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BENDICIÓN DE CUSTODIA Y

CANTO DE EXPOSICIÓN: RECIBE MI CORAZÓN

MELINA: “Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el
que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. ¿Quién de ustedes,
cuando su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? Si
ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial
dará cosas buenas a aquellos que se las pidan!

JAVIER: Invitación a la Oración, Espíritu Santo asistencia, pedido.

CANTO MARANATHÁ

ANÉCDOTA DISPARADORA SANTIDAD:


Trabó conversación con el peluquero. Y, llevado por su afán de acercar al Señor a quien
estaba cerca de él, le habló de la santificación en su sitio, como peluquero. Le decía que
haciendo lo que tenía que hacer, arreglar el pelo a sus clientes, podía y debía ser santo.
El bueno del peluquero no parecía entender gran cosa. En un momento exclamó:
-¡Santo!. En mi pueblo había una señora que le llamaban “la santa”. Y se fue al monte y
comía hierba.
El Santo le dijo al momento:
-Pero, esa mujer no era una santa. Esa era una cabra!

La santidad no consiste en hacer cosas raras. Algunos santos han hecho cosas raras.
Pero hacemos cosas muchas más los que no somos santos….

MELINA: “Santo es el que hace lo que Dios quiere, cuando Dios quiere, como Dios quiere y,
precisamente, porque Él lo quiere”. (Santo Tomás)
Cuanto más santo es el hombre, menos santo se cree y más desea serlo. Y cuanto menos
santo es, menos anhela la santidad.

CANTO JESÚS, ESTOY AQUÍ

MELINA: Dice el papa Francisco: «Alegrense y regocijense» (Mt 5,12), dice Jesús a los que
son perseguidos o humillados por su causa. El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la
verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera
que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada.
Podemos decir que «estamos rodeados, guiados y conducidos por los amigos de Dios, los
Santos, […] No tengo que llevar yo solo lo que, en realidad, nunca podría soportar yo solo.
La muchedumbre de los santos de Dios me protege, me sostiene y me conduce»[1]

JAVIER: Pero no hay que pensar en los santos beatificados o canonizados solamente, El
Espíritu Santo derrama santidad por todas partes, y fue voluntad de Dios el santificar y
salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino
constituyendo un pueblo una comunidad. Viste la santidad en el pueblo de Dios que te
rodea?: a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que
trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen
sonriendo. En esta constancia para seguir adelante día a día, se ve la santidad de la Iglesia
militante.

La santidad es el rostro más bello de la Iglesia. Y ese llamado a la santidad que el Señor
hace, lo hace a cada uno de nosotros, ese llamado que te lo dirige también a vos: «Se
santo! Se santa!, porque yo soy santo»

Ahora te hago una pregunta: Pero mirá a Jesús Eucaristía… miralo. ¿Pensás que vos podés
ser santo o santa?? Cuando pensas en esto cometes el error, de verte reflejado en una
persona que no sos. Porque ya no tendría que tener tal o cual cosa, o dejarías de hacer esto
o aquello. NO!!! En esto no tenés que imitar a los santos de las estampitas, o a otra persona
que vive su entrega a Dios, ellos sirven de ejemplo en algunas cosas, de ánimo y ayuda,
pero vos, vos, que no hay nadie igual a vos, que sos irrepetible, necesitas encontrar tu
propio camino de santidad y sacar a la luz lo mejor, aquello tan personal que Dios puso en
vos.

Para ser santos no es necesario ser obispos, sacerdotes, religiosas o religiosos. Muchas
veces tenemos la tentación de pensar que la santidad está reservada solo a quienes tienen
la posibilidad de tomar distancia de las ocupaciones ordinarias, para dedicar mucho
tiempo a la oración. No es así. Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y
ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, ahí donde cada uno se
encuentra.

Pensamos en el Bautismo como un tesoro dentro tuyo, pero es más, no es algo que llevás,
es algo que sos!! Bautizado, a, cristiana.. cristiano. De Cristo: Deja que la gracia de tu
Bautismo fructifique en un camino de santidad. Deja que todo esté abierto a Dios y para
ello opta por él, eligí a Dios una y otra vez. No te desalentes, porque tenes la fuerza del
Espíritu Santo para que sea posible, y la santidad, en el fondo, es el fruto del Espíritu Santo
en tu vida.

Cuando vos sientas tu debilidad, mirá como ahora a Jesús Eucaristía y decile: «Señor, yo
soy un pobrecito, una pobrecita, pero vos podés realizar el milagro de hacerme un poco
mejor».
Recordá y grabate a fuego en el corazón, que en la Iglesia, santa y compuesta de pecadores,
vas a encontrar todo lo que necesitas para crecer hacia la santidad. Ser iglesia no es no
pecar, sino levantarse… Jesús la llenó de dones con la Palabra, los sacramentos, los
santuarios, la vida de las comunidades, el testimonio de los santos, y una muchas muchas
cosas lindas que proceden del amor de Jesús.
Si caíste mil veces, mil veces te vas a agarrar fuerte de Jesús y con Él te vas a levantar!!

CANTO SOLO TU GRACIA ME BASTARA

Esta santidad a la que el Jesús te llama va a ir creciendo con pequeños gestos. Por ejemplo:
Cuando te encontrás con tus amigos y comienza la sacada de mano a alguien, vos en tu
interior decís: «No, no, voy a hablar mal de nadie». Este es un paso en la santidad.

Después, en casa, alguien necesita hablar, aunque vos sientas cansancio, sentate al lado y
escucha con paciencia y amor. Esa es otra ofrenda que santifica. Luego vivís una angustia,
pero te acordás de la Virgen María, agarrás el rosario y reza con fe. Ese es otro camino de
santidad. En la calle, te cruzás un necesitado y te parás y hablas con él con cariño, aunque
no le des nada!!! Ese es otro paso. Ves como la santidad comienza con pequeños pasos,
pasos chicos pero gigantes en el amor.

Sabias que ser santo es Cristo amando en nosotros??

MELINA: Dice San Pablo “y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. Y la
vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se
entregó a la muerte por mí.”

CANTO TU MODO

Es dejar que él siga amando en y por nosotros, eso es la santidad. Porque vos sos único y
única e irrepetible, Jesús puede amar de una manera única e irrepetible a través tuyo.

No tengas miedo de la santidad. No te va a quitar fuerzas, vida o alegría. Todo lo


contrario!!!!!!
Porque vas a llegar a ser lo que el Padre pensó cuando te creó y vas a ser fiel a tu propio
ser.
Depender de Dios nos libera de las esclavitudes y nos lleva a reconocer nuestra propia
dignidad.

Puede haber muchas teorías sobre lo que es la santidad, abundantes explicaciones y


distinciones. Esa reflexión podría ser útil, pero nada es más iluminador que volver a las
palabras de Jesús y recoger su modo de transmitir la verdad. Jesús explicó con toda
sencillez qué es ser santos, y lo hizo cuando nos dejó las bienaventuranzas. Son como el
carnet de identidad del cristiano. Así, si alguno de nosotros se plantea la pregunta:
«¿Cómo se hace para llegar a ser un buen cristiano?», la respuesta es sencilla: es necesario
hacer, cada uno a su modo, lo que dice Jesús en el sermón de las bienaventuranzas. En ellas
se dibuja el rostro del Maestro, que estamos llamados a transparentar en lo cotidiano de
nuestras vidas.

La palabra «feliz» o «bienaventurado», pasa a ser sinónimo de «santo», porque expresa


que la persona que es fiel a Dios y vive su Palabra alcanza, en la entrega de sí, la verdadera
dicha.

MUSICA DE FONDO

MELINA: 3 «Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de
los Cielos.
4 Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
5 Felices los afligidos, porque serán consolados.
6 Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
7 Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
8 Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
9 Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
10 Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el
Reino de los Cielos.
11 Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda
forma a causa de mí.
12 Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el
cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron.

Pero Jesús inmediatamente al terminar las bienaventuranzas dice:

MELINA: Ustedes son la sal de la tierra.


Ustedes son la luz del mundo.

GESTO DE SAL,: qué poquito para marcar su presencia, sabor fuerte y robusto, porqué sal y
no azúcar, porque conserva los alimentos, los realza.. sean san, sal para conservar lo bueno,
para dar realzar a los demás, para potenciar las propias virtudes que tenés! Se sal!!!!

GESTO DE LUZ, y sé luz para iluminar, se un faro paro los demás, gracias a la luz vemos, y El
nos pide que seamos LUZ, que ayuda a ver el camino… que es Jesús, ya que el mismo dijo:

MELINA: “YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA”


(ENCIENDEN LAS LUCES)
CANTO SIGNOS DE AMOR

Procesión y bendición
TERMINA CON

CANTO NO TENEMOS MIEDO

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