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El Blog de Guido Mendoza

Fantinato
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“El cruce de la gran divisoria” y el nacimiento de la


Civilización Andina
Por: Guido Mendoza Fantinato
Publicado el día 3 de marzo de 2012

Los resultados de las recientes investigaciones arqueológicas parecen indicar que hace más de 5,000
años, las diversas poblaciones de la costa central del Pacífico suramericano empezaron a transitar
progresivamente hacia lo que los arqueólogos llaman “el cruce de la gran divisoria”, es decir, un
camino irreversible para abandonar definitivamente la vida en pequeñas aldeas y empezar la gran
aventura de crear civilización con la aparición de las primeras grandes ciudades y la nueva complejidad
social resultante de ello.

Tradicionalmente se pensaba que este proceso civilizatorio en el territorio andino había sido liderado
por las colectividades serranas en un tiempo muy posterior al resto de civilizaciones en el planeta,
alrededor de 3,000 años atrás, con el surgimiento del apogeo de Chavín. Hoy, a la luz de los importantes
descubrimientos arqueológicos de las últimas décadas, las evidencias parecen demostrar de manera
contundente que el proceso se inició más bien en la costa y su consolidación definitiva se produjo en un
tiempo similar al resto de las otras grandes civilizaciones señeras de la humanidad, alrededor de 5,000
años atrás1.

¿Por qué “el cruce de la gran divisoria” se produjo en la costa del Pacífico suramericano?

Es importante tener en cuenta que la costa no dependía de la sierra en el aspecto alimenticio y sus
poblaciones eran verdaderamente autosuficientes. Como lo ha señalado Rostworowski en sus estudios
de las últimas décadas, la costa “a pesar de sus dilatados desiertos, era rica en recursos naturales, y no
1
Es importante recordar que Rafael Larco Hoyle, desde mediados del siglo pasado, señalaba que los yacimientos
arqueológicos costeños eran más antiguos que los serranos y que ese ambiente, con la enorme riqueza marina y la
fertilidad de sus valles, hacía presumir que la Civilización Andina debía haber surgido precisamente en la costa
desértica central del Pacífico suramericano, ubicada en los actuales territorios de Perú.
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cabe duda que el mar jugó un papel trascendental en el desarrollo de las culturas costeñas. Un mar que
es extraordinario por la riqueza de su fauna, una de las más abundantes del mundo”2.

En esa misma línea, Edward P. Lanning, en su trabajo de mediados de la década de 1960, afirmaba que
la pesca era capaz de sostener poblaciones permanentes en la costa, sin agricultura3.

Por su parte, Rosa Fung Pineda, en sus adelantadas investigaciones desarrolladas a fines de la década de
1960, postuló conceptos muy avanzados en su tiempo. En esa época, ella sostenía que en la zona
concreta donde focalizó sus investigaciones (en el complejo arqueológico de Las Haldas en el valle de
Casma)4, no hubo necesidad de desarrollar la agricultura intensiva para avanzar en la línea civilizatoria,
como sí ocurrió en otras partes del mundo, en vista que la riqueza del mar resultaba una fuente
inagotable de recursos para sus habitantes. Según este enfoque, es comprensible que el cultivo del maíz
se retrasara considerablemente en esta zona suramericana en comparación con otros lugares5.

Adicionalmente, Fung Pineda postulaba que la evolución de las unidades sociopolíticas en Las Haldas
respondió a una necesidad de organizar la interacción, no sólo en el sentido vertical entre diversos pisos
ecológicos como ocurría ancestralmente con las sociedades serranas, sino principalmente en sentido
horizontal y diagonal entre los distintos valles costeños cercanos. Las evidencias de sus trabajos
arrojaron que los mecanismos de expansión de este sistema fueron predominantemente pacíficos.

Con base en ello, tenemos entonces que la excepcional riqueza marina nos permitiría entender la gran
dependencia con respecto de las playas y zonas del litoral que la arqueología encuentra en los primeros
asentamientos urbanos de gran escala que aparecen en los inicios de la Civilización Andina en la zona de
la costa central del Pacífico suramericano. Ello, además, podría explicar también el especial fundamento
social y económico que desarrollaron las primeras elites urbanas fundadas en la pesca como actividad
central para reforzar su control a través del surgimiento de las primeras instituciones estatales. Por
ejemplo, relatos míticos milenarios como el de Vichama y Pachacamac ayudarían a comprender los
grandes temas de conflictos de intereses generados entre pescadores y agricultores en esta primigenia
etapa de la civilización en territorio andino hace 5,000 años6.

¿Qué sucedió entonces hace 5,000 años en territorio andino?

2
ROSTWOROWSKI DE DIEZ CANSECO, María. Costa Peruana Prehispánica. Lima, Instituto de Estudios Peruanos,
1989. Página 17.
3
LANNING, Edward P. Peru before the Incas. New Jersey, Prentice-Hall Inc. Englewood Cliffs, 1967.
4
Ubicado en la actual Región de Ancash, en Perú.
5
FUNG PINEDA, Rosa. “Las Haldas: su ubicación dentro del proceso histórico del Perú antiguo (1969)” en “La
Economía en el Período Formativo” de Peter Kaulicke. Economía Prehispánica, Banco Central de Reserva del Perú –
Instituto de Estudios Peruanos, noviembre de 2008. Página 168.
6
Se sugiere revisar los detalles del artículo: “Importancia de la pesca y agricultura en los orígenes de la Civilización
Andina” publicado el día 18 de febrero de 2012 en el blog del autor: www.guidomendozafantinato.com

2
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Décadas después, las investigaciones realizadas a partir de 1994 por Ruth Shady y su equipo en el valle
de Supe (en los territorios del actual Departamento de Lima, en Perú), al sur del valle de Casma,
arrojaron resultados concretos que permitieron corroborar estas ideas iniciales sobre el papel de las
poblaciones costeñas en la evolución de la sociedad andina. Todo parece indicar, en efecto, que la costa
jugó un rol decisivo en el cambio de vida que definitivamente transformó el rumbo de toda la sociedad
andina en su conjunto en los siguientes milenios.

Así, la sociedad que se asentaba en el valle de Supe hace 5,000 años, basada en la gran riqueza marina y
en la enorme potencialidad del binomio pesca-agricultura, logró un excepcional adelanto científico y
tecnológico en sus intercambios con las zonas serranas y selváticas adyacentes 7, quedando lista para
iniciar el “cruce de la gran divisoria”.

La intensa actividad social y económica que desarrollaron entre sí por esas épocas 8 las poblaciones
asentadas en el valle de Supe, como la Ciudad Sagrada de Caral , Áspero, Chupacigarro, Miraya y
Lurihuasi, así como Vichama en el vecino valle de Huaura, confirman el apogeo del influjo civilizatorio
a través de asentamientos urbanos de gran extensión y monumentalidad, con impresionantes espacios
públicos y conjuntos residenciales que marcan definitivamente un punto de quiebre para dar inicio a
una tradición urbana sin precedentes9.

Este emergente apogeo civilizatorio tuvo entonces en la riqueza del mar y en el intercambio de
productos generados a partir de ella, los pilares centrales de su enorme desarrollo. Como bien lo anota
Shady y Cáceda, “el intercambio de productos, al principio local, se insertó en una esfera de articulación
interregional. Las poblaciones de los asentamientos que se encontraban en el valle de Supe, como la
Ciudad Sagrada de Caral, requerían recursos marinos para su sustento, en tanto que las poblaciones del
litoral, como Áspero, buscaban acceder a los productos agrícolas del valle y otros bienes, que se traían
de la sierra y la selva”10.

La población costeña de Áspero, por ejemplo, dedicada ancestralmente a la extracción de recursos


marinos, como anchovetas, sardinas y mariscos, “le permitió integrar la red de intercambio con los
pobladores del interior del valle, entre éstos los de la Ciudad Sagrada de Caral. De ellos obtuvo, en
particular, la fibra de algodón, necesaria para la manufactura de las redes y sedales de pesca, los mates
para flotadores y productos vegetales para su alimentación” 11. Así, con los abundantes insumos para la
elaboración de redes y sedales, la pesca se potenció aún más en Áspero, mientras que seguramente la

7
Debe subrayarse que la interacción de disímiles zonas costeñas, serranas y selváticas en la parte central del
Pacífico suramericano, en un radio de casi 300 kilómetros, forma parte de un conjunto geográfico que es
considerado uno de los más diversos del planeta.
8
Tener en cuenta que estos notables acontecimientos ocurren durante el desarrollo del período que los
arqueólogos llaman “Arcaico Tardío” (que se ubica aproximadamente entre los 3,000 a 1,800 años antes de la era
cristiana).
9
SHADY SOLIS, Ruth y varios autores. Caral, la Civilización más antigua de las Américas. 15 años develando su
historia. Lima, Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe, junio de 2009. Páginas 10 y 11.
10
SHADY SOLIS, Ruth, CACEDA GUILLEN, Daniel. Áspero, la ciudad pesquera de la Civilización Caral. Lima, página 8.
11
Ibid, página 6.
3
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actividad agrícola basada en el algodón al interior del valle de Supe se hizo más intensiva para
intercambiar más productos marinos con el litoral.

En el exitoso desarrollo de este poderoso binomio pesca-agricultura se podrían encontrar entonces los
fundamentos de por qué se produjo el “cruce de la gran divisoria” en territorio andino y el esplendor de
la Ciudad Sagrada de Caral y de todos los conjuntos urbanos del valle de Supe en los albores de la
Civilización Andina12.

Es importante anotar, además, que las evidencias de las que se dispone confirman que los mecanismos
de expansión y posterior consolidación de este sistema fueron predominantemente pacíficos durante
los casi 1,000 años de apogeo que tuvo este primer esfuerzo civilizatorio en territorio andino. Si
comparamos estas evidencias con lo ocurrido en otros lugares del planeta por aquella misma época,
realmente nos encontramos frente a un tiempo excepcionalmente duradero de paz y prosperidad que
merece ser estudiado con mayor profundidad.

12
El 28 de junio de 2009 la Ciudad Sagrada de Caral fue declarada PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD por el Comité
del Patrimonio Mundial de la Unesco en ocasión de la celebración en Sevilla de su trigésima tercera sesión
ordinaria.
4

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