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Francisco de Goya
pintor español (1746-1828)

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«Goya» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Goya
(desambiguación).

Francisco José de Goya y Lucientes[1] (Fuendetodos, 30 de


marzo de 1746-[2] Burdeos, 16 de abril de 1828)[a] fue un
pintor y grabador español. Su obra abarca la pintura de
caballete y mural, el grabado y el dibujo. Su estilo evolucionó
desde el rococó, pasando por el neoclasicismo, hasta el
prerromanticismo, siempre interpretados de una forma
personal y original,[3] y siempre con un rasgo subyacente de
naturalismo, del reflejo de la realidad sin una visión idealista
que la edulcore ni desvirtúe, donde es igualmente importante
el mensaje ético. Para Goya la pintura es un vehículo de
instrucción moral, no un simple objeto estético.[4] Sus
referentes más contemporáneos fueron:Giambattista Tiepolo
y Anton Raphael Mengs, aunque también recibió la influencia
de Diego Velázquez y Rembrandt.[5] El arte goyesco supone
uno de los puntos de inflexión que entre los siglos XVIII y XIX
anuncian la pintura contemporánea y es precursor de algunas
de las vanguardias pictóricas del siglo XX, especialmente el
expresionismo.[5] [6] Por todo ello, se le considera uno de los
artistas españoles más relevantes y uno de los grandes
maestros de la historia del arte mundial.

Retrato del pintor Francisco de Goya


(1826), por Vicente López, Museo del
Prado, Madrid.

Además, su obra refleja el convulso periodo histórico en que


vive, particularmente la guerra de la Independencia, de la que
la serie de estampas de Los desastres de la guerra es casi un
reportaje moderno de las atrocidades cometidas[7] y
compone una visión exenta de heroísmo donde las víctimas
son siempre los individuos de cualquier clase y condición.
Elogiado por Gustave Doré y E.T.A. Hoffmann, Charles
Baudelaire describió su Capricho 43 como "cauchemar plein
de choses inconnues".[8]

Gran popularidad tiene su Maja desnuda, en parte favorecida


por la polémica generada en torno a la identidad de la bella
retratada. De comienzos del siglo XIX datan también otros
retratos que emprenden el camino hacia el nuevo arte
burgués. Al final del conflicto hispano-francés pintó dos
grandes cuadros a propósito de los sucesos del
levantamiento del Dos de Mayo de 1808, que sentaron un
precedente tanto estético como temático para el cuadro de
historia, que no solo comenta sucesos próximos a la realidad
que vive el artista, sino que alcanza un mensaje universal.
Entre otros trabajos suyos, su obra culminante abarca los
Disparates,[9] al igual que la serie de pinturas al óleo sobre el
muro seco, las Pinturas negras, con que decoró su casa de
campo, la Quinta del Sordo.[9] En ellas Goya anticipó la
pintura contemporánea y los variados movimientos de
vanguardia que marcarían el siglo XX y son, según J. M.
Matilla, jefe de Conservación de Dibujos y Estampas del
Museo Nacional del Prado, «las primeras manifestaciones del
carácter verdaderamente moderno de Goya, al que no
debemos dudar en calificar de primer artista moderno».[9]

Un modelo romántico para los románticos; un


impresionista para los impresionistas, Goya más
tarde se convirtió en un expresionista para los
expresionistas y un precursor del surrealismo
para los surrealistas.[6]
Nigel Glendinning

La obra de Goya incluye unos quinientos óleos y pinturas


murales, además de cerca de trescientos aguafuertes y
litografías y centenares de dibujos.[10] La mayoría se
conserva en el madrileño Museo del Prado y en Zaragoza,
aunque también hay un buen número de obras en Francia,[b]
especialmente en el Museo del Louvre, así como en los de
Agen, Bayona, Besançon, Castres, Lille y Estrasburgo.[11]

Tras un lento aprendizaje en su tierra natal, en el ámbito


estilístico del Barroco tardío y las estampas devotas, viajó a
Italia en 1770, donde trabó contacto con el incipiente
neoclasicismo, que adoptó cuando marchó a Madrid a
mediados de esa década, junto con un pintoresquismo
costumbrista rococó derivado de su nuevo trabajo como
pintor de cartones para los tapices de la Real Fábrica de
Tapices de Santa Bárbara. El magisterio en esta actividad y en
otras relacionadas con la pintura de corte lo imponía en
aquella época Anton Raphael Mengs, mientras que el pintor
español más reputado era Francisco Bayeu, que fue cuñado
de Goya.

Una grave enfermedad que le aquejó en 1793 le llevó a


acercarse a una pintura más creativa y original, que expresaba
temáticas menos amables que los modelos que había pintado
para la decoración de los palacios reales. Una serie de
cuadritos en hojalata realizada durante su convalecencia[12] a
los que él mismo denominaba de «capricho e invención»,[c]
inician la fase madura de la obra del artista y la transición
hacia la estética romántica.

Goya en Zaragoza. Años de


formación (1746-1774)

Goya en Madrid (1775-1792)

La década de los noventa (1790-


1799)

Los albores del siglo XIX (1800-1807)

Los desastres de la guerra (1808-


1814)

La Restauración (1814-1819)

El Trienio Liberal y las Pinturas


negras (1820-1824)

Goya en Burdeos (octubre de 1824-


1828)

Muerte de Goya y destino de sus


restos

Álbumes de dibujos

Una vida en autorretratos

Véase también

Notas

Referencias

Bibliografía

Enlaces externos

Última edición hace 2 días por Virum Mundi

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