Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1.Introducción
Después de la muerte del presidente Juan Domingo Perón el 1 de Julio de 1974 asumiría
el poder la vicepresidenta, su esposa, Isabel Martinez de Perón. A partir de entonces, la
gran convulsión social vivida en aquellos tiempos se cristalizaría con el aumento de la
escalada de violencia entre las alas más radicalizadas del peronismo: derecha peronista
(Triple A) e izquierda peronista (Montoneros). A ello se le suman otros factores de gran
movilización social. Uno de ellos sería la fuerte reacción de rechazo al plan de ajuste
del ministro de economía Celestino Rodrigo, en lo que sería denominado como el
‘‘Rodrigazo’’. A su vez la inflación alcanzada, de más de tres dígitos, la crisis
económica, el aumento de la pobreza o la inseguridad marcarían el pretexto inicial para
el golpe de estado del 24 de marzo de 1976.
La situación del país era descrita por el Teniente General Jorge Rafael Videla de la
siguiente manera:
«El país transita por una de las etapas más difíciles de su historia. Colocado al borde de la disgregación,
la intervención de las Fuerzas Armadas ha constituido la única alternativa posible, frente al deterioro
provocado por el desgobierno, la corrupción y la complacencia. [...] El uso indiscriminado de la violencia
de uno y otro signo, sumió a los habitantes de la Nación en una atmósfera de inseguridad y de temor
agobiante. Finalmente, la falta de capacidad de las instituciones [...] condujo a una total parálisis del
Estado, frente a un vacío de poder incapaz de dinamizarlo. Profundamente respetuosas de los poderes
constitucionales [...] las Fuerzas Armadas hicieron llegar, en repetidas oportunidades, serenas
advertencias sobre los peligros que importaban tanto las omisiones como las medidas sin sentido. Su voz
no fue escuchada. Ninguna medida de fondo se adoptó en consecuencia. Ante esta drástica situación, las
Fuerzas Armadas asumieron el gobierno de la Nación. Solo el Estado, para el que no aceptamos el papel
de mero espectador del proceso, habrá de monopolizar el uso de la fuerza y consecuentemente sólo sus
instituciones cumplirán las funciones vinculadas a la seguridad interna. Utilizaremos esa fuerza cuantas
veces haga falta para asegurar la plena vigencia de la paz social. Con ese objetivo combatiremos, sin
tregua, a la delincuencia subversiva en cualquiera de sus manifestaciones, hasta su total aniquilamiento».
Fragmento del discurso de Jorge Rafael Videla al asumir la presidencia, el 30 de marzo de 1976. Diario
La Nación, 31 de marzo de 1976.
El ideal dentro del contexto de la Guerra Fría era alinear a la Argentina dentro del
mundo Occidental y cristiano comandado por los Estados Unidos de América. Para ello
era pertinente disciplinar a la sociedad dentro de dichos parámetros, y alejarlos de
cualquier tipo de experiencia cercana al socialismo. Uno de los grandes objetivos a
seguir por el nuevo gobierno era el de eliminar a cualquier costo “la subversión”. Las
Fuerzas Armadas ya en el poder, efectuaron un plan de despolitización para asegurar el
cumplimiento de sus órdenes en una primera instancia, y en una segunda instancia
liberarlas de las fuertes organizaciones sociales, de “corte subversivo” y contrarios a los
intereses del gobierno. ‘‘El carácter refundacional del proyecto de las FF.AA. no se
limitó a la neutralización y/o aniquilación de los elementos “subversivos” sino que sus
propósitos y objetivos fundamentales se relacionaron con la producción de una nueva
trama social’’ (Monasterolo, 2020, p. 48).
Con el fin de alcanzar dichos objetivos armaron una amplia red de represión
clandestina. En la misma se implementaron diferentes estrategias (desde la censura
hasta el exterminio físico del ‘‘Desaparecido’’) para acabar con “la subversión”. La
subversión en términos de la RAE es tratar de perturbar, transformar o alterar algo,
como un orden establecido. Para la cúpula del ‘‘Proceso de Reorganización Nacional’’
la subversión era la causa del deterioro del país. La misma estaba desarrollada en una
compleja trama que abarcaba desde sindicalistas, intelectuales, periodistas y militantes
hasta los grupos armados como Montoneros.
Bajo este contexto, “Para la inmensa mayoría de los dirigentes del nuevo régimen
dictatorial, las universidades habían conformado uno de los principales organismos de
‘‘adoctrinamiento de subversivos’’. (Buchbinder, 2005, p. 208).
2.Objetivos
Esta investigación tiene como objetivo el fin de compilar los mecanismos de control que
el Estado utilizó durante la última dictadura cívico-militar en la UNLPam. Este estudio
permitirá identificar y describir de manera completa y detallada las medidas coercitivas
adoptadas por las autoridades para mantener un estricto control sobre el estudiantado.
De manera que analizaremos cuidadosamente cada aspecto relacionado con esta
temática y nos enfocaremos en elaborar un análisis crítico, objetivo y riguroso.
3. Estado de la Cuestión
Para lograr esto, este proyecto realizara una recolección de distintas fuentes que por un
lado describan la situación nacional-provincial del sistema educativo y por el otro que
retraten la situación que atravesó la militancia estudiantil, los docentes y no docentes en
la Universidad Nacional de La Pampa para que a partir de esto sea posible analizar y
explicar de forma efectiva los mecanismos de control y censura llevados a cabo por el
Estado ‘‘Terrorista’’ en la universidad.
Para tener un entendimiento más completo sobre las implicancias del régimen
dictatorial en el sistema universitario argentino, es necesario recurrir a diversas fuentes
confiables y detalladas. El trabajo de Pablo Buchbinder, publicado en 2005 bajo el título
"Historia de las Universidades Argentinas", brinda un panorama general y exhaustivo
sobre los sucesos ocurridos en dicho ámbito. Adicionalmente, para complementar esta
obra, se puede también considerar la obra de Novaro y Palermo titulada "La dictadura
militar (1976-1983): del golpe de estado a la restauración de la democracia", publicada
en el año 2003.
Además, resulta pertinente abordar el tema desde una perspectiva local, centrando
nuestro análisis en la Universidad Nacional de La Pampa. En este sentido, los siguientes
trabajos "La Universidad de La Pampa: 50 años de historia" (2008) editado por Silvia
Crochetti y "El informe 14. La represión ilegal en La Pampa (1975-1983)" (2008) de
Asquini y Pumilla, ambos proveen un enfoque más específico y detallado sobre los
sucesos ocurridos en dicha institución.
Finalmente, para comprender de forma más amplia cómo el sistema educativo ha sido
afectado por las diversas situaciones políticas y sociales, resulta fundamental acudir a
un enfoque pedagógico que nos permita un análisis profundo de la situación. En este
sentido, la obra de Kaufmann y Doval, "Una pedagogía de la renuncia. El perennialismo
en Argentina (1976-1982)" (1997), nos propone una mirada crítica sobre el sistema
educativo implementado durante la última dictadura. Desde esta perspectiva se
visibiliza la manera en que se ejerció la coerción en el ámbito educativo y cómo esto
tuvo consecuencias graves en la formación de las personas, conocido como la
‘‘Militarización del sistema educativo’’.
4. Marco Teórico
[...] consideramos que es un delito grave atentar contra el estilo de vida occidental y cristiano queriéndolo
cambiar por otro que nos es ajeno, y en este tipo de lucha no solamente es considerado como agresor el
que agrede a través de la bomba, del disparo o del secuestro, sino también aquel que en el plano de las
ideas quiera cambiar nuestro sistema de vida a través de ideas que son justamente subversivas; es decir
subvierten valores [...]
El terrorista no sólo es considerado tal por matar con un arma o colocar una bomba, sino también por
activar, a través de ideas contrarias a nuestra civilización, a otras personas".
Otro del mecanismo fue la disminución del número de alumnos. Esto se logró mediante
exámenes de ingresos, cupos de inscripción por carrera o aplique de aranceles a las
universidades, estipulado en la Ley Universitaria de 1980. ‘‘La aplicación de los
aranceles generó movimientos de oposición, aunque tímidos por las circunstancias
políticas’’ (Buchbinder, 2005, p. 212). Monasterolo sostiene que ‘‘las políticas de
achicamiento, restricción y control del sistema educativo en general y de las
universidades en particular conllevaban el doble objetivo de “depurarlas” y “asearlas”
de la “infiltración subversiva” y, al mismo tiempo, forjar una nueva generación de
jóvenes disciplinados en el marco de los valores occidentales asociados a la institución
familiar, la autoridad paternal, la obediencia, el respeto y la responsabilidad’’ (2020, p.
55).
Según las investigadoras Kaufmann y Doval (1997), las políticas educativas
implementadas durante el Proceso militar conformaron un proyecto pedagógico
interconectado que ha dejado su huella en las prácticas y discursos educativos actuales.
Esta "militarización del sistema educativo" sigue presente en la actualidad y ha
generado efectos duraderos en la educación. Durante la dictadura militar en Argentina,
el sistema educativo se vio afectado por un cierre dogmático y el aumento del
autoritarismo. Los militares ocuparon puestos que antes eran para civiles y adoptaron
prácticas opresivas en las escuelas.
Esta ‘‘militarización del sistema educativo’’ solo fue posible mediante una vigilancia en
principio extrema de las Fuerzas Armadas; que sin embargo lograría penetrar para
generar dentro del mismo ambiente educativo una ‘‘auto-vigilancia’’ teniendo como
concepto el cuidado y supervisión del mismo ambiente. De forma que maniobras como
el manual “Subversión en el ámbito educativo (conozcamos a nuestro enemigo)”, de
1977 y repartido en todos los establecimientos educativos como ya hemos dicho antes,
fue solo la parte más visible de la censura ideológica promovida por la dictadura, y que
pretendía ser retroalimentada desde el interior del ambiente educativo. Sin embargo,
esta censura ideológica no se limitó sólo a la distribución de manuales dentro del
ambiente educativo, sino que fue retroalimentada desde el interior del mismo. En otras
palabras, la dictadura promovía una cultura de auto-censura entre los profesores y
estudiantes, quienes debían vigilar sus propias acciones y pensamientos.
Esto es algo que choca totalmente con el ‘‘ser universitario’’ de Florencia Ubertalli
‘‘la pregunta por (el sentido de) la autonomía universitaria, por la producción y
circulación del conocimiento, por las formas de (co)gobierno universitario, por la
gratuidad y el acceso público y, por supuesto, por el rol del sujeto estudiantil en los
procesos de transformación social [...] Estas banderas que conforman el núcleo más
inconmovible del ser universitario se han conjugado históricamente con ciertas formas
de tomar el espacio y la palabra, de romper temporalidades y lugares sagrados, de trazar
estrategias y modos experimentales de construcción de poder’’. (Ubertalli, 2019, p. 8).
Este espacio es cristalizado en la conformación de movimientos estudiantiles de acción
gremial y política en los distintos tipos de estudiantes.
De esta forma Asquini y Pumilla (2008) concluyeron que la provincia experimentó una
práctica conocida como "depuración ideológica", con la censura y el control en el
ámbito cultural, artístico y educativo. Estas políticas fueron acciones realizadas durante
el período del Terrorismo de Estado, con la detención de ciertos docentes y alumnos. Se
utilizaron procedimientos similares a los que se aplicaron en el pasado para limitar la
libertad de expresión y perseguir a quienes no compartían las ideas del gobierno.
5. Bibliografía
Bustelo, N. et al. (2019). La Reforma del 18: cien años de lucha estudiantil. Biblioteca
Nacional Mariano Moreno.