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ES
LA FILOSOFIA
POR
inTE V A E D IC IO N
BARCELONA
EL ESPIRItTs MO
ES
LA FILOSOFIA
PO R
IT Ü E V A £ D IC Z O N
BARCELONA
F- X . C r b w ,
I
SoQ SUS 'íun<iáidore6 todos los hombros de todas «Etenüdad de niajiifesladón d e la esencia univerbal,
las épocas j d e todas las crecncias <pie ha n alean* en ^ cumplimiento d e la ley a q u e obedece, o sea en
zado « 1 conodiniento d e alguna verdad incontestaJ>lo la realizaciíki d e su naturaleza por sus propiedadesj»
¿ c o s t r a d a por la razón y por la ciencia. (iVnidad esmciai característica d e cuanto fuera d ^
S o n sus apóstcáes, todos los hombre« que hayan Espíritu divino, ^ n q u e e n Dios, existe; es decir que,
en9 eñado, onsoñaj), y ensefiaron, e n Jo s u e l v o la un m ismo género, orden y naturaleza osontíaJ, cons*
verdad. Y eetos haji recibido e\i misión del debtr ütuye lo que realiza la materia, el fluido y el espí
moral qud tiene toda hombre d e ensoúar a los demás ritu.»
laa verdades que conozca, y d e no esconder la luz dfnidad étfitcial característica d e Dios, e n cuanto a
<foe se posee debajo del alm ud para que a nadis Espíritu.»
l u m b r e , que esto es egoísta y anti*caritativo. «Síntesis d e la¿ dos vnidades w n ciaU * mencionadas
El testimonio d e la referida misión, se cncontxari e& , constituyendo el Todo, lo Infinito, el Ser, Dios.»
toda nuuii£estación h u m a n a que determine el m encio «Progreso infinito (on desarroJo de propiedades) de
nado deber, y la prueba d e su legitimidad, que i>aia la e s t e l a universal constitutíva de todo cuanto no es
tienería no necesita el testimonio de los hombres, • el Espíritu olivino, a u n q u e incluida en Dios como Ser.»
de encucnti*a en ese m ism o d^ber morai que tiene todo ‘' Evolucioiiiimo u n i v e i ^ d e la eeencáa paja reali-
hom bre hacia sus semojantes. . sSción del progreso, en pluralidad d e m undos, d e subs-
El Espiritismo n o e6 ninguna o^ànión sistemática hucias y do seres.»
ni procede de ningún capricho hum ano ni tiende a clndividualida^í d ^ espíritu com o ser instintivo e
satisfacer ningún interés personal ni cdoctivo. Por i!* inteligente, e n lo cpje llamamos reinos animal y ho*
eeo goza d e u n a independencia especial : ni se impoos minai.»
ni 9e oculta^ porque la verdad, para serlo, no ne* «Sintetiilación de la niateria organizada y del espíritu
cesita de n ad ie ; peiK> nc61e y generosa siempre se [ pcua constituir al ser animal y al ser lium ano, por
o & e c e de continuo a quien la busca, y se deja po* > Qwdjo d e un lazo fluídico, pILástico, a que se denom ina
soer de quien la ama. • ' ptriupirUu, meta-e^rilu, o cuerpo aéreo o ccieetiaJ.»
Loa principios fundamentales on que su puxto filo- «Preexisteiw'ia del espíritu,»
sófico-doctrinal se asienta, son: «EncaruHcdón del et»píritu en o n a n is m o adecuada al
«Existencia d e Dios, infinito e n extensión y en in ow»do lie ser que le caracteriza.»
tensión— Ser absolutamente infinito, e iníinitómente di>- «Separación dc4 espíritu del cuerpo, por medio del
soluto— Inteligencia, Bien y Poder infinitos, de O onde fcnófncno denCínuñado Muerte.»
se desprenden todos los atributos de belleza, amor, «Conservación del espíritu, deepués de la desencar*
misericordia, justicia y omnipotencia, etc., etc,, etc.— nadón y supei*viviendo a »\x organismo, d e su indi-
Realidad eeenciai sin principio ni fin; sin tiempo ni s viduaáidad, do sus propiedades, de sus facultades, d e
espacio, y causa única d e toda realidad esencial, y sus afecciones, de sus conocimientos y su historia.»
d e toda ley d e la esencia.» «Vi<la esiñritiAaJ periódica, e n los espacios interpla*
«Eiem idad, en Dios, d e la esencia constitutiva del actarios.» , • I
w iver&o .»
«Reenc&mAciòn del eepirìtu e n m und o s y cvgam&miM
jm dos causados con beneficios (jue los compensen,
adecuados al m o do d e eer <pie le caracteríce, pari
aun a costa d e todo género d e sacrifídos.»
continuar la realización d e su progreso infinito, des
«Purificación relativa al m o d o de ser que por su
arrollando sus propiedades y sus facultades.»
grado d e progreao le es característica al espíritu, dis-
«So U dandad umversal.»
frutfiíi'lo, por <rfecto d e la m ism a ley, de u n a felicidad
«Com um cación de¿ espíritu desencam ado con el en*
proporcional q u e irit d e m á s en m á s conquistaíido
cam ado.»
iafinitamonte por sus esfuerzos, por ^ trabajo, por
su p«)grt‘8 o, por su m ay o r co*nocimiento d e la naturaleza
por su m ayor dominio sobre día , por sus m ás grao-
des elementos para prodigar el bien, por su mayor
L os punto» prindpalee d e su parte fílosófico rRligiosa
aproximamiento a Dios, por la m ás directa e intensa
se reducen a los siguientes:
sensación d e ia e s e n d a superior, per la m ayor ete-
«Creencias e n Dios, causa de cuanto existe y esj
widad de s u cuerpo íluídico en la vida del espado,
«Deber d e a d o r a d 6 n a Dice, e n espíritu y verdad;
por la m ayor sim pliddad d e la substancia orgáruoa
con ed pensamiento, y sin ninguna manifostadón ni
quo en sucesivas? reencarnadones, en m und o s de m ás
ceremonia ostensible; orando, y practicando el bien.»
rt» má-s perfectos, animp, p w la conquista de la m á
«Templo d e adoradón para Dios, el universo e n
xima pureza quft á r v e d e receptáculo directo a las
léro, sin drcunscrípdón del local ni edificio alguno.»
i n s p ii a d o n ^ d e Dios y d e agente e n sus designios,
«Sacerdodo, todo hombre que enseñe la verdad.»
por encontrarse revestido d e catócter divino y cons
«Responsabilidad individual del espíritu, ante la ley
tituido e n dios subalterno, e n relativo dios, con po
de la c o n d e n d a , de todos ^ s actos y pensamientos.»
deres para formar mujidcs, presidir su desarrollo, fo-
«R o d e n d ó n o purificación del espíritu por su trabajo
bemajlos dentro d e la ley, y prodigar a los seres
propio; por e4 desarrollo d e s u inteligencia y de sa
llamados e n ell(S a purifícarse las inspiradones y
sentimiento, aplicados a conocer a Dios y a practica
doctrinas que e n cada u n a d e sus épocas históricas
^ bien. S a lv a d ó n del espíritu por sus propios mers*
hayaji d e ir perfecdonándcdos y redimiéndolos.»
dm ientos y n o por los ajenos.?»
« P r w i o y €o$tigo d ^ espíritu, consecuencia de h a
ber o n o cum püdo la ley Ide la naturaleza, consistentes
en los m ismos efectos producidos por la ley en su
Los prindpios d e s u parte filosófico-moral, se resu
cumpUiniento o e n su trasgrosi6 n.«
men en )os d e Jesucristo;
«Expiación por la falta d d cumplimiento d e la ley,
<Amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo
conaistcdite e n la d e g r a d a d e verse privadlo de la
roás que a sí m ism o.»
W i d d a d durante su posterior vida espiritual con el
«Asoender a Dios pot la caridad y por la d e n d a .»
e s p a d o ; y después, cti la rcencarnatúón, en sojiortar
«Sacrificio d^ hocnbre por el hombre.»
iguales efectos o sufrimientos que in<iirectan\ente ^
produjo a los demás.»
«Reparación por i^ual causa, neutralizando los pe^
Método científico de investigación
pensamiento, ante toda, otra concepción del m ismo Yo. Y aun se determina a si propio en o4ra duple par-
Pero el Yo, c o n o posee propiedades y t i ^ üodaridad d e su condidón, per cuanto:
BelaciODes; o lo q u e es igual, es ai propio tiempo Pienta, q u e paensa '
cbjeto d d su estudio y s u oooocimienú». quo siente y
Pof^jue si conocimiento del existir del Yo, no si querer.
el conocimiento del c M o el Yo existe. Y para quí Y be aiofuí y a u n a extensión coaocimiento propio,
el c w o d m i e n t o del Yo p\ieda servirie al hom bre de » aunque no todo su conodnáento. Otro principio d e
principio d e la cianda, se haco necesario que s% rerdad absoiuta del Yo en sí mismo.
primer estudio, s u primera investigación, sea et a » » La p r o [ ^ percepción del Yo, n o tiene modalidad,
pleto couodraiento de su Yo en cuanto a sí propid puesto qne es anterior a toda condición, a todo (Mao-
96 re&era. (BZBento y a toda determinadón ; y es permanente
El pensamiento, la sen sadó n y la voluntad, son « d ser del ser y por el ser. Cualquiera particulútí*
propiedades naturales del espíritu; diferentes ro¿sú- dad objetiva o subjetiva, n o intem im p e el conod-
k s t a c i O T ^ solidarias entre si del Yo subjotivt), indi- nento propio d e ser que constituye la conciencia,,
vidual, personal y único; por cuanto el Yo es el prin ■srq)re presente, d e que se es.
cipio d e todo lo q u e le caracteriza. Y para proced« La certeza d ^ conocimiento propio del Yo, es Id*
a la investigada^ ordenada y sistem&táca del ocnocers«» W a b l ^ , inmutable*; ni se pierdo ni se recupera; es
se hace indispensable que se investigue el Yo a «1 «»sí, ii sí y por sí. Porque a u n cu an d o s e le considera
propio, h a d ^ d o s 6 {HÍmoro d e s u análisis; que t a modalidades sucesivas, éstas se verificarían e n
peoietre e n sí imsnio con sus p ro ^e d a d es e n cuanto ^ der, que es anterior a ellas; y la propia percepción
natuiaLmente s e le inidan, y arcando caída u n a de M Yo (sujeto idéntico, a sí m i m o ) y la posee desde que
a las d m á s » se disÜ !^a y se unifique oa ellas, « , sin alterarla e n n ada la sucesión <]Ue p ueda verifí-
mismas. on su» particularidades.
El Yo, s e encuentra inmediatamente sensible, y sio- La percepdón del Yo, n o os para s( misnui condi-
üéadose, se d i s t i i ^ e a sí ntasmo, d e su conocimiento^, ni téan]K>ral. eino permanente e inalterable.
e n cuanto se canoce y s e siente. La expcrimentadón, el análiás, el conocimiento del
El Yo 8 « halla izunediatamente voluntarioso; y que* en sí m ism o, es lo que, sujeto a interrupciones,
rietudo e n sí, so distinguo a sí m ism o d e su cono- vtra en l a sucesión,'en la m edida, y por ccnsecueacla;
dzniento y c e n s a d 6 n, e n cuanto se conoce, se siente» n ^ tiempo.
y « 6 voluntad. Ll Yo, a m o $er permanente, se revela a sí propio sus
E a d e d r : sendvierte sujeto único d e pensamiento, de Mt&bilidades.
oensadón y d e voluntad, detom inándoBe e n estados Lo dicho anterioimonte form a el primer paso del ser
particulares propioe> d e s u naturaleza, objetos todos ^®®o túfelo, penotiajido e n sí niismo cc«io objeto.
de su n ü s m m o ser. ^ decir; quo ol Yo p er d b e e n sí m ism o, a ú n írrefle-
P ia u a , sesntir y <ftterer. ' toBmente, otras cor^ic iones a m á s d e su existen-
SienU, pencar y querer. Kidividuaí, comi^ota y permanente, do que tiene
Quiere, pensar y sentii*. certeza q u e d e e ^ .
Al parecer este aiiálisis objcüvo-subjedvo, no La certeza absoluta del Yo e » 3a primera certeza
oda certeza del ser, 'derivada, d e la primera.
d© ser relacÍOTUido al ^nxmpírico que noe IxíügA
coiiocimi<Milo d e cuanto no® es «xtraiío; pero consider Yo implica pro|so conocimienío d e ser.
Pero 90T, implica realidad.
do quo n o es e a el o6;«£o m i5m o a do n de se oncu
811 conocuRonto, sino « n la facultad d e con T rtalidad. esencia.
propia y subjetiva del Yo, del s«r, del por .19 aoy : h e ^.qui la afirmación del conocimáento
pió d e ser realmente ser: o lo que es lo misnv>,
relaciojies que entre ajnbos existan, el conocimi
propio tieno indispensablemente que constituir el em ten cia y ser esencia.
Porque, ser es el que es.
nocimicnto d e lo q u e existe fuera d e nosotros. Y
m ayor evidemcia que adquiramos del m u n d o exteri I tw Kia, lo quo reaJiza el ser.
Pero, siemdo ol ¿n* ¿o que es; y ^endo lo
debo ser Uzi cierta com o la que tengamos de nue«t
propio ser. » es.
M á s claro: «1 Yo. tiene q u e buscar en su raz6n pr £1 ser es esencia.
To $cy po, determina ai ser su propia unidad, su
pia el conocimiento del m u n d o exterior y su relad
con él. Y teniendo en sí tmisoio el elemento de ropia identidad, su Integridad propia^ por intuitiva e
conoccr, e n su cottodniáenlo propio s « contiene (perwpción. P o r ^ e 90, «o « v otro a n o yo
fundamento de su ciencia. E s decir; yo soy mi propio sujeto y ma propio
soy todo en m i; soy uno en mi, soy vn todo
■iw en mí.
Quo yo, 90 conoce u»o com o sujeto d e todas sua
icularidades, es incontestable, porque es su con-
ffpdOñ inmediata a la dol Yo, y tan absoluta como
L a unidad del ser s e manifiesta en el ser misa perdbe a sí propio sujeto linico <1<‘ pensamionfo
por propia e inmediata percepción, com o la realidá sensación y d e voluntad. Pues b ien ; estas proipie*
deí Yo, aun qu o dicha primera intuición sea posteri o facultades inherentes a su esencia individual,
a la segunda. b inician y aseguran e n su interior la posesión d e otra
L a c e re za absoluta riel Yo es k primera sí m i ^ o , en uanlo s e considera como
del ser.
7 « , U ^ g o afecdcnes mJas <fue m e las produ^oo 9 $0 m e distraigo de m i m ism o e n m i propia sensación,
m ism o 7 las distingo e n m i, siendo po s u causa pro « d cuerpo d e m is sentidos n o os mí m ism o l^o.
Péro Yo, tengo también afecciones propias q^je I^isüiaermo d o mí m ism o n o es posiMe por cuanto
m e las produzco yo m ism o, y ]as d is d i^o e n mi iapUcaría n o sentir on m i mi propia sensación; o lo
súendo yo su cau^a propia. que os igual, dejar de ser po el sujeto d e m i seosadón.
¿Cuál pudde ser la causa de esas proi^as aft^ci L u ^ o debe ser, q u e cu an d o m e dentó d e afgana
mias, d e q u e n o lo soy v^f— lndudai>lemente de lunera particular y profunda e n m i mism«^ dejo de
extraño a mi m ism o, q u e estando a mí as •wtir en mí m is sensaciones provenidas d e mis sentidos.
m e pertenece; qu<» lo siento Y e en mí mismo^ y h Luego el cuerpo d e m is sentidos es m i ettérpo; pero
parece quo m e constituye. Bo es Yo mismo.
Examinémoslo con el conocimiento consciente Yo, siento « n mí por m i m ism o, y siento on mi
p ia jn en íG ratonado: veam os cuales son nuestras in por mi cu erpa
diatas lexpehm^taciones en e^te punto; es decir, L a sensación, siempre eis on m i ; pero no siempre
^ rv é m o n o s . M mi yo m ism o la causa.
Mediante m is )m?pios sentidos, conozco la cxisteaci Tengo, pues por este lado, la certeza d e q u e mi yo
w i mí <le u n cuerpo, que» en cierto m o d o parece m j mi cuerpo son distintos aunque mi Yo comunica
yo m im o : porque Jo veo con mi«v ojos, lo |>alpo en por la comunicación d e sus sentidos con m i yo, o sea
m is manck^ y percibo sus tnodificaciones con mí peí con mis sentid os^.
cepdón. Poseo, pues, la convicción de q u e tengo u n cuerpo
Si para esta invo6ligaci6n no hiciéramos uso nadj u n sentido común.
m á s q u e d e la sensación, motivo tendríamos para au Lste sentido ccm ún, nos determina otra relación
gurar q a e nuestro cuerpo éramos nosotros misnM. •efisaWe ontre el espíritu y el cuerpo, q u e aumenta
pero hem os d e anticipar algún razonamiento, con i certeza d e la distinción.
fin do investigar si estamos en la certeza d e o)b I)n efecto: las sonsadones agradables y desagradables
i ^ o n a m ie n t o incompleto y si se quiere excitado pfl afectan nuestro ser, son a veces contrarías; lo
ja m ism a sonsación, q u e es com o si dijéramos Toe nos demuestra la dualidad diferencial. OcasiO'
pretación de nuefiras inpresioneíi. lee tenemos de ser afectados agradablemente, por
Yo, percilK» por mis sentidos cuando dirijo la atei* ^ estado do nuestro yo, y desagradablemente, al pro
«óft a esas percepciones. Siempre quo m e fijo « pio tiempo, por 2a impresión del estado d e nuestro
mirar v e o ; cuando lo ha^o e n oír, oigo; cuando «eiT>o: y al contrajio; ocasionee tenemios d e ser afec-
paJpar, palpo. Pero si no fijándome e n n ada do eso, • a^radablemoninte por la ámprefüón del estado
teniendo fija m i atención en u n a sola percepción, « ^ nuestro cuerpo, y desagradablemente, al projHO
distraido para todas funciono e n mí mismo, ias p ^ fempo, por el estado <le nuestro yo.
cepciones d e m is sentidos pasau dosapeitubidas pan El cuerpo tiene sueño, hambre, sed, frío, o está
mí. E s decir; q u e para que ]as percepdones serusitírti ^ e r m o o herido; y el Yo siento esas desagradables
m e afecten, e s necesario q u e yo atienda a ellas. I>ucf* p r e s i o n e s ; pero al propio tiempo siente el Yo las
Supresiones agradables d e algún pensalmiento o he*
cho bueno, causa o piYxiucto d e ac|uella£ imprGsionMr
jiotestativa del espíritu con el cuerpo, se reduce al
£ 1 cuerpo goea por aJguna agradal4o satisf
apara lo oerví oso motriz.
y ^ espirítu al propio tiempo pad(3cc por la üicítDd
Luego el Yoy puede cooduír de tan ciertas obser*
o malas ccnsocuencias do aquella m is m a sati^facd^, Taciones, diciendo:
Eíi «I cuerpo cesan las impresiones, y por coose-
«Mi cuerpo es m ío solamente en parte, y pertene
€U€3icÍa «1 placer y oí dolor; el Yo d e s e r t a K>n sa
ce más a la naturaleza material que a mí.
fantasía aquellas impresiones, y se las representa lo
>Lu<^o mi cuerpo es objeto exterior de mi 7o;
^uíicientemeníp vivas para gozar o sufrir en eliu,
lo que extrafto a mí mismo, se reladona inmediata
ya estado d e vigilia y a e n el d e sueño.
mente conmigo pa.-a poner en contacto impresionable
Sin em bargo do esta distíndí^, sabem os que núes*
aii naturaleza con su naturaleza, el espirita c c « U
tro Ye y nuestro cuerpo com ponen u n todo, íntimo y
lo incorporal con lo oorporalizado.»
s im ^tic o por el q u e constituimos u n a unidad en U
quo nos denom inam os honibr«.
Continuando nuestra inrcstigadón sobre las reiv
ciones dcl Yo con el cuerpo, hallamos otro género d»
obeervacá6 n quo nos evidencia m ás avin, que el cuerpo
InvMtigfftciones 7 0 sobre la n a t im lB s a
n o es Yo ni lo pertenece n a d a m á s que d e cierto
material
m odo y hasta cierto punto.
Si nttestro cuerpo se forma, se desarrolla y de^
La naturaleza material en general, lodo lo que es
com pono por elementos y acdcm es exteriores, e x l »
«xtraño al l o propio y aJ com ún (a mi espíritu y a
ñas, independientes de nuestro Yo, el cuerpo sólo (s
W o B los espírims); U substancia fuera o exterior
del Yo en cuanto se encuentra asociado a él. Luego
« I ser, es en sí m ism a ana por la solidaridad de
su naturaleza difiere do la naturaleza del Y o ; y si « SU& propiedades.
poder hacia su cuerpo es completa, mediante solo
L a percepción sensible en el Yo de todo lo que le
a lo q u e sus condiciones le permiten con respectfri
distinto, se encuentra subordinada al estado del
a él, y con rcspecto a sí mismo. L a voluntad mand^
JwtiJo de su cuerpo; porque no siendo el Yo el sen
a los miembros e«i lo que pueden obedecer, que no «
ado, iiño el fondo adonde el sentido se refleja» la
todo lo q u e la voluntail dceea; porque su acción está
^fcepción verdadera está en el m o Jo de impresionarse
limitada a su faerza y a su textura. U o ahí que ^
^ ^ntido, cuyo m odo impresionado ha transmitido al
cuerpo n o pueda responder a la rapidez dol deseo, tu
^pintu. Es decir, que, las impresiones en el Yo de
los m iwnbros cJ>rar )a fuerza de La voluntad.
^ objetos exteriores, no se las producen ínmedia*
.\sí misíuo escapa el cuerpo M dominio del j»
^ o n t e los ^ je t o s mismos sino los efectos que los
en toOiaa las operadones q u e tienen por objeto su p r c ^
Wjetos han produddo en los sentidos.
vida y en la drculadón, y e n la digestión, y en ias
Muestra experienda sensible objetiva, en u n a pa-
secredones, eto,, no influye, teniendo q u e fia n d o
tabra consiste e n la sensibilidad d e nuestro cuerpo;
naris a su propia y natural acción. L a influencia
Etpirtíumo 49 U Fib$«fU.— 3
en la aptitud d e impresionarse lee sentido?, y en » desconoce, y al n o poderse formar subjetivamente iina-
p o U n d a y perfección impreeiOfiaWo. ' , ! « de lo que sensiblemente n o le ha.ya impresiónado-
U n a d© la» <'ualidad«t distintivas j w a ol V.> <?n E1 Yo, ro^)scto d e la c ien d a universal, sabe que
su interior y el c*xtericr, entre el «ujeLo y el obji DO e0 otra cosa »que u a depósito o archivo d e los
entre el espíritu y oí m u n d u oi»jetivo, es la maten conocimientos q u e pur experiencia objetiva adquiere,
d a d a la eorj>ordlidadi porque a u n cuando el con la facultad <le sacar d e st mismo, cuando lo desea
c w s e i v a en sí U a imágenes de sus conocí míen j para repteseetárseías, las imágenes íjue en su fondo
objetíTCs, y puede representárselas a su deseo y co» ríflpcíor se imprimieron y featigrafiaron.
templarlas en sí mismo, en su fantasía, e s U ^ repí* Se reconoce adem á s el Yo la facultad de formarse
duccionee ideales difieren de las producciones o b j e t i v ^ i 9iX capricho oonibiaacione« con las imágenes d e ios
tímto e n concreción y vigorosidad, cuanto e n q [ ra<A •kfetos conocádoe, conservadas, y a fraccionándolos, am-
d e afectar. U n hecho quo h a impresionado objetJT^ píiándoios o microscopízándolos e n su inventiva fan-
m ente al Yo, y que por cccisocuencia lo conoce j tttía; dándole estoe procedimientos la certeza de ser
lo r e t in e en sí com o tai hecho, se lo reprodu» obra y producto inmediato suyo, y n o d e los objetos
sajb>etivamcnte, s e representa su imíigen on su íü naturales, q u e siendo impuestos y reales, no son su
tasía» y ni esa imagen tiene el vSgor de la producü •¿r rá e a su sér, sino exteriores a su sér. >
por la inmediata realidad, ni sus detalles se oncu« Luego, por estas naturales e intuitivas Investigacio*
tran tan detenni nados, ni las afecciones propias A nes, tiene el Yo conocimiento d e que realmente existe
sus consecuencias son tan vivas; porque los petigro^ oa mundo extericr, senxibie, fuera d e él, y con el
los temores, las angustias, las satisfadones o piador» ^ se «\cuentra relacionado de algúD modo.
que el e^írita despierta ante la im agen objetiva
lo roal, sabe que n o de be afoctario d e la m í s n ^ ni*
ñera ante la im agen reproductiva, represontativa ^
u n hecho que fué, pero q u e y a no es.
Y no h a y que traer a este lugar, com o pruebi
en contrario, ios efectos d e la exaltación im a g in a ^ CoaocíBiieato d e l E ip iv ito. d e la existenoia de
y sentimental, porque eso corresponde a un e s lé *^ seres .a e a e ja n t e s a él
particular y anormal del sesr.
Por esUfl diforcücias efectivas y afectivas, emtae*^ Así com o la sensación hem os visto q u e proporciona
el espíritu a conocer U exterioridad del univer«^ ^ «píritu c<«icciniento del jnundo exterior, también
o del m u n d o quo le rodea. la aeosacaón le produce la certeza d e que en ese
F-1 espíritu posee además la certeza d e q u e no coi ® ^ o existen seres semejantes a él.
tiene ell sí la realidad d e toda la naturaleza, o » ú conocimento dei cuerpo ptopio y su dominioi,
ei conocimiento universal; sino la facultad d e co« ^ ^ i a las seanejanzas aparentemente sensibles d e otrce
corla, y *le conservar e n sí m is m o los conodm icni 2 ^p o s q u e le ámpresíonwi dentro d e u n a natura-
que dcsl m u n d o exterior adquiera. Y semejante verdi ^ común. Y Üe ia sem ejanza de im agen y d e acción
se la aiirma al carecer de ideas re^>ecto a lo ^ recabe y observa en él, brota la intuitiva de*
EL ES PIftJtlS M O ES LA HLOSOPÍA 37
36 MANUEL O O N ZA lZZ S O R IA N O
d\icd6 n anaJógica de ^ e cada u n o es un osptnl mismo); pero es sólo e n cxianto se i'dconoce fondamentc»
unido a u n cuerpoi, como él mismo. de sus modalidades.
Este coBodmiento viene seguidamente a aíinnul Porque el espíritu se reconoce propiedades en cuanto
fas manifestaciones j comunicación por medio del 1» labe que piensa, siente y quiere; y así m ismo se
guaje. nconoce modalidades en sus diferentes pensamientos.
Molimientos y res caucione«. Pero sus propiedades que>
dan intactas también en él, por c u ^ t o piense, sienta
y quiera u n a cosa u otra, o de cualquier manera,
lA T M tig ac ió n propia del T O p a r a reconocerM | sierapre es ponsar, sentir y querer.
com o M p ir itu £ 1 espíritu se reconoce, pues> mutable, e n cuanto
tuociona en sus propiedades; e inmutable e n cuanto
Vimos on anterior capítulo^ com o el To se distift’ al fundamento de sus propiedades; en cuanto a ia ley
a sí propio d e eu cerpo a u n cuando se encuentji de su naturaleza.
asociado a él. Tainbién observa que la actividad d e sus propiedap
Pu&s bion; mediante esta certeza distintiva, el lo « de& es permanente, por la necesidad imperiosa de
denom ina etpiritu. Y constituido el eér, hombrit « P « D w , sentir y querer siempre d e algún m o d ^ o
QZiidad sintética caliñcadora de si m is m a en cuanto «n cualquiera forma: luego se reconoce forzosamente
sér, llama a su sér reconocido d e identidad perpetua Butabie on su inmutabilidad, y adquiere la certeza
n i éépiritu; y a su sér reconocido exterior, mutaMi dt quo la mutabilidad es otra propiedad suya, de su
7 s i ^ d o pc^ la naturaleza onaterial, n i /yuerpo. Uituraleza.
Pero ccm o el <pxe distingue y califica es siempr« * Pero como estas m udanzas, o lo que es igual,
Yo identificado permanentemente a si mismo, por ello 1* diferencia entre 2os estados d e las m udanzas se
9e disti[^uei a ei propio d e su cuerpo diciendo: «Yo «cnentran distantes unas d e otras en algún concepto,
espíritu:» luego el ujríriíu e n mí, q u e es el Yo mis» esta relación sucesiva hace lo que se llama tiempo^
conocido en. mí absoluta 7 simplemente, es lo primen • » i 6n, m edida; y la pura e inmediata percepción
w . mí, com o hombre, lo superior, lo predominanlft oel «píritu en sus modalidades interiores o subjetivas,
y «í eturpo, lo distinto d e m í, a u n q u e conmigo, es ^ ^ da la certeza d e que sus propiedades las realiza en
secundo, lo subordinado, lo inferior. ■ tiempo, on la sucesión; o lo que es lo mismo,
su forma es de m udar, es el tiempo,
Luego el espíritu saca d e su propio análisis, la p«r*
^pci6 o del tiempo y la certeza d e quo lo que m u d a
In t r M t lg M ió a pr&pia del Espíritu p a r » re cono* « teoipoi-al; siéndoio él m ism o en cuanto se refíere a
cer s u m utab ilid ad e n s u perm an en cia mudanzas necesarias.
También por esta investigación propia, sabe ique
Sabem os y a que «la percepción del Yo n o es ^l fiesípo no es su sér y por consiguiente que el
sí m ism o condicional ni temporal, sino permaneid j ^ p o no es sér: Q u e el tiempo es la sucesión entre
e inalterable» (el Yo com o sujeto y objeto en 1 w mudanzas d » su sér, y por c<asecuencia, que el
iim po «6 profÁedMÁ de propiedades de $ n sér: Qot wneí^Le;;, son extrañas <i su sér, reconoce, tanto
mioitrajt las pro}áedad«s de su sér existan y se rea>ícM que él no es todo, sino parle de todo, cuanto que
en su sér» se realiza su sér en el tiempo: Q u e «iste un fundamento, o mejor, un fundador d e lo
el tiempo la sucesión d e la m udan za, sus propias fudado.
danzas hacen su propio tiempo: Q u e su cuerpo inu¿A
9Ai m is m o sus estados desdo la fúiie?. y a u n en h
^enitud de deaarrolla molecularmente considerado, j
por ccneecuencda que d cuerpo vive e n su mudaoti
y hace su tiempo m udando, ^ e n d o a^i m ismo su íom», £1 EfpixitQ, reconociéndoat potencia, In e r s » 7
el tümpo: Q u e siendo su cuerpo parte exterior actividad de aws m o d a l id a d M temporalea
aunque interior d e la naturaleza mate nal, tiene suee
8i6n e n forma o m udanzas e n tim p o : Y, por último, A petar del antes m encionado conocimiento, queda
que la naturaleza e ^ r it u a l y material vive y se rea* m pie para el espíritu el de ser el fundamento de su
liza d e l a m udanza, d e la modalidad, en el litmpo. toodalidad, puesto que su Yo es su esencia, y d e su
esencia sus propiedades.
V como sus propiedades son d e su esencia, y su
eeeoaa es su sér, el espíritu es u n poder, o una
foUntia de sí m ism o, puesto que puede determinajse
m Stpiritu, recoaociéndoae f u d a m e n t o propio «n sus propiedades, pensando, sintiendo y queriendo
d « aus m odalidadea •^M ira m en te e n su temporalidad.
Siendo ccmstantes, permanentes, las determinaciones
Pero las m udanzas del ei^píritu se realizan en ti que el espíritu se realiza, y conserváüdo&ele en cada
mismo, y p<B: él h u ^ n o . Es decir; el espíritu m u d a en últinia determinación intacta su p otenda determinan-
puesto que se reconoce a sí m ismo en sus inudanztf/} le, la que lo o b ! ^ a a proseguir determiuándose siem-
y com o mutable, sabe que todos sus particulares e s ^ í»e y sucesivamente de algún m odo, el espíritu
dos procede« de si mismo. Y m u d a por sí, por cuan» ^ actividad d e si m ism o, a c d ó n precia de sus reali*
«éndole la mutación impuesta, la recc«ooe profHedií abones.
d e su constitutiva esencia, ley d e su naturaleza <9* Luego <Á espíritu es la fuerga y la acción perma-
(ñiltual. «ütes de su efectividad sucesiva; la potencia y la
Luego, el espíritu ini»nK> es el fundamenta de 9í d e sus modalidades temporales.
m udanza, por cuanto la m u d a n z a es ley d e su escnci*J CM no a u n -siéndolo impuesta al espíritu la
Luego, aunque es espíritu es por su ley causa d* M v i d a 4 por su propiedad potencial, puedo ser en sí
su mntal^lidad, siéndole la ley Impuesta n o es la can»* ^ o menee activo, el espíritu es en sí mismo la
d e su ley, y eB a su vez jfujidado para la modalicUi í ^ / c de tu actividad, la causa determinante del grado
Mas, siendo el esirfritu fundado para que sea ítifr actividad cw i q u e <*ra e n sí paca sus determi-
damento d e su modalidad, y existiendo otxos s?re* uciones.
com o él, que no son él, y otras oosaa que, cotio s «
Luego, la acHvidaá para determinarse en cada posi-
bilidau de su potencia, o en cada particolaridad de
SI Üipiritii, reconociéndose p erm anente e n débil« su tiempo, es bien para el espíritu mismo.
de determinación Pero como vida es manifestación substancial del su
jeto en sus particularidades o determinaciones propias,
Com o !a actividad en la$ realizaciones sucesivas éd el espíritu y ive, y hasta hace su vida en la realización
espíritu, o en sus moda)iiiado8 temporales en nadi de su acdvidad, de la m ism a m anera que coníec^
afocta a su potencia determinante qucilando ¿ícmpni dona su
igual, y com o la potencia es la causa do toda posibiK
dad contenida en ella, la actividad de cada Jeten»
nación no es la realización de la potencia, o d«
toda la posibilidad de la pot&ncia» sino só.o de u u
posibilidad de la potencia, de una parte de ella, qu»
dando en cada hecho realizado todas las domas p o» AnAliaie de la solidaridad entre las facultades
bilidadca para realizar. , del espíritu
Es decir q^o, en el instante de cada detemainadil
particular, falta en el espíritu el resto total de sus Las percepciones absolutas del espíritu, le hacen
posibles dcterminaci<wos. »conocerse com o propio fundamento de sus parti*
Luego, siempre le faltan al espíritu determinaci nlandades, modalidades o nudan^at.
que realizar, y que las contiene e n su p:?ítncia con» La actividad y la fuerza d e acción están en su
posibilidades. ««ücía; pero los diferentes grados en que puede ejer
Luego en ei espíritu siempre ha y defeeic de dete^ cerlas, se determinan en tres m odos de realización:
mi nación, necetidad de determinación, y deier de d^ Como inteligencia.
tienmnacióQ en la realización de toda la posíbili Como Bwisibilidad.
de su potencia. Como voluntad.
L a poUncia espiritual, en su necesidad de realizar» Asi, cualqaie:a percepción realizadora d e su esencia,
e a acción, obliga a la actividad espiritual; y de «si* debe encontrarse sometida a las tres actividades que
hecho brota lo que denominamos deseo, tendencia ^ son propias en su tiempo, interesando su conoci-
inclinación, anhelo, etc. ittittito, su sentimiento y su volición.
El del espíritu, so le determina por la
pr«encia consciente del sujeto o cosa de que se trate;
£1 E spirita, reconociendo a n bien com o prodneto por U evidencia de encontrarse de alguna m anera con-
propio* en en actÍTidad d e realisación tHúdos en si mismo, y d e manifestárseles a sí mismo.
El m tinieni& del espíritu, se le determina por la
E ‘ bien del espíritu, consiste indudablemente en so • ^ i ó n íntima que le produce la presencia ccbscienta
realización, y por coaosecuencía ea no oponerse a « «el sujeto o cosa que se halla d e algíui m o d o conta
necesidad. ndo en él.
L a vcíuntad del espíritu, $e le determina por i
eeíuerzo ;«opio pa^a sdcar de si m ism o conocimieaka
7 sensaciones, o para detener en si los que se h
determinar, o para traer a s( les que necesita a u A ES0M E»
íin detenninaido.
Estas tres concepciones del espíritu sod solidvia ie los oonooimieatoa adqoiridoi por el «spiriin
entre sí, y detenranaa todos sus estados, todas e n UTL »nálltia propio
rolaciofies y todos sxis medios.
Para que estas tres propiedades del espíritu puedia Su existencia real.
ser aplicadas uoas & otras, y su síntesis referida a cad» Su personaiidaid propia.
\ma d e ellas, com o ley efectiva d e su esencia, « Su áiteligencia, sensibilidad y voluntad.
necesaria la rtfkxión de cada u n a sobre sí mísnu j Su diíereocia propia com o sujeto y objeto.
sobre ia¿ demás. Su inmutabilidad coiuo sujeto propio.
S e hace loeceaario que el espíritu Su mutabilidad com o objeto propio.
C</noeca su ccmocimiento, Su propia unidad, como sujeto y objeto de sí misnvx
Sienta 9Í1 semsadón, y Su realdad esencia], causa d e sus partícuLaridades.
Quiera su querer. Su dualidad h u m a n a c o m o sér,
Sus percepciones exteriores por la intermedíacá(ki
Conoíca su sensación y su querer ^ los sentidos de su cuerpo.
Sienta su conocimiento y su querer, y Sus percepciones íntimas e interiores procedentes
<^uUra su coaocámiento y su sensación. ^ íí rmsmo.
Su sínteais con su cuerpo.
De este concierto do a c d ó n en las facultad« dd Sus mutuas afeccionoe con su cuerpo, por su m utua
espíritu fljace la armonía que h a de realizar su btrt Modaci6n.
en su tiempo, y su posibili^laU en su fio, por íí Su dominio hacia su cuerpo, e n todo aquello que
conocimiento y prácUea do la verdad. w afecte a! cun^limiento de su nataraleza oi^ánica.
U exigencia do u n a substajicia extraña a él, que
^ ^ r e en m o d o y forma d e su sér.
h& existencia d e otilas seres semejantes a su sér'.
^ existencia d e otros seres desemejantes a su sér.
La existencia d e u n m u n d o fuera d e su sér, y con
«I que se encuentra reladoaado por las afecciones
íwatiTas ^ e le produce.
Su aptitud propia para conservar en sí mismo, y
^ cierto modo, las alecciones recibidas del m undo
Citerior.
Su facultad d e conocer a toda la naturaleza, y cob*
servar en sí m ismo los conocimientos que adqni«»,
Q u e su ezperíenci& objetiva es la causa de sus ci>
nocimientc«.
Q u e posee la facullad de formarse combinaci
ànaginaLiv&s d e los ^ je t o s q u e conoce.
Q u e es u n a Dolencia propia e inagotable, para del»
m in arse en sus propiedades.
Qu e, aunque fundamento propio d e sus mod&Iid^
des, no es él m ism o su propio fundador. BESUM EN
Q u e existe u n Fundamento superior, o u n Fundid«
de todo lo fundado.
Q u e es la actividad Lbre de su potencia, para redli¿u
el grado d e sus propias determinaciones. d# U i ideas despertadas por el Espíritu en sos
La inagotable posibilidad de sus determinaci investigaciones i&n e d ia t a a
en su inagotable potencia y libre actividad.
S u inacabable áéftcto de determinación, y su iMt
tinguible deber d e determinarse en toda posibili G A U SA — E F E C T O — P R o PI E D A D
d e su inagotaWe potencia.
S u necesidad de realizar su potencia para reaJiurs»
en su naturaleza sin obstáculos, y hacer su bi«. Esencia — Fundam ento — Sim pliddad — Etenú*
Q u e su vida existe en su potencia, y la realio did — Infinitud — Lim itadón — T o d o — Parte —
con su actividad. Absoluto — Relativo — Inmutabilidad — M u d a n za
Q u e del concierto d e acción d e sus faculladee, b — Ley — Tiem po — Espacio — M edid a — Potencia —
d e surgir su más exacto c M o d m ie n t o d e la verdi4 ^e r za Actividad — Acción — Función — Modali
la realización d e su bien, y d e s u fin. dad — C om bina dó n — Form a — S em eja nza — Di*
fsrencia — M u d a n za — Sucesión — y , Reladón.
C O N S ID E R A C IO N E S P S IC O L O G IC A S
miento, eete se íonofí y amplifica por las operad <No existiendo efecto sin catisa, la casualidad no
de la intelectualidad, o )oi q u e e & lo mismo, por niste>.
operaciones de la razón. «El efecto no puede poseer nioguna propiedad q a t
U n a pequeña serie de nociones, o u n reducido DO U haya extraído d e 9u causa:».
mero de ideas generales y abstractas, p cedea ser «Todo io positivo es esenciab.
pedestal de xina inñnidad d e conocimientos partk» iToda eseAda se encuentra caracterizada por pro-
lares concretos para el espíritu investíg&dor; p o r ^ ]údade&».
operando e n ellas inducÜTa y deducti7 amente por «Nada puede adquirir por si, ninguna propiedad ni
paración, analogía o antítesis, establecen nuevas ido» bcultad que naturalmente no posea».
que eOQ otros tantos conocimientos naturales que » fNada puede desarrollarse que no exista en gér-
imponen forzosamente al espíritu, y a e n forma % m a.
inevitables consecuencias, y a com o príticipios eTÍd«i* «Nada puede m anifestara que no esté desarreglado».
tes por sí mismos. <A iguales causas, iguales efectos».
D e las ideas d e tiempo, espacio, causa, efecto, ptf* <A iguales esencias, iguales propiedades».
y todo, surgen, por ejemplo, las d e y o¿«oy <A iguales propiedades, idécticas manifestaciooe&».
L a idea d e implica la de principio. «le., etc., etc.
Principio aheolutc deterrni.na unidad, simplicidad, iKm Estas breves consideraciones conducen al objeto de
tahüidad, Sér. pftt«itizar que tan l ^ í timos soo. para el espíritu sus
Sér aftwliíío, e s Sér infimto, Sér d e todo sér. ^"»cimitntoé adquiridos por el efecto inntedúUo de la
Sér d e todo sér, es: Msación en las operacio&es del pensar, com o los que
Esencia de toda esencia. 90 derivai d e sus percepciones intelectuales por las
L e y der toda ley. b a d e n e s d e la razón. Es decir que, si la ra^ÓD,
Fuerza d e toda fuerza. U u d a al peáisamiento d e u n a afección fo m ia el
Actividad de toda actividad. criterio de certeza d e u n a cosa, la razón, elevada al
Potencia d e toda potencia. Pasamiento d e u n a certeza, produce la evidente cou-
Acción de -toda acción, etc., etc., etc. c ^ ó n de Épus relatividades.
y respecto d e las evidencias naturales, ¿qué iní^ Más claro; la razón q u e ense&a y patentiza la realidad
ligancia escapará a la necesidad irresistible de coúc» ^ un hecho o de u n a cosa, es la única facultad apta
birlas y aceptarlas? El espíritu hum ano, que sobrí enseñar y patentisaa* sus relaciones cocl las de>
diversidad de <3ontÍngencias cccicibe Jo inmutable, ^ Biás realidades.
aJ)soIuto, lo infinito, posee concepciones de roUcí¿i la legitimidad! d e la razón es incontestable para el
q u e se le imponen ccrao principios secundarios de ua <*píritu, puesto q u e su criterio de certidumire estriba
evideí^cia inmediata, d e u n a certeza absoluta y ^ ^ la evidencia, y ésta no se la ofrece m ás que su
u n a generalidad incontestable. Tales iort los coacep# Asi, lo q u e la razón ’demuestra, la razón lo
danomioadoe axiomas, d e ^ e citaremos algunos ejempli y es ia verdad para la razón; porque la razón
a continuación: sus pruebas d e certeza« e n ella misma,
«Todo efecto procede de u n a causa». V esto n o es negaxle a la razón la susceptibilidad!
&8 MANUEL OONZAU¿ $O R IA N O EL C $ P I R I T !S M O ES LA F IL O S O F IA
del error, siao atirmarla e a grado relativo a su perfil 4Bctí\*as o deductivas. Esto obedece, e a tesis genera],
dcm nii«nto. Porqu^i caída grado á f susceptibilidad ét * las diferencias d e cAudal de conocimientce científiros
«rror» ee m grado d e susceptibilidad d e verdad; j It Iss inteligencias p oseen; y e n particular, a ta
razón bum aoa, ccmvo facultad o elemento réhXiyo, sób, potecda fuaciona] d e cada una;, o eea a su grado pre*
puede coacebir y peaetfar en sus operaciones ver^ m tt de razón.
des relativas, o sean grados d e verdad universal. Ninguna razón puede ser a sí m ism a contradicto-
Pero a pesar de esto, cada grado de verdad que k na. porque se anularía.
razóo penetra, es s u verdad reai y absoluta, pueeli L u ^ o , la razón que tomando por base d e sus
que S0 le únpoae <d presmté com o tal; por^pie et espiñti eperadonos una ceriega La destruye en alguna d e sus
«ólo piiede creer por la propia virtud d e su razóo. deduccionos, se anuJa e sí propia, y deja de ser
M a s tampoco < ^ e r e esto decir <|uo todas las cree*» iegílima lazón.
ciaa y opijuoaes sustentadas sobro u a m ism o asuM ta T ^ ó n que, por ejemjrfo, partiendo d e la certeza
debaa ser coafírmadas, puesto que la la^ón sólo puedi M lo Infinito saque alguna conclusión que ¿o
ser iadependiente y autorizada dentro d e sí misa^ •o es razón e<íentí6 ca y verdadera, puesto que se
ee d e d r , en los resxütados d e su propia operadäi« coalfadice y se destruye.
U n a creencia o u n a ojúnión dejan d e ser leglticDü I W a que las operaciones de la razón conduzcan al
desde el m om ento que no son adquiridas por el w x m á e n io d e ía veidad dentifica^ deben ser prac>
cedimionto lógico Ilúnado a dir^ir las ¿acultades ißt» por el procedüaiento lógico. £ 1 silogismo per*
^ectuales al resultado del conocer. f4eí^ ee ol m ás exacto regulador para marcar la legiti-
K o toda opinión ni creencia implican razón; y ^ »dad de lodo razonamiento; pero ein necesidad de este
es precásameate la caiisa d e las diferencias apreciati^ W t o arte de la lógica, u a a form a a3)6o]utameate
que entre las opoaioaes y creencias existen J «oüfica conduce al m iam o resultado, y tiene la
observan, *nitaja de pro^taj toáé tiberlad, deseml>ajazo y Sunplitud
H a y quien opina y croe p w conveniencia, por t«n«, para, la dilucidación d e todas tes cuestiones.
por costumbre, p « fanatásavo, por sistema, por De una señe d e aforisnws basados e n certezas evi*
perainento, por sentimiento, etc.; pero ninguna ere#* y axiomáticas, e n que cada ccocepto afirme
cía loi opinión por semejantes añedios adquiridas set kis íiemás y ,ning:uno se contradiga ni destruya, se
zacionaiee ni ccnsecuentemente legítimas. I*^uceíi consecuencias deductivas e inductivas que
L a razón es una y no múltiplo; y la única díf^ ^tlannijuui otrafi tantas certetas naturales para á espíritu
r e n d a q u e entre la razón individual puede exátit UffeeÜgador. L a a^um e nta ció n dialéctica 'seguid! ^x-
estriba e n el grado d e desarreglo, en su extensiv por lo9 antiguos polemistas y filósctoi,
apücatíva. ^ »do ya substituida e n la m ayor parto de Jos casos
Cuando d e una m im a cerUea parten diferentes 2 ^ la cbeervadón, y desterrado casi por c<«npleto el
ligemcias para investigar por inducción o deducciú^ •^ i s m o , Iá costumbre d e discurrir bace h o y níuy
todas delrán encontrarse centíormes e n los resultaáü ‘uncil, por íio'decir impoeiWe, la aceptación del sofisij«t.
d e Ut potencia c<tnúa a lillas; y lo único e n que puedai
diferenciarse es, en la extensión d e consecuencias
SEGUNDA P A R T E
S IK T E S IS
C l P g n t t im o , eonfande la Íntel)S<«eía y el poder Infmélo« «os b í * * * w c « m o i, aun cvando fu e s e «I m is ia tir a o ser^a la á n k a p e r fe c c l^ po*
lítente e impotente, y con la laielifencia y poder liaiiado«: « o * • **«, U eg o lo r e p e t im o s , p ara ser d T odo el S ¿r a b s o lu iu n e n t « p e rfs c ro .
erí^ea «orno la anterior y qu® U experiencia mí&ma la dtfsoiq«* * « e u ia e n ce rra r en si desde la m eaor W a I* m ayor p e r íe c c íó o ,
P ar a «er, pue«» ! ^ k o «, y w a res recbazld»« aiabaa bipóceML í« r e la m ayor y la m enor p e r fe c c i^ (e s to s dos t é n s ia o i re p re e e n ta n >
pudier>do e a m anera a l f u u a c ^ p o r la vul^axíatm* creeuíla d e qw« * Is ia f iiM a a e Q ie p e rfe c to ; o ir o , lo in / in ita m e n t e p e r íe < f ib k ) , tto pueden
y doe atributos e a el T o d o , o lo an u n elemento i/tfijutanieote |ncel)|^ U ego eaw en o í cl T odo t lt u n n i» * ií 4í i * u t. uno in iin it a r a e a t e
poderoeo y perfecto, ordenador y sostenedor del ordeo, otro In ia '« ^**’ *fce* B o y o tr o ia ím ita m e n t e r e U iiv o ; lo cual im p lic a dos c|ase< de p ro >
ÍB)po<ente, perlecrjble, orderudo y dirigido; se hace precúo e i » ^ ^ Madei peffttíiín 9 ftrf^iibüM.
w a aocidn q u e m antenga k unidad de D i o * coatra el du»¡i***> M as c o m o to d o e le o c n t o y p r o p ie d a d d e t e r m in a n tn é ifi. y to d o k<#»
distiacién d e la causa y el efecto contra el fantt¡Mmo: k hace • M b M a n c ia . t e s t e n en el T odo dos e le m e n to s d o s a lg o s , dos s u b s ta n c ia s
iblMftá* fÜo*ó(kos » i u ¡ p » s y fnoderfKHi, incvrriiUmv» « o « •] cta de dof cosas dìsùntas, d e d w m o d o « diferenitrs, d e d o s eleme&tos
CAuad^ccioftet. ' conpofteni«« del Todo, «Astirutívos del Sér. suplein«ua*
dal laliofio.
£ 1 M t m « . t a o u l'iu íp .j d » l»s r.li4>anrt tdni%táis, h ie t » D í m
echando nano de Ut nsU p »M U eoaf«Cí4ft ¿ti -uniferso— ^ m tuda destfuye esu idea loa atributos d e la Iiivinidadj e n a a da
Ei éitU m «, 1« ûie^â «J efecto U «zalen ck d« U x.auM.-Al UHftoia; e n itada los tnaacha; el carácter infinito d e todos, eUoa
El im m wtttHaliHa. hâte h c»u u éf«»o.- A lí«M rd». ra & N e ; ¿es inlínito coiUideiado «xteosauente ? Pu es es ei
de U dualidad «aenoaJ del T o d o . ¿ L » D to « infinito e n ext«n*
El siipoAe q g « kkIo »ér e« 'o o a p w i e in »íiA i»M de k ,
h g w i í u , de U seaubUidAd y d e la v o lu W 4d iníinriM d e D | *, p M » 0 N c « sírodo el m u m o Todo, suya la ciencia* el conotimjento
* Dk» 1« eoued« u le « a t r ib U M , y vem os « U cM Uru q u* et podct total; porque t«d o «« « n et S ^r y 4 ^ Sér « s todo. ¿ Q u 4
« t 4 * propiedad««, y ai «splr.ru en doode aon m u y lÍntM»dAi.— Cotvt.. ba> para q ue el Iníinito rxísu , q u e todo sea esencúlotente
L w g o niny«no d t n t m « it t e m « , tal y « t o o se |>r«MQean. e< ra«6n 006 furrta ft supq^er q u e existieedo d o s esencias
0)»nte aceptabl«, deba «oipeair u t a donde tertníae otra j lireiurse mftniainente
S i el «(»Hifw »íM 9 «n el «níir^no a u eauu »ecuad«ria d e » w , M habría limitación o¡ interrupción alguna, y Infinito
píos K f«U por otra »upetí«t d e q ue ¡a a c c u n d d /a r »»is una realtdad metj((sica c o m o eetando form ado d e u na sola e ifval
lt)H «n parte; Pero m au n «sta d u p k uniíortnklad ee necesaria. La dualidad
S i el ^«semo m ai«naÍitU « fte ^a s e a k lu tu a lc tf T»íüJe U del T o d o , del Infinito, n o se encuentra separada, no exíite Dinfnna
p ar* <oo»Ídei«r al T o d o ctusa; inso ria q ue (ndependcce lo abs<0*jto de lo rektivo, |o perfecto
Y M «l jMOfeÚM* iú m itM que todo» Í m 9 t t '* p uaá\ «s perw w ^ I* perfectible i m u y por el contrario, su unión es Intíroa. su reUctón
*1 Sér total, o qoe se «M u r o t r a a iiklutdo« e n E J, todas t t m jiiW i*, su cttnpeneuación es absoluca, su acción, indispensable en
•erü n , en cu ann * s u base. l á fk a s ; porque u a p li.a riíB U át m » . . porque d e otro m o d o , lo relativo y pertecübk scriA lo a b « ^
w n^t¡i.o de duahdad M e ix ia l dístiDta, 7 perfecto, sÍ«ado y o brando por si, y caoriamos en el dualismo
C « UQ D i « b /I n k o en «xieasióa. «i. inwlifencia, e«i « m i W B d s ¿ 4ue s e p r s n d o & D io s del universo presenta dos seres limitidoa
en poder, c o a tm todo íd^nüco a Sí m is n o eo « s ^ U y píofée* dos uAidades perfectas que se excluyen, d o* principios
rio es posible dm> 96o E t e r n a , nki|runa c | « i ç ù , aioguna o a ip e *. dos divinidades.
rdati*o, períectible ai profreiivo Coo U uníd^kd «seccial itííit»iea, ^ absoluto e a perfección es la y el sostén d e lo relativo
puede b ab ei m i s q u « uo sisteroa, i m cíoacla. u & a » id*, w u p«*;' Vida, su s<yia; su eo urva ^jaiabra, el cleraento relativo
u n m o d o , uii s í r : todo IfuaJ, m úUl » d o . sin a p U a c i ¿ o ni cotiaeí*- tiene para set lo qoe es, qt»e recibir acción del elemento
Pero, ¿q ué Decssidad hay de c c «sid n a r al T o d o consticoldo de —-g perfecto; tief>e q ue ^ t a r e n ^1 para ser p or ól, y a « puede
idéntica aatursleaa e»en<uJ, de up m k « o otodo y ús l ¿ u a H p co ^e***« ^ h q ue k bace ser, porque drj.ir{a de ser.
« *B « f i n í u e»<DSÍóo? ¿ Q u i r t s « b a forjado semejante dHirio? «Qi»<N M m a idea querido expresar, e o nuestro cQ&cepto, C. Fkaa*
d em o U t ari can inpoeible concepto? « If ú n e j :n ^ e n It ^ ^«r' «L a inmensidad infinita etti o cu p a d a por su preaencía
q ue nos incline » adraiUirlo? ¿ Existe aJgjna xv6a que« nos o b lip *“ «bicwdad iiunóvü, toda entera e n c *da punto del espacio, toda
aceptarlo ^ Coafteso franeabenle qoe ao encuentro m ot.ro para aíerif- e® cada instainte del tiempo» o por m ejor d e d r , eiem ajofate infmita,
en atmertur «sta id «» , y, por «i «ontrario, a l i m » q ue i* e x p e n ***, IV ej(.s(en ni el tieiapo oí el eepac¡o ni nja^^ún ord«9t tk
f la (a<ón «o s b cliaan y obl^an a seAür. a y a íadvür k <Se puede» pues, cen s í^ra r a D io s cotco u n peaiamleato
ao MANUn. OONZALCZ S O R IA N ’ O
EL E S P IR I T I S M O ES LA flLOSOFlA 81
L a eaencia re«J. p v a reaJiur a la realizable, ó ene q ue e«tar ea Sfr E n electo; recODOt'ieitd^ e n la divinidad c o m o no puede m enos
influirla. * (veaecei^e, el poder, la justicia, la nú«eibo rdia y la b o n d a d infint*
De d o a d « reiulla q ue ao poed« haber Mparaeión «ntre aiabtf ^*damefi(09 d e todo« lo« d e m á « atnbatoe, la primer» idea q ue «e
eias, q ue cada u n a d « ellas está e a la M r « , y que se aon ea nuestra mente, es la de to w erm d u d ^ tjrrctrht s» é lft ;
aecesaras. Y esta n a t u a necesidad t * Id fk a . Lo q ue es poM^I** [«iNceentemente la d « In 4XÍ*í4ikía ¿4 k » *lgo ea 4 Todo gu4 Mre«í«nd«
ee s iu d e lo impoient* relativo para obrar y e M a a e c M n «s lo q** le sea indbpensable recibir, »enrvr y apreciar ao* efectos. Porque
positiva t\i poteacia. U n todo Igual e n poder a o teadria dosde pro]>iedad ai atrUjuto o bra ai « e m^niíiesta a »1 m ism o, »ieodo
y acularia n potencia. >ble la existenci* d e aUe ^etínto en que íníluir y reflejare«,
Venios pvci, q ue la jnfinitud m a a d n «e o pone n 1% dualidad qué » r r w l a un poder sin A m e n t o d o n d e obrar? ¿ Q u ¿ «eria ti
La m i M tampoco os incompatible c eo la du&l¿i<d e s e v u J . Dü* d « justkia «in tener « a q ^ ejsrcerio? aplicaciones ten
6n K o porque n o eiüote «tro sér reahoente ab ao b to , y todo )» ^ ia misencordia y la b o n d ad , ain ser«« a quiene« prodJgaiUs? T«le«
realiu eo tftt$ relativo« pertenec« a *u eafeacb y a »u Sér, '^ * N ^ r s cftc«rradat eternaroente en ellas m isnu u d^nde no podrías
obrar ni ajanífcsur»«, « e r U n n p r o j ^ anulación. L a luí n o alumbra
La divina se «acuentra e n la dualidad «Mnci*^> 1 ^
nelafííikai&eate, ^ te A o a Us tinieblas, Uq s¿r id<ai»co a si m it n o jcomo id^ntiCA
E l S ^r es fU>canMaie simple, porque U $ d o s e«<nc>as q u « ^ ^ ea tciia «u extensión ín^nita, sertft la inacción, la infecondidad.
lo aoti por sahjraleo, y ni se d tsc a m p M M B ni »e com bíaan ; sotaX***^ k * ^K lidad, la a a u l a c ^ de la rida, la n e g ^ t ó n de la existencia.
confunden paja obrar u n a sobre 01ra en m ovinleAto y en reA*l^ ^ de lo« atrlbutof d e D *04 oscurecida, al espíritu por «I pueril
Ui turna d e su m andos ni infinjio n ufn érko ; «lAO u a Todo p*( V I jukto lógico y e n artoonla c o a k experieaci« cíent'fic* «ct^al,
Causa y efecto, oí orden finito, nos ropr Eelo ^ lo que nos proponemos examinar.
fup eño nd ad e inferioridad relativas entre anibos Lo infinito absoluto substancial, tiene que sor La
minos. píífección substancial absolutamente inlinita— C a u s a ,
Causa y efecto, en, ej cation indefinido, en el c Creador,
to d e \ui encaden a j T Ü e n t o de efecto» y d e causas por Lo finito o r ^ ü v o , la parte, es infinitamente per*
relación q u ^ eiitru ellos ^ x i ^ y a lo qiio se dea fcctiWe, o lo que es igual, infinitamente imperfecta—
eauMÍidad; ínldica suporíondad « interioridad Ifecío, Creadóo.
ni da entro am hos tórminoR: u n a relatividad más Lo finito substancial o relativo, la parte, determina
tenaa que e n (A caso antericr. la existencia de u n a substancia e n el Todo, quo infini-
M a s com o tratáuiloso d o lo ünito se trata sie m í« ftuDcnte perfectible, no llegará infinitamente a la ab-
u n çfocto; c<ïno <4 cfooto no puede sor c a u :^ subs loluta perfección, y será infinitaxaenle, respecto d e
ciíü d e nadii; y las relatividades finitas márcan s «üa. ia infinita impc^ríección.
janza.s o »lonos iw feclas entre sí, las causas y Lo Infinito absolult», siendo la perfección absoluta-
efoctos on lo finito y e n lo indefinido (qu<» r<*proí^tt recito infinita, determina la existencia d e u n a subs-
otro finito aunqiHí do m ayor extensión) no pueden toda en cl Todo, que difiere lo infinito d e la substan*
substancialf«, sino solamontí' influyente» y des da infinitamente imperfecta.
liantes; es; decir; « n el OKÍen morai, det<‘n m Luego en el T odo, en lo Infinito, en Dios, encontra-
por ^ nviestro y el discípulo; y en el orden fí«ico aoí dos órdenes de perfección, tan distintos, que los
mico, por ©1 agente y el motor. Siempre, iiifíue lepara lo Infinito, quo infinitamente los h a separado,
y Acción; nunca substancia. f ios separará infinitamente.
D e m anera que, e n lo finito, La cauta y el Es de cantidad, por cuanto sopouiendo com o so
representa dualidad d e elementos d e acción; i quiera la grande?Ka d e la croaclón o del afecto, restará
y ente e i n P u í d o ; tícsarrcálante y desarrollado j pi-r* nu»* lo kiñníto de substancia fuera di! la creación.
ca dualidad substancial; porque com o efectos a^nboo Es do cualidad, porque concediéndole a la substanda
u n a m ism a causa, 1 « caracteriza idénüca sabátancia íe !a creación o del efecto cuanta porfocdón »c
N o es lo m ism o cuando traíamos d e lo Ínfinití> í*nera, la substancia causa o creadora, será lo infinito
hito, d e la rea'idad del Sér, adonde las relativi perfecta fuera do la perfección d e la creación.
son, í»n primor término, Pubstanna d e S u subs • Pero la cualidad d e la substancia consiste eo la
y en segundo, perfecciones d e S u perfección. taúfcstación d e sus propiedades substanciales.
Luego la causa y ol efecto, e n el oi'den d e lo íníiiú L u ^ o dos substaiKáas qu© difieren lo infinito cu
ce d e oiíf^on substancial. íaalidad, y por consecuencia e n manifestación, difieren
Y aquí tenemos los dos términos elemento!e« ^ ! ^ infinito e n propiedades.
sintetizan el Todo, quo forman lo Infinito absolo»! Oos substancias q u o difieren e n prc^iedades, soo
quo realizan a Dios. nbsiajKias ^stintas; y ¿o son tanto más, cuento m á s se
el grado de sus diferoncias.
Luego ec io Infinito substancial, e n el Sór absolufc^ ^to que Client* feon u n elemento a quien porfec-
en DioA, existe la duí^idad substancial 06ci¿ infinUjamente.
L a substancia tiene la propiedad de Ja perfecdit Con la dualidad ^ n d a l , Dios p uede realizarse in-
absoluta, y la substancia q a ^ poeí^ U propiedad de li itamcntc en el bien, q u e es s u naturaleza, pro-
perfección relativa. Igindo infinitamente el bien de la perfección al ele-
Dos substancias quo, aunque diferontes, se son i» to que por si carece d e este beneficio. Y pue<le
cesarías porque se afirman m ùtuamente: porípe U igar dicho beneficio infinitamente, quedando inflni-
realidad^ d e lo relatívo eí^tablec« Ia roalidad de lo intacto su atributo de absoluto e infinito bien.
absoluto; como las d e lo finito y la parte; lo verifica Con la dualidad esencial, queda destruida la sub-coíi-
de lo Infinito y del Todo. lan& antes m o n d o nada, Xaciéndo^e forzosa su m^di*
Luego dos elementos substanciales constituyen «1 faeito en U sig>iiento forma:
Todo, lo Infinito, Dios. «Dios es Todo, luego todo n o es Dios».
U no , di infínito y absolutamí*nte perfecto, dcurf* Con la dualidad escncial. Dios no es la creadón ni
rtsidft la infínita absoluta inteligencia y el iníijútfl k creación forma a D ice; la causa y el efecto son
al>&oluto pod^r«. .^Ktiatos en Dice, no es la creación ni d e la creación
Otro, el infinitamente p^rfectibl© donde reside U por la creación, sino que crceición es en £1, de
infínita imperfección en inteligencia y en pod&r. 7 por El,
U no , la total reaUdad qiie lo r ^ i r a todo. CoQ I& dualidad e&endal, la m á x im a perfección q;ue
Otro, la realidad parcial que C6 realizada. wactehco infinitamente al sér m á s elevado d e la
U no , l o realizatlor. ®*ci6n, e c r á l a infinita imperfección, r e la Ü T a m e n t e
Otro, lo realizable. ^ la perfección absolutamente infinita que caracte-
. « L a « e n eia realizable necesita para realizarse, eetaí ^ a Dios.
en ^a real y recibir su acción:®. la Qodón de la dualid<td suhíUtncial divina noe aleja
*cLa esencia rea,!, pjira realizar a la realizable, tifr ® íbsoluto del panteismo.
ne que estar en ella, e influirla». Con h dualidad substancial, la parte, ol sér, la crea-
>D© donde resulta, que no puede haber soparadói sólo pcRee Ì0 que com o efectiO le correspondei
entre a m b a s s u b s t a n d a a ; que cada u n a de ellas es tá «
• projÁ-dades; la aptitud infinita de infinita per-
la otra, y q u e se scm mutuamente necesarias. Y «tí fccaón, que infinitamente irá desarrollando sin poseer
m utua necesidad es lógica. Lo q u e es potenda, neceoU ■ ^ ^ U u n e n t c de ella la absoluta infinitud. L a propiedad
de lo impotente relativo para obrar; y esta acciM M la infinita perfectibilidad, para irla desarrollando
es lo que hace pasitva su potencia. U n todo igual « P*duaimonte, y realizándose en todas Las maiiifes-
poder, fio tendría donde acdonar, y anularía su po* que constituyen la ábsoiuta perfección; pero
llegar « n s u infinita existencia a poseer la
Con la dualidad esencial, es Dios perfecto por Sí nw* «oíuta perfecdón, q u e representada por el Todo, por
m o y n o por la. perfecdón d e la creación. foQnito absoluto, por Dios, no puede representa«e
C o n la dualidad esencial, la perfección infinita d« la parte, por l o relativo, por el sér: el atributo de
Dios puede manifestarse, hacerse positiva y benefidos^} *511114 mutabilidad, por ol q u e h a d e ir reflejando
en la creación todas las perfec^rione» inhereni« Dioe, infÌHifamritU poderoso.— Siendo Dio8 Sér
Todo de que forma parto in l^ r a n le substancial. kdo lo que es. el I rifinito Sér, el único Sér real que
Veamos, pues, ahora, si los atributos de la <Iim existe, eayo es todo e¿ ]>oder d e su Sér infinita-
dad, que c o n o c e T Z K > s ; responden & la teoHa di ii aKite ab¿>!uto.
dualidad e«ond&l. Todos loa demás atribuios que a Dios se le reco<no-
Dios, i I r w — Constituyendo 2a realidad del Sér. )» m te derivan do loe y a mfmirostadoe.
infinito absoluto esencial, toda la. esencia fonna al Luego los atributos d e Dios, q uedan puros con la
y Dio« es, por consecucncá^ el único Sér real (fus h . toia de la d w U é ad ticncial divine.
Dios, infinito— \j& reaJidad d e lo ínfioito absoltf
esencial, es la realidad do Dios: luego Dios es
Infinito, ol Sér,
Dios, c49ncialm^te simpie— «Es físicamente simple é
Sér, porque U d dos es encías que lo sintelisan m C r e a c ió n
naturalmente simx^ee; no se descomponen ni cmát
n a n ; solanwmte se componotrun, se confunden, El poder infinito d e Dios, es en el orden de toda
obrar u n a sobre otra en movimiento y e n reflejo». «0 piBbüidad.
Sér 09 metafísicamenle simple, porque no es conjiMÍ ^r<fue si Dios obrara la imposibilidad, que es el
de partes, ni s u m a de sumandos, ni infinito numérict liwrdo, Dice n o sería la perfección absoluta.
sino tü Todo permanente e n Sí mismo, a cuyo úni« Üaj quien on el infinito poder, mira la posibilidad
T o d o pertenece exclusiva y absolutamente la natni^ ^ b imposible, y éste es u n error filosófico; p M q u e
ieza infínitamonto perfecta, coído Sér único que tt (1> ^ realizarse la ímposiblidad, quedaría destruido el
Dios, oi»í?iía perfección— L a absoíuta perfecdóft y entonces ei poder ropreeentaria la nc.ga/i6n
Dios, se deduce d e la posesión absoluta de lo Infifflíí ^ Dios. Esto sin contar con q u e Ifi imposibilidad
esencial quo constituye S u Sér, a/lcíide, aílemás ^ o realizable, < l e ^ a de ser imposibilidad.
manifeístarso infinitamente et infinito d e grados át 1*4 primera imposibilidad pa x a t*l S e r , es « o ser.
perfección en el efecto, existe en la C a a sa iiifinitaaifBi* Y ri Dio» pudiera dejar d e ser; Dios, no tería; por-
la manifeslíwiién d e la perfección absolutamente ínfr ]P*® la absoluta perfección consiste e n manifestarse
ni (a, encerrájidoso iníinitaniente e n S u Sér la abscioJ» •faltamente on toda posibilidad; y siéndolo posible
infinita perfección manifestada en todos los grad^ ^ al reaU/Ar Dios esta posibilidad, habría dejado
y €fi la realidad total. ^ ter.
Dios, inmuiabU,— Realizándose en Dios eterna e i^ ^ segunda imposibilidad para Sér, es no $er
iniinitamente la absoluta perfección e n g ra d® y • M ío a.
totaüdaíl, Dios n o tiene o ¿ o m o d o manifestativo ^ Y á Dio« pudiera dejar de ser como f$. Dios no s e d a ;
^ do la absoluta perfección, lo q u e le bace Dios, para ser Dios, tiene (fue ser como« es.
En una palabra: lo pOMÍbíe os lo real, y lo imposible
• »««acíón.
(t) de oKUÍUiva,—Dios. ^ imposible no tiene realidad.
r
K o exigto m á s q u e io posible, j el poder sólo pne^ ótlidad; no h a creado algo do nada; sino, h a formado
realizarse on lo real. á Universo de la esencia d e S u Sér.
M a s com o lo reel ^ le qu* et y U¡ que ^9 «sm«' Por eso Dios ee el principio y el fin de todas las
cíal, d e aquí que, todo lo que fui f t ; W o lo quof^
$frá; y todo lo que f\u, ét y será, e * esencia. rriM«ipt0, porque todo em ana de su ese n da , y se
L a nada, sería la imposibilidad, la n<*gadón U «cuentra incluido e n su Sér.
ecencía, la nogcití6n del sér: luego la nada del s« F in , porque talo tiende a la perfección manifesíopi-
y d e la ©sciicáa, os el absurdo. Ti de su Sér, formando iníinitamento parte integrante
I«a esesida, es la realidad d e lo qu6 es; y cono b ^ su realidad.
eecfida no puede dejar d e ser, la ©senda presetíi Siendo la e ^ n c i a divina, tienta, y caracterizando a
es la e s e n d a pa$a<la y la esencia futura: lo que m H k esencia todas sus propiedades, desde que es, la
la eternidad y el infinito. «eoda conslitutiva dei Universo, se realiza e n las
T odo lo quo ee, es algo y si ]a nada fuese, la w á •oditicaciones q u e le son propias, desde la eternidad
seria algo y dejaría d e ser nada. de 9U sér.
Pero c a n o todo algo es esenda, la iiicscnci luego la ley universal do la esencia, se cumple
abfK)]ufa, q u e sería la verdadera nada, n o ha daede la eternidad.
ni existirá en la eternidad y el infinito de lo que «i Luego desde la eternidad, existe el dictado divino
Luego la e s e n d a que realiza el Todo, lo Infii^ ^ la ley. ^
absoluto, Dios, existe desde que el T o d o e«, desde í » Luego desde la eternidad es la ereacién, la forma-
ee Dios, desde la eternidad, ato del Universo.
I.a nada es la imposibilidad d e ser. Uznitar la creación (1) a un prindpio, ee limita^
Luego la nada « o es en el Sér, ni h a sido, ni seii 4l Creador al m ism a prindpio.
Dios, e s ©1 Sér increado. Porque siendo la creadó n la manifestación del Craa-
Luego la esencia q u e realiza a Dioe, es increada dcr, cualquier instante d(*l tiempo que se suporta
Fuera d e Dios, n a hay sér, porque Dios es el Si» prtíwpio de aquella, implica la etenüdad inactiva
de todo lo q u e ee. ie Dios.
Luego, la creación n a h a podido s^r esendal. Esto no pue<le ser, por dos razones;
L a e s e n d a de la creación, era de^de la ei4?nu^ 1.* Siendo la actividad infinita atribulo d e Dioe,
en Dios. Dios 'hubiera dejado d e ser e n la falta d e roalizadón
La creadón verdadera sola puede haber sido ^ ^ su. naturaleza.
forma o modificación. Siendo la creación u n efecto inmediato del Crea-
Dios b a formado di Unirerso de su propia esencia y talo «efecto la manifestación de la^ propiedades
Porque siendo Univorso, am eial, y no existí» de la causa que lo produce, no puede existir causa sin
do (Kra e s e n d a q u e ia que constituye a Dios J ^ ®í«to, sin dejar d e ser causa. Dios hubiera dejailo
realiza, n o podría salirse de Sí m ism o ni de sus prop*«
eleffnentos para verificar s u c¿>ra. (I) S « fu lm n o « llin u a d o tréo^Un d U ^xa divina, « d «I M o fidd d»
L u ^ o , D i os no h a creado la esencia de la intf^ ^*****^* ^ AodftlidaidM: M «n d«
do ser causa creaOora >ú, dosd© la ctcrniilad da comprensión, sus tres principales luoilajidades,
existencia, no &<i hubiera realizado en su profi # <»ta forma:
creadora, Substancia edenclaJ» a) espíritu.
Y d e acfuí se desprenden otras dos cónsiderari Substancia fluidica, a das fuerzas físicas.
do trascwidcnlaiífiijna importancia, <{u<2 son: SuhstJiiicia material, a los cuerpee o materia afeo,-
Si la Creación tuviera )>iÍin.ipÍo, o Dios no hu liUe a loe sentidos.
podido o no hubiera querido producirla sjíí^ . V aun. conviniendo a la simplificación, puesto quo
D o n o hajw*r |>odido, fué eterna y natur, detormiria siempre el algo realizante, supri-
imperfeclo. ■ícemos dicha palabra cu an d o rio se haga u(v:esario
D e n o haber querido, es mutablo y caprid)«il m «npJeo, y llamaremcB:
|>ue8to quo no Be h a iiianif«*.stado siempre de EModa, a la substancia espiritual.
mcKlo. Y no « « infinilaiiient(* hueno, por rii?wto ' Fluido, a los agentes naturales.
permanecido etí*n»aniente cí« centrado <*n su ' Materia e ia substancia corporalizada.
egoísmo, sin prodigar el bien d e sér a l.> qtio se ídí
tiuba en aptitud <ie reciiiirlo.
Y n o pudiendo aceptarse ninguno do los t¿rmi
iiü Ofitd dilem a lione íor?;chámente quo convenirse
qtie, la cr&náón 0 9 simultánea, d e Dios; ei ]»rodueM L a p arta en el Todo
d e su existencia' «el efecto do sus atribuíor, 3a ne^'^san
manifosUcIón d « su sér» o lo que es lo mi ¿mor
creación os desdo que e$ Dio s; de toda eteniiiiii Como al tratar d e la creúción pa tee # q u e dividim os
•h Infinito e n d o s partes, cau$a y efeclo; y al hablar
^ los seres d e la creación subd ividim c» m á s aán. al
Todo CQ infinitud de partes, c on vie ne h acer algunas
•••^em cioneéí que nos acian*n la realidad de lo
™ u t o absoiuto conv> wu>, c o m o «S«r, y la razó n d e la
£«enoia
d e l^ í»ríf, sin afectar e n nada a la idea
• U unidad divina.
EienHa, S6 aco.st’u inbra a llamar eai filosofía» Cuando se trata d e lo Infinito absoluto, la parle
sír y naturalozn d e la.s cosas; poro romo toda eee»* * %eoe realidad, y solo fts u n a idea comparativa,
e^ substancial, porque rl algo que roaJi<^& lo ^ es límilación, medida* y dnterniinación de es-
lü ú .
0«, f$^ncia y sitbtUineúi vii‘nen a ít'ii(*r 0 11 fondo
ni¿.vT»a »ignificaiiún. Asi, puo<len enipioaree autbos Toda lindtación sutetancial, excJuye la infinitud de
brea indistinlainento paiu detorminar el <*lamento « «balancia.
realiza a lo q u o existe. Siu embaído, coiiu) k substt* ^ la infinitud carece d e todo género d e medida.
cia enastó de vario:^ modos, o tiene diferonics Íípeeio, es la reladón extensiva de la si^stancia,
fiest&cioneí», designaremos e n udoiante, y para la ^ ^ Infinito absoluto substancial, q u e no existe
96 MANUSL OONZAteZ $OftlANO El E S P IR IT IS M O ES LA P I L 0 9 0 PTa 97
¿Obedecerá la e s e n d a universal a la exdusiva fU ^én d o se cada una individual, sim ple, completa^
d e la fuerza? f ^ ^ c d i e n t e , tujeto y óhjiio d e sí m is m a , inconvenion-
¿Será la actividad la única propiedad de la I*^te asociadas, fatalmente influidas; en constan-
tanda? • y ^Ip ro c a lu c h a ; destruyéndo^ m utuam ente en
L a o zperienda sensible 7 la raz(ki, nos caxd ® icdón y sin po der w n g u n a manifestarse e n su rea-
Y del análisis propio del hem os adquirido h U ley do gravitación “oniversal formulada pcff New-
soluta corteza d e p<socr una. exi3tencia personal, i^l lOQ en que: «¿oí »wíícwAm te atraen en razó/t direcla
n3Uta¿le c o m o »ujeto, única com o sér; potencia l i t t r ^ » moM, e inv<r$a del cuadrado de su distancùn^ es la
para realizarse a sí m ism a e n su individuaJidad. *íliT®de lodos los fenómenos substanciales del universo.
Luego, para q u e la eso n da universal pueda C( Les gérmenes potencial ee conslítutivos de la esencia
tituirse en individualidades, completas independí« MTíisal, partículas inapreciables pora el sentido, pues-
libres y afectivas, se hace necesario que esté I» ijue su sutilidad debe exceder inm ensam ente a
ütuida e n particular naturalmente comí lu pwticulas aromáticas, q u e físicamente se designáis
iodependientes e indivisibles, p n dar idea do la divisibilidad d e los cuorpce,
Luego la esencia realizadora del Uíniverso, se bnnaráJí en su primitivo estado, e n su primera parte
cueníra formada d e gérmenes potenciales, simf^s^ ioi^lfifinilcsiniai de grado activo, u n íluído sutilísimo base
viduales y circunscritos, c<sitenidos e n la esentia Soptl i» toda condensa<*ión, fundamento d e la fuerza coerci*
rior Omnipotente, o sea en el espíritu divino. ; ira que desarrolLin<lose ca da vez m á s en cada uno
Ah o ra bien: e«os gérmenes potenciales, esenci for la fuerza d e la acción, por el resultado del ejercicio,
te perfectos, pues que son constituyentes de la absol iria jffoducicnílo lodos los grados posibles de densidad
e infinita perfección esencial, existen con sus projá Ittdica necesarias a la armonía universal, y a las
des infinitas, a u n q u e latentes, y h a n d e reali iisificaciones glciulosas q u e por su movimiento radia-
e n el desarrollo y manifestaciones a que esas brio pasan al estado ígneo y engendran los soles y ios
m as pro|áedades ¿talm ente le conducen. ■mdos con todas sus propiedades y fenómenos.
F u ^ t a : h é ahí la propiedad. E « s mismos géimenos potenciales constituívos de
Atracción y rep%d9iún: h é ahí l06 modos. k « e n d a universal, u n a vez desarrollada toda la
Oradas: h é ahí las manifestaciones. i?ot«Kia factible y necesaria en eJ orden fisico-^mico
DssarrolU): hé ahí ei trabajo. lodo grado d e condensación, irán realizando su
Actividad: hé a h i el progreso. fírico-sensihU e n iodo género orgánico-vegetal;
Esto, ten cuanto respecta ai arden físico, químico ] y apurado el progreso d e toda la actividad q u e este
fíBiológico, e n sentido universal; en la acción auíoo^ *^«»nlo puede ofrecerle, s e sintetizará en la organi-
tica d e la esenda. udóíi animal para adquirir e n cada u n a d e sus fases
D o s m odos d e fuerza e n indefinida gradación, k actividad necesaria a despertar las fuerzas del ins-
para producir todas; las manifestaciones substaocii)* *®to, de la inteligencia, d e la racicmaJldad, eleván-
del universo. por medio tíe la acción y desenvolvimiento po-
Porque si bien la esencia es una» los grados ^•dal, de germen automático, a espíritu inteligente,
fuerza son indefinidos; y ca da grado de fuerza y ladonai.
cada fórmula dt combinación, produce u n diferente Como la isiducción filosófica solo nos conduce a ge-
zn&niíeetalivo (1). »•«allzacionos, y la ciencia a u n n o h a podido deter
minar las verdeúleras transiciones de cada reino nalu-
(() Sabido «« BOl^uU cooKrva su propiedad, y ^
me»cb, o combinaci, «uíro * ^ ^ wmtediato superior, nos concretaremos sobre
ioftueMik
€6te punto a. repetir aqui ]o ^ e , poco m ás o xrum Pero com o la unidad esencial constitutiva de] uoi*
expusimos en otro filoeóñoo. »eno es innegable, el o l « n e n t o universal xienom inado
«L a fuerza en. genoral podem os cla3ificarl& en ciubi futría n o p u e d e «e r otra cosa q u e la m i s m a substancia
decdones deducidas d e lo ^ e la* expehoacia noa eoseM: maciai q u e realiza la cr6ación; Io$ g é r m e n e s poten«
í*uerza físico«^uímicA.— Fluido universal. «Jes o partículas din.^micas ñaturíÜJiwnle sim ples e
Fuerza fí9C0*$ensib]e.— Espíritu vegeUJ, ttrfiTiáblGs cuya propiedad es el m o vim iento , cuya
Fuerza psíco-instintíva.— Espíritu irracional [iec«aidad la acción, cuya naturaleza la actividad,
Fuerza psáco-iateiigente.— Espíritu racional. la única form a d e ser d e la substancia es la acti*
Tidid, y c a d a g e r m e n esencial d e b o ser u n a potencia
jfo ^, ya autCBXiátlcaSuonte «n el o rd en físico, la
Uffe en el psicológico, y p o r consiguiente, causa na*
tarai de su prop ia e inagoUible acción p a r a r**alizarse
« eJ grado d e actividad quo corresponda al d e su
^te m > llo c a d a instante de su existencia infinita.
U fu9T¿a es, p u o s, la m i^n a esen cia universal en
n natural actividad; y el movirkienlc, ia manifostación
áe la actividad eeenciaJ, ya propia de los gérm enes
^ jc ^ d a l e s , ya p r ovo cad a de unos a otros por la
N attu^a U sa d» la Paersa Mdón del contacto o la im pulsión.
ios gérm enes potenciaJes diná m icos son los ú n ic ^
titteQtos esenciales naturalm ente sim ples y printiti*
Hasta ahora ae h a veiudo considerando la ^ ^ e s e atraen y s e r e c h a za n , se asocian y se
com o u n a m er a abstracción, como ¡a catua dd *aikcipan, se c o m b in a n y s e p a r a n ; los q u o produc e n
tnirnío, s in tratanie d e investigar e n ningún seoiií* k tibración y la ondulación, los q u e crean la form a
la naturaicza d e ose elemento tan importante ca » 7 90(1 causa de todo m o vim iento , de to da acción,
universal. ài toda actividad y de to da función, en los órdenes
Y la fufrta c o m o cau$a, dohe ser elemento real J b* y psicológico d el U niverso entero.
TUia abstracción; es decir, u n elemento tuhstA^ádi U preteaisión d e a lgunos filósofos d e p r o d a m «
porque 3o que produce acción roal e n la raaieíA M teitsos los elem entos diná m icos, a n u l a la realidad
ee indudablemente substancial. D e o t m manera, ci» ^*»^1 de la f u e r z a ; p u e s lo in ex te n so sería lo ine-
sidcrando la fuerza insubstancial en absoluto, cO» y lo inesenciaJ representa la nada.
im a pura idea, sería la negación d e toda realidad; oh ¿Se hará e x tena v a dicha ley d e actividad al orden
que es lo m is m o la nada: y, ¿cóm o podría la Ideológico a la esencia espiritual? IndudaJjlemente:
aceptar la nada: c o m o causa real y productora ^ * U creación eetá constituida de u n a m ism a y única
a i^ 7 In^tosible. la panícula dinájitica es el germ en espiritual;
L a fuerza es, indudablemente, un elemento sobí' y «stko la l ^ i c a severa, nos im pone el deber, cuando
tuicial. ^ establecer tratamos -una teoría o u a a hipótesis cuál-
no MANUEL O O N Z A l EZ SORUNO EL E S P IR I T I S M O tS LA P iL O S O flA 1!1
quiera y a sea tocjuite aJ orden físico, cuanto en k Fmrta cmcentrativa física y psicológica. \M o d o s físicos
que respocU ai psicológico^ a detenninar u n m m Tittría airúcHui física y p s ic o l^ ic a . > y eepirituaJes
género d e naturalozas y propiedades a iguales sal» im :a expansiva física y psicológica, j d e la esencia.
toiicias o esencias, asi c « n o una. relación co
<Miti*e los f e n ^ o n o s q u e e n ellas se produzcan j ‘ Fuerza fUica^ncentraíiva,— L a partícula primordial des-
causas, la ley d e actividad rige al espíritu, y es 1» o autemáticamente $ u actividad propia en. to
ca forma de eer e a q u e toda la substancia se real» los grados, y prepará:ndoso a la a c d ó n mutua.
Luego la esencia universal tiene, com o antes indi» * « o r , fundamento d e s u infinito desarropo.
m os, dú8 ójdenes d e manifestación generaJesr M » Este modo activo podrá comprender la a c d ^ propia
n3átÍC4> o fisicú, y consciente o p^icoUgico, aunque « itoinal de la substanda, d o ^ e la eternidad que es,
aijjbos casos s ^ cJ producto de la aciividad. kMa el punto e n que s e le determine la necesidad
U atraedón, (ee supone quo el desarreglo d e cada
máo de actiridad representa u n a época indetenni-
«fi la duración d e lo infimto, así com o u n nùmero
liefioido de grados d e desarrollo).
/■«•» airacHva.— L a actividad propia y a des-
imüíada, extendiendo s u a c d ó n ai exterior para aso-
•ísc automálicament« al resto substancial.
modo acfivo encorrojá el inm enso periodo desde
4koluta fluidez hasta la absoCuta condensación pro-
^ o « d a todo género de fluidos, d e gases, do líquidos
Modüioftciótt pro^resÍTa d e la esencia nnivdrsal « y ^ cuerpos pasivos.
el cum plim iento d d la ley d e actividad ^vr:a fUica expansiva.— L a reladón molecular es-
^**eada ^ todos los grados posibles, tendiendo a
a su fluidoz naturai; pero cada germen en la
N o habiéndose a u n ipodido detenninar las verdsí** propia d e ¿a potencia física y desarrollada.
rtó transiciones modificativas d e la substincia, Ute modo aciivo constituirá otro gigantesco periodo
linnitaremos a clasificar a grandes rasgos las ^ «ttiMapadón gradual, obrando com o potonciaa o
manifestaciones generales do ^ actividad esencial» ^ 2 * ^ naiuraUt e n todos ios grados posibles y uaiver-
divididas e n los cuatro órdenes determinados en necesarios, sirviendo de agitador de la jua-
tulo aaiterior, podera»üs referirlos a tres modos ^ produdoíido e n ella u n a constante a c d ^ y
y eÉ^ntuaJes. Para este fin ensayaremos algunas causa d e todo género de nwvimientos naturales.
sideraciones q u e respondAn a Ja aclaración de eeU twc^ concvntraliva psicológica.— L a tendencia gemú-
y den ligera idea respccío a la necesidad de ’ que ^ 2 ^ 8*^«xarse del autíwiatismo, a independizaree
progreso d e cada modo activo represente u n a época ^ resto d e la substancia paxa dejar d e ser pcff m ùtua
delermiiuda e n la duración do lo infinito, así coa» y ser f)or sí relativamente cada vez más.
vxi número indefinido d e grados y d e m an ifes É a d »» ^ inodo activo form ará la s u m a d e infinitud de
Ii2 MANUEL OONZALEZ 60K IA K 0
7 on la oecesi<Uá n&Uiral d e realizarla para coo£» U nudad ded Infinito, com o Sór.
donarse cada vez m ayor felicidad, también U realidad M Sér, constituido do lo Infinito subs«
moft que dicha irealizacióiii tiene efecto generaloMÉi «dal.
e n cuatro ó r d ^ e ? o reinos, que s<hi: mineral, vegebi U irrealidad del tiempo y del eip^cio ante el Sér
animal y hominal, asi como e n indefinidas especia 7 Mi.
a u n particularidades dentro <le cada unoi d e los mÍ90M.
U existencia d e Dios.
Y la limitadón o separadón d e radicales apaiieiÁr La diKüidad substancial divina.
con q u e ae nos muestran esos órdenes e indirí¿ Los atributos divinos d e vnidady com o Sér— D e tu/t*
entro sí. nos evidencian la limitadón, la sopartcíA 0lti m todo oi^den, m o d o y cualidad.—-De timplici<ia¿
ia fínitud seriaria del progreso e n cada orden y e s p «» «cáal, física y metafísica.— D e perfección absolutiv
Es decir quo, para q u e el germeji potencial I absoluta inmutabilidad.— D e poder infinito, y todos
llegar a espiiltu, tienen que atravesar por todas las sen» í que de los expuestos p uedan derivarse.
quo constituyen l o s reinos mineral, vegetal y anini U eternidad esencial.
Luego las modalidades ^ e )aa series del progreso xa U irrealidad d e U creación concia!.
finitas. U realidad d e la formación esondal.
Pero cctuo Ha ^teincia determinante del genui ^ eternidad d e ia loy.
ee inagotable y siempre se eocuentra e n igcal U eternidad d e la realizadón d e la e s c n d a universal.
o débito d e T c a ü za ci(^ gu prc^rceo tiene que stf U irroalidad física y metafísica d e la existenda de
infinito, y por consecuencia infinitas deben ser )n Todo.
series progresivas d e s u realizadón. U realidad afectica de partes en el Todo.
D e otra m anera, im j^caría e n cada orden, reidc 4 ^ perfección absoluta, d e la esencia, ccw w partes
señe, u n a distandón esencial con diferencias radicó I * «US naturales propiedades.
de propiedades. U |»erfccdón relativa d e la esencia, com o partes,
ú desarrollo y determ inadón de sus naturales
^^pedados.
progreso universal,
U variedad d e determinaciones d e la e s e u d a coii-
en la variedad de grados de propiedad des-
■íolkdos.
Ja «tividad, « » m o ley fundamental d e la substande..
ItesuueiL tos oonooimientos adquiridos ;or ^
la divisibilidad de la esencia debe tener un
espíritu en an estudio tiutétieo natuial.
Quo U s partículas esenciales primitivas deben ser
^ íérmones potenciales tonstitutivos de la materia
L a existenda d e lo infinito substancial. ^ espíritu, U unidades esenciales afectivas, o los
L a caxen da del vacío absoluto. inteligentes y libres,
L a irrealidad filosófica d e loe infinitos rMivo*. w la futrsa » la esencia en su natural actividad.
Q u & la f%trzay puede aer automitica, y pdcolópct. ^
Quo la fuerza psicológica puede detenoiuam a
fÍBácO'quimica y Üsicasensible.
Q u o la fuerza |»cológica p uede detormioam •
peico>lDstiRtLva y psico* inteligente.
Q u e el germen potencial realiza su progreso ■
seríes do modalidades limitadas.
Q u o ei núm ero d e series progresivas por que liaa
q u e pasar el germ en potencial para adquirir &u per
^c ió n , es infinito.
TERCERA P A R TE
A 7 L IC A C I01 T E S
í
tM Dios, sino s u absoluta infinitud e n extensión,
iMSto que ee »la realidad total de lo InQmto subs tan-
üaJ, Y dicho q ueda con esto que es el Sér d e todo lo
el E ^ d p i o fundadcr d e todo fundajnentoi;
^ <»eDCia de toda esencia, la potencia de toda poten-
•4> y por consiguiente ia infinitud al)sc¿ula d e in-
t ó da d en todia facultad, atributa y propiedad.
Atí mismo hem os demostrado la realidad do que lo
fcfiíuto excluye la idea d e espacio y la existencia de
cuyas nocicoefl carecen d e toda determinadón
• 4 verdadero Sér, e n la causa primordial d e todo
k existente, e n Dios, a quien caiacteriían la etemi-
c£xi>teT>cí« d» D>M, n Tiú d «■ « * » W y ^ infínito.
9 .6n j en in ( e o » ¿ o .> - S < r « ¿ m IiiM m m W *
ai (0 • la íü u u tn «n te »b s o lu to . —
f«fic U , B ie n j P o 4 «r in ío H M , d e 4 « ^
M d esp ren d en to d o s lo * a t r b^iío* de Br
Hua. AffiOr> Misericordia, Jwtkia, C M
pw eacM , « t c . — EU tU dA d ««e o d »! ib 9
p
c ip io tú ría , t\fi (le m p o n i e ^ p a c^ , r ^
ú n icA d e iod& r e a U d id «s o n c ú l 7 ds
ky d» la « i « 3 o a ^
f P r i n ñ f i o t fn n ^ m e tio U t i * U
9 »fÍH íÍ»t* .}
«Eternidad « • D to s, d e U ^
titutiva àù UAtver»o> « E i« m id a d d e na&ife»iftcUQ d e U eseB<
/ P r ÍiK i> ÍM i 4 té
eia u aiv«n al, « n el c u a ^ im ie n r a de la ley
* obedece, o sea e n la r«»liuc i6n de
su naruca)e:a par »ua propi«dAdfS >
(FriMtipiot Í4 U /»iot^ía tepiriliila.)
Si«ntio Dio» eí Sér d e todo sér y la. Esencia de ^
e90HcÍA, 4ienciA dimna e s 1 & <TU0 constítuy©
so. Y ccsno fia « s e n d a que reaJiza a Dios es et«W. 'Sendo eterna la esencia del Universo^ y encontrán*
la « s e n d a universal Tío tiene prindpio, y le caí» w toda esenda caracti?rizada por propiedades, eterna
teriza, por coBisiguiente, la eUmidad. ^ que ser la m anifesladón d e la e s e n d a universal
Y ¿ c h a e s e n d a 'universal es en XHo$, por cuanto ^ • W 8 natural es propiedades. Porque a u n cuando solo
hem os visto q u e ol Universo^ o lo que es ‘8 * ^ ^ ^ y c r a la txietencia, esta es u n a propiedad, y la esen-
Creación^ e s u n a ‘relatividad, una parté d e lo Infinite^ ^ '^^drfa la eterna tnanifestación d e s u existencia,
lo Infinito q u e es la realidad del Sér, la realidad rtro ca n o toda existencia constituye u n modo real
Dios. ^ y todo m o d o d e ser se determina en su manifes-
L a € 9«w áa universal, siendo la e s e n d a f « « " * corresp<»idiento, la esencia universal se mani-
tiene que encontrarse e n la real y redbir sa a c ^ etemíuncnto en ca da m o d o de ser que le carac-
L a e & e n d a xiniversal, siendo parte, tiene qu« ^ ^ ^ o sea e n la realízadón d e cada naturaleza
4
contenida e n el Todo d e que es. JJ® le soa propia on sus modalidades, consecuenda
Por eso la e s e n d a constitutiva del Universo, ^€sarroIlQ: nnrmiA
porque «n a da midHA
puede /iMdnvkllAraA
desarrollarae
^ desarro^lci!
fuera del To do , sino dentro; no es fuera de Dioa, ^ M exista e n germen», ni «nada puede maiüfes-
en Dios, dt Dios y por Dios. lio esté desarroüado».
IV
Siendo DÍ o b la esencia do toda esencia y el Sér una ia eeoncia universal, los gérmenes po
todo s4r, la dualidad uencúU coastituyente del T o ^ tosíes que l a consituyen seti csend&Im cnto idèa*
d « lo Infinito, fon na ]a “u nidad de S u Sér, reafi»- y por scofisecu^nci^ todos poseen las mismas pro-
La unidad d e Dios. inaturaJos: es decir, todce reconocen igual
Esta diferencia esencia!, i nconl establo, probada», nCB ^ • w p i o y se leáevaii a igual fin; todos contienen la
obliga a «tablocer u n a disünci6n d e nwnbre eo ella* susceptibilidad germinal y los m ism os medios
para mejor ontenderncK, y íl^í adoptadnos los de; M dfeaiTolJaxIa. Luego, las cuatro secciones genefules
Eípíritu divino, aplicado a la esencia ab^cdu **cteí8ticas q u e la experiwicia sensible nos deter*
perfecta, y ^ eo ^ mineral, el vegetal, el animal y el hombre,
Envoltura d iiin a a la absolutamente perfecliWe. sus múltiples rariantes, n o son otra cosa que
D o esta manera» no tan solo ^ e d a scncüIanMiii ffltes «oáoí d e ww» m im a esencia adquiridos por
r^resontada la im agen y sem ejanza del hombr« * « * w o l l o d e sus propiedades; diferentes manifestar
d ¿ e ^ i ñ t u con Dice, sino <yuo ^ sentimiento iclíg'«* de la misma esencia correspondiente cada u n a
puedo a u n dentro del ccíiodmiento íilosóñoo de ^ * iD distinto grado pceeeivo d e desenvolvimiento &c-
Infiiüto, dirigir pensamiento a uji Sér menos ^ ® «a sus hatundes aptitudes y facultades; diversas
tracto q u e ^ que indetermina la soda idea de inüfl‘l » tttoaLiones d e la mencia única que existe, ropre*
eada u o a d o la especial naturaleza q u e ha
o ^ su perfeccionajuiento progresivo.
Y a bem os visto <fuo el espíritu (germ en potencuJ
la u tn c ia única dol universo) llegado al grado di
pr(^rc5o que le detcrmioa la facultad d e la c0 üci«!ida
y la raz6n d e su sér, se reconoce cierta y forzosuMb
mutable e n la función d e sus propiedades, aiiiM|M
inmutable e n su fundamento esencial, y cuya suelte
modalitiva coníecciona su iUmpo; así com o qae
m u d a n za n o es exclusivamente ^»’Opia d e la propíed*
de su 9ujeU>t sino q u e s e hace extensiva a la naturalia
exterior, y vna, la que su cuerpo pertenece, deduciod
V IH
de estas empíricas observaciones q u e : «la n&tu4k
z a material ¿ e n e sucesión e n forma o mudanzas
t i e m ^ » , y t ^ e da naturaleza ospirítual y material firm
y se reaüzan ú e la m u d a n za , de la modalidad, «E T o J u c io a im o u iú v m a l de U c *«b c U
la sucesión o ti<aupo. p «ra U su p to fre M « « i p Ju *
Puee káen: dicha m odalidad que tiende a la r«^ r^ I d a d de Bandos de aub* * * < A t y ds
por io que omitimo& mencionar el folieuio, U ttojunción tmiversaJ, se asociarán en paxliculas, c<»-
ia membranoy los tejidos, etc., etc. nos y ¿tomos por igual procedimiento q u e se asocia
Tenem os pues, que dei encéfalo, gran masa nenioi ^ loolécula; e«s decir, por intermediaciones fluídicaa
y centro dei sistema orgánico nervioso, parte ei fit Kiativas a las densificaciones que sus uniones represen*
m er impulso motriz voluntario; este lo trasmite yt tai, desde la ^absoluta fluidez d e \h esencia infinita^
ia acción de su fluidc al tubo pulposo que'lo contúi MDie perfecta en la q;ue todo se contiene, hasta
ei que excitado propaga el movimiento al li sabstancia eterificada que sabemos separtt en los
(órganos d e actividad), y el músculo, uontrayéndoM carpos unas moléculas do otras ocupando loe inters*
iext«m<Üéndoso impulsa aJ m iem bro de (|ue se trtk lÜQs resultantes y produciendo Ja solución d e eonti-
a obrar, por la factibilidad, del contaj:to del Ufosm nidad entre las m ism as, para conservar la forma.
y el eartdago (óiganos inactivos), H«moi dicho que, u n o d e los objetos d e la ^unión
Es d e d r quo, para la m ism a acción orgánica, W espíritu con el cuerpo es, vitalizarlo para servirse
cQoitramos ia necesidad natural de u n a serie de iidi ^ él como intermediario con el m u n d o exterior;
ntediaóonos armónicas. El cerebro, elemento dHCoM ^ c o n » la vida no es otra cosa que el resultado
cido e n su natural cza y oi^anización (sui«lancia ^ ia acción cn^ánica, y la acción es efecto d e U
supongamos) se asocia al elemento S u id o nervioso ( fcerza, tememos que el espíritu debe obrar en tal
tarcia 6 0 ) ; este al nervio (substancia 50»); este »t id o de vitaJizador sobre el cuerpo a que se asocia»
músculo (substancia, 4 0 ) ; este al ligamento (subsla fuerza.
cía 3 0 ) ; este al cartílago (substancia 20®), y «tó Pem Ha vida orgánica o vegetativa es automática.
hueso (substancia l O ) ; por cuya asociación proffl ? ^ potencia psicológica, d e la voluntad en nada
cional d© oslas substancias desemejantes, interaw aobre ella^ puesto q u e )a digestión, la dr .
ríes unas d e otras, se realiza la unidad orgánica la secredón, etc,, s e encuentran fuera de su
pluralidad d e substancias y se verifíca la re io: luego la fuerza, causa d e la vida oi^ánica,
f u n d al entre las antítesis substanciales 1 0 y el eÉ?)iritu presta al cuerpo a quo se une, es fuerza
Si las antítesis substanciales pudieran influirse di o si se quiero fisiológica; poro de cualquier
tainente, i a naturaleza no asociaría intermediao un elemento extraño al e^iritu, y q u e este
relativas d e corporalidad o coínlensadón para l ^ a ccnsigo para vorificai su sintetizadón coo aquel,
r i ^ la a c d ó n e n ei organisjno animal. ^^ego, tenemos aquí y a la ev iden da de u n inter-
Pero a u n h a y m á s observadones que nos e fl^ o entro el -espíritu y el cuerpo, al objeto de
la necesidad natural d e .los intermediarios a »vitalizadón vegetaüvavde este último por la presen*
entre Las substandas que difieren e n potencia de aquél.
trativa, e n densidades o coiporaJidad. L a soli Asi a i s m o debe ser física la fuerza impulsiva de
de los m und o s con el éter universal, se cstaWe® ^ niovimiontos voluntajios, puesto q u e obra sobre
por Jas relativas densidades de sus diversas ^ astema acrvioso-motriz; y y a sea d e igual natu-
atmosféricas; y la d e los m und o s entro sí, por el que la que produce la vú a, o y a difiera d e ella
universal q u e a todos los contiene. Los gérmenes J ^ e d e n d o a la p o ten d a psíquica o intebgente de
dales fiaturalmente primitivos, base d e la primord* • voluntad, debe encontrarse asociada al espíritu for-
m a n d o una inierm edia^n eotre y di organiamo (|w JfeBte iatermediario podremos detenninarlc con el nú*
impulsa al m07imi&nto. iero graduador
Para toda acción intoUgente, p aia todo fenòoMM^ Mas el espíritu, sér natura]mente activo, (que he-
psico-fisioiógico, Boa indispensÀblemente noccsarM tm KKf í0|>rpsenlado por el núm ero 1 1 0 *) es u n a potencia
elcmciìtos por So m enos: llamada a reladonarse d e continuo con la
•T del centro e n q u e nwre, con la substancia ex-
£I que concibe la, acción y La ditige-ln* a su »ér, para afectarse por eU a y conocei^,
t © l3 g W C ÌA . ..................................... ido a em p re con un objeto omplrico que no
L a fuerza psíquica matriz impulsa^ora' el uso do sus propiedades «sendales en el cono-
Voluntad............................................... [«■wcto, en ia sensibilidad, y (>n la libertad de a o d 6 n,
La fuerza fUica motora— Agente í K^^'ritu oecesita encontrarse pi*nnanentemente unido, a.so*
natural intermediario. . . . ^ o, «ntetizado o revestido de u n elemento esendal
E l objeto influido produce la ma- t le sea afiiütivo, susceptible d e impresionarse por
Tufeetación fencenena).......................^ «iitacto de Ia substanda exterior y trasmitir al
(rito las impresiones que pí*rdba; así m ism o que,
Portjue á n inteligencia y voluntad, no hay dip para recábir l a arción d e la voluntad, trasmita
d ó n impulsad ora; ein fuerza íídca no hay exQlaci(»ies (l ¿a substancia dvl centro o m u n d o
sabstandal, y sin cuerpo no ha y manifestacióft- T^e se encuentra habitando e n cada u n a d e iaa
Ahora bien: cualifuiera <jue sea la naturaleza d< ii « de su infinita existeada, para que ei espíritu
fuersa ftitea, motora de Jos ¡nerviod motrices r*® reaüsar sus aptitudes d e manifestadórx con los
obrar los actos orgánicos manifestativos de la ^ I ? ? * quienes viva^ y relacionarse con ellos
Ìuntad, debe diferir notablemente d e la natura)«*, modo a la naturaleza q u e les caracterice.
d e ia fuerga jMigííKv, potencial espiritual ; pwxfuí > ^ eq)fritu necedta para realizarse en su potenda,
fU ico debe dosemojar e n m u c h o d e lo psíquico, y w actividad y en s u fuerza permaj)entes e ina
Ütutr antit©^- Y suponiendo la f u m a fin o a rept nes, de u n elemento on q u e pemianentemente
Uida por ol número 80«, y la psíquica por el UO*, de un a so d a do esencial que, a u n q u e se renueve,
resultan todavía los óiítencs 90® y 100®, conu> J * « le abandono; d e u n a envoltura fluídica armónica
m e d ia d ones amionizadoras enti*e la esencia cfpiri^ í auturaJeza, q u o le sirva de primer elemento
l a esencia fuerza. E s decir que, suponiendo la fueW “ líario, de base de solidaridad con los eslabones
física impuisadora del organismo en los 'ia'es cofToJativos q u e h a y a n de reLadonarle
luntarios y vegetativos, u n elemento atmosférico, las substancias constituyentes d e los m undos nta-
hace necesario reladonarlo con u q agente más fliLdk^ ^ y especiales q u e habito. Y a este cuerpo
m á s puro, m á s simpático y aünitivo a la cscncu o celestial d e que permanentemente se baila
párituai, y q u e establezca u n eslabón ai*móQÍco el espíritu, es al que convencional mente re*
tro ellos; UJi conductor potencial que le trasunta * y * * ^ o s con ei n úm ero lOO».
ambos, la influencia y acdón de cada uno, a ccf ^ inagotable posibilidad d e las determinaciones de)
SI tt U
espíritu su joíigotaWe potencia y libre íx'Újí (uizoda que h a d e constituir s u unidad animal o
asi com o s u inAcababl« defecto d e determinacid# mana, fcrme su te^adón por «el intermediario de un
su inextinguible deber do detewninación en toda pfr k20 fluídico que armonice su naturaleza esencial con
fflbilídad d e su inagotable potencia, revelan la no«sidrf ii guhstajicia con quien tiene que relacionaxye, y a
natural do q u e ol espíritu cuente de continuo coa w füía tíeno que extender su acdó n.
elemento esencial, objeto inmedi&to de su accíóQ» ^
Ì& facilito la- realización d e todas sus df'tcrmiiuüow
D o otra m anera, el espíritu no sería u n sér completo i
perfecto relativamente, pues poseyendo potencia i »
gotable do determinación, carccoría d e elemenlo )
ftifestativo, y siéndole natural la inacabable aptia
de percepción y relación, no podría percibir impeesioií
objetivas aii relacionarse co n sus semejantes, co««
'<■
tándoso su existencia espiritual a u n a vida aislada
puramente subjetiva j a u n ostracismo tan perp«tíi
c a n o desespera4)le; a u n a pasividad tan motióttii
com o estacionaria. Y d e aquí nos resultaría el >
cCKioebjble áü>surdo d e ^ e , la existencia cspinl»*
sería, inm ensam ente inferior a la existencia b u n u w (I
E n resumen, por la experiencia y la razón, van
ia evidente y natural necesidad, tanto de
espíritu libre se encuentre pennanenteiuenle
do o asociado a. u n a substancia íluidica y aíiniW
q u e lo complete y realice com o sér de pcnnanea»
cdón, d e permanente percepción, relación y m am W i
d ó n , cuanto de que, para sintetizarse a la mateña *
« m ín e n t e q u im k o y íü d w ío S it J lu m p b r y D a »r, qu®
«a «C o n «u «U t en v is )^ o * V tU m t4 ¿ í* # ¿4 m p u b lK »
C. FU nU D Aftdfl.
L& vida siace la m is m a vida, porque todo es
nd& en ia c r e a d ó n ; y Ja muerte misnia n o ee sino
teaícrmadón, o n ueva manifestación d e vida. Así,
k rida que nace, era; porqué la esencia de esa vida
sístia manifestándose desde la eternidad d e su exis*
iBCia,
Esencia j m anifestadón: h e aquí la vida, d sér
XI Todo lo q u e s e manifiesta., existe.
Todo lo que asiste, vive en $u forma de vida.
Todo lo q u e «existe, se manifiesta y vive, existía,
» Bsamfestaba y vivía, y existirá, se manifestará y
<PreeiÍ5teo«iB del espír*»^ ^lá . <
(fnnófioi it U fihtcfU Porque n ada surge d e la nada.
Porque lodo io q u e m, es algo.
Porque todo algo os sulwtajicial.
La eternidad dfí exigten<^ de la substancU unirtt
P^vque toda substanda es increada, eterna e infinita.
nos asegura la pretíHiiencia del e<pírilu, conio
U «a ic á a siempre es Ja misma.
«emaciai. U vida e e í a m ism a siempre.
Ei evducionim o univeríaiy de que y a liwnOB Sc#o varía la forma la vida en la eeenda.
do, nos certifica la permanente preexistencia dfl esfif^
^ 0 prindpia Ja fortna d e manifeetadón, y es la sólo
a toda prceoate manifestación. teína para c^atinuarse m ^ perfecta.
Por<pio si el espíritu n o ' pre existiera a su mí»
feetacióa terrestre, sería croado e n el instaate '
oncamax ; y ¿ d e q ué substanda podría sor crfe4t ' __
existiondo m á ^ «jue la sul>stajida eterna <’-oii5tjtow
del T o d o ? — ¿ D e Ja misnia?— Luego existía o pr«s*
tía emendai o sabstancialmcnLe.
Ei ffwio caíactérí3táco preexistente del espíritu
9u majüfestadón terrestre, tiene q u e ser, o igual i
que 96 le conoce, o diferente. Si igual, el espirita I
aido estadonario; si diferente, h a sido progresitti
L u eg o él espíritu ipreexistortte a s u aparidóu huro»*
animai, inteligente o Instintivo, e n grado igu&l
el inmediato inferior al que posee ai presente,
quo <toda propiedad desarrollada permanece actií* •
ei espíritu», constituyendo u n m o d o naturai y trtS*’
toirio, re^>6 oto d e otro grado superior.
^ aptitud perceptiva y manifestativa q u e haya des*
acolado, necesitará d e u n instrumento relativo e n
ptAo de perfección. Y de esta necesidad naturai sur-
g i r i j i i £5 diferencias perfectivas que existen n o sólo
«E n c a rQ á c ó n de lo» «ipíritw es
n>»Qws «decaído» •! m o ^ de ^
cirAíterúa»
(P r i9 € if i0 $ 44 U fO o tc fU u r ir itii^
XIV
«Separación d«l «spirito ckl
roedlo d«l feodoicao deDomioaóo m»«ki
f'PnndptM ({« {« fiUto/Ìn éfjhriiùtt/
<Co 04 ^ r v a c ; Ó D del « s p ir ila . d*spué» de ]a
de M il p r o p ie d a d e s , de sus a f««\ o n e «. y
u n fin, se separa naturalmente cuando este se encutt
c o o o e io iie A M s , a »«s de tu h á io r ia .
tra poaiizado.
fPristfift«# d€ U MjMríiwCtf.J
L a causa del eostenimleRto S e U forma de cxisUt'
eia h u m a n a y anima!, no es otra cosa que la
«el, conjunto d e acciones funcionales (pie la afìnidii i Jodo lo compuesto se descom bina: to^lo lo simple
generai excita e n u n cuerpo organirado». H e aquí ia ley de mutación y d e inalte-
C uando (por cuai<ruicr causa los fenómenos vHlate ^®widad que rige a la substancia deJ universo,
8on interrumpidos, cesa e i ejercicio orgànico y c j» I i organismo materíai que es u n compuesto d e mo-
¿oda pcnbilidad d e relaciones y dominio ontie é materiales, se altera, se descompone, y cesa
espíritu y la maturaioza oxterior. E s d e d r que. I• su forma y e n las propiedades y fenómenos inhe*
cuerpo sin vida no puede servir ai espíritu de itisW' a ella, K1 es^ritu, m4na<2a simpíc, germen
mento intenneàiario d e percepción ni mani fes POt«wiia^ sujeto y objeto d e sí m ism o, in-
7 c o n o tal ^ el objeto d e su unión con é)> al verifi esencial y causa prc^ii de todos sus
el fenóm eno de la muerte, se separa, se oman permanece inalterable aJ separarse d e la en-
lo abandona, ¡l^vándoae las ddeas^ los conocimi ? **W a material a <fue permaneció por a ’g ú n tiempo
y la susceptibilidad impresionable que s u uso le Es decir que, siendo parU subatanciabnente
propotcionado y despertado. y efectiv^tmente ccínplotás d e su esencia son
Por lo demás, y a hemtjs visto a n el estudio anal^ ^ píppiedades; de su simplid^lad su individuali<Ud;
tìco, q u o el Yo o sost el espíritu es independi«*i ^ ^ sus p rc^cd a des e mdividuaUdad, sus afeccio*
del cuerpo; q u e se asocia a él para r e b o ñ a r s e « • sus co9\ocimientos.
Ja naturaleza material, y ijue sus propiedades ^ ^ ccosecuencia, el espíritu, que es por si m ism o y
de su esencia individual, siendo activo por natursJ^ el cuerpo, ^ u c siendo com o era, después de la
y tundamento propio de su inacabable actividad. ••ííicaniación
7
separan los m undos entre sí, h a quedado resuelto
prcélema. d e la m ansión de los espíritus libres,
dole^ la única m orada posible a su natura*
y la scCa que fuera de la d e los planetas existe:
W upados interpianetarios.
XV
XVI
«V w ia »spiriiiul «a Im ap»
c ;M oii«rpltA«tarÌM.>
(Tnimpioé 4« 1« fU^lia ufirtìm^ì
< R e « n e A ;iu e i6 n «splilin e o y
orsuúm M «liecoAdos «1 modo de «er que
U n a Tez separada el espíritu del cuerpo a (pie « 1« cartct^rke, <"OTjtinu*r lA r e ^ a M Í 6 a
de sB ptofTúM iníiiüto deevrolUndo sua
encontraJja unido, su existencia individual pennaiwo
p ro p i«d 4 d e s y aus ía c u lu d e s *
aunque e n otra forma d e ser. Y a n o p erdbe ni se » fPri^eipiOi de b fÜ ^ /U ttpÍHíi*U.}
oiSeeta con U naturaleza por el intermediario ^
los vehículos orgánicos, ijuienos al propio tiempo k
imponían ila necesidad de existir adherido a la no es ser creado; es manifestaxse el sér en la
ficie del planeta, encadenado fatalmente a su fuera ciánica. E s decir, objetivamente a nuestra sensa-
atractivf o contípetra. Sintetizado a su peries el sér que y a existía sin afectarnos antes como sér.
unido a su «nvoltura peiananente d e fluido y Uorir, «6 retirarse el sér d e la vida oi^ánica. Vivir
pojado de loe ¿ntennedios arm6nico$ que al e ■i organismo, y por consecuencia sin que po<lami06
parse d e la rnateiia devcdvió a sus elementos, mora irlo como sér.
los lecpacios interplanetaiios, en el étei universal, MtHeuer o reencarnar, e s la n ueva objeti^'ación del
las regiones d e l a substancia incorporal que son ai ■Mno sér o espíritu por s u n u e v a asociación a otro
tívas al grado d e incorporaJidad que a su envolturt material de iguales o d e mejores oondicio'
caracteriza .para relacionarse cM i ella percibiendo ■w que el anterior.
modos afectivos -y manifestándose a los seres cxtísi» Ahora bien: ¿tenemos la certeza d e q u e el espíritu
q u e la habitan. ®*te ajiles d e manifestarse en la vida orgánica?—
Deede q u e la astronomía nos h a determinado ^ K ccmo La tenemos do q u e ]«s moléculas materiales
ei cie^ i) 0 es otra cosa q u e las extensiones e s p a ^ ^ sisterL antes d e constituirse e n organismo. ¿ L a teñe-
?
N o bay m is u a objeto real d « adoraáóo, ^ ^ ^ 0 ia Dios solo puede y debe adorárselo esjMri«
W m en te ; porque «Dio« os espíritu, y sus rerdadecos
adcr&dores debon adorarle en espíritu y verdáA. y en cl notnbre do nualra rosón, vorifíftamos
Dios» com o infinito, eetá e n todas partes. cuestras d-^lerminaciones. iB u e n o estaría que
El lespíritu, ti*me su conocimiento en sí inísoe, i ^ y é r s A K v nuestras producciones a Dios, y tuvié-
Luí?go, «1 templo «1» adoración para Dios, se eocoe»* 06 la osadía dei pretender dedicárselas! ilmperfec*
im e n todas portes. eu €Í nm bre de D io t!... j Errores por £>ifí$f„, j A b
Luego, «1 elemento de adoración, se encuentn <t adas c injusticias para Diotf L a s injusticias, ios
todos los espíritus. éwicBy los errores y* las imperfeccione« d e Txxe el espí*
lii se Mcuentra siempre lleno en su m as alia porfec-
■Aft. respecto de la Perfección absoluta, son ea nom-
IV do su razón, pos su razón y para su razón.
Q w Dícb exL‘*l&, (Tuo sea ci creador d e todo, y
Lm obrM hnntflkaas, por 1 » rasóu 7 a o po» I>ioa B no^ baya da d o ia razón (fue poseemos, nada tiene
Ypr para <fue nosotros. Ubres támJxén por S u r o
Ei sér relativo, 4Í espíritu infinitamente p<-rfecíibb pero al fin libres del uso de nuestra razón,
por consecuencia, icfinitamente imperfecto, s6!o pwM a tom jj S u altísimo nombre para justificar
hacerlo tc<>o <m nom bre d o su' ra^^ón liimuda, pv rá a pretextar q u e por E ! Jos profesamos ni
su razón limitAíla, y para su Jim iuda razón, r la oaadia d e dedicárselos,
tender o«ra cosa, atribuir el espíritu sus inoduccé debemos concebir a Dios taa inconcelnblexiiienta
sui^idns d e su infinita imperfección, a Dios, m tan inconcebiblemente superior a Piosotros, que
festindoLas e n S u ncm bre o dedicándt/?elas, es dos a«to 1 a enormidad <íe esa idea, nuestro
soberbia del orgullo, o el orgullo del orgullo. Toiw í^íntn no tenga valor para tomar S u nom bre por
el «canbr^ d e Dios para saiicíonar nuestros eriom. .^•íttto d e sus determinaciones en ningún sentido,
es hacerlo editor responsabld de nuestras imperfeccioM dodioarlo olra cosa que s u a m w en su agiade-
Nuestros actos y nues Iros pensamientos lys e jé c d v ^ p w it o ; no porque suponga insensatamente que piícdan
m a s y dojpertam^s por nosotros inisn^os, y deben® *íoc43ones afectarle, pues Dios, como felicidad a b
siempre presentarlos en nuestro nombre, en el noobd es la üunutabiHdad en la afección, sino porque
de nuestra perfección relativa, infiniJámente p eqw ^ *• A sí m ismo necesario sentir la felicidad d e aimarle
en el infiniti o d e nuestra existencia; en el n o o M de feconocerae a E! agradecido.
de inuüstivv razón, y n u n c a en el d e la Perfecóift t ^ t r o pensamiento debem os d e continuo dirigirlo
absoluta y esi el d e la absoluta Rozón. pero ú n pretender que salga de nosotros
Y nuestras producciones, siendo exclusivamente por c<«siderarnos indignos do quo a-icienda
tras « imperfectas, hijas de nuestra perfectible lék El y lo recoja. Debem os pensar en Dios, por
lávidad, d e nuestra infinita imperfección, las ítt«’ que lo profesemos; m as este amor debe ser
m os y manifestamos por H09otro9 y pora nosotroi. iJ«petao3o que jamás nos peroulA tomar S u nombre
no$oir<a, por que son ttueslras, producto d e nuostrt í* J i p a r a ejercer ia caridad m á s elevada que con-
mítación; paya notcirot^ porque a nosotros nos afectu porque debem os estar tan posados d e lo
sus consecuencias. Por musirá razón y para HQ^ücible de nuestra pequeño?, que 1a m ás grande
la Filosofía, do l a Razó n, ni de la Toodicea cien*
perfección que poeeamos en Í4 infinitud pr
y proceden con exquisita cordura aJ rechazarla,
d e nuestra infinita vida debem os de juzgarla i
este pum a, sólo ha n cometido u n a falta gr.ive si
iDcnte despreciable, para tratar de soncionarU coft
• quiero, poro repaiaLle: la de liaber leído poco y nio-
santo nombre. >
^ittdo m onos; la de n o haberlo revestido en sus
L a idoa do quo « U perfecáón de la criatura glofifia
<«0503 estudios do ia imparcialidíid indisj)ensAble al
al Criador», es aJjaurda, porq^ue entonces la gloria
■»«eligador. Adolecen dol defecto de la generalidad;
Dice ni sería propia ni perfecta: y u n Dios que viróa
fóereíi penetrar las verdades, aspiran al conocimien-
de u n a gloria pretiada y aumentase su caudal a «í«v
eñ P ft e n J o n apoderarse de la loy;
tad ajtna, sería un
^ptro Sin tralKijo ni moíoetías: quiere que se los roga-
valdría tanto e o a o el dios d e las religiones potitif«
Ifcfi los conocinüenU« y a confecciona<ios y ajusLa«lo«
i &IU aHpiradonea, relacionados a su razón, sin poner
su parte otra coí>a que alguno» insLa-ntes d e aten-
ttin: y como hasta aliora nadie les h a ofrecido el
pnwnio, tal y ccm o lo dej^oan. lo lian rechazado
todo, hasta la buona intención do los que iKxra satisla-
C a r a c t e r M del positivissio científico.— L e e positiTi^
«f a la indolencia intelectual ha n soportado mucho«
t M no p u e d en ser ateos.— X*» ley dirina y n
ií« de meditacióíi y m uchas noches de vigilia.
cumplimiento per el espíritu *—£1 m a l ne «zist««^
‘ D posdtivismo q u e debe caracterizar al siglo d e la
C 1 espíritu n o puede faltar a la ley del Bi«
fctottón, no . consiste solamente en rechazar lo ab*
n i renliaarse e n el m ai.
wJo, sino e n suspender el juicio respecto a las cues-
b ® « que se desconocen. L a razón no puedo aceptar lo
L a predisposición d e m uchos espi ritus a creer w ^
no baya penetrado; pero la sensatez d e la razón
existencia de Dios, h a sido evaporada por las ilájicf
?rciábe negar al m en o e la jxjsibiliiiad d e existir en
nociones que algunas escuelas religiosas han presté*
« a íonna 1ógioa lo& principios que so hayan rechazadlo.
do tendiendo al m á s ridículo antropomorfisro(^ cm
que Dios n o soa com o u n a escuela íilosófica
feccioaando caprichosamente u n sér a som e)aa»
,-Jjina secta religiosa lo han concebido, no quiere eso
hom bre con sus debilidades y sus vicios, aa
que Dios n o sea d e m o d o alguno; y negar en
concediéndole al propio Ü em po el atribulo
ule su existencia por no haberío ¡>enetraJo
de poder la imposihiiid<id; y rechazan, en una
comprendido d e u n a íiianem satisíacloria, es un
al dios que erta algo de la nada^ at dios que ha
miento q u e no se encuentra ajustado al positi-
cido eJ m al y se realiza on él castigando a las i i
0 Tadoiul.
q u e cum plen su imperfecta producción y
[ Wemás, ia mayca* parte de los hombres juzgan hoy
íiestan del modo que es a su naturaleza caracterí^W
■®io y basta vergonzoso ol ocuparse de cuestiones de
aJ dice,
ai Qice, eti un
fin,, que carece oei
del poaer
poder suiiuen
soíiciente
w par» ^ ^ i i V
obededdo en su ley do b i e n ^ e ta^ubién ha , a es p re< K ui^ados^e escép-
do) y a cuya rclrntad faltan los seres cuando le»- ^ fuertes y creyendo quo de e s U m a.
antoja, etc., etc., etc. Pero, en verdad ese no es el ^ m u í«, ü
nera pa»an per inteligencias dignAs dol siglo dd é a n toda W potencia d e actividad y manifestadón,
luoee y vivon a ia. m o d a ; p^ro conhinden lastit títayendo por consiguiente la única cnli lad fac-
m w te <?! caiicter propio <lei positivismo racional, qíí de ser en Sí y por Si> puesto que d e n ada extraigo
es la aceptación de k» reconocido com o vei áta para estar y para $er (1). Pu es b ien ; son
en el terreno objetivo por la experiencia sensibl«; m\ en prindpio, y por razón. ¿ Q u é m á s se necesita
ol terreno íil<»ófico, por la razón. Pu es ¿qué?, ¿raleij serlo? Quien acopia u n Sér infinito en extensión
acaso m eno s las evidencias metafísicas que los toA m inten^ón, realidad suálandal (t^crao sér) y eterno
tados del empirismo? D o m an era ninguna: tan ci«ru| infinito), podrá caer on el absurdo panteista si
€ 6 la atracción eléctrica que impresi oía nucstíO w b e explicarse la m an era do ser d e la p^rte en el
tido, c o n » el a x io m a de ra^óo « w hay efecto sin «iub.] efectivamente indepondieJito aunque sustancial-
E s más, el scinlido por sí solo no nos acusa siemf» líe solidaria; peto ^ encuentra on la iinposibijdad
positivo, sino la realidad de su afección. 1 a vista ler ateo. ¿ Q u é le falta, pues, para afirm ara en su
presonta ^ movimiento d e la t ì c m con sus m<x\ icia? Discurrir u n poco y formarse u n a noción
y sus árboles, y no el del tren en que vi&jamc Sér que digna d e Ja razón d e su grandeza
si sumergimos en el agua pei^ndicularm cnte o m •a concibe su ra^ón.
bastón, disminuye en apariencia su longitud; y » ilitin en lo firme' ai rechazar el poder divino de la
verificamos oblicuamente, se nos manifiesta trow <iiidad, y e n n o aceptar por .«m Dios u n a con*
tormando u n ángulo relativo ai grado de su ob)i< á6n tan mceistruosa. Torquo, ¿qué es ia imposibili-
E s decir que, el sentido por si solo puedo aci ano la absoluta anlite^s de lo y com o
errores por verdades si no roctificam«^ aus ef< término asolutan'.ente antitético d e cualquiera roa*
con las operadones d e la ra¿ón. ^epresont^ su *n cgaci^, b imposibilidad es ei
L u eg o la razón debe ser í»l elemento fuo( lr^k).
del positivismo dontífíco. . todo poder, es soio realizable e n la posibilidad que
Pero dejem os ahora consideraciones que a leu p»ij algo afirmativo en que se ejerce, Sobre nada, no
tivistas no deben serles extrañas, y puesto qoe M poder que obre.
repugnancia para aceptax a Dios estriba so^o en U (fl^| U Imposibilidad es lo irrealizable, e imposibilidad
n » y mo e n el fondo, intentemos presentarles solucifl^; i® pwa Dioe, com o ya lo tenemos probado en la parte
a sus duda^ q u e satisfagan su razón. •tética, dejar d e ser, dejar do ser com o es, y creai*
Estos aceptan lo Infinito substancial, fundados « de nadi>>.
n o d ó n del espacio, en las inconmwisurabi idade* aquí, por dónde la razón nos asegura, no que
temÁticas, en el más y muios, base de los» cálculos, j exista ni que deje d e caracterizarle el infinito
las certezas de lo relativo y lo absoluto. E s dedf» a n o que «el poder infinito de Dios k s k e a l , por
para ellos es evidente la existencia de una unidoa ‘to es en el orden de toda posibiliilad».
tancial infinita, que siendo e n Sí m is m a (porque Ahora bien, vam ce a exponer nuestra modesta opi«
del Todo no h a y espado que la contenga), y
m ism a (por cuanto n a habiendo n ada fuera de e‘U
en Sí todc« los fenómenos necesarios y posibles), 0) Nm rtfm tB o c » lo s c te a tíflc o i.
nión reepocto d e la «ley divina y s u cumplsmwÉi Luego, ¿im, será la pFopie<1a^l esencial de !&
por el espíritu», al laudable objeto de presentar un Di» bfinita sustancia.
aceptable a las aspiraciones del raciojtaüsmo. Luego, ia esencia o la sustancia d e todo sér y t/>la
La ley do Dios p aia el espíritu inteügeiUe, o * ma que sean en Dios, át Dios y por Dios, posee la
siste: del ¿¿m, y tiene fatalmente, que realzarse
«D su ^cfÁedad.
E n existeocia i n tini la.............................................. (Hay aJgun sér o cosa, q ue no sea «» Dios, de Dios
E n realizad6n do perfecdón en la existencia. y pr Dios?— N o, puesto que Dios es lo infinitamente
E n adcpji^ción do felicidad, relativa a la per- ^ tbeoluto y lo absolutamente infinito.
fección realizada..................................................í Luego, la esenda o la sustancia d e todo sér y coea
E n libertad de realización de perfección y ad fw en el seno d e lo Inüaito, del Sér, de Dios, existe,
quisicióji ü e felicidad........................................ poKe la propiedad de) y tiene fatalmente que
afestanc en la realiradón de su propiedad.
L a ley divina paxa ol espíritu, es la realizaaóft \ ¿Qué será pues, entonces, lo quo se llama mal 7
todo bün posible en su infinita existencia. —La propiedad esendal d e la infínita sus-
Luego para que ol espíritu faltase a ia ley diri Inda.
sería neoesajrio, o que se realizara en el mal en aif« t como n o hay sustancia sin propiedad, la negación
instante de su existencia, o quo no se realizara enli
iipoptedad es la n eg a d ó n de sustanda.
perfección durante su infinita existencia. Luego, el mal, C9 ]a carencia substanda], la negadón
¿ Puede ei espíritu realizarse on el mal, en algnc i* U la sustancia, la negadó n del sér» el v a d o absoluto»
tanto d e su existencia?— K o , porque el rcuil o/> U negadón de Dios, el verdadero atdsm o.
Veam os por qué el mal n o existe. L n ^O E L U A L KO S X I S I 8 .
Dios íes, «lo Iníinito absoluto esendal». j Lwgo, el espíritu n o puede faltar a to. ley diviifia,
Luego Dios es ei Sér de toda realidad, La eseaicj*^ « á W»», realizándose en el mal, tanto porque la ley
toda esencia, el sér de todo sér, «el Principio y el * tó Bien es la ley d e su naturaJeza, cuanto pccque
de todas las cosas». ^ «o Kdsle.
Luego, todo sér y toda cosa q ue on su infinito SJ Pero si bien el mai n o existe, se observan determi*
existen, sen esencia de S u esencia. w»es ó íicddcntes q ue difieren entre sí en la
. ¿Caracteriza a la divina esencia, al Sér de t(rfa festación Ide los seres, respecto a su propiedad
lidad, a Dios, la propiedad intrínseca del Bien? cia^ del bien; y, ¿ a qué puede esto c4»edccer?—
dudablemente, puesto que Dios es el Bien )tii h ú m e n l e a la calidad y cantidad del qvie se
mente absoluto, y el Bien absolutamente infinido. y se manifiesta; porque ceas son propiedades
Luego d pñncipio (tendal de todo sér y toda
^ todo lo quo existe y es. L o que no oxiste, lo que
que en lo Infinito absoluto, en ol Sér de toda toes, eí nal, no tiene calidad ni condidón, ni cantidad:
en Dios, se contiene, posee U propiedad intríntká ^ qce existe. Jo que es, el hien, se encuentra sometido
Bien. * íiferencLis, sujete* a calidad, a condidón y cantidad;
• c ^ b l e de 9ná$ y d e n<no$.
Y h e aquí la. újiica causa de la d ir ersi dad de deteoii *• M odo expresa la posesióu d e menor bien del que se
n &dO D es entre ios seres, rcspecto de sa propiedad ai* (Qftcibe o considera com o tal.
toral de b ie n : m a s o v s x o s pero siempre í m ; Por «90 en todo espíritu es permanente la idea de
com o m á s o m enos luz es si(fmpro luz. Um y mal, Q úo que es lo mismo, eti reaUdad^ d e mát
H e » q u i t&mbiófì la única razóa q u e puede justlfiw *7 menos bien.
la aplicadóa de La palabra mal cctoc coavencioul 7 U rfaiidad. el Bien.
expresaüva de mmcr 2»i<n. La irrealidad, el Mal.
Orados de bieii; tai e$ el modo d e realizacióa de k Luego el mal n o existe,
esencia ospirituaJ, d e loe espíritus, e n su pONtin, LMgo el e^írítu no puede faltar a la ley divina,
propiedad. foe es e l Bien, realizándose on el maly tanto porque la
Birn j mal; tal es la forma apreciativa sobre k ley del Bien es la ley d e su naturaleza, cuanto porque
reaJilación U e la esencia espiiitual, do los' espirit«^ lí » a l KO E X IS T B .
y dcxlucír la multitud de formas expiatorias a que k Hgulaj entradla. Pero queda on jne la expiación dei
falla d e progreso «om ete al espíritu culpable, pflttio’ ^li^lísmo cristiano con su recncarnación y su ro-
que toda iníracci^to implica u n a conaecuenda iiwrt« ,|nción lógicas y racionales, quedando
(abfe y natural. I cada sér «según sus obras», y ofrcciondo infiniumente
¿ A qué género d e sufrimientos escapará el ospíhti Iweáioé do puiificáci^ y de progreso, condlien *de
infractor que desgraciadamente se encuentra M t i k . <Mi maneiu. evidenti sima la justida y la miserie or*
en los casos presentados? L a intensa pena que prodae» \èi de Dios.
el recuerdo d e bechos ciiminales: la desesperante
s e d a d de sentir necesidades impericias que uo hi;
medios do satisfacer: ia terrible desgrada de penicfli IX
liberiad: la inm ensa m orüficadón de encontrar&o itK
Ctua de a o darse el Yo oue&ta de q u e existd e n el
doado de acreedores q u e recuerdan, quo reclaiatt,
primer periodo d e i n Yida.— C » u s a del olvido de
que exigen, que insultan y a m e n a za n : la profuoái.
l u 9ziatencias anteriores.— T u r b a c ió n del eipíritu
desdicha de creer que s e vive en m edio de la socisM
h u m a n a y ver que nadie contesta a nuestro lia » dffpués d e la m uerte.
bitamce, y por un fuego central que sin quera« » Sin embargo, ^ espiritu recién encarnado bien pu-
espiritu ninguno, so v a extinguiendo gradual y 1® ; •ffa encontrarse en estado d e turbación por causa
« la radical metaanorfosis ^ e se halla si¿riendo ai
lamento.
Al mitológico Purgatorio d e S a n Patrido, ya no •• del estado libro ai do la encarnación y encon*
pcaveti^ por Irlanda, pues la d e n d a ha cegado “ restringidas sus facultades y aptitudes mani*
feafativas por 1 a imperíección deJ ftpaxato orgiiico^ * ]noto sus in3Ünios d e conservación, y derbos detalles
guo se encuentra scmeUdo, el cual no le bríncU, b«sU è c(Hnparadón y juicio (rozón) al distinguir a loa
q u e llega & cierto grado de perfeccióa y desarroUo, vts (fuc satisfacen sus necesidades, al desear dertcs
l&s c O D ^ d o n e s necesarias para poderío manejar, ti h|ires (todo relativo & sus medios orgánicos; lo que
fin d e expresar por su intcrmodiadón sus Ímpresi<M. 'jTBeba que su turbadón no es tal que lo prive en al>-
Esto pudiera ser suio u n a ccasecrueacia íisiológícA» w ü o i^Bto de su c o n d e n d a d e existir; sino que intuitiva*
pataJógica lo es el quo el espíritu d e u n congostíooAdfl^ «ote !a conserva, y pceee reminiscencias de sus nece
n o p ueda m anifesüxse apesar de poseer su cuerpo K » . y d e sus aficiones, hasta donde su ce re ro
cctnpieto desarroHo orgánico. rmito la exdtación imagii^tiva para representarse
Si idi un buen pianista, por ejemplo, que no puedai é <i mismo impresiones i>asadas, que es lo que
manifestar eu intcligenda mVisica sino por medio 4d Imdx la memoria y constituye los recuerdos.
eonido Sel instrumento, se le ofrece éste dcsatinaib; Es un error suponer que ^ espiiitu hum anizado
y con un apagador sobre las cuerdas, todos sus esftitf^ (ftnae con absoluta independencia d e la matería^ pues-
zoe maniíestatiros serán infructuosos; y ape:su de d que la síntesis de am bos clemx^ntos es tan intima,
poseer su inteligencia ^ su aptitud nadie se apercilúl, se afectan m utuamente d e sus propias im{>ffesio-
de gue las tiene o las conserva; pero cr>nforme se : así se ve, que u n a m a U notida, Ja idea de u n a
vaya poniendo en «períecdón el aparato», confo acia o de u n a dicha inesperadas, afecciones de
el apagador 9e vaya separando de la encordadura y estf puramente espirítual, interesan al cuerpo hasta
se vaya afinando, irán percibiéndose primero sooidQt Dcirie enfermedades y a u n la m uerte; y por el
coda 70Z más daros, después períodos de más en uieooi Iruio, las afecdones orgánicas se reflejan en el
discordantes, y por último frases y piezas de más « '•píritu paliándole tríste, irascible o contento; prívin*
itià s armórucas, de más en más expresivas y de cúa i ^ d e poder pensât, perturbando su m emoria, alterando
en más perfectas. Sin embargo, el pianista (sér inU' « razón y oscuredendo su juido. E s decir que, en
ligentc en música) conservando todos sus conocimieotoid jiísUdo hum ano, el espíritu y el cucfpo se modifican
«en si mi^mce con independencia del piano (orguúsatfl se afectan de ccfitinuo, necesitando d e excitaciones
de su maniícstadón) no puede rolaciooarse «musicil* tiócrena^ para q u e se realice la unidad hombre en su
mente» con los seres extraños a su sér, ni darh»s pru» ■Udo de naturaleza perfecto, que es u n estado superior
ba alguna de su ilustradón faasla tanto que el institi' *1de la material, e inferior al del espíritu : u n estado tnix-
mento intermediano ^ encontró en el grado de el que la materia se eleva y el espíritu desciende,
perfecdón indispensable a sor manejado por su volaa- f de esta reladón sintética resulta que el espíritu nece*
tad y a responder a sus esfuerzos. fe para todas sus ope radones el concurso dol cuerpoT;
Pero d bien el espíritu reenrarnado no manifií*U Ujubién q u e no » l o h ^ y a perdido el espíritu su
su conocimiento propio e n los primeros periodos d® ^ W a d do fun don ar intelectua'mente, encontrando en
su existenda .hum ana, tanto por la imperfección del ^ trabajos nwntales la resisten«a de un elementa
instrumento manifestativo ;que posee, cuanto por h perturba de continuo, sino que además de esa
turbadón consiguiente a la radical trasformadón rtirbacióQ constante soporta otras m ás intansas e in*
tti jQOdo d e existencia acaba de sufrir, expresa por ¡o
202 MANL'CL Q0N2ALC¿ S 0 R ¡A N 0 ti £$PIRtTt$MO fi$ L A PILOSOrlA 203
termitentes C4/la vez que d organismo es íDvadido htu hacia el oü^ani&mo afinitívo a su manera de ser
por agenl<^s morbosos o sufre alguna aJteradóo. « cada gnido d e su progreso: de donde se desprende
El e^íritu pierde, pues, ai asociarse a la ma^ena su foe, cuanto m ayor es !a fuerza aíinitiva entre el
libertad 4 o acción; se (encuentra influido por ^lo, j con* «píritu y el Qi^aiusino hu^nano, mayor influencia ejcr>
9ecucntementc supeditado a jad condiciones que en «cudi n este sobre acpié!, m á s se estrecha el lazo que los une,
estado oi^áiiico» puede ofrecerle: asi sus fa cu l^e ^j Íi Mociación ce n\ás intima, la síntesis es m á s p e r
si bien se conservan integralmente latemtes, no pued«’ leda, se «vicuentra rrú» supeditado, y ia potenda
funcionar e n su p o ten d a p r o ^ quedando más o n » M espihtu para exdtai^e a si p r ^ i o e n sus operaciones
nos perturbadas. Subjetivas quoila tanto m ás d c u ü t a d a y perturbada,
Tai es la causa d e (pie u n espíritu reencarnado no h • tuU) m ás ine
dé enfria cuenta de su existencia ni su Yo en )a f Qumdo el oi^anisjno se encuentra extenuado por Ja tisis,
)os primeras años d d su vida bu^najta, a«^í como tm b ik ¿ t í e ^ r i í u irra*lia c<w m ayor libertad; y m enos reía*
d e que, a u n cuando se la diera en algún grado, no ióon&ilo al cuerpo tiene recuerdes y concepciones st;-
‘pueda maniíc$taiio al extcnoc. Í]0tore9. L o propio acontece e n ei sonambulismo n¡afí*
^iético. Pues bien; esta «porturbación nalura>» por las
* arcadas causas sólo permite al espíritu reencarnado
h eoDservadón d e dertos destellos intuitivos q u e se
L a causa d e q u e el espíritu reencarnado (hombn)^ f i s M ú n a n «presentimientos;», y no son otra cosa en
no recuerda sus eTÚstondas anteriores ni el objeto di U rt&^iJad que reminiscencias m ás o m enos vagas (según
su presente encamación, se relaciona íntimament« c a í ^ grado de relación entre el espíritu y el cuerpo) de
io q u e dejamos expuesto. la misión o ex p ia d ó n impuesta o aceptada por sus de-
V a hem os dicho que en el estado hum ano, interior laminación os en el estado libre. Por ello, cuando por el
al espftnlual, la pot<mcia d e las facultades del (‘Spírítt ioiómeno de la muerte rompe el espíritu los lazos que
quu<)a perturbada; y c o m o .e ! rcm«ráo de las k supeditaban a la materia, fuuciona en toda su po>
do n es sufridas o ijnaginadas se produce por medio di tecia y trae a su presente pensamiento el recuerdo
ia exdtación potente del espíritu para representarse Iw de todo su pateado.
imágenes ^ e desea, d e a ^ í procede fl oltidc. Cuuto V no existe motivo a'guno de extra fi<»za en la
m á s distantes se encuentran ios sucesíK, mayor potsoctt ftolisadón dcl fenómeno d ^ «o.vido de las existen*
exdlativa tiene el espíritu q u e emplear en su operidós ÚB SAleriorcss, cuando observamos el d e la pérdida
imaginativa para traerlos al «presente de su pons»* ^ dtí recuerdo de ínuchas impresiones e imágenes de
miento». ^ « i s t e n d a presente; porque si las sensaciones sufrida»,
H a y q u e tener m u y en cuenta otra circunstacda qw ^ igual j>otencia q u e pueden ser excitadas se borran
inC uy e podo recámente en la cuestión que analizajnos* o menoB, y a u n por compicto, en el espejo reflector
y es que, la reencarnad ón n o puede veriRcarse ft dei alma, ¿co n cuánto m á s motivo no sucederá cuan-
tad d©i espíritu, com o algunos b a n supuesto, sino * ^ la sensación e imágenes percibidas por u n grado
c«is e c u e n d a de su necesidad, por efecto de la ^ potenda^ sean provocadas ai recuerdo por otvo
aíinitáva natural q u e irresistiblemente atrae a cada íierente?
« L a inioQsidad d e acción de toda potenda esfúi-
tual, eetá e n razón, directa, det >grado de su desamUi,
He
« inversa d e las resistencias quo se le opongam
Tal es la ley natural que rige las facultades del pcasi.
Pero para el objeto dei progreso dol espíritu no es
uüoQto y ia memoria» y a la que se cticuenM
. Mcesario el recuerdo d e las pasadas existencias, y con
subordinados, h t recuerdot.
las intuiciones, propensiones y aptatudos tiene lo bas*
L a potencia resistente contra las fundones psicoU*
tute para conocer, si razona, cuáles soa los vicios que
gicas» se encuentra e n razón directa del gr¿do
it araztorizan, la misión que está 11agnado a realizar,
afinidad y unión entre el espíritu y el cuerpoK
7 el género d e conodmientos a quo debe dedicarso.
Esto, sin contar con que las modificadones
£1 recuerdo dol pasado en las roencajnadones puedo
fi\cQ£ producÍ<las por estados patológicos o posionalei,
lemce m u y perjudida i, y no reportaría ninguna con*
influyen poderosamente on las potencias rcsi^teot««..
m e o d a daxlo el objeto dei renacimiento.
D e estos prindpios, axiomáticos se deducen ooos»
En efecto; ^a reencainadón se verifica para et pro**
cuencias que nos muestran todos los grados de m et»
{teso del espíritu e n sus dos órdenes de moralidad y de
ria que pueden existir, asi ccíno las causas de \oi
^iHtmcción: ¿ q u é importa, pues, no recordar todo lo
recuerdos y del olvido.
fie no afecte a estos objetos? Al estudiante que h a
Si el espíritu funci<ma en toda su potenda, poeei
» Rdizado u n curso, lo que le conviene recordar para
d recuerdo d e todas sus impresiones: tal es el r&Udp
ns sucesivos estudios, para la c o n so c u c i^ de su
libre o espiritual.
curerà, seo las asignaturas aprendidas, pero no las
El espíritu encarnado o sér hum ano, solo p->aeet4
Inreeuras ejecutadas por él ni por sus condiscípulos;
de sus impresiones el recuerdo relativo a las reú-
luDpoco el carácter d e sus profesores; nietos las con*
tendas que se opongan' a su función, lo que le permití
^ o n o s del edificio donde m oró durante sus estudios:
d grado d e la libertad de a c d ó n quo goce; pero eo
irecuerla la de n c ia y la moral que le enseñaron?
el moro hecho de estar influido por la materia en que
esa intuición es la útil, la necesaria, la que dos*
se sintetiza y a n o podrá do m anera alguna posMf
^rtari inmediatamente su aptitud. Vuetre luego al
perfectos los recuerdos d e sus impreaioaes
■■sno cc¿€^io, o a otro, después de vacaciones, y
L a s intuiciones, Jos presentimientos, las aficiones,
v^re la baso d e sus conodmientos adquiridos esta
aptitudes, las simpatías y aoLipatías sin causa reo»’
blece sus estudios nuevos para proseguir la empreñ
d d a , etc.^ etc., soax las reminiscencias que le qucdaa
ada carrera sin q u o en ello Influya pvura n ada sus
al hom bre de sus pasadas impresiones, grados de r»*
kecbos personaies independientes del objeto. Pero su*
cuerdo m á s o m enos claros y concretos, mateniili-
Jugamos quo no se haya otviolado do osas circunstan-
camente propordonales entre su potencia propia J
óis extrañas; demo? por sentado que recuerde todas
las resistencias extrafUs que le in£uyen.
^traresuras, los ajítos todos d e sus condiscípulos y" sus
H e aqui la razón filosófica incontestable de la pér*
•tóstíos; que tienen grabados e n su memoria los cas*
dida del recuerdo d e las encarnado oes anioríoreSi
“|os redbidos, los insultos, loe perjuicios, los malos-
^*Í4mientos, las traiciones y las injusticias cometidos
« él per los demás, o en los dem ás por él; y al
m e entrarse de nuevo con aqucUos tnismofi sores ea lindadas al despertar, relativamente a la intensidad
ei colegio a d o n d e Unibién ha n ido a proseguir a u » la natura] cm ^estión que lo produce: cuanto mád
tudioe, s e d(!splertan todos su^ renccvcs. iodos sus odio^ ifieado se encuentra éi órgano cerebral, o sea cuando
todos sus Feeendnúcnlo}*, t o d ^ sus idea^ de vengaúza debilitados se encuentran lee tubércu'os ence-
contra los quo do cua]q;uior m an eta le ofcnditroi, »06 de los nervios sensitivos, y el sueiio « m ás
y su vcrgüen^ak, su disgusto y sus temores contra ndo, que es cuando m enos se relaciona el aJma
m ism o por los q ud on cualquier soniido él ofendió: ios nervios, el olvido d e lo soñado aum enta hasta
ei>to turba la paz, La buooa aniionía, la íiajiquil» or en absoáuto la memorLi, Tamljión el sueño
para ol estu^Ko, el desarrollo del airior hacia los por completo las impresiones d e la vida de
ntós, ote.» ote. Semejante recuerdo sería un marlirio 9kc¡&n o dfí vigilia. m ^ificaciones orgánicas
en voz de u n a felicidad» e a vez de un. beneíicio m jor estados patológicos, corno acontece en la t¡f<>idea,
imrienso perjuicio. las congí^tionos cerebrales, en ciertas heridas y
Pue^ bien; este colegio y esta enseñanza son un tudones en la cahez-x, producen u n olvido relativo
simi! períocto de la vida humajia, d e la roencarnsdói^ pasado, llegando hasta el extremo e n algunos
do los espíritus (¡ex los m undos, colegios aiocde rcaJia de perderse p<s completo la meimoria y tener
sus estudios, |adonde eursa las asignaturas de ci' empezar por enseñar a hablar al convaleciente,
rrf^ra tle progreso, a donde adquiere y desaxroiU» por 1 las modificaciones orgánicas pro*lucidas por el mag-
Ja uv^ación d e ntacstros y por las enseñanzas “ üo, nos evidencian d e u n a m anera concluyente
1« proporciona la experiencia propia, los <*'jnoci «iatonda d e esa ley a que nos referíamos, por
tos y sentimientos q u e ha n d e ir oi ovándole to todos los sonámbulos perfectos olvidan al des-
o m enos ríipidamente, según su voluntario apryvector cuanto e n taJ estado han dicho y ejecutado;
m i ^ t o , hacia la purificación y la sabiduría, hacia ú así com o ai volver a la vigilia reanudan los
bion. hacia Dios. ¿ Q u 6 !« i i r ^ r t a ai es;>'ritu o M A í ordos d e su existencia social d e relación, así ¿ú
sus vkisi ludes si ccmsen*a el fruto de ella^? Y eat*.' de nuevo sonambulizados correlacionan sus hechos
fruto es indudable q u e so conserva; e n donrlc sioo ifo|taci(Mie8 sonamiúlicas anteriores con los pre
e n él pudieran encontrar su origen las aptitudes «•< stes.
oataa? ¿Cuái otra causa puede lógicainonle atrib i)e donde resulta quo. cada acciílente orgúnico-cere*
a esa infinidad á<* diferencias intelectuales, aiJÜtu6tf^ kftl representa u n a modificación e n las relaciones del
ci«itíficas, artísticas, etc,, y a esa diversidad de sfli'*? t o con el c u e ^ , cuyo resultado es la pérdida de
timienlai que olsers^m ^s en're >o^ liomlre?? CuaUfuers j < Bcmoria.
otra causa quo n o fuera !a adquisición propia y anteiícc.^ [. T si eslo sucede dentro de u n a m ism a existencia»
por medio del trabajo, resentiría la justicia distrihuíh^ ^ J en m ismo organismo, ¿có m o no h a d e acontecer e n
absoluta q a e caracteriza a la Divioidad. * í*so o eocai’nación a otro organismo?
Ad em á s 'a experiencia de los hechos nos conduc# ^ turbación e n q u e el e^íritu que<la sumergida
la certeza de q u e existe u n a ley natural que vela k« és d e Ja m uerte del cuerpo on que moraba,
recuerdos en el espíritu por la¿ modificaciones orfi* lencia d e la confusión d e sus recuerdos, es
meas. Las actividad«« espirituales on el sucAo, rcionai e n intensidad y duración a las drcuns-
M ANUEL O O N lA iE Z S O R IA N O EL E S P IR I T I S M O B$ LA H L O SO rlA 209
tandas d « U d&sencamacíón, a la potenda aüm ün do las propiedades espirituales reaJizan los grados de
restante hacia c\ organismo perdido, y a la mayor o H perfecdón.
la m enor caiíormidad voluntaria del espíritu acerca Laego, ia causa do los diferentes grados d e moral
d e io que do sus aspiraciones h a realizado. Porque «1 ^ distinguen a les sores, es consecuencia de 3os di*
espíritu posee fuerzas propias para modificar eu á irafes gcados de sentimiento que ha n desarrollado.
m ism o los efectos d e influencias extrañas^ y aun k« Cada sér aprecia ol grado de moral que siente en
provocados por su m anera de ser. oda momento histórico d e su existencia.
¿ Q u ié n potará dudar d e la eficacia de estos plomedMl Cada sér practica el grado d e moral que siente.
espirituales para aminorar ios propios suMrnientos uen- Ludgo U moral es relativa a la perfecdóa del sér,
tralizando unas veces las desagradables afecciones, j j cada u n a d e sus fases se encuentra en armonia
hasta contrarrestándc^as y destruyéndolas en o!ras oor «on la del sentimiento que le caracteriza.
siones? U n a pena nos agobia, u n a preocupación d06 Loego la moral o a el sér, siempre es la que co*
morüiica, u n a angustia noR aíiige; y si a estas fuer*» oeepcmdo a su grado de perfecdón.
impresionantes se les opone ia rosistencáa de las antes Luego la moial d e todo sór, es la necesaria a su
enunciadas, si enéi^icamente procuramos combatí m e r a de ser, y en todos grados perfecta ai mo<io de
con la fuerza d e la resignación y l a esperanza, nu«ln * » que corresponde al sér.
turbado espíritu se rehace, se despeja y se aiírii; Pero a u n cuando ia moral brota, oomo antes mani
pero para esto se hace necesario haber desairolUdo festamos, del sentimiento, e n la solidaridad armónica
dicbas fuerzas eo el alma, lo que forma una de lis \ cecesariamcnte existe entre las facultades del
fases de] progrtso. «píritu, interviene e n s u conodmiento la razón; y
íegíin esta le aprecia, así produce sus efectos on el
terreno de la práctica
L a moral no es otra cosa que la ley á d W « .
Luego la moral debe de aplicarla el $ér a sí mismo
f a los d ^ i á s seres.
M oral 7 debev A si mismo, cam inando ripidamente h a d a la perfec
ción,
La moral es una, porque uno es Dios, una es 1* A los demás, ayudándoles a su progreso y procu-
undo íu bien.
e se n da , y u n a es la ley.
¿ E n quo pueden consistir, pues, las diferencias De aqui dependen todas las prácticas de la moral.
dativas, y por consiguiente priclicas de los s«es £l que progresa, s e prodace bien, y el que ayuda
c c n respecto a la moral? a los demás a progresar les produce así mismo, bien.
Soio puede enconliarse la razón de este natoxil La producción d e todo bien propio y ajeno, os la
iíatesis de la moral.
ienóm cno en u n a causa naturai.
Sabem os que la moral sui^e del sentimiento. Porque ei la moral teórica es la ley del bien, la
N o ignoramos que el sentimento es u n a propied** píáctica ee su realizadóc.
del espíritu, y tenemos la certeza de que el desaxwfl» SI X tfiriiU tt» tí lá 14
M a c u l a d a ; perqué siempre ee nianifestó como natu-
V nlmente era, y nunca faltó al deber d e maniíostarse
eo su manera d e sér.
L a ley d c l dcbtr es ley d d bien.
L a ley dcl bien, es la inorai. •
Luego ei deber,* la moral. X!
Luego el d<ber y l a moral son la prácücA Jel Utt
Las jTusmá^ consideraciones corresponden, p u ». il Brolu o io&ism o rJiÍTertftl
deber <jue a lA moral: del espíritu b r o U n ambos, y U
^recútci6n d e su razón es la causa d e sus efeetOL Una vez aceptadla la vnidad substanrial de lo que
£1 debfr il<^a e n el sér, hasta el grado de a convencional m ^ t e llamamos Creación, predso se rw^s
sentimiento y de s u a.preciación. bice convenir e n q u e las diferencias característicaa
S u faita consiste o a el defecto d e practicar cl bí«i entre ^&s cosa.«; y los seres observamos sólo
que se siente y se conoce. son aparentes on cuanto a la substancia que los consti
Quien practica el gr&do d e bien ([ue su senü tuye aunque reales e n nuestra afección, Porque siendo
le inicia y reconoce su razón, se encuentra siemjw a J a forma el producto d e u n m o d o y coila m odo ol
el lleno de su deber y en la j^enitud de U 'electo >áe u n fra<lo de desarrollo, Ja majiera d e ser
Porque lo quo deja d e cumplirse por carenza de Uíia m ism a substancia vai^a en sus individuali
sentimiento y apreciación, no constituye íalta. ^ c e s pe«* la potencia infinita do sus propiedades
Quien practica u n grado menor d e bien que ^ ^ y ,eí graílo q u o do las mismas h A desarrollado, Así
su sentamiento le inicia y reconoce su varón, falu ptos, toda la eubstancia tieno que evolucionar on
a 6u deber lauto c a n o sintiendo y conociendo lo ^ todas las forman m turales y llegar a la m ism a per-
dejó d e practicar. íttoón e n «u infinita existencia: porque siendo toda
Porque lo que deja d e cumplirse a coaci«tói4 1 U snbsífancia ntut, poseo las m ism os propiedades y Üene
voluntad, es lo q u e implica verdadera £¿lta. ^ e realzarse e n las mismas manifestaciones.
Todo sór tiene el debtr d e manifestarse como De aquí brota la endencia, tanto de que todo estado
Taimente és. Y com o superior a c o n w se és, no »bstandal íes tran«tor;o, cuanto de quo la afinidad
manifestarse, su dtb^r moral q ueda extriciamente cu» «ToíuciwüsTOo es e n io que se refiere a la totalidad
p ü d o realizándose de continuo en ei m o d o de * * W JHXigreso. Porque si los m odos fluid icos, y la.«í
que le es característico. termas materiales, y los estados espirituales fueran
Por «so cada n » d o de ser tiene su perfecdón tiw ©írciüo¿ infinitos, o la substancia no pasaría del
luta e n sí, y su perfección relaiira on lo áup«tf pnmero en que estuviera llamada a rAalizarse, o im-
fuera de sí. (Picaría ia trinidad substancial de la creación.
Por eso uji sér quo en sus diferentes grado» « Es decir que, substajwíia que se roalizaja fl'uidica-
progreso natural o e n sus distíntos m odo s de s « b*y» • « t e , sería anfinitajnente íluido, y su infinita exis-
cuínplido en cada u n o el deber moral de sa la emploaria e n manifestarse en todas las con
de sentimiento y de razón, será un sér de p « « * c o n e s lluidicas sin pasar jamás al m o d o condensativo
j.
que produce la íonnA mát«rial : La materia &crla ojste la dualidad nióslancial sintetizada, constituyendo a
materia sin t r a s p a ^ loe limites d e su iialuralua; Dios, uno d e dichos elementos substanciales ee el
y ei espíritu n o liabría atravesado los modoe y U& ibsoluto e inilnitamento perfecto, inalterable en Ba
formas substanciales d e la materia, y el fluido per pirfección e in m u t ó l e e n su m o d o ; y el otro, el
maneciendo desde la eternidad ai íqSqíIo de su sér 4»o!uto o infinitamoQte peiiectible, progresivo e n su
eo. la realidad espiritual, a ú n que pasando por todos perfección y mutable e n su modo.
lúe grados á e desarrollo inherentes a la naturales Sabemos así m ism o quo, la unidad tubslancial abso-
d e su esencia. . lata e iDfinitamcntc pcrfecta, no puede evolucionar ni
Esto demostraría, e n primer término, u n a fatal p«« Bodiücaxse, y tiene que permanecer eterna e infi-
turbación en el orden científico, por cuanto de la fiitameiite ùnica en su absoluta perfección; y q uella
unidad d e Sér b¿ibría surgido la trinidad de ^ubslancú: ^ wtidad tubstancial absoluta e infinitamente p<rfeclibU,
y ni todo tojidria igiual principio ni tendería a idéc* * ttenc que evolucionar y modificarse, q u e p e r m a n e c e
tico iin, formándose el universo d e tres natural«» eU m a e infinitamente múltiple e n su relativa perfec*
distintas con tre$ ieyes diferentes. K n segundo lug^i «6n.
e¿ poder infinito do Dios quedaría anuladlo poi cuaatfi Si«ndo la creación progresiva, su causa inmediata
no realizaba e n la posibilidad d e u n progreso tíeno que ser el elemento imperfecto, unidad fxihs-
tamente perfeclOj, Umiliwdo la perfección de la subsüa* k»cial absoluta « infinitamente perfectible; la qae sus*
eia quo forma parte integrante d e S u Sér. Y p « entibie de modificación puede existir en el evolucio'
último, la justicia distributiva d e Dice quedaría destmids a sn o , en !a diferencia, en la m edida d e relación y su
ai n o haber concedido a toda su obra igual natunl«i» cesión (espacio y tienipo) e n la variedad o c o s a s dis
iguales aptitudes, iguales propiedades e iguales prie* tintas, en 3a particularización o seres diversos.
d p io y fin. Luego la substancia constituUva de lo que llamamos
Así pues, las tros seríes generales en que la subs' creación o Universo (m undos, seres y cosas) ee en-
tancia universal evoluciona, «F.uído, Materia y Espina», cnenlra formada dol elemento progresivo, de la unidad
scíi iimiladas o finitas y solidarias entre sí, coiuti« «bsíancial infinitamente períoctiblc.
tuyendo el infinito progreso de la misma. Luego, la causa subttancial de la creadón es la
Estos breves raionamientos conducen inconteaUNfrJ; unidad éuhtlancial, una substancia naturalmente idéntica
mente a 'Ja adm isión del evolucionismo subslancUl; a si m isma e n todas sus partes, en tod^ su extensión
pero obedeciendo a ciertas consideraciones, hemos át x ^ tod|a su cantidad.
extendem os m ás en este asunto trascendenUlísimo í« ' Ahora bien: de la unidad Aubttaneial com o causSt, sólo
ia m oderna ciencia. A l efecto, intenlaromos m e í o d ^ j- F^edc sui^ir la unidad subeuxncial com o efecto.
u n a ligera exposición Iransformista que e n orden soUd** A igual substancia, iguales propiedades.
rio revele el evoíucionismo substancial, para saüsía<^ j Luego, la substancia d e la creación entera (fluido,
después y com o consecuencias deductivas, a'gunaí le* ¡ ^ i ^ r i a y espíritu) poseo en todas sus partes, e n toda
terrogaciones que sobre el asunto se ofrecen i ^ ^ su extensión, en toda s a canüdad, iguaJes propiedades
refractarios positivistas. Abstanciales.
Sabem os que, si bien en ei Todo, en lo I oübí^^ A iguaJes propiedades, igoalee m a^fe sta ció n «.
¿P o r qué la yubsíancía \ini versai, de la <'T<aàòn, tepancion^s y disgrega do n e » fluídicas, gaseosas,
9© OCR rrwamfie^;tA e n ijivorsidad d e agnipacioBOS, eo Hqoidas y sólidas.
diferente}* Aspectos y t?n variadas mtinifoi>tacioa«1
Atxacción y repulsión / Actividad — Causa d e todas
— Por la uniílad do ley a (pie se encíientra someti
las uniones y desuniones
da que ^ la del desarrollo pr^>^éHvo de stis propie*
cósmioxty de todos los
dad 06.
movimientos, do todas ia««
L a substancia, cosno ta!, siomprc os la m ñ m a ; k
fuerzas, de lodos los cuer-
forma y el ffio<fo son accidonícs dol grado d e la ley en
* poe, d e tollas las funciones
( ^ e &e realiza, los que impresioiiándonos d e disüol«
substandaiee o mateñales
maneras noe induccn a establecer la distincáófl.
(íísicamcmte hablando).
L a s substa^Kias que en químic^ ilojnamctt
porque n a hornos encontrado el reactivo que las defr Atracdón y repulsión | Actividad — C ausa d e todaa
componga, deben ser considerad^is en filosofia «orno las conjandones substancia
subKtajicialmenie cctfnpiiestas, o con^o inodos rolotiroc les y de todas las partícula'
y transitorios de la substancU único que todo lo p. rizaciones d e la esencia,
produce. svóslanci'tles o fU ic a s ^ V ^ cuerpo
L a s substancias compuesta« quo observamos, a ia d e la parte a
mop fiÍosófira.meftte considera rias com o modiíica«i«lÉ r la moUciíla y d e la mcCécula
¿Otales trannlorias, efecto d e la 9inteti:»ción de variu al á!ono.
modificaciones paxráales. Ifküibüülad naturaiy m etafísica^ l)^ À to m o 9Ü cosmos
L a ley fundamonlal d e la substanda, según la cÍM- (porque e s cosmos n o sien-
d a filosófica, es: d o y a apreciaba e por la
sensadón, es inductivo o
Existencia infínita I C c ^ o eterna en Dios o incrocia. filosófico); del cosmos a la
partícula compurs'a, d e esta
Activida<l
a otras d e m ás e n más
SensibiK^lad Propiedades latentes de potencia inago* simples, hasta la p'imtíiea
Instinto tabie. CAtural, germen pOs'tnra', uni
Inteligencia d a d completa naturai mente
simple e indivisiblo; indi
Progreso | Desarroilo infinito d e sus latentes projñedaues.)
vidualidad substancial Inív
L a propiedad activa produce todo orden de fu e n « n it a m ^ t e pequeña e n anü>
físicas y cuerpos. tesis de la individualidad
L a cohesión, l a afinidad, la atracdón, etc., causan substancial infínita: la uni
todo g ^ e r o d e densidades íntimas, f!ufdicas« gaseoMS, dad Infíniteeimai d e la natu
liquidas y sólidas, (agentes naturales y materias). raleza (metafístcamente ha>
D e la repuisLÓQ y la expansión, se derivan toda clase blando).
E s d e d r que, U materia es diridble «tafitrajuiMÉ: f9Unciak$ constituyendo partículas d e todas densidades
ha.sta u a elementa m u y superior a lo que I'anumoe j hasta llegar al cosmos, afectaran formas inmate-
átomo pí(micú: y la m ism a dsticia ¿isica lo recODOW Tiéiet, pero rubstanciaUi en sus m as a s; formas flnidicas
saliéndtKo d e su erni«rismo (Qanot-Divi sib¡ lidad). ^tefectablos sx nuestra sen sa dó n; pero inducidas y
L a s propiedades substanciales corr&spondcn. pnc«, a reales en la razón y la fílosofia.
la parti Cula simple o germen potencial, que es la sul» La repukión (orden activo), separa unos átomos o
tancia individual, completa, natural, intrínseca. »■oléenlas de oíros por desemejanza o antipatía, y
L a airacción (orden aclioo), u n e géiTneneft coa de esta separación expamira que ailoja o rompe
Otros por sesmejanza o afinidad; y de esta unión co«> Ift anión coercitiva, nacen multitud de fuerzas fUiea$
dtiva fiace u n género de partículas compuesta«! U '^tdiridados atómicas o moleculares) que obrando sobre
unión un núm ero d e estas nuevos partículas proda- li maieria c o n t r a r r e ^ su resistenda y producen su
con otras m á s corpusculares, y asi sucos) v a m ^ t « ti aorimieoto,
íorma lo que llamamos cosmos; u n a rm nión 'Ictenm- Pw que la fuerza n o es otra cosa que la actividad de
nada d e cosmos origina ei átomo (conjunción que entn
y a e n el d<9iúnio d e la ciencia física y es ^ (vioop* La tendenda ^ e los ¿tomos del vá^or d e agua a
e n q u e se fundamenta la partícula material). El ori|« Mfttraiso unos de otros cuando ^ ¿üóríco debilita
d e la íorma física es la molécula, reunión d e un núnwn su actividad cosrdüva, es la fuerza que rcm p e la
d e á t e n o s : porque la condensación molecular h ^ caldera de vapor: la ten den da .de estos miamos átomos
q u e ccosíituye ei cuerpo, a separarse unos de otros o expansionarse. Ies impele
Si bien ilamamc» físicamente maieria a lo que ¿iecta a ocupar el vacío r ^ t á v o que alternativamente se es*
nuestros sentidos, no podemos dcsconoccT metatíM^ tablece en las cavidades dcl pistón d e la locomotora.
mente, q u e la substanda constilutiva d e esa miaon Si tratamos d e la gravedad (peso) su ^roducdÓQ
materia puede existir e n modos que no afecten dq^s* debida a q u e la íuetó. centrípeta terrestre atrayendo
tra s e n sa d ó n ; y entonces dejará de ser materia, ^ cuerpo tiende a separar las moléculas de la cade-
y físicamente dicho; pero será tuUtancia, propia y met** fia o cuerda resistente que lo enlaza al punto de
físicamente dicho. N o sólo existe e u d u iÜ T e m 1» ^ o y o ; y la oposición coercitiva d e aquellos produce
que impresioíia nuestros sentidos, sino muchísimo qw la fuerza motora del aparato. Si a la p o t ^ c ia de
n o ¿fecta a nuestra actual sen sa dó n; y siendo todo ^Udicidad nos referimos, igual causa reconoce la fuerza
lo que existe oigo, y » e n d o tubtiancia todo al^ , existe ^educida; pues la separadón molecular que al variar
muchísima substanda q u e pasa desaperdbida para rí<y la dirección del m u elle se verifica, tiende de conti*
sotros. Si las partículas q u e se desprenden del almi> Buo a anular la fuerza coercitiva que mantiene con-
ele n o fueran aromáticas no aiectarían a los nerrioi jo^tadas sus m<4éculas: d e aquí la fuerza que impulsa
«rffatorios y n o nos apercibiríamos de la existeocia la máquina y la pone e n fun dó n.
de esa substanda. Otra faz tieoe la ley d e actividad fubsiancial, ÍAt
A d e m á s; sieiLdo las forma» conjundones substaxtctt' unportartísima q u e origina todos los movimientos as-
les, las unicDOS que se verifiquen entre los ' tronómicos ^ esas grandes masas llamadas astros.
planetas, astoroíOos y cometas» com o también eo sb$ U propiedad aem üM do la sub.^tan’i a , es u n a ex ten*
particular materiales coQsütuyenies, y en tod&s Us Ü B progresiva d e su propiedad activa desarrollada e^i
<Tuo con jn d ^ e n d e n c ia rc ia Ü T a d e lc e cuerpos í o m a a al \lcda fuerza, en to<lo movimiento, e n toda agrupadón
fluido universal o eler; es la graviUteión uniixrtal de»* 7 « toda forma.
cubierip. por Kopler y formulada por Newton.: «d« la 9v¡aihüida4
tieae varíes modos o manifestaciones
moléculas so atraen on reUción dirccta d e nvisa, « f9C0 ahora conviene referirnos exclusivamente a su
inversa dol cuadrado d e su distancia». Por este ordee crien progresivo.
d e actividad lC9 m und o s giran e n el radio do sus r«s- la Mntibilidad fitim, quo es la primera manifesta-
poctivas órbitas y scòre sí m ism os ejercic‘ndo influea* tUn de ceta propiedad substanciai> se despierta eu
d a y acción, un as sobro otros; y las niolécuks o k molécula al propio tiompo q u e realiza su actividad;
farU cuhi «ubsta^dalcs q u e fcn n a n los cuerpos, k« porque aíectándose por la iníluenda d e los- diferentes
gasee y los floidoe, veriiican guales moviniiento* por »odos en que se manifiesta y en las diversas for*
)a influencia activa ^juo mutuamente y de contin » aas en que se o ^ a n i z t , cuando h i apurado y adquirido
ejercen. todo el desarroDo activo» h a sido y a modificada por
Pero s( bien las acciones y a manifestadas de U la «cdón del calórico, de la luz, de la electriádad>
substancia constituyen ei fundamfnto de su reali»-J és la presón, de ^ a hum ed td , etc.
d ó n e n la ley «ritta £omian<lo u n a inm ensa grAd** j. Cuando en su actividad formó la¿ organisadonee
d ó n e n el desarrollo d e dicha propiedad, t/^davia m \ vegetales y animales, se aiectó iisi<¿ógicojnente por
exüende su fu n d ó n a otrss manií estaciones sapciiop«^!^ lu fundones de la vida en su mu!ti{^cidad de he-
que complementan su propiedad a^^ttc y la disponen « cboE y en la a c d ó n de toda.s las influenciad exteriores
•a iniciación d e su segunda propiedad Estai jerrainando» ailimentándose, creciendo, respirando, re
manifesíaciones s e denom inan «fuerza d e forma o ac* mirándose, reprodudéndose, enfermando, muriend<^, me-
tividad ordenadora». Por este nuevo género d e aetiñúé, foseándose, eic, D e manara que, en el circulo
la molécula material y la partícula substancial « ^ la materia adquirió la sulisvm^'ia, el inoío fundaníeu-
cffganisan típicamente y producen todas las l«»rDat de la segunda propiedad q u e e n g e n n en poseía;
conocidas e ignoradas» dando origen en el o r d ^ íísice «tendió su aetividcd ai primer grado d e sensibilidad
a laa agrupadones geométricas en cristalizacioces nú* es Ja física y fisiol^ica para venir a
o er^es y ^ toda^ las fcrmas maitrialeí qvíe osteiU on nuevo modo d e afectarse y sentir.
la vegetadón y la animalidad. Ctundo el gem rn potencial o la partícula substandaJ
E s decir que, la fv^rza d*i forma o sea la | «Biple, primitiva, indivisible, h a desarrollado toda la
ordenatrú do la substancia, Ja impulsa a organi»aná : pr^edad activa do que naturalmente os suscepüblc,
bajo todos lo« tipos universales que existeo, o o m ^ i ^Bando h a obrado de todos modos y e n todas formas
tando d e esta m an era él desarrollo d e su propied«á'> *abstanciaJcs, y a posee la eptítud q u e le es propia;
activa, y despertando su latente aptitud sensible par» | 7 áe seguir reaUzándoBe en idénticas fundones no
proseguir ea ella su progreso y acercai'ae a su üo. amentaría en n ada su desanc^lo activo estacionándose
tt sfi manera d e ser. Por ello» pora continuar su
perfecdonamiento obedeciendo & la ley áel p n ^ m o
universal, tiene que emprender un nuevo o r d « d»
evolucionajniento. U n a vez q u e dicho g o m m poleüdil
96 h a realizado on todo género de conju[tci<Mi9t^ sq
unión fisica, con sus semejantes no puede proporciooadn Va tenemos al germen potencial activo, indivíduali-
n ada nuevo, ningún dosarrollo propleUÜvo; y y<t » udo por u n a mata fluidica relativa a su potencia
tivo por sí m ism o y no por influencia aiguna extrali, irainadora, ejerciendo su acción sobre ella para reali
90 le hace falazmente neccsarú la emancipaci te pan zarse en su actividad desarroUada: de motor que fué
realzar su actividad propia de otra m anera que afecUo* b& pasado a ser agente; este os u n gran paso en ia
dote m á s directa o intensamente le eleve ea la e$ob de modificación, porquje determina u n a aptitud
d e su progresiva perfección, Entonces, sin tcüde«ia 'Bdicalírvnte distinta en el ev<¿ucionismo ínconsci en
coercili^-a, ccmstituído e n individualidad y siendo tjw te. Este germen potencial es todavía ciego, pero vá
potencia activa propia, su primera necesidad naiaral I sentir toda la ley do vida física; y a ser impresici'
es )a posesi(^ d e u n elemento e n q u e accionu nado por toda^ las operaciones de la existencia fisio
hacer positiva su actividad física o automática; por lógica; ha pasado del automatismo aiitolulo en ol reino
q u e uQa fuerza que no obrase ni se manifestaife, miDeraJ, y ent2^ e n el aut(»natÍi^mo relativo del reino
no se realizaría, siendo anulada. Y este elemeoto^ vegetal cuyas sensaciones vitales han d e iríe des
para que pueda recibir su acción, tiene que reU pertando otra d e sus latentes propiedades substancia-
tivamcnte inerte, relativamente resistente; pwqas á lee. L a necesidad natural y a le conduce a ejercer
fuera tan activo o poderoso coino él, n o tendría é » su actividad sobre él fluido d e q u e se encuentra reves
to la función y se anularía su actividad. Así po«, tido, ic^rimiéndc^e u n a determinada forma, la más
tiesie que rodearse d e xina substancia formada de únpie, y transitoria d e su anterior estado al nuevo
principio» potendole* que se encuentren desarroílajido w que le caracteriza; forma específica q u e v a m odi
propia actividad; pero que esa función la veriíiqoM ficando cuando apuradas todas sus inflnencias en la vida
e n sus primeros grados, o en grado tal que no le ?egetal por que trascurre, pasa de u n a especie a otra
impida obrar sobre ella y q u e oí propio tiempo \$ y se m odi6ca g r a d u a lm ^ te e n su aptitud sensible.
refleje su propia a c c i ^ ; d e un flùido relativajeefit» La sensibilidad fisico^fitiológiea, si así puede llamar
densos a ser por él influido y a proporcionarie la A fe c se, dcl germen potencial, v a adquiriendo de m á s en
ción d « la s substancias con que, para pros^uir ^ siis finura, pasando por toda la evolución animante
arrollo d e sus propiedades, tenga que relacionarse: de Bft reaiiza e n el reino vegetal desdo los musgos
«áemento d e acción y reflexión propias y extenutfj o fucos más rudimentarios hasta las m ás sensibles mi*
de u n intermediario en que p ueda inüuír con a mosas; y d e esta m anera se despierta en él la aptitud
actividad y ser influido per actividadeé extracUS a U de otro ordon d e sensación m enos físico, m enos auto-
suya. wático xfue ie prepara para uu e v a faz sensible, Re*
Y esto debe verificarse naturalmente, por U ley ^ W e en formas y e n sintetizaciones animantes toda la
afinidad. •caJa natural d e los zoófitos, y entra en e) reino animal
P<* sus seres m ás rudimentarios, sintiendo cada vez
M siente aiinitivo y con tendencias naturales a otras
con m ayor intonsiilad y concrete« !os ofcct« lie k
Uxmas y a otros oi^anismos q u e ha n de constituir sus
vida, c n sus neceùdadcs.
cuevas existencias en ia materia organizada.
L a propiedad istintiva em|>ozada a iniclarsé ta la
Ei intlinio q ud n o es otra cosa que u q progreso en
górmones potenciales durante su trànsito por ei rei»
ia M & a c i ó n conícitnte, tuvo sn princi|HO e n la sensibi
vegeta’ y la escala zooüiarín, al .s ^ l i r las uocesidsd«
d e la viiia fisica y la irresistible tendencia a su tmH- lidad fíáol^íca.; pero si bien e n ella (que cuenta
tunbiéu u n progreso respecto de ia puramente fíñec
2aci6 n, ^ determina y desarrolla e n el reino animal
Tanto en ios vegetales conio e n lod zoófiU^, ios gé^ paeeio que la fisiológica es hasta cierto punto modifí-
cable) se manifestaba automática eri el vegetal y en
nwnos potenciaics ha n exisÜdo y obrado inilepend^
4 zoófito buscando ciegamente y por impulso na
tes unoá lie otros, pero asodaáos y en cierta relaciót
turai la luz, el aire, el calcc, la h um edad, etc,, todas
m utua cuantos se encontraban sintetizados en cdda
zación: ^ decir que, u n áj'bol y u n pólipo M las CMdicionc6 apropiadas a su existencia, el gormen
h a n sido aniniT.do» por u n sólo germen o esi^rito. sise poteiicial inilepcndiente o sea el espiritu y a poseedor
que, siendo un árbol el conjunto d e v'arios o r g u » de un cataclismo completo e n lo q u e llamamos reino
anima!, desde sus primeras maaifestacionos, »Unte con
tno5 semejantes entre sí (cada u n a d e sus rMÜtas «
•tffvna cimeienciü ios impresiones propias y el efecto de
u n organismo compiete y relativo), y el pólipo igu¿-
monte u n a m asa cuyas libras cajH lares represeotat las exteriores, y huica las condiciones necesarias a la
reftlización de su vida y los elementos q u e deben faci
MX todas sus secdones u n a organización igual (por cuja
litársela lo m ás agradablemMite posible.
causa se reproducen fisiparaíuente o por divisici
las primeras fases de la animalidad» pue<le decirse
en ei árb<4 y e n ei pólipo ha n vivido sintí'tizad« I
ÇIIO las Dccesidndes orgánicas predominan y dirigen
tantos gérmenes potenciaies cuantos organismos « »
ios actos del sér; pero el espíritu yu obra crm un
pletos y relativos estaban asociailos al oi^anismo ce»
p*ioci¡ño d e independencia que dotennina el rudimento
pleto y aisoluío que lo® íormal)a. Pero un.i vez irai*
pasada eea línea, que cumplo otro imiwrtantisiw ^ ds acción pr<ïpia, o sea de voluntad. Así, se indinan
niás o m onod a ciertos sitios, eligen ciertas viviendas,
progreso, la independencia de los gérmenes se b«e ;
con^^cta y y a imperan por sí solos cada roal « • . prefieren ciertos alimentos» se aficionan a determinadas
hembras, hu$can, on fin, lo que entre lo que les rodea y
u n a oí^aniíoción perfecta, extendiéndose así su do-
miiuo substancial y poniéndose on aptitud do nuyoí# necesitan les es m ás agra^lable.
Y esta determinación do la conciencia do lo^ itn<
y m á s intensas percopcicmes.
C a da germ en potencial o espíritu, circunscrito p « ^ pnaiùnçs, esta fuerza de elección o manifestación de
fluido que representa su motor y os su intermedi»^ gustos que se vá desarrollando gradualmente con cl
para con la materia, habiendo afectado todas las ^ tjorríelo de la in^)ulsión orgánica, e iniciándose cada
fT^as ñiher''ntes al y a los zoófilos en; la inmeníi Tez con m ayor potencia en lo» «iiferentes organismos
í w el germon potencial recorre en la animalidad,
escala por que h a atravesado» y no tfiniendo ya obj«tt
erganisínos de m á s en m á s complicados y perfectos,
para s u desarrollo la continuación d e influencsa sob?»
ios oi^ani^mos e n q u e obró, habiendo ade:niis odcftii« aptitudes siempre superiores d e afección y de
relativos al progreso sensible y manifestativo
rido o deaefivuelto facultades do m á s perfecta s en sió ^
realizado por M espfntu, hast& que apurada U esc&li( ftieoUçicas desde que salido de 2a iosconscienda obra
de i& vida que la i ^ m & l i d a d ofrezca, se llegue a des* por iaieligoncia y voluntad.
portar la idea d e »e existe, primera luz que de> Ese mismo gem en contribuye a la formación de la
termina el paso del a la inteligencia, mteria y res SU p ñ n d p io ; pero cuando h a pasado del
K1 b i ^ podemos d e d r no es otra cosa qoe tisino absoluto y se h a cmstituído en sér inde>
u n a inteligencia rudimentaria e imperfecta que se n peadiente, es, propiamente, espíritu.
afinando con la aíinadón d e Ja sensibilidad y coa 1& Ese m ism o germen, se substrae de Jas leyes d e la
e>:perienda de la acción. Por eso la inteligencia ee ■atería a q u e so encontró subordinado durante su
)a porfccdón del iostinto. [^CODsdcQcia, por el desarrollo adquirido d e su pro*
E n c ie n o i animales^ a quienes solo llamamos scree piedad substancial, d e conciencia.
instintivos, observamos y a facultades psicológicas ea La eubetancia (no la materia) n o adquiere propieda>
acción (memoria, entendimiento y voluntad) más a ¿«s de que carecía, sino desarrolla laa q u e poseía
m enos constantes y poderosas; pero com o U «m* kteotes; y deja d e ser materia, o m ás propiamente,
ciencia de e ^ H r e s ¿ determinada por el principio de de Gonetituirla, desdo el instante e n que habiendo des*
inteii^cncia y esta manifestación la ha n observado loe irroUado su actividad fisícaj dejan d e asociarse sus
naturalistas V^.esde cl hcm bre selvático o talvajt, U génnenes para formar conjuntos, y cada u n o so inde>
sintetización del germen potencial en la raza Luizmai podenda de los demás.
primitiva o rudimentaria, representa u n paso impo^ Toda la substancia universal posee las mismas pro
tantísimo en la existencia infinita del espíritu; pa» piedades latentes, y las desarrolla e n el progreso ac*
del que h a d e depender su ulterior e infinito p ro g w ) tiro. Cuando a u n no se ha n despertado en eUa Las
ifecorríendo todos los organismos d e la escala natanl iunltades d e sensibilidad e inteligencia, progresa en
que condur.ca al desarrollo de la idea por la sensación» viioidad q u e os la base de sus facultades todas.
del conocimiento por Ja idea, d e la razón por el conocí' De ser substancial mente distintos el espíritu y la
miento y de la bondad por ía ra^ón, SüAteria, resultarían destruidos los atributos de Dios,
Tai es, aunque trazado a gigantescos rangos, el pro J h ley contradictona. Porque si la substancia mûr
greso del germen potencial, d e la substancia <pu tenal no pudiera traspasar los limites d e la materia'
constituye el universo, la creación, el efecto. ^idad, se contendría en Dios u n elemento substan*
Ahora, ret^n d c r c m o s a las interi'C^adones que al oal infinitamente imperfecto; Dice no sería iníinitameAte
principio do este capítulo indicamos. ¡ poderoso al no haber podido prodigarle a toda S u
Eí permen potencial, no es materia porque no afecU. ■bstanda la infinita perfecdón substancial; y el pro
a los sentidos (quo es a lo quo físicamente se deno p i o universal reconoce forzosamente u n línúte en
m ina materia); puro es subtiancia porque es algo^ y tod® k substancia material d e la creación.
lo q u e es, es substancial. La matcna n o adquiere propiedades químicas; las
E se m ism o germen, que es principio * ?f^edados pertenoccn exclusivamente al átomo. <A
indivisible d e )a substancia, está sujeto a leyes aayor cantidad, mayor efecto* de propiedades; pero
e n el fteríodo d e su existencia automáüca, y a Icjee iHQca lluevas propiedades. De la m ism a m anera que
SI Stp*ri»i*m tt U — 15
átomo representa la vAiiaá tubiíancUtl en la ciencia
objetiva, el pfrmen pot<ncúil es la natural unidad í»*é<' *
tancial e n ia ciencia subjetiva a ^ i e n correspondía
todas las propiedades físicas y psicológicas, de po Hay quienes aceptando ias espedes equívocas del
tencia inagotable o infinita, si bien contenida gt*nnÍMl Tegotai si animaÜ y al hom bre, no encuentran espede
y latentemente (lo constituye la perfeccióa infinita les demuestre q u e el n^neral viene hacienda su
natural d e la substancia) y con la necesidad de de»- ^.sreiudonismo; es decir que, no comprenden cóm o el
arroilarlfls gradualmente e n s u infinita existencia. nneial se vegetalisa; y esto obedece seguramente
Verdad es, c w n o algunos dicen e n oposición, que ^ t que n o 90 h a n fijado oí en la tendencia ordenatriz
fósforo y el hidrógeno, por ejemplo, son siempre lo dei minerai e n las cristalizaciones, ni ha n reparado
m ism o y no les veiraos traaformarse; pero es porqoe «ti el coral y dertos géneros de ia¡/a$, ni tienen en
siempre se producen e n la naturaleza dicbas sab®* curata que 3os vegetales todos no son otra cosa que
tan d a s ; m as el fósforo y el hidrógeno <que existieíOft ordenadoncs minerales, combinaciones d e metaloides
hac« mi^ siglos mejor, la substancia que los formabi, y mótales; axígemo, hidrógeno, carbono, nitrógeno, fós*
tal vez a o scrin hoy ni fósforo ni hidrógeno: su» foro, yodo, doro» azufre, potasa, sosa, hierro, a)u*
(químicamente hablando) o sus gérmenes potendal#®^ timo, etc., etc., forman el oi^anism o vegetal, pro-
(filosóficamente dicho) habrán desarrollado otros gra buido esto evidentemente quo el mineral so vegetaliza.
dos de actividad quo los habrá conducido a formar otra* Considerando superñdalmente U s diferenciáis en for-
combinaciones materiales superiores en la escala del ¡019, la couiposidón y íisiolc^ía g^ieral de los seres,
progreso. E n cambio, el í(¿foro y el hidrógeno Parece que existe igualmonte u n nùmero infinito de
tuales se habrán formado d e átomos o gérmenes a cuyo «Cementos materiales, o tantos principios generadores
grado d s actividad dosarroliada • correspondan ya U cano «speciea d e cuerpos; pero penetrando en su
manifestación de esas materias. f^do, cuando se procede al análisis, se ve reducirse a
E s m i s : según el prindpio de dicha afirmación, » iwjy pequeño número los elementos generadores, los
desprende que, si el hidrógeno, el fósforo y todas <fao con sus distintas fórmulas y diferentes modos
las materia* son, ha n sido y serán lo miso»; ^ combinadón producen esa asombrosa variedad de
si no »existen en eQas trasformación d e modo ni fotmas, naturalezas y fenómenos. El oxigeno, por ejem-
evoiudíMÜsmo d e forma, el átomo o germen que 1^ Mo, combinado con los metales y metalóldes, pto-
constituya permanece igual desde que es (desde U ^ c e la numerosa clase d e óxidos, los áddoe, y las sales
eternidad) y será la que es mientras exista (infioita^ ?ue forman la corteza sólida de la Tierra; coa el hidró-
mente) haiáendo e n el universo tantas clases de sub#* |wo, produce el cuerpo que ocupa m ás d e las tros
tandas ^onvo cuerpos simples hay, y quedando an^ «artas partes d e ia superfide de! g)o4>o, que es el
lada e n ab sd u tb ia ley del progreso universal. H a W añadiondo a estos dos prindpios algunas por*
I^uralidad do substandas s u b i d a de la unidad svb*- d e carbono, resulta esa multitud de vegetales
tancial, pluralidad do compuestos naturales e intrinsecí« Jie «nielleoen la corteza terrestre; y modificánao»e
n ad d o e de la timpiíciáad tubtí^ndal, lo que es coBta* h combinación d e estos tres elementos coa la adicción
dictoxio y absurdo. ^ derlas cantidades d e uitrógencs resalta la c o t o ^
sición general e intìraa del reino animal cuyo térmiao de esencia y propiedades», y observando empírici-
reconocido e s el hombre. n u t c «la diversidad d e formas, caracteres y objetos»
Todo» pues, sui^e dcl elemento m ínenü, que faé de los diferentes seres que en ú m u n d o se producen.
eJ primero quo se manifestó en la. formación de k ¿Qué importa, pnes, para la aceptación de u n prind
Tierra, según nos enseña la geología.. El mineral eí pio universal desconocer las leyes quo presiden la
la primera manifestación material de la substand* dKtícularización d e los fenómenos, si la razón y la
e n loe m undos formados; después ac moüifica la partt 4flípferiencia lo confírman? L a ley de La variabili*
y a suscep libio y se vegetal iza, pasando a u n a seducid* dad de las espedos» la de trasmisión reproductiva,
fa z ; y el vegetal, procedente del mineral, sufre no«Ti k de apropiadón d e nuevas aptitudes y condidones
modificación constituyendo al animal. Esto, ea 1« ^ u e n t r a n proclamadas e n los hechos m ismos;
órdenes físico y fisiológico, Después... filosóficaa» la de kniáad substandal queda plenamente justificada
te considerado, el ffermen poiencia¡, partícula naturil* Ol la razón del Principio d e los principios, en la n o d ó n
mente primitiva e indivisible, Cfue h a trascurrido j¡cf ponble que el hombre se h a formado d e Dios. Sí
todas las actividades y sensibilidades físicas y fisw* los detalles demostrativos de la dencia hubieran de
lógicas universales, por todos los ntodot y forma» colec cmcutrir e n absoluto a las certificaciones de todos los
tivos <jue la U y de evoludonismo substancial pre#* bechog, y hubieran de conocerse así m ism o todos
(iñbe, 86 realiza e n e! O í d e n psicOLÓgico, indepeodiAi» ks aiticulos d e l código de la r^tura2eza para la pro*
doae, para pasar por todos los m odos in(^vidu*iíV ; dam adón d e u n prindpio^ no habría hechos ni prin*
e n todas las formas d e que constituy<i parte y le seaa apios positivos para e! hom bre; j*orque, ¿qué prin*
beneficiosos al desarrollo d e nuevas propiedades pai* d]úo ni qué hecho so conocen on todas sus drcuns>
cumplir eu progreso. tancias y detalles, ni se demuestran pc^ toda su
L a teoria darwinisia se refiere exclusivamente a 1* »2ón?— Jíingunce. Para la concepdón de las cosas
ciencia d e la observación, y jpuede decirse que » 7 de ideas basta, la concurrencia de la experie n d a
fundam enta e n la fuerza de forma substancial qw «c a b le y la razón. Q u e se desconozca la ley d e va-
produco la variabilidad complicada y progresiva « rkbilídad, no e s u n a razón para negarla, como que
u n evolucionismo lentísimo quo trasforma siempre li » i g n o r e la de influendas fisiológicas no d a derecho
anterior e ^ c i e e n otra sucesiva sirviéndoles de nei« a rechazarla. L a desviadón d e u n tipo» por ejemplo,
intermediario seres e<ruívocos con caracteres corwi- «a lo que denom inam os montiruogidadti debe induda-
pondientes a los términos <rue correlacionan- El ^ bi«nentp n^edecer a causas naturales, a un articolo
der de las tendencias naturales, causa d e las desria*| de la ley de producción o d e reproducción y sin embar
d o n e s orgánicas, sus perpetuidades o decadencias trsfr j co de ignorarse é:te, se admite aquella sin dudar.
sitorias debidas a condiciones climatológicas, de av ¡ Loft naturalistas a u n n o ha n podido determinar la
mentación, d e zonas y terrenos, hábitos y cambrtii pacaci ón mineral, vegetal ni animal en su verda
fiaioiógicce, correspondo determinarlos a los natu^^' dera escala progresiva, ni m enos a u n las especies
listas; pero la filosofía, partiendo de la síntess de de iotermediación entre estos reinos; pero serta poco
la substancia y d e la ley, acepta y trata en »osato tomar este atraso dentífico por pretexto para
Derai el evolucionismo tomando por base «la unidad ®egar U ley d e solidaridad universal,
»forma de la hum anidad terrestre, es l a resultante
El cTOiuciomsmo tiasforoiisU tuvo sas iniciador«'
>de ia animalidad.»
en ia antigdcdad, 7 m uchos naturalistas notables \t
ha n aceptado h o y y la propagan con ontusinanaj
<La genealogía hum ana, evidenciada ya por todos
El celebérrimo astrónomo y filósofo Camilo FJaznnu»'
Mfttos hcchos (los q u e suminisira la etnbriología y
rióD, e n $u o¿ira titulada ^Lat Tierrat dtl cUh*, (tt*
pítulo lV^-4Lr><i vida d Infinito») se expresa de esta^
9^ paleontología) se revela también e n los últinv>s
¿itertimcnios q u e de ella quedan a ú n : ios órganos atrofia-
m an a ra :
idci, que p aja aiada sirven y a y quv a u n existen en
«Pero )a ciencia contomporánea n o « demneetia (il
wewtros com o loe músculos dtí pabellón de la oreja,
»contrario d e la idea geneslaco^mosaica d e la unidad
»el pliegue semi lunar del ojo, eil rudimento de cola
xbum aaa descendiente d e A d á n y E v a ) que todas lu
»de las últimas vértebras, etc., son otros tantos vesti-
»eepocics vivientes tanto animales conio vegetales, tM>
>gÍQs d e nuestra antigua descendencia. Preciso es ser
»non entre sí evidentes relaciones d e parente$co> y
»ytíunlariamente ciego pora no reconocer la trascen*
»(júQ las fases sucesivas d e la histcda natural n
»dencia de toáos estos hechos.— Así que, nuestra íor*
»enJazan com o anil'os de u n a m ism a cadena, có w
Hna hum a na proviene de la animalidad terrestre: el
»el desarrollo de u n m ismo plan, com o U s ramas it
jj »tipo hum ano do nuestra raza blanca se h a formrdo
»un m ism o árbol. L a anatomía del cuerpo hum aao «
^ »lentamente por el desarrollo de los órganos que I )
»la m i?m a que la de los ajiimales cuya forma n
»a'eja m ^ao s de U nuestra, y la osteolc^ía coa» »caracterizan.»
»la «mbrícilogía eelán acordes con la paloontoi
»para demosti«j q u e si nosotros tenemos nui^stro 0
»queleto> nuestro sistema nervioso, nuestra forma, nno*
El cffgullo hum ano, cegando la razón del hombre,
»tja cabeza, nuestro corazón, nuestros p u ln m e e ,
. le h a i n d u d d o a rechazar ese evolucionismo que le
»etc., es penque los animales que nos ha n precedida
fuerza a reccsiocerse substancial mente igual a cuanto
»en ia escala de la creación tenían los m i ^ o e é t
»m «itos, y d e escalón en escalón nos reraontamo»; ) le rodea, y a mirar su p isada historia e n todas las
’ formas y modos substanda les que contempla. Verdad
»hasta los oi^anismos mós rudimentarios, d e loe cuales
€8 que la mayoría de los hombres viven d e preo-
»ha procedido la vida terrestre toda entei*a por via 4*
cupacicnes snás que d e dencia, d e materia m ás que
»desarrollo. Si por u n a u otia razón no hubiera «W í*
áe espíritu; d e error m á s que d e verdad. Decirle a
»tado a formara© el nervio óptico en cierta esp e«
un hombre que su alm a animó la forma orgànica salvaje
»animal millones de años h a ya, no hahria sido crea*
cisando saliendo d e la faz exclusiva del instinto des
»do todo completo el hombre, y seríamos todós ri^os.
pertó a la conciencia, es u q grotesco absurdo: mani
»Si por otra causa cualqxuera las especies hubierta
festarle que h a vitalizado todo, forma orgámica^ani«
»sido sextúpedas, e n vez de ser cuadrúpedas, t¿A'
y vegetal durante el desarrollo d e su sensibilidad
»dríamos cuatro brasos e n v « d e dos. Si la respiradé»
e instinto, es u n a terrible ofensa; participarle que ese
»no hubiera podido hacerse sino por m edio de pulmontf
germen potencial, que esa partícula substancial y sim-
»diez veces m ás desarroilados que los nuestros, noes*
ple^ infinitamente pequeüa que encierra ¿oda la fuerza
»tro pecho sería diez veces m ás voluminoso, etc. Li
d e STIS concepdones» d e sus senümientos y volunUdM,
u n a injuria inconcebible, digna del terrible ca&tigo'
ffue en el universo eusten, b a pasado por toda» las
ccfi<]ensacton(», b a constituido todas las fuerzas, etc.,
es u n a snjuha inc<»cebible digna del terrible castigo
del desprecio.
(Desdichada hum anidad que en su insensato desvarío,
e n s u desm edido orgullo se cree substancíalmente su
perior a la divina substancia, y prefiere el premio
imnerecido d e l a inteligencia a la satistacción, a la
felicidad de s ab er q u e toda su grandeza la debe, dee*
puós de Dios, d e quien proceden 3u sér y propiedade«,
a sus esfuerzos, a su trabajo propio, a su gloriou ■ INDICE
conquista!
Pero com o la verdad no es el capricho, y a costa ' DE L A S M A T E R I A S C O N T E N ID A S EN ESTE L IB R O
C
del capricbo se realiza la verdad, el botnbre, con-
fonne vaya progresando en dencia y e n razón, irá
despojándose del orgullo que a u n le caracteriza,
coDodendo su infinita pequeñez y bendiciendo su di* Páge.
vino attolengo así com o el don m ás predoso que el
Sér en cuyo seno existe le concediera: la facultad Bwve juicio crítico, sobre esta obra . . . . 5
d e manifestarse en todo orden d e perfecdón, y de ad* Algunos antecedentes del 'Espiritismo . . . . 9
quirir por eJ conocimiento propio todo grado de supe-
Método dentlfico de i n v e s t i g a d ó n ..................... 15
rioridad y d e grandeza.
L'n pequeño p r e á m b u l o ............................... ..... , 21
rvü
P R IM E R A PAJtTE
Págs.
RI 7o iorestigindose & si nusm o, on eu^ per- Algunas consid<aaC40Des sobre La l^itim idad de
cs«pcionc© in m e d ia t a s .............................................. 2S la r a z ó n .................................................................... U
lDT€6tìga<ùonod d«l To scòro U Q&turaleza mA-
lerial............................................................................ 38
Conodnàento del Espíritu, d e la existencia de
sores semejantes a é l ......................................... 35
InTCst^adón propia del To, par* reccwoc«« SEGUNDA PARTE
com o e s p í r it u .......................................................... ^
IriTostigadón propia del EspiiiUi para recooch
oer su tnulabiliclad en su permanencia . . . 36 : S íntesis ............................................................................ 61
El Espíritu, reconociéndose fundamento propio Lo Infinito.................................................................... 62
d e KU5 m o d a lid a d e s ............................................... 38 J i o s ................................................................................ 70
El Espiritu, reconociéndose potencia, fuerza y Unidad substacdaJ d m n a .......................................... 72
aictividad d e í?u s modalidades temporale» . . 3& Dualidad substancial d i v i n a .................................... 85
El Espíritu, reconociéndose permanente en dé Creación..................................................... ..... 91
bito de de lermi n a c i ó n ......................................... ^ E s e n c ia ........................................................................... 94
El Espíritu, reconociendo su bien com o pro la parle e n el T o ' ^ o .............................................. 95
ducto propio, en s u actividad d e realización. ^ < Perfecci^ y Perieccic*am iento............................... 08
Anáiiais d e la solidaridad entre las facultades Causa de la variedad de manifestaciones, en la
del e ^ r i t u .......................................................... • unidad esencial d e la C r e a c i ó n .......................... 101
Reííumen do kn conocimientos ad<iuiridos por Ley n a t u r a l ................................................................ 103
d espirita, en su anaJisis p r e c i o ..................... ^ Caittplimiento de la ley universal . , , . . 105
Resu m en 'de las ideas despertadas por é3 es líaturaleza d e la F u e r z a ..........................................108
píritu en sus investigaciones inmediatas . , ^ Codificación progrcáva de la esencia ^iver*
Considcrawones psicológicas. — Definición de sal «n ^ oun4 >limiento de la ley d e actividad. 110
las facultades espíritu.................................... Finitudes seriarias del progreso germinal en ¡a
P e n s a r ............................................................................. ^ uifinitud d e series p r o g r e a v a s .......................... 118
S e n t i r .............................................................................. ^ de los conocimientos adquiridos por ei
Q u e r e r ............................................................................ ^ espíritu en su estudio sintético.......................... 114
Págs^
fínitamente absoluto. Inteligencia, Bien y Po espíritu, para constituir el sér animal y el sér
der infinitos, d e donde se desprenden todos humano, p<ir medio do u n lazo fluídico plástico
ios atributos d e Belleza, Am or, Misericordia, a que se denomina peri-e¡píritu» meta upirilu, o
Justicia, Om nipotenda, etc.— ReaJidad esencial cuerpo aéreo o ce lestia l.....................................137
sin principio xá fin, sin tiempo m espacio, y XI.— Preexistencia del espíritu............................... 148
causa única de toda realidad esencia], y de XII.— Encarnación de los espíritus en oirganis*
toda ley d e la e s e n c i a ......................................... 120 m os adecuados al m o do d e ser q;ue los caxac*
III.— Eternidad d e nxanifestación d e la esencia dio del fenóm eno denominado muerte . . . . 152
V I.'—Síntesis d e las dos unidades esencicUts mencio* XVI.— Reencarnación dei espíritu en m undos y
nadas, consátuyendo el Todo, lo Infinito, Dio». 126 o^^anismos adecuados al ruedo de «er que le
Hfft.
caracteríce, para coatí ntiar la realización de VIII,— R e ^ n s a b i l id a d del espíritu ante su pro
su p ro g r^ o iufinito desaxroQando sus pj'opie* pia condencia.— S u redennón por su traba*
dadc£ 7 sus facultades......................................... 156 jo.— S u «x|áaci6 n, su reparación y su purifi
XV'II.— Soiidaiidad un iversal.....................................IW cación 18 8
X V n i .— Comunicación del ospirítu dosencaroado IX.— Causa de no darse ei Y 9 cuenta de quo
COQ el e n c a m a d Q ....................................................167 existe en cl primer periodo d e su vida.— Cau
sa del olvido d e las existendas anteriores.—
Turbación de! espíritu después d e la muerte . 199
X.— Moral y d e b e r ....................................................208
XI,— Evolucionismo universal....................................2 1 1
CUARTA PARTE
CCÍJSIDERACIONES O E N E R A U S ..........................................171
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