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CHIMBOTE
FACULTAD DE DERECHO Y HUAMANIDADES
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO
CURSO:
TEMA:
AUTOR:
HUAMAN CORONADO, ALFREDO
ORCID: 0000-0001-1211-2831
ASESOR:
ORCID: 0000-0001-
AYACUCHO – PERU
2023
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LA POTESTAD JURISDICCIONAL
PRESENTACIÓN
Con sumo agrado, presento este trabajo encargado que desarrolla palmariamente la «potestad
jurisdiccional», cuya estructura se basó en el II capítulo del libro Introducción al Derecho
Jurisdiccional Peruana del jurista español Juan Montero Aroca. Con el ánimo de completar
el análisis al ordenamiento jurídico peruano, el contenido de este trabajo incluye
jurisprudencia del Tribunal Constitucional, y obviamente doctrina en materia de Derecho
Procesal y Constitucional, entre otros, a fin de alcanzar conclusiones, que revelen las
posiciones y puntos de vista que se versan respecto a la división de poderes y la
independencia del Poder Judicial, que aluden a los órganos jurisdiccionales de significado
político y organizativo. También se tocan pequeños conceptos básicos que ayudan a una
inducción constructiva para el marco conceptual.
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Situación histórica
En Francia, el legislativo fue atribuida a una asamblea de nobles y representantes del pueblo
(burgueses),y el ejecutivo a un monarca inviolable, en esta situación la potestad judicial
debió mantenerse libre de atribuciones legislativas o ejecutivas, por ello
Montesquieu decía “El poder judicial no debe dársele a un senado permanente, sino ser
ejercido por personas salidas de la masa popular, periódica y alternativamente designadas
de la manera que la ley disponga, las cuales formen un tribunal que dure poco tiempo, el
que exija la necesidad. De este modo se consigue que el poder de juzgar, tan terrible entre
los hombres, no sea función exclusiva de una clase o de una profesión; al contrario será un
poder, por decirlo así, invisible y nulo. (…) Pero si los tribunales no deben ser fijos, los
juicios deben serlo; de tal suerte que no sean nunca otra cosa que un texto preciso de la ley.
Por lo dicho; el juicio, la sentencia, no pudo representar el punto de vista del juez, pues este
solo es «la boca de la ley», una persona aséptica cuya labor fue puramente intelectual y
neutral ante la fuerza social, ergo los jueces no son una fuerza social ni la representan; en
realidad no existe el poder judicial.
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nombrados por el Presidente de la república, finalmente la ley de 20 de abril de 1810, partía
de que la justicia era un simple servicio público, donde los jueces eran nombrados y
destituidos por el Ministro de Justicia.
Ahora bien, respecto al apoderamiento del Poder Judicial por otro poder, de las
constituciones mencionadas, solo «una» no se refiere al poder judicial: la “Constitución
Política de la Monarquía Española” (1812), sin embargo, entendiendo con Alzamora Valdez
que la designación de los miembros del Poder Judicial, es considerada como el fundamento
de su independencia, no se descarta la vigencia de la concepción napoleónica llamada así por
el jurista Montero Aroca, pues solo después de la Carta Constitucional de 1979, y de 1993
los magistrados son propuestos y nombrados por el Consejo Nacional de la
Magistratura, prima facie el Artículo 150 de la Constitución Política del Perú que reza “El
Consejo Nacional de la Magistratura se encarga de la selección y el nombramiento de los
jueces y fiscales, salvo cuando éstos provengan de elección popular. El Consejo Nacional
de la Magistratura es independiente y se rige por su Ley Orgánica.”; otrora los magistrados
se vieron sujetos al rey, al congreso (senadores y diputados) y el ejecutivo (presidente).
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De manera atingente, Alcalá-Zamora, plantea “La solución de estas injerencias y
razonamientos no pueden venir más que de una concepción correcta y patriótica de la
división de poderes, o de funciones, por parte de ejecutivo, legislativo y judicial, de tal modo
que la misma no base en el antagonismo, el recelo y la lucha, sino en la coordinación, la
confianza y el respeto mutuos para que cada uno de ellos contribuya dentro de su respectiva
esfera a la mejor marcha de los asuntos del Estado.”
Antes de responder a la epígrafe, es menester examinar aspectos liminares como «el poder»,
que viene de la expresión latina “potes” que significa potente. Esta noción es según García
Toma “la capacidad de una persona o de un grupo de personas para determinar,
condicionar, dirigir o inducir la conducta de los demás.” también al respecto Ferrero
Rebagliati, nos dice, es “ la facultad de gobernar, de dictar reglas a la conducta ajena.”,
por consiguiente, cuando el poder fluye del Estado para ordenar, unificar y dirigir a una
colectividad para alcanzar fines comunes o de utilidad general, se configura «el poder
político o estatal», que vendría a definirse – parafraseando las palabras del maestro Montero
Aroca – como la capacidad de hacerse obedecer dentro del Estado democrático (soberanía
del pueblo). En consecuencia el poder político alcanza a todos los habitantes y toda el área
geográfica del Estado, don este ejerce su soberanía.
Sobre «la soberanía», Chiovenda, la define de la siguiente manera: “es el poder inherente
al Estado, o sea a la organización de todos los ciudadanos para los fines de interés general.
Pero este poder único comprende tres grandes funciones: legislativa, gubernativa (o
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administrativa) y jurisdiccional” Con esto queda claro que la soberanía, siendo una cualidad
del poder político que garantiza la existencia y supremacía del Estado, como tal, exige actos
propios de soberanía como el de administrar justicia, entre otros, a fortiori, revisaremos el
cuerpo político Peruano, comenzando por el primer párrafo del artículo 45 de la actual
Constitución Política del Perú, que declara: “El poder del Estado emana del pueblo. Quienes
lo ejercen lo hacen con las limitaciones y responsabilidades que la Constitución y las leyes
establecen. ” a interpretativo del Tribunal Constitucional (TC), el mencionado artículo
constituye la expresión política del principio de soberanía popular, del cual debemos
distinguir dos poderes que son el origen de nuestro status quo, bien, estos poderes son «el
poder constituyente» y «el poder constituido».
Sobre el primero, como expresa el Tribunal Constitucional, es ”la facultad por la cual el
pueblo, en cuanto titular de la soberanía, decide instituir un orden constitucional. (…) el
Poder Constituyente, más que una fuente de creación, es una fuerza de transformación, ya
que, como tal, puede llevar a cabo la refundación del ordenamiento constitucional sobre
nuevos supuestos, sean estos políticos, sociales, económicos, culturales o propiamente
jurídicos. El Poder Constituyente responde, entre otras, a tres características: es único,
extraordinario e ilimitado.” a contrario sensu, el segundo llamado poder constituyente
derivado o constituido, por Castro Patiño se sabe que “ es el que actúa sujeto a reglas
preexistentes de derecho positivo, para enmendar o reformar la Constitución, a la que
incluso podría reemplazarla íntegramente, siempre que esté facultado para esto.” ,
asimismo para el maestro Nestor Pedro Sagües, “es el que se desenvuelve conforme a las
pautas jurídicas (de tramite y de contenido) que marca la constitución preexistente” para
distinguirlos evoquemos a Sieyés “el Poder Constituyente es un plenipotenciario del pueblo,
mientras que los poderes constituidos sólo son portavoces o hacedores de una tarea
regulada en sus lineamientos por la propia Constitución. ” ; en fin, como se ve el pueblo
como poder constituyente originario ejercita su soberanía para crear un orden constitucional,
materializado en la Constitución, del cual se origina poderes constituyentes derivados como
el ejecutivo, legislativo y el judicial, para luego actuar sobre ellos mediante mecanismos de
selección de representantes parlamentarios o colegiados. Como resultado de esta selección
tenemos gobernantes y funcionarios, munidos de autoridad o supremacía sobre los
particulares, emanada de la soberanía del Estado, verbigracia la potestad legislativa para los
congresistas, la ejecutiva para el gobierno y la jurisdiccional para juzgados y tribunales.
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Para completar los supuestos, se entiende por «potestad», como aquella que estriba en la
soberanía del pueblo para atribuir al titular o gobernante una posición de supremacía sobre
las personas. A esto, Gimeno Sendra – citado por Monroy Gálvez-, expresa: la “(…)potestad
viene determinada por una fuerza de mando jurídicamente vinculante a terceros, como
consecuencia de esa potencia de mandar, que encierra, destinada a la protección de los
intereses de otros. (…) ”
Seguidamente tenemos a «la jurisdicción» que se resuelve en una potestad del Estado, de la
cual encontramos varias definiciones, como señala Eduardo Couture, el significado de este
vocablo en los países latinoamericanos, tiene por lo menos cuatro acepciones como ámbito
territorial; como sinónimo de competencia; como conjunto de poderes o autoridad de ciertos
órganos del poder público; y su sentido preciso y técnico de función pública de hacer justicia;
por ello solo revisemos algunas más genéricas -como diría Alcalá-Zamora- desde un punto
de vista estático (Derecho Constitucional) y dinámico (Derecho Procesal).
Como declara García Toma “la expresión jurisdicción proviene de las voces latinas ius y
dicere, que juntas significan ‘aplicar o declarar el derecho’. Así, la jurisdicción implica -en
el ámbito del Derecho Público- el atributo de la aplicación de las leyes del Estado sobre las
personas y bienes ubicados dentro de su territorio.”
George Jellinek, expresa “la jurisdicción es una función del Estado para la protección del
derecho en su totalidad.”
Para Devis Echandia, es la “(…) soberanía del Estado, aplicada por conducto del órgano
especial a la función de administrar justicia, para la realización o garantía del Derecho, y
secundariamente para la composición de los litigios o para dar certeza jurídica a los
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derechos subjetivos, mediante la aplicación de la Ley a casos concretos, de acuerdo con
determinados procedimientos, y en forma obligatoria y definitiva.”
Eduardo Couture, nos dice, es la “función pública, realizada por órganos competentes del
Estado, con las formas requeridas por la ley, en virtud de la cual, por acto de juicio, se
determina el derecho de las partes, con el objeto de dirimir sus conflictos y controversias de
relevancia jurídica, mediante decisiones con autoridad de cosa juzgada, eventualmente
factibles de ejecución.”
1. La función que se asigna a esos órganos cualifica también la potestad, por lo que
hay que estudiar, según la Constitución y la LOPJ, la función jurisdiccional.
2. Los órganos a los que se atribuye la potestad no pueden ser cualesquiera, sino que
han de estar revestidos de una serie de cualidades propias que los distinguen de los
demás órganos del Estado; estos órganos son los juzgados y las cortes, en los que
los titulares de la potestad son los jueces y magistrados.
También, hace una especie de anamnesis de la reducción del ámbito del ejercicio de la
potestad jurisdiccional, con el artículo 3 de la Constitución de 3 de setiembre de 1791 en
Francia “Los tribunales no pueden ni inmiscuirse en el ejercicio del Poder Legislativo, o
suspender la ejecución de leyes, ni asumir las funciones administrativas o citar ante ellos a
los administradores por razón de sus funciones”, situación similar se vio en el artículo 242
de la Constitución española de 1812 donde decía “La potestad de aplicar las leyes en las
causas civiles y criminales pertenece exclusivamente á los tribunales.” la trascendencia de
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estas limitaciones han conducido a constituir un ámbito de ejercicio de la potestad
jurisdiccional en nuestra Constitución y en nuestro ordenamiento jurídico, veamos:
1. Tutela de los derechos de las personas (art. I del T.P del C.P.C. Y el art. 139.3 de la
Constitución)
Es de menester resaltar que el maestro Montero Aroca, concluye que el Poder Judicial es
partícipe del poder político en el Estado, y que los jueces y magistrados hacen política pero
no como actividad partidista.
Hacer política, no significa estar al servicio del detentador de turno del poder político, al
contrario es la consciencia de realizar una actividad noble al servicio del interés general, que
radica en la tutela de los derechos de cada uno de los ciudadanos, frente a todos incluido a
los que poseen el poder.
Como verbigracia, revisemos el primer párrafo del artículo 138 de nuestra Constitución: “La
potestad de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el Poder Judicial a través
de sus órganos jerárquicos con arreglo a la Constitución y a las leyes.” Según la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional, aquí se configura al Poder Judicial, al Tribunal
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Constitucional y, con sus particularidades, al Jurado Nacional de Elecciones en materia
electoral. Quizás sorprenda a nuestro lector esta diversidad de órganos jurisdiccionales
envestidos del imperium derivado de la soberanía de esta potestad de Derecho Público, pues
como se vio el artículo 43 de nuestra norma fundamental, consagra el principio de separación
de poderes, y nótese que el inciso 1 del artículo 139 de nuestra ley de leyes, también el primer
artículo del TUO de la Ley Orgánica del Poder Judicial y la sentencia del TC N.º 00004-
2006-PI/TC , enuncian «la potestad exclusiva de administrar justicia» del Poder Judicial, a
esto, el TC arguye que este principio no es absoluto, además señala, que de la estructura y
funciones de los Poderes del Estado regulados por la Carta Magna se desprende el principio
de colaboración de poderes , a esto se colige la sentencia del TC Exp. N° 00005-2006-AI/TC
que manifiesta, la separación de poderes, es un parámetro del Estado destinado a distribuir
atribuciones y competencias a cada poder que lo conforma; ello implica la colaboración entre
cada uno de estos a fin de mejorar y ejercitar mejor sus funciones. Respecto al variado
ejercicio de la jurisdicción – que es materia de otro trabajo, el de función jurisdiccional- el
TC en la sentencia Exp. N.° 6167-2005-PHC/TC, se pronunció reconociendo fueros
especiales como la jurisdicción arbitral y el militar, pues estos reúnen los cuatro requisitos
para el ejercicio de la jurisdicción.
Después de lo versado hasta ahora, deducimos que la potestad jurisdiccional, «es la situación
de superioridad del Estado, que garantiza el ejercicio o actuación de la ley a determinados
órganos, como producto del poder político, para resolver conflictos intersubjetivos».
Todos los órganos jurisdiccionales que poseen potestad jurisdiccional, son participes del
poder político, y gracias al principio de separación de poderes (C. art. 43) y el principio de
soberanía popular (C. art. 45) , y tomando en cuenta que según el TC somos un Estado Social
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y Democrático , estos se hacen poderes públicos y por tal, todos son Poder judicial. Este
supuesto se ejemplifica por lo que sigue:
1) El art. 143 de la Constitución dispone “El Poder Judicial está integrado por órganos
jurisdiccionales que administran justicia en nombre de la Nación, y por órganos que ejercen
su Gobierno y administración.
Los órganos jurisdiccionales son: la Corte Suprema de Justicia y las demás cortes y
juzgados que determine su ley orgánica. ” y el art. 152 que hace mención a los de Paz y a
los jueces de primera instancia.
3) Los altos cargos políticos de la Nación (funcionarios) responden penalmente ante la Corte
Suprema, C. art. 100.
4) El art. 148 dispone que los tribunales controlan la legalidad de las resoluciones
administrativas, esto es, el sometimiento del poder ejecutivo a la ley.
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En resumen, la Constitución hace referencia varios órganos jurisdiccionales que les atribuye
potestad jurisdiccional, por ende son Poder Judicial, estos órganos:
b) Como organización
El Poder Judicial, en su sentido más restringido, es una parte organizada del conjunto de
jueces y magistrados que tienen potestad jurisdiccional, es decir, desde el punto de vista
organizativo, el Poder Judicial, es aquel conformado por todos sus órganos jerárquicos,
determinados en el artículo 138, y 143 de la Carta Magna Peruana. Estos son la Corte
Suprema de Justicia, las cortes y juzgados que determine la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Ya por un juicio de exclusión, se advierte todo persona que no figura en los mencionados
artículos, no son Poder Judicial, a exclusión son: los tribunales militares, arbitrales,
autoridades campesinas y nativas, los magistrados del Tribunal Constitucional y el Jurado
Nacional de Elecciones.
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CONCLUSIONES
Quinto: La soberanía actúa como: «poder constituyente», que es la facultad del pueblo, para
instituir un orden constitucional; se caracteriza por ser único, extraordinario e ilimitado. Y
como «poder constituyente derivado» es quien actúa, en nombre del poder constituyente,
para enmendar o reformar la Constitución.
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la superioridad del órgano jurisdiccional, que estriba en la soberanía del pueblo, para resolver
conflictos intersubjetivos de las partes.
Noveno: El Poder judicial en su significación organizativa, está integrado por todos sus
órganos jerárquicos: Corte Suprema de Justicia, las cortes y juzgados que determina la Ley
Orgánica del Poder Judicial.
SUGERENCIAS
En mi condición de neófito en los saberes jurídicos, sugiero que de momento dejemos atrás
las discusiones doctrinarias respecto a la división de poderes y la exclusividad de la potestad
jurisdiccional para el Poder Judicial. Pues en mi entender, la coyuntura conflictiva del Perú,
obliga a tomar otras alternativas para resolver y solucionar los conflictos de intereses
intersubjetivos, por ello considero de menester la colaboración entre poderes a fin de alcanzar
la paz social y por supuesto la erradicación del uso ilegitimo de la fuerza.
BIBLIOGRAFÍA
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Editorial Jurídica Universitaria S.A.
2. Alzamora Valdez, Mario Derecho Procesal Civil: Teoría General del Proceso. Perú.
Ediciones EDDILI.
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Constitucional Perú. Editorial San Marcos E.I.R.L.
4. Chiovenda, Jose (1922) Principios de Derecho Procesal Civil – Tomo I España. Edit.
REUS S.A.
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Hispano-America
8. Ferrero R. Raul. (1984) Ciencia Política. Teoría del Estado y Derecho Constitucional.
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9. García Toma. Víctor. (2008) Teoría del Estado y Derecho Constitucional Perú.
Palestra Editores.
10. Gonzales Ojeda, Magdiel (2004) Historia de las Ideas Políticas. Perú. Palestra
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