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REPÚBLICA DE COLOMBIA

TRIBUNAL SUPERIOR MILITAR Y POLICIAL


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Sala : Primera de Decisión


Magistrado ponente : CR JOSÉ ABRAHAM LÓPEZ PARADA
Radicación : 159168-XIV-484- PONAL
Procedencia : Juzgado de Primera Instancia de la
Inspección General de la Policía Nacional
Procesado : ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Delito : Abandono del Puesto
Motivo de alzada : Apelación sentencia condenatoria
Decisión : Confirma

Veintiocho (28) de noviembre de dos mil veintidós


(2022).

I. VISTOS

Procede la Primera Sala de Decisión del Tribunal


Superior Militar y Policial a conocer el recurso de
apelación interpuesto por el defensor del ST. EDGAR
DAVID MEZA ORTIZ, contra la sentencia de fecha 10 de
agosto de 2020 proferida por el Juzgado de Primera
Instancia de la Inspección General de la Policía
Nacional, a través de la cual se condenó al policial
antes mencionado como autor del punible de Abandono
del Puesto a la pena de dieciocho (18) meses de
prisión.

II. HECHOS
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

El TC. HELDER JAIME LUNA JIMENEZ denunció que el cinco


(5) de febrero de 2014 a las 06:15 horas sorprendió al
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ durmiendo en la parte
trasera de un vehículo particular estacionado en el
parqueadero de la Policía Metropolitana de Pasto,
uniformado que ese momento se encontraba de turno de
Oficial de Servicio de dicha unidad policial, por lo
que procedió a llamarle la atención y a denunciarlo
penalmente.

III. ACTUACIÓN PROCESAL

3.1- Por los hechos antes referidos, el Juzgado 182 de


Instrucción Penal Militar, con auto del seis (6) de
marzo de 2014, dispuso la apertura de investigación
penal contra el ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ por el
delito de Abandono del Puesto1, siendo escuchado en
indagatoria el 29 de julio de 20142 y resuelta su
situación jurídica provisional con auto del 31 de julio
de la misma anualidad, absteniéndose de imponerle
medida de aseguramiento por el delito de Abandono del
Puesto3.

3.2-. La Fiscalía 144 Penal Militar con auto del diez


(10) de marzo de 2015 cerró el ciclo instructivo4 y el
siete (7) de octubre de 2015 profirió resolución de

1 Folio 269 Cuaderno original 1.


2 Folios 171 -181 Cuaderno original 1.
3 Folios 182-200 C.O. 1; 201-202 CO2.
4 Folio 254 Cuaderno original 2.
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

acusación en contra del ST. EDGAR DAVID MEZA ORTIZ por


el delito de Abandono del Puesto5.

3.3-. La etapa de juzgamiento fue asumida por el


Juzgado de Primera Instancia de la Inspección General
de la Policía Nacional, despacho ante el cual se
desarrolló la audiencia de corte marcial el diez (10)
de junio de 20196. Seguidamente, el 13 de junio del
mismo año se profirió sentencia condenatoria en contra
del acusado por el delito el Abandono del Puesto7.
Fallo contra el cual la defensa del enjuiciado
interpuso recurso de apelación, el cual se resolvió de
manera favorable a sus intereses y, en consecuencia,
esta Sala de Decisión decretó la nulidad de la
actuación a partir del auto que fijó fecha y hora para
la audiencia de juzgamiento8.

3.4- Una vez repuesta la actuación, el diez (10) agosto


de 2020 se profirió sentencia de carácter condenatorio
en contra del enjuiciado por el delito en cuestión9,
decisión que fue objeto de recurso de apelación
interpuesto por parte de la defensa del sumariado, el
cual procederá a resolver la Sala a través de este
pronunciamiento.

IV. PROVIDENCIA RECURRIDA

5 Folios 269-282 Cuaderno original 2.


6 Folios 351-387 Cuaderno original 2.
7 Folios 358-387 Cuaderno original 3.
8 Folios 46-480 Cuaderno original 3.
9 Folios 540-566 Cuaderno original 3.
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

En relación con la tipicidad, el fallador de primer


grado adujo que el ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ se
encontraba prestando turno de oficial de servicio en
la sede la Policía Metropolitana de Pasto (Nariño) el
cinco (5) de febrero de 2014, que en desarrollo de
dicha actividad fue sorprendido durmiendo a las 06:15
horas en el interior de un vehículo particular
estacionado en el parqueadero de esa unidad policial,
conducta que fue denunciada por parte del Comandante
Operativo y de Seguridad Ciudadana, TC. HELDER JAIME
LUNA JIMENEZ, por lo que en criterio del juzgado de
conocimiento el comportamiento del procesado se adecuó
al tipo penal de Abandono del Puesto descrito en el
artículo 105 de la Ley 1407 de 2010.

Agregó que, la conducta del uniformado se encuentra


acreditada en las fotografías que aportó el TC. HELDER
JAIME LUNA JIMENEZ, imágenes en las que se puede
observar al acusado al interior del vehículo y luego
fuera del automotor, también el testimonio del mismo
oficial quien aseguró que se encontraba pasando
revista y sorprendió al enjuiciado durmiendo en el
asiento trasero de un vehículo particular, que lo
observó sin calzado y con una cobija encima, que ante
tal situación procedió a llamarle la atención y a tomar
varias fotografías que aportó al sumario, las cuales
fueron analizadas por un perito de Policía Judicial.

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Abandono del puesto

Así mismo, consideró que los hechos también se


encuentran respaldados en la anotación del libro de
Minuta del Comandante de Guardia en el que se consignó
el incidente ocurrido, también en el testimonio del
ST. EMMANUEL ARROYO AMELL quien se desempeñaba como
Oficial de Inspección en ese momento y aseguró que
estuvo presente en el momento de los hechos, aunque
sostuvo que no le constaba si el procesado estaba
durmiendo o no, pero dejó claro en su versión que tocó
uno de los vidrios del automotor para que el inculpado
descendiera del mismo y que una vez lo hizo fue
fotografiado por el TC. HELDER JAIME LUNA JIMENEZ
mientras se calzaba las botas.

Del mismo modo, destacó lo dicho por el IT. MILLER


ORLANDO GUATIVA PENAGOS, policial que para el momento
de los acontecimientos se desempeñaba como Comandante
de Guardia y quien por orden del TC. LUNA JIMENEZ se
trasladó al parqueadero y pudo observar al oficial
acusado fuera del vehículo, de pie y portando sus
elementos del servicio, pero en presencia del
Subteniente le ordeno realizar la anotación en la
Minuta de Guardia que había encontrado al oficial
subalterno durmiendo en la silla trasera del automotor
y arropado con una cobija.

Por otra parte, estimó que la ejecución del delito se


dio a plena luz del día, así que si el inculpado no
estuviese durmiendo como lo aseguró en su defensa,
entonces pudo advertir la presencia del Oficial de
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Supervisión y los demás policiales que lo requirieron


cuando se encontraba en el interior del vehículo, sin
embargo, no lo hizo porque fue evidente que se
predispuso a dormir quitándose las botas, ubicándose
en la parte trasera del vehículo y cubriéndose con una
cobija.

En relación con la exculpación del acusado, según la


cual presentó un dolor en sus pies y que por ello se
vio en la obligación de dirigirse al interior de su
vehículo para cambiarse el calzado, el juez primario
la desestimó, pese a la existencia de un diagnóstico
médico en el que consta que el oficial presentó un
problema de circulación en sus piernas, circunstancia
que en criterio del sentenciador de ninguna manera lo
autorizaba a marginarse de sus funciones como Oficial
de Servicio, al punto de dormirse durante el turno que
le correspondía, porque si en realidad presentó un
quebranto de salud pudo ubicarse en la Sala CIEPS de
la unidad policial, en lugar de dirigirse al vehículo
en cuestión para dedicarse a dormir.

En ese sentido, procedió igualmente a desestimar la


prueba testimonial de descargo a partir de la cual los
deponentes trataron de justificar la conducta del
uniformado sugiriendo que prestó un servicio ejemplar
durante la fecha de los hechos, para lo cual mencionó
inicialmente las exposiciones de los Patrulleros
CRISTIAN DANILO DÍAZ CASTRO y ERDIXON GUILLERMO
ARTEAGA RODRÍGUEZ, quienes afirmaron en sus
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declaraciones que observaron al procesado a las 05:55


horas en la sala CIEPS cuando lo requirieron para unas
firmas y que lo observaron con sus botas desamarradas,
que luego salieron del recinto en compañía del oficial
a las 06:10 am.

Sin embargo, aseguró que de manera extraña el PT. JOSÉ


GERMÁN FERNÁNDEZ ROA en su relato manifestó que a las
06:00 horas el acusado se dirigió a la Sala de
Información y luego se regresó al parqueadero, que
igualmente advirtió que el policial llevaba los
cordones de sus botas sueltos y que en respuesta el
acusado le manifestó estar indispuesto por causa de un
dolor en sus piernas.

En el mismo sentido, destacó el hecho que a esa misma


hora (06:00 a 06:10 horas) el PT. JIMMY JAVIER MARTÍNEZ
GOYES quien fungía como centinela, afirmó que el
inculpado le pasó revista y que estuvo hablando con él
aproximadamente de tres (3) a cinco (5) minutos.

Conforme lo anterior, el juez de primer grado estimó


que los testigos antes referenciados resultan
incoherentes en sus versiones porque dan a entender
que el enjuiciado estaba en varios lugares a la vez y
curiosamente a la misma hora en que sucedieron los
hechos (06:15 horas), circunstancia que pone en
evidencia una coartada para favorecer al acusado que
inclusive riñe con los límites del falso testimonio,
circunstancia que en su criterio es más que suficiente
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Abandono del puesto

para restarle credibilidad a las versiones de los


testigos antes referenciados.

En cuanto al aspecto subjetivo de la conducta,


consideró que el policial actuó de manera dolosa porque
sabía y conocía las consecuencias del delito al
quedarse dormido durante el turno de Oficial de
Servicio que le correspondió, pese a ello se dirigió
a un vehículo particular durante dicha actividad, se
predispuso a dormir porque se quitó las botas y se
cubrió con una cobija, además fue sorprendido en dicha
situación por parte de uno de sus superiores.

En relación con la antijuridicidad, aseguró que el


comportamiento del enjuiciado pugna con el
ordenamiento jurídico, porque actuó contrario a la
norma y con ello lesionó el bien jurídico del Servicio,
siéndole exigible estar despierto y atento durante la
actividad que realizaba, conforme lo indica el
artículo 28 del Reglamento de Supervisión y Control de
Servicios para la Policía Nacional.

Así mismo, precisó que no se evidencia causal de


justificación alguna que se desprenda del
comportamiento del inculpado, por cuanto el sueño no
guarda relación alguna con la dolencia en las
extremidades inferiores que alegó en su injurada,
dicho a partir del cual la defensa sugirió una
circunstancia de salud que resulta improcedente,
considerando además que si el policial se encontraba
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enfermo debió solicitar permiso para ir al médico o


requirió ser relevado del servicio.
En sede de culpabilidad, esgrimió que el acusado tenía
conciencia de la antijuridicidad de su comportamiento
por encontrarse en plenas condiciones de
imputabilidad, por ello le era exigible un
comportamiento distinto, para el caso la continuidad
y permanencia durante el servicio absteniéndose de
realizar conductas contrarias a la función policial.

Finalmente, el sentenciador de primer grado lo declaró


responsable en calidad de autor del delito de Abandono
del Puesto y lo condenó a la pena de dieciocho (18)
meses de prisión, negándole el beneficio de la
suspensión condicional de la ejecución de la pena por
tratarse de un delito que afectó el bien jurídico del
Servicio.

V. FUNDAMENTOS DE LA IMPUGNACIÓN

El Abogado LUIS MICHEL BENAVIDES MEDINA, en su


condición de defensor de confianza del ST. EDGAR DAVID
MEZA ORTÍZ, presentó y sustentó en términos recurso de
apelación contra el fallo condenatorio, para lo cual
solicitó la absolución de su cliente argumentando que
la sentencia presenta una indebida valoración
probatoria en relación con la prueba testimonial y
documental, circunstancia que a su juicio no permite
concluir el grado de certeza exigido por la ley para
proferirse una decisión condenatoria, también porque
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considera que la conducta de su representado carece de


dolo.

Bajo ese entendido, destacó los testimonios de varios


uniformados quienes al igual que el procesado se
encontraban prestando turno de servicio en la unidad
policial cuando ocurrieron los hechos, policiales que
manifestaron en sus respectivas versiones que
observaron al acusado en diferentes momentos entre las
03:30 horas a las 06:13 horas del cinco (5) de febrero
de 2014, es decir, a pocos minutos de la supuesta
ocurrencia del hecho denunciado que se dio a las 06:15
horas, para el efecto expuso la siguiente línea de
tiempo en la que varios uniformados observaron a su
representado en actividad del servicio:

1. IT. MILLER ORLANDO GUATIVA, lo observó por primera


vez a las 03:30 am.
2. PT.YILMAR ESTIVEN CERON GÓMEZ, a las 04:00 am
3. IT. MILLER ORLANDO GIATIVA, lo observó por segunda
vez a las 05:15 horas.
4. PT. JOSÉ GERMÁN FERNÁNDEZ ROA, a las 05:15 horas.
5. PT. OSCAR DAVID LÓPEZ, a las 05:30 horas.
6. PT. CRISTIAN DANILO DÍAZ CASTRO, a las 05:55 horas.
7. PT. ERDIXON GUILLERMO ARTEAGA RODRÍGUEZ, a las 06:10
horas.
8. ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ (Procesado), 06:12 o
06:13 horas (ingresó a su auto con el fin de
cambiarse las botas y fue descubierto por el TC.
HELDER JAIME LUNA JIMENEZ.
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9. ST.EMMANUEL ARROYO AMEL, a las 06:15 horas.

Conforme lo anterior, consideró que luego de revisar


los tiempos en los que los testigos manifestaron haber
observado al justiciable se puede inferir que existe
una secuencia cronológica lógica a partir de la cual
quedó en evidencia varias actividades que reflejan la
correcta prestación del turno de servicio que le
correspondió a su representado, aunque los deponentes
no precisaron momentos exactos en los que observaron
a su poderdante, circunstancia que a su juicio es
perfectamente entendible porque la experiencia
demuestra que nadie puede recordar con lujo de detalles
determinado evento, en especial fechas y horas
exactas.

Bajo esa óptica, el impugnante planteó que le resulta


inverosímil la aseveración del juez de primer grado al
sostener que varios de los testimonios anteriores
resultaron poco creíbles, bajo la consideración que
era imposible para el juzgado de conocimiento que el
acusado estaba en la capacidad de realizar varias
actividades al mismo tiempo y en distintos lugares,
como lo fue ubicarse en la sala CIEPS mientras
dialogaba con el PT. FERNÁNDEZ ROA en la mesa
información ubicada en la guardia y al mismo tiempo
pasar revista al PT. MARTINEZ GOYES, quien prestaba
servicio de centinela en la parte trasera de la unidad
policial.

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Frente a este particular, adujo que contrario a la


aseveración del sentenciador, los testigos antes
mencionados tanto en el proceso penal como en la
actuación disciplinaria indicaron que el ST. EDGAR
DAVID MEZA ORTÍZ prestó de manera eficiente el servicio
y siempre lo observaron en actividad durante la
madrugada del día de los hechos, que además ninguno de
ellos precisó que el acusado se marginó de sus deberes
como Oficial de Servicio, ni aportaron detalles que
guarden relación con el incidente en el que el TC.
HELDER JAIME LUNA JIMENEZ supuestamente lo encontró
dormido al interior de un automóvil, por tal motivo
concluyó que no está probado el Abandono del Puesto
por el que su representado fue llamado a juicio.

Así mismo, agregó que no desconoce que su cliente fue


encontrado al interior de su propio vehículo por parte
de su superior, pero esa circunstancia se debió a un
quebranto de salud que se le presentó en sus
extremidades inferiores, al punto de verse en la
necesidad de dirigirse a su auto para cambiarse las
botas por unas más cómodas, por lo que de ese actuar
no se desprende un Abandono del Puesto que pueda
reprochársele al oficial.

Así mismo, puntualizó que existe evidencia médica


respaldada por el profesional ALVARO FAJARDO ENRIQUEZ,
a partir de la cual se desprende que el oficial
incriminado se encontraba consumiendo medicamentos y
presentaba una patología de mala circulación en sus
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piernas, por lo que se le recomendó utilizar medias


elásticas y abstenerse de utilizar ligas y calzado
ajustado, al igual que no permanecer mucho tiempo de
pie, sumado al hecho que el turno que le correspondió
era extremadamente largo y por ello estuvo la mayoría
del tiempo en pie por causa de las funciones que debía
desempeñar en la unidad policial.

Sumado a lo anterior, el recurrente sostuvo que el


diagnóstico médico guarda coherencia con el dicho de
los policiales: IT. MILLER ORLANDO GUATIVA, SI.JOSÉ
ROSENDO ENRIQUEZ SINISTERRA, PT. JOSÉ GERMAN FERNÁNDEZ
ROA, PT. JIMMY JAVIER MARTÍNEZ GOYES, PT. CRISTIAN
DANILO DÍAZ CASTRO y PT. ERDIXON GUILLERMO ARTEAGA
RODRÍGUEZ, quienes coincidieron en manifestar que
observaron al ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ caminando con
los cordones de las botas sueltos y que por ello le
jugaron bromas, que en respuesta el oficial les
manifestó que presentaba quebrantos de salud en sus
piernas.

Por otra parte, pretende desmentir la versión que


ofreció el denunciante, TC. HELDER JAIME LUNA JIMENEZ,
uniformado quien aseguró que pasó revista y observó al
oficial en la parte trasera del vehículo cubierto con
una cobija y durmiendo, dicho que en su criterio es
contrario al testimonio del ST. EMMANUEL ARROYO AMEL,
quien en ese momento también se hizo presente por orden
del denunciante en el lugar de los hechos, pero en su
versión aseguró que no pudo observar claramente el
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escenario porque el rodante tenía vidrios polarizados,


así que se abstuvo de aseverar si el procesado se
encontraba durmiendo o arropado con la cobija que
mencionó el TC. LUNA JIMENEZ, pues sostuvo que
solamente pudo constatar que el uniformado se estaba
amarrando las botas, por lo tanto para la defensa no
hay certeza que el acusado se durmió y con ello agotó
la descripción típica del Abandono del Puesto.

Por otra parte, en relación con las fotografías que


aportó el TC. HELDER JAIME LUNA JIMENEZ, precisó que
aunque fueron analizadas por un funcionario de Policía
Judicial experto en fotografía y video, según consta
en el respectivo informe pericial, la conclusión de
ese documento indicó que es imposible verificar su
originalidad y contenido, motivo por el cual esa prueba
no puede ser utilizada como medio incriminatorio en
contra del ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ.

Finalmente, reiteró la solicitud de absolución en


favor de su representado por el cargo formulado.

VI.CONCEPTO DEL MINISTERIO PÚBLICO

El representante del Ministerio Público que actúa ante


esta instancia conceptuó que la sentencia apelada debe
ser confirmada por parte de esta instancia judicial,
toda vez que se encuentra ajustada a derecho.

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Para el efecto, destacó que contrario a la tesis


defensiva el juzgador de primera instancia valoró en
debida forma el material probatorio recopilado
legalmente en el proceso, ejercicio a partir del cual
concluyó en grado de certeza la responsabilidad penal
del enjuiciado, por lo que no debe atenderse la
pretensión del censor quien planteó la existencia de
varios yerros en el análisis probatorio y que a juicio
de éste conllevan a la absolución del uniformado.

En ese sentido, precisó que el día de los hechos el


TC. HELDER JAIME LUNA JIMENEZ durante la revista que
realizó a la unidad policial, sorprendió al inculpado
durmiendo en el asiento trasero del vehículo de placas
KIS409 mientras fungía como Oficial de Servicio, hecho
que encuentra respaldo en varios medios de prueba y
testimonios, entre ellos, la orden del día que designó
al justiciable en dicho servicio, la anotación
realizada por el Comandante de Guardia en el respectivo
libro minuta, también los testimonios del SI. AMELL
ARROYO y el IT. GUAVITA PENAGOS, quienes respaldaron
el comportamiento que se le reprochó al acusado.

En cuanto a la prueba testimonial referenciada,


aseguró que los relatos de los policiales resultan
creíbles, espontáneos, coherentes e imparciales,
además analizados por el juez de conocimiento
atendiendo las reglas de la persuasión racional, la
sana crítica y las máximas de experiencia. Análisis a
partir del cual resulta evidente que el inculpado se
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predispuso a dormir durante el turno de servicio que


le correspondía, conducta que carece de justificación
alguna y por ello debe reafirmarse su responsabilidad
penal.

VII.DE LA COMPETENCIA

Conforme lo establecido por la Corte Suprema de


Justicia10, no obstante, los hechos que originaron la
presente actuación acaecieron en vigencia de la Ley
1407 de 2010 y teniendo en cuenta que el sistema
procesal previsto en la citada codificación inició su
implementación a partir del 1º de julio de 2022
únicamente en la ciudad de Bogotá, según lo dispuesto
en el artículo 1º del Decreto 1768 de 2020, la norma
procedimental llamada a regular el caso sub júdice es
la establecida en la Ley 522 de 1999.

Por lo anterior, de conformidad con el artículo 238-3


de la Ley 522 de 1999, esta Corporación es competente
para conocer del recurso de apelación interpuesto por
la defensa del ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ, en procura
que se revoque la sentencia de fecha 10 de agosto de
2020, proferida por el Juzgado de Primera Instancia de
la Inspección General de la Policía Nacional, a través
de la cual se condenó al policial antes mencionado
como autor del punible de Abandono del Puesto a la
pena de dieciocho (18) meses de prisión.

10Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado No. 44046 del
17-06-15, MP. Dr. Luis Guillermo Salazar Otero.
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VIII. CONSIDERACIONES DE LA SALA

Se debe recordar, frente al recurso de apelación, que


éste se desarrolla con las limitaciones que impone el
inciso 2º del artículo 583 de la Ley 522 de 1999, de
tal suerte, que la segunda instancia no puede
pronunciarse sobre aspectos no propuestos por el
apelante, salvo la nulidad y los que inescindiblemente
resulten vinculados al objeto de impugnación.

Encuentra la Sala que el reparo planteado por el censor


en su recurso de apelación gira en torno a la indebida
valoración probatoria en relación con la prueba
testimonial y documental que sirvió de fundamento para
proferir la decisión condenatoria en contra del
acusado, el estado de salud de su protegido, pero
también deja ver en su fundamento la falta de certeza
para condenar, trayendo a colación providencia de la
Honorable Corte Suprema de Justicia en la que presenta
los conceptos de “duda razonable” y “certeza para
condenar”, para concluir que en criterio del censor
impide concretar el grado de certeza necesario para
proferir una decisión condenatoria.

En tal virtud, la resolución del caso se ceñirá a los


temas que puso de presente el censor en su recurso de
alzada y a los que inescindiblemente resulten
vinculados a los mismos, en atención al principio de
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limitación por el que debe regirse la Segunda Instancia


al momento de desatar el recurso de apelación.

Bajo ese entendido, inicialmente se precisará algunas


consideraciones dogmáticas y doctrinarias respecto al
tipo penal Abandono del Puesto, también algunas
precisiones en relación con la valoración probatoria
y la duda razonable a los intereses del enjuiciado y
nos referiremos también al estado de salud del
procesado, temas que merecen atención de la Sala, dado
que guardan relación con los argumentos del recurso de
apelación puesto a consideración de esta Magistratura.

Delimitados los temas a resolver en el presente


asunto, en primer lugar, habrá de precisarse que el
tipo penal por el que fue llamado a juicio y condenado
en primera instancia el ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ,
corresponde al punible de Abandono del Puesto que se
encuentra desarrollado en el artículo 108 de la Ley
1407 de 2010, como uno de los delitos que atenta contra
el bien jurídico del Servicio.

“ARTÍCULO 105. ABANDONO DEL PUESTO. El que estando


de facción o de servicio abandone el puesto por
cualquier tiempo, se duerma, se embriague o se
ponga bajo los efectos de sustancias
estupefacientes o psicotrópicas, incurrirá, en
prisión de uno (1) a tres (3) años.

Si quien realiza la conducta es el comandante, la


pena se aumentará de una cuarta parte a la mitad.
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Para efectos de explicar la tipicidad objetiva y


subjetiva del delito en cuestión, la Corporación y en
especial esta Sala de Decisión ha vendido reiterando
en varios de sus pronunciamientos que el Abandono del
Puesto incluye en su redacción dos elementos
normativos para considerar su adecuación típica, es
decir, las acepciones “facción” y “servicio”,
particularidades que corresponden a dos supuestos en
los que los militares o policiales como sujetos activos
de delito pueden encontrarse al momento de ejecutar el
verbo rector “abandonar” que igualmente integra la
descripción típica, vocablo que comprende los
siguientes supuestos: Separarse espacio- temporalmente
de sus deberes por cualquier tiempo, dormirse,
embriagarse o ponerse bajo los efectos de sustancias
estupefacientes o psicotrópicas11, amén de ello también
se ha dicho que el desvalor de acción tiene lugar no
sólo por el abandono del espacio geográfico, sino
también con el abandono funcional.

De la misma manera, el punible en cuestión contiene la


locución “servicio” que corresponde al género, es
decir, para el caso el todo de la orden, y la “facción”
que corresponde a una parte fundante del ejercicio
directo de la actividad funcional específica, “por lo
que el ingrediente normativo “facción” es la función

11 Sobre el particular, téngase en cuenta las siguientes decisiones del


Tribunal Superior Militar y Policial: 159423 del 26-10-22, 159134 del 29-
03-22 y 158712 del 15-05-20, MP. CR (RA) Wilson Figueroa Gómez; 158925 del
24 -05-22, MP. CN (RA) Julián Orduz Peralta, entre otras.
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determinada dentro de los servicios de seguridad y


vigilancia siendo ésta consustancial al mismo servicio, de
manera pues que cuando el militar o policial está de
facción, tal situación implica necesariamente estar de
servicio, sin embargo estar de servicio no supone estar de
facción”12. En ese sentido, la Corte Suprema de Justicia
planteó las siguientes consideraciones:

“(…) Elevados por el legislador a la categoría de


bienes jurídicos la disciplina y el servicio, para
la correcta selección de la norma aplicable al
caso, además del examen de los elementos del tipo,
se impone la inmediata referencia al sentido y
alcance de cada uno de aquellos conceptos.

Pues bien, en cuanto a la disciplina se refiere, en


el Régimen Disciplinario para las Fuerzas Militares
(Decreto No. 1797 de septiembre 14 de 2000), el
artículo 16° precisa (…)

Y en relación con el concepto de servicio, tal como


sin dificultad surge de la previsión contenida en
el estatuto castrense, se tiene que es término
referido a los específicos deberes que atañen a los
miembros activos de la Fuerza Pública a quienes se
asignan labores de dirección o vigilancia.

La Delegada, entonces, carece de razón cuando


otorga mayor amplitud a este último, porque lo que
surge claro es que entre estos bienes jurídicos, y

12Tribunal Superior Militar y Policial, Segunda Sala de Decisión, Radicado


No. 158836 del 29-01-18, MP. CR. Marco Aurelio Bolívar Suárez.
20
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

desde luego entre los injustos a través de los


cuales se protegen, existe una relación de género
a especie, porque si bien los atentados contra la
disciplina pueden predicarse de todos los miembros
de la fuerzas militares, las faltas contra el
servicio sólo son atribuibles al militar en
servicio activo a quien a través de trámites
formales previamente establecidos se le haya
asignado una función, tarea o cargo específico como
los atrás señalados, que luego incumple.

(…)

Con esta percepción de los hechos, pierde de vista


la impugnante que el procesado había sido designado
previamente y con las formalidades de ley para un
turno de veinticuatro (24) horas, que implicaba
como lo anota con acierto la Delegada
“disponibilidad permanente y continua”, por lo que
el abandono de la función como tal, que no del
puesto entendido en la estrecha acepción de espacio
o lugar donde aquélla se cumple, estructuraba el
tipo penal previsto en el artículo 111 de Código
Penal Militar vigente para la fecha de los hechos,
esto es, la conducta punible consagrada hoy en el
artículo 124(…)”13.

Adicionalmente, el Abandono del Puesto es un tipo penal


que censura al militar o policial ante la dejación de
sus deberes, a partir de la verificación de su ausencia

13Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal, Rad 12878, MP. Jorge
Aníbal Gómez Gallego, 23 de mayo de 2001.
21
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

o falta de permanencia en el respectivo puesto


asignado, también por causa de la simple dejación de
funciones, circunstancia de la que se entiende que no
es un requisito esencial para efectos de la tipicidad
que el uniformado abandone el espacio físico destinado
para ejercer las funciones del servicio encomendado,
para el caso cuando el militar o policial se pone bajo
el efecto de sustancias estupefacientes, se duerme en
el puesto o se embriaga durante el respectivo servicio,
por lo que la finalidad de la norma impositiva
corresponde afirmar que los miembros de la Fuerza
Pública cumplan con las funciones y responsabilidades
que les fueron asignadas en el tiempo y el modo
preestablecidos, a través de los distintos medios
legales14.

Para concluir este apartado, se hace necesario


recordar que se trata de un tipo penal de mera
conducta, categoría a partir de la cual se entiende
que no es necesario que se produzca una consecuencia
real verificable por los sentidos para efectos de
constatar la antijuridicidad, porque se acepta que el
abandono de deberes injustificado por causa de las
variantes antes descritas genera el desvalor de
resultado.

Sobre el caso bajo examen, la acusación y el juicio se


basaron en que el ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ,

14Sobre el particular, téngase en cuenta el Radicado No.158712 del 15-05-


20, MP. CR (RA) Wilson Figueroa Gómez
22
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

encontrándose nombrado como Oficial de Servicio a


través de la Orden del Día No. 0-006 del tres (3) de
febrero de 201415 y en ejercicio de ese servicio, fue
sorprendido durmiendo sin justificación durante el
respectivo turno, ubicándose en la silla trasera de su
vehículo particular estacionado en la zona de parqueo
de la Policía Metropolitana de la ciudad de Pasto
(Nariño), conducta que advirtió y denunció el TC.
HELDER JAIME LUNA JIMENEZ en su condición de Comandante
Operativo de Seguridad Ciudadana cuando pasó revista
a los servicios de esa unidad policial.

Sin embargo, por vía del recurso de apelación contra


la sentencia condenatoria el defensor del inculpado
puso de presente varias objeciones ante la Sala, cuyo
objeto es desvirtuar la conducta imputada a su cliente,
para lo cual aseguró que el uniformado nunca se durmió
durante el turno de servicio, que por el contrario,
mostró un desempeño ejemplar como Oficial de Servicio
y que si bien se dirigió a la parte trasera del
vehículo donde fue encontrado por su superior, lo hizo
con el fin de cambiarse el calzado ante el dolor que
presentó en una de sus extremidades inferiores por
cuenta de los problemas de mala circulación que venía
padeciendo desde días anteriores.

El punto de disenso, recordemos que el recurrente puso


de presente como una indebida valoración probatoria en

15 Folios 75-80 Cuaderno original 1.


23
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

relación con la prueba testimonial y documental que


sirvió de fundamento para proferir la decisión
cuestionada.

Bajo esa premisa, el defensor destacó el dicho de


varios testigos que observaron en actividad constante
a su representado durante el turno de Oficial de
Servicio, inclusive minutos antes que el TC. HELBER
JAIME LUNA JIMENEZ le pasara revista al acusado y lo
sorprendiera en el automóvil donde aseguró lo observó
durmiendo, hecho al que se le restó valor suasorio en
el fallo de primer grado bajo el argumento que varios
de los uniformados que aseguraron haber observado al
enjuiciado pasando revista indicaron lugares
distintos, pero a la misma hora.

En efecto, el juez de primer grado aseguró en su


providencia que resultó sospechoso para la judicatura
que los PT. CRISTIAN DANILO DÍAZ CASTRO y ERDIXON
GUILLERMO ARTEAGA RODRÍGUEZ afirmaron que observaron
al enjuiciado a las 06:00 horas en la Sala CIEPS,
mientras que el PT. JOSÉ GERMAN FERNÁNDEZ ROA quien se
encontraba en la Sala de Información indicó que vio al
oficial a esa misma hora, al igual que el PT. JIMMY
JAVIER MARTÍNEZ GOYEZ quien se encontraba de centinela
en un punto distante de los lugares antes
referenciados, sostuvo que vio al acusado entre las
06:00 y 06:10 horas16.

16 Folios 553-554 Cuaderno original 3.


24
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

Análisis que el sentenciador calificó como novedoso,


al punto de referir que en caso de darle credibilidad
al dicho de los policiales antes mencionados se
aceptaría que el procesado tenía “el don de la
obicuidad (sic)”, porque estaba en la capacidad de
estar presente en distintos lugares al mismo tiempo,
lo cual era inadmisible frente al caso analizado.

Sobre el particular, al examinar en detalle la prueba


testimonial a partir de la cual se aseguró que el
procesado pasó revista varias veces a la seguridad e
instalaciones de la Policía Metropolitana de Pasto
durante el día de los hechos, se destacan los
siguientes testigos:

a. SI. JOSÉ ROSENDO RODRIGUEZ SINISTERRA: Manifestó


que el inculpado recibió turno a las 01:00 horas,
lo observó bien de salud, aunque el procesado le
manifestó que le dolían las piernas17.

b. PT. YILMAR ESTIVEN CERON GÓMEZ: Precisó que se


encontraba prestando servicio de centinela y el
oficial le pasó revista a la 01:50 horas y luego
a las 04:40 horas18 .

c. PT.- JOSE GERMAN FERNÁNDEZ ROA (funcionario de


información): Manifestó que vio al procesado en

17 Folios 114-118 Cuaderno original 1.


18 Folios 144-148 Cuaderno original 1.
25
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

buen estado de salud, que a las 05:15 horas lo


observó por los pasillos de la unidad en dirección
a los alojamientos, luego lo vio nuevamente entre
las 06:00 horas a 06:10 horas cuando se acercó al
puesto de información, recordó que el oficial casi
se cae por las escaleras y que tenía los cordones
de las botas sueltos, también que el policial le
aseguró que le dolían las piernas19.

d. PT. OSCAR DAVID LÓPEZ, (Relevante de la guardia):


Observó al enjuiciado a las 05:30 horas mientras
pasaba revista a la guardia, afirmó que observó
al acusado en buen estado de salud20.

e. PT. JIMMY JAVIER MARTINEZ GOYES (Centinela):


Afirmó que el acusado le pasó revista dos veces
durante la madrugada, entre la 01:00 y las 02:00
horas, lo vio con las botas desamarradas y que le
manifestó que tenía problemas de salud en las
piernas, que estuvieron hablando de 10 a 20
minutos y que luego el oficial se fue hacia el
casino de oficiales, también que a las 06:00 horas
regresó nuevamente a pasarle revista y luego se
dirigió hacia el parqueadero21.

f. PT. CRISTIAN DANILO DÍAZ CASTRO (Integrante del


cuadrante 24): Aseguró que el día de los hechos

19 Folios 210-215 Cuaderno original 2.


20 Folios 216-220 Cuaderno original 2.
21 Folios 221-224 Cuaderno original 2.
26
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

prestó turno en compañía del del PT. ERDIGSON


ARTEAGA RODRÍGUEZ, que los dos policiales
ingresaron a la Metropolitana de Pasto a
aproximadamente a las 05:55 horas porque
necesitaban que el enjuiciado les firmara unas
planillas del servicio, por lo que se dirigieron
a la Sala CIEPS, lugar en el que se encontraba el
oficial procesado quien procedió a firmar los
documentos, que además se percataron que el
uniformado tenía las botas desamarradas, por lo
que ellos le hicieron una broma, que en respuesta
el acusado les manifestó que presentaba una
dolencia en sus pies22.

g. PT. ERDIXON GUILLERMO ARTEAGA RODRÍGUEZ


(Integrante del Cuadrante 24): Precisó que a las
05:40 se comunicaron con el ST. EDGAR DAVID MEZA
ORTIZ para solicitar permiso de desplazamiento a
la Metropolitana de Pasto con el fin de recoger
las firmas de unas planillas, que al llegar a la
unidad se dirigió con su compañero el PT. CRISTIAN
DANILO DÓAZ CASTRO hasta la Sala CIEPS, lugar
donde se encontraba el enjuiciado y éste procedió
a firmar los documentos, que luego salieron del
sitio a las 06:10 horas y se percató que el
procesado tenía las botas sueltas23.

22 Folios 230-231 Cuaderno original 2.


23 Folios 232-234 Cuaderno original 2.
27
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

Conforme a las anteriores citas testimoniales,


ciertamente se presentan contradicciones respecto a la
hora y lugar donde los deponentes aseguraron haber
observado al acusado en actividad del servicio, para
el caso particular el PT. CRISTIAN DANILO DÍAZ CASTRO,
ERDIXON GUILLERMO ARTEAGA RODRÍGUEZ, el PT. JOSÉ
GERMAN FERNANDEZ ROA y el PT. JIMMY JAVIER MARTÍNEZ
GOYEZ, advertencia que puso de presente el fallador de
primer grado y a partir de la cual desestimó sus
manifestaciones.

No obstante, el razonamiento del juez de primer grado


a partir del cual le restó mérito a las manifestaciones
de los policiales para excluir las versiones de los
hechos que allí se expusieron, tienen cabida en
criterio de esta Sala, pese a demostrarse su actividad
durante el servicio prestado en la madrugada del cinco
(5) de febrero de 2014, en tanto que, al examinar las
versiones acopiadas se atisba que sufren
inconsistencias, mismas que no resisten mengua para
encontrar como responsable al oficial de la conducta
enrostrada.

En ese sentido, el juez primario acierta en encontrar


las contradicciones entre los testimonios de los
policiales CRISTIAN DANILO DIAZ, ERDIXON GUILLERMO
ARTEAGA frente a lo dicho por los policiales JOSE
GERMAN FERNANDEZ Y JIMMY JAVIER MARTINEZ, en punto que
todos ellos aducen haber visto al oficial en distintos
lugares a una hora similar; los dos primeros entre las
28
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

6.00 y 6:10 horas en sala CIEPS en tanto el tercero lo


vio en la sala de información y luego en el parqueadero
y el cuarto en el puesto de servicio parte trasera de
la unidad policial.

En ese sentido, la Corte Suprema de Justicia precisó


que en la valoración de la prueba testimonial puede
presentarse una confusión temporal o transposición
cronológica, pero que la ocurrencia de este fenómeno
no conlleva necesariamente la exclusión del
testimonio, en la medida que la credibilidad de un
testigo no puede calcularse de manera obligada a partir
de la correlación absoluta de su propio dicho y el de
los demás deponentes, como quiera que las reglas de la
lógica y la experiencia indican que es completamente
entendible que las personas alteren ciertos detalles
en sus exposiciones, pero que en última instancia lo
importante es que concuerden en los aspectos
fundamentales de su narración24.

“En efecto, no se puede pasar por alto que la


declaración en la que YNPV parece haber intercalado
el orden temporal de los sucesos, fue rendida casi
9 años después y la ciencia psicológica ha sido
específica en reconocer que, factores como «la
cantidad de tiempo que transcurre entre el episodio
y el testimonio (…) [y] el tipo de interferencia
que el testigo soporta entre el momento en que

24Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado No. 40378 del
14 de junio de 2017, MP. Eyder Patiño Cabrera.
29
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

asiste al episodio y el momento en que es llamado


a declarar (…)»25, inciden en la exactitud de la
memoria, dado que todos los procesos de evocación
no son iguales en todos los seres humanos.

Es de este modo que las ciencias sociales, en


esencia, la psicológica ha tenido a bien constatar
que entre las causas más corrientes de inexactitud
del testimonio está «[l]a confusión temporal,
conocida también como transposición cronológica,
que se produce con frecuencia y se trata de que el
declarante recuerda hechos ocurridos después, como
que se produjeron antes, o viceversa»26. Al
respecto, se ha señalado que:

Hay que tener en cuenta que la localización de la


vivencia en el tiempo, es uno de los procesos
psicológicos más inestables e influenciables; por
eso los interrogatorios en los que muchas veces
insisten los jueces sobre fecha y hora, resultan
imposibles de satisfacer y sólo sirven para
aumentar la confusión que pudiera existir. Todo el
mundo sabe que las horas que se pasan a gusto,
resultan más cortas que las que transcurren
sufriendo.27

En todo caso, en no pocas oportunidades, la Corte


se ha ocupado de resaltar que, las inconsistencias,

25 MAZZONI, Giuliana. ¿Se puede creer a un testigo? El testimonio y las


trampas de la memoria. Editorial Trotta. Madrid. 2010. p. 22.
26 LOCLES, Roberto José. Tratado de balística. Tomo 1. Ediciones la Roca.

Buenos Aires. 2005. p. 39.


27 LOCLES. Op cit. p. 39.

30
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

divergencias o contradicciones intrínsecas o


extrínsecas del testimonio, o incluso la
constatación de que un testigo faltó a la verdad en
cierta parte de su narración no lo convierte en
inaceptable o lo descalifica de plano, pues habrá
de escudriñarse, de acuerdo con las reglas de la
sana crítica, la validez o no del relato en su
integridad, de cara al resto de medios suasorios,
para lo cual debe ser analizado con mayor celo y
precaución.

En verdad, esta Corporación ha resaltado que la


credibilidad de un testigo no puede medirse,
necesariamente, en función de la convergencia
absoluta de su relato consigo mismo y con los demás,
pues, la experiencia enseña que, es normal que las
personas varíen las particularidades
insustanciales de su narración y que coincidan en
lo esencial cuando su relato es fidedigno. (CSJ SP,
5 nov. 2008, rad. 30305, CSJ SP, 5 nov. 2008, rad.
30.305)”28

Según la anterior cita jurisprudencial, es posible


concluir a partir de las versiones de los testigos
referenciados que el inculpado demostró disponibilidad
y compromiso durante una parte del turno de servicio
sin que ello pueda catalogare como prueba suficiente
para concluir que el hecho no existió y que el oficial
no sea responsable de su conducta, ello en la medida

28Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado No. 40378 del
14 de junio de 2017, MP. Eyder Patiño Cabrera.
31
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

en que en criterio de la sala no es posible derruir el


testimonio del denunciante en armonía con los otros
medios probatorios que dan crédito a lo por él dicho.

En virtud de lo anterior, y ante las discrepancias de


la prueba testimonial que advirtió el juzgador de
primer grado en la sentencia debatida, habrá de
referirse que en aplicación de las reglas de la lógica,
la experiencia y la sana crítica, las contradicciones
en la prueba testimonial que puso de presente el
funcionario judicial y que hoy enarbola el señor
defensor, aunque contienen un mérito para demostrar en
principio la disponibilidad del servicio por parte del
acusado, ello no es suficiente para descartar la
predisposición del inculpado para sustraerse del
servicio y dedicarse a dormir en la forma como lo
describió el oficial denunciante, circunstancia que
viene a valorarse como prueba en disfavor de los
intereses del inculpado, por lo que en este preciso
aspecto puede afirmarse que no le asiste razón al
recurrente frente a su argumentación contra el fallo
de primera instancia.

Por otra parte, en relación con el reparo del censor


contra el mérito probatorio que se le adjudicó a las
fotografías que aportó el denunciante, a partir de las
cuales se afirmó la ocurrencia del delito en el que
incurrió el ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ, habrá de
precisarse que contrario a lo expuesto por el
recurrente, este medio probatorio posee información
32
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

suficiente que no permite su rechazo, pues pese a lo


expuesto en examen del experto que dicho medio de
prueba no superó el examen de autenticidad necesario
según el cual puede afirmarse que en dichas imágenes
quedó demostrado que el procesado se encontraba
durmiendo en el interior de un vehículo durante el
turno de servicio, se tiene la información por la cual
no se torna ajena tal elemento probatorio toda vez que
se obtuvo información sobre: i) quien tomó las
fotografías, es decir sabemos la fuente de dónde
provienen estas fotografías; ii) fue el mismo oficial
denunciante quien aportó dichos documentos y
oportunamente fueron puestos bajo cadena de custodia
por el funcionario competente; iii) al examen de las
mismas no se advierte que el incriminado esté
durmiendo, más sí se advierte que el oficial se
encuentra dentro del vehículo, aunque esta agachado,
él en su injurada asegura que estaba dentro del
vehículo en posición de amarándose las botas; iv) se
logra evidenciar dentro del vehículo en el asiento
trasero la existencia de una prenda que bien puede ser
la cobija con la que el oficial superior expuso en su
informe estaba arropado el aquí procesado; y v) se
advierte también el señor ST. MEZA al salir del
vehículo del que hace referencia el denunciante.

De las fotografías antes descritas no se advierte en


el dossier que hayan sido tachadas de falsas o, que
hayan sido objetadas por error grave, mientras que, de
su contenido cotejándolo con la exposición del señor
33
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

TC. LUNA y el informe que rindió a su superior, guardan


coherencia y se relacionan entre sí.

Sobre la materia en cuestión, la Corte Suprema de


Justicia ha precisado que las fotografías tienen la
calidad de evidencia documental, porque en virtud de
dicho medio se puede demostrar la ocurrencia del delito
a partir de una imagen o secuencia en el tiempo exacto
de su realización, por lo que para efectos de
valoración habrá de acudirse a las reglas de la
experiencia y a la norma procesal relativa a los
documentos por la que se tramite la respectiva
actuación29.

Ahora, en relación con la autenticidad de los


documentos como medios de prueba, la jurisprudencia
nos indica lo siguiente:

“La autenticidad del documento es una calidad o


cualificación del mismo cuya mayor importancia reluce
al ser tomado como ítem de su valoración o asignación
de mérito, después que se ha admitido o incorporado
formalmente como prueba en la audiencia pública.

El primer método consiste en el reconocimiento por


la persona que lo ha elaborado, manuscrito,
mecanografiado, impreso, firmado o producido. Para
el efecto, dicha persona tendría que acudir a la

29Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado No. 25920 del
21 de febrero de 2007, MP.JAVIER ZAPATA ORTIZ.
34
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

audiencia y aceptar que es el creador del documento,


que deberá exhibírsele.

El segundo método consiste en el reconocimiento por


la parte contra la cual se aduce, como ocurriría si
el Fiscal presenta un contrato que pretende hacer
valer como prueba de cargo, y el acusado admite ser
su creador. Éste se tendrá como auténtico.

(…)

Como en todos los casos, ese sentido de la


autenticidad se pregona de la procedencia u origen
del documento; pues su contenido, y la
correspondencia de dicho contenido con la realidad,
cuando fueren objeto de controversia, deberán
verificarse a través de los medios probatorios
normales.

Es decir, un documento no necesariamente tiene


eficacia probatoria para desvirtuar la presunción de
inocencia, por el solo hecho que pueda considerarse
auténtico por su origen o procedencia. Esa
problemática, la del valor demostrativo de su
contenido, se discutirá con el conjunto de pruebas y
corresponde al juez decidir en sana crítica.”30.

Teniendo en cuenta el precedente jurisprudencial


anterior, se hace necesario que para efectos de
autenticidad del registro fotográfico que reposa en el

30 Ibidem.
35
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

expediente, se conozca por lo menos la fuente o medio


a partir del cual se documentaron las imágenes, o que
su creador confirme que fue él quien las tomó e indique
el medio utilizado, o a falta de ello que quien
supuestamente aparezca en las fotografías reconozca
que se trata de esa misma persona.

El Consejo de Estado en pronunciamiento se ha referido


sobre este tema de la siguiente manera:

“…3.7.1 La fotografía es un medio probatorio


documental de carácter representativo. Es un objeto
que muestra un hecho distinto a él mismo, el cual
emerge del documento sin que tenga que hacerse un
ejercicio de interpretación exhaustiva de su
contenido. Esto significa que la representación debe
ser inmediata, pues si a simple vista la fotografía
muestra una variedad de hechos posibles, “ella
formará parte de la prueba indiciaria, ya que está
contenida en la mente de aquél (el intérprete), y
no en el objeto que la documenta”31.

“3.7.2 Al igual que el dictamen pericial, la


fotografía es un medio que el juez está en obligación
de valorar dentro del conjunto probatorio partiendo
de las reglas de la sana crítica. No obstante, la
jurisprudencia ha establecido unos parámetros
específicos para su correcta apreciación. En primer
lugar, como es tradición tratándose de un documento,
debe verificarse su autenticidad conforme a la

31 Parra Quijano, op. cit. p. 543. (Cita interna)


36
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

normatividad correspondiente, dependiendo de si las


imágenes fotográficas aportadas al proceso
constituyen un documento público o privado. Pero
superado este examen, el Consejo de Estado ha
sostenido que las fotografías por si solas no
acreditan que la imagen capturada corresponda a los
hechos que pretenden probarse a través de ellas.
Debe tenerse certeza de la fecha en la que se
capturaron las imágenes y, para ello, corresponde
al juez efectuar un cotejo de las fotografías con
testimonios, documentos u otros medios probatorios:
“Las fotografías o películas de personas, cosas,
predios, etc., sirven para probar el estado de hecho
que existía en el momento de ser tomadas, de acuerdo
con la libre crítica que de ellas haga el juez; pero
como es posible preparar el hecho fotográfico o
filmado, es indispensable establecer su autenticidad
mediante la confesión de la parte contraria o de
testigos presentes en aquel instante o que hayan
formado parte de la escena captada o intervenido en
el desarrollo posterior del negativo o por el examen
del negativo por peritos o por un conjunto
fehaciente de indicios; cumplido este requisito,
como documentos privados auténticos, pueden llegar
a constituir plena prueba de hechos que no requieran
por ley un medio diferente; si falta, tendrá un valor
relativo libremente valorable por el juez, según la
credibilidad que le merezcan y de acuerdo con su
contenido, las circunstancias que pudieron ser
obtenidas y sus relaciones con las demás pruebas (…)

37
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

También son un valioso auxiliar de la prueba


testimonial, cuando el testigo reconoce en la
fotografía a la persona de la cual habla o el lugar
o la cosa que dice haber conocido; en estos casos,
el testimonio adquiere mayor verosimilitud. Los
Códigos de Procedimiento Civil y Penal colombianos
lo autorizan”32

“3.7.3 En este orden de ideas, el valor probatorio


de las fotografías no depende únicamente de su
autenticidad formal sino de la posibilidad de
establecer si la imagen representa los hechos que
se le atribuyen, y no otros diferentes en razón del
tiempo, del lugar o del cambio de posición de los
elementos dentro de la escena capturada. Para ello,
el juez debe valerse de otros medios probatorios,
apreciando razonablemente el conjunto”33. (Negrillas
fuera del texto)

Conforme a lo anterior, se tiene que las fotografías


son pruebas documentales que el juez está en la
obligación de examinar bajo el criterio de la sana
crítica, siempre y cuando se hayan verificado los
requisitos formales para la valoración de ese tipo

32 Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Tercera


Subsección A. Sentencia del 10 de marzo de 2011. M.P. Mauricio Fajardo
Gómez. De esta misma Corporación ver también las sentencias de la Sección
Primera, proferidas el 30 de agosto de 2007 y el 25 de marzo de 2010. M.P.
Lafont Pianeta; y la sentencia de febrero 3 de 2002, Exp. 12.497. (Cita
intern)
33 Corte Constitucional. Sentencia del 29 de marzo de 2012. Expediente T-

269. MP. Luis Ernesto Vargas Silva


38
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

de medios probatorios, esto es, la autenticidad y


la certeza de lo que se quiere representar34.

Es preciso mencionar que las fotografías fueron


enviadas al juzgado instructor por el denunciante
mediante oficio suscrito por este y por parte del
funcionario instructor estos documentos fueron puertos
de inmediato en cadena de custodia y fueron enviados
a valoración por experto.

Pero también ha dicho el órgano de cierre que es el


juez a quien le corresponde valorar racionalmente el
experticio y que el dictamen pericial no es prueba
soberana; asimismo, que el funcionario tiene la
potestad de acogerse a apartarse del dictamen, también
que el objeto de valoración por parte del juez en una
prueba pericial no es la conclusión del perito, sino
el procedimiento que sustentaba sus afirmaciones:

“…como ocurre con todos los medios probatorios, la


pericial debe ser considerada racionalmente por el
juez, porque en la apreciación del dictamen resulta
imperativo tener en cuenta la firmeza, precisión y
calidad de sus fundamentos, la idoneidad de los
peritos, el aseguramiento de calidad aplicado, el
sistema de cadena de custodia registrado y los
demás elementos que obren en el proceso.

34Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo Sección Tercera


Subsección C, Radicación número: 08001-23-31-000-1997-11812-01(27353) del
13 de junio de 2013, Consejero Ponente: ENRIQUE GIL BOTERO

39
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

”Por ello de manera reiterada y pacífica la


jurisprudencia ha entendido que los argumentos de
autoridad científica, técnica, profesional o
humanística son de recibo por la innegable realidad
de la división del trabajo y las cada vez más
urgentes especializaciones en el desenvolvimiento
del hombre en la sociedad, el curso de ésta y el
tratamiento de los problemas o conflictos, de modo
que resulta intolerable una actitud pasiva o de
irreflexiva aceptación del juez frente al dictamen,
pues fácilmente pueden potenciarse y extenderse los
errores que como humano puede cometer el perito”35.

También ha precisado la Corte que el objeto de


valoración por parte del juez en una prueba
pericial no es la conclusión del perito, sino el
procedimiento que sustentaba sus afirmaciones. Así
lo adujo la Sala en el fallo de 27 de junio de
2012, traído a colación por el representante de la
víctima en su intervención:

“[…] en el proceso de reconstrucción histórica de


la conducta punible, se pueden presentar
circunstancias donde se requieren conocimientos
extrajurídicos ajenos al funcionario judicial,
motivo por el cual debe acudir al auxilio de
personas versadas en esos temas para que lo
ilustren, como son los peritos.

”Sin embargo, recuérdese que el medio de prueba no


es propiamente el dictamen del perito, sino el
procedimiento técnico científico empleado para su

35Corte Suprema de Justicia S- 31795 del 16 de septiembre de 2009, MP. YESID


RAMIREZ BASTIDAS Y JULIO ENRIQUE SOCHA SALAMANCA.
40
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

examen, pues es éste el que en definitiva el que


convencerá al juez de su acierto o desatino. Por
ello se ha dicho que cuanto interesa al juzgador
tratándose de pericia documentaria no es la
conclusión en sí, sino la forma como fue
adoptada…”36. (subrayado fuera del esto original)

En torno a ello, ha de decirse que fue el mismo


denunciante quien aportó dichas fotografías las que
fueron puestas en cadena de custodia y luego sometidas
a estudio; asimismo, ha de decirse que estas
fotografías no están huérfanas porque además que el
denunciante afirma haber tomado registro fotográfico
en la escena de hechos y que se tiene como hecho cierto
que fue él mismo quien aporto este material fotográfico
al expediente, del testimonio ofrecido por el TE.
EMMANUEL ARROYO manifestó en su jurada que en presencia
suya el TC. LUNA tomó varias fotografías en la escena
de hechos, incluso da a conocer que justo en una de
ellas, y gracias a la luz del destello del flash, es
que logra ver al oficial en el interior del vehículo.

De otro lado, el señor ST. MEZA ORTIZ en su injurada


en torno a este tema nunca tachó dichas fotografías,
por el contrario, indicó “… le quise manifestar que en
ningún momento estaba dormido dentro del vehículo, y él de
una forma grosera, me agrede verbalmente y con el celular
me intimida a quererme tomar fotos, la cual, el flash de
la Cámara hace un destello en mis ojos y trató de esquivar

36Corte Suprema de Justicia S-32882 del 27 de junio de 2012, MP. Dr. JAVIER
ZAPATA ORTIZ
41
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

esa agresión al momento de sacar el celular ya que, al


quererme tomar las fotos me intimida con el flash de la
Cámara…”37. Mas adelante. El funcionario instructor le
pregunta “…según material fotográfico que se adjunta al
expediente y el cual se le pone a su disposición, se logra
observar que efectivamente usted al parecer se encontraba
dormido, por cuanto se encuentra con la cabeza hacia abajo
y a su lado se observa una cobija, qué nos puede decir al
respecto. CONTESTO. yo sí me encontraba agachado como se
evidencia en la fotografía, pero yo en ningún momento tenía
ninguna cobija, yo estaba agachado, porque estaba
precisamente cambiándome las botas. De acuerdo a lo que se
observa en la fotografía lo que yo tenía a un lado era la
Tula o maleta en la cual yo tenía mis pertenencias
personales…”38. Como puede verse, el oficial nunca tachó
de falso este documento, por el contrario, trató de
dar una explicación respecto del contenido de las
fotografías, confirmando así un mínimo la autenticidad
de las imágenes en cuestión.

Precisamente, al examinar los documentos históricos


para saber cómo llegaron esas fotografías al
expediente, en el que un experto examinó las imágenes
que se aportaron como prueba incriminatoria de la
conducta enrostrada al enjuiciado, se observa que el
TC. HELDER LUNA mediante oficio Nro. 007247 del 18 de
junio de 2014, hace llegar al juzgado instructor un CD
con las imágenes por él tomadas en su celular39, allí

37 Folio 177 Cuaderno original 1.


38 Folio 179 Cuaderno original 1.
39 Folio 125 Cuaderno original 1.
42
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

se observa con facilidad aspectos de vital importancia


como: i) quien elaboró el documento40, ii) quien lo
revisó41, iii) la fecha de elaboración42, iv) dónde se
puede ubicar el documento original43 y v) lo firma el
oficial denunciante44.

Mismamente se atisba que dicho oficio junto con el CD,


fue recibido en el Juzgado 182 de Instrucción Penal
Militar el 19 de junio de 20145, también se ve que tal
elemento material probatorio fue sometido de inmediato
a cadena de custodia45, y seguidamente ese mismo día
19 de junio de 2014, el funcionario ordena someter a
estudio técnico el CD que según oficio remisorio
contiene “álbum fotográfico de la novedad presentada con
el señor Subteniente MEZA ORTIZ EDGAR”46.

En conclusión y en total acuerdo con el señor


Representante del Ministerio Público, para la Sala la
prueba documental contentiva de las fotografías
aportadas al expediente gozan de plena validez en
cuanto se tiene certeza de su origen, quien las tomo
y la fecha en que fueron aportadas, lo cual, al
converger con los testimonios referidos son pruebas
idóneas para afirmar que a partir de ellas existe
certeza de la realización de la conducta punible que

40 Lo elaboró el PT. JHON ALEXANDER BERMUDEZ DUQUE


41 TC. HELDER JAIME LUNA JIMENEZ
42 16-06-14
43 Ubicación: mis documentos: Os/Documentos Varios/ oficios salidos
44 Folio 125 Cuaderno original 1.
45 Folio 126 Cuaderno original 1.
46 Folios 125, 127 Cuaderno original 1
43
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

se le endilgó al procesado, evidencias que en criterio


del juez de primer grado le permitieron arribar a la
conclusión de la autoría y responsabilidad penal del
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTIZ por el punible de Abandono
del Puesto.

Dentro de las concepciones del debido proceso se


consideran aquellas según la cuales debe prevalecer
la presunción de inocencia del investigado y en caso
de existir dudas, las mismas deben resolverse a su
favor en virtud del principio de in dubio pro reo.

Bajo ese entendido, al advertirse la presencia de una


duda razonable en relación con la autoría y la
responsabilidad penal del procesado, ha de prevalecer
su inocencia y, en consecuencia, la decisión de fondo
que ponga fin a la actuación penal deberá ser
absolutoria porque no se acreditaría el grado de
certeza necesario para sancionar penalmente al autor
del delito. Sobre el particular, la Corte Suprema de
Justicia ha enseñado lo siguiente:

“Para proferir sentencia condenatoria deberá


existir convencimiento de la responsabilidad penal
del acusado, más allá de toda duda.

La convicción sobre la responsabilidad del


procesado “más allá de toda duda”, corresponde a
un estadio del conocimiento propio de la certeza
racional y, por tanto, relativa, dado que la

44
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

certeza absoluta resulta imposible desde la


perspectiva de la gnoseología en el ámbito de las
humanidades e inclusive en la relación sujeto que
aprehende y objeto aprehendido.

Por tanto, únicamente cuando no se arriba a dicha


certeza relativa de índole racional ante la
presencia de dudas sobre la materialidad y
existencia del delito investigado o sobre la
responsabilidad del acusado, siempre que, en todo
caso, dichas dudas tengan entidad y suficiencia
como para crear incertidumbre sobre tales aspectos
que tienen que ser debidamente acreditados con
medios de prueba reales y posibles en cada caso
concreto, no con elementos de convicción ideales o
imposibles, ahí, en tal momento, es posible acudir
a la aplicación del principio in dubio pro reo,
esto es, resolver la vacilación probatoria en punto
de la demostración de la verdad, a favor del
procesado.

Así las cosas, no resulta conforme con la teoría


del conocimiento exigir que la demostración de la
conducta humana objeto de investigación sea
absoluta, pues ello siempre será, como ya se dijo,
un ideal imposible de alcanzar, en cuanto resulta
frecuente que variados aspectos del acontecer que
constituyó la génesis de un proceso penal no
resulten cabalmente acreditados, caso en el cual,
si tales detalles son nimios o intrascendentes
frente a la información probatoria valorada en
conjunto, se habrá conseguido la certeza racional,
45
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

más allá de toda duda, requerida para proferir


fallo de condena.

Por el contrario, si aspectos sustanciales sobre


la materialidad del delito o la responsabilidad del
acusado no consiguen su demostración directa o
indirecta al valorar el cuadro conjunto de pruebas,
se impone constitucional y legalmente aplicar el
referido principio de resolución de la duda a favor
del incriminando, el cual a la postre, también se
encuentra reconocido en la normativa internacional
como pilar esencial del debido proceso y de las
garantías judiciales”47.

En pronunciamiento más reciente ha dicho el Órgano de


Cierre sobre el tema:

De antaño, esta Corporación ha considerado que:

No se podrá dictar sentencia condenatoria sin que obre en


el proceso prueba que conduzca a la certeza de la conducta
punible y de la responsabilidad del procesado.

Lo anterior significa, como lo ha sostenido la Sala que,"


...esto equivale tanto como a decir que, dentro de la
escala probatoria determinada por nuestro estatuto
procesal, de la probabilidad de la responsabilidad del
justiciable que es el estado de espíritu en que se halla
el juzgador al convocarlo a juicio, se debe pasar en este
momento del proceso al más alto grado del conocimiento, el

47Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia del 03 de


febrero de 2010, Proceso No. 32863, MP. María del Rosario González Muñoz.
46
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

cual supone la eliminación de toda duda racional,


deviniendo la seguridad de que los hechos han ocurrido de
determinada manera que es lo que, en esencia, constituye
la certeza. (CSJ SP, 13 jun. 2012, rad. 35331).

Agrega en otro pronunciamiento que:

Para proferir sentencia condenatoria es necesario


acreditar plenamente la existencia de la conducta punible
y la responsabilidad penal del acusado.

Así las cosas, se exige que los elementos probatorios que


acreditan las circunstancias relativas a la materialidad
y existencia de la infracción penal, así como la
responsabilidad de quien se encuentra sub judice, sean
impermeables a la duda.

Ahora, para admitir la existencia de la duda que conduzca


a absolver al acusado en aplicación del in dubio pro reo,
es necesario que del análisis del material probatorio
surja una razón sustancial que demerite los cargos de la
acusación y por ende se mantenga viva la presunción de
inocencia.

Contrario sensu, cuando es posible reconstruir


históricamente lo acontecido, dando lugar a la presencia
de hechos penalmente trascendentes, así como a la
identificación de los elementos exigidos por el legislador
para deducir la responsabilidad, se habrá llegado a la
certeza, ingrediente fundamental para soportar una
condena.

Así mismo, conviene precisar que si se presentan dudas al


interior del acervo probatorio, se debe verificar si
47
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

recaen sobre aspectos situacionales, temporales,


históricos, geográficos, comportamentales, etc.,
trascendentes, importantes o esenciales para la
determinación de la materialidad de la conducta punible y
la responsabilidad del procesado, por manera que si la
respuesta es negativa, permanecerá la certeza exigida para
condenar. (CSJ SP, AP 16905-2016, 23 nov. 2016,
rad. 44312).

En el presente caso no hay debilitamiento de la prueba


de cargo sobre estos elementos, razón por la que existe
certeza para la condena que se impone.

En relación con el hecho que se le endilga a MEZA ORTIZ


ocurrido el 5 de febrero de 2014, la declaración del
TC. LUNA constituye un hecho indicador probado, que
junto a otros medios de prueba, convergen en la plena
responsabilidad penal del acusado en tal ilícito.

La duda a la que hace referencia la normatividad penal


aplicable al caso y la jurisprudencia, además de reñir
con la ocurrencia del hecho y la responsabilidad penal
del acusado, debe estar fundamentada, provista de una
formulación lógica y debe revestir la categoría de
insalvable a partir de los medios probatorios que se
encuentren presentes en la actuación, también debe ser
el producto de un juicioso análisis probatorio que
concluya en la imposibilidad de esclarecer la
incertidumbre planteada, frente al tema en cuestión,
la Corte Suprema de Justicia precisó lo siguiente:

48
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

“Para la jurisprudencia48, el convencimiento más allá


de toda duda de la responsabilidad penal del
procesado pertenece a un estadio del discernimiento
propio de la certeza racional, que se refiere a una
seguridad relativa, o aproximativa, dado que llegar
a la seguridad absoluta resulta un imposible
gnoseológico.

En consecuencia, conforme con la teoría del


conocimiento, no es exigible que la demostración de
la conducta humana objeto de investigación sea
absoluta, pues tal precepto es un ideal imposible
de alcanzar.

En este sentido, la Corte sostuvo que49:

“[…] sería una ilusión metafísica esperar la certeza


absoluta de la prueba testimonial (y en especial del
conjunto de aserciones que la integran, pero en
general de cualquier medio probatorio incorporado al
proceso), pues los criterios de aceptación de la
verdad (o credibilidad) conducen a decisiones que
implican en menor o mayor medida focos de discreción
incontrovertibles desde un ámbito racional”.

“El proceso penal […] no puede garantizar de manera


completa la justicia material del caso concreto
(aunque lo busca), sino se satisface con reducir al
mínimo (y no con eliminar, pues ello sería
inalcanzable) los momentos potestativos y las

48 Cfr. CSJ, SP. de 23 de febrero de 2011, Rad. 32120.


49 Cfr. CSJ, SP. de 23 de febrero de 2011, Rad. 32120, cit.
49
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

posibilidades de arbitrio en la actuación mediante


un modelo que dé cabida a la refutación de las
teorías e hipótesis en pugna”.

(…)

El Código de Procedimiento Penal de 2004 adoptó como


criterio de decisión un estándar probatorio de
acuerdo con el cual, la condena debe ir precedida
de prueba más allá de toda duda, y aunque nuestra
legislación no especifique que la incertidumbre
probatoria a superar deba ser racional50, así debe
ser entendida, puesto que la duda generada en la
sospecha, sentimientos, intuición o en el
presentimiento, deben ser desechadas sin
esfuerzo”51.

Explicadas las anteriores precisiones en relación con


la existencia de la duda razonable en el proceso penal,
recordemos que el juez de primer grado determinó que
en el plenario se encontró material probatorio
suficiente para afirmar en grado de certeza que el
acusado es autor del delito de Abandono del Puesto, a
partir del testimonio del TC. HELDER JAIME LUNA
JIMENEZ, las fotografías que éste aportó del momento
de la ocurrencia del hecho, la anotación que el mismo
oficial ordenó que realizara el Comandante de Guardia

50Las actas redactoras de la Ley 906 de 2004 dan cuenta de la inexistencia


de un debate respecto de este aspecto. Cfr. Osorio Isaza, Luis Camilo,
Morales Marín, Gustavo, Proceso penal acusatorio, Ensayos y actas, Acta
número 005, Ediciones jurídicas Gustavo Ibáñez, 2005, págs. 127 a 138.
51Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Radicado No. 39290 del 29 de
junio de 2016.
50
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

en el libro respectivo y que guarda relación con la


conducta de Abandono de Puesto por la que se acusó al
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ, así como de los testimonios
de los policiales EMANUEL ARROYO y GUATIVA MILLER.

La realidad procesal nos indica que las pruebas a


partir de las cuales el juzgador soportó la decisión
de condena en contra del inculpado, así como el
análisis que de las mismas realizó, confirman la
realización de la conducta penal por la que fue juzgado
el policial acusado, como quiera que de su apreciación
se llega a la verdad sobre la ocurrencia del hecho y
la responsabilidad del acusado, razón por la cual esta
Sala concluye que la presunción de inocencia del ST.
EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ, se desvanece.

Téngase en cuenta que el TC. HELDER JAIME LUNA JIMENEZ


aseguró en su declaración que se ratificó del contenido
del informe que rindió e hizo el recuento que le pasó
revista la Oficial de Servicio a las 06:15 horas y lo
encontró durmiendo en su propio vehículo ubicado en la
silla trasera del automotor, sin botas y arropado con
una cobija, por lo que le llamó fuertemente la
atención52.

Este testimonio se examina desde todo un contexto


ocurrencial, pues desde el inicio el oficial superior
tuvo conocimiento que el oficial se encontraba dentro

52 Folios 34,37 Cuaderno original 1


51
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

del vehículo por su propia percepción al pasar revista


de manera personal y ello guarda relación con lo
expuesto por el Comandante de Guardia quien dijo que
el Coronel LUNA ingresó a la unidad policial
dirigiéndose al fondo del parqueadero a donde estaba
el vehículo “… el señor teniente coronel LUNA JIMÉNEZ pasó
revista por la parte del fondo del parqueadero de
vehículos, donde él encontró dormido dentro de un vehículo
al señor subteniente MEZA ORTIZ EDGAR…”53; y en su relato
deja ver el señor Coronel HELDER JAIME LUNA JIMENEZ
(en adelante TC. LUNA), haber visto al oficial
incriminado durmiendo arropado con una cobija en el
asiento trasero del vehículo “…procedo a verificar en
compañía del comandante de Guardia y efectivamente en la
parte interna del automotor, se encontraba una persona
acostada en la silla trasera cubierta con una cobija, para
lo que hago un llamado a la puerta, golpeando el vidrio de
la ventana del vehículo, y es así como se descubre dentro
de la cobija a la persona que estaba acostada y se trataba
del señor subteniente Edgar David Meza Ortiz, quién procede
a reincorporarse, colocarse las botas del uniforme y a
descender del vehículo, haciéndole el respectivo llamado
de atención y dando a conocer que se iba a reportar la
novedad al comando de la Policía Metropolitana, manifestó
que lo había hecho porque estaba agotado, supuestamente no
había podido o descansar en cuarto turno para recibir en
buena forma el primer turno de oficial de servicio que le
correspondía…”54; ello guarda relación con lo dicho por
el comandante de guardia IT. MILLER ORLANDO GUATIVA

53 Folio 42 Cuaderno original 1


54 Folio 35 Cuaderno original 1
52
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

PENAGOS “…donde el señor coronel LUNA, estando yo en el


recinto de la Guardia me llama manifestando que me
dirigiera hacia él estaba (sic) y donde se presentó la
novedad , salgo corriendo del recinto de la Guardia, donde
llego donde mi coronel luna y le pregunto qué ordena,
contestando que le haga la siguiente anotación en la minuta
de Guardia en el sentido que encontró al teniente oficial
de servicio completamente dormido en la parte del asiento
trasero del vehículo arropado y que al golpearle el vidrio
de la puerta el señor oficial de servicio desciende del
vehículo a colocarse y amarrarse los botines, demostrando
con esto el señor oficial de servicio no está cumpliendo
con las funciones que el cargo le demanda…”55.

Por su parte, el ST. EMMANUEL ARROYO AMEL quien se


encontraba fungiendo como Oficial de Inspección y
acompañó al TC. HELDER JAIME LUNA JIMENEZ al lugar de
los hechos, manifestó que su superior le ordenó que
tocara el vidrio del automóvil y que una vez lo hizo,
descendió el ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ del automotor
y se dispuso a amarrarse las botas “… me dirigí buscar
el subteniente mesa para darle unas consignas, cuando más
o menos 2 minutos después me modula mi coronel LUNA, me
dice que haga presencia donde se parquea los vehículos de
la MEPAS y con celular en mano mi coronel LUNA me dice que
toque el vidrio de un vehículo negro, del vehículo
desciende el señor subteniente MEZA y mi coronel estaba
tomando una foto para a su vez informar la novedad de que
el señor oficial se encontraba dentro del mismo (…) el
vehículo tenía los vidrios polarizados, cuando mi coronel

55 Folio 46 Cuaderno original 1


53
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

LUNA le toma la foto el señor oficial se estaba colocando


los botines, aclarando que yo mire el interior del vehículo
(…) quien llegó al lugar primero fue mi coronel luna,
después yo llegué y efectivamente se encontraba en la parte
interna del vehículo. observo yo que él se pone las botas
y desciende del automotor…”;56.

Y es que, por voces de la defensa, siendo cierto que


sea el testimonio del TC. LUNA la única prueba de
cargo, no es posible desecharlo en la medida en que si
así lo fuera, debe valorarse como testigo único de
conformidad con las reglas de la sana crítica, y la
experiencia, atributos que permiten llegar a la
conclusión que expone la Sala.

El TC. LUNA es un testigo directo, fue quien denunció


porque fue la primera persona que advirtió los hechos;
razón por la que en su narración ha construido unos
hechos históricos que fueron percibidos por sus
sentidos y dieron lugar a poner en conocimiento de la
autoridad competente; el testigo directo pudo relatar
circunstancias de tiempo, modo y lugar en que
ocurrieron los acontecimientos y la forma en que
llegaron a su conocimiento.

Adujo situaciones puntuales de contexto de los


acontecimientos relevantes -el haber llegado como
superior a pasar revista a los servicios y encontró al
oficial de servicio dormido dentro de su vehículo,

56 Folios 41, 42 Cuaderno original 1


54
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

arropado con una cobija-, por lo que indicó tanto en su


informe como en su testimonio el lugar en donde se
encontraba el vehículo, la hora de los hechos, la
forma como observó al ST. MEZA, incluso, llamó a otros
policiales al lugar de los acontecimientos para que
observaran los hechos por él denunciados.

En ese sentido, estuvo en capacidad de apreciar de


manera directa la posición del señor Subteniente MEZA
ORTIZ, al punto que relató todas las fases del hecho
de manera histórica y cronológica; esto es, indicó a
qué hora arribo al comando de la Metropolitana de
Pasto, el recorrido que hizo hacia el interior de la
unidad policial, el momento que advierte el oficial
en la silla de atrás del vehículo, dormido y arropado
con una cobija, el llamado que hace al oficial de
Inspección57 para que advirtiera lo sucedido
indicándole que tocara el vidrio de la ventana del
rodante, lo que de contera demuestra que al llegar el
oficial ARROYO al escenario, el incriminado aún se
encontraba dentro del vehículo y tuvo que tocar el
vidrio para que éste se apeara del mismo y también
llamando al comandante de Guardia para ordenarle que
hiciera la anotación en el libro de servicio, misma
que no puede desecharse teniendo en cuenta que
contiene un hecho histórico coherente con lo relatado
por el denunciante, así como por el TE. ARROYO EMEL y

57 Teniente ARROYO EMMANUEL


55
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

el mismo IT. GUATIVA MILLER como ya se dijo líneas


atrás.

En ese sentido, el TC. LUNA señalo no solo los


acontecimientos cronológicamente, sino que describió
los nombres de los policiales que estuvieron en la
escena de hechos indicando el cargo que cada
funcionario fungía en ese momento.

Así las cosas, si fuese el TC. LUNA el único testigo


directo de cargo en el proceso, lejos está de
demeritarse su valor probatorio en atención a la
apreciación racional que rige el sistema procesal
colombiano.

A propósito del tema del testigo único la Alta


Corporación, órgano de cierre en lo Penal, ha
considerado lo siguiente:

[…] oportuno se hace evocar que, para efectos de emprender


un ejercicio argumentativo, con fundamento en la
principal declaración, sino la única de cargo existente
en contra de SG, vale decir, la vertida por RDPS, esta
Colegiatura tiene sentado, en relación con el testimonio
único, que de él perfectamente puede apuntalarse la
certidumbre de una sentencia, en los términos del artículo
232 del CPP, si en cuenta se tiene que, lo que en puridad
de verdad interesa, es la credibilidad que irradie una
vez sometido a las reglas de la sana crítica.

56
159168-XV-484-PONAL
ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

El artículo 277 ibídem establece que para apreciar el


testimonio, el funcionario judicial tendrá en cuenta los
principios de la sana crítica y, en especial, lo relativo
a la naturaleza del objeto percibido, al estado de sanidad
del sentido o sentidos por los cuales se tuvo la
percepción, las circunstancias de lugar, tiempo y modo en
que se percibió, la personalidad del declarante, la forma
como hubiere declarado y las singularidades que puedan
observarse en el testimonio.

En virtud de lo anterior, recuérdese que, entre los


criterios objeto de análisis por el fallador, al ponderar
la eficacia probatoria del testimonio, se encuentran
algunos de naturaleza subjetiva, los cuales dan lugar a
establecer la idoneidad del testigo para rendir su
declaración, aptitud que debe valorarse, por un lado, a
partir de la habilidad fisiológica del declarante para
percibir los hechos y, por otro, al ahondar en su
idoneidad moral, peculiaridad que le exige auscultar con
mayor celo el dicho de quienes se hallen en cualquier
situación, de la cual pueda avizorarse proclividad a
engañar o mentir. (CSJ SP7830-2017, 1º junio de 2017,
rad. 46165)”58.

Ya dijimos en esta decisión las características


profesionales y personales del señor TC. LUNA, y las
razones por las cuales no hay mérito para descartar su
testimonio que cotejado con el informe rendido, pese
a ser un documento de orden de orientación, surge
cierto lo por él dicho en su escrito, no avizorándose
ánimo vengativo o discriminado para que a partir de su

58 Corte Suprema de Justicia, SP1970-2018, Rad. 49315 del 31 de mayo de 2018


MP. LUIS ATONIO HERNANDEZ BARBOSA
57
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

testimonio se deduzca que es su intención


malintencionada para que la decisión sea adversa a los
intereses del procesado.

La investigación se llevó a cabo de manera


desprevenida, independiente, ecuánime e imparcial,
alejada de intereses creados por lograr una
incriminación amén del testigo de cargo, tendiente a
buscar condena en disfavor del acusado; es más nótese
que ab initio el oficial no direcciona el informe a
buscar una investigación de carácter penal en contra
del oficial subalterno, sino que de manera
desprevenida informa sobre el comportamiento irregular
del acusado ante su superior jerárquico, no ante la
justicia castrense.

Para la Sala es natural que MEZA ORTIZ EDGAR niegue la


ocurrencia del hecho dadas las consecuencias adversas
para él dentro de la justicia penal militar, lo que
ocurre es que los hechos denunciados por el TC. LUNA
gozan de soporte documental59 y testimonial60, además
del valor suasorio pleno que aporta el testimonio del
oficial superior como único testigo que percibió
inicialmente al procesado en posición acostado
durmiendo y arropado con una cobija; la conjunción de
estos testimonios, así como la documentación que

59 Tenemos la anotación en el libro de Minuta de Guardia del Comando de la


Metropolitana de Pasto vista a folio 4 del expediente y escrita en el folio
72 del libro de Minuta de Guardia
60 En este caso tenemos los testimonios rendidos por el TE. ARROYO AMEL

EMMANUEL vistos a folios 38 y ss; 85 y ss. También del IT. GUATIVA PENAGOS
MILLER ORLANDO.
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

respalda el informe del TC. LUNA y su ratificación


bajo juramento analizados, da cuenta con objetividad
de la existencia del hecho, el señor ST. MEZA ORTIZ
ingresó al asiento trasero de su vehículo cuando
prestaba servicio de oficial de servicio, y se dedicó
a dormir debiendo estar expectante, y pendiente de
todos los servicios de la unidad policial el 5 de
febrero de 201461, sin que importe desde qué momento
el acusado decidió ingresar al rodante para efectos de
la demostración de la conducta punible, por cuanto el
testigo de cargo simplemente se limitó a señalar lo
que directamente percibió, aunque, contrario a lo
dicho por los testigos de descargo, se aprecia el
testimonio del IT. MILLER GUATIVA quien en su
exposición deja ver que el oficial salió hacia el
parqueadero donde tenía su vehículo a eso de las 05.30
horas y escuchó la alarma de apertura del vehículo y
después no volvió a ver al oficial.

De lo anterior surge evidente que la demostración de


la conducta punible -abandono del puesto- y la
responsabilidad penal del procesado devienen de la
comprobación fáctica de los hechos que denunció el TC.
LUNA directamente por haberlos presenciado.

Así las cosas, los hechos comprobados estructuran el


punible de abandono del puesto previsto en el artículo
105 de la Ley 1407 de 2010.

61Folios 2; 4; 34 a 37; 38 a 42 y 85 a 87; 45 a 52 del cuaderno original


No. 1.
59
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

Las pruebas analizadas comprueban la existencia del


hecho, las mismas acreditan que, efectivamente, el
joven MEZA ORTIZ se internó en el vehículo de su
propiedad para dedicarse a dormir cuando estaba de
servicio como oficial de servicio, descubriéndose
responsable de dicha conducta a título de autor toda
vez que se avizora que adolece de división de trabajo
o de funciones con otros funcionarios para cristalizar
el injusto típico.

Es desacertada la apreciación de la defensa en el


sentido de asegurar que de conformidad con los
testimonios recogidos en el expediente, dan cuenta
sobre la inexistencia del hecho investigado enrostrado
al procesado en la medida en que de ellos
contrariamente a lo expuesto por el denunciante se
desprende una secuencia de tiempos en los que el
incriminado estuvo presente y hubo cierta relación
laboral con los policiales llegando a la conclusión
que siendo ello así, imposible quedaría dar por cierto
que el oficial hubiese estado durmiendo.

En ese sentido destacó los testimonios de los


policiales: i) IT. MILLER ORLANDO GUATIVA quien dijo
haber visto al ST. MEZA a las 03.30 horas la primera
vez esa madrugada; a las 05:00 o 05:15 horas la segunda
vez ii) el PT. YILMAR ESTVEN CERON GMMEZ lo vio a las
04:40 horas; iii) PT. JOSE GERMAN FERNANDEZ ROA a las
05:15 horas; iv) PT. OSCAR DAVID LOPEZ a las 05:30
60
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

horas; v) PT. CRISTIAN DANILO DIAZ CASTRO a las 05:55


horas; vi) PT. ERDIXON GUILLERMO ARTEAGA EODRIGUEZ a
las 06:10 horas; vii) ST. EMMANUEL ARROYO AMELL a las
06:15 horas.

Sin embargo, en líneas anteriores se ha decantado


porqué es que no le asiste razón a la defensa para a
partir de dichos testimonios considerar que el señor
MEZA no incurrió en la conducta enrostrada, pues una
cosa es que algunos policiales hayan visto al oficial
en cumplimiento de su deber como oficial de servicio
tal como es su deber y otra muy distinta que siendo
cierto que algunos policiales vieron al oficial, sea
ello indicativo per se, que el oficial no estuviera
desarrollando la hipótesis conductual, que advirtió e
informó el TC. LUNA, máxime cuando del expediente se
avizora ausencia total de motivos personales que
indicaran proclividad a querer perjudicar al oficial
subalterno.

En materia penal militar existe libertad probatoria,


tal como lo establece el artículo 51462 de la Ley 1407
concordante con el 40263 de la Ley 522 de 1999, en
virtud del cual los elementos constitutivos de la
conducta punible, la responsabilidad del procesado,

62 ARTÍCULO 514. LIBERTAD. Los hechos y circunstancias de interés para la


solución correcta del caso, se podrán probar por cualquiera de los medios
establecidos en este Código o por cualquier otro medio técnico o científico
que no viole los derechos humanos.
63 ARTÍCULO 402. LIBERTAD DE PRUEBA. Los elementos constitutivos del hecho

punible, la responsabilidad o inocencia del procesado podrán demostrarse


con cualquiera de los medios de prueba previstos en este código.

61
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

las causales de agravación y atenuación punitiva, las


que excluyen la responsabilidad, la naturaleza y
cuantía de los perjuicios, podrán demostrarse con
cualquier medio probatorio, a menos que la ley exija
prueba especial, respetando siempre los derechos
fundamentales.

También, la apreciación de las pruebas se deberá hacer


en conjunto, de acuerdo con las reglas de la sana
critica, razón por la que el funcionario judicial debe
exponer razonadamente el mérito que le asigne a cada
prueba.

Desde esa perspectiva se tiene que la valoración del


testimonio de TC. LUNA HELDER la hizo el juez de primer
grado bajo el criterio de su correspondencia con la
verdad corroborado con otros elementos de prueba como
son la anotación en el libro Minuta de Guardia y los
testimonios del TE. EMMANUEL ARROYO y el IT. GUATIVA,
edificando una lógica y coherente construcción de los
hechos que revelan los medios de convicción allegados
al proceso.

En cada uno de los acápites se consignaron las razones


por las que se le dio credibilidad, respondiendo las
inquietudes planteadas por la defensa, los puntos de
disenso, quien construyó su argumento restándole
credibilidad al dicho del oficial superior.

62
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Abandono del puesto

Frente a la crítica de la defensa en relación con las


supuestas contradicciones del testigo de cargo, se
tiene que advertir que las mismas las confunde con la
complementariedad en el tiempo, pues al hacer el
análisis transversal de información suministrada se
encuentra la debilidad de la crítica probatoria, por
lo siguiente:

i) Desconoce que en la declaración rendida por el


denunciante relaciona cronológicamente los sucesos
acaecidos, desde el momento que ingresa al comando de
la Policía, el descubrimiento de la novedad que hoy
ocupa la Sala, hasta el momento en que se retira del
lugar.

ii) Si bien el teniente EMMANUEL ARROYO llega al lugar


cuando el oficial se estaba calzando las botas, es
también cierto que aún el oficial tenía la puerta del
vehículo cerrada; en ese sentido, la lógica y las
reglas de experiencia nos ha enseñado que quien va a
amarrarse las botas, difícilmente se dirige hasta su
vehículo pudiéndolo hacer en cualquier lugar, pero más
aun siendo que requería ir hasta su vehículo, este no
lo cierra del todo y menos con los seguros puestos.

iii) Como tampoco abriga lógica que el oficial espera


a bajarse del vehículo hasta que le toca la ventana el
Teniente ARROYO.

63
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Abandono del puesto

iv) Siendo cierto que el oficial no estaba dormido, lo


elemental ante la presencia del Coronel, es que hubiese
salido del rodante de inmediato para presentarse o al
menos indicarle que se estaba cambiando las botas;
pero ello no ocurrió así, por el contrario, hubo la
necesidad de golpear el vidrio de la ventana del
vehículo para que este se percatara que su superior lo
estaba buscando.

v) Ahora, a pesar del poco valor suasorio que el perito


da a las fotografías aportadas a la investigación, lo
cierto es que, ya dijimos las razones por las cuales
es viable apreciarlas en esta decisión y en este
sentido, en una de ellas se observa sin dificultad una
prenda que se asemeja a una cobija64, lejos de ser una
maleta u otros elementos que pudiese utilizar el
oficial incriminado para transportar sus elementos
personales. Pero algo muy importante sin que todo lo
anterior no deje de serlo es,

vi) según apreciación de la defensa concurren pruebas


a favor y en contra de una determinada tesis, de cargo
y descargo, de afirmaciones y negaciones, sin embargo
en criterio de la Sala ello no sucede en este evento,
pues una cosa es que los policiales a quienes el
instructor recepcionó diligencia de declaración hayan
dicho que vieron el procesado previo a los hechos
cumpliendo su función y que el ST. ARROYO AMEL

64 Folio 158 Cuaderno original 1.


64
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

depusiere que cuando llegó no lo vio durmiendo, pero


ello no significa, que no lo estuviere haciendo sino
que no lo observó en tal condición, y otra muy
diferente que exista prueba que indique que en el
instante relatado por el TC. LUNA JIMENEZ el sumariado
no estuviere durmiendo. Más cuando no existe razón
alguna para descartar lo afirmado bajo juramento por
éste último en el sentido que el procesado “manifestó
que lo había hecho porque estaba agotado, supuestamente no
había podido o descansar en cuarto turno para recibir en
buena forma el primer turno de oficial de servicio que le
correspondía”.

Amén de lo anterior, reiteramos, el testimonio del


señor TC. LUNA no es posible desecharse, porque aún de
tenerse como testimonio único, la Sala lo aprecia y
valora teniendo en cuenta los principios de la sana
crítica y las reglas de experiencia, en especial, los
referentes empíricos dado que el oficial no informa
más ni menos de lo que percibió en el momento de los
hechos y hace una descripción de los mismos de manera
lógica, cronológica y coherente, indicando las
circunstancias de lugar, tiempo y modo en que el
denunciante percibió el hecho; tanto el denunciante
como el denunciado para el momento de los
acontecimientos gozaban de excelente salud mental y
física y ello no requiere de prueba alguna con
excepción de la molestia en sus miembros inferiores
por parte del Subteniente MEZA; en cuanto a la
personalidad del declarante se trata de una persona
65
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Abandono del puesto

con una formación sólida, profesional, ocupa un alto


cargo en la institución policial y ostenta un rango
superior, lo cual le permite inferir razonadamente las
consecuencias de un informe de esta naturaleza y se
itera su declaración ante el Juez Instructor fue de
manera detallada pero libre de toda prevención o
malintencionada, además de que existe prueba
documental como es -la anotación en la minuta de
guardia- que refrenda su dicho, misma que no ha sido
tachada de falsa y se supone documento público con
capacidad suasoria.

La Honorable Corte Suprema de Justicia nos ha indicado


lo qué se entiende por sana crítica:

“…No es nada distinto en la explicación de su


nominación y en busca de sus contenidos y fines,
que el sometimiento de las pruebas a las leyes o
reglas que regulan el razonamiento deductivo, los
fenómenos materiales y la conductas frente a la
sociedad, de acuerdo a lo admitido por ella misma
para hacer viable su existencia y verificación de
sus comunes objetivos, todo cumplido en forma
"sana", esto es, bajo la premisa de reglas generales
admitidas como aplicables, y "crítica", es decir,
que con base en ellos los hechos objeto de
valoración, entendidos como "criterios de verdad",
sean confrontados para establecer si un hecho y
acción determinada pudo suceder, o si ello fue
posible de una u otra manera, explicable dentro de
las reglas de la lógica, de la ciencia y la
66
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Abandono del puesto

experiencia, no ante la personalísima forma de ver


cada uno la realidad, sino frente a estos postulados
generales que rigen el razonamiento, las
transformaciones materiales y la vida social, formal
y dialécticamente comprendidos. (CSJ SP, sentencia
4 sept. 2002, rad. 15884).

Destáquese además, que el testigo ha depuesto el


conocimiento de unos hechos históricos se itera,
alejado de aquel capricho de querer hacer daño al
aquí acriminado, pues recuérdese que se trata de un
oficial en el grado de Teniente Coronel con el cargo
de Comandante Operativo, que en la fecha de
aconteceres, pasó revista a los servicios como era su
función, recuérdese que uno de los criterios de
valoración de la prueba testimonial es "la
personalidad del declarante" y bajo dicho
entendimiento, la personalidad de quien declara,
constituye factor preponderante a considerar, al
momento de adjudicar o menguar mérito probatorio a su
exposición. En este caso no es dable colegir a priori,
que los antecedentes personales del denunciante y
testigo de cargo, sean por sí solos suficientes para
negar idoneidad testifical o valor suasorio a sus
afirmaciones, en la medida que éste estriba en la
firmeza de su depondencia, de ahí que el análisis al
tamiz de la sana crítica surge evidente la conducta
del señor ST. MEZA ORTIZ.

67
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Abandono del puesto

Ahora bien, en punto del material fotográfico que


aportó el TC. LUNA al expediente en las que documentó
el instante de los hechos denunciados, se itera, si
bien el perito no logró establecer su originalidad, ni
si fue editado, es prudente tener presente que estos
documentos fueron aportados por un funcionario público
conocido, el oficio por medio del cual los entregó,
sí está firmado por él, se trata de unos documentos
que tienen relación con los hechos que denunció,
asimismo se tiene conocimiento quien elaboro y reviso
el documento, de suerte que cumple el requisito mínimo
para ser tenido en cuenta a la luz de la jurisprudencia
superaron el requisito de autenticidad conforme a las
consideraciones que se explicaron en párrafos
anteriores y acorde con la jurisprudencia que permite
al funcionario apreciar no solo los documentos sino
los experticios sobre ellos realizados, pero bajo el
lenguaje que no todo dictamen pericial es prueba de
obligatorio acatamiento, pues el funcionario puede
después de su apreciación, acogerlo o apartarse del
mismo.

Esto dijo la Corte Suprema de Justicia en punto de la


apreciación del dictamen pericial practicado al
documento:

“…Es decir, un documento no necesariamente tiene


eficacia probatoria para desvirtuar la presunción de
inocencia, por el solo hecho que pueda considerarse
auténtico por su origen o procedencia. Esa
68
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Abandono del puesto

problemática, la del valor demostrativo de su


contenido, se discutirá con el conjunto de pruebas
y corresponde al juez decidir en sana crítica.

2.3.12 Si al interior del proceso penal el


documento no se autentica por ningún método y la
parte contra la cual se aduce impugna su
credibilidad, corresponderá al Juez decidir la
objeción en sana crítica y con apoyo en los demás
medios probatorios de que disponga. Si el asunto
quedare reducido a la estimación del poder suasorio
del documento por su contenido, la decisión de
mérito se adoptará en la sentencia.

Ahora bien, esa presunción de autenticidad se


refiere esencialmente al medio físico o electrónico
continente de la información –revista, libro,
periódico, video casete de la emisión de un
noticiero, grabación de un programa radial, etc., y
en ningún caso equivale a afirmar que el contenido
de esa información es verdadero, pues este tema,
como se ha reiterado, es discutible por cualquiera
de los medios de convicción y sobre su eficacia
demostrativa se decidirá en sana crítica. (…)

2.3.19 Un caso especial de evidencias fílmicas se


presenta cuando las imágenes se obtienen con medios
audiovisuales (como cámaras de seguridad, cámaras de
comunicadores sociales, filmadoras, sistemas
computacionales, sistemas de video, cámaras
fotográficas, etc., de servidores públicos o de

69
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Abandono del puesto

particulares) que captan en tiempo real algún


acontecimiento.

Tales registros –siguiendo a CHIESA65- no son


propiamente una evidencia real66, sino que se toman
a la manera de “testigo silente” en cuanto a la
captación real de lo ocurrido. “Tal el caso de la
fotografía o película del asalto de un banco tomada
por la cámara correspondiente. En estos casos la
autenticación se establece acreditando el proceso o
sistema mediante el cual se tomó la fotografía o
película” bajo el sistema de las reglas de evidencia
federales de los Estados Unidos y de Puerto Rico.
Como se observa, para la autenticación de esos
documentos no se requiere indefectiblemente que
comparezca la persona que realizó la filmación o que
operó los aparatos de registro audiovisual, sino
que, lo importante es determinar el origen o
procedencia del registro.

La regularidad de su aporte o aducción se conseguirá


siguiendo las reglas de la cadena de custodia y la
acreditación, que generalmente se cumple a través
de un testigo.

65CHIESA, op. cit. Pág. 967.


66 Por evidencia real se entiende la que queda naturalmente a manera de
huella o rezago del delito, como un lago hemático, el cadáver, las armas de
fuego, los vidrios destrozados, etc. Evidencia ilustrativa o demostrativa,
es, en cambio, aquella que se elabora con posterioridad y voluntariamente
con fines explicativos, por ejemplo, planos del lugar, fotografías de la
escena del crimen, levantamientos topográficos en inspección judicial, etc.
El artículo 423 de la Ley 906 de 2004, se refiere a la presentación de la
evidencia demostrativa.
70
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Abandono del puesto

Como en todos los casos, si la parte afectada tiene


argumentos para impugnar la autenticidad, o para
sostener que el registro fílmico fue alterado,
cercenado, modificado o editado, o que se trata de
“un montaje”, etc., debe exponer los fundamentos de
su afirmación oportunamente, esto es,
preferiblemente, cuando tal medio probatorio vaya a
decretarse o durante su práctica en la audiencia
pública.

2.3.20 De otra parte, cuando la persona que aparece


registrada en el documento fotográfico, fílmico o
registro audiovisual acepta en testimonio que las
imágenes son suyas, se tiene tal reconocimiento como
método de autenticación. Lo mismo se predica de las
grabaciones de voz. Otra cosa, como se ha venido
insistiendo, es que pueda discutirse la veracidad
de su contenido.

11. Los peritos formulan una conclusión lógica


derivada de sus conocimientos técnicos, científicos
o artísticos basada en la observación de los
hechos67; su aporte en la consecución de la verdad
es, como dice EDUARDO J. COUTURE, un elemento de
elaboración en la génesis lógica de la sentencia68
que exige de los expertos designados un análisis
conjunto de las personas o cosas objeto del

67FENECH, Miguel. Derecho procesal. T. I 2da edición, Barcelona Editorial


Labor S.A, Pag. 857.

68COUTURE, Eduardo. Fundamentos de Derecho Procesal Civil. T, I Editorial


Ediar. Pag. 140
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dictamen, valorando todos los aspectos sobre los que


deba emitirse su criterio. (Art. 237 CPC).

El informe de los auxiliares de la justicia se


presenta ante el Juez, como un estudio de ciencia,
aplicando para ello, los métodos aceptados a nivel
general e internacional, que ofrezcan la mayor
garantía de certeza, seguridad y confiabilidad.
Corresponde al funcionario judicial calificarlo y
valorarlo, a fin de definir una controversia entre
ciudadanos, verificando la observancia de los
requisitos básicos en la realización de la prueba,
así como la idoneidad en todo el procedimiento.

Son dos etapas diferentes, debiéndose cumplir


primeramente con la interpretación por parte del
perito designado, para luego entrar a la definitiva,
contemplada por la valoración jurídica que de la
prueba realiza el operador judicial. La fuerza
vinculante nace de la hermenéutica dispensada a
aquella, ya que es el juez el que tiene el poder
Estatal derivado de la soberanía, para emitir una
decisión definitiva de obligatorio cumplimiento.

El Juez, al observar las conclusiones del dictamen,


deberá comprender el tema probatorio, primero, desde
el perfil científico que lo identifica y distingue
y luego interiorizarlo, arropándolo con el manto
jurídico y las consecuentes derivaciones, que
provocará la sentencia, sin olvidar y sobres ello
se reitera, que la potencial relevancia de la prueba
científica para esclarecer el hecho o para
72
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Abandono del puesto

establecer la convicción sobre la verdad del hecho,


no es desde luego absoluta.
(…)
Su evaluación, entonces, debe someterse a la libre
y razonada crítica que haga el juzgador, quien, sin
duda, no puede desbordar la discreta autonomía que
lo asiste al darle mérito persuasivo a los elementos
de juicio.

El examen de la prueba pericial, en línea de


principio, es entonces intocable en el marco de este
escenario excepcional, pues compete al Juez y solo
a él dentro de los límites de su soberanía,
analizarla sin estar sujeto a ningún valor o tarifa
preestablecida. Es él quien cuenta con la suficiente
formación para desecharla y por ende apartarse de
sus conclusiones o darle el mérito total o parcial
que encuentre más ajustado al caso. Por ende, se
torna en una exigencia sine que non que debe ofrecer
todo dictamen pericial para que pueda admitirse como
prueba de los hechos que analiza, la debida y
adecuada fundamentación; “y compete al juzgador
apreciar con libertad esa condición, dentro de la
autonomía que le es propia”69.

(…)

Habida cuenta de lo expuesto, no es motivo de duda


la relativa libertad con que cuenta el Tribunal para
examinar la calidad de los fundamentos del dictamen

69 CSJ SC, sentencia de 9 de octubre de 1953, GJ T LVII Pag 532


73
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Abandono del puesto

pericial, razón por la cual mientras la inferencia


que él extraiga de aquél no sea contraevidente,
ilógica y arbitraria, sus juicios al respecto son
inmodificables en casación70,71.

En cuanto a la anotación de las 06:15 horas que consta


en el libro de Minuta de Guardia y en la que se indica
que el inculpado estaba durmiendo durante el turno de
Oficial de Servicio, si bien el policial que la
realizó, IT. MILLER ORLANDO GUATIVA PENAGOS, manifestó
que realizó la anotación por orden del TC. LUNA
JIMENEZ, pero que no le consta nada de lo que escribió
en el libro, se debe tener presente que fue un hecho
concomitante a unos acontecimientos acaecidos
instantes antes; es por ello que el TC. LUNA quiso que
así fuera, pues fue la razón por la que lo llevó a
discernir que llamando al comandante de guardia al
lugar de los acontecimientos, la anotación pudiere
tener mejor consistencia a diferencia que hubiese sido
el oficial quien se dirige al recinto de la guardia y
ordenar allí que el comandante realizara la anotación;
en este sentido, no es lo mismo porque el comandante
de guardia pudo percibir directamente el escenario y
aunque dijo no haber visto al Subteniente dormido, se
puede advertir que al momento en que el TC. LUNA le
ordena hacer la anotación, ello ocurrió en presencia
del oficial incriminado y este no dijo nada por lo que

70CSJ SC, 8 agost. 2001, Rad. 6182, reiterada CSJ SC, 29 abr. 2005, Rad.
12720-02.

71Referenciado desde la Sentencia con Radicado 25920 del 21 de febrero de


2007 , MP. Dr. JAVIER ZAPATA ORTIZ de la Honorable Corte Suprema de Justicia,
74
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

le permitiera al suboficial inferir que los hechos por


los que realizaría la anotación no hubiesen ocurrido,
por manera que a pesar de que el suboficial dijo no
haber visto dormido al oficial, los hechos que rodean
la escena con correlativos a lo informado por el señor
TC. LUNA.

Ahora bien, aunque el señor defensor dice mencionar el


estado de salud de su cliente, no para reclamar de su
comportamiento una causal de justificación sino para
que se valore como una circunstancia que fue por ello
que se dirigió al vehículo a cambiarse el calzado y
fue en ese preciso momento que llegó el TC. LUNA a
pasarle revista sorprendiéndolo dentro del rodante,
téngase en cuenta que si bien el procesado presentó un
quebranto en su salud durante el turno de servicio que
le correspondió, el cual se relacionó con una posible
dificultad circulatoria en su pierna derecha, según se
desprende del testimonio del profesional ALVARO
EDUARDO FAJARDO72, frente a este tópico debe precisarse

72
"… presentaba para esa época dolor en el miembro inferior derecho, era un
dolor fuerte, intenso, incapacitante localizado en la región, asociado a
eso se refería que presentaba limitación funcional y edema hinchazón de
todo el miembro inferior (…) el diagnostico que le di ese día, dada las
circunstancias y examen físico y examen clínico observé que más que todo se
trataba de una insuficiencia venosa ya crónica la cual estaba exacerbada,
tenía signos de tromboflebitis del a pierna del lado derecho, tenía unas
dilataciones varicosas bastante marcadas, en la pierna derecha, tenía
bastante edema, tenía calor a nivel del pie y tobillo interno, cuadro que
es sugestivo de una insuficiencia venosa, 1as recomendaciones para esa
patología fue el medicamento que es muy bueno para el que el Raflón que
ayuda a mejorar la circulación es un vaso dilatador periférico, además de
eso se le administró aspirina para estar tomando y mejorar la circulación y
además de eso se le dio unas recomendaciones en general pues a todo paciente
con varices se les recomienda utilizar unas medias elásticas al menos por
un periodo de seis meses, unas medias que tiene su especificación al tamaño
y especificaciones físicas, se le recomendó que sean de compresión media,
era bastante significativo y adicionalmente las recomendaciones en general
mantener el pie elevado, no utilizar calzado demasiado apretado, que le
75
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Abandono del puesto

en los siguientes aspectos que llaman la atención de


la Sala y que dan cabida para determinar que siendo
cierto lo expuesto por el profesional, de voces del
mismo oficial en su injurada ha manifestado: i) que su
estado de salud no era óbice para prestar el servicio;
ii) lo que aporta el procesado al expediente es una
fórmula en la que le es recetados unos medicamentos
tales como Daflon por 500, S.A.S. por 100, y el uso de
unas medias anti varicosas por seis meses; pero más
allá de la formula precitada, al auscultar el
expediente en toda su extensión, el mismo adolece de
la correspondiente historia clínica que permita
inferir que efectivamente como lo ha manifestado el
señor defensor y el procesado, estaba siendo sometido
a tratamiento; en este sentido, además de lo afirmado
por el profesional que sufría de una tromboflebitis,
en el proceso se atisba ausencia de prueba documental
alguna demostrativa de tan delicado estado de salud,
que obligue al colegido analizar la decisión primaria
como ingrediente inescindible toda vez que del texto
extendido por el defensor, no quiso que se analizara
en favor de su protegido el estado de salud como
fundamento para exclusión eventual de responsabilidad
penal.

talle, no estar tiempos prolongados de pie, además le recomendé que no


utilice ligas, de lo que es de la pantorrilla, de toda la pantorrilla que
le puede complicar eso, que haga terapias físicas pasivas y se lo citó en
un control de dos a tres meses nuevamente para mirar cómo estaba.."

76
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Abandono del puesto

Y es que si bien la Historia Clínica como documento


privado debe valorarse como orientador, si es preciso
tener presente que de conformidad con lo expuesto por
el procesado, se hace necesario verificar la veracidad
de dicho tratamiento desde los estamentos de salud, de
conformidad con lo que nos enseña el máximo órgano de
cierre sobre el tema:

“…2.3.21 Las historias clínicas son documentos


especiales surgidos en la relación médico-paciente,
que recogen datos necesarios para diagnóstico,
tratamiento y evolución, desde el instante en que el
paciente ingresa al servicio de salud o centro
asistencial hasta que es dado de alta. Por ello, a
menudo, varios son los médicos y profesionales de la
salud responsables de anotaciones de diversa índole
en las historias clínicas.

Más allá de las acotaciones que válidamente pueden


hacerse acerca de la esencia pública o privada del
documento que es una historia clínica, dependiendo si
los profesionales de la salud son servidores públicos
o no, importa relevar otras características.

El médico con relación al paciente puede colectar


información privilegiada que en virtud del “secreto
profesional,” en sus connotaciones ético jurídicas,
no está obligado a revelar públicamente. Tan es así,
que dentro de las excepciones constitucionales al
deber de rendir testimonio, el artículo 385 del Código

77
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Abandono del puesto

de Procedimiento Penal (Ley 906 de 2004) incluye al


médico con relación al paciente.

La historia clínica no se confecciona con el objeto


de servir como medio de prueba; no es propiamente una
evidencia real, ni se elabora ex proceso para efectos
demostrativos; de ahí que, en la práctica, no es la
historia clínica misma la que aporta luces para que
el Juez dilucide los acontecimientos, sino que ese
documento es ofrecido o dejado en manos de expertos,
para que a través de la prueba pericial (practicada
en el juicio oral) se ofrezcan las explicaciones
requeridas para el entendimiento de un asunto
complejo.

Es una herramienta necesaria para el seguimiento de


la salud del paciente, con fines de diagnóstico o
tratamiento. Por ello, la difusión en debate público
de su contenido en algunos eventos podría conspirar
contra la dignidad humana. (…)

(…) Es posible que la parte interesada solicite el


testimonio de alguno o algunos de los médicos
tratantes o profesionales de la salud que
contribuyeron con sus datos a la confección de la
historia clínica, para dilucidar aspectos de contenido
que tuvieren relevancia para su teoría del caso; dado
que al respecto tampoco existe una limitante
normativa, más allá del secreto profesional.

Y si la parte que pudiere resultar perjudicada con


las anotaciones de la historia clínica tiene razones
78
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Abandono del puesto

para dudar de la autenticidad del documento, como


continente de la información, o para cuestionar la
cientificidad del contenido, debe manifestarlas
oportunamente; y, como en todos los casos, tales
eventos no comportan problemas de legalidad de las
pruebas que se relacionen con la historia clínica,
sino de valoración o asignación del mérito o poder
demostrativo.

(…) No se vislumbran razones atendibles para que la


historia clínica se descalifique de antemano, sin
argumentación concreta y sustentada, respecto de su
autenticidad o contenido, con críticas vacías de
conocimientos especializados, cuando los facultativos
las encuentran adecuadas para cumplir su labor.

La historia clínica, en caso de reconocimientos


médico legales, cumple el papel de elemento adicional
para el estudio que hace el experto, cuyos hallazgos
consigna en el informe técnico científico. Este
informe puede servir en la etapa investigativa para
adoptar algunas determinaciones; y también es factible
utilizarlo en el juicio oral como base de la prueba
pericial que llegare a decretarse, con arreglo a lo
indicado en el artículo 415 de la Ley 906 de 200473.

Bien, al observar el expediente, se puede notar a folio


323, que subsiste un documento con membrete HOSPITAL
DE SAN JUAN DE DIOS, donde ingresó el señor ST. MEZA
EDGAR el día 6 de febrero de 2019 a las 10:00 horas,

73 Corte Suprema de Justicia S- 25920 ídem


79
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

por urgencias y le diagnosticaron “Dx. Esguince Grado


II Tobillo derecho. Incapacidad Medica por 3 días. Fecha
de inicio 06/02/2019. Fecha de Finalización 08/02/2029
• No realizar actividad física.
• Inmovilización de miembro inferior X 10 días.
• Cita de control en una semana

Maiger Díaz
Médico Familiar
RM. 13016198…”74.

Basten las anteriores consignaciones para determinar


que este documento aportado al expediente dista
diametralmente de los hechos que aquí se estudian, no
solo porque no tienen relación con la enfermedad que
presento en la fecha de hechos, sino porque la
diferencia en el tiempo es de más de cinco (5) años.

Por otro lado, tenemos que a folios 62 y siguientes


del expediente, reposa copia de la Historia Clínica de
Sanidad de la Policía Nacional en la cual se pude
apreciar sin dificultad que ingresó a consulta con
médico general por “dolor de estómago” el 7 de febrero
de 2014; a las 4:39:54PM, saliendo ese mismo día con
incapacidad de tres (3) días.

Llama la atención cómo es que habiendo tenido una


situación tan delicada según voces del procesado dos
días antes de la ocurrencia del hecho por el que fue

74 Folio 323 Cuaderno original 2.


80
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

condenado75 con relación a su situación laboral, y


siendo que lo vio el médico de turno, no aprovechó
para que lo atendiera por sus dolencias en sus miembros
inferiores. Ello hace desvanecer aún más que se pueda
valorar como motivo para desdibujar su presunción de
inocencia frente al cargo imputado.

Así las cosas, con base en las consideraciones


esbozadas a lo largo de esta decisión podemos afirmar
en grado de certeza que el hecho ocurrió y que está
demostrada la responsabilidad del procesado por cuanto
la realidad procesal demuestra que durante el turno de
servicio asumido por el policial e inclusive pese haber
sido visto momentos antes por sus subalternos en las
instalaciones policiales de pasto Nariño, se sustrajo
de seguir prestando en debida forma, internándose en
su vehículo particular para allí dedicarse a dormir.

En definitiva, de conformidad con las pruebas obrantes


en el dossier, luego de su análisis es posible llegar
a una certeza racional sobre la forma como realmente
se dieron los hechos por los que se juzgó al ST. EDGAR
DAVID MEZA ORTÍZ, así que su presunción de inocencia
no se mantiene intacta.

75Folios 591-592 Cuaderno original No. 3; archivo de audio en formato MEPG


“ 27-04-15 Audiencia disciplinaria práctica de pruebas” declaración Doctor
ALVARO FAJARDO ENRIQUEZ (minuto 27), CD-ROOM sobre sellado, cuaderno
original No. 4.

81
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

En mérito a lo anterior, la Primera Sala de Decisión


del Tribunal Superior Militar y Policial,
administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la Ley,

IX. RESUELVE:

PRIMERO: Despachar desfavorable los argumentos del


recurso de apelación que presentó la defensa del ST.
EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ, contra la sentencia proferida
el diez (10) de agosto de 2020 por el Juzgado de
Primera Instancia de la Inspección General de la
Policía Nacional, a través de la cual se condenó al
uniformado como autor del punible de Abandono del
Puesto, conforme a las consideraciones planteadas en
la parte considerativa de la presente decisión
judicial.

SEGUNDO: CONFIRMAR la providencia del diez (10) de


agosto de 2020, proferida por el Juzgado de Primera
Instancia de la Inspección General de la Policía
Nacional, de conformidad con los motivos expuestos en
este proveído.

TERCERO: Contra la presente decisión procede de manera


excepcional el recurso extraordinario de casación, en
los términos establecidos en la Ley 600 de 2000.

82
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ST. EDGAR DAVID MEZA ORTÍZ
Abandono del puesto

CUARTO: EJECUTORIADA esta providencia, devuélvase el


proceso al despacho de origen por intermedio de la
Secretaría de esta Corporación.

CÓPIESE, NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE.

Firmado digitalmente
LOPEZ por LOPEZ PARADA
PARADA JOSE JOSE ABRAHAM
Fecha: 2022.11.25
ABRAHAM 15:52:24 -05'00'
Coronel JOSÉ ABRAHAM LÓPEZ PARADA
Magistrado Ponente

FIGUEROA Firmado digitalmente


por FIGUEROA GOMEZ
GOMEZ WILSON
Fecha: 2022.11.28
WILSON 13:33:06 -05'00'
Coronel (RA) WILSON FIGUEROA GÓMEZ
Magistrado

Capitan de Navío (RA) JULIÁN ORDUZ PERALTA


Magistrado

BERLEDIS BANQUEZ HERAZO


Secretaria

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