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Academia

MANUAL DE PROXIMIDAD SOCIAL Y


VINCULACION CON LA CIUDADANIA

Formación Inicial para Policía


Preventivo

Guadalajara, Jal. Marzo de 2020


AGRADECIMIENTO

Por su empeño, visión,


dedicación e iniciativa en la
compilación de este Manual a:

LCFD. Julio Cesar Lemus


García

Organizado y revisado:

Mtra. María de Fátima


González
Hernández

Índice

Introducción .............................................. 4
Objetivo de aprendizaje ................................... 5
1. Modelos de policía proactiva. .......................... 6

2
1.1. Antecedentes. ........................................ 7
1.1.1. Filosofía de las relaciones comunitarias de la
policía. ................................................. 14
1.1.2. Modelos de policía comunitaria utilizados con éxito
a nivel internacional: ................................... 16
1.1.2.1. El modelo policial de Japón. .................... 17
1.1.2.2. Carabineros de Chile. ........................... 19
1.1.2.3. Nueva York. ..................................... 22
1.1.2.4. Colombia. ....................................... 23
1.1.2.5. España y Francia. ............................... 25
2. Policía de proximidad. ................................ 29
2.1. Objetivo y propósitos de la Policía de Proximidad. .. 29
2.2. ¿Qué es la policía de proximidad? ................... 30
2.3. Componentes esenciales del modelo de Policía de
Proximidad. .............................................. 30
2.4. Sistema de cuadrantes de la policía de proximidad de
la Ciudad de México. ..................................... 32
2.4.1. Características de los cuadrantes. ................ 34
2.4.1.1. Económicas. ..................................... 35
2.4.1.2. Políticas ....................................... 35
2.4.1.3. Sociales. ....................................... 36
2.4.1.4. Educativas. ..................................... 36
2.4.1.5. Culturales. ..................................... 36
3. Los elementos centrales de la proximidad social. ...... 37
3.1. Reorganización de la vigilancia policial por zona
pequeña. ................................................. 37
3.2. Organización de los habitantes de las zonas a vigilar.
......................................................... 38
3.3. Fortalecimiento de los procedimientos y técnicas de
tratamiento y soluciones de los problemas detectados por
los vecinos. ............................................. 38
3.4. Creación de una red coordinada y completa de
instituciones y organizaciones públicas y privadas. ...... 39
3
3.5. Una policía proactiva y vocación preventiva. ........ 39
3.6. El diagnóstico social como base de la proximidad. ... 39
Fuentes de Consulta ...................................... 40

Introducción

El Programa de Formación Inicial para Policía Preventivo


constituye, en gran medida, la estrategia para dar respuesta
a la demanda social de contar con profesionales que
salvaguarden la integridad y los derechos de las personas,
que tengan la capacidad y los conocimientos para preservar el
orden y la paz pública.

A fin de salvaguardar la seguridad de la población y prevenir


la comisión de delitos, se requiere formar en todo el país
policías preventivos que cuenten con los conocimientos y
habilidades que caracterizan la función policial y, en este
4
periodo en particular, que hayan desarrollado las funciones
contempladas en el sistema de justicia penal.

Se deben fortalecer las competencias que generen herramientas


de análisis para el desarrollo de la actuación policial; todo
ello sustentado en el respeto y protección al marco legal de
actuación vigente, que garantice no sólo el cumplimiento
eficiente y profesional de la labor policial y el irrestricto
apego a las funciones que contempla el sistema de justicia
penal, sino también a la protección y respeto de los derechos
humanos de la ciudadanía.

Objetivo de aprendizaje

 Identificar las características principales de los


diferentes modelos de policía de proximidad a nivel
mundial y local, para desempeñar las funciones de
seguridad de manera proactiva.

5
1. Modelos de policía proactiva.
Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley de los
diferentes niveles de gobierno, coinciden en diseñar un
modelo de seguridad que sea proactivo, es decir migrar a un
nuevo modelo de seguridad y desbancar al modelo reactivo que
es por demás disfuncional, los modelos de “policía proactiva”
buscan la pro actividad o el comportamiento proactivo de los
policías y se refiere al comportamiento anticipatorio,
orientado al cambio y auto iniciado en diversas situaciones.
El comportamiento proactivo implica actuar antes de una
situación futura, en lugar de sólo reaccionar.

Significa tomar el control y hacer que las cosas sucedan en


lugar de simplemente ajustarse a una situación o esperar a
que suceda algo. Los policías proactivos generalmente no
necesitan que se les pida que actúen, ni requieren
instrucciones detalladas.

El comportamiento proactivo se puede contrastar con otros


comportamientos relacionados con la función policial, como el
dominio, es decir, el cumplimiento de requisitos predecibles
del trabajo o la adaptabilidad, el manejo exitoso y el apoyo

6
al cambio iniciado por otros homónimos. Con respecto a lo
último, mientras que la adaptabilidad se trata de responder
al cambio, la pro actividad se trata de iniciar el cambio.

1.1. Antecedentes.
Quizás al igual que el camino hacia el infierno, el camino
hacia la policía de proximidad está alfombrado de buenas
intenciones, las cuales tienen dos orígenes o fuentes.

En primer lugar, a una gran parte del cambio producido de la


policía tradicional a la policía de proximidad puede
seguírsele la pista a través de una larga historia de
intentos de reforma para lograr una policía más civilizada y
legalmente responsable.

En segundo lugar, gran parte del énfasis en la policía de


proximidad pretende hacer a la policía más eficaz en la lucha
contra el delito y el desorden en las comunidades y, al mismo
tiempo, eliminar las críticas sobre su ineficacia,
ineficiencia e insensibilidad, que se remontan atrás en el
tiempo. De forma irónica, como veremos más adelante en este
trabajo, las premisas históricas que han pretendido cambiar
la policía estadounidense también han restringido esta
reforma. Sin embargo, gran parte del énfasis en la policía de
proximidad es el resultado del deseo de hacer a la policía
más reflexiva acerca de su actuación en las comunidades para
ayudar a mejorar los problemas del delito y del desorden.

Tales reformas han presionado a la policía estadounidense


para ir cambiando a lo largo de casi un siglo. Es quizá
comprensible que la policía esté sumida continuamente en las
críticas e intentos de reforma, ya que el propio gobierno
estadounidense se encuentra en la misma posición.

Desde principios del siglo XIX, el gobierno estadounidense,


y más especialmente el gobierno municipal, ha vivido un
continuo estado de transformación política, social y
económica, resultado, en gran parte, de una numerosa
inmigración que se instaló en lo que se convirtió en los
7
Estados Unidos urbanos.

Dicha transformación ha traído consigo cuestiones sobre la


Justicia y el papel del Estado a la hora de modelar y
controlar la vida cotidiana. Por otra parte, dado que la
policía es el elemento más visible del gobierno para la
sociedad civil, en muchas ocasiones se ha convertido en el
bastión simbólico y fundamental de la reforma civil.

«Durante el siglo XIX, la estructura del gobierno


municipal se fue complicando progresivamente. Los distintos
departamentos del gobierno municipal, departamento de salud,
departamentos policiales, de bomberos, de mantenimiento,
servicios de agua y alcantarillado, etc., tienen su propia
historia y razón de ser. El gobierno municipal se había ido
desarrollando por partes y a pedazos, como un edificio
construido sin planificación… Todas las ciudades ofrecían
variaciones del mismo tema. Las ciudades más pequeñas
resistieron con éxito la urgencia de «profesionalizar»

Los servicios de la ciudad y continuaron teniendo un gobierno


de aficionados a tiempo parcial. En cambio, las grandes
ciudades se vieron obligadas a luchar contra la amenaza de
las enfermedades, la violencia y otros problemas que emergen
de la masificación y el crecimiento» (Judd, 1988, 37-38).

La policía ha sido parte de esta transformación del gobierno


estadounidense, bien de manera implícita o bien, en la
mayoría de los casos, explícita. De hecho, el gobierno
estadounidense cambió de lo que podría denominarse la era
colonial, en la que el gobierno era pequeño y se hallaba
generalmente en manos de una élite política, a la era
populista, en la que el gobierno incorporó a un conjunto más
amplio de participantes. Esta transformación tuvo lugar en el
transcurso de un periodo de 100 años aproximadamente y se
completó, en buena parte, al final de la Guerra Civil.

En aquella época, Estados Unidos había sufrido una serie de


cambios, pasando de una sociedad agraria a una sociedad
urbana, de una sociedad nativa a una sociedad inmigrante, de

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una sociedad simple a una sociedad compleja, y de la granja a
la fábrica (véase Judd, 1988).

El legado dejado por esta transformación fue la fundamental


redistribución del poder político, que pasó del campo a las
ciudades y de los ricos terratenientes a las oleadas de
inmigrantes del este de Europa, las cuales ganaron
preeminencia política en las ciudades. Las fuerzas del orden
también se renovaron de acuerdo con estos profundos cambios
en la sociedad estadounidense (Walker 1977).

La policía, junto a otros empleos públicos, fue el canal


principal a través del cual las clases inmigrantes se
integraron en la vida estadounidense. Cuando las olas de
inmigrantes llegaban a las ciudades estadounidenses en
expansión, la composición étnica de los departamentos de
policía reflejaba los orígenes de la población que acababa de
llegar. De hecho, los departamentos policiales de Nueva York,
Filadelfia, Boston y Chicago, entre otros, pueden trazar su
herencia a partir de grandes patrones de emigración
procedentes de Irlanda, Italia y Alemania.

En EE.UU. se produce un intento de reforma de la policía cada


cierto tiempo. Entre acusaciones de corrupción y esfuerzos
por reformarla (Walker 1983), la policía estadounidense ha
buscado incansablemente apoyo y reafirmación entre los
ciudadanos. A diferencia de sus colegas británicos y europeos
(Berkley 1969; Miller 1975; Manning 1986), la policía
estadounidense ha estado históricamente aislada de la
ciudadanía a la que servía, ha dependido de la autoridad
personal más que de la constitucional y ha carecido de los
lazos con la comunidad necesarios para llevar a cabo una
interacción efectiva entre ciudadano y policía. A este
aislamiento ha contribuido un cambio en la estrategia
organizativa en el que se ha estado haciendo hincapié a lo
largo de casi todo el siglo XX.

Dicho cambio, enfocado hacia la profesionalización de la


policía, generalmente separó a estos profesionales de sus
clientes, en muchos casos de modo considerable. Este cambio

9
vino de la mano de la subcultura ocupacional policial, una
subcultura que reforzaba la separación entre la policía y los
ciudadanos (Skolnick 1966).

En una revisión sobre los cambios en la estrategia policial a


lo largo del siglo XX, Kelling y Moore (1988) consideran que
la estrategia de la organización policial inicial era
esencialmente política. En este sentido, la policía estaba
preocupada principalmente por el mantenimiento de las
relaciones políticas, en muchos casos corruptas, con aquéllos
que detentaban el poder.

La función policial estaba asociada a principios de 1900 al


aumento de las maquinarias políticas y a su dominación de la
vida civil en las florecientes ciudades estadounidenses,
también estaba directamente relacionada con los sistemas de
patronazgo político de la época, y sus acciones ayudaban a
aquéllos que se encontraban en el poder mientras castigaban a
los enemigos políticos y las clases menos favorecidas,
generalmente definidas como de etnias distintas. En este
momento, el problema policial no era tanto que la policía
utilizara abusivamente la ley, sino que dejara de aplicarla
de forma selectiva. Como sugiere Walker (1977, 25):

«La “anarquía” de la policía (la corrupción sistemática


y la no aplicación de la ley) se convirtió en una de las
cuestiones primordiales de la política municipal durante el
siglo XIX. Surgieron repetidamente movimientos de reforma con
la intención de alterar estas prácticas policiales. El punto
central de la cuestión no era la aplicación de la ley en sí
misma sino las dinámicas sociales y políticas de la comunidad
urbana. La corrupción policial formaba parte de la maquinaria
política, un medio a través del cual se permitía a ciertos
partidos políticos llevar a cabo negocios ilegales, y a
través del que se preservaban estilos culturales de distintos
grupos étnicos».

Finalmente, la era política terminó en la era de la reforma


administrativa de la policía (Fogelson 1977), en la cual el
control administrativo, la elaboración de políticas y de

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decisiones se distanciaba de las comunidades sociales y
políticas, y la ley y el profesionalismo guiaban la respuesta
policial. La era de la reforma perseguía, en primer lugar,
que la policía fuera legalmente controlable.

Esta filosofía todavía domina el pensamiento policial


administrativo estadounidense, sobre todo cuando se intenta
controlar la violencia policial. Irónicamente, el legado de
esta reforma, representada por estrechas burocracias
policiales controladas e inflexibles, forma parte siempre del
debate de la reforma de la policía hacia la policía de
proximidad u orientada a la solución de problemas.

La corrupción de la policía ya era legendaria a comienzos del


siglo XX. Los reformadores buscaron separar la policía de su
control político o, al menos, de los partidos políticos, y
hacer sus acciones más controlables administrativamente,
introduciendo la entonces emergente ciencia de la
administración. Todo esto se hizo para controlar a la policía
mientras se introducían instrumentos supuestamente eficientes
en la administración de la misma. De forma simbólica, este
movimiento también buscaba convencer a los ciudadanos de que
la policía era profesional y que la organización policial
controlaba sus actuaciones. Por supuesto, esto era una
ilusión (véase Manning, 1977).

Durante la época de la reforma de la policía (que comenzó con


ímpetu en los años 1920 y duró hasta los años 1960), la
policía desarrolló un estilo militar de organización y
administración (de hecho, modelado por los esfuerzos de Sir
Robert Peel en Inglaterra a principios de 1800 y adoptado de
forma simbólica por los departamentos de policía
estadounidenses desde el siglo XIX hasta el XX), mejoró su
tecnología de respuesta a través de la introducción de
teléfonos, radios en los coches y sistemas de comunicación, e
intentó inculcar una uniformidad en la práctica policial a
través de la formación. Todas estas reformas buscaban
construir un fundamento de la policía y elevar su estatus de
políticos a profesionales.

11
En este cambio, la policía se alejó del público, muchas veces
visto como hostil y como un obstáculo. Institucionalmente, la
policía también se volvió introvertida. La velocidad de
respuesta se convirtió en una prioridad por encima de vigilar
los barrios, y las medidas secundarias de esfuerzo ocultaron
las medidas de efectividad. De hecho, muchos de los mitos
institucionales (Crank y Langworthy, 1992) persisten hasta
hoy. De forma rutinaria, la policía se presenta a los
ciudadanos como uniforme, organizada de forma selectiva y
capaz de responder con rapidez a las emergencias. Estas
estrategias de presentación ayudan a mantener la legitimidad
pública de la policía y pueden ser uno de los mayores
obstáculos para la puesta en marcha de la policía de
proximidad y la policía orientada a la solución de problemas
(véase la sección «Cuatro modelos de Policía: de la policía
tradicional a la policía de proximidad, a la policía
orientada a la solución de problemas y a la policía de
tolerancia cero»).

Entre los años 1950 y 1960, la policía como institución


formal del gobierno encontró su mayor reto: un ataque directo
y frontal a su legitimidad y al sistema legal en su conjunto.
Los movimientos de los derechos civiles y en contra de la
guerra de Vietnam, así como la emergente cultura juvenil de
los años 1960 unieron a dos grupos que habían estado
anteriormente separados social y políticamente: los negros y
los jóvenes blancos de clase media urbanos y suburbanos.
Estos dos movimientos sociales y políticos se enfrentaron a
la policía estadounidense de modo visible y directo.

Como respuesta a estas confrontaciones, la policía, hablando


coloquialmente, se volvió militante. En muchas ocasiones se
enfrentaba directamente con estos grupos, produciendo lo que
Stark (1972, 15-16) ha denominado disturbios policiales:
«Los lectores del informe de la Comisión Kerner, el informe
Skolnick o cualquiera de las docenas de libros, informes o
artículos sobre hechos recientes en guetos negros,
manifestaciones de estudiantes y en contra de la guerra
habrán admitido que muchas veces el comportamiento de la
policía no se diferencia del de los manifestantes. No es

12
únicamente que, en ocasiones, el carácter de la respuesta
policial provoque disturbios, como ocurre, sino que a veces
los policías parecen ser los mayores o incluso los únicos
provocadores del desorden, la violencia y la destrucción.

En estos casos hablamos de disturbios policiales» (énfasis


del autor). La Convención Democrática Nacional en Chicago,
televisada a nivel nacional en 1968, y los disturbios
posteriores mostraron quizá por primera vez a la policía como
institucionalmente irresponsable.

Además, la Comisión Consultiva Nacional sobre Desórdenes


Civiles (National Advisory Commission on Civil Disorders)
concluyó que lo que desencadenó la mayoría de los disturbios
urbanos de finales de los años 1960 fue la escasa acción
policial o la acción agresiva de la misma, generalmente
dirigidas a una comunidad minoritaria. Los disturbios en Los
Ángeles, Detroit, Filadelfia, Newark y en otros lugares
reflejaron una estructura social que se estaba desintegrando,
en muchos casos debido a la acción policial.

La policía era a la vez la causa y la solución de la


inquietud social. Los progresistas vieron a la policía como
la causa de los problemas, los conservadores como la
solución. El país estaba dividido por estas cuestiones y la
policía estaba atrapada entre los importantes cambios
ideológicos que se estaban produciendo en la vida política y
social estadounidense. Como manifestó la Comisión Consultiva
Nacional sobre Desórdenes Civiles (1968, 206):

«En casi todos los casos, el incidente que provoca los


desórdenes es la acción policial. Harlem, Watts, Newark y
Detroit (los grandes desórdenes de los últimos años) fueron
provocados por continuas detenciones de negros por pequeños
delitos, realizadas por policías blancos. Sin embargo, la
policía no es simplemente la chispa. A cargo de mantener el
orden y asegurar la seguridad ciudadana en las negativas
condiciones que se producen en la vida de los guetos, están,
sin embargo, inevitablemente implicados en duros conflictos
que son mucho más frecuentes con residentes del gueto que con

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residentes de cualquier otra zona».

De nuevo, la policía estadounidense necesitaba urgentemente


una reforma. A principios de los años 1970, la policía, como
institución, empezó a experimentar con diferentes formas de
acercarse al público. El movimiento en favor de las
relaciones con la comunidad que había empezado a finales de
los años 1940 hasta los años 1950, se postergó hasta este
momento, así como las formas alternativas de policía como el
trabajo en pareja. En ambos casos (las relaciones con la
comunidad y el trabajo en pareja) existía una intención de
fomentar un mayor apoyo social hacia la policía mientras se
le otorgaba una clara función preventiva en el mantenimiento
de la seguridad ciudadana. Las cuestiones sobre la relación
con la comunidad fueron más bien una forma de maquillar la
situación en muchas zonas, un modo de aplacar al público. El
trabajo en pareja, por el contrario, fue un importante
intento de cambiar la finalidad y la estructura de la
policía, aunque las parejas policiales no consiguieron atraer
ni la atención ni la organización de la policía
estadounidense. A pesar del fracaso general de las relaciones
con la comunidad y el trabajo en pareja, gracias a estos
esfuerzos iniciales el movimiento de la policía de proximidad
y de policía orientada a la solución de problemas pudo echar
sus raíces (véase Greene y Pelfrey 1997).

1.1.1. Filosofía de las relaciones comunitarias de la


policía.
La contribución de la policía al buen gobierno urbano es su
capacidad para establecer y mantener buenas relaciones con
los ciudadanos dentro de los parámetros del ejercicio de su
mandato. Es la Policía de proximidad Social un método eficaz
para frenar el crimen organizado, desmantelar bandas
delictivas, atacar el narcomenudeo y el
} robo a casa habitación, pero, sobre todo, acercarse a la
comunidad para saber sus necesidades en materia de seguridad
pública.

Por tal motivo, la Policía Estatal Preventiva, reorienta sus


14
estrategias hacia una Policía de Proximidad Social con el
objetivo de que los elementos de la corporación busquen un
acercamiento con la comunidad.

1. Ser un servicio policial que se anticipe y prevenga las


dificultades, los problemas, los riesgos y el delito.

2. Conocer su territorio y ser bien conocido por sus


habitantes. Su implantación y sus modos de trabajo permiten
un mejor dominio del área así como su conocimiento profundo
de las características sociales y culturales de la población
que vive en cada barrio.

3. Responder a los requerimientos de la población por un


dialogo constante y una atenta escucha de los ciudadanos,
planteando solución a sus problemas de inseguridad.

4. Que a través de la Proximidad Social, Policías, Ciudadanos


y Autoridades, puedan generar una organización de aprendizaje
para mejorar la calidad de vida en su comunidad, conscientes
de su responsabilidad para construir y mantener la Seguridad
Ciudadana, de tal manera que todos puedan gozar de plena
libertad para realizar sus actividades licitas, sin riesgos a
su integridad física, psíquica y moral, a sus bienes privados
y públicos.

5. Creación de un servicio de patrullaje de carácter


preventivo proactivo que oriente todos sus métodos y
estrategias al servicio de la sociedad trabajando por la
comunidad, en la comunidad y con la comunidad, y que se
caracterice por ser analista, informativo, colaborador y
proactivo, para hacer más eficaz y eficiente la acción
policial y crear las condiciones de una verdadera
tranquilidad pública e incremente la confianza hacia la
corporación para prevenir el crimen y la violencia. Que los
ciudadanos en alianza estratégica con la Policía y la
comunidad organizada, sean los constructores de sus propias
condiciones de seguridad ciudadana, participando activamente
en el diagnóstico, análisis y propuestas de solución de sus
propios problemas.

15
1.1.2. Modelos de policía comunitaria utilizados con
éxito a nivel internacional:
Las tendencias actuales en la reforma policial de EE.UU.,
denominada con el nombre genérico de policía de proximidad,
comenzaron a mediados de los años 1980 y continúan hasta hoy.
Estas tendencias impulsan el papel contextual de la policía,
que implica una mayor interacción con el vecindario para
resolver delitos persistentes en los barrios y problemas
persistentes de desorden (Willson y Kelling 1982; Goldstein
1987; Kelling y Moore 1988). Esta novedad en una larga
tradición de reformas tiene muchas implicaciones para la
definición del papel de la policía, para operaciones
estratégicas y tácticas y para la comprensión de los límites
del control social formal e informal.

Algunos acusan a la policía de proximidad de ser más retórica


que real (véase Manning 1988, Weatheritt 1988) o de seguir
una larga lista de circunloquios.

«Cuyo propósito es ocultar, mitificar y legitimar el


suministro por parte de la policía de la fuerza coercitiva no
negociable» (Klockars 1988, 240). Otros afirman que dichos
esfuerzos representan «la nueva línea azul» de innovación
policial y experimentación social (Skolnick y Bayley 1986) y
el surgimiento de relaciones renovadas entre la policía y los
ciudadanos (Wycoff 1988). Las diferencias en la definición,
énfasis y resultados asociados con la policía de proximidad y
la policía orientada a la solución de problemas continúan
hasta hoy. De hecho, una nueva orientación hacia la
tolerancia cero, como por ejemplo, la campaña contra el
desorden de la calle, se ha extendido para efectivamente
desafiar a la policía de proximidad y la policía orientada a
la solución de problemas como forma de reducir el delito y el
miedo al delito (Cordner 1998) (discutido más adelante). En
un esfuerzo por ayudar a clarificar las diferencias en
énfasis policial, el Cuadro 1 examina varias cuestiones
relacionadas con la policía y los cambios que se producen
16
bajo las diferentes filosofías y modelos policiales. El
Cuadro 1 representa diversas dimensiones de las funciones
policiales dentro de la policía tradicional, la de
proximidad, la orientada a la solución de problemas y la de
tolerancia cero. En este Cuadro se examinan doce aspectos del
papel y funciones de la policía, de la interacción con la
comunidad, la organización formal y social y la prestación de
servicios. Las comparaciones expresadas están hechas con base
en tipologías ideales. Por ejemplo, se busca presentar las
expectativas más generales generadas por los modelos, no
necesariamente cómo cada una ha sido implantada y
operativizada en un departamento policial determinado. Esta
heurística proporciona un modo útil de contrastar y comparar
paradigmas de policía potencialmente diferentes. Lógicamente,
en cada modelo hay un grado de solapamiento en la definición,
en el esfuerzo y en el énfasis. La evolución de la policía
sugiere que cada época consecutiva ha sido desarrollada
lentamente por su predecesora (Kelling y Moore 1988; Greene y
Pelfrey 1997). De hecho, los cambios en la policía han sido
fenómenos similares a los glaciares, han ocurrido con un
margen de tiempo considerable (generalmente más de 15 a 20
años), no como cataclismos (que suceden en un margen mucho
más corto de tiempo). En consecuencia, la policía moderna,
tal y como la conocemos, refleja elementos de todos estos
modelos.

1.1.2.1. El modelo policial de Japón.


Policía comunitaria
Los llamados kōban son pequeños puestos donde residen y
trabajan de dos a tres policías cuya labor es ofrecer un
servicio a la comunidad. Ya sea dando información sobre
cuestiones relacionadas con seguridad como sobre el paradero
de objetos perdidos. En total hay más de 6.600 kōban
repartidos en todo el país. Japón tiene una de las menores
tasas del mundo de crímenes cometidos con armas de fuego.
Según la Agencia Nacional de Policía, en 2017, sólo 22
crímenes se cometieron con armas de fuego, dejando tres
muertos y cinco heridos. En comparación, en Estados Unidos
hubo 15.612 muertes por armas de fuego en el mismo periodo,
según la organización Gun Violence Archive. Esto da un
promedio de 42 muertes por arma de fuego por día en Estados
17
Unidos, frente a un total de 44 muertes violentas en Japón en
los últimos ocho años (hasta abril de 2018). La importancia
de la educación Otro factor que ayuda a registrar estos
números es la educación de la población.

"En Japón, los niños aprenden desde bien temprano que es un


crimen quedarse con lo que no es suyo. No existe eso de
"encontrado no es robado", puntualiza Mayumi Uemura,
directora de una escuela brasileña en Japón. La escuela
dirigida por Uemura se encuentra en Joso, una ciudad con poco
más de 2.000 brasileños ubicada en la provincia de Ibaraki
(donde residen cerca de 6.000 brasileños). Estos centros
escolares están homologados por el Ministerio de Educación
brasileño y se encuentran en áreas del extranjero con gran
concentración de migrantes que siguen el programa educativo
brasileño. Uemura cuenta que asiduamente se invita a los
estudiantes a participar en actividades con la policía. Estas
pueden ser desde charlas sobre el uso de drogas hasta
hacerles participar en el campeonato de fútbol que organiza
el propio cuerpo.

Los alumnos también reciben educación vial.

"Muchos brasileños no saben que aquí está prohibido llevar a


alguien atrás en la bicicleta", revela la directora.

La ley para ciclistas es de 2015 y castiga con multas y


prisión a quien monte en bicicleta bajo los efectos del
alcohol. También está prohibido pedalear con auriculares,
operar con tu celular o llevar un paraguas mientras conduces.
Sistema unificado sin rivalidades. La seguridad pública del
día a día está garantizada por un contingente de 290.000
policías. Son ellos quienes mantienen esa confianza que
existe entre la población y la policía a través de los kōban,
ideados en 1874 para combatir el crimen.

Japón está repleto de rigurosas leyes y los policías


acostumbran a hacer rondas en bicicletas en su labor de
vigilancia. Queda descartado el uso de armas, y en su lugar,
suelen recurrir a las artes marciales. A veces incluso

18
utilizan mantas y redes para detener a los sospechosos.

"En Japón, la Agencia Nacional de la Policía es la única que


coordina el sistema policial", le cuenta a BBC Brasil un
policía japonés que no ha querido ser identificado.

El secreto del éxito del modelo japonés, opina él, es la


integración que existe entre la policía y la comunidad,
basada, asegura en el "respeto mutuo".

Sociedad participativa
Pero además del respeto, en Japón existe también la
colaboración ciudadana.

En muchas casas y tiendas hay una pegatina que el lugar puede


ser utilizado como refugio para niños que se encuentren en
alguna situación de peligro.

1.1.2.2. Carabineros de Chile.


Carabineros de Chile es una policía uniformada de larga
tradición de servicio en materias de orden y seguridad
pública. Es reconocida como una buena policía por sus pares
en América Latina y es evaluada positivamente por los
chilenos. Para los chilenos, así como para el resto de los
habitantes de América Latina, la seguridad pública ocupa un
lugar importante en sus preocupaciones.

En los últimos años existe una tendencia a la estabilidad de


la victimización del país y el actual gobierno se ha compro
metido a reducir los hogares victimizados por algún delito en
un 10%, así como el número estimado de delitos de mayor
connotación social en un 9%, entre 2006 y 2010.

En este contexto, Carabineros se plantea, entre otros, tres


grandes desafíos para el mejoramiento de su gestión.

El primero es fundar un modelo de acercamiento policía-


comunidad que contempla un observatorio de prácticas socios
policiales exitosos para replicar aquellas que demuestren
eficacia y eficiencia.
19
El segundo es incorporar la violencia intrafamiliar como
tarea prioritaria en su trabajo con la comunidad. Finalmente,
el tercero es incorporar indicadores de disminución de
delitos según tipo de delitos por territorios, como aporte a
la variable de impacto de la Estrategia Nacional de Seguridad
Pública (ENSP).

El presente artículo aborda estos tres desafíos por: su


relevancia como iniciativas innovadoras de modernización
policial; porque presentan soluciones a problemas concretos;
porque muestran un trabajo que considera la coproducción de
seguridad y la proximidad a la comunidad.

Una de las experiencias está aún en diseño, las otras dos


recién en ejecución. Todas son propiamente policiales y
buscan disminuir delitos. Esta reducción está calculada
respecto de las estimaciones de la Encuesta Nacional Urbana
de Seguridad Ciudadana 2005 en victimización general. En el
38,3% de los hogares al menos un miembro ha sido víctima
alguna vez de un delito. Una parte importante de los delitos
atenta contra la propiedad —robos residenciales, violentos,
desde vehículos y hurtos—, así como también son anónimos, es
decir, sin testigos ni victimarios identificables.

Chile posee un documento de Política Nacional de Seguridad


(PNSC 2004), que concitó un amplio consenso de sectores del
Estado, policías, representantes del mundo político e
instituciones privadas, entre otros, que establece un
diagnóstico país y define un horizonte, principios y desafíos
programáticos. La Estrategia Nacional de Seguridad Pública
focaliza, coordina y temporaliza las líneas programáticas de
la PNSC, establece metas y plazos para el período de gobierno
2006-2010.

Conclusiones:
La positiva evaluación que los chilenos hacen de Carabineros
se sustenta, en parte, en un adecuado equilibrio entre
tradición y modernización policial. Por un lado pesan los 80
años de historia institucional y su arraigo en la cultura

20
chilena, por otro, Carabineros ha demostrado la capacidad de
asumir nuevas maneras de mirar e interpretar la sociedad y de
adaptarse a ella. A esto se suma una adecuada estrategia
comunicacional. El artículo presenta tres experiencias que
muestran cómo Carabineros de Chile asume el desarrollo de
soluciones frente a los problemas que se le plantean. En
estas destacan como fortalezas su mirada estratégica, su
capacidad de vincularse a otras instituciones públicas y la
búsqueda de compromisos de largo plazo —que son implementados
gradualmente, lo que permite adelantar dificultades y
enmendar rumbo—. Los problemas, así como el tipo de
experiencias presentadas, no son únicos o propios de Chile.
Estos tienen su equivalente en América Latina. Nuestros
países enfrentan inconvenientes parecidos y las soluciones
tienen una base teórica y práctica común; forman parte de una
misma discusión pública preocupada del alza de las violencias
y delitos o caracterizada por el temor. Sin embargo
Carabineros, respecto de otras policías del continente, tiene
un punto de partida diferente, lo que incide en las
características que asumen las tres prácticas.

En América Latina los modelos y experiencias policiales


innovadores surgen, además, por la baja confianza en las
policías, para terminar con abusos policiales o por la
necesidad de cambiar las policías controladas por las fuerzas
armadas a policías civiles (Frühling, 2003).

La primera experiencia de Carabineros aquí presentada puede


ser comprendida en la reflexión que recoge el modelo conocido
como Policía Comunitaria. Este basa en la proximidad policía-
comunidad, el ascenso de la confianza ciudadana, así como el
fortalecimiento institucional de las policías. La cercanía de
la policía supone trasformaciones institucionales, como la
descentralización de las decisiones para permitir que los
agentes de seguridad resuelvan conflictos, manejen sus
horarios y cargas de trabajo. Si bien la implementación
gradual es positiva, esta experiencia ha sido lenta. Ha sido
difícil definir con claridad el modelo propio. Carabineros
plantea desarrollar un modelo de integración, pero acotado
dentro de su actual estructura institucional, caracterizada

21
por su carácter militar, con un mando unificado y
jerarquizado. No se han planteado cambios institucionales y
esta estructura no deja espacio a la descentralización de la
toma de decisiones. Carabineros tiene experiencia de trabajo
en la comunidad —no “con la comunidad”, sino más bien
asintiéndola—.

1.1.2.3. Nueva York.


En Nueva York, (véase Silverman 1999), se creó un programa
llamado COMPSTAT para mejorar la comprensión del delito y
asegurar un mayor control sobre el personal de mando y sus
esfuerzos por mejorar los problemas persistentes de
criminalidad. COMPSTAT se refiere a compare stats (comparar
estadísticas) (Silverman 1999, 98) y emplea tecnología
cartográfica computarizada, junto con la filosofía de que el
personal de mando es responsable de resolver los problemas
del delito y el desorden. El COMPSTAT, escasamente modelado
en la venta industrial y las reuniones de marketing, fue
ideado para identificar problemas, averiguar cómo planificar
el abordaje de estos problemas, y a partir de ahí controlar
los efectos sobre los problemas identificados
(presumiblemente a través de reuniones periódicas). En parte,
sigue la filosofía general de la solución de problemas.
Los enfoques analíticos actuales asociados al COMPSTAT pueden
estar degradando el rendimiento policial, centrándolo
demasiado en patrones sobre el delito y la detención. De
hecho, el rendimiento marcado por el COMPSTAT se centra casi
exclusivamente en estos criterios. Trazando delitos (sólo
crímenes graves) y tratando de unir la acción policial a la
represión de estos hechos, la policía puede una vez más
encontrarse en la posición nada envidiable de ser evaluada a
través de datos producidos por la comunidad o a través del
uso selectivo de ciertos recursos policiales.

Otra cuestión aún más importante es que, excluyendo fuentes y


tipos de información de los sistemas de evaluación de
rendimiento, la policía puede estar perdiendo una oportunidad
real de diseñar o implantar un sistema más consistente con
los dos principios centrales de la policía de proximidad y de
la policía orientada a la solución de problemas: movilizar a
la comunidad en su propia autodefensa y resolver problemas
22
persistentes de delito y desorden.

Un ejemplo de esto es la comparación entre enfoques distintos


de control del delito llevada a cabo por Cordner (1998) en
las ciudades de Nueva York y San Diego. Nueva York logró
reducir el delito y el desorden de forma significativa, en
gran parte gracias al uso del COMPSTAT como proceso de
análisis del delito y, más importante aún, como forma de
controlar a los mandos sobre el uso de los recursos para
combatir el delito y el desorden en los barrios de la ciudad
y en los distritos de negocios (Pollard 1997; Silverman
1999). Por el contrario, San Diego ha dedicado más de dos
décadas a la reforma de la policía de proximidad y la
orientada a la solución de problemas (Capowich y Roehl 1994).

Comparando las dos ciudades, Cordner considera que la


tolerancia cero, aunque quizás haya sido efectiva en Nueva
York, no es necesariamente la tendencia del futuro para otras
ciudades. De hecho, San Diego consiguió resultados similares
a Nueva York en el mismo periodo, pero utilizó un método
diferente, asociado a la policía de proximidad y la orientada
a la solución de problemas. Según Cordner (1998, 311): «San
Diego ha conseguido casi el mismo descenso que Nueva York sin
aumentar el número de agentes de policía».

1.1.2.4. Colombia.
En el marco de las transformaciones socioculturales y
sociopolíticas que se viven en América Latina, la discusión
sobre la institución policial, cada vez retoma más fuerza,
dada la importancia de este cuerpo como administrador del
servicio de convivencia y seguridad ciudadana y su adecuación
para la vivencia real de la Democracia.

Entre los tópicos de mayor reiteración en las discusiones


están: el pronto abandono de la tradición militarista que
caracteriza a la gran mayoría de los cuerpos policiales, la
recuperación de su sentido civilista como órgano vigilante de
la protección de las libertades individuales y de la vida de
los ciudadanos; la profesionalización de sus miembros, la
descentralización de las estructuras de mando y el
23
acercamiento a los núcleos comunitarios para el conocimiento
de las problemáticas generadoras de violencia y delincuencia
y formulación de alternativas conjuntas de acción para la
superación de las mismas.

En Colombia, el Plan de Transformación Cultural y


Mejoramiento Institucional de la Policía Nacional,
transcurrido en la última década, convocó y comprometió al
mando institucional, desde una actitud autocrítica, hoy en el
país se reconoce el liderazgo de la Policía Nacional en la
recuperación de su imagen institucional, la
profesionalización del talento humano a través de procesos
educativos permanentes para responder a los cambios sociales,
la ejecución de proyectos como Cultura de la legalidad e
integridad, el desarrollo del programa Departamentos y
municipios seguros dirigido a la articulación del trabajo con
las autoridades civiles y el fortalecimiento de la Policía
Comunitaria, como modo de servicio acorde a la naturaleza
civilista de la institución.

Experiencias de países como Brasil, Venezuela, Bolivia,


Ecuador, Colombia, entre otros, coinciden en la concepción de
la Policía Comunitaria como un
“principio y actitud de servicio de la Policía a la
comunidad, con la comunidad y en la comunidad”.

Antecedentes:
De conformidad con los lineamientos fundamentales de la
Constitución Política Nacional y el proceso de Transformación
cultural y mejoramiento institucional de la Policía Nacional,
en la década de los años 90, la Policía Nacional ha mantenido
dentro del Plan de Direccionamiento estratégico la política
de participación ciudadana desde la cual se ha logrado el
acercamiento del servicio de convivencia y seguridad
ciudadana a la Comunidad.

Policía Comunitaria:
Esta denominación se socializó institucionalmente a
principios del año 1998; la idea se materializó en la
capacitación y dedicación de un grupo de uniformados, en

24
distintas unidades del país a esta modalidad de trabajo con
la comunidad; sus contenidos iniciales se inspiraron en la
Policía de Proximidad de España y sus procesos y
procedimientos se han modelado a través de procesos
educativos en los que se ha retomado saberes de la
sociología, criminología y el trabajo social.

Vigilancia Comunitaria:
De acuerdo con los resultados obtenidos a través del trabajo
de la Policía Comunitaria en torno al mejoramiento de las
relaciones con la comunidad y la comprensión de las
problemáticas que afectan la convivencia y la seguridad, así
como de la adopción de mecanismos para su intervención, la
Policía Nacional considera fundamental seguir trabajando para
formar y disponer de policías con mayores competencias
cognitivas y prácticas que permitan su acción cualificada en
el trabajo con la comunidad. Pues, la expresión vigilancia
comunitaria engloba a toda la Policía y a cualquier Policía,
debido a que: la vigilancia es el servicio que presta la
Policía y su forma de hacerlo es mediante el acercamiento y
el trabajo conjunto con la comunidad, razón de ser de este
servicio. Entonces hacer Vigilancia Comunitaria se constituye
en un principio y una actitud de todo Policía, pese al
servicio al que pertenezca.

1.1.2.5. España y Francia.


España
La experiencia más significativa de implementación del modelo
de policía de proximidad en el ámbito nacional reside en el
proyecto Policía 2000, iniciado en 1996, implementado por
etapas a partir de 1998 y lanzado oficialmente en 1999.
Considerando que los servicios ofrecidos a la población no
estaban a la altura de los recursos humanos y materiales
puestos a la disposición de la policía, el nuevo director de
la Policía Nacional, Juan Gabriel Cotino Ferrer, se propuso
el objetivo de cambiar radicalmente y de racionalizar esta
administración con el fin de mejorar el servicio ofrecido al
público y disminuir el sentimiento de inseguridad. Para ello,
no trataba solamente de cambiar la imagen de la policía, sino
las mentalidades y los conocimientos técnicos, teniendo en
cuenta una coyuntura de austeridad presupuestaria que no
25
permitía un aumento sustancial de efectivos.

El proyecto, cuya concepción ha sido enteramente delegada a


un grupo de expertos de grandes empresas españolas, privadas
y públicas, retoma las técnicas del management moderno tal
como: la dirección por objetivos, el condicionamiento de una
parte de las retribuciones de los policías a la eficacia de
su trabajo y el hecho de equiparar a los ciudadanos con
clientes.

Los objetivos estratégicos de Policía 2000 son tres.


Corresponden al mejoramiento de la calidad de los servicios
ofrecidos, al aumento del nivel de satisfacción tanto de los
ciudadanos como de los policías y a la reducción de la
delincuencia.

La «reinserción» del policía de barrio en el seno de la


comunidad: Desde la implementación de la reforma de la
Policía Municipal, se constató que los policías de un mismo
distrito trabajaban más o menos independientemente del
policía de barrio. Por tanto, se procedió a una
reorganización a fin de que en todos los niveles, este último
fuera reconocido como uno de los puestos más importantes, por
ser el que mejor conoce su territorio. Según Jordi Samsó, se
podría, por analogía, comparar al policía de barrio con el
médico general y a las otras unidades de policías con
especialistas; el primero detecta, por su propia iniciativa o
como consecuencia de demandas derivadas de consejeros
municipales o de miembros de la Junta de Barrio, un problema
de seguridad particular en un barrio y alerta a los otros
policías. De la misma manera, ha sido necesario introducir al
policía en el interior de la comunidad para que sea
claramente identificado como el policía de barrio, es decir,
como un interlocutor ante la población. En cada uno de los
seis distritos de Sant Boi, se encuentra un regidor de barrio
cuyo superior directo es el alcalde.

Un «técnico dinamizador de barrio», que trabaja en el «Casal


de Barrio» donde ejercen también las diferentes entidades
sociales, lo asiste para las cuestiones relativas a la
seguridad. Está encargado de recibir los reclamos de la
26
población y se entrevista cada día con el policía de barrio.
Evidentemente, éste informa también a sus superiores de la
policía, lo que permite una coordinación no solamente entre
los diferentes servicios de la Alcaldía, sino también entre
los diferentes policías de barrio.

El regidor de barrio se reúne al menos una vez al mes con los


representantes del vecindario (asociaciones de vecinos, de
comerciantes, de padres de familia, etc.) durante el Consejo
de Barrio.

El policía de barrio, que ha sido físicamente presentado


durante alguna de esas reuniones, es llamado a participar
cada vez que un problema concerniente a la seguridad está en
el orden del día. Se prevé igualmente en el plan de
comunicación de la reforma que los policías se presenten por
su propia iniciativa cada tres meses en los Consejos de
Barrio para rendir cuentas sobre la situación de la
seguridad.

De ello resulta un aumento en la satisfacción de la población


presente en esas reuniones, la cual se siente tomada en
cuentan así como los policías quienes son valorados por esta
disposición, cuando un programa de policía de proximidad
comienza a aportar sus frutos.
La Junta Local de Seguridad, presidida por el alcalde, con la
participación de policías nacionales y de policías
municipales, también es buena ocasión para preparar las
estadísticas sobre la seguridad y debatirlas. El material
utilizado sirve a continuación para presentar y explicar el
panorama de la seguridad en los Consejos de Barrio.

Otro elemento también muy importante señalado por el


principal creador de la reforma, en estas Juntas, es el hecho
de explicar a la población lo que hace la policía para
mejorar la calidad de vida de un barrio o de una ciudad, pero
también se llama la atención sobre las limitaciones de sus
intervenciones.

Conviene «proteger» al policía de barrio, principalmente al

27
defender su posición durante los Consejos de Barrio. En
efecto, con la introducción del policía de barrio se corre el
riesgo de generar grandes expectativas a las que la policía
no puede responder.

Si no se ubican las cosas en su justa medida, existe el


riesgo de incomprensión y decepción por parte de la población
y de la propia organización policial.

Francia
La creación de la Policía de seguridad cotidiana se trata de
una de las medidas más importantes del gobierno francés para
hacer frente a los desafíos del país en materia de seguridad.
Emmanuel Macron había anunciado en octubre pasado la creación
ese cuerpo de policía que era además una promesa de campaña.

Su despliegue va a hacerse por etapas.

En un primer tiempo se dio prioridad a 60 barrios en los que


el tráfico de estupefacientes y la incivilidad son pan de
cada día. Se tiene previsto que desde la presente fecha a
final de año la mitad de estas zonas como La Chapelle al
norte de París y los barrios del norte de Marsella, entre
otros, ya cuenten con esta policía.

La idea es que entre 15 a 30 policías sean seleccionados por


sus superiores para reforzar la fuerza policial en estos
barrios y lograr una mayor presencia de patrullas. Asimismo,
500 gendarmes serán desplegados en 20 departamentos en donde
la explosión demográfica es significativa.

En un comienzo, los efectivos sumarán 600 policías y unos


treinta delegados para la cohesión policía-población, pues se
busca también mayor cercanía entre la ciudadanía y las
autoridades. En total sumarán 1.300 de aquí a finales de
2020.

Francia puede hablar del tema con propiedad, de 15 mil


hombres que tiene la policía de su capital, París, 9 mil

28
hacen de la de Proximidad Social o Comunitaria. Este país es
uno de los invitados al Primer Simposio Internacional de
Policía Comunitaria.

2. Policía de proximidad.
La policía de proximidad, la cual surge de las usuales
críticas hacia la policía tradicional, busca equilibrar el
papel del ambiente y de la organización de la policía,
persiguiendo un amplio abanico de resultados basados en la
comunidad. Los elementos centrales y comunes a los programas
de policía de proximidad son: la redefinición del papel de la
policía con el fin de incrementar las actividades de
prevención del crimen, una mayor reciprocidad en las
relaciones entre la comunidad y la policía, además de
«civilizar» la policía (Skolnick y Bayley, 1986).

2.1. Objetivo y propósitos de la Policía de Proximidad.

1. Ser un servicio policial que se anticipe y prevenga las


dificultades, los problemas, los riesgos y el delito.

2. Conocer su territorio y ser bien conocido por sus


habitantes. Su implantación y sus modos de trabajo permiten
un mejor dominio del área así como su conocimiento profundo
de las características sociales y culturales de la población
que vive en cada barrio.

3. Responder a los requerimientos de la población por un


dialogo constante y una atenta escucha de los ciudadanos,
planteando solución a sus problemas de inseguridad.
La finalidad principal es poner el acento en la acción
preventiva, proactiva y de colaboración con otros actores
sociales como la vía más efectiva para enfrentar el
incremento en los niveles de violencia y de inseguridad.

El propósito principal es que a través de la Proximidad


Social, Policías, Ciudadanos y Autoridades, puedan generar
una organización de aprendizaje para mejorar la calidad de
vida en su comunidad, conscientes de su responsabilidad para
29
construir y mantener la Seguridad Ciudadana, de tal manera
que todos puedan gozar de plena libertad para realizar sus
actividades licitas, sin riesgos a su integridad física,
psíquica y moral, a sus bienes privados y públicos.

2.2. ¿Qué es la policía de proximidad?


“Método eficaz para frenar el crimen organizado, desmantelar
bandas delictivas, atacar el narcomenudeo y el robo a casa
habitación, pero, sobre todo, acercarse a la comunidad para
saber sus necesidades en materia de seguridad pública”.

2.3. Componentes esenciales del modelo de Policía de


Proximidad.

Características de la Policía de Proximidad


Capacitación de la comunidad
Objetivo a través de la prevención del
delito.
Proactiva, basada en el
Formas de intervención Derecho Civil, Penal y
Administrativo.
Amplio, centrado en el
Abanico de actividades
delito, desorden y calidad de
policiales.
vida.
Hacia afuera, creando lazos
Énfasis de la cultura
de colaboración en la
policial
comunidad.
Colaboración entre Policía y
la comunidad. Responsabilidad
Proceso de toma de decisión
y evaluación conjunta.
Horizontal entre policía y
Dirección de la comunicación
comunidad.
Implicación con la comunidad Alta y activa.
Implicación para el Muchas, organización dinámica
desarrollo o cambios centrada en el entorno y las
organizativos interacciones con el entorno.
Variadas, delitos, llamadas
Medidas de éxito
de servicio, reducción del
30
miedo, uso de lugares
públicos, contactos con la
comunidad y barrios seguros.

RESULTADOS ESPERADOS CONFORME AL MÉTODO


DE POLICÍA DE PROXIMIDAD

31
Actividad
¿Qué opinas de esta estrategia?

2.4. Sistema de cuadrantes de la policía de proximidad


de la Ciudad de México.
El cuadrante es un sector geográfico fijo, que a partir de
sus características sociales, demográficas y geográficas,
recibe distintos tipos de atención de servicio policial,
entre los cuales se cuentan la prevención, la disuasión,
control de delitos y contravenciones y la educación ciudadana
en seguridad y convivencia. En el cual se debe manejar la
integralidad de las unidades que prestan el servicio de
vigilancia en las que todos realizan de manera alternativa
las distintas funciones que les corresponden, adaptándose a
los cambios sociales del cuadrante.

El programa de cuadrantes es una estrategia de combate a la


delincuencia y de mayor proximidad a los ciudadanos. Se

32
instrumentó para generar una acción policial más eficaz, así
como una supervisión más efectiva sobre todos y cada uno de
los elementos y equipos de la corporación, con esto se logra,
mayor seguridad para quienes viven y transitan en la capital
del país.

OBJETIVOS PRINCIPALES DE ESTA ESTRATEGIA


1.- Acotar el espacio de responsabilidad en los sectores
con objeto de tener una evaluación del desempeño a
nivel individual.
2.- Identificar zonas de riesgo para establecer acciones
de prevención del delito y apoyo a la población en
caso de desastres.
3.- Acercar a la Policía con la población de manera
efectiva a través de la visita domiciliaria.
4.- Disminuir el tiempo de respuesta a las llamadas de
emergencia y optimizar el uso de los recursos
mediante una planeación más precisa a través de la
geo referencia y las cámaras de video vigilancia.
5.- Evaluar el desempeño operativo de forma sistemática.
33
Actividad
¿Qué opinas de esta estrategia?

2.4.1. Características de los cuadrantes.


Dentro de esta estrategia se delimitan territorios,
34
denominados cuadrantes, a los que se asigna un estado de
fuerza personal (Policías), vehículos (patrullas) y equipo de
comunicación (radios y teléfonos celulares); cada cuadrante
cuenta con un encargado por cada turno (Jefe de cuadrante),
garantizado que las 24 horas del día, los 365 días del año
existe un responsable de cumplir con la vigilancia, la
atención a emergencias y la ejecución de estrategias
preventivas del delito.

La caracterización del cuadrante es la conjugación de la


información que arroja la apreciación diagnóstica con los
datos que suministran los líderes de los cuadrantes, la cual
permite establecer características particulares de cada uno,
(actividad económica, nivel de peligrosidad, límites, estrato
socioeconómico, entre otras) esta información nos permite
determinar las características del cuadrante, que sirve de
orientación para la delimitación y sectorización de los
mismos en una jurisdicción y de esta forma establecer las
actividades a desarrollar en cada uno de los cuadrantes
determinados.

2.4.1.1. Económicas.

Se ubicarán elementos de información relacionados con la


informalidad, el comercio ilegal y la prostitución como
fenómenos que dinamizan las economías subterráneas y que,
por lo tanto, son de gran interés de conocimiento para la
policía nacional y su servicio de inteligencia.

2.4.1.2. Políticas

Este es el recurso principal cuando se inicia un proceso de


policía de proximidad nuevo que constituye una reforma a
escala local de la policía. En el caso de Nezahualcóyotl, la
voluntad política fue el recurso clave. Ya que es posible
contar con muchos recursos de diversa índole, pero el 35
respaldo de la autoridad se convierte en un
elemento clave, ante el mismo cuerpo policial, la
ciudadanía, y otras instituciones de gobierno, entre ellas
cuerpos policiales de otros municipios y del Estado. El
2.4.1.3. Sociales.

Se recolectará información relativa a las pandillas,


estructura, conformación, modus operandi, integrantes, zonas
y la problemática relacionada con los desplazamientos y
zonas en las que se concentra.

2.4.1.4. Educativas.

Campañas educativas: Son actividades de divulgación que


realizan los policías que conforman el equipo de cuadrante,
con la promoción de las diferentes medidas de seguridad, en
el marco de la prevención y educación ciudadana, las cuales
contribuyen al fortalecimiento de valores cívicos,
culturales, sociales, éticos, religiosos y al cambio de
comportamiento o actitudes generadoras de problemáticas que
afectan la tranquilidad y convivencia.

2.4.1.5. Culturales.

Los factores socioculturales son toda acción u omisión


colectiva que va arraigada a práctica de malas costumbres,
36
van en contra de normas legales, morales o éticas aprobadas
de manera directa e indirecta por la mayoría de la
población, algunas de ellas son: cultura de la ilegalidad
que hace referencia a la diferentes comportamientos como
Se pretende reducir:

a) Familias disfuncionales.
b) Pérdida de valores (familiares y sociales).
c) Necesidades de identidad y pertenencia.
d) Pares negativos.
e) Ausencia de plan de vida.
f) Actitud sexual irresponsable.
g) Abandono de estudios.
h) Falta de habilidades para el empleo.
i) Pandillerismo en la comunidad.
j) Hacinamiento, falta de servicios.
k) Adicciones.
l) Violencia de género.

3. Los elementos centrales de la proximidad social.


Los elementos centrales de la policía de proximidad son los
principales actores que intervienen en el trabajo de la
proximidad social y vinculación con la ciudadanía; policía,
ciudadanos y factores intermedios.

3.1. Reorganización de la vigilancia policial por zona


pequeña.
El primer eslabón de división territorial se encuentra en las
zonas. Es decir, el espacio geográfico ha sido fraccionado,
con la finalidad de generar una atención con relativa
focalización al espacio.

En cada zona existe la presencia policial. La movilidad es


37
una patrulla con cierto número de elementos policiales, y su
función es la de acompañar los procedimientos emanados desde
lo reportes ciudadanos, ya sean embargos, cateos,
presentación de civiles a la justicia u otros oficios,
también realiza apoyos a diversas áreas del ayuntamiento,
principalmente en operativos de bares sin permisos o
empleabilidad de menores de edad, por ejemplo.

Este cuerpo policial es el encargado de trabajar también en


coordinación con la policía ministerial, la policía militar y
otras instancias estatales o federales.

Además, cada una de estas zonas cuenta con la presencia de un


móvil de atención a víctimas, este es un vehículo que cuenta
con personal especializado en términos jurídicos y
psicológicos que dan atención primaria y orientación a las
víctimas de delitos.

3.2. Organización de los habitantes de las zonas a


vigilar.
Existen diferentes programas federales, estatales y
municipales para ayudar a la vigilancia comunitaria, estos
programas tienen el objetivo de salvaguardar la seguridad de
los vecindarios en área vulnerables, donde se han
incrementado los índices delictivos y así coadyuvar con la
policía a fortalecer la seguridad y atacar frontalmente a la
delincuencia.

3.3. Fortalecimiento de los procedimientos y técnicas de


tratamiento y soluciones de los problemas detectados por
los vecinos.
Es un proceso orientado a generar cultura de seguridad
ciudadana, convivencia, civismo y sentido de pertenencia en
barrios y sectores, así como propiciar en la comunidad la
autorregulación esto nos permite abordar los conflictos y
38
resolverlos o tramitarlos ante autoridades competentes, con
el fin de evitar un problema mayor.

3.4. Creación de una red coordinada y completa de


instituciones y organizaciones públicas y privadas.
Es un proceso que nos permite organizar a través de la
planeación el servicio de Policía como respuesta a las
necesidades de la comunidad, teniendo en cuenta la
optimización del talento humano y los recursos materiales y
logísticos, además de hacer partícipe a las organizaciones
públicas y privadas, teniendo como fin primordial que este
ejercicio sea de cotidiano y fácil.

3.5. Una policía proactiva y vocación preventiva.


Se concibe como una característica que permite generar
acciones anticipadas que ayudan a la prevención de los
incidentes sociales y de cualquier acción que afecte el
bienestar en general. Además, su práctica ayuda a facilitar
las relaciones directas entre la Policía y la comunidad,
convirtiendo al funcionario policial en un líder
imprescindible para el emprendimiento de acciones de mejora
comunitaria. Los funcionarios de Policía Comunitaria actuarán
proactivamente con el objetivo de prevenir todas aquellas
acciones que lesionen la integridad de las personas y el
libre goce de los derechos ciudadanos.

3.6. El diagnóstico social como base de la proximidad.


El diagnóstico es la actividad previa a la planeación, que
nos da la oportunidad de identificar las fortalezas y las
debilidades con que cuenta el sector social que se pretende
intervenir.
La Policía Comunitaria estandarizará una guía para hacer el
levantamiento del diagnóstico, herramienta que será utilizada
por los funcionarios al momento de intervenir sus sectores
sociales de responsabilidad. Esta herramienta debe recoger la
información que sea necesaria para realizar una apreciación
situacional de cada uno de los sectores seleccionados. La
suma de la información recabada en el diagnóstico sectorial
producirá resultados identificados como necesidades para la
39
intervención. Las necesidades pueden ser; de Personal,
Logísticas y Tecnológicas; las que deberán ser gestionadas a
nivel estratégico.

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