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R. Miliband: “Marx y el Estado”, en R. Miliband, N. Poulantzas y E.

Laclau:
Debates sobre el Estado capitalista, Bs., As., Imago-Mundi, 1991.

MARX Y EL ESTADO 1

RALPH MILIBAND

Publicado en The Soeiniísl Register, 1965, pp. 278-96.


I

Al igual que muchos otros aspectos de la obra de Marx , su pensa ­


miento sobre el Estado ha sido visto frecuentemente a través del prisma
de las interpretaciones y adaptaciones posteriores . Estas últimas han
cristalizado desde hace mucho en lo que se denomina la teoría
marxista o la teoría marxista -leninista del Estado , pero no puede con­
siderarse que, de este modo , se expresen adecuadamente las concep ­
ciones del propio Marx . Ello no se debe a que estas teorías no guarden
relación alguna con las concepciones de Marx , sino más bien a que
destacan determinados aspectos de su pensamiento en detrimento de otros
» y de esta manera se deforma, al simplificarlo excesivamente , un cuerpo
de ideas extremadamente complejo y en absoluto ambiguo , ignorando ,
además , líneas de este mismo pensamiento de interés e importancia
considerables . En sí mismo , ello no significa que las concepciones
posteriores sean mejores o peores que las de Marx ; para decidir esta
cuestión sería necesario no ya confrontar un texto con otro, sino confrontar
el texto con la realidad histórica o contemporánea misma . Tal cosa
difícilmente puede hacerse dentro de los límites de un ensayo . Pero Marx
se ludía tan estrechamente ligado a la política contemporánea , su
pensamiento está tan profundamente enterrado bajo la corteza del
marxismo oficial , y se invoca su nombre tan a menudo , ignorándolo ,
tanto por sus partidarios como por sus adversarios , que vale la pena
preguntarse lo que él -y no Engels , Lenin o cualquier otro de sus
seguidores , discípulos o críticos - dijo ó pensó realmente acerca del Estado
. Este es ei objetivo del presente ensayo.

El propio Marx nunca intentó formular una teoría amplia y siste­


mática sobre el Estado. A finales de ios años cincuenta escribió que
pensaba realizar un estudio sistemático acerca del Estado como pane
de un amplio esquema de trabajo proyectado, del cual El Capital era
únicamente una parte. Pero, de este esquema, sólo realizó de hecho la
parte correspondiente a El Capital. Consiguientemente, hay que lo­
mar sus ideas sobre el Estado de pitees de circonstance históricas con-
mo La Lucha de clases en Francia , El dieciocho bromado de Luis miento real de! mismo ; "un Estado que no sen la realización de la li­
Bonaparte y La Guerra Civil en Francia , y de observaciones oca­ bertad racional es un mal Estado ", escribe " y en su artículo sobre la
sionales sobre el tema .cn sus demás obras . Por otra parte , la capital legislación represiva del robo de leña de la Dicta Renana , denuncia
importancia del Estado en su modelo de análisis queda claramente de­ elocuentemente la violación por la Dicta de los derechos consuetudi ­
mostrada por las alusiones constantes al tema en casi todos sus escritos. El narios de los pobres, y condena la atribución al Estado del papel del
Estado era, igualmente . la preocupación central del “joven Marx": su obra servidor del rico contra el pobre. Ello, afirma, es una perversión de la
juvenil , desde finales de los años treinta a 1844 , se ocupó principalmente verdadera misión y de los verdaderos fines del Estado : la propiedad
de la naturaleza del Estado y de su relación con la sociedad . Su obra más privada puede desear que el Estado se degrade a su propio nivel de in­
seria , aparte de su tesis doctoral hasta los Manuscritos económico - tereses, pero todo Estado moderno, en la medida en que permanece fiel a
filosóficos de 1844 , fue su Crítica de la Filosofía del Estado de Hegel. De su propio significado , debe gritar ante tales pretensiones : “Tus caminos
hecho , Marx completó su emancipación del sistema hegeliano en gran no son mis caminos, tus pensamientos no son mis pensamientos".
parte a través de su crítica a la concepción del Estado de Hegel . La obra Sin embargo, Marx se ve cada vez más empujado a destacar las
inicial de Marx sobre el Estado tiene gran interés porque , aunque superó presiones exteriores sobre las acciones estatales. En enero de 1843. al
muy pronto las concepciones y las posiciones adoptadas entonces, algunas escribir sobre la condición de los productores de vino del Mosela, ob­
de las cuestiones con que se enfrentó en su examen de la filosofía de Hegel serva que. al analizar las situaciones concernientes al Estado, se pue­
aparecen repetidamente en sus escritores posteriores. de caer fácilmente en la tentación de pasar por alto "la naturaleza obje­
tiva de las circunstancias " (die sachliche Natur der Verhaltnisse ) y de
II
explicar todo por la voluntad de las personas que actúan.

Las primeras ideas de Marx sobre el Estado llevan una clara Esta misma insistencia en la necesidad de considerar “la naturaleza
impronta hegeliana . En los artículos escritos para la Gaceta Renana , de objetiva de las circunstancias " constituye el centro de la Crítica de la
mayo de 1842 a marzo de 1843 , habla repetidamente del Estado como Filosofía del Estado de Hegel escrita por Marx durante la primavera y el
guardián del interés general de la sociedad y del derecho como verano de 1843 , después de que la Gaceta Renana hubiera sido
encarnación de la libertad. La filosofía moderna, escribe en julio de 1842, clausulada . Por aquel entonces , sus horizontes se habían ampliado
"considera al Estado como un gran organismo en el que la libertad ju­ hasta tal punto , que hablaba confiadamente de una "ruptura " de la so­
rídica y la política han de alcanzar su realización , y cada ciudadano al
ciedad existente, a la que “el sistema de la industria y del comercio, de la
obedecer las leyes del Estado, desobedece las leyes naturales de su propia
propiedad y la explotación del hombre conduce, más aún que el
razón, de lajrazón humana".
Por otra parte , Marx muestra ser muy consciente de que esta elevada
concepción del Estado se halla en contradicción con el comparta-
incremento de la población ". El “absurdo " de Hegel -escribe igualmente la burocracia, las clases medias, el poder legislativo-, según Marx no se
en la Crítica -, es que considera los asuntos y las actividades del Estado de hallan en absoluto en situación de hacerlo. En último termino, el Estado
manera abstracta ; olvida que las actividades del Estado son funciones de Hegel , lejos de estar por encima de los intereses privados y de
humanas ; "los asuntos del estado , etc., etc., no son otra cosa que los modos representar el ínteres general , se halla subordinado , de hecho, a la
de existir y de actuar de las cualidades sociales del hombre. propiedad privada . ¿Cuál es-pregunta Marx- el poder del Estado so­
bre la propiedad privada ? El Estado solamente se hace la ilusión de
El centro de la crítica de Marx a la concepción del Estado de Hegel ser determinante, mientras que, en realidad, es determinado; a veces
es que éste , mientras que advierte acertadamente la separación de puede someter las voluntades privada y social , pero ello
Estado y sociedad civil, afirma su reconciliación en el Estado mismo. En solamente para dar substancia a la voluntad de la propiedad privada y
su sistema hegeliano, la “contradicción ” se resuelve suponiendo que, en para reconocer su realidad como la realidad superior del Estado
el Estado, se hallan representados la realidad y el significado auténtico
político, como la más elevada realidad moral".
de la sociedad civil ; la alienación del individuo respecto del Estado , y la
contradicción entre el hombre como miembro privado de la sociedad , En la Crítica, la solución de Marx a la alienación política y a la
preocupado únicamente por sus propios intereses privados , y el contradicción entre el Estado y la sociedad, se considera todavía prin­
hombre como ciudadano del Estado , halla su solución en el Estado , cipalmente en términos políticos, esto es, dentro del marco de la "ver­
considerado como expresión de la realidad última de la sociedad. dadera democracia”. "La democracia es el enigma descifrado de
todas las constituciones”; en ella, “la constitución aparece como lo
Sin embargo , señala Marx , esto no es una solución , sino una misti ­ que es: un producto libre de) hombre”. ‘Todas las demás formaciones
ficación . La contradicción entre el Estado y la sociedad es una realidad . estatales son una cierta y determinada forma particular de estado”. En la
De hecho, la alienación política que implica es el elemento fundamental democracia, el principio formal es, al mismo tiempo, el principio mate­
de la sociedad burguesa moderna , puesto que el significado político del rial”. Constituye, consiguientemente, la verdadera unidad de lo uni­
hombre se separa de su condición real como individuo privado, mientras versal y lo particular. Marx escribe también: “En todos los Estados
que , en realidad , es esta condición la que le determina como ser social , distintos de la democracia , el Estado, la ley, la Constitución , son lo
pues las restantes determinaciones se le aparecen como exteriores e dominante, sin que realmente dominen, es decir sin penetrar de
inesenciales: “El hombre real es el hombre privado de la actual constitución un modo material el contenido de las demás esferas no políticas. En
del Estado”. la democracia, la constitución, la ley, el Estado mismo, son solamente la
autodeterminación del pueblo y el contenido material de éste , en
Pero los elementos de mediación que en e! sistema hegcliano se
cuanto es constitución política".
supone que garantizan la solución de esta contradicción -el soberano,
Democracia se entiende aquí como significativa de algo más que
una forma política específica , pero Marx no define todavía qué otra
cosa implica . La lucha entre monarquía y república , adviene ,
sigue siendo una lucha dentro de lo que llama “el Estado abstracto”
es decir , el estado alienado de la sociedad ; la forma política mundo de individuos atomizados , hostiles entre sí”. El significado
abstracta de la democracia es la república. “La propiedad, etc., en una más específico de esta emancipación se define en La cuestión judía
palabra , todo el contenido del derecho y del Estado , es , con pocas en la crítica de Marx contra el “hebraísmo”, considerado aquí sinóni ­
variantes , el mismo en Norteamérica que en Prusia . Por tanto , allí la mo del comercio, del dinero, y del espíritu comercial que ha llegado
república es simplemente una forma de Estado , como aquí la a afectar a todas las relaciones humanas. Desde este punto de vista, la
monarquía”. En una democracia autentica, sin embargo, la constitución emancipación política do los hebreos, que Marx defiende”, no produce
deja de ser puramente política ; de hecho , Marx alude a la opinión de su emancipación social ; esta solamente es posible en una sociedad
algunos “franceses modernos ”, según la cual “en la verdadera nueva, en la que se haya humanizado la necesidad práctica y abolido
democracia desaparece el Estado político ”. Con todo , el contenido el espíritu mercantil.
concreto de la “verdadera democracia” permanece indefinido.
La Crítica esboza ya la convicción de que emancipación política y En la introducción a la crítica de la Filosofía del Derecho de
emancipación humana no son sinónimos . La cuestión , que Hegel , que escribió en París a finales de 1843 y principios de 1844 ;.
naturalmente es fundamental para todo el sistema de Marx, se explicita Marx habla de “la doctrina según la cual para el hombre el ser
en los dos artículos que escribió para los Anades franco-alemanes , esto supremo es el hombre mismo", y del “imperativo categórico” de echar
es, en La cuestión judía y en la Introducción a la crítica de la Filosofía del Derecho por tierra todas las relaciones en que “el hombre sea un ser humillado, se
de Hegel. hajuzgado, abandonado, y despreciable". Pero aquí añade un elemento
nuevo al sistema en construcción : el del proletariado como agente
En el primero de estos ensayos, Marx critica a Bruno Bauer haber de la disolución del orden social existente; como veremos, esta
confundido emancipación política y emancipación humana , y concepción del proletariado os esencial, no solamente para el concepto
señala que “el límite de la emancipación política se manifiesta de revolución de Marx, sino también para su concepción del Estado.
inmediatamente en el hecho de que el Estado puede liberarse de un En aquella época, Marx había calibrado ya la importancia relama
límite sin que el hombre se libere realmente de el, y que el Estado puede de la política ; de esa valoración no habría de apartarse nunca , y ello
ser un Estado libre sin que el hombre sea un hombre libre. Pero, incluso tendría alguna consecuencia fundamental en su pensamiento poste­
así, la emancipación política es un gran adelanto; no es la última for­ rior. Por una parte, no quiere infravalorar la importancia de la “eman­
ma de la emancipación humana , pero es, al menos , la última forma de cipación política”, es decir, de las reformas políticas que tienden a li­
emancipación humana dentro del marco de! orden social cxistente . La beralizar y democratizar el Estado . Así, en La Sagrada Familia , es­
emancipación humana , por otra parle , sólo puede ser realizada crita en 1844 en colaboración con Engels , Marx describe el “Estado
trascendiendo la sociedad burguesa “que ha disuelto todos los víncu­ democrático representativo” como “el Estado moderno acabado”; se
los genéricos entre los hombres y los ha sustituido por el egoísmo y la refiere así al Estado moderno burgués, y su perfección se deriva del
necesidad individual, que ha disuelto el mundo de los hombres en un
hecho de que “el estado de cosas público no se enfrenta con ninguna ción política como la civil no hacen más que expresar y píotocoh/af
exclusividad privilegiada", es decir, que la vida económica y política las exigencias de las relaciones económicas”29.
se ve libro de los vínculos y constricciones feudales.
Esta línea de ideas sobre el tema deí Estado halla su expresión más
explícita en la conocida formulación de! Manifiesto comunista, se­
Pero hay también aquí, por otra parte, una visión clara de que
gún la cual “el poder político del Estado moderno no es más que un
la emancipación política no es suficiente, y de que la sociedad sólo
comité de administración de los asuntos comunes de toda la hurgue-
pue­ de ser verdaderamente humana mediante la abolición de la sía”*0, el poder político “es, simplemente, oí jxxlcr organizado de una
propiedad privada. “Lo que mantiene unidos a los miembros de la clase para oprimir a oirás”’'. Esta es la posición marxisia cdÚMca sobre
sociedad civil es la necesidad natural, las propiedades humanas la cuestión del Estado, y la única que puede hallarse en el marxismo-
escenciales, por alio­ nadas que paiczcan estar; su vínculo real es la leninismo. Sin embargo con respecto a Marx, y en cieña medida tam­
vida civil, no la vida píiliiira. No os, pues, el Estado ei que mantiene bién respecto a Engcís, esta posición constituye únicamente lo que
en cohesión los áto­ mos de la sociedad civil... Solamente la podría denominarse una concepción primaria del Estado, pues, como
superuit ¡6¡\ política puede imaginarse todavía cu nuestros días se ha señalado en alguna ocasión en las discusiones .sobre Marx y d
que la vida social debe ser mantenida en cohesión por la vida civil Estado”, puede hallarse en su obra también oirá, a la que sería inexac­
”35. Ll listado democrático mo­ to atribuir la importancia de la primera", pero que no deja de tener
derno “se basa en la esclavitud emancipada, en la sociedad burguesa... gran interés, pues sirve para esclarecer aquélla y proporciona un con
ia sociedad de la industria, de la competencia general, de los intereses texto esencial para algunos elementos importantes de! sistema de
privados que persiguen libremente, sus fines, de la anarquía, de la in­ Marx, en particular, el concepto tic dictadura del proíeuuiado. F.-.u
dividualidad natural y espiritual enajenada de sí misma..””. La “esen­ concepción secundaria es la de que el Estado es independíeme de so­
cia” de! Estado moderno es que “se basa en el desarrollo sin trabas de la das las clases sociales y superior a ellas, que es la fuer/a dominante
sociedad burguesa, en ei libre movimiento de los intereses privados”-’. de la sociedad y no ya el instrumento de una clase dominante.

Un año más tarde, en La ideología alemana, Marx y l'ngels defi­ III


nieron ulteriormente la relación entre c.l listado y la sociedad burgue­
sa: "La burguesía, por ser ya una clase y no un simple, estamento -es­ Para empezar, puede ser útil señalar puntuali/.nciones de Marx a su
cribían-, .se halla obligada a organizarse en un plano nacional, y no ya concepción principal del Estado. Hablando de los» países capí la'islas
solamente local y a dar a su imeres medio una forma general”” La más avanzados de su época, Inglaterra y Francia, señala a menudo
misma concepción aparece en La miseria de 1 a filosofía de 1S-17, en que, en un momento u otro, no es la clase dominante en su conjunto,
la que Marx señala do nuevo que “las condiciones políticas son única­ sino sólo una fracción de. día, la que controla el Estado*, y que quic-
mente la expresión oficial de la sociedad civil”. V prosigue: “En to­
dos los tiempos los soberanos se han tenido que someter a las condi­
ciones económicas, sin,haber dictado nunca su ley. Tamo la legishi-
ñas raímenle gobiernan el Estado pueden pertenecer'n uña clase dis- mudas, se postraron de hinojos ante la culata del fusil"”.
íimn de !a económicamente dominante”. Marx no quiere decir que es­
to afeclc fundamentalmente al carácter de clase del Estado y a su pa­ Marx habla entonces de “este poder ejecutivo, con su inmensa or­
pel de guardián y defensor de los intereses de la propiedad, pero está ganización burocrática y militar, con su compleja y artificiosa maqui-
claro que introduce un elemento de flexibilidad en su concepción del .naria de Estado, un ejército de funcionarios de medio millón de hom­
funcionamiento partisano del Estado, y ello incluso porque la compe­ bres, junto a un ejército de militares de otro medio millón de hom­
tencia entre las diferentes facciones de la clase dominante puede faci­ bres» este espantoso organismo parasitario que se cinc como una ied
litar la adopción de medidas favorables a los trabajadores, como la al cuerpo de la sociedad francesa y le tapona todos los poros"”. Este
Ley de las Diez Horas'*. poder bu roerá! ico. constituido durante la época de la monarquía abso­
luta. había sido primero “un medio para preparar el dominio de clase
La manifestación extrema de! papel independiente del Estado, sin de la burguesía", mientras que, “bajo la Restauración, bajo Luis Feli­
embargo, ha de buscarse en el gobierno personal autoritario: en el bo- pe, y bajo la república parlamentaria era el instrumento de la clase do­
napailismo. La más amplia discusión de este fenómeno por Marx, se minante. por mucho que ella aspirase también a su propio poder abso­
halla en El dieciocho brumario de Luis Bonapartc, escrito entre di­ luto"” Tero el golpe de Estado ha modificado aparentemente este papel:
ciembre de 1851 y marzo de 1852. En este estudio histórico, Marx de­ “Solamente bajo el segundo Bonapartc parece que el Estado se lia conso­
dicó todos sus esfuerzos a determinar la naturaleza exacta del poder lidado ya de tal modo frente a la sociedad civil, que le basta tener a su ca­
que había establecido el golpe de Estado de Luis Bonapartc. beza al jefe de la Sociedad del 10 de Diciembre [Luis Bonaparie|...“,n.

El golpe de Estado -escribía™ fue “la victoria de Bonapartc sobre Marx parece unirse así a la opinión de que el Estado bonapaMislu
el Parlamento, del poder ejecutivo sobre el poder legislativo*': en el es independíenle de toda clase específica y superior a la sociedad. Sin
parlamento ‘la nación elevaba su voluntad general al rango de ley. es embargo, prosigue describiéndolo con una frase que se cita a menudo:
decir, elevaba la ley de la clase dominante a su voluntad general": por “Pero el poder estatal no se halla suspendido en el vacío. Bonapaitc
c! contrario, "ante el poder ejecutivo, abdica de toda voluntad propia representa a una clase, a Ja clase más numerosa de la sociedad france­
y se somete a los!dictados de un poder extrafio. de la autoridad": “pa­ sa: la de los pequeños propietarios campesinos"". Sin embargo, la
rece que Francia solamente ha escapado al despotismo de una clase falta de cohesión de éstos les impide “hacer valer sus intereses de cla­
para caer ba jo el despotismo de un individuo, y concretamente bajo la se en su propio nombre a través del Parlamento, o a través de una
autoridad de m individuo sin autoridad. Y la lucha parece haber ter­ convención"”: consiguientemente, necesitan un representante que
minado porque todas las clases, igualmente impotentes c igualmente “pueda aparecer a! mismo tiempo como su señor, como una auto!idad
sobre dios, y como un poder gubernativo ilimitado que ios proteja Por otra parte, esto no significa que c! bonapartismo sea, para
umita las otras clases y distribuya desde las alturas el sol y la lluvia, Marx, neutral cn algún sentido respecto a las clases en conflicto. Pue­
í.a influencia política del pequeño propietario campesino, por consi­ de pretender representar a todas las clases y ser la encamación de to­
guiente. halla su expresión última en el poder ejecutivo que subordina da la sociedad. Pero, cn realidad, existe, y ha sido creado con la finali­
ta suciedad a sí mismo"1'. dad de mantener y reforzar e! orden social existente y el dominio del
capital sobre el trabajo. El bonapartismo y el Imperio -escribió Marx
"Representar'* es aquí una expresión equívoca. En el contexto, el mucho más tarde, en La guerra civil cn Francia- sucedieron a la re­
único significado que puede tener es que los pequeños propietarios pública burguesa precisamente porque ”eran la única forma de go­
campesinos confían en que sus intereses serán representados por bierno posible en una época en que la burguesía había perdido ya la
Luis Donapartc. Pero esto no transforma a Luis Bouaparte o al Esta­ capacidad para gobernar a la nación” y la clase obrera no la había
do en un simple instrumento de su voluntad; a lo sumo, puede limi­ conquistado todavía46. Fue precisamente entonces cuando "la socie­
tar algo la libertad de acción del ejecutivo. Marx escribe también dad burguesa, liberada de preocupaciones políticas, alcanzó un desa­
que, "como poder ejecutivo que se ha convertido en fuerza indepen­ rrollo que ella misma jamás había esperado”47. Por último, Marx de­
diente, Donapartc se cree llamado a salvaguardar 'ei orden burgués’. fine ib que llama "imperialismo” -con lo que significa el régimen
Pero la fuerza de este orden hurgues está en la clase media. Consi­ imperial de Napoleón-, como “la más prostituida y, al mismo tiem­
guientemente, se cree representante de la clase media y promulga po, la última forma de poder estatal que la naciente sociedad burgue­
decretos en este sentido. Pero, si es algo, es gracias a haber roto y sa había comenzado a elaborar como medio para su propia emancipa­
tomper de nuevo diariamente el poder político de la clase inedia”; ción del feudalismo, y que la sociedad burguesa plenamente desarro­
también, "al mismo tiempo, contra la burguesía, Ronnparie se consi­ llada transformó finalmente cn un medio para la sumisión del trabajo
por el capital”4*.
dera a sí misino como el representante de los campesinos y del pue­
blo en general, y quiere que dentro del marco de la sociedad burgue­
sa sean felices las ciases inferiores... Pero Bonaparte se sabe,, ante En E! origen de la familia, La propiedad privada y el Estado,
todo, jefe de la Sociedad del 10 de Diciembre, representante del obra escrita un año después de la muerte de Marx, Engels señala
Itwtpcnprolcuiriut, ai que pertenecen su entourage, su gobierno, su igualmente: "Exccpcionalmcnte, sin embargo, hay períodos en ios
ejército y él mismo../‘M. cuales las clases cu lucha se aproximan tanto-a equilibrarse-entre sí
que el poder estatal, como mediador aparente, adquiere momentánea­
Sobre esta base, Luis Napoleón puede "representar*’ a esia o aque­ mente una cierta independencia respecto de ambas”4’. Con todo, ta in­
lla clase (y Marx subraya "la contradictoria tarca” del hombre y las dependencia de que habla Engels parece tener una acepción mucho
"contradicciones de su gobierno, la agrupación confusa con la que más amplia de aquélla en la que piensa Marx; así, Engels se refiere al
pretende ora ganar, ora humillar, primero a una clase y luego a otra, y Segundo Imperio "que utilizó al proletariado contra la burguesía y a
que acaba levantándolas a todas contra cL ”4i); sin embargo, su capaci­ la burguesía contra el proletariado”, y el tmjjerio alemán de Bismarck.
dad de iniciativa sigue estando, en gran parte, desligada de los deseos y en el que “capitalistas y obreros se equilibraron entre sí y fueron
las exigencias específicos de cualquier clase o fracción de ciase.
igualmente engallados en beneficio de ios junkers prusianos de pro­
vine las, venidos a menos*'"
Los países de que Marx se preocupaba más al respecto, eran la In­
Para Marx, el Estado bonapnrtisia» por independíenle que haya po­ dia. China y, también, Rusia, como Estado “sem¡asiático'* o "sanio-
dido ser políticamente de una dase determinada, sigue siendo -y no neniar. El modo de producción asiático, para Marx y Engcls. tiene
puede ser de otro modo en una sociedad de clases- el protector de una una característica fundamental, que es la ausencia de propiedad priva­
clase económica y social mente dominante. da de la tierra: "Esta -escribía Marx a Engcls en 1853- es la verdade­
ra clave, incluso para el ciclo oriental..."55. "En la forma asiática, por
í.V lo menos en la predominante -advertía- no hay propiedad, sino sólo
posesión por parte del individuo; la comunidad es propiamente el pro­
En la Crítica de ia Filosofía del Estado de HegeL Marx había de­ pietario efectivo*"*: en la producción asiática, señalaba también, el Es­
dica,do un largo y complicado pasaje al elemento burocráclico del Es­ tado es “el auténtico propietario"57. Posteriormente escribió que. en
tado, y al intento de dicho elemento por convertir'los fines burocráti­ este sistema, los productores directos "no se hallan frente al terrate­
cos en fines del Estado"3', Pero sólo en los años cincuenta empezó a niente privado, sino que, más bien, como en Asia [están! en subordi­
analizar mas estrechamente oí tipo de sociedad en la que el Estado pa­ nación directa al Estado, que se halla por encima de ellos, a la ve/ co­
recía auténticamente situado “por encima de ia sociedad", es decir, Jas mo (errntemiente y como soberano": "d Estado -proseguía™- es aquí
sociedades basadas en e! "modo de producción asiático", cuya impor­ el supremo terrateniente. La soberanía consiste en la propiedad de la
tancia en el pensamiento de Marx ha suscitado recientemente mucho tierra concentrada a escala nacional. Pero, por otra pane, no existe
interés-*. Lo que en (a Critica había sido una referencia de pasada a propiedad privada de la tierra, aunque existen la posesión y el uso de
los "Estados despóticos de Asia", donde "el Estado político no es sino la misma tanto privado como común"5*.
el arbitrio privado de un solo individuo, o el Estado político, como el
material, es esclavo"-3, hacia 1859 se convertía en uno de los cuatro Exigencia fundamental del modo de producción asiático, impuesta
grandes estadios de la historia según Marx: "En líneas generales -es­ por e! clima y ¡as condieioes del terreno, era la irrigación artificial
cribía en el famoso Prefacio n la Contribución a la crítica de la Eco­ mediante canales y obras hidráulicas: en realidad, escribía Marx, ést:
nomía Política-, los modos de producción asiático, antiguo, feudal y era "la base de la agricultura oriental". En países como Mandes o ha
burgués moderno pueden ser considerados como épocas progresivas lia. la necesidad de un uso común y económico del agua empuja a la
cu la formación económica de la sociedad"*. empresa privada a la asociación voluntaria: sin embargo exigía en
cambio, “en oriente, donde la civilización estaba en un nivel demasía
do bajo y la extensión territorial era demasiado amplia para suscitar
asociaciones voluntarias, la intromisión de! poder centralizado del go­
bierno. De ahí que todos los gobiernos asiáticos deban asumir una
función económica: la de atender a las obras publicas"59.
Finalmente, en la Grundrisse, Marx había dei gobierno despótico “Marx, por alguna razón, eludió el prohlemjt de la burocracia en la
situado '‘por encima de las comunidades interiores”60, y lo describe sociedad posteapiiaüsia”*4. Por el contrario, puede decirse que se. trata
como "la unidad omjiicompicnsiva que está por encima de todas estas de un elemento muy importante en el pensamiento de Marx a finales
pequeñas entidades comunitarias... Dado que la unidad es el propieta­ de los anos sesenta y principios de la década del setenta. Su preocupa­
rio efectivo y el supuesto efectivo de la propiedad colectiva, esta mis­ ción por esta cuestión y por el Estado se expresa durante este período ¡
ma puede aparecer como algo particular por encima de las muchas en­ en su discusión acerca de ia naturaleza del poder político en las socio \
tidades comunitarias particulares y efectivas,,., unidad que se realiza dados postcaniíalisías y, en especia!, en su concepción de la dictadura
en el déspota couto padre de las muchas entidades comunitarias’'*1 * * *. del proletariado. Este tema le había ocupado ya en 185 i-52; veinte
años después apareció nuevamente en primer plano por ia Comuna de
Es evidente, por tanto, que en las condiciones del despotismo asiá­ París, por las luchas con el anarquismo en ia Primera internacional, y
tico Marx, considera al estado como la fuerza dominante de la socie­ portel programa de la sociable mocracia alemana. De ese punto (uno
dad, independiente y superior a todos sus miembros, y también que de los más importantes y peor comprendidos de la obra de Marx), pó­
considera a quienes controlan su administración como los auténticos dennos ocuparnos ahora.
gobernantes de la sociedad. Karl Wiufogel señala que, con posteriori­
dad a los años cincuenta, Marx no continuó elaborando este tema, y V
que "en los escritos de su último período, destacó eí aspecto técnico
de las obras hidráulicas a gran escala, mientras que anteriormente ha­ Ante todo, es necesario volver a la república democrática y repre-
bía destacado su aspecto político”0'. El profesor Wiufogel sugiere que semamiva, que es preciso distinguir claramente de la dictadura de!
dio se debe a que, “obviamente, el concepto de despotismo oriental proletariado. Para Marx, los dos conceptos no tienen nada en común.
contenía elementos que paralizaban la búsqueda de la verdad”65; de Un elemento de confusión puede derivarse de! hecho de que Marx de­
ahí las “regresiones” sobre d lema. Pero ia explicación de la falta de nunció duramente el carácter de clase de ia república democrática, pe­
interés de Marx por esta cuestión parece ser mucho más sencilla y ro apoyó su aparición. La contradicción es sólo aparente: Marx conso
menos siniestra; que en los años sesenta y principios de los setenta es­ doraba la república democrática como el tipo de régimen político más
taba preocupado, sobre todo, por el capitalismo occidental. Por otra adelantado en la sociedad burguesa, y deseaba (fue prevaleciera sobre
parte, el concepto de despotismo burocrático no podía preocuparle ios sistemas políticos más atrasados y “feudales”. Pero, para él, seguía
mucho a Marx, dado que había estudiado su equivalente más próximo siendo un sistema de dominación de clase; en realidad, el sistema en
en la sociedad capitalista, esto es, el bonapariismo, y lo había analiza­ el que la burguesía gobierna más directamente.
do como un fenómeno completamente distinto del despotismo de la
sociedad asiática. No es exacto sugerir, como hace Liehiheim, que Las limitaciones de la república democrática, desde el punto de
vista de Marx, están especialmente claras en d Mensaje del Comité
Central de la Liga de ios Comunistas, que escribió con Engels en
marzo de 1850: “Muy lejos de descaí' la transformación revoluciona­
ria de toda la sociedad en beneficio de los proletariados revoluciona­
rios -escribían-, la pequeña burguesía democrática tiende a un cam­
bio del orden social que pueda hacer su vida en la sociedad actual lo
más llevadera y confortable”. Por consiguiente, exigirá medidas como trata de paliar ios antagonismos de clase, sino de abolir las clases; no se
“una reducción de los gastos estatales por medio de una limitación de trata de mejorar la sociedad existente, sino de establecer una nueva'*6’.
la burocracia y la imposición de las principales cargas tributarias so­
bre los grandes terratenientes y sobre los burgueses... la abolición de Al mismo tiempo, aunque las reivindicaciones y los objetivos de!
la presión del gran capital sobre c! pequeño, mediante instituciones de partido de! proletariado van mucho más lejos de lo que incluso los de­
crédito público y leyes contra la usura... el establecimiento de relacio­ mócratas pcquciio-burgucscs más adelantados y radicales están dis­
nes de propiedad burguesas en el campo, mediante la completa aboli­ puestos a aceptar, los revolucionarios deben apoyarles con reservas y
ción del feudalismo”. Pero, para conseguir su objetivo, necesitan “un tratar de empujar el movimiento democrático en un sentido cada vez
régimen democrático, que siendo constitucional o republicano, les más radical6*. Digamos, incidcniaimcnic, que fue ésta precisamente la
proporcione la mayoría a ellos y a sus aliados los campesinos; necesi­ estrategia que dictó la actitud ;x>stcrior de Marx respecto a lodos los
tan también una,constitución democrática de los municipios, que Ies movimientos de reforma radical, y la que le condujo, en la Alocución
de un cont rol ditjccto sobre la propiedad comunal y sobre una serie de inaugural de la Primera Internacional de 1864, a saludar la “ley de
funciones realizadas actualmente por burócratas’™. Sin embargo, aña­ las diez, horas” o los progresos del movimiento cooperativo como
dían, “en lo que se refiere a los trabajadores, está claro que siguen victorias de "la economía política de la clase obrera sobre la econo­
siendo trabajadores asalariados como antes; c! único deseo del demó­ mía política de la burguesía"69.
crata pequeño-burgués consisto en mejores salarios y en una existen­
cia más segura para los trabajadores... confían en corromper a los tra­ En 1850, Marx y Engcls señalaban también que una tarea funda-
bajadores con limosnas más o menos veladas, y quebrantar su fuerza mema! de los revolucionarios proletarios era oponerse a las tenden-
revolucionaria con im mejoramiento temporal de su situación”66. * cías descentrad/.adoras de los revolucionarios pequeño-burgueses. Por
el contrario, "los obreros no solamente deberán defender una Repúbli­
Sin embargo, prosiguen Marx y Engcls„ "estas reivindicaciones no ca Alemana una c indivisible, sino luchar en esta República por la
pueden satisfacer en modo alguno al partido del proletariado'1; mien­ más resuelta centralización del poder en manos del Estado...”70.
tras que tos pequeño-burgueses demócratas desean acabar con la re­
volución tan pronto como sea posible, "nuestro interés y nuestra tarca Este es no solamente el precepto más "cstalista” de la obra de
consisto en hacer la revolución permanente hasta que todas las clases Marx (y Engcls), sino el único de este género, prescindiendo de ios
más o menos poseedoras hayan sido expulsadas de su posición de do primeros pronunciamientos "hegdianos” de Marx sobre la cuestión.
minación, hasta que el prolclariado haya conquistado el poder del Es­ Más importante es el hecho de que el picccplo no se refiere a la revo­
tado, y la asociación de los proletarios, no solamente en un país, sino lución proletaria, sino a la revolución democrático burguesa''. En
en todos los países dominantes del mundo, se hayan desarrollado has-
\ la tal punto que haya cesado la competencia entre los proletarios de
v esos países y que, al menos, las fuerzas productivas decisivas de esos
'países están concentradas en manos del proletariado. Para nosotros,
no se trata de reformar la propiedad privada, sino de abolida; no se
1850, Marx y Engels creían, y lo afirmaron en el Mensaje, que los que todas las i evoluciones anteriores habían “perfeccionado esa má­
trabajadores alemanes no eran capaces de “alcanzar el poder y satisfa­ quina (del Estado] en vez de destruirla. Los partidos que sucesiva­
cer sus propios intereses de clase sin haber pasado íntegramente por mente luchaban por ei poder, consideraban la posesión de ese enorme
un prolongado desarrollo revolucionario"^ La revolución democráti­ edificio estatal como el principal botín de] vencedor”71 * 73 *. Casi veinte
ca vería el nacimiento de una forma de gobierno completamente dis­ años después, en La guerra civil en Francia, subrayaba nuevamente
tinta de la república democrática, esto es, la dictadura del proletariado. que todas las revoluciones anteriores habían consolidado “ei poder es­
tala! centralizado, con sus órganos omnipresentes: el ejercito perma­
En una conocida carta a J. Weydemcyer, de marzo de 1852, Marx nente, la policía, la burocracia, el clero y la judicatura”; subrayaba,
había mostrado la importancia fundamental que atribuía a este coti­ también, que el carácter político del Estado “había cambiado .simultá­
ce pío, al decir que, mientras que no había que atribuirle el descubri­ neamente con los cambios económicos de la sociedad. Al mismo
miento de las clases en la sociedad moderna, o de las luchas de clases tiempo que los progresos de la industria moderna desarrollaban, en­
dentro de ésta, “lo que lie aportado de nuevo ha sido demostrar; l) sanchaban y profundizaban el antagonismo de clase entre el capital y
(pie la existencia de las clases está ligada solamente a determinados el trabajo, ei poder del Estado fue adquiriendo cada vez más el carác­
fases de desarrollo histórico de la producción; 2) y que la lucha de ter de poder nacional del capital sobre el trabajo, de una fuerza publi­
clases conduce necesariamente a la dictadura del proletariado: 3) que ca organizada para )a esclavización social y de un instrumento del
esta dictadura constituye solamente el paso a la abolición de ¡odas las despotismo de dase. Después de cada revolución, que señala un paso
clases y a una sociedad sin clases"'*. adelante en. la lucha de clases, el carácter puramente represivo dd po­
der estatal se hace cada vez más evidente”76.
Desgraciadamente. Marx no definió de modo específico qué impli­
caba en realidad Ja dictadura del proletariado y, más particularmente, Como señala Draper, Marx no había hecho referencia alguna a la
cuál era su relación con el Estado, i tai Draper ha afirmado, en un ar­ dictadura del proletariado durante estos años. Por otra parte, no des­
tículo extraordinariamente bien documentado, que la dictadura del cribe como tal a la Comuna de París. Lo que exalta en la Comuna es,
proletariado es una “descripción social, una afirmación del carácter de sobre todo, que, en contraste a las convulsiones sociales anteriores, no
clase del poder político, no una afirmación sobre las formas de las buscó la consolide-' i dei poder estala!, sino su destrucción. Lo que
maquinarias de gobierno"74. Mi opinión, por el contrario, es que la la Comuna quería, uijv/, era “restituir ai cuerpo social todas las energí­
dictadura del proletariado es tanto una afirmación del carácter de cla­ as absorbidas hasta entonces por el Estado parásito, que se mure a
se del poder político como una descripción del poder político mismo, costa de la sociedad y entorpece su libre movimiento”77. Marx desta­
y que precisamente es la naturaleza del poder político que describe lo ca, también, el carácter popular, democrático e igualitario de la Co­
que garantiza su carácter de clase. muna, y el modo en que “no sólo la administración municipal, sino
toda la iniciativa hasta entonces detentada por el Estado, pasó a ma­
En El dieciocho brumario de Luís Bonaparte, había formulado nos de la Comuna”7*. Además, mientras que la forma comunal de go­
una afirmación que constituye un tema importante de su pensamiento; bierno debía aplicarse, incluso, “ai burgo más pequeño”, “la unidad
de Ja nación no debía ser rota, sino, por el contrario, organizada den­ Naturahncmc, es cierto (|uct mientras Engcls, muchos años des­
tro de Ja constitución comunal, y convertirse en realidad mediante la pués de la muerte de Marx, describió la Comuna de París como la dic­
destrucción del poder estala! que pretendía ser la encarnación de esta tadura del proletariado**, el propio Marx no lo hizo. “La razón de ello
unidad, independiente de fu nación misma y superior a ella, mientras parece bástame obvia: para Marx, la dictadura del proletariado sería la
que sólo era una excrecencia parasitaria’*’9. conclusión de una revolución socialista n escala nacional; la Comuna,
como escribió en 188i, fue “simplemente ci levantamiento de una
En las notas que escribió para La guerra civil en Francia, Marx ciudad en condiciones excepcionales”, mientras que “la mayoría de la
formula incluso más claramente que en el texto publicado la impor­ Comuna no era ni podía ser socialista en ningún sentido”*3. Pero, in­
tancia que atribuía al dcsmamclamicnto del poder estatal por la Co­ cluso así, puede considerarse acertadamente que la Comuna, en su dc-
muna. Como testimonio que contribuye a !a comprensión de su enfo­ sinsliUicionalizadón del poder político, representó, para Marx, ios
que del problema, es extremadamente revelador el siguiente pasaje de elementos esenciales de su concepto de la dictadura del prolctaiiado.
5
las notas: “Esta ¡la Comunal era --escribía- una revolución no contra
5 Pero, en general, se ha dado por sentada la opinión contraria: la
la! o cual forma de poder estatal legítima, constitucional, republicana
o imperial. Era una revolución contra el Estado mismo, ese aborto su- afirmación siguiente, tomada de Licia.hcim, en Marxism, es amplia­
pcrnaiuralista de la sociedad, una rcasumpción del pueblo para ci pue­ mente aceptada: “Su |dc Marxj hostilidad al Estado la mantuvo a raya
blo de su propia vida social. No fue una revolución para transferir el la doctrina de dominio político durante el jvríodo de transición, deci­
poder político de una fracción ele la clase dominante a otra, sino una didamente autoritaria: antes de ser arrojado a los despojos de la histo­
revolución para abatir ese horrible instrumento de dominación de cla­ ria, el Estado debía asumir poderes dictatoriales. Dicho de otra forma:
se,.. El Segundo Imperio fue la forma final (?) fsic] de esta usurpación la autoridad daría paso a la libertad, paradoja típicamente hegeliana que
estatal. La Comuna fue su negación definitiva y, por tamo, ci comien­ no preocupaba a Marx, si bien alarmó Proudhom y a Uakunin..C*\
zo de la revolución social del siglo xtx“"\ El veredicto de Marx sobre
La dificutíad do la opinión do que Marx tenía una “doctrina decidi­
la Comuna cobra lodo su sentido a la lu/ de estas opiniones: fue “esen­
cialmente un gobierno de la dase obrera”, “la forma política, finalmente damente nutoninrla" es que no puede apenarse en ninguna pincha
convincente de los propios textos de Marx; hay en ellos, en cambio,
descubierta, para-realizar la emancipación económica del trabajo’’".
muchas pruebas directamente contrarias a ella.

- Marx fue indudablemente el principal adversario de los anarquista^


en la Internacional. Pero vale la pena recordar que su principa! dispu­
ta con ellos se refería, sobre todo, al modo en que debía proseguir la
lucha en favor de la revolución socialista, insistiendo Marx en la nc-
ccsulud de la acción publica demro de la estructura política exisíeme,
iencia de la clase burguesa, en vez de devolver las armas y abolir el
contra el todo o nada Je los anarquistas, con su rechazo de la polí­
tica; la disputa se refería, también, a la cuestión del tipo de organi­ Estado, dan a éste, una forma revolucionaria y transitoria,T’*
zación necesario para el movimiento internacional de los trabaja­
dores, en lo que. Marx insistía en cierto grado de control por parte Tampoco hay muchas pruebas de la "doctrina decid idamente auto­
del Consejo General de ia Internacional sobre sus organizaciones ritaria" de Marx en sus glosas marginales de 1.875 al Programa de
afiliadas. Gotha del Partido Soeíaldernócraía alemán. En estas glosas, Marx ata­
ca duramente las referencias del programa al "Estado libre" ("Estado
En lo que se refiere al papel del Estado en el período de transición, libre, ¿qué es?"), y es perfectamente coherente con su creencia do que
existe el bien conocido pasaje de la "circular privada” contra los anar­ "Estado libre” es una contradicción en los térmicos; se pregunta;
quistas, emanada del Consejo General en 1872, y escrita muy proba­ "¿Qué transformaciones experimentara el Estado en la sociedad co­
blemente por Marx, Les Prélendus Scissíons rians J’Internntionul: munista? En otras palabras, ¿qué funciones sociales existirán que sean
"Todos ios socialistas entienden por anarquía esto: la meta del movi­ análogas a las funciones actuales del Estado?”. Marx, con todo, no
miento proletario, tina vez conseguida ia abolición de ¡as clases, el responde a la cuestión, sino que se limita a indicar que sólo es posible
poder del Estado que sirve para mantener la gran mayoría productora responderla "científicamente", y que, "uniendo mil veces la palabra
bajo el yugo de una minoría explotadora poco numerosa, desaparece, pueblo a la palabra Estado, uno no se acerca un ápice a la solución del
y las funciones gubernamentales se transforman en simples funciones problema”87. Luego, prosigue: "Entre la sociedad capitalista y la so­
administrativas. La Alianza jla Alianza de la Democracia Socialista ciedad comunista, se halla d proceso de transformación revoluciona­
de Dakunin] toma la cuestión al revés. Proclama la anarquía en las ria de la una en la otra. A ello corresponde también un período de
rilas proletarias como el medio mas infalible de quebrantar la pode­ transición política,, en el que el Estado sólo puede ser la dictadura re­
rosa concentración de las fuerzas sociales y políticas en manos de volucionaria del proletariado"**.
los explotadores. Bajo este pretexto, la Alianza le pide a la Interna­
cional , en el momento en que el viejo mundo intenta destruirla, que Todo esto no permite adelantar mucho, pero tampoco permite en­
reemplace su organización por anarquía. La policía internacional no trever el más leve impulso "autoritario”. En la Crítica del Progama
pide otra cosa...”*. de Gotha, Marx hace, como siempre, una estricta distinción éntre la
república democrática y la dictadura del proletariado, y Bngels se
Difícilmente se puede pensar que éste sea un texto autoritario; ni equivocaba claramente cuando, en 1891, escribía que la república de­
es ciertamente autoritaria la observación de Marx, en 1875, citada por mocrática era, "incluso, ia forma específica de la dictadura del prole­
Lonin en El Estado y la Revolución, según la cual, "si la lucha políti­ tariado”**. Por el contrario, la actitud crítica de Marx hacia la icpúhll-
ca de la clase obrera asume formas violentas, si los trabajadores susti­
tuyen por su dictadura revolucionaria la dictadura de la cíase burgue­
sa, cometen el terrible delito de leso principio; porque para satisfacer
sus míseras necesidades profanas de cada día, para eliminar la resis-
ca democrática en la Crítica de! Progama de Gotha muestra que sicióu que la precede. Es cierto que en ese período el Estado es una
coniinnaba pensando que la dictadura de! proletariado sería una forma necesidad, pero lo único que lo hace soportable, según Marx, es ín
de poder político completamente distinta c inconmensurablemente participación popular y el gobierno popular. Si Marx debe ser criticado,
más libre. “La libejlad -escribió en la Critica del Prognmn de Got­ no es por algún matiz, autoritario, sino por infravolornr enormemente las
ha - consiste en convertir al Estado, de órgano que está.por encima de dificultades de la posición libertaria. Sin embargo, a ía luz de la experien ­
la sociedad, en un órgano completamente subordinado a ella...”90. Me cia de los movimiento socialistas desde la época de Marx, puede conside­
parece que tenemos aquí una definición excelente de la concepción rarse que es una falla menos seria que la falta burocrática contraria.
de! Estado de Marx en el período de la dictadura del proletariado. Sin
duda habría suscrito el juicio de Engcls, expresado pocas semanas
después de la muerte de Marx, según el cual, 'la clase obrera debe en­
trar primero en posesión del poder político organizado del Estado, y
aplastar con su ayuda la resistencia de la clase capitalista y reorgani­
zar la sociedad"'11. Pero resulta significativo que. tal vez con la única
excepción tic su observación de enero de 1873, citada anteriormente,
el propio Marx prefiriera siempre destacar los aspectos liberadores y
no los aspectos represivos del poder político postcnpilalista; también
tiene cierto interes que, en sus notas para La guerra civil en Francia,
que naturalmente no estaban destinadas a la publicación, advirtiera a
la clase obrera que la “obra de regeneración*’ era siempre “frenada y
dificultada i>or ía resistencia de ios intereses creados y los egoísmos
de clase \ pero sin hacer referencia alguna ai Estado como agente de
represión. Lo que dijo fue que '‘[pueden hacerse i grandes progresos
mediante las formas comunales de organización", y que “ha llegado ci
momento de iniciar d movimiento por nosotros mismos y por la hu-
inanidad"*2.

El hecho es que, lejos de tener la menor característica autoritaria,


toda la obra de Marx sobre el Estado se halla impregnada de un fuerte
matiz nnliautoritario y antiburocrnlico, no solamente en relación a una
lejana sociedad comunista, sino también respecto del |>eriodo de irán-

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