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PROCESAMIENTO DEL LENGUAJE Y LA COMUNICACIÓN

Introducción

Hemos estudiado soluciones que se usan para los problemas de diseño de la comunicación, y
dentro del código, hemos adoptado un planteamiento minimalista, suponiendo que el conjunto
de datos que una persona debe conocer de memoria para usar el código es el mínimo necesario. Pero
el código lingüístico y la comunicación se enfrentan a problemas de procesamiento. El estudio de
estos problemas nos revelará restricciones generales sobre cuáles son los mecanismos o procesos
mentales que utilizan los conocimientos descritos en los temas anteriores.

El modelo general de la comunicación

Algunas de las ideas centrales representadas en el modelo son 1) la comunicación surge en el


contexto de un modelo mental de la situación que incluye creencias, intenciones y actitudes y
emociones. La inclusión de las intenciones en este punto sitúa firmemente la comunicación dentro
de las herramientas humanas de consecución racional de metas en situaciones sociales.
2) Del modelo mental situacional emergen dos grandes rutas comunicativas, la que genera señales
no codificadas que deben ser comprendidas exclusivamente mediante procesos de inferencia en
contexto, y la que genera señales codificadas, que primero deben ser descodificadas y
posteriormente interpretadas en contexto. Aunque se trata de dos rutas comunicativas muy
diferentes, normalmente trabajan en íntima conexión, transmitiendo información complementaria
y apoyándose la una a la otra en la consecución de las intenciones comunicativas.
3) El código lingüístico es un traductor entre representaciones del pensamiento, de tipo
proposicional, y representaciones del habla, de tipo fonológico.
4. Los mismos conocimientos lingüísticos se utilizan en las tareas de producción y de percepción
del lenguaje, aunque el flujo de información predominante sea en direcciones contrarias y cada
tarea imponga algunos problemas peculiares.
Los principales problemas de procesamiento
RAPIDEZ
Es normal tener la experiencia de que uno comienza a hablar
incluso antes de tener completamente formulado el significado
que se quiere transmitir. A veces nos vemos obligados a ello al
querer conseguir el turno de palabra en una conversación. Normal
es tb conocer el significado que nuestro interlocutor intenta
decirnos antes de que termine. En las conversaciones hay una gran
presión temporal, y el código no solo parece funcionar rápido,
sino que a veces incluso se adelanta al habla: Poder completar una
frase como “está lloviendo y yo no tengo ______” demuestra que el código lingüístico obtiene su
velocidad en parte por la posibilidad de trabajar a partir de datos todavía incompletos.

La exigencia de rapidez en el procesamiento varía con la modalidad del lenguaje, oral o escrito. El
habla es volátil, el estímulo auditivo desaparece instantes después de que ha sido captado por el
oído. Por ello, la comprensión del lenguaje oral debe realizarse sobre la marcha, a medida que la
onda acústica va siendo captada y los fonemas identificados. En cambio, la lectura permite volver
atrás y recapacitar sobre si se ha comprendido bien o no una oración o párrafo. Del mismo modo, a
la hora de la producción, el habla es más espontánea: no se puede borrar lo dicho para decirlo
correctamente. La escritura, en cambio, da tiempo al escritor para revisar lo escrito y hacer cambios
antes de presentar el resultado a sus lectores. Cuando consideramos las señales no codificadas, la
rapidez con que funciona la comunicación se hace aún más impresionante. Dependiendo del apoyo
contextual con que contemos, muchas veces un brevísimo gesto puede transmitir una idea muy
compleja, que se capta como una totalidad. De todos es conocida la impresión que tiene la gente
que se conoce muy bien de ser capaces de entenderse incluso sin que medie señal alguna. De algún
modo, uno es capaz de saber qué está pensando el otro aunque no se lo haya dicho.

RESISTENCIA A LA AMBIGÜEDAD
Los datos incompletos con gran frecuencia son también datos ambiguos. Es decir, se corresponden
con más de una posible opción y no tenemos seguridad completa de cuál es la opción que
realmente se va a tomar. Pero este problema es más amplio: datos perfectamente completos aún
muestran correspondencias con más de una opción posible. Existen multitud de tipos de
ambigüedades con los que rutinariamente nos encontramos al intentar comprender el lenguaje: En
la interpretación de las intenciones de los demás, si consideramos las señales no codificadas (la
falta de un significado literal de la señal hace que las posibles interpretaciones de la misma sean aún
más numerosas y abiertas), a nivel sintáctico (oraciones con más de una agrupación posible de
palabras en sintagmas), ambigüedad de función sintáctica (un cierto grupo de palabras puede
estar realizando más de una función sintáctica, y esto lleva a dos interpretaciones diferentes del
significado de la oración), uso de anáforas (ambigüedad en la determinación del antecedente,
como “la cigarra, la hormiga y su amigo” dd no se sabe de quién es el amigo), ambigüedad léxica
(banco: diferentes significados, o significado de palabras no ambiguas que es ambiguo en cuanto a
la determinación de su extensión, como “alto”), segmentación del habla y otros problemas
fonológicos (no marcamos los comienzos y finales de las palabras con pausas, palabras no
pronunciadas, condiciones de ruido), ortográficos (cómo se escribe: ¿hecho o echo?...)

LIMITACIONES DE MEMORIA
Muchas oraciones que son sintácticamente correctas son muy difíciles de comprender y de
producir porque su estructura no ayuda a almacenar su significado en memoria a medida que se va
analizando la oración. El límite de la MT son unos 4 o 5 elementos sueltos, y cuando no podemos
agruparlos (como en alemán, que el verbo va al final de la oración, y hasta que no sabemos el verbo
no sabemos el sentido de la frase) no recordamos bien la frase. El problema varía en las modalidades
oral y escrita del lenguaje: La naturaleza volátil del habla hace que comprenderla sobrecargue más la
memoria que el lenguaje escrito. Además, el texto escrito contiene señales que ayudan a descubrir
más fácilmente la estructura morfosintáctica, con lo que los fallos debidos a sobrecarga de memoria
se pueden corregir. El habla cuenta con una variedad de señales fonológicas que también ayudan a
realizar su comprensión y que no están disponibles en el texto escrito, como las pausas y entonación

APLICACIÓN A VARIEDAD DE TAREAS


El modelo general de procesamiento que vemos en el esquema nos ayuda a descubrir las etapas
de procesamiento que son necesarias para la realización de múltiples tareas, incluyendo los casos en
que las tareas se pueden resolver de varios modos alternativos. Este instrumento sirve, además de
para comprender el lenguaje, para
aplicarlo como instrumento de
diagnóstico de trast. del lenguaje, para
identificar qué procesos están alterados y
diseñar una intervención que entrene las
habilidades. El esquema elimina la
distinción entre emisor y receptor
presente en la figura 1, y representa
solamente una persona, dentro de la cual
la información puede viajar tanto en
dirección ascendente como descendente
(de ahí que todas las flechas son bidireccionales). La figura 2 desarrolla con más detalle las tareas que
implican el lenguaje, es decir, señales codificadas lingüísticamente. Dada la importancia de las tareas
de lenguaje que implican la modalidad visual escrita, se incluye mención específica de las
representaciones y procesos de lectoescritura. El punto de partida está en el modelo mental
situacional. A él llegan las señales no codificadas desde la casilla de “otros inputs perceptuales”, y a
partir de él se generan también señales no codificadas (“otros outputs conductuales”). Pero el
input-output codificado tiene lugar mediante los elementos representados bajo el modelo
situacional, cuyos extremos estimulares y motores son el habla y la escritura.

El mejor modo de explicar el funcionamiento de este esquema es mediante su aplicación a tareas


concretas. En cuanto a la comprensión del significado de una oración hablada, el input entra por el
habla, y se van identificando unidades fonológicas inferiores a la palabra y su estructura fonológica.
Esto permite identificar las palabras fonológicas y la estructura fonológica superior, como los
patrones entonacionales. Las palabras fonológicas se usan para identificar los lemmas o palabras
sintácticas. Los lemmas son un elemento clave para la construcción de las agrupaciones sintácticas
de la frase, debido a que aportan información sintáctica como la clase de la palabra (nombre, verbo,
etc), sus parámetros sintácticos (género, número...). Además, las unidades fonológicas superiores a
las palabras (como los sintagmas entonacionales) contribuyen a encontrar la manera correcta de
agrupar los lemmas. De ahí la línea que va directamente desde la estructura entonacional a la
estructura sintáctica. Igualmente, si la oración se hubiese presentado escrita, información como
comas, puntos y mayúsculas, hubiese viajado directamente desde las representaciones ortográficas
inferiores a la estructura sintáctica. El análisis sintáctico se realiza en estrecha relación con la
identificación de los lemmas, de modo que ambas tareas avanzan simultáneamente a medida que se
van identificando nuevos lemmas. También simultáneamente, cada lemma activa su concepto
léxico y estos conceptos se van combinando entre sí, siguiendo las instrucciones sobre cómo
combinarlos aportadas por la estructura sintáctica. Los conceptos y su estructuración proposicional
aportan el significado literal para crear el modelo mental de lo comunicado.

Las tareas de lenguaje usadas frecuentemente en psicolingüística y neuropsicología son 1) lectura en


voz alta de palabras aisladas 2) lectura en voz alta de no palabras 3) decisión léxica de palabras
habladas o escritas 4) detección de fonemas en palabras oídas 5) detección de letras en palabras
escritas 6) repetición en voz alta de palabras escritas 7) denominación en voz alta de dibujos
8) descripción de dibujos complejos 9) decisión de género gramatical de palabras escritas o dibujos
10) igualación de oraciones con dibujos (hay varios para cada oración, de la cual hay que elegir uno)
Pacientes disléxicos fonológicos son capaces de leer en voz alta palabras que conocen, mientras que
son incapaces de leer no palabras. Pacientes con dislexia superficial son capaces de leer no palabras,
mientras que cometen errores de regularización en palabras con pronunciación irregular. El modelo
general de procesamiento permite ver que existen dos maneras de leer palabras en voz alta. Primero,
yendo directamente desde las letras y grafemas a los fonemas y sílabas. Es decir, se convierte la
palabra escrita primero a sonidos, y luego se reconoce. La segunda ruta va a través de la
identificación de la palabra escrita como un todo, y de ahí a su lemma y significado, para después
pronunciarlos bajando hacia la fonología. Los disléxicos fonológicos son capaces de leer palabras
conocidas, pero no pueden leer no palabras. Esto sugiere que son capaces de seguir la segunda ruta,
pero no la primera. El problema debe estar en la conversión entre grafemas y fonemas. Los
disléxicos superficiales, en cambio, pueden leer no palabras, de modo que este paso debe estar
preservado. Además, cuando leen una palabra real pero de pronunciación irregular, la regularizan,
lo cual sugieren que la están pronunciando a través de la ruta que va directamente de las letras a los
fonemas. Su déficit debe situarse a nivel de la identificación de palabras ortográficas. El diagnóstico
de los pacientes nos lleva al diseño de tratamientos basados en entrenar las habilidades perdidas.

Soluciones al problema de la rapidez


AUTOMATIZACIÓN
Resultado de la práctica. Principio de aplicación general a cualquier habilidad. Siguientes cambios:
Ψ Agrupación de unidades conductuales: Conjuntos de cdtas antes independientes se integran
en patrones globales. Antes decisiones separadas y conscientes ahora conforman una sola (marcha).
Ψ Reacción automática a ciertos estímulos: Lo que antes requiere una evaluación de estímulos
y una toma de decisiones consciente ahora se decide por sí mismo sin prestar atención (marcha).
Ψ Homogeneización de estrategias: Tareas que antes se realizaban una vez de un modo y otra vez
de otro modo diferente, ahora se hacen siempre exactamente del mismo modo (arrancar el coche).
Ψ Liberación de recursos: Ahora podemos hacer estas tareas conductuales sin dedicarles toda la
atención que antes requerían. De hecho, podemos hacerlas incluso sin darnos cuenta de que las
estamos haciendo. Por eso mismo, podemos simultanearlas con otras tareas.

Precisamente debido a la automatización, se producen en ocasiones los llamados “lapsus de la


acción” o “despistes” (cuando cojo el U3 para otro sitio y sin querer me bajo en psicología). El
sistema del lenguaje está profundamente automatizado debido a la enorme cantidad de práctica que
hemos tenido en realizar tareas de codificación-decodificación de mensajes hablados y escritos. El
sistema de la comunicación goza también de una inmensa automatización. Nuestras habilidades de
integración de conductas con el contexto en que se dan se ponen en marcha no sólo cuando
realizamos conductas comunicativas, sino para toda conducta intencional, producida o percibida.
PROCESAMIENTO INCREMENTAL
El procesamiento de las señales codificadas lingüísticamente se caracteriza por la existencia de una
serie de etapas que deben realizarse en un orden determinado para que se pueda generar el objetivo
final. Esto es el procesamiento serial. Si el lenguaje funcionase de esta manera tendríamos que
hacer pausas entre cada dos oraciones, pausas que posiblemente no serían ni siquiera breves.
Además, necesitaríamos grandes memorias de trabajo para almacenar el resultado completo de cada
etapa y permitir que la siguiente trabajara sobre él. Actualmente las teorías se basan en el concepto
de procesamiento incremental. Es una manera de organizar el trabajo para que cada nivel de
procesamiento no necesite esperar a que el nivel anterior haya terminado su parte por completo.
Para ello, se supone que existe para cada nivel de procesamiento una cantidad mínima de
información que le permite comenzar a trabajar, lo que se llama un incremento. Tan pronto una
etapa de procesamiento recibe un incremento, los procesos de ese nivel se ponen a trabajar y
producen su salida característica, si bien parcial, que se envía al nivel siguiente. Si en esa salida hay al
menos un incremento del siguiente nivel, éste comienza a trabajar y produce su propia salida, que se
envía a su vez a la etapa siguiente. Simultáneamente, las etapas anteriores están trabajando sobre los
siguientes incrementos que han recibido, de modo que pronto todas las etapas trabajan a la vez
aunque sobre partes diferentes de la oración.La comprensión del lenguaje funciona
incrementalmente. A menudo una etapa que acepta un incremento puede trabajar tanto a partir de
él que se adelanta al siguiente incremento.

PROCESAMIENTO EN PARALELO
Otro modo de ganar velocidad en la realización de un conjunto de procesos consiste en realizarlos
simultáneamente. Si fuese posible realizar las etapas semántica, sintáctica y fonológica a la vez, el
tiempo total necesario para producir una oración sería solamente el tiempo de la etapa más lenta.
Esto es procesamiento en paralelo, y es aún más rápido que el procesamiento incremental. No es
posible construir una oración en paralelo, pero hay otras tareas de procesamiento del lenguaje que
se hacen en paralelo. Esto se descubre con el modelo de redes neuronales, conexionismo, modelos
de procesamiento distribuido en paralelo o redes de propagación de la activación. Los modelos de
redes neurales nos permiten comparar simultáneamente una serie de letras con todas las palabras del
castellano de una sola vez. Cada palabra y letra estarán representadas por un nodo, unidos entre sí
mediante conexiones, de modo que cada palabra conecte con las letras que la componen.

COARTICULACIÓN
Es una solución clave a la hora de aportar velocidad a las series de conductas. Es un factor que
acelera directamente la conducta articulatoria.
Soluciones al problema de la ambigüedad

La estrategia general para hacer el sistema del lenguaje más resistente al problema de la ambigüedad
es recurrir al contexto. Esta estrategia es un principio general aplicable a la percepción en cualquier
modalidad y de cualquier tipo de estímulo. En la literatura sobre percepción se distinguen dos
grandes maneras de llegar a determinar la identidad de un estímulo:
Ψ Procesamiento ascendente: Analizar el estímulo en sí mismo, hasta descubrir qué es. Se llama
ascendente porque va desde la señal estimular hasta la representación mental del objeto que se trata.
Ψ Procesamiento descendente: consiste en suponer la identidad del estímulo, basándonos en
otras cosas que conocemos, pero que no son la propia señal estimular. Se le llama descendente
porque aplicamos conocimientos extra para ayudarnos a identificar el estímulo, y esos
conocimientos son representaciones mentales más abstractas que la propia señal estimular.

En el procesamiento del lenguaje se va a hacer un uso del contexto (procesamiento descendente) a


todos los niveles: sea reconociendo fonemas o letras dentro de palabras, palabras dentro de
oraciones, palabras en contexto situacional, oraciones en contexto situacional... En concreto,
muchas soluciones al problema de la rapidez contribuyen también a solucionar el problema de la
ambigüedad precisamente porque aportan un contexto en el cual facilitar la identificación de los
estímulos ambiguos. El procesamiento incremental nos va a permitir tener representaciones ya
medio construidas a niveles superiores, que podremos utilizar para ayudarnos a identificar
elementos a niveles inferiores. El procesamiento en paralelo mediante redes neurales puede
adaptarse muy fácilmente para resolver de manera automática problemas de ambigüedad. El modo
más habitual es permitir un flujo de activación descendente en la red.

Soluciones al problema de las limitaciones de memoria

Finalmente, la principal solución al problema de las limitaciones de memoria consiste en aplicar


una buena política de gestión de memoria. Esta política está íntimamente relacionada con los
niveles de procesamiento, y con el procesamiento incremental. Es necesario suponer que entre cada
dos niveles de procesamiento existe un almacén de memoria que guarda los resultados parciales
obtenidos hasta ese momento. En general, esos almacenes de memoria de resultados intermedios
parecen tener una capacidad bastante limitada. Es fácil sobrecargarlos, especialmente si se les pide
que almacenen información no relacionada en un todo coherente, tal y como demostraban las
oraciones con inclusión central. La política de gestión de memoria intentará vaciar los almacenes
intermedios entre niveles y pasar todos sus contenidos al nivel siguiente para su procesamiento. Así,
cada almacén queda vacío y listo para guardar los resultados de procesar el siguiente incremento. Si
se trata de una tarea de comprensión, los resultados del nivel proposicional se irán integrando en un
modelo mental del discurso o de la conversación. Este modelo mental puede admitir y almacenar
mucha cantidad de información, siempre y cuando la nueva información que va llegando sea
coherente con la anterior y con los otros conocimientos que tenemos en MLP. La posibilidad de
aplicar una buena gestión de memoria dependerá en gran medida de la estructura del material: las
oraciones con inclusión central no la permiten, mientras que las que tienen recursión hacia la
derecha sí, al permitir la extracción de las proposiciones de cada una de sus oraciones subordinadas,
y su integración paulatina con el modelo mental del discurso. Debido a que los hablantes y los
oyentes tienen los mismos problemas de limitación de memoria, la organización de las oraciones
que ayuda al hablante es también la mejor para el oyente. Por esto, es relativamente extraño
encontrarnos con problemas derivados de excesivas demandas sobre las memorias de trabajo
intermedias del lenguaje. Sin duda, la aplicación del principio de cooperación de Grice también es
una razón importante para que los hablantes eviten las construcciones problemáticas

Soluciones oportunistas

Aquellas que se apoyan en cualquier característica peculiar de la tarea, la modalidad del lenguaje o el
propio lenguaje que se utiliza como ayuda para la resolución de cualquiera o de todos los problemas
de procesamiento anteriores, sea en sus versiones más generales o en las formas concretas que tomen
en esos casos. Un campo en el cual se ha realizado mucha investigación es cómo se aprovechan las
peculiaridades rítmicas del lenguaje concreto que se habla para ayudar a solucionar el problema de
la ambigüedad en la segmentación del habla: Cómo ciertas características del ritmo propio de unos
idiomas frente a otros se utilizan para ayudar a descubrir dónde están los límites entre palabras.

La investigación psicolingüística

Dentro del estudio multidisciplinar de una temática como la del lenguaje y la comunicación, con
tantas disciplinas interesadas y aportando cosas, lo que caracteriza a una determinada disciplina es
más el modo de estudio que el contenido de lo que se estudia. La característica más definitoria de la
psicolingüística dentro del conjunto de disciplinas interesadas en el lenguaje y la comunicación es el
método que usa. La psicolingüística usa el método científico, y en concreto, mide siempre la
conducta del individuo como variable dependiente. Su objetivo principal es inferir la estructura y
procesos subyacentes que dan lugar a esa conducta. Además del método, cada disciplina desarrolla
una preferencia por una serie de cuestiones concretas que le son más propias y características. La
primera de ellas para la psicolingüística es la cuestión de la “realidad psicológica” de las ideas
presentadas en los capítulos anteriores. Hasta ahora, la visión del sistema de la comunicación
humana que hemos presentado en este libro se apoya fundamentalmente en argumentos racionales
y en intuiciones muy amplias y generales que todos tenemos acerca de la comunicación y el
lenguaje. Hemos considerado desde un punto de vista racional cuáles son los problemas de diseño y
de procesamiento que debe solucionar el sistema de la comunicación, y hemos planteado cuáles
pueden ser sus soluciones. Pero una argumentación racional, aunque sea de gran peso, no es
suficiente para un psicólogo: es necesaria la demostración empírica de la “realidad psicológica” de
esas ideas.

El conjunto de cuestiones relacionadas con la realidad psicológica de las representaciones y


procesos, con su organización funcional, curso temporal y grado de modularidad o de
interactividad, constituyen la investigación de la “arquitectura funcional” del sistema. Así, la
psicolingüística se puede definir como la ciencia que estudia la arquitectura funcional del sistema
mental que soporta el lenguaje y la comunicación humana, mediante el uso de medidas
conductuales tomadas a personas mientras se implican en tareas que ponen en marcha este sistema.
El trabajo en psicolingüistica avanza actualmente muy ligado a las aportaciones de la
neuropsicología cognitiva, que adopta una aproximación muy semejante, pero estudia personas con
déficits debidos a lesiones cerebrales, y a las de la neurociencia cognitiva, que estudia la actividad
cerebral mientras las personas desarrollan tareas conductuales. La estrategia científica más utilizada
en psicolingüística es el método hipotéticodeductivo. A partir de una teoría detallada, o conjunto
de supuestos acerca de cómo es y cómo se utiliza la arquitectura funcional del sistema, se extraen
predicciones concretas sobre aspectos medibles de la conducta de las personas realizando tareas bien
definidas. Se toman esas medidas conductuales y los resultados se usan para apoyar o falsar el
conjunto de supuestos a partir de los cuales se realizaron las predicciones. Esta estrategia se
suplementa a menudo con la realización de simulaciones por ordenador. Idealmente, cuando una
teoría es lo suficientemente detallada, se puede implementar en forma de un programa de
ordenador, y luego puede observarse la conducta del ordenador al realizar tareas concretas cuando
sigue ese programa. El ordenador sigue ciegamente los pasos que le indica el programa, de modo
que su ejecución es fruto de los supuestos incluidos en la teoría. Los detalles de la conducta del
ordenador constituyen así predicciones muy específicas de la teoría, que pueden entonces
compararse con la conducta real de las personas. Si hay acuerdo, los datos apoyan a la teoría.

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