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SMART CONTRACTS & BLOCKCHAIN

DEFINICIÓN DE LOS CONCEPTOS BLOCKCHAIN Y DETERMINACIÓN DE SU USO EN


EL COMERCIO INTERNACIONAL

BLOCKCHAIN

Para definir con mayor precisión el concepto de la cadena de bloques o “blockchain”, es


importante tener como base nociones de diversos autores desde distintos ámbitos, que nos
permitan aterrizar este concepto a la luz del comercio internacional.

En ese sentido, partimos el estudio desde un enfoque tecnológico, y encontramos que el


autor Marcos Allende Lopez busca dar respuesta a distintos interrogantes que surgen de
este novedoso desarrollo tecnológico, y define blockchain de la siguiente manera:

“En términos generales, blockchain es registro de información distribuido 3 tipo P2P


(Peer-to-Peer) en donde los diferentes participantes no tienen por qué confiar los
unos en los otros, puesto que hay un protocolo de consenso que garantiza la
seguridad y la veracidad de las transacciones. Otra de las características principales,
y sin duda una de las más relevantes, es la inmutabilidad de la cadena; en
blockchain no es posible editar o borrar información. El término blockchain, o cadena
de bloques en español, se debe a la estructura de esta base de datos, consistente
en conjuntos de transacciones que son organizados y almacenados en bloques.”
(Lopez, 2018)

​Por otro lado, encontramos un concepto que se asemeja al descrito por el autor Lopez, que
establece:

“Una blockchain es una base de datos distribuida en diferentes ordenadores


(descentralizada), agrupada en bloques enlazados en forma de cadena y protegidos
con complejos algoritmos matemáticos que utilizan seguridad criptográfica,
organizando transacciones relacionadas entre sí.” (ALMONACID SIERRA, JUAN
JORGE, & CORONEL ÁVILA, YEISSON, 2020)

Por su parte, el autor Alex Preuskchat, comparte el criterio expuesto anteriormente y


sostiene en los siguiente términos que el blockchain es una base de datos:

“Una blockchain no es otra cosa que una base de datos que se halla distribuida
entre diferentes participantes, protegida criptográficamente y organizada en bloques
de transacciones relacionados entre sí matemáticamente. Expresado de forma más
breve, es una base de datos descentralizada que no puede ser alterada.”

Ahora bien, los autores citados coinciden en que el blockchain cuenta principalmente con
las siguientes características: 1) brinda mayor seguridad y confianza a las partes; 2) la no
necesidad de intermediarios; 3) disminución de costos; 4) trazabilidad o registro histórico de
transacciones. 5) inmutabilidad.

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Por otro lado, se puede observar que las nociones, tanto Preuskchat como Sierra y otros,
definen al Blockchain como una base de datos, concepto que no comparte en su totalidad el
autor Lopez, y abre la discusión al establecer:

”Aunque podría definirse como tal, técnicamente blockchain no es una base de datos
ya que su propósito principal no es albergar datos si no registrar transacciones. De
hecho, como comentaremos más adelante, muchas veces necesitamos una base de
datos como complemento al blockchain para albergar documentos pesados que
pueda haber, por razones de eficiencia. En caso contrario, las copias de la cadena
de bloques en posesión de cada participante autorizado se volverían muy pesadas”
(Lopez, 2018)

Por último, y entrando en materia de cómo la tecnología blockchain va de la mano con los
smart contract, encontramos al autor Jorge Alberto Padilla Sánchez, el cual define el
blockchain así:

“(...) blockchain es una tecnología de registros descentralizados, que opera a través


de una cadena de bloques y puede servir para múltiples propósitos, tales como
sistemas de pagos, asientos contables, y para el caso que nos ocupa, el desarrollo
de contratos inteligentes, entre otros; de ahí que en ciertos casos se prefiera utilizar
el concepto de “tecnologías de registro distribuido” o “dlt”, por sus siglas en inglés
(distributed ledger technologies). En este contexto, debe indicarse que la blockchain
o dlt es un sistema de registro descentralizado que es validado por pares a través de
procedimientos criptográficos, y que provee un récord cronológico y permanente,
públicamente visible, de todas las transacciones” (Padilla, 2020)

De lo anterior, podemos concluir que Blockchain es un sistema de registro de datos que


permite llevar una trazabilidad de las operaciones de manera segura, confiable e inmutable,
y aterrizando en los contratos inteligentes, la que permite que estos se concreten.

SMART CONTRACTS

Los smart contracts o contratos inteligentes, es la modalidad contractual que nos depara en
el futuro. Es una herramienta tecnológica que se impulsó exponencialmente a raíz de la
pandemia derivada del Covid-19 y de los criptoactivos, al ser un software que permite
materializar automáticamente obligaciones mediante un sistema informático.

Conceptualmente, el término smart contracts se define de la siguiente manera:

“Los Smart Contracts o Contratos Inteligentes son un elemento fundamental de la


tecnología blockchain, ya que establecen y definen cómo y quién puede llevar a
cabo qué transacciones. Son contratos en los que se definen y especifican una serie
de cláusulas, como los controles a cumplir por la mercancía mencionados en la
sección previa y el pago final acordado en caso de que estos sean superados. La
diferencia con los contratos usuales es que estos son incorporados a un blockchain

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o cadena de bloques en la red, que garantiza su seguridad y proporciona el entorno


adecuado para su realización autónoma.” (Lopez, 2018).

Del concepto precitado, podemos concluir que su característica o distinción principal frente
a cualquier otra transacción u operación tecnológica o contrato tradicional, es que el smart
contract funciona en una cadena de bloques o blockchain y bajo un orden lógico
condicionado, es decir, si ocurre el evento X entonces automáticamente debe ocurrir el
evento Y.

Siguiendo esta línea conceptual, no se puede dejar a un lado que lo tecnológico o la


automatización de los smart contract, no exime a la figura de cumplir los requisitos previstos
en la norma colombiana, en caso de que carezca del anterior, no será posible hablar de un
smart contract, puesto que estará viciado. Ahora bien, este punto es importante debido a
que la tecnología dificulta verificar si en efecto se están cumpliendo los requisitos para
contraer obligaciones y demás, sin embargo, este debate es un desafío al cual se enfrenta
esta tecnología que se encuentra en desarrollo.

Por otro lado, desde una perspectiva enfocada a la transacción de las criptomonedas,
universo que impulsó los smart contracts, encontramos el concepto de María Isabel Rojo,
ingeniera informática que lo define en el siguiente sentido:

“Un smart contract o contrato inteligente es un programa que es capaz de ejecutarse


de forma autónoma y automática, sin necesitar intermediarios o terceras partes para
su resolución. Un smart contract se programa, no es un lenguaje verbal por lo que
no está sujeto a interpretaciones o malentendidos. Es decir, cualquier puede
programar un Contrato Inteligente y éste se ejecutará solo cuando se cumplan las
características marcadas en el mismo” (Rojo, 2019).

De los anteriores conceptos ilustrados, podemos concluir que van de la mano ambas figuras
descritas, a tal punto que no es posible hablar de smart contracts sin antes comprender
cómo funciona el blockchain, como tampoco sería posible hablar de smart contracts sin la
existencia del anterior.

Dentro de las características del concepto de los contratos inteligentes se encuentra su


capacidad para ejecutarse automáticamente, ya que una vez concretado el evento definido,
pasa de manera automática al siguiente evento establecido dentro del blockchain.

El smart contract trae al comercio una herramienta tecnológica que permite, a través de una
serie de instrucciones y un registro establecido en el blockchain, brindar transparencia y
confianza a un negocio celebrado entre partes que pueden conocerse o no, eliminando
riesgos de fraude, corrupción y reduciendo costos para la celebración de acuerdos.

APROXIMACIÓN DEL USO DE LOS CONCEPTOS BLOCKCHAIN Y SMART


CONTRACTS EN COLOMBIA

En Colombia el uso de las tecnologías cada vez es más frecuente y a su vez se ha


convertido en una necesidad, por lo que la implementación del blockchain y el smart
contract no es ajeno a ese desarrollo.

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En esa medida, podemos observar su uso en distintas áreas, por destacar la industria de los
criptoactivos y la banca.

En cuanto a los criptoactivos, encontramos en el concepto 100208221-0232, la DIAN trae a


colación un concepto previo, donde reconocen el uso del blockchain y lo asemejan al libro
público de contabilidad, así: “Concepto nro. 000400 del 14 de noviembre de 2018. “En
primer lugar, criptoactivos es el término genérico para activos criptográficamente seguros,
cuyo uso o propiedad es frecuentemente registrado en una cadena de bloques (blockchain)
conocida como un libro público de contabilidad (distributed ledger), cuyo objeto principal es
realizar transacciones de manera rápida, segura y sin ningún intermediario.”

Lo anterior, cobra vital importancia ya que será el blockchain la herramienta que permitirá
demostrar de dónde proviene ese bien inmaterial y justificar estos recursos, de cara al pago
de los impuestos correspondientes.

Por otro lado, encontramos la banca en donde recientemente encontramos una oferta de
créditos ágiles y sin papeleo, en donde el desembolso se encuentra al alcance de un click,
todo este proceso se realiza a través de blockchain. Igualmente, destacan distintos autores
el apoyo que brinda el sistema de blockchain para las transacciones internacionales,
permitiendo reducir costos y tiempos de espera para el depósito de recursos en el
extranjero.

Por su parte, el uso constante de estas herramientas las encontramos en las aplicaciones
(apps), sistemas donde una vez se concrete el pago, inmediatamente se concreta el
contrato y posteriormente se presta el servicio (ej. entrega de mercancía), o viceversa, una
vez entregada la mercancía, se realiza el pago y todo de manera automática y sin un
humano de intermedio.

En la columna denominada USOS DE LOS CONTRATOS INTELIGENTES, publicada por la


revista Ámbito Jurídico, el columnista Juan Manuel Camargo, plantea un ejemplo
interesante de la aplicabilidad de este desarrollo:

“Veamos un ejemplo aplicado a un negocio tradicional: la fiducia de administración.


Supongamos que una empresa constructora (el fideicomitente) encarga a la fiducia
recibir la cuota inicial de las personas interesadas en las unidades de vivienda que
aquel proyecta construir. La fiducia abre una cuenta bancaria separada para que se
consignen los fondos y, casi literalmente, se sienta a esperar. Su encargo, en esta
etapa, es elemental: si los futuros compradores consignan en la cuenta suficientes
fondos para terminar la construcción (el “punto de equilibrio”), la fiducia entregará los
fondos a la constructora; en caso contrario, los devolverá a los consignantes
(descontando su comisión y otros cargos).

La misma mecánica puede emularse de manera eficiente con un smart contract, sin
intervención de la fiducia. La programación del contrato inteligente deberá prever los
factores esenciales: un plazo dentro del cual han de hacerse las consignaciones, el

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monto mínimo que se aspira alcanzar, la identidad de los consignatarios, etc. En la


fecha de corte, el programa determinará si se recibió el monto mínimo y, en función
de ese cálculo, procederá a darle destino a los recursos. Si se logró el punto de
equilibrio, el código dentro del contrato inteligente activará una función para transferir
de inmediato todos los fondos a la constructora. En caso contrario, el código activará
la función diferente de restituir cada consignación a cada consignatario, con las
retenciones a que haya lugar.” (Camargo, 2022).

Apartándose un poco de la esfera jurídica, la herramienta blockchain destaca su uso en


materia de salud, puesto que en el mismo sistema es posible registrar desde la historia
clínica, hasta la cadena de suministros de medicamentos. Evitando de esta manera la
corrupción o falsificación en todo el proceso. Igualmente, durante el Covid, este mecanismo
fue utilizado para el registro de la vacunación.

Dicho lo anterior, es claro que la implementación de estas herramientas tecnológicas son de


vital importancia y se encuentran inmersas dentro de los nuevos modelos contractuales y
escenarios sociales, tales como el de la salud.

Finalmente, el Gobierno Nacional ha promulgado distintas guías en donde describen


situaciones en las cuales se están aplicando estas tecnologías, y propuestas o proyectos de
cara al futuro donde se espera implementar estas herramientas, lo cual demuestra una
iniciativa y un compromiso por parte del Gobierno frente a la innovación. Particularmente,
resaltamos el proyecto de implementar esta tecnología en el escenario de la contratación
estatal, en donde históricamente en el país se han malversado los recursos públicos, e
igualmente inunda la corrupción, y con la implementación tanto del blockchain como del
smart contract estas conductas serían reducidas a un mínimo o de ser posible, eliminarlas
por completo.

MARCO NORMATIVO EXISTENTE EN COLOMBIA

Actualmente, Colombia no cuenta con un marco normativo que regule de manera expresa lo
concerniente a los smart contracts y el blockchain, lo cual genera una inseguridad jurídica y
la necesidad de reglamentar estas nuevas tecnologías, no obstante le son aplicables
disposiciones vigentes en materia civil y comercial.

En principio, es importante tratar el marco normativo a partir de lo internacional, y la


COMISIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DERECHO MERCANTIL
INTERNACIONAL (CNUDMI) ha promulgado tres (3) leyes fundamentales para la
implementación de estas tecnologías, en donde encontramos: 1) Ley Modelo de la CNUDMI
sobre Comercio Electrónico (1996), 2) Ley Modelo de la CNUDMI sobre las Firmas
Electrónicas (2001) y 3) Ley Modelo de la CNUDMI sobre documentos transmisibles
electrónicos (2017).

Entre la normativa aplicable colombiana se debe destacar la Ley 527 de 1999, por medio de
la cual se define y reglamenta el acceso y uso de los mensajes de datos, del comercio
electrónico y de las firmas digitales, y se establecen las entidades de certificación y se

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dictan otras disposiciones. Igualmente, la Ley 1480 de 2011 que contiene el Estatuto del
Consumidor, dedica un capítulo especial de protección al consumidor de comercio
electrónico.

De igual forma, el estudio de estos nuevos desarrollos se encuentran cobijados por los
principios de equivalencia funcional, neutralidad tecnologica y no discriminación, los cuales
son descritos en las Leyes Modelos expedidas por la CNUDMI.

El numeral 6 del artículo 2 de la Ley 1341 de 20091, define la Neutralidad Tecnológica como
uno de los principios orientadores de esta disposición, el cual establece lo siguiente:

“El Estado garantizará la libre adopción de tecnologías, teniendo en cuenta


recomendaciones, conceptos y normativas de los organismos internacionales
competentes e idóneos en la materia, que permitan fomentar la eficiente prestación
de servicios, contenidos y aplicaciones que usen Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones y garantizar la libre y leal competencia, y que su adopción sea
armónica con el desarrollo ambiental sostenible.” (Negrilla por fuera del texto
original).

De la lectura acerca del principio de neutralidad tecnológica se entiende que si bien no se


encuentran reguladas las tecnológicas objeto del presente estudio, está permitida la
adopción de las mismas.

Por otra parte, existen pautas, guias, conceptos y demás pronunciamientos emitidos por
parte de algunas entidades, tales como el Ministerio de Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones, la Superintendencia Financiera, Superintendencia de Industria y
Comercio, Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), Banco de la República,
Consejo Técnico de Contaduría Pública, entre otras.

La Dirección De Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) a través de Comunicado de


Prensa No. 009 del 28 de enero de 2022 asegura que ha dado inicio a acciones tendientes
a fiscalizar a los contribuyentes que realicen operaciones a través de monedas virtuales.

Por medio de la Resolución número 314 del 15 de diciembre de 2021 de la Unidad de


Información y Análisis Financiero (UIAF), impone la obligación de reporte a la UIAF a las
personas y empresas naturales que provean servicios de activos virtuales en Colombia.

La Superintendencia Financiera, mediante Circular Externa 29 de 2014 , reconoce entre


otros canales e instrumentos de prestación de servicios financieros, que las entidades
pueden adoptar diversas tecnologías como realidad aumentada, internet de las cosas,
blockchain, inteligencia artificial, machine learning, big data, robots, entre otras, cuando lo
consideren pertinente para mejorar la prestación de servicios a los consumidores
financieros y optimizar sus procesos.

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Por la cual se definen principios y conceptos sobre la sociedad de la información y la organización
de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones –TIC–, se crea la Agencia Nacional de
Espectro y se dictan otras disposiciones.

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Aunado a lo anterior, el Concepto 2006033594-001 del 29 de agosto de 2006 de la


Superintendencia Financiera de Colombia, destaca la importancia de los principios de
literalidad y autonomía en los títulos valores electrónicos: “Un mensaje de datos podrá ser
calificado como título valor si cumple los requisitos previstos por la Ley 527 de 1999 y las
características de los títulos valores, advirtiendo que existen requisitos especiales en la
legislación mercantil para títulos valores como el cheque, el pagaré, la letra de cambio y los
bonos.”

ANÁLISIS A LA LUZ DE LA NORMATIVIDAD EN COLOMBIA DEL RECONOCIMIENTO Y


VALIDEZ DE LAS TRANSACCIONES COMERCIALES REALIZADAS BAJO LAS
TECNOLOGÍAS SMART CONTRACTS Y BLOCKCHAIN

El presente análisis debe partir del estudio de la Ley 527 de 1999 citada en el punto
anterior, específicamente de lo establecido en los artículos 5, 10, 14 y 15, toda vez que
estos artículos coinciden en reconocer efectos jurídicos, validez o fuerza obligatoria, y
fuerza probatoria, a la información, manifestación de voluntad u otro tipo de declaración que
se encuentre contenida en mensajes de datos.

Bajo este entendido, las transacciones comerciales que se realicen mediante el uso de
tecnologías como Smart Contracts y Blockchain, se consideran válidas y vinculantes entre
las partes involucradas.

No obstante lo anterior, para llevar a cabo un estudio detallado del reconocimiento y validez
de transacciones efectuadas bajo las tecnologías de Smart Contracts y Blockchain,
igualmente resulta necesario realizarlo al tenor de lo establecido en el Código Civil con
respecto a disposiciones referentes a los requisitos de validez de un contrato.

El artículo 1502 del Código Civil, establece que para que una persona se obligue a otra por
un acto o declaración de voluntad, es necesario, que sea legalmente capaz, que consienta
en dicho acto o declaración y su consentimiento no adolezca de vicio, que recaiga sobre un
objeto lícito y que tenga una causa lícita. Además, debe tenerse en cuenta que existen
contratos que para su validez requieren del cumplimiento de ciertas solemnidades
adicionales a los requisitos esenciales descritos.

En este orden de ideas, si bien es cierto que la Ley 527 reconoce que no se puede negar
efectos jurídicos y validez a la información o manifestación de voluntad, por la razón de
encontrarse expresada en mensaje de datos, es importante que sobre esto prevalezca el
cumplimiento de los requisitos consignados en el Código Civil.

La verificación de los requisitos antes descritos frente al blockchain presenta dificultades,


toda vez que esta tecnología “es únicamente una base de datos donde se registran
transacciones”, es decir que “únicamente sirve de prueba de que una transacción ocurrió,
pero no tiene la virtualidad de establecer la validez de un contrato”. (Mik, 2017, como se citó
en Padilla, 2020).

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En este sentido, puede presentarse que a pesar de que un contrato se encuentra


debidamente registrado en blockchain, este carece de validez debido a que, por ejemplo,
una de las partes no es legalmente capaz, o que el contrato recae sobre un objeto ilícito.

De manera similar, los Smart Contracts presentan retos en cuanto al cumplimiento de los
requisitos de validez dispuestos en el ordenamiento jurídico colombiano, toda vez que estos
contratos se caracterizan por su inmutabilidad y su capacidad de autoejecución, por lo que
las disposiciones del contrato podrían no encontrarse en consonancia con la voluntad de las
partes.

Por otra parte, el uso de estas herramientas también implican un desafío probatorio, y la Ley
527 en su artículo 11 señala los requisitos que deben tener los mensajes de datos para
tener fuerza probatoria:

“ARTÍCULO 11. Criterio para valorar probatoriamente un mensaje de datos. Para la


valoración de la fuerza probatoria de los mensajes de datos a que se refiere esta ley,
se tendrán en cuenta las reglas de la sana crítica y demás criterios reconocidos
legalmente para la apreciación de las pruebas. Por consiguiente habrán de tenerse
en cuenta: la confiabilidad en la forma en la que se haya generado, archivado o
comunicado el mensaje, la confiabilidad en la forma en que se haya conservado la
integridad de la información, la forma en la que se identifique a su iniciador y
cualquier otro factor pertinente.”

Se puede notar entonces que la norma establece una serie de requisitos que complejizan el
carácter probatorio de estas figuras. No obstante, los tribunales han entendido la figura y
han aceptado estas innovaciones para el reconocimiento de derechos, deberes y
obligaciones, verbigracia la jurisprudencia referente a títulos valores tales como: sentencia
C-662/00, C-831-01 y la T-310-09.

Igualmente, se debe destacar que el hecho de que la forma en que funciona la red
Blockchain permite que se garantice la fiabilidad, la transparencia y la inmutabilidad de la
información, en el sentido de que no es posible borrarla o editarla, podría facilitar la
valoración de la fuerza probatoria de la información contenida en mensaje de datos a la luz
de lo establecido en el artículo 11 de la Ley 527.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ALMONACID SIERRA, JUAN JORGE, & CORONEL ÁVILA, YEISSON. (2020). Aplicabilidad
de la inteligencia artificial y la tecnología blockchain en el derecho contractual privado.
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Colombia [Trabajo de grado Especialización Derecho Comercial, Pontificia Universidad
Javeriana]. Repositorio institucional de la Pontificia Universidad Javeriana
https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/46186/Trabajo%20de%20grado.p
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Abuchaibe - MinTic (2020). Guía de referencia de blockchain para la adopción e
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PADILLA SÁNCHEZ, JORGE ALBERTO. (2020). Blockchain y contratos inteligentes:


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