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El dueño de las respuestas

Creó uno de los cinco juegos móviles más populares del mundo. De
convicciones firmes y una capacidad de trabajo envidiable, prepara
un nuevo Preguntados y un chat social
Martina Rua SEGUIR
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26 de abril de 2015

Fuente: LA NACION - Crédito:


Martín Lucesole

Nada permite adivinar que en esta cuadra de la calle Capdevila, en el


barrio porteño de Villa Urquiza, funciona una de las compañías de
juegos más exitosas del mundo. La fachada es de fábrica ochentosa,
de hecho eso es. Etermax, la compañía que Máximo Cavazzani (29)
fundó a los 23 años, funciona en el primer piso de la empresa textil
de su padre. Aquí conviven muebles de madera con rollos de tela y
un showroom de camisas con una vieja fotocopiadora que pide
"alimentar de a poco porque se traba".
Como si se tratara de un pasadizo hacia otra dimensión, detrás de
una puerta con clave y tarjeta magnética aparecen filas de decenas de
jóvenes programadores, diseñadores, maquetadores. Absortos
trabajan sobre sus pantallas y parecen no advertir el ruido constante
de martillos y moladoras, producto de una ampliación necesaria para
darle espacio a las 95 personas que son parte de esta compañía que
no para de crecer.

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El éxito global de Preguntados, su juego estrella, es arrollador. La


trivia de preguntas y respuestas ya fue descargada más de 150
millones de veces y la juegan hasta 22 millones de personas por día
en todo el mundo. Una fábrica de preguntas inteligente que se
alimenta y mejora constantemente por usuarios fanáticos, la
posibilidad de interactuar con amigos de Facebook o con
desconocidos, y la hiperlocalización de temas a cada país lo llevaron
a romper todo tipo de récords. Es la primera app en pasar 66 días
consecutivos en el primer puesto de las tiendas virtuales de Apple y
Google, y en la Argentina hasta se metió en las aulas, al ser el primer
juego declarado de interés cultural para la nación. Así, alumnos y
docentes lo usan para generar contenido de materias como historia o
geografía y enviarlas al juego.
Máximo es un hombre prolijo, de movimientos cortos y mirada
sostenida. No busca agradar, no genera empatía, no le interesa.
Viene a entregar un mensaje que tiene que ver con el crecimiento de
sus proyectos, de los que está profundamente orgulloso.

El relato cronológico de la historia de Etermax lo delega en alguien


de su equipo y sólo después de eso se acerca a la mesa de la cocina a
conversar.

Cuando empezaste tu empresa hace ocho años decías que jamás ibas a
hacer un juego. ¿No te gustaban?
Sí, era de jugar juegos, la decisión tenía que ver más con que mi
primera aplicación fue para el mundo financiero, más de nicho y fue
muy exitosa, de hecho financió los inicios de Etermax. Pero me
empecé a encontrar con que las empresas y los bancos no tomaban a
la innovación con apego. Era frustrante para nosotros ir a una
velocidad y que nos frenaran todo el tiempo. Entonces viramos a
productos propios donde no tenés que convencer a otro de que lo
que estás haciendo está bueno. Yo siempre estuve atento a lo que
funcionaba en las tiendas virtuales y se trataba de ir por una red
social o un juego, y fuimos por un juego.

El juego se llamó Apalabrados, una especie de Scrabble digital que,


además, permitía chatear y compartir jugadas en las redes sociales.
Máximo reconoce que fue "tirar una botella al mar", pero la
respuesta fue abrumadora. Millones de descargas, en su mayoría de
España, lo convirtieron en pocos meses en millonario y en uno de los
referentes al que las principales empresas del sector como Zinga y
Rovio (Angry Birds) quisieron conocer. Esto lo alejó del resto de los
proyectos y decidió concentrar todos sus esfuerzos en apps de juegos.
Mezcladitos y Bingo Crack fueron otros de los títulos lanzados hasta
que llegó el turno de Preguntados.

Fuente: LA NACION - Crédito:


Martín Lucesole

La empresa creció muy rápido. ¿Cómo te organizás? ¿Tenés métodos,


rutinas?
No soy una persona muy sistemática y por eso me obligo a seguir
algunos hábitos casi religiosamente. Me levanto y vengo a la oficina
todos los días a la misma hora. Cada mañana, a las 11, tenemos
reuniones con distintos equipos para tomar decisiones, dar guía de lo
que hay que hacer, ver problemas y soluciones.

El día de trabajo termina para el joven sub 30 con una hora de


CrossFit y taekwondo. "Hago deporte intenso para cansarme, tener
hambre y descansar bien." Máximo viaja mucho por trabajo, pero
asegura que no es algo que le guste especialmente: "Podría vivir el
resto de la vida sin moverme de Buenos Aires y ser feliz". La semana
previa a este encuentro fue orador en Barcelona, en la principal feria
de movilidad del mundo, y luego asistió al lanzamiento del Apple
Watch. Mientras hablaba el CEO de Apple, Tim Cook, en la pantalla
detrás de él brillaba el logo de Preguntados, que en Estados Unidos
se conoce como Trivia Crack.

¿Cómo es trabajar en equipo para vos?


Nosotros somos gente ordinaria haciendo cosas extraordinarias.
Muchos piensan que con dos o tres gurúes se mueve una empresa.
Por más que vos tengas a una persona muy buena el impacto que eso
va a tener no es tan grande como el trabajo dedicado de todo el resto.
La coordinación, los procesos, la forma que encontraste para que su
aporte sume al conjunto, eso es lo que importa.

Dijiste que no te gusta venir a trabajar. ¿Qué es exactamente lo que no


te gusta?
En contraposición a muchos emprendedores, o al menos a su
dialéctica, no creo en esa mística de que todo es una sinergia entre
personas geniales que hacen las cosas solas. Hacer cosas
trascendentes es un trabajo cansador y del día a día que puede ser no
agradable para nada, no es divertido venir acá y pensar en los
problema que hay. Eso es una mentira y yo siempre digo que si hay
un emprendedor que esté disfrutando de su trabajo, no está
haciendo su mejor esfuerzo.

Suena drástico. ¿Hay que pasarla mal sí o sí?


Ser emprendedor significa hacer todo. Desde ver la planta que
acabamos de poner hasta el tipo que está por renunciar, el que hay
que contratar, alinear el negocio a largo plazo, manejar las finanzas.
Todas cosas nuevas de las que sabés poco. Si uno está tratando de
hacer crecer a una empresa, es muy difícil que se pueda disfrutar el
día a día.

¿No lo disfrutás?
No, no es que no disfruto de nada. Es que ahora es cuando más
fuerza hay que ponerle. Es como estudiar: si alguien me dice que
disfrutó la carrera, yo la verdad es que no sé si aprendió lo suficiente.
Es difícil explicarle a una persona que no tiene una empresa. Hay
que tomar decisiones que son poco populares, que todo el mundo te
mira, como poner un horario fijo, tomar determinaciones, no es que
pasa una vez, tenés que hacerlo todo el tiempo. Ser constante en el
trabajo es mucho más importante que los momentos de locura o
genialidad.
Fuente: LA NACION - Crédito:
Martín Lucesole

Sos muy estricto con el horario de trabajo y no creés en las políticas de


trabajo remoto. Bastante distinto a lo que dicta la tendencia en este
sector.
Sí, es así. Hacemos un trabajo que tiene que ver mucho con la
interacción de los equipos. Si un programador llega a las 11 para salir
a las 20 y el diseñador necesita un botón de un juego a las 9, las
cosas no salen. Simplemente porque nos resultó bien desde el
principio elegimos esta modalidad de trabajo. Y obvio que a mí me
gustaría venir a las 11, pero no trabajo desde lo que me gustaría, sino
desde lo que nos funcionó.

¿No sentís que esto puede limitar la creatividad?


La creatividad no tiene nada que ver con la flexibilidad para mí,
podés ser creativo en cualquier momento. Es verdad que hay algo
creativo en nuestro trabajo, pero la mayoría es de ingeniería, que es
trabajar ideas preestablecidas y llevarlas a cabo.

¿De qué disfrutás?


Salgo mucho con mis amigos y con mi novia. Los fines de semana no
trabajo, por eso creo en ser intenso en las ocho o nueve horas de
laburo. Creo que si no cortás, no estás haciendo las cosas bien. El
trabajo intenso se recompensa con diversión, un lugar de desahogo,
momentos de felicidad y eso lo manejo bastante bien. Soy malo en
organización, pero soy bueno en saber aprovechar esos momentos de
felicidad.

Aunque hay planes futuros de mudar la compañía, ahora el foco está


en todos los proyectos que vienen, y Máximo tiene clara sus
prioridades. Y vuelve solo sobre el tema: "La percepción del tiempo
es muy importante. El tiempo ahora es para aprovechar este gran
momento y trabajar duro. Si siempre te tenés que quedar dos horas
más para terminar algo, no hiciste bien las cosas en el proceso para
llegar ahí. Nunca es el último gol, siempre hay que parar, mirar qué
salió mal y mejorar para la próxima".
¿Qué temas relacionados a la innovación te interesan?
Los que tienen que ver con lo que hago yo, redes sociales, mobile y
software en general, porque creo que este tiene un papel muy
importante en la resolución de los grandes problemas de la
humanidad como la energía, el envejecimiento, transporte. También
me gusta mucho leer sobre física teórica, las teorías de expansión y
contracción del universo, el Big Bang. Si las cosas salen bien, espero
en unos diez años estar trabajando en posibles soluciones para esos
grandes temas.
Tenés fuertes convicciones. ¿Cómo las nutrís? ¿Leés, estudiás?
Todo sale desde la experiencia. De haber mirado, analizado y
probado muchas veces. También leo de todo. Pero lo cierto es que
hicimos cosas que otros no pudieron hacer. Pretendo tener una
empresa en la que la gente quiera ser la mejor en lo que hace y no
gente que venga a pasar la vida.

Lee también papers sobre casos de negocios de acuerdo con el


proyecto o desafío que esté encarando, y dentro de los maestros tech
admira a Mark Zuckerberg y al sudafricano Elon Musk, CEO de
Tesla.

Fuente: LA NACION - Crédito: Martín Lucesole


¿Hablás con alguien sobre las decisiones que tomás? ¿Hacés terapia?
No creo en la terapia. Hablo con mis compañeros, hablo con mi
papá, que se dedica al negocio textil y ha trabajado duro toda su vida.
Algunas decisiones las consulto con CEO de otras empresas
importantes, como Marcos Galperín, de Mercado Libre, o los chicos
de Globant. Pero, desgraciadamente, por más que puedas conversar
con otro, las decisiones se toman en solitario.

¿Y cómo llevás eso de las decisiones?


Bastante bien, suelo desconectar cuando me voy del trabajo. Algunas
veces mejor que otras.

Con 21 años decidiste estudiar ingeniería en informática. ¿Qué lugar


creés que ocupa la educación formal en las profesiones tecnológicas?
Yo decidí entrar a la Universidad, hacer un camino difícil, para
encaminar esta personalidad que tengo que tiende a irse a los
extremos, y decidí irme para el lado positivo. En el caso de la
informática te da una formación importante, que sirve; la
programación tiene cosas arduas que no te dan ganas de estudiarlas,
pero que te forman un montón. Igual creo que todo se puede
aprender por fuera. Por ejemplo, el contenido entero del MIT está
abierto a todo el público. Las personas formadas universitarias
tienden a tener un plus, creo, y busco para mis equipos los mejores
profesionales usualmente de las principales instituciones como la
UBA, UTN e ITBA.
Tuviste varias ofertas de compra de la compañía. Un argumento fuerte
que te dan es que las estadísticas indican que es muy difícil volver a
lograr un éxito como el de Preguntados. ¿Qué opinás de eso?
Si te ponés a pensar, a los 22 años hice una aplicación financiera que
fue muy exitosa; luego Apalabrados, que en 2012 fue furor en
España, y ahora Preguntados, con toda la proyección global. Fueron
tres éxitos muy importantes y uno fue superando al otro. Somos una
empresa que desarrolló tecnología logrando que lo que hacemos
tenga una posibilidad de éxito muy grande, por sobre lo que hay en
el mercado. Creo que tenemos muchas posibilidades de continuar
con los éxitos. Por ahí la gente no toma dimensión de lo que pasa con
las apps. Es quizás uno de los diez juegos más importantes de la
historia. El tiempo nos dará la razón o no.

¿Cuánto vale tu empresa?


No lo hablo con la prensa. Pero somos muy rentables.

¿Qué harías si mañana te levantaras y no existiera más Internet?


Yo me preparo para cualquier cosa. Si un día me caigo en un avión, o
si me voy a vivir al medio del bosque, o si me aburro y me quiero
dedicar a escribir... Ser un emprendedor es tener una visión crítica,
probar, tener tenacidad, dedicación. Internet es una circunstancia de
hoy y creo que, de todos modos, lejos de desaparecer, se va a
profundizar en la vida de las personas.

Más que un emprendedor, palabra que no le gusta demasiado,


Máximo se considera un "organizador de esfuerzos, propios y de
otros". Es el único dueño de Etermax, y afirma que está dispuesto a
vender parte o toda su compañía siempre y cuando la oferta entienda
el valor a futuro que tiene su compañía. "Soy racional, y veo la
diferencia entre precio y valor; las más grandes fortunas del mundo
se hicieron así. Si alguien me ofrece algo que me interese, yo
venderé, hay ofertas todo el tiempo, pero ninguna que me haya
resultado atractiva."

El futuro inmediato de Etermax es muy promisorio: mientras el


juego se está expandiendo al mercado europeo y asiático, ya se
prepara un nuevo Preguntados, que no es una versión mejorada del
actual, sino una propuesta completamente nueva. "Es una
experiencia por canales. Como en YouTube, la gente va a poder elegir
en qué canal jugar", explica Máximo.

Así, por ejemplo, habrá un canal con preguntas de Greenpeace,


de Breaking Bad, de Britney Spears. Por ejemplo, Greenpeace podrá
concientizar sobre una campaña específica a través de un juego y
lograr captar a un público que busca divertirse a la vez que se
informa. También los usuarios serán capaces de crear el canal que
quieran y en una fase más madura hasta esperan monetizar las
plataformas para que los usuarios puedan percibir ingresos.
Además está en pleno desarrollo el merchandising, juegos de mesa y
programas televisivos en torno de Preguntados, un abanico de
nuevos negocios que está naciendo a partir del popular juego.
También se viene otro gran proyecto referido a un chat social del que
Máximo prefiere no dar muchos detalles. "No compite con
WhatsApp, es distinto. viene a ocupar un espacio que ningún chat
ofrece", asegura.

¿Qué hay que hacer para tener un proyecto así de exitoso?


Lo que hay que hacer es pasarla mal. Hay que hacer tu mejor
esfuerzo. Es como una carrera: si vas trotando y parando a tomar sol,
no la vas a ganar. Hay una sola forma de ser emprendedor exitoso:
rompiéndote el culo. Es una de las pocas cosas de las que estoy
seguro en la vida. El éxito viene de probar, fallar, cambiar,
reflexionar, y son muy difíciles de hacer. Nadie quiere cambiar y la
única forma de cambiar es que vos tengas un motor que te haga
desear mucho. Que el dolor de ese cambio sea menor que el dolor del
fracaso. Yo estoy dispuesto a hacerlo.

¿Hasta cuándo tanto esfuerzo? ¿Adónde hay que llegar?


No es un lugar, es un norte, es hacer cosas de las que estaría
orgulloso. Quiero ser la persona que hubiera admirado a los 18 años.
Yo quiero hacer el mejor juego del mundo, o por lo menos morir en
el intento.

21 años
A esa edad, mientras estudiaba Ingeniería en Sistemas, creó su
primera aplicación, que marcó el inicio de su empresa, Etermax

2012
Llegó el primer gran éxito con Apalabrados, una especie de Scrabble
digital que hizo furor en España y lo convirtió en un referente del
sector

2013
A fines de ese año, con seis meses de desarrollo y la idea de la fábrica
de preguntas lanzó Preguntados

2015
En febrero Preguntados rompió todos los récords al mantenerse por
66 días consecutivos en el primer lugar de las tiendas virtuales de
Apple y Google

Hoy
Tiene 22 millones de jugadores diarios y más de 150 millones de
descargas de todo el mundo

El futuro
"Este año lanzará Preguntados por Canales. El juego se personalizará
por segmentos y empresas y usuarios podrán tener su propio canal
de preguntas de acuerdo con sus intereses. También se está en plena
expansión a países nórdicos y a China"
Asistente de producción: Agostina Curcio. Asistente de Fotografía: Lucía
Arenes. Agradecimientos: Las Penélopes por el sombrero y Manifesto
(Humboldt 2160; www.manifestoweb.com ) por el sillón.

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