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FILMINAS: Antecedentes MERCOSUR

Contexto regional

 Desencuentros Argentina-Brasil en torno a la central hidroeléctrica de Itaipú (1979).


 Conflicto territorial con Chile (Canal del Beagle, 1981).
 Percepción de desconfianza. Hipótesis de Conflicto.
 Crisis de la Deuda (1982).
 Transición Democrática en la región: Argentina (’83) y Brasil (’85).

Desde 1980, la Argentina mantenía un saldo deficitario con Brasil. Se adoptaron dos medidas
conducentes a estimular el reducido nivel del intercambio comercial: Una, la reactivación de la
Comisión argentino-brasileña de Coordinación, la otra consistió en la creación de un grupo de
trabajo informal para la negociación de un nuevo acuerdo bilateral de concesiones tarifarias en el
ámbito de la ALADI.

Otro obstáculo para la profundización de los vínculos comerciales bilaterales era la presencia de
barreras arancelarias. Concretamente, en febrero de 1985, Brasil fijó salvaguardias para la
importación de manzanas, ajos frescos y pescados desde Argentina. Ante lo cual, el gobierno
argentino decidió suspender la importación de bananas y café brasileños. Los días 19, 20 y 21 de
mayo de 1985 se reunieron, en Buenos Aires los cancilleres de ambos países. Alí, Brasil anunció la
intención de ampliar las compras de trigo, petróleo y gas, como forma de compensación por las
restricciones en la compra de los otros productos argentinos.

Asimismo, Brasil expresó su "preocupación" por "la militarización de la región de las islas
Malvinas",

1985: Declaración de Iguazú: Tuvo lugar a partir del histórico encuentro, en Foz de Iguazú, a fines
de noviembre de 1985, Alfonsín, y Sarney donde firmó la Declaración de Iguazú. Este explicitaba
las posiciones convergentes de ambos gobiernos respecto de temas tales como el Consenso de
Cartagena, el Grupo de Apoyo a Contadora, la creación de una Zona de Paz y Cooperación en el
Atlántico Sur, y la posición argentina de defensa de sus derechos soberanos sobre las islas
Malvinas en la ONU. Además, ambos mandatarios suscribieron, el 30 de noviembre de 1985, la
Declaración Conjunta sobre Política Nuclear. También se creó una comisión bilateral para la
integración de los dos países, constituyendo tres grupos de trabajo: uno dedicado a temas
económicos, otro para transporte y comunicaciones, y otro para ciencia y tecnología.

Para Argentina, la asociación con el país vecino era un instrumento para romper su
marginación política y económica en el ámbito internacional.
Para Brasil, la aproximación con la Argentina permitía desactivar una hipótesis de conflicto
heredada del pasado, lo cual constituía un paso obligado para consolidar un espacio de
autonomía y prestigio en el sistema internacional.

Junio 1986: los gobiernos de la Argentina y Brasil lanzaron el Programa de Integración y


Cooperación Económica (PICE). Tenía como objetivos reducir los desequilibrios comerciales
bilaterales y promover una recuperación de los flujos de comercio a los niveles alcanzados antes
de la crisis externa de principios de la década de 1980. En el largo plazo, pretendía estrechar aún
más los vínculos económicos entre ambos países.

Julio 1986: Acta de Integración y Cooperación Argentino-Brasileña (Acta de Buenos Aires). El


Acta establecía como objetivos: el estímulo a la integración intrasectorial (evitando la
especialización de las economías), el equilibrio cuantitativo y cualitativo del intercambio comercial,
la modernización tecno-industrial, y una localización más eficiente de los recursos en las
economías de ambos países.

El PICE se lanzó en una coyuntura económica favorable producida por el éxito de los planes anti-
inflacionarios Austral y Cruzado. Pero pocos meses después, a partir de principios de 1987, ambos
países sufrieron señales de aguda inestabilidad macroeconómica. La ausencia de una coordinación
de las políticas cambiarias tornó difícil la contención de las fluctuaciones en la paridad relativa de
las dos monedas

1988, en Buenos Aires, se firmó el Tratado de Integración, Cooperación y Desarrollo. La firma de


este tratado tenía un profundo sentido político al ampliar el alcance de los acuerdos, transformar
el proceso de integración en un compromiso permanente para los dos países. Dos fases:

- Una, remoción gradual de barreras arancelarias y armonización de políticas aduaneras,


comercio interno y externo y políticas en materia monetaria, fiscal, cambiaria y de
capitales;
- Otra, de armonización del resto de las políticas necesarias para la conformación de un
mercado común.

El segundo factor de relevancia de este tratado fue el de abrir la incorporación de Uruguay al


proceso de integración argentino-brasileño. Se puntualizaba la decisión de los tres presidentes de
continuar con el proceso de integración, y de analizar las modalidades y condiciones específicas
para la asociación de Uruguay a esta nueva etapa

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