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Hace varios siglos leer y escribir eran actividades profesionales, un oficio. En las
sociedades donde se inventaron algunos de los cuatro o cinco sistemas de escritura
primigenios hubo escribas que formaban parte de un grupo de profesionales en un arte
particular: grabar en arcilla o en piedra. Las funciones estaban separadas, quienes
escribian no eran lectores autorizados y los lectores autorizados no eran escribas. En esa
época no había fracaso escolar, quienes se dedicaban a ese oficio se sometieron a un
entrenamiento.
Todos los problemas de la alfabetización comenzaron cuando se decidió que escribir no
era una profesión sino una obligación y que leer no era marca de sabiduría sino marca de
ciudadanía.
Múltiples transmutaciones sufrieron los primeros textos de arcilla hasta convertirse en
libros reproducibles. Los lectores se multiplicaron, los textos escritos se diversificaron,
aparecieron nuevos modos de escribir. Los verbos “leer” y “escribir” habían dejado de
tener una definición inmutable: no designaban actividades homogéneas. Leer y escribir
son construcciones sociales. Cada época y circunstancia histórica dan nuevos sentidos a
esos verbos. Sin embargo, la democratización de la lectura y la escritura se vió
acompañada de la escuela pública obligatoria, para formar ciudadanos conscientes de
sus derechos y obligaciones, pero la escuela no ha acabado de apartarse de la antigua
tradición: sigue tratando de enseñar una técnica.
Desde sus orígenes, la enseñanza de estos saberes se planteó como la adquisición de
una técnica de trazado de las letras y técnica de la correcta oralización de un texto. Sólo
después de haber dominado la técnica surgirían como por arte de magia la lectura
expresiva (resultado de la comprensión) y la escritura eficaz. Sólo que ese paso mágico
entre la técnica y el arte fue franqueado por pocos de los escolarizados en aquellos
lugares donde más falta hace la escuela, precisamente por ausencia de una tradición
histórica de “cultura letrada”.
En el año 60 surge entonces la noción de fracaso escolar que es concebida no como un
fracaso de la enseñanza sino del aprendizaje, o sea es responsabilidad de cada alumno.
Se les asigna algo patológico a esos niños.
En el año 70 los estudios en sociología de la educación desplazaron la responsabilidad de
la incapacidad para aprender hacia el entorno familiar, el alumno sufre un “déficit cultural”.
Una cierta patología social (pobreza y analfabetismo) sería responsable del déficit.
Los países pobres no han superado el analfabetismo, los ricos han descubierto el
iletrismo que es el nuevo nombre de una realidad muy simple: la escolaridad básica
universal no asegura ni la práctica cotidiana de la lectura, ni el gusto por leer.
Estar alfabetizado para seguir el circuito escolar no garantiza estar alfabetizado para la
vida ciudadana. Pero reconocer que la alfabetización escolar y la alfabetización necesaria
para la vida ciudadana son cosas independientes es grave. Porque si la escuela no
alfabetiza para la vida, ¿para qué y para quién alfabetiza?
El ejercicio pleno de la democracia es incompatible con el analfabetismo de los
ciudadanos.
En las primeras décadas del siglo XX parecía que entender instrucciones simples y saber
firmar podía considerarse suficiente. Pero a fines del siglo XX y principios del XXI estos
requisitos son insostenibles.
Los candidatos a la presidencia o ministros de la educación sostienen el discurso de
internet en las escuelas, como si las computadoras de por si pudieran ser el trampolín de
acceso a niveles de alfabetización.
Es evidente que no puede haber lucha contra el analfabetismo sino acciones destinadas a
elevar el nivel de alfabetización de la población.
Si el niño ha estado en contacto con lectores antes de entrar a la escuela aprenderá más
fácilmente a escribir y leer que aquellos niños que no han tenido contacto con lectores.
¿En qué consiste ese “saber” preescolar? en una primera inmersión en la cultura letrada:
haber escuchado leer en voz alta, haber visto escribir, haber tenido la oportunidad de
producir marcas intencionales, haber participado en actos sociales donde leer y escribir
tienen un sentido, haber podido plantear preguntas y obtener algún tipo de respuesta.
Los niños piensan a propósito de la escritura y su pensamiento tiene interés, coherencia,
validez y extraordinario potencial educativo.
La alfabetización no es ni un lujo ni una obligación: es un derecho.
Enfoques de alfabetización y sistemas de escritura - Hoz Wallace - (Castedo)
Conciencia Fonológica
Perspectiva psicogenética
El sistema de alfabetización y escritura esta articulado en base a la investigación
psicogenética y a los desarrollos didácticos constructivistas articulados a la psicogenética.
La obra que inaugura la investigación psicolingüística en adquisición de la lengua escrita
desde una perspectiva psicogenética es Los sistemas de escritura en el desarrollo del
niño, de Emilia Ferreiro y Ana Teberosky en el año 1979. En esta investigación, las
autoras parten de la interpretación que la teoría de Piaget “constituye un teoría general de
los procesos de adquisición de conocimiento”, y a partir de allí abordaron el estudio de la
escritura como proceso de adquisición de un objeto específico y al sujeto de aprendizaje
como sujeto cognoscente.
Desde la perspectiva psicogenética la escritura es concebida como un sistema de
representación del lenguaje, hay determinadas características propias de la escritura que
no se encuentran en la oralidad, por ejemplo, puntuación, mayúsculas, minúsculas, entre
otros. Desde una perspectiva piagetiana, Emilia Ferreiro sostiene la existencia de una
línea evolutiva en la adquisición de la lengua escrita y se interroga acerca de si la
escritura es concebida por los niños como una técnica o como un objeto de conocimiento.
La escritura es entendida como unidades. Ademas, nos permite identificar unidades
imposible de aislar, y da lugar a la identificación de esas unidades.
Entendida la escritura como un sistema de representación, su aprendizaje se convierte en
la apropiación de un nuevo objeto de conocimiento, es decir, en un aprendizaje
conceptual. Como aduce Ferreiro, para adquirir conocimiento sobre el sistema de
escritura, los niños atraviesan por un complejo proceso psicogenético, pasando de un
estado de menor conocimiento a uno de mayor conocimiento, para comprender qué es lo
que la escritura representa y cómo lo representa.
b) Sistemas de escritura
UNIDAD II
Doc. transversal 1 - Ana María Kaufman y Delia Lerner
En las situaciones en las que los alumnos leen o escriben a través del maestro, los
contenidos se encarnan en los quehaceres del lector/escritor y focalizan de manera
privilegiada aspectos del lenguaje que se escribe. La lectura a través del maestro permite
a los niños acceder desde muy pequeños a conocer autores y géneros que aún no
podrían leer por sí mismos. La escritura a través del maestro les permite participar en el
proceso de producción de un texto, es decir, planificar lo que van a escribir, tomar
decisiones acerca de cómo organizar el escrito para que sea comprendido o para producir
un efecto deseado en el lector, revisar una y otra vez lo producido.
En las situaciones en las que los niños leen o escriben por sí mismos, el foco está puesto
en el sistema de escritura. La escritura por sí mismos hace posible la aparición en el aula
de las ideas que los alumnos tienen sobre el sistema y la discusión acerca de ellas entre
los compañeros, al mismo tiempo que habilita intervenciones docentes que pueden
favorecer los avances en la apropiación progresiva de la alfabeticidad del sistema. La
lectura por sí mismos, en el marco de determinadas condiciones didácticas, hace posible
que los pequeños elaboren estrategias lectoras a fin de construir un sentido para el texto.
Estas estrategias consisten, básicamente, en un interjuego entre efectuar anticipaciones y
verificarlas o rechazarlas tomando en cuenta ciertos indicios de lo escrito.
Progresivamente, al escribir por sí mismos, los niños podrán considerar tanto el lenguaje
que se escribe como el sistema de escritura y, al leer por sí mismos, podrán hacerlo con
autonomía creciente.
Tienen que resolver tres problemas que están involucrados en el uso del sistema de
escritura que son: con cuantas letras son necesarias para un enunciado, cuales letras son
necesarias, y en qué orden deben colocarse esas letras. Estos tres problemas son las tres
intervenciones fundamentales que guían después el acompañamiento de la escritura.
Estos problemas no se resuelven cuando se escribe a través del docente, ni cuando los
chicos ponen enunciados, porque no resuelven por si mismos al estar ya resuelto
anteriormente.
Es importante que empiecen a escribir con textos que ya vieron, que ya conocen
previamente, que sean breves, cuyo contenido sea conocido muy bien , porque el
esfuerzo de producir las marcas del sistema es muy grande y conocer el contenido y la
forma del texto a producir les permite focalizarse mejor en que letras emplear.
Las situaciones de escritura por si mismos, han sido más productivas si cumplen ciertas
condiciones didácticas: tiene que existir un continuo e intenso contacto con escrituras
convencionales en situaciones de lectura, es importante leer a los niños, tener los textos a
la vista, hacer circular los textos, un intenso contacto con los textos.
Tiene que haber a partir de las situaciones de lectura y escritura fuentes de información
disponibles, como: objetos, nombres de personas, días, colores, listas con palabras
estables para hacer fuentes de info (esto se visualiza en el aula mediante afiches,
carteles, entre otros). Otras fuentes de información tienen que ver con el nombre de los
personajes, el abecedario también, donde ahí se van agregando día a día palabras
trabajadas, en los diferentes contextos. Otras fuentes de información, tiene que ver con la
agenda de escritura, como “la cenicienta “ el gato con botas”. A partir de estas situaciones
de escrituras con mucha frecuencia se convierten en fuentes de información segura, para:
Aprender a identificar algunas palabras, para aprender a denominar las marcas por su
nombre o por la pertenencia a alguna palabra ( por ejemplo la B de ballena).
Aprender que la diversidad de marcas se combinan de distintas maneras y entonces hay
palabras/ cadenas graficas más largas y más cortas y se empiezan hacer relaciones que:
Cuando se pone algo más largo hay más letras y cuando se pone algo más corto hay
menos letras.
Algunas letras son compartidas por varias palabras.
Algunas letras empiezan o terminan igual.
Las letras tienen un valor sonoro estable.
TODO ESTO ES DIÁLOGO, INTERACCIÓN Y TRABAJO COTIDIANO.
Las intervenciones son: Alentar a escribir de acuerdo a sus conceptualizaciones y no
copiar.
Relean lo producido al terminar de escribir. EJ: Reléeme con el dedo que dice.
Se los ayude a ampliar el repertorio de letras que conocen y a emplearlas con valor
sonoro convencional. EJ: Pusiste Caramelo, pero Caramelo es con la C de Camila y ahí
pusiste con otra.
Se les proponga comparar escrituras próximas y reconsiderar lo producido, releer entre
todos, la escritura del compañero. Se dsicuten los diferentes tipos de escritura
Los niños tienen conceptualizaciones propias de cómo se combinan las letras y como se
representan esas combinaciones de letras. Dichas conceptualizaciones siguen una
secuencia ordenada: Al principio las letras no se vinculan con las pautas sonoras del
habla, más tarde se empieza a vincular escritura y oralidad pero cada letra presenta una
silaba, y solo después las letras empiezan a representarse para emplear unidades
menores que las silabas .
Modalidades organizativas
¿Cómo se organizan las situaciones didácticas en el tiempo escolar?
UNIDAD 3
En el marco de las diferentes situaciones de escritura, las intervenciones del docente son
fundamentales para favorecer el aprendizaje de los alumnos. Las intervenciones que el
docente realiza son, en algunos casos, productivas para todos y, en otros, especialmente
fructíferas para contribuir al avance de niños que se encuentran en determinados
momentos del proceso de construcción del sistema de escritura.
● Para promover que todos los alumnos se atrevan a escribir de acuerdo con sus
conceptualizaciones, fomentando el respeto de todos hacia las escrituras de los
demás, resultan productivas intervenciones como las siguientes: plantear como
premisa que todas las modalidades de escrituras son válidas y, en consecuencia,
no permitir que un niño corrija la escritura de otro salvo cuando esto forma parte
de una situación de co-corrección.
● Para que los niños acrecienten su repertorio de letras y puedan utilizarlas
progresivamente de acuerdo con su valor sonoro convencional, han demostrado
ser efectivas intervenciones como las siguientes: remitir a las fuentes de datos
existentes en el aula; escribir varias posibilidades de palabras que comiencen o
terminen con la letra o la sílaba que los chicos están buscando.
● Para favorecer ciertas discusiones e intercambios entre niños que se encuentren
en niveles cercanos de conceptualización, resulta productivo pedir comparación de
escrituras diferentes de la misma palabra o frase que ellos mismos han elaborado
con consignas como la siguiente: “Fíjense cómo lo escribieron los dos y traten de
ponerse de acuerdo”.
● Para favorecer que se hagan cargo de sus propias escrituras y puedan volver
sobre ellas para avalarlas o modificarlas, resultan fructíferas intervenciones como
las siguientes: pedir relectura de lo que se ha escrito -“mostrame cómo dice”-;
preguntar si la escritura ya está completa o si quiere agregar algo más; cuando un
compañero opina sobre la escritura del niño, requerir la opinión del autor -“¿estás
de acuerdo con lo que él dice?”-.
Estas intervenciones -así como muchas otras que no citamos aquí y que aparecerán en el
análisis posterior de fragmentos de clase- forman parte del accionar permanente del
docente en las aulas. Ahora bien, cuando el maestro se acerca a cada pequeño grupo
que está escribiendo, pone en juego intervenciones vinculadas con el estado de
conocimiento de los chicos que lo integran.
¿Qué problemas enfrentan los niños en los inicios de la alfabetización? Los niños,
además de tener poca experiencia como escritores, están reconstruyendo la alfabeticidad
del sistema de escritura y necesitan prestar una fuerte atención a cómo escribir, esto es,
atender a los aspectos notacionales: deben decidir acerca de cuántas marcas o letras
escribir, cuáles escribir y en qué orden se ubican en la serie gráfica, es decir cómo se
combinan esas marcas; y quienes ya han alcanzado el principio alfabético avanzan en la
formulación de otras preguntas a fin de continuar comprendiendo el funcionamiento del
sistema de escritura, por ejemplo: cuándo un conjunto de marcas/letras “van juntas y
cuándo separadas” buscando entender cuál es el criterio que regula “lo junto o separado”
de lo que en plano de la escritura llamamos ‘palabra’; entre otras preguntas que se hacen
los niños.
Unidad 3:
En nuestro sistema de escritura se capta algo de la sonoridad del leguaje, pero no todo.
*Escrituras silábicas
*Escrituras silábico-alfabéticas
*Escrituras cuasi-alfabéticas
*Escrituras alfabéticas
Escrituras silábicas:
ESCRITURAS SILÁBICO-ALFABÉTICAS
ESCRITURAS CUASI-ALFABÉTICAS:
Las sílabas complejas (por ejemplo: CVC, CCV, CCVC) son las que permiten distinguir
este tipo de escrituras de las verdaderamente alfabéticas. Los niños que realizan
escrituras cuasi-alfabéticas posiblemente aún no estén comprendiendo en su totalidad
la alfabeticidad del sistema y, por lo tanto, usarán para las sílabas complejas la
simplificación de las mismas convirtiéndolas en sílabas simples (CV).
Su hipótesis, en este momento, es que todas las palabras de nuestro S.E. están
compuestas por sílabas CV. Entonces, el niño ante palabras con sílabas complejas, las
cuales le presentarán un gran desafío para su hipótesis actual, las resuelve
momentáneamente (pero no “felíz”) con omisiones, agregados, sustituciones o
inversiones con el objetivo de que las palabras queden constituidas por una consonante
y una vocal (CV).
ESCRITURAS ALFABÉTICAS:
Cuando los niños arriban al este estadio han comprendido la naturaleza intrínseca del
sistema alfabético pero aún no pueden manejar los rasgos ortográficos específicos de la
escritura (puntuación, segmentación, mayúsculas y minúsculas). Han comprendido que la
similitud sonora implica similitud de letras y que las diferencias sonoras suponen letras
diferentes; y escriben de acuerdo con ese principio, que es el principio fundamental de
cualquier sistema de escritura alfabética. En consecuencia, tratan de eliminar las
irregularidades de la ortografía.
Unidad 4:
TRANSVERSAL 2: LEER Y ESCRIBIR.
QUÉ ES LEER
Teoría de la evaluación:
Tal como propone la autora Ana María Kaufman en su texto “Seminario de evaluación”, se
plantea una instancia de evaluación específica para obtener información sobre el
conocimiento que tienen los niños sobre el sistema de lectura y escritura con el fin de
orientar o re-orientar la enseñanza de dicho sistema. Este tipo de evaluación permite
poner el primer plano las necesidades de proveer información que permita adecuar la
enseñanza a la diversidad de los estados de conocimientos de los alumnos.
En esta propuesta se propone evaluar las diferentes maneras en que los niños van
abordando las mismas situaciones de lectura y escritura haciendo énfasis en como ponen
en juego determinadas estrategias para procesar la información y elaborar textos. Por ello
se ha seleccionado situaciones de escritura de los niños por sí solos para acceder a sus
conocimientos sobre el sistema alfabético y lenguaje escrito. También situaciones de
lectura destinadas a detectar las estrategias utilizadas de los niños para interpretar
palabras o frases, algunas acompañadas de gráficos y otras sin este acompañamiento.
En la primera aparte de la evaluación de la escritura, tal como propone la autora
anteriormente mencionada, propuse evaluar el nombre propio, escritura de palabras y la
de un texto breve.
En el caso particular del nombre, tiene una gran relevancia para los niños, es una pieza
clave para el proceso de apropiación de la escritura. Este permite una ampliación de la
propia identificación, lo que genera una significación afectiva para el niño, ser uno mismo
por escrito. Por otro lado, hay una significación cognitiva, donde los niños establecen un
repertorio de formar graficas con un determinado orden, es decir, dan cuenta que para
representar su nombre no es cualquier letra y en cualquier orden. Esto constituye por un
lado el valor sonoro convencional y por otro, a comprender las características básicas del
sistema de escritura, es decir, que para una misma secuencia de letras va a tener un
mismo significado y además, las palabras que suenan igual van a tener la misma inicial.
Por otra parte, tal como menciona la Dra. Delia Lerner, el fuerte significado afectivo de la
escritura del nombre propio le adjudica un fuerte significado cognitivo en las primeras
etapas del proceso de alfabetización.
Por ello es pertinente incluirlo en la instancia evaluativa, se enfatiza entonces si los niños
se han apropiado de esa escritura convencional.
3 posibles resultados:
1. Escriben correctamente el nombre (y en algunos casos el apellido. No se
consideran las tildes porque eso es parte de un periodo más avanzado del que
analizamos, corresponden al orden de la ortografía).
2. Utiliza una mayor cantidad de letras con un orden similar o convencional
3. No se reconoce lo escrito
En cuanto a la escritura de palabras, se les propone a los niños escribir distintas frutas, en
este caso cuentan con un soporte grafico que les permitirá saber qué escribir, aunque, es
pertinente mencionar que se les leerá y explicará la consigna a los niños y se les dirá
oralmente que significa cada imagen para que no haya otras interpretaciones de las
mismas. Esta situación está diseñada para indagar cual es el nivel conceptual alcanzado
por los alumnos sobre el sistema alfabético. Por otra parte, se han seleccionado palabras
conocidas por los niños, que han trabajo durante el año en situaciones de escritura y
lectura como lo son los recetarios, lista del supermercado. Por otra parte son palabras que
ellos conocen por fuera del contexto escolar, de escrituras cotidianas (carteles en
supermercados, listas de compras). Por último, es pertinente mencionar que son
elementos léxicos (nombre comunes) dentro de un mismo campo semántico (comida) y
bajo la forma de lista de repertorio. Es necesario que se les presente de esta manera ya
que para los niños, las palabras, son los nombres de las cosas, por otro lado la
organización de listas (frecuente uso social, son los primero tipos de textos que escriben
los niños) en forma vertical les permite una organización espacial ordenada que facilita la
percepción de las palabras como unidades separables ya que es que un tipo de texto para
pensar cuantas letras, cuáles y el orden. Además, permite que tengan un registro propio
del avance realizado.
El orden en que se presentan las imágenes no es aleatorio, sino que están ubicadas de
manera que las palabras van de una menor complejidad hacia una mayor. Así, se
plantean las primeras dos palabras conformadas por tres silabas compuestas por
consonante y vocal (POMELO/ BANANA).
La siguientes esta compuesta por dos silabas pero una de ellas con consonante – vocal-
vocal (san/DIA).
En cuanto a las últimas dos, naranja y frutilla están compuestas por tres silabas, por un
lado la primera palabra presenta CVC (na/ran/ja), la otra presenta una complejidad mayor
porque se encuentra integrada por CCV (FRU/ti/LLA). Al incluir palabras con diferente
cantidad y tipos de silabas (monosilábicas, bisilábicas y trisilábicas) los niños podrán
categorizar sus escrituras.
Posibles escrituras:
1. Escrituras alfabéticas con valor sonoro convencional (aunque no respeten las
normas convencionales de ortografía: vanana, frutiya).
2. Cuasi alfabéticas: en las silabas con CV puede aparecer
CV convencionales y con el orden correcto: POMELO
Alguna C que no corresponda: Brutilla
CV en un orden INCIRRECTO: ABnana
Silábico alfabéticas: predomina lo silábico, pero aparecen silabas con las letras que la
integran (dos letras para una silaba). Por lo que el niño agrega un valor sonoro a la
silababa (una letra por sonido), aunque también conserva aspectos silabido y puede
utilizar una letra para algunas silabas.
Silábicas: con valor sonoro convencional, aparecen V y puede que algunas C.
Escrituras diferenciadas: No representa el valor sonoro convencional, pero las palabras
se diferencian utilizando distintas letras y/o variando la cantidad.
Grafismo primitivo: no hay control de cantidad de letras ni unigrafías
En relación a la escritura de un párrafo específico del cuento tradicional Los Tres Cerditos
permite indagar en sus conocimientos vinculados con el sistema de escritura y el lenguaje
escrito.
Sobre el conocimiento que tiene los niños sobre el sistema de escritura: escribir un texto
breve permite analizar aspectos del sistema de escritura que no están vinculado con la
alfabeticidad (ej separación de palabras). Los niños que y escriben alfabéticamente es
común que vallan separando palabras, parten de una escritura que se va fragmentando,
en cambio, es muy común que no separen los artículos de los sustantivos (elhada) ni
ciertos pronombres del verbo (latoco).
La separación es compleja porque es propia de la escritura, en la oralidad no
establecemos separaciones. Por otro lado, en la historia de la escritura, la separación es
tardía en relación a esta. Por último, la noción de palabra es compleja, ya que es una
unidad problemática.
Posibilidades de segmentación:
1. Separa convencionalmente: hasta dos hipo: no separa la palabra (elhada); o hasta
dos hiper: separa la palabra (ma drina)
2. Predominan las hipo (lehada) hiper (ma dina)
3. No separa o lo hace en muy pocos casos (mal)
Por otro lado, en relación al conocimiento que tienen los niños sobre el lenguaje escrito, la
reescritura de una parte del cuento permite ver si se han apropiado de expresiones típicas
de cuentos clásicos como: sustantivos, tuteo, verbos en segunda persona.
Se tiene en cuenta cuales y cuantas de esas expresiones usaron.
En la evaluación de lectura se plantean consignas donde los niños puedan anticipar,
verificar sus anticipaciones, coordinar datos, etc. Por eso las consignas propuestas son
lecturas de palabras, lecturas de títulos de cuentos y lecturas de frases de un cuento ya
conocido por los niños. Es pertinente mencionar que esta última consigna, solo se les
presentará a los niños que hayan obtenido repuestas de categoría 1 en la actividad
anterior (escritura de una frase del cuento La cenicienta).
Estas consignas están incluidas en un contexto grafico y/o verbal que permite coordinar
sus estrategias con otra información con el fin de construir su sentido. Las situaciones que
se les presenta, entonces, son para indagar en que momento del proceso constructivo
están los niños que todavía no leen convencionalmente del término pero pueden anticipar
textos breves si se les provee de un contexto.
En primer lugar se propone unir palabras con sus respectivas imágenes. Estas también
fueron propuestas para generar un problema en los alumnos, ya que RATÓN,
PRINCESA, HADA MADRINA, Y BRUJA difieren cualitativa y cuantitativamente; en
cambio CAMPANA y CASTILLO comparten inicial y tiene una cantidad similar de letras.
Es importante aclarar, que la palabra sobrante (bruja), está incluida en el medio de otras
para evitar el descarte.
Posibilidades: 1) unan correctamente todas; 2) unan al menos 3 de manera correcta; 3)
unen cuatro o más de manera incorrecta.
Si se observa que la mayoría de la respuesta de los alumnos corresponde a la
categorización 1, ya no será productivo trabajar con estas situaciones de lectura y se
deberá avanzar a unas más complejas. Si las respuestas se encuentran en la categoría 2,
se deberá indagar los aciertos y los errores (no es lo mismo confundir castillo con corona,
que con la palabra ogro). En cambio, si las respuestas corresponden a la categoría c, se
deberá incitar a los alumnos a considerar tomar como fuente los datos existentes en el
aula mientras leen o escriben y así apropiarse del repertorio de letras.
En el segundo punto, se plantea unan imágenes con los títulos de los cuentos, para ellos
deberán atender no solo la letras de cada palabra sino, también, a la cantidad y cualidad
de las letras intermedias. Por ello hay títulos como “Pinocho” y “Blanca nieves” que no
presentaría una dificultas para distinguirlos, pero si entre “La sirenita” y “La cenicienta”,
presentan letras similares y comienzas las mismas letras, por lo que deberán analizar las
letras intermedias. Es importante aclarar, que al leer la consigna se les anticipa que hay
un título sobrante.
Posibles resoluciones: 1) unen todas correctamente, 2) unen al menos tres
correctamente; 3) unen dos o menos correctamente.
Por último, se plantea unir un fragmento del texto, con el respectivo nombre del cuento.
Este tipo de actividades se presentan solo para niños que hayan podido realizar
correctamente (categoría 1) la actividad anterior ya que en este caso no se les presentan
apoyatura grafica para poder anticiparse.
Los niños tienen un repertorio importante de indicios cualitativos que les permitirán saber
que dice cada frase o al menos algunas palabras. Por ello se seleccionó un fragmento
que tiene palabras como zapato de cristal, príncipe, para que puedan identificar el cuento
de “La Cenicienta”. Por otro lado, en el fragmento que corresponde a “Caperucita Roja”
hay palabras como capa, capucha, roja ,que pueden considerarse para el mismo.
Esta evaluación está planteada para niños de 2do grado, al comienzo de las clases, con
el fin de observar indicadores de avances respecto a sus conocimientos anteriores de la
lectura y escritura. Por ello las primeras intervenciones que se realizarían será el trabajo
de a pares, tríos o en pequeños grupos ya que la cooperación entre compañeros
contribuye fuertemente al avance de conocimientos de cada uno de los niños tanto en
escritura y lectura con otros y por sí mismos. También la lectura compartida y escritura
por parte del maestro aumenta la experiencia como lectores y permite avances en la
producción de textos. Entonces para garantizar que todos los alumnos progresen en sus
posibilidades de leer y escribir por sí mismos sería una solución productiva. Trabajar en
un grupo más pequeño que al grado total, permite a los alumnos sentirse personalmente
convocados a comprometerse con el aprendizaje en el caso de la escritura, en cuanto a la
lectura considero relevante aportar un contexto y que los niños dispongan de
conocimientos que le permitan formular anticipaciones más o menos ajustadas al texto.
Por otra parte el maestro tiene mejores oportunidades de tender un puente entre lo que
los alumnos saben y lo que desean aprender. Es fundamental que el trabajo que se
realice abarque tanto situaciones de lectura como de escritura, ya que ambas situaciones
de apoyan recíprocamente se enlazan y potencias.
Posibles intervenciones docentes: incitar a buscar información en portadores del ambiente
alfabetizador, incitar la exploración exhaustiva no solo del comienzo de las palabras sino
final y medio. Por otro lado, a lo largo del segundo año, proponer situaciones de escrituras
y lecturas por si mismos y guiadas por el docente, mostrando las prácticas y que haceres
del lector y escritor, proponer explotar otros textos para resolver interrogantes, realizar
actividades cotidianas como escribir portadores (para cuentos, lapiceros, calendario de
cumpleaños, perchero, bolsa viajera etc.) Por otro lado trabajar con proyectos, estos
tienen una duración de 1 a 3 meses aproximadamente y tienen propósitos sociales
(recomendar un cuento, realizar folletos promocionando un autor, recitar coplas y/o
adivinanzas para leer a los demás niños de la escuela, para ello debe haber una
exhaustiva búsqueda de la que creen adecuadas (tienen que tener criterios de selección),
a su vez toman notas de aspectos interesantes de estas coplas para volver a decidir cuál
elegir, etc.