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Intervención y Tratamiento Psicológico II.

TEMA 9. ECONOMÍA DE FICHAS


1. ASPECTOS BÁSICOS DE LA TÉCNICA.

La economía de fichas fue desarrollada por Alvord en 1974. Es conocida


como un sistema motivacional aplicado con el fin de modificar conductas
específicas y mejorar la adaptación al medio ambiente. El sistema de
reforzamiento que se emplea en esta técnica es un refuerzo secundario
a través de fichas que promueven las conductas apropiadas y erradican
las problemáticas (Soler, Herrera, Buitrago y Barón, 2009).

Para que el programa funcione de manera adecuada se deben fijar un valor predeterminado en el
intercambio de las fichas, además de aquellas conductas que van a ser premiadas por el sujeto. Dicho
programa refuerza la conducta deseada para motivar al sujeto y cuando la conducta esté consolidada se
deben determinar unos intervalos en el intercambio de fichas de forma progresiva para conseguir la
deshabituación, esto se logra reemplazándolos por elogios yreconocimientos (Soler, Herrera, Buitrago y
Barón, 2009).

Una vez identificada la conducta a modificar y manifestada una resolución deseada de ésta se debe
conceder de forma inmediata un reforzador, que tiene que estar presente hasta ser intercambiado por el
estímulo. Debido a ello son los propios reforzadores los que nos permiten cuantificar las conductas
adecuadas. La existencia de diferentes tipos de estímulos permite ajustar el ambiente donde se va a llevar
a cabo el programa (Collantes, 2015).

Cabe destacar la necesidad de un entrenamiento, capacitación y coordinación por parte de los sujetos
involucrados en el programa y, además, si existiera más de un observador se debe realizar un acuerdo
interjueces (Collantes, 2015).

2. DESCRIPCIÓN DETALLADA.

Las fichas utilizadas en esta técnica tienen la función de emplearse como una forma de intervenirpor medio
de objetos, los cuáles son reforzadores de la conducta. El valor que obtienen dichas fichas va a depender
de la variedad, frecuencia y magnitud, para poder establecer conductas adecuadas.
Hay que mantenerlas en todo momento, pero sin cortar las cadenas conductuales puesto que funcionan
como puente hacia el reforzador. Es decir, son un medio de intercambio, ya que después se cambian por
el reforzador esperado.

El objeto que simule las fichas puede ser de cualquier material, forma o color, lo importante esque resulte
ser los más representativo posible para el sujeto que quiere modificar la conducta. Además, de tener lo
más claro posible el valor que tiene y la finalidad con la que se utilizan.

Las fichas utilizadas como reforzadores en esta técnica se caracterizan principalmente por tres ideas:

* Reforzamiento positivo: se produce con la ejecución de la conducta


deseada, lo quehace que se fortalezca y se aumente la frecuencia de
dicha conducta.
* Castigo negativo: cuando hay una conducta disruptiva, se produce
una retirada del reforzador, que debe acompañarse de conductas
alternativas que sean deseables.
* Extinción: se extingue la conducta condicionada, por lo que se
erradican las conductasno deseadas.

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Con relación a estos, comenzamos con unos reforzadores extrínsecos que se producen de formaexterna
al sujeto, como puede ser todo lo material, social, comestible o vales. Por otro lado, están los intrínsecos
que nos proporcionan una motivación intrínseca en el individuo, noobservable, que lleva a mantener
esa conducta deseable. Por tanto, nuestra finalidad es conseguir sustituir aquellos reforzadores
extrínsecos por reforzadores intrínsecos.

3. PROCEDIMIENTOS PASO A PASO.

Esta técnica de modificación de conducta debe realizarse siguiendo una serie de fases que han de ser
definidas detalladamente antes de llevar a cabo el programa.

3.1 FASE DE ESTABLECIMIENTO DE LA FICHA.

El primer paso es determinar la ficha como el reforzador y definir su valor para facilitar el intercambio.

Por ejemplo, una pegatina con una cara feliz que tenga como valor 1. Una vez
que se haya explicado este paso se debe realizar un muestreo en el cual se
demuestra cómo funcionala técnica y así familiarizar a las personas que van a
participar.

Además, hay que explicar que laspegatinas, o el método que se utilizará como
ficha, se pueden canjear por reforzadores como demostraciones afectivas,
felicitaciones, etc. Esta primera fase de intercambiar una pegatina, en este
caso, por una conducta deseada debe ser un proceso inmediato al observar
dicha conducta.

3.2 FASE DE APLICACIÓN CONTINGENTE DE LAS FICHAS POR LAS CONDUCTAS DESEADAS.

Al observar las conductas que se desean incrementar se debe realizar la entrega de fichas de manera
aleatoria, es decir, aunque dichas conductas han de ser descritas anteriormente con el valor que
obtendrán en fichas por cada conducta, no tienen por qué tener un orden al ser realizadas.
Normalmente se preestablece un esquema con las conductas que se desea incrementar acompañadas
del valor que obtendrán en fichas, en este caso pegatinas con caras felices. Además, dicho esquema
deberá contener un escrito en el que se acuerda los momentos y la frecuencia de la entrega de fichas y
quién la llevará a cabo.
Por otro lado, es muy importante tener un sistema de registro donde se incluya la tasa de emisión, la
cantidad de fichas ganadas y desembolsadas, porque reforzadores han sido intercambiadas, etc.

Al principio de la implantación del programa la entrega de fichas por conductas deseadas ha de ser
abundante para motivar a la persona que las recibe, frecuentemente niños, A medida que esta técnica de
modificación de conducta va avanzando y el paciente progresando, el intercambio de fichas va siendo
más intermitente, ya que es de gran relevancia que la persona que las recibe consiga realizar dichas
conductas sin la ayuda de reforzadores.

Dentro del esquema descrito anteriormente también se debe incluir la descripción de “multas”, que
consiste en la retirada de fichas como un castigo a la hora de llevar a cabo un comportamiento indeseado
y que se pretende erradicar.

Por último, esta fase ha de contener los tipos de reforzadores que se obtendrán al cambiar un número
determinado de fichas previamente definido, para ello se observará el registro de conductas deseadas
conseguidas. Es muy importante evitar reforzadores que la persona pueda conseguir por otros medios,
además de cambiar los reforzadores con frecuencia para mantenerla motivación alta y crear expectativas.

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3.3 FASE DE DESVANECIMIENTO O FINALIZACIÓN DEL CONTROL DE LAS CONDUCTAS POR FICHAS.

El objetivo de este último paso es favorecer la aparición y afianzamiento de determinadas conductas,


por eso la eliminación de las fichas debe ser un proceso progresivo en el cual las fichas se cambian por
otro tipo de reforzadores, como reforzadores sociales, reconocimiento verba, demostraciones de afecto,
etc.

Existen diferentes niveles de contingencia para llevar a cabo esta última fase:

El primer nivel determina que una conducta adecuada es obsequiada con fichas y que cada reforzador
deberá ser pagado con dichas fichas.

En el siguiente nivel se explica que las conductas más frecuentes no recibirán fichas, pero si se conceden
ciertos privilegios que deberán indicar en el “contrato” o esquema. Es en este segundo nivel donde se
observa si el paciente ha progresado o no, ya quesi su comportamiento deseado disminuye al no obtener
fichas se deberá retroceder al nivel anterior.

Al igual que ocurre en el tercer nivel, donde la mayoría de las conductas ya no son obsequiadas con
fichas y los reforzadores pueden conseguirse sin pagar fichas.

Finalmente, en el cuarto nivel es evidente el gran cambio que ha llevado a cabo la persona, aunque
se debe seguir un control durante un tiempo para evitar retroceder en el proceso y determinar que las
conductas deseadas y trabajadas durante el tiempo que haya durado el programa se mantengan.

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TEMA 9.1 CONTRATOS CONDUCTUALES.


1. ASPECTOS BÁSICOS DE LA TÉCNICA.

El contrato conductual o de contingencias consta de un acuerdo, generalmente dejando constancia de


este por escrito, en el cual se especifica qué conductas se desean de otra persona y cuáles no, junto con
sus consecuencias. Estos términos no son impuestos, sino que son negociadospor ambas personas. Tiene
un fuerte carácter reforzador de la conducta deseada premiando con los reforzadores positivos que la
persona elige y, por el contrario, extingue las conductas no deseadas o las castiga. En función de las
conductas problemáticas, existe una variedad, atendiendo a la implicación de las personas que
mantienen la situación desfavorable.

La aplicación de este tipo de contratos es muy diversa, incluyendo el abuso de sustancias, problemas de
pareja, problemas con los hijos, con el estudio y con pacientes psiquiátricos internos.
Sus puntos fuertes respecto a la utilización de otras técnicas de modificación de conducta resultan
evidentes según (Kazdin, 1984; Martin y Pear, 1996/1999):

- Clarifican las expectativas de las personas implicadas y tienen un seguimiento del esfuerzo y de los
beneficios que se realizan por ambas partes.

- Consiguen un sentimiento de control acerca de las conductas, aumenta el compromiso y la


cooperación.

Tienen señales que recuerdan los compromisos adquiridos. Sirven de punto de referencia en caso de
que existan desacuerdos, además de ser muy específicos para evitar la ambigüedad y evitar los
desacuerdos. Permiten una participación de las personas. Tienen una finalidad de transición desde un
mayor control de la conducta de la persona por parte de otros, hasta lograr la autorregulación en el caso
de menores, otorgándoles una cierta responsabilidad y autonomía.

Este tipo de técnica implica una negociación acerca de las metas y sus conseguías, así como, su castigo
y esto puede ser hecho por la propia persona.

2. TIPOS DE CONTRATOS QUE PODEMOS ENCONTRAR.

El contrato de intercambio o “quid pro quo”: Son contratos en los cuales ambas partes acuerdan un cambio
en su conducta. En este sentido, el terapeuta ha de asegurarse de que los cambios son parejos tanto en
constancia como en esfuerzo para ambos, así como que ambas partes los valoren de igual forma. Se trata
de que las conductas sean parejas en el mismo aspecto. Es decir, si hay desavenencias en una pareja por
el reparto de las tareas del hogar, se intenta que las conductas modificadas por ambos sean en el mismo
aspecto.

El aspecto negativo de este tipo de contrato es la bilateralidad del acuerdo,


de forma que, si uno de los dos implicados no cambia en su correspondiente
aspecto, el otro tampoco lo hará. También puede resultar problemática la
motivación e iniciación al cambio, dado a que debedar el paso uno de los
dos, primeramente, y esto puede resultar en discusiones (Bados et al.,
2011).

Contratos paralelos o de buena fe: En este caso, el cambio de la conducta de


cualquiera de lasdos partes tiene consecuencias independientes del cambio de la otra
persona. Supone eliminar la barrera que tenía el anterior tipo de contrato sobre quién
debe empezar primero el cambio. Sin embargo, si uno de los dos no cumple con su
parte del contrato, puede extenderse esta conducta contraria a la planificada.

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Tanto este tipo de contrato, como el anterior son similares en efectividad, y no se tiene datos sobre ello
(Bados et al., 2011).

3. PASOS A SEGUIR EN LOS CONTRATOS CONDUCTUALES.

Para la adecuada aplicación de esta técnica debemos de seguir una serie de pasos que, si bien no nos
garantizan el éxito terapéutico, sí va a lograr que sea más efectiva y adecuada para los aspectos que
queremos trabajar.

En primer lugar, resulta de carácter elemental realizar una lista en la que se reflejen los
comportamientos problemáticos, que son aquellos que se quieren cambiar o sustituir
por otros más adaptativos. Así pues, es necesaria la realización de una jerarquía. Es decir,
se han de ordenar las conductas que buscamos transformar según nuestras prioridades
(Fundación CADAH, 2012).

Una vez señaladas las conductas que comenzaremos a modificar, las partes implicadas deben negociar
cada uno de los términos del contrato. Así pues, el acuerdo contractual debe ser auténtico. Es decir, debe
estar exento de intimidación o coacción dentro de sus términos. Al inicio de esta técnica, resulta relevante
la supervisión y las sugerencias directas por parte del psicólogo en lo que a la configuración del contrato
se refiere, si bien esta intrusión se deberá ir reduciendo de forma paulatina en orden a que las partes sean
capaces de establecer sus propios contratos (Fundación CADAH, 2012).

En el siguiente paso, se han de especificar las conductas problemáticas que queremos modificar y los
reforzadores que se obtendrán en caso de que se cumplan los criterios establecidos en el contrato, así
también como las penalizaciones, por lo contrario. Las penalizaciones pueden ser, o bien por no emitir
una conducta o por emitir una conducta indeseable (Bados et al., 2011).
Los contratos conductuales deben ser mayoritariamente positivos debemos priorizar
los reforzamientos positivos ante los reforzamientos negativos y castigos (si se
emplean tanto procedimientos positivos como negativos, es nuestra tarea hacer que
los positivos tengan mayor presencia que los otros=
Una de las formas que tenemos para alcanzar este objetivo es el establecimiento de
una cláusula de prima.
Esto quiere decir, que la persona cuenta con reforzadores extra por cumplir con los
términos estipulados a lo largo de un período más largo que el necesario para la
obtención de los reforzadores “normales”. Por ejemplo, un niño que puede jugar a
la consola durante 30 minutos cada día puede jugar 30 minutos más un día, si ha
mantenido las conductas a lo largo de una semana (Bados et al., 2011).

Otro punto a tener en cuenta es el equilibrio que debe haber entre el tipo y
cantidad de conducta que se demanda, y el tipo y cantidad de reforzador que se
ofrece. Es decir, no podemos ofrecer demasiado reforzador por poco trabajo y
viceversa (Bados et al., 2011).

Una de las obligaciones de este proceso es el de llevar un registro de las conductas meta para saber de
forma objetiva si los progresos estipulados se van alcanzando y también actúa como estímulo
antecedente facilitador del cambio y como reforzador condicionado. Por otro lado, también nos sirve para
saber cuándo se cumplen los criterios y aplicar los reforzadores o penalizaciones.

Un matiz importante de los contratos es la posibilidad de renegociación a petición de cualquierade los


implicados. De esta manera, el contrato ha de tener una cláusula de revisión cada cierto tiempo que

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permitirá que se pueda dar este cambio en los términos.

Eso sí, los contratos deben tener un mínimo de tiempo en vigor (al menos una semana) antes de que se
apliquen cambios en el mismo, ya que las personas pueden no ser conscientes del valor que tiene lo que
han acordado hasta que lo llevan a cabo. Además, el mínimo de una semana hace que las personas
implicadas piensen de forma más seria acerca de las condiciones que propondrán en el contrato (Bados
et al., 2011).

En último lugar tendríamos que fechar el contrato, que las partes interesadas firmen y que este acuerdo
esté a mano, en un lugar visible para las personas implicadas.

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