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PRESCRIPCIÓN EXTRAODINARIA ADQUISITIVA DE DOMINIO

REQUISITOS DE LA PRESCRIPCIÓN EXTRAODINARIA ADQUISITIVA DE


DOMINIO.- La prescripción extraordinaria adquisitiva de dominio, llamada
doctrinariamente usucapión es “Un medio de adquirir el dominio de cosas muebles o inmuebles
por la realización de actos posesorios durante el tiempo fijado por la ley y que hayan sido ejercidos
con animus domini. La prescripción adquisitiva de inmuebles constituye un modo por el cual se
llega a adquirir o consolidar una adquisición de la propiedad por medio de la cual una situación de
hecho se transforma en una afirmación de derecho.” (Usucapión. Lydia Calegari de Grosso,
Rubinzal-Culzoni Editores, Buenos Aires, 2006, 2ª. Edición, p. 23.) El Art. 2392 del Código
Civil Ecuatoriano tipifica “Prescripción es un modo de adquirir las cosas ajenas, o de extinguir
las acciones y derechos ajenos, por haberse poseído las cosas, o no haberse ejercido dichas acciones y
derechos, durante cierto tiempo, y concurriendo los demás requisitos legales. Una acción o derecho
se dice que prescribe cuando se extingue por la prescripción.” De tal precepto trasciende la
existencia de dos clases de prescripción la extintiva y la adquisitiva. El Art. 2398 ibídem
manifiesta: “Salvo las excepciones que establece la Constitución, se gana por prescripción el
dominio de los bienes corporales raíces o muebles, que están en el comercio humano, y se han
poseído con las condiciones legales. Se ganan de la misma manera los otros derechos reales que no
están especialmente exceptuados.”

Nuestra Corte Nacional de Justicia ha establecido diáfanamente “Tercera. - 3.2.- 3.2.2.- Las
disposiciones, legales relativas a la prescripción adquisitiva de dominio, establecen que la
prescripción adquisitiva es un modo (originario) de adquirir el dominio, que se funda en
la posesión, por un tiempo determinado de bienes corporales, raíces o muebles, que están
en el comercio humano y por lo tanto son prescriptibles. De lo expuesto se deduce que
para que se produzca la prescripción adquisitiva de dominio se requiere:

1er. Requisito: Que el bien sobre el que se pide la prescripción adquisitiva de dominio, sea
prescriptible; pues no todas las cosas son prescriptibles. Así, no: pueden ganarse por prescripción:
las cosas propias, las cosas indeterminadas, los derechos personales o créditos, los derechos reales
expresamente exceptuados, las cosas comunes a todos los hombres, las tierras comunitarias, las
cosas que están fuera del comercio.

2do. Requisito: La posesión de la cosa, entendida como la tenencia de una cosa determinada con
ánimo de señor y dueño (Art. 715 Código Civil).- La posesión es el hecho jurídico base que hace que,
una vez cumplidos los demás requisitos de ley, el posesionario adquiera por prescripción el derecho
de dominio del bien. La posesión requerida para que proceda legalmente la prescripción adquisitiva
de dominio debe ser: pública, tranquila, no interrumpida, mantenerse hasta el momento en que se
alega; y, ser exclusiva.
3er. Requisito: Que la posesión haya durado el tiempo determinado por la ley. El tiempo necesario
para adquirir por prescripción extraordinaria es de 15 años, sin distinción de muebles e inmuebles,
ya se trate de presentes o ausentes.

4to Requisito.- Que el bien que se pretende adquirir por prescripción sea determinado,
singularizado e identificado.-

Respecto a la singularización, la Corte Nacional de Justicia, en Resolución No. 0202-2012-1


dice: textualmente parte pertinente: “… se lo singulariza cuando en el proceso se han
comprobado datos precisos sobre su identidad como ubicación, linderos, descripción
distinguiéndolo como una unidad, como una cosa que no se confunde con otra, porque tiene
determinada características”

5to Requisito.- Que la acción se dirija contra el actual titular del derecho de dominio, lo que se
acredita con el correspondiente certificado del Registrador de la Propiedad.” Cita: (Prescripción
Adquisitiva de Dominio. Expediente 360, Registro Oficial Suplemento 170, 19 de julio del 2011.
No. 360-2009. Juicio No. 61-2008 ex 1ª. Sala. Actores: Ángel Ariolfo Cuadrado Paz y otra.
Demandada: Carmen Olimpia Garcés Bermeo. Juez Ponente: Dr. Carlos M. Ramírez Romero. Corte
Nacional de Justicia Sala de lo Civil, Mercantil y Familia.).

REINVINDICACIÓN
El tratadista colombiano JORGE ANGARITA GÓMEZ acertadamente manifiesta: “un
derecho tiene que estar protegido o amparado por la ley para que pueda ser efectivo; por
consiguiente, EL TITULAR DE ESE DERECHO tiene en virtud del mismo la facultad de acudir a
la autoridad competente para pedir que se le reconozca o ampare en su ejercicio, es decir, goza de la
acción. Por eso, a propósito del derecho real de dominio, como de los demás derechos reales la ley
otorga a sus titulares la facultad de acudir al órgano judicial para que la haga restituir el bien sobre
el cual recae su derecho real y del cual bien ha perdido la posesión. Desde el Derecho Romano esta
acción se ha denominado reivindicación o sea, reclamo (vindicatio) de la cosa o bien (rei) .”
(Derecho Civil. Tomo II. Bienes. Temis. Bogotá, 1984, pág. 173.) Los doctrinarios
MARCELO PLANIOL y JORGE RIPERT conceptualizan “La reivindicación es la acción que
ejercita una persona para reclamar la restitución de una cosa de la que pretende ser propietario.
La reivindicación se basa, por tanto, en la existencia del derecho de propiedad y tiene como
finalidad la obtención de la posesión.” (Tratado Práctico de Derecho Civil Francés. Tomo III.
Los Bienes. Cultural S.A. Habana, 1946, pág. 304). (los subrayados y resaltados son
nuestros)

Nuestra Corte Nacional de Justicia se ha referido a los REQUISITOS PARA QUE OPERE
LA REIVINDICACIÓN: “Cuarto: (…) 4.5. De conformidad con lo previsto en los artículos
933, 934, 937, 939 del Código Civil, son elementos y requisitos para que proceda la acción de
reivindicación: 1) Se pueden reivindicar las cosas corporales, raíces o muebles; 2) La acción
reivindicatoria corresponde al que tiene la propiedad plena o nuda, absoluta o fiduciaria de la cosa;
3) La acción de dominio debe dirigirse contra el actual poseedor; 4) El objeto de la reivindicación
debe ser una cosa singular; 5) Debe realizarse la determinación física del bien y constatarse la plena
identidad del bien que reivindica el actor y que posee el demandado.“ (Serie 18. Gaceta Judicial
No. 12. 03-SEP-2012. Pág. 4292. Quito, 03 de Septiembre del 2012. Juicio No. 1061-2009.
Resolución No. 304-2012. Juicio ordinario reivindicatorio de dominio propuesto por
Ricardo Enrique Montufar Segovia contra Martha Elizabeth Ruiz Zambrano.) (Los
resaltados y subrayados son nuestros).

La Corte Nacional de Justicia, en Resolución Nro. 341-2000 dentro del Juicio Nro. 101-99
publicada en el Registro Oficial Nro. 203 de 14 de noviembre del 2000, en el Juicio
Ordinario que por reivindicación sigue Ángel Toledo Pacheco en contra de Hugo Efraín
Luna Castillo, en la síntesis publicada en la Gaceta Judicial 4, Serie XVII, El criterio para
preferir un título sobre otro debe fundamentarse, según la Sala, en estas premisas: 1) el estudio no
solamente del título inmediato, sino de los anteriores hasta remontarse por lo menos a
quince años que es el tiempo necesario para que opere la prescripción extraordinaria de
dominio, siempre que el bien haya sido prescriptible; 2) si los títulos de actor y
demandado arrancan de una misma persona, se aplicaría el artículo 1784 del Código Civil;
3) si los títulos surgen de autores diferentes y se remontan a más de quince años, debe
preferirse a quien se halla en posesión del bien; 4) si ninguno de los títulos alcanza a los
quince años, su fecha no cuenta, porque como señala Alessandri <<nada dice que el
causante que otorgó el título más antiguo haya sido el verdadero dueño; las presunciones
que pueda inferirse de los títulos en combate se neutralizan, pues son de igual valor>>. Se
casa en consecuencia la sentencia de última instancia y por haberse cumplido los
requisitos para la reivindicación, se declara con lugar la demanda”.

FALLO DE TRIPLE REITERACIÓN PARA DECLARAR LA REINVINDICACIÓN O LA


PRESCRIPCIÓN EXTRAORDINARIA ADQUISITIVA DE DOMINIO

Artículo 1.- Para declarar la reivindicación o la prescripción extraordinaria adquisitiva de


dominio, se requiere que la existencia de ese derecho sea planteado en demanda o como
reconvención, pero no mediante excepción a la acción.

COBRO DE DINERO
En el JUICIO ORDINARIO, la letra de cambio deja de ser un título cambiario,
constituyéndose únicamente en principio de prueba por escrito, por lo tanto se debe
complementar la prueba de la obligación cuyo cumplimiento se demandó. <en este sentido
se pronunció la Primera Sala de lo Civil y Mercantil de la Corte Suprema de Justicia, en sentencia
de 30 de marzo de 1999, publicada en el Registro Oficial No. 21-S de 14 de junio de 1999>.
DAÑO MORAL
Previamente a analizar el fondo del asunto que se plantea, es imprescindible realizar las
siguientes explicaciones en cuanto al Daño Moral:

El Art. 2214 del Código Sustantivo Civil señala: “El que ha cometido un delito o cuasi
delito que ha inferido daño a otro, está obligado a la indemnización; sin perjuicio de la
pena que le impongan las leyes por el delito o cuasidelito”

Dicho precepto legal se encuentra en total concordancia con lo indicado en el Art. 2232 del
cuerpo legal antes citado el mismo que señala “En cualquier caso no previsto en las
disposiciones precedentes, podrá también demandar indemnización pecuniaria, a título de
reparación, quien hubiera sufrido daños meramente morales, cuando tal indemnización se
halle justificada por la gravedad particular del perjuicio sufrido y de la falta. Dejando a
salvo la pena impuesta en los casos de delito o cuasi delito, están especialmente obligados
a esta reparación quienes en otros casos de los señalados en el artículo anterior, manchen
la reputación ajena, mediante cualquier forma de difamación, o quienes causen lesiones,
cometan violación, estupro o atentados contra el pudor, provoquen detenciones o arrestos
ilegales o arbitrarios, o procedimientos injustificados, y, en general sufrimientos físicos o
síquicos como angustia, ansiedad, humillaciones u ofensas semejantes. La reparación por
daños morales puede ser demandada si tales daños son el resultado próximo de la acción
u omisión ilícita del demandado, quedando a la prudencia del juez la determinación del
valor de la indemnización atentas las circunstancias previstas en el inciso primero de este
artículo”.

¿Pero que es el daño moral? Para dilucidar esta interrogante citemos algunos conceptos
de tratadistas que hablan sobre el tema:

“Alfredo Orgaz dice que cuando la acción antijurídica hace sufrir a la persona en sus
intereses morales tutelados por la ley hay daño moral y no patrimonial.” “…En general se
señala que el daño moral es la privación y disminución de aquellos bienes que tienen un
valor precioso en la vida del hombre que son: la paz, la tranquilidad del espíritu, la
libertad individual….”[1][1].

Guillermo Cabanellas de Torres, en su diccionario Jurídico elemental señala “La lesión que
sufre la persona en su honor, reputación, afectos o sentimientos por acción culpable o
dolosa de otros”.

Fernando Fueyo dice: “el daño extrapatrimonial o moral aquel que se causa con motivo de
la ejecución de un hecho ilícito, el incumplimiento de un contrato o la frustración de la
relación en su etapa precontractual en que se afecte a la persona o vulnere a un bien o
derecho de su personalidad o de un derecho de familia propiamente tal”[2][2].

El señor Dr. Luis Humberto Abarca Galeas, en su Obra “El Daño Moral y su Reparación en
el Derecho Positivo Ecuatoriano”, define al daño moral diciendo: “Por daño moral se
[1][1]
(Manuel Teórico Práctico en Materia Civil, Dr. José García Falconí. Pag. 61).
[2][2]
(Manuel Teórico Práctico en Materia Civil, Dr. José García Falconí. Pág. 60-61)
entiende toda ofensa subjetivamente considerada, de un derecho extrapatrimonial que el
ordenamiento positivo confiere a las personas y que se manifiesta objetivamente como un
agravio al titular del derecho o víctima de la ofensa, que provoca un menoscabo o
vulneración del derecho extrapatrimonial de que se trate.”

“El Estado reconocerá y garantizara a las personas: El derecho a la honra, a la buena


reputación y a la intimidad persona/ y familiar; norma esta que se encuentra a su vez
dentro del Título. III que trata de los Derechos, Garantías y Deberes, constituyendo el más
alto deber del Estado el respetar y hacer respetar los derechos humanos por ella
garantizados.” Gaceta Judicial. Año CX. Serie XVIII, No. 8. Página 2735. (Quito, 2 de
septiembre de 2009).

El insigne y connotado profesor chileno Arturo Alessandro Rodríguez, en su obra “De la


Responsabilidad Extra Contractual en el Derecho Chileno”, segunda edición, páginas 220
y siguientes, manifiesta que:

“El daño moral consiste en una molestia o dolor no patrimonial, en el sufrimiento moral o
físico; no lesiona el patrimonio, no se traduce en ninguna pérdida pecuniaria – el
patrimonio de la víctima está intacto, consiste exclusivamente en el dolor, pesar o molestia
que sufre una persona en su sensibilidad física o en sus sentimientos, creencia o afectos; de
ahí que la indemnización que lo repare se la denomine pretium-doloris.

Jorge Bustamante por su parte, menciona: “Es la lesión en los sentimientos que determina
dolor sufrimiento, inquietud espiritual o agravios a las afecciones legítimas y en general
todas clases de padecimientos imposibles de apreciación pecuniaria”.

La anterior Corte Suprema de Justicia hoy Corte Nacional de Justicia señala “… Para que
proceda la indemnización por daño moral, la causa que originó tales daños deben ser
productos de un delito o cuasi delito civil (G. J. Serie XVII No 9 pág. 2716 y sigts.)

En tal virtud, la Institución del Daño Moral consagrado en nuestra legislación tiene por
finalidad el resarcimiento pecuniario de quien sufre un agravio por alguno de los eventos
que se determinan en los Arts. 2214, 2231, 2232 y 2234 del Código Civil.

Reparación o indemnización que corresponde hacerlo a quien lo ocasionó. Por tanto, el


Juzgador al dictar su fallo debe tener en cuenta las circunstancias reales en las que se
desenvuelve la declaración de la voluntad.

Entonces si podemos afirmar, que en el daño moral existen dos condiciones, a saber: a.- La
declaración de que existe el daño; y, b.- La reparación.

En consecuencia, para merecer indemnización por daños morales debe existir y ser
apreciada en cada caso -gravedad particular del perjuicio sufrido- y –gravedad particular
de la falta.- que están especialmente obligados a esta reparación quienes manchen la
reputación ajena, mediante cualquier forma de difamación, o quienes causen lesiones,
cometan violación, estupro o atentados contra el pudor, provoquen detenciones o arrestos
ilegales o arbitrarios, o procesamientos injustificados, y, en general, sufrimientos físicos o
síquicos como angustia, ansiedad, humillaciones u ofensas semejantes.

DÉCIMO.- La jurisprudencia al hablar sobre la prueba del daño moral ha señalado lo


siguiente:

“La prueba de la lesión a bienes, derechos o intereses extrapatrimoniales, incluidos los


personalísimos, es por su naturaleza innecesaria, otras veces es imposible o sumamente
difícil de probar; el daño moral y su intensidad pueden no tener una manifestación
externa, quedan en el fondo del alma y ni siquiera exige una demostración: no haría falta
la prueba del dolor de un padre que pierde el hijo esperado por mucho tiempo, el que ha
de ser sostén de su vejez, para mencionar uno de los más crueles. El daño resarcible no se
evidencia, como frecuentemente ocurre con los perjuicios patrimoniales. Por lo mismo, en
la doctrina y en la jurisprudencia se ha concluido en que no se requiere una prueba directa
de su existencia. El padecimiento se tiene por supuesto por el hecho antijurídico que lo
provoca y es suficiente la valoración objetiva de la acción antijurídica. Para las lesiones del
espíritu rige el principio in re ipsa. La prueba del daño moral deberá ser la del hecho ilícito
que lo ha provocado, el delito o un cuasidelito que han afectado a bienes jurídicamente
protegidos, y el de la atribución del mismo al que causó el daño y los fundamentos para
declararlo responsable. Gaceta Judicial. Año CIII. Serie XVII. No. 8. Página 2295,

Como lo manifiesta el doctor Ramiro J. García Falconí en su obra ¨El juicio por daño
moral¨, señala que debe probarse tres cosas:

1.- La licitud del acto o hecho, pues en caso de que la persona que hubiere ocasionado el
daño, lo hubiere hecho por mandato de la Ley o en cumplimiento de su deber, no existiría tal
ilicitud y por tal no cabría sentencia condenatoria por daño moral.

2.- Probar el daño ocasionado; y

3.- Probar la relación de causalidad existente entre el acto o hecho ilícito cometido
y el daño ocasionado.

NULIDAD DE ESCRITURA PÚBLICA Y NULIDAD DE CONTRATO


Nuestra jurisprudencia respecto a la nulidad de escritura pública, dice: “ …nulidad de
contrato y nulidad de escritura pública ; en el primer caso estamos frente a la nulidad de acto o
contrato en cuanto a la legalidad del negocio jurídico por vicios de fondo relativos a la capacidad,
objeto y causas lícitas y a la formalidad instrumental que debe contener; en el segundo caso nos
referimos a vicios de forma, en la estructuración del instrumento público que contiene el
acto o contrato”. (Resaltado y subrayado es nuestro). La acción se refiere al
incumplimiento de las formalidades que debe estar reunidas al otorgamiento del
instrumento público ante el funcionario legalmente acreditado para dar fe del mismo que
es un Notario Público, tal nulidad entonces se refiere al documento que contiene un
determinado acto o contrato. <cita fallo de casación emitido el 11 de julio del 2013 a las
10H15> . El tema de la nulidad de escrituras públicas por defecto de forma, está regulado
en el Capítulo IV de la Ley Notarial, en tal sentido el Art. 48 de la referida Ley establece:
“Por defecto de forma son nulas las escrituras públicas que no tienen la designación del tiempo y
lugar en que fueron hechas, el nombre de los otorgantes , la firma de la parte o partes, o de un
testigo por ellas, cuando no saben o no pueden escribir, las procuraciones o documentos habilitantes,
la presencia de dos testigos cuando intervengan en el acto y la del notario o del que haga sus veces.
La inobservancia de las otras formalidades no anulará las escrituras; pero los notarios podrán ser
penados por sus omisiones con multas que no pasen de mil sucres. La formalidad relativa a las
procuraciones o documentos habilitantes expresadas en el inciso anterior, quedará cumplida siempre
que ellos agreguen originales al registro del notario, o que inserten en el texto de la escritura.
Respecto de las escrituras otorgadas antes del 24 de diciembre de 1895, podrá subsanarse la omisión
protocolizándose dichos documentos o procuraciones”. Para que el Juzgador esté en posibilidad
de dictar sentencia de mérito es obligatoria la concurrencia al proceso de todas las
personas interesadas en la relación jurídica material o sustancial que mediante la demanda
se pretende declarar, modificar o extinguir; esta exigencia se debe a que todas ellas pueden
resultar afectadas con la resolución de fondo. De existir falta de legitimación en la causa el
juzgador no puede dictar sentencia de mérito. La Corte Nacional de Justicia, en Resolución
No. 211-2013 de fecha 11 de julio del 2013, en el considerando CUARTO, cita el
pronunciamiento dado por el más alto Tribunal de Justicia del país, que dice, en su parte
pertinente: “…En efecto, cuando se impugna la validez de una escritura pública, la sentencia que
se pronuncie va a surtir efectos respecto del Notario que ha intervenido en ella porque contendrá un
juicio de valor de su actuación, ya que una declaratoria de nulidad de dicho instrumento público
trae consecuencias no solamente para quienes intervinieron como otorgantes, sino también para el
funcionario público que lo autorizó, tal como lo previene el Capítulo IV ("De las nulidades y
sanciones") de la Ley Notarial. Este es otro caso típico de litis consorcio necesario en la parte
demandada, pues corresponde siempre dirigir la demanda en contra de todos quienes debían
controvertirla, entre los que se cuenta el Notario Público que autorizó la escritura pública
impugnada; criterio éste que ha sido varias veces sostenido por esta Sala, como puede verse en las
resoluciones No. 375-2003, publicada en el R. O. 362 de 23 de junio de 2004 y 158-2001, publicada
en el R. O. 353 de 22 de junio del 2001).” En este sentido tenemos también los
pronunciamientos que se encuentran publicados en la Gaceta Judicial. Año XCI. Serie XV.
No. 12. Pág. 3572, en la Gaceta Judicial. Año XC. Serie XV. No. 7. Pág. 2047; y, en la Gaceta
Judicial. Año CIV. Serie XVII. No. 13. Página 4185”.

RESOLUCIÓN DE CONTRATO DE PROMESA DE VENTA


La Corte Nacional de Justicia respecto a la resolución de contrato de promesa de venta,
señaló:

“Por lo dispuesto en el Art. 1532 del Código Civil, en los contratos bilaterales va envuelta la
condición resolutoria de no cumplirse por uno de los contratantes lo pactado y en esta circunstancia
el otro contratante tiene derecho a demandar la resolución o el cumplimiento del contrato con
indemnización de perjuicios. Y por el Art. 1597 del mismo Código la promesa de celebrar un
contrato no produce obligación a no ser que conste por escritura pública cuando se requiere de esta
solemnidad para su validez, que el contrato prometido no sea de los que la Ley declara ineficaces,
que contenga un plazo o condición que señale cuando debe celebrarse el contrato y, que se
especifique el contrato prometido de tal manera que sólo falte la tradición de la cosa o las
solemnidades que la ley exige. De tal suerte que en concurrencia de estos factores legales y una vez
constituido el deudor en mora se le puede demandar la indemnización de perjuicios resultantes de la
infracción contractual, acorde con el Art. 1596 de igual código; y concomitantemente plantearse la
acción resolutoria que no es otra que alcanzar del Juez, que un contrato perfeccionado quede sin
valor y por ende vuelvan las cosas a su estado anterior”. Gaceta Judicial. Año LXXXII. Serie
XIII. No. 13. Pág. 3042.(Quito, 30 de septiembre de 1981). En la codificación actual del Código
Civil el texto del Art. 1532 consta en el Art. 1505.

Refiriéndose en general al objeto de los contratos dice Pothier “Los contratos tienen por
objeto, o cosas que una de las partes contratantes estipula que se le darán, y que la otra parte
promete darle”; en realidad, los contratos tienen por objeto crear obligaciones, en este
sentido, el contrato conforme lo establece el Art. 1580 debe ser entendido con las demás
cláusulas.

La acción de resolución de un contrato tiene por objeto, lograr se extinga las obligaciones que
emanan de la declaración de la voluntad contenida en él, para que sus efectos no se produzcan o
desaparezcan; la de cumplimiento del contrato, tiene por objeto lograr que aquel se lleve a
efecto, a pesar de la resistencia de la otra parte; éstas y no otras, más la de indemnización de daños y
perjuicios, son las opciones previstas en el Art. 1505 del Código Civil

ACCIÓN PAULIANA.
La acción establecida en el artículo 2394 <<2370>> del Código Civil es la llamada por la
doctrina acción pauliana. Para la procedencia de esta acción, por actos o contratos
onerosos, prevista en el inciso primero del artículo citado, deben cumplirse las siguientes
condiciones: a) Que el deudor no haya pagado ni dimitido bienes equivalentes, notificado
con el mandamiento de ejecución. De lo contrario, el actor no podría alegar perjuicio, pues
los bienes de aquel alcanzarían para el pago de sus obligaciones, y b) que entre el deudor y
tercero adquiriente haya connivencia en el fraude, connivencia, que se presume si el tercero
conocía el mal estado de los negocios del primero. Esta es una exigencia derivada de la
seguridad de las transacciones; si bastara la mala fe del enajenante, nadie pudiera estar seguro de los
derechos que adquiera, por más que haya pagado el justo precio y haya actuado con total buena fe.-
En cambio, para la procedencia de la acción pauliana, por actos o contratos a título gratuito,
previsto en el inciso segundo del artículo 2394 del Código Civil, basta cumplirse la condición
señalada en la letra a); la rescisión del acto o contrato a título gratuito, no supone la pérdida de
derecho de propiedad a cambio de una prestación equivalente, sino simplemente la extinción de un
beneficio, de allí que es lógico que la ley no sea tan severa como en el caso del traspaso oneroso de los
bienes." (Gaceta Judicial. Año CIII. Serie XVII. No 8. p. 2288).

NULIDAD DE SENTENCIA
Nuestra Corte Suprema, actualmente Nacional de Justicia, acerca de la acción de
<nulidad de sentencia> ha expresado jurisprudencialmente: “Cuarto.- De especial
importancia en este caso, como en todos aquellos en que se demanda la nulidad de una
sentencia ejecutoriada, es el análisis de las normas que hacen viable y regulan el
ejercicio de esta acción, que constituye una excepción al principio de
intangibilidad de la cosa juzgada, institución que obedece a la necesidad social de
alcanzar el fin último del derecho cuál es el de asegurar la convivencia, la paz, la
justicia y la seguridad en los asociados. Para alcanzar estos fines es incuestionable la
conveniencia de limitar los recursos o medios de impugnación de una sentencia; pues de
otra manera el litigio no concluiría; la parte desfavorecida por una sentencia, comúnmente,
no se resigna a darse por vencida y acude a todos los arbitrios posibles para remover una y
otra vez el asunto debatido. Es innegable que puede haber resoluciones injustas pero, como
se ha dicho, el peligro de que mediante la autoridad de cosa juzgada se mantenga una
resolución injusta, es un mal menor frente a la inseguridad del derecho, situación que sería
socialmente insoportable. Nuestro ordenamiento legal considera intocable a una sentencia
definitiva de mérito de fondo. Sin embargo, por excepción, y consiguientemente de
aplicación estricta, se permite la acción de nulidad de sentencia ejecutoriada.” (Corte
Suprema de Justicia. Primera Sala de lo Civil y Mercantil. Expediente de Casación
No. 10, Registro Oficial No. 329, 6 de mayo del 2004. Nulidad de Sentencia. Juicio
Ordinario No. 168-2003 que sigue Lisa Ann Minton Slaymaker en contra de José
Alejandro Peñafiel Salgado. Dres. Galo Galarza Paz, Santiago Andrade Ubidia y
Ernesto Albán Gómez, Ministros Jueces).

CÓDIGO ORGÁNICO GENERAL DEL PROCESOS.- Art. 112.- Nulidad de sentencia. La


sentencia ejecutoriada que pone fin al proceso es nula en los siguientes casos:

1. Por falta de jurisdicción o competencia de la o del juzgador que la dictó, salvo que
estas se hayan planteado y resuelto como excepciones previas.
2. Por ilegitimidad de personería de cualquiera de las partes, salvo que esta se haya
planteado y resuelto como excepción previa.
3. Por no haberse citado con la demanda a la o el demandado si este no compareció
al proceso.
4. Por no haberse notificado a las partes la convocatoria a las audiencias o la
sentencia, siempre y cuando la parte no haya comparecido a la respectiva
audiencia o no se haya interpuesto recurso alguno a la sentencia.

Las nulidades comprendidas en este artículo podrán demandarse ante la o el


juzgador de primera instancia de la misma materia de aquel que dictó sentencia,
mientras esta no haya sido ejecutada. No podrán ser conocidas por la o el
juzgador que las dictó. La presentación de la demanda de nulidad no impide que
se continúe con la ejecución.
La nulidad de la sentencia no podrá demandarse cuando haya sido expedida por
las salas de la Corte Nacional de Justicia y se dejará a salvo las acciones que
franquee la Constitución de la República.

IMPUGNACIÓN DE PATERNIDAD Y DE RECONOCIMIENTO


La impugnación de la paternidad y la impugnación de reconocimiento, son acciones
diferentes, la Corte Nacional de Justicia, en Resolución No. 179-2013 respecto al tema
señaló: “1.1.- La impugnación de la paternidad matrimonial tiene como legitimado activo
al marido ( artículo 235 del Código Civil), y en caso de su muerte, a los herederos del marido y en
general a toda persona a quien la pretendida paternidad del hijo causare perjuicio actual ( artículo
237 ibídem). 1.2. A contrario sesum, el reconocimiento voluntario, la otra forma de filiación,
puede ser impugnada por el hijo y por toda persona que pruebe interés en ello (artículo 250
y 251 del Código Civil). La doctrina mantiene una línea uniforme respecto del
reconocimiento de la filiación considerándola como el acto jurídico por el que una persona
manifiesta su voluntad de admitir la paternidad o maternidad de un hijo/a y señala para
éste las siguientes características: a) unilateral; b) formal y expreso y c) irrevocable,
aunque, sujeto a impugnación”.

El Art. 250 del Código Civil, norma que en su parte pertinente textualmente dice: “El
reconociente podrá impugnar el acto del reconocimiento por vía de nulidad para
demostrar que al momento de otorgarlo no se verificó la concurrencia de los requisitos
indispensables para su validez. La ausencia de vínculo consanguíneo con el reconocido no
constituye prueba para la impugnación de reconocimiento en que no se discute la verdad
biológica”. La Corte Nacional de Justicia, como antecedente, en Resolución No. 05-2014
publicada en el Suplemento del Registro Oficial No. 346 de 02 de octubre del 2014, señaló
que el reconocimiento voluntario tiene el carácter de irrevocable, el este caso el
reconociente sólo puede impugnar el acto de reconocimiento por vía de nulidad del acto,
acción que ha de prosperar, en tanto logre demostrar que, al momento de otorgarlo, no se
ha verificado la concurrencia de los requisitos indispensables para su validez; la ausencia
de vínculo consanguíneo con el reconocido a través de la práctica del examen de ADN,
no constituye prueba para el juicio de impugnación de reconocimiento, en que no se
discute la verdad biológica. De manera, que la clase de proceso, hechos, pretensión,
depende la declaración petitoria de quién acciona, por tanto, no se le puede atribuir al
Juez, la responsabilidad de advertir a la parte procesal sobre la procedencia de la acción,
peor confundir, la acción con procedimiento procesal, respecto a lo último, la causa se
llevó a cabo conforme a la ley.

PATERNIDAD ADN
La Corte Nacional de Justicia en fallos publicado en la Gaceta Judicial Serie XVIII, No. 1,
respecto al mencionado examen dijo: “ Dado el avance de la ciencia, en la actualidad
cuando se trata del establecimiento de la filiación, se practica un examen genético el
informe pericial es definitivo, ya que el porcentaje de probabilidades es casi del cien por
cien, por lo que su conclusión debería ser obligatoria para el juzgador de instancia…”

COLUSIÓN

Colusión. Convenio, contrato entre dos o más personas, hecha en forma fraudulenta y
secreta con objeto de engañar o perjudicar a un tercero. La colusión presupone el acuerdo
fraudulento de dos o más personas en perjuicio de un tercero. La acción colusoria exige
plena e irrebatible prueba de confabulación dolosa entre los colusores para atentar contra
el patrimonio del tercero y de no existir tal comprobación, el reclamo debe negarse.

RESCICIÓN DE CONTRATO POR LESIÓN ENORME

Para que una venta sea rescindible por lesión enorme debe reunir los siguientes requisitos:
1) Que el vendedor o comprador sufra lesión enorme (no cualquier lesión) en los términos
del Art. 1829 del Código Civil; esto es, que el vendedor sufre lesión enorme cuando el
precio que recibe es inferior a la mitad del justo precio de la cosa que vende; y el
comprador sufre lesión enorme cuando el justo precio de la cosa que compra es inferior a
la mitad del precio que paga por ella.- Aclara esta disposición, que el justo precio se refiere
al tiempo del contrato; y, según comenta Arturo Alessandri Rodríguez “se entiende por
justo precio, para los efectos de determinar la lesión enorme, el que, al tiempo de la venta,
tenga la cosa en sí misma y que resulta del valor que le asigna la opinión común y general
de las personas, pero de ningún modo es tal el que le atribuyen las afecciones
individuales” (De la Compraventa y de la Promesa de Venta, Tomo II, V.2, Santiago,
Editorial Jurídica de Chile, 2003, pág. 754). “… la lesión no es un vicio del consentimiento,
ni el resultado del dolo de los contratantes, sino el perjuicio pecuniario que sufre uno de
ellos”, ( Alessandri R, ob.cit. pág. 764).

DEMARCACIÓN DE LINDEROS
La Corte Nacional de Justicia, en Resolución Nro. 0204-2014, Juicio Nro. 0051-2013,
respecto al juicio de demarcación de linderos, dice: “La acción de demarcación y linderos es
real, en razón de que persigue fijar la línea y levantar el deslinde, haciendo abstracción de la persona
del dueño de cada predio. La demarcación de linderos es un ejercicio material del dominio y a la vez
una obligación derivada de las relaciones de vecindad de colindantes...”.

En el citado fallo, se agrega: “El objeto de esta acción es la limitación o fijación de la línea de
separación de dos predios colindantes de distinto dueño y posteriormente el amojonamiento o
señalización por signos materiales”.

“Comprende dos fases: una jurídica, la delimitación, tendiente a fijar o reconocer la línea separativa,
y una material, el amojonamiento, dirigida a señalar esta línea sobre el suelo por medio de signos
apropiados, llamados hitos o mojones” (Arturo Alessandri R., Manuel Somarriva, Antonio
Vodanovic H., Tratado de los Derechos Reales, Bienes, Santiago, Editorial Jurídica de
Chile, 2005, Tomo II, 6ª Edición, p. 194).

“Legitimación activa.- La acción de demarcación puede ser ejercida por quien acredite ser
propietario del predio. ‘El poseedor, regular o irregular, está legitimado para accionar en virtud de
la norma general que lo reputa dueño, mientras otra persona no justifica serlo” (Alessandri R.,
op., cit., p. 199).

Legitimación pasiva.- La acción de demarcación se dirigirá al o los respectivos dueños del


o de los predios lindantes, conforme lo dispone el Art. 878 del Código Civil.

Condiciones especiales.- La demarcación es un derecho que supone la existencia de dos


predios, que estos pertenezcan a dos propietarios distintos y que sean colindantes,
contiguos.

Clase de acción.- “La acción de demarcación es declarativa de los derechos preexistentes


de los propietarios vecinos; mediante ella se persigue sólo, como en toda acción
declarativa, obtener del juez la simple constatación de una situación jurídica” (Alessandri,
Somarriva, Vodanovic, op. cit., p. 200).

Imprescriptibilidad.- El ejercicio de la acción de demarcación, como consecuencia del


dominio que es, no puede perderse por el no uso; pues entonces esta acción es
imprescriptible.

Expensas.- La demarcación debe hacerse a expensas comunes artículo 878 del Código
Civil.

Casos en que procede.- El juicio de demarcación y linderos procede en los siguientes casos:
a) Por restablecimiento de linderos, cuando éstos: 1) se hubieren obscurecido, 2) o hubieren
desaparecido o 3) hubieren experimentado algún trastorno; b) Por fijación por primera vez de la
línea de separación entre dos o más heredades, con señalamiento de linderos.

SUMARIO
JUICIOS POSESORIOS <<FALLO DE TRIPLE REITERACIÓN>>

PRIMERO: La posesión es un hecho que genera derechos; independientemente de si el


poseedor es dueño o no de la cosa, se generan derechos para el poseedor, como: la
presunción del dominio; la potestad de hacer suyos los frutos de la cosa en posesión, si el
poseedor es de buena fe; la posibilidad de adquirir el pleno dominio de la cosa a través de
la prescripción adquisitiva; y, ejercer las acciones que la ley le concede para defender y
recuperar la posesión. SEGUNDO: Los juicios posesorios son de conocimiento pues su
objeto es determinar la existencia de un hecho, cual es la posesión, y declaran los efectos
jurídicos que se derivan de dicha situación fáctica y que se traducen en la tutela
posesionaria que el juez otorga. La declaración judicial sobre esta situación de la cual
derivan verdaderos derechos y que se pronuncia en los procesos posesorios cuando es
estimatoria de la pretensión, coincide con la naturaleza declarativa de las decisiones
judiciales dentro de los procesos de conocimiento; además sus resoluciones son finales y
definitivas y gozan de la característica de cosa juzgada material, pues impide que el mismo
asunto y entre las mismas partes, pueda ser nuevamente objeto de juicio; por ende
admiten el recurso de casación.

LABORAL

Corresponde a la actora probar en juicio tal afirmación, es decir la existencia de los tres
elementos constitutivos que configuran la existencia de la relación laboral, conforme lo
dispone el Art. 8 del Código de Trabajo, los cuales analizaremos a continuación: “1. La
prestación de servicios lícitos y personales, es decir, el compromiso jurídico que adquiere
voluntariamente el trabajador para desempeñar las actividades lícitas pactadas en forma
personal, esto es, que tiene que realizarlas él mismo y no por interpuesta persona; 2. La
dependencia o subordinación, que constituye el elemento más importante de la relación
laboral, y tiene que ver con el respeto que se deben tanto a las personas jerárquicamente
superiores como a los horarios y más reglamentos que se imponga para la armonía que
debe existir en todo vínculo contractual; y, 3. La remuneración percibido por el trabajador.
Negada por el empleador la relación laboral corresponde al trabajador probar los tres
elementos descritos. SALA DE LO LABORAL Y SOCIAL. Gaceta Judicial. Año XCIX.
Serie XVII. No. 1. Pág. 209. (Quito, 20 de abril de 1999)”.

La Sala de lo Laboral de la Corte Nacional de Justicia, en fallo publicado el 02 de agosto


del 2013 a las 11H30, señaló: “ (…) b.1) En reiteradas ocasiones la Sala de lo Laboral de la Corte
Nacional de Justicia ha establecido que no es tan importante la denominación que se le da al
contrato, sino el análisis de las reales relaciones que hubo. En el caso que no ocupa, lo que tiene que
establecerse es la clase de actividad que realizaba el accionante; el art. 8 del Código del Trabajo,
determina los requisitos ante el empleador, por una retribución determinada, entendiéndose de
acuerdo a la doctrina y a la jurisprudencia, que tal dependencia no se refiere propiamente a lo
técnico ni a lo económico, sino a aquella que mantiene con el empleador, al derecho a que éste tiene
para dirigir, ordenar y controlar al trabajador; y, este otro, a la obligación de acatar y obedecer al
empleador, (…). No se trata de una dependencia jurídica esencial que para establecerla debe
examinarse si tiene el carácter de permanente, la clase de ocupación, las horas obligatorias de
servicio etc. Con el fin de saber si realmente existió una subordinación por medio de la cual una de
las partes contratantes adquiere el derecho con respecto a la otra, de darle instrucciones, de dirigirle,
ordenarle y obligarle a que preste sus servicios lícitos, personales en la forma en que convenga a la
empleadora. b.2) Más aún se debe tomar en cuenta que la relación laboral depende de la situación
real en la que el trabajador se encuentra colocado frente a la prestación de servicios, la realidad de la
relación laboral que es lo que hace vivir al previo acuerdo de voluntades y que solamente después de
iniciada cobra vida por sí mismo y es la determinante de derechos y obligaciones mutuos entre
empleador y trabajador. Los profesores Vásquez Vialard (Tratado de Derecho del Trabajador),
Américo Pla Rodríguez (Los principios del Derecho del Trabajador) y Mario de la Cueva (Nuevo
Derecho Mexicano del Trabajo), desarrollan aspectos que definen: “El principio de la primacía de
realidad”, que expresa, que la existencia de una relación de trabajo depende en consecuencia, no de
lo que las partes hubieran pactado, sino de la situación real en que el trabajador se encuentre
colocado. c) En consecuencia, al no haber relación laboral, no se cumple los requisitos establecidos
en el artículo 8 del Código de Trabajo, ya que no existe la predeterminación de un horario de trabajo;
no existe dependencia ni subordinación”.

HORAS SUPLEMETARIAS Y EXTRAORDINARIAS

El actor en su demanda, requiere el pago de horas suplementarias y extraodinarias sin


detallar el número de horas reclamadas; y, sin justificar procesalmente si realmente
trabajó. Razón por la cual se niega por improcedente. 6.3) El actor se encuentra afiliado al
Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, por tanto el reclamo respecto a los fondos de
reserva, deben efectuarse en la citada Institución.

DESPIDO INTEMPESTIVO

La jurisprudencia ecuatoriana, ha señalado que el despido intempestivo es un hecho


unilateral, por el cual el empleador en un momento y lugar determinado pone fin a la
relación laboral en el marco de la existencia de un contrato indefinido. El despido debe ser
demostrado.

En relación a la prueba en materia laboral, el tratadista argentino Heberto Amílcar


Baños comenta: “De acuerdo a los principios generales que rigen la carga de la prueba,
corresponde al trabajador acreditar el contrato o relación de trabajo que invoca, el
despido; la labor cumplida en días feriados u horas “extras”, la antigüedad y todas
aquellas circunstancias de hecho (accidente, incapacidad, enfermedad, injuria, etc.) negadas
por el patrón, susceptibles de determinar el nacimiento o exigibilidad de una prestación de
índole laboral. Incumbe al empleador, con arreglo a los mismos principios demostrar las
circunstancias que extinguen o invaliden las obligaciones cuyo cumplimiento se le reclama,
tal como el pago.” (La Apreciación de la Prueba en el Proceso Laboral, Ediciones
Arayú, Buenos Aires, 1955, p. 104-105). En la demanda, el actor sin establecer
hecho que lo sustente, únicamente en la pretensión requiere textualmente: “Al
pago de horas extras de 96 horas por mes, meses impagos 28 meses, dando un total
de $ 9461,76 Dólares Norteamericanos”, no se determina las horas empleadas
diariamente en trabajos extraordinarios, ni la naturaleza de esos trabajos, además
que en los roles de pagos que constan de fs. 68 a 94 justifica el pago de horas extras
y suplementarias, prueba documental que no ha sido impugnada, entonces nadie
puede ser beneficiario dos veces por la misma obligación.

DESPIDO INTEMPESTIVO
PRIMERO: Que en aplicación del artículo 35 numeral 12 de la Constitución Política de la
República del Ecuador de 1998 que garantiza la contratación colectiva (artículo 326
numeral 13 de la Constitución de la República del 2008), se ha protegido el derecho de los
trabajadores, considerados la parte más débil de la relación contractual de trabajo, a las
indemnizaciones que les corresponde por despido intempestivo que son de cumplimiento
obligatorio por parte del empleador e irrenunciable por parte del trabajador; SEGUNDO:
Que resumida la impugnación en casación a determinar si las normas contractuales
consideran procedente la acumulación de indemnizaciones legales y contractuales
originadas en un mismo hecho, es decir, en la ruptura unilateral de las relaciones de
trabajo, en aplicación del inciso octavo del artículo 188 del Código del Trabajo que
prescribe: “Las indemnizaciones por despido, previstas en este artículo, podrán ser
mejoradas por mutuo acuerdo entre las partes…” y de las cláusulas señaladas de los
contratos colectivos, se ha dilucidado que la acumulación de indemnizaciones por despido
intempestivo procede siempre que la ley así lo disponga expresamente o cuando en el
contrato individual o colectivo así se haya convenido por las partes integrantes de la
relación laboral, es decir, que no es pertinente que a la sanción contemplada en la
contratación colectiva se deba añadir la sanción contemplada por la ley. Así mismo, no
implica que necesariamente debe existir una norma que determine expresamente la
improcedencia de la acumulación de las dos indemnizaciones; y, TERCERO: Que si las
cláusulas del convenio son atentatorias a los preceptos legales carecen de validez jurídica,
prevaleciendo la norma legal, mientras que si las cláusulas contractuales superan los
acondicionamientos mínimos establecidos en la ley o en cuanto respeten el ordenamiento
legal tendrán validez. Artículo 2.- Disponer que la Secretaria General de la Corte Nacional
de Justicia, remita copias certificadas de la presente resolución al Departamento de
Procesamiento de Jurisprudencia, para su sistematización; y, al Registro Oficial y Gaceta
Judicial para su inmediata publicación. Esta resolución tendrá efectos generales y
obligatorios, inclusive para la misma Corte Nacional de Justicia, sin perjuicio del cambio
de criterio jurisprudencial en la forma y modo determinados por el segundo inciso del
artículo 185 de la Constitución de la República del Ecuador.

FALLO DE TRIPLE REITERACIÓN

En los juicio laborales, cuando se reclame el pago de la remuneraciones atrasadas,


generadas durante la relación laboral, que no hubieran sido cubiertas por el empleador,
demostrada en el juicio de trabajo esta pretensión, las juezas, jueces y tribunales de los
laboral dispondrán en sentencia además el pago del triple del equivalente al monto total
de los sueldos o salarios no pagados el último trimestre adeudado, en beneficio de la
persona trabajadora , previsto en el artículo 94 del Código de Trabajo, aunque no hubiere
sido expresamente reclamado en la demanda.

COSA JUZGADA DE LO RESUELTO POR LOS TRIBUNALES DE CONCILIACIÓN Y


ARBITRAJE.

Art. 3.- DECLARAR COMO JURISPRUDENCIA VINCULANTE lo siguiente: “Lo resuelto


por los Tribunales de Conciliación y Arbitraje en materia de conflictos colectivos de
trabajo, en resoluciones ejecutoriadas, tienen el carácter de cosa juzgada y no puede volver
a discutirse en un juicio individual de trabajo. Por tanto, los jueces de trabajo no tienen
competencia para conocer y resolver asuntos materia de decisión en un conflicto colectivo
de trabajo. Salvo que en la acción individual de trabajo se reclame pretensiones que no
fueron materia de conocimiento y resolución del conflicto colectivo”.

JUBILACIÓN PATRONAL NO ESTÁ LIMITADA POR LOS MANDATOS NROS. 2 Y 4.

La jubilación patronal establecida en el Art. 216 del Código del Trabajo, es un beneficio
autónomo e independiente a las indemnizaciones por despido intempestivo, retiro
voluntario, desahucio o cualquier otra forma de terminación de la relación laboral; por
tanto, el derecho a percibir jubilación patronal no está inmerso dentro de las limitaciones
en los Mandatos Constituyentes Nros. 2 y 4”

DIVORCIO
Art. 110.- Son causas de divorcio: 1. El adulterio de uno de los cónyuges. 2. Los tratos crueles o
violencia contra la mujer o miembros del núcleo familiar. 3. El estado habitual de falta de armonía
de las dos voluntades en la vida matrimonial. 4. Las amenazas graves de un cónyuge contra la vida
del otro. 5. La tentativa de uno de los cónyuges contra la vida del otro. 6. Los actos ejecutados por
uno de los cónyuges con el fin de involucrar al otro o a los hijos en actividades ilícitas. 7. La
condena ejecutoriada a pena privativa de la libertad mayor a diez años. 8. El que uno de los
cónyuges sea ebrio consuetudinario o toxicómano. 9. El abandono injustificado de cualquiera de los
cónyuges por más de seis meses ininterrumpido.
PRECEDENTE JURISPRUDENCIAL

Declarar como PRECEDENTE JURISPRUDENCIAL OBLIGATORIO, el siguiente punto de


derecho: “El uso de la noción, separación, no desnaturaliza el sentido de la causal
abandono invocada, cuando se advierte que uno y otro término son utilizados como
sinónimos por los sujetos procesales y/o cuando se ha probado que la separación se ha
producido por voluntad unilateral e injustificada, y al pasar el tiempo y adquirir el
carácter de definitiva, ésta se ha convertido en abandono, al producir como resultado el
incumplimiento de los deberes conyugales”.

EJECUTIVO

22.- La Corte Suprema de Justicia hoy Corte Nacional, el fallo publicado en la GJS. XIII.
No.9. pág. 1865 señala: “Reproducida la letra de cambio durante el término probatorio, a
petición de los actores, éstos ha justificado los fundamentos de la acción deducida,
mientras que los demandados no lo han hecho respecto de sus excepciones, salvo el pago parcial
reconocido en segunda instancia a virtud de la confesión rendida por TJ viuda de V…”, lo
subrayado nos pertenece. La doctrina señala claramente: “… los títulos ejecutivos son
instrumentos a los que la ley les reviste de una vehemente presunción de autenticidad, presunción
que solamente puede ser destruida, mediante la prueba que debe rendir el que impugna en juicio,
una letra de cambio o pagaré a la orden, por vía de falsedad; y por esta razón la ley enumera los
títulos ejecutivos y determina las condiciones que deben reunir para que sean considerados como
tales” (Sistema de Práctica Procesal Civil. Tomo 3. Teoría y Práctica del Juicio Ejecutivo.
Emilio Velasco Célleri, Pudeleco, Quito, 1994, 3era. Edición, p. 19.).

“Letra de cambio, espacios sin llenar.- Puede una letra de cambio ser creada en forma incompleta,
quien acepta esa letra de cambio, dejando sin llenar los espacios en blanco, faculta al tenedor del
título de crédito para cumplir los requisitos de forma inherentes. Lo importante es que la letra de
cambio debe completarse antes del momento de la presentación al cobro. Cumplida la aceptación y
puesto el aval, el portador del documento tiene el derecho de llenar la letra en blanco. Hay autores
que sostienen que la letra de cambio existe “cuando lleva solamente la firma del librador y la
denominación de letra de cambio” otros manifiestan que es suficiente “una firma formalmente
válida”. Lo importante es que el título, al ser emitido, permite reconocer que lo que se ha querido
crear “es una letra de cambio, con una obligación cambiario”…No hay ley que prive al tenedor
de un título de crédito aceptado y avalizado para que trasmita el título incompleto a
tercera persona que llene los requisitos formales de la letra de cambio”. GSJ.XII.No.9. En
definitiva la aceptación de suscribir la letra de cambio, obliga a pagarla.

CHEQUE.

El cheque, como medio de pago que es, es pagadero a la vista, y por ello no constituye
título de crédito ni puede ser entregado en garantía. En lo que respecta a que han sido
entregados los cheques en blanco, se asume que el autoriza al portador-beneficiario de los
mismos a consignar el contenido correspondiente, porque de lo contrario el cheque no
podría ser pagado por el girado.

PAGARE

“…El pagaré, cuya firma se ha falsificado, no puede tener validez jurídica; y, si bien, quien
alega su falsedad debe probarla, y no como sostiene el señor Juez de instancia: que quien
presenta el documento debe probar que es falso, lo que resulta absolutamente ilógico; sin
embargo, en el caso que se juzga se ha probado que la firma es falsificada y, por tanto,
prospera la acción de falsedad y por ende de nulidad del instrumento”.-

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