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Se caracteriza por su densa vegetación, con árboles altos y frondosos que forman un
dosel espeso que cubre el suelo y limita la luz solar que llega al suelo. Esta densidad
vegetal contribuye a la biodiversidad única de la región. Su clima cálido y húmedo
durante todo el año, con temperaturas elevadas y lluvias frecuentes. La humedad es
esencial para mantener la selva, ya que la mayor parte de la precipitación es reciclada a
través de la evaporación y la transpiración de las plantas.
No podemos evitar decir que desempeña un papel vital en la regulación del clima
mundial. Actúa como un sumidero de carbono, absorbiendo grandes cantidades de
dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y ayudando a mitigar el cambio climático.
También influye en los patrones de lluvia y la circulación atmosférica a nivel global.
Aquí puedes leer acerca de Cómo influye la vegetación en el clima.
Hay que tener en cuenta que ciertas criaturas están presentes exclusivamente en el
Amazonas. Estas criaturas abarcan varias especies, incluidos reptiles como la anaconda,
mamíferos como el tití león dorado, el mono aullador, el jaguar, el perezoso, el mono
araña y el delfín del río Amazonas, y aves como el tucán y la guacamaya roja. Además,
en esta región también se pueden encontrar anfibios, como la rana de cristal y las ranas
venenosas.
Los bosques, con su diversa gama de vida silvestre, han sido un catalizador para una
exploración extensiva en las nueve regiones, más notablemente en Brasil, Perú, Bolivia
y Ecuador. Como consecuencia, la presencia de esta fauna se ha convertido en una
importante fuente económica.
Estas son algunas de las tribus más conocidas de la selva amazónica, aunque algunas
están desapareciendo, dado que están amenazadas por la actividad económica del ser
humano:
2020/21
la Amazonía brasileña perdió 8.712 Km2 de selva, el segundo peor dato de los últimos 13 años.
2.000 millones
de toneladas de CO2. En 2021 la región emite más CO2 del que absorbe.
En 2019
La Amazonia, la mayor región tropical del planeta, pierde cada año enormes
extensiones de selva, emitiendo grandes cantidades de gases de efecto invernadero en
un contexto de violencia y violaciones de los derechos humanos. Si queremos evitar un
empeoramiento del cambio climático, la pérdida de su rica biodiversidad y garantizar
la supervivencia de los pueblos indígenas, es fundamental detener la deforestación y
degradación de la Amazonia.
Brasil es el país que alberga la mayor parte de la selva amazónica, pero la deforestación
y la degradación forestal es un problema crónico. La expansión de la frontera agrícola
para la creación de pastos para la ganadería y el cultivo de soja y es la principal
responsable de este problema. También, la explotación forestal industrial, en gran
parte ilegal, abre el camino a la destrucción posterior mediante el uso del fuego. Otra
gran amenaza son los grandes proyectos hidroeléctricos que amenazan los valiosos
ríos de la cuenca amazónica.
Nuestra dieta tiene mucho que ver con lo que pasa en la Amazonia. La expansión del
cultivo de soja en Brasil se debe en gran medida a la demanda internacional de piensos
que la ganadería industrial necesita para alimentar los pollos, cerdos, vacas, etc. que
forman parte de nuestra dieta excesivamente rica en proteína de origen animal.
La selva amazónica es el mayor bosque tropical del mundo y cubre más de 3 millones
de kilómetros de terreno. Se extiende por nueve países sudamericanos: Brasil,
Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Guyana, Surinam y Guayana Francesa.
Esta exuberante región proporciona importantes beneficios a las comunidades que viven
cerca y lejos. Cerca de 500 comunidades indígenas consideran la selva amazónica su
hogar. Es un ecosistema de gran biodiversidad, que alberga incontables especies de
plantas y animales. La selva tropical puede crear su propio tiempo e influir en los climas
de todo el mundo. Por desgracia, este frágil ecosistema se enfrenta a la constante
amenaza de la deforestación y este año ha sufrido devastadores incendios forestales.
Abundancia de animales
Desde las ranas venenosas que saltan por los estanques hasta los jaguares manchados
que se escabullen en plena noche, la selva amazónica es importante porque alberga
algunas de las plantas y animales más carismáticos del mundo. Es uno de los
ecosistemas más diversos del mundo, ya que alberga el 10% de las especies del planeta,
según el Fondo Mundial para la Naturaleza. Hay más de 2,5 millones de especies de
insectos que se mueven entre la hojarasca. Contiene unas 1.300 especies de aves, 3.000
de peces y unas 430 de mamíferos, según National Geographic.
Las plantas del Amazonas desempeñan un papel activo en la regulación del ecosistema.
Cuando las plantas del Amazonas hacen la fotosíntesis, crean su propio clima. Mediante
un proceso llamado transpiración, las plantas liberan vapor de agua por los poros del
envés de sus hojas. Esta afluencia de humedad mantiene la vida sembrando gruesas
bandas de nubes que mantienen el agua encerrada en la exuberante selva y que fluye
hacia los ríos que abastecen a las comunidades río abajo.
Este fenómeno no sólo influye en el clima del Amazonas. A medida que la lluvia cae
sobre la selva, el aire caliente se eleva en la atmósfera, atrayendo aún más humedad del
océano a miles de kilómetros de distancia.
El río Amazonas es el segundo más largo del mundo, después del Nilo. Sus sinuosas
vías fluviales cubren aproximadamente 6.430 kilómetros, según el . El Amazonas tiene
el mayor índice de precipitaciones del mundo, según . Más de 15.422 kilómetros millas
cúbicos de agua de lluvia caen del cielo cada año.
Watch on
La selva amazónica desempeña un papel importante en la regulación de los ciclos
mundiales del oxígeno y el carbono. Produce aproximadamente el 6% del oxígeno del
mundo y desde hace tiempo se cree que actúa como sumidero de carbono, es decir, que
absorbe fácilmente grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera.
Pero cuando se talan los árboles y se quema el bosque, ese carbono se libera a la
atmósfera a un ritmo alarmante. Investigaciones recientes sugieren que estos bosques
podrían estar emitiendo más dióxido de carbono del que absorben. Por suerte, si somos
capaces de conservar grandes partes de este frágil ecosistema, los científicos creen que
podremos recuperar su condición de sumidero de carbono.
1 Situación de la amazonia
La amazonia está situada en el continente americano, en América del Sur entre las
Guayanas y el macizo Brasileño de una parte y, de otra, entre los Andes y el atlántico.
Esta selva, gracias a su enorme tamaño, ocupa los territorios de Brasil, en su mayor
parte, y en menor proporción los de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Venezuela,
Surinam, Guyana y Guayana Francesa. La selva amazónica es una vasta región de 6
millones de km², que alberga al río más caudaloso del mundo y el segundo más largo
del mundo, el Amazonas. Alrededor del caudaloso y largo río se encuentra la selva
amazónica, que sigue el recorrido del río amazonas, que mide 6387 km. La cuenca del
río es de 6.144.727 km² y un 73 % es selva amazónica. La densidad de población es
muy baja, 4 habitantes por km². Hay 24 grandes ciudades y solo el 1 % de la población
está desarrollada.
2 Clima de la amazonia
Toda la región de la selva está dominada por un clima cálido ecuatorial y húmedo, con
variaciones de temperatura poco significativas. La temperatura media mensual es de
aproximadamente 26 ºC. Las precipitaciones son abundantes durante todo el año y
superan en muchos sitios de la selva los 2.500 mm anuales, lo que significa una extrema
humedad.
Más de la mitad de estas precipitaciones provienen del agua del amazonas y de su
propia cuenca, que se limpia por medio de la evaporación y transpiración de la
vegetación de la selva; el resto tiene su origen en los vientos alisios procedentes del
océano Atlántico.
Se dice que la amazonia es el pulmón principal de la Tierra, porque al ser la mayor selva
del planeta, es la que más importancia tiene en la conservación de los gases de la
atmósfera, porque está demostrado que las entradas y salidas de CO2 y de O2 están
equilibradas. Se trata de la mayor selva del mundo y tiene enorme importancia
ecológica: su biomasa es capaz de absorber inmensas cantidades de dióxido de carbono.
La selva amazónica constituye la décima parte de todos los bosques del planeta. El aire
que respira las personas del mundo se purifica principalmente en la Amazonía, por eso
es muy importante mantener la selva como siempre ha estado, y evitar la deforestación.
La selva amazónica es especialmente importante para mantener los climas del mundo
igual, porque cualquier cambio en la selva puede suponer un riesgo importante para
todo el planeta.
4 Fauna y vegetación
5 Tribus de la amazonia
Carretera Transamzónica