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UNIVERSIDAD HUMANITAS

LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA

NOMBRE DEL ALUMNO Y MATRÍCULA


ADALYD BARRERA MENA LH 36009

TRIMESTRE Y GRUPO:
13°A

BLOQUE 13
Entregable 2

TÍTULO DEL TRABAJO:


 ENSAYO PERITAJE PSICOLOGICO

FECHA DE ENTREGA:
ENSAYO
INTRODUCCIÓN:

ANALISIS Y RESOLUCION DE LOS CONFLICTOS

Las personas que están en conflicto presentan una serie de sentimientos de inseguridad,
incapacidad, confusión y ausencia de participación en la situación conflictiva que les conduce a centrarse
en el pasado, lo negativo y lo imposible. En estas condiciones no es extraño que la comunicación sea
inadecuada, no se entienda al otro y resulte complicado conseguir acuerdos Uno de los cometidos
principales del psicólogo es trabajar con las emociones, y la mediación consiste en la intervención, en una
disputa, de un tercero competente e imparcial, aceptado por las partes, que carece de poder de decisión y
que les ayuda a conseguir acuerdos.

Ese tercero tiene, como función principal, manejar las emociones que se producen cuando las
personas que están en conflicto tienen que llegar a acuerdos. En el proceso mediador tratamos de cambiar
esta situación, haciendo que las partes se centren en el presente, en lo positivo y en lo posible mediante la
disminución de la intensidad emocional, mejora en la comunicación y cambios en la manera de
comprender el conflicto y el punto de vista del otro.

La activación emocional, que se produce antes y durante el proceso de gestión del conflicto,
puede facilitar o inhibir la ejecución resolutiva, dependiendo de su cualidad subjetiva (placer/dolor),
intensidad y duración. Cuando la actividad emocional es baja o moderada, también la facilita,
aumentando la motivación y la atención; mientras que los niveles de actividad altos, además efe reducir la
eficacia ejecutiva producen, en las partes, un sentimiento de hostilidad que se intensifica en función del
aumento de la implicación emocional, lo que dificulta un tratamiento racional del conflicto.

El conocimiento del funcionamiento de las emociones es fundamental para la gestión de los


conflictos y el psicólogo es la profesión que más preparada está en ese conocimiento, ya que el
tratamiento de los aspectos emocionales son el elemento básico de su trabajo, por lo que podríamos
pensar en líneas coincidentes entre ambas profesiones. Indudablemente, los conocimientos que el
psicólogo tiene de las emociones, de las relaciones interpersonales y del conflicto lo convierten en un
posible candidato para ejercer como mediador, aunque la diferencia entre estas dos figuras hace posible
que la condición de psicólogo experto no garantice su ejercicio como mediador. Cuando hablamos de
mediación, combinamos aspectos legales y emocionales y el rol de mediador también puede confundirse
con el trabajo llevado a cabo por el psicólogo en contextos judiciales.

DESARROLLO:

El psicólogo ejerce de experto en el análisis y valoración del comportamiento de las personas y el


objetivo último de esta evaluación se dirige no a las personas evaluadas, sino a servir de apoyo al tercero
que va a juzgar su caso o al abogado de una parte que trata de obtener elementos que justifiquen sus
argumentos. Combina su conocimiento con los del abogado y colabora en el análisis de la situación
conflictiva, de las posibles alternativas y sus efectos en todos los implicados y en la elección de aquella
que resulte más viable. El motivo último de esta actuación se dirige directamente a las partes (o a una de
ellas) en conflicto con el objetivo de prepararlas para afrontar los procedimientos judiciales y que estos
les afecten lo menos posible.
El foco de atención no está, exclusivamente, en la parte que reclama atención, sino que se
considera la situación globalmente y a todos los implicados para que las actuaciones parciales de una
parte no perjudiquen a la otra. Finalmente, el rol de mediador se distancia de los anteriores, ya que su
actuación está orientada a impulsar la participación de los implicados en su resolución de forma que
puedan acudir al juzgado con sus propios acuerdos, evitando que terceros intervengan por ellos, y puedan
mantener la relación en un futuro.

El mediador no entra a evaluar la conducta de las partes, se pone al servicio de estas para
conseguir preparar un terreno propicio en el que se desarrollen las negociaciones, mejorando la
comunicación entre ellas y cambiando la manera de ver el conflicto. N o le interesa descubrir la verdad ni
quién tiene razón, sino que las partes encuentren una manera de salir de la situación conflictiva. Las
partes adquieren el papel protagonista actuando en todo el proceso y gestionando las emociones de
manera que no peligre el respeto entre ellas.

Los asuntos que tratamos en mediación son legales o cuasi legales además de emocionales, es
decir, se necesitan regular los acuerdos alcanzados privadamente por las partes a la vez que se manejan
las emociones que surgen en el proceso de ponerse de acuerdo. La interacción que se establece en
mediación está basada en una fórmula diferente de ganar uno a expensas del otro, diferente de quién tiene
razón y quién está equivocado, de quién dice la verdad o miente. Tampoco es necesario un experto que
asesore al juez evalúe a las partes, ellas mismas deciden cómo organizar su futuro y concluyen con sus
propios acuerdos.

La mediación es un proceso de interacción que se establece entre las partes en disputa y el


mediador. Sólo si las partes no logran entre ellas mismas solucionar sus discrepancias, tiene sentido la
intervención del tercero, pero puede ocurrir que el conflicto sea intenso, que las partes no puedan
solucionarlo y no quieran que el tercero intervenga. La intención de elegir la mediación está en función
efe lo que las personas crean sobre ella y de las consecuencias de elegirla, a la vez que tiene en cuenta la
opinión de su entorno y su motivación por adecuarse o no a esa opinión. Una información ajustada facilita
un mensaje para que los posibles usuarios muestren una actitud positiva hacia la mediación

El acceder a los servicios de mediación no garantiza el que las partes elijan utilizar esta técnica,
aunque es un paso previo. La relación que se establezca entre el mediador y las partes es fundamental
para dar credibilidad y proporcionar la aceptación.

Es un tipo de persuasión positiva donde se transmite no solo información, sino que se manifiesta el
valor de la mediación, a través del mediador, de sus propias creencias sobre la mediación y de su
actuación consecuente con estas creencias. La aceptación del mediador es fundamental para decidir
aceptar la mediación y también para alcanzar los acuerdos.

CONCLUSION:

Si la participación de las partes en la resolución de sus conflictos es lo que caracteriza a la


mediación, esta difícilmente puede darse si la mediación no es elegida por los implicados. Si para aceptar
el comienzo de la mediación es necesario confiar en el mediador y en el proceso, esta confianza se
consigue con un comportamiento competente y equitativo del mediador así como garantizando a las
partes la confidencialidad.

El esquema de mediación en el que trabajo. es un modelo se competencia, cuyo objetivo es


brindar los recursos teóricos y las habilidades necesarias para que las partes pongan en marcha una serie
de cambios cognitivos, emocionales y conductuales que les lleven a comprender a la otra parte, de manera
que aborden la situación conflictiva de forma aunada y lleguen a establecer acuerdos conjuntos

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