Está en la página 1de 9

Tareítas para miércoles 3 de nov:

ELISERDA HERNANDEZ DIAZ no. 11


ROWANDY UREÑA GOMEZ no. 25

1. Síntesis crítica del pensamiento de Buda.


(Sidarta) (India)

La filosofía budista es la suma de las investigaciones filosóficas de las varias escuelas


budistas. La principal preocupación del budismo siempre fue la liberación del
sufrimiento (nirvana) y el camino hacia esa liberación, que consiste en acción ética
(sīla), meditación y sabiduría (prajña, saber «las cosas como realmente son», sct.
yathābhūtaṃ viditvā). Los budistas indios buscaron esta comprensión no solo a partir
de las enseñanzas del Buda, sino a través del análisis filosófico y la deliberación
racional. Los pensadores budistas en India y posteriormente en Asia oriental han
cubierto temas filosóficos tan variados como fenomenología, ética, ontología,
epistemología, lógica y filosofía del tiempo en su análisis de este camino.

El budismo temprano se basó en evidencia empírica obtenida por los órganos de los
sentidos (ayatana) y el Buda parece haber mantenido una distancia escéptica de
ciertas preguntas metafísicas, negándose a responderlas porque no eran conducentes
a la liberación. Los puntos particulares de la filosofía budista han sido a menudo objeto
de disputas entre diferentes campos filosóficos budistas. Estas disputas dieron lugar a
varias escuelas llamadas Abhidharma, y a las tradiciones Mahayana de Prajnaparamita
(perfección de la sabiduría), Madhyamaka (camino medio) y Yogacara (práctica de
yoga).
La filosofía budista comienza con el pensamiento de Gautama Buddha (circa siglos VI y
IV a. C.) y se conserva en los primeros textos budistas como las Nikayas del Canon Pali.
El pensamiento budista es transregional y transcultural. Se originó en la India y luego
se extendió a Asia oriental, el Tíbet, Asia central y el Sudeste Asiático, desarrollando
tradiciones nuevas y sincréticas en estas diferentes regiones. Las diversas escuelas del
pensamiento budistas son la tradición filosófica dominante en el Tíbet y en países del
sudeste asiático como Sri Lanka y Birmania.
La principal preocupación del budismo es la soteriología, definida como la libertad
desde dukkha (inquietud). Debido a que la ignorancia sobre la verdadera naturaleza de
las cosas se considera una de las raíces del sufrimiento (dukkha), la filosofía budista se
ocupa de la epistemología, la metafísica, la ética y la psicología. Los textos filosóficos
budistas también se deben entender dentro del contexto de las prácticas meditativas
que se supone que producen ciertos cambios cognitivos. Los conceptos innovadores
clave incluyen las Cuatro Nobles Verdades, Anatta (no-yo) una crítica de una identidad
personal fija, la transitoriedad (Anicca) de todas las cosas y un cierto escepticismo
sobre las preguntas metafísicas.
Después de la muerte de Buda, varios grupos comenzaron a sistematizar sus
principales enseñanzas y desarrollaron sistemas filosóficos denominados Abhidharma.
Los filósofos de Mahayana como Nagarjuna y Vasubandhu desarrollaron las teorías de
shunyata (vacuidad de todos los fenómenos) y «vijnapti-matra» (solo apariencia), una
forma de fenomenología o idealismo trascendental. La escuela de Dignāga o escuela
de pramāṇa promovió una forma de epistemología y lógica. A través del trabajo de
Dharmakirti, esta tradición de lógica budista se ha convertido en el principal sistema
epistemológico utilizado en la filosofía y el debate de budismo tibetano.

Según el profesor de filosofía budista Jan Westerhoff, las principales escuelas indias
desde 300 a. C. hasta 1000 d. C. fueron:

* La tradición Mahāsāṃghika («Gran Comunidad»).


* Las escuelas Sthavira («Ancianos») que incluyen: Sarvāstivāda, Sautrāntika,
Vibhajyavada (más tarde conocida como Theravada en Sri Lanka) y Pudgalavada.
* Las escuelas Mahayana, principalmente Madhyamaka, Yogachara, Tathāgatagarbha y
Tantra.
Después de la desaparición del budismo de la India, estas tradiciones filosóficas se
extendieron por toda Asia a través de la ruta de la seda y continuaron desarrollándose
en el budismo tibetano, el budismo de Asia oriental y las tradiciones budistas
Theravada. El período moderno vio el surgimiento del modernismo budista y el
humanismo budista bajo influencias occidentales y el desarrollo de un budismo
occidental con influencias de la psicología moderna y la filosofía occidental. En el Tíbet,
la tradición india continuó desarrollándose bajo pensadores como Sakya Pandita,
Tsongkhapa y Ju Mipham. En China, nuevos desarrollos fueron dirigidos por
pensadores como Xuangzang, autor de nuevos trabajos sobre Yogacara; Zhiyi, quien
fundó la escuela Tiantai y desarrolló una nueva teoría de Madhyamaka y Guifeng
Zongmi, que escribió sobre Huayan y Zen.

2. Síntesis crítica sobre el pensamiento de Sócrates. (Grecia)

fue un filósofo clásico griego considerado como uno de los más grandes, tanto de la
filosofía occidental como de la universal. Fue maestro de Platón, quien tuvo a
Aristóteles como discípulo, siendo estos tres los representantes fundamentales de la
filosofía de la Antigua Grecia. Otros discípulos suyos son Antístenes, Aristipo y
Esquines.

Filósofo idealista de la Grecia antigua, adversario del materialismo, de las ciencias


naturales y del ateísmo. El círculo aristocrático agrupado alrededor de Sócrates era el
centro de la lucha ideológica y política contra la democracia de Atenas. Formaban
parte de ese círculo: Platón (ver), Critias (quien después de la derrota de la democracia
encabezó a los treinta tiranos de Atenas), los traidores Alcibíades y Jenofonte. Poco
después de la victoria de la reacción, fue restaurado el poder democrático y Sócrates
condenado a muerte por su actividad antipopular. Sócrates no dejó ninguna obra
escrita, pero su doctrina se había difundido ampliamente y llegó hasta nosotros gracias
a los escritos de Platón, Jenofonte y Aristófanes. Según Sócrates, el objeto de la
filosofía es el de enseñar la virtud. A este efecto, es preciso conocer previamente las
normas éticas generales, el bien universal, pues la virtud y el conocimiento no forman
más que una unidad. El conocimiento de sí, fuente de la virtud, comienza por la duda.
“Sólo sé que no sé nada”, repetía Sócrates. El método socrático tiene por objeto el
descubrimiento de la “verdad” por medio de las disensiones. Proponiendo preguntas a
sus interlocutores, Sócrates los llevaba a reconocer su ignorancia (“ironía”), después a
adquirir conciencia de la virtud, o dicho de otro modo, ayudaba al pensamiento a “dar
a luz” (“mayéutica”). La noción general del bien estaba determinada por la
confrontación de una serie de casos particulares (“inducción”). Este método, que es
coronado por la división de los conceptos en géneros y especies (“definición”), fue una
de las fuentes de la dialéctica idealista del discípulo de Sócrates, Platón. Sócrates
repudiaba el conocimiento de la naturaleza y consideraba que el hombre no puede
acceder a él. Predicaba la teleología vulgar.

 Sócrates (469-399).

Filósofo de la antigua Grecia, autor de una doctrina que señala un viraje del
naturalismo materialista al idealismo. Vivió y enseñó en Atenas, donde tuvo
numerosos discípulos: Platón, Antístenes, Aristipo, Euclides de Megara. Acerca de la
doctrina de Sócrates, que no escribió nada, sólo se puede juzgar por los testimonios de
Platón y Aristóteles. La estructura del mundo, la naturaleza física de las cosas, son
incognoscibles: solamente podemos conocernos a nosotros mismos, Sócrates expresó
esta manera de concebir el objeto del conocimiento mediante la fórmula: “Conócete a
ti mismo”. El objetivo supremo del saber no es de carácter teórico, sino práctico: el
arte de vivir. El conocimiento, según Sócrates, es el pensamiento, el concepto sobre lo
general. Los conceptos se ponen de manifiesto por medio de la definición, y se
generalizan mediante la inducción. El propio Sócrates dio ejemplos de definición y
generalización de conceptos éticos (por ejemplo, de la virtud, de la justicia). La
definición de un concepto es precedida de una conversación en cuyo transcurso, por
medio de preguntas sucesivas, se hace ver al interlocutor que se contradice a sí mismo.
El descubrimiento de las contradicciones permite desechar el conocimiento aparente,
y la inquietud en que ello sume al entendimiento, estimula a pensar en busca de la
verdad auténtica. Sócrates comparaba sus métodos de investigación con el “arte de la
comadrona”; su método de preguntas que presupone una actitud crítica frente a las
afirmaciones dogmáticas, ha recibido el nombre de “ironía” socrática. La ética de
Sócrates es racionalista: a juicio de Sócrates, las malas acciones se deben únicamente a
la ignorancia y no hay nadie que sea malo por su propia voluntad.

Sócrates (469-399 a.n.e.)

Filósofo antiguo griego, cuya doctrina marca el viraje del naturalismo materialista al
idealismo. Vivió en Atenas donde tenía numerosos discípulos: Platón, Antístenes,
Arístipo y otros. De la doctrina de Sócrates, que no escribió nada, sólo podemos juzgar
por los testimonios de Platón y Aristóteles. La estructura del mundo y la naturaleza
física de las cosas son incognoscibles; sólo podemos conocernos a nosotros mismos.
Sócrates expresó esta comprensión del objeto del conocimiento con la fórmula de
“conócete a tí mismo”. Según Sócrates, el conocimiento es idea, concepto de lo
general. Los conceptos se ponen en claro a través de las definiciones y se generalizan
mediante la inducción. El propio Sócrates dio ejemplos de definición y generalización
de los conceptos éticos (por ejemplo, del coraje, de la justicia). A la definición del
concepto le precede la charla, en el curso de la cual por medio de una serie de
preguntas consecutivas se revelan las contradicciones del interlocutor. Al descubrir las
contradicciones, se elimina el conocimiento falso, y la intranquilidad que se apodera
del intelecto estimula el pensamiento a buscar la verdad auténtica. El método de
preguntas que usaba Sócrates y que suponen una actitud crítica hacia las afirmaciones
dogmáticas recibió el nombre de “ironía” socrática. La ética de Sócrates es racionalista:
los actos malos son engendrados únicamente por la ignorancia; nadie puede ser malo
por buena voluntad.

3. Síntesis critica del pensamiento de Confucio. (China)

Confucio fue un filósofo chino, con una trascendencia tal que el eco de su pensamiento
ha llegado desde el año 535 a.C. hasta nuestros días. Vivió en una época en la que
reinaban las guerras y la confusión. Sin embargo, nunca desistió de su empeño por
encontrar y pregonar un camino hacia la superación de las dificultades a través del
conocimiento.

Cuando tenía 50 años comenzó a recorrer toda la China. En su travesía dio a conocer
su pensamiento, especialmente en forma de aforismos. Su influencia fue tan grande,
que pronto comenzó a llenar plazas e incluso políticos y hombres de poder tomaron
para sí sus reflexiones.

El pensamiento de Confucio gira alrededor de la educación, como fuente de virtud.


Pregona principalmente 3 virtudes fundamentales: la BONDAD, que genera alegría y
paz interior; la CIENCIA, que permite disipar las dudas; y la VALENTÍA, que ahuyenta
toda forma de miedo. Enseguida te compartimos algunas de esas frases de Confucio
que siguen teniendo vigencia en la actualidad.

Confucio y la educación.

Zhao Zhenjiang (2014) destaca que Confucio fue el iniciador de la enseñanza privada
en la historia de China, ya que sólo la nobleza tenía acceso a la educación. Confucio le
dedicó a la enseñanza gran parte de su vida y llegó a tener más de tres mil discípulos.
Se ganó el sobrenombre de “maestro sagrado entre los maestros”.

El objetivo básico de la enseñanza consistía en formar a personas virtuosas, sensatas y


de mente clara. De esta forma, serían las más capacitadas para asumir
responsabilidades de gran importancia social y poder hacer así su contribución a la
sociedad. Según Zhenjiang, “para el filósofo los principios generales de la educación
radicaban en elevados ideales, una gran virtud y el amor a los demás“. Confucio
consideraba la virtud el principio más importante.

Los discípulos del filósofos provenían de todo tipo de estamentos: política, comercio,
educación, diplomacia, especialistas en ritos, etc. Sin embargo, a pesar de su
procedencia, Confucio tenía como objetivo mejorar su cultura y formación así como
aumentar su virtud.
Las ideas de Confucio en torno a vivir sabiamente.

A lo largo de los siglos, el pensamiento chino ha sido el producto de una variedad de


influencias, entre ellas el budismo, el taoísmo y el marxismo.
Sin embargo, una tradición ha estado por encima de todas ellas en el pensamiento
chino durante más de dos milenios: las ideas del pensador Confucio (551 a.C. a 479
a.C.).
Aunque llegó a simbolizar la filosofía china, no tuvo mucho éxito en su vida. Vivió
durante una era en la que el país que hoy conocemos como China era un mosaico de
pequeños reinos en competencia.
Confucio desarrolló una filosofía política que reflejaba su horror ante la guerra
constante que lo rodeaba.

Deambuló de reino en reino, tratando de persuadir a los gobernantes para que


siguieran sus enseñanzas, pero nunca logró nada más que un puesto público de bajo
escalafón.
Sin embargo, sí consiguió un grupo devoto de seguidores, que transmitió sus
enseñanzas a las generaciones posteriores.
Obedecer, obedecer, obedecer
No fue hasta varios cientos de años más tarde, durante la dinastía Han (206 a.C. a 220
d.C.) que el "confucianismo", un sistema ético de comportamiento y gobierno, se
convirtió en el sistema que definiría la cultura china durante los próximos dos milenios.

El confucianismo no es una religión como tal. Aunque Confucio no negó la existencia


de un mundo espiritual, afirmó que era más importante concentrarse en este mundo
mientras uno estaba en él.
Reflejando su disgusto por la guerra, declaró que el orden era un requisito clave en la
sociedad.
Apuntalar ese orden era creer en la importancia de las relaciones jerárquicas.
Los sujetos debían obedecer a sus gobernantes, los niños, a sus padres y las esposas, a
sus esposos.
Sin embargo, Confucio no pretendía que ese orden fuera impuesto por la fuerza.
Pensaba que la sociedad debía ser armoniosa y se debía alentar a las personas en su
"autodesarrollo" para que pudieran aprovechar al máximo su posición.

El pasado y la vejez.

El estado moral de alguien no dependía de su posición social.


Era posible, y de hecho bastante probable, que hubiera buenos campesinos al mismo
tiempo que un gobernante malvado o un aristócrata cruel.

Para él, la clase social no determinaba la calidad humana.

El pensamiento confuciano también difería del pensamiento moderno en que


glorificaba el pasado y veneraba la vejez.
"Sigo a los Zhou", dijo Confucio, refiriéndose a la antigua dinastía que fue considerada
como una "edad de oro" perdida por generaciones de gobernantes chinos.

El contrato.

En el centro del confucianismo hay un contrato social: los gobernados les debían
lealtad a los gobernantes, pero los gobernantes que no cuidaban el bienestar del
pueblo perdían el "mandato del cielo" y podían ser derrocados justamente.
Confucio nunca dio a los gobernantes una licencia para la opresión.
Al participar en li (que a menudo se traduce como "ritual", pero que realmente
significa algo como "conducta apropiada"), los seres humanos demostraban ser seres
civilizados, independientemente de su origen, y podían aspirar a convertirse en junzi
("personas de integridad") o incluso sheng ("sabios").
Para ello, la educación era clave.
Fines de lucro

El pensamiento confuciano cambió inmensamente con el tiempo.

Las huellas de Confucio.

El confucianismo no fue un conjunto monolítico de ideas durante más de 2.500 años,


como tampoco lo fue el cristianismo. Sin embargo, sus principios básicos sustentaron
lo que significaba ser chino hasta mediados del siglo XIX.

La llegada de influencias occidentales, en forma de comerciantes de opio y misioneros,


trajo una sacudida inoportuna al viejo mundo del pensamiento confuciano.
Las secuelas del pensamiento moderno dejaron una huella profunda.
El impacto del nacionalismo y el comunismo, y su amor inherente por la novedad y el
progreso, en lugar de la reverencia por una época dorada pasada, destruyó muchas de
las certezas del antiguo mundo confuciano.
No obstante, esas ideas no han desaparecido por completo.
En la China contemporánea, el gobierno, que ya no está ligado a la ideología de Mao,
está buscando la tradición de China para encontrar un núcleo moral para el siglo XXI.
El "maestro número uno", Confucio, está una vez más en los programas escolares.
Los valores de orden, jerarquía y obligación mutua siguen siendo tan atractivos en el
siglo XXI como lo fueron en el siglo V a.C.
4. Análisis comparativo y creativo de Buda,
Sócrates y Confucio.

BUDA

Para caracterizar a Buda como ser de naturaleza superior se emplean tópicos como
tres pliegues en el cuello, lóbulos de las orejas alargados y presencia del tercer ojo
(Faunières, 1988.

La materialización de la divinidad solar se expresa a través del aura con forma de un


halo dispuesto en la parte posterior, el que tiene dos círculos centrales sobrepuestos,
rodeados de figuras vegetales, que aluden a la luminosidad del aura y su potencia.
La postura de manos es el mudra chiken-in e indica la unión de los cinco elementos
(tierra, aire, agua, fuego y cielo) con la conciencia espiritual.

En el arte japonés, la presencia de motivos vegetales se relaciona con sentimientos,


etapas de la vida y estados de ánimo. Destacan en la imagen la flor de loto, símbolo de
Buda y su pureza, la que se encuentra en las bases, halo, collar y corona.
En el halo hay 7 flores, que consignan las etapas para llegar al nirvana y los chacras. En
la séptima flor emerge una pagoda, edificio que remite a lo sagrado, meditación y
conciencia.

Otro ícono es la rueda del dharma, de la vida o del destino, ubicada en el cuerpo
principal de la corona y repetida 5 veces, y se relaciona con:
El vínculo entre las etapas de la vida, animales, elementos naturales en un flujo, una
transformación y una interdependencia dentro del ciclo vital.
Las enseñanzas de Buda en su primer sermón.
Sus 8 radios de la rueda simbolizan el óctuple camino que lleva a la iluminación:
correcto pensamiento, discurso, acción, manera de vivir, entendimiento, esfuerzo,
dedicación y concentración (Smith, 1964:295).

Confucio

Conocer la cultura china va más allá de saber cuál es su idioma, su escritura, sus
peculiares vestuarios o su sabrosa comida. Un ítem imprescindible para descifrar a la
nación asiática -dentro de tantos- es comprender la filosofía que ha influido durante
milenios de historia en sus ciudadanos.
Corría el año 551 a.C. cuando nació K’ung Chung-ni, el reconocido filósofo al cual los
primeros misioneros jesuitas llamaron “Confucio”. Su vida se inició marcada por la
muerte de su padre, lo que llevó a su familia a vivir de lleno en la decadencia en medio
de una época marcada por el caos y la guerra.
Desde temprana edad, el joven K’ung demostró su interés por los estudios y la
educación, llegando a impartir clases con el paso de los años. Trabajó en centros de
enseñanza donde los hijos de la nobleza aprendían, entre otras cosas, a escribir y
calcular. Luego pudo establecer su propia escuela donde hizo hincapié en enseñar la
importancia de cuidar y preservar los valores familiares, pues consideraba que la vía
para crear una sociedad estable y alegre era mantener sólidos lazos entre los
miembros del núcleo.

Sócrates

No deja de ser llamativo, sin embargo, que esta indiscutible centralidad filosófica parta
del hecho de que Sócrates no dejara absolutamente ningún documento escrito. Acerca
de su vida y su doctrina únicamente conocemos aquellos testimonios que algunos
discípulos suyos como Jenofonte y Platón, así como el dramaturgo coetáneo
Aristófanes, nos han legado de un modo indirecto, en parte idealizado, en parte
deformado. Tal es la ambigua máscara (prósopon), la constante dissimulatio a la que
debemos enfrentarnos una y otra vez al acercarnos al “texto” llamado Sócrates. Huelga
decir que esta circunstancia, conocida bajo el trillado tópico de la “cuestión socrática”,
arroja una serie de problemas hermenéuticos para reconstruir los contornos tanto de
su figura histórica como de su pensamiento filosófico. Desde esta perspectiva, en la
historia de la cultura occidental siempre ha emergido alrededor de Sócrates un aura
fascinante de misterio y santidad, alimentada sin duda por su condena a muerte en el
año 399 a.C., acusado de negar a los dioses y corromper a la juventud ateniense.

Así, separar la leyenda y el personaje real, distinguir el Sócrates mitificado del Sócrates
histórico, resulta una empresa intelectual tan arriesgada como compleja, como bien
demuestran los clásicos trabajos de A. E. Taylor, Olaf Gigon, Cornelia de Vogel y
Gregory Vlastos.
Con bastante probabilidad sí sabemos que nació cerca de Atenas sobre el año 470 a.C.,
procedente de una familia humilde. Tras recibir una educación tradicional en
literatura, música y gimnasia, el joven Sócrates se familiarizó con la dialéctica y la
retórica de los sofistas, probablemente bajo el amparo de su maestro Arquelao.
Durante aquel camino formativo participó también como hoplita –soldado de
infantería– en algunas de las batallas decisivas contra Esparta en el marco de la Guerra
del Peloponeso.

También podría gustarte