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Es decir, mantiene su imparcialidad y su visión neutral ante los sucesos, y los aprovecha
sin emitir juicios de valor1.
1
Los libros de lectura que pueden consultarse para trabajar las cuestiones que se abordarán en
este texto, y que aquí se han utilizado, son: 1) H. Ferrer: El Inversor global; 2) Olivier Blanchard: Manual
de Macroeconomía; 3) Bernard Baumohl - The Secrets Of Economic Indicators. De contar con la posibilidad
de comprarlos, por derechos de autor, se deben comprar dichos libros.
Plataformas de internet: 1) Webull, para trabajo y estudio de las cotizaciones en EEUU; 2)
Quantfury, para el trading propiamente dicho, esto es, para fondear el dinero fácilmente a través de
criptomoneda, e invertir sin demasiados costos de transacción; 3) Binance o Satoshi Tango, ambos
intercambios sirven para comprar cripto moneda y poder operar en dólares.
se denomina: “trading macro”. No suele interesarse especialmente por los detalles de una
determinada compañía o lo que pueda ocurrir con un instrumento financiero en particular. Su
punto de observación son los grandes datos económicos, el funcionamiento del sistema político
y el comportamiento de esas variables con respecto a la bolsa.
El trading macro es una disciplina propicia para ser practicada en el medio plazo,
entendido el medio plazo como el rango de tiempo que va desde unas pocas semanas hasta unos
pocos años.
Los ciclos económicos existen. Las economías pasan por fases de expansión o
crecimiento y por fases de recesión o contracción. A partir de este hecho objetivo, las diferentes
escuelas económicas divergen a la hora de intentar explicar las causas de los ciclos económicos
y en cómo evitar o, al menos, atemperar las recesiones para que sean menos severas para los
habitantes de un país. Para la bolsa, no es imprescindible conocer las teorías económicas. En la
bolsa estudiamos cómo se comportaron y comportan una serie de indicadores económicos con
respecto a la bolsa para poder extraer conclusiones rentables en favor de nuestra cartera de
inversión. No nos centramos en explicar por qué ocurre el ciclo económico, sino en detectar en
tiempo real si nos encontramos en una fase de expansión económica, en una fase de recesión o
en una fase de cambio, que a la postre es lo que importa para especular con éxito. Se trata de
analizar el ciclo económico desde un punto de vista empírico y fenomenológico, no entrando en
las causas profundas que producen los cambios cíclicos ya que esta es en realidad la tarea de los
economistas.
Desde el punto de vista bursátil el ciclo económico se puede dividir en tres fases: (1) la
expansión económica, (2) la recesión acelerada y (3) la recesión desacelerada que tiene lugar
antes de toda nueva expansión.
Pone de ejemplo la historia de un director de hospital, que llegó y tuvo que tomar
decisiones. Los pacientes con problemas de infarto ocupaban mucho al hospital, y con tres datos
de una investigación, se aseguró de tener mejor diagnósticos y de que el hospital público
funcione mejor. No se trataba de tener más análisis de las personas con problemas de infartos,
sino de diagnosticarlos bien, con una investigación adecuada. A veces menos, es más.
Parece que algo tan complejo de predecir como los mercados financieros, necesitan
herramientas complejas y sofisticadas para descifrarlos. Necesitamos leer todo el día todo tipo
de opiniones y contrastarlas; necesitamos mucha información, más feeds, más análisis, más
expertos, más blogs, más periódicos, más indicadores para saber qué hará la bolsa. Pero eso no
es necesariamente así. Humildad en el enfoque, autonomía intelectual, flexibilidad y simplicidad
son virtudes maestras para el especulador. O dicho de otro modo, la especulación no necesita
grandes teorías generales, no puede practicarse siguiendo las ideas y consejos de los demás, es
un arte imposible sin la cualidad del cambio de opinión y no existe a menos que el observador
aprenda a reducir la abundante información que el mundo nos ofrece.
1.1.- Introducción.
El modelo macroeconómico utilizado a continuación, es similar a los utilizados por el FMI
y la OCDE.
Para empezar, diré que cuando los economistas quieren profundizar y examinar el estado
de salud del país, analizan tres variables básicas y la comparan con su media, es decir, con el
valor promedio de esas variables a lo largo del tiempo:
• La tasa de inflación, es decir, la tasa a la que aumenta el precio medio de los bienes de
la economía con el paso del tiempo. Nos involucramos aquí en el mercado financiero.
EEUU.
Alemania.
China.
Japón.
PBI promedio de los últimos: 20 años – 1,9 %
Cuando comenzó la crisis de 2008, la Fed trató de contener la caída del gasto reduciendo
el tipo de interés que controla. el denominado tipo de los fondos federales. Como puede
observarse en el Gráfico 1.4 de la página 8. el tipo de los fondos federales pasó del 5.2 % en julio
de 2007 hasta casi el O% (0.16 % para ser precisos) en diciembre de 2008.
¿Por qué se detuvo la Fed en cero? Porque el tipo de interés no puede ser negativo. Si lo
fuera. nadie mantendría bonos y todo el mundo querría, en cambio. mantener efectivo, ya que
el efectivo paga un tipo de interés cero. En macroeconomía. a esta restricción se le denomina el
límite inferior cero, y es con la que tropezó la Fed en diciembre de 2008.
Este acusado descenso del tipo de interés, que abarató el endeudamiento de los
consumidores y la inversión de las empresas, contuvo seguramente la caída de la demanda y el
descenso de la producción. Sin embargo, esto no fue suficiente para evitar una profunda
recesión: el crecimiento en Estados Unidos fue negativo en 2008 y 2009. Para contribuir a que la
economía se recuperase, la Fed después mantuvo el tipo de interés próximo a cero, donde ha
permanecido hasta ahora (el otoño de 2015).
¿Por qué los bajos tipos de interés constituyen un posible problema? Por dos motivos:
el primero es que los tipos bajos limitan la capacidad de la Fed para responder a ulteriores
perturbaciones negativas. Si el tipo de interés es (próximo a) cero y la demanda vuelve a caer,
poco podrá hacer la Fed para estimular la demanda. El segundo es que los bajos tipos de interés
parecen inducir una excesiva asunción de riesgos por parte de los inversores. Como el
rendimiento de mantener bonos es tan bajo, los inversores se ven tentados a asumir un excesivo
riesgo para incrementar sus rendimientos. Y un excesivo riesgo puede, a su vez, ocasionar crisis
financieras del tipo que acabamos de experimentar.
Pasamos a analizar la producción, el desempleo y la inflación, como las tres variables
fundamentales de la economía.
El PIB puede ser nominal o real, según tenga en cuenta o no la inflación. Por lo general,
el dato de PBI que se publica es el REAL , es decir, el que toma en cuenta los aumentos de precios
causados por la inflación y no los computa como producción, a resultas de lo cual, el valor
informado es real y se lo llama así.
Igualmente importante es el nivel del PIB real per cápita, que es el cociente entre el PIB
real y la población del país. Indica el nivel medio de vida del país.
La cuestión práctica es cómo definir este nivel de precios para poder medir la inflación.
Los macroeconomistas suelen examinar dos indicadores del nivel de precios. es decir. dos índices
de precios: el deflactor del PIB y el Índice de Precios.
Si vemos que el PIB nominal aumenta más deprisa que el PIB real, la diferencia tiene que
deberse a una subida de los precios. Eso nos lleva a la definición del deflactor del PIB. El deflactor
del PIB en el año t, es el cociente entre el PIB nominal y el PIB real en el año t.
El deflactor del PIB indica el precio medio de la producción, es decir. de los bienes finales
producidos en la economía. Sin embargo, a los consumidores les interesa el precio medio del
consumo, es decir. de los bienes que consumen. Los dos precios no tienen por qué ser iguales:
el conjunto de bienes producidos en la economía no es igual que el conjunto de bienes
comprados por los consumidores.
b) El índice de precios.
Para medir el precio medio del consumo o, en otras palabras, el coste la vida, los
macroeconomistas examinan otro índice, llamado el Índice de Precios de Consumo o IPC. El IPC
indica el coste monetario de una lista específica de bienes y servicios a lo largo del tiempo. El IPC
no debe confundirse con el IPP o índice de precios al por mayor, que es un índice de los precios
de los bienes producidos en el país por la industria manufacturera, la minería, la agricultura, la
pesca, la silvicultura y las empresas eléctricas.
El IPC y el deflactor del PIB varían al unísono la mayor parte del tiempo. La mayoría de
los años, las dos tasas de inflación difieren en menos de un 1 %. Pero existen claras excepciones.
En 1979 y 1980, Ja subida del IPC fue significativamente mayor que la del deflactor del PIB. No
es difícil averiguar la razón. Recuérdese que el deflactor del PIB es el precio de los bienes
producidos en Estados Unidos, mientras que el IPC es el precio de los bienes consumidos en
Estados Unidos. Esto significa que cuando el precio de los bienes importados sube en relación
con el de los bienes producidos en Estados Unidos, el IPC aumenta más deprisa que el deflactor
del PIB. Esto es precisamente lo que ocurrió en 1979 y 1980. El precio del petróleo se duplicó. Y
aunque Estados Unidos es productor de petróleo, produce menos de lo que consume: era y sigue
siendo importador de petróleo. El resultado fue una gran subida del IPC en comparación con la
del deflactor del PIB.
Nos referiremos simplemente al nivel de precios y lo representaremos por Pr, sin indicar
si estamos pensando en el IPC o en el deflactor del PIB.
Sin embargo, para crecer de manera sostenida, tiene que haber desequilibrios: los
consumidores tienen que tener mayores ingresos, y el estrés de la producción debe sanearse
con inversión para satisfacer esa demanda, y posibilitar al país el crecimiento. Es una relación
delicada, y progresiva, y a la vez necesaria, dado el aumento de la población.
Factores que distorsionan el equilibrio en el crecimiento económico:
• Las variaciones de la renta alteran la demanda de bienes y permite el ahorro, que luego
se destina a inversión.
a) La determinación de la producción de equilibrio.
La demanda de bienes está compuesta de tres elementos: consumo, inversión y gastos
del Estado.
Las decisiones de consumo dependen de muchos factores, pero el principal es, sin lugar
a dudas, la renta, o mejor dicho, la renta disponible, es decir, la renta que queda una vez que los
consumidores han recibido sus ingresos y han pagado los impuestos. Cuando aumenta su renta
disponible, compran más bienes; cuando disminuye, compran menos; de todos modos, no toda
renta se consume, sino que también se destina al ahorro.
1. Expectativas de Inversión:
2. Política Fiscal:
- Cambios en el gasto del gobierno y en las políticas fiscales pueden alterar el gasto autónomo.
Por ejemplo, aumentos en el gasto público o reducciones de impuestos pueden impulsar el gasto
autónomo agregado.
3. Política Monetaria:
- Las acciones de los bancos centrales, como cambios en las tasas de interés, afectan las
condiciones financieras y las decisiones de inversión. Las tasas de interés más bajas pueden
estimular el gasto autónomo, especialmente en inversiones y compras a crédito.
- Cambios en la riqueza de los hogares, como el valor de los activos (por ejemplo, propiedades
y acciones), pueden influir en las decisiones de gasto. Un aumento en la riqueza puede llevar a
un mayor gasto autónomo.
- Si los consumidores y las empresas tienen expectativas positivas sobre los ingresos futuros,
es probable que aumenten su gasto autónomo. Las expectativas pesimistas pueden tener el
efecto contrario.
- La tasa de empleo y las condiciones del mercado laboral influyen en la capacidad y disposición
de los consumidores a gastar. Un mercado laboral fuerte tiende a aumentar el gasto autónomo.
7. Condiciones Internacionales:
8. Niveles de Endeudamiento:
- Los niveles de endeudamiento de los hogares y las empresas pueden influir en su capacidad
para gastar. Altos niveles de endeudamiento pueden limitar el gasto autónomo si los agentes
económicos buscan reducir deudas.
Veamos ahora como funciona una de esas variables, la política monetaria, pues en la
bolsa de EEUU es un instrumento muy utilizado por la FED para regular la economía, y al hacerlo,
afecta decididamente las cotizaciones.
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Cuestiones terminológicas.
a) Dinero es lo que puede emplearse para pagar las transacciones: el efectivo y los depósitos a
la vista en los bancos.
d) La riqueza es el valor de todos nuestros activos financieros menos todos nuestros pasivos
financieros. A diferencia de la renta o del ahorro, que son variables de flujo, la riqueza financiera
es una variable de «stock»: es el valor de la riqueza en un determinado momento del tiempo.
e) La inversión es un término que los economistas reservan para la adquisición de nuevos bienes
de capital, desde máquinas hasta plantas y edificios de oficinas. Cuando queremos referirnos a
la compra de acciones o de otros activos financieros, debemos utilizar la expresión inversión
financiera.
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Cuanto más bajo es el tipo de interés (cuanto más bajo es i), mayor es la cantidad de
dinero que quieren mantener los individuos (mayor es M). Dado el tipo de interés, un aumento
de la renta nominal eleva la demanda de dinero.
Una vez analizada la demanda de dinero, a continuación, examinaremos la oferta de
dinero y después el equilibrio, todo esto, en relación con el banco central y los bancos que de él
dependen, en un símil a lo que es el funcionamiento de la FED.
Para que los mercados financieros estén en equilibrio, la oferta monetaria debe ser igual
a la demanda de dinero.
En palabras: para una oferta monetaria dada, el aumento de la renta nominal provoca
una subida del tipo de interés. La razón se halla en que al tipo de interés inicial. la demanda de
dinero es superior a la oferta. La subida del tipo de interés reduce la cantidad de dinero que
quieren tener los individuos y restablece el equilibrio.
En las economías modernas, los bancos centrales suelen modificar la oferta monetaria
comprando o vendiendo bonos en el mercado de bonos. Si un banco central quiere aumentar la
cantidad de dinero que hay en la economía. compra bonos y los paga creando dinero. Si quiere
reducirla, vende bonos y retira de la circulación el dinero que recibe a cambio. Estas actividades
se denominan operaciones de mercado abierto porque se realizan en el «mercado abierto» de
bonos.
Por lo tanto:
Cuando el tipo de interés nominal es igual a cero, el público quiere mantener una
cantidad de dinero al menos igual a la distancia 0-B. Es lo que necesita para realizar
transacciones, pero está dispuesto a mantener incluso más dinero (y, por lo tanto, menos bonos),
ya que le da lo mismo mantener dinero que bonos. Así pues. la demanda de dinero se vuelve
horizontal a partir del punto B y genera obviamente activa la economía pero da lugar a la
inflación, dado el exceso de efectivo.
Sin embargo, es un recurso que se ha utilizado, por ejemplo, la FED, lo utilizó en la crisis
de 2008: desde mediados de 2007 a diciembre de 2015 la tasa fue de 0.25%. No cayó en la
trampa de liquidez, porque en realidad, en una economía con más de un tipo de bonos como la
economía de EEUU, las operaciones de mercado abierto pueden afectar a los tipos de interés
relativos de otros bonos e influir en la economía. Pero de continuar mucho tiempo, la política
monetaria ya no afecta al tipo de interés, y sin esa herramienta, una crisis no puede enfrentarse
y el banco central está indefenso.
El supuesto de que el banco central elige la oferta monetaria, dejando luego que el tipo
de interés se ajuste, no se corresponde con la realidad actual. Aunque los bancos centrales
consideraron en el pasado la oferta monetaria como la variable de política monetaria, en la
actualidad centran directamente su atención en el tipo de interés. Eligen un tipo de interés.
llamémosle T, y ajustan la oferta monetaria para alcanzarlo y esa es la variable a considerar: la
política monetaria del gobierno, y en EEUU, de la FED.
Por tanto, consideraremos que el banco central elige el tipo de interés, y hace con la
oferta monetaria lo que sea necesario para alcanzar este tipo de interés. Así pues, tendremos
una curva extremadamente sencilla, a saber: una línea recta horizontal en el gráfico trazada al
valor del tipo de interés, i, elegido por el banco central.
La principal simplificación de este primer modelo era que el tipo de interés no afectaba
a la demanda de bienes. La primera tarea en este apartado es eliminar esta simplificación e
introducir el tipo de interés y los impuestos en el modelo del equilibrio del mercado de bienes,
es decir, consideraremos la política monetaria y la política fiscal como dos variables con las que
se interviene en la economía, sea para lograr un equilibrio que se ha visto afectado por algún
factor o para lograr un objetivo político que el gobierno desee alcanzar. Finalmente, hay que
graficar el equilibrio que debe darse entre el mercado de bienes y el mercado financiero.
1) Tipos de interés y mercado de bienes.
En respuesta a una reducción del tipo de interés, la inversión tarda algún tiempo en
responder al descenso del tipo de interés. la producción tarda algún tiempo más en aumentar
en respuesta al aumento de la demanda y el consumo y la inversión tardan algún tiempo más en
aumentar en respuesta al cambio inducido de la producción, y así sucesivamente. La descripción
precisa del proceso de ajuste que implican todas estas fuentes de la dinámica es evidentemente
complicada, pero la consecuencia básica es sencilla: la producción necesita tiempo para ajustarse
– 1 ó 2 años, aprox. - a los cambios de la política fiscal y la política monetaria.
El nivel de precios – que se busca reducir con la subida de tipos, para enfriar una
economía – apenas varía durante los seis primeros trimestres aproximadamente. Solo parece
descender después de los seis primeros trimestres, lo que constituye una valiosa indicación de
las razones por las que el modelo que venimos analizando es menos fiable cuando examinamos
el medio plazo. A medio plazo ya no es posible suponer que el nivel de precios está dado y sus
variaciones cobran importancia.
A ello hay que agregar, que el tipo de interés de la FED o del banco central (tipo de interés
oficial) no es el tipo de interés que trabajan los bancos y los intermediarios financieros para
otorgar préstamos, ya que en estos casos se contempla la prima del riesgo, como se le dice, que
tiene en cuenta la inflación esperada y el apalancamiento – los créditos – de los intermediarios
financieros para ampliar sus beneficios, factores que elevan la tasa de interés real de
endeudamiento de la sociedad.
2) Los impuestos y el mercado de bienes.
Se ha trazado el gráfico anterior suponiendo que los valores de los impuestos y del gasto
están dados. Consideremos ahora una subida de los impuestos de T a T'. A un tipo de interés
dado, por ejemplo, (i), la renta disponible disminuye, lo que provoca una reducción del consumo,
lo cual provoca, a su vez, una disminución de la demanda de bienes y una disminución de la
producción de equilibrio. El nivel de producción de equilibrio disminuye de Y a Y'. En otras
palabras, la curva IS se desplaza hacia la izquierda: a un tipo de interés dado, el nivel de
producción de equilibrio es más bajo que antes de la subida de los impuestos.
En términos más generales, cualquier factor que. dado el tipo de interés. reduce el
nivel de producción de equilibrio provoca un desplazamiento de la curva IS hacia la izquierda.
Hemos examinado el caso de una subida de los impuestos, pero lo mismo ocurriría con
una disminución del gasto público o con una pérdida de confianza de los consumidores (que
reduce el consumo, dada la renta disponible). Simétricamente, cualquier factor que, dado el tipo
de interés, eleva el nivel de producción de equilibrio - una reducción de los impuestos, un
incremento del gasto público, un aumento de la confianza de los consumidores - provoca un
desplazamiento de la curva IS hacia la derecha.
1.6.2.- El mediano plazo. El mercado laboral.
Este tema es muy importante, porque un correcto análisis de estas cuestiones permite
adelantarse a los sucesos económicos y, por ende, tomar posiciones en el mercado con una
cierta ventaja. Esto es así, porque las variaciones interanuales de la tasa de desempleo guardan
una estrecha relación con las recesiones y las expansiones.
a) A mayor desempleo, mayor posibilidad de encontrar trabajo.
Ante una reducción de la demanda, las empresas primero frenan las nuevas
contrataciones, y luego, si persiste el fenómeno, empiezan a despedir empleados. Cuanto mayor
es el desempleo, se sabe, las personas suelen conseguir trabajo más rápido que cuando el
desempleo es bajo. Esto está estudiado y puede graficarse:
El nivel de precios es importante porque a los trabajadores no les interesa saber cuántos
dólares reciben, sino cuántos bienes pueden comprar con esos dólares. Del mismo modo, a las
empresas no les interesa en sí los salarios nominales que pagan a los trabajadores, sino los
salarios nominales que pagan en relación con el precio de los bienes que venden.
De esta forma, podemos decir que si los trabajadores esperan que el nivel de precios -el
precio de los bienes que compran- se duplique, pedirán una duplicación de su salario nominal. Y
si las empresas esperan que el nivel de precios -el precio de los bienes que venden- se duplique,
estarán dispuestas a duplicar el salario nominal. Así pues, si tanto los trabajadores como las
empresas esperan que el nivel de precios se duplique, acordarán duplicar el salario nominal,
manteniendo constante el salario real.
2) La tasa de desempleo.
3) Una variable residual, para abarcar supuestos varios menos relevantes o eventuales.
Dentro de estos supuestos, tenemos desde el costo del seguro de desempleo hasta un
aumento del precio de petróleo. Es decir, diferentes factores eventuales que deben tomarse en
cuenta para fijar el salario, pero que no son fijos sino más bien eventuales y variables.
b) La determinación del precio de los bienes que venden las empresas.
Del mismo modo que los salarios, los precios de los bienes dependen de muchos
factores, algunos constantes, otros eventuales o incluso variables. También aquí es necesario
hacer una simplificación a los efectos de tener una idea precisa para evaluar el estado de una
economía y su posible expansión o recesión.
Los precios fijados por las empresas dependen de los costes a los que se enfrentan. Estos
costes dependen, a su vez. de la naturaleza de la función de producción, que es la relación entre
los factores utilizados en la producción y la cantidad producida, y de los precios de estos factores.
Entre esos factores, el costo principal está compuesto por los salarios, las materias primas y el
costo del capital.
Supondremos de momento que las empresas producen bienes utilizando trabajo como
único factor de producción. En este caso. podemos expresar la función de producción de la
forma siguiente:
Y = AN
Y = (1+m) AN
Debe quedar claro que este supuesto es una enorme simplificación para explicar la tasa
“natural” de desempleo, que luego sirve para determinar la tasas “natural” de producción, que
es, en definitiva, lo que hace que los analistas del mercado inviertan o desinviertan y que hace,
además, que el informe de empleo de las autoridades de EEUU sea tan sensible para el mercado
de acciones.
Ecuación de salarios.
Como ya hemos visto, cuanto más alta es la tasa de desempleo, más bajo es el salario
real elegido por los encargados de fijar los salarios. La razón intuitiva es sencilla: cuanto más alta
es la tasa de desempleo, más débil es la posición negociadora de los trabajadores y más bajo
será el salario real.
Para que haya equilibrio en el mercado de trabajo, el salario real elegido en la fijación de
salarios tiene que ser igual al implícito en la fijación de los precios por parte de las empresas. En
el gráfico, el equilibrio se encuentra, pues, en el punto A y la tasa de desempleo de equilibrio es
(Un). La tasa de desempleo de equilibrio, se denomina en macroeconomía: la tasa natural de
desempleo.
Esta terminología se ha convertido en la habitual, pero en realidad las palabras están mal
elegidas. La palabra natural sugiere que se trata de una constante de la naturaleza, es decir, una
constante a la que no le afectan las instituciones y la política económica. Sin embargo, como
pone de manifiesto la manera en que se obtiene, la tasa natural de desempleo es todo menos
natural.
Pongamos un ejemplo.
Un aumento de las prestaciones por desempleo. Un aumento de las prestaciones por
desempleo puede representarse por medio de un aumento de z: como al aumentar las
prestaciones la perspectiva del desempleo es menos dolorosa, el salario elegido en la fijación de
los salarios sube, dada la tasa de desempleo y, por tanto, la ecuación de salarios se desplaza en
sentido ascendente. Dada la tasa de desempleo, un incremento de las prestaciones por
desempleo provoca un aumento del salario real. Para que el salario real vuelva a ser el que las
empresas están dispuestas a pagar, la tasa de desempleo tiene que ser más alta. La tasa natural
de desempleo aumenta de Un a U´n.
La curva de Phillips original implicaba que no existía una tasa natural de desempleo: si
autoridades económicas estaban dispuestas a tolerar una tasa de inflación más alta, podían
mantener indefinidamente una tasa de desempleo más baja. Y, en realidad, durante la década
de 1960, parecía que llevaban razón. En 1958, A. W. Phillips dibujó un diagrama que representaba
la evolución de la relación entre la tasa de inflación y la tasa de desempleo en el Reino Unido
desde 1861 a 1957. Encontró pruebas claras de que la relación era negativa: cuando el
desempleo era bajo, la inflación era alta, y cuando el desempleo era alto, la inflación era baja y
a menudo incluso negativa. Dos años más tarde, esto se comprobó también en EEUU, y se
empezó a aplicar con éxito.
El problema, es que eso funcionaba cuando las empresas y los trabajadores no sabían
qué inflación iba a tener el año siguiente, y se manejaban con una inflación esperada o supuesta.
Cuando las autoridades empezaron a aplicar esa medida, funcionó unos años, pero luego
empresarios y trabajadores ya preveían esa inflación en la fijación de salarios y precios, y se
terminó ocasionando una inflación acelerada.
Milton Friedman y Edmund Phelps fueron quienes pusieron en duda, por razones lógicas,
la existencia de una relación de ese tipo entre el desempleo y la inflación. Sostenían que solo
podía existir esa relación si los encargados de fijar los salarios predecían sistemáticamente una
inflación inferior a la efectiva y que era improbable que cometieran el mismo error
indefinidamente. También sostenían que si el Gobierno intentaba mantener un desempleo más
bajo aceptando una inflación más alta la relación acabaría desapareciendo: la tasa de desempleo
no podría mantenerse por debajo de un determinado nivel, que llamaron la tasa natural de
desempleo. Los hechos demostraron que tenían razón y la relación entre la tasa de desempleo
y la de inflación desapareció de hecho.
¿Cuál ha sido la tasa natural de desempleo en Estados Unidos desde 1970? La evidencia
sugiere que desde 1970 la tasa media de desempleo necesaria en Estados Unidos para
mantener constante la inflación ha sido del 6 %.
No es una cuestión menor. Vale pensar en lo siguiente: cuando la inflación es, en
promedio, de un 3 % al año, los encargados de fijar los salarios pueden razonablemente confiar
en que la inflación se encontrará, por ejemplo, entre el 1 y el 5 %. Cuando es, en promedio, de
un 30 % al año, pueden confiar en que se encontrará entre el 20 y el 40 %. En el primer caso, el
salario real puede acabar siendo un 2 % mayor o menor de lo que esperaban cuando fijaron el
salario nominal. En el segundo caso, puede acabar siendo un 10 % mayor o menor de lo que
esperaban. En el segundo caso hay mucha más incertidumbre.
Cuando la tasa de desempleo es menor que la tasa natural, la inflación efectiva resulta
ser superior a la esperada. Cuando la tasa de desempleo es mayor que la tasa natural, la inflación
efectiva resulta ser inferior a la esperada. Dado que la primera relación (ecuación (9.1)) está
expresada en términos de producción, nuestro primer paso debe ser reformular la curva de
Phillips para expresarla en términos de producción y no de desempleo. Recordemos que “la tasa
de desempleo determina el nivel de empleo y, dada la función de producción, el nivel de empleo
determina el nivel de producción”
Esta expresión nos ofrece una sencilla relación entre la desviación de la producción con
respecto a la potencial y la desviación del desempleo con respecto a su tasa natural. La diferencia
entre la producción y la producción potencial se denomina a la brecha de la producción. Si el
desempleo es igual a la tasa natural, la producción es igual a la producción potencial y brecha de
la producción es igual a cero; si el desempleo está por encima de la tasa natural, la producción
está por debajo de la potencial y la brecha de la producción es negativa; y el desempleo está por
debajo de la tasa natural, la producción está por encima de la producción potencial y la brecha
de la producción es positiva.
¿Qué sucede con el paso del tiempo si el tipo oficial no varía y tampoco ninguna de las
variables que afectan a la posición? En ese caso, la producción continúa por encima de la
potencial y la inflación sigue aumentando. Sin embargo, en algún momento la política económica
probablemente reaccionará ante este aumento de la inflación y el banco central, antes o
después, este elevará el tipo oficial para reducir la producción hasta la potencial y lograr cesen
las presiones sobre la inflación.
Conforme la producción cae, la economía se desplaza hacia abajo a lo largo de la curva
PC desde A hasta A'. En el punto A', el tipo oficial es igual a rn, la producción es igual a Yn y, como
consecuencia, la inflación es constante. Este es el equilibrio a medio plazo. La producción es igual
a la potencial, y, como resultado, cesan las presiones sobre la inflación. A esta tasa de interés, se
le denomina tasa de interés natural o neutral.
El hecho de que la producción tarde tiempo en regresar a su nivel natural plantea una
cuestión sobre la inflación. Durante el proceso de ajuste, la producción se encuentra
continuamente por encima de su potencial, por lo que la inflación aumenta continuamente. Por
tanto, cuando la economía alcanza el punto A', la inflación es más alta de lo que era en el punto
A. Si al banco central no solo le interesa una inflación estable, sino también el nivel de inflación,
podría perfectamente decidir que no solo debe estabilizar la inflación, sino también reducirla.
En estos casos, el tipo de interés será aún más elevado y por más tiempo, y eso en la práctica es
ocasionar una recesión. En otras palabras, si el banco central desea alcanzar un nivel de inflación
constante a mediano plazo, entonces al auge inicial de la producción estimulado por las bajas
tasas de interés, debe seguirle una recesión ocasionada por las altas tasas de interés
compensatorias.
Pero esto no es todo, hay otros supuestos más eventuales que deben considerarse en la
dinámica y el equilibrio a mediano plazo.
b) La consolidación fiscal.
Veamos primero el gráfico:
en el punto A de los diagramas superior e inferior del gráfico. La producción Y es igual a Yn, el
tipo oficial es igual a r, y la inflación es estable. Supongamos ahora que el Gobierno, que está
incurriendo en un déficit, decide reducirlo, por ejemplo, elevando los impuestos. En términos
del gráfico, el aumento de los impuestos desplaza la curva IS hacia la izquierda desde IS hasta IS'.
El nuevo equilibrio a corto plazo viene dado por el punto A' de los diagramas superior e inferior
del gráfico. Dado el tipo oficial r, la producción disminuye desde Yn hasta Y' y la inflación
comienza a descender. En otras palabras, si la producción inicial fuese la potencial, la
consolidación fiscal, por muy deseable que fuera por otros motivos, induce a una recesión
Como la renta es la misma que antes de la consolidación fiscal pero los impuestos son
más altos, el consumo es menor, aunque no tan bajo como lo era a corto plazo. Como la
producción es la misma pero el tipo de interés es más bajo, la inversión es mayor que antes. En
otras palabras, la reducción del consumo se compensa con un aumento de la inversión, de modo
que la demanda y, en consecuencia, la producción no varía. Este resultado contrasta
abiertamente con lo sucedido a corto plazo y hace que la consolidación fiscal parezca más
atractiva. Aunque la consolidación puede reducir la inversión a corto plazo, la aumenta a medio
plazo.
También podría tener lugar una consolidación fiscal sin una caída de la producción a
corto plazo. Lo único que haría falta sería una estrecha coordinación entre el banco central y el
Gobierno. Conforme la consolidación fiscal tiene lugar, el banco central debería reducir el tipo
oficial para mantener la producción en su nivel natural. En otras palabras, la correcta
combinación de las políticas fiscal y monetaria puede lograr que el equilibrio a medio plazo se
alcance a corto plazo. De hecho. esta coordinación ocurre en ocasiones.
Hasta ahora, hemos supuesto que la producción se obtenía utilizando solo trabajo. Una
manera de ampliar nuestro modelo sería reconocer explícitamente que la producción se obtiene
utilizando trabajo y otros factores productivos (incluida la energía) y luego averiguar qué efecto
tiene una subida del precio del petróleo en el precio que fijan las empresas y en la relación entre
la producción y el empleo. Un método más sencillo, que es el que seguiremos aquí, consiste
simplemente en captar la subida del precio del petróleo mediante un aumento de m, el margen
del precio, sobre el salario nominal. La justificación es clara: dados los salarios, una subida del
precio del petróleo eleva el coste de producción, obligando a las empresas a subir los precios
para mantener la misma tasa de beneficio.
Un aumento del margen desplaza hacia abajo la ecuación de precios, de PS a PS'. Cuanto
mayor sea el margen, menor será el salario real implícito en la fijación de precios. El equilibrio
pasa de A a A'. El salario real cae y la tasa natural de desempleo aumenta. El razonamiento es el
siguiente: como las empresas tiene que pagar más por petróleo, el salario que pueden pagar es
más bajo. Lograr que los trabajadores acepten ese ario real más bajo exige un aumento del
desempleo.
El aumento de la tasa natural de desempleo conlleva, a su vez, una caída del nivel natural
de empleo. Si suponemos que la relación entre el empleo y la producción no varía, es decir, que
cada unidad de producción aún requiere un trabajador, además del factor energía, entonces la
caída del nivel natural de empleo conlleva una caída idéntica de la producción potencial.
Resumiendo: una subida del precio del petróleo induce también a una caída de la producción
potencial.
Si el banco central no modifica el tipo oficial, la producción no varía, pero al mismo nivel
de producción le corresponde ahora una inflación más alta. Dados los salarios, el precio del
petróleo induce a las empresas a subir sus precios. por lo que la inflación es más alta.
Por tanto, el banco central elevará en algún momento el tipo oficial para estabilizar la
inflación. Conforme lo haga, la economía se desplazará a medida que la producción cae hacia su
nuevo nivel más bajo. La inflación continúa aumentando, aunque de una forma cada vez más
lenta hasta que finalmente se estabiliza de nuevo. Una vez que la economía llegue su equilibrio
tendremos todo bien a mediano plazo, pero como la producción potencial es menor, la subida
del precio del petróleo se refleja en un nivel de producción permanentemente más bajo.
En términos más sencillos, con el aumento del precio del petróleo, la economía podría
experimentar una fuerte recesión de la que solo se recuperará parcialmente.
En la bolsa, se dice normalmente que los operadores se adelantan, es decir, que operan
por las expectativas, de modo que muchas veces cuando los sucesos económicos realmente
ocurren la bolsa casi no es afectada, porque ya descontó ese suceso con anterioridad,
basándose, precisamente, en las expectativas de que el mismo iba a suceder. Las expectativas,
inflan los precios de los activos, generando lo que se conoce con el nombre de “burbujas”; las
expectativas sobrevaloran activos simplemente porque están de moda, ergo, las expectativas,
son un tema relevante para la economía.
Si el tipo de interés nominal a un año es (i) obteniendo un préstamo de un dólar este año
se obtienen 1 + it dólares el próximo año. O lo que es lo mismo, pedir prestado un dólar este año
implica devolver 1 + it dólares el próximo año. En ese sentido, un dólar de este año vale 1 + it
dólares el año que viene. Donde (i) es la tasa de interés esperada, y (t) el periodo de tiempo (1
años, 2 años, 3 años).
La palabra descontado procede de que se descuenta el valor del próximo año, siendo
1/(1 + it) el factor de descuento (la tasa a la que se descuenta, que en este caso es el tipo de
interés nominal a un año. Por eso se denomina: tasa de descuento. Tratándose de 2 años, a un
tipo de interés del 10 %, la ponderación es igual a 1 / (1 + 0.10) ² = 0,826 por lo que un pago de
1.000 dólares de dentro de dos años vale hoy 826 dólares, aprox.
Cada uno de los pagos que se recibirán en el futuro se multiplica por su correspondiente
factor de descuento. Cuanto más lejano esté el pago, menor es el factor de descuento y, por
tanto, menor el valor que tiene hoy ese pago lejano.
1) Dado que un bono a un año promete pagar 100 dólares dentro de un año, de acuerdo,
su precio, llamémoslo debe ser igual al valor actual de un pago de 100 dólares dentro de un año,
tomándose para el cálculo el tipo de interés nominal a un año vigente para ese año en curso.
2) En cambio, el precio de un bono a dos años depende inversamente tanto del tipo de
interés del año vigente en el momento actual como del tipo de interés que el mercado espera
para el próximo año. No es lo mismo, en este bono, dado que no se conoce la tasa de interés del
segundo año, hay incertidumbre y hay riesgo, y juegan aquí las expectativas: ¿qué tasa espera el
mercado para el segundo año?
Las diferencias entre bonos a un año, a 5 años, a 10 años, con sus respectivas tasas
esperadas, dan lugar a un “arbitraje”, y por ende, a una libre fijación del precio de compra y de
venta en la bolsa, basado en las expectativas de los tipos de interés.
La idea básica es que los rendimientos de los bonos contienen la misma información
sobre los tipos de interés futuros esperados que sus precios, pero simplemente de una forma
mucho más clara. Para empezar, necesitamos una definición del rendimiento a plazo. El
rendimiento a plazo de un bono a x años o, en otras palabras, el tipo de interés a x años se define
como el tipo de interés anual constante que hace que el vigente precio del bono sea igual al valor
actual de los futuros pagos que realizará este.
Supongamos que el bono que paga 100 en dos años se vende hoy a 90 dólares. Entonces,
el tipo de interés a dos años it2 viene dado por:
Si bien a esa cuenta habría que agregarle un plus por la prima del riesgo de impago (las
calificadoras de riesgo se encargan de evaluar estos riesgos, como Standard & Poor's), el
principio general es claro: los tipos de interés a largo plazo reflejan los tipos de interés a corto
plazo actuales y futuros esperados.
Las acciones, en lugar de pagar cantidades determinadas de antemano como los bonos,
pagan dividendos en una cuantía decidida por empresa. Los dividendos proceden de los
beneficios de la empresa. Normalmente. son menores que estos, ya que las empresas retienen
parte de sus beneficios para financiar sus inversiones, pero varían con los beneficios: cuando
estos aumentan, también lo hacen los dividendos.
El precio real de la acción es el valor actual de los dividendos reales futuros, descontados
utilizando la sucesión de tipos de interés reales a un año más la prima de las acciones. A esto, se
le llama el valor fundamental de una acción. Esta relación tiene tres importantes consecuencias:
• Cuando aumentan los dividendos reales futuros esperados, sube el precio real de la
acción.
• Cuando suben los tipos de interés reales a un año actuales y futuros esperados, baja el
precio real de la acción.
Sin embargo, no es raro que el índice suba o baje un 15 % en un año. En 1997, el mercado
bursátil subió un 24 % (en términos reales): en 2008, bajó un 46 %. Tampoco son raras
oscilaciones diarias del 2 % o más. ¿A qué obedecen? A las expectativas.
Todo ello, son expectativas. Expectativas de que la FED suba o baje las tasas; expectativas
de excelentes retornos de las empresas que valoricen las acciones, la política monetaria o fiscal,
el desempleo y la marcha de la economía, una simple toma de ganancia de los operadores, el
precio de una acción de una empresa que esté de moda, en fin, las expectativas de lo que va a
ocurrir en la economía, es lo que en realidad pone el precio de las acciones. Es decir, el público
puede estar dispuesto a pagar por una acción un precio superior al valor fundamental si espera
que ese precio suba aún más en el futuro, incluso, asumiendo el riesgo de que ello no suceda.
Esto no solo sucede con las acciones, incluso las viviendas pueden entrar en una burbuja,
como lo demostró la crisis de EEUU en 2008, la crisis de las hipotecas sub prime.
En la mayoría de los casos, el consumo varía con las expectativas, y éstas son causadas
por diversos factores, muy diversos factores. De los estudios, tenemos:
1) El consumo probablemente varía en una cuantía menor que la renta actual. Cuando
los consumidores se preguntan cuánto deben consumir, no se limitan a observar su renta actual.
Si disminuye su renta y llegan a la conclusión de que esta disminución es permanente, es
probable que reduzcan el consumo en la misma cuantía en que ha disminuido la renta. Pero si
llegan a la conclusión de que la disminución es transitoria, ajustarán menos su consumo. En una
recesión, el consumo no se ajusta en la misma cuantía en que disminuye la renta, ya que en los
EEUU los consumidores saben que las recesiones normalmente no duran más que unos cuantos
trimestres y que la economía acabará retornando a su nivel natural de producción. Lo mismo
ocurre en las expansiones: cuando la renta experimenta un aumento excepcionalmente rápido,
es improbable que los consumidores aumenten su consumo tanto como ha aumentado la renta.
Probablemente supondrán que la expansión es transitoria y que las cosas volverán pronto a su
cauce.
Respecto a este tema, hay tres temas que analizar: a) la apertura de los mercados de
bienes; b) la apertura de los mercados financieros y; c) la apertura de los mercados de factores,
es decir, se abre la posibilidad a las empresas de elegir dónde ubicar su producción y a los
trabajadores de elegir dónde trabajar.
a) El tipo de cambio.
La introducción de bienes del extranjero en la economía, hace necesario evaluar el
concepto de tipo de cambio. Si los consumidores eligen consumir bienes extranjeros, esos bienes
hay que pagarlos en moneda extranjera, y por lo tanto, entre la moneda nacional y la extranjera,
debe haber un tipo de cambio. Básicamente, en macroeconomía se manejan dos conceptos de
tipo de cambio:
Por ejemplo, si consideramos Estados Unidos y el Reino Unido e imaginamos que el dólar
es la moneda nacional y la libra la moneda extranjera. podemos expresar el tipo de cambio
nominal como el precio de un dólar en libras. En octubre de 2015, el tipo de cambio definido de
esta forma era de 0,65. En otras palabras, un dólar equivalía a 0,65 libras.
2) tipo de cambio real: es el valor de intercambio entre los bienes nacionales y los
extranjeros. Pero en lugar de utilizar el precio de un bien nacional y otro extranjero, se debe
utilizar un índice de precios de todos los bienes en la economía nacional y un índice de precios
de todos los bienes producidos en el extranjero, porque de lo contrario, la comparación no nos
serviría como medida de referencia para cualquier bien, sino solo para los dos que comparamos.
Eso es exactamente lo que hacen los deflactores del PIB: estos son, por definición, índices de
precios del conjunto de los bienes y servicios finales producidos en una economía.
El tipo de cambio real se calcula multiplicando el nivel de precios nacional (el deflactor
del PBI) por el tipo de cambio nominal y se divide luego por el nivel de precios extranjero,
realizando previamente la misma operación.
El tipo de cambio real, es un número índice; es decir, su nivel es arbitrario y, por tanto,
no transmite ninguna información, debido a que los def!actores del PIB utilizados para calcular
el tipo de cambio real son, a su vez, números índice: son iguales a 1 (o 100) en el año que se elija
como año base. Pero aunque el nivel del tipo de cambio real no transmite ninguna información,
no ocurre así con su tasa de variación, la cual sí es importante porque si este tipo de cambio
aumenta un 10 %, los bienes los bienes nacionales son un 10 % más caros que antes en relación
con los extranjeros.
También es un índice, una canasta, como el DXY o dólar, y no nos dice nada su número,
sino su variación en el tiempo, si sube el índice, en el caso del DXY es 100, se aprecia la moneda,
si baja, se devalúa.
Como veremos, haya o no fijación del tipo de cambio, este y el tipo de interés nominal
deben satisfacer la condición de la paridad de los tipos de interés, como seguidamente veremos,
y lo hacen interviniendo en el mercado de divisas, modificando la reserva del banco central, ya
que al fijar de derecho o de hecho el tipo de cambio al dólar, ese país carece de política monetaria
y debe solucionar los problemas que igualmente surgen de los arbitrajes del sistema financiero.
Particularmente en Argentina, esa política tiene problemas ante la elección sistemática del
sistema a preferir el dólar a la moneda nacional, razón por la cual el banco central se queda sin
divisas y su propia moneda, en términos de facto, se devalúa por el aumento de precios basado
en la moneda extranjera.
Luego de analizar este supuesto, en el punto 1.8.7, nos detendremos en los efectos de
un tipo de cambio fijo en la economía abierta.
Con respecto a los activos extranjeros, el arbitraje implica que el inversor debe tener en
cuenta que el tipo de interés nacional debe ser igual al tipo de interés extranjero menos la tasa
esperada de depreciación de la moneda extranjera, que es, por cierto, a lo que el inverso apuesta
al comprar activos extranjeros.
Supongamos que el tipo de interés nominal a un año es del 2 % en Estados Unidos y del
5 % en el Reino Unido. ¿Debemos mantener bonos británicos o estadounidenses?
Depende de que esperemos que la libra se deprecie frente al dólar el próximo año en
una cuantía mayor o menor que la diferencia entre el tipo de interés estadounidense y el
británico, o sea, un 3 % en este caso (S %- 2 %). Si esperamos que la libra se deprecie más del 3
% entonces, a pesar de que el tipo de interés es más alto en Reino Unido que en Estados Unidos,
invertir en bonos británicos es menos atractivo que invertir en bonos estadounidenses.
Manteniendo bonos británicos, obtendremos más intereses el próximo año, pero la libra valdrá
menos en dólares el próximo año, por lo que invertir en bonos británicos será menos atractivo
que invertir en bonos estadounidenses. Si esperamos que la libra se deprecie menos del 3 % o
incluso que se aprecie, ocurre lo contrario, por lo que los bonos británicos son más atractivos
que los estadounidenses.
La relación de arbitraje entre los tipos de interés y los tipos de cambio desempeña un
papel fundamental en los mercados, porque permite la toma de ganancias y la especulación.
Sugiere que a menos que los países estén dispuestos a tolerar grandes fluctuaciones de sus tipos
de cambio, el tipo de interés nacional y el extranjero probablemente deberán variar en gran
medida al unísono.
Las transacciones de un país con el resto del mundo, incluidos tanto los flujos
comerciales como los flujos financieros, se resumen anualmente por medio de una serie de
cuentas llamada la balanza de pagos.
Las dos primeras líneas registran las exportaciones y las importaciones de bienes y
servicios. Las exportaciones conllevan recibir pagos del resto del mundo y las importaciones
conllevan realizar pagos al resto del mundo. La diferencia entre las entre las exportaciones y las
importaciones es la balanza comercial.
Las exportaciones y las importaciones no son las únicas fuentes de pagos a y del resto
del mundo. Los residentes reciben rentas procedentes de inversiones por sus tenencias de
activos extranjeros y los residentes en el extranjero reciben rentas procedentes de inversiones
por sus tenencias de activos estadounidenses, es la balanza de rentas.
Por último. los países conceden y reciben ayuda exterior: el valor neto de estos pagos se
registra como transferencias netas recibidas.
La suma de los pagos netos a y del resto del mundo se llama la balanza por cuenta
corriente. Si los pagos netos procedentes del resto del mundo son positivos, el país tiene un
superávit por cuenta corriente; si son negativos, tiene un déficit por cuenta corriente.
Como resultado final, la cuenta debería dar 0. El déficit comercial, debería saldarse con
un superávit financiero, o viceversa. Pero eso no suele suceder en la realidad y por lo tanto a las
diferencias se las denomina: “discrepancias estadísticas”.
Lo mismo sucede ante una apreciación del tipo de cambio real (una apreciación real), ya
que provoca un aumento de las importaciones, ya que los bienes extranjeros pasan a ser más
baratos y cuestan menos que su fabricación en el territorio del propio país.
Estas también dependen del tipo de cambio real: cuanto más alto es el precio de los
bienes interiores expresado en bienes extranjeros, menor es la demanda extranjera de bienes
interiores. En otras palabras, cuanto más alto es el tipo de cambio real, menores son las
exportaciones.
El tipo de cambio actual de un país depende de su tipo de interés, del tipo de interés
extranjero y del tipo de cambio futuro esperado:
• Una subida del tipo de interés nacional provoca una subida del tipo de cambio.
• Una subida del tipo de interés extranjero provoca una reducción del tipo de cambio.
• Una subida del tipo de cambio futuro esperado provoca una subida del tipo de cambio
actual.
Consideremos los inversores financieros -los inversores para abreviar- que eligen entre
bonos estadounidenses y bonos japoneses. Supongamos que tanto el tipo de interés a un año
de los bonos estadounidenses como el de los bonos japoneses es el 2 %. Supongamos que el tipo
de cambio actual es 100 (1 dólar equivale 100 yenes) y que el tipo de cambio esperado para
dentro de un año también es 100. Con estos supuestos. tanto los bonos estadounidenses como
los bonos japoneses tienen el mismo rendimiento esperado en dólares. por lo que se cumple la
condición de la paridad de los tipos de interés.
Supongamos que ahora los inversores esperan que el tipo de cambio sea un 10 % más
alto dentro de año. por lo que ahora E' es igual a 100. Al mismo tipo de cambio actual, los nos
estadounidenses son ahora mucho más atractivos que los bonos japoneses: ofrecen un tipo de
interés del 2 % en dólares. Los bonos japoneses siguen ofreciendo un tipo de interés del 2 % en
yenes, pero ahora se espera que el yen valga dentro de un año un 10 menos en dólares. El
rendimiento de los bonos japoneses en dólares es, pues, igual al 2 % (el tipo de interés) - 10 %
(la depreciación esperada del yen frente al dólar), o sea, -8 %.
¿Qué ocurrirá entonces con el tipo de cambio actual? Al tipo de cambio inicial de 100,
los inversores quieren deshacerse de los bonos japoneses e invertir en bonos estadounidenses,
para lo cual tienen que vender primero los bonos japoneses a cambio de yenes, vender luego los
yenes a cambio de dólares y utilizar los dólares para comprar bonos estadounidenses. A medida
que Jos inversores venden yenes y compran dólares, el dólar se aprecia. ¿Cuánto? La ecuación
nos da la respuesta: E= (1.02 / 1.02) 110 = 110. El tipo de cambio actual debe subir en la misma
proporción que el tipo de cambio futuro esperado. En otras palabras, el dólar debe apreciarse
hoy un 10 %. Cuando se ha apreciado un 10 %, el rendimiento esperado de los bonos
estadounidenses y japoneses vuelve a ser el mismo, por lo que hay equilibrio en el mercado de
divisas.
Supongamos, por el contrario, que la Fed sube el tipo de interés nacional en Estados
Unidos del 2 % al 5 %. Supongamos que el tipo de interés japonés sigue siendo del 2 % y que el
tipo de cambio futuro esperado no varía y es igual a 100. Al mismo tipo de cambio actual ahora
los bonos estadounidenses son de nuevo mucho más atractivos que los bonos japoneses.
Ofrecen un rendimiento del 5 % en dólares. Los bonos japoneses ofrecen un rendimiento del 2
% en yenes y - como se espera que el tipo de cambio sea el próximo año el mismo que hoy-
también tienen un rendimiento esperado del 2 % en dólares.
¿Qué ocurrirá entonces con el tipo de cambio actual? Una vez más, al tipo de cambio
inicial de 100, los inversores quieren deshacerse de los bonos japoneses e invertir en bonos
estadounidenses, para lo cual venden yenes a cambio de dólares y el dólar se aprecia. ¿Cuánto:
La ecuación nos da la respuesta: E = (1 ,05/1,02)100 = 103. El tipo de cambio actual sube
aproximadamente un 3 %.
Pensemos en qué ocurre cuando el dólar se aprecia. Si, como hemos supuesto, los
inversores no cambian sus expectativas sobre el futuro tipo de cambio, cuanto más se aprecie el
dólar hoy, más esperan los inversores que se deprecie en el futuro (ya que se espera que vuelva
a tener el mismo valor en el futuro). Cuando el dólar se ha apreciado un 3 % hoy, los inversores
esperan que se deprecie un 3 % durante el próximo año. O lo que es lo mismo, esperan que el
yen se aprecie frente al dólar un 3 % durante el próximo año, por lo cual vuelve el equilibrio en
el mercado de divisas.
Lo segundo. que solo está presente en la economía abierta, es el efecto a través del tipo
de cambio: una subida del tipo de interés provoca una subida del tipo de cambio, es decir, una
apreciación. Esta, que encarece los bienes interiores en relación con los bienes extranjeros,
provoca una reducción de las exportaciones netas y. por tanto. una caída de la demanda de
bienes interiores y una disminución de la producción.
Ambos efectos operan en el mismo sentido: una subida del tipo de interés reduce
directamente la demanda e indirectamente a través del efecto negativo de la apreciación del
tipo de cambio.
La curva IS tiene pendiente negativa: una subida del tipo de interés provoca una
reducción de la producción. La curva se parece mucho a la de una economía cerrada, pero oculta
una relación más compleja que antes: el tipo de interés afecta a la producción no solo
directamente, sino también indirectamente a través del tipo de cambio.
Por tanto, en la economía abierta, la política monetaria opera a través de dos canales;
en primer lugar, al igual que en la economía cerrada, opera a través del efecto del tipo de interés
sobre el gasto; en segundo lugar, opera a través del efecto del tipo de interés sobre el tipo de
cambio y del efecto de este sobre las exportaciones y las importaciones. Ambos efectos operan
en el mismo sentido. En el caso de una contracción monetaria, tanto la subida del tipo de interés
como la apreciación reducen la demanda y la producción.
Esta versión del modelo IS-LM de una economía abierta fue expuesta por primera vez en
la década de 1960 por dos economistas, Robert Mundell, de la Universidad de Columbia, y
Marcus Fleming, del Fondo Monetario Internacional - aunque su modelo reflejaba las economías
de esa década. cuando los bancos centrales utilizaban la oferta monetaria, M, en lugar del tipo
de interés como hacen hoy ¿En qué medida concuerda el modelo Mundell-Fleming con los
hechos? Bastante bien, normalmente, y esa es la razón por la que el modelo sigue utilizándose
hoy. Como todos los modelos sencillos, a menudo debe ser ampliado. Por ejemplo, deberíamos
incorporar la influencia del riesgo en las decisiones de inversión o las consecuencias del límite
inferior cero, que son dos aspectos importantes de la crisis.
Por tanto, el banco central podría ser capaz de bajar el tipo de interés y mantener al
mismo tiempo un determinado tipo de cambio. Para analizar estas cuestiones, debemos
examinar de nuevo el balance del banco central.
En una economía abierta. en realidad, los bancos centrales mantienen dos tipos de
activos: (1) bonos nacionales y (2) reservas de divisas, que supondremos compuestas de moneda
extranjera (aunque también pueden estar formadas por bonos extranjeros o activos extranjeros
que pagan intereses). En el lado del activo se encuentran los bonos y las reservas de divisas y en
el del pasivo la base monetaria. Ahora el banco central puede alterar la base monetaria de dos
formas: comprando o vendo bonos en el mercado de bonos o comprando o vendiendo divisas
en el mercado de divisas.
Ahora que el tipo de interés nacional es más bajo que el extranjero, los inversores
financieros prefieren mantener bonos extranjeros. Para comprarlos. primero deben comprar
moneda extranjera. Acuden entonces al mercado de divisas y venden moneda nacional a cambio
de moneda extranjera.
Debe seguir vendiendo hasta que la base monetaria retorne a su nivel previo a la
operación de mercado abierto. a fin de que el tipo de interés nacional vuelva a ser igual al
extranjero. Solo entonces los inversores financieros estarán dispuestos a mantener bonos
nacionales.
Con movilidad perfecta del capital, todos pueden suceder en unos minutos una vez
realizada la operación inicial de mercado abierto.
La diferencia entre este caso y el de movilidad perfecta del capital es que, aceptando una
pérdida de reservas de divisas, el banco central ahora es capaz de reducir los tipos de interés
durante algún tiempo. Si los inversores financieros solo tardan unos pocos días en ajustarse, la
disyuntiva puede resultar muy poco atractiva, como han descubierto muchos países que han
sufrido grandes pérdidas de reservas sin afectar mucho al tipo de interés.
3) Alejémonos ahora aún más de la movilidad perfecta del capital. Supongamos que, en
respuesta a una caída del tipo de interés nacional, los inversores financieros no pueden trasladar
una gran parte de su cartera a bonos extranjeros. Por ejemplo, las transacciones financieras
están sujetas a controles administrativos y legales que hacen que sea ilegal o muy caro para los
residentes de un país invertir en el exterior.
Tras una operación de mercado abierto expansiva, el tipo de interés nacional baja,
reduciendo el atractivo de los bonos nacionales. Algunos inversores nacionales se trasladan a
bonos extranjeros, vendiendo moneda nacional a cambio de moneda extranjera. Para mantener
el tipo de cambio, el banco central debe comprar moneda nacional ofreciendo moneda
extranjera. Sin embargo, la intervención del banco central en el mercado de divisas podría ahora
ser pequeña en comparación con la operación inicial de mercado abierto. Y si los controles de
capital impiden totalmente a los inversores trasladarse a bonos extranjeros, es posible que la
intervención no sea necesaria.
Dadas las grandes fluctuaciones de los movimientos de capital, todas estas cuestiones
son candentes. Muchos países están considerando utilizar los controles de capital de forma más
activa que en el pasado. También numerosos países están acumulando grandes cantidades de
reserva, como medida de precaución ante fuertes flujos de salida de capital.
En estos sistemas, cualquier cambio de las expectativas sobre los tipos de interés
nacional y extranjero actuales y futuros, así como las variaciones del tipo de cambio esperado
para un futuro lejano, afectarán al tipo de cambio actual.
El tipo de cambio real, s, es igual al tipo de cambio nominal, E (el precio de la moneda
nacional expresado en moneda extranjera) multiplicado por el nivel de precios nacional, P,
dividido entre el nivel de precios extranjero, P*. Hay, pues, dos formas de ajustar el tipo de
cambio real:
• Mediante una variación del tipo de cambio nominal E. Por definición. Esto solo puede
hacerse en un sistema de tipos de cambio flexibles.
• Mediante una variación del nivel de precios nacional, P, en relación con el nivel de
precios extranjero, P*. A medio plazo, esta opción es de hecho lo que ocurre en un
sistema de tipos de cambio fijos: el ajuste se produce a través del nivel de precios y no a
través del tipo de cambio nominal.
En una economía abierta con tipos de cambio fijos, la demanda y, a su vez, la producción,
dependen:
Si consideramos una economía donde el tipo de cambio real es demasiado alto, como
consecuencia de eso, la balanza comercial es deficitaria y la producción es inferior a la potencial.
Como vimos, en un sistema de tipos de cambio flexibles, el banco central podía resolver
el problema reduciendo el tipo de interés y provocando así una depreciación nominal. Dados los
niveles de precios nacional y extranjero, la depreciación nominal implicaba una depreciación
real, una mejora de la balanza comercial y un aumento de la producción.
Sin embargo, en un sistema de tipos de cambio fijos, el banco central no puede modificar
el tipo de interés nacional. Así pues, a corto plazo, el déficit comercial persiste y el país continúa
en recesión.
No obstante, los precios van a ajustarse a medio plazo y generan una depreciación en la
moneda nacional.
Esto implica que, dado el tipo de cambio nominal que es fijo, el tipo de cambio real
disminuye. Como consecuencia. las exportaciones netas aumentan a lo largo del tiempo al igual
que la producción. A medio plazo, la producción vuelve a su nivel potencial, la inflación nacional
retorna a un nivel igual que la inflación extranjera. Una vez que inflación nacional y la extranjera
son iguales, el tipo de cambio real es constante.
Resumiendo:
• A corto plazo. un tipo de cambio nominal fijo implica un tipo de cambio real fijo.
• A medio plazo, el tipo de cambio real suele ajustarse aunque el tipo de cambio nominal
sea fijo. Este ajuste se logra mediante variaciones de los niveles de precios relativos a largo del
tiempo.
Así pues. cuando un país con un sistema de tipos de cambio fijos, se enfrenta a un
elevado déficit comercial o a una grave recesión, surgen fuertes presiones políticas para
renunciar al sistema de tipos de cambio fijos o, al menos, para devaluar. Esto nos pone
nuevamente en otro problema: la espiral devaluatoria y las expectativas.
Esta ecuación es la relación entre los tipos de interés nominales nacional y extranjero a
un año, el tipo de cambio actual y el tipo de cambio esperado para dentro de un año. Pero la
elección de un año como periodo de tiempo es arbitraria. La relación se mantiene durante un
día, una semana o un mes. Si los mercados financieros esperan que el tipo de cambio sea un 2%
más bajo dentro de un mes, solo mantendrán bonos nacionales si el tipo de interés nacional a
un mes es un 2 % superior al tipo de interés extranjero a un mes (o si expresamos los tipos de
interés en tasa anual, si es superior en alrededor de 2 % X 12 = 24 %).
Con tipos de cambio fijos, el tipo de cambio actual, Et, está fijo en un determinado nivel
(E). Si los mercados esperan que la paridad se mantenga durante el periodo, entonces E t+1+ 1
= E, y la condición de la paridad de los tipos de interés establece simplemente que el tipo de
interés nacional y el extranjero deben ser iguales.
Supongamos, sin embargo, que los mercados financieros comienzan a prever una
devaluación, es decir, una decisión del banco central para abandonar la paridad y reducir el tipo
de cambio en el futuro. Supongamos que creen que durante el próximo mes hay un 75 % de
probabilidades de que se mantenga la paridad y un 25 % de probabilidades de que se devalúe la
moneda un 20 %. La ecuación de la paridad de los tipos de interés, que antes supusimos que era
igual a cero, para evitar los arbitrajes, ahora es igual a 0,75 X O % + 0,25 X (-20 %) = -5 % (un 75%
de probabilidades de que no se produzca ningún cambio más un 25 % de probabilidades de que
se devalúe un 20 %).
Eso implica que si el banco central quiere mantener la paridad existente, ahora debe fijar
un tipo de interés mensual un 5 % más alto que antes, es decir, un 60 % más alto en tasa anual
(12 meses X 5 % al mes). ¡Se necesita un diferencial de tipos de interés del 60 % para convencer
a los inversores de que mantengan bonos nacionales en lugar de bonos extranjeros!
¿Cuáles son, pues, las opciones del Gobierno y del banco central?
➢ Ceder y devaluar, o
➢ Luchar y mantener la paridad a costa de unos elevadísimos tipos de interés y una posible
recesión. La opción de luchar podría no funcionar de todos modos: la recesión podría
obligar al Gobierno a cambiar de política más adelante o a dimitir.
En conjunto, pues, parece que desde el punto de vista macroeconómico los tipos cambio
flexibles son mejores que los fijos. Este es, de hecho, el consenso al que han llegado los
economistas y las autoridades económicas, sabiendo incluso que:
1) El nivel del tipo de cambio actual variará en la misma proporción en que lo haga el
tipo de cambio futuro esperado.
2) El tipo de cambio actual variará cuando se alteren los tipos de interés futuros
esperados en cualquiera de los dos países.
3) Como el tipo de cambio actual varía con cualquier alteración de las expectativas, el
tipo de cambio será volátil, es decir, variará con frecuencia y quizá de forma sustancial.
Sin embargo, cuando no se puede confiar en que el banco central seguirá una política
monetaria responsable en un sistema de tipos de cambio flexibles, la solución correcta puede
ser una versión extrema de los tipos de cambio fijos, como una caja de conversión o la
dolarización, con medidas de seguridad para evitar la pérdida de reservas del banco central y
una educación profunda de la población, ya que de lo contrario, como sucede en Argentina en
2023, los inversores se desprenden de la moneda nacional y vacían las reservas del banco central,
produciendo luego una fuga de capitales a países más seguros; en otras palabras, se debe evitar
que el país colapse y entre en estado de quiebra.
El error de Argentina en 1991, fue adoptar una convertibilidad y no salir de ella a tiempo:
una vez controlada la inflación, Argentina debería haber pasado de la caja de conversión a un
sistema de tipos de cambio flotantes. En 2023, estamos ante el mismo dilema y el gobierno se
prepara para otra convertibilidad, con una inflación elevadísima y sin reservas en el banco
central, por haber sufrido de terrorismo económico durante 12 años consecutivos.
Observando las series estadísticas del P.B.I. uno puede darse cuenta de que es muy poco
sensible al ciclo económico y que no tiene por qué reflejar el verdadero deterioro/mejora de la
economía. Ello es resultado de la importancia que el consumo y la inversión tienen en el PIB,
donde el primero pondera aproximadamente dos tercios del total y la inversión el tercio restante.
El gasto en consumo como agregado ha demostrado ser muy estable a lo largo del tiempo tanto
en épocas. El gasto en consumo como agregado ha demostrado ser muy estable a lo largo del
tiempo tanto en épocas de expansión como en las recesiones, variando levemente sus tasas de
crecimiento. Caso contrario es el de la inversión, que como reflejan las series estadísticas es
mucho más volátil, expandiéndose en el boom y contrayéndose dramáticamente y de forma
adelantada en la recesión, siguiendo por tanto un patrón claramente cíclico.
Las alzas y bajas económicas causan que los beneficios corporativos aumenten o se
reduzcan y estos cambios en el negocio de las empresas modifican las expectativas de los
inversores lo que hace que las cotizaciones fluctúen. Pero las variaciones del conjunto de la
economía son relativamente suaves comparadas con las variaciones de los beneficios
empresariales y con las variaciones bursátiles. Mientras que el PIB de un país se puede reducir
en un 2% durante una recesión, los beneficios corporativos pueden reducirse un 25% y la bolsa
puede contraerse hasta un 50%. La respuesta a la mayor variación de los beneficios
empresariales con respecto a la variación del producto interior bruto se encuentra
probablemente en el concepto de apalancamiento operativo, el cual magnifica el impacto de los
beneficios y de las pérdidas empresariales.
Si la economía está creciendo en o por debajo del ritmo previsto por los economistas, el
mercado de bonos es probable que reaccionen de manera positiva, especialmente si las ventas
reales finales son anémicas y los estantes están llenos de inventarios que nadie quiere. Por el
contrario, si los números de crecimiento del PIB superan a las expectativas y los índices de
inflación están mostrando señales de aceleración, podría ser una pesadilla para los tenedores de
bonos. La reacción al informe del PIB en el mercado de valores, será probablemente menos
reflexivo que el mercado de bonos. Una economía sana genera más utilidades a las empresas,
mientras que un entorno empresarial lento deprime las ventas e ingresos. Sin embargo, existe,
una cualificación importante. Si la actividad económica ha estado creciendo por delante de la
tasa de 3,5% durante varios trimestres, aun así los accionistas empiezan a ponerse nerviosos por
la subida de precios. Un aumento de la inflación provocará una erosión en el poder adquisitivo
de los hogares y, probablemente, forzará unas tasas de interés más altas. Para los inversores
extranjeros, una economía estadounidense fuerte se considera más favorable que una débil. Una
sólida actividad económica en los EE.UU. impulsa las ganancias corporativas y las tasas de interés
de las empresas, por lo que los inversionistas extranjeros ven oportunidades de hacer dinero en
el mercado de valores, en Bonos del Tesoro de alto rendimiento y bonos corporativos. Todo ello
aumentará la demanda de dólares. Si la Reserva Federal se mueve con rapidez para adelantarse
a la inflación, elevando las tasas de corto plazo, es muy probable que también dé lugar a una
apreciación del dólar debido a la percepción de que el banco central de EE.UU. está a la
vanguardia en la contención de las presiones de precios. Sin embargo, si la inflación se acelera y
se mantiene en un nivel alto, reduciría la competitividad de EE.UU. en el mundo, empeorando el
déficit de comercio exterior, un escenario que puede hacer a la moneda de EE.UU. menos
atractiva.
2.2.- Balanza comercial de EEUU.
La balanza comercial es una medida económica que registra la diferencia entre el valor
de las exportaciones e importaciones de bienes y servicios de un país durante un período de
tiempo específico. Si un país exporta más de lo que importa, tiene un superávit comercial. En
cambio, si importa más de lo que exporta, tiene un déficit comercial.
El DXY originalmente estaba compuesto por las siguientes seis monedas: 1) Euro (EUR);
2) Yen japonés (JPY); 3) Libra esterlina (GBP); 4) Dólar canadiense (CAD); 5) Corona sueca (SEK);
y 6) Franco suizo (CHF). En cuenta a los efectos:
b) Un dólar más fuerte puede afectar las exportaciones estadounidenses al hacer que
los productos estadounidenses sean más caros para los compradores extranjeros. Esto puede
afectar los ingresos corporativos de las empresas estadounidenses que dependen en gran
medida de las exportaciones.
c) Un dólar más fuerte puede contribuir a la contención de la inflación y puede influir en
las decisiones de la Reserva Federal sobre tasas de interés. Si un dólar más fuerte contribuye a
la moderación de la inflación, la Reserva Federal podría tener menos presiones para aumentar
las tasas de interés para contener la inflación.
d) Un dólar más fuerte generalmente se asocia con precios de commodities más bajos,
ya que las materias primas a menudo se cotizan en dólares.
e) Movimientos en el DXY pueden afectar los precios de los activos financieros, ya que
éstos se valoran contra el dólar, de modo que si el dólar sube, los activos bajan y viceversa.
Para estar seguro, hay que tener en cuenta los riesgos adicionales al invertir en el
extranjero. Uno de los mayores son los movimientos adversos en las monedas. Si usted es dueño
de valores u otros activos en otro país y su moneda sube de valor frente al dólar, ¡excelente! La
rentabilidad total de esa inversión aumentó, siendo entonces más valiosa en términos de
dólares. Sin embargo, en el caso que ocurra un debilitamiento de la moneda respecto al dólar, la
inversión será de menor valor o incluso se convierte en una pérdida una vez que se vende el
producto y se convierte de nuevo a dólares. Por lo tanto, los movimientos en los tipos de cambio,
potencialmente pueden construir o romper una inversión extranjera.
Vale recordar que el valor a largo plazo de una moneda está determinado por los
fundamentos económicos de un país.
El Índice de Precios del Consumidor Alemán también tiene una frecuencia mensual y es
el principal indicador del precio inflacionario de la economía más grande de Europa.
El IPC de Alemania puede tener un fuerte impacto en las economías de otras naciones
europeas y sobre todo en las políticas del Banco Central Europeo (BCE), que fija las tasas de
interés a corto plazo de los 12 países que usan el euro. Si la inflación alemana va en aumento a
un ritmo preocupante, el BCE probablemente subirá las tasas de interés, incluso si las economías
vecinas muestran su inflación relativamente lenta. En el otro extremo, si Alemania queda
atrapada en una espiral deflacionaria, donde los precios están cayendo constantemente, el BCE
espera saltar a tasas más bajas para prevenir un colapso similar en los precios y se propague al
resto del continente. La política de respeto a la moneda que viene de Alemania, y de su tradición,
fue también acordada para el Euro, y el Banco Central de Europa no permitirá que la inflación
exceda el rango de 2% para la Eurozona.
Japón todavía tiene el título en el mundo como la segunda economía más grande y el
mayor exportador de capital de inversión. Posee reservas de divisas extranjeras más que
cualquier otra nación y vende 400 mil millones dólares en bienes y servicios cada año para el
resto del mundo. Por otra parte, el yen sigue en pie junto con el dólar EE.UU. y el euro como una
de las tres monedas más importantes. Por todas estas razones, los inversionistas globales y
líderes empresariales, especialmente los de Estados Unidos, vigilan de cerca la salud económica
de Japón. Por esta razón, los informes sobre confianza del consumidor y sobre la producción de
Japón, son indicadores de consulta obligada.
También por el hecho de que los bancos japoneses, las compañías de seguros y agencias
gubernamentales se encuentran entre los mayores poseedores de bonos del Tesoro de EE.UU.
De este modo, Japón ha ayudado a financiar el presupuesto de gobierno de los EE.UU. desde
hace años, con préstamos de cientos de billones de dólares. Sin embargo, esto también es un
motivo de preocupación. Si serios problemas financieros y económicos estallan en Japón,
fácilmente puede extenderse a los EE.UU. Los inversores en Japón, por ejemplo, podrán decidir
comprar menos bonos del Tesoro o incluso vender algunos activos financieros. También puede
optar por manipular el valor del yen para ayudar a las ventas de exportación. De hecho, ningún
otro país interviene en los mercados de divisas tanto como Japón.
c) Producción Industrial de China y consumo.
Con más de $400 billones en reservas de divisas, el segundo mayor del mundo, gracias a
su superávit comercial acumulado, China está en condiciones de comprar grandes porciones de
los bonos de gobiernos extranjeros, acciones y bienes raíces. Es un gran importador de
commodities y materias primas y un enorme productor a nivel mundial, razón por la cual muchas
empresas ven su economía con buenos ojos, y además por su población es un mercado atractivo
para empresas, las cuales, si China entra en recisión, se resienten también.
Los indicadores coincidentes, son: 1) uso de la capacidad industrial de EEUU; 2) Producto Interno
Bruto (PIB); 3) Empleo y Desempleo; 4) Ventas al por Menor; 5) Ingresos Personales y Gastos del
Consumidor.
Es bien conocido en el mercado que las inversiones de la curva de tipos de interés (donde
las tasas a corto plazo son más altas que las tasas a largo plazo), por ejemplo, el diferencial entre
la letra a tres meses y el bono a 10 años –ambos emitidos por el Tesoro de los Estados Unidos–,
suelen producirse antes de las llegadas de las recesiones en aquel país. Y, más específicamente,
las recesiones económicas y mercados bajistas en Bolsa suelen llegar poco tiempo después de
que dicha inversión empiece a desinvertirse por completo, o que al menos se reduzca dicha
situación de inversión en 100 puntos básicos, algo que ha ocurrido sin excepciones desde hace
más de seis décadas. Hay que tener en cuenta en el cálculo, la tasa que fija la FED, ya que de lo
contrario no es un indicador adelantado, sino el reflejo de la política monetaria de la Fed, que
saca dinero de la economía contrayendo la oferta monetaria para enfriar la inflación. Se pueden
consultar las tasas aquí: https://es.tradingeconomics.com/united-states/government-bond-
yield
2.2.2. Los indicadores económicos retrasados.
Son los indicadores económicos que reflejan deterioro económico tiempo después de
acabada una recesión o que continúan reflejando bonanza económica después de que la
expansión haya alcanzado su clímax. Un ejemplo clásico es la tasa de desempleo. Una vez que
las compañías aprenden a trabajar con menos personal, en época de recesión, les costará tiempo
volver a recuperar la confianza para contratar nuevas personas con las que ampliar el negocio.
Recién cuando la expansión económica se afianza, las expectativas económicas y empresariales
mejoran y el número de empleados de una entidad no son suficientes para desarrollar el negocio,
entonces y sólo entonces, las empresas vuelven a contratar personal.
Ahora hay otra pregunta que contestar: ¿qué indicadores utilizar? Según el libro The
Secrets of Economic Indicators de Bernard Baumohl, éste sería el ranking (tabla) de importancia
de los indicadores macroeconómicos estadounidenses y por extensión de los de cualquier país:
ESTOS SON LOS INDICADORES MUY IMPORTANTES (rojo) E IMPORTANTES (negro) QUE DEBEN USARSE SÍ O SÍ
Al contar con esta batería de indicadores que reflejan la actividad en diferentes secciones
de la economía, deberíamos estar preparados para emitir un veredicto sobre si el conjunto de la
economía crece o decrece y si lo hace de forma acelerada o desacelerada. Es necesario señalar
que hay indicadores que no se mencionan a pesar de su vital importancia para los economistas
y muchos operadores financieros. Un ejemplo es el dato de inflación, el cual es importante,
especialmente si uno invierte a largo plazo; pero en nuestro caso no tiene mucho sentido si
somos operadores de corto y medio plazo.
Dato a tener en cuenta: la gran mayoría de operadores tiene puesto su foco de atención
en la detección de oportunidades de corto y corto-medio plazo - desde minutos hasta pocos
meses - y en general, incluso si mantienen un enfoque de medio y largo plazo, son víctimas de
innumerables sesgos psicológicos. Los inversores olvidan que en un sistema capitalista, tras cada
recesión siempre llega la recuperación. Olvidan porque el miedo, la volatilidad de los mercados
y la psicología de masas los arrastran a olvidar. Los inversores olvidan que tras cada burbuja
llegará un tiempo en el que habrá que purgar los excesos. Olvidan porque la euforia, la avaricia
y la psicología de masas los arrastran a olvidar. El público -profesionales y amateurs- olvida la
historia, los hechos, las causas, los resultados y los sentimientos. Tendemos a pensar que la
última recesión fue la peor o que la última tecnología es la mejor y que un nuevo paradigma
económico se encuentra a la vuelta de la esquina. La historia se repite y los mercados funcionan
exactamente igual que hace miles de años en Babilonia.
Para observar los datos de empleo y poder captar la información de esta manera,
necesitamos, o bien transformar el dato calculando su variación anual o simplemente observar
la tendencia de creación o destrucción de empleo mensual. En la figura puede observarse la
variación anual del número de desempleados en la Eurozona. Cuando asciende por encima de 0
significa que la destrucción de empleo se acelera y la recesión económica está yendo a peor. En
algún momento de toda recesión se produce el punto de inflexión donde se pasa de destrucción
acelerada de empleo a destrucción desacelerada de empleo. Ese es el punto de inflexión en el
que también las bolsas, de una forma bastante aproximada, suelen formar el último mínimo de
un mercado bajista y pasan a escalar posiciones formando la nueva tendencia alcista primaria.
Cuando se producen estos puntos de inflexión en los indicadores de empleo, muchos
observadores tienden a opinar que el punto de inflexión no tiene ningún significado económico
y que sólo se trata de un cambio producido porque el desempleo ha llegado al límite máximo
estructural. Pero a efectos especulativos, es completamente indiferente si la causa última del
cambio de tendencia se debe a un mercado laboral exhausto o a algún tipo de política fiscal o
monetaria llevada a cabo por el gobierno o banco central de turno. A la bolsa le da igual la última
ratio del hecho, lo que le importa es el hecho, si la destrucción de empleo se acelera o si se
desacelera.
Aparte de observar las variaciones anuales de los datos de empleo, también es útil en
muchos casos, simplemente reflejar la variación mensual del dato de creación de empleo. En la
figura siguiente se representa la evolución mensual de la creación o destrucción de empleo. Es
obvio que este dato, visto así, también nos permite captar a simple vista si la tendencia de
creación del empleo se acelera o desacelera.
Puntos relevantes:
Las horas extraordinarias son otro excelente indicador del empleo futuro y del PIB
tendencias. Durante los períodos de incertidumbre económica, en lugar de contratar nuevos
trabajadores, Las empresas pueden pedir a los empleados existentes que trabajen horas extras.
Si las horas extras y que el ritmo se mantenga durante al menos tres meses, las empresas presión
para considerar la contratación de nuevo. Las horas extras pueden ser bastante costosas para
una empresa, Y, seamos sinceros, en algún momento agotarás a tus empleados actuales y
disminuir la calidad de su trabajo. Por lo tanto, el aumento de las horas extraordinarias es un
precursor de nuevas Contrataciones permanentes. Las horas extras semanales de fabricación
normalmente fluctúan dentro de un Rango estrecho de entre 2,1 y 3,5 horas. Si cae por debajo
de las 3.0 horas a la semana Durante unos meses, los despidos podrían aumentar. Una lectura
consistente por encima de 3.3 horas presagia nuevas contrataciones y la creación de nuevos
empleos.
¿Por qué ocurre este cambio? No es necesario entender si este cambio se ha producido
por haberse alcanzando algún límite estructural o por alguna política laboral, fiscal o monetaria
exitosa. Lo importante es reconocer que se ha producido un cambio, un punto de inflexión en
medio de la recesión que además históricamente ha coincidido con casi todos los suelos cíclicos
del mercado bursátil.
Las cifras sobre las nuevas solicitudes de prestaciones por desempleo son semanales y
se basan en informes reales de agencias estatales de todo EEUU. Como resultado, los analistas
ven a esta estadística como un buen indicador coincidente, lo que significa que refleja con
precisión lo que está sucediendo actualmente en la economía. La lectura del indicador, sugiere
las siguientes previsiones:
En medio de una recesión las ventas al por menor suelen desplomarse y que, cuando la
economía marcha bien, las ventas crecen. En la figura podemos ver la evolución anual de las
ventas al por menor en EEUU y cómo estas suelen pasar a terreno negativo antes o justo en el
momento en el que la economía entra en recesión. Por este motivo, este indicador es tan útil
para saber en qué fase del ciclo nos encontramos y es bastante fiable.
El gasto del consumidor representa el 70% de toda la actividad económica y las ventas
al por menor representan un fuerte tercio de eso. Los inversores y los economistas ven el informe
de ventas al por menor como uno de los mejores indicadores del cambio en los patrones de
gasto de los consumidores. Un giro inesperado en su cifra puede influir en el precio de acciones
y bonos.
Sólo representa el gasto en bienes, tales como los que se encuentran en los grandes
almacenes, concesionarios de automóviles, estaciones de servicio y proveedores de servicios de
alimentos, como restaurantes. El informe no nos dice nada acerca de lo que se gasta en servicios
tales como transporte aéreo, atención dental, cortes de pelo, seguro y películas. Sin embargo, la
empresa de servicios representa aproximadamente dos tercios de todos los gastos personales.
Por otra parte, las ventas al por menor se mide sólo en dólares nominales, lo que significa que
no se realizan ajustes por inflación. Eso hace que sea difícil saber, si realmente los consumidores
compran más productos o simplemente paga más dinero por el mismo producto.
Aunque poco fiable, el Informe de Avance sobre las Ventas al por Menor incita a los
mercados financieros. Los administradores de dinero en el mercado de renta fija se ponen
nerviosos cuando los compradores están teniendo un buen momento en las tiendas. Un salto en
las ventas minoristas sugiere que los consumidores se encuentran en un estado de ánimo de
compra. Esto podría acelerar el crecimiento económico, un escenario que es probable aumente
los rendimientos de las tasas de interés y disminuya los precios de los bonos. Un informe débil o
caída en las ventas del sector puede sentar las bases para el alza en los precios de los bonos. Los
participantes en los mercados de valores vigilan de cerca la actividad de consumo de la
economía. Saludables ventas al por menor aumentan los ingresos corporativos y las ganancias,
las cuales son positivas para los precios de acciones. Los traders en los mercados de divisas
encuentran el informe de ventas al por menor un indicador difícil de analizar con respecto al
dólar.
Es el ingreso, luego de pagar impuestos, es decir, el ingreso real que disponen los
consumidores para gastar en el mercado. Se incluyen: Sueldos y salarios, alquileres percibidos
por propietarios, ingresos de profesionales, dividendos, intereses, etc.
Este ítem es importante porque refleja el nivel de dinero que puede destinarse al
consumo y por ende, incrementa la demanda y la producción.
Gasto personal, formalmente conocido como "gastos de consumo personal". Solo hay
dos cosas que puedes hacer con tus ingresos: gastarlos o ahorrarlos. Tradicionalmente, el hogar
promedio gasta alrededor de 95 centavos de cada dólar recibido, y este alto nivel de consumo
alimenta dos tercios de toda la actividad económica. Es la razón por la cual los gastos de consumo
personal (PCE) acapara los grandes titulares: el PCE no solo es la medida más completa del gasto
del consumidor (mucho más que las ventas minoristas), sino también el componente más
importante del PBI, así que sus oscilaciones pueden provocar cambios importantes en el
mercado.
¿En qué gasta la gente su dinero? Hay tres grandes categorías de productos que son PCE:
bienes duraderos, bienes no duraderos y servicios.
Los bienes duraderos son a menudo productos caros que duran tres o más años. Pueden
incluir coches, refrigeradores, lavadoras, etc., debido a que estos artículos son costosos y duran
mucho tiempo, Los bienes duraderos representan la menor parte del gasto de los consumidores,
entre el 10% y el 15%.
Los bienes no duraderos tienen una vida útil de menos de tres años y abarcan productos
básicos como comida, ropa y libros. Las compras de bienes no duraderos representan entre el
20% y el 25% de todo el gasto.
La tercera categoría, los servicios, es el componente de más rápido crecimiento del
consumidor compras, saltando del 40% en la década de 1960 a alrededor del 65% en el presente,
ya que incluyen los servicios médicos, tratamientos, cortes de pelo, honorarios legales, películas,
música, etc.
IMPORTANTE III: Los pedidos de bienes duraderos (“Durable goods”), esto es, los que
duran 3 años o más, comienzan a caer entre 6 y 12 meses antes del inicio de una recesión, y
comienzan a subir entre uno o dos meses antes de que termine una recesión y comience la
recuperación para ir luego a un nuevo ciclo expansivo de la economía, si todo marcha bien. Por
lo tanto, este ítem en el gasto de los ciudadanos, es muy relevante y puede tomarse como un
indicador adelantado.
3) Personal saving.
Aquí el informe contempla el ahorro de los ciudadanos, porcentaje que hace muchos
años llegó a ser del 8 % hoy ronda el 3% aproximadamente. Este dinero suele terminar en
cuentas de ahorro, certificados de depósito bancarios, cuentas del mercado monetario, acciones
y bonos.
¿Vale la pena hacer un seguimiento de los ahorros? Solo si hay un cambio precipitado y
brusco en los ahorros. Un movimiento brusco en cualquier dirección puede indicar el
crecimiento de la preocupación de los hogares por su futuro financiero. Un ascenso repentino
en la tasa de ahorro se produce cuando las personas se ponen cada vez más nerviosas por su
ingresos y seguridad laboral. Y cuanto más dinero se destine al ahorro, menos se destina para ir
de compras y eso afecta la demanda y la producción, por ende, el crecimiento.
4) Price Indexes for Personal Consumption Expenditures (Precios indexados de los Gastos
de Consumo Personal)
Por último, cabe mencionar esta categoría donde se informan los números reales – antes
eran los nominales, sin inflación – ya que la FED utiliza esta categoría para medir la inflación real
del país a la hora de tomar la decisión de subir o bajar los tipos de interés.
El informe tiene una frecuencia mensual y lo publica la Reserva Federal de EEUU, quien
maneja la política monetaria, razón por la cual es un dato relevante.
La producción industrial cubre casi todo lo que es físicamente producido en los EE.UU. e
incluye coches, paraguas, clips, papel, electricidad, y equipo médico. No hace ninguna diferencia
si se trata de suministros para compradores estadounidenses, consumidores extranjeros, o para
el inventario. Lo único que importa es cómo la industria se está moviendo en ese país. Uno de
los motivos por lo que los expertos están tan interesados en el seguimiento de la producción
industrial es que reacciona con bastante rapidez a los vaivenes del ciclo económico. También
tiene un buen historial de predecir los cambios en el empleo manufacturero, las ganancias
promedias por hora y los ingresos personales.
* Por otro lado, la fuerte demanda de bienes estimula la producción. Los fabricantes
utilizan más de sus fábricas y plantas, lo que provoca cualquier holgura en capacidad de
encogerse o incluso desaparecer. A medida que la utilización de la capacidad se acerca a Al
operar a niveles máximos, la presión sobre los precios comienza a aumentar. ¿Hay un rojo en la
tasa de utilización de la capacidad que suele detonar la inflación? Generalmente El sector
industrial puede funcionar de forma segura (es decir, sin una erupción precios más altos) con
una tasa de utilización de la capacidad de hasta el 81%.
* El número que arroja el informe en general, suele estar en línea con el crecimiento
económico que luego arroja el PBI, por eso es importante, es un indicador adelantado en ese
sentido.
¿Qué es lo que mantiene a la vivienda muy por delante del resto de la economía? La
sensibilidad a las tasas de interés. Una economía sobrecalentada conduce a tasas de interés más
altas. Como las tasas de hipoteca suben, esto reduce la demanda de casas y desalienta futuras
construcciones.
Dos indicadores clave sobre la industria de la construcción de viviendas son: las viviendas
recién construidas (ver: EE.UU. – Ventas de viviendas nuevas (investing.com)) y permisos para
construcción (ver: EE.UU. – Permisos de construcción (investing.com).
Una buena noticia en materia de vivienda es a menudo percibida como una mala noticia
para los participantes en los mercados de renta fija. Una debilidad prolongada en la construcción
de viviendas puede alarmar a los inversionistas de valores, ya que es a menudo un precursor a
una desaceleración en la economía. Si, por el contrario, la actividad inmobiliaria es vibrante y la
inflación sigue contenida, los accionistas lo ven como un signo positivo. Un rebote en la vivienda
puede tener un impacto beneficioso en otros negocios también. Esto es alcista para las ganancias
corporativas y por lo tanto al precio de las acciones. El peligro viene cuando el inicio de
construcción de viviendas surge o en un momento en el resto de la economía ya está operando
a toda velocidad. Los inversionistas podrían retirar las acciones por preocupaciones que la
Reserva Federal subirá las tasas de interés a corto plazo para frenar la actividad económica. A la
vez, un sólido informe de la vivienda se considera una fuerte tendencia alcista para el dólar, ya
que por lo general apoya un escenario de mayores beneficios corporativos y un afianzamiento
de las tasas de interés de Estados Unidos.
d) Índices Sectoriales.
Un indicador de difusión tiene como objetivo representar la realidad de una forma
simplificada. La pregunta típica que el instituto ISM realiza a los directivos empresariales suele
interrogar si, por ejemplo, el número de nuevos pedidos de los clientes ha aumentado, siguen
igual o han declinado. Con este tipo de respuestas el instituto elabora un índice que refleja si la
actividad económica aumenta, se encuentra estable o, por el contrario, declina. En el caso de
que todos los directivos respondan que las condiciones han mejorado en el último mes, el índice
ofrecería una lectura de 100 y, cuando todos los gestores responden que las condiciones han
empeorado en el último mes, el índice ofrece una lectura de 0, siendo 50 el nivel que separa el
número de respuestas positivas de las negativas.
Estrictamente, se cree que una lectura del PMI de 50 es consistente con crecimiento del
PIB real de alrededor del 2,5 por ciento. Cada punto completo en el índice por encima de 50
puede sumar otros 0,3 puntos porcentuales más o menos de crecimiento del PBI.
• Por encima de 50: Tanto las fábricas como la economía se están expandiendo.
Consumidores felices son buenos para los negocios. Ellos tienen más probabilidades de
ir de compras, viajar, invertir y mantener la economía en actividad. Un consumidor infeliz e
inseguro es pésimo para los negocios, y si el número de personas descontentas es lo
suficientemente grande, puede hacer fracasar la actividad económica. Por lo tanto, cualquier
signo de falta de confianza puede activar inmediatamente las alarmas en Washington y Wall
Street, esto debido a que los gastos de consumo representan más de la mitad de la demanda
total de la economía. Por esa razón, los economistas, los políticos del gobierno, y los
administradores de dinero profesionales, cuidadosamente están atentos al temperamento de
los hogares.
Aunque abundan las preguntas respecto a su eficacia como factor de predicción del gasto
de los hogares, un aumento brusco y sostenido de la confianza de los consumidores, es
preocupante para los inversores de renta fija. Desmoronada la confianza de los consumidores no
es favorable a la renta variable, ya que puede presagiar la disminución en las ventas del negocio
y los beneficios. Los accionistas esperan que confianza de los consumidores se mantenga alta
para fomentar un mayor gasto, la cual es alcista para las acciones. Finalmente, Un consumo
deprimido pone un poco nerviosos a los inversores extranjeros, lo cual plantea que las
perspectivas de las tasas de interés a la baja y un debilitamiento en el clima de negocios,
constituyen un mal presagio para el valor del dólar.
A la luz de los datos históricos con los que contamos y la relación de esta encuesta con
el mercado de acciones, no es arriesgado decir que estamos ante una de las encuestas más útiles
para el especulador bursátil. Durante una recesión el sentimiento económico se deteriora
rápidamente hasta alcanzar el punto de inflexión en el que el sentimiento, aún negativo con
respecto al año anterior, es menos negativo. Esto es una señal inequívoca de que lo peor de la
recesión ha pasado y de que el nuevo ciclo expansivo se acerca. Después de toda tormenta
siempre llega la calma. Y la propia tormenta empieza a desvanecerse desde el preciso instante
en el que alcanza su mayor virulencia.
e) Indicadores Líderes Agregados
El arte y la ciencia de los indicadores adelantados está tan desarrollado que es lógico que
existan indicadores líderes o adelantados agregados, esto es, que estén compuestos de varios
indicadores líderes. El indicador adelantado más ampliamente seguido en EEUU es el de The
Conference Board, que mantiene y publica este índice desde los años noventa cuando tomó el
testigo a la administración norteamericana que lo gestionaba desde los años 30. El indicador se
basa en 10 subindicadores, entre los que se encuentran el número de horas de trabajo
semanales en el sector manufacturero, el número semanal de seguros de desempleo solicitados,
los pedidos del sector manufacturero para fabricar bienes de consumo, la velocidad de entrega
de los proveedores industriales, los pedidos de bienes de equipo, las licencias de construcción,
el propio índice bursátil S&P 500, el diferencial de tipos de interés o curva de tipos, el índice de
confianza elaborado por la Universidad de Michigan y la masa monetaria.
El LEI o indicador adelanta de la Conference Board tiene que bajar tres meses
consecutivos, para que haya amenaza de recesión, y debe complementarse ese dato con otros
indicadores fiables. Se pude consultar acá: https://www.conference-board.org/topics/us-
leading-indicators.
También están los disponibles para todos los públicos, como es el caso del indicador líder
de la economía estadounidense publicado por la Reserva Federal de San Luis: Federal Reserve
Economic Data | FRED | St. Louis Fed (stlouisfed.org)
Estos índices tienen una frecuencia mensual, y tienen la variable “subyacente”, como un
índice despojado de distorsiones, que muestra de manera más real la inflación en EEUU. Es una
medida que excluye las categorías de los alimentos y la energía, más sujetas a variaciones quelas
demás.
Hay índices de precios de cada una de las tres etapas progresivas de la producción:
materia prima, bienes intermedios y bienes terminados. Este dato, presagia la inflación de
manera efectiva, ya que estos aumentos de precios a los productores, son trasladados luego a
los consumidores. Es un indicador adelantado, en este sentido.
Si el IPP detecta las crecientes presiones de precios en la economía, podría bajar los
precios de los bonos y forzar a altas tasas de interés. En su mayor parte, las acciones responden
de la misma manera que los bonos. Un salto en el IPP significa mayores costos de producción
para las empresas y esto puede erosionar las ganancias y poner en peligro los dividendos.
Cuando existe un aumento en el IPP es una decisión difícil para los participantes en el mercado
de divisas. Normalmente, los beneficios del dólar por una pequeña mejora en la inflación,
impulsa que las tasas de interés a corto plazo de Estados Unidos sean más altas. Un informe de
rápido crecimiento de la inflación, sin embargo, puede hacerle daño al dólar debido a que la
Reserva Federal puede responder de manera tan agresiva que ponga en peligro el crecimiento
económico de EE.UU.
Las reuniones de la FED, unas 8 veces al año, son sumamente importantes para la
economía y los mercados reaccionan muy fuerte a este dato: si la inflación sube, se sabe que la
FED aumenta tasas, y las acciones bajan y comienza una recisión que dura hasta que la inflación
sea controlada. El capital se retira de la renta variable, porque las tasas altas dan rendimientos
sin riesgos y encarece el crédito, afectación de la economía que se refleja en magros resultados
económicos para las empresas y en menos rentabilidad en la bolsa.
La relevancia de las decisiones de la FED, se explica por las expectativas en la bolsa y los
valores actuales descontados, es decir, a los valores se les aplica una tasa de descuento y esta
tasa se relaciona directamente con las expectativas de inflación y crecimiento económicos,
cuestiones relacionadas directamente con la decisión de tipos de interés. Consultar punto 1.7 de
este escrito.
g) Productividad y costos.
Mide el cambio en la eficiencia de los trabajadores, quienes producen los bienes y
servicios. El informe tiene una frecuencia trimestral y puede obtenerse del siguiente link:
https://www.bls.gov/productivity/latest-numbers.htm
Con una fuerza laboral productiva, una economía puede producir suficientes suministros
para satisfacer las demandas de los consumidores y las empresas, sin provocar escasez y
aumento de los precios. Además, si los trabajadores producen más por hora, las empresas
pueden aumentar las ventas y generar mayores ingresos. Esas ganancias estimulan a distribuir
mayores dividendos a los accionistas, a un mayor gasto de inversión en los negocios, o a una
mayor remuneración para los trabajadores. De hecho, incluso podría ser capaz de hacer las tres
cosas al mismo tiempo. Por otro lado, el pobre crecimiento de la productividad es una receta
para el estancamiento económico, que conduce a la inflación, mayor desempleo, un crecimiento
más débil, y poco o ninguna mejora en los ingresos reales. El crecimiento en la productividad del
trabajo no es únicamente preferible, sino esencial en un entorno donde las empresas
estadounidenses enfrentan serias competencias globales.
Las órdenes de bienes duraderos miden el volumen en dólares de las órdenes, envíos y
órdenes no completadas de bienes duraderos. Los bienes duraderos son equipos nuevos o
usados generalmente con una expectativa de vida de tres o más años.
El informe tiene una frecuencia mensual.
Un salto en los pedidos es un signo positivo, porque sugiere que las fábricas y empleados
se mantendrán ocupados a medida que trabajan para satisfacer esta demanda de los clientes.
De la misma manera, una disminución persistente de los pedidos debe ser visto como un augurio
preocupante. Los bienes duraderos son, por definición los productos que tienen una esperanza
de vida de al menos tres años (tales como automóviles, computadoras, electrodomésticos,
aviones y equipos de comunicaciones) y representan una parte crucial de la inversión
empresarial. Muchos sectores de la economía están vinculados a la producción de bienes
duraderos, incluyendo en el crecimiento del empleo, la producción industrial, la productividad y
los beneficios.
Los bienes duraderos son, por definición, productos que tienen una esperanza de vida
de al menos tres años (como automóviles, computadoras, maquinaria, aeronaves y equipos de
comunicaciones), y representan una parte crucial del gasto de inversión empresarial. Muchos
sectores de la economía están vinculados a la producción de bienes duraderos, incluido el
crecimiento del empleo, la producción, productividad y beneficios. Hay otra razón por la que los
pedidos de bienes duraderos son tan digno de mención: sirven como un adelanto de órdenes de
fábrica que incluyen bienes duraderos y no duraderos, y que se publica apenas una semana más
tarde.
2) Orders for different industry groupings. Cuando los grandes fabricantes se preparan
para aumentar la producción, su primer paso es asegúrese de tener suministros adecuados de
materias primas industriales. Por lo tanto, un resurgimiento de los pedidos de materias primas
es un presagio de que la producción industrial está a punto de cambiar a una marcha más alta.
Eso se refleja en órdenes de los ítems: Metales primarios y Metales fabricado. Es decir, materias
primas.
3) Nondefense capital godos, excluding aircraft: Son los bienes de capital no relacionados
con la defensa, excluidas las aeronaves. Esta categoría, también conocida entre economistas
como "pedidos básicos de bienes de capital", podría ser el mejor indicador adelantado del gasto
de inversión empresarial. Los pedidos de bienes de capital comienzan a caer de 6 a 12 meses
antes de una recesión económica y, por lo general, se recuperan entre 3 y 18 meses después de
que la economía toque fondo.
5) unfilled orders: Esto son los pedidos no completados. Esta medida es una de las
favoritas entre los economistas por varias razones.
En primer lugar, una gran acumulación de pedidos sugiere que las fábricas se
mantendrán ocupadas en el futuro. Es decir, los pedidos llegan demasiado rápido para que los
fabricantes los satisfagan de manera oportuna. Pero una acumulación de pedidos no
completados también puede plantear un problema para la economía. Por ejemplo, puede
sobrecargar los recursos de fabricación, crear cuellos de botella en el proceso de producción,
provocan retrasos en las entregas e incluso conducen a presiones inflacionarias. Para corregir
esto, las empresas tienen que aumentar la capacidad de la planta, contratar más trabajadores o
mantener las líneas de producción en funcionamiento horas extraordinarias. Sin estos cambios,
los productores pueden terminar perdiendo clientes por el descontento con los retrasos crónicos
en la entrega.
Sirve como un marcador temprano para el nuevo capital inversiones y crecimiento del
empleo. Un mayor gasto en el estímulo de las instalaciones y los equipos aumenta la actividad
económica y mejora la infraestructura industrial de la nación. A medida que aumenta el empleo
en las fábricas, también lo hacen los ingresos personales, y esto ayuda a generar más gasto de
los hogares. El único gran riesgo aquí es cuando la competencia entre corporaciones para
adquirir recursos materiales y el trabajo se vuelve tan intenso que impulsa presiones
inflacionarias.
6) Inventories: Cada vez que la producción de la fábrica supera los pedidos, puede hacer
que los inventarios se disparen y provoquen dolores de cabeza financieros corporativos. Una
acumulación de bienes no deseados puede ser bastante costosa para una empresa. Si de repente
hay menos compradores para los bienes terminados, los productores no tienen más remedio
que almacenarlos como inventarios no deseados. A medida que estos inventarios aumentan, los
ejecutivos de fabricación a menudo se ven obligados a reducir la producción, lo que puede
provocar el cierre de plantas y despidos y presagiar, por ende, una recesión.
Costos laborales.
En cuanto a los costos, que representan alrededor del 70% de todos los gastos de los
negocios, hay dos índices que resultan útiles para verificar si los costos laborales aumentaron o
disminuyeron, índices que tienen incidencia en el consumo y en los precios:
a) Los costos laborales unitarios. Puede consultarse acá: EE.UU. - Costes laborales
unitarios - trimestral (investing.com) y es un informe trimestral y lo produce el Estado. Es
importante porque A medida que aumenten los costos laborales unitarios, los empleadores
transferirán estos costos adicionales los gastos a los consumidores en forma de precios más altos,
o absorberlos y tomar una parte en beneficios.
b) Ingreso promedio de hora trabajada: Puede consultarse acá: Ingresos medios por hora
interanual en Estados Unidos (investing.com) y también lo hace el Estado, con una frecuencia
mensual.
Hay una diferencia importante: valor y precio. El precio es lo que uno paga por algo, el
valor, es lo que recibe a cambio. Las empresas tienen precio y tienen valor, conocer el valor es,
en definitiva, conocer si el precio es o no un precio conveniente. Pero el proceso de valoración
es siempre subjetivo, es una opinión, a diferencia del precio que es un hecho objetivo derivado
de una transacción comercial. El análisis fundamental busca establecer el valor intrínseco
(Warren Buffett) de una empresa determinada, y calcular, asimismo, el precio futuro de esa
empresa para determinar si la inversión es conveniente o no. La cuenta es simple: si yo valoro la
empresa y sé que por cada dólar que recibe de mi inversión produce un dólar más, al cabo de 10
años la voy a vender más cara y saco mi diferencia. Por eso el valor es importante, porque si está
bien hecha la estimación, el precio tarde o temprano se acercará a al valor de la empresa.
Por supuesto que hacer un análisis fundamental es algo muy complejo, tanto como lo
sea el inversor que lo hace y sus requerimientos. Yo voy a centrarme en establecer algunos
parámetros útiles para elegir las empresas donde voy a invertir, esto es, parámetros de calidad
de la empresa, pues no voy a hacer inversiones a largo plazo, sino a corto plazo. No obstante, si
la empresa es buena empresa, eso aumenta las probabilidades de que no haya sorpresas
desagradables. Las buenas empresas siempre cercen, los inversores institucionales siempre
invierten en ellas, por ende, el precio suele subir, sin sobresaltos negativos, salvo, quizá, por el
vaivén normal del ciclo del precio y las tomas de ganancias, las cuales, son perfectamente
predecibles con el MACD.
El análisis se suele dividir en dos: análisis cualitativo y análisis cuantitativo, este último
ya más referido a la contabilidad. Ambos análisis se complementan: primero lo cualitativo, y una
vez que uno comprende el negocio, sus ventajas y desventajas, viene lo cuantitativo, para ver si
los números dan bien y se confirma la comprensión del negocio. Un buen curso de análisis
fundamental se puede ver acá: https://youtu.be/RyJSuxwpb_I; y acá hay otro:
https://youtu.be/LSzerQvvuUI. Un libro de lectura ineludible: Pat Dorsey, “Cinco reglas para
invertir en acciones” (ver aquí: https://es.scribd.com/document/534630286/Las-cinco-reglas-
para-invertir-en-acciones-con-exito-by-Pat-Dorsey-Pat-Dorsey-z-lib-org . Bajar de acá:
https://scribd.vpdfs.com ). Si uno desea agregar el tema de la ventaja competitiva, otro libro de
Pat Dorsey lo trata: “El pequeño libro que genera riqueza” (bajar:
https://docer.com.ar/doc/xc5c500). Una vez determinada la calidad de la empresa y efectuada
la proyección del valor a futuro, se debe pasar al análisis técnico para determinar los máximos y
mínimos de los precios, la entrada oportuna de la inversión, etc.
Por último, las páginas web aportan toda la información necesaria y no es necesario
pagar servicios premium. Eso sí, la información no siempre es correcta, ni es igual en todas las
páginas, así que hay interpretar los datos. Lo mejor es ir a la página de la empresa y ver los
informes anuales. Las páginas son la siguientes:
1) https://es.investing.com
2) https://es.tradingview.com
3) https://finance.yahoo.com
4) https://www.morningstar.com
5) https://app.tikr.com
6) https://finviz.com
7) https://wallmine.com
8) https://www.msn.com/en-us/money
Las variables que todo inversor debe analizar para comprender el negocio y evaluar la
calidad de la empresa, son:
➔ Rentabilidad.
➔ Crecimiento del flujo de caja.
➔ Ventaja competitiva de la empresa y barreras de entrada.
➔ Política de la empresa.
➔ Equipo gestor.
Ver esto en los videos que dejé sobre análisis fundamental, en lo siguiente me voy a
centrar en los números: rentabilidad y crecimiento del flujo de caja.
3.2.1.- La P.E.R. (Price Earnings Ratio) o P/E. El E.P.S. (Earnings Per Share) o beneficio por
acción (B.P.A.). La rentabilidad.
𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑎𝑐𝑐𝑖ó𝑛
𝐵𝑒𝑛𝑒𝑓𝑖𝑐𝑖𝑜 𝑝𝑜𝑟 𝑎𝑐𝑐𝑖ó𝑛
𝑜
𝐸𝑃𝑆
𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑎𝑙𝑖𝑧𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑏𝑢𝑟𝑠á𝑡𝑖𝑙
(𝑁° 𝑑𝑒 𝑎𝑐𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑥 𝑝𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜)
𝐵𝑒𝑛𝑒𝑓𝑖𝑐𝑖𝑜 𝑛𝑒𝑡𝑜
El E.P.S. o B.P.A., es decir, el beneficio por acción se obtiene con la siguiente cuenta del
balance:
𝐵𝑒𝑛𝑒𝑓𝑖𝑐𝑖𝑜 𝑛𝑒𝑡𝑜
𝑁° 𝑑𝑒 𝑎𝑐𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒𝑠𝑎
La P.E.R. sirve para esto: 1) nos indica el número de años en recuperar la inversión: una
P.E.R. 20 nos dice que tardaremos 20 años en recuperar nuestra inversión si los beneficios de la
empresa se destinaran a dividendos y las variables se mantuvieran constantes. En este sentido,
pagar 40 veces beneficios o más es un mal negocio, incluso con empresas importantes.
La P.E.R. debe compararse con empresas del mismo sector, a fin de saber si
efectivamente el precio de la acción es caro o no. Por ejemplo:
1) La P.E.R. en el sector bancario varía entre 7 y 12.
2) La P.E.R. en el sector energético varía entre 5 y 15.
3) La P.E.R. en el sector tecnológico varía entre 20 y 40.
Por regla general, y esto es sólo eso, una regla práctica, pueden discriminarse las
siguientes categorías:
La valoración de una inversión se puede hacer por descuento de flujo de caja o por
múltiplos, y en este último caso también se puede aplicar una tasa de descuento para tener en
cuenta la depreciación del dinero con los años. Lo óptimo es hacer las dos valoraciones y
compararlas. Esta operación se hace para inversiones de 5 ó 10 años, pero está bueno saberlo, y
es útil para estimar el precio futuro de una empresa. Acá voy por la valoración por múltiplos
porque me parece más sencilla: al fin y al cabo, es una mera estimación y hay mil variables que
se dan por supuestas. Voy a poner dos maneras, una con el BPA, que vendría a ser útil para el
inversionista, y otra manera dinámica, con el FCF, que sería más útil para quien apunta a comprar
una empresa. Lo primero es calcular la tasa de retorno.
𝐸𝐵𝐼𝑇
R.O.C.E. =
𝐴𝑐𝑡𝑖𝑣𝑜𝑠 𝑡𝑜𝑡𝑎𝑙𝑒𝑠 + 𝑝𝑎𝑠𝑖𝑣𝑜𝑠 𝑐𝑖𝑟𝑐𝑢𝑙𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 −𝐶𝑎𝑗𝑎
Si se quiere ser más preciso todavía, en vez del R.O.C.E. se puede usar el R.O.I.C. (return
on invested capital), es decir, el retorno del capital invertido (Charlie Munger). Si la empresa no
tiene capacidad de generar retornos, no generará beneficios. El R.O.I.C. también está en las
páginas. Hay que tener cuidado con esto, porque hay negocios que requieren poco capital
invertido (por ej. empresas digitales) y la tasa de retorno está inflada, o sea, no sirve para el
cálculo. Un R.O.I.C. de 8% ya es muy buena señal; un R.O.I.C. superior, cercano al 15% ó 20%, es
lo que uno busca. Si el R.O.I.C. supera el 30% es una excelente empresa y se debe invertir en ella,
salvo que los niveles de deuda sean muy altos. NVO, por ejemplo, tiene un R.O.I.C. del 60 % por
ejercicio, y mantiene ese porcentaje desde hace 8 años: algo pocas veces visto. Si uno no confía
en las páginas, el R.O.I.C. se calcula con esta fórmula:
Hay quienes sostienen, siguiendo a Benjamin Graham, que uno no debe comprar algo si
su precio es mayor a dos veces y media la tasa de crecimiento + un 8 % de margen de seguridad.
Esto es, si la tasa de crecimiento es 7, se usa como PER la suma (7 + 7 + 3.5 + 8) y se multiplica
por el EPS o BPA. El margen de seguridad, denota la humildad del análisis y la admisión, probable,
de nuestro error en la valoración. Si el precio de mercado es superior al resultado, entonces no
se debería comprar porque estaría cara la acción y no nos permitiría obtener ganancias. Pero
esto es únicamente una variable más de análisis a tener en cuenta. Lo cierto es que con eso, ya
podemos calcular la tasa de rentabilidad del negocio. La fórmula para sacar ese porcentaje es la
siguiente:
10
C = Tasa de crecimiento, por ejemplo: 10 % ó
100
K = (1 + 𝑡𝑎𝑠𝑎 𝑑𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑜 ) 𝑁 - 1
La tasa de descuento puede ser mayor, si hay factores de riesgo que deben incluirse. Por
ejemplo, una empresa estable tiene menos riesgo que una cíclica. Como sea, una vez que
tenemos la tasa de rentabilidad y le restamos la tasa de descuento, tenemos la tasa de
rentabilidad real y es lo que nos dirá si nos conviene invertir a largo plazo o no. En realidad, se
hace la cuenta por cada periodo por separado, y luego se suma, pero yo no necesito tanta
precisión, al fin y al cabo, estoy proyectando futuro y un simple vistazo me basta. Si interesa esta
última forma, más adelante dejo una planilla de Excel con ese cálculo formulado en logaritmo
base 10.
A mi juicio, no tiene sentido usar las estimaciones a futuro, precisamente, porque nadie
tiene la bola de cristal. El promedio de R.O.I.C. y de los dividendos, tambien suelen ser
interesantes para saber si la capacidad de la empresa y la política de distribución de beneficios
es algo circunstancial o es algo común y corriente. Se compra lo bueno, pues lo que es bueno
dará buenos resultados en el futuro y al fin de cuentas, es eso lo que hace rendir la inversión2.
Comprar la calidad es, creo, lo único que nos separa de una apuesta de casino (en contra Howard
Marks, quien afirma que se compra lo barato, y no necesariamente lo bueno). La apuesta, en lo
posible, debe ser asimétrica: apuesto a ganar 100 y arriesgo 10, cosa que sucede con las buenas
empresas. No es aconsejable ir con apuestas simétricas: apuesto a ganar 10 y arriesgo 10, pues
suele salir mal el negocio al fin de cuentas.
Una buena empresa suele rendir en bolsa de manera constante, incluso las empresas
cíclicas, un 10% o más por año. Por eso una primera forma de preseleccionar los instrumentos
es verificar el rendimiento de las acciones en bolsa durante el último año, y esa información se
encuentra disponible en internet. Las empresas buenas no suelen cotizar en negativo, salvo crisis
general (que son excelentes oportunidades de compra), y cuando lo hacen, es porque dejaron
de ser buenas y hay algún problema. Es cierto que después de un buen año, suelen bajar al
siguiente para después subir de nuevo, pero siempre lo hace dentro de un margen positivo.
Para la rentabilidad y el crecimiento, también hay que ver el tema deuda, emisión de
acciones y recompra de acciones, ya que esos son los factores de riesgo previsibles de la
inversión en bolsa. Y finalmente, lo más importante: reforzar el cálculo con operación que se
debe efectuar sobre el flujo de caja. Vayamos primero a los factores de riesgo.
2
Peter Lynch, nos dice: “una empresa tiene cinco formas básicas de incrementar sus beneficios: reducir los
costes; subir los precios; expandirse hacia nuevos mercados; vender más productos en los mismos
mercados; y revitalizar, cerrar o deshacerse de otro modo de una operación no rentable”.
una razón para no invertir en esos sectores. Esto está informado en todas las páginas, nos dan
una ratio de solvencia y esta ratio no debe ser superior a 1.5x. De hecho, 1.5x es ya demasiado,
es el límite máximo. Pero si la ratio da resultados que no se condicen con el análisis cualitativo
de la empresa, se puede ir a los estados contables y calcular el asunto.
La deuda neta = deuda financiera corriente (deuda de 1 año o menos) + deuda financiera
no corriente (deudas de mayor plazo) – el efectivo y otros activos líquidos equivalentes. La deuda
neta afecta el E.V. o valor de la empresa, razón por la cual a menor deuda mayor valor de las
acciones y viceversa. El banco o los bonistas, siempre cobran antes que el accionista porque si
no cobra puede embargar o ejecutar. A mayor deuda, menos dinero para el accionista.
Con ese resultado podemos calcular las ratios. Hay varias formas de calcular esto, pero
podemos simplificar y usar una estática y otra dinámica.
𝐷𝑒𝑢𝑑𝑎 𝑛𝑒𝑡𝑎
D/E =
𝐹𝑜𝑛𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑟𝑜𝑝𝑖𝑜𝑠
ACCIONES
(equity)
ACTIVOS 20
OBLIGACIONES
(deudas)
100 80
𝐷𝑒𝑢𝑑𝑎 𝑛𝑒𝑡𝑎
D/EBITDA = 𝐸𝐵𝐼𝑇𝐷𝐴
𝐷𝑒𝑢𝑑𝑎 𝑛𝑒𝑡𝑎
D/EBIT = 𝐸𝐵𝐼𝑇
En lo personal, calculo el tema de la deuda con el free cash Flow, esto es, con el dinero
en caja que genera la compañía, y nunca invierto en empresas cuando su deuda en mayor a 3x.
𝐷𝑒𝑢𝑑𝑎 𝑛𝑒𝑡𝑎
𝐹𝑟𝑒𝑒 𝑐𝑎𝑠ℎ 𝑓𝑙𝑜𝑤
Dicen que no pagar dividendos le permite reinvertir a la empresa, crecer y generar más
valor (por ej. Google). Pero el pago de dividendos, por otra parte, es una forma de comprobar
que la empresa respeta la inversión y se preocupa por los accionistas, compartiendo los
beneficios cuando las acciones están infravaloradas. Esta diferencia hay que tenerla en cuenta al
analizar las empresas:
En definitiva, lo que hay que ver en primer lugar es cómo la empresa se preocupa por la
rentabilidad de los inversionistas. Y, en segundo lugar, prestar mucha atención a la emisión de
acciones, ya que reducen el valor de las mismas (por ej.: TESLA se financia con emisión de
acciones y no tiene beneficios, incluso da pérdidas) y afectan a los inversionistas. Por último, la
recompra de acciones es una buena señal si la empresa está infravalorada, porque revalorizan a
las acciones y sube el precio. Es una buena política de la empresa, habla bien de la gestión. Por
ejemplo, probablemente por razones políticas, YPF viene en tendencia bajista desde 2005 y pasó
de 60 dólares a 4 dólares (actualmente en 9 dólares), es decir, durante 15 años la cotización bajó
y la empresa no se preocupó por los accionistas, quienes perdieron mucho de su inversión. Eso,
a mi juicio, no es correcto y la empresa debería haber cuidado sus acciones mediante recompra,
porque, en definitiva, las acciones forman parte de la empresa y el precio habla por ella.
El FCF es el dinero en efectivo – o los activos equivalentes – que entra y sale realmente
de una empresa durante un ejercicio. La recompra de acciones figura en esta parte del balance
(actividades de financiación o financing activities), con signo negativo o en rojo. La emisión de
nueva deuda, también, pero con signo positivo…, o, si recompra deuda, entonces aparece con
signo negativo o rojo. La emisión de deuda para solventar los gastos, como dije, no es buena
señal: más intereses, menos beneficios futuros.
El FCF es el dinero en efectivo que le queda a la empresa luego de pagar todo y repartir
dividendos, y es un indicador muy bueno para saber cómo marcha la empresa. Debemos buscar
empresas que históricamente hayan ido aumentando su FCF paulatinamente y que no presenten
sobresaltos, con años malos y años buenos. Eso la hace predecible a la empresa. Sin embargo, si
la empresa compra otra empresa o construye una nueva fábrica, el FCF será negativo o muy bajo
en ese ejercicio. Eso hay que tenerlo en cuenta. La fórmula del FCF es la siguiente: FCF = efectivo
de las operaciones – capex. Hay que ver los balances y siempre está determinado.
El E.V. (enterprise value), por su parte, es el valor de la empresa, por lo cual, cuando se
lo relaciona con el FCF, se está tratando de saber cuántos años de FCF se necesitan para recuperar
la inversión de la compra de la empresa. La fórmula es la siguiente:
E.V. = Capitalización bursátil de la empresa (N° de acciones x precio) + deuda neta - Caja
De esa manera, podemos sacar la ratio de E.V. / FCF, o sea, cuántos años se necesita para
generar el dinero necesario para adquirir toda la compañía. Una ratio baja, es señal de que la
empresa está barata, y una ratio alta, es señal de que la empresa está cara. Esta ratio viene a
resolver los problemas del P.E.R., pues este no tiene en cuenta la deuda y el beneficio es
manipulable. De todos modos, es un indicador útil para saber si una empresa es buena o no, y
para calcularlo tenemos una fórmula bastante sencilla, que, de hecho, ni es necesaria porque los
datos están en las páginas:
𝐸. 𝑉.
𝐹𝐶𝐹
Pat Dorsey dice: La mejor medida de valoración basada en la rentabilidad es una métrica
relativamente poco conocida, llamada retorno de efectivo (R.E.). En muchos aspectos, en
realidad se trata de una herramienta más útil que el P/E. Para calcular el retorno de efectivo,
divide el flujo de caja libre por el valor de empresa y tendrás el porcentaje de retorno probable
de tu inversión. Este porcentaje hay que tenerlo en cuenta a la hora de establecer la tasa de
crecimiento. Es decir:
𝐹𝐶𝐹
𝐸.𝑉.
= R.E. x 100 = porcentaje probable de retorno de la inversión (R.I.)3.
Ahora, si dividimos el FCF por el número total de acciones, tenemos el FCF por acción y
puede usarse en reemplazo del EPS o BPA para el cálculo del valor futuro de la empresa,
multiplicándolo por la ratio de E.V./FCF que haría las veces de P.E.R. La fórmula sería:
Con eso, podemos repetir la operación que habíamos hecho para el cálculo de la
rentabilidad por beneficios.
Pat Dorsey aconseja, además, dividir el flujo de caja por las ventas o los ingresos para
saber “qué proporción de cada dólar ingresado puede la empresa transformar en beneficios
extraordinarios. Si el porcentaje es mayor al 5 % o más”, es una buena empresa. El flujo de caja
3
Otra cuenta que se puede hacer: si tenemos el porcentaje de retorno, podemos incrementar los ingresos
según el porcentaje de crecimiento del PBI que se estime para el año siguiente, y sacar el FCF futuro que
tendrá la empresa al año siguiente.
libre, nos dice, es un indicador de que la empresa tiene lo que Dorsey llama “un foso económico”,
es decir, una defensa que protege sus beneficios de la competencia. Entonces, la fórmula sería:
Cálculo tasa de
crecimiento y proyección.xlsx
Cálculo tasa de
crecimiento, descuento y proyección.xlsx
Un punto que miro con atención, cuando los números dan bien, es la responsabilidad
social de la empresa. No únicamente la sustentabilidad, que hoy es una moda. Me refiero a
muchas cosas relacionadas con la preocupación de la empresa por los aspectos sociales de la
comunidad y por su impacto en ella.
Si la empresa tiene una política incorrecta, tarde o temprano esa política perjudicará al
inversor. Es cuestión de tiempo.
En lo siguiente paso a dejar unas notas importantes para el análisis de los balances de
las empresas que se desprenden del libro de Pat Dorsey:
1) Comparar Ingresos brutos con inventario. Una empresa cuyas ventas van bien, vende
mucho más que su inventario. Por lo cual, dividiendo ingresos brutos por el inventario
𝑖𝑛𝑔𝑟𝑒𝑠𝑜𝑠 𝑏𝑟𝑢𝑡𝑜𝑠
( 𝑖𝑛𝑣𝑒𝑛𝑡𝑎𝑟𝑖𝑜
= 𝑅𝑜𝑡𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑑𝑒 𝑚𝑒𝑟𝑐𝑎𝑑𝑒𝑟í𝑎 ), tenemos el dato de cuántas veces al año la
empresa vació su inventario de existencias. Por otra parte, un inventario importante, debe
analizarse con cuidado: si es una empresa de moda, el inventario se venderá a precio rebajado y
aun así difícilmente se agotará, pues es una cuestión de moda. Esto implica menos dinero. El
caso es muy distinto, por ejemplo, a Coca Cola, cuyo inventario puede desaparecer rápidamente
sin rebajas.
A contramano de lo que el sentido común nos dice, las crisis son los mejores momentos
para comprar acciones si el análisis fundamental arroja buenos resultados. Si la empresa es
buena y tiene fundamentos, esto es, si tiene valor intrínseco, el precio tarde o temprano lo
acompañará. Por eso no interesa cuánto caiga o qué tan malas noticias haya, mientras más caiga
es más barata la adquisición. Eso, claro, si no nos equivocamos en el análisis fundamental.
Por lo tanto, uno podría afirmar sin errar que las crisis no son cosas inevitables que
suceden, o que no se pueden evitar, y perjudican a toda la sociedad. Las crisis son oportunidades
de negocios perfectamente previsibles y planificadas, a costa del sufrimiento de toda la sociedad.
Se incentiva la expansión de la economía, aumentando los resultados y las ganancias, y cuando
la expansión llega a su techo, se crea la crisis para bajar los precios y recomenzar el ciclo de
ganancias. Opinan distinto, por supuesto, los que piensan que el mercado es eficiente. Peter
Lynch, dice: “El auténtico contrarían no es el inversor que lleva la contra a los demás en algún
tema caliente (por ejemplo, apostar a corto contra una acción que todo el mundo está
comprando). El auténtico contrarían espera a que las aguas se calmen y compra acciones en las
que nadie se fija, en especial aquellas que más bostezos provocan en Wall Street.”
En base a eso, una devaluación como sucede en argentina, recurrentemente y que viene
desde hace 70 años, no es algo aleatorio. La capacidad de fijar precios – o sea, de aumentarlos
a gusto sin perder ventas – es precisamente una ventaja competitiva que los inversores buscan
a la hora de invertir (el “pricing power”, como le dicen). La regla entonces es la siguiente: se
compra con las malas noticias, se vende con las buenas noticias, siempre y cuando haya
fundamentos, es decir, siempre y cuando lo que se compre sea de gran calidad. En este punto
viene bien Peter Lynch, de nuevo:
Si usted tiene interés en comprar un valor como recuperable, debería ser por alguna
razón de más peso que la mera convicción de que su precio ha bajado tanto que ya le tocaría
subir. Tal vez se ha dado cuenta de que el sector se está recuperando, o ha revisado el balance y
ha visto que la empresa tiene 11 dólares por acción en efectivo mientras cotiza a 14 dólares.
Pero aun así, no tendrá manera de saber si el precio ha tocado fondo. Normalmente lo
que sucede es que la acción vibra un poco, por decirlo así, antes de subir otra vez. Por regla
general este proceso dura dos o tres años, a veces incluso más.”
Para encontrar las acciones en EEUU, donde hay mayor transparencia, la página
https://app.tikr.com tiene un global screener que te permite buscar empresas por sector, con
filtros de PER, R.O.I.C., Ingresos, flujos de caja, EPS normalizado, ratio de deuda, etc. En los
gráficos, se pueden proyectar esas variables y compararlas con el precio, siendo la más
importante, el cash flow. Cuando un sector tiene crisis, pues se busca acciones de calidad
castigadas, se analiza, se compra y se espera. Otra página donde puede buscarse empresas por
sector y verificar el castigo del mercado, es la siguiente: https://finviz.com/groups.ashx .
La bolsa y el ciclo económico riman. En un ciclo expansivo la bolsa tiende a subir. Llega
la recesión y la bolsa desciende. La recesión alcanza su máxima virulencia y la bolsa forma un
suelo y vuelve a subir, con un nuevo cambio de ciclo económico. Esto se puede apreciar con el
indicador de peticiones de desempleo INVERTIDO y el S&P 500.
Gráfico:
Aunque son muchos los operadores en los mercados financieros que prefieren
circunscribir su campo de actuación al análisis técnico, en mi opinión, esta técnica utilizada de
forma aislada rara vez rinde los frutos suficientes que justifiquen su uso en solitario. Sin embargo,
si se utiliza esta herramienta junto con el análisis macroeconómico, puede surgir una poderosa
sinergia que tenga como resultado un análisis y operativa de orden superior.
La idea de que los precios fluctúan alrededor de la tendencia macro no es una sugerencia
de que los precios apenas se desvían de dicha tendencia; a veces las cotizaciones pueden
desplomarse un 20% durante una tendencia macro alcista y, aún así, se trataría de una mera
corrección. A pesar de que pueden darse violentas desviaciones al alza o a la baja en el muy corto
plazo, las desviaciones en contra de lo que sugiere la tendencia macroeconómica no suelen
suponer un gran coste de oportunidad para el operador que decide seguir posicionado según lo
que dicta su análisis macroeconómico o, dicho de otro modo, los movimientos correctivos
tienden a resolverse rápidamente.
Aquella corrección bursátil tuvo lugar por causas puramente psicológicas. De forma
repentina, muchos operadores temieron que la bajada de rating de la deuda de Estados Unidos
- desde el grado AAA hasta AA+ por parte de Standard & Poors - en agosto de ese año
desencadenase una nueva crisis financiera. Después de dos meses de corrección, el 4 de octubre
las bolsas norteamericanas formaron suelo y sólo 5 meses después ya estaban cotizando en
máximos. Todos estos eventos tuvieron lugar sin que la tendencia macroeconómica variara de
expansiva a contractiva, tal y como muestra el más importante de los datos económicos: el
empleo.
4.1.- Suelos y techos del mercado
Un techo de mercado es un máximo o zona de máximos en las cotizaciones que se
produce antes de que el mercado retroceda. Un suelo es un mínimo o zona de mínimos en las
cotizaciones que se produce antes de que el mercado ascienda. La emoción psicológica operante
durante la formación de un techo es la complacencia. Cuando la bolsa sube, siendo la mayoría
de operadores sólo compradores que nunca se posicionan a la baja, se puede decir que casi todo
el mundo está satisfecho e incluso que predomina un estado de avaricia en la que todos desean
más ganancias. En esta fase las cotizaciones oscilan suavemente ya que la avaricia es una
emoción de desarrollo relativamente lento. Debido a la fuerte complacencia predominante tras
un alza bursátil, un movimiento de este tipo no finaliza repentinamente, sino que suele hacerlo
tras un techo en forma de “ΛΛΛΛ” como sugiere la figura:
Sin embargo, en los suelos del mercado predominan otras emociones bien distintas:
principalmente el miedo y a veces el pánico. La mayoría de operadores bursátiles, que como
sabemos tienden a ser sólo compradores y por tanto sólo alcistas, al principio de una corrección
no sienten especial preocupación; de hecho, suelen sentir esperanzas de que la pequeña
corrección finalice pronto. Pero esos pequeños retrocesos prosiguen su camino a la baja y donde
los operadores antes sentían complacencia y luego esperanza, ahora sienten miedo y, cuando
las caídas se intensifican aún más, el miedo se convierte en pánico; repentinamente una gran
mayoría de operadores se encuentra en una situación muy incómoda en la que están perdiendo
dinero, lo cual genera ansiedad que se refuerza con mayores dosis de estrés a medida que las
caídas no dejan de sucederse. A diferencia de los techos del mercado, donde las oscilaciones de
las cotizaciones son suaves, en las caídas bursátiles las oscilaciones son violentas y repentinas.
Lo relevante de esta fase rápida del mercado, es que los suelos también se forman de manera
veloz, alguna vez formando una estructura sencilla de giro tipo “V” o, muy frecuentemente, con
una figura doble “VV”.
Una metáfora que puede ayudar a explicar las diferentes emociones que operan en un
escenario u otro y, consecuentemente los diferentes ritmos a los que fluctúa el mercado en los
techos y los suelos, es comparar lo que sentimos cuando nos encontramos en un momento de
descanso o gozo, como puede ser cuando estamos disfrutando de un día soleado en la playa, y
lo que sentimos cuando estamos a punto de ser atropellados. En el primer y apacible caso,
nuestras reacciones son parsimoniosas y respondemos a la realidad que nos rodea con
tranquilidad. En el desagradable segundo supuesto, todo nuestro organismo se centra en un
problema -el coche que viene de frente- y lucha por apartarse rápidamente de la trayectoria del
vehículo. Cuando el peligro pasa seguimos convulsionados durante un tiempo, pero nada más
librarnos del atropello sabemos que el peligro ha quedado atrás. La bolsa como fenómeno
humano está sujeta a las mismas emociones que rigen las demás áreas de nuestra vida y por ello
el resultado final es que el mercado presenta una fuerte asimetría en su comportamiento según
se hable de un techo o de un suelo. A diferentes emociones, distintas situaciones de mercado. A
diferentes situaciones, distintos los métodos de análisis y tácticas operativas a aplicar.
Puede que esta explicación parezca obvia o redundante, pero es necesario ser
plenamente conscientes de estos matices porque tienen importantes implicaciones operativas.
En los techos del mercado, donde se producen varias fluctuaciones antes de la caída definitiva
de los precios, intentar posicionarse bajista en un punto alto - por ejemplo, el punto “b” en la
figura 12.3 - es una invitación a desarrollar una operativa de baja fiabilidad porque es
prácticamente imposible saber si “b” será el punto alto definitivo, o si lo será “c” o “d”. El riesgo
de intentar vender a corto con demasiada antelación en los techos del mercado es que los punto
“c” o “d” sean más altos que “b” y que nuestra operación entre en pérdidas o el stop los se
ejecute. Por este motivo, es más prudente mostrar una actitud reactiva y esperar a que la
estructura de techo empiece a romper a la baja la zona de soporte para empezar a vender en el
punto “e”.
Sin embargo, en los suelos del mercado hay que actuar de otra manera. Éstos tienden a
desarrollarse en un corto espacio de tiempo y, por tanto, hay que estar dispuestos a entrar en el
mercado en el primer o segundo giro de las cotizaciones. Los techos y suelos no son iguales en
su estructura y por tanto lo más correcto es practicar tácticas operativas diferentes.
Uso correcto del RSI 4 → un operador macro que usa determinadas herramientas
técnicas en contexto con su análisis de la situación económica utilizará los indicadores técnicos
de una manera u otra, dependiendo de si se está en una tendencia macro bajista -contracción
acelerada- o en una tendencia macro alcista -fases de contracción desacelerada y expansión
económica-. En una tendencia macro alcista casi todas las señales alcistas del RSI funcionarán,
pero la mayoría de las señales bajistas serán erróneas; y en una tendencia macro bajista, las
señales bajistas del indicador deberían ser más fiables que en el primer caso y las señales alcistas
fallarán estrepitosamente.
Solo son correctas las señales del piso (verde), alcistas, en tendencia alcista, no las bajistas (rojo)
4
Indicador de fuerza relativa desarrollado por J. Welles Wilder que mide la velocidad y los cambios en los
movimientos de los precios. Según Wilder una lectura de este indicador sobre 70 significa “sobrecompra”
y por debajo de 30 “sobreventa”. Nótese en el gráfico, en tendencia alcista, solo las señales de suelo son
correctas, es decir, las alcistas, y no las bajistas.
Un tipo especial de suelo: las claudicaciones
Tras un fuerte retroceso o un crash, una gran cantidad de alcistas tiran la toalla y se dan
por vencidos vendiendo una gran cantidad de acciones en medio de una situación de gran
incertidumbre. Esta venta acelerada de un gran volumen de títulos suele coincidir con claros
suelos bursátiles de medio y largo plazo. Estos suelos producidos en medio de un elevado nivel
de pesimismo se denominan claudicaciones de mercado. No hace falta señalar su importancia,
ya que suelen ser el comienzo de prometedores mercados alcistas. Hay varios indicadores que
nos permiten medir con cierta precisión estos momentos de pánico, pero basta con una media
móvil de 50 sesiones: cualquier desvío bajista que supero el 10 % de la media de 50, es una
claudicación.
Estos escasos puntos de claudicación históricamente han coincidido con muchos suelos
de largo plazo tras mercados bajistas de meses o años de duración, o con suelos significativos de
medio plazo.
En ese preciso momento se habla de que el mercado está retesteando mínimos ya que
muchos operadores evaluarán lo que ahí ocurre. Si los precios no logran mantenerse y no
comienzan a rebotar, se dice que el retest es fallido y los precios continúan descendiendo. Pero
si las cotizaciones se mantienen e inician un giro al alza -aunque sea ligero- (figura) muchos
operadores percibirán que en ese punto existe fuerza compradora y se sumarán tempranamente
al movimiento, reforzando aún más la presión alcista y provocando un rally bursátil.
Tiene sentido, casi nadie quiere comprar en el primer rebote porque no se sabe si es el
verdadero punto de partida de un nuevo movimiento alcista, aunque se sepa que los suelos son
de formación rápida. Por ello, hay una gran expectación en el nivel de retest y si se confirma
ligeramente la expectación alcista, aunque sea de la forma más ligera, muchos operadores se
sumarán a las alzas porque ahora tienen mayor seguridad de que pueden estar ante un punto
de inflexión en las cotizaciones. No es casualidad que este patrón no sólo se forme tras muchas
correcciones menores, sino que sea visible tras muchos crash bursátiles o momentos de
claudicación de los alcistas.
Esta es una figura clásica de consolidación, una “bandera alcista”, que una vez superada
indica que la tendencia previa seguirá su marcha.
Si esta es una figura clásica de consolidación que suele indicar que, una vez superada la
resistencia, los precios van a continuar, ¿para qué necesitamos conocer la tendencia
macroeconómica? ¿Por qué simplemente no seguimos lo que nos indican los precios?
La razón es que este tipo de figuras observadas de forma aislada, por su puro aspecto
técnico, apenas tienen más probabilidades ganadoras que el lanzamiento al aire de una moneda.
La auténtica ventaja, o las altas probabilidades ganadoras, vienen de entender cuál es la
tendencia económica, cuál es la gran marea de datos macroeconómicos que arrastran las
cotizaciones al alza o a la baja con mayor probabilidad en el medio plazo. Una metáfora podría
ser la observación de las olas en la playa. Si durante un sólo parpadeo mirásemos lo que hace
una ola, ¿eso ya nos bastaría para saber si la próxima romperá más arriba o más abajo? Desde
luego que no. Lo mismo ocurre con la observación de los patrones técnicos de forma aislada.
Para saber dónde romperán las próximas olas, es mucho más importante estudiar el ciclo de las
mareas.
Por otro lado, la verdadera utilidad de la observación técnica del mercado es que nos
permite encontrar puntos muy precisos de entrada. El análisis técnico, en contexto con la
tendencia macroeconómica, nos sirve para encontrar puntos precisos de entrada y salida con
sentido fundamental. Nos ayuda a gestionar las operaciones y el riesgo de nuestras decisiones.
El análisis macro nos indica qué lado del mercado favorecer, pero es el análisis técnico el que nos
dice cuándo y hasta dónde
Otro claro indicador técnico de ruptura y que es un punto bisagra, es cuando la media
de 50 sesiones cruza a la baja o al alza la media de 200 sesiones, en lo que es una señal técnica
clásica de tendencia bajista o alcista, respectivamente.
4.6.- Indicador de volatilidad implícita XIV – Las emociones
en el mercado.
No sólo el análisis de las cotizaciones permite delimitar y entender la acción del mercado
con respecto a la tendencia macroeconómica. El análisis del sentimiento es otra poderosa
herramienta que puede ayudarnos a interpretar la situación del mercado en el corto, medio y
largo plazo.
b) Rumores.
En el campo de las técnicas subjetivas, uno de los elementos más importantes para
evaluar el sentimiento de los operadores, es detectar aquellas ideas y temas que
repentinamente se convierten en vox populi. Por ideas y temas se entiende todo fragmento de
información al que se le asigna una causalidad alcista o bajista sobre un mercado en particular.
Estos fragmentos de información pueden ser una idea técnica, como un hombro-cabeza-hombro
bajista, una idea macroeconómica, como por ejemplo la economía va a entrar en recesión de
forma inmediata, o una idea política, como la guerra hará bajar la bolsa.
Cuando una idea concreta que inherentemente lleva asignado un juicio alcista o bajista
sobre un mercado se replica de forma incesante en múltiples lugares, podemos decir que
estamos ante un rumor bursátil. En esos casos, hay que tener cuidado con los expertos y las
grandes casas de inversiones que incitan a comprar. Y especial cuidado cuando se detecta casi
unanimidad en sus opiniones y la tendencia macroeconómica no respalda una visión alcista del
mercado. Por lo general, un rumor alcista genera una caída en las cotizaciones, y viceversa.
Es interesante entender cuándo una idea obsesiona al público, pero sólo es rentable
contradecir al público cuando está obsesionado en contra de lo que sugiere la tendencia
macroeconómica. El análisis del sentimiento, al igual que el análisis técnico, cobra relevancia
cuando es utilizado en contexto con la situación macroeconómica. Si la economía crece, la bolsa
se encuentra en una tendencia alcista y surge un rumor muy alcista sobre lo que harán las
cotizaciones, eso no es una señal que haya que contradecir. Lo importante del sentimiento
bursátil es que nos ayude a interpretar extremos de sentimiento en contra de lo que sugiere la
realidad macroeconómica.
Lo mismo ocurrió en Estados Unidos que también sufrió una fuerte recesión y un crash
bursátil en las mismas fechas. Probablemente, la más bella portada contrarian de todos los
tiempos fue la publicada por el magazine cultural The New Yorker en octubre de 2008 (imagen),
pocos meses antes de que el mercado bajista llegara a su fin en marzo de 2009.
La regla general es que cuando se publican este tipo de portadas bursátiles a toda página
en medios culturales o generalistas, podemos dar por seguro que el ciclo bajista está agotado y
que más pronto que tarde un nuevo ciclo alcista verá la luz.
c) Indicador de volatilidad implícita o indicador XIV.
El VIX o índice de volatilidad implícita extraído de las opciones financieras negociadas
sobre el índice S&P 500 también es conocido como el indicador del miedo y es una de las mejores
herramientas analíticas a disposición de los operadores. Como todas las demás, alcanza su
verdadera relevancia si es interpretada y utilizada en contexto con la tendencia
macroeconómica.
A diferencia de los rumores, las portadas, las noticias y los comentarios de los lectores
que dependen de una interpretación subjetiva por parte del observador, o de las encuestas de
sentimiento que son opiniones de los inversores, el VIX es una medida de sentimiento realizado
o de sentimiento extraído de operaciones reales establecidas con dinero en el mercado de
opciones. La metodología por la que se calcula del VIX es sencilla, pero puede resultar confusa
para el no iniciado a los derivados financieros. No obstante, más allá de los detalles, lo
importante es entender que las opciones financieras son una suerte de seguros sobre el
comportamiento del mercado. Cuando se incrementa el riesgo percibido de caídas bursátiles,
el precio de las opciones aumenta a medida que los vendedores de opciones exigen mayor
prima que los compradores están dispuestos a pagar. Cuando el riesgo percibido disminuye, el
precio de las opciones es menor. De esta manera, cuando el índice VIX asciende, significa
mayor peligro percibido de caídas bursátiles y cuando el VIX desciende o se encuentra en bajos
niveles, el riesgo percibido es pequeño.
Del VIX conocemos dos principios que la historia nos muestra como ciertos. Por un lado,
un suelo del mercado de acciones necesariamente coincide - aproximadamente- con un nivel
elevado en el VIX. Y, por otro lado, sabemos que dada la naturaleza del propio VIX, éste tiende a
regresar a su media histórica de forma veloz, incluso cuando se desvía significativamente al alza.
La clave se encuentra en detectar el momento en que el VIX deja de repuntar y comienza
una nueva reversión a su media histórica, es decir, detectar el punto de inflexión que se produce
entre la fase de riesgo percibido ascendente y la fase descendente. O visto de otra forma, se
trata de encontrar el punto de inflexión que siempre se produce tras el momento de mayor
pánico.
Una forma sencilla y eficaz de detectar un punto de inflexión a la baja tras haberse
producido un significativo repunte en el VIX, es observándolo con las clásicas velas. Cuando el
VIX se eleva, las velas son alcistas reflejando el incremento de la incertidumbre. En medio de
este proceso de tensión bursátil se produce el giro a la baja del indicador del miedo y esto queda
reflejado con una vela semanal bajista en el VIX que envuelve completa o parcialmente a la
última vela alcista. Este giro, que se observa claramente con este tipo de velas, es un punto de
inflexión o reversal.
El reversal en el VIX señala el principio del fin de una fase de miedo bursátil, pero no
necesariamente el fin absoluto de la corrección. Por ello no deben utilizarse los puntos de
inflexión del indicador del miedo como una señal automática de inversión o trading, sino como
una valiosa nota informativa de que el giro en las cotizaciones está a punto de producirse.
Detectar estos puntos de giro del VIX es de utilidad tanto en un mercado bursátil alcista
como en uno bajista, sin embargo, las diferencias son importantes. Si se produce un punto de
inflexión en el VIX durante un mercado macroeconómico y bursátil alcista, las probabilidades son
elevadas de que nos encontremos ante un mínimo bursátil relevante dentro de esa tendencia
alcista. Si se produce un reversal durante un mercado bajista, probablemente sólo se trate de un
rebote de corta duración difícilmente aprovechable. El VIX por sí solo no ofrece una gran ventaja
bursátil, sin embargo, su uso junto con el análisis macroeconómico genera una sinergia analítica
y operativa de orden superior.
Techos, puntos de inflexión o reversals del VIX -diferentes términos para un mismo
fenómeno- se producen en todo tipo de mercados. Durante un mercado alcista, frecuentemente
un repunte significativo del VIX será el que se produce el torno al 25%. Y eso es una oportunidad.
Otras veces, durante un régimen generalizado de mayor volatilidad, un reversal sólo será
significativo si supera el nivel del 35%. ¿Cómo distinguir cuando un repunte es significativo de
uno que no lo es? Sencillamente observando el rango de los últimos meses. Significativo será
todo aquello que se observe como una lectura alta dentro de ese rango, pero no hay que olvidar
que el pánico de los operadores siempre puede elevarse hasta cotas extremedamente altas y
que lo importante es detectar el cambio de psicología que se produce en medio de una fase
turbulenta del mercado.
4.7.- Análisis tendencia primaria bursátil e inversión de largo
plazo (Gráfico de Día, Semana, Mes).
Conocer la tendencia primaria del mercado de acciones implica descubrir cuáles son los
grandes puntos de inflexión del ciclo económico-bursátil, ya que es en ellos donde nacen y
mueren esas grandes tendencias alcistas y bajistas. Se trata de ser capaces de detectar, con la
mayor precisión posible, cuando una economía en expansión y una tendencia bursátil alcista
llegan a su fin dando lugar a una recesión económica y a una tendencia bursátil bajista y, en el
caso opuesto, detectar con la mayor precisión posible cuando una recesión y una tendencia
bursátil bajista finalizan dando comienzo a un nuevo ciclo expansivo en la economía y a una
nueva tendencia alcista en el mercado de acciones.
Entender cuando se producen estos puntos de inflexión es de gran valor para todos los
tipos de operadores, los de largo, medio y corto plazo. Detectar el gran punto de inflexión en sí
mismo puede representar una oportunidad de compra o de venta a largo plazo, pero también es
una valiosa información para los operadores de medio y corto plazo.
El inversor de muy largo plazo que invierte en compañías cotizadas sólo encuentra su
recompensa observando los ratios de valoración o analizando las condiciones mercantiles de las
empresas después de un plazo extraordinariamente largo, como pueden serlo 10, 15 o 20 años.
Mientras tanto, durante varios años puede ver cómo las empresas baratas que compró pasan a
estar más baratas -y sus pérdidas más abultadas- o cómo el negocio en el que tanto confía no es
reconocido en bolsa porque la economía ha entrado en recesión. Sin embargo, puede mejorar
sus resultados finales de muy largo plazo con una sencilla observación del ciclo económico-
bursátil.
Desde el punto de vista del macro trading, toda operación de medio y corto plazo
comienza con un buen análisis de la tendencia primaria bursátil y por tanto de los grandes puntos
de inflexión del ciclo económico-bursátil.
a) Cómo detectar el fin de una tendencia primaria bajista y el principio de una tendencia
primaria alcista
Tras un mercado bajista causado en casi todos los casos por una recesión económica y
que de media se prolonga 21 meses en EEUU como muestra la tabla 24.4, se suelen producir 5
eventos clave de tipo macroeconómico, técnico y de sentimiento bursátil que, si son reconocidos
por el operador, pueden ayudarle a entender en qué momento la tendencia primaria bursátil
cambia de bajista a alcista.
El orden cronológico en el que se suceden estos 5 eventos tiende a ser el mismo durante
todos los grandes puntos de inflexión entre las fases de contracción acelerada y contracción
desacelerada; pero se ha de ser lo suficientemente flexible ya que, algunas veces, este orden se
altera al producirse un evento antes o después de lo esperado en relación a los demás.
Es sencillo decirlo aquí, es fácil escuchar y aceptar la teoría; pero cuando llega la hora de
la verdad y las noticias son terribles, los expertos de forma casi unánime opinan que la recesión
es gravísima y, en definitiva, todo el mundo mantiene una perspectiva negativa sobre la
economía y el mercado; es extraordinariamente difícil mantener una opinión propia y
contradictoria con respecto a la masa. De hecho, Kostolany dijo: “resulta extremadamente difícil,
sobre todo para un especulador relativamente inexperto, actuar y comprar en contra del
consenso general cuando los colegas, los amigos, los medios de masas y los expertos aconsejan
vender. Hay que entrenar mucho, ser frío e incluso cínico para eludir la histeria de la masa. Ésta
es la conditio sine qua non para el éxito. Por este motivo solo una minoría especula con éxito en
la bolsa”.
Es plenamente necesario entender que la fase de pánico no señala el fin inmediato del
mercado bajista, pero indica el principio del fin. Es probable que, después de que aparezca la
fase más aguda de pánico, el mercado continúe descendiendo; pero lo que también es probable
es que se traten de los últimos movimientos volátiles a la baja. En esa circunstancia del mercado
el operador ha de comenzar a pensar anticíclicamente y ser consciente de que un mercado está
a punto de morir -el bajista- y que otro a punto de nacer -el alcista-.
Esta venta acelerada de un gran volumen de títulos suele coincidir con claros suelos
bursátiles de medio y largo plazo. Lógicamente, estas claudicaciones suelen producirse durante
la misma fase de pánico descrita anteriormente y, por tanto, a la vez que se publican las portadas
catastrofistas en los medios generalistas. Adicionalmente, se pueden producir otras señales de
claudicación en las semanas y pocos meses posteriores al momento de mayor pánico.
Cuando se detectan uno o varios de estos eventos claudicatorios (descenso del precio
de más del 10 % en la media de 50 sesiones) en un periodo de unas pocas semanas, podemos
tener una alta certidumbre de que el mercado bajista está agotado.
Al igual que ocurre con las portadas catastrofistas en los medios de comunicación o las
claudicaciones técnicas, un gran reversal del VIX no es por sí mismo una señal de compra y aún
es posible que se sucedan nuevos mínimos en las cotizaciones bursátiles durante algunas
semanas más, pero sí es una precisa señal que indica que la fase más aguda de pánico está
quedando atrás y que pronto un nuevo mercado alcista nacerá.
Conclusión.
El análisis del ciclo bursátil necesita de la aparición de estos cinco factores para entender
que un giro significativo con consecuencias de largo plazo realmente está teniendo lugar.
Ninguno de estos factores es determinante por sí mismo, ya que un reversal en el VIX, sin el
contexto de la situación macroeconómica, poco nos indica; o una figura de vuelta o estabilización
en los precios es indistinguible de cualquier otra figura de vuelta que se produce en cualquier
momento bursátil si no contamos con el contexto de los demás elementos. Incluso, el que los
indicadores macroeconómicos empiecen a señalar que la recesión queda atrás no es muy
importante si las cotizaciones siguen descendiendo en línea recta.
La clave es entender que, por lo general, durante una pequeña ventana temporal de
entre 2 y 5 meses, tienen lugar estos 5 eventos que confirman el cambio desde la tendencia
bajista a la tendencia alcista. A algunos de los lectores, puede que un espacio de entre 2 y 5
meses les parezca demasiado, pero así es el mercado. Además, es un periodo muy corto si se
compara con los casi 60 meses (de media) que duran las tendencias bursátiles alcistas.
Una paciente observación durante esos meses de los elementos clave que se producen
durante el gran punto de inflexión antes de un nuevo mercado alcista tiene como premio estar
desde fechas tempranas en el lado correcto del mercado. La duración temporal de ese gran
punto de inflexión entre las tendencias bajistas y alcistas suele ser proporcional a la intensidad y
la magnitud del descenso previo. Así, si hemos asistido a un mercado bajista de varios años de
duración en el que las cotizaciones han retrocedido un 60%, cabe esperar, según nos enseña la
historia, que la aparición de los 5 elementos clave se produzcan en una ventana temporal de
varios meses. Sin embargo, en otros mercados bajistas más benignos de menor duración
temporal y donde las cotizaciones han retrocedido menos, lo probable es que los cinco
elementos que advierten del inminente giro del mercado tengan lugar en un periodo de unas
cuantas semanas.
b) Cómo detectar el fin de una tendencia primaria alcista y el principio de una tendencia
primaria bajista.
El cambio entre la tendencia bajista y la alcista es relativamente sencillo de observar,
aunque se tarde algunos meses en detectarlo. Sin embargo, detectar el gran punto de inflexión
entre las tendencias alcistas y bajistas es sustancialmente más complicado porque el cambio, por
lo general, no se produce mediante grandes claudicaciones, ni viene acompañado de grandes
giros repentinos del mercado o por llamativas portadas fácilmente identificables ya que el techo
de un mercado suele producirse en una fase de complacencia relativamente sosegada.
Aunque, algunas veces, cuando se produce una gran burbuja bursátil, la euforia es la que
domina el mercado y el techo también puede producirse en medio de señales llamativas fáciles
de detectar por el observador frío y distante. Lo que sí acompaña a todos los techos de mercado,
ya sea al producirse en una fase de complacencia relativamente sosegada o después de una
frenética burbuja especulativa, son dos factores clave: el paso del ciclo económico desde la fase
de expansión hasta la fase de contracción acelerada y el deterioro técnico del mercado donde
los soportes son perforados a la baja.
Y todo eso para finalmente sólo poder evitar una parte del mercado bajista, ya sea solo
la mitad final del mercado bajista o, en el mejor de los casos, ⅔ del mismo. En cualquier caso,
conseguir evitar parte de un mercado bajista es un logro de proporciones épicas y, si además nos
ponemos cortos o bajistas podemos ganar dinero cuando la gran mayoría lo pierde.
c) Conclusión. .
Observada así la realidad bursátil, podemos decir que el ciclo económico está compuesto
de sólo tres fases de interés para el inversor o trader macro. La primera es la fase de expansión
en la que la economía, a todas luces, se expande y los indicadores macroeconómicos reflejan ese
crecimiento. La segunda fase es cuando la expansión se termina, la economía retrocede y los
indicadores macroeconómicos muestran un enfriamiento de la actividad que va a peor cada mes
que pasa; se trata de la fase de contracción acelerada. Y la tercera fase es la que surge tras el
punto de inflexión en el que los indicadores macroeconómicos muestran contracción, pero el
ritmo de destrucción económica disminuye. Se trata de la fase de contracción desacelerada.
Las fases de expansión (1) y la de contracción desacelerada (3) son alcistas para la bolsa
y por ello se han señalado en verde en la figura. Solo la fase de contracción acelerada (2) es
claramente bajista para la bolsa.
Una vez identificado, aunque sea en retrospectiva, un gran punto de inflexión entre las
tendencias primarias, la tendencia macroeconómica sigue su curso hasta que surge otro gran
punto de inflexión. En todo momento debemos ser capaces de definir, con la ayuda de los
indicadores macroeconómicos adelantados -los que reflejan de manera más cercana en el
tiempo la realidad económica del momento-, si el ciclo se encuentra en la fase 1, la 2 o la 3. La
forma de hacerlo es sencilla: los propios indicadores económicos también pasan por esas mismas
fases de expansión, contracción acelerada y contracción desacelerada.
Para establecer en qué fase nos encontramos, hemos de contar con una batería de
indicadores macroeconómicos, amplia pero no extensa, de tal manera que con la ayuda de 8 o
12 indicadores macroeconómicos podamos formarnos una fuerte opinión de en qué situación
se encuentra el ciclo. A veces, por causas propias del sector o por factores temporales, alguno
de estos indicadores mostrará una información contradictoria respecto a los demás indicadores,
por eso es necesario contar con una batería o conjunto de indicadores y hacer caso a lo que
indique la mayoría de ellos. En ciertas ocasiones el problema no será que un indicador refleje
una información contradictoria, sino que algunos o la mitad de los indicadores muestren una
información diferente de la otra mitad. Normalmente esto ocurre cuando estamos en un punto
de inflexión del ciclo económico. Lo adecuado en esos momentos es mantenerse a la espera y
salir del mercado hasta que la información se muestre más clara.
Al igual que ocurre con la tendencia primaria que es de obligado conocimiento para los
diferentes tipos de operadores si quieren negociar con mayores garantías de éxito, las tendencias
secundarias son de interés para todos
Una vez establecida cuál es la tendencia primaria gracias a la detección de los grandes
puntos de inflexión y a la continua información ofrecida por los indicadores macroeconómicos,
lo siguiente es tratar de delimitar con la máxima precisión posible los movimientos intermedios
que se producen dentro de las grandes tendencias. Principalmente las herramientas para ello
son:
1) el análisis técnico,
2) el indicador de claudicación,
En general los suelos de medio plazo pueden detectarse principalmente por la aparición
de una figura técnica de vuelta, como por ejemplo un doble suelo o un hombro cabeza hombro
invertido junto con la aparición de un reversal en el VIX. A veces también es posible que aparezca
una señal de claudicación. Además, los suelos de medio plazo que se producen durante el
transcurso de una tendencia primaria alcista también pueden distinguirse por la aparición de
una mayoría de pesimistas en las encuestas de sentimiento. Sin embargo, hemos de tener en
cuenta que, si nos encontramos en el desarrollo de una tendencia primaria bajista, es normal
que haya mayoría de pesimistas y eso no supone una señal per se.
Los techos del mercado no son como los suelos en donde se producen eventos
fácilmente reconocibles gracias a la violencia con la que operan las emociones de miedo y pánico
y que son detectables con diversas herramientas.
En la figura siguiente podemos observar el comportamiento del índice S&P 500 en el que
tras ascender durante la última parte de 2010 las cotizaciones oscilaron en un rango lateral de
varios meses entre enero y julio de 2011. ¿Cómo saber en aquellas fechas si ese rango lateral
rompería a la baja? Simplemente no se sabe, especialmente sabiendo que la tendencia
económico-bursátil primaria era alcista. Sin embargo, cuando un soporte relevante es violado a
la baja, se ha de ser cauteloso y pasar a la defensiva porque tal vez se esté iniciando un
movimiento secundario a la baja.
Obsérvese que he mencionado el concepto de soporte relevante y en concreto el ser
cautelosos cuando una consolidación rompe a la baja. Pero, ¿cómo saber cuándo estamos ante
un soporte relevante? Relevante es todo nivel de soporte formado por una figura de
consolidación en las cotizaciones durante varios meses, de al menos unas 6 semanas de
duración.
Más allá de entender que los movimientos de medio plazo nacen y mueren en los puntos
de inflexión intermedios o en los suelos y techos como los hemos definido, la operativa de medio
plazo se basa en tres pilares:
3) Finalmente, una vez que sabemos cuál es la tendencia principal y cuál es la situación
de las cotizaciones con respecto a esa tendencia, el tercer pilar es encontrar un punto concreto
de entrada y un punto preciso en el que señalar si nos hemos equivocado -stop los-.
Retomemos uno de los ejemplos observados anteriormente, el del índice S&P 500
durante el año 2010.
En la figura siguiente podemos observar que la corrección de 2010 durante los últimos
días de junio y primeros de julio siguió rompiendo a la baja a pesar de que se había producido
una señal de claudicación y de que el propio VIX había formado un reversal.
Es decir, en ese momento, a pesar de que la tendencia primaria era alcista y de que se
habían producido señales de giro al alza como vimos anteriormente, la realidad es que el patrón
que reflejaban las cotizaciones era el de una figura de vuelta en contra de la tendencia principal.
En esas situaciones, a pesar de que las probabilidades de medio plazo siguen siendo
alcistas y de que incluso hay indicios de un giro inminente, el operador ha de seguir en modo
defensivo y no contradecir el propio comportamiento del mercado ya que está rompiendo un
soporte. Al mercado jamás se le puede contradecir.
De esta manera, hemos visto como en aquellas fechas se dieron los tres ejemplos de
posibles patrones técnicos de forma sucesiva en cuestión de pocos días. Esto no ocurre siempre
así, pero es frecuente que en los puntos de inflexión intermedios de la bolsa tengamos que
reevaluar continuamente la información hasta que finalmente la nueva tendencia secundaria
queda establecida. Esta necesidad de reevaluación continua es inevitable ya que el propio
mercado es dinámico. Lo importante es que siempre entendamos que las probabilidades y la
operativa ganadora la obtenemos gracias a un buen análisis de la tendencia principal y que en
los movimientos secundarios solo debemos detectar señales de giro y poder clasificar en todo
momento si el patrón visible es de continuación, de vuelta o una cancelación a favor de la
tendencia macro.
Por último, el tercer pilar del análisis y operativa de medio plazo es elegir en qué
momento situar las órdenes de entrada, ya sean compras o ventas y dónde colocar las órdenes
de salida o stop loss que nos protegerán en los desaciertos. Ambas decisiones son una pura
consecuencia de todo lo desarrollado hasta el momento:
Como se observa, tras producirse el reversal del VIX se da inicio a un nuevo movimiento
intermedio alcista que puede durar desde unos pocos días hasta varios meses. El operador de
corto plazo, si lo que quiere es aumentar la fiabilidad o el número de aciertos en sus operaciones,
hará bien en establecer más operaciones al alza que a la baja -sino todas- en estas circunstancias.
Cuando la tendencia secundaria es alcista las probabilidades son al alza incluso en plazos tan
cortos como 48, 72 horas o 2 semanas.
Una buena operativa de corto plazo requiere una buena capacidad analítica de las
tendencias y puntos de inflexión intermedios, así como de un buen entendimiento de cuál es la
tendencia primaria en la que están teniendo lugar las cotizaciones. Para operar lo inmediato es
mejor conocer lo amplio.
Para ganar una guerra se necesitan soldados que arriesguen sus vidas, pero la guerra no
se gana gracias a la visión del soldado sino a la del estratega militar. Una vez que el operador
intradía o el swing trader, detecta esos puntos de inflexión intermedios -al alza o a la baja-, o
bien una figura técnica que sugiere que las cotizaciones continuarán su marcha o bien una figura
de vuelta cancelada a favor de la tendencia macroeconómica, su trabajo consiste en delimitar
las oscilaciones de corto plazo que se producen a favor de esa nueva tendencia secundaria, ya
sea para operar en los giros del mercado o en las roturas de las consolidaciones.
Cuando el operador de corto plazo detecta un suelo o punto de inflexión intermedio que
sugiere que un nuevo movimiento secundario al alza está comenzando, puede posicionarse en
el mercado en el preciso momento en el que se produce ese punto de inflexión siempre y cuando
se observe, además, la aparición de una figura de estabilización en las cotizaciones. Un ejemplo
lo tenemos en el comportamiento del mercado durante el mes de febrero de 2014 (figura),
cuando se produjo una corrección secundaria menor que llegó a su fin tras un clásico reversal
del VIX -línea punteada- y apareció un patrón de doble suelo en las cotizaciones en gráfico
horario. Si en esos momentos la tendencia económico bursátil era alcista -que lo era- y se
produce un giro del VIX y un doble suelo en el mercado, entonces el operador puede posicionarse
al alza.
Es cierto que muchas veces observaremos que tras el inicio de un nuevo movimiento
alcista de medio plazo, simplemente no se producen consolidaciones. En ese caso será necesario
realizar un juego de lupas o ampliar la visión del microscopio (figura), utilizando un gráfico de
menor minutaje para encontrar consolidaciones de los precios en los que poder posicionarnos y
establecer puntos de salida en caso de error -stop loss-.
En las figuras siguientes el gráfico es horario, y la figura es el mismo índice bursátil pero
observado desde un gráfico representado con velas de 5 minutos. Una vez que conocemos cuál
es la tendencia económico-general o primaria y detectamos un giro al alza de medio plazo en el
mercado, podemos analizar gráficos menores con el objeto de operar los pequeños giros y los
pequeños breakouts -roturas alcistas- siempre que sea a favor de las tendencias primaria y
secundaria. Hacer esto desde una perspectiva puramente técnica es un juego aleatorio. Hacerlo
teniendo en cuenta las condiciones generales es especular.
En la figura siguiente se reproduce el desarrollo del índice S&P 500 entre febrero y
septiembre de 2008, durante el transcurso de la tendencia primaria bajista de 2007-2009 que
tuvo lugar durante la Gran Recesión que sufrió Estados Unidos en esos años. La bolsa americana
había formado su techo cíclico en octubre de 2007 y no dejaría de descender hasta marzo de
2009. Entre finales de mayo y principios de junio de 2008, como muestra el gráfico, el índice
quebró a la baja la zona de consolidación y con esa rotura se inició un nuevo movimiento
secundario bajista dentro de la referida gran tendencia primaria bajista. Ese punto de inicio de
la tendencia secundaria bajista fue el pistoletazo de entrada con posiciones bajistas para los
operadores de medio y corto plazo y caducó a mediados de julio cuando se produjo un reversal
en el VIX, el cual señaló el fin del movimiento bajista iniciado mes y medio antes.
e) Si por el contrario nos encontramos en una tendencia primaria alcista y además en un
movimiento secundario alcista, ¿hasta qué punto el operador de medio plazo ha de mantener
su posición? ¿Y hasta qué punto el operador de corto plazo hará bien en sobreponderar el
número de operaciones alcistas?
En la figura siguiente se muestra la evolución del mercado entre los años 2010 y 2011
durante el desarrollo de la tendencia primaria alcista nacida en 2009. Después de producirse una
fuerte corrección en el verano de 2010, se inició un nuevo movimiento secundario alcista que
duró hasta finales de julio de 2011. Cuando en esas fechas se quebró a la baja un soporte de
varios meses de formación, el operador de medio plazo debía estar fuera y el operador de corto
plazo evitar operar en ese mercado hasta que se volviera a iniciar un movimiento secundario
alcista en línea con la tendencia macroeconómica principal.
A partir de estos puntos en los que parece que, por ejemplo, el mercado rompe un
soporte para a los pocos días volver de nuevo sobre ese nivel, suele generarse un poderoso
movimiento a favor de la tendencia principal.
Si se observa el comportamiento del mercado en gráfico horario (figura siguiente) se
puede advertir que la confirmación del patrón bajista y su propia cancelación se produjeron con
una figura de doble suelo, lo cual es muy común en puntos de alta incertidumbre del mercado.
La respuesta se encuentra en lo que Paul Tudor Jones, el gran gestor macro, le dijo a Jack
D. Schwager cuando le preguntó lo mismo: “hasta que mi idea fundamental del mercado
cambie”.
5.1.- xxxxxxxxxxxxxxxxxxxx.