Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tareitas para El 3 de Noviembre.
Tareitas para El 3 de Noviembre.
El budismo temprano se basó en evidencia empírica obtenida por los órganos de los
sentidos (ayatana) y el Buda parece haber mantenido una distancia escéptica de
ciertas preguntas metafísicas, negándose a responderlas porque no eran conducentes
a la liberación. Los puntos particulares de la filosofía budista han sido a menudo objeto
de disputas entre diferentes campos filosóficos budistas. Estas disputas dieron lugar a
varias escuelas llamadas Abhidharma, y a las tradiciones Mahayana de Prajnaparamita
(perfección de la sabiduría), Madhyamaka (camino medio) y Yogacara (práctica de
yoga).
La filosofía budista comienza con el pensamiento de Gautama Buddha (circa siglos VI y
IV a. C.) y se conserva en los primeros textos budistas como las Nikayas del Canon Pali.
El pensamiento budista es transregional y transcultural. Se originó en la India y luego
se extendió a Asia oriental, el Tíbet, Asia central y el Sudeste Asiático, desarrollando
tradiciones nuevas y sincréticas en estas diferentes regiones. Las diversas escuelas del
pensamiento budistas son la tradición filosófica dominante en el Tíbet y en países del
sudeste asiático como Sri Lanka y Birmania.
La principal preocupación del budismo es la soteriología, definida como la libertad
desde dukkha (inquietud). Debido a que la ignorancia sobre la verdadera naturaleza de
las cosas se considera una de las raíces del sufrimiento (dukkha), la filosofía budista se
ocupa de la epistemología, la metafísica, la ética y la psicología. Los textos filosóficos
budistas también se deben entender dentro del contexto de las prácticas meditativas
que se supone que producen ciertos cambios cognitivos. Los conceptos innovadores
clave incluyen las Cuatro Nobles Verdades, Anatta (no-yo) una crítica de una identidad
personal fija, la transitoriedad (Anicca) de todas las cosas y un cierto escepticismo
sobre las preguntas metafísicas.
Después de la muerte de Buda, varios grupos comenzaron a sistematizar sus
principales enseñanzas y desarrollaron sistemas filosóficos denominados Abhidharma.
Los filósofos de Mahayana como Nagarjuna y Vasubandhu desarrollaron las teorías de
shunyata (vacuidad de todos los fenómenos) y «vijnapti-matra» (solo apariencia), una
forma de fenomenología o idealismo trascendental. La escuela de Dignāga o escuela
de pramāṇa promovió una forma de epistemología y lógica. A través del trabajo de
Dharmakirti, esta tradición de lógica budista se ha convertido en el principal sistema
epistemológico utilizado en la filosofía y el debate de budismo tibetano.
Según el profesor de filosofía budista Jan Westerhoff, las principales escuelas indias
desde 300 a. C. hasta 1000 d. C. fueron:
fue un filósofo clásico griego considerado como uno de los más grandes, tanto de la
filosofía occidental como de la universal. Fue maestro de Platón, quien tuvo a
Aristóteles como discípulo, siendo estos tres los representantes fundamentales de la
filosofía de la Antigua Grecia. Otros discípulos suyos son Antístenes, Aristipo y
Esquines.
Sócrates (469-399).
Filósofo de la antigua Grecia, autor de una doctrina que señala un viraje del
naturalismo materialista al idealismo. Vivió y enseñó en Atenas, donde tuvo
numerosos discípulos: Platón, Antístenes, Aristipo, Euclides de Megara. Acerca de la
doctrina de Sócrates, que no escribió nada, sólo se puede juzgar por los testimonios de
Platón y Aristóteles. La estructura del mundo, la naturaleza física de las cosas, son
incognoscibles: solamente podemos conocernos a nosotros mismos, Sócrates expresó
esta manera de concebir el objeto del conocimiento mediante la fórmula: “Conócete a
ti mismo”. El objetivo supremo del saber no es de carácter teórico, sino práctico: el
arte de vivir. El conocimiento, según Sócrates, es el pensamiento, el concepto sobre lo
general. Los conceptos se ponen de manifiesto por medio de la definición, y se
generalizan mediante la inducción. El propio Sócrates dio ejemplos de definición y
generalización de conceptos éticos (por ejemplo, de la virtud, de la justicia). La
definición de un concepto es precedida de una conversación en cuyo transcurso, por
medio de preguntas sucesivas, se hace ver al interlocutor que se contradice a sí mismo.
El descubrimiento de las contradicciones permite desechar el conocimiento aparente,
y la inquietud en que ello sume al entendimiento, estimula a pensar en busca de la
verdad auténtica. Sócrates comparaba sus métodos de investigación con el “arte de la
comadrona”; su método de preguntas que presupone una actitud crítica frente a las
afirmaciones dogmáticas, ha recibido el nombre de “ironía” socrática. La ética de
Sócrates es racionalista: a juicio de Sócrates, las malas acciones se deben únicamente a
la ignorancia y no hay nadie que sea malo por su propia voluntad.
Filósofo antiguo griego, cuya doctrina marca el viraje del naturalismo materialista al
idealismo. Vivió en Atenas donde tenía numerosos discípulos: Platón, Antístenes,
Arístipo y otros. De la doctrina de Sócrates, que no escribió nada, sólo podemos juzgar
por los testimonios de Platón y Aristóteles. La estructura del mundo y la naturaleza
física de las cosas son incognoscibles; sólo podemos conocernos a nosotros mismos.
Sócrates expresó esta comprensión del objeto del conocimiento con la fórmula de
“conócete a tí mismo”. Según Sócrates, el conocimiento es idea, concepto de lo
general. Los conceptos se ponen en claro a través de las definiciones y se generalizan
mediante la inducción. El propio Sócrates dio ejemplos de definición y generalización
de los conceptos éticos (por ejemplo, del coraje, de la justicia). A la definición del
concepto le precede la charla, en el curso de la cual por medio de una serie de
preguntas consecutivas se revelan las contradicciones del interlocutor. Al descubrir las
contradicciones, se elimina el conocimiento falso, y la intranquilidad que se apodera
del intelecto estimula el pensamiento a buscar la verdad auténtica. El método de
preguntas que usaba Sócrates y que suponen una actitud crítica hacia las afirmaciones
dogmáticas recibió el nombre de “ironía” socrática. La ética de Sócrates es racionalista:
los actos malos son engendrados únicamente por la ignorancia; nadie puede ser malo
por buena voluntad.
Confucio fue un filósofo chino, con una trascendencia tal que el eco de su pensamiento
ha llegado desde el año 535 a.C. hasta nuestros días. Vivió en una época en la que
reinaban las guerras y la confusión. Sin embargo, nunca desistió de su empeño por
encontrar y pregonar un camino hacia la superación de las dificultades a través del
conocimiento.
Cuando tenía 50 años comenzó a recorrer toda la China. En su travesía dio a conocer
su pensamiento, especialmente en forma de aforismos. Su influencia fue tan grande,
que pronto comenzó a llenar plazas e incluso políticos y hombres de poder tomaron
para sí sus reflexiones.
Confucio y la educación.
Zhao Zhenjiang (2014) destaca que Confucio fue el iniciador de la enseñanza privada
en la historia de China, ya que sólo la nobleza tenía acceso a la educación. Confucio le
dedicó a la enseñanza gran parte de su vida y llegó a tener más de tres mil discípulos.
Se ganó el sobrenombre de “maestro sagrado entre los maestros”.
Los discípulos del filósofos provenían de todo tipo de estamentos: política, comercio,
educación, diplomacia, especialistas en ritos, etc. Sin embargo, a pesar de su
procedencia, Confucio tenía como objetivo mejorar su cultura y formación así como
aumentar su virtud.
Las ideas de Confucio en torno a vivir sabiamente.
El pasado y la vejez.
El contrato.
En el centro del confucianismo hay un contrato social: los gobernados les debían
lealtad a los gobernantes, pero los gobernantes que no cuidaban el bienestar del
pueblo perdían el "mandato del cielo" y podían ser derrocados justamente.
Confucio nunca dio a los gobernantes una licencia para la opresión.
Al participar en li (que a menudo se traduce como "ritual", pero que realmente
significa algo como "conducta apropiada"), los seres humanos demostraban ser seres
civilizados, independientemente de su origen, y podían aspirar a convertirse en junzi
("personas de integridad") o incluso sheng ("sabios").
Para ello, la educación era clave.
Fines de lucro
BUDA
Para caracterizar a Buda como ser de naturaleza superior se emplean tópicos como
tres pliegues en el cuello, lóbulos de las orejas alargados y presencia del tercer ojo
(Faunières, 1988.
Otro ícono es la rueda del dharma, de la vida o del destino, ubicada en el cuerpo
principal de la corona y repetida 5 veces, y se relaciona con:
El vínculo entre las etapas de la vida, animales, elementos naturales en un flujo, una
transformación y una interdependencia dentro del ciclo vital.
Las enseñanzas de Buda en su primer sermón.
Sus 8 radios de la rueda simbolizan el óctuple camino que lleva a la iluminación:
correcto pensamiento, discurso, acción, manera de vivir, entendimiento, esfuerzo,
dedicación y concentración (Smith, 1964:295).
Confucio
Conocer la cultura china va más allá de saber cuál es su idioma, su escritura, sus
peculiares vestuarios o su sabrosa comida. Un ítem imprescindible para descifrar a la
nación asiática -dentro de tantos- es comprender la filosofía que ha influido durante
milenios de historia en sus ciudadanos.
Corría el año 551 a.C. cuando nació K’ung Chung-ni, el reconocido filósofo al cual los
primeros misioneros jesuitas llamaron “Confucio”. Su vida se inició marcada por la
muerte de su padre, lo que llevó a su familia a vivir de lleno en la decadencia en medio
de una época marcada por el caos y la guerra.
Desde temprana edad, el joven K’ung demostró su interés por los estudios y la
educación, llegando a impartir clases con el paso de los años. Trabajó en centros de
enseñanza donde los hijos de la nobleza aprendían, entre otras cosas, a escribir y
calcular. Luego pudo establecer su propia escuela donde hizo hincapié en enseñar la
importancia de cuidar y preservar los valores familiares, pues consideraba que la vía
para crear una sociedad estable y alegre era mantener sólidos lazos entre los
miembros del núcleo.
Sócrates
No deja de ser llamativo, sin embargo, que esta indiscutible centralidad filosófica parta
del hecho de que Sócrates no dejara absolutamente ningún documento escrito. Acerca
de su vida y su doctrina únicamente conocemos aquellos testimonios que algunos
discípulos suyos como Jenofonte y Platón, así como el dramaturgo coetáneo
Aristófanes, nos han legado de un modo indirecto, en parte idealizado, en parte
deformado. Tal es la ambigua máscara (prósopon), la constante dissimulatio a la que
debemos enfrentarnos una y otra vez al acercarnos al “texto” llamado Sócrates. Huelga
decir que esta circunstancia, conocida bajo el trillado tópico de la “cuestión socrática”,
arroja una serie de problemas hermenéuticos para reconstruir los contornos tanto de
su figura histórica como de su pensamiento filosófico. Desde esta perspectiva, en la
historia de la cultura occidental siempre ha emergido alrededor de Sócrates un aura
fascinante de misterio y santidad, alimentada sin duda por su condena a muerte en el
año 399 a.C., acusado de negar a los dioses y corromper a la juventud ateniense.
Así, separar la leyenda y el personaje real, distinguir el Sócrates mitificado del Sócrates
histórico, resulta una empresa intelectual tan arriesgada como compleja, como bien
demuestran los clásicos trabajos de A. E. Taylor, Olaf Gigon, Cornelia de Vogel y
Gregory Vlastos.
Con bastante probabilidad sí sabemos que nació cerca de Atenas sobre el año 470 a.C.,
procedente de una familia humilde. Tras recibir una educación tradicional en
literatura, música y gimnasia, el joven Sócrates se familiarizó con la dialéctica y la
retórica de los sofistas, probablemente bajo el amparo de su maestro Arquelao.
Durante aquel camino formativo participó también como hoplita –soldado de
infantería– en algunas de las batallas decisivas contra Esparta en el marco de la Guerra
del Peloponeso.