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HISTORIA DE UNA ESCALERA

(Rosa está subiendo las escaleras mientras la I puerta se abre)

PEPE - Hombre Rosa, ya te estaba buscando yo!


ROSA - He salido un momento.

(Carmina llega al rellano)

CARMINA - ¿Qué hacéis por aquí, parejita?


PEPE - ¿Ya has pindongueado, como siempre?
ROSA - ¡Qué dices Pepe! Cómo dices eso tu de mí, si yo te quiero mucho.
CARMINA - No veas como está el ambiente.

(Carmina abre la I puerta y sale Doña Generosa)

DOÑA GENEROSA - Espabilar vosotros dos, que la comida se enfría.


PEPE - Ahora entro, madre.
ROSA - Yo mejor, voy entrando a mi casa.

(Entran todos a sus puertas, y al cabo de dos horas horas sale Fernado de la IV puerta y se
encuentra a Elvira subiendo al rellano)

ELVIRA - Buenas Fernando, ¿cómo estás tú por aquí? ¿No deberías estar en la papelería?
FERNANDO - Bueno… Me he tomado el día libre, mañana ya iré; hoy estaba ocupado
escribiendo poesía, estaba inspirado.

(Carmina sale de la I puerta y se encuentra con ellos dos)

ELVIRA - Oye Fernando, si no te gusta la papelería, vente a trabajar a la empresa de mi


padre; eres bienvenido.
FERNANDO - No Elvira, ya te he dicho muchas veces que no, quiero salir adelante yo solo.
CARMINA - De verdad Elvira, que persistente. Que obsesión con Fernando.
ELVIRA - Carmina, eres una entrometida.
FERNANDO - Vamos a ver, silencio las dos.
ELVIRA - Bueno, me voy, que no os aguanto a ninguno de los dos.

(Elvira se va y entra a la II puerta)

CARMINA - Y Fernando, ¿que hacías?


FERNANDO - Hablando con Elvira, que no hace más que importunar.
CARMINA - No te deja ni un momento, te tiene controlado ¿eh? Yo soy mejor, Fernando.
FERNANDO - Ya, no entiende que tú eres mi mayor proyecto.
CARMINA - Ay Fernando, no me digas esas cosas tan bonitas…

(Se acercan para besarse y en ese instante, Doña Generosa sale por la puerta y se
encuentra con ellos dos)
DOÑA GENEROSA - ¡Pero bueno, Fernando! ¿Le estas buscando las caries a mi hija, o
qué? ¡Anda para adentro!

(Carmina entra en su casa apenada y avergonzada)

FERNANDO - Lo siento, Doña.

(Fernando baja las escaleras para ir a hacer sus recados, y Don Manuel sale por la II
puerta.)

DOÑA GENEROSA - ¡Don Manuel! No creerá lo que acabo de presenciar.


DON MANUEL - Dígame, ¿qué ha sucedido?
DOÑA GENEROSA - A ver, su hija Elvira, está enamorada de el hijo de Doña Asunción
¿verdad?
DON MANUEL- Me temo que si Doña Generosa.
DOÑA GENEROSA - ¡Pues acabo de ver, como mi hija y Fernando, estaban que se olían el
aliento!
DON MANUEL- ¡No me diga eso! Mi hija va a coger un disgusto…
DOÑA GENEROSA- Pues sí, tal y como lo oyes.
DON MANUEL - Hay que ver, menudo trío amoroso se ha formado aquí. Buenas tardes
Generosa, me tengo que ir a mi empresa.
DOÑA GENEROSA - No se preocupe Don Manuel, sí yo también bajo.

(Mientras Don Manuel y Doña Generosa bajan, Rosa sale de la III puerta, arreglada para
irse y a la par, Pepe, de la I puerta. Don Manuel y Doña Generosa, se quedan escuchando
en el casinillo.)

PEPE- ¿Dónde vas así vestida, Rosa? Me parece a mi, que vas muy ligera.
ROSA- No, cariño. Me voy con unos amigos.
PEPE- ¿A dónde dices que vas sin mi, y con quién?
ROSA - A una fiesta con los de siempre. Pepe, no seas tan celoso.
PEPE- ¿¡Cómo!?

DON MANUEL- No veas la que se está formando. - le comenta susurrando a Generosa.

(Rosa se da cuenta de que Don Manuel y Doña Generosa están observando, y trata de
tranquilizar a Pepe.)

ROSA - No grites tanto Pepe, que se escucha en toda la escalera. Tranquilízate.


PEPE - ¿¡Que no que!? ¿¡Qué me tranquilice?!

(Pepe le da una fuerte bofetada a Rosa. Esta se recompone de la dolorosa bofetada y a la


vez, Don Manuel y Doña Generosa suben corriendo y se cruzan con Pepe, el cual baja
disimuladamente.)

DOÑA GENEROSA - ¡Dios mío, vaya marca te ha dejado! - Se desmaya.


(Rosa coge a Doña Generosa para que no se caiga, y Don Manuel entra en la II puerta,
para llamar a la guardia cívil. Minutos después suenan las sirenas. Se enfoca a todos los
personajes del rellano, y todas las puertas se abren; todos asombrados.)

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