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🍅El día internacional de la tomatina🍅

La Tomatina es una fiesta que se celebra en el municipio


valenciano de Buñol (España). Se celebra siempre el último
miércoles del mes de agosto, dentro de la semana de fiestas de
Buñol y consiste en que los participantes se arrojan tomates los
unos a los otros.
Actualmente la noche anterior a este miércoles se denomina "la de
la empalma", término que alude a ir de fiesta hasta el amanecer,
disponiendo para ello de chiringuitos patrocinados por el
ayuntamiento y de locales gestionados por vecinos abiertos
exclusivamente para este día.
La guerra de tomates, o
‘Tomatina’, ha sido una
tradición muy importante en
Buñol desde 1944. Si bien no
se sabe con certeza cómo se
originó este suceso, una
teoría muy popular dice que
surgió de un disturbio que hubo y en el que se atacó al asesor de
gobierno con tomates. Al parecer la gente disfrutó tanto de este
acto de rebeldía, que al año siguiente se volvió a realizar y así
hasta nuestros días. Otras teorías barajan la posibilidad de que
haya comenzado gracias a una pelea de comida entre amigos, o
como consecuencia de un derrame de tomates de un camión. No
obstante, durante el gobierno de Francisco Franco esta
celebración fue prohibida porque no había ningún motivo
religioso que la justificara, pero en 1959 volvió a celebrarse.
En torno a las 10 horas comienza el
primer evento de La Tomatina. Es el
"palo jabón", una cucaña que consiste
en subir a un poste engrasado para
alcanzar un jamón colgado en la parte
superior. Una vez que alguien ha
conseguido soltar el jamón del palo,
se da la señal para el comienzo de la
batalla de tomates, que suele ser sobre las 11 del mediodía,
cuando suena la carcasa o traca y comienza el evento principal.
Seis camiones son los encargados de distribuir las casi 150
toneladas de tomate entre los asistentes, que desde 2013 tienen
aforo máximo de 22.000 personas: los vehículos pasan a un ritmo
muy lento entre la multitud congregada en el recorrido (calles San
Luis, Cid, y Plaza del Pueblo) mientras un grupo de vecinos de la
localidad, subidos a los volquetes de los vehículos, se encargan de
repartir los tomates entre la gente, lanzándoselos.
Uno de los grandes momentos de la fiesta se produce cuando las
cajas de los camiones se levantan, volcando gran cantidad de
tomates y jugo sobre las calles, a los que la gente se lanza para
regodearse en ellos y recoger munición.
Después de
exactamente una hora,
la lucha termina al
disparo de la segunda
carcasa anunciando el
final. Toda la plaza
queda teñida de rojo y
se forman ríos de jugo
de tomate. El proceso de limpieza de las calles lo realizan las
brigadas de limpieza de la localidad, ayudadas por los propios
vecinos. Los participantes suelen aprovechar el agua de las
mangueras para quitarse el tomate pegado al cuerpo y así darse un
primer aseo. Algunos se acercan al charco de “los peñones” para
lavarse.
Existen varias interpretaciones sobre el origen de esta fiesta
popular. Según algunos historiadores, su origen se debe a una
broma. Un hombre estaba en la plaza del pueblo cantando y
tocando música, cuando un grupo de jóvenes que lo escuchaban
empezaron a lanzarle tomates que sacaron de un puesto de frutas
y verduras de la plaza, debido a que el hombre cantaba muy mal.
Todo el mundo que había en la plaza decidió unirse y terminó en

una batalla de tomates.

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