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Hispanic Research Journal

Iberian and Latin American Studies

ISSN: 1468-2737 (Print) 1745-820X (Online) Journal homepage: https://www.tandfonline.com/loi/yhrj20

Repensar la categoría de cine poético como


propuesta estética transversal en la obra fílmica
de Carlos Reygadas y Lisandro Alonso

Júlia González de Canales Carcereny

To cite this article: Júlia González de Canales Carcereny (2019) Repensar la categoría de cine
poético como propuesta estética transversal en la obra fílmica de Carlos Reygadas y Lisandro
Alonso, Hispanic Research Journal, 20:3, 272-288, DOI: 10.1080/14682737.2019.1651994

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© 2019 The author(s). Published by informa


UK limited, trading as Taylor & Francis
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HISPANIC RESEARCH JOURNAL
2019, VOL. 20, NO. 3, 272–288
https://doi.org/10.1080/14682737.2019.1651994

Repensar la categorıa de cine poe tico como propuesta


tica transversal en la obra fılmica de Carlos
este
Reygadas y Lisandro Alonso
lia Gonzalez de Canales Carcereny
Ju
Institut Fu€r Romanistik, Universit€at Wien, Viena, Austria

RESUMEN PALABRAS CLAVE


>Que es el cine poetico y cuales son sus fuentes? Este artıculo Cine poetico; modernidad
propone estudiar la obra de los directores Carlos Reygadas y cinematografica; estetica
Lisandro Alonso de manera conjunta y comparada, agrupandola fılmica; Carlos Reygadas;
Lisandro Alonso
bajo un mismo marco conceptual compartido: el cine poetico. Si
bien la categorıa de cine poetico no es nueva, parece haber caıdo
mo, desde el formalismo KEYWORDS
en desuso. Por ello, propongo revisar co
Poetic cinema; cinematic
ruso hasta la actualidad, su conceptualizacio n se ha ido
modernity; cinematographic
modificando hasta llegar a ser adoptada por los directores arriba aesthetics; Carlos Reygadas;
mencionados. Estudiar los orıgenes de dicho cine poetico, ubica- Lisandro Alonso
dos en la modernidad cinematografica, ayudara a comprender la
obra de estos cineastas al llevar un paso mas alla las categorıas
que hasta ahora se le han aplicado (pelıculas de autor/de festival/
transnacionales) y, por ende, conceptualizandola como ejercicio
de cine poetico. De esta manera se busca contribuir al estudio
de la obra de ambos cineastas, aportando una nueva perspectiva
de analisis: el cine poetico.

ABSTRACT
What is poetic cinema and what are its sources? This article seeks
to study the cinematographic work of Carlos Reygadas and
Lisandro Alonso, examining it under the shared conceptual frame-
work of poetic cinema. The category of poetic cinema is neither
new nor commonly used. Therefore, I propose to review how,
from Russian Formalism to the present time, its conceptualization
has been recurrently modified, until it was adopted by the afore-
mentioned directors. Locating the origins of poetic cinema in
cinematographic modernity and studying how both Reygadas
and Alonso have adopted this historical cinematic practice, this
article takes a step beyond the categories that have been com-
monly applied to the work of both filmmakers. Thus, Reygadas’s
and Alonso’s work are here rethought as an exercise of poetic
cinema, rather than auteur cinema or transnational cinematic
practice framed by the film festival circuit. In this way, the article
contributes to the study of Reygadas’s and Alonso’s oeuvre, while
providing a new perspective for their analysis: poetic cinema.

CONTACT J ulia Gonzalez de Canales julia.gonzalez.de.canales.carcereny@univie.ac.at Institut f€


ur Romanistik,
Universit€at Wien, Universit€atscampus AAKH, Hof 8, Spitalgasse 2, Wien AT–1090, Austria.
ß 2019 The author(s). Published by informa UK limited, trading as Taylor & Francis Group
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HISPANIC RESEARCH JOURNAL 273

Que en los u ltimos a~nos las pelıculas de autor latinoamericanas han encontrado un
publico fiel en el circuito de festivales europeos de cine no es nada nuevo. Espectadores
y crıtica parecen compartir el interes por pelıculas que combinan modelos de
producci on industrial con narrativas propias del cine de autor independiente —basta
pensar en la mayorıa de pelıculas protagonizadas por Ricardo Darın, denominadas por
Tamara Falicov como ‘industrial auteur cinema’ (2007, 142). Este marco favorecedor
para el cine latinoamericano ha posibilitado, a su vez, el surgimiento de narrativas
minoritarias que, apoyadas por las polıticas de cofinanciaci on de los festivales de cine,1
han resultado en obras de autor tan celebradas por la crıtica especializada como
Liverpool (Lisandro Alonso 2008) o Post Tenebras Lux (Carlos Reygadas 2012). La vol-
untad academica por conceptualizar dicho nuevo fen omeno festivalero y autorial ha
producido gran cantidad de literatura, siendo las propuestas de ‘global art cinema’ (Galt
y Schoonover 2010), ‘slowness’ (Koepnick 2014) y ‘festivalisation’ (de Valck 2018) algu-
nas de las mas destacadas al respecto. Todas ellas comparten la acentuaci on de aquellos
rasgos estetico-industriales que caracterizan el mas exitoso cine de autor independiente,
relacionandolo con la vasta noci on de cine transnacional y la discutida etiqueta de cine
de festival, lo que dificulta una definici on especıfica de cada una de las multiples mani-
festaciones que engloba el fen omeno. La conceptualizaci on del cine poetico aquı pro-
puesta busca superar esta limitaci on de analisis, al destacar el atributo poetico como
rasgo diferenciador de una practica fılmica de la que Lisandro Alonso y Carlos
Reygadas resultan maximos exponentes. Dicha categorıa de cine poetico, si bien no es
nueva, aplicada a la obra de ambos cineastas, permite repensar el caracter transversal de
los principios esteticos que sostienen sus filmes y, por ende, reformular los terminos en
los que habitualmente se ha comprendido parte del mas independiente cine de autor
hispanoamericano actual. Por ello, con el fin de sostener que Reygadas y Alonso practi-
can un cine poetico, cabe primero reformular el marco te orico en el que se inscribe
dicha modalidad fılmica y retomar los principios fundamentales de la modernidad cine-
matografica, a los que el propio cine poetico se acoge, para posteriormente analizar
c
omo los filmes de Reygadas y Alonso resultan herederos de dicha tradici on
cinematografica.

tico: definicio
El cine poe  n y transformaciones conceptuales
>A que nos referimos cuando hablamos de cine poetico? El adjetivo ‘poetico’ cubre un
campo semantico distinto y diverso. Antes de aplicarlo a la obra de ambos cineastas es
olo ası se podran posteriormente examinar
necesario analizar la polisemia del termino. S
las variaciones conceptuales que esta categorıa ha experimentado. Jenaro Talens pre-
senta diacr onicamente las distintas mutaciones semanticas existentes del
termino ‘poetico’:

1
El ejemplo mas claro al respecto es la ayuda Hubert Bals, otorgada por el Festival Internacional de Cine de
Roterdam, en honor a su fundador. Tal como sostiene Marike de Valck, el propio Bals se propuso con dicha ayuda
promocionar el cine latinoamericano, pues consideraba que ‘the most interesting cinema was made in Latin
America and not in the West’ (2014, 52).
274 
J. GONZALEZ DE CANALES CARCERENY

En la antig€ uedad el termino poesıa remitıa a un genero literario muy delimitado: el


texto versificado. [ … ] Fue la llegada del movimiento romantico la que impuso,
mediante un deslizamiento metonımico, un significado mas generico y difuso: la
impresi on (por lo general de belleza y placer) que toda obra literaria producıa en el
lector. Mas adelante pas o a indicar el efecto producido por cualquier tipo de practica
artıstica; ası se habl
o de poesıa de la pintura, de la m ltimo
usica, de la danza, etc. Por u
el adjetivo poetico pas o a designar el tipo de impresi on, sin especificar el objeto que
producıa: ası se puede hablar de un paisaje poetico, etc. (1980, 70–81)
La carga cultural con la que el romanticismo grav o el adjetivo ‘poetico’ resulta, al dıa
de hoy, un rasgo indisociable del vocablo. Decir que algo es poetico conlleva asumir
implıcitamente que el objeto en cuesti on posee una dimensi on estetica potencialmente
generadora de emociones. Indiferentemente de si nos referimos a la poesıa como genero
literario, como elemento conformador de la practica artıstica o como fundamento de lo
sensible, el adjetivo poetico agrupa simultaneamente las distintas dimensiones semanti-
cas del termino, dando pie, a menudo, a confusiones y malentendidos.
Tambien en el caso que aquı se nos presenta, el estudio estetico de la practica cinema-
tografica, el adjetivo ‘poetico’ ha sido empleado de forma vaga e inexacta. Muchos son
los autores que han aquejado la dificultad de delimitar el termino por el amplio y diver-
sificado uso que este tradicionalmente ha tenido. Steven Dillon, por ejemplo, afirma que
‘the word “lyrical” is a loosely and commonly used term of critical approbation. We
might well say “poetic” when we mean no more than “beautiful”; such a comment may
have nothing to do with poetry or genre or structure’ (2004, 2). Hannah Patterson, a su
vez, sostiene que ‘the term itself is slippery, particularly within the context of film criti-
cism. Taking many forms and educing multiple meanings, historically it has been used
most often in relation to “avant-garde” or “art-house” cinema’ (2007, 2). Asimismo, en
esta misma lınea argumentativa, Karla Oeler concluye en su entrada ‘Poetic Cinema’, de
la enciclopedia sobre teorıa cinematografica editada por Routledge, que ‘definitions of
poetry as a cinematic mode or category remain provisional. [ … ] Its multiplicity makes
it impossible to conclusively define what it means for film culture’ (2014, 369–70). Por
ello, la autora culmina proclamando que, ante la aparente imposibilidad hist orica de lle-
gar a una definici on fija y conjuntamente acordada de lo que es el cine poetico, la u nica
salida razonable es trazar un recorrido diacr onico de las diversas acepciones que dicha
denominaci on ha tenido a lo largo de la historia del cine. No voy a resumir aquı cada
una de las aportaciones que, en este sentido, directores de corrientes artısticas diversas
han realizado al respecto; mas bien parece oportuno indicar mi propia concepci on del
termino, en comparaci on con otras categorıas clasificatorias existentes.
Propongo pensar el cine poetico en tanto que conjunto de elementos formales intra-
fılmicos, posibilitadores de la dimensi on sensorio-trascendental perceptible por el espec-
tador. Dicho en otras palabras, que un filme sea, o no, poetico dependera de su forma
de composici on (la duracion de los planos, la iluminaci on, el uso de montaje, etc.) y no
de la tematica tratada, ni de las emociones que llegue a provocar en el espectador. Sin
duda, su recepci on por parte del p ublico sera un elemento relevante a tener en cuenta,
ya que el cine poetico s olo puede ser considerado como tal si, entre otros criterios, pro-
voca el acto performativo del espectador en su ejercicio de visualizaci on activa. Mas
dicha recepci on, por bien que relevante, no sera por sı sola determinante al resultar con-
secuencia del probado factor categ orico decisivo: la composici on formal. De esta
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manera, y de acuerdo a tales consideraciones, defino el cine poetico como una sub-
categorıa del cine de arte que, heredera de los planteamientos formalistas del cine,
expresa la mirada subjetiva y el estilo del artista al emplear una variedad de modos per-
formativos de puesta en escena, opciones tecnicas y montaje que otorgan a la obra resul-
tante caracter significativo vital.
Entre los rasgos de composici on de una pelıcula poetica se encuentran elementos
auditivo/verbales (voz, m usica, prosodia y acento) y visuales (metrica y ritmo) que, a su
vez, generan asociaciones figurativas y afectivas, pudiendo tomar el cuerpo y el paisaje
como material de apoyo. Procedamos ahora a aclarar los puntos fundamentales de dicha
definici
on:

1. La mirada subjetiva del artista. Este elemento se vincula, sin duda, de las teorıas
autoriales surgidas en los a~ nos cincuenta y sesenta como oposici on a un cine
impersonal e indiferenciable cercano a las practicas comerciales hollywoodienses.
En consonancia con dichas teorıas autoriales, Ken Kelman afirm o que, en el cine
poetico, ‘a total transformation of forms and materials into mere manifestations
of the artist’s state of mind is what is required’ (1963).
2. Montaje por imagenes-concepto, no por l ogica narrativa. En el famoso simposio
organizado por Cinema 16, en 1963, en Nueva York, Maya Deren (2000, 178)
present o su concepci on del montaje, distinguiendo entre las pelıculas que se
uan en el eje vertical (onırico y poetico) y las creadas sobre el eje horizontal
sit
(la l
ogica de las acciones). Aunque no en esos mismos terminos, su apuesta por
las ‘pelıculas verticales’ tiene un identificable recorrido te
orico en el que sobresa-
len las propuestas de Victor Segalen (1902) y Sergei Eisenstein (1949).
3. Los rasgos de composici on. Hist
oricamente, la distinci
on entre elementos audi-
tivo/verbales y visuales se ha correspondido con dos modos diferenciados de
expresi on poetica, defendidos por Parker Tyler en el simposio anteriormente
mencionado: ‘poetical expression falls rather automatically into two groups: that
is, poetry as a visual medium and poetry as a verbal medium. [ … ] Some of the
films that concentrate on poetry as a visual medium [Cocteau’s Blood of a Poet,
Bu~ nuel–Dalı’s Andalusian Dog], emphasized a surrealist poetry of the image and
gave rise to schools and styles of avant-garde all over the world. [ … ] Now
poetry as a visual-verbal medium: we have the fantasy films of Jean Vigo (these
films are primarily visual); and we have the avant-garde films that are set to
poems or to poetic prose (those of Sidney Peterson, of Willard Maas, of Ian
Hugo); then there’s what I would term the ‘severe formalism’ of Sergei
Eisenstein, whose montage borders on pure poetry’ (Deren et al. 2000, 172–73).

Las pelıculas de Reygadas y Alonso combinan el surrealismo poetico-visual y el for-


malismo poetico-verbal, compaginando, pues, las dos expresiones artısticas que, en el
contexto de las vanguardias hist oricas, han sido releıdas por directores procedentes de
diversos paıses y tradiciones como conformadoras del marco de referencia del cine
poetico.2 Por ello, dicho cine no es reducible a los principios artısticos de la modernidad

2
En algunos filmes, el expresionismo y ciertos aspectos del neorrealismo se erigiran tambien como conformadores
del cine poetico.
276 
J. GONZALEZ DE CANALES CARCERENY

fılmica; mas bien parte de ellos para mezclarlos con los presupuestos artısticos de otras
propuestas cinematograficas, reinterpretandolos acorde con las circunstancias geopolıti-
cas y sociales del lugar desde el que se produce.
De forma pareja, tampoco es exclusivamente asimilable a las actuales propuestas de
cine lento defendidas por Tiago de Luca e Ira Jaffe, entre otros. Si bien tanto el cine
poetico y el slow cinema comparten una sosegada progresi ltimo se
on de la trama, este u
fundamenta en las tomas largas, excluye las propuestas vanguardistas realizadas por los
sovieticos y el expresionismo aleman (de Luca y Barradas 2016, 28) y limita toda
expresi on emocional, de acci on o dialogo (Jaffe 2014, 9). Por el contrario, el cine poetico
pone el montaje en el centro de su practica fılmica, rindiendo homenaje a aquellos cine-
astas que fueron pioneros en su desarrollo. Asimismo, son numerosos los ejemplos de
cine poetico que, contrarios a la tendencia silente predominante, reflejan un constante
hablar por parte de sus personajes, como se muestra en El lugar mas peque~ no del mundo
(2011), de Tatiana Huezo, o en Hasta el sol tiene manchas (2012), de Julio Hernandez
Cord on. De acuerdo a estas consideraciones, y para comprender las variaciones que han
llevado a las actuales propuestas fılmicas de Reygadas y Alonso, propongo realizar un
recorrido hist orico-conceptual sobre el cine poetico partiendo de los postulados formal-
istas, al ser estos los primeros que reflejaron el concepto como tal.
En su afan de estudio riguroso, y motivados por su interes en las vanguardias artısti-
cas, los formalistas pronto se preguntaron por la validez artıstica del cine y su vınculo
tanto con el quehacer literario (poesıa, novela y teatro) como con la fotografıa. Sin
embargo, hubo que esperar hasta la segunda fase del formalismo para ver la aparici on
de Poetika kino (1927), el libro de teorıa cinematografica que reunıa un compendio de
textos formalistas sobre las propiedades esteticas de los filmes. Dichos textos fueron
unos a~ nos mas tarde, en 1996/1998, traducidos respectivamente al frances y al espa~ nol
en el libro de François Albera Los formalistas rusos y el cine: la poetica del cine. Dos ele-
mentos aparecen repetidamente en dichos textos: la insistencia en el montaje como fun-
damento sintactico y semantico del lenguaje fılmico y la distinci on entre cine de poesıa
y de prosa. Con ellos los formalistas defendieron la autonomıa del lenguaje poetico y
lucharon por desmentir las acusaciones de los crıticos escepticos con el nuevo
arte naciente.
Los intentos de los formalistas para sostener la artisticidad del cine se centran, sobre
todo, en la defensa del montaje. Ello se aprecia, por ejemplo, en los escritos de Boris
Eikhenbaum en los que el autor equipara la sintaxis verbal con el montaje fılmico para
otorgarle, ası, a este ultimo el caracter artıstico que le es inherente (1998, 61–63). Mas,
dado que cada director compone los encuadres seg un su propio punto de vista, y que las
posibilidades de montaje de un n umero determinado de escenas son m ultiples, el resul-
tado de cada producci on dibuja un estilo cinematografico distinto, a la vez que pone
sobre la mesa la problematica de la forma. Entendiendo por forma el conjunto de ele-
mentos composicionales que conforman una pelıcula (movimientos de camara, luz,
color, m usica, etc.), Viktor Sklovski (1998, 137–38) distingue entre pelıculas que favore-
cen el predominio de los rasgos semanticos y pelıculas que fomentan la preeminencia
de los rasgos tecnicos. A las primeras las denomina como pertenecientes al cine de prosa
y a las segundas al cine de poesıa. Ası, hablando de la pelıcula La madre (Vsevolod
Pudovkin 1926), sostiene que ‘el procedimiento mismo por el que se resuelve el filme
HISPANIC RESEARCH JOURNAL 277

[ … ] sustituye un rasgo semantico por un rasgo formal: por tanto, este procedimiento
es poetico’. Y concluye: ‘un cine sin argumento es un cine de poesıa’ (Sklovski
1998, 138).
Sklovski no fue el unico que vincul o poesıa y cine. Tambien su colega Yuri Tynianov
(1998, 82–100) mantenıa que la existencia de cine-poemas lıricos en el que el potencial
desarrollo de la trama viene determinado por el estilo de lo obra. En concreto, Tynianov
ponıa en relieve algunas de las figuras ret oricas que los cineastas tienen a su disposici on
para la creacion y el desarrollo de un estilo fılmico propio. Ası, por ejemplo, asociaba el
primer plano a la metafora y la imagen asociativa de unas piernas en movimiento a la
sinecdoque y concluıa: ‘en el cine, los encuadres se alternan igual que en un verso, una
unidad metrica sucede a otra, en un lımite determinado. El cine procede por salto de un
encuadre a otro, igual que la poesıa lo hace de un verso a otro’ (92). En este sentido, los
postulados de Sklovski, Tynianov, Eikhenbaum y otros formalistas rusos, resultaron
fundamentales para la concepci on del cine establecer la base teorica sobre la que posteri-
ormente se ha levantado el estudio, mas o menos sistematico, de este tipo de cine que
ellos designaron como cine de poesıa o cine-poema lırico y que yo denomino como
cine poetico.
La propuesta formalista y su enfasis en el estilo y los rasgos formales de los filmes
(anteponiendo su relevancia a la de la trama) cambiaron de forma definitiva la historia
del cine. Los artistas de la primera mitad de siglo XX siguieron su estela y pronto vieron
la necesidad de abandonar los filmes mimetico-narrativos, basados en el desarrollo de
una trama supuestamente naturalista, para crear pelıculas que estimulasen la reflexi on
del espectador. Entre ellos destacan directores como Albert Cavalcanti (director
brasile~
no, considerado por Georges Saoul como el precursor del realismo poetico en el
cine frances), Walter Ruttmann, Joris Ivens o Dziga Vertov, cuyas obras han sido califi-
cadas por Darıo Villanueva como ‘cine puro, profundamente lırico’ (2008, 100).
Sin embargo, y una vez pasadas las vanguardias hist oricas, la llegada de la segunda
guerra mundial (1939–45) hara que se tenga que esperar hasta los a~ nos sesenta para vol-
ver a encontrar un repunte de la producci on de cine poetico: la creaci on de cine de
autor que busca romper con el modelo hegem onico hollywoodiense a traves de una
obra que exprese el estilo del director (del artista). Tal como argumenta Jose Antonio
Perez Bowie, la diferencia entre el cine poetico que postulaban los formalistas rusos y el
nuevo cine de poetico de autor de los a~ nos sesenta y posteriores es que en este ‘no se
produce el rechazo absoluto de la narratividad; la exhibici on del estilo del autor, la
expresion de su mirada sobre el mundo, se ejerce a traves de las historias que se narran.
Si aquellos filmes eran el equivalente al poema, estos estarıan mas pr oximos al estatuto
de novela lırica’ (2011, 25). Pensemos, por ejemplo, en la obra de directores como
Antonioni, Bresson, Fellini, Godard o Truffaut; todos ellos son representantes de dicho
segundo periodo de producci on cinematografica poetica, menos centrada en los proce-
dimientos formales del verso y mas orientada a sellar un estilo autorial propio, amable
con la trama y afın a los principios de la novela lırica. Pier Paolo Pasolini es, sin duda,
otro de los directores que destaca en esta segunda fase de producci on fılmico-lırica. Mas
Pasolini contribuy olo mediante sus pelıculas sino tambien
o a dicha practica poetica no s
con sus escritos teoricos, como el que representa su artıculo ‘Cine de poesıa’ publicado,
en 1965, en el contexto de la conocida disputa que mantuvo con Eric Rohmer. En dicho
278 
J. GONZALEZ DE CANALES CARCERENY

artıculo Pasolini (1976, 547) defendi


o que ‘el lenguaje del cine es fundamentalmente el
lenguaje de la poesıa’, entendiendo como tal
aquel fenomeno que es definido normal y banalmente por los profesionales con la frase:
‘dejar notar la camara’. [ … ] El alternarse de objetivos diversos, un 25 o un 300 sobre el
mismo rostro, el desperdicio del zoom, con sus objetivos altısimos, que se plantan sobre
las cosas dilatandolas como panes con demasiada levadura, los contraluces constantes y
fingidamente casuales con sus deslumbramientos en la camara, los vacilantes
movimientos de la camara a mano, los travellings exasperados, los montajes equivocados
por razones expresivas, los empalmes irritantes, las inmovilidades interminables sobre
una misma imagen, etc., todo este c odigo tecnico ha nacido casi por intolerancia a las
reglas, por una necesidad de libertad irregular y provocadora, por un diversamente
autentico o delicioso gusto por la anarquıa. (Citado en Jorda 1970, 38–39)
Considerar a Pasolini, Antonioni, Bresson, Fellini, Godard o Truffaut como represen-
tantes de dicho cine de poesıa puede, no obstante, resultar problematico por dos moti-
vos. El primero, dicho conjunto de directores conforman un grupo heterogeneo, cuyas
obras presentan rasgos esteticos lo suficientemente dispares como para no englobarlos
bajo la misma etiqueta. En este sentido, David Bordwell expresaba sus reservas a conce-
bir, bajo una misma categorıa, una suma de directores tan variada, procedentes de dis-
tintos paıses y, cinematograficamente hablando, no necesariamente activos en las
mismas fechas. Por eso, Bordwell planteaba, en su conocido manuscrito Narration in
the Fiction Film, que en vez de utilizar la categorıa de cine de autor deberıamos emplear
el termino burchiano ‘narraci on parametrica’, esto es, una narraci on que el autor esta-
dounidense entiende como ‘style centered or dialectical or permutational or even poetic
[ … ]. Burch uses the term parameters to describe what I call film techniques’ (1985,
274). Si bien la propuesta de Bordwell implica un cambio en la denominaci on, incluso
un enfasis claro en el analisis estructuralista y seriado, no llega a alterar el fen
omeno de
estudio, ya que su apuesta por la narraci on parametrica bebe de las mismas fuentes que
sirvieron primero a formalistas y artistas de vanguardia y luego a los directores del cine
de autor activos en los a~nos sesenta y posteriores:

1. La autorreferencialidad/autoexpresi on del arte y la consecuente subordinaci on


de su funcion representativa a su coherencia interna.
2. El reconocimiento de las tecnicas fılmicas como el conjunto de recursos a dispo-
on del director para expresar su propia mirada sobre el mundo y trazar ası su
sici
propio estilo.
3. La importancia del estilo como rasgo determinante de una obra, pudiendose
llegar a imponer, en tanto que estructura independiente, a las demandas
del argumento.
4. on que las pelıculas deben generar en el espectador.
El alto grado de reflexi

Segundo, considerar a los mas famosos representantes del cine de autor de los a~ nos
sesenta y posteriores como representantes de cine poetico puede tambien resultar prob-
lematico por la misma raz on anteriormente traıda a colaci
on: dichos directores no
pusieron en practica el ‘cine sin argumento’ que pregonaba Sklovski (1998, 138) sino
que adoptaron un modo de expresi on narrativo matizado por factores de ındole estilıs-
tica. Como consecuencia de ello, el cine de estos directores se aparta de la narraci on
HISPANIC RESEARCH JOURNAL 279

convencional, pues no esta subordinado a ella, y ofrece una visi on mas amplia de la
‘poeticidad fımica’ de lo que lo hacıan los formalistas rusos. El cine de autor promovido
en los a~nos sesenta se aparta, pues, de posiciones maniqueas: ya no distingue de forma
taxativa entre cine de poesıa y cine narrativo y deja claro que la ‘poeticidad fılmica’ es
cuestion de grado, habiendo filmes que son mas o menos poeticos que otros. No es de
extra~nar entonces que, bien entrado el siglo XXI, Rosalind Galt y Karl Schoonover
decidieran centrar su estudio no en el cine poetico sino en una supracategorıa del
mismo que ellos llamaron cine de arte y que definieron como el conjunto de ‘feature-
length narrative films at the margins of mainstream cinema, located somewhere
between fully experimental films and overtly commercial products’ (2010, 6). Que esta
on haya hecho fortuna en nuestros dıas se explica por la existencia de dos prem-
reflexi
isas del cine poetico que resultaban validas tanto en la epoca de la nouvelle vague como
en la actualidad. Tal como sostiene Perez Bowie, ‘en las piezas de estos artistas encontra-
mos dos de las premisas esenciales del discurso lırico contemporaneo con el que sus
filmes estan indudablemente emparentados: el protagonismo de la propia materia sobre
la que se trabaja y la reflexi
on en torno al proceso creador’ (2011, 30). Ello se observa
con gran claridad al leer las m ultiples entrevistas que los actuales directores represen-
tantes de dicho cine poetico otorgan a peri odicos y revistas especializadas. Lisandro
Alonso, por ejemplo, afirma: ‘[I like] to observe respectfully and to allow the spectator
to grasp the appropriate elements and make up his or her own world. Of course this
approach isn’t for everyone’ (citado en West 2011). Asimismo, Reygadas proclama ‘what
I’m interested in [ … ] are those brief moments in which the truth is experienced’ (en
West 2011). Declaraciones de este tipo han llevado a estos directores a reactivar algunas
de las premisas conceptuales del cine poetico que tan de boga estuvieron en la epoca de
las vanguardias y la posterior nouvelle vague para crear pelıculas que demandan una
participacion activa del espectador y retan al p ublico a tomar una actitud reflexiva ante
las imagenes visualizadas, forzandolo a subordinar la necesidad de una identificaci on
psicologica con los personajes al goce ante composiciones pict oricas arriesgadas.

tico: la modernidad cinematogra


Los orıgenes del cine poe fica
La originalidad de la obra de Reygadas y Alonso es, por lo tanto, consecuencia de su
personal interpretacion y reelaboracion de los principios esteticos que hist oricamente
han marcado el cine poetico, en especial, los vinculados a la modernidad cinematograf-
ica. Con el objetivo de examinar el vınculo artıstico que une la obra de ambos cineastas
con dichas convicciones esteticas, cabe empezar recogiendo aquı las principales discu-
siones conceptuales acerca del vocablo moderno/modernidad.
Como es bien sabido, la pregunta por la definici on de las categorıas de lo moderno y
de la modernidad ha generado hondos debates en el sı de la tradici on literaria occiden-
tal. En parte, porque los terminos ‘moderno’ y ‘modernidad’ no s olo han sido tradicio-
nalmente confundidos e indiscriminadamente empleados como sin onimos sino que
tambien han sido concebidos de manera distinta seg un la disciplina y el momento
historico al que nos refiramos. En su intento de acabar con el empleo arbitrario de
dichos terminos, Felix de Azua propone la siguiente definici on: ‘el arte moderno es
aquel que se da en la era moderna y es, por lo tanto, distinto del arte antiguo [mientras
280 
J. GONZALEZ DE CANALES CARCERENY

que] la modernidad de algo no es un elemento determinable por la historia sino por la


teorıa y la filosofıa’ (2011, 189–91). Esto es, el calificativo moderno hace referencia a la
epoca hist orica que subsigue a la antigua o clasica y el sustantivo modernidad hace
referencia al cambio de paradigma te orico-artıstico ocurrido como oposici on a las nor-
mas de gusto imperantes en el clasicismo. Tambien, Antonine Compagnon contribuy o
a aclarar el desconcierto terminol ogico al discernir: ‘serait moderne qui rompt avec la
tradition et serait traditionnel ce qui resiste a la modernisation. [ … ] La tradition
moderne commença avec la naissance du nouveau comme valeur’ (1990, 7–9). De esta
manera, y de acuerdo con Compagnon, cabra situar el inicio de la tradici on moderna en
el siglo XIX, momento en el que ‘lo nuevo’ pas o a ser un valor en sı mismo. Ello se visu-
aliza, por ejemplo, en el libro de Charles Baudelaire Le Peintre de la vie moderne (1863),
ası como en la segunda carta de Arthur Rimbaud a Paul Demeny (1871). Ambos poetas
aportan, por lo tanto, los elementos clave que marcaran, tambien en los a~ nos venideros,
la nocion de lo moderno —lo efımero y lo discontinuo—, siendo Baudelaire el que mas
influencia de los dos tendra sobre los futuros cineastas. Sus reflexiones sobre la
oposici on entre el caracter circunstancial de la moda y el eterno de la belleza llevaran a
te
oricos como Henri Lefebvre a argumentar
le langage poetique poursuit la metamorphose du quotidien. L’operation a un double
caractere. Le quotidien, refuse, a travers ce refus est ‘porte au langage’ et le langage
porte a l’absolu, ce qui entra^ıne bient^
ot le doute et l’inquietude vis-a-vis du langage ainsi
fetichise. Le silence eternel plane au-dessus du verbe, l’enveloppe et le menace.
(1962, 175–76)
Dicho en otras palabras, de la mano de Baudelaire, tanto los escritores como los
demas artistas, se ven confrontados con las limitaciones del propio lenguaje, resultando
este insuficiente para mediar entre el mundo cotidiano que ellos quieren representar y
la forma de belleza a la que aspiran alcanzar. La crisis del lenguaje a la que ello da pie
coincidira, a inicios del siglo XX, con los rapidos avances de la ciencia y la tecnica que
llevan, a su vez, al descubrimiento de ‘structures discontinues et des unites distinctes:
atomes, particules, genes, elements du langage, phonemes et morphemes, etc.’ (Lefebvre
1962, 179); esto es, elementos que hacen visible la discontinuidad del mundo fısico en el
que estamos inmersos. La era moderna surge de todas estas grandes transformaciones y
el cine, arte nacido en los albores de este siglo XX, la encarnara. No es pues de extra~ nar
que el concepto de ‘cine moderno’ —entendido como elaboraci on de los principios de
la modernidad— recien aparezca en 19403 de la mano de Gilles Deleuze, quien lo con-
cibe como expresi on de una cierta manera de pensar y entender la forma fılmica, mas
que una representaci on de cierto movimiento cinematografico.4 Esto es, para Deleuze el
cine moderno o, para ser mas precisos, el cine de la modernidad es aquel que pone en
cuesti
on el modo clasicista de entender el cine y, por ende, emplea la imagen-tiempo
como elemento constitutivo de pelıculas. En este sentido, y de acuerdo con Jose
Antonio Perez Bowie (2008), la propuesta de imagen-tiempo del fil osofo frances es defi-
nidora de la modernidad cinematografica al estar esta basada

3
El concepto de ‘cine clasico’, en cambio, data de 1920.
4
A este posicionamiento se opondra David Bordwell, para quien el cine moderno es un movimiento estilıstico
operativo en los a~nos sesenta en Europa.
HISPANIC RESEARCH JOURNAL 281

en la discontinuidad, en la desvinculaci on como factor articulador frente a la idea de


vınculo [ … ] sobre la que se ha sustentado el cine clasico. [Por ello], la imagen–tiempo
se desentiende de la l ogica lineal para interesarse por los procesos mentales de la
memoria, el sue~ no y lo imaginario; engendra planos autonomos cuya causalidad es
incierta o inexistente, en un proceso no totalizado donde se rompen los vınculos de la
continuidad y la organizaci on panoramica del espacio deja paso a una pantalla
entendida como palimpsesto de la memoria. (2008, 68)
La propuesta de Gilles Deleuze, claramente adoptada en los filmes de Reygadas y
Alonso, no es, sin embargo, concebible sin tener en cuenta la influencia que Andre
Bazin ejerci ltimo tom
o en ella. Este u o el neorrealismo italiano como base a partir de la
cual elaborar sus postulados a favor del plano secuencia y la ambig€ uedad a el asociada.
Deleuze le rindi o homenaje en su libro L’Image-Temps, al repensar el trabajo baziniano
sobre la ontologıa de la imagen mas alla de la metafora mimetica del espejo. Son muchos
los trabajos que sobre la conexi on filos
ofica entre la propuesta de Bazin y la de Deleuze
se han publicado.5 Muchos de ellos han sido a menudo empleados para estudiar la influ-
encia de las vanguardias europeas en la transformaci on del panorama cinematografico
occidental. En la u ltima decada, sin embargo, han surgido nuevas publicaciones centra-
das en el vınculo entre la modernidad fılmica europea y el actual cine asiatico (Wee
2007) y latinoamericano (Shaw and Dennison 2005). Acorde con esta lınea de trabajo
cabe examinar el vınculo entre las propuestas te oricas que renovaron la practica artı-
stico-fılmica y la obra de Carlos Reygadas y Lisandro Alonso. En sus pelıculas se
observan los rasgos de composici on alegados por Deleuze (la discontinuidad, la rotura
con la l ogica lineal, la autonomıa de los planos, la construccion difusa de la memoria),
asociados, ademas, con una gran caracterıstica del cine de la modernidad, se~ nalada por
Eric Rohmer: la capacidad de representar el mundo fısico en su propia cotidianidad (cit-
ado en Baecque 1991, 226). El analisis de la obra de ambos cineastas nos permitira mos-
omo los filmes de Reygadas y Alonso articulan dichos principios artısticos para
trar c
construir su personal propuesta de cine poetico.

Los filmes de Reygadas y Alonso: un ejercicio de poeticidad fılmica


Cuatro largometrajes componen la obra del director mexicano Carlos Reygadas: Japon
(2002), Batalla en el cielo (2005), Stellet licht (2007) y Post Tenebras Lux (2012). Todos
ellos se mostraron en el Festival de Cannes, ganandose por igual el reconocimiento de la
crıtica y el desconcierto de los espectadores. El motivo: la inusual poeticidad visual y la
ausencia de tab ues sociales que sus filmes exhiben. Post Tenebras Lux es un ejemplo
paradigmatico de ello. La pelıcula re
une algunas de las caracterısticas de la modernidad
cinematografica y la poeticidad fılmica anteriormente apuntadas. La primera de ellas, la
metamorfosis de lo banalmente cotidiano en expresi on artıstica. La escena de apertura
supone un buen reflejo al respecto. Lo que podrıa ser una escena com un se convierte en
una escena sublime. Las imagenes de la ni~ na correteando por el campo al atardecer

5
Jacques Ranciere, por ejemplo, afirmaba en 2001: ‘il y aurait une modernite cinematographique. Celle-ci opposerait
au cinema classique du lien, narratif ou signifiant [ … ]. Cette coupure entre deux ^ages aurait eu deux temoins
exemplaires [ … ] Andre Bazin [ … ] et Gilles Deleuze’ (145). Diez an
~os mas tarde, Elsaesser sostenıa: ‘Deleuze put
ontology back on the agenda. [He] imagined cinema to be something not in opposition to life but part of life’
(2001, 11).
282 
J. GONZALEZ DE CANALES CARCERENY

adquieren una gran belleza al ser combinadas con la progresiva disminuci on de luz
solar, el sonido atronador de una tormenta que se acerca y los rayos amenazadores que
iluminan los oscuros planos finales. Todo es aderezado por el elemento perturbador que
se genera al ver a una ni~na de unos tres a~ nos de edad, inocente y fragil, corriendo sola
entre perros, vacas y caballos, mientras de fondo se escucha la tormenta avanzar. De
esta manera, Reygadas manipula lo circunstancialmente bello, esto es, la imagen de coti-
dianidad, para aproximarla a su caracter artıstico. Tambien la segunda caracterıstica, el
trabajo experimental con los lentes de la camara, permite difuminar los contornos de la
imagen y dejar solo de forma nıtida lo que esta situado en el centro de la misma, provo-
cando la metamorfosis de una imagen cotidiana a otra formalmente compleja.
Asimismo, Post Tenebras Lux se estructura sobre una trama ausente de progresi on
l
ogica lineal al proceder por asociaciones de ideas que se adentran en la mente
del personaje protagonista y reflejan una cierta concepci on del mundo. El propio
director se refiri
o a ello en una entrevista para el peri odico argentino La Voz. Al ser
preguntado por la l ogica estetica y la coherencia formal que imperan en la pelıcula,
Reygadas respondi o:
>por que tengo que reproducir con la camara lo que veo con los ojos? Si estoy haciendo
una pelıcula, por definici on estoy reinterpretando, y puede valer la pena que las cosas
se vean diferentes. No en un sentido de truco, al que ya estamos habituados [ … ]. Son
recursos conocidos, y en esta ocasion se trat o de un recurso nuevo. Se trata nada mas
que de una reinterpretacion de lo que vemos. Al romper las lıneas de lo que vemos y
transgredir la fısica —porque las otras opciones formales que mencionaba no alteran el
orden fısico y esto sı lo hace—, esta decisi
on formal es un poco mas radical. (Citado en
Koza 2013)
A su vez, esta cita de Reygadas reitera la adopci on que el cine del director mexicano
realiza de la imagen-tiempo de Deleuze. Reygadas presenta un filme cuyos planos
podrıan ser concebidos como fotografıas aut onomas, portadoras de una historia u nica.
Su autonomıa explica, en parte, la independencia con la que el filme se desarrolla, entre-
cruzandose con la causalidad l ogica de progresi on de la trama pero sin subordinarse
a ella. La camara de Reygadas no filma, por lo tanto, el mundo fısico que el director
tiene frente a los ojos, sino su imagen mental, entrecruzandose con sue~ nos y alucina-
ciones, como lo muestra la repetida aparici on del demonio en los minutos 9–10 y 103
de la pelıcula o la ya anteriormente mencionada distorsi on visual, provocada por
el uso de contornos borrosos y especialmente distinguible en el uso de primerısimos
primeros planos.6
En esta misma lınea cabe destacar tambien una de las escenas que mas revuelo ha
despertado entre la crıtica y el p
ublico: el momento en el que Siete se arranca la cabeza
con sus propias manos mientras camina solo por el pasto. Son muchas las interpreta-
ciones que se han dado: una crıtica a la situaci on social en Mexico, una recreaci on
no a las pelıculas de serie B, una alegorıa de la maldad humana o una
surrealista, un gui~
victoria de la materialidad del cuerpo sobre el raciocinio humano. Reygadas, por
su parte, afirma que ‘se trata simplemente de una imagen. Por desgracia, hoy en dıa,
vivimos una epoca en que estamos rompiendo records en este tipo de cosas. Es una

6
Ejemplos de ello los encontramos en el primerısimo primer plano de una oreja (1:44:19) o de una cabeza infantil
(4:47), entre otros.
HISPANIC RESEARCH JOURNAL 283

imagen potente que se me ocurri o de forma espontanea’ (‘Carlos Reygadas: la vida apar-
ece ligeramente transformada en esta pelıcula’, 2012). La escena aquı referida supone,
por ende, un cruce entre el trabajo estetico por presentar imagenes mentales, autorial-
mente originales, con la especificidad local de donde son producidas. Retomando las
palabras del director, ‘la fuente de inspiraci on de los creadores es el mundo en el que
viven [ … ]. Ahora en Mexico cualquier dıa abres un peri odico y ves a un decapitado.
[ … ] Escenas como la del final de Post Tenebras Lux, cuando el tipo se arranca la
cabeza, es difıcil que se le hubiera ocurrido a un sueco’ (‘No me gusta el cine de manual’,
2014).
No por casualidad, la combinaci on de un trabajo experimental con la imagen y la
exposicion sin tapujos de problematicas sociales mexicanas ha llevado a algunos crıticos
a vincular la obra de Reygadas con la de Luis Bu~ 
nuel. Alvaro Fernandez afirma, por
ejemplo, que Reygadas ‘retrata el Mexico urbano colmado de personajes decadentes
insertos en el choque de clases socioecon omicas y estilos de vidas, en el fanatismo reli-
gioso, en el folklore urbano’ (2010, 55) y Tiago de Luca sostiene que ‘Bu~ nuel’s obsessive
focus on Catholic symbols and rituals, and their transfiguration into sexual iconography
in his work, would seem to resonate with the cinema of Reygadas — albeit without the
corrosive humour and love of fetish characteristic of the former director’ (2014, 48).
De forma parecida, el director argentino Lisandro Alonso entremezcla en sus
pelıculas ciertos principios artısticos propios de la tradicion cinematografica europea
con influencias cercanas a su contexto vital. En una entrevista para la revista Otra
parte, declara:
Si me preguntan que es el cine, respondo: los hermanos Lumiere. Ante las imagenes de
los Lumiere uno se pregunta: >que es esto?, >documental?, >ficcion?, >entretenimiento?
No lo se. Era poner la camara y sorprenderse con lo que pasaba adelante. En los
Lumiere hay algo espontaneo y natural, muy poco recreado, sin el artilugio que vendra
despues con Griffith y el resto. Eso siempre me atrajo de los Lumiere. Y despues, de
Herzog, me interesa la aventura de hacer cine, la aventura de salir a encontrar, de salirse
de uno mismo y brindarse. En el caso de Herzog, un aleman que se va a filmar a Per u,
o a la Antartida, brindarse al mundo. La idea es salir de donde estan generalmente las
camaras y los microfonos y ponerlos en otro lugar. Brindarse a la experiencia de salir.
Yo trato de trabajar con eso. (Citado en Fontana 2009)
En Fantasma (2006) se vislumbra dicha voluntad por desbordar las practicas habitu-
ales y experimentar con la forma fılmica. La pelıcula ha sido entendida por Jens
Andermann como un ensayo-manifiesto en tanto que funciona ‘as a displaced, reflexive
commentary on the trilogy [La libertad (2001), Los muertos (2004), Liverpool (2008)]
and its place vis-a-vis the national and universal tradition and circulation of cinema,
including self-quotations, irony and direct, performative involvement of the spectator’
(2012, 85). En efecto, Fantasma dialoga con la tradici on cinematografica y, mas
especıficamente, con los postulados de la modernidad fılmica, de los que se apropia.
Ello se observa en el ejercicio que Alonso realiza de la autorreflexividad visual, la pre-
sentacion de un relato fragmentado y desdramatizado, el empleo de planos-secuencia de
larga duracion y el uso casi estatico de la camara, ası como de focalizaci
on en el tiempo
subjetivo del protagonista, Argentino Vargas, de quien poco sabemos. La autorreflexivi-
dad, por ejemplo, se desprende de la escena en la que Argentino atiende a la proyecci on
de una pelıcula en la que se ve actuar a sı mismo en Los muertos; el relato fragmentado y
284 
J. GONZALEZ DE CANALES CARCERENY

desdramatizado se genera por los vacıos narrativos que deja la historia, ası como por su
ausencia de clımax; los largos planos secuencia los encontramos a lo largo de la pelıcula,
dandose el primero de ellos en los minutos 4:48–6:16; el uso estatico de la camara se
aprecia en la primera escena que abre el filme, en la que la camara mantiene un mismo
plano durante un minuto y cuarenta y seis segundos; finalmente, la focalizaci on en el
tiempo subjetivo del protagonista es constante en todo el largometraje al no estar este
basado en el desarrollo del tiempo socialmente observable y mesurable sino en la
exploracion del tiempo personal de Argentino.
Mas alla de Fantasma, tambien las otras pelıculas de Alonso han integrado estrategias
de la modernidad fılmica en la practica poetica. Ası, Alonso no subordina el tratamiento
de los espacios a la acci
on que en ellos puedan realizar los personajes, reduce esta misma
accion a un complemento de la narraci on, resaltando, por el contrario, la materialidad
de los cuerpos y la expresividad sensorial de los rostros de dichos personajes. La libertad
creativa, vinculada a la subjetividad artıstica y la no linealidad progresiva de los aconte-
cimientos mostrados, desemboca a menudo en pelıculas elıpticas, de difıcil comprensi on
para el publico espectador. Todo ello es tambien observable en la u ltima producci on de
Alonso, Jauja (2014), la mas dispar de sus producciones. Jauja presenta claros rasgos
diferenciales, tales como un predominio del caracter narrativo que deja en un segundo
plano el modo contemplativo, la incorporaci on de un actor internacionalmente recono-
cido (Viggo Mortensen) y la falta de hibridaci on generica, presentando una pura
pelıcula de ficci nico filme del cineasta argentino que, desde su
on. Ademas, este es el u
estreno, esta disponible en Netflix. No obstante ello, Horacio Mu~ noz Fernandez
defiende la existencia de un vınculo estetico entre esta pelıcula y el resto de la obra
de Alonso:
no creemos que este retorno a un modelo mas narrativo indique un agotamiento del
estilo [ … ]. El estilo vive y sobrevive de tendencias heterodoxas en su interior [ … ].
Mas alla de las historias existen espacios de sentido, de visualidad, de temporalidad, de
gestualidad que solo aparecen [ … ] prima el espacio, el tiempo y el cuerpo.
(2017, 301–02)
En efecto, al igual que en sus anteriores producciones, espacio, tiempo y cuerpo con-
stituyen el enfoque central del filme. Grabado en espacios exteriores, Jauja relata la
aventura del capitan danes Gunnar Dinesen (Viggo Mortensen) en la Patagonia del siglo
XIX. Tras fugarse su hija con un subordinado, Gunnar emprende una b usqueda en soli-
tario que lo llevara a confrontarse con la agreste naturaleza y la dura climatologıa del
desierto. La desesperaci on en la b
usqueda de la hija pone de relieve la sensorialidad cor-
poral del protagonista, que Alonso filmara empleando la camara de modo contempla-
tivo, con abundantes planos generales que permitan captar la desconcertante y extensa
naturaleza. A su vez, la percepci on de una temporalidad paralela y circular se producira
al encontrarse Gunnar con una vieja danesa, habitante en una cueva en el desierto,
quien resultara ser el anciano yo de su desaparecida hija. Si bien la fina trama de la
pelıcula transcurre de forma progresiva y linear, mas alla del abrupto flash-forward con
el que concluye, el encuentro con la a~ nosa hija supone un claro ejercicio de
experimentaci on audiovisual, reconvirtiendo lo que parecıa ser un western hist orico en
una fabula fılmica atemporal. Por ello, sostengo que la ins olita confluencia del tiempo
presente de Gunnar con la visi on futura de la mujer marca el hito poetico del filme,
HISPANIC RESEARCH JOURNAL 285

creando lo que Adrian Martin ha denominado ‘an elusive, dreamlike amalgam of


diverse times, levels and encounters’ (2015). Dicha poeticidad se ve, a su vez, incremen-
tada por la fotografıa del finlandes Timo Salminien, de la que Alonso se aprovecha para
experimentar con la imagen fılmica y alejarse de la tendencia narrativa que el filme des-
pliega en la trama inicial.7
En resumen, la poeticidad fılmica en la obra de Alonso, al igual que en la de
Reygadas, se construye como expresi on de la mirada subjetiva de su autor, empleando
tecnicas fılmicas que refuerzan la autoexpresi on fılmica y subordinan la funci
on repre-
sentativa audiovisual. Ello se observa de forma clarividente en el constante reto que
Alonso se autoimpone para salir de su propia zona de confort —rasgo que, como se ha
mostrado anteriormente, Alonso destaca del modo de proceder de Herzog— y que es
constatable en Fantasma: la primera pelıcula del director en la que abundan los espacios
interiores y con la que Alonso busc o ‘generar el extra~ namiento que la naturaleza nos
habıa brindado en las pelıculas previas a partir de los elementos que te ofrece un edifi-
cio. [ … ] Desde lo visual, el desafıo era c
omo encuadrar para que un pasillo deje de ser
un pasillo y se transforme en alguna otra cosa. Fue difıcil’ (citado en Fontana 2009). La
exploraci on de la imagen fılmica y la busqueda del extra~ namiento del espectador vincu-
lan, pues, la obra de Alonso con los principios artısticos que conforman el cine poetico,
de igual modo que reconectan al p ublico con la esencia misma del cine.

n
Conclusio
Carlos Reygadas y Lisandro Alonso practican un cine poetico, heredero de los postula-
dos artısticos de la modernidad cinematografica, esto es, comparten una misma manera
de pensar la forma fılmica, acorde con los postulados de Deleuze y atenta tanto a las
propuestas fılmicas de los que se erigen como sus referentes cinematograficos como a
los contextos sociales en los que sus pelıculas se insertan. De esta manera, han creado
una obra que lleva la representaci on de la cotidianidad a sus lımites, rompe con la l ogica
lineal de la narraci on, pone en el centro el trabajo de composici on formal del filme y
busca generar el extra~ namiento del p ublico espectador en su ejercicio de visualizaci on
activa. Si bien cada director tiene su propio estilo de expresi on y configuracion fılmica,
ambos comparten la afinidad por producir obras poeticas, en su variante mas artıstica y
provocadora. Esta tendencia no es obviamente exclusiva de dichos directores sino que
se observa tambien en la obra de otros cineastas, tales como Paz Encina, Albert Serra o
Tatiana Huezo, en el contexto hispanohablante, o Kim Ki-duk, en el asiatico. Como ha
sido apuntado en otro lugar, las polıticas artısticas de los festivales internacionales de
cine y sus intereses geopolıticos han contribuido a popularizar dicha practica poetica en
el circuito internacional de festivales, impactando a la vez en la producci on de nuevos
filmes en el Sur Global (Cabezas Vargas y Gonzalez de Canales Carcereny 2018). A
pesar de ello, el cine poetico sigue siendo una practica artıstica minoritaria a nivel mun-
dial, con exiguas exhibiciones en las salas de cine. Su inherente valor artıstico, la coher-
ente constancia estetica de aquellos que lo practican, el caracter transnacional de sus

7
Al respecto declaro Lisandro Alonso: ‘If I’m honest, it was more a case of learning from him than working with him.
I wanted him to apply a bit of a Scandinavian eye, to show the South American colours and the light from
Viggo’s character’s perspective’ (citado en Diestro-D opido 2015, 20).
286 
J. GONZALEZ DE CANALES CARCERENY

(co)producciones, la creciente especializaci


on de los festivales y su b
usqueda por nuevas
areas de negocio dejan entrever un prometedor devenir cinematografico para el cine
poetico en nuestros dıas.

usula de divulgacio
Cla n
La autora no declara ning
un conflicto de intereses potencial.

Nota sobre la autora


J
ulia Gonz alez de Canales es investigadora postdoctoral en la Universidad de Viena.
Previamente fue docente de literaturas espa~ nola y latinoamericana en la Universidad de
Neuch^atel, Suiza. Doctora por la Universidad de St. Gallen, es autora del libro Enrique Vila-
Matas: placer e irritacion (Anthropos, 2016). Sus intereses de investigaci
on incluyen la litera-
tura espa~nola contemporanea y el actual cine de autor latinoamericano. Sus artıculos han sido
publicados en Romance Studies, Fotocinema y en Studies in Spanish & Latin American
Cinemas, entre otros. Tambien es coeditora de la secci
on especial Fronteras nebulosas: el poten-
cial de los espacios ambiguos (Iberoamericana, 2014), del volumen Metamedialidad: los medios
y la metaficcion (Orbis Tertius, 2017), ası como del n umero ‘Esteticas globales hispanicas’
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Hasta el Sol tiene manchas. 2012. Dirigida por Julio Hernandez Cord on. [DVD]. Mexico,
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Japon. 2002. Dirigida por Carlos Reygadas. [DVD]. Mexico: Mantarraya Producciones, No
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Jauja. 2014. Dirigida por Lisandro Alonso. [DVD]. Parıs: Blaq Out.
La libertad. 2001. Dirigida por Lisandro Alonso. [DVD]. Barcelona: Intermedio.
La madre.1926. Dirigida por Vsevolod Pudovkin. [DVD]. Madrid: Divisa HV.
Liverpool. 2008. Dirigida por Lisandro Alonso. [DVD]. Parıs: Potemkine.
Los muertos. 2004. Dirigida por Lisandro Alonso. [DVD]. Barcelona: Intermedio.
Post Tenebras Lux. 2012. Dirigida por Carlos Reygadas. [DVD]. Parıs: Blaq Out.
Stellet licht. 2007. Dirigida por Carlos Reygadas [DVD]. Mexico, Francia, Holanda, Alemania:
Mantarraya Producciones, No Dream Cinema, Bac Films, Arte, Media, TVE.

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