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(804) Materiales de equipos e instalaciones – Unidad 1

Uniones Químicas
El enlace químico es cualquiera de los mecanismos de ligadura o unión química entre
átomos. La formación de enlace se produce por un balance favorable de energía.
En la naturaleza existen 3 tipos de enlaces:
Enlace iónico: debido a la atracción electroestática entre iones.
Enlace covalente: unión entre elementos no metálicos y se debe a la compartición de
pares de electrones entre átomos contiguos.
Enlace metálico: es típico de los metales y se comparten electrones, pero de una forma
colectiva.
Iones: aniones y cationes
Cuando una especie química (un átomo o un conjunto de átomos) adquiere una carga
eléctrica neta, por ganancia o pérdida de electrones, se la denomina ion. Los iones
pueden ser de carga positiva, llamados cationes; o de carga negativa, llamados aniones.
Lewis propuso una representación simplificada de los electrones del nivel más externo de
un átomo o ion (denominados anteriormente las "valencias"), en forma de puntos o cruces
alrededor de su símbolo.
Introducción: Tipos de sustancias y electronegatividad
Los gases, líquidos o sólidos de bajo punto de fusión, son generalmente, sustancias
constituidas por moléculas, mientras que los sólidos de altos puntos de fusión son metales
o compuestos formados por la unión de metales con no metales.

Para justificar esas evidencias, se postuló que en las sustancias no moleculares, que
contienen metales, existen fuertes interacciones de un átomo con todos los que se ubican
a su alrededor. Como los metales conducen la corriente eléctrica en el estado sólido, cabe
predecir que en estas sustancias hay cargas eléctricas libres, que pueden transportarse
(los electrones). En cambio, los compuestos integrados por metales y no metales no
conducen la electricidad en el estado sólido, pero sí en el estado líquido o cuando están
disueltos en solventes como el agua, por lo que se considera que estas sustancias están
formadas por conjuntos de cationes y aniones (por ello se los denomina compuestos
iónicos).
Por otra parte, en las sustancias moleculares existen interacciones fuertes entre grupos
de pocos átomos (uniones químicas dentro de las moléculas, llamadas covalentes, en las
cuales se comparten pares de electrones): las interacciones entre moléculas son más
débiles, y su estado de agregación (a una cierta temperatura) depende de la intensidad de
esas interacciones. Teniendo en cuenta su configuración electrónica y la Regla del
Octeto, se deduce que los átomos de los metales en general tienden a perder electrones,
mientras que los átomos de los no metales tienden a ganarlos. En función de la capacidad
de un átomo de tomar o ceder electrones, se define una propiedad, la
electronegatividad, como la tendencia relativa de un átomo de atraer los electrones en
una unión química. Entonces, la electronegatividad de un átomo se define en función de
otro átomo, por lo que no presenta valores absolutos ni unidades. El químico
estadounidense Linus Carl Pauling (1901-1994), premio Nobel de Química y también
premio Nobel de la Paz, propuso en 1930 una escala de electronegatividades relativas
para algunos átomos.
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Enlace Iónico: Redes cristalinas iónicas


La sal de mesa, constituida principalmente por cloruro de sodio (NaCl), se disuelve
fácilmente en agua. Con la solución obtenida se podría cerrar un circuito eléctrico, ya que
este tipo de soluciones son conductoras de la electricidad. Esta propiedad se explica
considerando que esta sustancia está formada por cationes sodio (Na +) y aniones cloruro
(Cl-).
Redes cristalinas iónicas
La unión iónica se basa en la transferencia completa de uno o más electrones desde el
átomo menos electronegativo (el del metal) hacia el átomo más electronegativo (el del no
metal), por lo que se forman cationes y aniones que ejercen entre sí una gran fuerza de
atracción electrostática. Si el anión no es O 2- (óxido) ni H- (hidruro), ni HO- (hidróxido), al
compuesto iónico se lo denomina sal.
Debido a la fuerte atracción entre las cargas eléctricas de distinto signo que se establece
entre cationes y aniones, estas sustancias son sólidas a temperatura ambiente y forman
redes cristalinas tridimensionales, en las cuales se alternan los iones para lograr la
máxima atracción entre las cargas de diferente signo y la mínima repulsión entre las de
igual signo. Para ello, adoptan diferentes disposiciones espaciales.

Propiedades de los compuestos iónicos


Las sustancias iónicas presentan altos puntos de fusión, ya que para fundirlas es
necesario romper las uniones químicas entre los iones. En el estado sólido no conducen
la electricidad, pero sí lo hacen fundidas -en estado líquido-, o bien, como en el caso del
cloruro de sodio, cuando se disuelve en un solvente como el agua.
Estos compuestos no forman moléculas. Por ello, las sustancias iónicas se simbolizan
mediante la fórmula empírica, que es la relación expresada por los números enteros más
sencillos, entre el número de cada uno de los átomos que forman una especie química
determinada (molecular o no). Por ejemplo, la fórmula empírica CaF 2 sólo expresa la
relación numérica entre los iones que componen el compuesto (en este caso, dos iones F -
por cada ion Ca2+).
Enlace Covalente: Moléculas y enlaces
En la mayoría de los elementos no metálicos, los átomos al unirse forman moléculas
pequeñas, como el hidrógeno, el nitrógeno, el fósforo, el azufre o el cloro. En particular, el
elemento cloro -un gas irritante del aparato respiratorio, utilizado con fines bélicos en la
Primera Guerra Mundial- está constituido por moléculas diatómicas (su fórmula química
es (Cl2). Cuando un átomo de un metal se une con un átomo de un no metal, el primero le
cede uno o más electrones al segundo. De esta manera, cada átomo -ahora como ion-
alcanza la configuración electrónica de los átomos del gas noble más cercano a cada uno.
Pero si se unen dos no metales (del mismo o de diferente tipo de átomo), como ambos
tienen tendencia a captar electrones, ninguno de ellos los cederá. Por eso, cuando se
unen dos átomos de no metales, para que ambos se estabilicen, es decir, que alcancen el
octeto de electrones en su nivel más externo, tendrán que compartir uno o más pares de
electrones. En el caso del cloro, cada uno de sus átomos completa su nivel electrónico
más externo con ocho electrones cuando se une a otro átomo de cloro, y ambos
comparten un par de electrones. El enlace covalente tiene lugar entre no metales, es
decir, átomos lo suficientemente electronegativos como para que, como resultado de la
unión, compartan uno o más pares de electrones, de tal forma que los átomos que
participan del enlace logren la configuración electrónica externa de los átomos del gas
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noble más cercano a ellos (con dos electrones para el hidrógeno y ocho para el resto de
los átomos representativos, salvo excepciones).En las sustancias formadas por moléculas
(grupos de de átomos que actúan en el conjunto como partículas diferenciadas), sus
átomos se unen exclusivamente mediante enlaces covalentes.
En la estructura de Lewis de una molécula figuran los electrones del nivel más externo de
todos los átomos que la conforman, incluidos los compartidos y los no compartidos.
Cuando se quieren representar únicamente los pares de electrones que participan de la
unión covalente, se emplean las fórmulas desarrolladas en las cuales cada par de
electrones compartido se simboliza mediante un guión.

Enlace Metálico: Redes metálicas


En la naturaleza, la mayoría de los metales se encuentran formando compuestos diversos
que constituyen los minerales. Mediante el proceso industrial denominado metalurgia se
obtienen los metales libres, y luego mezclas de estos con otros metales o no metales,
llamadas aleaciones. A causa de sus ventajosas
propiedades, los metales están presentes en gran cantidad de materiales fabricados por
el ser humano. La estructura de las sustancias metálicas las hace conductoras de la
corriente eléctrica, ya que se hallan dispuestas en redes cristalinas en las cuales los
metales se presentan como cationes rodeados de electrones que se mueven libremente
alrededor de ellos. Gracias al movimiento de los electrones, los metales también son
capaces de transmitir el calor. El aluminio, por ejemplo, es 300 veces más conductor que
un ladrillo común, por eso se fabrican ollas de cocina con este metal. Las redes metálicas
son muy estables, ya que existe gran atracción entre los cationes metálicos (con cargas
positivas) y los electrones (cargados negativamente). Por esta razón, la gran mayoría de
los metales son sólidos a temperatura ambiente (el mercurio es una excepción a esta
regla ya que es líquido).

Salvo el oro y el cobre, el resto de los metales son de color blanco-plateado, pero todos
tienen un brillo característico, como resultado de la facilidad de movimiento de los
electrones.
Enlace Metálico: Propiedades de los metales
En cuanto a sus propiedades mecánicas, los metales son dúctiles, es decir, pueden
formarse con ellos hilos o alambres largos y finos, y maleables, porque la disposición
espacial en capas les permite ser transformados en hojas o planchas delgadas. La dureza
de los metales es muy variable, ya que existen desde los muy blandos (como el sodio)
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que pueden cortarse con una tijera, hasta muy duros (como el cromo).Salvo la plata, el
oro, el cobre, el paladio y el platino, que se encuentran en la naturaleza como elementos y
para obtenerlos puros sólo se necesita refinarlos, el resto de los metales forman parte de
los minerales y están presentes en compuestos como óxidos, carbonatos, sulfatos,
halogenuros o sulfuros.
Durante el año 2004 el mundo vio el descubrimiento de un nuevo tipo de acero que, a
diferencia del acero tradicional que tiene una estructura molecular de forma similar a un
cristal de cuarzo, posee una estructura molecular amorfa.
Enlace intermolecular

Fuerzas de van der Waals.


Hay cuatro tipos básicos de enlaces que se pueden formar entre dos o más moléculas,
iones o átomos que de otro modo no estarían asociados. Las fuerzas intermoleculares
originan que las moléculas se atraigan o repelan unas a otras. Frecuentemente, esto
define algunas de sus características físicas (como el punto de fusión) de una sustancia.
Dipolo permanente a dipolo permanente
Una gran diferencia de electronegatividad entre dos átomos enlazados fuertemente en
una molécula ocasiona la formación de un dipolo (un par positivo-negativo de cargas
eléctricas parciales permanentes). Los dipolos se atraen o repelen unos a otros.
Enlace de hidrógeno

En alguna forma este es un ejemplo de un dipolo permanente especialmente fuerte. Sin


embargo, en el enlace de hidrógeno, el átomo de hidrógeno está más cerca a ser
compartido entre los átomos donante y el receptor, en un enlace 3-c 2-e. Los enlaces de
hidrógeno explicar el punto de ebullición relativamente alto de los líquidos como el agua,
amoníaco, y fluoruro de hidrógeno, comparado con sus contrapartes más pesadas en el
mismo grupo de la tabla periódica.
Dipolo instantáneo a dipolo inducido (van der Waals)
Los dipolos instantáneos a dipolo inducido, o fuerzas de London, son las interacciones
más débiles, pero también las más ubicuas, entre todas las sustancias químicas. Imagine
el átomo de helio: en cualquier instante, la nube electrónica alrededor del átomo (que, de
otro modo sería neutral) puede estar ligeramente desbalanceada, con momentáneamente
más carga negativa en un lado que en el otro. Esto es a lo que se refiere como un dipolo
instantáneo. Este dipolo, con su carga ligeramente desbalanceada, puede atraer o repeler
a los electrones en los átomos de helio vecinos, estableciendo otro dipolo (dipolo
inducido). Los dos átomos se estarán atrayendo por un instante, antes que la carga se
rebalancee y los átomos se muevan.
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