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El villano de una historia mal contada

“SOLO SE ES LIBRE CUANDO SE PIERDE TODO, HASTA LA VIDA”.

Soy Santiago, tengo 18 años y en mi vida ocurrió algo inesperado: tuve problemas con la
policía. Todo fue por culpa de mi Padre biológico (Pedro) a quien conozco hace apenas un
mes. Apareció sorpresivamente en mi vida y terminó en la cárcel.
Pasaron varios meses y luego de que Pedro saliera de la cárcel, nos encontramos y fuimos a
su casa. Allí me comenzó a contar su triste historia mientras nos tomábamos una coca cola.
“Trabajé desde muy chico, más o menos desde los 5 años. Como mi padre trabajaba de
conserje en una fábrica, con su sueldo no nos alcanzaba para nada, así que mi mamá hacia
churros para vender. Si bien, yo le ayudaba a hacerlos y los salía a vender, esos ingresos apenas
nos alcanzaba para los gastos de la casa. Por eso, empecé a tener otros trabajitos y cuando tenía
solo 15 años entré a trabajar en un taller mecánico. El dueño de ese taller era tu abuelo, él me
enseño a trabajar con los vehículos. Un día llegó empujando un auto, una hermosa chica de
cabello castaño y de piel tan blanca como la nieve. Me miró sorprendida y me preguntó:
-¿Está mi papá?
-Disculpa… ¿Quién es tu papá?
-Don Hernández.
-No me digas que sos vos la hija de Don Hernández. La verdad, sos muy parecida a él, aunque
él no tiene esa sonrisa tan hermosa.
-¡Ja, ja, ja! Gracias.
-El patrón salió, me dijo que volvía dentro de 20 minutos.
-¿Y ahora qué hago? Tengo que ir al colegio y el auto no me arranca.
-¿Querés que lo revise? Capaz que le encuentre el problema.
-En serio, me salvarías la vida
Como en menos de cinco minutos arrancó, me dio un beso en el cachete y se fue volando.
Al día siguiente llegó al taller con mate y unas facturas.
-Es la primera vez que te veo venir a tomar unos mates con tu papá
-No, tonto, esto es para tomarlo con vos. En agradecimiento por lo de ayer. Si no fuera por tu
ayuda no llegaba al examen. Mientras arreglás ese auto te puedo cebar unos mates y charlamos
un poco.
Así empezó mi historia de amor con María, tu madre. Así, luego de un tiempo nos hicimos
novios. Todo iba bien, hasta que llegó mi cumpleaños número 18. Para festejarlo, fuimos a un
boliche y luego del festejo, nos fuimos a un hotel. ¿Me entendés ? Luego de varios meses de
salir, fue cuando tu mamá me dio la sorpresa de que estaba embarazada”.
Cuando hizo una pausa en su relato, aproveché para cuestionarle: -Pero ¿Por qué nos
abandonaste?
“-No te quería contar antes mi historia porque no sabía como reaccionarias. Antes de trabajar
con tu abuelo quería ganar dinero de manera más fácil. Así que hice cosas que no debía. Ante
la amenaza de uno de los que me prometieron plata fácil” -Si no trabajás para nosotros y nos
pagas lo que nos debes, lo harán tu novia y tu hijo”. Así que, para protegerlos a ustedes, fui a
trabajar para ellos. Y ahora estoy aquí pagando mis malas acciones pero pronto seré libre hijo,
y tu quedarás en este mundo para seguir luchando”.
LUEGO DESPERTE.
Quizás la causa de la pesadilla haya sido la carta de Pedro antes de suicidarse. O tal vez la culpa
que siento por tacharlo de mi vida como EL MALO DE UNA HISTORIA MAL CONTADA.

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