El apofatismo metaontológico y la preferencia de Wittgenstein por lo místico pueden estar

vinculados en el sentido de que ambos abordan la limitación del lenguaje y el pensamiento

humano al tratar con ciertos aspectos de la realidad. Aquí hay algunas formas de relacionar
estos conceptos:

Límites del Lenguaje:

Tanto el apofatismo metaontológico como la perspectiva de Wittgenstein reconocen los
límites del lenguaje. El apofatismo sostiene que no podemos describir positivamente la
realidad última o divina, solo podemos hablar de lo que no es. Wittgenstein, en su segunda
etapa, argumenta que hay límites inherentes al lenguaje y que hay cosas que no se pueden
expresar significativamente mediante palabras.
Inefabilidad:
El apofatismo metaontológico a menudo se asocia con la idea de la inefabilidad, es decir, la
incapacidad de expresar completamente en palabras la realidad divina o última.
Wittgenstein también aborda la inefabilidad en su enfoque de los aspectos más profundos
de la experiencia humana, como los aspectos místicos o las experiencias emocionales
intensas, que pueden resistirse a la descripción plena mediante el lenguaje.
Énfasis en la Experiencia:
Tanto el apofatismo como Wittgenstein tienden a poner un énfasis en la experiencia en lugar
de la teorización abstracta. Para Wittgenstein, la comprensión y el significado del lenguaje
están arraigados en el uso práctico y en la participación en formas de vida. Del mismo modo,
en el apofatismo, la verdadera comprensión de la realidad divina puede ser más una
cuestión de experiencia personal que de descripción conceptual.
Rechazo de Conceptos Fijos:
El apofatismo y Wittgenstein comparten un rechazo de la idea de que podemos tener
conceptos fijos y definitivos sobre ciertos aspectos de la realidad. Wittgenstein abandona la
noción de una representación lógica del mundo, y el apofatismo niega que podamos tener
un conocimiento positivo de la realidad divina.
Es importante destacar que mientras estos elementos pueden mostrar ciertas similitudes,
Wittgenstein no fue un teólogo ni un místico en el sentido convencional. Su interés en lo
místico y su crítica a la filosofía tradicional se relacionan más con su enfoque en los límites
del lenguaje y la forma en que las palabras adquieren significado en contextos prácticos y
sociales.