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Principales movimientos de vanguardia europeos y españoles.

Con el término vanguardias, tomado


del francés avant-garde, se ha designado a una serie de movimientos vanguardistas que surgen en
Europa en los primeros años del siglo XX y que influyen notablemente en los poetas de la Generación
del 27.

Los principales movimientos de vanguardia fueron

Al igual que el pictórico, el cubismo literario deshace la realidad para recomponerla libremente,
mezclando conceptos, imágenes, frases captadas al azar... A ello se añaden especiales disposiciones
tipográficas de los versos formando imágenes visuales y el collage. La importancia del dadaísmo
radica en haber abierto el camino al surrealismo. El surrealismo no se presenta sólo como una
renovación estética, sino que pretende ser una revolución integral. Su gran lema sería «transformar la
vida» y supone un primer encuentro entre los pensamientos de Marx y de Freud.

La principal técnica literaria surrealista es la escritura automática, es decir, escribir sin ninguna
reflexión, sin ningún freno, lo primero que se le viene a uno a la mente. Otra técnica es la
transcripción de sueños en los que aflora el mundo del subconsciente. Como resultado aparecen
textos literarios no lógicos con asociaciones libres e inesperadas de palabras, conceptos, objetos,
sentimientos, imágenes de tipo onírico, metáforas insólitas, ordenaciones irracionales etc. El
resultado es un mundo que la razón rechaza pero que puede producir en el lector sentimientos y
reacciones inconscientes. Por otro lado surgieron dos movimientos de vanguardia hispanos el
Ultraísmo y el Creacionismo.

Adoptó temas y motivos de la vida moderna, asociaciones ilógicas, imágenes originales y


desconcertantes, el verso libre e innovaciones tipográficas como la ausencia de puntuación y las
disposiciones de los versos para buscar efectos visuales, imitando a los Caligramas de Apollinaire. Su
principal promotor fue Guillermo de Torre y entre sus seguidores se encuentra Gerardo Diego, poeta
de la Generación del 27. Su vida fue muy corta . El poeta utilizará imágenes que no se basan en la
comparación entre dos realidades, sino que estas se aproximan de modo gratuito o en virtud de una
relación arbitraria que el poeta crea entre ellas.

Entre sus seguidores españoles figuran Juan Larrea y Gerardo Diego. El Surrealismo fue la corriente
vanguardista que dejó una huella más profunda en España. El manifiesto surrealista fue conocido
tempranamente y su difusión en España se debe al poeta Juan Larrea y este movimiento fue seguido
por la mayor parte de los poetas del 27 como ya veremos. Surrealismo español no responde al puro
automatismo sino que en sus poemas pude percibirse siempre una idea creadora aunque aparecen
imágenes oníricas y asociaciones libres que enriquecerán el lenguaje poético.

Ramón Gómez de la Serna

Este autor fue el creador de la greguería, una originalísima fórmula literaria que él definió como
«humorismo más metáfora» y que adelanta el gusto de las vanguardias por las imágenes atrevidas. En
los años 20 se abre paso una promoción de poetas de excepcionalidad calidad. Entre los poetas más
destacados del grupo figuran Pedro Salinas, Jorge Guillén, Luis Cernuda, Federico García Lorca,
Dámaso Alonso, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. Hay que citar
a Juan Ramón Jiménez y a Ortega y Gasset como las dos figuras que ejercieron un magisterio sobre
estos poetas.

Rotunda fe de vida del grupo fue la Antología preparada por Gerardo Diego en 1932. Las
declaraciones sobre «poé-tica» que cada autor pone al frente de sus versos componen como un
manifiesto de la nueva poesía.

Aunque cada uno de ellos tiene sus propias particularidades se pueden indicar unas características
comunes

Consideración del poema como obra de arte. Tras unos inicios bajo la influencia de Bécquer y los
poetas modernistas, pronto se deja sentir el influjo de las primeras vanguardias y de Juan Ramón
Jiménez con su idea de «poesía pura». Coincide con la «irrupción del Surrealismo», también
radicalmente opuesto a la «poesía pura». Cada cual sigue su rumbo poético, pero ninguno
abandonará los caminos de una poesía humana.

En España, la poesía deriva hacia un humanismo angustiado, de tonos existenciales, cuya muestra
más intensa es Hijos de la ira de Dámaso Alonso Biografía. El propio Salinas, en la Poética que escribió
a petición de Gerardo Diego para encabezar la selección de poemas, ofrece una imagen de la poesía
como una aventura hacia lo absoluto. A Salinas, fiel contemplador del mundo que le rodea, le interesa
explorar la relación existente entre la realidad exterior y la interior. Por ello se le ha considerado un
poeta intelectual.

Su lengua poética es, aunque sólo en apariencia, sencilla.

Trayectoria poética. En la poesía de Pedro Salinas se observa un proceso de depuración estética por el
que va desprendiéndose de elementos decorativos y retóricos hacia la obtención de la expresión
desnuda y sincera de la intimidad. Partiendo de esta depuración constante, podemos dividir la
trayectoria poética de Salinas en tres etapas, integradas por tres libros cada una, que mantienen una
perfecta cohesión temática entre sí. La primera etapa la integrarán Presagios , Seguro azar y Fábula y
Signo .

Una poesía que utiliza como punto de partida de la realidad, para trascenderla, para encontrar un
sentido profundo en los objetos.  La segunda etapa la conforma una poesía genuinamente amorosa,
repartida en los libros La voz a ti debida , Razón de amor y Largo lamento . En Salinas, el amor es una
prodigiosa fuerza que da plenitud a la vida y confiere sentido al mundo, es enriquecimiento del propio
ser y enriquecimiento de la persona amada. Sólo en Razón de amor, aparece a veces un tono más
negativo, en los que hablan de los límites del amor o de su posible -acaso inevitable- final.

Los tres libros tienen el diálogo o monodiálogo amoroso como su principal motivo. La presencia de
Garcilaso está muy arraigada en estos libros de poesía amorosa. Luis de León y San Juan de la Cruz
también han dejado su influencia. Al lado de estas influencias hispánicas, aparece la del gran poeta
inglés Shelley, del que Salinas toma la idea neoplatónica y cortés del amor como servicio irrenunciable
a una imagen eterna, imperecedera y perfecta.

El léxico de esta etapa es típicamente amoroso. En El contemplado el diálogo sigue estructurando


básicamente esta poesía. Abundan los poemas compuestos por estrofas de dos versos - octosílabos y
hexasílabos, endecasílabos y heptasílabos-, que reiteran el incesante ir y venir del mar. Machado,
Juan Ramón Jiménez, Baudelaire, Victor Hugo son autores que han influido en esta etapa.

En este libro los poemas son mucho más extensos que en la primera etapa. El libro se remata con el
poema «Cero», verdadero retablo de un mundo -belleza, amor, cultura, historia- roto por el gran
cero, por el Gran Absurdo. Ahora el mundo poético de Salinas emprende un nuevo rumbo hacia la
poesía cada vez más desnuda. Contemplado es símbolo de vida, del tiempo presente y eterno bajo
una añoranza -de España- en busca de la eternidad en poesía.

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