Está en la página 1de 2

NADIA: ¿Te... he hecho esperar?

ROCCO: No. He llegado hace unos minutos.


NADIA: Te... agradezco que hayas venido.
ROCCO: ¿Por qué has querido que nos volviéramos a ver?
NADIA: Porque, porque yo... nosotros…
ROCCO: Nosotros ya no podemos volver a vernos, Nadia.
NADIA: Pero... ¿qué dices?
ROCCO: No te pongas así, Nadia…
NADIA: Ya se me pasa… ¿Por qué no debemos vernos más nosotros dos? En lugar de
matar a tu hermano, ¿quieres matarme a mí? ¿Qué te he hecho, yo? Todos estos días he
estado esperando que dieras señales de vida. Te he buscado por todas partes y ahora...
¿me dices que debemos dejar de vernos? ¡Di algo, por Dios! ¿Te has vuelto loco? ¿Qué ha
ocurrido?
ROCCO: ¿Por qué no me dijiste lo que hubo con mi hermano?
NADIA: ¿Qué tenía que decirte? Lo sabes muy bien todo. Con Simone hubo lo que con
otros. No te he ocultado nada. Lo sabías todo. No mientas. Te lo dije todo.
ROCCO: Yo no sabía que Simone estuviera tan enamorado de ti. Sabía que le había
ocurrido algo que le había cambiado. Pero no había comprendido que ese algo fueras tú.
NADIA: No es verdad.
ROCCO: Sólo una persona que ha llegado a la desesperación puede hacer lo que hizo
Simone la otra noche.
NADIA: Sólo una persona cobarde y vulgar como él.
ROCCO: Yo... soy aún una persona sencilla, nacida y criada allá en el pueblo. Para mí un
hombre que traiciona a su propio hermano, le quita la mujer...
NADIA: Sí continúas en ese tono, me tiro abajo. Me mato, ¿comprendes?. Tú me buscaste.
Me persuadiste de que mi vida era equivocada. Me enseñaste a quererte. Y ahora, de
repente, por la estúpida canallada de un desgraciado, que ha querido mortificarte porque es
un miserable, envidioso de ti, de todos... por la bravuconada de ese bellaco, resulta que ya
nada es verdad. Lo que antes era santo, era justo, se convierte en culpa.
NADIA: YO no me siento culpable.
ROCCO: Somos culpables, Nadia. Yo más que tú. Tú debes volver con Simone.
NADIA: ¿Qué?
ROCCO: Simone sólo te tiene a ti. Te necesita o está perdido. Eres su mujer.
NADIA: Óyeme bien, guapo. Admitamos por un momento que tu hermano tenga necesidad
de mí. Pero ¿no has pensado que yo también cuento para algo? ¿Y entonces? ¿Cómo lo
arreglamos?
ROCCO: Yo creo que tú también quieres a Simone.
NADIA: ¡Pero tú estás loco, completamente toco!
ROCCO: Quisiste empezar conmigo otra vida. No hemos pensado que hacíamos daño a
otras personas.
NADIA: Si tuviera ganas de escuchar sermones, iría a
la iglesia. Rocco, escucha, Rocco… Escúchame, Rocco. Yo te quiero. ¿Qué hago con todo
este amor? Rocco... ¿por qué has de atormentarme asi?
ROCCO: Yo no puedo obligarte a volver con Simone. Pero te ruego, te suplico que vuelvas
con él...
NADIA: Te arrepentirás de esto. ¡Vaya si te arrepentirás! Y será demasiado tarde. Te odio,
te odio, Dios mío, cuánto te odio...

También podría gustarte