Está en la página 1de 7

Imperio de Palmira

Artículo

Discusión

Leer

Editar

Ver historial

Herramientas

Coordenadas: 34°33′36″N 38°16′2″E (mapa)

El texto que sigue es una traducción incompleta. Si quieres colaborar con Wikipedia, busca el
artículo original y finaliza esta traducción.

Copia y pega el siguiente código en la página de discusión del autor de este artículo: {{subst:Aviso
traducción incompleta|Imperio de Palmira}} ~~~~

Imperium Palmyrenum

Imperio de Palmira

260-273

Ubicación deEl Imperio de Palmira en amarillo bajo el control de Zenobia sobre el 271 d. C.

Capital Palmira

Idioma oficial Latín (oficial)

Otros idiomas Griego y arameo

Religión Pagana

Gobierno Monarquía

Rey de Palmira

• 260-267 Septimio Odenato

• 267-272 Zenobia

Período histórico Edad Antigua


• 260

• 273

Zenobia mirando por última vez Palmira.

El Imperio de Palmira (en latín: Imperium Palmyrenum) fue un efímero Estado del Oriente Próximo
escindido del Imperio romano, formado a partir de la sublevación de la reina de la ciudad de
Palmira, próspera vasalla de Roma, en el año 268 con la supuesta intención de dominar a los dos
imperios que le flanqueaban, el romano y el sasánida y a partir de las crisis del siglo iii.1
Comprendía las provincias romanas de Siria-Palestina, Arabia Pétrea, Egipto y zonas del sureste de
Asia Menor. El imperio tomó su nombre de la ciudad capital, Palmira y solamente tuvo una
gobernante, la reina Zenobia, ya que el emperador Aureliano retomó el control de la zona para el
Imperio romano en el 273.

Historia

Creación

Véase también: Crisis del siglo III

Antecedentes

Después del asesinato del emperador romano Alejandro Severo en el año 235, un general tras otro
intentó controlar el imperio, en consecuencia, las fronteras fueron descuidadas y afectadas por
frecuentes invasiones de carpos, godos y alamanes. Estos ataques externos eran muy agresivos.
Además, en el Oriente, Sapor I, emperador de la Persia sasánida, infligió una desastrosa derrota a
los romanos en la Batalla de Edesa en el año 260, con la captura del emperador romano Valeriano
y así Quieto y Macriano se rebelaron contra el hijo de Valeriano, Galieno y usurparon el poder en
Siria.

Odenato, rey de Palmira, tomó parte por Galieno, el hijo y sucesor de Valeriano, y, en
consecuencia, atacó y ejecutó al usurpador Quieto en Emesa, por lo que fue recompensado por su
lealtad con una posición excepcional en 262. Ya había asumido el título de rey anteriormente, sin
embargo ahora se le nombró totius Orientis imperator, no simplemente un regente, ni un Augusto,
sino líder independiente de todo el Oriente.2

Odenato intentó sobornar el monarca persa Sapor I, pero, cuando sus presentes fueron
rechazados3 decidió apoyar la causa de Roma, e, inmediatamente, atacó a los ejércitos persas que
retornaban del saqueo de Antioquía y les infligió una gran derrota antes de que pudieran atravesar
el río Éufrates en el año 260, obteniendo una victoria decisiva. Luego, derrotó a los usurpadores en
261 y continuó luchando contra los persas.
En una serie de campañas rápidas y exitosas, durante las cuales dejó Palmira bajo el control de
Septimio Vorod,4 atravesó el río Éufrates y capturó Edesa, recuperando Nísibis y Carras. Incluso
tomó la ofensiva contra Persia y atacó por dos veces la capital Ctesifonte y, probablemente,
también reconquistó Armenia de vuelta para el Imperio romano. Esas victorias restauraron el
dominio romano en el Este y Galieno no creyó inconveniente realizar un triunfo con cautivos y
trofeos que Odenato había ganado en 264. Odenato celebró sus victorias en el Este, compartiendo
el título oriental de «rey de los reyes» con su hijo mayor Hairan (Herodes).5

Estaba a punto de atacar a los godos en Capadocia cuando Odenato, junto con su hijo mayor
Hairan, fue asesinado en 267 por su sobrino Meonio de acuerdo con la Historia Augusta6 y
Zonaras,7 y no hay constancia alguna para suponer que tal acto de violencia hubiera sido instigado
por Roma. Meonio fue proclamado emperador por un breve período, antes de ser ejecutado por
los soldados.

El sucesor de Odenato fue su hijo menor Vabalato, también llamado de Atenodoro, de tan solo 10
años, por lo que su madre Zenobia se convirtió en regente y consolidó su poder en Oriente. La
reina fue muy cuidadosa de no provocar a Roma y tomó para sí misma y su hijo los títulos que
tenía su esposo mientras trabajaba en garantizar la seguridad de las fronteras con Persia y pacificar
las peligrosas tribus Tanukhid y Hauran.

Establecido el Imperio

Alentada por sus generales Septimio Zabbai y Septimio Zabdas, Zenobia comenzó su expedición
contra los tanunidos en la primavera del año 270, durante el imperio de Claudio II. Zabdas entró en
Bosra y mató al gobernador romano de la provincia y marchó al sur para asegurar la Arabia
Romana. De acuerdo al geógrafo persa Ibn Khordadbeh. Zenobia atacó Al-Jandal pero no pudo
conquistar su castillo, pero Ibn Khordadbeh confundió a la reina con Al-Zabba una legendaria reina
árabe y cuya historia es frecuentemente confundida con la historia de Zenobia.

En octubre del año 270, un ejército palmirense de 70 000 soldados invadió Egipto y declaró a
Zenobia reina de Egipto. El general romano Tenagino Probo fue capaz de recuperar Alejandría en
noviembre pero fue derrotado y pudo escapar de la fortaleza de Babilonia, donde fue sitiado y
asesinado por Zabdas, quién continúo su marcha hacia el sur y asegurar Egipto. Después en el año
271 Zabbai inició las operaciones en Asia Menor y se unió con Zabdas en la primavera de aquel
año. Los palmirenses avanzaron hasta Galacia y ocuparon su capital Ancira (Ankara, Turquía)
marcando la máxima extensión de la expansión palmirense, ya que los intentos de tomar
Calcedonia fracasaron.
Las conquistas de Palmira se realizaron bajo la pretensión de la subordinación a Roma. Zenobia
acuñó moneda en nombre de Claudio II y de su sucesor, Aureliano, con Vabalato representado
como rey, mientras el emperador permitió la acuñación palmirense y confirió títulos reales a
Palmira. De esta manera, hacia el final del año 271, Vabalato tomó el título de Augustus
(emperador) solo con su madre.

Así, con el incentivo de aprovechar el vacío de poder que el Imperio sasánida aún no había
alcanzado a llenar, Zenobia logró deponer al pretendiente al trono romano que se alzó en Egipto y
reclamó la corona del imperio para su hijo. El reino de Zenobia se extendia desde Egipto hasta Asia
Menor, abarcando Siria-Palestina, Arabia Pétrea y Egipto, rico por la producción de cereales para el
Imperio romano, así como amplios territorios en Asia Menor. Al principio, Aureliano había sido
reconocido como emperador, mientras que Vabalato, el hijo de Zenobia, disfrutaba del título de rex
e imperator («rey» y «comandante militar supremo»), sin embargo, Aureliano decidió invadir las
provincias orientales en cuanto se sintió suficientemente fuerte.

Reconquista por Roma

Guerra de Palmira

Artículo principal: Guerra de Palmira

En el año 272, Aureliano cruzó el estrecho del Bósforo y avanzó rápidamente a través de Anatolia.
De acuerdo con las fuentes de Marco Aurelio Probo recuperó Egipto de Palmira, mientras el
emperador continuaba su marcha y alcanzaba Tyana. La caída de Tyana lo hizo una leyenda.
Aureliano llegó al punto de destruir cada ciudad que se le resistía, pero respetó Tyana después de
una visión del gran filósofo Apolonio de Tyana, al cual le tenía un gran respeto, en un sueño.
Apolonio le imploraba: "Aureliano, si tú deseo es gobernar, abstente de la sangre inocente! Si vas a
conquistar, ten misericordia!". Siendo esta la razón de su clemencia, Aureliano respetó a Tyana.
Muchas otras ciudades fueron subyugadas por sus tropas, viendo que el emperador no tomaba
venganza contra ellos.

De inmediato puso rumbo hacia Antioquía, donde derrotó a Zenobia en la Batalla de Immae.
Zenobia se retiró de Antioquía huyendo hasta Emesa mientras Aureliano avanzaba y tomaba la
primera. Después de reagruparse, los romanos destruyeron una guarnición palmirena establecida
en el fuerte de Dafne y dirigiéndose hacia el sur de Apamea, continuando hacia Emesa y
derrotando otra vez a Zenobia en la Batalla de Emesa, la forzaron a evacuar la capital. Aureliano
marchó a través del desierto y fue acosado por los beduinos leales a Palmira, pero tan pronto
como llegó a las puertas de la ciudad consiguió negociar con los beduinos quienes traicionaron a
Palmira y suplicaron al ejército de Roma agua y alimentos. Aureliano puso sitio a Palmira en el año
272 y trató de negociar con Zenobia, con la condición de su rendición en persona. Ella respondió
con una negativa. Los romanos trataron de romper las defensas de la ciudad en varias ocasiones
pero fueron rechazados. Sin embargo, la situación continuo deteriorandose para Zenobia con lo
que, finalmente, esta abandonó la ciudad con dirección hacia el este solicitando ayuda a los persas.
Pero los romanos, conocedores de su plan, siguieron sus pasos siendo capturada cerca del río
Éufrates y traída de regreso con el emperador. Poco después, los ciudadanos de Palmira aceptaron
la paz y la capitulación de la urbe.

Secuelas

Aureliano respetó la ciudad y estacionó una guarnición de 600 arqueros liderados por Sandarion,
como una fuerza de paz. Las defensas fueron destrozadas y una gran parte del equipo militar de la
ciudad fue conservado y confiscado. Zenobia y su Consejo fueron llevados a Emesa y juzgados.
Muchos de los oficiales de alto rango de Palmira fueron ejecutados, mientras que el destino de
Zenobia y Vabalato es incierto.

En el año 271, Palmira se rebeló bajo el mando de un ciudadano llamado Septimio Apsaio y
haciendo contacto con el prefecto romano de Mesopotamia, Marcelino, le ofreció ayuda para
usurpar el poder imperial. Marcelino alargó las negociaciones y le mando informar al emperador
romano, mientras los rebeldes perdieron la paciencia y acabaron por declarar a un pariente de
Zenobia, Antíoco, como Augusto. Aureliano marchó de nuevo contra Palmira recibiendo la ayuda
de una facción de palmirenos que estaba dentro de la ciudad, dirigida por un hombre que tenía el
rango de senador llamado Septimio Haddudan.

Aureliano respetó la vida de Antíoco pero arrasó Palmira: los tesoros más valiosos fueron tomados
por el emperador para decorar su Templo del Sol, mientras que muchos edificios fueron
destruidos, el pueblo fue castigado y acallado y el templo más sagrado de Palmira fue saqueado.

Evaluación y legado

El motivo último de la revuelta es debatido. Cuando los historiadores, y otros eruditos, tratan el
ascenso de Palmira y la rebelión de Zenobia a menudo lo interpretan como el resultado de factores
culturales, étnicos o sociales. Andeas Alföldi vió la rebelión como una oposición de origen
completamente étnico contra Roma. Irfan Shahid consideró la revuelta de Zenobia como un
movimiento panárabe, precursor de la futura expansión de los califatos árabes, una opinión
compartida por Franz Altheim y que es practicamente universal entre los eruditos árabes y sirios
como Philip Khuri Hitti. Mark Whittow está en desacuerdo con que la revuelta fue étnica en su
naturaleza y enfatiza que fue una reacción a la debilidad de Roma y su inestabilidad política y
militar en proteger a Palmira de los persas. Warwick Bell vio que la rebelión era apuntar hacia el
trono de Roma, no solo la independencia de Palmira. Las inscripciones de Vabalato muestran un
estilo como el de un emperador de Roma. De acuerdo a Ball, Zenobia y Vaballathus fueron
contendientes por el trono romano, siguiendo un plan similar al de Vespasiano, quién ascendió al
trono después de construir su base de poder en Siria. Andrew M. Smith II considera que la revuelta
es como una oferta para ambos: independencia y el trono romano. La realeza de Palmira usaba
títulos orientales como rey de reyes, que no tenía relevancia en los políticos romanos, mientras los
conquistadores estaban interesados en el comercio de Palmira. Finalmente, este fue el único y
último año de realeza de Zenobia y Vaballatus cuando el rango dentro del Imperio Romano fue
reclamado. Fergus Millar, tiene la impresión que el movimiento de independencia, por la evidencia
encontrada en la revuelta de Palmira fue por su población.

A mediados del siglo xx, el interés por el imperio de Palmira revivió brevemente entre los
nacionalistas sirios. Los retratos del imperio por parte de los nacionalistas sirios modernos, lo
muestran como una civilización única la cual atendió la liberación de las masas en el levantamiento
contra la tiranía romana. Una serie de la televisión de Siria fue producido basada en la vida de
Zenobia, siendo el objeto de una biografía escrita por el exministro de Siria Mustafá Tlass.

Panorama de las ruinas de Palmira en 2005 antes de ser dinamita a por el Estado islámico.

Esta obra es parte original del artículo en inglés de Wikipedia Free Encyclopedia traducido al
español.

Véase también

Imperio galo

Crisis del siglo iii

Referencias

La guerra contra el Imperio de Palmira está descrita por Zósimo, 1,50,1-1,61,1, y también en la
Historia Augusta, Aurelianus, 22-31.

Mommsen, Provinces, ii. p. 103)

Petr. Patricius, 10

N.S.I. Nos. 127-129

De acuerdo con Gibbon, Herodes era hijo de Odenato, pero no de Zenobia

Historia Augusta, Trig. Tyr. 17

Zonaras, 12, 24.

Control de autoridades

Proyectos WikimediaWd Datos: Q877875Commonscat Multimedia: Palmyra / Q877875

Categorías: Estados y territorios fundados en el siglo IIIEstados y territorios desaparecidos en el


siglo IIIAntiguos imperios de AsiaAntiguos imperios de ÁfricaEstados de la Antigüedad en
AsiaEstados desaparecidos de Oriente MedioSiria romanaPalmiraHistoria antigua de SiriaAños 270
en el Imperio romano

También podría gustarte