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Asociacion de Historia Contemporanea

Marcial Pons Ediciones de Historia

La Monarquía parlamentaria
Author(s): Miguel Artola
Source: Ayer, No. 1, LAS CORTES DE CADIZ (1991), pp. 105-123
Published by: Asociacion de Historia Contemporanea and Marcial Pons Ediciones de Historia
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/41408211 .
Accessed: 20/06/2014 21:46

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La
Monarquía parlamentaria

Miguel Artola

1. Por sistemapolíticoentendemosel conjuntode actores, per-


sonas físicaso colectivosorganizadosque, de acuerdo con determi-
nadas reglas, explícitaso tácitas,toman decisionesque ordenanlas
relacionesentrelos individuosde una poblacióny los une en sus re-
laciones con otras poblaciones.La efectividadde las decisionesde-
pende de la opiniónque el pueblo tiene de sus gobernantes,de los
procedimientos que conducena tomardecisionesy del contenidode
éstas. Cuando la opiniónes positiva,el gobiernoy sus decisionesson
consideradoslegítimosy aumentala posibilidadde que se cumplan.
Las disposicionesde un usurpadorson rechazadas por procederde
quien no tiene autoridad,los procedimientosirregulareshacen que
las decisionessean consideradascomo ilegalesy se incumplencuan-
para aquellos a quienes se destinan.La
do son lesivase injustificadas
legitimidad es una imagen la concienciade los individuosde una
en
sociedad,transforma el poder en autoridad o poder legítimo,y crea
la adhesiónde los gobernadoshacia el sistema.Todo sistemapolítico
se pretendelegítimoy busca siempreaumentarsu legitimidad,bien
sea por el respetode las reglas políticasy por la adecuación de sus
decisionesa los interesesde los gobernados,o, en otro caso, por la
vía de la adhesión emocionalde la población: propaganda,etc. Un
gobierno,cuya legitimidadaumenta,reduce el nivel de compulsión
que ha de emplearcontralos discrepantesy mejorasus posibilidades
de continuaren el poder.
2. El sistemapolíticodel AntiguoRégimenera la MonarquíaAb-
soluta. La soberanía es la formasuperiorde la autoridad.En la Mo-
narquía absoluta, la soberanía residía en la Corona y en cada mo-
AYER 1*1991

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mentoen la personade un rey.El reytomabalas decisiones,después


de consultara personase instituciones determinadas.La atribución
de un origendivinoal poder había llevado a considerarcomo auto-
ridadeslegítimasa los descendientes, de acuerdocon un ordende su-
cesiónestablecido,de un monarcasupuestamenteinvestidopor Dios.
La unidad del poderdaba al reyun poderabsolutodado que su fun-
ción, «hacer justicia»,consistíano sólo en administrarjusticia,sino
tambiénrequeríahacer leyesjustas y cuidar de su aplicacióny cum-
plimiento.La revoluciónes un cambio rápido y radical del sistema
políticoy de la organizaciónsocial. Rápido no se refierea la dura-
ción total del proceso,que puede conoceralternativas,sino a la ve-
locidad con la que se pasa de una situacióna otra.Radical quierede-
cirque los nuevossistemaspolíticoy social arrancande supuestosdis-
tintosa los que inspirana los existentes.La violenciaacompaña a la
revolución.La cantidadde violencianecesariapara asegurarsu triun-
fo es difícilde apreciartanto en el momento,cuando se teme que
toda sea poca, como después,cuando cualquier fuerzase considera
excesiva,cuando no innecesaria.El debate,renovadoen los años pa-
sados, sobre el Terroren Francia no ha podido determinarcuál era
la violencianecesariay suficiente para hacerla revolución,únicome-
dio de estimarsus excesos. Negar el recursoa la violenciaequival-
dría a condenarla revolución.No todos los acontecimientos conoci-
dos como revolucionestienen,sin embargo,las mismascaracterísti-
cas. Hay ocasionesen las que los revolucionariossólo pretendencam-
biar el sistemapolíticoporque son ya la capa superiorde la socie-
dad. Con la excepciónde la revoluciónde 1688 en Inglaterra,es una
situaciónque sólo se ha dado en las colonias.Británicosde Norteamé-
rica y españolesamericanosen el centroy sur de Américapromovie-
ron revolucionesde este tipo con treintaaños de intervalo.La vio-
lencia revolucionariaes, en estoscasos, menory se limitóa la expa-
triaciónde los vencidos.Cuando, por el contrario,los revolucionarios
pretendenacceder a los nivelesmás altos de la sociedad,como suce-
dió en Francia o en España, la resistenciade los gruposestablecidos
conducea un conflictosocialy la violenciaaumenta.Compararla vio-
lencia de las revolucionesanglosajonascon la de los países latinosre-
laciona cosas heterogéneasy desde la escuela sabemosque no se pue-
den sumarmanzanas con naranjas.
3. Las revolucionesse desarrollande acuerdocon una determi-
nada pauta formal,que puede descubrirseen todoslos casos conoci-
dos. Se distinguendos movimientos complementarios, el dirigidoa la
conquista del poder y el que persigueel cambio del modelosocial.
Dado que este problemase trataen otrocapítulode la obra, nos li-
mitaremosaquí a desarrollarel primero.La conquistadel poder dio

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lugar a la sustituciónde la monarquíaabsoluta por otra,que deno-


minamosparlamentaria.Hemos recordadoantes los elementosesen-
ciales de la primeray trataremosahora de caracterizara esta última.
Una vieja tradiciónhistoriográfica, especialmentesensiblea los su-
cesos violentosque acompañan el fin de un régimen,confundeel
triunfode los revolucionariossobre la autoridaden ejerciciocon la
conquista del poder. La constituciónde un poder alternativono se
consolidasin privaral anteriorde su legitimidady sin crearun nue-
vo sistemapolítico,salvo que los protagonistasno sean revoluciona-
rios, sino ambiciososque se conformancon sustituira las personas
sin cambiarel sistema.El acceso al poder no coincidehabitualmente
con los acontecimientos que impresionaron la concienciade los con-
temporáneosy de los historiadoresposteriores.La toma de la Basti-
lla o el asalto al palacio de las Tulleríasson sucesos de primerapla-
na, pero fueronlos decretosde la AsambleaConstituyente, aplicados
a pesar de no tenerla sanción del rey,los que crearonun poder re-
volucionario.La conquistadel poderes un procesomás largoy com-
plicado de lo que sugierenlas imágenesrevolucionarias.Se distin-
guen en ella tresmomentosdistintos:la caída del poder establecido
es siempreun acontecimientoestrepitoso,que puede producirseen
unas horas,como sucedió en Inglaterraal fugarseel reyen 1688 o,
por el contrario,prolongarsedurantemeses,como ocurrióen Fran-
cia en 1789. Puede inclusotenerla aparienciade un conflictocon al-
ternativasque se extiendenduranteaños, antes de alcanzar la victo-
ria, como fue el caso en la mayorparte de los países del continente.
4. El derrocamiento de un reyno conducenecesariamente al fin
de la dinastíay menosaún de la Monarquía.Durantesiglos,aconte-
cimientosde este tipo concluyeroncon la entronizaciónde un miem-
bro de la familiao con la apariciónde una nueva dinastía,sin cam-
bio en la naturalezadel régimen.La revoluciónes un fenómenomás
radical y, como mínimo,ha de producirel cambio de sistemapolíti-
co. Y no se consigueacabar con un sistemapolíticosin destruirla le-
gitimidadque lo justifica.Y a su vez la única formade ponerfina
una legitimidades crear otra nueva. En el caso de la revoluciónli-
beral,los protagonistasofrecieron una legitimacióndistintaen la for-
ma y en el fondo.En lugar de un poder justificadopor su origen,se
confióen ganar la opiniónpor el lado de los finesque ofrecía.En vez
del poder de origendivinose buscó la legitimaciónpor el reconoci-
mientode los Derechos del Hombrey por aceptar la limitaciónque
su reconocimiento representapara el ejerciciodel poder. Los dere-
chos del hombre,que la Revoluciónpropuso; se ofrecíancomo dere-
chos naturales,inherentesa la condiciónhumana, anterioresa todo
pacto e independientesde toda institución.Anteellos no cabía más

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posiciónpor partedel poderque la del respetoy nada ni nadie podía


pretenderignorarloso negarlos.Los Derechosdel Hombredieronsu
legitimidadal poder revolucionarioy de entoncesacá han sido dis-
cutidose inclusocomplementadoscon otrosprincipios,pero no sus-
tituidos.El origendoctrinalde los derechosdel hombrese encuentra
en la concepciónantropológicade la Ilustraciónque sustituyóla vi-
sión cristianade la vida terrenalcomo una preparaciónpara la eter-
nidad, para proponeren su lugarla búsqueda de la felicidad. Se en-
tendióésta comola satisfacciónde las necesidadesmateriales.La ma-
nifestaciónde la felicidades el bienestardel individuoy su familia,
y el mediode realizarla,la propiedad de bienesproductivos.La bús-
queda de la felicidadfue calificadacomo un derechoinalienabledel
hombreen la Declaración de Independenciade los Estados Unidos
(1776) y la Constituciónde 1812 establecióque «el objeto del go-
biernoes la felicidadde la nación,puestoque el finde toda sociedad
políticano es otroque el bienestarde los individuosque la compo-
nen» (art. 13). Dado que los bienes son escasos, la competenciapor
la propiedad-felicidad no permitiráa todos satisfacersus necesida-
des. Sin embargo,para que el resultadodesigualfuesejusto,se quiso
dar a todos las mismas posibilidades:libertadde movimientos,de
pensamiento,de produccióny comercializaciónde bienes,trabajo y
servicios,y se pensó que la igualdad ante la ley equivalía a la igual-
dad de oportunidades.De estemodo quedarondefinidoslos derechos
fundamentalesdel hombre.
5. La justificaciónde la revoluciónmedianteel reconocimiento
público de los derechosdel hombredio lugar a un tipo especial de
documentosconocidoscomo declaracionesde derechos. La más an-
tiguadeclaración,si prescindimosde textosparecidospero de distin-
to alcance, se dio en Virginiaen junio de 1776 y fue aprobada por
la asamblea del Estado. En su primerartículose dice explícitamente
que los derechosnaturalesson «base y fundamentodel gobierno»y
se enumerancomo fundamentales el «derechoa la vida y la libertad,
con los medios de adquiriry conservarla propiedady de buscar y
alcanzar la felicidady la seguridadȒ. A partirde la primeradecla-
ración,los derechosdel hombrehan servidopara legitimara los go-
biernosque los respetany han condenadoa los que los ignoran.Son
el patrónque permitea cualquiera calificara la autoridad.El ejem-
plo de Virginiafueseguidopor las asambleas de otrosEstados y más
adelantepor todos los revolucionarios, sin excluira los que veían en
ellos fórmulasvacías de contenido.La Declaraciónfrancesade 1789,
que no cabe seguirconsiderandocomo una versiónde la de Virginia,
1 POORE,
ed.TheFederal
andStateConstitutions.
II, 1908.

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