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Arthur Rimbaud y Paul Verlaine

Cuando se conocieron, Arthur Rimbaud era un joven provinciano de 16 años que llevaba en su
mochila algunos de los poemas que muy poco tiempo después revolucionarían el panorama
literario francés. Iba por vez primera a Paris, invitado por Paul Verlaine, uno de los más celebres y
reconocidos poetas simbolistas, quien se había sentido vivamente impresionado por algunos
poemas que aquel le enviara por carta. A sus casi 30 años Verlaine no atravesaba por su mejor
momento. Reducidas sus opciones creativas y laborales debido a su simpatía hacía la
recientemente reprimida comuna de París, veíase obligado a vivir a expensas de su acaudalado y
despótico suegro para mantener a su joven y hermosa esposa y a su hijo recién nacido. La
situación, por supuesto, lo hacía sentirse profundamente infeliz. El encuentro entre los dos poetas
cambió completamente sus vidas y fue, sin duda, uno de los más afortunados en la historia de la
literatura. Rimbaud poseía una explosiva mezcla de agresiva ingenuidad y petulancia, y una
completa falta de consideración que lo hacían insoportable para todo el mundo. Pero era un
verdadero genio y por primera vez el imperturbable poeta parisino se sintió sorprendido por
alguien. La admiración mutua se transformó rápidamente en una pasión incontrolada. Verlaine
dejó todo para seguir al joven poeta en la loca carrera hacia ese "desarreglo de todos los
sentidos", que según su ideario era el único camino para a alcanzar la verdadera visión poética.
Vagabundearon sin rumbo por Francia, Bélgica, Inglaterra. Fueron días de libertad, de consumo de
hachís y absenta en grandes cantidades, pero también de una constante exaltación poética y
creativa. Sin embargo, muy pronto su relación, jalonada por el creciente hastío de Rimbaud y por
la desquiciante culpa que pesaba sobre Verlaine, se tornó enfermiza y tormentosa. Verlaine vuelve
con su familia, pero también por ese lado la relación se había descompuesto y al poco tiempo
regresa con Rimbaud. El infierno puede ser sumamente adictivo. El drama de las despedidas,
reencuentros y separaciones cada vez mas virulentas se repitió varias veces. En el texto " La
esposa infernal" Rimbaud describe sin concesiones esa mutua abyección. Por fin, en un arranque
de desesperación Verlaine amenazó con suicidarse y ante la actitud indiferente y burlona de
Rimbaud hace fuego en su contra y lo hiere en la mano. No es posible ocultar las cosas e interviene
la policía. No hubiera pasado de ser un incidente menor, pero las cosas se complican por la
demanda de divorcio que interpone la esposa de Verlaine, argumentando homosexualidad, delito
castigado duramente por aquel entonces. Después de un juicio por demás denigrante Verlaine es
condenado a pasar un tiempo en prisión. La situación de Rimbaud, a quien todos culpan de lo
sucedido, se hace insostenible y decide abandonar París. Jamás volverían a verse.

El epílogo fue lamentable para la poesía. Rimbaud se refugia un tiempo en la granja materna y
poco después parte hacia África. Deja abandonados los textos que había escrito y que algún
tiempo después su hermana publicaría bajo el afortunado nombre de "Una temporada en el
infierno". En África se dedica a distintas actividades, incluso al contrabando de armas y logra hacer
cierta fortuna. Solo regresará a Francia a morir, de una dolorosa enfermedad, 20 años después.
Verlaine, en la miseria y en la soledad, fallecería también poco después. Rimbaud nunca volvió a
escribir desde el día en que Verlaine jaló el gatillo.

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