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Heteronomía

Te explicamos qué es la heteronomía tanto en su sentido moral como


jurídico. Además, diversos ejemplos y diferencias con autonomía.

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Un ser heterónomo vive obedeciendo las leyes impuestas por otro.


¿Qué es la heteronomía?
Por heteronomía (del griego heteros, “otro”, y nomos, “ley”) entendemos, en
general, a la condición jurídica, moral o filosófica, según la cual una entidad se
rige a sí misma según instrucciones o imperativos que provienen del afuera, o
sea, que no se han originado en sí mismo. En ese sentido, es lo contrario de
la autonomía.

Así, un ser heterónomo es aquel que vive la vida no según su propia


autodeterminación, sino obedeciendo las leyes impuestas por otro, sea ese otro un
individuo, la sociedad o algún tipo de poder. Puede ser que lo haga en contra de su
voluntad, o con algún margen de indiferencia.

Desde cierto punto de vista, todos los seres humanos vivimos según criterios
heterónomos, en el sentido de que nos regimos por un conjunto aprendido
de normas, reglas y criterios, que nos son impartidos por nuestros antecesores, o por
las instituciones de la sociedad misma.
Sin embargo, podemos elegir cuando y si desobedecer las leyes impuestas desde
afuera. Por eso, se puede alegar que el respeto por dichas normas se da en mayor o
menor medida dependiendo del individuo, y ello demuestra, a la vez, que somos
autónomos.

Puede servirte: Convencionalismo

Heteronomía moral
La moral es el campo filosófico en el cual se debate la diferencia entre el bien y el
mal, comprendidos como conceptos abstractos, que rigen
el comportamiento humano. En ese sentido, la heteronomía moral es el aprendizaje
de qué cosa es lo bueno y lo malo, típico de cuando somos niños:
un aprendizaje que generalmente se nos dicta desde afuera, es decir, que nos
enseñan nuestros padres, en la escuela y es reforzado por discursos de la sociedad.

Sin embargo, su propósito es construir individuos moralmente autónomos: que


no requieran de la vigilancia de terceros para poder determinar qué es el bien y qué
es el mal, sino que tengan ya incorporada la norma, y puedan en base a ella ejercer
la libertad individual y la conciencia.

Heteronomía en derecho

En una sociedad todos debemos obedecer leyes y normas que son externas a
nosotros.
En el ámbito jurídico es en donde más fácilmente se percibe la heteronomía, debido
a que todas las leyes que existen son de cumplimiento obligatorio para la vida en
sociedad. Esa obligatoriedad también incluye a las normas legales y los contratos.

El Estado nos obliga a acatar esas normas que no propusimos nosotros, ni provienen
de nuestra experiencia social, sino que son muy anteriores. Garantiza su
obligatoriedad a través del monopolio de la violencia y de la coacción.

Desde que nacemos estamos insertos en un mundo normado, reglado, con leyes
trazadas de antemano y recogidas en distintos cuerpos de leyes, cuyo propósito es
garantizar la paz social. Si nos negamos a cumplir las leyes por las que el conjunto
de la sociedad ha aceptado regirse a sí misma, ella tendrá el derecho de castigarnos
de alguna manera, o en el peor de los casos perderemos nosotros el derecho de vivir
en sociedad.

Como se verá, jurídicamente somos todos seres heterónomos.

Heteronomía y autonomía
La diferencia fundamental entre la heteronomía y la autonomía, tienen que ver con
el lugar de origen de las normas que rigen al individuo, según el caso. Cuando las
normas provienen del individuo mismo, se dice que es un individuo autónomo;
pero cuando no provienen de él, sino de los demás, entonces hablamos de un
individuo heterónomo.

Ha habido mucho debate filosófico entre esta distinción, y respecto a dónde


subyacen los límites de la libertad individual. Filósofos como Immanuel Kant o
Cornelius Castoriadis han incursionado en la materia.

Más en: Autonomía

Ejemplo de heteronomía
Los esclavos estaban constantemente sometidos a la voluntad de su amo.
Un ejemplo radical de heteronomía es la condición de la esclavitud: los esclavos
eran incapaces legalmente de regirse a sí mismos, pues no podían poseer
propiedades, ni ejercer la libertad individual. En cambio, estaban constantemente
sometidos a la voluntad de su amo, quien les impartía todo tipo de instrucciones y
determinaba, por ellos, qué cosa les convenía y qué cosa no.

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