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La vida en el laboratorio. La construcción de los


hechos científicos

Article  in  Reis · January 1995


DOI: 10.2307/40183880

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Ruben Blanco Steve Woolgar


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EMILIO LAMO DE ESPINOSA, JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ GARCÍA
y CRISTÓBAL TORRES ALBERO
La sociología del conocimiento y de la ciencia
(Madrid, Alianza Universidad Textos, 1994)

Esta obra tiene antecedentes en tra- individuo y sociedad», pertinentes


bajos previos de los tres autores, pero para esta obra y para cualquier otra
en la presente hay reelaboraciones de sociología, en general, o de socio-
que otorgan al nuevo libro el carácter logía del conocimiento, en particular.
de obra conjuntada y sistematizada. En todo lo concerniente a la socio-
No obstante, en el libro se especifica logía del conocimiento, el elemento
la parte que ha redactado cada autor, intelectual unificador corresponde a
y en ello se puede ver la distancia res- la sociología reflexiva, que Emilio
pecto de los originales previos. Por Lamo ha cultivado con perfiles pro-
ejemplo, en este libro el capítulo de pios desde hace unos años. O sea, la
Karl Marx se coloca, como corres- reelaboración de materiales anteriores
ponde, al principio u orígenes de la se ha hecho con un criterio nuevo, y
disciplina de sociología del conoci- válido, que supera lo meramente des-
miento, redactado por Emilio Lamo criptivo de las aportaciones —por
de Espinosa, y no al final, como ocu- orden cronológico— de diversos
rría en obra previa de José María autores representativos de la historia
González. Ahora está en su sitio. de la disciplina. Con frecuencia, en
Hemos dicho al principio, pero no los libros de sociología (o cualquiera
del libro, porque éste comienza con de sus partes o subdisciplinas) se pre-
una extensa «Introducción», donde se senta al lector algo así —permítaseme
elaboran viejos problemas de la socio- la expresión— de la historia de las
logía, tales como «Conocimiento, ramas de un árbol cuyo tronco, final-

71-72/95 pp. 373-418


CRITICA DE LIBROS

mente, no se sabe cuál es. Al tener como opinión, aparece en los media.
esta obra que presentamos un tronco No quisiera dar la impresión de que
común —la reflexividad, como enfo- magnifico el poder de la tópicamente
que epistemológico de todas sus par- llamada comunicación de masas, pero
tes, al menos en lo que se refiere a la sí es lo cierto que su presencia en las
sociología del conocimiento de mane- sociedades actuales ha llegado a tener
ra singular, pero también en lo relati- una posición de omnipresencia, que
vo a la sociología de la ciencia—, el tiene que merecer —es mi opinión—
libro adquiere un cuerpo, normalmen- el interés de los sociólogos. Estamos
te ausente en la literatura sociológica en una sociedad de la información, y la
al uso, que no suele pasar de una mera información no son sólo noticias o
presentación histórica de autores (y entretenimientos, sino también cono-
sus correspondientes aportaciones), cimiento. De otra parte, dentro de
en que por más esfuerzo de sintetizar ese campo, el desarrollo de las llama-
y esquematizar a los autores presenta- das ciencias cognitivas (en ocasiones
dos, incluso con un didactismo que designadas como «ingeniería del
puede resultar útil para la enseñanza, conocimiento», por cuanto hacen uso
no llega casi nunca a un enfoque siste- de las nuevas tecnologías de la infor-
mático de los materiales que, a lo mación) abren nuevas perspectivas a
sumo, se resumen. la sociología del conocimiento, en una
No es éste el carácter que tiene esta línea apuntada por Karl Mannheim
obra. Hay un esfuerzo de sistematiza- en que «sociología del conocimiento»
ción, al someter la historia de una significa nueva «teoría sociológica del
disciplina sociológica a un solo enfo- conocimiento». No veo nada de eso
que que da unidad al contenido. en el libro.
Aunque son fáciles de identificar los Lo anterior se refiere a sociología
materiales anteriores de los mismos del conocimiento strictu sensu. Pero
autores, y en muchas ocasiones son hay que destacar la inclusión en este
aprovechables, sólo adquieren en su campo —lo que no es habitual, pero
actual presentación la impresión de este libro nos hace ver que es necesa-
unidad de tratamiento cuando el enfo- rio— de Florian Znaniecki, el siempre
que de la sociología reflexiva ha per- olvidado Pitirim Sorokin, Norbert
meado todos esos materiales anterio- Elias o Alfred Schütz. Además, en la
res. En este estricto sentido, aunque obra hay pequeños análisis de debates
en el libro se recojan aportaciones ideológicos —Ilustración, conserva-
anteriores de los autores, esta obra se durismo, positivismo—, que com-
puede calificar de realmente nueva. pensan la densidad teórica del libro.
Sin embargo, en lo relativo a la En realidad, creo que es llegado el
sociología del conocimiento, echo en momento de presentar, en un libro de
falta, a pesar de tener en cuenta la sociología del conocimiento, no sólo
aportación de Robert K. Merton, que teorías programáticas, sino también
no se tenga en cuenta su propuesta de análisis empíricos, que ya no tienen
incluir en este campo a lo que, aun- que reducirse a las ideologías, llame-
que no como conocimiento, sino mos, «clásicas». Una cierta compensa-

374
CRITICA DE LIBROS

ción entre ambas se hace ahora más Facultades de Sociología antes de que
necesaria que en la época de los fun- existiese esa comunidad científica. Si a
dadores de la disciplina, en un pano- ello añadimos que por sociología se
rama cultural de escasa presencia en ha entendido en España los resulta-
la vida política de ideas e ideologías. dos de encuestas mercantiles, con más
Pero algo está ocupando su lugar, y la afán de negocio que preparación
pregunta es qué. Comprendo que no sociológica en su personal directivo y
es tarea fácil; sin embargo, cuando se auxiliar, con las excepciones de rigor,
habla de la crisis del positivismo en el resultado es que no podemos aspi-
Alemania, no se precisa que su lugar rar a que la sociedad española reco-
lo estaba ocupando el neokantismo. nozca en la sociología una disciplina
Para terminar este apartado, el capí- académica del rango de consolidación
tulo 24 final, que tal vez tuviera su que tienen, en nuestra Universidad,
sitio al principio, nos da la clave de las ciencias naturales, la filosofía y las
toda la obra. Esta obra es una socio- letras (que ya no se llaman así), el
logía del conocimiento en clave de la derecho o la medicina, las ciencias
sociología reflexiva, de la que Emilio biomédicas o la biología, etc.
Lamo es un maestro. Libros como el que estamos
Lo referente a la sociología de la comentando son los pilares que tie-
ciencia es una presentación actualiza- nen que contribuir al reconocimiento
da de esta subdisciplina en que ha del estado de madurez de la sociolo-
primado la bibliografía de última gía en España. Este libro, La sociología
hora —o tal vez de penúltima—, por- del conocimiento y de la ciencia, está a
que con demasiada frecuencia nos bastante más altura —altura de los
tenemos que enfrentar en la sociolo- tiempos y altura del espacio espa-
gía actual con declaraciones progra- ñol— que los manuales al uso, espa-
máticas de lo que hay que hacer, fren- ñoles o extranjeros. Los autores de
te a un escaso panorama de resulta- este libro han expuesto el contenido
dos. (Estoy pensando, por ejemplo, de las aportaciones de diversos —en
en la llamada «sociología histórica», ocasiones eximios— maestros de la
rica en planteamientos programáticos sociología, pero con análisis y crítica
y escasa en resultados.) propios. Han repensado por su cuenta
El capítulo 23, en su apartado V, los autores y los temas, y han refor-
sobre «sociología de la sociología en mulado con enfoques propios, renun-
España», con la mira puesta en la ciando a las rutinas a las que estamos
difícil institucionalización de la disci- acostumbrados, con lecturas de pri-
plina, es sumamente correcto, y com- mera mano en sus lenguas originales
parto la idea de que la constitución —tengo que resaltar esta obviedad
de una «comunidad científica» es por su escasez entre nosotros—, y
siempre tarea ardua, sobre todo por- han llegado a conclusiones originales,
que requiere tiempo. Y en España, propias, que pueden entrar en el
tengo la impresión, hemos puesto el debate internacional de estas mate-
tejado antes que los cimientos. Para rias. Porque, con frecuencia, lo que
decirlo de otra manera, hemos creado los sociólogos españoles escriben sólo

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CRITICA DE LIBROS

está a la altura (o a la bajura) de un comunidad sociológica española. El


consumo doméstico para uso del con- libro mira afuera y al futuro, y ése
sumo escolar de un mercado cautivo. debe ser el horizonte de lo que pro-
Por ahí no se va a ninguna parte. duzcamos. A este libro le auguro,
Tenemos que escribir para una comu- aparte de la utilidad interna, una
nidad sociológica que, inevitablemen- expansión fuera de España, en la
te, es internacional, y sólo dentro de América de habla hispana, y en otras
este ámbito se podrá hablar en su día lenguas, que nos saque de un casticis-
de las aportaciones españolas, cuando mo pobre, mediocre y ayuno de
las haya. Este libro que comentamos ambiciones académicas.
tiene un sitio en esa comunidad
internacional y, por tanto, en la José JIMÉNEZ BLANCO

KENNETH MAXWELL y STEVEN SPIEGEL


The New Spain: From Isolation to Influence
(Nueva York, Council on Foreign Relations Press, 1994)

España es un caso de libro para partido socialista PSOE, liderado por


analizar la transición de dictadura a Felipe González. Desde que en 1982
democracia. Dos décadas de experien- los socialistas llegan al poder se inicia
cia cristalizan en estudios serios que el ciclo de la integración española en
ofrecen interpretaciones sociológicas la comunidad de naciones: la Comu-
e históricas de ese peculiar proceso. El nidad Europea en 1986 (luego Unión
libro The New Spain: From Isolation Europea), en la OTAN, y su fortaleci-
to Influence presenta un análisis socio- miento en las Naciones Unidas.
político de la historia española de las El libro analiza la modernización
dos últimas décadas. Es seguramente rápida de la infraestructura y la polí-
el más claro y sintético. tica industrial. Algunos de los antago-
Son años de un experimento polí- nismos históricos con Latinoamérica
tico-social original. Desde una dicta- son superados. Para Maxwell y Spie-
dura militar con elementos de econo- gel, el prestigio español en el extran-
mía de mercado, España pasa por una jero alcanza la máxima cota de los
transición democrática pacífica. En últimos doscientos años. Sin embargo,
los años setenta y ochenta se añade la según los autores, los resultados de las
problemática nacionalista dentro de elecciones de 1993 pueden llevar a un
un Estado democrático, con un pro- período de incertidumbre sociológica.
ceso de descentralización política y de Tras severos ataques, la peseta está a
recursos públicos. El libro termina punto de ser expulsada del sistema
con el análisis de las elecciones gene- monetario europeo por las constantes
rales de 1993, que gana de nuevo el devaluaciones que ha sufrido. Hay

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CRITICA DE LIBROS

que tener en cuenta, además, los escán- para el olvido. Los líderes de los par-
dalos políticos y las divisiones inter- tidos clandestinos viven en el exilio.
nas en el PSOE (en el origen, entre el En el interior de España se reprimen
vicepresidente del Gobierno, Alfonso no sólo las manifestaciones democrá-
Guerra, y el Ministerio de Economía, ticas, sino además toda muestra de
cuyo titular era Carlos Solchaga). nacionalismo (no españolista). Franco
A pesar de todas esas circunstancias, se muestra vigorosamente anticomu-
González sigue en el poder, en su nista. A pesar del inmovilismo políti-
cuarto mandato continuado. Pero la co de los años sesenta, lo que se llamó
hipótesis de la incertidumbre no tiene el «milagro español» produce una
en cuenta (pues el libro aparece inme- modernización de la sociedad rural y
diatamente antes) los escándalos del conservadora a través de un proceso
GAL, el uso de fondos reservados, el de urbanización y del desarrollo
encarcelamiento de políticos como industrial.
Mariano Rubio, Luis Roldán, Rafael El año 1959 es la fecha clave en
Vera e incluso de empresarios nota- que se abandona la autarquía, y se da
bles (como Conde o De la Rosa), o el paso a un Gobierno con algunos
atentado de ETA a José M.ª Aznar. ministros tecnócratas que adoptan
Maxwell y Spiegel empiezan su un programa de liberalización econó-
estudio con el análisis de los factores mica que conduce a la estabilización.
que llevan a la transición a la demo- En 1963 se diseña un plan económi-
cracia. Su hipótesis es que la situación co nacional como estrategia a seguir,
económica y social de los últimos con los famosos Planes de Desarrollo
años del régimen franquista sitúa las Económico (y Social) cuatrienales.
bases para el establecimiento de la La ejecución de esos planes contribu-
democracia en España. El país no ye a disminuir el aislamiento diplo-
participa en la Segunda Guerra Mun- mático al que estaba sometida Espa-
dial. Como consecuencia de ello, el ña. Algunos intelectuales (como el
franquismo incorpora elementos del economista Ramón Tamames) sugie-
fascismo y el autoritarismo, que en ren luego que España se desarrolló a
muchos países desaparecieron con la pesar de los Planes de Desarrollo. Se
victoria de los Aliados. Un ejemplo es levantan las sanciones de Naciones
la legislación para controlar y dirigir Unidas y se producen tratados y
la prensa y los sindicatos, tomada acuerdos (de defensa) con el Vaticano
directamente de Mussolini. y con Estados Unidos. España entra
A principios de los sesenta la dicta- como miembro de las Naciones Uni-
dura franquista se suaviza, pasando a das en 1955, luego en la OCDE, en
ser (según algunos) una «dictablan- el Banco Mundial y en el Fondo
da». Ese proceso se debe en parte al Monetario Internacional en 1958. La
desarrollo económico y al deseo del economía crece de forma rápida; al
régimen de obtener el respeto de la rededor de 1980, España es la undé-
comunidad internacional. Franco cima potencia industrial en el mundo.
impone una «paz» por la fuerza, y así La sociedad española se engancha
su personalidad deja poco espacio al tren de la sociedad de consumo.

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CRITICA DE LIBROS

Como consecuencia, se crean lazos la clandestinidad, y la oposición acep-


nuevos con Europa occidental. Espa- ta la continuidad de la era franquista
ña empieza a recibir flujos de dinero en áreas como la seguridad y lo mili-
provenientes del turismo de masas y tar. El conductor de la transición es
de la exportación de salarios que rea- Adolfo Suárez, líder de una amplia
lizan los/as trabajadores españoles coalición de centro, la UCD. Suárez
emigrados en Francia y Alemania. inicia con éxito un diálogo entre el
Los beneficiados por ese desarrollo centro y la izquierda, con el objetivo
fueron muchos pequeños empresarios de lograr realizar unas elecciones
del sector de la construcción. En generales que fuesen vistas desde
España crece la clase media, aparecen todas las facciones y grupos políticos
los/as jóvenes tecnócratas, se produce como justas y honestas.
la expansión de la Seguridad Social y Pero la UCD es incapaz de resolver
aumenta el acceso a la educación. Es sus divergencias internas, con lo cual
un cambio social acelerado. se posponen decisiones difíciles en
Se produce una carencia de mano economía y sobre la puesta en prácti-
de obra que incrementa el poder de ca de la nueva Constitución. Varias
los/as trabajadores en sus relaciones características reflejan este primer
con los/as empresarios. En 1960, proceso de democratización: Franco
Comisiones Obreras se organiza a designa como sucesor al rey Juan Car-
nivel nacional, llevando a cabo huel- los I. El monarca establece su presti-
gas amplias, que consiguen un incre- gio en la democracia y apoya la tarea
mento de salarios. La Iglesia en Espa- de Suárez. Utiliza los poderes autori-
ña, especialmente tras el liderazgo de tarios que le había garantizado Franco
Juan XXIII, se distancia del régimen para llevar a cabo iniciativas de refor-
franquista. En veinte años se incre- ma, asumiendo su papel como
menta el acceso de la población a la monarca en una democracia parla-
educación primaria del 50 al 90 por mentaria, con funciones de represen-
100. Pero la mejora de la economía tación y poderes debidos. En segundo
conlleva algunas desventajas (lo que lugar, renace un partido socialista
llamaron «efectos no queridos del (PSOE) fuerte, mayoritario y mode-
desarrollo»). La crisis económica que rado. Felipe González y Alfonso Gue-
se inicia en 1973 dificulta el acceso rra transforman el partido hacia un
de mano de obra española al mercado modelo socialdemócrata europeo.
europeo. Además, la industria espa- Luego, el cambio aumenta la popula-
ñola se presenta vulnerable a los ridad del partido y acceden al
incrementos de los costes energéticos. Gobierno en 1982. La Constitución
La transición política se produce española de 1978 se acepta de forma
desde el consenso y la reconciliación. universal, y no se limita a ser una
Tras la muerte de Franco, el 20 de Constitución programática. Los pac-
noviembre de 1975, algunas de las tos desarrollados reunieron a los sin-
instituciones franquistas se disuelven dicatos, la Iglesia, las fuerzas econó-
ellas mismas. El nuevo sistema incor- micas y los partidos políticos de la
pora a las fuerzas antifranquistas de derecha y la izquierda. La Iglesia y el

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CRITICA DE LIBROS

Partido Comunista se mueven hacia teniente coronel Tejero secuestra las


el centro. La Iglesia deja de legitimar Cortes, ante la (supuesta) dificultad
a los enemigos de la democracia. de la clase política para solucionar
España se mantiene al margen de problemas como el «terrorismo vasco»
intervenciones o interferencias exter- o la «cuestión regional». El papel
nas por parte de otros países en los desempeñado por el Rey, tomando
setenta. posición con la democracia y desau-
El desarrollo español supone una torizando a los golpistas, consolida su
clara ruptura con el pasado inmedia- posición como monarca constitucio-
to. La sociedad cambia, se moderni- nal. Desde una perspectiva de autori-
za, se orienta hacia un consumo dad y continuidad, se convierte en
moderado y de clases medias. A su una figura central de protección de la
vez, la transición a la democracia democracia ante el golpe de Estado.
reconcilia las diferencias entre insti- Al final de la larga noche, el Rey deja
tuciones y sociedad. El terrorismo claro a los golpistas que no va a apo-
supone un elemento constante en la yar el golpe, y que tampoco va a abdi-
escena política, amenazando las insti- car. El golpe acabó con el apoyo ofi-
tuciones españolas durante todo el cial del Ejército y la rendición de los
período de la transición. Unido a los militares golpistas.
movimientos separatistas, aparece Para muchos analistas, el intento
como el principal problema de la de golpe de Estado en realidad refuer-
joven democracia. za la democracia. La clase política se
Las Fuerzas Armadas son parte da cuenta de la necesidad de moder-
esencial, con Franco, de la dictadura. nizar el estamento militar y contar
El 23 de febrero de 1981, elementos con su colaboración para hacerlo.
del ejército y de las fuerzas de seguri- España tiene la suerte de no tener
dad paramilitares atentan para derro- amenazas externas serias durante el
car la nueva democracia constitucio- proceso de democratización. Sin
nal. Desde la muerte de Franco hasta embargo, existe una amenaza interna
el abortado golpe de Estado de 1981, que es el terrorismo vasco (y, durante
el ejército español se sitúa de mala un cierto período, también el catalán).
gana en los márgenes como institu- La crisis es continua en el País Vasco,
ciones del antiguo régimen reempla- donde un amplio sector de la pobla-
zadas y sustituidas por la nueva Cons- ción desea mayores cotas de autono-
titución. El descontento en las Fuer- mía, y una minoría desea la indepen-
zas Armadas continúa durante unos dencia. El 44 por 100 de los vascos
años sobre cuestiones como la legali- (en una encuesta realizada en 1984)
zación del Partido Comunista en continúa creyendo que la violencia es
1977 y el que la Constitución refleje un medio aceptable de promover el
explícitamente el carácter multina- interés nacional vasco. La amenaza
cional y multilingual de la sociedad terrorista, paradójicamente, facilita la
española. integración de los servicios de inteli-
El 23 de febrero de 1981 se produ- gencia y seguridad del viejo régimen
ce un intento de golpe de Estado. El en las nuevas estructuras democráti-

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CRITICA DE LIBROS

cas. El golpe de Estado fallido tiene el 23 de febrero, es precisamente cuan-


efecto de sacar a la luz los elementos do se intenta el primer golpe de Esta-
antidemocráticos dentro de las Fuer- do de la democracia.
zas Armadas. Leopoldo Calvo Sotelo, sucesor de
Otro problema pendiente de la Suárez, consigue un apoyo multipar-
España invertebrada es la cuestión del tidista. También logra el acuerdo
centralismo y el regionalismo. El laboral para establecer un aumento
Gobierno de Suárez actúa de forma salarial por debajo de la inflación. El
rápida para responder a los dos nacio- nuevo Gobierno decide de forma pre-
nalismos más activos de España: el cipitada formar parte del Tratado del
vasco y el catalán. Entre diciembre de Atlántico Norte (OTAN), decisión
1979 y febrero de 1983 se extiende el que crea controversia y acciona el
Estado de las autonomías a todas las disenso de los socialistas (el partido
regiones españolas, creando gobiernos mayoritario de la oposición). Las
regionales (Comunidades Autóno- divisiones internas en UCD conti-
mas). El problema que se plantea es el núan. La trama militar parece a veces
equilibrio entre autoridad y democracia imponerse al Gobierno, y tan sólo
en un Estado multinacional. El dos líderes del golpe de Estado son
Gobierno debe mediar entre las encarcelados. Según algunas fuentes,
demandas de las autonomías y los lla- en esa época en el país hay oficiales
mados «poderes fácticos» (militares, de derechas que se ríen abiertamente
Iglesia y el sistema bancario y finan- de las instituciones democráticas, e
ciero). Administrar la democracia es incluso del Rey, sin que sean repren-
casi más difícil que conseguirla. didos.
Suárez se muestra dudoso y poco El Gobierno obser va, además,
preparado para el liderazgo en ciertos cómo las elecciones en las nuevas
ambientes políticos y ante presiones autonomías incrementan el número
de algunos grupos de interés. En el de opositores en la derecha (Fraga
período de transición la simbiosis vence en Galicia) y en la izquierda
entre el mundo financiero, la Admi- (los socialistas en Andalucía). Los
nistración Pública y el Gobierno per- catalanes moderados cesan en su
mite desarrollar políticas de estabili- apoyo al Gobierno, y éste queda en
zación política y económica, pero minoría. La supervivencia del Go-
también conlleva algunos escándalos bierno está en manos de los socialis-
financieros. El Gobierno de Suárez tas, que escogen el mejor momento
tiene problemas en resolver cuestio- estratégico para convocar elecciones
nes económicas: 25 por 100 de infla- generales. Las elecciones de 1982
ción, paro y la cohesión interna de confirman las encuestas y el Partido
UCD (un partido-paraguas que Socialista sale vencedor por mayoría
empieza a desintegrarse). Suárez absoluta.
acaba dimitiendo el 29 de enero de La democracia española se consoli-
1981, sin llegar nunca a dar explica- da desde la victoria socialista en
ciones claras. Cuando en el Parlamen- 1982. Se realizan numerosas reformas
to se estaba eligiendo a su sucesor, el económicas, militares, y España

380
CRITICA DE LIBROS

ingresa en la Comunidad Europea. El Aparecen tres objetivos prioritarios:


PSOE había participado en los pactos crear una estructura de defensa al
de la transición y adquiere ahora estilo de Europa occidental, profesio-
experiencia de gobierno. Felipe Gon- nalizar las Fuerzas Armadas y conse-
zález, secretario general del PSOE, se guir más desarrollo de la industria
perfila en sus primeros años como un nacional de armamento, frente a las
líder carismático y dinámico, que importaciones que hasta entonces se
pone en marcha la transformación del habían realizado. Las élites militares
partido hacia una organización de se convierten en órgano de consulta,
masas organizada. Surge como cabeza con poca capacidad de actuación
de una nueva generación en el poder. autónoma. El ministro de Defensa
Los/as socialistas son reelegidos en pasa a ser responsable de las Fuerzas
1986; y en 1989 ganan las elecciones Armadas y diseñador de sus políticas
pero pierden la mayoría absoluta por de actuación. Se inicia una fase de
un escaño. Esta pérdida no tiene reducción del 16 por 100 de los man-
repercusiones dada la inasistencia en dos del Ejército, que permite acelerar
el Parlamento de los/as diputados de su democratización y modernización.
Herri Batasuna. La cuestión del ingreso de España
Los socialistas mantienen un en la OTAN, en 1982, tiene una sig-
Gobierno central fuerte. También nificación especial. Antes de esa fecha
desarrollan (al principio) lazos estre- los socialistas consideraban las rela-
chos con el sindicato UGT. En esas ciones entre Estados Unidos y Franco
circunstancias el partido acapara como una subordinación de la sobe-
cotas considerables de poder, dejando ranía española y un apoyo estadouni-
fuera de juego posiciones extremas, dense a la dictadura franquista. Esta
como la de los comunistas. La opi- cooperación se interpreta como un
nión pública es partidaria de la obstáculo a las aspiraciones democrá-
moderación y europeización. Con los ticas. La decisión de Calvo Sotelo de
socialistas, y tras el golpe de Estado, ingresar en la OTAN es controverti-
se inicia la reforma y profesionaliza- da, y se toma más por razones políti-
ción del Ejército. El ministro de cas que de seguridad. Es, en el fondo,
Defensa, Narcís Serra, subordina el un medio para mantener al Ejército
Ejército al mando civil, reorienta sus alejado de la política. La opinión
objetivos (defensa nacional, frente al pública no está, sin embargo, prepa-
anterior mantenimiento de la seguri- rada para ese cambio. Es escéptica
dad interna) y moderniza la institu- ante las intenciones de Estados Uni-
ción. dos, y los socialistas triunfan en las
La relación entre Suárez y el Ejérci- elecciones de 1982 con una campaña
to fue siempre tensa; el presidente anti-OTAN. Sin embargo, una vez en
trató de mantenerlos alejados, fuera el poder, y contra todo pronóstico,
del proceso de constitucionalización los socialistas cambian de posición. Se
democrática. En cambio, los socialis- dan cuenta de que la pertenencia a la
tas optan por un sistema de consultas OTAN es un elemento crucial para
continuadas sobre los temas propios. ingresar en la Comunidad Europea.

381
CRITICA DE LIBROS

Felipe González inicia personalmente se dirigen a España, Portugal y Gre-


una campaña en favor de la perma- cia). Por otra parte, los fondos estruc-
nencia. A pesar de los vaticinios de turales no sólo benefician a estos paí-
las encuestas, el Gobierno socialista ses, sino también a las regiones
gana el referéndum a favor de la menos desarrolladas de Europa. Así,
OTAN con un 52,6 por 100 de los estos países se ven beneficiados doble-
votos. mente. La situación favorable que se
España siempre ha visto en la experimenta en los años ochenta
Comunidad Europea un modelo de empieza a pasar cuentas en la década
economía próspera y de política demo- siguiente. El incremento de compe-
crática. En ese sentido, los/as españoles tencia precisa de ajustes económicos;
se muestran muy europeístas. Las ini- especialmente en un país como Espa-
ciativas para entrar en la Comunidad ña, donde el Gobierno se dedica a
se inician ya en 1962, pero el ingreso subvencionar monopolios prohibidos
es denegado ante la falta de democra- por la Unión Europea. Los ajustes
cia del régimen franquista. Tras económicos llevan a la recesión de los
muchas negociaciones, España empie- años noventa.
za hacia 1970 a recibir un trato pre- La crisis del petróleo de 1973 ya
ferencial por parte de la Comunidad había hecho mella en la economía
Europea. En 1977 (muerto ya Franco) española debido a la dependencia de
se vuelve a solicitar el ingreso. Los dos la industria respecto de la energía.
mayores obstáculos residen en la polí- Pero durante un cierto tiempo se
tica agrícola y la pesquera. Pero, al fin, camufló la crisis a través de subsidios
se fija la fecha de ingreso para enero de a empresas poco eficientes. Las refor-
1986. Tras alcanzar el estatus de mas económicas no se inician con las
«miembro», España pasa de forma políticas, sino que tienen que esperar
rápida a tomar parte en las deliberacio- hasta la integración en la Comuni-
nes importantes. En 1989 se ingresa en dad. Al Estado español se le imponen
el Sistema Monetario Europeo y en la ajustes estructurales y, además, se
banda ancha de oscilación. En cuatro introduce el IVA. La política econó-
años se dobla la renta per cápita, y se mica seguida desde entonces por el
incrementa el comercio y la finan- PSOE se basa en estimular la inver-
ciación exterior. sión, reducir la rigidez del mercado
Ante los nuevos retos comunita- laboral, reestructurar la industria y
rios, y el dilema entre expansión o reducir los monopolios estatales. Se
profundización, González apoya una consigue cierta estabilidad a través de
mayor integración; y, así, se muestra a la reducción de la inflación. España
favor del Tratado de Maastricht empieza a depender de las inversiones
(1991) con el objetivo de lograr una exteriores, que más tarde se convier-
Europa unida. González se erige tam- ten en juegos de especulación que lle-
bién en el portavoz de los países van a la caída del valor de la peseta.
menos ricos dentro de la Comunidad, Pasan así los años dorados y la
obteniendo ayudas financieras a tra- corrupción, que afecta a todos los par-
vés de los Fondos de Cohesión (que tidos, se empieza a hacer evidente;

382
CRITICA DE LIBROS

pero en especial la del partido en el (que, a pesar del debilitamiento de


Gobierno. El PSOE se había movido ETA, mantiene un 18 por 100 del
con libertad en todos esos años en el voto en el País Vasco) e Izquierda
poder gracias a la inexistencia de una Unida (formada por el antiguo Parti-
oposición fuerte. El paro crece y la do Comunista y diversos grupos de
recesión golpea. Queda ya clara la izquierda). El apoyo a la extrema
imposibilidad de seguir las pautas izquierda, que fue débil en los años
para una monea única y ser un país ochenta, resurge con IU en las elec-
de primera velocidad dentro de una ciones de 1989, bajo la mano de su
Unión Europea de dos velocidades. El líder, Julio Anguita. El apoyo a IU
déficit en los presupuestos sigue cre- refleja la crítica al Gobierno del
ciendo y alcanza más del 5 por 100 PSOE y el escepticismo respecto de
del PNB. Europa de la opinión pública. Con
En cuanto a las relaciones interna- los resultados de las elecciones de
cionales, España juega un papel 1993, el PSOE precisa ya del apoyo
importante de apoyo durante la gue- total de Convergència i Unió para
rra del Golfo Pérsico; y se convierte gobernar. Es un apoyo que se renueva
en el actor principal de las relaciones con cada decisión importante, ya que
entre la Unión Europea y Latinoamé- el PSOE no logra formar una coali-
rica. Las negociaciones de paz árabe- ción en el sentido estricto de la pala-
israelí se inician en la Conferencia de bra. Convergència i Unió es el parti-
Madrid (1991). La integración en la do catalán —y catalanista— de cen-
comunidad internacional es plena tro-derecha liderado por Jordi Pujol.
desde el restablecimiento de relacio- En el año 1992 (Exposición Universal
nes con Israel, en 1986. en Sevilla y Juegos Olímpicos en Bar-
Las dificultades políticas y econó- celona), la corrupción que se destapa
micas propician las oportunidades ataca la reputación del PSOE (Filesa,
para la oposición al PSOE tanto desde Malesa, Time Export) con facturas
la derecha como desde la izquierda. falsas que habían proporcionado
En la derecha, el Partido Popular (PP), (supuestamente) financiación ilegal al
antes Alianza Popular, logra desmar- partido. También el PP y CiU se ven
carse de su vinculación con la dicta- envueltos en problemas similares. El
dura franquista a través de la sustitu- caso Filesa es una de las causas de la
ción de su líder (Manuel Fraga) por dimisión del vicepresidente Alfonso
otros líderes más jóvenes. El primer Guerra en 1991.
sucesor es Miguel Hernández Man- El paro sigue creciendo y el
cha, que fracasa pronto y es sustituido Gobierno cada vez tiene menos legiti-
por José María Aznar. El PP va midad. En 1993, el PSOE gana las
tomando posiciones de centro, con- elecciones pero pierde la mayoría
tradiciendo la idea de que el PSOE es absoluta y gobierna con el apoyo de
el único partido capaz de gobernar. los partidos nacionalistas vasco y,
El resto de la oposición en el Parla- sobre todo, catalán. Esta situación
mento está formada por el Partido conlleva el problema de equilibrar
Nacionalista Vasco, Herri Batasuna unas preocupaciones progresistas con

383
CRITICA DE LIBROS

demandas de unos socios más de comunidades más ricas a las pobres,


derechas que, además, exigen mayores siguiendo un principio de solidari-
competencias para sus Gobiernos dad.
autonómicos. El PP consigue ya el 35 La agenda política y económica de
por 100 de los votos frente al 39 por la década de los noventa es menos
100 del PSOE. El CDS (continuador optimista. El ambicioso programa
de UCD, partido que dirigió la tran- para conseguir los objetivos de Maas-
sición) es incapaz de conseguir esca- tricht es difícilmente alcanzable. La
ños. Las prioridades económicas del peseta se vuelve a devaluar y las polí-
nuevo Gobierno conllevan medidas ticas monetarias restrictivas no consi-
poco populares: estancamiento de los guen frenar la inflación. El déficit
salarios y reforma laboral (que dismi- español es ya una combinación del
nuye el paro a base de aumentar la déficit del Gobierno central y de los
inseguridad del puesto de trabajo). La Gobiernos autonómicos. La tasa de
integración europea exige acabar con desempleo española es una de las más
las rigideces estructurales del mercado altas de Europa. El Gobierno tiene
que existen en España. El Gobierno que mantener la restricción salarial,
socialista encuentra la oposición así como la privatización y reestructu-
directa de los sindicatos, pero debe ración de las empresas del Estado. El
mantener una política monetaria objetivo es que si se controla la infla-
estricta, así como altas tasas de interés ción, la reforma del mercado laboral
para poder luchar contra la inflación, y se consigue eliminar las rigideces
que generan un presupuesto deficita- estructurales, es posible conseguir
rio. En nueve meses se producen tres mejorar la competitividad española
devaluaciones de la peseta. Caen las frente a los retos establecidos por la
exportaciones y crecen de forma dra- Unión Europea.
mática las importaciones. El modelo español se ha convertido
El problema de los nacionalismos en un ejemplo de transición pacífica
encuentra solución en la Constitu- de una dictadura a un régimen demo-
ción de 1978 a través de la creación crático. Además, el sistema de gobier-
del Estado de las Autonomías. Al prin- no se descentraliza y las diferentes
cipio, las competencias son mayores nacionalidades se integran dentro del
para las comunidades históricas y Estado. Se producen adelantos nota-
Andalucía. Más tarde, se amplía a bles: mejoras educativas, incrementos
todo el Estado con una política de en las condiciones sociales, avance en
«café para todos». Se reconoce el cata- la valoración del estatus de la mujer y
lán, vasco y gallego como lenguas co- mejora de la situación de las mino-
oficiales del castellano. Una preocu- rías. La profesionalización del Ejérci-
pación creciente es mantener el equi- to conduce a su subordinación al
librio económico entre autonomías a control civil. España se enfrenta a la
pesar del proceso de descentraliza- recesión económica de los años
ción. Con ese fin se crean los Fondos noventa. José M.ª Maravall (sociólo-
de Compensación Interterritorial, go y ex minitro) describe en 1982 los
que redistribuyen recursos de las cinco problemas a los que se enfrenta

384
CRITICA DE LIBROS

la democracia española: la tensión análisis gratuito. Tras la construcción


entre el Estado central y los naciona- de la democracia, el CDS logran tan
lismos periféricos; un punto de vista sólo dos escaños en las elecciones de
cínico de los políticos y la política; 1982, y desaparece del Parlamento
una crisis económica seria; desigual- español en las elecciones de 1993.
dades económicas y sociales, y el Surge el PSOE como partido hege-
terrorismo y la violencia1. mónico que encauza la voluntad de
En esos años, España sufre la peor modernización de la sociedad. La
recesión desde la Segunda Guerra unanimidad del consenso al principio
Mundial. Mientras que algunos secto- de la transición y las sucesivas mayo-
res son modernos y tecnológicamente rías parlamentarias presentan un esce-
avanzados, las desigualdades regiona- nario de uniformidad. Son Gobiernos
les y sectoriales frenan la economía fuertes, sin oposición importante,
global. La amenaza del terrorismo que encuentran su mayor hándicap
continúa, aunque pierde apoyo entre en las luchas internas de sus respecti-
la población incluso en el País Vasco. vos partidos.
Tras las elecciones de 1993 los parti- En los años noventa el Partido
dos nacionalistas vasco y catalán jue- Socialista se encuentra en su mayor
gan un papel más importante. Las crisis desde que llegó al poder en
desigualdades económicas y sociales 1982. A los escándalos de finan-
siguen siendo elevadas. La inmigra- ciación se une ahora la corrupción de
ción procedente del Norte de Africa alguno de sus líderes, el problema del
es un nuevo problema en la agenda terrorismo de Estado y el asunto de
política. Se trata de evitar la aparición los GAL. La deslegitimación empieza
de un sentimiento xenófobo en la a ser el problema principal del
población, así como la aparición de Gobierno, que se enzarza en luchas
partidos de extrema derecha, como con el Poder Judicial y que no admite
está ocurriendo en otros países euro- responsabilidades políticas, que pre-
peos. Con los partidos políticos tende subordinar a la responsabilidad
implicados en escándalos de corrup- penal. Las elecciones locales de finales
ción, la opinión pública se vuelve de mayo de 1995 son el anticipo de
escéptica respecto de la política y los cambios estructurales en el mapa de
políticos/as, aunque no tanto del sis- partidos políticos (y de legitimida-
tema político democrático. des). El nuevo reto del sistema políti-
Como bien reflejan Maxwell y co español es conseguir un equilibrio
Spiegel, la transición española se de fuerzas, en el que ninguna de ellas
caracteriza por el consensus. La refle- sea hegemónica, para que se permita
xión sobre las consecuencias que un diálogo a la hora de legislar y se
puede acarrear ese consenso no es un eviten los abusos de poder que dete-
rioran el Gobierno socialista.
1
José María MARAVALL, Luis Carlos BRES- El estudio de Kenneth Maxwell y
SER PEREIRA y Adam PRZEWORSKI, Economic Steven Spiegel ofrece una visión clara,
Reforms in New Democracies: A Social-Demo-
cratic Approach (Cambridge: Cambridge Uni-
breve y sistemática de la evolución de
versity Press, 1993). España desde la transición a la demo-

385
CRITICA DE LIBROS

cracia. El libro permite entender la ticipación de nuevos agentes en polí-


situación actual y realizar una progno- tica, como mujeres y minorías, se
sis de lo que puede suceder a corto ofrecen puntos de vista novedosos en
plazo. El análisis que se realiza está el escenario político. Durante el pro-
bien estructurado. Las citas contienen ceso democrático la legitimidad eco-
una información valiosa y actual sobre nómica del Gobierno se va amplian-
la situación española, incluyendo auto- do hacia áreas de contenido más
res nacionales y extranjeros. La biblio- social. Cada vez aparece más claro
grafía que se presenta es excelente. que la democracia es un proceso y no
Parece que la crisis económica un puerto de llegada2.
mejora, el paro desciende y los/as
políticos aprenden ética. Con la par- Tamyko YSA

CRISTÓBAL TORRES ALBERO


Sociología política de la ciencia
(Madrid, CIS/Siglo XXI de España Editores, 1994)

«La ciencia colegiada, institucio- derribo al discurso tradicional y orto-


nalizada, siempre es vulnerable a la doxo del conocimiento científico
acusación de que no es más que un
“sistema” que sólo defiende su propia
—así como de sus fundamentos epis-
ortodoxia.» temológicos, hasta hace poco inmacu-
John ZIMAN lados—, de tal manera que cuando
recibimos la difícil arqueología del
Una de las más piadosas metáforas saber foucaultiana, que acababa deri-
sobre la evolución del conocimiento vando el saber del poder, o el adiós
científico —como un proceso grada- definitivo a la razón entonado por
cional y acumulativo— era aquella Paul K. Feyerabend, ya podíamos
que acudía al aforismo medieval de imaginarnos que los caminos habían
los enanos contemporáneos que son quedado abiertos para continuar con
capaces de ver más lejos porque van al una deconstrucción de los discursos
hombro de los gigantes clásicos. Pare- científicos (y cientifistas) hecha con
ce que estamos viviendo un tiempo una radicalidad y una virulencia hasta
en que los enanos se cansaron de via- ese momento inesperable.
jar a hombros de gigantes, y decidie- La ironía postmoderna continuaría,
ron que en vez de ver más lejos prefe- de esta manera, por la senda abierta,
rían descubrir que aquello que decían presentando a la ciencia como una
ver los gigantes no era verdad o que,
por lo menos, era sólo su verdad. Así 2
Es importante para este punto leer a
hemos pasado, y estamos pasando, Robert A. DAHL, La democracia y sus críticos
por un proceso de ataque, acoso y (Barcelona: Paidós, 1992).

386
CRITICA DE LIBROS

dama orgullosa, y un tanto autista, tada y bien madura, así como de dis-
demasiado pesada y lenta como para ciplinas y caminos de avance paralelo,
poder esquivar las flechas afiladas que o por lo menos cercano, como la his-
esta postmodernidad rampante le lan- toria y la filosofía de la ciencia.
zaba. Al fin y al cabo, era lanzar todo De esta forma, por sus páginas van
un ataque desmitificador y trivializa- desfilando las tesis clásicas de Robert
dor sobre la ciencia como el metarre- K. Merton, de las que el autor realiza
lato, quizá, más representativo y con una más que minuciosa lectura, revi-
mayor fuerza estructuradora de la sando, delimitando y engarzando sus
modernidad. Tratanto de poner en diferentes etapas y publicaciones.
desoladora evidencia —desde el Pasando luego a las revisiones del
redescubrimiento de los saberes funcionalismo hechas justo cuando la
narrativos, el cotidianismo, la hiper- crisis de la sociología occidental —si
complejidad y el azar— que las viejas utilizamos el término de Alvin
actitudes del positivismo cientifista Gouldner— o simplemente sociolo-
están más desnudas que el emperador gía norteamericana —como insistía
de la fábula infantil. nuestro llorado Juan F. Marsal—
Pero el problema de toda esta empezó a poner severos límites de cir-
deconstrucción y toda esta desmitifi- culación y comprensión a las explica-
cación era llegar a un punto de no ciones funcionales. Se revisa así una
retorno en el que, como en el viejo oleada de versiones etnometodológi-
dicho anglosajón, tirásemos el agua cas, interaccionistas, fenomenológicas
sucia del baño con el niño dentro, y, en general, microsociológicas que
esto es, que gran parte de los avances entraban con fuerza en la sociología
del conocimiento (lo mejor y más de la ciencia, desplazando, en parte,
auténtico y no sólo lo peor y más al sólido monolito funcionalista. Por
falso) se nos vaya por el sumidero. fin, se pasa revista a la era del redes-
Quizá —vamos a ponernos en clave cubrimiento de Wittgenstein, al uso
habermasiana— la ciencia, como la de las teorías narrativas y a la revolu-
Ilustración, es un proyecto inacabado ción cognitivista. En una palabra, el
que hay que criticar para mejorarlo y constructivismo en todas sus versio-
superarlo, y no simplemente negarlo nes abría la recomposición radical,
(o, mejor, denegarlo en el sentido «fuerte o superfuerte», de la sociolo-
freudiano) como actitud más contra- gía del conocimiento científico,
moderna que postmoderna. recomposición que ha acabado crista-
El libro de Cristóbal Torres que lizando en una nueva sociología de la
motiva estas páginas es un magnífico ciencia, preocupada por hacer una
ejemplo de actitud dialógica con el etnografía concreta de la vida laboral
conocimiento científico, desde la de los científicos, lo suficientemente
mejor tradición de la sociología —o, «caliente» como para ser capaz de
mejor, de las sociologías—, hecho a abrir el blindaje que la ciencia, de
partir de una escrupulosa revisión de modo habitual, se ha otorgado como
los hitos de la sociología de la ciencia, forma de autodefensa y diferen-
como línea de investigación ya asen- ciación social.

387
CRITICA DE LIBROS

Paseo, por tanto, por nombres tífico, revisando las tesis clásicas del
como Merton, Barber, Price, Barnes, falsacionismo popperiano y del pro-
Bloor, Mulkay, Knorr-Cetina, Latour, greso científico, con sus epígonos
Woolgar y un larguísimo etcétera, más conocidos, así como la obra de
pero también, y esto es más impor- Fleck como punto de arranque de las
tante, a nuestro entender, paseo por tesis que luego Kuhn se encargará de
una serie de conceptos que estructu- sistematizar, no sin ambigüedades
ran el campo de análisis. Así, el triple notables, y difundir. Por lo que a ren-
acercamiento, orden, poder/autoridad glón seguido se abre un replantea-
y cambio, en el mundo científico, nos miento de la obra de Thomas S.
introduce en el núcleo de la sociolo- Kuhn en buena medida repolitizando
gía política, como conjunto de lógicas y resociologizando sus fundamenta-
explicativas del acontecer científico. ciones o, mejor, mostrando con
Sociología política que se lleva hasta suficiencia que sólo desde una lectura
sus últimos extremos cuando el autor, fuertemente sociologizada de estos
señalando las limitaciones de una fundamentos, y no sólo de su con-
visión únicamente legal-racional de la templación desde lo estrictamente
ciencia, opta por la aplicación com- epistemológico, se pueden defender
pleta de los siempre enriquecedores y los planteamientos del autor norte-
fructíferos tipos ideales weberianos de americano.
autoridad —y, en general, todo el Libro, por tanto, rico y enjundioso,
trasfondo del análisis del poder en que además es susceptible de ser leído
Weber— para centrar su lectura polí- de muchas maneras; o bien como una
tica de la ciencia. La ciencia es un magnífica revisión de los principales
juego de poderes —no sólo de sabe- tópicos —en el sentido anglosajón
res— donde lo carismático, lo tradi- del término— de la sociología del
cional y lo racional-legal se mezclan y conocimiento y de la ciencia, desde
entremezclan, formando una imagen los más conocidos a los más novedo-
que poco tiene que ver con la inocen- sos; o también como una relectura de
te y aséptica representación positivista la sociología de la ciencia, especial-
y/o analítica de la ciencia. Lo mismo mente en su clásica versión mertonia-
ocurre cuando Cristóbal Torres deci- na, defendiéndola de los «excesos» y
de —utilizando a otro gran clásico de ataques desenfocados de las escuelas y
la sociología: Ferdind Tönnies— des- programas más radicales (y también
montar, o al menos limitar, el con- en alguna ocasión más sectarios); por
cepto horizontalista y fraterno de no olvidar una de sus virtudes princi-
comunidad científica para entrar, sin pales, el planteamiento de una polé-
reparos —junto, por ejemplo, con mica valiente entre las posturas con-
Karine Knorr-Cetina—, en otro textualistas de la sociología de la cien-
mucho más interesado, jerárquico, cia y el análisis lógico analítico, más o
anónimo y orgánico de asociación o menos flexibilizado, de la filosofía de
sociedad científica. la ciencia.
En la parte final se plantea el pro- Obra seria, académicamente muy
blema de la ciencia y el cambio cien- bien afianzada, un tanto solemne

388
CRITICA DE LIBROS

para el estilo que últimamente obser- ro pero que no hace más que soslayar
vamos en la sociología actual de la el problema. Al fin y al cabo, como
ciencia (llena de crónicas, diálogos, señalaron Han Gerth y Ch. Wright
historias de vida, estudios de caso, Mills en su clásico Carácter y estructu-
narraciones y hasta incluso ficciones), ra social, los científicos —aunque
cosa, por otra parte, explicable si ellos se crean lo contrario— son uno
tenemos en cuenta que su versión de los grupos más fácilmente mani-
original es una tesis doctoral leída en pulables —por su dependencia de
el año 1992. Sin embargo, este ori- recursos económicos y por su perma-
gen académico inmediato no impide nente y narcisista necesidad de reco-
para nada el que sea un producto nocimientos y estatus— y una de las
maduro, bien equilibrado, con crite- presas más fáciles para los tiburones
rio de autor sobradamente marcado y de la política.
con independencia en la exposición y Pero, aparte de todo esto, la obra
defensa de sus argumentos principa- que aquí nos ocupa nos hace abrir
les; sólo la forma un tanto abrupta en una perspectiva esperanzada sobre la
la que se plantea y se concluye el epí- sociología de la ciencia en nuestro
logo hace que se resienta algo una país, donde parece que goza de buena
obra que hasta ese momento había salud, ya que en estos últimos tiem-
mantenido un ritmo ajustado e pos hemos recibido media docena de
incluso un suave y armonioso in cres- libros en castellano —en un par de
cendo. ellos también figura Cristóbal Torres
Puestos a echar cosas en falta, un como coautor— que se inscriben en
lector quizá algo anticuado, como el la renovación actual de la sociología
que firma estas líneas, encuentra el del conocimiento y la ciencia a nivel
hueco de las lecturas marxianas y sus nacional e internacional. Una genera-
derivaciones más o menos contempo- ción de recambio está llegando con
ráneas. Directamente relacionado con sus tesis y sus libros a la sociología
esto nos aparece en toda la obra una española para continuar una brecha
visión, quizá, demasiado micropolíti- abierta ya por la generación anterior,
ca de la ciencia, con lo que se abre el entre la que cabe destacar aquí la
hueco en sus páginas —casi todo un figura, ya tristemente desaparecida,
«agujero negro»— de las relaciones de de Esteban Medina, que ha dejado
la ciencia con la sociedad política, una estela de la que el libro de Cristó-
considerada esta última en su acep- bal Torres es deudor inequívoco. Muy
ción más general. Poder e ideología pronto, me imagino, veremos llegar
tienden así, en el libro, a ser conside- los estudios de casos concretos referi-
rados más en el marco interno de la dos a la ciencia y la universidad espa-
vida científica que en sus relaciones ñola, lo que será su gran prueba de
con la desigual estructura social gene- fuego; algunos estamos ya impacien-
ral. Refugiarse en la útil, pero insufi- tes por recibirlos y, a la vez, esperan-
ciente, versión del internalismo y do y deseando lo mejor. Si Paul Feye-
externalismo de la sociología de la rabend decía que la filosofía de la
ciencia, es encontrar un refugio segu- ciencia es una disciplina con un

389
CRITICA DE LIBROS

espléndido pasado, pero con un vas para el futuro de la sociología del


dudoso futuro, obras como ésta de conocimiento científico.
Cristóbal Torres nos hacen, afortuna-
damente, concebir mejores perspecti- Luis Enrique ALONSO

PALOMA ROMÁN (coord.)


Sistema político español
(Madrid, McGraw Hill, 1995)

Estamos ante un manual elaborado carente, por paradójico que resulte,


por un grupo de destacados profesio- de una pretensión sistémica en stricto
nales de la Facultad de Ciencias Polí- sensu. No se cierra sobre sí mismo.
ticas de la Universidad Complutense. Sugiere, más que dicta, y así habrá de
Su pretensión, en palabras de la coor- ser leído, como una incitación a la
dinadora de la obra, la profesora profundización.
Paloma Román, es la de ser un ins- Los ensayos que dan contenido a
trumento para cualquier persona cada capítulo se envuelven recíproca-
interesada en saber qué sea el Sistema mente (sistémicamente, podríamos
político español. No se dirige a un decir, en palabras de I. Berlin),
público especialmente versado en las logrando de ese modo mostrarnos el
lides académico-científicas, su afán es Sistema político español de una
clarificador, aspirando a servir a los forma dinámica, viva. Esa es su gran
docentes como apoyo en su quehacer virtud. Como defecto, quizá difícil-
cotidiano. Abundando en esa preten- mente subsanable atendiendo a lo
sión, contiene un elemento que es hasta ahora apuntado, podríamos
clave en su desarrollo, la interacción señalar las duplicidades, los solapa-
de las partes que lo configuran. Los mientos, que afloran en aspectos con-
trece capítulos en los que se divide la cretos.
obra constituyen un amplio esfuerzo La obra comienza con el epígrafe
para acercarnos al panorama de lo dedicado a la evolución histórica y
que en esencia es el tema que les constitucional del Sistema político
ocupa: lo político en España en un español, realizado por la profesora
sentido amplio. Se atienden, así, Carmen Ninou. Un recorrido históri-
desde cuestiones que tradicionalmen- co exhaustivo, en el que la trabazón
te han sido tratadas por la ciencia de argumentativa de los cuatro apartados
la administración hasta temas aborda- gira en torno a la inestabilidad consti-
dos sistemáticamente por la sociolo- tucional española. El siglo XIX , con
gía política. sus continuos y complejos vaivenes,
Se configura el libro como un cri- se nos traslada con claridad y senci-
sol que ha de verse en su conjunto, llez, algo que sin duda percibirán los

390
CRITICA DE LIBROS

estudiantes que se asomen a estas sición política, en la que una volun-


páginas. Tal vez se pudiera echar en tad férrea, aunque abierta, de convi-
falta una mayor dedicación al período vencia democrática se ve en la actuali-
que comprende la Segunda Repúbli- dad cuestionada (p. 56). Los conflic-
ca, como referente básico del devenir tos estudiados entre Estado y autono-
democrático español en el siglo XX. mías se produjeron, y de hecho se
El capítulo segundo, centrado en la producen, como reflejo de la siempre
Constitución española de 1978, está conflictiva relación entre distintos
a cargo del profesor Secundino Gon- sujetos con intereses contrapuestos,
zález. Podemos destacar de entre sus bajo el auspicio de un cierto volunta-
páginas la olvidada voluntad de con- rismo refrendado por el artículo 2 de
senso que imperó en el momento de la CE, en el que la solidaridad entre
su gestación. Recoge del viejo profe- todas las comunidades nos aparece
sor, don Enrique Tierno, la distinción estos días como un sarcasmo (p. 59).
entre «constituciones muro» y «cons- La profesora Román desarrolla, en
tituciones cauce» (p. 45) en su profu- el capítulo cuarto, lo referido a la
so análisis de lo que la Constitución Jefatura del Estado. Después de dedi-
de 1978 aporta en el orden económi- car unas páginas a la evolución histó-
co. La definición de Estado social, y rica de la monarquía, se centra en lo
la posibilidad abierta hacia una socie- que la Corona supone en nuestro sis-
dad en la que los medios de produc- tema político tras la confusión con-
ción sean propiedad colectiva, permi- ceptual provocada por el franquismo,
te al autor alguna valoración sobre la considerado a sí mismo técnicamente
«erradicación» de la transformación como un reino —así lo fue legalmen-
estructural o esencial, tras la caída de te desde 1946— (p. 70). La recupera-
los regímenes socialistas (p. 46). ción de la figura histórica del legíti-
Hecho que lo único que comporta es mo heredero dinástico, don Juan de
un acicate para la imaginación de lo Borbón, sería, pues, una cuestión de
que ha de ser una nueva teoría políti- necesidad moral, de ajuste de cuentas
ca sin tutelajes, sin añoranzas, en la con nuestro pasado. Deuda que va
que el referente de la justicia social no siendo saldada. Un epígrafe dedica la
sólo puede, sino que debe encontrar profesora a la monarquía en la transi-
cabida. ción, en la que el binomio dictadura/
A la organización territorial del democracia fue resuelto con el papel
Estado dedica su atención el profesor destacado del monarca en favor de
Juan Maldonado en el tercer capítulo. esta última. Con el referéndum de
Tras una breve introducción, analiza 1976 como remedio indirecto a la
el pasado que más que encontrarse en vieja polémica en torno a la forma de
el fondo, como indica uno de sus gobierno deseada (p. 72), y tras des-
apartados, se nos cuela por los inters- glosar los componentes y relaciones
ticios del hoy con fuerza, y no sólo en de la casa real, finaliza sus aportacio-
lo que a nuestra organización territo- nes y el capítulo.
rial atañe. Más adelante presta aten- En las Cortes Generales deposita su
ción a lo que supuso de forja la tran- atención el profesor Manuel Sánchez

391
CRITICA DE LIBROS

de Dios, en el capítulo quinto. Su Administración (p. 113), son otros de


primer epígrafe se ocupa del bicame- los temas glosados y llenos de actuali-
ralismo de las Cortes Generales, en el dad. Un aspecto sumamente sugeren-
que tal vez hubiese sido interesante te, por lo que puede suponer en el
desarrollar, con alguna sugerencia, la futuro, es lo que atañe al programa de
posible reforma del Senado. Sobre dirección política, exigible en términos
todo para permitir una mejor articula- políticos, pero no jurídicos (p. 118),
ción a nivel estatal de los intereses de sugerencia tan sólo apuntada por la
las diferentes Comunidades Autóno- autora que, sin duda, desarrollará en
mas (p. 89), superando con ello de sucesivos trabajos.
una forma definitiva la inercia históri- El profesor Sánchez de Dios se cen-
ca con la que se creó la segunda Cá- tra en el poder judicial y la jurisdic-
mara: un planteamiento fundamen- ción constitucional, en el capítulo
talmente dilatorio. Clarificar sus fun- séptimo. Actor de primer orden en los
ciones, dotándolas de contenido, sistemas políticos (p. 130), al que las
supondría un verdadero apoyo en lo coyunturas concretas en períodos de
que se pretende, sugerir intelectual- mutación otorgan un papel protago-
mente incitando al conocimiento. nista. La judicialización de la política,
Al transfuguismo como un efecto o la politización de la justicia, tan en
colateral, si se quiere no deseado, de boga, son buena prueba de ello. La
la prohibición expresa del mandato organización y estructura del poder
imperativo, dedica sus reflexiones el judicial es otro de los objetos de análi-
autor (p. 94). Tema que resurge, des- sis junto a la justicia constitucional y
graciadamente, hemos de decir, cada su papel moderador como legitimador
cierto tiempo en nuestro panorama del sistema político (p. 149). Tal vez
político. El control del gobierno y la pudiéramos demandar un mayor peso
tan manida exigencia de responsabili- en la redacción del profesor a la juris-
dad política son algunos de los aspec- dicción internacional (p. 156) aten-
tos desarrollados con una meridiana diendo al impacto, y posterior engar-
claridad, que casi prologan al siguien- ce, de la legislación comunitaria en
te capítulo. nuestro acervo legislativo.
La profesora Blanca Olías analiza el El profesor Jaime Ferri es el autor
Gobierno en el capítulo sexto. La del capítulo octavo, dedicado a las
composición de éste, el carácter presi- Administraciones Públicas. En él rea-
dencialista del mismo (p. 113) o las liza un meritorio esfuerzo de adecua-
relaciones siempre complejas del ción con el carácter sistémico que
Gobierno con las Comunidades impregna a la obra; así, nos habla del
Autónomas (p. 115) son algunos de subsistema administrativo (p. 162) y
los aspectos en los que se nos ilustra. hace hincapié en su relación con el
La cuestión de confianza (p. 119), el resto del sistema. La lucha contra la
papel del Ministro de la Presidencia y burocratización, contra la primacía de
su «poder» (p. 121), junto al papel de los intereses partidistas, incluso den-
los asesores ministeriales o la dificul- tro de los propios parlamentarios, son
tad de delimitación entre Gobierno y algunas de sus aportaciones (p. 174).

392
CRITICA DE LIBROS

A destacar, también, serían los párra- Los sistemas electorales son el


fos dedicados a los condicionamien- marco en el que la profesora Román
tos que la Administración impone se desenvuelve en el capítulo decimo-
sobre las decisiones políticas (p. 180). primero. Aborda los elementos inicia-
La profesora Román desarrolla con les básicos: voto, censo y administra-
soltura el capítulo noveno, sobre par- ción electoral, para desarrollar más
tidos y sistemas de partidos. Con una tarde los distintos comicios (p. 228).
estructura tripartita, analiza los ante- Con D. Rae como referente, realiza
cedentes y las etapas de transición un balance general del sistema electo-
política y consolidación (pp. 184- ral, en el que la decisión obtiene la
195), para pasar a un balance general primacía como objetivo de la fórmula
de la situación actual de los partidos electoral (p. 234).
y sistema de partidos en España. Siguiendo al profesor Vallés, en lo
Apunta una opción común a los par- que concierne al comportamiento
tidos políticos surgidos para acceder electoral, distingue cuatro dimensio-
de una u otra forma al poder: el prag- nes en la distribución del voto: frag-
matismo. Verificando cómo la ten- mentación, polarización, volatilidad y
dencia a convertirse en «partidos atra- orientación política, con dos cleava-
pa-todo» va en detrimento directo de jes: el universal o ideológico y el
sus postulados ideológicos, algo nacional (p. 237). De un gran acierto
determinante a la hora de entender cabe calificar la inclusión de los datos
nuestro desarrollo como sistema de electorales en el período que com-
partidos (p. 195). Finaliza constatan- prende desde 1977 a 1994, realizada
do la consolidación y firmeza que, por Josep María Reniu (pp. 240-
mal que pese a algunos agoreros, ha 247).
logrado nuestro sistema (p. 201). El capítulo decimosegundo, a cargo
El capítulo décimo es el redactado del profesor Maldonado, arranca con
por la profesora María Esther del el ímpetu que su título acredita: sobre
Campo. En él se centra en los grupos el sentido de la cultura y la política.
de presión en la transición y consoli- Y sobre cultura política en España
dación democrática, viendo en ellos desarrolla su ensayo, dentro de un
un puente entre la sociedad civil y el enfoque claramente sistémico. Sus
Estado, reformuladores de las posibles consideraciones en torno a la práctica
«formas de equilibrio» entre los parti- política se insertan en lo que Arendt
dos políticos y el Gobierno (p. 202). y Bobbio ya nos mostraron: la rela-
Tras el análisis de los sindicatos, los ción entre democracia social y sistema
empresarios, la Iglesia católica y las político es ya un hecho —al menos
Fuerzas Armadas en nuestra sociedad, en gran parte del planeta, debemos
finaliza con una conclusión plena de matizar—. Pero no podemos eludir
serenidad, en la que se destaca más la algo que en nuestro país los profeso-
probidad de la potencialidad demo- res Aranguren y Peces-Barba han
crática que el pesimismo por la falta mostrado: la creciente importancia
de motivación en la participación que la ética, como debe ser, va
ciudadana (p. 221). logrando en el acontecer político, a

393
CRITICA DE LIBROS

pesar de la apatía y el cinismo que los contenciosos aún vigentes de la


nos caracteriza como pueblo (pp. política exterior española: Gibraltar,
259-264). La inclusión del último Ceuta y Melilla.
epígrafe, sobre materialismo y post- Finalizamos también nuestras con-
materialismo, en el que se imbrican sideraciones con una mención inelu-
cultura y cambio social (p. 278), dible. Atender no sólo al sistema y
tiene un claro marchamo incitador, sus aledaños, sino al ambiente y las
de revulsivo intelectual hacia las interacciones entre ambos, hubiera
«cohortes más jóvenes» que, sin duda, enriquecido sin duda las páginas,
agradecerán. trescientas, que hemos analizado.
Cierra la obra el maestro Ramón Diera la impresión de que se coque-
Cotarelo. El decimotercer capítulo teó con la idea sin que ésta lograra
parte de la herencia del pasado, de una forma eficiente, de ahí la necesi-
nuestros condicionantes, para expli- dad de demandarla. En esa línea,
car la política exterior española. siguiendo a D. Easton, podríamos ver
Europa, y el vuelo que sobre nuestras cómo la dedicación de una excesiva
conciencias colectivas ha pendido, atención a los outputs, a las respuestas
hacen de ésta el «cuasi-exterior», más de las conductas de los miembros del
aún, si cabe, tras el ingreso español sistema, en detrimento de los inputs,
en 1986 en la hoy Unión Europea. de las demandas, hace que el sistema
Ese es el centro sobre el cual gravita- de retroalimentación se resienta, des-
ron, y aún gravitan, todos nuestros virtuándose el conjunto. Los procesos
esfuerzos en el entorno mundial, de conversión y la capacidad del siste-
incluso los referidos a la política con ma de emprender acciones construc-
los Estados Unidos o América Latina. tivas quedan discriminados cuando,
Política esta última que, tras el de hecho, condicionan, conforman-
esfuerzo del V Centenario, no exento do, su conducta posterior. El hoy
de un cierto celo propagandístico, ha como heredero del ayer y progenitor
visto conseguida, a través de las cum- del mañana se resiente.
bres de Jefes de Estado y de Gobierno La opinión pública, los posibles
de los países iberoamericanos, una electores, unidos a los entornos
configuración práctica de lo previsto mediáticos, son un factor decisivo en
por nuestra Constitución: la Co- los «renovados» sistemas democráti-
munidad Hispánica de Naciones cos. La legitimidad, la fuerza, descan-
(p. 295). A pesar de ello, nuestra sa hoy más que nunca, parafraseando
aportación como mediadores entre a V. Havel, en aquellos que precisa-
Latinoamérica y la Unión Europea mente no ejercen el poder, y eso es
está aún por desarrollar. Tras afrontar algo difícil de olvidar.
el papel de España en el área africana
y mediterránea, termina la obra con Juan Carlos CUEVAS LANCHARES

394
CRITICA DE LIBROS

JEAN CUISENIER
Le feu vivant. La parenté et ses rituels dans les Carpates
(París, Presses Universitaires de France, 1994)

«La estructura social es como una que en las sociedades carpáticas el


concha marina.» parentesco se ejerce —se «actualiza»,
A. R. RADCLIFFE-BROWN le gusta decir a él— por medio del
rito.
Tras veinticinco largos años de tra- Volveremos sobre esto al final de
bajo de campo en Rumanía, el profe- esta breve reseña. Ahora veamos
sor Cuisenier ha escrito una obra de cómo estructura su trabajo y hagamos
gran interés («El fuego vivo: El paren- un esbozo de sus contenidos.
tesco y sus rituales en los Cárpatos, pen- Para empezar, y deteniéndonos
diente aún su traducción al castella- unos instantes más en la citada
no) por lo ambicioso de la empresa, «Introducción», podemos destacar
su espíritu modernizador y, muy algunos aspectos fundamentales de la
especialmente, por lo que sin duda se obra que ya se apuntan en ésta. Uno
considerarán importantes aportacio- de ellos sería el gran hincapié que
nes teóricas en el campo de la inter- empieza a hacer el autor desde el
pretación del rito. principio (p. 18) —y que, luego se
Publicado en febrero de 1994, sus verá, es tremendamente coherente
casi quinientas páginas —escritas con con el núcleo de su argumentación y
un estilo que demuestra una evidente con el bagaje teórico que utiliza—
voluntad literaria, e incluso poética, en la importancia de plantearse la
sin duda reflejo de la vocación huma- aprehensión de los fenómenos cultu-
nista del autor (aunque tal vez esto rales como una realidad plurisensorial
pueda también atribuirse a la influen- en la que cada gesto, cada olor, cada
cia de una determinada tradición cambio de entonación y demás aspec-
francesa)— nos introducen, con un tos del lenguaje no verbal tienen
rigor no exento de pasión, en el fasci- tanta importancia como los aspectos
nante mundo de las sociedades carpá- textuales de los mismos: «Como si la
ticas. Sociedades éstas que, hasta hace vida fuese una ópera». De ahí la sen-
relativamente poco tiempo, no sibilidad y, casi diríamos, el mimo
habían sido estudiadas por la antro- con los que ha tratado el material
pología social anglosajona ni por los etnográfico, su preocupación por
etnógrafos franceses, pues no eran trasladarlo hasta nosotros con la
consideradas —al igual que les suce- mayor fidelidad posible (tanto los
día al resto de las sociedades euro- textos como el sonido, la imagen, el
peas, como apunta el mismo Cuise- movimiento, etc.), aun si algunas de
nier en sus primeras líneas— materia las decisiones que toma en este senti-
de estudio para esta disciplina. do pudieran ser discutibles (por ejem-
Ya en la «Introducción», el autor plo, su decisión de dar más importan-
adelanta lo que será su principal desa- cia a lo musical que a lo poético, o la
fío y posterior conquista: demostrar de que al traducir la poesía de los tex-

395
CRITICA DE LIBROS

tos rumanos ha procurado que éstos granítico régimen de Ceaucescu se


tengan el sonido «de la vieja poesía desmoronaba para dar paso a una
francesa»). revolución con problemas de identi-
Otra muestra de ese interés por la dad. Al profesor Cuisenier hay que
fidelidad al hecho etnográfico es el reconocerle también, por cierto, el
principio que se impone el profesor mérito y la intención de haberse pro-
Cuisenier de trabajar sobre versiones puesto incorporar a su estudio dichos
íntegras de los textos asociados a los cambios recientes, acaecidos cuando
mitos y no sobre resúmenes de los la obra estaba ya en un estado muy
mismos, como suelen hacer en otros avanzado de elaboración, práctica-
casos otros autores. No acaba de que- mente a medio hacer.
dar clara, en mi opinión, por otra En estos capítulos iniciales, el autor
parte, y a pesar de sus explicaciones empieza por hacer (cap. 1) una des-
(p. 23), la objetividad del criterio con cripción del escenario físico y econó-
el que decide que de todas las varian- mico donde transcurre la acción de
tes existentes de un determinado esta «ópera», deteniéndose a comen-
texto asociadas a un determinado rito tar las visiones opuestas que de este
es una la que, de manera inequívoca y tema tenían, por un lado, la cultura
casi pareciera que tangible, tiene pri- tradicional de los pueblos y, por otro,
macía sobre las demás. Esta orienta- el régimen comunista y supuestamen-
ción epistemológica del autor, que se te modernizador de Ceaucescu («el
ve reflejada en distintas ocasiones a lo arrasador», «el demonio», «drácula»)
largo de la obra (como cuando dice, con su destrucción y/o remodelación
por ejemplo, que la antropología de los antiguos pueblos y su diseño
social debe proceder de una determi- frío, impersonal y racionalista —bási-
nada manera para «validar sus hipóte- camente orientado hacia la producti-
sis», p. 28), es, desde mi punto de vidad— de nuevos espacios urbanos.
vista, uno de los aspectos más critica- Impetu modernizador, a la par que
bles de esta obra. Pero de todo esto destructivo, que se ve reflejado tam-
nos ocuparemos más adelante. De bién en el empeño que puso el régi-
momento, veamos cómo se sigue men comunista en acabar con la cul-
desarrollando este trabajo que, por tura tradicional de los hutuli, por
otra parte, es sin duda muy interesan- citar un ejemplo de resistencia a los
te y magistral en su género. racionalizadores al que el autor presta
En los primeros capítulos del libro especial atención —aunque, según
(caps. 1 al 5) nos situamos en el lugar éste, dicho espíritu de resistencia
y en el tiempo. Tres pueblos: Dobrit- estuviera mucho más generalizado.
sa, Sîrbi y Sucevitsa, en tres zonas Al final del capítulo, el profesor
distintas de Rumanía: Oltenia, Mara- Cuisenier, coherente desde el primer
mures y Bucovina, respectivamente. momento con un afán comparativo
Y una época, los últimos veinticinco que es sin duda enriquecedor, exami-
años, particularmente agitada y cam- na los efectos de dicha modernización
biante en la historia de esas socieda- en los tres pueblos elegidos como
des carpáticas, que han visto cómo el objeto de su estudio.

396
CRITICA DE LIBROS

Pasa después a describir (cap. 2) ese pastoralismo como forma preeminen-


mismo escenario físico tal y como es te de organización social de estos
subjetivizado por sus habitantes, con pueblos) encendían ritualmente un
referencias a las emociones y senti- fuego cuando querían establecer un
mientos que despierta en ellos, el asentamiento humano en medio del
simbolismo y las leyendas con los que bosque, entre los lobos, más allá del
se asocia y, sobre todo, los medios límite. Era como inaugurar unas tie-
que utilizan para hacerlo suyo, para rras, y las tierras en Rumanía, según
sentir que esa tierra es suya y poder Cuisenier, están siempre relacionadas
así utilizar la expresión tara noastra con los antepasados. Empezamos así a
(«nuestro país, nuestra tierra»). De introducirnos en el mundo del paren-
este modo, en un primer acercamien- tesco.
to al tema de los fuegos, nos habla de En los capítulos 4 y 5, el autor se
los que se encendían en honor de San detiene a examinar, en una primera
Jorge «para que el frío salga de la tie- aproximación al problema, distintas
rra» y de los que, por extensión, se teorías sobre el rito: Frazer, Durk-
encendían en los picos de los montes heim, Lévi-Strauss; y presta especial
de los Cárpatos y que, según el autor, atención a las de este último («el rito,
eran una forma de que sus habitantes con sus repeticiones, intenta unir lo
se apropiaran de su tierra. que en la vida es discontinuo», el rito
En su camino hacia el estableci- consiste en «palabras dichas, gestos
miento de la conexión fuego-rito- hechos, objetos manipulados») y a
parentesco, hacia la demostración de ciertas aportaciones de la semiología
que el parentesco en los Cárpatos se —que no deja de estar, como es evi-
ejerce primordialmente por medio del dente, muy relacionada con el estruc-
rito, el profesor Cuisenier se detiene turalismo—, para luego aplicarlas al
después para hablarnos del bosque análisis de un primer rito que para él
como naturaleza y peligro por oposi- está relacionado con el parentesco: los
ción a los asentamientos humanos fuegos vivos, que dan título al libro.
(cultura y seguridad). El bosque habi- Nos cuenta que los fuegos vivos
tado por seres extraordinarios, reales son esos fuegos que encienden los
—algo con lo que acabó Ceaucescu— pastores de una manera ritual para
o imaginarios; el bosque que alimenta fundar un establecimiento humano
pero que también mata; el bosque, en los márgenes del bosque y para
zona misteriosa donde se sacrifica ins- evitar desastres naturales como el que
trumentalmente un cordero; el bos- las ovejas dejen de dar leche, la mala
que como terreno marcado simbólica- suerte, etc. Su conclusión es que el
mente. fuego vivo es un ritual polisémico de
Cómo contribuye esto a establecer purificación, protección, agregación y
la relación entre fuego, rito y paren- fundación que sirve, como no podía
tesco se hace evidente en los siguien- ser menos, para controlar lo aleatorio
tes capítulos (caps. 3 al 5), donde se (proceso lógico de primer orden,
nos explica cómo los pastores ruma- como ya demostró E. E. Evans-Prit-
nos (se dedica todo un capítulo al chard en su seminal ensayo Brujería,

397
CRITICA DE LIBROS

Magia y Oráculos entre los azande). del mayor interés que, finalmente,
Una necesidad de control o de ges- recogerá en sus conclusiones. Yo opto
tión que se hace más evidente cuando por hacer esto último y, para no
el asentamiento humano que se va a entorpecer este resumen meramente
establecer no es el meramente provi- orientativo de contenidos, dejaré mi
sional de algunos pastores con sus comentario sobre este tema para el
ovejas, sino un asentamiento perma- final.
nente de hombres, mujeres, niños, En el capítulo 6, el profesor Cuise-
vecinos, parientes, amigos, etc., en el nier nos habla de los ritos asociados
que lo aleatorio ya no es solamente lo con el nacimiento y, en concreto, de
natural, sino también lo social. Es por las ursitoare o hadas del destino, unos
eso importante hacer bien el rito del personajes que juegan un papel
fuego vivo, no sólo para que el hom- importante en la determinación del
bre se lleve bien con la naturaleza, destino del recién nacido, un nuevo
sino para que lo haga también con los miembro de un sistema de parentes-
otros hombres. co. Una vez más, la preocupación por
El resto del capítulo 5 lo dedica el la incertidumbre existencial (que tal
profesor Cuisenier a demostrarnos de vez no esté tan presente en la vida de
qué manera, como decíamos antes, la las gentes como desearían, exageran-
tierra está indisolublemente asociada, do en alguna medida, los antropólo-
en la cultura de estas sociedades car- gos) y acaba con unas líneas sobre la
páticas, con los antepasados y, por coexistencia de tres sistemas de creen-
tanto, con el parentesco, como ya cias: el de la Iglesia, el tradicional y el
comentábamos más arriba (tienen del régimen comunista de Ceaucescu.
una palabra —mosi— que incorpora Sin embargo, empieza el capítulo 7,
los dos conceptos: tierra y antepasa- dicho régimen no ha restado impor-
dos; aunque quizá tampoco debería- tancia ni fuerza al parentesco. Su
mos abusar del léxico como prueba importancia no es, por otra parte —se
infalible de nuestros asertos). defiende, curiosamente, Cuisenier—,
Unas páginas más atrás, el capítu- una invención de los antropólogos; «la
lo 4 se cerraba, en ese espíritu de gente se la da realmente».
Cuisenier de contextualizar y poner al En este capítulo se nos describe en
día su trabajo, con un comentario de detalle el sistema de parentesco,
plena actualidad haciendo referencia haciéndose especial hincapié en la
al hecho de que, hoy por hoy, después coexistencia de varias terminologías
de los cambios acaecidos en la recien- distintas y en cómo éstas se utilizan
te historia de Rumanía, para los habi- estratégicamente (al igual que las
tantes de estas regiones carpáticas, lo alianzas, como veremos más adelante)
aleatorio está representado por el para progresar. Así, por ejemplo, si el
mercado libre. prestigio social de la familia del mari-
A lo largo de su exposición y entre- do es menos elevado que el de la
tejidas con ella, el autor va desgra- familia de la mujer, ésta mantiene su
nando aquí y allá una serie de consi- apellido. De todas estas consideracio-
deraciones teóricas y metodológicas nes, el autor concluye que los colate-

398
CRITICA DE LIBROS

rales y aliados definen más la posición diferencias existentes en su organiza-


de una persona que el propio linaje o ción social.
descendencia, algo que de alguna El capítulo 10 lo dedica a la des-
manera viene condicionado (¿o deter- cripción de las bodas en Sucevitsa
minado?) por un tipo de organización (Bucovina), en las que el aspecto más
social pastoralista en el que la aso- destacable es el papel que desempeña
ciación y la cooperación con el grupo la palabra y la función que cumple el
de parentesco más idóneo para el pro- rînduitor o maestro de ceremonias
greso es (o era) lo que primaba. que comparte con el sacerdote la
Los siguientes capítulos (caps. 8 al dirección del rito. Fiel a su espíritu
12) están dedicados a hablarnos de minucioso y siempre en busca de la
uno de los ritos más importantes y al polisemia total, Cuisenier describe
que, a pesar del título del libro, se con detalle el ritual de bodas
dedica más atención y extensión: el dividiéndolo en doce secuencias.
ritual de bodas. El profesor Cuisenier El segundo tipo de boda es el que
entra de lleno en la descripción e tiene lugar en Sîrbi (Maramures)
interpretación de estos ritos, que son (cap. 11), en el que el protocolo de la
los que con mayor nitidez le permiten ceremonia profana es más complejo
ilustrar su teoría de que el parentesco que el de Sucevitsa porque se celebra
se ejerce mediante el rito. en casa del novio y de la novia, entre
Para empezar (cap. 8), el autor se otras diferencias que el autor enume-
detiene en la explicación de las dife- ra con detalle. En este segundo tipo
rencias entre los sexos, de los roles de boda destacan dos personajes espe-
sexuales y sus consecuencias en el tra- ciales: el gonfaloniero o director del
bajo, la indumentaria y demás deta- rito para la juventud viril y la cocine-
lles del aspecto externo, la elección de ra, directora del oficio matronal de la
pareja mediante el canto y la danza boca, que son los dos aspectos dife-
como medios privilegiados. renciales que el profesor Cuisenier
A continuación (caps. 9 al 12) nos destaca y analiza en relación con este
acerca, con entusiasmo y minuciosi- tipo de boda.
dad, al examen del ceremonial de Y el tercer tipo (cap. 12) es el que
bodas, de los grandes ritos nupciales, se celebra en Dobritsa (Oltenia), con
de la gran fiesta de la alianza que sus variantes, sus marchas y contra-
tiene, entre otras consecuencias marchas más o menos complejas,
(¿cumple la función?), la de recompo- dependiendo de si las familias viven o
ner la unidad doméstica y recombinar no alejadas; o con sus otras diferen-
los bienes patrimoniales. El profesor cias a subrayar respecto a los otros
Cuisenier obser va los rituales de dos modelos de boda, como la insti-
bodas en los tres pueblos objeto de tución del concacs o director del rito,
estudio de este trabajo (dedica un que comparte también esa función
capítulo a cada uno de ellos), apre- con el sacerdote ortodoxo, o la inter-
ciando en éstos notables diferencias vención musical de los lautari, siendo
que, según el autor, vienen determi- los dos aspectos más importantes que
nadas (¿o condicionadas?) por las caracterizan a este tipo de boda,

399
CRITICA DE LIBROS

según el autor, la exaltación del oficio parece casi un comodín), en forma de


de la palabra y el oficio especializado esos fuegos rituales que sirven para
del canto. hacer morir definitivamente («¡Que el
Como cuarta y última parte de su fuego te queme, Muerto!») a los posi-
libro, el profesor Cuisenier incluye bles aparecidos —vampiros, fantas-
tres capítulos que titula globalmente mas—, para evitar que vuelvan a cru-
«La transmisión de bienes. El acceso zar el límite que separa la vida de la
al otro mundo», y en ella se ocupa, en muerte y provoquen el horror y el
primer lugar (cap. 13), de los sistemas pánico entre los vivos (y/o entre los
de herencia y de la importancia que estructuralistas; ver Mary Douglas,
tiene el matrimonio en la transmisión Pureza y Peligro); fuegos rituales que
del patrimonio familiar, algo que ilus- son lo contrario de los fuegos vivos
tra también con el comentario de que fundan un asentamiento, la vida
temas tales como el de las reglas que —aunque, curiosa y paradójicamente,
existen para determinar la edad ideal a través de la tierra relacionan con los
de los novios, sus comportamientos ancestros.
pre y postmatrimoniales, el número En este capítulo, el profesor Cuise-
de hijos ideal, el estatus de los recién nier empieza por examinar dos tipos
nacidos y la existencia de brujos de de lamentaciones, de ritualización de
fecundidad que conjuran las fuerzas los sentimientos de duelo: las realiza-
del mal (incluidos los vampiros y la das por aficionados espontáneos y las
vieja Muma Paduri) que impiden que llevadas a cabo por especialistas pro-
las mujeres puedan tener hijos, etc. fesionales (luego veremos su impor-
Las últimas páginas del capítulo se tancia como protagonistas de la
ocupan de analizar los problemas y forma casi pura de mito y rito que
conflictos que, respecto al tema de la constituyen las Aubes o, en traduc-
herencia, surgen en el seno de una ción libre de este crítico, Alboradas).
fratría, especialmente las diferencias Analiza también, en páginas posterio-
entre los hermanos mayores y el res, variantes del rito tan interesantes
menor, tema que se refleja también, como los funerales de un «muerto-
de manera especial, en un determina- casado», por la que —siempre con la
do cuento del folklore local. idea de que un muerto no se sienta
Y llegamos así, finalmente, al capí- insatisfecho con los vivos y no vuelva
tulo en el que nos acercamos a otro a reclamarles algo, provocando al
de los grandes ritos mediante el cual, hacerlo la ruina de comunidades
según Cuisenier, también se celebra el enteras— si un joven muere sin
parentesco: los funerales, que unen a haberse casado se le ofrece una cere-
vivos y muertos pero que también sir- monia de bodas combinada con su
ven para romper los lazos que los funeral para que se vaya contento al
unen y que deben ser rotos efectiva- otro mundo. Más adelante y en esta
mente si no se quiere que esos muer- misma línea explica también otras
tos vuelvan en forma de aparecidos. atenciones que se tienen con los
Un rito en el que aparece una vez más muertos para que no vuelvan: se les
el fuego (que a fuerza de polisemia lava y se les viste, se les pone su mesa

400
CRITICA DE LIBROS

con comida en el pomana o banquete rencias, solucionando así una oposi-


funerario; incluso se les mete dinero ción que existía entre ellos (en la
en el bolsillo por si tienen que pagar mente de algunos antropólogos)
algún tipo de peaje en su viaje hacia como formas más o menos elaboradas
el Más Allá. Aunque, por supuesto, si de pensamiento?—, el profesor Cui-
a pesar de todo el muerto vuelve se senier concluye: «Si las Alboradas
aplica, aunque no se le cita, lo que ya funcionan es porque tienen su sitio
definió en su día Evans-Pritchard en los ritos funerarios.» El rito y el
como «elaboración secundaria de la mito se conjugan para el ejercicio del
creencia». parentesco.
Desligar a los vivos de los muertos Así, pues, me gustaría resumir mi
es, en definitiva, lo que se pretende comentario crítico de este interesante
conseguir con este rito, y «Desligar» ensayo diciendo que, a un nivel más
(Dezlega) es el verbo que utiliza el superficial, tal vez hubiese sido desea-
sacerdote cuando absuelve al agoni- ble que ese eclecticismo metodológico
zante, para ayudarle a romper los que aplica el autor a su trabajo (y que
lazos que le atan al mundo y, sobre incluye, entre otros, enfoques históri-
todo, a sus parientes y aliados. Y esto, cos, semiológicos, estructuralistas, lin-
para el autor, es una prueba más de güísticos y artísticos) y que, por otra
que el parentesco en las sociedades parte, es un elemento enriquecedor,
carpáticas se ejerce principalmente en hubiese quedado más integrado a
la ritualidad. nivel interno (y con el tema que se
Finalmente, el último capítulo per- trataba) y menos mecánicamente sepa-
mite al profesor Cuisenier entrar de radas sus partes, como si fueran com-
lleno en lo que para él es un ejemplo partimentos estancos o una salsa que
perfecto de la existencia de un mito no hubiera ligado. Y eliminaría tam-
dentro de un rito: las «Alboradas». bién ciertos excesos en el estilo litera-
Como un científico que descubre por rio que a veces hacen su lectura confu-
fin al microscopio la molécula perfec- sa (por ejemplo, el uso de la imagen
ta y en estado puro que estaba bus- «fuego», utilizada a veces como con-
cando, analiza esos cantos funerarios cepto estricto y otras como metáfora
llevados a cabo por profesionales en literaria excesivamente elástica).
situaciones rituales muy codificadas y A un nivel más profundo, mi críti-
cuyos contenidos relacionan el ca se dirige al fundamento epistemo-
mundo de los vivos con el mundo lógico de la obra. Y es que si para
mítico del Más Allá. Como en la Radcliffe-Brown la estructura social
antigüedad griega, oriental, india o era algo tan real y tan tangible como
egipcia, el mito en las Alboradas se una concha marina, para el profesor
presenta, según el autor, en fragmen- Cuisenier parecen serlo el mito y el
tos de variantes múltiples que apare- rito. Son su concha marina. Con esto
cen en una situación ritual muy pre- quiero decir que, en mi opinión, se
cisa: los funerales. Y para reforzar esa produce una cosificación y un trata-
idea de alianza o fusión perfecta entre miento bastante mecánico de concep-
mito y rito —¿conciliando las dife- tos que en la realidad son bastante

401
CRITICA DE LIBROS

vagos, intangibles y, por supuesto, cipio, la seriedad, la exhaustividad y


discutibles. Por su forma de referirse la pasión con las que el profesor Cui-
a ellos, a veces parece como si el autor senier ha abordado una empresa de
estuviera manejándolos físicamente, dimensiones considerables; su ética
como si fueran modelos de armar. Me reivindicación del rito —frente al
pregunto si es el enfoque más adecua- mito— como una forma de pensa-
do. Me pregunto si la utilización de miento no textual —como el mito—,
todos esos términos y expresiones pero igualmente racional, y lo esti-
procedentes de la semiología («ejes mulantes y sugerentes que serán, sin
semánticos que cortan y cortan el duda, sus puntos de vista sobre estos
campo de significaciones») y de algu- temas para quienes comparten con él
nas corrientes, más o menos imperan- el mismo paradigma.
tes, de la misma antropología social Finalmente, y si tuviera que resu-
no son también un ejemplo de dicha mir lo que, en mi opinión, constituye
cosificación y si esa constante distin- el verdadero núcleo teórico de este
ción entre «nosotros» y «ellos» no ensayo, diría que al final de tan largo
plantea o debería plantear un proble- periplo lo que tiene lugar es un cierto
ma ético, tal vez demasiado sutil para ajuste de cuentas, un enfrentamiento
algunas sensibilidades. entre lo no verbal y lo verbal, entre el
Me pregunto, para concluir, si no rito y el mito, entre el profesor Cuise-
son mucho más adecuados, y arrojan nier y la figura paterna de Lévi-
mucha más luz sobre la condición Strauss, todo ello muy estructuralista
humana, tratamientos, por citar un y dirimido en el terreno del ya anti-
ejemplo célebre, como el que dio el guo debate sobre la racionalidad. Sin
profesor Lienhardt a la religión dinka embargo, curiosamente, tiene un
en su bien conocido trabajo. final feliz: acaba en empate.
En el cajón de lo positivo habría
que destacar, como decíamos al prin- Juan FERNÁNDEZ DÍAZ

ANA DE MIGUEL ALVAREZ


Cómo leer a John Stuart Mill
(Madrid, Júcar, 1994)

Cómo leer a John Stuart Mill es un que le reinvindica como un pensador


exhaustivo análisis del pensamiento de primera fila y con personalidad
social y político del autor inglés. Este propia.
estudio se inscribe en la nueva inter- La autora, después de subrayar
pretación del pensamiento de Mill algunos aspectos generales del pensa-
que le presenta como un pensador miento de Mill, analiza sus dos textos
complejo, sistemático y riguroso y más influyentes y apasionantes, Sobre

402
CRITICA DE LIBROS

la libertad y La sujeción de la mujer. función de las élites es la de ensan-


En el primero de ellos, el propósito char y enriquecer las posibilidades de
de Mill es investigar acerca de «la felicidad humana. Más aún, llegará a
naturaleza y los límites del poder que decir que los genios son la sal de la
puede ejercer legítimamente la socie- tierra.
dad sobre el individuo». El autor La defensa de la soberanía del indi-
inglés parte de una premisa: el pro- viduo y la necesidad de las élites son
blema político fundamental no es ya las dos ideas fundamentales que arti-
la defensa de la libertad como un culan el liberalismo milleano. Hay
derecho del pueblo contra un supues- que señalar la influencia que el pensa-
to poder despótico, sino el cuestiona- miento de Alexis de Tocqueville ha
miento del derecho del pueblo a asfi- ejercido sobre Mill. Los dos autores
xiar opiniones contrarias a él. comparten las mismas preocupacio-
Frente a la coacción de la mayoría, nes —la invasión de la autonomía
Mill afirma el principio de libertad. individual por el Estado o por la
Libertad de expresión, pensamiento y sociedad— y realizan diagnósticos
discusión. ¿Cuáles son los límites de muy parecidos —defensa de la liber-
la libertad? Total libertad para las tad individual—. En definitiva, son
acciones que no lesionan los intereses- muy similares los problemas que
derechos ajenos. El concepto de liber- plantean y muy semejantes las solu-
tad de Mill desemboca en la defensa ciones que ofrecen. Ambos defienden
de la individualidad como conquista la libertad, pero en ambos se perciben
de la autonomía. Este pensador defi- profundos miedos a determinadas
ne la individualidad como una elec- formas de igualdad, en la medida en
ción entre normas y modelos sociales que ambos interpretan la igualdad en
alternativos de comportamiento. En clave de uniformidad.
otras palabras, la individualidad no es En su concepción del individuo,
otra cosa que la realización del propio Mill tiene un pie en la postmoderni-
proyecto vital. Una de las preocupa- dad. La propia autora señala su tono
ciones centrales del pensamiento de nietscheano al señalar que el peligro
Mill es el temor a que el Estado y la que amenaza a la humanidad es la
burocracia resten autonomía y liber- carencia de impulsos fuertes y al con-
tad al individuo. Su exaltación de la minar a los hombres a que actúen de
soberanía del individuo le lleva a cri- acuerdo con el «yo quiero» y no con
ticar lúcidamente el despotismo de la el «yo debo».
costumbre y la opinión pública sobre Hay una cuestión de orden políti-
el individuo. co, sin embargo, en la que Mill y
Ahora bien, a juicio de Mill, las Tocqueville divergen sustancialmente.
individualidades se desarrollan mejor Esa cuestión es el análisis que hacen
en sociedades dirigidas por élites. del estatus que las mujeres tienen y
Estas pueden contribuir de una deben tener en la sociedad. Mill escri-
manera especial al progreso, experi- be La sujeción de la mujer en la última
mentando diferentes e innovadores etapa de su vida, en 1869. Muy pocos
modos de organización social. La filósofos importantes han considera-

403
CRITICA DE LIBROS

do la situación social de inferioridad te en uno de los teóricos del movi-


de las mujeres como un problema miento sufragista.
político y social de la suficiente mag- Mill cuestiona la teoría que sostie-
nitud como para dedicarle un libro. ne que las mujeres poseen una natu-
Con enorme lucidez, Mill impugna raleza específica y complementaria a
moral y políticamente la inferioridad la de los varones, pues, señala, en el
social de las mujeres. Señala que la estado actual del conocimiento
lucha contra esa marginación se ins- humano nada puede saberse acerca de
cribe en la lucha contra el prejuicio y cuál sea la auténtica naturaleza de la
la costumbre. Ahora bien, en su opi- mujer. Lo que sí se sabe es que la
nión, el prejuicio se sustenta en el educación que reciben las mujeres
interés. Es decir, todos los varones, está orientada a la abnegación y sacri-
independientemente de la clase social ficio a los demás y no a desarrollarla
o la raza a la que pertenezcan e inde- como persona autónoma.
pendientemente de sus cualidades El autor inglés concluye subrayan-
físicas, intelectuales o morales, disfru- do los efectos positivos que producirá
tan de una relación de privilegio res- la igualdad de los sexos. Argumentos
pecto a las mujeres. Mill pertenece a de índole moral —la igualdad de los
una tradición intelectual que explica sexos es una condición necesaria para
el origen de la subordinación de las el desarrollo moral de la humani-
mujeres en el prejuicio y no la biolo- dad— y de carácter consecuencialista
gía. François Poullain de la Barre o —incremento de la capacidad o com-
Maty Wollstonecraft precedieron a petencia instrumental de la sociedad:
Mill en esta crítica al prejuicio. «el desperdicio del potencial de talen-
Stuart Mill analiza la marginación tos naturales de la mitad de la especie
de las mujeres como un problema aparece como un derroche que la
político primordial. La sujeción de las sociedad no se puede permitir»— son
mujeres pone en entredicho el con- utilizados por Mill para mostrar los
cepto de democracia. Para Mill, la vía efectos benéficos que la liberación de
fundamental de profundizar en la las mujeres puede tener en la historia
democracia es a través de la democra- de la felicidad humana.
cia sexual, sobre todo en la familia. Como conclusión, hay que subra-
¿Es posible denominar democracia yar que la publicación de Cómo leer a
—se pregunta Mill— a un sistema John Stuart Mill es una importante
político que excluye a las mujeres de contribución a la literatura española
la ciudadanía y, por tanto, de la parti- sobre el pensador inglés.
cipación política? Con La sujeción de
las mujeres, el autor inglés se convier- Rosa COBO

404
CRITICA DE LIBROS

A. LUCAS MARÍN
La participación en el trabajo. El futuro del trabajo humano
(Buenos Aires, Ed. Lumen, 1995)

No es en absoluto reciente el acon- exhaustivo trabajo académico inicia-


tecimiento de la participación en el do en 1982, síntesis de la observación
trabajo, al haber ido ligado al movi- directa y del análisis sociohistórico,
miento obrero desde los primeros que el autor ha efectuado durante
brotes de la revolución industrial en estos últimos años en los países nór-
Inglaterra, extendiéndose a las socie- dicos, en la ex Yugoslavia, en Israel,
dades industrializadas como un en los países bálticos, en algunos paí-
intento práctico de dar una serie de ses del Este de Europa, en Japón, en
soluciones a la crisis surgida de aque- Latinoamérica y, en definitiva, en
llos profundos cambios, que ha ido todos aquellos lugares donde se lleva-
repitiéndose en las sucesivas etapas ron a cabo «experimentos pilotos» o,
del capitalismo, así como en las dife- como él denomina, «genuinos» de
rentes evoluciones que han sufrido los democracia industrial. Asimismo, su
países fundamentalmente occidenta- actividad intensa como miembro del
les, y que se debate en la actualidad RC-10 de ISA y del Subcomité Ibero-
en la maraña de hechos contradicto- americano, dedicados ambos de
rios en los que se mueve la sociedad manera plena al estudio de la Partici-
tecnológica avanzada, calificada por pación y Autogestión, en donde se
bastantes analistas como sociedad de han realizado diferentes seminarios en
la información. Además, constituye, Perú, México, España, Chile, Alema-
por sus características, un fenómeno nia, Portugal, etc., ha desembocado
sociológico que debe ser estudiado en en una innovadora conjunción socio-
todas las épocas, y a través de cual- económica, y en una integración teó-
quier manifestación que presente. rica de las peculiaridades más destaca-
Pero, en el ámbito de las ciencias bles sobre el autogobierno en las
sociales, ¿a qué nos referimos concre- organizaciones.
tamente cuando hablamos de partici- Por tanto, todo aquel lector/a que
pación en el trabajo, qué alcances quiera documentarse y profundizar
tiene, cómo se manifiesta, qué evolu- en el cooperativismo, en la autoges-
ciones ha tenido, qué perspectivas tión, en la cogestión y en la democra-
ofrece para el futuro del trabajo cia industrial y económica, entre
humano y, por último, qué contradic- otros, hallará en este libro un valioso
ciones presenta y cuáles han sido los trabajo intelectual que, desde el
resultados más favorables? Todas estas ámbito interdisciplinar y la orienta-
respuestas las encontramos en un ción sociológica, ha sistematizado los
excelente libro que el profesor Lucas conocimientos más importantes sobre
Marín ha elaborado recientemente y la participación en el trabajo y cons-
que tiene por título La participación truido una rigurosa reflexión estruc-
en el trabajo. El futuro del trabajo turada en planteamientos teóricos,
humano. Esta obra es fruto de un que se encaminan a situar el tema en

405
CRITICA DE LIBROS

el campo de la sociología, donde, a su otra parte, se exponen los objetivos


vez, se articulan los modelos y expe- que tienen las empresas que están
riencias concretos habidos hasta el orientadas bajo el prisma democráti-
momento presente. co, y las desventajas que suponen los
De esta manera, el autor dedica los intentos de participación en el
dos primeros capítulos a las preocu- mundo laboral. Se concluye con la
paciones teóricas que se encargan de puesta en práctica del autogobierno,
ubicar el tema en estudio en la pers- que viene motivado por esa acepta-
pectiva global anteriormente mencio- ción de la democracia que ha traspa-
nada de las ciencias sociales y en la sado el ámbito político más general,
perspectiva particular de la ciencia todo ello comprendido en un
sociológica. Así, en el capítulo prime- ambiente intelectual que está capaci-
ro: «El autogobierno en las organiza- tado, en principio, para poner en
ciones económicas», la participación marcha la democracia en una organi-
en el trabajo aparece, en palabras de zación.
Lucas Marín, «como uno de los gran- En el segundo capítulo: «El estudio
des temas básicos de reflexión de la empírico de la participación», se
sociedad moderna», y ya en las últi- adentra en la misma dimensión de la
mas décadas el término democracia realidad que supone este aconteci-
industrial abarca «la puesta en prácti- miento, y que está enmarcado en los
ca del poder por parte de los trabaja- estudios empíricos que se pueden
dores en las organizaciones producti- efectuar. En este sentido, se ponen de
vas, desde el puesto de trabajo hasta manifiesto las dos grandes teorías que
las relaciones económicas que condi- tratan el tema: la crítica y la funcio-
cionan su actividad, y la consiguiente nalista, y el conocimiento que se debe
distribución más igualitaria del con- tener sobre los experimentos, estudios
trol y la jerarquía» (p. 21). A partir de de casos y estudios de campo que se
aquí empiezan a proliferar diversos han llevado a la práctica. Destacan,
conceptos que aluden a la democracia por tanto, seis modelos de partici-
industrial —democracia organizativa, pación, en los que el denominador
autogestión (self-management), parti- común apunta directamente a la bús-
cipación de los trabajadores, coges- queda de soluciones para evitar la
tión, codeterminación, control por alienación y la insatisfacción en el
los trabajadores, participación en la trabajo, y desarrollar las actitudes y
dirección, democracia participativa las aptitudes positivas en los hombres
en el trabajo, democracia en el lugar y mujeres que trabajan, en orden a un
de trabajo, autoempleo, autogobier- equilibrio psicosocial y una óptima
no, dirección participativa, dirección integración funcional. Los modelos se
de alta implicación, autodesarrollo o encuentran distribuidos en diferentes
democracia económica. experiencias socioculturales, señaladas
Tras su conceptualización, se esbo- algunas de ellas más arriba: el coope-
zan los elementos de análisis de la rativismo, la autogestión, la codeter-
participación y la capacidad de elec- minación, la participación en la
ción a conseguir en el trabajo. Por dirección, la democracia económica y

406
CRITICA DE LIBROS

la autogestión latinoamericana. Por trabajo en España», información que,


último, se esbozan algunas técnicas por otro lado, resulta elemental cono-
que nos permiten estructurar este cer para todas aquellas personas que
campo de estudio, y que se concen- deseen tener un acercamiento míni-
tran en los índices de participación o mo a la estructura y esencia que en
los gráficos de control. nuestro país se ha fraguado, y que va
Ciertamente, el núcleo central de desde sus antecedentes históricos, la
este libro gira en torno al modelo más aparición de la economía social, el
extendido y generalizado de partici- papel del Estado y el sistema educati-
pación conocido con el nombre de vo, hasta el ambiente que ha propi-
Cooperativismo. Por ello, el capítulo ciado las cooperativas de trabajo en
tercero: «La aportación del cooperati- España y las sociedades anónimas
vismo», expone bajo la línea evolutiva laborales. Si bien hay que matizar que
e histórica el movimiento cooperativo el rasgo educativo ha llevado a desa-
y sus tendencias (Owen y Fourier, rrollar en las personas una manera de
Aranzadi, Raiffeisen, Charles Guide, concebir la vida menos individualista
Fauquet), que es analizado como una y más solidaria, junto a la fragmenta-
de las ramas de acción del movimien- ción de la estructura franquista inicial
to obrero, que se coloca al lado del del movimiento cooperativo español.
sindicalismo y del socialismo. Y será Y, dando un salto a otro mundo,
la emancipación por acceso a la pro- Latinoamérica se nos presenta como
piedad, tanto en los medios de pro- un horizonte multicultural que absor-
ducción (cooperativas de producción) be los elementos de la participación
como en la distribución (de consu- con todo su bagaje histórico y social,
mo) o en el ahorro (de inversión), el en la que emerge el carácter abierto
propósito básico que se plantea esta que comprende su crecimiento eco-
modalidad de participación, que nómico, los conflictos sociales y las
impregna el espíritu fundador de intervenciones del Estado, que gravi-
aquellas empresas que desean ser tan en una correlación de fuerzas sin
autogobernadas. Sin duda, el paradig- predominio de unas sobre otras. En
ma del cooperativismo se halla ejem- este contexto, las motivaciones que
plificado en grado sumo en la expe- han activado la democracia industrial
riencia cooperativa israelí (el kibutz y han venido de la lucha contra la crisis
el moshav) y en la del cooperativismo económica y la promoción del
de Mondragón; empero, esta última empleo, dada la debilidad de su
contiene los ingredientes básicos del estructura social, al haber puesto más
éxito que puede alcanzar una coope- peso en la distribución de servicios
rativa en casi todas las dimensiones hacia los sectores medios y ricos, y no
sociales, laborales, económicas y haber potenciado la inversión, siendo
humanas que hayamos podido cono- ésta recogida en gran parte por los
cer. sectores extranjeros. Por consiguiente,
Otro bloque del tema que alcanza el capítulo quinto: «Hacia un modelo
el cooperativismo lo representa el de democracia industrial», abarca la
capítulo cuarto: «Las cooperativas de descripción e interpretación de las

407
CRITICA DE LIBROS

experiencias económicas participati- Llegados a este nivel de conoci-


vas en toda Iberoamérica en el trans- mientos sobre la participación en el
curso de los veinte últimos años, trabajo, no se puede dejar de mencio-
guiados por el objetivo de mantener y nar el modelo sueco, que se expone
generar empleo, y por las corrientes en el capítulo séptimo: «Democracia
transmitidas por la Europa occiden- económica: la experiencia sueca», que
tal, cuyas características vienen del representa un modelo mixto en el que
individualismo burgués, anglosajón, se ha intentado mantener el capitalis-
germano y latino; del colectivismo mo en el ámbito de la producción,
del Estado autocrático ruso o eslavo mezclado con una distribución socia-
soviético, y del comunismo libre his- lista de los bienes y servicios produci-
pano. dos. A pesar de lo que implica esta
A continuación, el libro corta esta notable innovación, la experiencia
exposición, para profundizar en dos sueca entra en crisis a mediados de
maneras de ver y de modificar las rea- los setenta, y se origina generalmente
lidades y abre otro capítulo, el sexto: por las dificultades acaecidas en el
«Más allá del capitalismo y del socia- aumento de la igualdad entre los ciu-
lismo», donde Lucas Marín ahonda dadanos, unido al incremento de
en ambas corrientes para depositar inversión de la industria moderna,
una crítica y aportar algunas propues- que confluyeron en distintas variantes
tas de superación. Capitalismo y de fomentación de la democratiza-
socialismo van juntos en un proyecto ción del capital, y que hallaron en los
de sociedad en el que no faltan desa- Fondos de Inversión de los asalaria-
justes, crisis y repercusiones favorables dos o en los Fondos de Renovación el
y desfavorables en los procesos de pro- exponente fundamental de la demo-
ducción y en las configuraciones ideo- cracia económica.
lógicas, y conjuntamente engloban la El capítulo octavo: «Las experiencias
variedad y los extremos que actúan a “blandas” de participación», cierra este
modo del esquema clásico de Hegel libro de documentación, análisis y
de tesis y antitesis. Pero ¿cuál es la consulta elemental a los/as que están
síntesis? La respuesta escueta es siem- preocupados/as por los temas del tra-
pre la búsqueda de soluciones a los bajo y su futuro, y desean conocer el
problemas planteados que el capitalis- horizonte trazado por las últimas ten-
mo ha querido lograr con el Estado dencias. En esta última aportación,
de Bienestar, y el socialismo con su Lucas Marín nos recuerda que no hay
transformación en socialdemocracia. que caer en los extremos y en los
En estos procesos, no deja de ser mitos, que tanto las teorías críticas
menos importante la concepción como las funcionalistas llevan unas al
intelectual ofrecida por la Doctrina dogmatismo y a la concepción objeti-
Social Católica, que adquiere en las vista de la participación, y otras a una
experiencias del solidarismo en Costa atmósfera ideológica empresarial, que
Rica y la cooperativa de Mondragón no quiere perder el último eslabón de
una forma adecuada de legitimación poder —la propiedad—. La partici-
en el trabajo. pación consiste, en gran parte, en

408
CRITICA DE LIBROS

asumir sus riesgos y posibles errores, objetivo de evitar las repercusiones


en no perder el compromiso que per- que conlleva la simplificación y la
manece constante en toda su trayecto- repetición en las actividades laborales,
ria, en no tener como objetivos prio- sin perder por ello los fines econó-
ritarios los económicos, en estructu- micos que tienen planteadas las
rarla con los mecanismos imprescin- empresas en general. Dichas propues-
dibles de la comunicación que está tas requieren nuevos diseños en las
implícita en las organizaciones, en tareas a realizar y modificaciones
empujar más que en tirar y en lograr importantes en el ambiente social y
un hábito contagioso. Por tanto, en tecnológico del trabajo. Ejemplos cla-
los deseos de participación tienen que ros los tenemos en las transformacio-
estar cubiertas las necesidades afecti- nes sufridas en las tareas al aplicarles
vas, las de eficacia y las propiamente la rotación, la ampliación horizontal,
calificadas de participación. la extensión, la ampliación vertical, el
Finalmente, las experiencias de par- enriquecimiento, el plan Scanlon y los
ticipación en el lugar de trabajo nos grupos autónomos de trabajo, todo
sitúan en el contexto histórico de la ello sin alterar las relaciones de poder
Escuela de las Relaciones Humanas, en las organizaciones, que destapan el
que ha mostrado preocupación por el taylorismo subyacente que todavía
estudio de la satisfacción y de la parti- permanece en el seno de las mismas.
cipación en el trabajo, si bien este El libro de Lucas Marín es, en
esquema se ha distanciado relativa- suma, una obra que invita a la refle-
mente del tratamiento sociológico que xión sobre la incertidumbre del traba-
estos hechos normalmente requieren, jo humano y a la orientación concreta
por la supremacía de la eficacia y práctica que demanda la partici-
empresarial. De cualquier modo, se pación en el trabajo.
han producido varias propuestas de
organización en el trabajo, con el Violante MARTÍNEZ QUINTANA

BRUNO LATOUR y STEVE WOOLGAR


La vida en el laboratorio. La construcción de los hechos científicos
(Madrid, Alianza Universidad, 1995)

Desde que Bruno Latour y Steve este campo en las últimas tres déca-
Woolgar publicaran en 1979 este pri- das. Latour y Woolgar abordaron el
mer estudio etnográfico de una inves- estudio de la práctica científica con
tigación en ciencias naturales, La vida metodología antropológica. Su pro-
en el laboratorio se ha convertido en pósito fue tratar a los científicos
un clásico de los estudios de la cien- como miembros de un grupo cultural
cia y en un texto clave para entender diferente, sin reconocerles a priori
el giro sociológico experimentado por ningún rasgo que les eximiese del

409
CRITICA DE LIBROS

análisis etnográfico. Ahora bien, ¿por ciones históricas de la ciencia suelen


qué este enfoque? ¿Y cómo mantener estar más interesadas en la justifica-
la imparcialidad, cómo subrayar el ción de los méritos relativos de los
exotismo y relativizar las aserciones actores o en dramatizar momentos
de la forma de conocimiento más que se consideran claves a posteriori
prestigiosa de nuestra propia cultura? que en describirla neutralmente; los
El dilema que enfrenta el antropó- diarios dan una imagen acaso más
logo ante la ciencia es el de creer el fidedigna de lo que ocurre en el labo-
discurso de los actores (volverse nati- ratorio, pero rara vez proporcionan
vo) o no creerlo (e incurrir en una datos sobre el contexto que hace
apostasía que nuestra cultura abomi- interpretables y significativos los
na). Un modo de afrontar el proble- acontecimientos consignados en ellos.
ma es observar que los científicos Por eso se necesita la práctica antro-
producen versiones discrepantes de su pológica, para recuperar a través de la
trabajo, versiones que tienen lecturas observación participante in situ y de
diversas y cuestionables. En la prácti- la descripción exhaustiva algo del
ca, los científicos logran eludir el pro- carácter artesanal y cotidiano de la
blema teórico de la indefinida inter- práctica científica.
pretabilidad de sus exposiciones Así, por ejemplo, la distinción emic
(inconclusividad) y aseverar a menu- entre lo técnico y lo social crea un
do que sólo existe una lectura correc- problema de coherencia disciplinar a
ta. El procedimiento que siguen la antropología de la ciencia. La dis-
puede describirse analógicamente tinción de lo social y lo técnico-inte-
como la imposición de «filtros» que lectual es un recurso básico que los
reducen el «ruido» de las posibles actores usan para guiar su selección
alternativas hasta lograr a una señal de materiales y procedimientos en el
coherente. Los «filtros» son el orden curso de la práctica científica ordina-
metodológico que permite dar signifi- ria; pero, además, la emplean como
cado a las experiencias y las observa- recurso instrumental para producir
ciones de los actores. narraciones sobre su propia práctica.
El orden metodológico puede des- Para ellos, lo técnico parece ser lo
cribirse en términos de criterios, esencial de la ciencia, y lo social algo
estándares, etc., aceptando literal- contingente y accesorio. Pero ningún
mente la descripción emic de los nati- etnólogo hace esa diferencia cuando
vos. No obstante, la conciencia refle- estudia otras culturas; no distingue,
xiva de los científicos no responde a valga el caso, entre «lo Nuer-social»,
los mismos intereses que la de los accesible al análisis etnográfico, y «lo
sociólogos observadores y, por tanto, esencial Nuer», que no lo sería. Todo
el crédito que éstos conceden a esa antropólogo confía en escribir un
descripción es diferente. Para los informe que haga globalmente inteli-
sociólogos, las publicaciones formales gible la cultura estudiada. El interés
de los ciencia deforman o estilizan explicativo de Latour y Woolgar atra-
sistemáticamente la actividad en que viesa y borra esa dicotomía, pues la
surgen sus productos; las reconstruc- práctica de la investigación es simul-

410
CRITICA DE LIBROS

táneamente técnica (esotérica) y yen puede leerse como referido al


social (producto de una sociali- laboratorio de Guillemin (objeto
zación), y se rige en ambos casos por observado) y también como referido
reglas, usos y costumbres dirigidos a al laboratorio de Guillemin (objeto
mantener el consenso de una comu- relatado), tanto a las prácticas «fisio-
nidad. lógicas» de construcción socio-técni-
Esta es la razón por la que la cuali- co-textual de Guillemin como a las
ficación «social» desapareció del sub- prácticas «etnográficas» de construc-
título (La construcción de los hechos ción socio-técnico-textual de Latour y
científicos) en la segunda edición del Woolgar.
libro. El término social tenía sentido Para analizar esas prácticas, Latour
cuando era una noción antagónica y Woolgar se concentran en los
que se oponía a «científico» o «técni- microprocesos donde los actores inter-
co» en la visión heredada (positivista actúan de formas regulares y recu-
y mertoniana) de la ciencia. Pero rrentes. Estos desembocan en la esta-
¿qué sentido tiene mantenerlo cuan- bilización provisional y raramente
do se reconoce que todos los procesos unánime (no-matizada) de una defi-
materiales y simbólicos, todas las nición (éxito) o la renuncia a lograrla
prácticas de transformación e inscrip- (fracaso). El análisis de esas interaccio-
ción que se ejecutan y transmiten en nes revela rasgos clave para la inteligi-
el laboratorio son acciones, hechos bilidad del laboratorio. Primero, quie-
sociales? nes lo habitan «trabajan», esto es, se
De otro lado, y como corolario de involucran en una serie de transforma-
esto, importa señalar que los etnógra- ciones. Segundo, los actores emplean
fos no hacen en su «campo» nada inscriptores (prácticas e instrumentos)
diferente a los científicos naturales en para transformar/representar cierta
su «laboratorio»: mediante herra- porción de materia en una inscrip-
mientas interpretativas probadas en ción. Tercero, un aspecto extraordina-
estudios previos y sistematizando al rio de los inscriptores es su capacidad
máximo los procedimientos experi- para desaparecer cuando han ejecuta-
mentales y de observación, tratan de do su tarea. Los actores los olvidan
dotar de orden a problemas constitui- tan pronto aceptan la inscripción, a la
dos por conjuntos irregulares de que así llegan a considerar expresión
observaciones. Por tanto, la investiga- directa de la sustancia o materia
ción de Latour y Woolgar se reconoce transformada por el aparato. No obs-
plenamente reflexiva. La cuestión no tante, lo que suelen denotar los acto-
es sólo cómo se construyen hechos en res es que la inscripción «expresa» una
el laboratorio y cómo puede dar realidad independiente que existe más
cuenta de ello un sociólogo, sino allá de ella. Cuarto, el trabajo tiene
también cuáles son las diferencias, si límites: acaba cuando se aprueba una
las hay, entre la construcción de inscripción. Pero ésta no es el pro-
hechos y la construcción de descrip- ducto final, sino un documento al que
ciones. La respuesta de Latour y se somete a un minucioso escrutinio
Woolgar es que todo cuanto conclu- para dotarlo de un significado que, ya

411
CRITICA DE LIBROS

elaborado, se usará como evidencia minar la factualidad de un hecho lla-


para construir un objeto específico. mando la atención sobre los procesos
Los científicos usan las inscripciones de su construcción y criticándolos,
como base del trabajo rutinario de algo que demanda el empleo de
escritura que acaba en una nueva ins- modalidades. Una modalidad es una
cripción (artículo) que puede incluir cualificación de la «objetividad» de
la primitiva inscripción v. gr., una un hecho y tiene seis niveles: un
curva. enunciado puede ser ignorado y no
Este conjunto de rasgos hace del citado; puede ser destruido bajo la
laboratorio un sistema de inscripción calificación de especulación o error;
literaria. (Eso explica la obsesión de puede ser devaluado mediante moda-
sus miembros por etiquetar, codificar lidades negativas como «ser dudoso»
y archivar cada ítem material que o ver reducido su estatus al de «suge-
emplean.) Todos los insumos (ener- rencia», «intuición» o «conjetura»;
gía, animales, plantas, reactivos, apa- puede ser reforzado mediante modali-
ratos, técnicos, doctores) que el labo- dades positivas como citas, aporta-
ratorio adquiere son medios para la ción de evidencia o articulación con
producción de inscripciones. La meta otros hechos y teorías; se consolida
de un sistema de inscripción literaria cuando se refiere a él sin emplear
es la persuasión de sus lectores. Esta modalidades; y es casi indestructible
no se produce hasta que todas las cuando se le cita por su nombre (v.
fuentes potenciales de persuasión gr., efecto Faraday o ley Gay-Lussac)
(procedimientos técnicos y argumen- o cuando se lo omite, dándolo por
tos lógicos) dejan de ser cuestionables supuesto como fundamento de lo que
y, por tanto, desaparecen del texto. El se afirma. La importancia de la
procedimiento clave para la sanción modalización es tal que puede afir-
de la credibilidad y la «objetividad» marse que las inscripciones públicas
de un hecho es que los actores con- de la ciencia son las armas de una
cuerden en la identidad de dos ins- virulenta lucha por persuadir a otros
cripciones sobrepuestas. En el caso mediante la generación y defensa de
estudiado por Latour y Woolgar, una modalidades.
nueva sustancia se acepta como un Cuando una afirmación alcanza el
hecho cuando la curva espectrográfica último nivel es un hecho; cuando se
de una depuración natural coincide la reduce al primero no es más que
(casi) exactamente con la de un pre- un artefacto. Si la primera preocupa-
parado artificial previamente identifi- ción de los actores es producir hechos
cado y, dadas sus especiales condicio- —lo que no siempre logran—, la
nes de producción, esta coincidencia segunda es sin duda eludir o, en su
puede repetirse a voluntad. defecto, localizar y destruir artefactos.
Esta fórmula retórica se llama La producción de hechos exige elimi-
triangulación —las dos inscripciones nar todo elemento subjetivo o contin-
y el presunto objeto son los vértices gente que los oponentes puedan usar
del triángulo— y nunca es definitiva- para modalizarlo negativamente. Por
mente estable: siempre es posible eso, los científicos dedican mucho

412
CRITICA DE LIBROS

esfuerzo a la rutinización de las prác- NH2 o que se parecía a ese compues-


ticas precisas para su estabilización to sintético, sino que el TRF era
mediante la instrucción de los agen- Pyro-Glu-His-Pro-NH2. El predica-
tes, la normalización de los aparatos y do se hizo absoluto y se abandonó
su funcionamiento y la automatiza- toda modalización.
ción de los procesos. Conviene no reificar la existencia
Desde esta idea, que hace global- del TRF, no involucrarse en el ritual
mente inteligible la conducta de los en que participan los actores. El TRF
actores, es posible estudiar un caso, sólo es la diferencia entre dos curvas
un descubrimiento: el del TRF. obtenidas de distintos procesos, el
Latour y Woolgar estudiaron cómo el efecto de singularizar una señal sobre
grupo de Roger Guillemin determinó un fondo de «ruido biológico», proce-
la estructura del TRF (factor libera- so que se basa en la posibilidad de
dor de tirotropina), una proteína ori- lograr un nivel de «ruido» estable (la
ginada en el tiroides que regula la meta de la depuración). Su identidad
actividad endocrina y, por ende, las (su morfología, según un lenguaje
funciones de crecimiento, desarrollo y taxonómico compartido) y sus efectos
metabólicas del hipotálamo. (Este (la sintaxis de sus covariaciones con
descubrimiento recibió el premio otras identidades en otros contextos)
Nobel, lo que avala la calidad del tra- no pueden mantenerse sólidamente
bajo científico bajo inspección.) Las unidos por sí mismos. El carácter
descripciones ortodoxas de la ciencia «exterior al sujeto» u «objetivo» de un
presentan el proceso como un con- hecho es una atribución que no
junto de inferencias a partir de suce- puede escapar, que no puede produ-
sos pasados. Sobre el terreno parece cirse fuera de «las redes sociales y
más propio describirlo como una materiales en las que continuamente
serie de decisiones acerca de un futu- se construyen y destruyen» (p. 206).
ro incierto. Circunstancias contin- Los hechos son «hechos», fabrica-
gentes (sobre todo los recursos huma- dos activamente por los actores.
nos y técnicos disponibles) condicio- Claro que puede decirse que «la reali-
naron decisivamente el objetivo y los dad» es la causa última de ello; pero
procedimientos de investigación, así la existencia de artefactos sólidos y
como los estándares para considerar duraderos muestra que «la realidad»
satisfactorio un resultado. En el tolera muchas interpretaciones dispa-
punto crucial, todo dependía de la res simultáneamente. Los científicos
habilidad de un químico cuya capaci- suelen presentar su trabajo como el
dad de convicción se basaba en los registro de un objeto previamente
resultados que obtuviera de su espec- oculto, pero sus actos son más inteli-
trógrafo. Cuando las inscripciones de gibles como acciones orientadas a
las muestras artificial y depurada reducir alternativas potenciales a la
obtenidas en éste fueron idénticas, no identidad postulada de una entidad o
hubo más objeciones. Ya no se afir- proceso. Esa reducción depende
maba que el TRF tenía un espectro mucho de qué se considere conven-
«similar» al de Pyro-Glu-His-Pro- cionalmente evidencia negativa, esto

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CRITICA DE LIBROS

es, de la interpretación que se dé a las construyen en el laboratorio, y éste es


discrepancias entre inscripciones que el proceso que merece estudiarse:
se contrastan para producir una iden- cómo los científicos emplean los
tidad a partir de su igualdad o dife- recursos a su alcance para reducir la
rencia. incertidumbre sobre la asociación de
Así, por ejemplo, en el caso del ciertas acciones con ciertos enuncia-
TRF, «un estudio centrado en unos dos. Así resulta aparente el carácter
pocos individuos del laboratorio pro- «idiosincrásico, local, heterogéneo,
duciría probablemente una versión contextual y polifacético de las prácti-
del TRF en términos de sus carreras. cas científicas» (p. 153) y que el
Si se centrase en la red de grupos para conocimiento es una construcción
los que el TRF constituye una herra- «social» —y no el producto accidental
mienta analítica es más probable que de determinantes «externos» a la prác-
acentuase su uso como técnica. Las tica de la investigación.
afirmaciones acerca de la universali- Los tradicionales factores «exter-
dad de la ciencia no deberían oscure- nos» son, de hecho, frecuentemente
cer el hecho de que el TRF, entendi- «internalizados». En la observación de
do como “una sustancia recientemen- campo se aprecia cómo numerosos
te descubierta”, existe sólo dentro de intereses y preocupaciones se mezclan
los confines de las redes de los endo- en las discusiones «técnicas». Entre
crinólogos. Su consideración como ellos pueden citarse la preocupación
aproblemático se reduce a algunos por la difusión de la información
cientos de investigadores. Fuera de (distinción entre hechos construidos
estas redes, el TRF simplemente no recientemente o establecidos de anti-
existe» (pp. 110-111). guo), la ocasional regulación verbal
Este enfoque es, obviamente, prag- de lo que suelen ser interacciones
mático: sólo afirma la existencia de lo tácitas orientadas a ejecutar adecua-
que se cree causalmente eficiente, una damente ciertas operaciones, la preo-
atribución que los actores negocian cupación por la fiabilidad y credibili-
apelando a muestras empíricas (ins- dad de los métodos, el interés por el
cripciones) de sus habilidades técni- porvenir de algunas teorías de la dis-
cas. Construyen así su autoridad y ciplina, la valoración de la personali-
devienen portavoces autorizados dad y el prestigio de otros investiga-
(representantes) de los objetos cuya dores, etc. También se constata la
existencia y significado defienden. El enorme dificultad de segmentar las
razonamiento científico es «sólo» interacciones verbales en descriptivas,
parte de un fenómeno complejo de técnicas, teóricas, etc., aspectos que
prácticas de interpretación que com- ocurren casi siempre simultáneamen-
prende negociaciones locales, a te —y suele ser imposible decidir el
menudo tácitas, evaluaciones en estatus formal de una misma frase,
constante mutación y actos tanto pues puede variar a lo largo de la
inconscientes como institucionaliza- interacción—. En ningún caso se
dos. Las diferencias entre el razona- observan formas de intercambio ver-
miento científico y el cotidiano se bal o no-verbal que no puedan docu-

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CRITICA DE LIBROS

mentarse en interacciones similares una oración que postula un objeto; de


de la vida cotidiana; sólo el tema es otro, corresponde a un presunto obje-
esotérico. to independiente. Conforme la afir-
En la investigación, el razonamien- mación gana crédito, el referente va
to analógico, más que la lógica ganando realidad y la oración la va
deductiva, domina la construcción de perdiendo. Cuando las modalidades
hipótesis y su puesta a prueba en la desaparecen ocurre la inversión y el
experimentación. La visión heredada objeto deviene la causa del enunciado,
de la ciencia basa toda su arquitectura obviando cómo se ha construido la
argumental en un solo tipo de ligazón relación entre la etiqueta-creencia y
lógica entre conceptos: «A es o no es las prácticas-observaciones-contenido.
B». No obstante, ésta es sólo una de Tres argumentos apoyan este punto
las muchas variantes que emplean los de vista. Primero, la dificultad de des-
científicos. Formas como «A se parece cribir adecuadamente lo exterior con
a B», «A me recuerda a B» o «A independencia de los objetos y he-
podría ser B». Todos estos vínculos chos que se supone lo forman —que
analógicos son fértiles herramientas la descripción de la realidad (científi-
de razonamiento científico. De ca o no) se limite casi siempre a refor-
hecho, son los medios esenciales para mular las mismas afirmaciones que se
la práctica de la extensión de conceptos, emplean para hablar de los objetos
que sirve para manipular redes cogni- muestra que el realismo es tautológi-
tivas tanto en ciencia como en otras co—. Segundo, los actores discuten
áreas especializadas de discurso y en continuamente si una afirmación
la vida cotidiana. refiere realmente a algo ahí fuera o es
Las circunstancias locales que inspi- un artefacto que no refiere a nada. En
ran buena parte del razonamiento el curso de las luchas modalizadoras
analógico y determinan las estrategias los mismos científicos, debatiendo «el
locales de producción factual cambian mismo objeto», pueden adoptar pos-
deprisa y eso hace que cuando se turas realistas, relativistas, idealistas,
publican los resultados esos factores escépticas, etc. Tercero, el mejor
resulten banales para los lectores (no argumento es la existencia de artefac-
inciden en la «reproducibilidad» del tos: la eliminación de un artefacto
«hecho» en otros lugares; no son alia- tenido antes por un hecho es un acto
dos esenciales de la red que puede social de de-construcción de la reali-
reproducir el «hecho»). Por eso suelen dad. Este proceso muestra cómo
obviarse. No obstante, merece aten- puede destruirse el «efecto de verdad»
ción el modo cómo su desaparición de las operaciones de división e inver-
ayuda a factualizar un descubrimien- sión y, a la inversa, cómo se logra ese
to. La supresión se produce mediante efecto. En conclusión, la realidad no
división e inversión. Mientras se duda puede emplearse para explicar las
de él, un enunciado sólo es una ora- creencias porque el «efecto-realidad»
ción sometida a modalidades. Cuando está constituido por las bases de esas
la controversia empieza a estabilizarse creencias. De nuevo, conviene repe-
el enunciado se divide: de un lado, es tir que no se afirma que los hechos

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CRITICA DE LIBROS

no sean «reales», sino que los sujetos 1. Construcción: el trabajo prácti-


los construyen mediante formas de co mediante el que se producen y
interacción que integran su propio superponen inscripciones y narracio-
camuflaje como parte de la técnica de nes que se apoyan o desacreditan
construcción. mediante modalidades. Esto implica
Un argumento que se usa a menu- dos cuestiones clave: primero, que
do contra este punto de vista es el de tras obser var la construcción de
la eficacia. Pero es el caso que no hay «hechos» y la deconstrucción de
posibilidad de verificación indepen- «artefactos», la realidad no aparece
diente de un hecho fuera del conoci- como causa sino como resultado del
miento que se tiene del propio hecho. cierre de una controversia; segundo,
Se afirma que un análisis «objetivo» que la distinción entre hecho y arte-
debe dar idéntico resultado en cual- facto ya no puede ser el punto de par-
quier laboratorio, pero puede obser- tida del estudio de la actividad cientí-
varse que los análisis de una muestra fica porque es mediante las operacio-
dan resultados que se evalúan como nes prácticas que constituyen esta
idénticos en diversos laboratorios sólo actividad que los científicos senten-
cuando, por cierto, son «buenos» cian qué es real y qué sólo aparente.
laboratorios. Y la definición de un 2. Campo agonístico: si es el cierre
buen laboratorio es que sus análisis de las polémicas sobre modalidades lo
coinciden casi siempre con los de los que dictamina la realidad, entonces
otros «buenos» laboratorios. Un no es ésta sino aquéllas quienes regu-
medicamento cura lo mismo en Euro- lan la actividad científica y hacia las
pa que en Africa siempre que no haya que ésta se orienta principalmente.
sido desvirtuado por una manipulación Esto implica que la realidad existe
incorrecta y los sujetos sean similares, sólo como una entidad sólida en cam-
es decir, siempre que la red en que se pos agonísticos estabilizados.
inserte el objeto científico sea (signi- 3. Reificación. Cuando una afir-
ficativamente) idéntica a la de origen mación se estabiliza, puede proceder-
y referencia. A lo largo de la historia, se a su materialización o reificación
la ciencia se ha apoyado en filosofías en teorías, inferencias, habilidades
realistas cuando ha gozado de mayor prácticas, conocimiento tácito o ins-
crédito social y en otras convenciona- trumentos Estos elementos son recur-
listas cuando éste ha disminuido. De sos esenciales para factualizar otras
igual modo proceden los científicos afirmaciones y, en el desempeño de
particulares en función de la seguri- ese rol, pueden agruparse bajo el tér-
dad que les inspiran sus afirmaciones mino «fenomenotécnica».
concretas. 4. Circunstancias. Las circunstan-
Como resultado del análisis etno- cias no son irrelevantes, no «rodean»,
gráfico de la acción científica en el «influyen» o «causan» los descubri-
laboratorio, Latour y Woolgar elabo- mientos, sino que la ciencia está com-
ran cinco conceptos que permiten pletamente fabricada a partir de las
articular teóricamente observaciones circunstancias. Los materiales, las
y notas de campo: prácticas, la evidencia, las habilidades

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CRITICA DE LIBROS

que se alían para producir y defender coste-beneficio varía con el tiempo,


hechos son circunstanciales. Aún de modo que no pueden ofrecerse
más, es mediante prácticas locales reglas ni garantías de que un cierto
concretas (de modalización, división «hecho» sobrevivirá indefinidamente.
e inversión) como la ciencia parece El corolario de todo ello es que la
escapar a toda circunstancia. ciencia no «devela» la realidad, sino
5. Ruido. O, más bien, razón que es una dura lucha por construir-
señal/ruido. Es una premisa del estu- la. El laboratorio es el lugar donde
dio de Latour y Woolgar que cuando concurren las fuerzas que lo hacen
un actor consigue estabilizar una posible. Los científicos no son tauma-
señal nítida sobre un fondo reducido turgos ni farsantes, sino personas
de ruido, otro actor es capaz de utili- enfrentadas con un caos del que sólo
zar eso como recurso para reducir el les separa una delgada lámina de
nivel de ruido de su propia área de papeles con inscripciones y los apara-
estudio. tos que las materializan. El desorden
es la regla, y mantenerlo apartado del
Todos los conceptos apuntan a que orden cognitivo y conductual produ-
toda actividad científica se orienta a cido en el laboratorio (y en cualquier
la transformación de una serie de afir- otro ámbito de vida social) es un tra-
maciones igualmente probables en bajo arduo y oneroso. El resultado es
otra donde (en el caso óptimo) una la realidad, el conjunto de afirmacio-
es necesaria y las otras imposibles. nes cuyo coste de cuestionamiento es
Eso implica crear orden a partir de un demasiado elevado. De otro modo, lo
conglomerado desordenado de circuns- real es lo que no se puede cambiar a
tancias gracias al empleo de recursos voluntad, lo que res-iste. En este sen-
materiales que permiten producir ins- tido, no hay diferencia entre el analis-
cripciones, que son el medio de trans- ta que estudia y el científico estudia-
ferir información seleccionada de un do. La vida en el laboratorio rechaza
medio caótico a un marco estable repetir la imagen familiar de un
donde permanece ordenada. El orden sociólogo estudiando a un investiga-
se sostiene siempre que se puedan dor que, a su vez, estudia la naturaleza.
eludir afirmaciones del tipo «también Muestra, por el contrario, a los soció-
podría afirmarse que...» mediante logos reconociendo que su trabajo es
actividades retóricas y prácticas de sólo una de las formas de actividad
persuasión (que a menudo consisten científica, que es a su vez sólo una de
en elevar el coste de la crítica para los las maneras como la vida se organiza.
potenciales oponentes mediante la En suma, el resultado de la cons-
acumulación de aparataje oneroso y el trucción de un hecho es que parece
endurecimiento de los criterios y revelado, que no ha sido construido
requisitos de prueba). La meta final por nadie; el efecto de la acumulación
es producir una caja negra cuyo coste de técnicas retóricas es que los actores
de deconstrucción sea insufragable quedan convencidos de que no han
por los actores presentes en el campo sido convencidos —sino que han
agonístico. Por supuesto, la relación apr(eh)endido algo objetivo—; el

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CRITICA DE LIBROS

resultado de la materialización es que pensamiento y práctica, entre natura-


los actores creen que el aparataje leza y sociedad. Todas esas dicoto-
tiene un rol ancilar del proceso de mías resultan de la actividad científi-
pensamiento; respecto a las circuns- ca del laboratorio y tienen por fin
tancias, simplemente se desvanecen; coadyuvar a la solidificación de
y, por fin, la naturaleza queda consti- hechos. Estos, como las normas y las
tuida por todo aquello de lo que instituciones sociales, son orientacio-
nadie se imagina poder dudar y lo nes colectivas para la conducta legiti-
social por todas las creencias que madas por la expectativa razonable
podrían ser cuestionadas y que, por de su valor de supervivencia o pro-
tanto, podrían ser convencionales. moción de las metas de los actores
La conclusión final de Latour y cuyas decisiones orientan: nosotros,
Woolgar es que conviene rechazar la científicos naturales, científicos
distinción apriorística entre lo técni- sociales y actores legos.
co y lo social, entre hecho y artefac-
to, entre lo interno y lo externo, Juan M. IRANZO
entre ciencia y sentido común, entre Rubén BLANCO

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