Está en la página 1de 9

Universidad Nacional de La Pampa

Facultad de Cs. Humanas


Departamento de Historia
Metodología de la investigación Histórica
Junio de 2023

Los mecanismos de control hacia los movimientos


estudiantiles dentro de la UNLPam durante la última
dictadura cívico-militar (1976-1983)
Juan Moreno-Franco Brusatti Cortina

1.Introducción

Después de la muerte del presidente Juan Domingo Perón el 1 de Julio de 1974 asumiría
el poder la vicepresidenta, su esposa, Isabel Martinez de Perón. A partir de entonces, la
gran convulsión social vivida en aquellos tiempos se cristalizaría con el aumento de la
escalada de violencia entre las alas más radicalizadas del peronismo: derecha peronista
(Triple A) e izquierda peronista (Montoneros). A ello se le suman otros factores de gran
movilización social. Uno de ellos sería la fuerte reacción de rechazo al plan de ajuste
del ministro de economía Celestino Rodrigo, en lo que sería denominado como el
‘‘Rodrigazo’’. A su vez la inflación alcanzada, de más de tres dígitos, la crisis
económica, el aumento de la pobreza o la inseguridad marcarían el pretexto inicial para
el golpe de estado del 24 de marzo de 1976.

La situación del país era descrita por el Teniente General Jorge Rafael Videla de la
siguiente manera:

«El país transita por una de las etapas más difíciles de su historia. Colocado al borde de la disgregación,
la intervención de las Fuerzas Armadas ha constituido la única alternativa posible, frente al deterioro
provocado por el desgobierno, la corrupción y la complacencia. [...] El uso indiscriminado de la violencia
de uno y otro signo, sumió a los habitantes de la Nación en una atmósfera de inseguridad y de temor
agobiante. Finalmente, la falta de capacidad de las instituciones [...] condujo a una total parálisis del
Estado, frente a un vacío de poder incapaz de dinamizarlo. Profundamente respetuosas de los poderes
constitucionales [...] las Fuerzas Armadas hicieron llegar, en repetidas oportunidades, serenas
advertencias sobre los peligros que importaban tanto las omisiones como las medidas sin sentido. Su voz
no fue escuchada. Ninguna medida de fondo se adoptó en consecuencia. Ante esta drástica situación, las
Fuerzas Armadas asumieron el gobierno de la Nación. Solo el Estado, para el que no aceptamos el papel
de mero espectador del proceso, habrá de monopolizar el uso de la fuerza y consecuentemente sólo sus
instituciones cumplirán las funciones vinculadas a la seguridad interna. Utilizaremos esa fuerza cuantas
veces haga falta para asegurar la plena vigencia de la paz social. Con ese objetivo combatiremos, sin
tregua, a la delincuencia subversiva en cualquiera de sus manifestaciones, hasta su total aniquilamiento».

Fragmento del discurso de Jorge Rafael Videla al asumir la presidencia, el 30 de marzo de 1976. Diario
La Nación, 31 de marzo de 1976.

Este golpe tenía un carácter refundacional de la sociedad donde, ‘‘Las Fuerzas


Armadas no se proponían tan sólo terminar con un gobierno, misión casi irrelevante
tratándose de una administración que yacía moribunda a sus pies desde hacía meses,
sino, en sus palabras, poner en vereda a una sociedad sumida en el caos. Y que, para
curarla de sus males, que la convertían en una presa fácil de la subversión, se impondría
una vigilancia escrupulosa y un disciplinamiento definitivo a todos los sectores políticos
y sociales (con especial rigor a quienes, según los golpistas, debían expiar culpas por el
caos y el desgobierno), sin miramientos de ningún tipo’’ (Novaro y Palermo, 2003, p.
23).

El ideal dentro del contexto de la Guerra Fría era alinear a la Argentina dentro del
mundo Occidental y cristiano comandado por los Estados Unidos de América. Para ello
era pertinente disciplinar a la sociedad dentro de dichos parámetros, y alejarlos de
cualquier tipo de experiencia cercana al socialismo. Uno de los grandes objetivos a
seguir por el nuevo gobierno era el de eliminar a cualquier costo “la subversión”. Las
Fuerzas Armadas ya en el poder, efectuaron un plan de despolitización para asegurar el
cumplimiento de sus órdenes en una primera instancia, y en una segunda instancia
liberarlas de las fuertes organizaciones sociales, de “corte subversivo” y contrarios a los
intereses del gobierno. ‘‘El carácter refundacional del proyecto de las FF.AA. no se
limitó a la neutralización y/o aniquilación de los elementos “subversivos” sino que sus
propósitos y objetivos fundamentales se relacionaron con la producción de una nueva
trama social’’ (Monasterolo, 2020, p. 48).

Con el fin de alcanzar dichos objetivos armaron una amplia red de represión
clandestina. En la misma se implementaron diferentes estrategias (desde la censura
hasta el exterminio físico del ‘‘Desaparecido’’) para acabar con “la subversión”. La
subversión en términos de la RAE es tratar de perturbar, transformar o alterar algo,
como un orden establecido. Para la cúpula del ‘‘Proceso de Reorganización Nacional’’
la subversión era la causa del deterioro del país. La misma estaba desarrollada en una
compleja trama que abarcaba desde sindicalistas, intelectuales, periodistas y militantes
hasta los grupos armados como Montoneros.

Bajo este contexto, “Para la inmensa mayoría de los dirigentes del nuevo régimen
dictatorial, las universidades habían conformado uno de los principales organismos de
‘‘adoctrinamiento de subversivos’’. (Buchbinder, 2005, p. 208).

Para Buchbinder el ‘‘estudiantado participó de la formación de una fuerza social que,


con el inicio de las actividades de organizaciones armadas de derecha y posteriormente
con la dictadura militar implantada en 1976, fue reprimida y asesinada en un
genocidio’’. (2010, p. 5). La intervención de las Universidades bajo la figura del
‘‘interventor’’ fue común en este período en todas las Universidades argentinas, con el
objetivo final de reprimir y despolitizar al estudiantado y evitar como sostienen Novaro
y Palermo el “eslabonamiento ideológico entre las generaciones” (2003, p. 116).

2.Objetivos

Esta investigación tiene como objetivo el fin de compilar los mecanismos de control que
el Estado utilizó durante la última dictadura cívico-militar en la UNLPam. Este estudio
permitirá identificar y describir de manera completa y detallada las medidas coercitivas
adoptadas por las autoridades para mantener un estricto control sobre el estudiantado.
De manera que analizaremos cuidadosamente cada aspecto relacionado con esta
temática y nos enfocaremos en elaborar un análisis crítico, objetivo y riguroso.

Objetivo General: Compilar Mecanismos de control.

Objetivos Secundarios: Identificarlos y Describirlos.

3. Estado de la Cuestión

Para lograr esto, este proyecto realizara una recolección de distintas fuentes que por un
lado describan la situación nacional-provincial del sistema educativo y por el otro que
retraten la situación que atravesó la militancia estudiantil, los docentes y no docentes en
la Universidad Nacional de La Pampa para que a partir de esto sea posible analizar y
explicar de forma efectiva los mecanismos de control y censura llevados a cabo por el
Estado ‘‘Terrorista’’ en la universidad.
Para tener un entendimiento más completo sobre las implicancias del régimen
dictatorial en el sistema universitario argentino, es necesario recurrir a diversas fuentes
confiables y detalladas. El trabajo de Pablo Buchbinder, publicado en 2005 bajo el título
"Historia de las Universidades Argentinas", brinda un panorama general y exhaustivo
sobre los sucesos ocurridos en dicho ámbito. Adicionalmente, para complementar esta
obra, se puede también considerar la obra de Novaro y Palermo titulada "La dictadura
militar (1976-1983): del golpe de estado a la restauración de la democracia", publicada
en el año 2003.

Además, resulta pertinente abordar el tema desde una perspectiva local, centrando
nuestro análisis en la Universidad Nacional de La Pampa. En este sentido, los siguientes
trabajos "La Universidad de La Pampa: 50 años de historia" (2008) editado por Silvia
Crochetti y "El informe 14. La represión ilegal en La Pampa (1975-1983)" (2008) de
Asquini y Pumilla, ambos proveen un enfoque más específico y detallado sobre los
sucesos ocurridos en dicha institución.

Para entender los movimientos estudiantiles en Argentina, es necesario acudir a diversas


fuentes que nos permitan un análisis profundo y completo de la situación. En este
sentido, la obra de Natalia Bustelo et al de 2019, "La Reforma del 18: cien años de
lucha estudiantil", resulta fundamental ya que desde allí podemos retomar el concepto
del "ser universitario". Este concepto hace referencia a la identidad propia de los
estudiantes, sus demandas y reivindicaciones históricas, y cómo estas se han plasmado
en la lucha por una educación pública, gratuita y de calidad.

En este contexto, resulta sumamente relevante la obra de Elvio Monasterolo, "La


democracia en tensión. Prácticas y estrategias de la militancia estudiantil en la década
de 1980. El caso de la UNLPam (1982-1988)" (2020), donde se analiza la situación
específica en la Universidad Nacional de La Pampa. A través de su tesis, Monasterolo
destaca la importancia de entender el rol de los movimientos estudiantiles en la
construcción de la democracia y el ejercicio de las libertades en una sociedad, así como
las formas de organización y lucha de los estudiantes, privadas durante el ‘‘Proceso de
Reorganización Nacional’’.

Finalmente, para comprender de forma más amplia cómo el sistema educativo ha sido
afectado por las diversas situaciones políticas y sociales, resulta fundamental acudir a
un enfoque pedagógico que nos permita un análisis profundo de la situación. En este
sentido, la obra de Kaufmann y Doval, "Una pedagogía de la renuncia. El perennialismo
en Argentina (1976-1982)" (1997), nos propone una mirada crítica sobre el sistema
educativo implementado durante la última dictadura. Desde esta perspectiva se
visibiliza la manera en que se ejerció la coerción en el ámbito educativo y cómo esto
tuvo consecuencias graves en la formación de las personas, conocido como la
‘‘Militarización del sistema educativo’’.

4. Marco Teórico

Vamos a definir como ‘‘mecanismos de control estatal’’ a las diversas herramientas y


técnicas utilizadas por la dictadura militar para llevar a cabo un proceso de censura
ideológica en las universidades. En este sentido, resulta importante destacar que estos
mecanismos fueron implementados con la finalidad de asegurar que dicho proceso fuese
llevado a cabo de manera pertinente, efectiva y adecuada durante el tiempo del llamado
'Proceso de Reorganización Nacional'. La utilización de estos mecanismos respondió a
una política de represión y control que buscaron imponer un determinado pensamiento y
limitar la libertad de expresión y pensamiento crítico en las instituciones educativas. Es
preciso destacar que estos ‘‘mecanismos de control estatal’’ no solo tuvieron un impacto
negativo en la educación, sino que también generaron un clima de temor y desconfianza
en la sociedad universitaria.

De acuerdo con el interés general de la dictadura, la misma se propuso ‘‘Llevar a cabo


una profunda reestructuración del conjunto del sistema universitario que, como en otros
ámbitos de la política y la cultura argentina, sólo era posible mediante la represión y
desarticulación de las organizaciones políticas y gremiales” (Buchbinder, 2005, p. 208).
En concordancia con Buchbinder, Asquini y Pumilla van a afirmar que La Pampa no fue
un lugar aislado, y que por el contrario ‘‘Dentro de la comunidad académica de la
Universidad Nacional de La Pampa, el Terrorismo de Estado tuvo sus manifestaciones
más explícitas con las detenciones ilegales de profesores y estudiantes, el control
ideológico y las “purgas” de docentes’’ (2008, p. 201).

El 29 de marzo de 1976 el gobierno sancionó la Ley 21276, conocida como la Ley


Universitaria, que establecía que el gobierno y la gestión de las universidades estarían a
cargo del poder ejecutivo. De esta forma se inicia en las universidades la ausencia de
autonomía y un control ideológico estricto. Un comunicado del rectorado
correspondiente al 8 de Abril de 1976, recientemente intervenido por el coronel Julio
César Ruíz indicaba “a la comunidad universitaria la necesidad de mantenerse al
margen de cualquier actividad gremial, política o ideológica ateniéndose
exclusivamente dentro de sus claustros o las tareas específicas ya sea en el orden
docente, estudiante o administrativo” (La Arena 9/04/1976: 7).

Esto va a ayudar a poder ‘‘Restaurar la Autoridad’’ en los sistemas educativos. A partir


de entonces ‘‘En todos los casos se procedió a “depurar” las instituciones mediante el
reemplazo de autoridades, la cesantía de docentes y no docentes y la persecución de
estudiantes’’ (Monasterolo, 2020, p. 52). Indudablemente durante la dictadura hubo una
estructura jerarquizada dispuesta a disipar los ‘‘virus subversivos’’. Como afirma
Asquini y Dal Bianco ‘‘En lo interno, en la UNLPam se perpetuó el orden jerárquico y
vertical impuesto por el poder militar en los métodos de tomar decisiones que se
definían en el reducido círculo [...] ’’ (2008, p. 81). Por lo que el control total de la
universidad quedaba anclado a un pequeño grupo respondiente al poder de las Fuerzas
Armadas. A partir de ahí los funcionarios designados por este reducido seguirían con
‘‘Las tareas de “limpieza” de ideas marxistas y peronistas, controlando a profesores y
alumnos con métodos sutiles, como la no renovación de contratos, o la baja a
estudiantes que no pudieron continuar sus estudios, o con otros más frontales como
detenciones, cesantías e inclusión en listas negras’’ (Asquini y Pumilla, 2008, p. 203).

Las ‘‘Desapariciones’’ y las ‘‘Listas Negras’’ afectaron a todas las agrupaciones


estudiantiles. Desde las más moderadas como el MNR o Franja Morada hasta la maoísta
FAUDI, que sufrió gran parte de las detenciones. También la Federación Universitaria
Pampeana sería desarticulada y prohibida hasta el final de la dictadura. Los centros de
estudiantes, el comedor universitario y cualquier otro posible espacio de actividad
política estudiantil sufrirían el mismo destino. ‘‘ Decenas de docentes, alumnos y no
docentes fueron expulsados, detenidos o tuvieron que emigrar de La Pampa,
perseguidos por la represión del gobierno peronista iniciada en octubre del 75 y
profundizada durante la dictadura militar ’’ (Asquini y Pumilla, 2008, p. 204).

Desde el Ministerio de Educación y Cultura se desarrolló la ‘‘Operación Claridad’’


descendiente de la ‘‘Misión Ivanissevich’’ cuyo objetivo central era "terminar con el
caos" y la "infiltración marxista" en el sistema educativo universitario identificando a
los disidentes del régimen.

De esta forma lo manifestaba el Teniente General Jorge Rafael Videla:


"La Argentina es un país occidental y cristiano, no porque esté escrito así en el aeropuerto de Ezeiza; la
Argentina es occidental y cristiana porque viene de su historia. Es por defender esa condición como estilo
de vida que se planteó esta lucha contra quienes no aceptaron ese sistema de vida y quisieron imponer
otro distinto [...]

[...] consideramos que es un delito grave atentar contra el estilo de vida occidental y cristiano queriéndolo
cambiar por otro que nos es ajeno, y en este tipo de lucha no solamente es considerado como agresor el
que agrede a través de la bomba, del disparo o del secuestro, sino también aquel que en el plano de las
ideas quiera cambiar nuestro sistema de vida a través de ideas que son justamente subversivas; es decir
subvierten valores [...]

El terrorista no sólo es considerado tal por matar con un arma o colocar una bomba, sino también por
activar, a través de ideas contrarias a nuestra civilización, a otras personas".

Diario La Prensa, 18 de diciembre de 1977.

El manual titulado “Subversión en el ámbito educativo” del año 1977 es un claro


ejemplo de los fantasmas percibidos por la dictadura. Llegaría a la UNLPam por la
resolución ministerial 538. En el mismo se detalla cómo encontrar a ‘‘subversivo’’, y
como proceder ante el mismo. El 11 de octubre de 1977, el Ministerio dictó la
resolución 44, que creó en su estructura administrativa una dependencia de Inteligencia
para ‘‘supervisar la instrumentación de dicho plan […] Parte de esa red informativa fue
el “Boletín de Inteligencia Sectorial del Ministerio de Cultura y Educación”, que era
distribuido por los servicios de inteligencia militares, y llegaba al rector de la
UNLPam’’ (Asquini y Pumilla, 2008, p. 211).

Otro del mecanismo fue la disminución del número de alumnos. Esto se logró mediante
exámenes de ingresos, cupos de inscripción por carrera o aplique de aranceles a las
universidades, estipulado en la Ley Universitaria de 1980. ‘‘La aplicación de los
aranceles generó movimientos de oposición, aunque tímidos por las circunstancias
políticas’’ (Buchbinder, 2005, p. 212). Monasterolo sostiene que ‘‘las políticas de
achicamiento, restricción y control del sistema educativo en general y de las
universidades en particular conllevaban el doble objetivo de “depurarlas” y “asearlas”
de la “infiltración subversiva” y, al mismo tiempo, forjar una nueva generación de
jóvenes disciplinados en el marco de los valores occidentales asociados a la institución
familiar, la autoridad paternal, la obediencia, el respeto y la responsabilidad’’ (2020, p.
55).
Según las investigadoras Kaufmann y Doval (1997), las políticas educativas
implementadas durante el Proceso militar conformaron un proyecto pedagógico
interconectado que ha dejado su huella en las prácticas y discursos educativos actuales.
Esta "militarización del sistema educativo" sigue presente en la actualidad y ha
generado efectos duraderos en la educación. Durante la dictadura militar en Argentina,
el sistema educativo se vio afectado por un cierre dogmático y el aumento del
autoritarismo. Los militares ocuparon puestos que antes eran para civiles y adoptaron
prácticas opresivas en las escuelas.

Esta ‘‘militarización del sistema educativo’’ solo fue posible mediante una vigilancia en
principio extrema de las Fuerzas Armadas; que sin embargo lograría penetrar para
generar dentro del mismo ambiente educativo una ‘‘auto-vigilancia’’ teniendo como
concepto el cuidado y supervisión del mismo ambiente. De forma que maniobras como
el manual “Subversión en el ámbito educativo (conozcamos a nuestro enemigo)”, de
1977 y repartido en todos los establecimientos educativos como ya hemos dicho antes,
fue solo la parte más visible de la censura ideológica promovida por la dictadura, y que
pretendía ser retroalimentada desde el interior del ambiente educativo. Sin embargo,
esta censura ideológica no se limitó sólo a la distribución de manuales dentro del
ambiente educativo, sino que fue retroalimentada desde el interior del mismo. En otras
palabras, la dictadura promovía una cultura de auto-censura entre los profesores y
estudiantes, quienes debían vigilar sus propias acciones y pensamientos.

Esto es algo que choca totalmente con el ‘‘ser universitario’’ de Florencia Ubertalli
‘‘la pregunta por (el sentido de) la autonomía universitaria, por la producción y
circulación del conocimiento, por las formas de (co)gobierno universitario, por la
gratuidad y el acceso público y, por supuesto, por el rol del sujeto estudiantil en los
procesos de transformación social [...] Estas banderas que conforman el núcleo más
inconmovible del ser universitario se han conjugado históricamente con ciertas formas
de tomar el espacio y la palabra, de romper temporalidades y lugares sagrados, de trazar
estrategias y modos experimentales de construcción de poder’’. (Ubertalli, 2019, p. 8).
Este espacio es cristalizado en la conformación de movimientos estudiantiles de acción
gremial y política en los distintos tipos de estudiantes.

De esta forma Asquini y Pumilla (2008) concluyeron que la provincia experimentó una
práctica conocida como "depuración ideológica", con la censura y el control en el
ámbito cultural, artístico y educativo. Estas políticas fueron acciones realizadas durante
el período del Terrorismo de Estado, con la detención de ciertos docentes y alumnos. Se
utilizaron procedimientos similares a los que se aplicaron en el pasado para limitar la
libertad de expresión y perseguir a quienes no compartían las ideas del gobierno.

5. Bibliografía

Crochetti, S. (2008). La Universidad de La Pampa 50 años de historia. EdUNLPam.

Buchbinder, P. (2005). Historia de las Universidades Argentinas. Editorial


Sudamericana.

Buchbinder, P. (2010). Apuntes sobre la formación del movimiento estudiantil


argentino (1943-1975). Editorial Sudamericana.

Novaro, M. y Palermo, V. (2003). La dictadura militar (1976-1983): del golpe de estado


a la restauración de la democracia. Paidós.

Asquini, N. y Pumilla, J. C. (2008). El informe 14. La represión ilegal en La Pampa


(1975-1983). Editorial Voces.

Monasterolo, E. (2020). La democracia en tensión. Prácticas y estrategias de la


militancia estudiantil en la década de 1980. El caso de la UNLPam (1982-1988) [Tesis
de Maestría para optar al título de Magíster en Estudios Sociales y Culturales].
Universidad Nacional de La Pampa.

Kaufmann, C., y Doval, D. (1997). Una pedagogía de la renuncia. El perennialismo en


Argentina (1976-1982). Universidad Nacional de Entre Ríos.

Bustelo, N. et al. (2019). La Reforma del 18: cien años de lucha estudiantil. Biblioteca
Nacional Mariano Moreno.

Otras Fuentes Consultadas

Diario La Arena (1973-1983).

Ministerio de Educación de la Nación. (8 de Diciembre de 1977). Educ.ar. Obtenido de


Educ.ar: https://www.educ.ar/app/files/repositorio/html/01/57/a2ed79c9-d5f3-48fd-
862b-b0c72e42ecd5/14393/data/61385c44-c852-11e0-81f8-e7f760fda940/anexo3.htm

Ministerio de Educación de la Nación. (30 de Marzo de 1976). Educ.ar. Obtenido de


Educ.ar: https://www.educ.ar/app/files/repositorio/html/01/57/a2ed79c9-d5f3-48fd-
862b-b0c72e42ecd5/14393/data/61385c44-c852-11e0-81f8-e7f760fda940/anexo3.htm

También podría gustarte