ubsLancia. ítrte saca del To<lo¡ quo com ^ efecto extrae d e su

Lo Infinito, posee infinitamente todo orden d e per-


i^ .

Lo finito, posee finitamente cada orden d9 per-


P e r i «colón f P«rf«ccionAxniento fid íb .

Pwo lo finito^ tendiendo a lo iníinito quo es su


L a perfecdón d e la. subslanda, com o colocti ileza, su propiedad, su causa, irá realizándose
infinita, debe consideraxse fuera d ^ tiempo, eo 1*
ituneníe en todo orden de períocción, aunque
eternidad, com o Todo.
ío forif, lio llegue infiniUm eníe a realizarse en
L a perfecdón de ia substancia constituida on ii^ perfccdón tolaJ; porque la parte jamás podrá ser
vidiialidadcs afectivas y «^^azentcmente i n d e p w M Todo.
tes, debe considerarse en el tiempo, en el inS Re atjuj, p u (^, establcddas Lis á w manifostadoncs
desarrollo d e La perfección natural, en ]s ianiiwi?' P«í«ci6n.
£00daüdude9 tnui&iloiríamente caxactcrísticas de 1a
, ei Todo, la perfección absoluta e infinitamente
to. Este es el perfeccionamiento do Ja pcrfecdóa, i
único progreso posible e n lo quo substanciniin^&lA ^
la parte, la porfecdí« relativa e infinitamente
perfecto. v U d a .
L a substaacia totai, es infinitamente pcrfectd)
& la substaiida total, es naturalmente perfecta, la
cua¿ito existe por si m is m a y e n sí misma,
Atocia parcial debe así m ismo serlo; porque sien-
unidad, com o totalidad, c o m o infinitud, cocno Séí.
«I t«aJ conjunto d e los pardales, estos tienen
L a Éfubstancia psrciai, e s infínitamonto imperiwtt»
^ » r porefctos para realizar la pccfecdóa d e aquol.
en cuanto existe per la tolü y on la total, co*»
ücgo toda la substanda existente, es $9Mtanci<tí’
rcdadón, c o m o paxie, com o limitadón. perfecta.
El Todo, poseo todas las perfecciones.
la perfecdón do la sut«tanda total, es abso-
L a parte, solo posee la perfecdóa que rclali^
í *^ ® « io n e 8 pardales deben ser idénticamente
monte aJ T o d o le correspondo.
pcnrue si todas las partes no poseyeran,
Perfocdón, es posesión do condiciones, de olemea*^
substancia, toda la posible perfecdón, el Todo,
y d e dominio ^ a ed bien y la felicidad.
de U & p«j*te¿, no soría^ la perfecdón substancia^
I.a parte, c o m o íiniía, nunca posoorá m ás subsUfl^
Luego, cada parle substancial dol Todo, &s teeote en acción los infinitos grados de actividad
mente perfecta, tvbíl<inc%clmenl6, a todas las demáí. fDe existen; porque en el Todo, se encierra todo, y
Nótese bien, ^ e nos rcferimc© exclusívameote ¿do se mani&esta.
la cualidad substanóal. Pero la parle, que posee la propiedad de la acUvidad
Pero com o la substancia existe coa sus propi ■finita, tiene quo irse realizando cons^eutivamentc, por­
y a igual substancia corresponden iguales propi fíe no puede realizarse en todos a la vez.
de aquí que, cada parte substancial dcl Tod<^ Cada grado de actividad q u e pcn* su propiedad la­
iguales propiedades que todas las demás. • tíate de infinita actividad, la parle desaiTolla, requiere
Siendo la parte substancialmente perfecta, la p** w modo diferente d e manifestación substancial (por.
n o e s substanciaJmeQte perfectible. , ftte la sobstanda se manifiesta siempre como «í, y
y n o consintiendo la perfectibilidad en ualuraW n tnanera de ser está determinada por sus propiedades
substancia] ni e n propiedades, debe consistid eo « icáón) ; y com o Ja parte posee la propiedad subs*
orden d e perfección; en la perfección maDÍÍoiUS^ de ser susceptible aJ desarrollo de u n a infinita
de la substancia, por sus propiedades. •cíf^dad, titaie q u e realizarse e n todos los grados,
T o d o orden de perfección, tiene e n el Todo su • bdos los m odos, en las manifestaciones todas que
permanentemente infinito d e manifestadón. [^íwwotan el infinito d e la actividad.
T o d o ord«i de perfecdón, tiene e n la parle su g r » He aqui, in d u d d o p<jr ed m ás puro y sencillo rado-
ttansitorio y finito de manifestación- qae, el tnico perfecdonamiento posible de Ja
Luego, ¿ a q ué podremos referir la porfectíb^ « w a o d a , com o parte o individuaJidad, consiste en
de la. parte, en q u e alecte en n ada a la periac^ • d«arrolío d e sus prOfHedades natural^,
del Todo, sino exclusivamente al desarrollo de < He aquí, d e d u d d o por el raciodnio m á s sencillo y
propiedades q u e scíi inherentios a la substajici^j ^fo, la reaJídad dol Prooblxso, s u necesidad, s a uni-
seM a la a c d ó n , al ejerdcio, a la .manifestación dt # ^ifs^idad, su infinitud, en la realización d e la subs-
m ism o deearrollo? por sus propiedades; en la imposibilidad de
M ás claro a ú n : la parte, ccano substanda, os » • j w de manifestarse la substancia, en el m odo ca*
lulamente perfecta; comto propiedades, tambiéa ■ ^ s t ic o d e su realizadón, y en la exfstenda infí*
que serlo; pero com o nianifestación, solo puede de )o Infinito substandal.
seer e n cada instante d e su iníinita existencia, U ^
le sea propia por el m o d o que le caracterice.
Pongam os u n ejemplo, quo determino más est*
posición. ^
Sup o rtam o s q a e u n a d e la propiedades de w de la va ried a d de xnamíestaoiones, ea la
lancia, e s lo aciiiidad. nnidad esencial d e la Creaoióa
L a acUvidad, se manifiesta por grados.
C a da grado d e actividad, requiere u n modo se acepte la unidad esencial divina, cerrando* lo©
d e manifcstadón. ^ ^ la razón a la. ev id en d a m á s completa; ya se
E n el Infinito absoluto, se manifiestan p« í^üacie la inteJigenda e a favor d e U dualidad, en
arobos casos <>s de absoluta certeza que, Ut ferimo&: porque d e igu&l m anera q u e los sólidos y
q u e realiza la crcadón, o sea lo que lUm am os tenidos, los gasos y fluidos poseoQ diferencias con-
p o s « u n a idéntica substancia e n su r^ativa ¿nfi Ittsaüvas o de. densidad.
Y sáondo d e igua^ naturaleza toda La s Pues bien: suponiendo que la ley fundaxaental de
universa), Jas diferencias manif^taliva^ que fn k «deacia constitutiva, d e la creación, soa la ley de
individua) izariones <¿>«ervamos, serán caracíeristictf bt foerza, o d e la actividad, cdi sus distántoe órdenes,
sus modaJidarles o grados d e propiedad deearro j qtxt caüa grado d e desanoíio determine u n m odo
pí^ro nunca efectos <le u n a distinción de pro]» ‘íe nanifestación, tendremos que, siendo infinita la
«trínseca^. (’Iropiídad potecdal d e la esencia, e infinito por con-
D e lo y a dicho, se desprende la causa de la ra» BÍfuentc el núm ero d e sus grados, será asi mismo
dad manifestativa entm los seres y las c o j o s q\» ■finito el n ú m w 'o d e sus manifostadones.
derra la creacií^, apeaar d© oncontrafse todos c« Ltiego, m dicha infinita diversidad d e modalidades
tituidos d e u n a anisma esencia, y caraolerizados de utia m i a m ese n da , estriba la variedad d e aspectos
oonsecucnria, de las m ism as prc^edades. J « m t e r e s que observamos e n los seres y cosas del
C a d a grado d e desarrollo de las propiedades ítttido y deJ Universo.
cialee, debe determinar M n m o d o <Ufercnte de la»
festación d e ia. esencia.
L o s estados d e los cuerpos no obedecen a o l »
que ai desarrollo d e sus actividades molecular« >
cualquiera d e los dos órdenes d e fuerza coDOoij natural
A diferentes grados d e calor, diferentes grad« •
fuerza; a diferontes grados d e fuerza, díefroiites
dos d e manifcstadón. SíiíenuDs q u e !a atracdón y repulsión forman todo
U n a s u b s U n d a es sólida, cuando sus fuerzas a » ■ movimiento universal y su equilibrio eterno.
<rulares obraái unas sobre otras eoo centrativafln*® ^ No ignoramos q-u e 3a oobosión ,y la expansión son la
y su densidad, es relativa al grado d e potendo todas b s densidades de la substancia uni-
citiva que tieffien puesta e n a c d ó n . Sí el calórico
fica dichas fuerzas interrumpiendo su a o d ó n a «lí t«wtnos la evidonda de que la afinidad, la adhe-
gm do , la fuerza d e cohesión m d e c u la r am inor*^^ ■w. la simpatia, etc., son fuerzas atractivas que
^ ^po-
el resto d e la que es propia a su desarrollo U antítesis y obian en el orden físico y moral
«xpansivamente, manifestándose la misnia subsU» ^ separando las esosas y los seres,
e n estado líquido. M ayor p otenda química de «16Ò A cada grado d e potcsicia ondulatoria, corresponde
produciendo m ayor intensidad d e efecto, aunqw »
igual índole, transfwroa e n gas la líquida s u b s U g y ^ ^ < a d a grado d e potencia vibratoria, corre^>onde u n
y cuanto m á s s e aflojen los lazos d e la condensao
y la molécula em piee su fuerza natural al exterior,* ^ calórico, la electricidad, el ma^netisnw,
fluídica se manifestará ia substancia a que no» «andad <juimica, la vida etc., n o soc otra cosa
que difer^tes grados de fuerza, distintas fonnas k esta m anera la ley de la naturaleza qucdk
QK)TÍmi$nto, diversas manifestaciónpb do aclividid.^ R^scida a la m á s b<?lla y admirable seadlloz.
L a creación entera 9 e agita de coctínuo eit t¿m Y de la unidad d e ley surge la infinita multiplíd*
disimos órdenes de manifestación. é á de manifestadón,
L o s m und o s giran sobre sf, y atraídos por U fuem ' í de la unidad de causa brota la infínita diversidad
de sus masas, j m odiñcan sus relocidade« por li !4s ^ecto.
potencia resistento do sus distancias.
L a s moléculas constitutivas d e los cuerpos, obra,
com o ios m und o s (moléculas del cuerpo unÍTers4i
»US movimiantos rotatorio 7 traslatorio.
El campo de la acción universal, adonde la cread4i^ C n m p U m ie a t o de la ley v Ú T e r s a l
entera se columpia, « n d e r r a u n a serie d e htfíM
colosales que tañibién luchan entre sí. U divisibilidad de la substancia constitutiva del
£ I pensamiento es acción. lùÌTerso, debe tener u n límite natural.
L a acción es actividad. no ser así, n o podrían* existir en la creación
Luego el pensandento es actividad. esencialos afectivas, y el espíritu seria un
L a densadóa y la voluntad, son así mismo < n^esto de partículas, ya iguales entre sí, o ya
dades, puesto que son potcnda y acción. Mttejantes.
El espíritu es potenda. ^^Si iguales,
con idénticas potendas, con idénticas
L a p o tenda es fuerza. con idénticas manifcstadones e idénticos
L a fuerza es a c d ó n . fechos: cada u n a so reconocería individual, simple,
La acdón es actividad, <®pleta, independiente, tujeto y ohjtU) d e sí misma^
Luego el espíritu es actividad. 7 por consecuencia innecesaria y absurdamente aso-
T o d o os fuerza on ol Universo; todo es movimí ®»das puesto que sus realizaciones dependían de la
e n la creadó n; todo es actividad en la esencU. f®*«ocia individual propia do cada u n a , y no d e la
L a p o ten d a rige a la fuerza. l ^ c i a colectiva; destruyendo e n t o d ¿ , la facultad
' * “ cteristica del sér e n el e je r d d o de la voluntad
L a fuerza cree la acdó n.
La a c d ó n produce la acüvidad. ivt manifestarso y reali2iarse.
Do la actividad brota la modificadón. ^ desquejantes con diferentes potencias, propíeda-

Y la m o d iS c a d ó n os el Progreso. ^ niam festadones y derechos; pero así m is m o re-

¿Obedecerá la e s e n d a universal a la exdusiva fU ^én d o se cada una individual, sim ple, completa^
d e la fuerza? f ^ ^ c d i e n t e , tujeto y óhjiio d e sí m is m a , inconvenion-
¿Será la actividad la única propiedad de la I*^te asociadas, fatalmente influidas; en constan-
tanda? • y ^Ip ro c a lu c h a ; destruyéndo^ m utuam ente en
L a o zperienda sensible 7 la raz(ki, nos caxd ® icdón y sin po der w n g u n a manifestarse e n su rea-

a leeponder afirmativamente. *^6n propia, ni realizáis« en su propia manifes-


106 MANU£t OONZALCZ * SORfANO eu e&PiRiTiSMO ts la riLosoriA 107

Y del análisis propio del hem os adquirido h U ley do gravitación “oniversal formulada pcff New-
soluta corteza d e p<socr una. exi3tencia personal, i^l lOQ en que: «¿oí »wíícwAm te atraen en razó/t direcla
n3Uta¿le c o m o »ujeto, única com o sér; potencia l i t t r ^ » moM, e inv<r$a del cuadrado de su distancùn^ es la
para realizarse a sí m ism a e n su individuaJidad. *íliT®de lodos los fenómenos substanciales del universo.
Luego, para q u e la eso n da universal pueda C( Les gérmenes potencial ee conslítutivos de la esencia
tituirse en individualidades, completas independí« MTíisal, partículas inapreciables pora el sentido, pues-
libres y afectivas, se hace necesario que esté I» ijue su sutilidad debe exceder inm ensam ente a
ütuida e n particular naturalmente comí lu pwticulas aromáticas, q u e físicamente se designáis
iodependientes e indivisibles, p n dar idea do la divisibilidad d e los cuorpce,
Luego la esencia realizadora del Uíniverso, se bnnaráJí en su primitivo estado, e n su primera parte
cueníra formada d e gérmenes potenciales, simf^s^ ioi^lfifinilcsiniai de grado activo, u n íluído sutilísimo base
viduales y circunscritos, c<sitenidos e n la esentia Soptl i» toda condensa<*ión, fundamento d e la fuerza coerci*
rior Omnipotente, o sea en el espíritu divino. ; ira que desarrolLin<lose ca da vez m á s en cada uno
Ah o ra bien: e«os gérmenes potenciales, esenci for la fuerza d e la acción, por el resultado del ejercicio,
te perfectos, pues que son constituyentes de la absol iria jffoducicnílo lodos los grados posibles de densidad
e infinita perfección esencial, existen con sus projá Ittdica necesarias a la armonía universal, y a las
des infinitas, a u n q u e latentes, y h a n d e reali iisificaciones glciulosas q u e por su movimiento radia-
e n el desarrollo y manifestaciones a que esas brio pasan al estado ígneo y engendran los soles y ios
m as pro|áedades ¿talm ente le conducen. ■mdos con todas sus propiedades y fenómenos.
F u ^ t a : h é ahí la propiedad. E « s mismos géimenos potenciales constituívos de
Atracción y rep%d9iún: h é ahí l06 modos. k « e n d a universal, u n a vez desarrollada toda la
Oradas: h é ahí las manifestaciones. i?ot«Kia factible y necesaria en eJ orden fisico-^mico
DssarrolU): hé ahí ei trabajo. lodo grado d e condensación, irán realizando su
Actividad: hé a h i el progreso. fírico-sensihU e n iodo género orgánico-vegetal;
Esto, ten cuanto respecta ai arden físico, químico ] y apurado el progreso d e toda la actividad q u e este
fíBiológico, e n sentido universal; en la acción auíoo^ *^«»nlo puede ofrecerle, s e sintetizará en la organi-
tica d e la esenda. udóíi animal para adquirir e n cada u n a d e sus fases
D o s m odos d e fuerza e n indefinida gradación, k actividad necesaria a despertar las fuerzas del ins-
para producir todas; las manifestaciones substaocii)* *®to, de la inteligencia, d e la racicmaJldad, eleván-
del universo. por medio tíe la acción y desenvolvimiento po-
Porque si bien la esencia es una» los grados ^•dal, de germen automático, a espíritu inteligente,
fuerza son indefinidos; y ca da grado de fuerza y ladonai.
cada fórmula dt combinación, produce u n diferente Como la isiducción filosófica solo nos conduce a ge-
zn&niíeetalivo (1). »•«allzacionos, y la ciencia a u n n o h a podido deter­
minar las verdeúleras transiciones de cada reino nalu-
(() Sabido «« BOl^uU cooKrva su propiedad, y ^
me»cb, o combinaci, «uíro * ^ ^ wmtediato superior, nos concretaremos sobre
ioftueMik
€6te punto a. repetir aqui ]o ^ e , poco m ás o xrum Pero com o la unidad esencial constitutiva de] uoi*
expusimos en otro filoeóñoo. »eno es innegable, el o l « n e n t o universal xienom inado
«L a fuerza en. genoral podem os cla3ificarl& en ciubi futría n o p u e d e «e r otra cosa q u e la m i s m a substancia
decdones deducidas d e lo ^ e la* expehoacia noa eoseM: maciai q u e realiza la cr6ación; Io$ g é r m e n e s poten«
í*uerza físico«^uímicA.— Fluido universal. «Jes o partículas din.^micas ñaturíÜJiwnle sim ples e
Fuerza fí9C0*$ensib]e.— Espíritu vegeUJ, ttrfiTiáblGs cuya propiedad es el m o vim iento , cuya
Fuerza psíco-instintíva.— Espíritu irracional [iec«aidad la acción, cuya naturaleza la actividad,
Fuerza psáco-iateiigente.— Espíritu racional. la única form a d e ser d e la substancia es la acti*
Tidid, y c a d a g e r m e n esencial d e b o ser u n a potencia
jfo ^, ya autCBXiátlcaSuonte «n el o rd en físico, la
Uffe en el psicológico, y p o r consiguiente, causa na*
tarai de su prop ia e inagoUible acción p a r a r**alizarse
« eJ grado d e actividad quo corresponda al d e su
^te m > llo c a d a instante de su existencia infinita.
U fu9T¿a es, p u o s, la m i^n a esen cia universal en
n natural actividad; y el movirkienlc, ia manifostación
áe la actividad eeenciaJ, ya propia de los gérm enes
^ jc ^ d a l e s , ya p r ovo cad a de unos a otros por la
N attu^a U sa d» la Paersa Mdón del contacto o la im pulsión.
ios gérm enes potenciaJes diná m icos son los ú n ic ^
titteQtos esenciales naturalm ente sim ples y printiti*
Hasta ahora ae h a veiudo considerando la ^ ^ e s e atraen y s e r e c h a za n , se asocian y se
com o u n a m er a abstracción, como ¡a catua dd *aikcipan, se c o m b in a n y s e p a r a n ; los q u o produc e n
tnirnío, s in tratanie d e investigar e n ningún seoiií* k tibración y la ondulación, los q u e crean la form a
la naturaicza d e ose elemento tan importante ca » 7 90(1 causa de todo m o vim iento , de to da acción,
universal. ài toda actividad y de to da función, en los órdenes
Y la fufrta c o m o cau$a, dohe ser elemento real J b* y psicológico d el U niverso entero.
TUia abstracción; es decir, u n elemento tuhstA^ádi U preteaisión d e a lgunos filósofos d e p r o d a m «
porque 3o que produce acción roal e n la raaieíA M teitsos los elem entos diná m icos, a n u l a la realidad
ee indudablemente substancial. D e o t m manera, ci» ^*»^1 de la f u e r z a ; p u e s lo in ex te n so sería lo ine-
sidcrando la fuerza insubstancial en absoluto, cO» y lo inesenciaJ representa la nada.
im a pura idea, sería la negación d e toda realidad; oh ¿Se hará e x tena v a dicha ley d e actividad al orden
que es lo m is m o la nada: y, ¿cóm o podría la Ideológico a la esencia espiritual? IndudaJjlemente:
aceptar la nada: c o m o causa real y productora ^ * U creación eetá constituida de u n a m ism a y única
a i^ 7 In^tosible. la panícula dinájitica es el germ en espiritual;
L a fuerza es, indudablemente, un elemento sobí' y «stko la l ^ i c a severa, nos im pone el deber, cuando
tuicial. ^ establecer tratamos -una teoría o u a a hipótesis cuál-
no MANUEL O O N Z A l EZ SORUNO EL E S P IR I T I S M O tS LA P iL O S O flA 1!1

quiera y a sea tocjuite aJ orden físico, cuanto en k Fmrta cmcentrativa física y psicológica. \M o d o s físicos
que respocU ai psicológico^ a detenninar u n m m Tittría airúcHui física y p s ic o l^ ic a . > y eepirituaJes
género d e naturalozas y propiedades a iguales sal» im :a expansiva física y psicológica, j d e la esencia.
toiicias o esencias, asi c « n o una. relación co
<Miti*e los f e n ^ o n o s q u e e n ellas se produzcan j ‘ Fuerza fUica^ncentraíiva,— L a partícula primordial des-
causas, la ley d e actividad rige al espíritu, y es 1» o autemáticamente $ u actividad propia en. to­
ca forma de eer e a q u e toda la substancia se real» los grados, y prepará:ndoso a la a c d ó n mutua.
Luego la esencia universal tiene, com o antes indi» * « o r , fundamento d e s u infinito desarropo.
m os, dú8 ójdenes d e manifestación generaJesr M » Este modo activo podrá comprender la a c d ^ propia
n3átÍC4> o fisicú, y consciente o p^icoUgico, aunque « itoinal de la substanda, d o ^ e la eternidad que es,
aijjbos casos s ^ cJ producto de la aciividad. kMa el punto e n que s e le determine la necesidad
U atraedón, (ee supone quo el desarreglo d e cada
máo de actiridad representa u n a época indetenni-
«fi la duración d e lo infimto, así com o u n nùmero
liefioido de grados d e desarrollo).
/■«•» airacHva.— L a actividad propia y a des-
imüíada, extendiendo s u a c d ó n ai exterior para aso-
•ísc automálicament« al resto substancial.
modo acfivo encorrojá el inm enso periodo desde
4koluta fluidez hasta la absoCuta condensación pro-
^ o « d a todo género de fluidos, d e gases, do líquidos
Modüioftciótt pro^resÍTa d e la esencia nnivdrsal « y ^ cuerpos pasivos.
el cum plim iento d d la ley d e actividad ^vr:a fUica expansiva.— L a reladón molecular es-
^**eada ^ todos los grados posibles, tendiendo a
a su fluidoz naturai; pero cada germen en la
N o habiéndose a u n ipodido detenninar las verdsí** propia d e ¿a potencia física y desarrollada.
rtó transiciones modificativas d e la substincia, Ute modo aciivo constituirá otro gigantesco periodo
linnitaremos a clasificar a grandes rasgos las ^ «ttiMapadón gradual, obrando com o potonciaa o
manifestaciones generales do ^ actividad esencial» ^ 2 * ^ naiuraUt e n todos ios grados posibles y uaiver-
divididas e n los cuatro órdenes determinados en necesarios, sirviendo de agitador de la jua-
tulo aaiterior, podera»üs referirlos a tres modos ^ produdoíido e n ella u n a constante a c d ^ y
y eÉ^ntuaJes. Para este fin ensayaremos algunas causa d e todo género de nwvimientos naturales.
sideraciones q u e respondAn a Ja aclaración de eeU twc^ concvntraliva psicológica.— L a tendencia gemú-
y den ligera idea respccío a la necesidad de ’ que ^ 2 ^ 8*^«xarse del autíwiatismo, a independizaree
progreso d e cada modo activo represente u n a época ^ resto d e la substancia paxa dejar d e ser pcff m ùtua
delermiiuda e n la duración do lo infinito, así coa» y ser f)or sí relativamente cada vez más.
vxi número indefinido d e grados y d e m an ifes É a d »» ^ inodo activo form ará la s u m a d e infinitud de
Ii2 MANUEL OONZALEZ 60K IA K 0

fftttdlondo en el infinito progreso quo infinitamente


deculares periodoe graduales d e m as e u más inde
el sér <pie realizar.
dcncia germinal, anim &n do desde l&s organiz
Esta noción no es u n a m er a hipótesis, sino u n a
m á s ruditnontarias e n coicctívidades vogeUles,
ión filosófica desprendida incvifablemente d e los
formar la unidad prodomin«ant^ del organismo
cí^os universales quo la razón conoce. El espíritu
m ás compUcado y perfucto, percibiendo todo g
ár^tOgador m á s exigente d o puedo m enos d e con-
d e sMLsaciones oi^ánicas y a físicas on el vegetal,
iderar como ditUniot gradoe de potencia aetitfa de la
instintivas e n ^ aninuU» y desarrollando las apü
ia, al mineral, al vegetal, al animal, al born­
o fuerzas perceptivas quo lian de determinar sa
ia 4 los CuidcB y al ospíiitu, ni dejar do atribuir a
za inteligente y do razón.
causas las manifestaciones d e la sensibilidad,
Fuerza alraeiiva psieológiea.— L a conciencia r e U & n
41 instinto, d e la inteligencia y d e la voluntad.
existir; la iniciación y desarrollo d e simpatia
la oatuialcza d e la fuerza no puede ser otra que la
las dem ás iadiridualidades desemejantes, y la
■s&a naturaleza d e la substancia, su propiedad mo-
ci6n y progreso espiritual.
íÉcativa, la causa ùnica d e todas sus evoluciones
Este m o d o activo será la serie gigantesca de
ttodaüdades, quedímdo nuestra anterior conclusión,
cacionefl graduales e n la individualidad germúui
^ i&mediata consecuencia, elevada a ax io m a filosófico
espiritual, desde el grado d e perfección del h ^__
« «ridencia natural.
scJvático o salvaje <iuo vive y siente con el prinn^
Cida grado d e fuerza representa u n grado d e acti-
de la conciencia, hasta el sér h u m a n o uni versal
y cada grado do actividad *un m o do diferent*
perfecto, pasando por todas las manifestación«
« manifestación.
nicas del tipo hominal, por todas las formas de ^soáá
^ta es la ley d e la naturaleza substancial.
cáón, por todos los gradoe do civilización, culti»
ilustración y sabiduría, y por todo género de seoswj
nes orgánicas y sentimientos esjHrituales factibles
impresionar e n todas las etapas d e la existencia ^
m a n a universal.
Fuerza expaiuiva pticoUgica,— Perfeccióa y
relativas: irradiación d e m á s en más extensa en SM
patia hacia sus semejantes, para prodigar el
que siente y ^ o conoce. Tendencia irresistibU leriarLas del progreso sterminai e& la
aumonto de progreso y d e dominio universal;
iniinitad d e series progrrssivaa
gresión rápida ascendente liacia Dios en lo
Este m o d o activo constituirá la existencia deíiw
mente espiritual y libre, poseyendo la direcciói
Si bien, como hem os visto e n el análisis propio del
gobierno d e m und os confiados a su custodia, y
«píritu, ei Yo, geim en esencial, posee u n a inagotable
do los maestros y redentores de sus bu mam
jj3 | Wiftlidad de detenninarse e n su inagcptable potencia
dioses relativos en poder y en dominio, que
Mi M t fir U u m 4t la — 8
114 MANUEL OONZALCZ SOMAKO EL E$?JR1TI$M0 ES LA HLOSOfiA 115

7 on la oecesi<Uá n&Uiral d e realizarla para coo£» U nudad ded Infinito, com o Sór.
donarse cada vez m ayor felicidad, también U realidad M Sér, constituido do lo Infinito subs«
moft que dicha irealizacióiii tiene efecto generaloMÉi «dal.
e n cuatro ó r d ^ e ? o reinos, que s<hi: mineral, vegebi U irrealidad del tiempo y del eip^cio ante el Sér
animal y hominal, asi como e n indefinidas especia 7 Mi.
a u n particularidades dentro <le cada unoi d e los mÍ90M.
U existencia d e Dios.
Y la limitadón o separadón d e radicales apaiieiÁr La diKüidad substancial divina.
con q u e ae nos muestran esos órdenes e indirí¿ Los atributos divinos d e vnidady com o Sér— D e tu/t*
entro sí. nos evidencian la limitadón, la sopartcíA 0lti m todo oi^den, m o d o y cualidad.—-De timplici<ia¿
ia fínitud seriaria del progreso e n cada orden y e s p «» «cáal, física y metafísica.— D e perfección absolutiv
Es decir quo, para q u e el germeji potencial I absoluta inmutabilidad.— D e poder infinito, y todos
llegar a espiiltu, tienen que atravesar por todas las sen» í que de los expuestos p uedan derivarse.
quo constituyen l o s reinos mineral, vegetal y anini U eternidad esencial.
Luego las modalidades ^ e )aa series del progreso xa U irrealidad d e U creación concia!.
finitas. U realidad d e la formación esondal.
Pero cctuo Ha ^teincia determinante del genui ^ eternidad d e ia loy.
ee inagotable y siempre se eocuentra e n igcal U eternidad d e la realizadón d e la e s c n d a universal.
o débito d e T c a ü za ci(^ gu prc^rceo tiene que stf U irroalidad física y metafísica d e la existenda de
infinito, y por consecuencia infinitas deben ser )n Todo.
series progresivas d e s u realizadón. U realidad afectica de partes en el Todo.
D e otra m anera, im j^caría e n cada orden, reidc 4 ^ perfección absoluta, d e la esencia, ccw w partes
señe, u n a distandón esencial con diferencias radicó I * «US naturales propiedades.
de propiedades. U |»erfccdón relativa d e la esencia, com o partes,
ú desarrollo y determ inadón de sus naturales
^^pedados.
progreso universal,
U variedad d e determinaciones d e la e s e u d a coii-
en la variedad de grados de propiedad des-
■íolkdos.
Ja «tividad, « » m o ley fundamental d e la substande..
ItesuueiL tos oonooimientos adquiridos ;or ^
la divisibilidad de la esencia debe tener un
espíritu en an estudio tiutétieo natuial.
Quo U s partículas esenciales primitivas deben ser
^ íérmones potenciales tonstitutivos de la materia
L a existenda d e lo infinito substancial. ^ espíritu, U unidades esenciales afectivas, o los
L a caxen da del vacío absoluto. inteligentes y libres,
L a irrealidad filosófica d e loe infinitos rMivo*. w la futrsa » la esencia en su natural actividad.
Q u & la f%trzay puede aer automitica, y pdcolópct. ^
Quo la fuerza psicológica puede detenoiuam a
fÍBácO'quimica y Üsicasensible.
Q u o la fuerza |»cológica p uede detormioam •
peico>lDstiRtLva y psico* inteligente.
Q u e el germen potencial realiza su progreso ■
seríes do modalidades limitadas.
Q u o ei núm ero d e series progresivas por que liaa
q u e pasar el germ en potencial para adquirir &u per
^c ió n , es infinito.

TERCERA P A R TE

A 7 L IC A C I01 T E S

HtóU aquí solo hem os hablado d e filosofía general;


• lo qu© ae desprendo por la razón m ás pura, de
^ d p i c © d e certeza investigadas por el espíritu,
•í como do ^as ideas secundarias y evidentes aplica*
por la induccióa y deducción m is lógicas aJ co-
*® uento cientifico de] principio absoluto y causa-
primitivas: ee decir que, $olo la r a z i^ liai
«^ligado y h a n o s expuesto sus intrínsecos produc-
^ wtdiGmdo toda pardalidad y todo sistema. Y de
imparcial y sana investígadón, nos h a venido
* rwullaj, com o n o podía m enos do acontecer, un
de ülosofía maturai apUcaJ^le a todos los sis-
una norm a a do n d e comparar cuantas con-
poetes sistamátkcas sean d e d u d d a s por inteligencias
•«riduales; u n m odela a q u e ajustar cuantos ideales
de la m editadón y estudio a que cada razóa
ir
particular pu<?de dedicarse la n o t lo a s p i r a d ^ 4t. i^ t o de cada parte aislada pueda sor reconocido
conocer las verd ad es m á s elevadas i;u e e n la tííXú» pof ios espíritus inteligentes y aiicíonados a la lógica.
leza del tiniverso entero se contienen. Por ese, i| Ü6ca,
e x a m in a m o s m im ici osam en te ta n microscópico Vaœos, pues, ah&ra a aplicar nuestros trabajos an*
«Kontrarom os en sus principios y e n sus coosecdíl« Wores al Espiriiitmo, €ai detalles q u e n o debíwi ocu-
* ^ S , ^ ^ ^ ^ A A « — 1
*a - _ ^_ _ ___^ M 1 CA ^ A A >
1
A Al A * A A
cías conceptce d e todos ]os filósofos, ideas d e to
t o du
d « ks «átio e n aquellos p o r la fo r m a d e exposición que
edades, creencias d e todas las gencTaciones es; o 1 ^ 6 ™imprimimos, y el objeto q u e p a r a hacerlo así nos
q u e es ^ u a J , v e r d a d e s d e todos Jos tiempos
» mi3 Is&ba,
m e n o s lexplícálas, m á s o m e n o s conjeturales, así ctm
fam bién , y en esto estjiba s u m is benefidOBO íni^
la conciliación d e las tres escuelas fundamentales ¿i¿
dentes q u e d iv id en la ^ n i ó n general o s e a el Esjwi
tualismo, el P an teísm o j el Materialismo.
Eapiritifmo, q u o e s l a filos oíía natural, la sinteá
de loe c<^iodm ientos universales adquiridos por 4
sentido y l a r a zó n , d e s p r e n d e s u s dcornos cientíííoK
do los resultados d e esas m is m a s investigaciones
lítica* y sintéticas q u e , a u n q u e m u y imperfoctaii»!«
h e m o s presentaxlo; y p a r a q u e c o n p o c o trabajo pufi*
penetrarse la identificación en que c on ellos se »
cuentra, hem os c o n fe c d o n a d o esta parto d e nuestw
modestísimos estudios, íiecesaria p a r a presentar ciert»
aclaraciones que d em u estren cu m p lid a m e n te nueít»
tesis.

ü n a v e z asentado el f u n d a m e n t o d e nuestro ediíidi


filosófico, débil e n apariencia p o r s u sencillez y \bco ^
m o , p e ro indestructible por l a solidez d e su argume»
t a d ó n , c on v ie n e elevarlo a u n a altura objetiva neccssf»
para q u e los ojos d o l a inteligeá da p u e d a n contwnpi*
m á s m i n u d o s a m c n l o sus detalles, si b ie n el arquitecíi
q u o intenta levantailo carezca ^ e aptitudes inventi«*
p a r a agracié« s u s form as y d aiies l a esbeltez a que
prestan. M as c<»no los id eas de verdad son adOTO«
naturales c o n f e c d o n a d c e por el G r a n Artífice, nueeW
único trai^ajo consiste e n l a colocación; y a u n cu*®^
esta ofre«ca poco gusto artístico, n o obstará para é

í
tM Dios, sino s u absoluta infinitud e n extensión,
iMSto que ee »la realidad total de lo InQmto subs tan-
üaJ, Y dicho q ueda con esto que es el Sér d e todo lo
el E ^ d p i o fundadcr d e todo fundajnentoi;
^ <»eDCia de toda esencia, la potencia de toda poten-
•4> y por consiguiente ia infinitud al)sc¿ula d e in-
t ó da d en todia facultad, atributa y propiedad.
Atí mismo hem os demostrado la realidad do que lo
fcfiíuto excluye la idea d e espacio y la existencia de
cuyas nocicoefl carecen d e toda determinadón
• 4 verdadero Sér, e n la causa primordial d e todo
k existente, e n Dios, a quien caiacteriían la etemi-
c£xi>teT>cí« d» D>M, n Tiú d «■ « * » W y ^ infínito.
9 .6n j en in ( e o » ¿ o .> - S < r « ¿ m IiiM m m W *

ai (0 • la íü u u tn «n te »b s o lu to . —
f«fic U , B ie n j P o 4 «r in ío H M , d e 4 « ^
M d esp ren d en to d o s lo * a t r b^iío* de Br
Hua. AffiOr> Misericordia, Jwtkia, C M
pw eacM , « t c . — EU tU dA d ««e o d »! ib 9
p
c ip io tú ría , t\fi (le m p o n i e ^ p a c^ , r ^
ú n icA d e iod& r e a U d id «s o n c ú l 7 ds
ky d» la « i « 3 o a ^
f P r i n ñ f i o t fn n ^ m e tio U t i * U
9 »fÍH íÍ»t* .}

Todos los priiKÍpios Anteriormente expuesto® » ^


cucntjan expJícitos y íiejnostrados en las dos
que anteceden, d e nuestras inrestigociones filasótic*^
E n efecto: el e^íritu, en s a excursión analíüc», •
bion ee h a reconocido fund<menio propio d e sns n»'
dAüdades, a o h a podido m onos de adquirir y conífl^
la certeza d e q u e Ao6íen4o a tu vts $ido fwtdado, tx»
te u n Fündamsjíto anterior y supericr a éi y a todo k
que no es él: u n a cansa anterior y superior a su
t ^ o lo q u e extraño es a s u sér. Y en su conslraca^
süjtétíca acerca d e lo infinito, h a desprendido naíortJ
y lógicamente, eóio U existencia d e «sa m is^
causa fundadora d e todo lo q u e existe, a que
I!
III

«Eternidad « • D to s, d e U ^
titutiva àù UAtver»o> « E i« m id a d d e na&ife»iftcUQ d e U eseB<
/ P r ÍiK i> ÍM i 4 té
eia u aiv«n al, « n el c u a ^ im ie n r a de la ley
* obedece, o sea e n la r«»liuc i6n de
su naruca)e:a par »ua propi«dAdfS >
(FriMtipiot Í4 U /»iot^ía tepiriliila.)
Si«ntio Dio» eí Sér d e todo sér y la. Esencia de ^
e90HcÍA, 4ienciA dimna e s 1 & <TU0 constítuy©
so. Y ccsno fia « s e n d a que reaJiza a Dios es et«W. 'Sendo eterna la esencia del Universo^ y encontrán*
la « s e n d a universal Tío tiene prindpio, y le caí» w toda esenda caracti?rizada por propiedades, eterna
teriza, por coBisiguiente, la eUmidad. ^ que ser la m anifesladón d e la e s e n d a universal
Y ¿ c h a e s e n d a 'universal es en XHo$, por cuanto ^ • W 8 natural es propiedades. Porque a u n cuando solo
hem os visto q u e ol Universo^ o lo que es ‘8 * ^ ^ ^ y c r a la txietencia, esta es u n a propiedad, y la esen-
Creación^ e s u n a ‘relatividad, una parté d e lo Infinite^ ^ '^^drfa la eterna tnanifestación d e s u existencia,
lo Infinito q u e es la realidad del Sér, la realidad rtro ca n o toda existencia constituye u n modo real
Dios. ^ y todo m o d o d e ser se determina en su manifes-
L a € 9«w áa universal, siendo la e s e n d a f « « " * corresp<»idiento, la esencia universal se mani-
tiene que encontrarse e n la real y redbir sa a c ^ etemíuncnto en ca da m o d o de ser que le carac-
L a e & e n d a xiniversal, siendo parte, tiene qu« ^ ^ ^ o sea e n la realízadón d e cada naturaleza
4
contenida e n el Todo d e que es. JJ® le soa propia on sus modalidades, consecuenda
Por eso la e s e n d a constitutiva del Universo, ^€sarroIlQ: nnrmiA
porque «n a da midHA
puede /iMdnvkllAraA
desarrollarae
^ desarro^lci!
fuera del To do , sino dentro; no es fuera de Dioa, ^ M exista e n germen», ni «nada puede maiüfes-
en Dios, dt Dios y por Dios. lio esté desarroüado».
IV

<r«MM caraciedttiea 4« Dio* «o


•V % U ^ *9 m « u ¡ e*r«ctérí»óe« M <■»
CDaQC^ a Etp(ntu.r
t» fuera d«l EspíñTu dÍTÍao> iuo(|SB
f? rf< c c ip fo * d« i* fU o tú fU u p ir íU tU )
D } M , «sU t«: « * decic, q o « u b aÚHM ^
oero, orden y aaruraieu e*<ac»]*
fvye lo q a e r«alisa U coiUeria» el fUid«} <
« » p ih iq .» e3 ca|rftulo dedicado a probar la dualidad esenciai
^ o a , beov>s visto q u e \& inás p ura razón nos ccrtiñca
k midad etsncial a J^lu ta m o n te perfecta, y la unidad
iabeolutaniente perfectible: y ccm o Dios es la
Este prittcípio <jucd¿L absolutamente demostiado • ^Húdad sintética d e am bas unidades esenciales (com o
!a p&rte tinUiica. Xa unidad 69eivñaí consi3tutiT4 JW bMDbre b es d e dos m odaüdados d e )a esencia),
Universo ©6 incaitestable por la razón, y la p l u r a W i que en Dios corresponde al pensamiento, a la
do marúfcstaclonee lo es p>or el sentido: luego» ■anbilidad y a la vohintad abscdutámente perfec*
coDsecucnda natural, inevitable, lógica, la varie» o sea, la esencia cwístifeuyente del Etp4riiu divino,
d e substancias, cosas y seres <íue e n el Univew^ ^ q^ie encontrarse caracterizada p er la obtoíuía unidad,
existen, reconocen por fundamento una misma for cuanto d e no sor asi habría pluralidad d e mte^i-
y no son otza cod& q u e modalidades j m anifestaos de sensibilidades y d e voluntades divinas;
de ella; diferente$ m odos d e existir y d e sér; divei^ ^^riedad de miras, tendencias, aspiraciones y poderes,
realizaciones procedentes d e los distintos grados à ^ que representaría el inconcebible absuM o de la
desarrollo de sus propiedades oatura]^. Í^B^dad d e dioses.
VI Vil

«SinCMÍa de ki« uriiadti <Profr«io íní>ni(0 (dMftrroIlo d e prt^í^


menciouftdss (Ia A b ^ lu t a m e o H T dAdet) d e U Mencva tutivemal «aait^utiva
U a b » o lu u n e a te p c r f c < r iU « ) . < ,o r .itiW í* ^ d e «lUAto no « s et C»plritu divioo, au n q n »
el T odo, lo lo fio it o . D io s . incluida e n D i o » coreo S^r.»
( P r i^ ifio t i t Í0 fü o to fU t» f in ii* * » í (F r in iif i u d4 ¡a fiU ttfta «tfiiilittú .f

Siendo DÍ o b la esencia do toda esencia y el Sér una ia eeoncia universal, los gérmenes po­
todo s4r, la dualidad uencúU coastituyente del T o ^ tosíes que l a consituyen seti csend&Im cnto idèa*
d « lo Infinito, fon na ]a “u nidad de S u Sér, reafi»- y por scofisecu^nci^ todos poseen las mismas pro-
La unidad d e Dios. inaturaJos: es decir, todce reconocen igual
Esta diferencia esencia!, i nconl establo, probada», nCB ^ • w p i o y se leáevaii a igual fin; todos contienen la
obliga a «tablocer u n a disünci6n d e nwnbre eo ella* susceptibilidad germinal y los m ism os medios
para mejor ontenderncK, y íl^í adoptadnos los de; M dfeaiTolJaxIa. Luego, las cuatro secciones genefules
Eípíritu divino, aplicado a la esencia ab^cdu **cteí8ticas q u e la experiwicia sensible nos deter*
perfecta, y ^ eo ^ mineral, el vegetal, el animal y el hombre,
Envoltura d iiin a a la absolutamente perfecliWe. sus múltiples rariantes, n o son otra cosa que
D o esta manera» no tan solo ^ e d a scncüIanMiii ffltes «oáoí d e ww» m im a esencia adquiridos por
r^resontada la im agen y sem ejanza del hombr« * « * w o l l o d e sus propiedades; diferentes manifestar
d ¿ e ^ i ñ t u con Dice, sino <yuo ^ sentimiento iclíg'«* de la misma esencia correspondiente cada u n a
puedo a u n dentro del ccíiodmiento íilosóñoo de ^ * iD distinto grado pceeeivo d e desenvolvimiento &c-
Infiiüto, dirigir pensamiento a uji Sér menos ^ ® «a sus hatundes aptitudes y facultades; diversas
tracto q u e ^ que indetermina la soda idea de inüfl‘l » tttoaLiones d e la mencia única que existe, ropre*
eada u o a d o la especial naturaleza q u e ha
o ^ su perfeccionajuiento progresivo.
Y a bem os visto <fuo el espíritu (germ en potencuJ
la u tn c ia única dol universo) llegado al grado di
pr(^rc5o que le detcrmioa la facultad d e la c0 üci«!ida
y la raz6n d e su sér, se reconoce cierta y forzosuMb
mutable e n la función d e sus propiedades, aiiiM|M
inmutable e n su fundamento esencial, y cuya suelte
modalitiva coníecciona su iUmpo; así com o qae
m u d a n za n o es exclusivamente ^»’Opia d e la propíed*
de su 9ujeU>t sino q u e s e hace extensiva a la naturalia
exterior, y vna, la que su cuerpo pertenece, deduciod
V IH
de estas empíricas observaciones q u e : «la n&tu4k
z a material ¿ e n e sucesión e n forma o mudanzas
t i e m ^ » , y t ^ e da naturaleza ospirítual y material firm
y se reaüzan ú e la m u d a n za , de la modalidad, «E T o J u c io a im o u iú v m a l de U c *«b c U
la sucesión o ti<aupo. p «ra U su p to fre M « « i p Ju *

Puee káen: dicha m odalidad que tiende a la r«^ r^ I d a d de Bandos de aub* * * < A t y ds

zación d e toda posibilidad natxtzal y maniíestativa


(friutifioa 4t lú fiUt9fÍ9 *tptriU»l4.f
la esencia m archando d e lo m enos a lo más, e> W
q u e constituyo s u desarrollo, su pei*feccionaiDienb>»
progreso.
Este principio filosófico es consecuencia inmediata
Y que este progreso es inacabable o infinUc,
i froffrtso infinito tratado cfi el capítulo anterior.
deduce la ica m e nte d e que, siendo la mudanza ^
Sólo existe una ttencia universa}; luego una ini*ma
arrollante propiedad natural de la escneia, mientras ^
•M a á caracteriza a la escaicla d e todo cuanto en el
exista, quo existir! inñnitamente» tiene que reali írerse existe y íes. M undos, espacios, substandas
en s u propiedad, e n la ley d e su existencia.
en sus múltiples manifeatadones, e n sus disün*
Tam bién hornos visto e n corroboración de este pn»*
tópectos y caracteres, en sus diferentes formas,
cipio, q u e el espíritu s e reconoce potencia inagoUM
diversos m odos y e n sus variadas influendas
de realización, y por consiguiente siempre con
^caoncs, todo » 6 producto d e u n m ism o elemento^
defecto, necesidad, y debtr d e deterTninación, en la
’» a misma esencia, d e u n a m is m a propiedad, de
z a d ó n do toda la posibilidad d e s u potencia; así co« __
' niisnia ley.
que el elemento esencial constitutivo d e ia creao^
^ ^ 0 eterna la esencia universal, com o e n nuestro
es relativamsñte perfecto, e in^oitajuente perfectilii^
W io sintético homos visto, y «caxacterizado a la
^ todas sus í»ropiedades desde que és, la esencia
__ ^ tütiya d e la creadó n ene d ^ d e la eternidad
■2^ i o $ e en las ínodificaciones «jue le son propias:»
" íue «e lo mismo, desde la eternidad viene «'oíit-
S tfiH lim o «4 ÍA JifeM/»«.— 9
cicnando ^ geim cn potenda!, y a au to m iti«, yt liWi
U verdad es 3a verdad a u a cuando la desconozca­
m ento cuaii<3o so le inicia la condencia de qne « mos o tratemos d e oscurecerla en nuestro «pirita.
porque, como parU solidaria del Todo, inünita en «u
Nuestro prindpio fué «1 m ism o principio d e todo
tencia y e n p o ten d a perícctíWe, posee iníini que es, Dios.
cada orden d e imperiecdón y tiene ^ a e irse Kwetro fcin será el m is m o de todo lo q u e es, Dios.
m inando progresivamente en .todos los modos y En la naturaleza no h a y privilegios.
festadones que representan jel infinito de gradee Esta es la jvjstida, y esta es la verdad.
actividad que en su infínita y latente potencia conlie
¿A hacem os h e d a s ilusionee?... ¿ A qué alimenta.r
com o obra perfecta ijuo es de absoluta peri
k Ionia vamdaíl?... ¿ A qué desarrollar la soberbia?
«aunque com o parte a o llegue infinitamente a rea!i:
Todo procede do Dios, y todo tiende a Dios: hé ahi
e n la p>erfecdón tota]», que es la Infinita perfettiva ■Kslro verdadero titulo d e n o W e z a : hé ahí el motivo
quo __^__Todo, aespertar nuestra aJegrial hé ahí la raz6 n
Cuanto pudiéramCB añadir a estas consider
f » debe desarrollir nuí»stro agra<lecimÍento: h é ahí
solo seria u n a r ed u n d an d a d e lo manifestado a
^ causa que debe despertar nuestra hum ildad: hé
articulo «Perfección y perfeccionamiento*, adonde el
la idea q u e dybe asegurar nuestra esperanza.
greto p>or el evolucionitmo q ueda absoiutamente d No hay m ás Dios, q u e Dios.
trado. S in embargo, rocordaremos dos párraío®
No hay m ás esencia que la divína­
resumen nuestra idea: lo bay m ¿ 5 justicia quo la distributiva.
« L a parte c o m o substanda, es absolutamente pí
Todos los gérmenes esenciales d e la creadón son
»ta: com o propiedades, también tiene que serlo;
¡utamente idénticos en naturaleza esencial y en
»como manifestadón, tolo puedt poster tn e < ^ ú ‘ 'es.
*de tu infinito eccittenciOy ia ^ue le tea propia por é
Todos poseen igual p o ten d a ; todos se hallan sujetos
*ée6 ífT
ter que
q u e 1€ caracterice.*
U c u T u c t e r v :e .» j* 4 A m ísffn a. ley
«Cada grado do actividad que, por su p r o p i ^ J f ¿Queremos saber lo que hornos sido? Pues estudie*
.tente d e infinita 1» P^rU todo lo q u « és, / ad<iuirirein'i>8 'e l ’conocimiento
»qmere u n m ^ o Aferente d e m a n J ^ ó n todas 1m fornuís de sef por dond« desde la eternidad
>dal (ponfus la substancia se m am nesta taempre » Jo»g
>M, y s u ína^iera d e ser está determinada por *
^Testigüemos eí mineral: esos cuerpos que la natu-
»propiedades e a a c d ó n ); ¡y com o la parte po«*
• ‘ . . . , , . , . -Ci presenta y a sólidos o líquidos e n sus muí-
propiedad s u t e t a ^ a l de ser suscepüble al J«da6 maiuf«,ta«iones, a donde no existe I * re-
d e uiia anümta U en e ^ a ó n ni apariencia aJguna vital; que deben su
»todos 1<* grados, e n todos los modos, en las y existencia a las agregación» m o L u fa r «, y su
« i o n e s todas q u e r ^rese n ta n el inhmto de 1» » ^ la yuxU-pcidón de las mismas,

w * ’t. » 1 >1 el frondoso bosquecillo cuajado de


N o h a y quo revelar aJ «g a llo para c e g « I» " W a b le s plantas; observemos filoiécnicanLu las
hgeiíCia. ^n cia s que las distinguen; estudiemos su o i ^ o -
8U fisiolc^ía j patdc^ía, y conoceremos la
rodimwit&ria vida do n u t ó d ó n y de reproducción, k
viüik física poríjue üuestío germen potenciai h a ti«»
currido e n la insondable noche d e nuestro tíení®*
Investigncmos después zoológicamente desde los ser«
tíansitivos vegetal al animal en los confemi
y zoófitos (acÜnozoarios) a quienes caracteriza la
ración fitfpara o lie división y u n imperfecto conjuatí
ríervi060, hasta los m á s perfectos vertebrados [osteo*
zoorics) instintivos q u e poseen un sásteraa nervioso y
u n a organización com p’ela. Y por último, coinplct IX
nuestro «studio en el reino bomiiLal en todas s »
variedades desde U raza OccidtAtal d e Martin hasta
Japhética o europea, máa perfecta, y en la natur
e historia d e todos esos aeres, encontraremos nuesto « In d .T id iu it d A d d e l « s p tr in i con>o s é r ín « -

anterior naturaleza y nuestra histotria. t io ti* « c i& t e life n t e , «n 1q que U »rQ M sM

L a U y d e desajTollo, es la Jey de sucesión. reirtos acimai j bornintJ^


4 » 1« file m fU 44 r i r i ¡ Í 4 (a-}
L a ley d e sucesión, es la ley d e perfectiWfi
I a ley de perfectibilidad, es la ley d á progreso.
C a da grado d e dosarr<rflo, implica u n modo n w »
la individualidad del espíritu inteligente, queda in*
féstativo.
•^«tablement^ probada en los estudios analíticos
C a da manifestación, imjrfica nna. forma oi^inic»
hemos presentado.
ferente. El PÉcoíiodmiento dol Jo com o 9ujel9 idéntico a si
C a d a forma» determina u n género de vida d i w w
y la permanencia e inalterabilidad d e este
d e ios demás. en to, a b u r a n por sí solos su individualidad,
El goim en potencial, en la realización de so í«*
e el espíritu revelándose sus p r o | ^ mutaciones,
zado progníso. h a tenido indispen?obiemente que p**
«etermina com o unidad e^tncial, y se identifica co-
sar por to*los io s grados, por todas laá manifestociow
individuaJidad, com o tujeio único d e sus sen&acÍo*
por todas las formas y por todos los géneros ^
•«. de sus conocimientos y d e sus resoluciones, y se
conocidos, y tondr¿ com ^etor s u t e a l i z a « » ^
• “adera tftcHvanfnie distinto del cuerpo a que se
infinito d e s u potenda, e ^ ei infftüto d e su posibuM»
^w iitr a asociad o, d e Jos seres q u e reconoce seme*
y e n el infinito do su tiempo, pasando por «3 i m u ^
y de la naturaleza material, o sea del m u n d o
d e grados d e foamas, d e moniiestaxáones j
^ t io r c<»i ^ que d© algún rnodo se encuentra
d e Tida desconocidos, cuya síntesis realiza la "■«ionado,
perfección.
. ^ f®^*^oc¡míento d e idcnlidad p tr p ü w del espíritu,
•firma, en njia palabra, la absoluta certeza de
• ^^»dicidwilidad.
Y dicho conocimiento a{>iicado a dncuns to, este la d e la comperaxuón, esta la del juicio»
obscn'adas e n el espiritu a d m a l o insündvo, nos foet* «ste ia de la elección, el animal posee, por lo m enos,
zft la ic a m e nte a aceptar la individualidad de este. (acuitad iundameotal d e todas las q u e caracterizan
E a pThrixn término, Ja existervcia dcl espíritu sjúaá e^iritu, y por consecuencia solo estriba su e x ten*
66 incuestionable. Eijñriluy significa: «sér subs en el desarrollo d e su potencia.
incorporal q u e tiene la facultad d e sentir, pensar )r Y como la esencia universal es una,
(paerer en cwUpUer grado de potencia que sea». Y & iguales esencias, iguales propiedades,
Y q u e el animal pierna, nos lo aseguran sus deier* r Gaiia puede desarrollarse que n o exista en germen,
cáa d e la observación. puede nada manifestarse que no esté desarrollado.
Y q u e el animal pienta, no« lo aseguran sus á M £l ammai posee un espíritu cuyas manifestaciones
mioacionee para evadir el dolor, buscar el hallan en razón directa del grado de desarrollo
conservar el recuerdo d e los lugares, personas y objeW ms facultades germinales.
que ]e son agradables, y poseer cl conocimiento Muchas otras consldoraciones podríamos presentar oa
ofender para librarse d e algún m al u cd>tener ¿ci6n d e la existencia del espíritu animal; pero
bien. Pu es a u n cuando a lA causa d e todos estos acw nrÍÁíi secundarias, porque ia unidad eseruiai, co-
so le h a denominado inttinic, siendo este un etecH fazón, y la c^servación empírica com o experiencia
del tfntity la sensibilidad es «la aptitud e¿pir¿luál _ de ello u n a certeza absoáuta e incontestable, las
percibir por m edio d e los sentidos excitaciones agrt* ■toos, concretándonos a otras q u e nos evidencien
dai)les o desagradables»; y la sensadó a es, «cl uaidad.
espiritual producido por el contacto y reladón del Tt ^ efecto: los actos del animal nos demuestran la
con las substancias q u e le son extrañas, y a sea p« de acción orgánica: luego sólo existe una di-
las modificaciones dei organismo propio, ya pof íi o potencia directriz, u n a individualidad, un es-
ejercicio dol pensar». E s decir que, a u n cuando H en cada organismo animal.
el animal no s e determinara otra facultad que U Todo eér q u e no es idéntico a sí m ism o, no posee
de sentir, esto bastaría para asegurarnos e n él la *RMJiencia individuai, y carece d e inmutabilidad subs-
tencia d e u n espíritu, d e u n Yo, o sea de un sér e«** ^ a l y de historia propóa (el cuerpo).
daim ente aímjrfe, afutivo, distinto de su cuerpo aw* Todo sér quo e s idéntico a si mismo, posee perma-
que asociado a é¿, d e identidad propia y perpetua, 1 individual, es substancialmente inmutable y lie-
por consecuenda individual. •• hisíoria, propia {el espíritu).
Pero íio sucede así, y los actos del animal o® Si ei sér inteligente e instintivo fuesen el hombre
revelan daram ente detcrminadones o productos de 1 fA ammal, c o m o tales, serian desemejantes a sí
inteligencia y voluntad m ás o m onos rudimentaw pcff la inutaJjiHdad substancial orgánica y la
llegando algunos al extremo de forjarse Anadón d e su individualidad; y su historia seria
iroáfeoca» com o acontece e n loa que sueñan, y cuy** l^ro p ia en cada instante, sino siempre com ún a Ia
maní testado nes hasta nos dicen poco más o « W a n d a desasimilada, d e su presente sér, y quo formó
la realidad d e lo scüado. ^ int^rante de s u pasado sér.
A d em á s; á & n d o la eeosadón la base del cokoo’ el sér inteligente del hom bre, y el iostiutivo
d«I animd]» lo q u e piensa, siento j quiere, lo eos
o Tríenos indeleblemente conserva el recuerdo de tote
sus concepcioces, lo q u e tiene e n sí mismo sa p»
pía 11191008^ consecuencia d e su permanente idtsl»
ú&á , d e au permanente individualidad, efectos ds
ijunut&bilidad esencial, os lo que e n el hombre j
el anim&l re$ide> susceptible d e pensar, sentir y (p»
rer; el espíritu.
Luego el espíritu deJ animal^ racional o iostiolin
es u n sér completo por sf, y com o no necest
del cuerpo material para 9er com o e n el cuerpo «
9 0 0 para fcrmar el compuesto denom inado liomJire
animal. Asociación q u e u n a vez rota, el ot^AniflA
material, que n o e s por sí sino por el eepírilu, ct» de U nuren*
d e ser oi^anism o para seguir siendo substancia; y 4e) «sptnru. pw» cocwürair «I sní*
el espíritu, q u e <es por sí, sigue siendo sér idéoltfl tnal y el iis humano, por CDedi<) de un
luo fhildico, pliscico, 4 que m d«T;omi*
a sí m ismo para ccntinoar reaUzándose en b que
na o eufrrpo ai­
por su permanencia individual, pot su inmutabüiái reo celeatul.»
sdendai, y por ^ conocimiento o fendcncias i n s t i o t í (Pri»4Í?iot d* *»piriH»to.}
d e su p r o [ ^ historia o d e su m o d o d e ser.

h de todo punto imposible desconocer la inmensí*


distancia que e n modo o grado de perfecciona-
existe entre la materia y el espíritu, diferencia
^ ÍBdudxü>kmonte establece la m ás fuerte antítesis
ambas naturalezas y elementos. Y , ¿có¡no con-
directamente tan distintos caracteres d e la eeen-
¿cómo asociarlos seocillanxente para que se in-
para que ejerzan directa acción el u n o sobre

— íepi:laión o antipatía quo en ol universo se


■Mlecc entre toda naturaleza <^ueata, contraria o
distinla, induce por lo pronto a rech«r
^ U i d » d e q u e l a maieria y el espíritu se unan,
aateticen y se influyan directamente. U n o de
^ elementos es de pura naturaleza física; el
^ p«teneoe por completo a la psíquica: aqu¿ es
corporal, y este incorporal: el primero es auto deben relacionarse, iofluirse, armonizarse y
y ¿ segundo libre: es d c d r, (fue n inguiu cocdidón ¿arse entxe sus nk&s cercanas semejanzas, en*
acerca tá nioguna circunsUjida los atrae; y a no ffis más próximas naturalezas, que formarán ^
por \a identidad eeencial <|ue a am bos les es or A p a t í a y añnidad.
podría considcraj'se la imposibilidad d e identifi Máa claro: supongamos diez inodos manifestativos de
eiDtroellos por aitsoluta antitesis. mbstaiicia, o sean diez s e c c i^ e s substanciales ca­
Pero ia ajrnonia universal tiene realisam eotn lzadas por diferentes desarrollos d e actividad. Cada
los detmefantn, para venir al establecimiento de ¿iíiere de W dem á s e n densidad, o propiedades,
unidad en la pluralidad, y todo debe relacionarse en lo que ee igual, cad a ú n a difiere en naturaleza,
lo ñnito por intermediacáonos raás o metxoe simpá its demás.
y afinitivas, D© otra m anera, ¿ c ó m o podría ser it entéraoslas por números, y tendremos:
f u i d a la esencia infínitájnente imperfecta por U iinfr 10 - 203 — 30® — 40» — 50« — 60 — 70^ —I
nitamentc perfecta, ousiiendo entre am bas iniini - 90» 100®
el infinito d e di&tancáa on modo^ U naturaleza d e la substancia 1 0 », difiere en ol
L a armonía, llamada a «e8lal>lecer coherencia y reU»» mo posible d o la naturaleza de la substancia
ciones íntimas entro las cosas que difieren entre Im y existe entre ellas, por consecuencia, 1a to ^ '
por su naturaleza, debe valerse de correlaóen« ^ Estancia y antipatía o ssea la m enor afinidad,
grados afínitivos para constituir la escala que todo podrán unirso ni iniimar; y si algún m odo se in*
s o l i d ^ c e y lo influya. Y la tolidariáad, llamada sería debilísimamente.
sostener la influencia necesaria a La acción <ie P«ro la substancia lO», difiere el m ínim un pcsible de
unidad u nivtrial, entro las cosas q u é se diCcren<úan eo 20*, y la ICO®, d e i a 90®; ca da u n a es, respecto
si por s u naturaleza, debo igualmente proceda' ®4s afiniüva, y sus naturalezas pueden unirse,
Dbedio de afirüdades graduales que todo lo su innKfdiata, la m á s semejante, la m ás simpática,
lacione y lo annonice. o influirse ^poderopamento.
E n la naturaleza universal n o s e opera nada br» ¿Quieren relacionarse dos substancias desemejantes
cajnente, grado diferencial que n o les permita influirse
L a ley natural de actividad que rige a la subst ntc? Pues hágase *uso de u n a iHtcr7n€diaeión
del universo, y es l a causa d e todas sus manií a ambas, que las enlace y les comunique
ciones, debe encontrarse instituida por u n a escala níitua acción con la intensidad posible o nece-
dual, oríg€4i de las diversas densidades y Smtetícese la substancia 10 » con la 30® por
con q u e produce sus fenómenos. E s decir que, ^ siiacíón d e U 2 0 ».
la corporalidad m á s intensa hasta la m te perfed» U 10* con ía 40®, por la intermediación d e las
fluidez, todo® los grados de densidad conocido« y ^ 7 30».
conocidos e n quo la esencia o la substancia se roaj U 10. con Ja 50», por ia d© las 20», 30® y 40«,
fiestc, debeo corresp<mder a otros tantos g r a d « ^ U 10 . con Sa 60», por la de laa 20», 30», 40» y 60».
actividad desarrolladoe y característicos de los j * ' sucesivamente, la 1 0 * con la 1 0 0 «, por la d«
inenes potenciales que la constituyan. Y todi« ^ » • , 30», 40», 50», 60», 70», 80< y 90».
D e edta m anera 6 « eslabicce la arm enia 7 la to dado, ^ n o influiría e n las m a&tó corpora*
daridad entre las substancias <pi« diñeren ectn las en quienes deseara füncionar.
por su naturaleza» a u n las m ás di$tantee, y la i Lo innecesario no se produce jazná/; en la natura-
cía y a c d ó n entre la» mismas.
L a a c d ó Q d o l a substancia 10* propagada de u i Pero avancemoB otro paso en invt5?ligaciones íjue
e n otra por sem ejanza aÜ ni tiv a o suscepübüidtd a&rmAn m ás a u n la natural necesidad d e las
pática « 6 transmitida a la 1 0 0 «, q u e ¡e imp ñones arm «iizadoras entre los desomejaái*
fielmente en tanto q u e n o haya encontrado resi9 Examinemos el organismo animal e n lo q u e úni*
y tenido péididas: y lo propio aconleceri ooo ia lie se relaciona a nuestro objeto.
de la substancia 1 0 0 *, propagada a la 1 0 ^, El coerpo aninu.1, se encuentra constituido d e subs-
que 96 reGejajún e n ellas del m odo imptesi de diferentes densidades, que fonnan otros
que sea factible a la naturaleza propia de cad» gnuloí; d e corpora lización.
Todas estas ccnsideraciones tienden a preseotar Ei AtteM, es el só^do m á s denso o duro que fonná el
procedimiento natural y lógico d e la armonía y lòfi del organismo y las palancas de los miem*
lídaria substancial, q u e e n el terreno filceófico o
la razón científica permite las sintetizad enes e Vmio después el corWago, substanda m enos densa
fing id as d e las naturalezas d n s e m o j^ t a t nada a incestar las extremidades articulares de
y antitéticas pero a u n expondremos otros liuesos y alargarlos por eS esfuerzo.
tos e n apoyo d e nuostra tusis. S« DOS presentan en seguirla ios Ugamenlos, órganos
L a unión del a lm a con el cuerpo parece tenef ¿eiibles, formados de substanda nienos densa, des­
objeto e n primer término, vitalizar u n oi^aniscDO os ^ uso d e contendón en los huesos y en Los
ponerlo en aptitud d e utilizarlo com o Inter los,
ecitfe lo incorporal y lo corporal, haciéndelo seirir C^aervamos inmediatamente los músculos, órganos de
espíritu d e su instrumento propio d e percepciéi densidad, factibles d e gran contractilidad y ex-
manifestadón, para relacionarse con loe seres j Wiidad, fi lo q u e es lo mismo, de m enor potenda
q u e le son entrañes. tiva y m ayor «lastiddad.
Y e n este inismo ctjeto tenemos y a indicada ^ seguidla vienen loa ntrvios, ó r a n o s d e naturaleza
necesidad natural d e las intemiediadones arm pulpoea^ continentes de olra substanda líquida
El espíritu, sér incorporal (substancia 110*, snp». & su vez CMitiene otra:» fluídicas las quo son xno-
gam os) se a s o d a a la materia, elemooto co ^ e n los trayectos ganglionares.
1 izado (substancia 1 0 > supongamos) para relacioafc ^^bstandas, oigaoizadas todas, q u e asociadas ordena-
con todos los grados d e m ayor densidad o co . te entre sí influyen unas sobre otras d e m á s a
dÓQ , y modos substanciales a ellos adherentes o ^ corporaüzada o densidades en el <»den d e la
tivos. representados en la s' unidades y o w m e o ^ «oan o influencia impulsiva; os decir, pn la loco-
d e 10*. Porque ea c! esplntu pudiera percibir T ^ Kxií« o funciones detcnninantes de relación,
nifestar, o lo q u o e« lo mismo, reladonarse con I* referimos ahora al orden d e a c d ó n físico-fisi>:
turaJeza coiporaJ direclamente, n o se asodaría » ■ »peo de manifestación, y n o al d e funciones v iU U s ,
U 2 MANUEL OONZALEZ 90RIAN0 CL ESPIRITISMO ES LA PaOSOflA

por io que omitimo& mencionar el folieuio, U ttojunción tmiversaJ, se asociarán en paxliculas, c<»-
ia membranoy los tejidos, etc., etc. nos y ¿tomos por igual procedimiento q u e se asocia
Tenem os pues, que dei encéfalo, gran masa nenioi ^ loolécula; e«s decir, por intermediaciones fluídicaa
y centro dei sistema orgánico nervioso, parte ei fit Kiativas a las densificaciones que sus uniones represen*
m er impulso motriz voluntario; este lo trasmite yt tai, desde la ^absoluta fluidez d e \h esencia infinita^
ia acción de su fluidc al tubo pulposo que'lo contúi MDie perfecta en la q;ue todo se contiene, hasta
ei que excitado propaga el movimiento al li sabstancia eterificada que sabemos separtt en los
(órganos d e actividad), y el músculo, uontrayéndoM carpos unas moléculas do otras ocupando loe inters*
iext«m<Üéndoso impulsa aJ m iem bro de (|ue se trtk lÜQs resultantes y produciendo Ja solución d e eonti-
a obrar, por la factibilidad, del contaj:to del Ufosm nidad entre las m ism as, para conservar la forma.
y el eartdago (óiganos inactivos), H«moi dicho que, u n o d e los objetos d e la ^unión
Es d e d r quo, para la m ism a acción orgánica, W espíritu con el cuerpo es, vitalizarlo para servirse
cQoitramos ia necesidad natural de u n a serie de iidi ^ él como intermediario con el m u n d o exterior;
ntediaóonos armónicas. El cerebro, elemento dHCoM ^ c o n » la vida no es otra cosa que el resultado
cido e n su natural cza y oi^anización (sui«lancia ^ ia acción cn^ánica, y la acción es efecto d e U
supongamos) se asocia al elemento S u id o nervioso ( fcerza, tememos que el espíritu debe obrar en tal
tarcia 6 0 ) ; este al nervio (substancia 50»); este »t id o de vitaJizador sobre el cuerpo a que se asocia»
músculo (substancia, 4 0 ) ; este al ligamento (subsla fuerza.
cía 3 0 ) ; este al cartílago (substancia 20®), y «tó Pem Ha vida orgánica o vegetativa es automática.
hueso (substancia l O ) ; por cuya asociación proffl ? ^ potencia psicológica, d e la voluntad en nada
cional d© oslas substancias desemejantes, interaw aobre ella^ puesto q u e )a digestión, la dr .
ríes unas d e otras, se realiza la unidad orgánica la secredón, etc,, s e encuentran fuera de su
pluralidad d e substancias y se verifíca la re io: luego la fuerza, causa d e la vida oi^ánica,
f u n d al entre las antítesis substanciales 1 0 y el eÉ?)iritu presta al cuerpo a quo se une, es fuerza
Si las antítesis substanciales pudieran influirse di o si se quiero fisiológica; poro de cualquier
tainente, i a naturaleza no asociaría intermediao un elemento extraño al e^iritu, y q u e este
relativas d e corporalidad o coínlensadón para l ^ a ccnsigo para vorificai su sintetizadón coo aquel,
r i ^ la a c d ó n e n ei organisjno animal. ^^ego, tenemos aquí y a la ev iden da de u n inter-
Pero a u n h a y m á s observadones que nos e fl^ o entro el -espíritu y el cuerpo, al objeto de
la necesidad natural d e .los intermediarios a »vitalizadón vegetaüvavde este último por la presen*
entre Las substandas que difieren e n potencia de aquél.
trativa, e n densidades o coiporaJidad. L a soli Asi a i s m o debe ser física la fuerza impulsiva de
de los m und o s con el éter universal, se cstaWe® ^ niovimiontos voluntajios, puesto q u e obra sobre
por Jas relativas densidades de sus diversas ^ astema acrvioso-motriz; y y a sea d e igual natu-
atmosféricas; y la d e los m und o s entro sí, por el que la que produce la vú a, o y a difiera d e ella
universal q u e a todos los contiene. Los gérmenes J ^ e d e n d o a la p o ten d a psíquica o intebgente de
dales fiaturalmente primitivos, base d e la primord* • voluntad, debe encontrarse asociada al espíritu for-
m a n d o una inierm edia^n eotre y di organiamo (|w JfeBte iatermediario podremos detenninarlc con el nú*
impulsa al m07imi&nto. iero graduador
Para toda acción intoUgente, p aia todo fenòoMM^ Mas el espíritu, sér natura]mente activo, (que he-
psico-fisioiógico, Boa indispensÀblemente noccsarM tm KKf í0|>rpsenlado por el núm ero 1 1 0 *) es u n a potencia
elcmciìtos por So m enos: llamada a reladonarse d e continuo con la
•T del centro e n q u e nwre, con la substancia ex-
£I que concibe la, acción y La ditige-ln* a su »ér, para afectarse por eU a y conocei^,
t © l3 g W C ÌA . ..................................... ido a em p re con un objeto omplrico que no
L a fuerza psíquica matriz impulsa^ora' el uso do sus propiedades «sendales en el cono-
Voluntad............................................... [«■wcto, en ia sensibilidad, y (>n la libertad de a o d 6 n,
La fuerza fUica motora— Agente í K^^'ritu oecesita encontrarse pi*nnanentemente unido, a.so*
natural intermediario. . . . ^ o, «ntetizado o revestido de u n elemento esendal
E l objeto influido produce la ma- t le sea afiiütivo, susceptible d e impresionarse por
Tufeetación fencenena).......................^ «iitacto de Ia substanda exterior y trasmitir al
(rito las impresiones que pí*rdba; así m ism o que,
Portjue á n inteligencia y voluntad, no hay dip para recábir l a arción d e la voluntad, trasmita
d ó n impulsad ora; ein fuerza íídca no hay exQlaci(»ies (l ¿a substancia dvl centro o m u n d o
sabstandal, y sin cuerpo no ha y manifestacióft- T^e se encuentra habitando e n cada u n a d e iaa
Ahora bien: cualifuiera <jue sea la naturaleza d< ii « de su infinita existeada, para que ei espíritu
fuersa ftitea, motora de Jos ¡nerviod motrices r*® reaüsar sus aptitudes d e manifestadórx con los
obrar los actos orgánicos manifestativos de la ^ I ? ? * quienes viva^ y relacionarse con ellos
Ìuntad, debe diferir notablemente d e la natura)«*, modo a la naturaleza q u e les caracterice.
d e ia fuerga jMigííKv, potencial espiritual ; pwxfuí > ^ eq)fritu necedta para realizarse en su potenda,
fU ico debe dosemojar e n m u c h o d e lo psíquico, y w actividad y en s u fuerza permaj)entes e ina­
Ütutr antit©^- Y suponiendo la f u m a fin o a rept nes, de u n elemento on q u e pemianentemente
Uida por ol número 80«, y la psíquica por el UO*, de un a so d a do esencial que, a u n q u e se renueve,
resultan todavía los óiítencs 90® y 100®, conu> J * « le abandono; d e u n a envoltura fluídica armónica
m e d ia d ones amionizadoras enti*e la esencia cfpiri^ í auturaJeza, q u o le sirva de primer elemento
l a esencia fuerza. E s decir que, suponiendo la fueW “ líario, de base de solidaridad con los eslabones
física impuisadora del organismo en los 'ia'es cofToJativos q u e h a y a n de reLadonarle
luntarios y vegetativos, u n elemento atmosférico, las substancias constituyentes d e los m undos nta-
hace necesario reladonarlo con u q agente más fliLdk^ ^ y especiales q u e habito. Y a este cuerpo
m á s puro, m á s simpático y aünitivo a la cscncu o celestial d e que permanentemente se baila
párituai, y q u e establezca u n eslabón ai*móQÍco el espíritu, es al que convencional mente re*
tro ellos; UJi conductor potencial que le trasunta * y * * ^ o s con ei n úm ero lOO».
ambos, la influencia y acdón de cada uno, a ccf ^ inagotable posibilidad d e las determinaciones de)
SI tt U
espíritu su joíigotaWe potencia y libre íx'Újí (uizoda que h a d e constituir s u unidad animal o
asi com o s u inAcababl« defecto d e determinacid# mana, fcrme su te^adón por «el intermediario de un
su inextinguible deber do detewninación en toda pfr k20 fluídico que armonice su naturaleza esencial con
fflbilídad d e su inagotable potencia, revelan la no«sidrf ii guhstajicia con quien tiene que relacionaxye, y a
natural do q u e ol espíritu cuente de continuo coa w füía tíeno que extender su acdó n.
elemento esencial, objeto inmedi&to de su accíóQ» ^
Ì& facilito la- realización d e todas sus df'tcrmiiuüow
D o otra m anera, el espíritu no sería u n sér completo i
perfecto relativamente, pues poseyendo potencia i »
gotable do determinación, carccoría d e elemenlo )
ftifestativo, y siéndole natural la inacabable aptia
de percepción y relación, no podría percibir impeesioií
objetivas aii relacionarse co n sus semejantes, co««
'<■
tándoso su existencia espiritual a u n a vida aislada
puramente subjetiva j a u n ostracismo tan perp«tíi
c a n o desespera4)le; a u n a pasividad tan motióttii
com o estacionaria. Y d e aquí nos resultaría el >
cCKioebjble áü>surdo d e ^ e , la existencia cspinl»*
sería, inm ensam ente inferior a la existencia b u n u w (I
E n resumen, por la experiencia y la razón, van
ia evidente y natural necesidad, tanto de
espíritu libre se encuentre pennanenteiuenle
do o asociado a. u n a substancia íluidica y aíiniW
q u e lo complete y realice com o sér de pcnnanea»
cdón, d e permanente percepción, relación y m am W i
d ó n , cuanto de que, para sintetizarse a la mateña *

(O No h e m o s q u e r id o l u c « r aquf u »o d a 1a» ep iiü on es de


PbcÓ D , P Íti| :o N i5 . S a c o s f ooos fild a o io s , n i d U c u iir i a reorbs é t ^
MUMJ c < M io iu ÍM , I d « m o n < 4 p r m b M f c t d á y I a »N /lK «teM 1U
LcibniU y Th>ber|hiefl, u n i o por<^ue cooiÍderA»of ei ^
fr tie tito s u p e r io r 4 U » o jr ia io f te « , c u a n to por r r a tm e « te * * * * ¡^

b a iu & c e « x ie M ld a en u o M trt o b r íw ín t im U d a *Di 4h f09 > ^^ ,

d a to o í A n u e jir o s lo c w r « la c r e e p c i» que so b re e»*e p o n to

« m ín e n t e q u im k o y íü d w ío S it J lu m p b r y D a »r, qu®

«a «C o n «u «U t en v is )^ o * V tU m t4 ¿ í* # ¿4 m p u b lK »

C. FU nU D Aftdfl.
L& vida siace la m is m a vida, porque todo es
nd& en ia c r e a d ó n ; y Ja muerte misnia n o ee sino
teaícrmadón, o n ueva manifestación d e vida. Así,
k rida que nace, era; porqué la esencia de esa vida
sístia manifestándose desde la eternidad d e su exis*
iBCia,
Esencia j m anifestadón: h e aquí la vida, d sér
XI Todo lo q u e s e manifiesta., existe.
Todo lo que asiste, vive en $u forma de vida.
Todo lo q u e «existe, se manifiesta y vive, existía,
» Bsamfestaba y vivía, y existirá, se manifestará y
<PreeiÍ5teo«iB del espír*»^ ^lá . <
(fnnófioi it U fihtcfU Porque n ada surge d e la nada.
Porque lodo io q u e m, es algo.
Porque todo algo os sulwtajicial.
La eternidad dfí exigten<^ de la substancU unirtt
P^vque toda substanda es increada, eterna e infinita.
nos asegura la pretíHiiencia del e<pírilu, conio
U «a ic á a siempre es Ja misma.
«emaciai. U vida e e í a m ism a siempre.
Ei evducionim o univeríaiy de que y a liwnOB Sc#o varía la forma la vida en la eeenda.
do, nos certifica la permanente preexistencia dfl esfif^
^ 0 prindpia Ja fortna d e manifeetadón, y es la sólo
a toda prceoate manifestación. teína para c^atinuarse m ^ perfecta.
Por<pio si el espíritu n o ' pre existiera a su mí»
feetacióa terrestre, sería croado e n el instaate '
oncamax ; y ¿ d e q ué substanda podría sor crfe4t ' __
existiondo m á ^ «jue la sul>stajida eterna <’-oii5tjtow
del T o d o ? — ¿ D e Ja misnia?— Luego existía o pr«s*
tía emendai o sabstancialmcnLe.
Ei ffwio caíactérí3táco preexistente del espíritu
9u majüfestadón terrestre, tiene q u e ser, o igual i
que 96 le conoce, o diferente. Si igual, el espirita I
aido estadonario; si diferente, h a sido progresitti
L u eg o él espíritu ipreexistortte a s u aparidóu huro»*
animai, inteligente o Instintivo, e n grado igu&l
el inmediato inferior al que posee ai presente,
quo <toda propiedad desarrollada permanece actií* •
ei espíritu», constituyendo u n m o d o naturai y trtS*’
toirio, re^>6 oto d e otro grado superior.
^ aptitud perceptiva y manifestativa q u e haya des*
acolado, necesitará d e u n instrumento relativo e n
ptAo de perfección. Y de esta necesidad naturai sur-
g i r i j i i £5 diferencias perfectivas que existen n o sólo

Mire las fcrmas oi^ánsco aninxales sino entie las


bmanas perqué cada grado de sensibilidad necesita
te ^Arato a d e c i ^ o a la perfección (conK> cada grado
XII ié rista necesita u n grado diferente de cristales); y
4 aptitud manifestativa le es indispensable un
M em ento factible d e respouder a ella.

«E n c a rQ á c ó n de lo» «ipíritw es
n>»Qws «decaído» •! m o ^ de ^
cirAíterúa»
(P r i9 € if i0 $ 44 U fO o tc fU u r ir itii^

Este principio es inconteslai>le, y la oxperienoft


íiemofietra,. Y a e a nuestro estudio analítico hemos vi#
ai espíritu adquirir la certeza d e cfue «el cuoqw es ■
objeto suyo, ¡exterior, relacionado d e algún modo c*
éi para pc«erJe en contacto impresonable con la dì*
raleza que le es extraña;?; así cc«no por U s
d a c i ^ e s d e esa impresioiuibilidad h a adquirido
c<mocimi«ito analógico de q u e «cada u n o de 90S
mejantes es u n espíritu unido a u n cuerpo».
^ e s bion; tal es la encarneión; la unión de
espíritu a un organismo material, pa>ra utiliz^rk>
intermediario o instrumento propio de pcrcípoi^
manifestación para relacionarse con ia naturaleza
poral y cc«ocerla, »
Igual conocimiento nos susministra la expene
riespecto del espirita del am m aJ, sintetizado a
organismo.
Y ccoK> la esencia es tuta y una la ley de grogre»
cada m o d o cajacfceristico del espíritu tendrá
pectívo e n la forma orgánica para poderse realifl^*
ea decir, que cada grado d e perfecdón espiritual» o
XIII

XIV
«Separación d«l «spirito ckl
roedlo d«l feodoicao deDomioaóo m»«ki
f'PnndptM ({« {« fiUto/Ìn éfjhriiùtt/
<Co 04 ^ r v a c ; Ó D del « s p ir ila . d*spué» de ]a

áti^ncitnAetán «uperrivwndo a gu orfanls*


T odo lo i|ue naturalmente se asocia para ronciirriri cbo« de su in d ¡ v Í d u * l > d A d , d « 90« (a r u lu d ^ s

de M il p r o p ie d a d e s , de sus a f««\ o n e «. y
u n fin, se separa naturalmente cuando este se encutt
c o o o e io iie A M s , a »«s de tu h á io r ia .
tra poaiizado.
fPristfift«# d€ U MjMríiwCtf.J
L a causa del eostenimleRto S e U forma de cxisUt'
eia h u m a n a y anima!, no es otra cosa que la
«el, conjunto d e acciones funcionales (pie la afìnidii i Jodo lo compuesto se descom bina: to^lo lo simple
generai excita e n u n cuerpo organirado». H e aquí ia ley de mutación y d e inalte-
C uando (por cuai<ruicr causa los fenómenos vHlate ^®widad que rige a la substancia deJ universo,
8on interrumpidos, cesa e i ejercicio orgànico y c j» I i organismo materíai que es u n compuesto d e mo-
¿oda pcnbilidad d e relaciones y dominio ontie é materiales, se altera, se descompone, y cesa
espíritu y la maturaioza oxterior. E s d e d r que. I• su forma y e n las propiedades y fenómenos inhe*
cuerpo sin vida no puede servir ai espíritu de itisW' a ella, K1 es^ritu, m4na<2a simpíc, germen
mento intenneàiario d e percepción ni mani fes POt«wiia^ sujeto y objeto d e sí m ism o, in-
7 c o n o tal ^ el objeto d e su unión con é)> al verifi esencial y causa prc^ii de todos sus
el fenóm eno de la muerte, se separa, se oman permanece inalterable aJ separarse d e la en-
lo abandona, ¡l^vándoae las ddeas^ los conocimi ? **W a material a <fue permaneció por a ’g ú n tiempo
y la susceptibilidad impresionable que s u uso le Es decir que, siendo parU subatanciabnente
propotcionado y despertado. y efectiv^tmente ccínplotás d e su esencia son
Por lo demás, y a hemtjs visto a n el estudio anal^ ^ píppiedades; de su simplid^lad su individuali<Ud;
tìco, q u o el Yo o sost el espíritu es independi«*i ^ ^ sus p rc^cd a des e mdividuaUdad, sus afeccio*
del cuerpo; q u e se asocia a él para r e b o ñ a r s e « • sus co9\ocimientos.
Ja naturaleza material, y ijue sus propiedades ^ ^ ccosecuencia, el espíritu, que es por si m ism o y
de su esencia individual, siendo activo por natursJ^ el cuerpo, ^ u c siendo com o era, después de la
y tundamento propio de su inacabable actividad. ••ííicaniación
7
separan los m undos entre sí, h a quedado resuelto
prcélema. d e la m ansión de los espíritus libres,
dole^ la única m orada posible a su natura*
y la scCa que fuera de la d e los planetas existe:
W upados interpianetarios.

XV

XVI
«V w ia »spiriiiul «a Im ap»
c ;M oii«rpltA«tarÌM.>
(Tnimpioé 4« 1« fU^lia ufirtìm^ì
< R e « n e A ;iu e i6 n «splilin e o y
orsuúm M «liecoAdos «1 modo de «er que
U n a Tez separada el espíritu del cuerpo a (pie « 1« cartct^rke, <"OTjtinu*r lA r e ^ a M Í 6 a
de sB ptofTúM iníiiüto deevrolUndo sua
encontraJja unido, su existencia individual pennaiwo
p ro p i«d 4 d e s y aus ía c u lu d e s *
aunque e n otra forma d e ser. Y a n o p erdbe ni se » fPri^eipiOi de b fÜ ^ /U ttpÍHíi*U.}
oiSeeta con U naturaleza por el intermediario ^
los vehículos orgánicos, ijuienos al propio tiempo k
imponían ila necesidad de existir adherido a la no es ser creado; es manifestaxse el sér en la
ficie del planeta, encadenado fatalmente a su fuera ciánica. E s decir, objetivamente a nuestra sensa-
atractivf o contípetra. Sintetizado a su peries el sér que y a existía sin afectarnos antes como sér.
unido a su «nvoltura peiananente d e fluido y Uorir, «6 retirarse el sér d e la vida oi^ánica. Vivir
pojado de loe ¿ntennedios arm6nico$ que al e ■i organismo, y por consecuencia sin que po<lami06
parse d e la rnateiia devcdvió a sus elementos, mora irlo como sér.
los lecpacios interplanetaiios, en el étei universal, MtHeuer o reencarnar, e s la n ueva objeti^'ación del
las regiones d e l a substancia incorporal que son ai ■Mno sér o espíritu por s u n u e v a asociación a otro
tívas al grado d e incorporaJidad que a su envolturt material de iguales o d e mejores oondicio'
caracteriza .para relacionarse cM i ella percibiendo ■w que el anterior.
modos afectivos -y manifestándose a los seres cxtísi» Ahora bien: ¿tenemos la certeza d e q u e el espíritu
q u e la habitan. ®*te ajiles d e manifestarse en la vida orgánica?—
Deede q u e la astronomía nos h a determinado ^ K ccmo La tenemos do q u e ]«s moléculas materiales
ei cie^ i) 0 es otra cosa q u e las extensiones e s p a ^ ^ sisterL antes d e constituirse e n organismo. ¿ L a teñe-
?

de realizar su p<HencÍa para realizarse e n su


m e e dd q u o cl espíritu inace, o encarna?— X&nü»¿L
eza y hacer su bien».
¿ N o $ consta ijue ^ sér sintético (espíritu y orgifl»
T, ¿puede el espíritu e n u n a sola existencia h u m a n a
nxo asociados) muere, o q u e ei espíritu
er toda la naturaleza del m u n d o , cuando atin
deelig¿ndo£e del oi^anismo a quo se uniera, q u e W
o cada generación para sus investigaA^ones,
do ta? «spíritu conK> antes d & nacer?— Moe oooit^^
legado cien titico d e sus antepasadas, se descono*
taxito como q u e ei organismo se descompone» y las tnoli
«I la actualidad oiiá todo lo que a su naturaleza
cuias q u e lo lormai>a:n quedan tales molécula« c o «
nde?
antes do formarlo.
¿Poedc acaso él espíritu e n u n a sola vida orgánica
Luego el espíritu y la materia que fueroa un íéf
ionarse objetivajiiente d e cuantos hechos y fe­
hominal^ h a n quedado e n iguales condiciones y òr*
os es susceptible Üe brindar el m undo para
cunstancias q u e antes d e ser hcmbre.
{lar la actividad, la «sensibilidad, la inte ligón •
¿ H a h rá n perdido alguna d e ?u& pro^edades
« , y adquirir Codos los conoiiinientos de su natura-
porque son esenciales, y l a esencia oxiste.
y de su historia?
¿Habraso anunciado su potencia?— Tampoco«
Coando el espíritu ^ e n l a con iiiago{£d)le poeibiliilid
cuanto »cndio ««enciai la causa d e su realizad
fiodificarse progrcsivaTnente y tiene d deber de
es infinita.
izarlo fteceiariamfnte en toda posibilidad de su na*
■ Luego ei g e n n cn potí^nrial inteligontf (espirita),
Inleza, se encuentra e n la impcescin«Uble necesidad
los gérmenes potenciales automáticos (partícolae orf^
{«fiar por todo género d e vida, por todo nu>io
nicas) q u e realizaron al sér (hombre) existen, por
«nstencia, por to<lo orden de modalidad, por toda
monos, con igual aplitud que antes, para roconstita
i ^ e de determinación, para realizar toda su po*
Y si pueden reconstituirse, volver a nacer, re
bci& eu todos sus grados d e actividad. Tiene, no so^o
o rtencarnor, ¿ q u é razón podrá aducirse para que
fK renacer en todas las perfecoiones oi^ánico>huma^
lo verifiquen? L a posibilidad existe, y la esencia dá
m áíñán ei cerebro y corazón salvaje hasta e¿ cerebro
i i n i v ^ o tiene que reaJizarse en toda posibilidad; ht
; ccrazón europeo niás perfectos, sino q u e h a tenido
go eoi o podría pretextarse, momentáneamente, U faltt
vteir dorando y rénaci^do e n todas las perfecciones
de necesidad.
*i|inica¿^ v ^etales y animales para desarrollar su
Y decimos momentáneamente, por c u ^ t o esta
ha¿»fa {legar al grado acUvo d e la intelectua*
fia objeción cesa desde el instante que record
. en que se considera hombre.
quo e n la primera parte d e nuestro trabajo víd«
¿No vemos dentro do la m ism a raza h u m a n a indeíi-
al espíritu adquirir la evidencia de «su facultad de
■doe grados d o pensamiento, d e sentimiento y de
ccaocer a toda »la naturaleza y conservar en sí
^*ictad? ¿ Q u é razón lógica y científica puede oponer­
cciiocirnientos q u e ^quieraj»; d e que «su cxperiená
te & las q u e nos enseñan qne siundo una la esencia
objetiva e© la causa d e sus conodmiento®*, y de q«
•ilíjante de la creación y p c ^ y e n d o , por cons«*
«po»eo ia ánagotahle posibilidad d e sus detcrminac»
^(ccia, iguales pro)>iedades todos sus génnenes po*
y su inexdoguible deber d e determinarse en todi
^Bftciales consütutivos, tienen q u e realizai*se en guales
posibilidad d e su inagotable potencia», así como é
circonsU ncias, recorrer los m ismos giados y prododr Pero la wicamación y roencaniadón del espíritu
idénticas manifesiacionce?— Ninguna scgur^efite. úidudal)l(»nente obedecer a u n a ley do aüat-
Adem ás, si el m u n d o se desajrolla fiocamente 7 Ut o&tural que implique al precio tiempo la justicia
generaciones progresan e n orden fisico y moral, ¿qué exacta o proporcionalmente matemática,
ia¿6 n lógica y científica puede considerar privados efecto: l a aiinidad natural se encuentra esta*
A los espíritus d e las goneradones antepasadas qv e n gradaciones indefinidas, y relativas a los
sumidas e n grados d e inferior atraso carecíeroa os que caracterizan coda substancia.
conocimientos, d e experiencias y de determioac < ^ritu debe poseer u n a afinidad orginíca reloti-
de quo las posteiiores disfrutaron, do realizarse
todas {as condicionee posibles en las geneiudcaes »
cesivas?
i,
« a su m odo d e ser, a sjis gustos y necesidadesL
cada espíritu atiende a realizarse del m odo quo le
{«0 ^ 0 e n todos sus desarrollos, y busca, uji oi^a-
L a doctrina de la reeM rw ción n o sólo se basa o para sintetizarse, a^nitivo a sus necesidades.
la razón üJoeóíica, sino q u e está, apoyada por la m it táx direr^dad d e afinidades del espíritu encuentra
mora). L a justicia distributiva la exige, y sia elb rolaciones orgánicas, y cada espíritu en c a m a on
Dios n o sería Dios, porque Dios no puede ser eo k I «ganismo adecuado la la realización do todas sus
Injusticia. encías y hecesidades. C u a n d o el organismo an
Siendo la experiencia ohjeliva Sa causa, de los couh fM renía encarnando ino le presta y a las condiciones
cimientos del espíritu, tiene este indispensablemeirti (|K necesita, se le hace repulsivo, y entonces se
que adquirirla en. sus existencias orgánicas, reUcÍM^ hUece la aimidad natural de su nuevo m o d o d e ser
das siempre a la potencia impresionante que tofi kuia otra orgajüzación adecuada a sus nuevas teaden-
del grado d e sensación que h a y a sacado de sí milano, ■ OA y necesidades.
puede conocer Jo que n o p ueda sentir o constane Tai es la realización del progreso por éH espirita,
Por eso h a y u n ^rado do perfección orgànica p^n ndiante su contacto con la materia. Tal es la causa
cada grado do sensacióii e inteligencia; u n apaxato viul M ia 'diversidad indefinida de organismos vegetales.
con sensibilidad adecuada a cada susceptibilidad ii Míales y hoordnales ^ u e en la naturaleza existen
quirida, Y por eso h a y necesidad de que el «pínti Cada o ^ a n iz a d ó n , representa u n a necesidad del es-
reencarne en los oi^aiiismos a cada grado activo de 9 » pBtü para s u progresivo desarrollo.
ffibilidad e inteligenci^t q u e on cada tiempo de m Cada grado d e desarrollo del espíritu, representa
existencia posea, para objetivarse e n él, percibir h ^ iwcesidad de un organismo düer^te adonde in*
que Je sea posible, cí>nocer lo que perciba y conserw tór y realizarse.
los conocimientos que adquiera. Pero además d e esta afinidad natural, on gue cada
Tai es la causa d e la diversidad de inteligcndis •) f tiende a realizarse dentro de los elementos y con*
SNitimientos q u e se observan en. la humanidad: iá ^ a o n c s que constituyen s u m anera d e sér, existen
es la razón de las diferencias que caiacterizaA y ^ «as tíinidades inherentes a lo inorgánico y a Ja
tinguen a los seres h u m a n o s : t^l es el motivo de ^ ■fcílancia incorporal, que son las q u e determinan la
diferentes caracteres, ideas, gustos, a^ápiraciones, rte., Unción d e los conjuntos y do las sintetizaciones.
que existen entre los hombres, Por esta ley, cuando las afíoidades moleculares cesan
CD SU acción coorcitiva por u n a fuerza superior, ú lìaya adquirido lo q u e eJ expresado organismo
cuerpo quo forrMi>a<i desaparece íási que por eiilo k l»io proporcionarle, q ueda siendo como era, sintiendo
molécula hoya perlido s u torulencía afinidva hacia oln Deccsidad orgánica que h a perdido, y con igual
molécula homogóineá. formar u n cuerp4> encia, con idéntica afinidad que le caractorizaha
o hacia otra heterogénea para detorinínai* un com* kcia k misjna clase d e organización. Por eso reen-
puesto. ama aaturaJmenfe y sin violencia en otro o:^anisnto
Todas la¿ uniones o síntotizaciones substancial«» <«• ipud $1 que abandonó. •
ián por consecuencia determinadas por ia aünidad Si £i espíritu por cualquier circunstancia no ha
que caiucterizaA a ios partee componentes; pero cof» i^iinAo todo el perfeccionamiento que podía brindar-
iaá partea afiniüva« se relacionan por intünnediadd* k SQ unión al oi^anism o en que se sintetizó, y sf
nos fluídica^» r<^presoniada^ <.‘ii intersticiOH molecslir' te lo h a realizado en parte> la fuerza afinitiva
res, e u celdillas y cavidades, la afinidad mayor o fw poseía hacia aquella clase d e organismo, b a de-
m m o r q u e a su vez tienen estos fluidos relai‘ionafiti( Mcido reiaüv amelóte a lo que de él h a aprovechado
ontrti las partos ccmsüluycntes d e un todo, dHtf* e«traído; porque a u n cuando sigue sintiendo aquella
m inan u n a resistoniia o repulsividad entre las afí* Mceadad orgànica, es intensamente proporcional al
nidailes, rogativa a su afinidad entre las misjnaB portes. pado de su necesidad, que es lo que constaluye ei
L a s intermediaciones fluídicas represenUU), pues, tu pido de su afinidad por él.
gennon destructor d e los conjuntos o oompuesloft, 4 Como todo es solidario on la naturaleza, las mismas
que ataciiido miis o m onos poderosamente a la «ÜA!- afinidades son afinitivas entre sí; es decir, se son
dad d e !aa partes, acáha p ee separarlas con el tiempo; aküvas e n su acción en m edida proporcional y e7UU>
estas descomUnaciones no ohstmi, sin emixirgo, p^s de sus patencias respectivas. Así, por ejemplo, el
que cada parte eimplo conserve la tendencia afinitin pido de afinidad que existe entre las partes, estÁ
quo Je caracteñza, y vuelva, e n ccn<liciones JHlidoQado al grado do afinidad del fluido intermediario
bles, a formar parte de otro compuesto análogo a) ^ las relaciona; y el resto de p otenda repulsiva que
que constítoyó. ^ tempre determina la m enee afinidad del fluido rela-
Y ^ estas evidentes razones d o física filo^Hca tt úumte respecto do la afinidad de las partes, es el
fundamenta ja necesidad d e la reencarnación de¿ imnen destiuctor d e las s í n t e ^ , que realiza s q acción
rítu, y la duración d e su síntesis, o tiempo de 9t <a un
ui período matemático.
existencia hum ana. L Tan
Tamoe a ssclarecor estos conceptos para su mejor
H e m o s dicho q u e el espíritu posee aTiiiídaá had» recisión.
el m o d o orgáaiico relativo a sus nocesidades y M** fSnpcngamos <fue un espíritu encarna por primera
raciones a su m an era d e ser; pues hion; encama « en el organismo^ que le es afiiiitivo. Corrw es la prl-
se ántotiza e n u n cuerpo q u e ¡e es afínitivo, para •w a vez, sionte por él toda su nocesidad, el m áxim un
reaJizar el progreso quo sus aptitudes p e r c e p t if T •íi tendencia y afinidad deteiminada por 100.*.
Tnanifestativ'as ¿o pueden ofrecer; llega la descozn)» i Sapcngamos q u o el fluido intennediario, el media-
nación -o muerte orçânica, y com o no haya resii* l(V pÜstico que h a d e realizar la síntesis, poseo una
zado su prc^>6sito, com o por indolencia o impoaibUidsá SI Sfpiriiitim *» Uí 11
fuerza afimtiva 5 0 . Y tendremos que, it, dife-
rer cift 5 0 gradee de potencia entre ambas afinidi^
deft, igual grado d e repulsión.
E s d e d r , que ci elementa manten^loi* de ía uníót <q .£
Ue! ,alma co n él cuerpo do encuentra de conlifiM Cl
M
cotrajiostando xm parte )a fuerza afinitiva «le amlxi £
«■loioento», o ]o es igual, resistiéndo&e a ia uniót Om
con 5 0 grados d e fuerza.
SupcBigamoe abora que cadA 50* d e re estenua pin
ca/ia 100* de afinidad, consumen ei dcsquilibno d»
^ rs *2 ^
Jas partes aíinitivas e n el tiempo de cien años.
* " " ^ i
V am o ¿ a otra hipótesis necosari«L
S o « >0
Establézcame^, q u e cl oiápiritu on su segunda « • n •-
carnación, b ibie ndo realizado la mitad de su u e c Á
d a d <en la primera o seA habiendo apurado ia miUá m
de condiciones y progreso de! que pod<a liaberle ob^
» :s !2 :2 rs ^
cado el uso oi^ánico si lo hubiera tenido en constui^
w ^ ^
a c d ó n a|>rovechándolo, h a perdido la mitad de m
o
wj w ••
»'i ■
necefddad, la mitad d e su tendencia, y consecued^
m ente la mitad d e su ponencia afiniliva hacia esA
clá£o d e oi^anización; le restan, pues, 5 0 grados M
fuerza afinitiva hacia él. L u eg o el fluido armoniuate s ^ ^ ;5 :2 :2
intermediano u n a potencia laüniliva de 9 « *** >
grados, q u e neutralizada con la del espíritu, daii uot § 0 V) w \o
tn N ••
Desistencia d e 2 5 grades.
Por todx» lo cual, tendremos:
Q u o lá necesidad de progreso determinada al esp* iá
zitu ^ cada faz d e su existencia, estará maicad^ «A
B « .
e n la ley poc u n üem po de vida dado: S « ®
5i el m áxim un d e ese tiempo se delcnninara # lá B
S g- i
cada organismo h u m a n o (o animal, pues igual lej;
i B 5
debe presidir en las sintetizacioies'del espi ritu ioit» A 2
U B » = Ic
iJ
tivo y ol organianio animal), por el nùmero de lOI
.1 s, l- i
afios; si la m ayor íMDtencia afinitiva al cuerpo lue»
e- w 8- O CO
d e 100 grados y la m enor resistencia relacioiiaate de
50. resultarla 1
incidente imprevisto, entonces tiene el carácter
E s décir que, con esta hipótesis brotada de la r¿£Ói «zpiación, y el espíritu que sufre tan vi cuenta rup>
d d la ley, de la rozón d e 1 a justicia y de la razón de hzL 0 0 tiene responsabilidad alguna por el inicidenie
la filosofía, gue<la incontest^lomontc (1cmostr«]dU| m cuando sufra las impresiones inherentes a la
L a causa d e la reoncamación. ión de) cuerpo que le era afinitívo. E n este caso,
L a n ec ^á d a d dol progreso, expiar, n o solo con las angustias de la muerte
La naturalidad d e I a s muertes premaluras. , sino con las subsiguientes a la desencamación
La libertad del sér, dentro de la absoluta \tj. ando sus tendonúas afinitivas, porque así lo
El caatigo, implícito eü la falta de la ley, y 6. Y cuando la expíacióo so concrete a sufrir
L a posibilidad del esladonamicato voluntario d ^ sér las angustias d e la muerte violenta sin conse*
^ n cu ^q u ie ra d e los períodos d e su progreso. ui ton ores, el espíritu elegirá para su encar-
ley de la re^stencia q u e aquí iniciamos con expiatoria u n género d e organismo que le soa
las afinidades del espírítu y el od^anismo, en itiva al grado d e potencia conveniente a la c e s a c i ^
afecta ni al desarreglo del cuerpo u a la conse la aúütesis para el tiempo en que h a d e verificarse
de la sfllud, e n cierto m o d o ; pues si bien la desencamación.
d ^ «espíritu determina su* vida, sus condiciones org
oitedecem a condiciones fisíológicaa. L a mayor o n»
ñor ¡afinidad que existan entre el espíritu y el ca&rpi
podrá determinar m ayor o menor fuerza d e reladói
peso co n m á s o teenos fuerza, se enconlrarin
ciooados, y la vida no depende de la fuerza de relación
sino d e la relación misoia.
L o único que podrá influir en el organismo
grado d e fuerza d e reladón del e^iritu hacta él, s«i X V II
€in prestarle m ós o m enos condiciones d e resísteoo
en sus estados patalógicos, y basta prcdispoDedo
eÜos e n los últimos grados, pero las enfermediái
son puramente? orgánicas, y ellas por ai pueden «SoUdarjtUd ufiíveful.»
ducir l a muerte y romper su consorcio con el al* /PraM «t/9M á« tfl *»piri¡i*la.}
antes q u e se termine su potencáa añnitiva.
C u an d o «ate efecto es produciio por fa'tar voí*
tariamente a las leyes higiénicas naturales, el espi Todo lo armónico es solidario, y la ley de armonía
es responsable de la muerte, y tiene su castigo UBversal puesto q u e lo relaciona iodo constituyendo
conservar la afinidad hacia ol cuerpo que h a p e r ^ yoidad infinitamente absoluta del sér absolutamea-
sintiendo p u s necesidades e n el grado d e su afioiW infinito, )a unidad de Dios.
y viéndose privado d e poder satisfacerlas. Todas las fuerzas e n sus diversas manifestacionee,
Esto m ismo acontece a los suicidas. HQ la zmsma substaücia e n sus diferentes estados; la
Cuando ia muerto sobreviene prematuramente p*
m ism a oscncía on sus distintos desarrollos, c
cioneé 7 aspc'cWs.
«Todi>s ICB fenómenos <üce el geólcg<> Lecog,
tienen por causas ’¿ a acci6n <ic fuerzas interio
86 bailan li^i4o¿ d e ciñiera Í03 unos a loe
q ud n o son m á s quo el resultado de u n a misma
a unque m u y diverses e a apariencias».
£{ g e j^ o Q pK^ncáaJ se u n e a! germen pira fo
]& particuli, esta lo hace & s u semejante para ea| XV III
<lrar el cosmos, y asi succsiramente se producen
átono, 3a. moJócuía y el cuerpo: el cuerpo se arm'
con ^ cuerpo p a n elaborar el o n a n i s m o ; el oi^ <Coma&f&ftCÍón espíritu det^ncartudo
m o s e rolacáona con el organismo poía oonstituír con «1 B B cv o ad o.»
m u n d o ; el m u n d o al m u n d o para realizar (A sis (Principi«* Í4 U fihto/U íffiritiii«.)
y 4)1 e t e r n a al sistema crear la nebulosa,
anncíüiándose ^ su vez d e igual m anera da ori
en forma graduai a otros m ás vastos si^itenus U necesidad natura] d e la comunicación d e los
aimoEd^á^dosi; entre si producen !a unidad arm ñtus errantes con los hum anizados surge d e la
del m ecanism o universal. * ídad universaJ de La relación constante en que
T odo s e comunica y se influye; todo se reaccicB lodo coanto existe se encuentra dentro de} T o d o por
y beneficia e a su relación armónica: !o5 mundos fuen existe.
existencia a lo q u e producen y en sus su Veamos ahora en qué estriba su posibilidad y su
m o r a ; y cada- m u n d o e n germen, cada astro en z&ción.
maci6n, c^ada estrella ardiente presta & otros mu En primtr lugar coíisideremos quo el Yo subjetivo
l o m a d o s los elementos de vida en su ca^or y ,única consigo m is m o ; que el Yo hum anizado lo
luz, elementos «fue a su voz recibirá do olrcs ca con sus semejantes, y q u e el espíritu lo realiza
vengan tmAs tarde a la existencia. cm el espíritu. L u eg o la única d u d a que a algunos
les oírece, es la de q u e el espíritu desencarnado se
:MGMttiquo con el bomJ)re; es decir, la d e q u e dos
• ^ t u s q u e viven d e diíHnío modo puedan de aiguna
>)^ena relacicnorse.
Y esta pequeña dificultad se desvaj^ece desde el
^stMte que se sabe q u e :
El espíritu G& tiencUU; que su esencia son sus pro-
l ^ ^ e s ; q u e es un poder propio pafa determinarse
8« US profáedades; que su potencia detenninante es
Mgoublo, y que posee la necesidad natural d e reali-
zar su potencia en a c d ó n , como hem os visto eo k úílaenda m utua entre am h o e elementos pcf la reía-
parte anaiítica. üuidlca que entre ellos se encuentra establecida:
Así como q u e : el espíritu, potencia psiqmci,, se coet áedr que, el espirita, por la conelación d e interme-
pleta, para realizar su actividad inagotable en acdóQ, os afíüítivoe entre si, extiende su dotninio o sea
por su sintesis con u n periespíritu fluídico (fuerza fiáca icdón de su voluntad, al objeto orgarüzado d e su
motora) quo subocdinado a su volootad influye sobra . ¿lás claro; el espiritu tiene constante y itatural-
la substancia qne le ee extra£a; y que, sepandcr t» magnetizado al cuerpo en que hum anam ente se
d e sn envoltura corporal por el fenómeno d e la muerte tiesta corao hom bre; y esta magnetización es la
te, conserva a u individualidad esencial, y con elk « s a de su asoeiadón, d e su sintetización, de s a po-
sus propiedades, afecdones y conocimientos, como y su dominio.
m o s exp4cado e n los capitulo« x y xiv d e esta partí ¡o, la ¡magnetizadóD no es otra cosa que la
aplicativa. C(a del espíritu sc^re cualquier cosa o sér ex­
E s d e d r que, el espíritu errante, libre o desenc» para hacerlo s u objeto d e dominio y de acdón.
Ti¿Áo, posee la propiedad d e ejercer a c d ó n en la materia; ¿Qué elementos serán, pues, necesarios a la magneti-
posee ia potencia psíquica de su propiedad de aedi# ión del espíritu libre sobre el órgano h u m a n o que
en la voluntad; poseo la fuerza física com o medh proponga usar para manifestarse?
^pulsado r o instrumento inmediato de realizaciálit Ea primer lugar, ú órgano, el cual le es cedido
posee el conocimiento de com o se influye y se obn ti médium.
scá>re el organismo hum ano, y posee, por último, s » u¿3, la pasividad de) m ism o órgano, que )a ase-
afecdones hacia los seres espirituales humanizad» la voluntad d e su poseedor d e no hacer ningún
con quienes antes se reladonó. Luego, quiere, puedí de él mientras lo tiene cedido.
y sabe influir s<á>re la materia; quiere, puede y sabe U ^ o , u n a Berie d e intermediaciones üuídicas re­
fu n d c^a r e n el aparato h u m a n o en el que alguna v a tenantes entre el periespíritu del espíritu libre y el
h a existido y manejado. ¿ Q u é le falta, pues, para po­ hpno cedido del enchm ado, la que existe y a en la
derlo realizar? ¿ E l aparato..,? Facilítesele, y la diGcil- lád6n del m ism o órgano con el a lm a a que natural-
tad se ^ccm tra i^ salvada. te està subordinado.
Produdendo el magnetismo en general, la exteo* Coc todos estos elementos disponibles, sólo resta al
sión dei dccainio d e la voluntad hacia los objetos ^ritu libre relacionar s u peñespíritu al periespíritu
que le sen extraños; verdad innegable puesto que b iaocamado, para tomar transitoriamente posesión del
h & adquirido ^ hom bre por el producto de la experí» ^ * 0 0 cedido y manejarlo a su voluntad,
d a , la a c d ó n del magnetismo espiritual sobre aoo ih^cngamos q u e el ói^ano cedido es u n brozo o ia
d e los órganos d e manifestadón hum anos cedido al *a del méáivm; ^ espíritu libre los manejará para
«píritu a l efectc^ enderra todo ol misterio de la cora«- escribir y hablar, por igual procedimiento
nicadón del sér errante con el encarnado. le verifica su dueño (el espíritu, encarnado e n él)
Y esta posesión magnética, es tan sencilla coa» ^ 0 los u s a ; es d e d r , por la sola potencia de su
naturai. faïtad, trasmitida por los intermediarios Üuídloos
L a unión del'aJm a con el cuerpo^ no ts otra cosa qu» iKiouintes.
D d la m i ^ u b manera, por acción magnética, A » ;
píritu libro puv'.o adherir a &u periespíritu ( « e n «
de su fo n na o ba&e d e su tipo) u n a serie do «
envolturas fluídicai do m ás en m i s densas hasta cuít
i^ipra do ^os grados de corporalización absorbentes
luz paxa obrar, r ^ o x i ó a e n la roüna h um a na o prtÁ\
cír resistencia j sensación al tacto.
N o hablamos d e otros muchísimos medios ccc»
cícativos para espíritu desenc&m ado puede adopta
para relacionarse coo á hom bre, porque taJ emp^sH
excedería a nuestro presente objeto, el cual bo « C U A R T A PA R TE
otro quo i n i c i v la oaluralidad de u n fenómeno cuji
ccostante producción h a hecho y a imposible j
tamente ridicula la d u d a o negativa, haciéndolo denr«
d e los principios dilucidados en nuestro análm* lobn C O N S ID S B A C IO K E S GSNBRÀLES
el yo y sus propiedades naturales.
L a ley de solidaridad, ese lazo divino que \ine c
inacabable cadcrui a todos ios gérmenes pot»dai| Sanos visto que la filosofía suicida de La m ás pura
influyéndose unos sobre otros en la gran asociMÍ< m h ^ concuerda en absoluto con el Esipiritismo; y
universal; esa fuerza sunpáticoatractiva entre l a s » « a t ó la i^.ica filosofia real y verdadera es la filosofía d e
m e jan zas naturales; esa necesidad de mutua acóli ii tazón, de aquí que, *el Espiriiismo e* la F Hotofia»',
entre lo que por homcgeneidad puede influirse, bsA Tii ee lo que nos habíamos propuesto demostrar,
no (para inducir la posibilidad d e las comúnicadoMi J lo que creemos q ueda evidentemente demostrado.
ultra*terrenas, sino para deducir i a fatalidad de su ni* Pero com o además de los nodo nes expuestas, de
lizadón, puesto que es u n dictado d e la ley. pueden desprenderse mucbísimcs detalles, hay
Si el alm a ea u n motor influyente sol»e ía sul» fOfitiristas encerrados e n su sistema d e n e g ^
t a n d a Cuídica, y eeta es a su vez la fuer^^ que pcM éhti a todo lo que penetran al pr¡m^r golpe
on a c d ó n a la substanda material, ^ c ó m o se ha 4 lista, airibuyen a utopía las doctrinas del Espi*
negar el impulso de las almas sobre la inateM^ til^o en cuanto s e lo rofíeren a la cuestión re!^íosa,
y al capital a^wnto del evoludonism o subs tan­
nai, creemos necesario completar este trabajo coa
dones sobre determinados puntos d e bastante
dencia a ü n d e evitar gratuitas interpretaciones
d e ^ sentadas derlas verdades d e importancia para
^fiioscíia quo proseiitamos com o la m á s lógica y den*
que hasta ahora h a podido ol hom bre cooocer
r ^ e t ia x .
Dios, es lo único, esencialmente superior, q u e existe.
L o6 demás seres somos, osonciaJmente, iguales entro
A a ti(rt«da d de U dootrlzL» esplxitUto tros.
adoración s e rinde ft lo superior.
L & verdad, com o oontempcránoa de Dios, o A Jo igual 0 0 le de be a m o r y respeto.
ccnv> propiedad divina, «s eterna. Pero adoración no os otra co»a, que la sublinudod
Y asi com o el sol ^ v u e lt o entre densas y api amor,
fiube«^ destella siempre alguna claridad, así la Terdiá amor d e l ainor.
Circundada d e oscurantismo e ignorajicia ha dejad» T ^ amor es u n a sensación subjetiva que no puede
entrever scñaJea d e su oxistencia, e.R todos loe t l e n ^ tarso COSI ningún objeto, con ninguna ima*
I«a verdad ce la ley, y ia ley es desde que os« con ningún acto.
Dictador. El amor, es él deseo vivo, perenne, inextinguible,
N o h a y Tordad que p uoda considerarse nueva. producir bien al sér am ado, y de serle agr&dal:^.
L a verdad no s e inventa: solo se conoce. A Dios no puede el espíritu producirle bien alguno,
L a verdad c^iriüsta, existe desde la eternidad. por^e posee el infinito.
t Tampoco puede producirle adrado y desagrado, por­
fíe uo p uede producirie bien ni mal.
|[ L w fo la adoración oÍ Sér, n o piiede objetivarse,
J queda reducida al sentímiento subjetivo del amor,
E l Eip iritism o com o z e l i ^ ó n Pero com o ese sentimiento nace y se dosarroila
yw un Sér real desconocido, ante el conocimiento
La religión del Espiritismo^ es exclusivamente 4e i|ae existe y de que todo se lo debe, )as únicas
«ófica; n o tiene n ada d e fórmulas, ni d e core featacicsies dignas, lógicas, y a u n posibles (fue
ni do culto ostensible: es la filosofía pura del Críst» rniinen ai espíritu la realidad de su sentimiento,
n ism o ; Ib. ley natural, la ciencia universal, la mcril «ianifcstársclo a sí propio, subjetivamente, en to­
divina, el verdadero Catolicismo. los modos d e que soa susceptible.
S u único dogma, d amor ) Asi ^<3$, e] pensamiento dirigido a Dios, es adO'
S u única adoración, h virtud > Síntesis, Dios. tule.
S u ú ^ c a prácüca, el t^en ) ^ agradecimiento dirigido a Dios, es adorarle.
El cumplimiento activo do !a ley progresiva hacia el
III o sea humilde sentimiento a los preceptos
!• la ley de purificación, es adorarle.
Adoraeióii I*ainv^ligación de s u obra, para por el conocimien*
^ de S u efecto ér penetrando S u conocimiento, es
N o existe m ás q u e un Sér real. Dios. •dorarlo.

N o bay m is u a objeto real d « adoraáóo, ^ ^ ^ 0 ia Dios solo puede y debe adorárselo esjMri«
W m en te ; porque «Dio« os espíritu, y sus rerdadecos
adcr&dores debon adorarle en espíritu y verdáA. y en cl notnbre do nualra rosón, vorifíftamos
Dios» com o infinito, eetá e n todas partes. cuestras d-^lerminaciones. iB u e n o estaría que
El lespíritu, ti*me su conocimiento en sí inísoe, i ^ y é r s A K v nuestras producciones a Dios, y tuvié-
Luí?go, «1 templo «1» adoración para Dios, se eocoe»* 06 la osadía dei pretender dedicárselas! ilmperfec*
im e n todas portes. eu €Í nm bre de D io t!... j Errores por £>ifí$f„, j A b ­
Luego, «1 elemento de adoración, se encuentn <t adas c injusticias para Diotf L a s injusticias, ios
todos los espíritus. éwicBy los errores y* las imperfeccione« d e Txxe el espí*
lii se Mcuentra siempre lleno en su m as alia porfec-
■Aft. respecto de la Perfección absoluta, son ea nom-
IV do su razón, pos su razón y para su razón.
Q w Dícb exL‘*l&, (Tuo sea ci creador d e todo, y
Lm obrM hnntflkaas, por 1 » rasóu 7 a o po» I>ioa B no^ baya da d o ia razón (fue poseemos, nada tiene
Ypr para <fue nosotros. Ubres támJxén por S u r o ­
Ei sér relativo, 4Í espíritu infinitamente p<-rfecíibb pero al fin libres del uso de nuestra razón,
por consecuencia, icfinitamente imperfecto, s6!o pwM a tom jj S u altísimo nombre para justificar
hacerlo tc<>o <m nom bre d o su' ra^^ón liimuda, pv rá a pretextar q u e por E ! Jos profesamos ni
su razón limitAíla, y para su Jim iuda razón, r la oaadia d e dedicárselos,
tender o«ra cosa, atribuir el espíritu sus inoduccé debemos concebir a Dios taa inconcelnblexiiienta
sui^idns d e su infinita imperfección, a Dios, m tan inconcebiblemente superior a Piosotros, que
festindoLas e n S u ncm bre o dedicándt/?elas, es dos a«to 1 a enormidad <íe esa idea, nuestro
soberbia del orgullo, o el orgullo del orgullo. Toiw í^íntn no tenga valor para tomar S u nom bre por
el «canbr^ d e Dios para saiicíonar nuestros eriom. .^•íttto d e sus determinaciones en ningún sentido,
es hacerlo editor responsabld de nuestras imperfeccioM dodioarlo olra cosa que s u a m w en su agiade-
Nuestros actos y nues Iros pensamientos lys e jé c d v ^ p w it o ; no porque suponga insensatamente que piícdan
m a s y dojpertam^s por nosotros inisn^os, y deben® *íoc43ones afectarle, pues Dios, como felicidad a b ­
siempre presentarlos en nuestro nombre, en el noobd es la üunutabiHdad en la afección, sino porque
de nuestra perfección relativa, infiniJámente p eqw ^ *• A sí m ismo necesario sentir la felicidad d e aimarle
en el infiniti o d e nuestra existencia; en el n o o M de feconocerae a E! agradecido.
de inuüstivv razón, y n u n c a en el d e la Perfecóift t ^ t r o pensamiento debem os d e continuo dirigirlo
absoluta y esi el d e la absoluta Rozón. pero ú n pretender que salga de nosotros
Y nuestras producciones, siendo exclusivamente por c<«siderarnos indignos do quo a-icienda
tras « imperfectas, hijas de nuestra perfectible lék El y lo recoja. Debem os pensar en Dios, por
lávidad, d e nuestra infinita imperfección, las ítt«’ que lo profesemos; m as este amor debe ser
m os y manifestamos por H09otro9 y pora nosotroi. iJ«petao3o que jamás nos peroulA tomar S u nombre
no$oir<a, por que son ttueslras, producto d e nuostrt í* J i p a r a ejercer ia caridad m á s elevada que con-
mítación; paya notcirot^ porque a nosotros nos afectu porque debem os estar tan posados d e lo
sus consecuencias. Por musirá razón y para HQ^ücible de nuestra pequeño?, que 1a m ás grande
la Filosofía, do l a Razó n, ni de la Toodicea cien*
perfección que poeeamos en Í4 infinitud pr
y proceden con exquisita cordura aJ rechazarla,
d e nuestra infinita vida debem os de juzgarla i
este pum a, sólo ha n cometido u n a falta gr.ive si
iDcnte despreciable, para tratar de soncionarU coft
• quiero, poro repaiaLle: la de liaber leído poco y nio-
santo nombre. >
^ittdo m onos; la de n o haberlo revestido en sus
L a idoa do quo « U perfecáón de la criatura glofifia
<«0503 estudios do ia imparcialidíid indisj)ensAble al
al Criador», es aJjaurda, porq^ue entonces la gloria
■»«eligador. Adolecen dol defecto de la generalidad;
Dice ni sería propia ni perfecta: y u n Dios que viróa
fóereíi penetrar las verdades, aspiran al conocimien-
de u n a gloria pretiada y aumentase su caudal a «í«v
eñ P ft e n J o n apoderarse de la loy;
tad ajtna, sería un
^ptro Sin tralKijo ni moíoetías: quiere que se los roga-
valdría tanto e o a o el dios d e las religiones potitif«
Ifcfi los conocinüenU« y a confecciona<ios y ajusLa«lo«
i &IU aHpiradonea, relacionados a su razón, sin poner
su parte otra coí>a que alguno» insLa-ntes d e aten-
ttin: y como hasta aliora nadie les h a ofrecido el
pnwnio, tal y ccm o lo dej^oan. lo lian rechazado
todo, hasta la buona intención do los que iKxra satisla-
C a r a c t e r M del positivissio científico.— L e e positiTi^
«f a la indolencia intelectual ha n soportado mucho«
t M no p u e d en ser ateos.— X*» ley dirina y n
ií« de meditacióíi y m uchas noches de vigilia.
cumplimiento per el espíritu *—£1 m a l ne «zist««^
‘ D posdtivismo q u e debe caracterizar al siglo d e la
C 1 espíritu n o puede faltar a la ley del Bi«
fctottón, no . consiste solamente en rechazar lo ab*
n i renliaarse e n el m ai.
wJo, sino e n suspender el juicio respecto a las cues-
b ® « que se desconocen. L a razón no puedo aceptar lo
L a predisposición d e m uchos espi ritus a creer w ^
no baya penetrado; pero la sensatez d e la razón
existencia de Dios, h a sido evaporada por las ilájicf
?rciábe negar al m en o e la jxjsibiliiiad d e existir en
nociones que algunas escuelas religiosas han presté*
« a íonna 1ógioa lo& principios que so hayan rechazadlo.
do tendiendo al m á s ridículo antropomorfisro(^ cm
que Dios n o soa com o u n a escuela íilosófica
feccioaando caprichosamente u n sér a som e)aa»
,-Jjina secta religiosa lo han concebido, no quiere eso
hom bre con sus debilidades y sus vicios, aa
que Dios n o sea d e m o d o alguno; y negar en
concediéndole al propio Ü em po el atribulo
ule su existencia por no haberío ¡>enetraJo
de poder la imposihiiid<id; y rechazan, en una
comprendido d e u n a íiianem satisíacloria, es un
al dios que erta algo de la nada^ at dios que ha
miento q u e no se encuentra ajustado al positi-
cido eJ m al y se realiza on él castigando a las i i
0 Tadoiul.
q u e cum plen su imperfecta producción y
[ Wemás, ia mayca* parte de los hombres juzgan hoy
íiestan del modo que es a su naturaleza caracterí^W
■®io y basta vergonzoso ol ocuparse de cuestiones de
aJ dice,
ai Qice, eti un
fin,, que carece oei
del poaer
poder suiiuen
soíiciente
w par» ^ ^ i i V
obededdo en su ley do b i e n ^ e ta^ubién ha , a es p re< K ui^ados^e escép-
do) y a cuya rclrntad faltan los seres cuando le»- ^ fuertes y creyendo quo de e s U m a.
antoja, etc., etc., etc. Pero, en verdad ese no es el ^ m u í«, ü
nera pa»an per inteligencias dignAs dol siglo dd é a n toda W potencia d e actividad y manifestadón,
luoee y vivon a ia. m o d a ; p^ro conhinden lastit títayendo por consiguiente la única cnli lad fac-
m w te <?! caiicter propio <lei positivismo racional, qíí de ser en Sí y por Si> puesto que d e n ada extraigo
es la aceptación de k» reconocido com o vei áta para estar y para $er (1). Pu es b ien ; son
en el terreno objetivo por la experiencia sensibl«; m\ en prindpio, y por razón. ¿ Q u é m á s se necesita
ol terreno íil<»ófico, por la razón. Pu es ¿qué?, ¿raleij serlo? Quien acopia u n Sér infinito en extensión
acaso m eno s las evidencias metafísicas que los toA m inten^ón, realidad suálandal (t^crao sér) y eterno
tados del empirismo? D o m an era ninguna: tan ci«ru| infinito), podrá caer on el absurdo panteista si
€ 6 la atracción eléctrica que impresi oía nucstíO w b e explicarse la m an era do ser d e la p^rte en el
tido, c o n » el a x io m a de ra^óo « w hay efecto sin «iub.] efectivamente indepondieJito aunque sustancial-
E s más, el scinlido por sí solo no nos acusa siemf» líe solidaria; peto ^ encuentra on la iinposibijdad
positivo, sino la realidad de su afección. 1 a vista ler ateo. ¿ Q u é le falta, pues, para afirm ara en su
presonta ^ movimiento d e la t ì c m con sus m<x\ icia? Discurrir u n poco y formarse u n a noción
y sus árboles, y no el del tren en que vi&jamc Sér que digna d e Ja razón d e su grandeza
si sumergimos en el agua pei^ndicularm cnte o m •a concibe su ra^ón.
bastón, disminuye en apariencia su longitud; y » ilitin en lo firme' ai rechazar el poder divino de la
verificamos oblicuamente, se nos manifiesta trow <iiidad, y e n n o aceptar por .«m Dios u n a con*
tormando u n ángulo relativo ai grado de su ob)i< á6n tan mceistruosa. Torquo, ¿qué es ia imposibili-
E s decir que, el sentido por si solo puedo aci ano la absoluta anlite^s de lo y com o
errores por verdades si no roctificam«^ aus ef< término asolutan'.ente antitético d e cualquiera roa*
con las operadones d e la ra¿ón. ^epresont^ su *n cgaci^, b imposibilidad es ei
L u eg o la razón debe ser í»l elemento fuo( lr^k).
del positivismo dontífíco. . todo poder, es soio realizable e n la posibilidad que
Pero dejem os ahora consideraciones que a leu p»ij algo afirmativo en que se ejerce, Sobre nada, no
tivistas no deben serles extrañas, y puesto qoe M poder que obre.
repugnancia para aceptax a Dios estriba so^o en U (fl^| U Imposibilidad es lo irrealizable, e imposibilidad
n » y mo e n el fondo, intentemos presentarles solucifl^; i® pwa Dioe, com o ya lo tenemos probado en la parte
a sus duda^ q u e satisfagan su razón. •tética, dejar d e ser, dejar do ser com o es, y creai*
Estos aceptan lo Infinito substancial, fundados « de nadi>>.
n o d ó n del espacio, en las inconmwisurabi idade* aquí, por dónde la razón nos asegura, no que
temÁticas, en el más y muios, base de los» cálculos, j exista ni que deje d e caracterizarle el infinito
las certezas de lo relativo y lo absoluto. E s dedf» a n o que «el poder infinito de Dios k s k e a l , por
para ellos es evidente la existencia de una unidoa ‘to es en el orden de toda posibiliilad».
tancial infinita, que siendo e n Sí m is m a (porque Ahora bien, vam ce a exponer nuestra modesta opi«
del Todo no h a y espado que la contenga), y
m ism a (por cuanto n a habiendo n ada fuera de e‘U
en Sí todc« los fenómenos necesarios y posibles), 0) Nm rtfm tB o c » lo s c te a tíflc o i.
nión reepocto d e la «ley divina y s u cumplsmwÉi Luego, ¿im, será la pFopie<1a^l esencial de !&
por el espíritu», al laudable objeto de presentar un Di» bfinita sustancia.
aceptable a las aspiraciones del raciojtaüsmo. Luego, ia esencia o la sustancia d e todo sér y t/>la
La ley do Dios p aia el espíritu inteügeiUe, o * ma que sean en Dios, át Dios y por Dios, posee la
siste: del ¿¿m, y tiene fatalmente, que realzarse
«D su ^cfÁedad.
E n existeocia i n tini la.............................................. (Hay aJgun sér o cosa, q ue no sea «» Dios, de Dios
E n realizad6n do perfecdón en la existencia. y pr Dios?— N o, puesto que Dios es lo infinitamente
E n adcpji^ción do felicidad, relativa a la per- ^ tbeoluto y lo absolutamente infinito.
fección realizada..................................................í Luego, la esenda o la sustancia d e todo sér y coea
E n libertad de realización de perfección y ad fw en el seno d e lo Inüaito, del Sér, de Dios, existe,
quisicióji ü e felicidad........................................ poKe la propiedad de) y tiene fatalmente que
afestanc en la realiradón de su propiedad.
L a ley divina paxa ol espíritu, es la realizaaóft \ ¿Qué será pues, entonces, lo quo se llama mal 7
todo bün posible en su infinita existencia. —La propiedad esendal d e la infínita sus-
Luego para que ol espíritu faltase a ia ley diri Inda.
sería neoesajrio, o que se realizara en el mal en aif« t como n o hay sustancia sin propiedad, la negación
instante de su existencia, o quo no se realizara enli
iipoptedad es la n eg a d ó n de sustanda.
perfección durante su infinita existencia. Luego, el mal, C9 ]a carencia substanda], la negadón
¿ Puede ei espíritu realizarse on el mal, en algnc i* U la sustancia, la negadó n del sér» el v a d o absoluto»
tanto d e su existencia?— K o , porque el rcuil o/> U negadón de Dios, el verdadero atdsm o.
Veam os por qué el mal n o existe. L n ^O E L U A L KO S X I S I 8 .
Dios íes, «lo Iníinito absoluto esendal». j Lwgo, el espíritu n o puede faltar a to. ley diviifia,
Luego Dios es ei Sér de toda realidad, La eseaicj*^ « á W»», realizándose en el mal, tanto porque la ley
toda esencia, el sér de todo sér, «el Principio y el * tó Bien es la ley d e su naturaJeza, cuanto pccque
de todas las cosas». ^ «o Kdsle.
Luego, todo sér y toda cosa q ue on su infinito SJ Pero si bien el mai n o existe, se observan determi*
existen, sen esencia de S u esencia. w»es ó íicddcntes q ue difieren entre sí en la
. ¿Caracteriza a la divina esencia, al Sér de t(rfa festación Ide los seres, respecto a su propiedad
lidad, a Dios, la propiedad intrínseca del Bien? cia^ del bien; y, ¿ a qué puede esto c4»edccer?—
dudablemente, puesto que Dios es el Bien )tii h ú m e n l e a la calidad y cantidad del qvie se
mente absoluto, y el Bien absolutamente infinido. y se manifiesta; porque ceas son propiedades
Luego d pñncipio (tendal de todo sér y toda
^ todo lo quo existe y es. L o que no oxiste, lo que
que en lo Infinito absoluto, en ol Sér de toda toes, eí nal, no tiene calidad ni condidón, ni cantidad:
en Dios, se contiene, posee U propiedad intríntká ^ qce existe. Jo que es, el hien, se encuentra sometido
Bien. * íiferencLis, sujete* a calidad, a condidón y cantidad;
• c ^ b l e de 9ná$ y d e n<no$.
Y h e aquí la. újiica causa de la d ir ersi dad de deteoii *• M odo expresa la posesióu d e menor bien del que se
n &dO D es entre ios seres, rcspecto de sa propiedad ai* (Qftcibe o considera com o tal.
toral de b ie n : m a s o v s x o s pero siempre í m ; Por «90 en todo espíritu es permanente la idea de
com o m á s o m enos luz es si(fmpro luz. Um y mal, Q úo que es lo mismo, eti reaUdad^ d e mát
H e » q u i t&mbiófì la única razóa q u e puede justlfiw *7 menos bien.
la aplicadóa de La palabra mal cctoc coavencioul 7 U rfaiidad. el Bien.
expresaüva de mmcr 2»i<n. La irrealidad, el Mal.
Orados de bieii; tai e$ el modo d e realizacióa de k Luego el mal n o existe,
esencia ospirituaJ, d e loe espíritus, e n su pONtin, LMgo el e^írítu no puede faltar a la ley divina,
propiedad. foe es e l Bien, realizándose on el maly tanto porque la
Birn j mal; tal es la forma apreciativa sobre k ley del Bien es la ley d e su naturaleza, cuanto porque
reaJilación U e la esencia espiiitual, do los' espirit«^ lí » a l KO E X IS T B .

e n e a positiva propicd:id. ábora bieo: ¿ P u e d e el espíritu dejar de realizarse en


EJ espíritu se roaliía en el bisn, gradual y con«ci k perfección durante su infinita existencia?— N o ; por-
tivamente; líorque la rcAlizadón e n ^ bien sumo •. ^ ccKuo lo infinito es lo que carece d e fin> siendo la
total, solo puede verificaxla el Todo, Dios. A la ptrk, tosteocia' del esj)írítu infinita, a u n cuando infinita-
siempre con espíw de lo parcial. Bwte no se perfeccionara, infinitamente le restarla
El ¡uicio deJ espíritu acerca d e su semejante que n íafiniu ejdstenda para realizar su perfección.
realiza e n la ley, lo forma por ei resultado de la cfflfr luego el espíritu, realizándose absoiutamente en su
paración que establece entro su propio grado de rMÍ* | •>ft«rUd, «no puede faltar a la ley d e Dios».
dad o bieji el que caracteriza al que juzga; y caüBa
de bien lo igual o superior a 61, y d e mal todoio qw
a él es inferior. VI
Asi. para ^ espíritu que h a desarrollado su proj»
<lad d e &¿«n a 1 0 0 grado&> os 6í«n todos los grados ti- El Bspiritn no pnedei faltar a la ley diTiua« • & el nao
peri ores, y mal todos los inferiores (que son ip*^ di sa derecho 7 s a deber«
monte grados d e 6«m).
{•*1 gra4o 9 0 do bisn, que para el espíritu citado » CcQÜnuomos investigando acerca d e la imposibilidad
maJ, será ót>n para el que solo se realicie e a los dCf. ^ h ([ue ei e^irítu falto a la ley divina, asunto tras*
e* grafio 200 de que para a q u ^ m ism o espirito 9 «tdenlaiisimo cuya solución c o n d e n e dejar definí-
<4evado bien, para otro que haya ascendido a 301) loramente sentada, por cuanto afecta al atributo de
grafios, dorá in<ludablemente naí. isfinüo poder, y por consiguiente a la aceptación de
E a decir que, la apredación del bien es prO{»ía de c** la existencia de Dios.
d a juicio individua!, y siempre relativa a! grado i* Va hemos visto que el espíritu «no puede faltar a la
)» propiedad en que quien ju;:ga se realiza en caá* k j de Dios», ni raalizándose e n el mal ni dejando de
momento histórico d e su existencia infinita. Y la califr nilizarso e n todo su bien dentro d e la duración de
c a d ó n d e mal, e s la manifestación del juicio formul^H^ wcisteocia.
ExAmín^uiOA ahora, si e n el uso d e su áereAo j n t SQ deber por la acción de s u voluntad, cumple con la
dfhfr, pueble infringir la ley dín na. igj de Dios.
Ki d^cího nAtuT^ del espíritu, os la accióa « i » Luego el espíritu «no puede faltar a la ley divina», ni
ia ria d e su perfeccionamiento; la libertad <Ie cunipltr m en ia falta voi^untaria d e su deber
el grado de 9u d^er quo quiora, en cadx momento é» V«n03 pues, quo por ningún camino nos lleva la
su existenciá* B t e a la posibiUdad d e que el espíritu faUc ai cumpli-
Luego la ley del dcrecko, csj^ritual, quo es la U j iKQto de la k y divina.
la libertad, es la ley del Hen. U creencia de quo el cs^ritu «pueda faltar a la
J’r>r eso el da-^ciut del espíritu es solidario de n' Jer de Dios», es U soberbia m ás terrible del oi^ullo
moral y feti d^er. koaao, puesto q u e implica la creencia de que «é^
U sa P Ú 6 bien d e su derecho, c\ espíritu que lo soa» «^ritn puede oponerse a la voluntad d e Dios*, o
te a su moral y a su deber. k qae es lo mismo, que el espíritu puede y vale más
U sa menos 6irR d e su derecho, el espíritu qae If. f N Dios.
eoumcipa d e su moral j su ddfer-
L a lihfrUid del espíritu, quo es su derecho, debe onc»
trarse q>ora/ido d e contìnuo e n la volunU d de ■
m ayor progreso, y on el d e los deniÁs. Vil
¿Puedo el eepíritu faltar a ese deber?
— Sí; poro eee «deber es projwo d e su vo>untad*; IHoi ao eastiga.— Q u ie n s e fftlta y se castiga» es el
u n a prerrogativa d e su a c d ó n ; y la acci<^n d el ejerdoe MpíritB a si m ism o.
do la roluntad, es precásomente cumplimiento
la ley divinai)^ Cono un error trae por legitima consecuencia otros
• Si el espíritu se estaciona, es «en el ejercicio de a «WC8, hay que fijarse m ucho on los principios quo se
voluntad*; y ejerrdondo su voluntad, cumple la ley df 8wtüm. y anal ira ríos todos con imparcáal doteiámiento.
Dios, q u e es «^a libertad do roaUxadón«» en el espiri». U «eencia vu*gr« d e que «Dios castiga a los ospíri*
Luego el espíritu «no puodi» faltar a la ley Urinas I» cnlpiblos», h a podido producir la d e que «el espí-
en el uso d e su derecho, en el ejorcicjo de su ntu Calta a las leyes do Dices; y si aquella iuese cierta
El dfber natural del espíritu, os la ley del M «, ^ « encontraría en el seno de la lógica, Tamhíán
Ja iey del bien es la moral. l^ e r a haber accsitecido !o contrario; que d e ia creen-
Luego el dd^r d d espíritu, es ia m orai de que «el espíritu falla a las leyes divinas*,
El deber moral liega <m el o ^ r í t u ha.sta el grado hubiera deducido «oí castigo de Dios a los espíritus
su perfoccioiianuento, <
j ú q es el g m d o de sa con des». Cualquiera de estas ideas quo s e haya tomado
miento aprociaÜTO, pri^pio es igualmente aijsurda.
¿ P u e d e el e ^ r i t u faltáj* a ese deber? lo hemos visto en la falta y vam os ahora a de-
— Sí; pero com o el cumplíjmenlo del deber es prop*^ •®®l«ílo en el castigo.
d e su vcduntad, y el ejercicio d e la voluntad es 4 Soio la ley divina impera en el Universo; la ley
cumplimiento de la ley divina, faltajido el espiné ^ Bien.
Y la ley del Bien, 6 » )a ley d e la fcliciá^d, l& Ity B Tciunud, c o ante b'e n desea sentir, para realizarse
prímid. m él
£ 1 castigo divino no «xiste, en la verdadci^ accpciáfi El bien propio d e que el espíritu hace uso, es la feli-
de^ concepto. ridad que siente; y esta felicidad os el premio do su
DÍ03, solo premia. Inbajo por el bion que h a extraído de sí mismo.
Si Dios castigara, producirla la p o n ^ el disgutk^ á Toda ia feliddad q u e el espíritu anhele sentir y no
dolor, la d o s g r a m , la desesperad6 n ; descendería át fiiera sacarla de su bien precio por el ejercido de
su infinito lien para r«dl izarse e n el relativo bie*. ¿ voluntad aciivo, ¡« faltará pora él completo de
Y Dios no puede, sin dejar de ser Dioa, rcailsM a aspiración; y esta falta que el espiritu comete
sano fia S u naturaleza propia, en la práctica de) i ago mismo, constituye su desgracia, o io que es
hien. I, tu etiétigo.
El castigo divino sería, por otro lado, la di ¥ este estsulo de sufrimiento permanocer¿ en él mis*
injusticia; porcpie no faltando espíritu a la vo)u ■ 0 mientras n o rcaJice su deseo por medio del trabajo
do Dios «ai niogua concepto, cumpliendo oxtric h deeaiTollar en s u sér ol gi'ado d e bien que necesita
sus prescriptíones en el cumplimiento d e su ley, el grado d e felicidad q oe onhela.
existo motivo alguno para <fue se U castigue; y i L a ^ o el espíritu es e] quo se falto y se (rutila a sí
castigo inmerecido sería u n a crueldad, u n a injusüd^ inpo, por s u propia voluntad y on su sonsibilidad
que anulajido l a b r id a d , la nüsericordia y ia justidí jwpia.
cte Dioa, anularla su existencia. >*d)«Kenderemoe a u n ejemplo práctico, aunque algún
L a creí® da e n el castigo divino, es un error atóa teto impropio, para «seCarecer m á s esta. idea.
Quien se falta y Se cagtiga es ei espíritu a sí nárna ^Sbteticmos, convencional mente, todo g ^ e r o d e bie-
E n «íccto: M6 en el calor.
, L a facuitad natural do ««¿ir q u ^ el espirita p « W Existe u n a inm ensa hoguera que lo irradia.
se determina d e tres m o d o s: com o seneibilidai, Varios seres hum anos tienen frío, y sienten lo que
HHtación y com o tenlimienlc; y eeta propiedad de % D 2ajnoij mal ; son, por consocuoncia, dosgra4^adofi.
tarso el espíritu por sí m ismo y por cuanto extíai» ' Todos poseen la libertad de su a odó n, y pueden
a él se le reladoaa, ee la causa de su bion, porqM «etcarse al foco cuanto quieran.
es la pcrcepcióo del placer; lo q u e le hace positÍT*U< Unos lo verifican basta encontrar el caior apetecido;
dicha, lo que le realiza e n la felicidad. *0 5 se acercan algo, y sienten u n m ediano bienestar;
El m ayor bion, es la natnr^ aspiración dri s* *os permanecen alejados y sufren todas las desagra-
El placer, su m ayor felicidad, tìiiee caisecuen^áas de la falta del elemento que
Para aprociar el bien que posee, cuenta cot • « «aturadoza orgAnic» reclama.
sensibilidad, que se !o acusa íntegro. iPodrán, *^^g:camonte, los q u e se acornaron algo ni
Para adquirir el bien a que asfsra, cuenta cctt » ^ que peiTüanecieron alejado^, pensar que la hoguera
v<^untad que lo conquista. j ••a causa de su relativo malestar?— D e n ii^ u n a ma*
El ospíritu posee en *« eetncia, q u e es divina» • ^ porque la causa está en ellos que siendo libres
propiedad del infinito bien, y saca d e sí mismo, p*
De este principio tan lógico com o inoontestablo, sur*
<Íe &c(^rcarsc, u s a a osa m ism a libertad en permaof
ffc, la respen^tbilidad individuai del espíritu ante
* m á s o m enos sepajadoe.
n propia conciencia; eu redención por su trabajo
propio; su premio y su ca^^tìgo; su expiación, bu
fefaración y eu puilücación.
Lí )ey de la conciencia es la ley dol origi>n dei
VIII
«^ítitu; la ley do su principio y d e ku fin; ei instinto
poseo de su infínita perfección como esencia,
B M p o n s a b il id a d d «l espirita »o t e f u propi» conciti*
j de su perfectibilidad iiifinita com o sér; la pro)>iedarl
c í a . — S n , redención por s u trabajo.— S u expiaoióii
èrina del naturalmente infundada en toda osen*
s a reparación 7 s q p arificadóB .
0^ y sér espiritual, cerando en la potencia propia do
n deearroilo. I>a ttiaidencda natural del espíritu más
Sienc^o el espíritu u n foco inagotable de sensibyt
dcul, y d^»cqi<Iicndo su' eelAáo del género de s^ensad
o ffwios dotomiimula, m á » o ^nienos activa, m ás o hienos
toperiosa y apr(>ciada, hacia la posesión d e la fe)i-
<lo fjuc se ^ccla» su felicidad o su d e g r a d a ilopeodct
odad.
do &US propias aiccciones.
Por eso, el grado do responsabilidad del espíritu,
Cuando ee encuentra afectado ]>or la realidad k
«li en razón directa del grado d e acUvidad de su
sus as^racloQios, es dichoso.
f «lídencia; y se juzga relativamente al grado de la
C u an d o ^ n t c la Calta de realidad de sus aspii»
^ de bi»i q u e e n su sér se h a despertado, quo 04
cioncs, « 3 desgraciado.
% de bien; todo su instinto» toda su potencia, toda
Ponpie sus aspiraciones son su voluntad, y íu
M apreciación, todo su conocimiento acerca del bien;
iuntad €6 su pcnsamcnto.
Q que ea lo mismo, toda su conciencia. O b r a con
Y cuando la sensación no rc&ponde aJ p e n s ^ a d i
arreglo a lo 'q^o aáente, y juzga con arreglo a lo
y a la vcJuntad, h a y dosarmonía e n el efecto de acdót
<püe sabe.
de la¿> propiedades dei espíritu.
¿Ante ^ é n puede ser el espíritu rosponsshle 'do
l/a deearmonía en el espíritu, es lo c ^ e forma k
» manera, do sor a n o ante su propio conociniientoi
desgracia.
^ lo que debe ser ?
Para que el espíritu sea feliz, es necesario (pie »•**
Todo ^ piiitu Gs t e m p r e perfecto en el m o d o d e ser
la q u e pionsa y quiere senUr.
^ le caracteriza. Porque la ley de perfectibilidad es
C u an d o e n ol espíritu no responde la scnsacióa é
{taduil, y coda grado d e porfeccdón os u n mòdo per­
deíH'O (que ce la voluntad dol pensamiento) « íJ»
fecto en sí mismo.
quiere m i s de lo que puede; y |*ara nivelarse en ®
Luego, la ddferoncáa de r(íalización entre cóTtto ¿r Í9
mism o y ser rí»iatívaniento fvliz, tiene que 'lirigir á
J » sabe quo se debe sér; entre cómo ss obra y se sabe
peoaamjfuto y la voluntad a no pensar ni querer
ÍQfi H dths obrar, es lo quo constituye falta en el espí­
do lo que p u e d e ; a rebajar su deseo al nirel ^
ritu, para el espíritu mismo.
su aptitud sensible^ & fin d e pcner m ás taide ea
U ccsLciencia que es ei sentimiento naturai y divino
dad c4ro m ayor deeeo al que respalda la nuevu
bien, se encuentra perennemeute viva en el es*
tud sensible despertada.
piritu tal y cctno lo afecta por instinto, por inti*<ií ite al m odo d e ser q\2e por su grado d e progreso
o por conocimiento, sieniio impotente loda la fajera' eteriza, y es dichoso.— ¿ K o ? — Pues es desgraciado
4 o la voluntad para, anularla. E s u n a propioilad eseoóá ; t e e que redim irá para aairarse d e sa p e n a y
semejante a l a do vid'i; u n a propi^ddd p.^íquica cea» dstar la dicha que le falt.i.
ia «jo la sonsacáón; y así com o el espíritu ücne ütatj ¿ quien podrá redimir al espíritu sin cohartar
mente «fue vivir y q u e sentir en eu vi^la y sensibilidd TC^.untad, que es el ejercicio d e u n a ley divina,
propias, ti<^e asi loismo que subopüaarse a la acriói' ei espíritu m ism o por su propia voluntad? L^te
do su grado d e ccnciencía, oonocei^e tai y ijo es exclusivamente suyo. El se reconoce des­
¡s^i. ccnipñrarse tai y com o sepa, y juzgarse taJ j d o ; se h a joígado, y se h a visto respcmsabi©
como delia. e^ severo juez d e su cc^ciencia.
Y como Dios h a inhindído e n toda esencia de Si' i eensaciones no responden a la necesidad d e su
esencia y en todo sér d e S u Sér Jas propiedades de Si io. porque aspirando «s sentir u n grado d e per-
osencia y d e S u Sér, para que S u Sér y S u csenai a6n que ccnoce y no se b a realizado en él, sigue
aean la abscduta inftrúta perfección, la ley de juslicii^ lo como era sin haberse osfori:ado para ser com o
se encuentra indelobleiiiente grabada q ,\ el cspiria,' a ; h a carado inferiomiente a com o sabe que
y por olla se juzga y se hace responsable de obrar; h a comprendido quo su votuntad h a fal*
propio juicio. a su deseo, que se «ba faltado a sí mi^mo«j y «que
C q. respansaiiUdad dol espíritu por sU5 hechos, tí«- desamioula q u e existe entre su sensación y sus
tos siempre <le su m anera do sor, dei grado de p?op» ionee, es el casHifo natural, y consecuente de
dades q u e h a desarroilido, y d e ios conocimientos vc^untario eetado. Tiene, pues, qae trabajar en si
h a adquirido, e s u n a consecuencia inmodiíla e iw 10 para dominarse con su voluntad y realizarse
dible d o su libertad. El autcniiüsmo, es sioinpre'ii d grado d e bien i ^ e anhela sentir. Tiene, puee,
pcsisabie. desarrollar s u sensibilidad para ponerla en aptitud
El espíritu, ítcio puede aspirar a lo que aprt«,^ Afectarse por el nuevo m o d o d e ser quo espera
3<Áo puede desear lo que conoce o lo que vi»luinJ«r istar.
porque Jo absolutamente desconocido e ignorado t6 w [»Pira cumplir su salvadcr propósito, necesita de po-
nada para el sér. i^iTOos esfuerzos propios; porque siendo su vohmta^l
L a tendencia a la teücidad q u e el ec^ritu siente ds Ik que quiere m ayor bien, y la quo al propio tiempo
continuo, e s consecuencia de la ley á U bim qM !e de j^otencia para conquistarlo, tiene que luchar
tiene en cam ada e n su sér. voluntad contra la voluntad m ism a : son dos peo-
El espíritu tiende fatalmente y de continuo a ito^ diferentes puestos e n actividad; dos a.spi-
la felicidad que aprecia, para realizarse on el b«i iones encontradas afectándose mutu^tmente para m o
que coDoce o q u e penetra. irse, El querer, tiene que «levar al pod'r a su propia
líe aquí su aspiraxióci y su deseo. m ; y pira conseguirlo cuenta con la sensación,
¿ S e oncuentja el espirita afectado por la reaüdiij impresiones desagradables que afee tai al esptri.u por
d e sus aspiracicaies? ¿ R esp o nd en sus sensaciones a s«i desarmonia potencial, aum entan el poder d e la
d ^ e o e ? — ¿ S í ? — Pues s e encuentra purificado, reUfi* lütad, o mejor la predisponen a esforzarse; poro
no ú tn á o , por ùltimo, lo bastante para cons«(air
lados relativos d e felicidad y d e pkcor) la felicidad
todo 8u propósito, se ve e n la nccesidad de acudir a ia
j el placer careceríaa de realidad.
nuovo estímulo qac desenvuelva su acción. NecatH
Porque el má$ y el mtnot se realizan mutuamente
p ro d u cili seusacionos fuortomonto de^agradab^oe p«n
m lo realidad do su existencia.
quo la fuerza dol quoror, obrando do c o n d n w a
La felicidad se aprecia por el resaltado d e la compa-
anularlas, so dcsarrodle.
■dòn; y para la compaioción son neccearios términos
aqui brola la expiación y su nocc6Ìdad. De aqsi
surge el premio y ol castigo. £1 sér que tieno la experiencia de la desgracia, la
mpar:i con su eetooo, y lo reconoce en su valor;
Ei ^pirltu aspira a separarse de u n estado que w
» considera siempre relativamente feliz.
do algun modo,; y su trab a^ consiste on hacerse v »
Ùt todos las consecuencias d e sn estado presati ^ El sér que n o tieno la experiencia de La desgracia^
• I puede apreciar su estado, y se considera siempre
le saiisfaco ya, pajo aspirar a atro superior que roMtt
dado.
pota quo haciéndoselo iosoportablo y odioso, U voln*
Por t90. el sufrimiento d e la expiación es necesario
tad eo exciio poderosamente e n apartarse do él.
il lepirilu, tanto para realizarse en el m ayor bien,
Desencam ado el espíritu, sufre con la faJta de
sióci d e la fclicidad quo desea; y e^te sufrimientoi «mío pata adquirir el conocitoienío de la felicidad.
Luego, la experiencia propia de la desgracia es
pene su voluntad a «poder querer y a querer po¿s»
progresa; aum enta algún tanto su potencia, hasta JArb demento graduador que el espíritu posee para
apreciación exacta de su felicidad.
el g caído nccesarío para lo resolución absoluta de pou»
El eepíritu que por expeffencia propia conoce la
todos los medios maturales a su modificación.
fci|iacia, 6 0 abstiene u e producirla con m ayor cuidá­
Y ¿cuále© scíi estos?— Antes lo hem os dicho; U ] »
is y empeño q u e el que la desconoce.
ducción y reproducción do todas las sensacioaee
Lnego la desgracia debe conocerse, para no pro­
agradables p r o ) ^ dcl estado a c ^ e aspira a i *
fila .
pojarse.
La expiación os u n poderoso excitante para el pro­
Por eso el premio y ol castigo son naturales, y s<
peso.
encuonlron implícitos en la ley del B¿sn.
El espíritu e s p otenda propia d e su realización,
Las expiaciones sensibilizan al espiritu y le dtf .
la experiencia del sufrimiento. J ti«e que adquirirse por s u esfuerzo el caudal de
experiencia dcl sufrimiento despierta U ««•* W d m i e n t o s y virtudes q u e h a d e constituir su bien
pasión hacia el sér que sufre. y 8u feüddad futures : es u n depósito d e impresiones
J>a compasión Uovo a la candad. aioodo tienen que ir acum ulando to<los los resultados
^ su experiencia objetiva, y hasta sus tendencias
Y l a c a l i d a d coE id u ce a l bien.
Ad<an¿s^ la felicidad so aprecia por el conocí yp®saznicntos. S us hechos propios quedan indeie-
w o D t e 4enHip-<ifiadof en su c o n d e n d a , y de su calidad
do la desgracia, coroo el placer por el conoci
cide su pena o su satisfacción.
del dcdor.
Si la d ^ racla y el dolor qo existieran (qu e ^ Todos los actos repiwhablos quo el espíritu comete,
J poyecla. aun cuando no realice, dependen de su
El Stpirilkmú tí Id
ihiporfeccíón, d e su ignorancia, de s u atraso, de
ión natural, éi verdadero castigo, el único in-
f a iU do experiencia; 7 osa « a procisdment« la q »
viene ia expiación a <larle. ía expiación, sí bien es forzada e n la ley, es
¿ F u é intolerante? ¿Deshonró? ¿Hirió? ¿N egó la cari- mtaria e n el tiempo d e su realización, y el espíritu
dafí? ¿CaJuinnió? ¿ R o b ó ? ¿Asesinó?, etc., etc., ett, iftipone y la cumple cuan>Io reconoce su noce-
p\ i9 -^Ci nuevas existencias <vg¿nica^ sufrirá cuaol»*
hi2 0 sufrir a loé d em á s: n o por el m ero capricho de e^>íritu, ccsno esencial mente buetio, tiene la ten*
sufra puesto <yue sus sufrimientos no evitan loe natura! al bien, y aspira d e c<m!iuuo a »u
sus vicUmafi padecieron y sería u n castigo sÍd iad.
cruel e inmoral, sino pata que teniendo la experit
Giando existo desencam ado, vive n v ^ d e sí mismo
de los sufrimientOR <rue produjo, los sienta, los de cuanto le rodea: sin necesidades materiales ni
ca, los conserve y los evito e n lo sucesivo, me
tos humanos, sin trabajos exicriares que practi-
sándose y perfeccionándose por su pro^na oonvi<
8u actividad se reconcentra en sí m ism o, y vive
por s u propio deseo, por su voluntad propia. sus propias impresiones, en su m u n d o propio,
«Quien a espada matare, a espada morirá».
depósito de sus recuenlos» d e su conciencia,
« N o saldrá el espíritu de su prisión, hasta que
isí con o para ca<la grado d e sensibilidad desarro-
satisfecho el último cuadrante d e su deudii». en el e^íritu existe e n la naturaleza un aparato
N o se elevará a m und o s d e libertad, haslá
‘ adecuado e n donde aquél reencarua para r^izac-
Tolantaiiamentc baya expiado todas sus in i^t así para cada grado d e perfección espiritual
e a “la Tierra. en motor fluídípo, u n elemenío d e acción, un
Esta, adem ás de ser la jusdcia, es el castigo frucrtc
nvítu <pie individualiza al espíritu e n su existencia
y mofíiJizador, pnesto q u e tiende a producir el ^«anlp, y, com o llevamos dicho e n el curso d e este
I>a experiencia del doler, d e la angustia, do la
Wajo, le árve d e intermediario para obrar sobre la
de ia desgracia, etc., se adquiero e n el dc¿or, «a ia y los objetos exteriores, Y com o dicha
angustia, en ia pena y ia desgracia mismos. Y moltura fluídica la extrae modificada de su exiatenda
sér a sus semejante« p ro ^ r c io n a esas (Iesagra<
ia. puesto que os la m ism a que le sorvía de m o­
impreáones, se encuentra s<tnetÍdo a soportarla*» tor plástico entre su sér y su organismo, d e lazo
faúo do su juioio en s u concienda, para c o q ( QCDón, de elemento d e sinteti^sación, se encuentra
y .para detestarlas. ácoada asi m ism o al grado de perfecciÓQ del 01^ a-
Quien fné intolerante, luchará contra la intolerJ que impulsai^a, y a la susceptibilidad sensible
Quien deshonró será deshonrado. liada e n el espirita.
Quien hirió, será a su v e r herido. t ‘decir que las condiciones d e percepción del
Quien n o bizo caridad, se verá huérfano de ntu. se encuentran relacionadas en la vida huma-
lección. la finura y perfección de su crganismo; y
Qüion calumnió, robó, asesinó, etc., será calumwaá^^
Tifia espiritual con la perfección y pureza de su
robado, y asesinado. ¡wcáhira fluídica. ^
H e aguí la justa, la e<íuitat¡va, la terrible y £niclo<®J pues, cuando e n el periodo d e la encamación
ha progresado el espiri lu o des&rrollado f&cnl< lowiito influido por su c o n d e n d a , y supeditado a
kadc9 por el trabajo d e su actividad, no sc4o ba kt ecodiciones d e su cuerpo fluídico.
modificado sus tendencias orgánicas sino cfue ha El recuerdo de todos sus actos ^ ponsamioQtos forma
parado también u n a m odific«nón iiuidica en su cmt ■ mundo subjetivo.
po aéreo, quo se realizará naturalmente en* coiMi L u condicionéis influyentes de su periespíritu, cons-
guede Ubre d e la nccosaria acción que ejerce soto tajen eu m u n d o objetÍTO.
el cuerpo duraate la oxistencia hum ana. ¿ P ^ u r b a n su ánimo en algún grado de pena las
N o acontece lo m ism o cuando el espíritu nes de sus hechos y el recuerdo de sus pensa*
estacionado en el m odo d e ser que le carncleri liaitos?... Pues ese es ei primer género de su des*
ai encarnar, pues corno el o n a n is m o h a oonsemd pda.
sus tendencias fisiológicas (porque e n yqz de mol siente impresicriado en ¿Igun grado d e ansiedad
fica rias la r o I u n W imponiéndose y dominándolM jet necesidades matcrialfes que, careciendo d e organis-
contribuido a sostenerlas y a u n a Yiciarlas) el 10, £ 0 -pxiédo satisfacer?... Pues ese es el grado del
riespíritu contìnua inaJlerablemcnte com o era, reli» íegondo género de su detsgracia.
nado ai grado d e perfección del aparato que pn* ¿Se encuentra atraído en aJgun grado por tenden-
e n acción. « 5 o pasiones tícíosíls a determinados lugares, vién*
D e esta concordancia de naturalezas entre el ^ toe por dicha causa privado d e libertad?... Pues
riesplritu y el organismo, brota otro re sul lado « e s el grado del tercer género Qe su 'desgrada.
y es, q u e : la realización d e las tendencias vicioBi ¿Contempla a los seres que Idzo vlclimas? ¿ R e d b e
del cuerpo, se im prim en en el peri espi rila (condtK* ■íacusadones? ¿ L e reclaman reparación? ¿ L e siguen,
de laa sensaciones ai espíritu, y elemento d« ka^jortunan y mortifican?... Pues ese es el cuarto
Toíuntad y a c d ó n sobre au cuerpo) tan fiel e jn d e l ^ jfeero
,— do su desgrada.
mente, que a u n separado dcl cuerpo material y sirtiéi'« ¿Sn ignorancia, su esceptìdsmo, sus creencias, eran
doje d e cuerpo etéreo al espíritu en la exiátencia lib^ I ^ prtfundas que lo tienen perturbada la c o n d e n a a
le excita de continua hacia elias reflejándole sus i* l ^ i ^ u y e n en su sér hasta ilusionarlo e n algún gráflo
presiones; y com o al espíritu le agradan j oo Ikdéfidolo creer que existe c a n o antes, o que su
hecho esfuerzo alguno por modificarlas sujetándoi^ **^ 0 presente de existir es definitivo?... Pues ese es ^
al uso necesario, sino que las h a c o n d u d d o al a hTOl ^ t o género de su desgracia.
hasta si se quiere, desarrdlado, carece y a de luer® ¿Observa la d ic h a flue disírutan oíros seres, y la
y do dcn inio para modificaria^. •tówencia hacia él d e los que iormaron su s o d ed ad y
El uso d e las necesidades orgánicas, desaparece ^ ■ laíQÜia, enconljándose abandonado a sí m ism o, a
el organismo; el abuso es lo que imprime teudeocaíí copias y débiies fuerzas?... Pues ese es el sexto
e n el espíritu. 4 |Éwro de su desgrada.
Tales $on las prindpales causas de la ex|Madét, { Muchos otros estados, dependientes del grado de
su necesidad. W e c d ó n del espíritu, pudieran otarse para avivar
El espíritu al desencam ar, se encuentra inmedi*' tristes colores del cuadro d e la expiad ó n ; pero
^ los expuestos basta para íormarse de ello idea.
198 MANUCL Q0N2ALCZ SORIANO til ESPIRITISMO es LA FlLOSOPlA 199

y dcxlucír la multitud de formas expiatorias a que k Hgulaj entradla. Pero queda on jne la expiación dei
falla d e progreso «om ete al espíritu culpable, pflttio’ ^li^lísmo cristiano con su recncarnación y su ro-
que toda iníracci^to implica u n a conaecuenda iiwrt« ,|nción lógicas y racionales, quedando
(abfe y natural. I cada sér «según sus obras», y ofrcciondo infiniumente
¿ A qué género d e sufrimientos escapará el ospíhti Iweáioé do puiificáci^ y de progreso, condlien *de
infractor que desgraciadamente se encuentra M t i k . <Mi maneiu. evidenti sima la justida y la miserie or*
en los casos presentados? L a intensa pena que prodae» \èi de Dios.
el recuerdo d e bechos ciiminales: la desesperante
s e d a d de sentir necesidades impericias que uo hi;
medios do satisfacer: ia terrible desgrada de penicfli IX
liberiad: la inm ensa m orüficadón de encontrar&o itK
Ctua de a o darse el Yo oue&ta de q u e existd e n el
doado de acreedores q u e recuerdan, quo reclaiatt,
primer periodo d e i n Yida.— C » u s a del olvido de
que exigen, que insultan y a m e n a za n : la profuoái.
l u 9ziatencias anteriores.— T u r b a c ió n del eipíritu
desdicha de creer que s e vive en m edio de la socisM
h u m a n a y ver que nadie contesta a nuestro lia » dffpués d e la m uerte.

miento ni r e ^ n d e a nuestxas manifestaciones ni «


fija e n nuestros esfuerzos; la inconcebible desesperaote Nadie que discurra so atreverá, seguramente, a ne^
d e ignorar que u n a intensa desg rada tiene térnái^ espíritu reencarnado pueda d e algún m odo
creer, p « el contrario, que os tan irremediable coo> i ^ su existencia m d e su Yo durante los
eterna; la insoportabie indignación contra lo* « m "i® « i hum aíia; !o único que puedo
* *
ctwoddos, quo desatienden* *
coajido se les necesü y sobre este punto es la duda, en vista de la esca*
desprecian cuando se les implora, etc., etc., eíc. To* « de majiiíestadoffies q u e produce el ni fío; m i s tam*
lo q u e puede herir el alm a; todo lo que puede ■ ^ 0 sería esta u n a razón filosófica, puesto q u e ni todo-
pasarla de dolor; todo lo ífue puedo transirlá '•O <|ue deja de manifestarse se deja <le realizar, ni
;,Wo io «que se realiza s » nos manifiesta. Nuestra*
angustia I
¿ Q u é m ayor castigo, qué m ás grajide expiaci<^í T '^ tu d e s perceptivas son m u y linútódas, y f»asan des-
todo natural, justo, nocesari‘>, reparador y benefíóo» ’^wabídos para nosotros la m ay o r parte d e los fe-
||ifcE>enQs oaturaie«.
El in fic m o forjado por el Dante con sus d r ¡ ^
concéntricos formando terrible cono basta el ceaW ^ Esta ligera consideración sólo tiende a patentizar
do la Tierra, y el soñado por Teresa d e Jesús, í? prudente que sería negar la realidad d e un
sido converUdos por la geología en lechos o j.tóo por el solo molivo d e n o habernos directa»
sólidas y superpuestas constituyendo el gJobo que ^ laite impresionado.

bitamce, y por un fuego central que sin quera« » Sin embargo, ^ espiritu recién encarnado bien pu-
espiritu ninguno, so v a extinguiendo gradual y 1® ; •ffa encontrarse en estado d e turbación por causa
« la radical metaanorfosis ^ e se halla si¿riendo ai
lamento.
Al mitológico Purgatorio d e S a n Patrido, ya no •• del estado libro ai do la encarnación y encon*
pcaveti^ por Irlanda, pues la d e n d a ha cegado “ restringidas sus facultades y aptitudes mani*
feafativas por 1 a imperíección deJ ftpaxato orgiiico^ * ]noto sus in3Ünios d e conservación, y derbos detalles
guo se encuentra scmeUdo, el cual no le bríncU, b«sU è c(Hnparadón y juicio (rozón) al distinguir a loa
q u e llega & cierto grado de perfeccióa y desarroUo, vts (fuc satisfacen sus necesidades, al desear dertcs
l&s c O D ^ d o n e s necesarias para poderío manejar, ti h|ires (todo relativo & sus medios orgánicos; lo que
fin d e expresar por su intcrmodiadón sus Ímpresi<M. 'jTBeba que su turbadón no es tal que lo prive en al>-
Esto pudiera ser suio u n a ccasecrueacia íisiológícA» w ü o i^Bto de su c o n d e n d a d e existir; sino que intuitiva*
pataJógica lo es el quo el espíritu d e u n congostíooAdfl^ «ote !a conserva, y pceee reminiscencias de sus nece
n o p ueda m anifesüxse apesar de poseer su cuerpo K » . y d e sus aficiones, hasta donde su ce re ro
cctnpieto desarroHo orgánico. rmito la exdtación imagii^tiva para representarse
Si idi un buen pianista, por ejemplo, que no puedai é <i mismo impresiones i>asadas, que es lo que
manifestar eu intcligenda mVisica sino por medio 4d Imdx la memoria y constituye los recuerdos.
eonido Sel instrumento, se le ofrece éste dcsatinaib; Es un error suponer que ^ espiiitu hum anizado
y con un apagador sobre las cuerdas, todos sus esftitf^ (ftnae con absoluta independencia d e la matería^ pues-
zoe maniíestatiros serán infructuosos; y ape:su de d que la síntesis de am bos clemx^ntos es tan intima,
poseer su inteligencia ^ su aptitud nadie se apercilúl, se afectan m utuamente d e sus propias im{>ffesio-
de gue las tiene o las conserva; pero cr>nforme se : así se ve, que u n a m a U notida, Ja idea de u n a
vaya poniendo en «períecdón el aparato», confo acia o de u n a dicha inesperadas, afecciones de
el apagador 9e vaya separando de la encordadura y estf puramente espirítual, interesan al cuerpo hasta
se vaya afinando, irán percibiéndose primero sooidQt Dcirie enfermedades y a u n la m uerte; y por el
coda 70Z más daros, después períodos de más en uieooi Iruio, las afecdones orgánicas se reflejan en el
discordantes, y por último frases y piezas de más « '•píritu paliándole tríste, irascible o contento; prívin*
itià s armórucas, de más en más expresivas y de cúa i ^ d e poder pensât, perturbando su m emoria, alterando
en más perfectas. Sin embargo, el pianista (sér inU' « razón y oscuredendo su juido. E s decir que, en
ligentc en música) conservando todos sus conocimieotoid jiísUdo hum ano, el espíritu y el cucfpo se modifican
«en si mi^mce con independencia del piano (orguúsatfl se afectan de ccfitinuo, necesitando d e excitaciones
de su maniícstadón) no puede rolaciooarse «musicil* tiócrena^ para q u e se realice la unidad hombre en su
mente» con los seres extraños a su sér, ni darh»s pru» ■Udo de naturaleza perfecto, que es u n estado superior
ba alguna de su ilustradón faasla tanto que el institi' *1de la material, e inferior al del espíritu : u n estado tnix-
mento intermediano ^ encontró en el grado de el que la materia se eleva y el espíritu desciende,
perfecdón indispensable a sor manejado por su volaa- f de esta reladón sintética resulta que el espíritu nece*
tad y a responder a sus esfuerzos. fe para todas sus ope radones el concurso dol cuerpoT;
Pero d bien el espíritu reenrarnado no manifií*U Ujubién q u e no » l o h ^ y a perdido el espíritu su
su conocimiento propio e n los primeros periodos d® ^ W a d do fun don ar intelectua'mente, encontrando en
su existenda .hum ana, tanto por la imperfección del ^ trabajos nwntales la resisten«a de un elementa
instrumento manifestativo ;que posee, cuanto por h perturba de continuo, sino que además de esa
turbadón consiguiente a la radical trasformadón rtirbacióQ constante soporta otras m ás intansas e in*
tti jQOdo d e existencia acaba de sufrir, expresa por ¡o
202 MANL'CL Q0N2ALC¿ S 0 R ¡A N 0 ti £$PIRtTt$MO fi$ L A PILOSOrlA 203

termitentes C4/la vez que d organismo es íDvadido htu hacia el oü^ani&mo afinitívo a su manera de ser
por agenl<^s morbosos o sufre alguna aJteradóo. « cada gnido d e su progreso: de donde se desprende
El e^íritu pierde, pues, ai asociarse a la ma^ena su foe, cuanto m ayor es !a fuerza aíinitiva entre el
libertad 4 o acción; se (encuentra influido por ^lo, j con* «píritu y el Qi^aiusino hu^nano, mayor influencia ejcr>
9ecucntementc supeditado a jad condiciones que en «cudi n este sobre acpié!, m á s se estrecha el lazo que los une,
estado oi^áiiico» puede ofrecerle: asi sus fa cu l^e ^j Íi Mociación ce n\ás intima, la síntesis es m á s p e r
si bien se conservan integralmente latemtes, no pued«’ leda, se «vicuentra rrú» supeditado, y ia potenda
funcionar e n su p o ten d a p r o ^ quedando más o n » M espihtu para exdtai^e a si p r ^ i o e n sus operaciones
nos perturbadas. Subjetivas quoila tanto m ás d c u ü t a d a y perturbada,
Tai es la causa d e (pie u n espíritu reencarnado no h • tuU) m ás ine
dé enfria cuenta de su existencia ni su Yo en )a f Qumdo el oi^anisjno se encuentra extenuado por Ja tisis,
)os primeras años d d su vida bu^najta, a«^í como tm b ik ¿ t í e ^ r i í u irra*lia c<w m ayor libertad; y m enos reía*
d e que, a u n cuando se la diera en algún grado, no ióon&ilo al cuerpo tiene recuerdes y concepciones st;-
‘pueda maniíc$taiio al extcnoc. Í]0tore9. L o propio acontece e n ei sonambulismo n¡afí*
^iético. Pues bien; esta «porturbación nalura>» por las
* arcadas causas sólo permite al espíritu reencarnado
h eoDservadón d e dertos destellos intuitivos q u e se
L a causa d e q u e el espíritu reencarnado (hombn)^ f i s M ú n a n «presentimientos;», y no son otra cosa en
no recuerda sus eTÚstondas anteriores ni el objeto di U rt&^iJad que reminiscencias m ás o m enos vagas (según
su presente encamación, se relaciona íntimament« c a í ^ grado de relación entre el espíritu y el cuerpo) de
io q u e dejamos expuesto. la misión o ex p ia d ó n impuesta o aceptada por sus de-
V a hem os dicho que en el estado hum ano, interior laminación os en el estado libre. Por ello, cuando por el
al espftnlual, la pot<mcia d e las facultades del (‘Spírítt ioiómeno de la muerte rompe el espíritu los lazos que
quu<)a perturbada; y c o m o .e ! rcm«ráo de las k supeditaban a la materia, fuuciona en toda su po>
do n es sufridas o ijnaginadas se produce por medio di tecia y trae a su presente pensamiento el recuerdo
ia exdtación potente del espíritu para representarse Iw de todo su pateado.
imágenes ^ e desea, d e a ^ í procede fl oltidc. Cuuto V no existe motivo a'guno de extra fi<»za en la
m á s distantes se encuentran ios sucesíK, mayor potsoctt ftolisadón dcl fenómeno d ^ «o.vido de las existen*
exdlativa tiene el espíritu q u e emplear en su operidós ÚB SAleriorcss, cuando observamos el d e la pérdida
imaginativa para traerlos al «presente de su pons»* ^ dtí recuerdo de ínuchas impresiones e imágenes de
miento». ^ « i s t e n d a presente; porque si las sensaciones sufrida»,
H a y q u e tener m u y en cuenta otra circunstacda qw ^ igual j>otencia q u e pueden ser excitadas se borran
inC uy e podo recámente en la cuestión que analizajnos* o menoB, y a u n por compicto, en el espejo reflector
y es que, la reencarnad ón n o puede veriRcarse ft dei alma, ¿co n cuánto m á s motivo no sucederá cuan-
tad d©i espíritu, com o algunos b a n supuesto, sino * ^ la sensación e imágenes percibidas por u n grado
c«is e c u e n d a de su necesidad, por efecto de la ^ potenda^ sean provocadas ai recuerdo por otvo
aíinitáva natural q u e irresistiblemente atrae a cada íierente?
« L a inioQsidad d e acción de toda potenda esfúi-
tual, eetá e n razón, directa, det >grado de su desamUi,
He
« inversa d e las resistencias quo se le opongam
Tal es la ley natural que rige las facultades del pcasi.
Pero para el objeto dei progreso dol espíritu no es
uüoQto y ia memoria» y a la que se cticuenM
. Mcesario el recuerdo d e las pasadas existencias, y con
subordinados, h t recuerdot.
las intuiciones, propensiones y aptatudos tiene lo bas*
L a potencia resistente contra las fundones psicoU*
tute para conocer, si razona, cuáles soa los vicios que
gicas» se encuentra e n razón directa del gr¿do
it araztorizan, la misión que está 11agnado a realizar,
afinidad y unión entre el espíritu y el cuerpoK
7 el género d e conodmientos a quo debe dedicarso.
Esto, sin contar con que las modificadones
£1 recuerdo dol pasado en las roencajnadones puedo
fi\cQ£ producÍ<las por estados patológicos o posionalei,
lemce m u y perjudida i, y no reportaría ninguna con*
influyen poderosamente on las potencias rcsi^teot««..
m e o d a daxlo el objeto dei renacimiento.
D e estos prindpios, axiomáticos se deducen ooos»
En efecto; ^a reencainadón se verifica para et pro**
cuencias que nos muestran todos los grados de m et»
{teso del espíritu e n sus dos órdenes de moralidad y de
ria que pueden existir, asi ccíno las causas de \oi
^iHtmcción: ¿ q u é importa, pues, no recordar todo lo
recuerdos y del olvido.
fie no afecte a estos objetos? Al estudiante que h a
Si el espíritu funci<ma en toda su potenda, poeei
» Rdizado u n curso, lo que le conviene recordar para
d recuerdo d e todas sus impresiones: tal es el r&Udp
ns sucesivos estudios, para la c o n so c u c i^ de su
libre o espiritual.
curerà, seo las asignaturas aprendidas, pero no las
El espíritu encarnado o sér hum ano, solo p->aeet4
Inreeuras ejecutadas por él ni por sus condiscípulos;
de sus impresiones el recuerdo relativo a las reú-
luDpoco el carácter d e sus profesores; nietos las con*
tendas que se opongan' a su función, lo que le permití
^ o n o s del edificio donde m oró durante sus estudios:
d grado d e la libertad de a c d ó n quo goce; pero eo
irecuerla la de n c ia y la moral que le enseñaron?
el moro hecho de estar influido por la materia en que
esa intuición es la útil, la necesaria, la que dos*
se sintetiza y a n o podrá do m anera alguna posMf
^rtari inmediatamente su aptitud. Vuetre luego al
perfectos los recuerdos d e sus impreaioaes
■■sno cc¿€^io, o a otro, después de vacaciones, y
L a s intuiciones, Jos presentimientos, las aficiones,
v^re la baso d e sus conodmientos adquiridos esta­
aptitudes, las simpatías y aoLipatías sin causa reo»’
blece sus estudios nuevos para proseguir la empreñ­
d d a , etc.^ etc., soax las reminiscencias que le qucdaa
ada carrera sin q u o en ello Influya pvura n ada sus
al hom bre de sus pasadas impresiones, grados de r»*
kecbos personaies independientes del objeto. Pero su*
cuerdo m á s o m enos claros y concretos, mateniili-
Jugamos quo no se haya otviolado do osas circunstan-
camente propordonales entre su potencia propia J
óis extrañas; demo? por sentado que recuerde todas
las resistencias extrafUs que le in£uyen.
^traresuras, los ajítos todos d e sus condiscípulos y" sus
H e aqui la razón filosófica incontestable de la pér*
•tóstíos; que tienen grabados e n su memoria los cas*
dida del recuerdo d e las encarnado oes anioríoreSi
“|os redbidos, los insultos, loe perjuicios, los malos-
^*Í4mientos, las traiciones y las injusticias cometidos
« él per los demás, o en los dem ás por él; y al
m e entrarse de nuevo con aqucUos tnismofi sores ea lindadas al despertar, relativamente a la intensidad
ei colegio a d o n d e Unibién ha n ido a proseguir a u » la natura] cm ^estión que lo produce: cuanto mád
tudioe, s e d(!splertan todos su^ renccvcs. iodos sus odio^ ifieado se encuentra éi órgano cerebral, o sea cuando
todos sus Feeendnúcnlo}*, t o d ^ sus idea^ de vengaúza debilitados se encuentran lee tubércu'os ence-
contra los quo do cua]q;uior m an eta le ofcnditroi, »06 de los nervios sensitivos, y el sueiio « m ás
y su vcrgüen^ak, su disgusto y sus temores contra ndo, que es cuando m enos se relaciona el aJma
m ism o por los q ud on cualquier soniido él ofendió: ios nervios, el olvido d e lo soñado aum enta hasta
ei>to turba la paz, La buooa aniionía, la íiajiquil» or en absoáuto la memorLi, Tamljión el sueño
para ol estu^Ko, el desarrollo del airior hacia los por completo las impresiones d e la vida de
ntós, ote.» ote. Semejante recuerdo sería un marlirio 9kc¡&n o dfí vigilia. m ^ificaciones orgánicas
en voz de u n a felicidad» e a vez de un. beneíicio m jor estados patológicos, corno acontece en la t¡f<>idea,
imrienso perjuicio. las congí^tionos cerebrales, en ciertas heridas y
Pue^ bien; este colegio y esta enseñanza son un tudones en la cahez-x, producen u n olvido relativo
simi! períocto de la vida humajia, d e la roencarnsdói^ pasado, llegando hasta el extremo e n algunos
do los espíritus (¡ex los m undos, colegios aiocde rcaJia de perderse p<s completo la meimoria y tener
sus estudios, |adonde eursa las asignaturas de ci' empezar por enseñar a hablar al convaleciente,
rrf^ra tle progreso, a donde adquiere y desaxroiU» por 1 las modificaciones orgánicas pro*lucidas por el mag-
Ja uv^ación d e ntacstros y por las enseñanzas “ üo, nos evidencian d e u n a m anera concluyente
1« proporciona la experiencia propia, los <*'jnoci «iatonda d e esa ley a que nos referíamos, por
tos y sentimientos q u e ha n d e ir oi ovándole to todos los sonámbulos perfectos olvidan al des-
o m enos ríipidamente, según su voluntario apryvector cuanto e n taJ estado han dicho y ejecutado;
m i ^ t o , hacia la purificación y la sabiduría, hacia ú así com o ai volver a la vigilia reanudan los
bion. hacia Dios. ¿ Q u 6 !« i i r ^ r t a ai es;>'ritu o M A í ordos d e su existencia social d e relación, así ¿ú
sus vkisi ludes si ccmsen*a el fruto de ella^? Y eat*.' de nuevo sonambulizados correlacionan sus hechos
fruto es indudable q u e so conserva; e n donrlc sioo ifo|taci(Mie8 sonamiúlicas anteriores con los pre­
e n él pudieran encontrar su origen las aptitudes «•< stes.
oataa? ¿Cuái otra causa puede lógicainonle atrib i)e donde resulta quo. cada acciílente orgúnico-cere*
a esa infinidad á<* diferencias intelectuales, aiJÜtu6tf^ kftl representa u n a modificación e n las relaciones del
ci«itíficas, artísticas, etc,, y a esa diversidad de sfli'*? t o con el c u e ^ , cuyo resultado es la pérdida de
timienlai que olsers^m ^s en're >o^ liomlre?? CuaUfuers j < Bcmoria.
otra causa quo n o fuera !a adquisición propia y anteiícc.^ [. T si eslo sucede dentro de u n a m ism a existencia»
por medio del trabajo, resentiría la justicia distrihuíh^ ^ J en m ismo organismo, ¿có m o no h a d e acontecer e n
absoluta q a e caracteriza a la Divioidad. * í*so o eocai’nación a otro organismo?
Ad em á s 'a experiencia de los hechos nos conduc# ^ turbación e n q u e el e^íritu que<la sumergida
la certeza de q u e existe u n a ley natural que vela k« és d e Ja m uerte del cuerpo on que moraba,
recuerdos en el espíritu por la¿ modificaciones orfi* lencia d e la confusión d e sus recuerdos, es
meas. Las actividad«« espirituales on el sucAo, rcionai e n intensidad y duración a las drcuns-
M ANUEL O O N lA iE Z S O R IA N O EL E S P IR I T I S M O B$ LA H L O SO rlA 209

tandas d « U d&sencamacíón, a la potenda aüm ün do las propiedades espirituales reaJizan los grados de
restante hacia c\ organismo perdido, y a la mayor o H perfecdón.
la m enor caiíormidad voluntaria del espíritu acerca Laego, ia causa do los diferentes grados d e moral
d e io que do sus aspiraciones h a realizado. Porque «1 ^ distinguen a les sores, es consecuencia de 3os di*
espíritu posee fuerzas propias para modificar eu á irafes gcados de sentimiento que ha n desarrollado.
m ism o los efectos d e influencias extrañas^ y aun k« Cada sér aprecia ol grado de moral que siente en
provocados por su m anera de ser. oda momento histórico d e su existencia.
¿ Q u ié n potará dudar d e la eficacia de estos plomedMl Cada sér practica el grado d e moral que siente.
espirituales para aminorar ios propios suMrnientos uen- Ludgo U moral es relativa a la perfecdóa del sér,
tralizando unas veces las desagradables afecciones, j j cada u n a d e sus fases se encuentra en armonia
hasta contrarrestándc^as y destruyéndolas en o!ras oor «on la del sentimiento que le caracteriza.
siones? U n a pena nos agobia, u n a preocupación d06 Loego la moral o a el sér, siempre es la que co*
morüiica, u n a angustia noR aíiige; y si a estas fuer*» oeepcmdo a su grado de perfecdón.
impresionantes se les opone ia rosistencáa de las antes Luego la moial d e todo sór, es la necesaria a su
enunciadas, si enéi^icamente procuramos combatí m e r a de ser, y en todos grados perfecta ai mo<io de
con la fuerza d e la resignación y l a esperanza, nu«ln * » que corresponde al sér.
turbado espíritu se rehace, se despeja y se aiírii; Pero a u n cuando ia moral brota, oomo antes mani­
pero para esto se hace necesario haber desairolUdo festamos, del sentimiento, e n la solidaridad armónica
dicbas fuerzas eo el alma, lo que forma una de lis \ cecesariamcnte existe entre las facultades del
fases de] progrtso. «píritu, interviene e n s u conodmiento la razón; y
íegíin esta le aprecia, así produce sus efectos on el
terreno de la práctica
L a moral no es otra cosa que la ley á d W « .
Luego la moral debe de aplicarla el $ér a sí mismo
f a los d ^ i á s seres.
M oral 7 debev A si mismo, cam inando ripidamente h a d a la perfec­
ción,

La moral es una, porque uno es Dios, una es 1* A los demás, ayudándoles a su progreso y procu-
undo íu bien.
e se n da , y u n a es la ley.
¿ E n quo pueden consistir, pues, las diferencias De aqui dependen todas las prácticas de la moral.
dativas, y por consiguiente priclicas de los s«es £l que progresa, s e prodace bien, y el que ayuda
c c n respecto a la moral? a los demás a progresar les produce así mismo, bien.
Soio puede enconliarse la razón de este natoxil La producción d e todo bien propio y ajeno, os la
iíatesis de la moral.
ienóm cno en u n a causa naturai.
Sabem os que la moral sui^e del sentimiento. Porque ei la moral teórica es la ley del bien, la
N o ignoramos que el sentimento es u n a propied** píáctica ee su realizadóc.
del espíritu, y tenemos la certeza de que el desaxwfl» SI X tfiriiU tt» tí lá 14
M a c u l a d a ; perqué siempre ee nianifestó como natu-
V nlmente era, y nunca faltó al deber d e maniíostarse
eo su manera d e sér.
L a ley d c l dcbtr es ley d d bien.
L a ley dcl bien, es la inorai. •
Luego ei deber,* la moral. X!
Luego el d<ber y l a moral son la prácücA Jel Utt
Las jTusmá^ consideraciones corresponden, p u ». il Brolu o io&ism o rJiÍTertftl
deber <jue a lA moral: del espíritu b r o U n ambos, y U
^recútci6n d e su razón es la causa d e sus efeetOL Una vez aceptadla la vnidad substanrial de lo que
£1 debfr il<^a e n el sér, hasta el grado de a convencional m ^ t e llamamos Creación, predso se rw^s
sentimiento y de s u a.preciación. bice convenir e n q u e las diferencias característicaa
S u faita consiste o a el defecto d e practicar cl bí«i entre ^&s cosa.«; y los seres observamos sólo
que se siente y se conoce. son aparentes on cuanto a la substancia que los consti­
Quien practica el gr&do d e bien ([ue su senü tuye aunque reales e n nuestra afección, Porque siendo
le inicia y reconoce su razón, se encuentra siemjw a J a forma el producto d e u n m o d o y coila m odo ol
el lleno de su deber y en la j^enitud de U 'electo >áe u n fra<lo de desarrollo, Ja majiera d e ser
Porque lo quo deja d e cumplirse por carenza de Uíia m ism a substancia vai^a en sus individuali­
sentimiento y apreciación, no constituye íalta. ^ c e s pe«* la potencia infinita do sus propiedades
Quien practica u n grado menor d e bien que ^ ^ y ,eí graílo q u o do las mismas h A desarrollado, Así
su sentamiento le inicia y reconoce su varón, falu ptos, toda la eubstancia tieno que evolucionar on
a 6u deber lauto c a n o sintiendo y conociendo lo ^ todas las forman m turales y llegar a la m ism a per-
dejó d e practicar. íttoón e n «u infinita existencia: porque siendo toda
Porque lo que deja d e cumplirse a coaci«tói4 1 U snbsífancia ntut, poseo las m ism os propiedades y Üene
voluntad, es lo q u e implica verdadera £¿lta. ^ e realzarse e n las mismas manifestaciones.
Todo sór tiene el debtr d e manifestarse como De aquí brota la endencia, tanto de que todo estado
Taimente és. Y com o superior a c o n w se és, no »bstandal íes tran«tor;o, cuanto de quo la afinidad
manifestarse, su dtb^r moral q ueda extriciamente cu» «ToíuciwüsTOo es e n io que se refiere a la totalidad
p ü d o realizándose de continuo en ei m o d o de * * W JHXigreso. Porque si los m odos fluid icos, y la.«í
que le es característico. termas materiales, y los estados espirituales fueran
Por «so cada n » d o de ser tiene su perfecdón tiw ©írciüo¿ infinitos, o la substancia no pasaría del
luta e n sí, y su perfección relaiira on lo áup«tf pnmero en que estuviera llamada a rAalizarse, o im-
fuera de sí. (Picaría ia trinidad substancial de la creación.
Por eso uji sér quo en sus diferentes grado» « Es decir que, substajwíia que se roalizaja fl'uidica-
progreso natural o e n sus distíntos m odo s de s « b*y» • « t e , sería anfinitajnente íluido, y su infinita exis-
cuínplido en cada u n o el deber moral de sa la emploaria e n manifestarse en todas las con­
de sentimiento y de razón, será un sér de p « « * c o n e s lluidicas sin pasar jamás al m o d o condensativo

j.
que produce la íonnA mát«rial : La materia &crla ojste la dualidad nióslancial sintetizada, constituyendo a
materia sin t r a s p a ^ loe limites d e su iialuralua; Dios, uno d e dichos elementos substanciales ee el
y ei espíritu n o liabría atravesado los modoe y U& ibsoluto e inilnitamento perfecto, inalterable en Ba
formas substanciales d e la materia, y el fluido per­ pirfección e in m u t ó l e e n su m o d o ; y el otro, el
maneciendo desde la eternidad ai íqSqíIo de su sér 4»o!uto o infinitamoQte peiiectible, progresivo e n su
eo. la realidad espiritual, a ú n que pasando por todos perfección y mutable e n su modo.
lúe grados á e desarrollo inherentes a la naturales Sabemos así m ism o quo, la unidad tubslancial abso-
d e su esencia. . lata e iDfinitamcntc pcrfecta, no puede evolucionar ni
Esto demostraría, e n primer término, u n a fatal p«« Bodiücaxse, y tiene que permanecer eterna e infi-
turbación en el orden científico, por cuanto de la fiitameiite ùnica en su absoluta perfección; y q uella
unidad d e Sér b¿ibría surgido la trinidad de ^ubslancú: ^ wtidad tubstancial absoluta e infinitamente p<rfeclibU,
y ni todo tojidria igiual principio ni tendería a idéc* * ttenc que evolucionar y modificarse, q u e p e r m a n e c e
tico iin, formándose el universo d e tres natural«» eU m a e infinitamente múltiple e n su relativa perfec*
distintas con tre$ ieyes diferentes. K n segundo lug^i «6n.
e¿ poder infinito do Dios quedaría anuladlo poi cuaatfi Si«ndo la creación progresiva, su causa inmediata
no realizaba e n la posibilidad d e u n progreso tíeno que ser el elemento imperfecto, unidad fxihs-
tamente perfeclOj, Umiliwdo la perfección de la subsüa* k»cial absoluta « infinitamente perfectible; la qae sus*
eia quo forma parte integrante d e S u Sér. Y p « entibie de modificación puede existir en el evolucio'
último, la justicia distributiva d e Dice quedaría destmids a sn o , en !a diferencia, en la m edida d e relación y su­
ai n o haber concedido a toda su obra igual natunl«i» cesión (espacio y tienipo) e n la variedad o c o s a s dis­
iguales aptitudes, iguales propiedades e iguales prie* tintas, en 3a particularización o seres diversos.
d p io y fin. Luego la substancia constituUva de lo que llamamos
Así pues, las tros seríes generales en que la subs' creación o Universo (m undos, seres y cosas) ee en-
tancia universal evoluciona, «F.uído, Materia y Espina», cnenlra formada dol elemento progresivo, de la unidad
scíi iimiladas o finitas y solidarias entre sí, coiuti« «bsíancial infinitamente períoctiblc.
tuyendo el infinito progreso de la misma. Luego, la causa subttancial de la creadón es la
Estos breves raionamientos conducen inconteaUNfrJ; unidad éuhtlancial, una substancia naturalmente idéntica
mente a 'Ja adm isión del evolucionismo subslancUl; a si m isma e n todas sus partes, en tod^ su extensión
pero obedeciendo a ciertas consideraciones, hemos át x ^ tod|a su cantidad.
extendem os m ás en este asunto trascendenUlísimo í« ' Ahora bien: de la unidad Aubttaneial com o causSt, sólo
ia m oderna ciencia. A l efecto, intenlaromos m e í o d ^ j- F^edc sui^ir la unidad subeuxncial com o efecto.
u n a ligera exposición Iransformista que e n orden soUd** A igual substancia, iguales propiedades.
rio revele el evoíucionismo substancial, para saüsía<^ j Luego, la substancia d e la creación entera (fluido,
después y com o consecuencias deductivas, a'gunaí le* ¡ ^ i ^ r i a y espíritu) poseo en todas sus partes, e n toda
terrogaciones que sobre el asunto se ofrecen i ^ ^ su extensión, en toda s a canüdad, iguaJes propiedades
refractarios positivistas. Abstanciales.
Sabem os que, si bien en ei Todo, en lo I oübí^^ A iguaJes propiedades, igoalee m a^fe sta ció n «.
¿P o r qué la yubsíancía \ini versai, de la <'T<aàòn, tepancion^s y disgrega do n e » fluídicas, gaseosas,
9© OCR rrwamfie^;tA e n ijivorsidad d e agnipacioBOS, eo Hqoidas y sólidas.
diferente}* Aspectos y t?n variadas mtinifoi>tacioa«1
Atxacción y repulsión / Actividad — Causa d e todas
— Por la uniílad do ley a (pie se encíientra someti­
las uniones y desuniones
da que ^ la del desarrollo pr^>^éHvo de stis propie*
cósmioxty de todos los
dad 06.
movimientos, do todas ia««
L a substancia, cosno ta!, siomprc os la m ñ m a ; k
fuerzas, de lodos los cuer-
forma y el ffio<fo son accidonícs dol grado d e la ley en
* poe, d e tollas las funciones
( ^ e &e realiza, los que impresioiiándonos d e disüol«
substandaiee o mateñales
maneras noe induccn a establecer la distincáófl.
(íísicamcmte hablando).
L a s substa^Kias que en químic^ ilojnamctt
porque n a hornos encontrado el reactivo que las defr Atracdón y repulsión | Actividad — C ausa d e todaa
componga, deben ser considerad^is en filosofia «orno las conjandones substancia­
subKtajicialmenie cctfnpiiestas, o con^o inodos rolotiroc les y de todas las partícula'
y transitorios de la substancU único que todo lo p. rizaciones d e la esencia,
produce. svóslanci'tles o fU ic a s ^ V ^ cuerpo
L a s substancias compuesta« quo observamos, a ia d e la parte a
mop fiÍosófira.meftte considera rias com o modiíica«i«lÉ r la moUciíla y d e la mcCécula
¿Otales trannlorias, efecto d e la 9inteti:»ción de variu al á!ono.
modificaciones paxráales. Ifküibüülad naturaiy m etafísica^ l)^ À to m o 9Ü cosmos
L a ley fundamonlal d e la substanda, según la cÍM- (porque e s cosmos n o sien-
d a filosófica, es: d o y a apreciaba e por la
sensadón, es inductivo o
Existencia infínita I C c ^ o eterna en Dios o incrocia. filosófico); del cosmos a la
partícula compurs'a, d e esta
Activida<l
a otras d e m ás e n más
SensibiK^lad Propiedades latentes de potencia inago* simples, hasta la p'imtíiea
Instinto tabie. CAtural, germen pOs'tnra', uni­
Inteligencia d a d completa naturai mente
simple e indivisiblo; indi­
Progreso | Desarroilo infinito d e sus latentes projñedaues.)
vidualidad substancial Inív
L a propiedad activa produce todo orden de fu e n « n it a m ^ t e pequeña e n anü>
físicas y cuerpos. tesis de la individualidad
L a cohesión, l a afinidad, la atracdón, etc., causan substancial infínita: la uni­
todo g ^ e r o d e densidades íntimas, f!ufdicas« gaseoMS, dad Infíniteeimai d e la natu­
liquidas y sólidas, (agentes naturales y materias). raleza (metafístcamente ha>
D e la repuisLÓQ y la expansión, se derivan toda clase blando).
E s d e d r que, U materia es diridble «tafitrajuiMÉ: f9Unciak$ constituyendo partículas d e todas densidades
ha.sta u a elementa m u y superior a lo que I'anumoe j hasta llegar al cosmos, afectaran formas inmate-
átomo pí(micú: y la m ism a dsticia ¿isica lo recODOW Tiéiet, pero rubstanciaUi en sus m as a s; formas flnidicas
saliéndtKo d e su erni«rismo (Qanot-Divi sib¡ lidad). ^tefectablos sx nuestra sen sa dó n; pero inducidas y
L a s propiedades substanciales corr&spondcn. pnc«, a reales en la razón y la fílosofia.
la parti Cula simple o germen potencial, que es la sul» La repukión (orden activo), separa unos átomos o
tancia individual, completa, natural, intrínseca. »■oléenlas de oíros por desemejanza o antipatía, y
L a airacción (orden aclioo), u n e géiTneneft coa de esta separación expamira que ailoja o rompe
Otros por sesmejanza o afinidad; y de esta unión co«> Ift anión coercitiva, nacen multitud de fuerzas fUiea$
dtiva fiace u n género de partículas compuesta«! U '^tdiridados atómicas o moleculares) que obrando sobre
unión un núm ero d e estas nuevos partículas proda- li maieria c o n t r a r r e ^ su resistenda y producen su
con otras m á s corpusculares, y asi sucos) v a m ^ t « ti aorimieoto,
íorma lo que llamamos cosmos; u n a rm nión 'Ictenm- Pw que la fuerza n o es otra cosa que la actividad de
nada d e cosmos origina ei átomo (conjunción que entn
y a e n el d<9iúnio d e la ciencia física y es ^ (vioop* La tendenda ^ e los ¿tomos del vá^or d e agua a
e n q u e se fundamenta la partícula material). El ori|« Mfttraiso unos de otros cuando ^ ¿üóríco debilita
d e la íorma física es la molécula, reunión d e un núnwn su actividad cosrdüva, es la fuerza que rcm p e la
d e á t e n o s : porque la condensación molecular h ^ caldera de vapor: la ten den da .de estos miamos átomos
q u e ccosíituye ei cuerpo, a separarse unos de otros o expansionarse. Ies impele
Si bien ilamamc» físicamente maieria a lo que ¿iecta a ocupar el vacío r ^ t á v o que alternativamente se es*
nuestros sentidos, no podemos dcsconoccT metatíM^ tablece en las cavidades dcl pistón d e la locomotora.
mente, q u e la substanda constilutiva d e esa miaon Si tratamos d e la gravedad (peso) su ^roducdÓQ
materia puede existir e n modos que no afecten dq^s* debida a q u e la íuetó. centrípeta terrestre atrayendo
tra s e n sa d ó n ; y entonces dejará de ser materia, ^ cuerpo tiende a separar las moléculas de la cade-
y físicamente dicho; pero será tuUtancia, propia y met** fia o cuerda resistente que lo enlaza al punto de
físicamente dicho. N o sólo existe e u d u iÜ T e m 1» ^ o y o ; y la oposición coercitiva d e aquellos produce
que impresioíia nuestros sentidos, sino muchísimo qw la fuerza motora del aparato. Si a la p o t ^ c ia de
n o ¿fecta a nuestra actual sen sa dó n; y siendo todo ^Udicidad nos referimos, igual causa reconoce la fuerza
lo que existe oigo, y » e n d o tubtiancia todo al^ , existe ^educida; pues la separadón molecular que al variar
muchísima substanda q u e pasa desaperdbida para rí<y la dirección del m u elle se verifica, tiende de conti*
sotros. Si las partículas q u e se desprenden del almi> Buo a anular la fuerza coercitiva que mantiene con-
ele n o fueran aromáticas no aiectarían a los nerrioi jo^tadas sus m<4éculas: d e aquí la fuerza que impulsa
«rffatorios y n o nos apercibiríamos de la existeocia la máquina y la pone e n fun dó n.
de esa substanda. Otra faz tieoe la ley d e actividad fubsiancial, ÍAt
A d e m á s; sieiLdo las forma» conjundones substaxtctt' unportartísima q u e origina todos los movimientos as-
les, las unicDOS que se verifiquen entre los ' tronómicos ^ esas grandes masas llamadas astros.
planetas, astoroíOos y cometas» com o también eo sb$ U propiedad aem üM do la sub.^tan’i a , es u n a ex ten*
particular materiales coQsütuyenies, y en tod&s Us Ü B progresiva d e su propiedad activa desarrollada e^i
<Tuo con jn d ^ e n d e n c ia rc ia Ü T a d e lc e cuerpos í o m a a al \lcda fuerza, en to<lo movimiento, e n toda agrupadón
fluido universal o eler; es la graviUteión uniixrtal de»* 7 « toda forma.
cubierip. por Kopler y formulada por Newton.: «d« la 9v¡aihüida4
tieae varíes modos o manifestaciones
moléculas so atraen on reUción dirccta d e nvisa, « f9C0 ahora conviene referirnos exclusivamente a su
inversa dol cuadrado d e su distancia». Por este ordee crien progresivo.
d e actividad lC9 m und o s giran e n el radio do sus r«s- la Mntibilidad fitim, quo es la primera manifesta-
poctivas órbitas y scòre sí m ism os ejercic‘ndo influea* tUn de ceta propiedad substanciai> se despierta eu
d a y acción, un as sobro otros; y las niolécuks o k molécula al propio tiompo q u e realiza su actividad;
farU cuhi «ubsta^dalcs q u e fcn n a n los cuerpos, k« porque aíectándose por la iníluenda d e los- diferentes
gasee y los floidoe, veriiican guales moviniiento* por »odos en que se manifiesta y en las diversas for*
)a influencia activa ^juo mutuamente y de contin » aas en que se o ^ a n i z t , cuando h i apurado y adquirido
ejercen. todo el desarroDo activo» h a sido y a modificada por
Pero s( bien las acciones y a manifestadas de U la «cdón del calórico, de la luz, de la electriádad>
substancia constituyen ei fundamfnto de su reali»-J és la presón, de ^ a hum ed td , etc.
d ó n e n la ley «ritta £omian<lo u n a inm ensa grAd** j. Cuando en su actividad formó la¿ organisadonee
d ó n e n el desarrollo d e dicha propiedad, t/^davia m \ vegetales y animales, se aiectó iisi<¿ógicojnente por
exüende su fu n d ó n a otrss manií estaciones sapciiop«^!^ lu fundones de la vida en su mu!ti{^cidad de he-
que complementan su propiedad a^^ttc y la disponen « cboE y en la a c d ó n de toda.s las influenciad exteriores
•a iniciación d e su segunda propiedad Estai jerrainando» ailimentándose, creciendo, respirando, re­
manifesíaciones s e denom inan «fuerza d e forma o ac* mirándose, reprodudéndose, enfermando, muriend<^, me-
tividad ordenadora». Por este nuevo género d e aetiñúé, foseándose, eic, D e manara que, en el circulo
la molécula material y la partícula substancial « ^ la materia adquirió la sulisvm^'ia, el inoío fundaníeu-
cffganisan típicamente y producen todas las l«»rDat de la segunda propiedad q u e e n g e n n en poseía;
conocidas e ignoradas» dando origen en el o r d ^ íísice «tendió su aetividcd ai primer grado d e sensibilidad
a laa agrupadones geométricas en cristalizacioces nú* es Ja física y fisiol^ica para venir a
o er^es y ^ toda^ las fcrmas maitrialeí qvíe osteiU on nuevo modo d e afectarse y sentir.
la vegetadón y la animalidad. Ctundo el gem rn potencial o la partícula substandaJ
E s decir que, la fv^rza d*i forma o sea la | «Biple, primitiva, indivisible, h a desarrollado toda la
ordenatrú do la substancia, Ja impulsa a organi»aná : pr^edad activa do que naturalmente os suscepüblc,
bajo todos lo« tipos universales que existeo, o o m ^ i ^Bando h a obrado de todos modos y e n todas formas
tando d e esta m an era él desarrollo d e su propied«á'> *abstanciaJcs, y a posee la eptítud q u e le es propia;
activa, y despertando su latente aptitud sensible par» | 7 áe seguir reaUzándoBe en idénticas fundones no
proseguir ea ella su progreso y acercai'ae a su üo. amentaría en n ada su desanc^lo activo estacionándose
tt sfi manera d e ser. Por ello» pora continuar su
perfecdonamiento obedeciendo & la ley áel p n ^ m o
universal, tiene que emprender un nuevo o r d « d»
evolucionajniento. U n a vez q u e dicho g o m m poleüdil
96 h a realizado on todo género de conju[tci<Mi9t^ sq
unión fisica, con sus semejantes no puede proporciooadn Va tenemos al germen potencial activo, indivíduali-
n ada nuevo, ningún dosarrollo propleUÜvo; y y<t » udo por u n a mata fluidica relativa a su potencia
tivo por sí m ism o y no por influencia aiguna extrali, irainadora, ejerciendo su acción sobre ella para reali­
90 le hace falazmente neccsarú la emancipaci te pan zarse en su actividad desarroUada: de motor que fué
realzar su actividad propia de otra m anera que afecUo* b& pasado a ser agente; este os u n gran paso en ia
dote m á s directa o intensamente le eleve ea la e$ob de modificación, porquje determina u n a aptitud
d e su progresiva perfección, Entonces, sin tcüde«ia 'Bdicalírvnte distinta en el ev<¿ucionismo ínconsci en­
coercili^-a, ccmstituído e n individualidad y siendo tjw te. Este germen potencial es todavía ciego, pero vá
potencia activa propia, su primera necesidad naiaral I sentir toda la ley do vida física; y a ser impresici'
es )a posesi(^ d e u n elemento e n q u e accionu nado por toda^ las operaciones de la existencia fisio­
hacer positiva su actividad física o automática; por lógica; ha pasado del automatismo aiitolulo en ol reino
q u e uQa fuerza que no obrase ni se manifestaife, miDeraJ, y ent2^ e n el aut(»natÍi^mo relativo del reino
no se realizaría, siendo anulada. Y este elemeoto^ vegetal cuyas sensaciones vitales han d e iríe des­
para que pueda recibir su acción, tiene que reU pertando otra d e sus latentes propiedades substancia-
tivamcnte inerte, relativamente resistente; pwqas á lee. L a necesidad natural y a le conduce a ejercer
fuera tan activo o poderoso coino él, n o tendría é » su actividad sobre él fluido d e q u e se encuentra reves­
to la función y se anularía su actividad. Así po«, tido, ic^rimiéndc^e u n a determinada forma, la más
tiesie que rodearse d e xina substancia formada de únpie, y transitoria d e su anterior estado al nuevo
principio» potendole* que se encuentren desarroílajido w que le caracteriza; forma específica q u e v a m odi­
propia actividad; pero que esa función la veriíiqoM ficando cuando apuradas todas sus inflnencias en la vida
e n sus primeros grados, o en grado tal que no le ?egetal por que trascurre, pasa de u n a especie a otra
impida obrar sobre ella y q u e oí propio tiempo \$ y se m odi6ca g r a d u a lm ^ te e n su aptitud sensible.
refleje su propia a c c i ^ ; d e un flùido relativajeefit» La sensibilidad fisico^fitiológiea, si así puede llamar­
densos a ser por él influido y a proporcionarie la A fe c ­ se, dcl germen potencial, v a adquiriendo de m á s en
ción d « la s substancias con que, para pros^uir ^ siis finura, pasando por toda la evolución animante
arrollo d e sus propiedades, tenga que relacionarse: de Bft reaiiza e n el reino vegetal desdo los musgos
«áemento d e acción y reflexión propias y extenutfj o fucos más rudimentarios hasta las m ás sensibles mi*
de u n intermediario en que p ueda inüuír con a mosas; y d e esta m anera se despierta en él la aptitud
actividad y ser influido per actividadeé extracUS a U de otro ordon d e sensación m enos físico, m enos auto-
suya. wático xfue ie prepara para uu e v a faz sensible, Re*
Y esto debe verificarse naturalmente, por U ley ^ W e en formas y e n sintetizaciones animantes toda la
afinidad. •caJa natural d e los zoófitos, y entra en e) reino animal
P<* sus seres m ás rudimentarios, sintiendo cada vez
M siente aiinitivo y con tendencias naturales a otras
con m ayor intonsiilad y concrete« !os ofcct« lie k
Uxmas y a otros oi^anismos q u e ha n de constituir sus
vida, c n sus neceùdadcs.
cuevas existencias en ia materia organizada.
L a propiedad istintiva em|>ozada a iniclarsé ta la
Ei intlinio q ud n o es otra cosa que u q progreso en
górmones potenciales durante su trànsito por ei rei»
ia M & a c i ó n conícitnte, tuvo sn princi|HO e n la sensibi­
vegeta’ y la escala zooüiarín, al .s ^ l i r las uocesidsd«
d e la viiia fisica y la irresistible tendencia a su tmH- lidad fíáol^íca.; pero si bien e n ella (que cuenta
tunbiéu u n progreso respecto de ia puramente fíñec
2aci6 n, ^ determina y desarrolla e n el reino animal
Tanto en ios vegetales conio e n lod zoófiU^, ios gé^ paeeio que la fisiológica es hasta cierto punto modifí-
cable) se manifestaba automática eri el vegetal y en
nwnos potenciaics ha n exisÜdo y obrado inilepend^
4 zoófito buscando ciegamente y por impulso na­
tes unoá lie otros, pero asodaáos y en cierta relaciót
turai la luz, el aire, el calcc, la h um edad, etc,, todas
m utua cuantos se encontraban sintetizados en cdda
zación: ^ decir que, u n áj'bol y u n pólipo M las CMdicionc6 apropiadas a su existencia, el gormen

h a n sido aniniT.do» por u n sólo germen o esi^rito. sise poteiicial inilepcndiente o sea el espiritu y a poseedor
que, siendo un árbol el conjunto d e v'arios o r g u » de un cataclismo completo e n lo q u e llamamos reino
anima!, desde sus primeras maaifestacionos, »Unte con
tno5 semejantes entre sí (cada u n a d e sus rMÜtas «
•tffvna cimeienciü ios impresiones propias y el efecto de
u n organismo compiete y relativo), y el pólipo igu¿-
monte u n a m asa cuyas libras cajH lares represeotat las exteriores, y huica las condiciones necesarias a la
reftlización de su vida y los elementos q u e deben faci­
MX todas sus secdones u n a organización igual (por cuja
litársela lo m ás agradablemMite posible.
causa se reproducen fisiparaíuente o por divisici
las primeras fases de la animalidad» pue<le decirse
en ei árb<4 y e n ei pólipo ha n vivido sintí'tizad« I
ÇIIO las Dccesidndes orgánicas predominan y dirigen
tantos gérmenes potenciaies cuantos organismos « »
ios actos del sér; pero el espíritu yu obra crm un
pletos y relativos estaban asociailos al oi^anismo ce»
p*ioci¡ño d e independencia que dotennina el rudimento
pleto y aisoluío que lo® íormal)a. Pero un.i vez irai*
pasada eea línea, que cumplo otro imiwrtantisiw ^ ds acción pr<ïpia, o sea de voluntad. Así, se indinan
niás o m onod a ciertos sitios, eligen ciertas viviendas,
progreso, la independencia de los gérmenes se b«e ;
con^^cta y y a imperan por sí solos cada roal « • . prefieren ciertos alimentos» se aficionan a determinadas
hembras, hu$can, on fin, lo que entre lo que les rodea y
u n a oí^aniíoción perfecta, extendiéndose así su do-
miiuo substancial y poniéndose on aptitud do nuyoí# necesitan les es m ás agra^lable.
Y esta determinación do la conciencia do lo^ itn<
y m á s intensas percopcicmes.
C a da germ en potencial o espíritu, circunscrito p « ^ pnaiùnçs, esta fuerza de elección o manifestación de
fluido que representa su motor y os su intermedi»^ gustos que se vá desarrollando gradualmente con cl
para con la materia, habiendo afectado todas las ^ tjorríelo de la in^)ulsión orgánica, e iniciándose cada
fT^as ñiher''ntes al y a los zoófilos en; la inmeníi Tez con m ayor potencia en lo» «iiferentes organismos
í w el germon potencial recorre en la animalidad,
escala por que h a atravesado» y no tfiniendo ya obj«tt
erganisínos de m á s en m á s complicados y perfectos,
para s u desarrollo la continuación d e influencsa sob?»
ios oi^ani^mos e n q u e obró, habiendo ade:niis odcftii« aptitudes siempre superiores d e afección y de
relativos al progreso sensible y manifestativo
rido o deaefivuelto facultades do m á s perfecta s en sió ^
realizado por M espfntu, hast& que apurada U esc&li( ftieoUçicas desde que salido de 2a iosconscienda obra
de i& vida que la i ^ m & l i d a d ofrezca, se llegue a des* por iaieligoncia y voluntad.
portar la idea d e »e existe, primera luz que de> Ese mismo gem en contribuye a la formación de la
termina el paso del a la inteligencia, mteria y res SU p ñ n d p io ; pero cuando h a pasado del
K1 b i ^ podemos d e d r no es otra cosa qoe tisino absoluto y se h a cmstituído en sér inde>
u n a inteligencia rudimentaria e imperfecta que se n peadiente, es, propiamente, espíritu.
afinando con la aíinadón d e Ja sensibilidad y coa 1& Ese m ism o germen, se substrae de Jas leyes d e la
e>:perienda de la acción. Por eso la inteligencia ee ■atería a q u e so encontró subordinado durante su
)a porfccdón del iostinto. [^CODsdcQcia, por el desarrollo adquirido d e su pro*
E n c ie n o i animales^ a quienes solo llamamos scree piedad substancial, d e conciencia.
instintivos, observamos y a facultades psicológicas ea La eubetancia (no la materia) n o adquiere propieda>
acción (memoria, entendimiento y voluntad) más a ¿«s de que carecía, sino desarrolla laa q u e poseía
m enos constantes y poderosas; pero com o U «m* kteotes; y deja d e ser materia, o m ás propiamente,
ciencia de e ^ H r e s ¿ determinada por el principio de de Gonetituirla, desdo el instante e n que habiendo des*
inteii^cncia y esta manifestación la ha n observado loe irroUado su actividad fisícaj dejan d e asociarse sus
naturalistas V^.esde cl hcm bre selvático o talvajt, U génnenes para formar conjuntos, y cada u n o so inde>
sintetización del germen potencial en la raza Luizmai podenda de los demás.
primitiva o rudimentaria, representa u n paso impo^ Toda la substancia universal posee las mismas pro­
tantísimo en la existencia infinita del espíritu; pa» piedades latentes, y las desarrolla e n el progreso ac*
del que h a d e depender su ulterior e infinito p ro g w ) tiro. Cuando a u n no se ha n despertado en eUa Las
ifecorríendo todos los organismos d e la escala natanl iunltades d e sensibilidad e inteligencia, progresa en
que condur.ca al desarrollo de la idea por la sensación» viioidad q u e os la base de sus facultades todas.
del conocimiento por Ja idea, d e la razón por el conocí' De ser substancial mente distintos el espíritu y la
miento y de la bondad por ía ra^ón, SüAteria, resultarían destruidos los atributos de Dios,
Tai es, aunque trazado a gigantescos rangos, el pro J h ley contradictona. Porque si la substancia mûr
greso del germen potencial, d e la substancia <pu tenal no pudiera traspasar los limites d e la materia'
constituye el universo, la creación, el efecto. ^idad, se contendría en Dios u n elemento substan*
Ahora, ret^n d c r c m o s a las interi'C^adones que al oal infinitamente imperfecto; Dice no sería iníinitameAte
principio do este capítulo indicamos. ¡ poderoso al no haber podido prodigarle a toda S u
Eí permen potencial, no es materia porque no afecU. ■bstanda la infinita perfecdón substancial; y el pro­
a los sentidos (quo es a lo quo físicamente se deno­ p i o universal reconoce forzosamente u n línúte en
m ina materia); puro es subtiancia porque es algo^ y tod® k substancia material d e la creación.
lo q u e es, es substancial. La matcna n o adquiere propiedades químicas; las
E se m ism o germen, que es principio * ?f^edados pertenoccn exclusivamente al átomo. <A
indivisible d e )a substancia, está sujeto a leyes aayor cantidad, mayor efecto* de propiedades; pero
e n el fteríodo d e su existencia automáüca, y a Icjee iHQca lluevas propiedades. De la m ism a m anera que
SI Stp*ri»i*m tt U — 15
átomo representa la vAiiaá tubiíancUtl en la ciencia
objetiva, el pfrmen pot<ncúil es la natural unidad í»*é<' *
tancial e n ia ciencia subjetiva a ^ i e n correspondía
todas las propiedades físicas y psicológicas, de po­ Hay quienes aceptando ias espedes equívocas del
tencia inagotable o infinita, si bien contenida gt*nnÍMl Tegotai si animaÜ y al hom bre, no encuentran espede
y latentemente (lo constituye la perfeccióa infinita les demuestre q u e el n^neral viene hacienda su
natural d e la substancia) y con la necesidad de de»- ^.sreiudonismo; es decir que, no comprenden cóm o el
arroilarlfls gradualmente e n s u infinita existencia. nneial se vegetalisa; y esto obedece seguramente
Verdad es, c w n o algunos dicen e n oposición, que ^ t que n o 90 h a n fijado oí en la tendencia ordenatriz
fósforo y el hidrógeno, por ejemplo, son siempre lo dei minerai e n las cristalizaciones, ni ha n reparado
m ism o y no les veiraos traaformarse; pero es porqoe «ti el coral y dertos géneros de ia¡/a$, ni tienen en
siempre se producen e n la naturaleza dicbas sab®* curata que 3os vegetales todos no son otra cosa que
tan d a s ; m as el fósforo y el hidrógeno <que existieíOft ordenadoncs minerales, combinaciones d e metaloides
hac« mi^ siglos mejor, la substancia que los formabi, y mótales; axígemo, hidrógeno, carbono, nitrógeno, fós*
tal vez a o scrin hoy ni fósforo ni hidrógeno: su» foro, yodo, doro» azufre, potasa, sosa, hierro, a)u*
(químicamente hablando) o sus gérmenes potendal#®^ timo, etc., etc., forman el oi^anism o vegetal, pro-
(filosóficamente dicho) habrán desarrollado otros gra­ buido esto evidentemente quo el mineral so vegetaliza.
dos de actividad quo los habrá conducido a formar otra* Considerando superñdalmente U s diferenciáis en for-
combinaciones materiales superiores en la escala del ¡019, la couiposidón y íisiolc^ía g^ieral de los seres,
progreso. E n cambio, el í(¿foro y el hidrógeno Parece que existe igualmonte u n nùmero infinito de
tuales se habrán formado d e átomos o gérmenes a cuyo «Cementos materiales, o tantos principios generadores
grado d s actividad dosarroliada • correspondan ya U cano «speciea d e cuerpos; pero penetrando en su
manifestación de esas materias. f^do, cuando se procede al análisis, se ve reducirse a
E s m i s : según el prindpio de dicha afirmación, » iwjy pequeño número los elementos generadores, los
desprende que, si el hidrógeno, el fósforo y todas <fao con sus distintas fórmulas y diferentes modos
las materia* son, ha n sido y serán lo miso»; ^ combinadón producen esa asombrosa variedad de
si no »existen en eQas trasformación d e modo ni fotmas, naturalezas y fenómenos. El oxigeno, por ejem-
evoiudíMÜsmo d e forma, el átomo o germen que 1^ Mo, combinado con los metales y metalóldes, pto-
constituya permanece igual desde que es (desde U ^ c e la numerosa clase d e óxidos, los áddoe, y las sales
eternidad) y será la que es mientras exista (infioita^ ?ue forman la corteza sólida de la Tierra; coa el hidró-
mente) haiáendo e n el universo tantas clases de sub#* |wo, produce el cuerpo que ocupa m ás d e las tros
tandas ^onvo cuerpos simples hay, y quedando an^ «artas partes d e ia superfide de! g)o4>o, que es el
lada e n ab sd u tb ia ley del progreso universal. H a W añadiondo a estos dos prindpios algunas por*
I^uralidad do substandas s u b i d a de la unidad svb*- d e carbono, resulta esa multitud de vegetales
tancial, pluralidad do compuestos naturales e intrinsecí« Jie «nielleoen la corteza terrestre; y modificánao»e
n ad d o e de la timpiíciáad tubtí^ndal, lo que es coBta* h combinación d e estos tres elementos coa la adicción
dictoxio y absurdo. ^ derlas cantidades d e uitrógencs resalta la c o t o ^
sición general e intìraa del reino animal cuyo térmiao de esencia y propiedades», y observando empírici-
reconocido e s el hombre. n u t c «la diversidad d e formas, caracteres y objetos»
Todo» pues, sui^e dcl elemento m ínenü, que faé de los diferentes seres que en ú m u n d o se producen.
eJ primero quo se manifestó en la. formación de k ¿Qué importa, pnes, para la aceptación de u n prind­
Tierra, según nos enseña la geología.. El mineral eí pio universal desconocer las leyes quo presiden la
la primera manifestación material de la substand* dKtícularización d e los fenómenos, si la razón y la
e n loe m undos formados; después ac moüifica la partt 4flípferiencia lo confírman? L a ley de La variabili*
y a suscep libio y se vegetal iza, pasando a u n a seducid* dad de las espedos» la de trasmisión reproductiva,
fa z ; y el vegetal, procedente del mineral, sufre no«Ti k de apropiadón d e nuevas aptitudes y condidones
modificación constituyendo al animal. Esto, ea 1« ^ u e n t r a n proclamadas e n los hechos m ismos;
órdenes físico y fisiológico, Después... filosóficaa» la de kniáad substandal queda plenamente justificada
te considerado, el ffermen poiencia¡, partícula naturil* Ol la razón del Principio d e los principios, en la n o d ó n
mente primitiva e indivisible, Cfue h a trascurrido j¡cf ponble que el hombre se h a formado d e Dios. Sí
todas las actividades y sensibilidades físicas y fisw* los detalles demostrativos de la dencia hubieran de
lógicas universales, por todos los ntodot y forma» colec­ cmcutrir e n absoluto a las certificaciones de todos los
tivos <jue la U y de evoludonismo substancial pre#* bechog, y hubieran de conocerse así m ism o todos
(iñbe, 86 realiza e n e! O í d e n psicOLÓgico, indepeodiAi» ks aiticulos d e l código de la r^tura2eza para la pro*
doae, para pasar por todos los m odos in(^vidu*iíV ; dam adón d e u n prindpio^ no habría hechos ni prin*
e n todas las formas d e que constituy<i parte y le seaa apios positivos para e! hom bre; j*orque, ¿qué prin*
beneficiosos al desarrollo d e nuevas propiedades pai* d]úo ni qué hecho so conocen on todas sus drcuns>
cumplir eu progreso. tancias y detalles, ni se demuestran pc^ toda su
L a teoria darwinisia se refiere exclusivamente a 1* »2ón?— Jíingunce. Para la concepdón de las cosas
ciencia d e la observación, y jpuede decirse que » 7 de ideas basta, la concurrencia de la experie n d a
fundam enta e n la fuerza de forma substancial qw «c a b le y la razón. Q u e se desconozca la ley d e va-
produco la variabilidad complicada y progresiva « rkbilídad, no e s u n a razón para negarla, como que
u n evolucionismo lentísimo quo trasforma siempre li » i g n o r e la de influendas fisiológicas no d a derecho
anterior e ^ c i e e n otra sucesiva sirviéndoles de nei« a rechazarla. L a desviadón d e u n tipo» por ejemplo,
intermediario seres e<ruívocos con caracteres corwi- «a lo que denom inam os montiruogidadti debe induda-
pondientes a los términos <rue correlacionan- El ^ bi«nentp n^edecer a causas naturales, a un articolo
der de las tendencias naturales, causa d e las desria*| de la ley de producción o d e reproducción y sin embar­
d o n e s orgánicas, sus perpetuidades o decadencias trsfr j co de ignorarse é:te, se admite aquella sin dudar.
sitorias debidas a condiciones climatológicas, de av ¡ Loft naturalistas a u n n o ha n podido determinar la
mentación, d e zonas y terrenos, hábitos y cambrtii pacaci ón mineral, vegetal ni animal en su verda­
fiaioiógicce, correspondo determinarlos a los natu^^' dera escala progresiva, ni m enos a u n las especies
listas; pero la filosofía, partiendo de la síntess de de iotermediación entre estos reinos; pero serta poco
la substancia y d e la ley, acepta y trata en »osato tomar este atraso dentífico por pretexto para
Derai el evolucionismo tomando por base «la unidad ®egar U ley d e solidaridad universal,
»forma de la hum anidad terrestre, es l a resultante
El cTOiuciomsmo tiasforoiisU tuvo sas iniciador«'
>de ia animalidad.»
en ia antigdcdad, 7 m uchos naturalistas notables \t
ha n aceptado h o y y la propagan con ontusinanaj
<La genealogía hum ana, evidenciada ya por todos
El celebérrimo astrónomo y filósofo Camilo FJaznnu»'
Mfttos hcchos (los q u e suminisira la etnbriología y
rióD, e n $u o¿ira titulada ^Lat Tierrat dtl cUh*, (tt*
pítulo lV^-4Lr><i vida d Infinito») se expresa de esta^
9^ paleontología) se revela también e n los últinv>s
¿itertimcnios q u e de ella quedan a ú n : ios órganos atrofia-
m an a ra :
idci, que p aja aiada sirven y a y quv a u n existen en
«Pero )a ciencia contomporánea n o « demneetia (il
wewtros com o loe músculos dtí pabellón de la oreja,
»contrario d e la idea geneslaco^mosaica d e la unidad
»el pliegue semi lunar del ojo, eil rudimento de cola
xbum aaa descendiente d e A d á n y E v a ) que todas lu
»de las últimas vértebras, etc., son otros tantos vesti-
»eepocics vivientes tanto animales conio vegetales, tM>
>gÍQs d e nuestra antigua descendencia. Preciso es ser
»non entre sí evidentes relaciones d e parente$co> y
»ytíunlariamente ciego pora no reconocer la trascen*
»(júQ las fases sucesivas d e la histcda natural n
»dencia de toáos estos hechos.— Así que, nuestra íor*
»enJazan com o anil'os de u n a m ism a cadena, có w
Hna hum a na proviene de la animalidad terrestre: el
»el desarrollo de u n m ismo plan, com o U s ramas it
jj »tipo hum ano do nuestra raza blanca se h a formrdo
»un m ism o árbol. L a anatomía del cuerpo hum aao «
^ »lentamente por el desarrollo de los órganos que I )
»la m i?m a que la de los ajiimales cuya forma n
»a'eja m ^ao s de U nuestra, y la osteolc^ía coa» »caracterizan.»
»la «mbrícilogía eelán acordes con la paloontoi
»para demosti«j q u e si nosotros tenemos nui^stro 0
»queleto> nuestro sistema nervioso, nuestra forma, nno*
El cffgullo hum ano, cegando la razón del hombre,
»tja cabeza, nuestro corazón, nuestros p u ln m e e ,
. le h a i n d u d d o a rechazar ese evolucionismo que le
»etc., es penque los animales que nos ha n precedida
fuerza a reccsiocerse substancial mente igual a cuanto
»en ia escala de la creación tenían los m i ^ o e é t
»m «itos, y d e escalón en escalón nos reraontamo»; ) le rodea, y a mirar su p isada historia e n todas las
’ formas y modos substanda les que contempla. Verdad
»hasta los oi^anismos mós rudimentarios, d e loe cuales
€8 que la mayoría de los hombres viven d e preo-
»ha procedido la vida terrestre toda entei*a por via 4*
cupacicnes snás que d e dencia, d e materia m ás que
»desarrollo. Si por u n a u otia razón no hubiera «W í*
áe espíritu; d e error m á s que d e verdad. Decirle a
»tado a formara© el nervio óptico en cierta esp e«
un hombre que su alm a animó la forma orgànica salvaje
»animal millones de años h a ya, no hahria sido crea*
cisando saliendo d e la faz exclusiva del instinto des­
»do todo completo el hombre, y seríamos todós ri^os.
pertó a la conciencia, es u q grotesco absurdo: mani­
»Si por otra causa cualqxuera las especies hubierta
festarle que h a vitalizado todo, forma orgámica^ani«
»sido sextúpedas, e n vez de ser cuadrúpedas, t¿A'
y vegetal durante el desarrollo d e su sensibilidad
»dríamos cuatro brasos e n v « d e dos. Si la respiradé»
e instinto, es u n a terrible ofensa; participarle que ese
»no hubiera podido hacerse sino por m edio de pulmontf
germen potencial, que esa partícula substancial y sim-
»diez veces m ás desarroilados que los nuestros, noes*
ple^ infinitamente pequeüa que encierra ¿oda la fuerza
»tro pecho sería diez veces m ás voluminoso, etc. Li
d e STIS concepdones» d e sus senümientos y volunUdM,
u n a injuria inconcebible, digna del terrible ca&tigo'
ffue en el universo eusten, b a pasado por toda» las
ccfi<]ensacton(», b a constituido todas las fuerzas, etc.,
es u n a snjuha inc<»cebible digna del terrible castigo
del desprecio.
(Desdichada hum anidad que en su insensato desvarío,
e n s u desm edido orgullo se cree substancíalmente su­
perior a la divina substancia, y prefiere el premio
imnerecido d e l a inteligencia a la satistacción, a la
felicidad de s ab er q u e toda su grandeza la debe, dee*
puós de Dios, d e quien proceden 3u sér y propiedade«,
a sus esfuerzos, a su trabajo propio, a su gloriou ■ INDICE
conquista!
Pero com o la verdad no es el capricho, y a costa ' DE L A S M A T E R I A S C O N T E N ID A S EN ESTE L IB R O
C
del capricbo se realiza la verdad, el botnbre, con-
fonne vaya progresando en dencia y e n razón, irá
despojándose del orgullo que a u n le caracteriza,
coDodendo su infinita pequeñez y bendiciendo su di* Páge.
vino attolengo así com o el don m ás predoso que el
Sér en cuyo seno existe le concediera: la facultad Bwve juicio crítico, sobre esta obra . . . . 5
d e manifestarse en todo orden d e perfecdón, y de ad* Algunos antecedentes del 'Espiritismo . . . . 9
quirir por eJ conocimiento propio todo grado de supe-
Método dentlfico de i n v e s t i g a d ó n ..................... 15
rioridad y d e grandeza.
L'n pequeño p r e á m b u l o ............................... ..... , 21

rvü
P R IM E R A PAJtTE

ÁNAuMs.— Primer principio de evidencia.— Cono-


amiento propio.
VpiV. — El 10
C,l Yo . . 23
EJ 7o com o sujeto y objeto de sí m ism o , 25
i r

Págs.

RI 7o iorestigindose & si nusm o, on eu^ per- Algunas consid<aaC40Des sobre La l^itim idad de
cs«pcionc© in m e d ia t a s .............................................. 2S la r a z ó n .................................................................... U
lDT€6tìga<ùonod d«l To scòro U Q&turaleza mA-
lerial............................................................................ 38
Conodnàento del Espíritu, d e la existencia de
sores semejantes a é l ......................................... 35
InTCst^adón propia del To, par* reccwoc«« SEGUNDA PARTE
com o e s p í r it u .......................................................... ^
IriTostigadón propia del EspiiiUi para recooch
oer su tnulabiliclad en su permanencia . . . 36 : S íntesis ............................................................................ 61
El Espíritu, reconociéndose fundamento propio Lo Infinito.................................................................... 62
d e KU5 m o d a lid a d e s ............................................... 38 J i o s ................................................................................ 70
El Espiritu, reconociéndose potencia, fuerza y Unidad substacdaJ d m n a .......................................... 72
aictividad d e í?u s modalidades temporale» . . 3& Dualidad substancial d i v i n a .................................... 85
El Espíritu, reconociéndose permanente en dé­ Creación..................................................... ..... 91
bito de de lermi n a c i ó n ......................................... ^ E s e n c ia ........................................................................... 94
El Espíritu, reconociendo su bien com o pro­ la parle e n el T o ' ^ o .............................................. 95
ducto propio, en s u actividad d e realización. ^ < Perfecci^ y Perieccic*am iento............................... 08
Anáiiais d e la solidaridad entre las facultades Causa de la variedad de manifestaciones, en la
del e ^ r i t u .......................................................... • unidad esencial d e la C r e a c i ó n .......................... 101
Reííumen do kn conocimientos ad<iuiridos por Ley n a t u r a l ................................................................ 103
d espirita, en su anaJisis p r e c i o ..................... ^ Caittplimiento de la ley universal . , , . . 105
Resu m en 'de las ideas despertadas por é3 es­ líaturaleza d e la F u e r z a ..........................................108
píritu en sus investigaciones inmediatas . , ^ Codificación progrcáva de la esencia ^iver*
Considcrawones psicológicas. — Definición de sal «n ^ oun4 >limiento de la ley d e actividad. 110
las facultades espíritu.................................... Finitudes seriarias del progreso germinal en ¡a
P e n s a r ............................................................................. ^ uifinitud d e series p r o g r e a v a s .......................... 118
S e n t i r .............................................................................. ^ de los conocimientos adquiridos por ei
Q u e r e r ............................................................................ ^ espíritu en su estudio sintético.......................... 114
Págs^

VII.— Progreso infinito d e la ese n a a universal


constitutiva d e cuanto no es e( Espíritu divino,
TERCERA PARTE
aunque incluida en Dios com o S é r .....................127
Vlíl.— Evolucicmismo unlversaJ de b esencia para
la realización do su progreso, en pluralidad
Pá0 . de m undos, do sustancias y de seres . . . r. 129
IX.— Individualidad deí espíritu com o sér instin­
A p l i c a c i o n e s ........................................................................117 tivo e inteligente, en lo q a e llamamos rei*
I.— Existencia d e Dios, infinito en extensión y nos anima! y h o n ü n a l ......................................... 133
en intensión.^Sér absolutamente infinito e in* X.— Sintetización..do ia materia organizada y del

fínitamente absoluto. Inteligencia, Bien y Po­ espíritu, para constituir el sér animal y el sér

der infinitos, d e donde se desprenden todos humano, p<ir medio do u n lazo fluídico plástico

ios atributos d e Belleza, Am or, Misericordia, a que se denomina peri-e¡píritu» meta upirilu, o
Justicia, Om nipotenda, etc.— ReaJidad esencial cuerpo aéreo o ce lestia l.....................................137

sin principio xá fin, sin tiempo m espacio, y XI.— Preexistencia del espíritu............................... 148

causa única de toda realidad esencia], y de XII.— Encarnación de los espíritus en oirganis*
toda ley d e la e s e n c i a ......................................... 120 m os adecuados al m o do d e ser q;ue los caxac*

II.'-Eternidad en Dios, de la esencia constitu* teriza 160

tiv a del U n i v e r s o ....................................................^22 XIII.— Separación del espíritu del cuerpo, p « m e ­

III.— Eternidad d e nxanifestación d e la esencia dio del fenóm eno denominado muerte . . . . 152

univ^ersa), en el cumplimiento de la ley a XIV.— Conservación del espíritu, después de la

<fue obedece, o sea en la realización d e 9U desencarnación superviviendo a su organismo,

ciaturaiesa por sus p ro p ied ad es.......................... 1 ^ de su individualidad, d e sus facultades, d e sus

I V .— Vnidad etencial característica de cuanto fue* propiedades, de sus afecciones y conocimientos,

ra del EsfÁritu divino, aunque en Dios, existe. 124 o sea de su historia...............................................153

tMnoial característica de Dios en cuan­ X V .— Vida..espiritual periódica, en los espacios

ta a Espíritu............................................................. 126 interpjanetarios......................................................... 154

V I.'—Síntesis d e las dos unidades esencicUts mencio* XVI.— Reencarnación dei espíritu en m undos y

nadas, consátuyendo el Todo, lo Infinito, Dio». 126 o^^anismos adecuados al ruedo de «er que le
Hfft.

caracteríce, para coatí ntiar la realización de VIII,— R e ^ n s a b i l id a d del espíritu ante su pro­
su p ro g r^ o iufinito desaxroQando sus pj'opie* pia condencia.— S u redennón por su traba*
dadc£ 7 sus facultades......................................... 156 jo.— S u «x|áaci6 n, su reparación y su purifi­
XV'II.— Soiidaiidad un iversal.....................................IW cación 18 8
X V n i .— Comunicación del ospirítu dosencaroado IX.— Causa de no darse ei Y 9 cuenta de quo
COQ el e n c a m a d Q ....................................................167 existe en cl primer periodo d e su vida.— Cau­
sa del olvido d e las existendas anteriores.—
Turbación de! espíritu después d e la muerte . 199
X.— Moral y d e b e r ....................................................208
XI,— Evolucionismo universal....................................2 1 1

CUARTA PARTE

CCÍJSIDERACIONES O E N E R A U S ..........................................171

I.‘^Antigüedad d e la doctrina espiritista . . . . 17S


II.— El..Espdritismo como relig ió n ..........................17¿
III.— Adoracáó R 172
IV.-^Las.obras hum anas, per la razón 7 no por
D io s 174
V .— Caracteres dei pósátivisino dentífico.— Los
positivistas n o pueden ser ateo».— L a iey di*
vina 7 su cumplimiento por el espíritu.— El
m al no «xiste.— El espíritu n o puede faltar a
la ley del bien, ni realizarse en ol m al . . . 17^
V I . ^ E 1 Espíritu no puedo faltar a La ley divina,
e n el uso de $u derecho y su deber . . . . 183
V II.— Dios n o castiga,— Quien se íaitA y se cas­
tiga, es ei espíritu a sí m i s m o .....................185
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