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Capítulo 5

La negación dadaísta

Una definición de Tzara

El movimiento dadaísta nació en Zurich en 1916. Al tratar de


explicar las razones de este venturoso nacimiento, Tristan Tzara,
en una entrevista concedida a la radio francesa en 1950, declaraba:
({Par_a_c_()I!!Rre~QeLc--ºmonació_º_~.(ta_~-i.n.~c~sª!"ic)imaginarse, de
una parte, eL e:s~ado de ánirll.0d_etm grupo de jóv-;;;e~~~n~a.qº~lj;·
especie de prisión.quena Suiza en tiempos de la Primera Guerra
Mundial, y, de otra, el nivel intelectual del arte y de la literatura
de aquella época. La guerra, ciertamente, acabó, pero más tarde 1
vimos otras. Todo ello cayó en ese semiolvido que la costumbre
llama historia. Pero hacia 1916-1917 la guerraparecía.que...no
iba a terminar nunca. Es más, de lejos,. y tanto para mí como
para mis amigos, adquiría proporciones falseadas por una perspecti-
va demasiado amplia. De ahí el disgusto
_........v la rebelión..
... __._-
Estábamos !
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resueltamente contra la guerra, sin por ello caer en los fáciles


pliegues del pacifismo ut6pico. Sabíamos que sólo se podía supri-
mir la guerra extirpando sus raíces. La impaciencia de vivir era
gr:.ande; el disgusto se hacía extensivo a todas las formas de la J
¡
civilización llamada moderna, a sus mismas bases, a su lógica ¡
~
y a su lenguaje, y la rebelión asumía modos en los que lo grotesco -,
.~.:r~ban ~entt-·;¡~~r-es--est~tic·~N()
f
hay que olvidar que en literatura un avasallador sentimentalismo
enmascaraba lo humano, y que el mal gusto con pretensiones
de elevacwn campaba por sus respetos en todos los campos del I
I
152 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 153

arte, caracterizando la fuerza de la burguesía en todo lo que tenía considera inútil, si alguien no quiere perder su tiempo con una
de más odioso ...». palabra que no significa nada ... El primer pensamiento que se
Anteriormente y en otro sitio Tzara había escrito: «Dada nació agita en estas cabezas es de orden bacteriológico; hallar su origen
de una exigencia moral, de una voluntad implacable de alcanzar etimológico, histórico o psicológico por lo menos. Por los periódi-
un absoluto moral, y de! sentimiento profundo de que e! hombre, cos sabemos que los negros Kru llamán al rabo de la vaca sagrada
en e! centro de todas las creaciones de! espíritu, debía afirmar DADA. El cubo y la madre en cierta comarca de Italia reciben
su preeminencia sobre las nociones em pobrecidas de la sustancia el nombre de DADA. Un caballo de madera, la nodriza, la doble
humana, sobre las cosas muertas y sobre'los bienes mal adquiridos. afirmación en ruso y en rumano: DADA ...»3. Sin embargo, Tzara
Dada. nació de una rebelión que entonces. era <::ºmúu_3-_todos advierte a continuación claramente que la l:l;¡laºE1Paªªes~ólo
l~s-JÓ~~~, un;-rebcli~que exigíau;;;-~dh;si6n completa de! un símbolo de rebelión de
individuo a las necesidades de su naturaleza, sin. <:onsicl~acig.Ile~
para con la hi~~J:"Üt, la Jógica, lamoraLcomltD, .eLlionor, la
Pai:ria~ láF~milia, e! Arte, la ReligiÓn, lali~ertad, la.I~~!<:,~~·lÍda,ª­ El Cabaret Voltaire de Zurich
y tantas otras nociones correspondientes a necesidades humanas,
pero de las cuales no subsistían más que esqueléticos conY:~D.s:iºnalis­ En aquella época Zurich era el refugio de innumerables personajes
mas, porque habían sido vaciadas de su contenido inicial. La frase irregulares. Había desertores, emigrados políticos, objetores de con-
-de Descartes: No quiero ni siquiera saber si antes de mí hubo otros CieI1~ia, agentes secretos y hombres de negocios más o menos
hombres, la habíamos puesto como cabecera de una de nuestras li~pi·;~. H;bía también artistas, literatos y poetas, aterrizados allí
publicaciones. Significaba que queríamos mirar el mundo con ojos por los motivos más diversos. Tzara y Janco, sorprendidos por
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nuevos y que queríamos reconsiderar y pgneL.kll....tda de juicio la declaración, de guerra de Rumania, su patria, se vieron obligados
la base misma de las nociones que nos habían sido impuestas a permanecer en Zurich,donde ya se hallaban por motivos de
pü;:-;;-;:;esr;:üspadres;y-probar-su-justeza>y+;--- estudio: Tzara, matriculado en los cursos de filosofía, y Janco,
Acerca del origen del nombre...<,-ºªºª", Hans Arpcll~!l~~_~n en arquitectura. Arp había ido allí para ver a su madre. Alemán
una revista de! movimientQ,..eD.1921, lo siguiente: «Declaro 9..ue de nacionalidad, -gozaba de particular indulgencia por parte de
TristanTi~;:~~~~;ó 1; palab;;' Dad~cl 8 -&"f~k;r~-'de 1916 las autoridades francesas, dada su calidad de alsaciano. HugoBall,
a }a~ seis de l~'t:;~de:" y; est~b;- pr~~~m~..~~~. ~~i~ ~;ce_ ..~:íJ()S anteriormente enrolado en el ejército alemán, había elegido Suiza
cuando Tzara pronunció por primera vez esta palabra, que despertó porque no tenía ninguna intención de seguir vistiendo e! uniforme.
en todos nosotros un entusiasmo legítimo. Ello ocurría en el Café Hue!senbeck, declarado inútil, había abandonado Alemania para
Terasse de Zurich, mientras me llevaba un bollo a la tosa nasal ir a Zurich, ya que no quería convertirse en una víctima del
izquierda. Estoy convencido de que esta palabra no tiene ninguna conflicto. Fueron estos.hombres los que dieron vida al Cabaret
importancia y que sólo los imbéciles o los profesores españoles Voltaire, donde nació, en 1916, el dadaísmo 4.
pueden interesarse por los datos. Lo que a nosotros nos interesaba El Cabaret Voltaire estaba en el número 1 de la Spielgasse.
es e! espíritu dadaísta, y todos nosotros éramos dadaístas antes Ese mismo año, y en el número 12 de la misma calle, vivía Lenin
de la existencia de Dada.» Tz;~r;l' PQ!:"SJ,l p;art(':, añade: «Por casualidad con su mujer Krupskaia. Los dadaísras se encontraban a menudo
encontré la palabra Dada en e! diccionario Larousse.)} Y Rih..GffiOnt- a Lenin por la calle, pero ignoraban por completo quién fuese.
.Qé?~~ªjgnes confirma que todo se debió al azar ·de un «abrecartas Según Lacote 5 , Tzara incluso había jugado al ajedrez con Lenin
que se deslizó fortuitamente entre las páginas de! diccionario»2. en el Café Terasse. El hecho es que en aquella época la política,
Pero Tzata también ha dado otras explicaciones: «Si alguien lo en el sentido específico del término, no interesaba demasiado al
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grupito de intelectuales habían creado e! movimiento más de la razón pOSItIVIsta. Sin embargo, en e! dadaísmo la protesta
subversivo de la historia del arte y de las letras.Sojo·-u~ ai10 más se llevaba furiosamente a sus últimas consecuencias, o sea, a la
tarde, es decir, cuando ya Lenin, encerrado en el famoso Va- negación absoluta de la razón: «El agua del diablo llueve sobre
gón precintado, se encontraba desde hacía tiempo en Rusia y mi razón», dirá Tzara. En otras palabras, el irracionalism9P~cológi­
se había puesto a la cabeza de la revolución, Tzara y sus ami- ca y metafisico del que brota el expresionismo, en el dadaísmo
gos saludarán los hechos de Qctubrccomo .algoque daría un ru- se convierte en el eje metódico de un nihilismo sin parangón.
do golpe a la guerra. «CuandoenJ9J7Platten -escribe Tza- El expresionismo todavia creía en el arte; el dadaísmo rechaza
ra- regresó a Zurich trayéndonos d;;' Moscú noticias frescas de hasta esta noción. Es decir, su negación actúa no sólo contra
la revolución que ponían en su justa luz la imagen que nos ha- la sociedad, que también es blanco de! expresionismo, sino contra
bíamos hecho de ella, y que una astuta campai1a había oscureci- todo lo que de alguna manera se relaciona con last.r:adiciones
do sistemáticamente, estalló un movimiento insurreccional, seguido y las costumbres de esa sºciedad.. Y precisamente el arte, considére-
de una huelga general. Se esperaba que este movimiento se pudiera selo como se quiera, es siempre un producto de esa sociedad
extender a los restantes países beligerantes, poniendo fin a la guerra, que hay que negar in tato.
de acuerdo con los principios de Kienthal y de Zimmerwald.
Es sabido que la socialdemocracia había decidido otra cosa. En Así pues, Dada es antiartlStlCO, antiliterario y antipoetlco. Su
esta ocasión, entre los dadaístas de Zurich, Ball (que a partir voluntad de destrucción tiene un blanco preciso que es, en parte,
de este momento se dedicará exclusivamente a la actividad política), el mismo blanco del expresionismo; pero sus medios son bastante
Serner y yo mismo saludamos la revolución rusa en la medida más radical~s. 'Dada está contra la belleza eterna, contra la eternidad
en que constituía el único medio capaz de poner fin a la guerra, de los principios, contra las leyes de la lógica, contra la inmovilidad
y ello con una premura tanto mayor en cuanto que nosotros del pensamiento, contra la pureza de los conceptos abstractos y
ya habíamos tomado posiciones Contra el paci fumº-..pla.í1iQ.eJ:º_ y cO~ltra lo uni'versal en general. Propugna, en cambio, la desenfrena-
hl1~:lTlÍlario, cuyas llamadas a los buenos' sentimientos, bastante da libertad del individuo, la espontaneida.d, lo inmediato, actual
en boga en ese momento, nos parecían especialmente dai1inas. y ?leatorio, la crónicl contra la intem poralidad, la contradicción,
¿Acaso no podían adormecer en una cuna de ilusiones las voluntades el no donde los demás dicen sí y el sí donde los demás dicen
de quienes estaban destinados a actuar en el plano de la lucha ?»6. no; defiende la anarquía contra el orden y la imperfección contra
Sin embargo, y a pesar de este saludo, no se puede decir la perfección. Por tanto, en su rigor negativo también está contra
que el movimiento dadaísta de Zurich se comprometiese directa- el modemismo) es decir, el expresionismo, el cubismo, e! futurismo
mente en el campo de la acción revolucionaria, Cosa que en cambio y el abstraccionismo, acusándolos, en última instancia, de ser sucedá-
hicieron los dadaístas de Alemania, donde el movimiento nacido neos de cuanto ha sido destruido o está a punto de serlo, y de
en Suiza se extendió rápidamente. Allí los seguidores de Dada ser nuevos puntos de cristalización del espíritu, e! cual nunca debe
se unieron a la Liga Espartaquista, y bastantes de ellos, en Berlín ser aprisionado en la camisa de fuerza de una regla, aunque sea
y en Colonia, tomaron parte en las luchas callejeras. En Colonia nueva y distinta, sino que siempre debe estar libre, disponible
el poeta, pintor y editor dadaísta Baargeld llegó a fundar el Partido y suelto en el continuo movimiento de sí mismo, en la continua
Comunista de Renania. invención de su propia existencia. Ninguna esclavitud, ni siquiera
El dadaísmo de Zurich se mantuvo en el ámbito de una violent;1 la esclavitud de Dada sobre Dada. En cada momento, para vivir,
l1.Cgaciótl.iI1~~l~.tllal, llegando, sin embargo, a una definición más Dada debe destruir a Dada. No existe una libertad establecida
clara de su propia actitud. Como en el expresionismo alemán, I para siempre, sino un incesante dinamismo de la libertad, en la
el fondo de tal actitud era la protesta contra los falsos mitos " que ésta vive negándose continuamente a sí misma.
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El dadaísmo es, pues, no tanto una tendencia artísti<;:o-literaria, futuristas, laboratorios de ideas formales. ¿Sirve el arte para amon-
cuanto una particular disposición del espíritu; es el acto extremo tonar dinero y acariciar a los gentiles burgueses ?Las rimas acuerdan
deC~~tid()gmatismo,que se vale de cualquier medio para conducir su tintineo en las monedas y la musicalidad resbala a lo largo
/ su batalla. Así, lo que interesa a Dada es más e! gesto que la de la línea de! vientre visto de perfil. Todos los grupos de artistas
\ obra; y e! gesto se puede hacer en cualquier dirección de las han ido a parar a este banco a pesar de cabalgar distintos cometas ...
"-----'-'. , . .
costumbres, de la pohtlca, del arte y de las relaClones. Una sola Rebosamos de maldiciones en la tropical abundancia de vertiginosas
cosa importa: que tal gesto sea siempre una provocación contra vegetaciones... He ahí un mundo vacilante que huye y he ahí,
el llamado buen sentido, contra las reglas y contra la ley; en por otro lado, los hombres nuevos, rudos, cabalgando a lomos
consecuencia, e! escándalo es e! instrumento preferido por los dadaís- de los sollozos. He ahí UI2_~IlC:!(:Lmutilado-Y-'losmedicuchos
tas para expresarse. literarios pr~ocupadospor mejorarlo. Yo os digo: no hay un
Desde este punto de vista, el dadaísmo también va más allá del com'ien~ y nosotros no temblamos, no somos más sentimentales.
significado o de la simple noción de movimiento, para convertirse Nosotros desgarramos como un furioso viento la ropa interior
en un modo de vida. El sentido de su áspera polémica contra de las nubes y de las plegarias y preparamos el gran espectáculo
e! Arte y la Literatura, con mayúsculas, debe verse precisamente de! desastre, e! incendio, la descomposición. Preparamos la supre-
en e! hecho de que en ellos, hipócritamente dedicados a captar sión del dolor y sustituimos las lágrimas por sirenas tendidas
los «valores eternos del espíritu», la vida había sido abolida y de un continente a otro ... Yo destruyo los cajones del cerebro
segregada. Dada, en cambio, era el deseo agudo de transformar y los de la organización social: desmoralizar por doquier y arrojar
la poesía en acción. Era, en suma, e! intento más exasperado de la mano del cielo al infierno, los ojos del infierno al cielo, restablecer
soldar esa fractura entre arte y vida cuyo primero y dramático la rueda fecunda de un circo universal en las potencias reales
anuncio había sido dado por Van Gogh y Rimbaud. Muchos y en la fantasía individual... Yo odio la crasa objetividad y la,
elementos postizos y exteriores se mezclaron con e! dadaísmo armonía, esta ciencia que halla que todo está en orden: -Conti-
desde el principio, pero no hay duda de que ése es su significado nuad, muchachos, humanidad ... La ciencia nos dice que somos
más auténtico. los servidores de la naturaleza : -Todo está en orden, haced el
amor y rompeos las cabezas; continuad, muchachos, hombres,
amables burgueses, periodistas vírgenes ...- . Yo estoy contra los
Los Manifiestos sistemas: el único sistema todavía aceptable es el de no tener
sistemas. La lógica siel11prees falsa, .. La moral consume como
En el plano teonco, si se puede hablar de «teoría» en el caso todos los azotes de la inteligencia. El control de la moral y de
de! dadaísmo, los escritos de Tzara siguen siendo, sin duda, los la lógica nos han impuesto la impasibilidad ante los agentes de
textos fundamentales, desde La premiere aventure céleste de lvIr. An- policía, causa de nuestra esclavitud, pútridas ratas de las que está
tipyrine, de 1916, a los manifiestos de 1918 y 1920. El estilo, e! repleto el vientre de la burguesía, y que han infectado los únicos
lenguaje y el léxico de estas páginas son de una excitante novedad, corredores de nítido y transparente cristal que aún seguían abiertos
explosivos, nerviosos, insolentes y sorprendentes. Humores filosófi- a los artistas ... Todo hombre debe gritar. Hay una gran tarea
cos, satíricos, bufonescos y líricos se confunden con una tensión destructiva, negativa, que cumplir. B.:lI:'I:'~r, asear. La plenitud del
intelectual auténtica, con una auténtica ansia que da a la desenvoltu- individuo se atlrma a continuación de un estado de locura agresiva

~
.ra verbal de Tzara una fuerza real más allá de lo meramente y completa de un mundo contlado a las manos de los bandidos
escandaloso: «Los que están con nosotros COnservan su libertad. que se desgarr;,n y destruyen los siglos... Toda forma de aseo
No reconocemos ninguna teoría. Basta de academias cubistas y susceptible de convertirse en negación de la familia es Dada; la l5
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158 ¡'vIario De Mic/¡eli Las vanguardias ü1,,~·tlÚ¡S del sic¡;lo XX 159

protesta a puñetazos de todo el ser entregado a una acción destructi- la regla, la violencia explosiva de su presencia irregular entre <<autén-
va eS Dada... ; la abolición de toda jerarq uía y de toda ecuación ticas» obras de arte. Por tanto, a estos «objetos» dadaístas va unido ~,,!

social de valores establecidos entre los siervos que se hallan entre esencialmente un gusto polémico, una arbitrariedad irreverente
nosotros los siervos es Dada: todo objeto, todos los objetos, los y un carácter del todo provisional, bastante alejados de la idea
sentimientos y las oscuridades, las apariciones y el choque preciso de constituir un ejemplo estético, como, en cambio, era el caso
de las líneas paralelas son medios de lucha Dada; abolición de de los cubistas, los futuristas y los abstractos. Esto es, pues, lo
la memoria: Dada; abolición de la arqueología: Dada; abolición que hay que descubrir en los objetos dadaístas, más allá de sus
de los profetas: Dada; abolición del futBro: Dada; confianza indis- eventuales semejanzas con los productos de las otras tendencias.
cutible en todo dios producto inmediato de la espontaneidad: Es el mismo Tzara el que en el J'vIQ/zUlesto sobre el amor débil
Dada ... Libertad: Dada, Dada, Dada, aullido de colores encrespa- y el amor amargo de 1920 sintetizó eficazmen te tal método de
dos, encuentro de todos los contrarios y de todas las contradicciones, «fabricación». Veamos, por ejemplo, qué es lo que aconseja «para
de todo motivo grotesco, de toda incoherencia: la vida» 7. hacer un poema dadaísta»:
La energía de Dada le vino, sobre todo, de los intelectuales
no artistas o de aquellos artistas que sabían manejar su pluma «Tomad UIl periódico.
espléndidamente, como Arp, Baargeld, Val1I2oesburg, Hausmann, »Tomad ullas tUeras.
Picabia y Schwitters. La realidad es que en el momento en que »Elegid ell el periódico Ull articulo que tell,¡;a /a /oll,¡;itud que queráis dar
nace Dada, en el campo del arte ya estaban afirmadas todas las a vuestro poema.
ptincipales tendencias modernas. Así, el dadaísmo terminó siendo »Recortad el articulo.
anticubista, antifuturistayantiabstracci9}lista con los medios, los »ReCl rtad CO/l todo cuidado cada palabra de las que formall tal articulo y
hallazgos y.las innovaciones del cubismo, del tuturlsmo yc:leJ pOlledlas todas 1"11 IIlZ saquito.
abstraccionismo. Lo que se llama «arte dadaísta»no es, ciertamente, "A oi tad dulcel1le~zte.
algo definido ni claramente enunciado, sino una verdadera}:rúscelá- "
"Sacad las palabras ulla detrás de otra. c%cá/ufo/as 1'11 e/ ordell en que las
nea de ingredientes que ya apuntan en los otros movimientos. Iz abéis sacado.
Y, sin embargo, en los productos más auténticos de arte Dada »Copiadlas collclenzudamellte.
hay algo distinto, algo que nace de una poética profundamente "E/ poema está Ileclzo.
diferente. En efecto, mientras el cubismo, el futurismo y el abstrac- »Ya o.' Izabéis [o/ll'crtido Cll 1111 escritor ill/lllitamellte original y dotado de
, cionismo constructivista tienen una base positivista; el dadaísmo, ulla sellsihilidad ell[(1IItariora ... ,,8
'--~omo el expresionismo, se apoya en la base contraria. Por tanto,
aunque emplee los medios de esas tendencias figurativas, es bastante Este es el punto extremo de la rebelión dadaísta. En esta «poética»
distinto el proceso de su creación artística, en el caso de que
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se trate de «creación». Efectivamente, lo que caracteriza a la «crea-
ción» de la «obrJ"Dada no es una razón orcfeÍladora, una búsqueda
se expresaba la aspiración de los dadaistas a una verdad que no
estuviese sujeta a las reglas' establecidJs por una sociedad desJgrJdJ-
ble y enemiga del hombre: reglas políriCJS, morJles y también
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de coherencia estilística ni un módulo formal. Los motivos de Jrtisticas. Finalmente, esta poética era además un «gesto',; pertenecíJ
~
naturaleza plástica que interesan a los demás artistas no interesan J aquellos modos rotundos, intr:ll1sigentes y exclusivos con los
en absoluto a los dadaístas. Así, ellos no «crean» obras, sino que que Dada presentaba batalla a la mentalidad pequeño-burguesa,
fabrican objetos. Lo que interesa en esta «fabricación» es, sobre académica y reaccionaria que, frecuentemente, anidaba incluso entre
todo, el significado polémico del procedimiento, la afirmación
de la potencia virtual de las cosas, de la supremacía del azar sobre
:1quellos artistas que se creían de vanguardia. Ivluchas «obras» dadaís-
ras fueron «fabricadas» con el método de la «poesía en el sombrero»,
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160 Mario De Micheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 161

es decir, recogiendo los elementos másdispara.~:lªos y poniéndolos pronunCIar una conferencia sobre la pintura, se presentó ante el
juntos según la casualidad de sus formas, de sus colores o de
su materia,_
¡ público selecto, elegante e intelectual, completamente borracho,
arrastrando una maleta que vació sobre la mesa, desparramando
Uno de los artistas más consecuentes en la fabricación de «obras» ropa interior sucia y empezando a desabotonarse entre la indigna-
de este tipo fue Kurt SchVlit~ers, de Hannover, que dadaísticamente ,JI ción de los presentes y los gritos de las señoras, que escondían
\
se forjó en 1919 un dadaísmo propio, llamado por él «Merz», púdicamente el rOStro. Sólo la policía consiguió alejar a aquel
término que parece ser mutibCIÓn de la palabra Kommerz, como extraño conferenciante l0.
si quisiera poner de relieve lo anticorhercial de la vanguardia 9. e' Duchamp y Cravan habían actuado como auténticos dadaístas.
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Sch witters utilizaba de todo: trozos de madera, de hierro, recortes En aquella época Duchamp hace salir en Nueva York tres pequeñas
de lata, sobres, tapones, plumas de gallina, billetes de tranvía, publicaciones: dos números de The Blindman y RongwronJ;;' Picabia,
sellos, clavos, piedras, cuero, etcétera. Sus obras estaban hechas tI por su parte, edita la revista 391, donde publica sus dibujos de
exclusivamente -con estos materiales. No usaba estos elementos ¡l esquemas mecánicos y de objetos fielmente copiados (una hélice,
I1
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como los cubistas o los futuristas, los cuales, en general, sólo tI una lámpara eléctrica) y escribe incluso poesías. Con Duchamp
parcialmente introducían alguno de ellos en el cuadro, absorbiéndo- .1 y Picabia también está Man Ray, el cual dará comienzo a una
lo en el conjunto del color y de la composición. Las «obras» ,¡ serie de «obras» compuestas de materias extrapictóricas heterogé-
de Schwitters sólo se componían de este material heterogéneo ., neas, pero que sobre todo en el campo de la fotografía alcanzará
'(
y mostrenco. Grosz, al recordar a Schwitters en su autobiografia, resultados notables, con auténticas radiografías del mundo real que,
dice que el producto de esta actividad dadaísta recibía el nombre :1 según la expre~ión de Hugnet, acentúan su misterio poniéndolo

I
de «pintura de la inmundicia». Las «obras» de Schwitters dejaron al desnudo. Estas fotografías, dominadas por un gusto de ciencia
de ser dadaístas cuando intentó emular con sus fragmentos al mixtificada, fueron llamadas, del nombre de su autor, rayografias.
cuadro cubista y al cuadro abstracto, es decir, cuando intentó 1
En 1918, ya de regreso en Europa, Picabia irá a Zurich a COnocer
dar a su producción un valor (,estético», transformando académica- ¡ a Tzara. Aquí se da cuenta de que Dada coincide con sus humores
I
mente en cifra la primera intuición dadaísta: en efecto, l? ~epeti­ y se convierte en uno de sus más activos defensores.
ción es la muerte de Dada.
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I
Dada en N neva York

Pero si la producción Dada es verdaderamente un «gesto», entonces


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Dada en Alemania

Los resultados tigur;u:ivos más interesantes del dadaísmo, sin embar-


go, son, ciertamente los conseguidos en Alemania, tanto por el
los artistas dadaístas por excelencia fueron Ducham p y Picabia, grupo de Berlín como por Max Ernst en Colonia. En efecto,
los cuales en 1917 yen Nueva York se entregaron a una actividad san estos dadaístas los que-'inventan elfotomontaje, nombre adoptado
análoga y aún más avanzada que la de los dadaístas suizos y de común acuerdo por Grosz, John Heartfield, Baader, Hoech
alemanes. Ya en 1913-1914, en París, Duchamp había tomado y Hausmann l l .
un portabotellas y una bicicleta y los había firmado tan campante En Berlín fue impreso, en abril de 1918, el primer manifiesto
como «obras» suyas. En cambio, en Nueva York llegó a enviar dadaísta de Huelsenbeck. En este texto, entre otras cosas, se afirma-
a la exposición del Salón de los Independientes un urinario, un ba: «El arte depende en su ejecución y dirección del tiempo en
producto comercial fabricado en serie, con el título de Fuente. que vive y los artistas son los creadores de su época ... Los mejores
La noche de la inauguración, su amigo Arthu~ Cravan, que debía artistas, los más inauditos, serán aquellos que, a cada hora, sumerjan
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162 Mario De lV1icheli Las vanJ::uardias artísticas del siglo XX 163
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los bordes de su cuerpo en e! fragor de las cataratas de la vida En este manifiesto ya se rozaba en cierto punto el problema '¡i
y sangren de las manos y de! corazón. ¿Acaso el expresionismo
ha satisfecho nuestra espera de un arte que fuese el «ballotage»
de los materiales nuevos erl la pintura. Pero en e! mismo mes del
mismo año Raoul Hausmann abordaba el tema con su propio "I~
p

de nuestros intereses vitales? manifiesto, titulado Cinema sintético de la Pintura. Sin embargo, j

»¡No! ¡No! ¡No!


»¿Acaso el expresionismo ha satisfecho nuestra esperanza de
la idea del Jotomontaje se le ocurrió a Hausmann unos meses más
tarde, durante su estancia en la isla de Usedom, en el Mar Báltico. .I
:¡¡
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un arte que quemase la esencia de la vida en la carne? En casi todas las casas de aquélla isla había colgada de la pared
»¡No! ¡No! ¡No! una lito graBa en colores que representaba la imagen de un granadero
. ),Bajo el pretexto de una vida interior, los expresionistas de sobre el fondo de un cuartel. Para hacer más personal esta especie
la literatura y de la pintura se reunieron en una generación que 1 de recuerdo militar, en muchas casas la cara original del granadero
¡ había sido sustituida por la fotograBa del familiar que había
hoy ya pide el aprecio de la historia, de la literatura y del arte,
y presenta su candidatura para obtener una honorable aprobación
I sido o era soldado. Este hecho sugirió a Hausmann la idea de
burguesa... El expresionismo, hallado en el extranjero, se convirtió
en Alemania, como todo el mundo sabe, en un gran idilio a
1 componer «cuadros» con fotograBas recortadas. De regreso a Berlín,
se entregó a ello, utilizando fotograBas de prensa y de cine, y
la espera de una buena pensión: no tiene nada que ver con las 1 participó su descubrimiento a sus amigos dadaístas de la capita11 3 .
tendencias de los hombres activos. Pero ésta es la versión de Hausmann. En realidad, John Heartfie!d
»Los firmantes de este manifiesto se han agrupado bajo el grito había empezado a fabricar sus «montajes» ya en 1914, es decir,
de combate cuando "en el" frente de guerra, y queriendo burlar la censura,
enviaba extrañas postales compuestas de recortes de periódicos
¡¡¡DADA!!! y revistas, eh las cuales imágenes contrastantes venían aparejadas
con intenciones críticas y demistificadoras. Estas postales fueron
para la difusión de un arte que realice las nuevas ideas. ¿Qué el origen del fotomontaje político de Dada.
es, pues, el dadaísmo? En 1931, en el Museo de Artes y Oficios, se montó una exposi-
»La palabra Dada simboliza la relación más primitiva con ción histórica del fotomontaje, y en aquella ocasión el mismo
la realidad que nos rodea: con el dadaísmo una nueva realidad Hausmann trató de definir su carácter y desarrollo: «Los primeros
toma posesión de sus derechos. La vida aparece en una simultánea creadores de foto montaje, los dadaístas -dijo en la inauguración-,
confusión de ruidos, de colores y de ritmos espirituales que en partían del punto de vista, para ellos incontestable, de que la
el arte dadaísta son inmediatamente recogidos por los gritos y pintura de la época de la guerra, el expresionismo postfuturista,
las fiebres sensacionales de su audaz psique cotidiana, y en toda
su brutal realidad. He aquí la encrucijada bien definida que distingue
el dadaísmo de todas las demás tendencias del arte y, sobre todo,
del futurismo, que algún imbécil, últimamente, ha interpretado
había fracasado a causa de su no-objetividad y de su falta de
convicción, y de que no sólo la pintura, sino todas las artes y
sus técnicas tenían necesidad de un cambio revolucionario funda-
mental para seguir en relación con la vida de su época. Los miem-
II
como una nueva edición del impresionismo.
»Por primera vez, el dadaísmo no se sitúa de manera estética
I bros del Club Dada no estaban interesados, naturalmente, en elabo-
rar nuevas reglas estéticas, siguiendo las cuales se habría realizado
~

ante la vida ... Ser dadaísta puede querer decir unas veces ser comer-
ciante, político más que artista, o no ser artista por casualidad ...
¡Vivan los acontecimientos dadaístas de este mundo! ¡Estar en
¡ el arte. En primer lugar, ellos se preocupaban de las aptitudes
excitantes del nuevo material, y, a través de él, de la renovación
de las formas del contenido nuevo. Dada, que era una especie
,
contra de este manifiesto significa ser dadaísta!» 12. de críoca cultural, no se detenía ante nada. Y es exacto que una ....
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164 AJaría De lvlíclzeli Las vanguardias artísticas del siglo XX 165

gran parte de los primeros fotomontajes perseguía con mordiente ya había tenido un rotundo éxito. Liberado de la casualidad y
ironía los acontecimientos contemporáneos. Pero la idea del foto- del automatismo de sus elementos heterogéneos y del gusto por
montaje es tan revolucionaria como su contenido, su forma es e! absurdo del dadaísmo, se había impuesto especialmente en la
tan subvertid ora como la aplicación de la totograBa a textos graba- U.R.S.S. como instrumento de propaganda política y pedagó-
dos, que,juntos, se transforman en un filme estático. Los dadaístas ... gica, en el ámbito de aquel Frente de Izquierda de las Artes, el
fueron los primeros en servirse de la fotograBa como material Lef, cuyo animador fue Maiakovski. Poco más tarde, los fotomon-
para crear, con la ayuda de estructuras bastante diversas y a menudo tajes antihitlerianos de Heartfield, de una extraordinaria ~ficacia,
heteróclitas y de significado antagonista, una nueva entidad que darán a este género de expresión moderna su torma más acabada..
arrancara del caos de la guerra y de la revolución un reflejo Así, precisamente como quería Dada, arte y vida habían terminado
óptico intencionadamente nuevo. Ellos sabían que una nueva poten- por mezclarse estrechamente de forma directa, transitoria y contin-
cia de propaganda se hallaba implícita en este método, y que gente en la crónica de todos los días, en las paredes de las calles
para desarrollarla y absorberla la vida contemporánea no era lo y en los escaparates.
bastante audaz. Una de las características de Dada había sido, precisamente,
»Luego, las cosas cambiaron bastante... El fotomontaje en su el querer romper la barrera de los géneros literarios y artísticos:
forma primitiva era un.a explosión de puntos de vista y un intra-vór- e! cuadro-manifiesto-fotografia eraexa'ctamente un resultado obte-
tice de azimut. En su complejidad, al ir más allá de la pintura nido en el sentido de esta búsqueda, como las poesías dibujadas,
futurista, sufrió, mientras tanto, una evolución que se podría llamar el grabado tipográfico figurativo y los poemas fonéticos. El foto-
constructiva. Por doquier se impuso la conciencia de que el elemen- montaje resultaba ser un arte sin mayúscula, sin pretensiones de
to óptico ofrece posibilidades muy variadas. El fotomontaje permite eternidacl, inmerso por com pleto en 'lo inmediato real. Por tanto,
elaborar las fórmulas más dialécticas, en razón del antagonismo si lo que ~scribió Willy Verkauf es verdad, esto es, que en e!
\
de las estructuras y de las dimensiones, por ejemplo, de lo áspero dadaísmo, aunque sea confusamente, se advierte la «profunda nostal-
y de lo liso, de la vista aérea y del primer plano, de la perspectiva gia de una comunión creadora entre el arte y el pueblo», porque
y de la superficie plana. La técnica del fotomontaje se ha simplifica- los dadaístas .«no se contentaban ya con un arte que se había
do sensiblemente en razón de su campo de aplicación que es, convertido en un negocio puramente privado», deseando, sobre
sobre todo, la propaganda política y la publicidad comercial. La todo, «poner este arte de acuerdo con el hombre activo, con
claridad necesaria que los eslóganes políticos y comerciales exigen la vida que late en su plenitud»; si esto es verdad, entonces no
influirá cada vez más en sus medios de equilibrar los contrastes se puede decir que la evolución del fotomontaje fuera contraria
más impresionantes y alejará los caprichos de la primera hora. al «espíritu» del dadaísmo. Por ello, su afirmación, incluso en
El momento dialéctico de las formas, que constituye la particulari- las transformaciones que experimentó, fue, sin duda, una victoria
dad del fotomontaje, le seguirá garantizando una supervivencia de Dada 15 .
prolongada y propicia ... Se puede pretender que el fotomontaje Pero quien hizo la aportación más aguda a la experiencia de!
triunfe tan bien como la fotograBa o e! cine, dando su contribución fotomqntaje dadaísta puro fue Max Ernst, hasta el punto de que
al desarrollo de nuestra visión y de nuestra conciencia de las estruc- algunos, como Aragon, terminaron por considerarlo inventor de
turas ópticas, psicológicas y sociales en un sentido sorprendente, este género 16. En realidad, no prestó atención al totomontaje hasta
y ello gracias a la exactitud de los datos, en los que el contenido j919, e! mismo año en que en una librería de Munich cayeron
y la forma, el sentido y la apariencia torman una sola unidad,} 14. en sus manos, por primera vez, algunas publicaciones de Dada.
El mismo Ernst ha contado cómo se le ocurrió la idea del fotomon-
Cuando Hausmann pronunciaba estas palabras, el fotomontaje ..,. taje, en una página de gran interés, no sólo por esto, sino también
166 . j'vJ ario De !v1íche li Las vanguardias artisticas del siglo XX 167

porque en ella hay mucho de! surrealismo que vendría después: del patio se alzaba un objeto de madera dura de Ernst, y al
«Un día del año 1919, hallándome con tiempo lluvioso en una lado un hacha atada a una cadena: el público era invitado a
ciudad a orillas del Rhin, me quedé sorprendido por la obsesión empuñar el hacha y a destruir la «escultura». En un rincón, Baargeld
que provocaban en mi mirada irritada las páginas de un catálogo .- había colocado un acuario lleno de un líquido rojo como la sangre,
ilustrado donde figuraban objetos para demostraciones de carácter en cuyo fondo se movía una cabellera femenina. Finalmente, en
antropológico, microscópico, psicológico, mineralógico y paleon- torno se hallaban colgados los fotomontajes, de carácter sacrílego,
tológico. Vi reunidos elementos de figuración tan distantes que escandaloso y sexual. Los visitantes, furiosos, en varias ocasiones
el mismo absurdo de este conjunto provocó una súbita intensifica- devastaron el local y destrozaron las obras, hasta que las autoridades
ción de mis facultades visionarias e hizo nacer en mí una sucesión prohibieron la exposición.
alucinante de imágenes contradictorias, imágenes dobles, triples Esta manifestación era análoga a todas las manifestaciones Dada,
y múltiples, superponiéndose unas a otras con la persistencia y cuyopÚmer.modelü-fueeL CabaretVoltaire de Zurich 18. Se
la rapidez propias de los recuerdos de amor y de las visiones trataba de manifestaciones en las que el humor sarcástico y prepo-
del duermevela. Estas imágenes pedían nuevos planos para sus tente de los dadaístas se empleaba con el exclusivo fin de provocar
encuentros en un nuevo plano desconocido (e! plano de la no-conve- las iras de los bienpensantes que caían por sus tertulias. A veces,
'-----niencia). Entonces, era suficiente añadir a estas páginas de catálogo, especialmente en Berlín, la corrupción de la postguerra y la deca-
pintando o dibujando, y reproduciendo dócilmente sólo lo que dencia de las costumbres aparecían en estas manifestaciones. Enton-
veia en mí, un color, una señal de lápiz, un paisaje extraño a ces, los gordos burgueses alemanes se alborozaban bajo el fuego
los objetos representados; el desierto, un cielo, un corte geológico, cruzado de los insultos: «¡Eh, tú, el de la derecha! ¡No te rías,
un suelo, o una sola línea recta como horizonte, para obtener cabrón !», gritaba un dadaísta. O bien: «Cierra el pico o te doy
una imagen fiel e inmóvil de mi alucinación; para transformar de patadas' en e! culo.» Cuando un dadaísta se levantaba para
en drama revelador de mis más secretos deseos lo que poco antes leer versos,' otro gritaba: "¡Alto! ¡No querrás dar nuestro arte
no eran más que triviales páginas de publicidad»17. en pasto a estos idiotas !»19. Y los gordos burgueses acababan bajo
Así, lo casual y lo absurdo dadaístas se complican y ya tienden ~.
las mesas muertos de risa y llenos de litros de cerveza. Ni siquiera
a abrirse a un clima de extática fantasía, de realidad metafísica.
No escribimos aquí sin intención esta palabra. En efecto, precisa-
el dadaísmo con su consumada técnica de la provocación conseguía
«desmontan> a estos embarazosos personajes de la Alemania postbéli- I
I
mente en esta época, Ernst pudo conocer la colección de litografias ca. Evidentemente, el insulto..YéJsarcasmo no_eran ins~rumentos
de De Chirico titulada Fiat Modes, que ejerció en él una int1uencia resolutivos. Y bastantes dadaístas, como se ha recordado, termina-
vivísima. La metafísica de De Chirico hará luego de vehículo ronpü! seguir otros caminos.
hacia el surrealismo.
Pero en este período los fotomontajes de Ernst mantenían aún
El clima a partir de! cual los dadaístas más vivos se movieron
hacia medios expresiv~s y hacia posiciones que superasen la inicial
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una violencia provocadora de auténtica naturaleza dadaísta, en anarquía fue soberbiamente descrito por el gran director teatral
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particular los fotomontajes que expuso en Colonia a comienzos Erwin Piscator, que en su volumen El teatro político, publicado
de 1920. Toda la exposición, organizada por él, Baargeld y Arp, en 1929, evocaba así los días de aquel año: "En Berlín vi de ii
r:::
que había regresado a Colonia desde Zurich, tenía este tono de nuevo a Herzfelde, que nIe plISO en contacto con su grupo: su
abierta provocación. La exposición de cuadros, esculturas y objetos hermano Hellmut (que más tarde se llamó John Heartfield), George
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diversos tuvo lugar en el patio de un café del centro. Para llegar Grosz, Waltcr Mehring, Richard HülsCllbeck, Franz Jung, Raoul
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a él había que pasar por los retretes. A la entrada, una muchacha Hausmann, etc. La mayoría de dIos pertenecía al Dada. Se discutía ¡~

vestida de primera comunión recitaba versos obscenos. En medio hasta el infinito de arte, pero siempre y sólo en relación con ¡¡
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~,
168 Mario De Micheli Las ¡languardias artísticas del siglo XX 169

la política. Y siempre llegábamos a la conclusión de que este capital las manifestaciones dadaístas. Algunas fueron famosas, como
arte, si pretendía tener e! mínimo valor, sólo podía-ser-~~arma la de! Festival Dada en la Sala Gaveau o la de 1921 en la Sala
para la lucha de cÍases. Angustiados por los rec~e~dc;s q~~d~jábamos de las Sociétés Savanres, conocida con el nombre de «Proceso
a-nllestias-espaldas~cresi1usionados en nuestras esperanzas y de la a Barres». Mientras tanto, surgen otras revistas dadaístas: Proverbe .
vida, veíamos la salvación de! mundo sólo en la extrema consecuen- de Eluard, Cannibale dePicabia-y-Z de Paul Dernée. El tono
cia: lucha organizada del proletariado, conquista de! poder. Dicta- de! dadaísmo parisiense es cáustico, brillante, impertinente y apodíc-
dura. Revolución mundial. Rusia era nuestro ideal y este sentimien- tico: «El fmurismo ha muerto. ¿De qué? De Dada ... El cubismo
toera tanto más fuerte y escribíamos en nuestras banderas del arte construye una catedral con pastel de hígado artístico. ¿Qué hace
la palabra «acción» con un color aún más rojo, cuanto en lugar Dada? El expresionismo envenena las sardinas artísticas. ¿Qué hace
de la victoria esperada nos llegaban una tras otra noticias de la Dada? El simultaneísmo todavía está haciendo su primera comu-
derrota de! proletariado. (Y, así, de la plenitud de los sentimientos nión artística. ¿Qué hace Dada? El futurismo quiere subir en
de aquellos días se pasó a la lucha áspera y sin pathos en que un lírico ascensor artístico. ¿Qué hace Dada? El unanimismo abraza
hemos crecido). Llevamos a su sepultura a Liebknecht, que había el «todismo» y pesca con caña artística. ¿Qué hace Dada? .. Cincuenta
sido la fanfarria de la voluntad de paz que nos había llegado francos de propina a quien encuentre e! modo de explicarnos
hasta las trincheras a través de las alambradas espirituales que Dada ... Dada ha existido siempre. La Santa Virgen fue dadaísta.
se habían cuidado de alzar a nuestras espaldas. Y luego a Rosa Dada nunca tiene razón. ¡Ciudadanos, compañeros, señoras y caba-
Luxemburgo. El camino del Gólgota fue: la Unter den Linden, lleros, desconfien de las imitaciones! Los imitadores de Dada quie-
las Caballerizas, la Chaussestrasse... Todos juntos entramos en la ren presentar a Dada en una forma artística que nunca tuvo. ¡Ciuda-
Liga Espartaquista.» danos 1, hqy os presentan en una forma pornográfica un espíritu
Y en este clima precisamente, como se ha visto, se desarrolló vulgar y b3,rroco que no es absolutamente la idiotez pura reclamada
e! expresionismo alemán. por Dada, sino e! dogmatismo y la imbecilidad pretenciosa»21.
• No es posible seguir la apretada crónica dadaísta en París .
Sin embargo, es necesario subrayar e! sentido del aetivismo dadá.
Dada en París Con e! escándalo, la agitación y las cabezonerías, estos intekeruales
buscaban colmar e! vacío, la desesperación y la náusea que la
Hacia «finales de 1919 -cuenta André Breton-. Tzara llega a guerra y la postguerra habían provoc:ldo en ellos. El agitarse,
París como un !v1esías. A las primeras palabras (pe pronuncia el moverse, e! gritar, e! insultar eran modos de no escuchar la
me parece descubrir en él una riquísima vida interior, y yo acepto voz de la angustia. Para algunos, e! aetiv ismo Dada era un es pecie
sin vacilar sus más arriesgadas propuestas»20. En realidad, el grupo de acrobacia volante sin red, era un modo de sentirse vivos en
parisiense, compuesto por Picabia, Aragon, Eluard, Soupault, Ribe- un continuo riesgo intelectual.
mont-Dessaig~~s,e! mis~oI3reton,Péret y otros~ estaba en marcha Existió un pesimismo Dada, una especie de humor negro, dina-
desde ha-cía algún tiempo. Bretoii-habi;¡jeído con Apollinaire mitero e incivil. El amigo más querido de Breton, e! protodad:lísta
los primeros números de la revista de Zurich Dada ya en 1917, Jacques Vaché, aquel que el 2-1- de junio de 1917, en el estreno
y a comienzos de 1919 la revista Littérature,dirig~da por él mismo de Les mamelles de Tirésias, entró vestido de ofici:ll inglés en la
y SoupauIt, se hªl:Üa_ interesado porelmovimienro mientras sus platea empuñando un revólver y apuntando a los espectadores
cora¡;o-~~~i;¡~~--~ás jóvenes hallaban cobijo en· Dada JII y Da- escandalizados por e! prodigioso erotismo de Apollinaire; Vaché,
da IV-V. ahogado por la angustia, se había matado en Nantes en 1918.
Con la llegada a París de Tristan Tzara empIezan en esta ..,..
Los dadaístas franceses, herederos de Rimbaud, pensaban seguir
Las vanguardias artísticas del siglo XX 171
170 AIario De AIiclieli
las fronteras del arte y de la literatura para liberar las fuentes
viviendo cauterizando sus llagas con el actlVlsmo provocador. En
mismas de la poesía en el hombre. De ahí su definición de la
su momento más puro esto fue el dadaísmo francés. Por tanto,
poesía, no como medio de expresión, sino como actividad del
no es el caso de buscar grandes resultados artísticos o literarios
espíritu~ no como manifestación secundaria de la inteligencia y
en el breve período de vida de este movimiento. Los bigotes
de la voluntad, sino como manera de ser y de vivir. Y no se
que Duchamp dibujó en el rostro de la Gioconda leonardesca,
trataba, ciertamente, del «vivir inimitable» de D' Annunzio, ni de
firmando la reproducción como obra suya, o el mono vivo que
la vida como obra de arte, sino dt" la búsqueda de una «libertad
Picabia quería atar dentro de un m~co vacío para exponerlo
no concebible más que en la exp~esiónt.otaldeJa.persoI1ali.daª» 25.
en una exposición colectiva 22 acaso sean las «obras» dadaísticamente
En fO"IJ."dü:"las- palabr;~"Ci~·" Tzara, pronunciadas en 1950, -~~
más completas. Pero Dada, precisamente por ello, no podía prolon-
han perdido su antiguo contacto con la experiencia de Dada:
. gar su existencia. Era un movimiento de emergeflci~,._no algo
«Detesto a los literatos -dice Tzara- y no he dejado de amar
que pudiese reestructurarse, encarrilarse por vías más norrngks,
lo que es vivo y a los que viven sin preguntar el por qué ni
adquirir una patente legalCleidentidad y deg{rse una morada
el cómo de sus gestos más insignificantes»26. Se sigue manteniendo
en la que establecerse para toda la vida. Por tanto, era justo,
la p..ri~l"acj.<l..ª~J;¡.~i~s.<='.12~~.J;¡es_tétic.aL proclamada tantos años
y entraba en la «lógica» dadaísta, que Dada matase a Dada. ..
antes.
Así pues, se puede considerar que la definición del dadaísmo
El verdadero final del dadaísmo tiene ahí su explicación, y
hecha recientemente por Arp (en 1957) es justa y, en cierto modo,
no en las varias controversias que estallaron en su época entre
concluyente :-«Dada fue la rebelión de los no creyentes contra los
Breton y Tzara. En Berlín, oportunamente yae111920, eLdadaísmo
descreídos» 27 . Era dificil decirlo mejor y de manera más concisa.
se había terminado como movimiento. En París su final inevitable
Sólo hay 'que añadir que en estos no creyentes habitaba, secreta,
tendrá lugar en 1923: un final inevitable pero consciente. Muchos
una exasperada voluntad de creer.
años más tarde, Tzara hablará de un «final voluntario». El año
anterior, en la nueva serie de Liitérature, Breton había dejado
bien marcado su definitivo alejamiento del dadaísmo con el breve
texto Lácliez tout: «Abandonad Dada. Abandonad a vuestra esposa,
abandonad a vuestra arnante. Abandonad vuestras esperanzas y lí

vuestros dolores ... »23.


Es de nuevo Tzara quien expresa claramente el punto esencial
de la cuestión general de la actividad dadaísta de aquellos años: II
. «Es cierto -afirma- que la tabula rasa elegida por nosotros como
principio directivo de nuestra actividad no tenía valor más que
en la medida en que otra cosa la hubiera sustituido,,24.
,
~

Lo que fuese esa otra cosa era algo que los dadaístas no sabían [1
~1
claramente, pero, ciertamente, no podía prescindir del hombre:
el hombre liberado, a través de aguellóls destrllcciolles necesarias preco- J, lf!,,
ri
nizadas por Rimbaud, de todas -l;s incrustaciones que falseaban lA

su fisonomía. Esta fue la ambición confusa pero profunda de Dada. i


l~

Por tanto, también Dada aspiraba a una verdad humana no desfigu- ~l


"'rada. Pero lo decisivo en todo ello es su voluntad de quebrar ti
ij
~
Capítulo 6

Sueño y realidad en el surrealismo

El problettla de la libertad

Lo que Dada no había podido hacer por su misma naturaleza


lo intentó hacer el surrealismo. Dada hallaba su libertad en la
práctica constante de la negación; el surrealismo intenta dar a
esta libertad el fundamento de una «doctrina». Es el paso de la
negación a, la afirmación. Muchas de las posiciones dadaístas se
mantienen 'en el surrealismo, lo mismo que muchos de sus gestos,
muchas de sus actitudes destructivas, el sentido general de su rebe-
lión y hasta sus métodos provocadores; pero todo ello adquiere

I
una fisonomía distinta.
Esta pars destrllerls toma un nuevo relieve porque va flanqueada
por una parte constructiva. En efecto, si el anarquismo puro del
dadaísmo apuntaba únicamente a los humores irrisorios de su polé-
mica, llegando, todo lo más, a la concepción de la libertad como
I
~

inmediato y vitalista rechazo de toda convención moral y social, ~~


el surrealismo se presenta con la propuesta de una solución que ~
~
garantice al hombre una libertad positivamente realizable. Al recha-
¡~')
zo total, espontáneo y primitivo de Dada, el surrealismo opone
~~
la búsqueda experimental y científica, apoyándose en la filosofía :i'1
y en la psicología. Dicho de otro modo, opone al anarquismo
puro un sistema de conocimiento.
La posición de Dada era una posición provisional, producida
por la náusea de la guerra y perseguida en el derrumbamiento
de la postguerra. Ahora los temas habían cambiado, en parte,
y la situaciór? tendía a permanecer congelada; los «escándalos»
1I

174 ¡'vIario De !v1icheli


Las vanguardias artisticas del siglo XX 175
r
es premisa indispensable para realizar la completa libertad del I
eran, por ello, menos eficaces para mantener vivo e! significado
espíntu.
de la revuelta intelectual contra la sociedad. Y, sin embargo, la De 1923 a 1935 la investigación teórica de Breton y de sus
fractura de la crisis continuaba abierta y seguía generando disgusto. amigos se dirige a aclarar estos dos términos de la cuestión. Por
La consciencia de esta fractura en el surrealismo fue, desde ello, son muy frecuentes en los manifiestos, en los ensayos y
el comienzo, agudísima: fractura entre arte y sociedad, entre mundo en los poemas las referencias a este tema fundamental. Y siempre
exterior y mundo interior, entre fantasía y realidad. Por este moti- es Breton, e! guía espiritual del movimiento, e! que sabe resumir
vo, todo el esfuerzo de los surrealistas tendió a encontrar una e iluminar con claridad los varios momentos de esta apretada his-
mediación entre estas dos orillas, un punto de coincidencia que toria de experiencias, de tentativas, de d L)das y de contradicciones.
permitiera poner remedio a las laceraciones de la crisis. El elemento Dos nombres, que en la aventura surrealista tendrán un peso
original de este movimiento reside, precisamente, en eso. En el determinante, presiden esta investigación: Marx y Freud. Ivlarx
expresionismo y en e! propio dadaísmo también hallamos el senti- como teórico de la libertad social; Freud co mo teórico de la
miento de la fractura y de la crisis, pero sólo en e! surrealismo libertad individual. A este respecto, al puntualizar las posiciones
la búsqueda de la solución fue un empeño específico. del surrealismo en una entrevista concedida en 1935, Breton decía:
El problema de la libertad, pues, sigue siendo el problema «Nosotros proclamamos hace tiempo nuestra adhesión al materialis-
fundamental del surrealismo. Por ello, al igual que Dada, tampoco mo dialéctico, todas cuyas tesis hacemos nuestras: primacía de
se presenta como una escuela literaria o artística. El lema de Rim- la materia sobre el pensamiento, adopción de la dialéctica hegeliana
baud, «La literatura es una idiotez», es también su lema: la puesta como ciencia de las leyes generales de! movimiento, tanto de!

i
que está en juego es más importante que el arte de hacer cuadros mundo exterior como del pensamiento humano, concepción mate-
o de escribir versos: está en juego el destino de! hombre, su rialista de 'la historia ... , necesidad de la revolución social como
fortuna o su ruina en la tierra. Esto es lo que e! surrealismo término de!' antagonismo que se declara, en una determinada etapa
entiende, y en dirección a esa verdad sin sobreentendidos inicia de su desarrollo, entre las fuerzas productivas materiales de la 11
su acción. sociedad y las relaciones de prod ucción existentes (lucha de clases). /,
«El arte auténtico de hoy -escribe Breton en la época de
De la psicología contemporánea, e! surrealismo considera esencial-
la guerra de Marruecos, en 1926- está ligado a la actividad social I1
mente lo que tiende a dar una base científica a las investigaciones
revolucionaria: tiende a la confusión y a la destrucción de la
sociedad capitalista»l. Y unos años más tarde con~reta aún más:
sobre el origen y las mutaciones de las imágenes ideológicas. En I.1
«En e! estado de crisis actual del mundo burgués, día a día más
este sentido el surrealismo ha atribuido una particular importancia ~
a la psicología de! proceso del sueño, tal como Freud la ha expli- JI
consciente de su propia ruina, yo creo que el arte de hoy debe lq
cado»3. \j
justificarse como consecuencia lógica de! arte de ayer y, al mismo
11
tiem po, someterse lo más posible a una actividad de interpretación [J
Estamos fren te a las dos almas del surrealismo: es decir, el ·11IJ
que haga estallar en la sociedad burguesa su malestar»2. alma heredera de los más inquietos espíritus románticos y el alma
He aquí, pues, otro de los aspectos nuevos del surrealismo: J\
que quiere acoger el mensaje de la revolución socialista. El surrealis-
su voluntad de superar las posiciones. de protesta y de rebelión mo está muy lejos de ser un todo único teóricamente compacto,
ji!

para llegar a una explícita posición revolucionaria.


¡!
y el esfuerzo de Breton por mantenerlo unido como movimiento

~r
Sin embargo, según los surrealistas, e! problema de la libertad no es nada fácil. Estas dos almas que constituyen los polos de
presenta dos facetas: la de la libertad individual y la de la libertad la dialéctica surrealista, y que en el seno del mismo surrealismo
social; por tanto, también deben ser dos las soluciones, si bien continúan siendo el reflejo de la situación históricJ reJI de frJcturJ
la libertad sociaC a la que se ha de llegar a través de la revolución,
176 ¡vIario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 177

entre arte y vida, entre arte y sociedad, llevan a menudo a los y Péret entraban en el Partido Comunista francés. En 1930, la
surrealistas a soluciones unilaterales, o puramente literarias o pura- revista Révolution surréaliste se transformó en Le surréalisme au service
mente políticas. El punto de fusión de las dos almas se queda de la révolution, yen la primera página de! primer número publicaba i
1:
la mayoría de las veces en un estado de aguda nostalgia o de un telegrama enviado por la Oficina Internacional para la Literatura 1I
ansioso deseo: «El poeta futuro -escribirá Breton- superará la Revolucionaria de Moscú, en el que se declaraba que los surrealistas 1I
11
idea deprimente del irreparable divorcio entre la acción y el sueño)}4. eran fieles a las directrices de la III Internacional. ~
Pero lo que interesa subrayar aquí es el modo enérgico con que La crónica de las peri pecias políticas de los surrealistas es bastante
se planteó el problema. Es un mérito mdiscutible del surrealismo
haberse medido con tamaño problema y haber visto las posibilida-
intrincada para seguirla en sus detalles. Las diferencias no tardaron
en manifestarse, tanto entre los surrealistas y e! Partido Comunista
i
ji
des de resolverlo. francés, como entre los mismos surrealistas. En 1933, Breton y j

La voluntad del surrealismo de irrumpir en la historia, y hasta Eluard abandonan el Partido Comunista. Sin embargo, la orienta-
en la política, para crear las condiciones de la libertad material ción general de! movimiento no varía, ni en el plano teórico
y espiritual del hombre, es una voluntad moderna; la única volun- ni en el práctico, de modo que la guerra de España unirá a
tad de volver a traer la cultura, más allá de la crisis, a un terreno
creativo distinto donde la fractura quede colmada, y no con la
repetición de una visión trasnochada, sino con la fuerza de una
todos los surrealistas contra e! fascismo franquista.
Enjunio de 1936, casi dos años después de la heroica insurrección
de los mineros de Asturias, en una conferencia celebrada en Londres,
I
visión nueva. También en el expresionismo y en el dadaísmo
afloró una exigencia semejante, y también hubo en ellos análogos
Eluard decía: .«Ha llegado el tiempo en el que todos los poetas
tienen e! derecho y el deber de atlrmar que se hallan profundamente
II
intentos individuales de resolver el problema, pero lo que es decisivo enraizados er- la vida de los demás hombres, en la vida común ... il
en el surrealismo es que se trata de todo un movimiento que
siente en su conjunto la necesidad de teorizar y realizar tal exigencia.
Es absolutamente imposible comprender el surrealismo sin tener
Hay una palabra que jamás he oído sin sentir una gran emoción
y una gran esperanza; la más grande, la de vencer a las potencias
de la ruina y de la muerte que se ciernen sobre los hombres; I
I1
presente este hecho. «Transformar el mundo, dijo Marx; cambiar esta palabra es: fraternización ... Los poetas dignos de este nombre,
la vida, dijo Rimbaud: para nosotros estas dos consignas son una como los proletarios, se niegan a ser explotados. La poesía verdadera
sola)}5. Este es el pensamiento de los surrealistas. Pero la enunciación está en todo lo que no se ajusta a esta moral, a una moral que,
alcanza aún mayor claridad: «Es necesario soiiar, dijo Lenin; es para mantener su orden y su prestigio, no sabe hacer otra cosa
necesario actuar, dijo Goethe. El surrealismo nunca quiso otra cosa; que construir bancos, cuarteles, cárceles, iglesias y prostíbulos. La
~
11
su esfuerzo pretende resolver dialécticamente esta oposición»6. He poesía verdadera está en todo lo que libera al hombre de este
aquí, pues; en qué se basa una de las razones de la pro tunda bien espantoso, bien que tiene un rostro de muerte. Se halla en .~
admiración de los surrealistas por un poeta como Lautréamont. la obra de Sade, de Marx o de Picasso, como en la de Rimbaud,
En efecto, fue Lautréamont quien dijo: «La poesía debe tener Lautréamont o Freud. Se halla también en la invención de la 1,
como objetivo la verdad práctica.» radio, en la explotación del Tcizeliuskill, en la revolución de Asturias
y en las huelgas de Francia y de Bélgica. Puede estar tanto en
Posición política la fría necesidad, la de conocer o comer mejor, como en el gusto
de lo mara villoso. Desde hace más de cien años los poetas descendie-
El surrealismo se inclinó resueltamente hacia la política en el verano ron de las cimas en que creían estar y caminaron por las calles,
de 1925, un año después de la publicación del Primer A1anifiesto, I insultaron a sus maestros; ya no tienen dioses, se atrevieron a
escrito por Breton. Dos años más tarde, Arag<;m, Breton, Eluard besar en la boca a la belleza y al amor, aprendieron los cantos
178 ¡VIario De !vficheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 179

de rebelión de la muchedumbre miserable y, sin dar muestras él -exclama- la imaginación acaso esté a punto de reconquistar
de disgusto, tratan de enseñarle los suyos propios»7. sus derechos}} l0. Bajo este aspecto, la empresa de hacer salir de
Estas palabras señalan bastante, por encima de las diferencias las profundidades de nuestro espíritu fuerzas nuevas, desconocidas
personales o de partido, la orientación viva, abierta y rica de y capaces de aumentar las fuerzas de superficie o de oponerse
los surrealistas en un momento dificil de la historia europea. victoriosamente a ellas, según Breton, puede «apoyarse tanto en
las energías de los poetas como de los científicos», ya que el
éxito de tal empresa, al no existir un método apriorístico, no
El automatismo depende de los modos más o menos caprichosos que se empleen
para llevarla a cabo, sino de los resultados efectivos. 111'

il
En e! texto de Eluard queda por explicar la unión de estos nombres: El sueño representa en nuestra vida una porción de tiempo' 11

Marx, Sade, Lautréamont... Pero aquí, como ya se ha dicho, no inferior acaso a la de la vigilia. Es, por tanto, una parte esencial 1I
I

es la doble alm~ de! surrealismo la que habla. Como quiera que


1
de nuestra existencia. En el sueño el hombre se satisface plenamente ~

sea, e! «divino marqués» y el autor de los Chants de !v1aldoror con todo lo que le sucede. ¿Por qué, pues, no ser.á posible hallar
son tomados como ejemplos de una profunda rebelión moral: un punto de encuentro de estos dos estados, sueño y vigilia, aparen-
Sade, porque «quiso devolver al hombre civilizado la fuerza de temente contradictorios, en el que ambos se resuelvan dando lugar
sus instintos primitivos»; Lautréamont, por la desenfrenada violen- a una especie de realidad absoluta, de surrealidad? Esta es la «perspecti-
cia de sus sentimientos; ambos, en suma, porque lucharon encarni- va}} surrealista. de Breton; pero mientras tanto, es decir, desde
zadamente contra lo que es falso y artificial, contra una «realidad ahora, es necesario aprender con todos los medios a liberar las
embustera e indigente» que humilla al hombre. En ello se puede fuerzas de nuestro yo inconsciente, incluso en el estado de vigilia;
ver que estas opciones son semejantes a las del expresionismo. es necesario hallar los modos de hacer intervenir en la vida disipada
Sin embargo, tal opción nos permite también plantear el problema de nuestros días la voz sepultada de nuestro espíritu, esa voz
de la sustancia más íntima del surrealismo. que los convencioilalismos más brutales intentan repeler. He aquí,
Sade es considerado por los surrealistas como «la más auténtica pues, lo que es el surrealismo: «No es un medio de expresión
anticipación de Freud y de toda la psicopatología moderna». Y nueva o más fácil, no es una nueva metafisica de la poesía; es
Breton, que es quien afirma esto, añade que la obra de Sade un medio de liberación total del espíritu y de todo lo que se
«socialmente tiende nada menos que a fundar aquella ciencia auténti- le asemeja»l1.
cá de las costumbres que es aplazada de revolución en revolución}}8. ¿Cuál es, entonces, la definición exacta del surrealismo? Breton
He aquí, por tanto, el nudo de la cuestión: restituir al hombre nos la da «de una vez por todas»: «Surrealismo es automatismo
su potencia, que siglos de prejuicios, de ofensas y de inhibiciones psíquico puro, por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente,
han conculcado. También esto es una revolución: junto a la revolu- por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real
ción social, como ya hemos dicho, está la revolución individual, del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención
que debe cortar los lazos de una larga opresión que deforma reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o
nuestra misma naturaleza y nuestra misma personalidad. morah>12.
A esta revolución de! individuo Freud aportó algunas armas «Automatismo» es, pues, la palabra clave de la poética surrealista.
insustituibles con sus estudios particulares sobre la psicología del En el dadaísmo ya se había llegado a algo semejante. La fórmula
sueño, y, de modo más general, con todas sus exploraciones en de Tzara, «El pensamiento se forma en la boca}}, junto con la
la vida de lo inconsciente 9 . Ep el Primer Afanifiesto Breton rinde receta de «fabricación» de la poesía con las palabras agitadas en
un homenaje explícito al fundador del psicoanálisis: «Gracias a el sombrero, son ejemplos de espontaneidad y de automatismo.
180 !vIario De Miel/eli Las vanguardia., artísticas del siglo XX 181

Sin embargo, e! automatismo surrealista difiere del de Dada, menos ces, sm paliativos. Y en particular, si pertenecéis a esa lamentable
psíquico y más mecánico. Para poner de relieve la diferencia basta especie de tipos singulares que ignoran el sentido de las palabras,
comparar los dos métodos de composición literaria, el de la poesía es bastante probable que la práctica del surrealismo no ponga
formada con las palabras sacadas de! sombrero y éste de Breton, en evidencia más que vuestra crasa ignorancia» 14. Todo ello significa
divulgado en e! Primer Manifiesto. André Breton aconseja : «Ordenad que la polémica surrealista contra los «talentos poéticos)} no excluye
que os traigan recado de escribir, después de haberos situado en la existencia del «talento surrealista». En realidad, nos hallamos
un lugar que sea lo más propicio poiible a la concentración de ante las últimas consecuencias del principio romántico de la inspira-
vuestro espíritu, al repliegue de vuestro espíritu sobre sí mismo. ción. Otros modos de exteriorización del pensamiento fueron tam-
Entrad en el estado más pasivo, o receptivo, de que seáis capaces. bién estudiados por los surrealistas, pero el dictado automático
Prescindid de vuestro genio, de vuestro talento, y del genio y siguió siendo el modo fundamental, al que, en mayor o menor
del talento de los demás. Decíos hasta empaparos de ello que medida, todos los demás se remiten. Ni siquiera el componer
la literatura es tino de los más tristes caminos que llevan a todas poesías con frases enteras recortadas de periódicos, como en algún
partes. Escribid deprisa, sin tema preconcebido, escribid lo suficien- caso hicieron los surrealistas, puede confundirse con el método
temente deprisa para no poder refrenaros, y para no tener la dadaísta, ya que, en efecto, el estímulo casual de las frases termina
tentación de leer lo escrito. La primera frase se os ocurrirá por por provocar una elección que pone en marcha el mecanismo
sí misma, ya que en cada segundo que pasa hay una frase, extraña psíquico en una determinada dirección.
a nuestro pensamiento consciente, que desea exteriorizarse. Resulta
muy dificil pronunciarse con respecto a la frase inmediata siguiente;
La expresión figurativa
esta frase participa, sin duda, de nuestra actividad consciente y
de la otra, al mismo tiempo, si es que reconocemos que el hecho Pero, llegados, a este punto, seguía planteado el problema de la

¡!
de haber escrito la primera produce un mínimo de percepción. expresión figurativa. En efecto, la pintura y la escultura no ofrecen
Pero eso, poco ha de importaros... Seguid escribienoo cuanto la misma posibilidad que la rápida transcripción automática de
queráis ... Si el silencio amenaza, debido a que habéis cometido la palabra. Pierre Naville, direct6r, junto con Péret, de la revista
una falta, falta que podemos llamar "falta de inatención", interrum- Révolution surréaliste, llegó a decir en las páginas del mismo órgano
1I
pid sin la menor vacilación. A continuación de la palabra que oficial, en abril de 1925, que «no existe una pintura surrealistm).
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os parezca de origen sospechoso poned una letra. cualquiera, la A esta afirmación respondió Breton Con un ensayo publicado
letra 1, por ejemplo, siempre la 1, y al imponer esta inicial a la en 1928 15 . II

palabra siguiente conseguiréis que de nuevo vuelva a imperar Este texto tuvo entonces una importancia análoga a la del I1
la arbitrariedad» 13. Primer l\J1.anifiesto. Breton abordaba el problema desde su principio
y exponía los motivos que postulan la existencia de una pintura
Así pues, el método está bien lejos de la pura mecanicidad; surrealista: «Una concepción demasiado estrecha de la imitación
es más, tiene una raíz psicológica que, aunque sea automáticamente, -escribía-, dada como objetivo del arte, es el origen de! grave
ofrece sus sugestiones. Aragon aclaró muy bien las características malentendido que se ha ido perpetuando hasta nuestros días. Al
del «dictado automático», insistiendo particularmente en el «fondo)} creer que e! hombre no es capaz más que de reproducir con
del que nace el texto automático. «El fondo de un texto surrealista mayor o menor fortuna la imagen de lo que le impresiona, los
-afirma- es de una gran importancia, porque es este fondo lo pintores se han mostrado demasiado conciliadores en la elección
que le da el precioso carácter de revelación. Si escribís siguiendo de sus modelos. El error cometido fue pensar que el modelo
"-
el método surrealista tristes sandeces, seguirán siendo tristes sande- no podía tomarse más que en el mundo exterior, o que sólo
182 Mario De lvlichelí Las vanguardias artísticas del siglo XX 183

allí se podía tomar. Ciertamente, la sensibilidad humana puede perspectiva de la fusión del sueño con la realidad o de la realidad
conferir al objeto de apariencia más «vulgar» una distinción total- con el sueño, fusión que, finalmente, devolverá a los hombres
mente imprevista; sin embargo, no es menos cierto que es hacer su integridad.
un mal uso del poder mágico de la figuración, cuyo don poseen
algunos, sirviéndose de ella para la conservación y el reforzamiento Ciertamente, una pintura basada en estas premisas no podía
de lo que ya existiría incluso sin ellos. En este hecho hay una empezar desde cero el inventario de la realidad. «Las tres peras
abdicación que no tiene excusa. En ~do caso, en el estado actual de Renoir, los cuatro espárragos de Manet, las mujercitas de choco-
del pensamiento es imposible, sobre todo ahora que la naturaleza late de Derain o el paquete de tabaco cubista»17, no estaban hechos
del mundo exterior parece cada vez más sospechosa, permitir seme- para satisfacer la sed de infinito ni la instancia de liberación del
jante sacrificio. La obra plástica, para responder a la necesidad espíritu de los surrealistas. Su investigación, tanto en el campo
de revisión absoluta de los valores reales sobre los que hoy todos de los medios como en el de la visión debía, pues, encaminarse
los espíritus están de acuerdo, se inspirará, pues, en un modelo en otra dirección.
interior o no podrá existir»16. Consecuentemente, la poética del automatismo llevada al hecho
La interioridad a que se refiere Breton no es, ciertamente, plástico impulsó a los surrealistas al descubrimiento de una serie
aquélla a la que pretendía referirse Kandinsky. Nada más alejado de procedimientos capaces de sustraer al dominio de las facultades
de los surrealistas que el espiritualismo ascético kandinskiano. En conscientes la elaboración de la obra. Tales procedimientos, al
cambio, es más cercana a Paul Klee y a su mundo recreado, contrario de 10- que pensaba Naville, permitieron aplicar la defini-
como también lo es a la poética de algunos expresionistas que ción deld)Jrrealismo al dibujo, a la pintura y, en cierta medida
veían la pintura en una exteriorización inmediata de la oleada también, a l~ fotografia 18. No todos estos procedimientos fueron
psicofisiológica sobre el lienzo. De todos modos, la pintura surrealis- originales; e~, efecto, algunos habían sido inventados en la época
ta parte de un principio básico, a saber, de la toma de conciencia dadaísta, como el fotomontaje o el collage, como la pintura y
de la «traición» de las cosas sensibles: las «cosas» ya no proporcionan la escultura de 'objetos, pero el surrealismo, aunque los empleó,
emoción ni consuelo al hombre; están fijadas en la esclavitud modificó aún más su carácter y los orientó hacia otro significado.
de una sociedad equivocada, y ellas mismas son esclavas de la Como en la poesía, también en el ámbito de la figuración
lógica convencional y se hallan sometidas a la gris usura de las la base de la operación creativa surrealista es la imagen. Pero no
costumbres. Así pues, el objetivo <ieJa piIlEura surrealista es subver- se trata de la imagen tradicional, que toma como punto de partida
tir las relaciones delasi::6sas~ contribuye;:;doderaf mocro:-en la similitud. Podemos decir que la imagen surrealista es lo contrario,
i;-~edidaen-ciue-seap~ibi~-aprecipitar la crisis de conciencia ya que apunta resueltamente a la disimilitud. Es decir, que no
general, que es el primer fin del surrealismo. Pero, junto a esto, aproxima dos hechos o dos realidades que en alguna manera se
la pintura surrealista también tiende: a arra resultaAo.-:.al:1.(Te;iciQIL asemejan, sino dos realidades lo más lejanas posible la una de la
de un mundo en el que- erh;~bre encueny'.e 10 maravillo~o";...Q.Il otra.
reino del espíritu donde se libere de todo peso e inhibición y Por ello, el artista surrealista, al dar vida a la imagen, viola
de todo complejo, alcanzando una libertad inigualable e incondicio- las leyes del orden natural y social. _Pero ésta es, precisamente,
nal. Lo nuevo y lo ignoto, que Baudelaire, huyendo del aburrimiento su finalidad, ya que, al acercar repentinamente y por sorpresa
de una realidad alienada y consumida, buscaba en su Voyage, dos términos de la realidad que parecen inconciliables, y al negar
vuelve, pues, en lo maravilloso surrealista con todas las bendiciones así su disimilitud, provoca en quien observa el resultado de tal
de una consagración definitiva. En este maravilloso se nos concede operación un «shock» violentísimo que pone en marcha su imagina-
una anticipación de aquella libertad total que se coloca en la ción por los insólitos senderos de la alucinación y del sueño.
184 lV!ario De Miclleli Las vanguardia., artísticas del siglo XX 185

Max Ernst explica casi didácticamente el procedimiento que «objetos-modelos», de origen hipnagógico, y otros más. Acaso
conduce a la creación de la imagen surrealista. Para ello parte el más significativo de todos sea el primero, cuya invención se
de una famosa declaración de Lautréamont, que llegaría a ser remonta a Giacometti, a su Bola colgada: una bola de madera
una auténtica definición de la «belleza surrealista»: «Bello como con una cavidad femenina, colgada de una cuerda de violín, pende
el encuentro casual de una máquina de coser y un paraguas en y oscila sobre un segundo elemento que roza su cavidad. Es evidente
una mesa de operaciones.» Escribe Ernst: «Una realidad cumplida el simbolismo erótico de esta construcción, por lo demás juzgada
cuyo ingenuo destino tiene el aire de h~ber sido fijado para siempre todavía «demasiado plástica», «de'masiado escultura» desde un punto
(el paraguas), al encOntrarse de golpe en presencia de otra realidad de vista surrealista. En general, los «objetos surrealistas» son mucho
bastante distinta y no menos absurda (una máquina i de coser) más híbridos y espúreos y huyen de las preocupaciones formales;
en un lugar donde los dos deben sentirse extraños (una mesa de son extra-plásticos por definición. Mirar estos «objetos» con ojos
operaciones), escapará por ese mismo hecho a su ingenuo destino estéticos sería traicionar su carácter. La única fuerza que actúa
y a su identidád; pasará de su falso absoluto, a través de un en ellos de cohesivo es la simbología sexual, de gusto sádico y
relativo, a un absoluto nuevo, verdadero y poético: el paraguas freudiano, que, como la bola de Giacometti, tiene la función
y la máquina de coser harán el amor. El mecanismo del procedi- de estimular la imaginación erótica, y no, ciertamente, el proceso
miento me parece desvelado por este sencillísimo ejemplo. La de la síntesis poética.
transmutación completa, seguida de un acto puro como el del Zapatos, guantes, hondas, tazas, esponjas, vasos, dados, latas,
amor, se producirá forzosamente todas las veces que las condiciones muelles, llaves, dentaduras y otros variados materiales entran a
sean favorables por los hechos dados: acoplamiento..de dos realidades formar parte de estos «objetos», y hay que decir, a fin de cuentas,
en apariencia inconciliables en un plano que, en apariencia, no conviene que en este género de «trabajo» los literatos más carentes de cualquier
a ninguna de las dOS»19. preocupación figurativa hacen mejor papel que los artistas, siempre
que no se tr;te de Dalí, literatoide monstruoso aun antes de ser
pintor. En efecto, Dalí no sólo compone «objetos surrealistas», II
La imagen surrealista es, pues, un atentado al princlplO de
identidad. No tienen otro significado los llamados «objetos surrealis- sino que también los imagina y los describe con la aberración
barroquizante de su automatismo «españolesco»: «Grandes automó-
tas» compuestos con semejante procedimiento. En estos casos el
viles, tres veces más grandes que en la realidad, serán reproducidos
1
automatismo se pone en marcha por el impulso gratuito de un !I
objeto «hallado» que actúa como «provocador óptico». El procedi- con una minuciosidad de detalles más precisa que los modelos
miento sigue siendo análogo al del fotomontaje o collage en su más exactos, en yeso o en ónice, para ser colocados, envueltos II
en ropa interior femenina, en sepulturas cuya situación sólo se !I
acepción. ernstiana, del que hablamos anteriormente. En efecto, II
desde aquella época Ernst actuaba, al menos en parte, surrealística- reconocerá por la presencia de un pequeño reloj de paja»20.
'1
mente. Pero, en particular, los precedentes de los «objetos surrealis- Así pues, el automati~mo surrealista se puede provocar de distin-
tas» hay que buscarlos en algunas pruebas dadaístas de Duchamp tas maneras. Lo único que hay que encontrar es el modo de intensifIcar ;1

y de Picabia. f la irritabilidad de las Jawltades del espiritll 21 . Además de los procedi-


Sin embargo, partiendo de aquellas primeras sugestiones el I mientos ya descritos del fotomontaje y del objeto «hallado», Max
surrealismo ha recorrido mucho camino, especialmente hacia el Ernst sugiere otro, el que él llama' el frottage. El procedimiento
es bastante sencillo y recuerda un juego infantil, el de colocar
" año 1930. Los tipos de «objetos» inventados son numerosos y 1 una hoja de papel sobre una moneda, frotando por encima con
cada uno ha sido clasificado según una categoríá: «objetos transus-
l. un lápiz para hacer salir la efigie. Ernst ejercitó este juego con
tanciados», de origen afectivo; «objetos para proyectan, de origen
¡
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onírico; «objetos-máquinas», de origen fantástico-experimental; las materias más disparatadas: trozos de maden, hojas, tela de
I
186 /vIario De j\;Iiclzeli Las vanguardias artísticas del siglo, XX 187

saco deshilachada. Era un modo de interrogar a la materia. A penas Veamos cómo el mismo DalÍ explica el sentido de esta afirma-
interrogada, la materia perdía su carácter para asumir el aspecto ción: «Sobre la base de un proceso netamente paranoico ha sido
de una serie de imágenes inesperadas, que ayudaban fácilmente posible obtener una imagen doble, es decir, la representación de
a las facultades ~editativas y alucinatorias del artista. Nacían asÍ, un objeto que, sin la mínima modificación figurativa o anatómica,
ante la mirada estupefacta de Ernst, «cabezas humanas, animales, sea al mismo tiempo la representación de otro objeto absolutamente
una batalla que termina en un beso, rocas, el mar y la lluvia, distinto, despojado de cualquier género de deformación o anormali-
terremotos, la esfinge sobre su pedestal, pampas, latigazos y ríos dad que cualquier arreglo podría ocultar. El logro de tal imagen
de lava, campos de batalla, inundaciones y plantas sísmicas ... el es posible gracias a la violencia del pensamiento paranoico, que
banquete fúnebre, la rueda de la luz...»:22. Y Ernst confiesa que, se ha servido con astucia y destreZa de la cantidad necesaria de
a continuación, limitando cada vez más su participación activa pretextos, coincidencias, etcétera, aprovechándolos para hacer apa-
a la reelaboración del primer dato del frottage, llegó a asistir al recer la segunda imagen, que, en este caso, ocupa el lugar de
nacimiento de l? obra como si fuera un espectáculo. la idea obsesiva. La imagen doble, cuyo ejemplo puede ser el
La aplicación de este procedimiento a la creación por parte de la imagen de un caballo que, al mismo tiempo, es la imagen
de Ernst se remonta a 1925, y él mismo recuerda que el precursor de una mujer, puede prolongarse, continuando el proceso paranoi-
de la teoría del «provocador óptico» fue Leonardo, allí donde co, siendo entonces suficiente la existencia de otra idea obsesiva
habla de la ('mancha» en el muro, que excita la fantasía a seguir para que aparezca una tercera imagen (la imagen de un león,
las más extrañas imágenes. Pero en sus investigaciones Ernst también por ejemplo), y así sucesivamente hasta la concurrencia de un
se dio cuenta de que, a menudo, una forma, un color, un objeto, número de im~genes limitado solamente por el g~ado de capacidad
una página de publicidad, un mapa geográfico, cualquier cosa, paranoica del pensamiento» 25.
sugieren contemporáneamente no una sino dos o más imágenes. Por Esta serie ¡de experimentos para reencontrar los métodos capaces
ejemplo: «Un ornamento segundo imperio hallado en un libro de de manifestar' el flujo automático de las fuerzas interiores abrieron
enseñanza del dibujo, revela, al presentarse a nosotros, una fuerte varias vías a la ,realización de las obras surrealistas; sin embargo,
propensión a transformarse en una quimera con elementos de son métodos que no hay que tomar al pie de la letra, sino sólo
pájaro, de pulpo, de hombre y de mujer»23. Esta primera intuición como indicaciones de base sobre las cuales la actividad surrealista
de Ernst será desarrollada por Salvador DalÍ Con su teoría de se ha desenvuelto con la máxima libertad y sin la preocupación
la imago! múltiple o imagen paranoica. En realidad, más que de de contradecirse.
una teoría, se trata de una actividad visionaria, 'que se inspira Al hablar de arte surrealista hay que observar que se trata
en los fenómenos de la paranoia. Según Dalí, se trata exactamente siempre de un arte figurativo. Lo abstracto, y en particular lo
de una actividad paranoico-crítica, es decir, del (,método espontáneo abstracto geométrico o constructivista, no cabe en la naturaleza
de conocimiento irracional basado en la asociación interpretativo-
crítica de los fenómenos del delirio». Está claro, observa Breton,
Ii del surrealismo 26, cuyos extremos menos figurativos, Arp y Miró,
se hallan muy lejos de' poder ser clasificados como abstractos.
"que con Dalí estamos ante una paranoia latente de la especie más Esto es así porque no se puede ser surrealista sin com.J?roIJ!..~erse
benigna, la paranoia en planos latentes aislados cuya evolución de algún modo en -~1;;-- reE!éle.llla;¡JI~Estepresup~sto se verá
está al cubierto de cualquier peligro de confusión». En suma, en 1 atenuid()p6steriormeiltC~peroseguirá'S-;cndo válido, y es válido,
Dalí las imágenes paranoicas, apenas aparecidas, SOn controladas,
sistematizadas y utilizadas «críticamente». Según DaIÍ, la actividad
paranoico-crítica es «una fuerza organizadora y productora de la
I sobre todo, para el período del que nos estamos ocupando.
En su Anthologie de l'hllmollr I/oir, Breton nos ofrece una preciosa
ayuda para la comprensión de las razones figurativas surrealistas.
casualidad objetiva»24. 1/ Tal ayuda la constituye una oportunísima cita de Hegel sobre
188 Mario De Miclu:li Las vanguardias artísticas del siglo XX 189

algunos aspectos del subjetivismo romántico: «El arte romántico no llega el murmullo de los arroyuelos, ni el canto de los pájaros
tenía como principio fundamental la concentración del alma sobre ni el susurrO de las hojas. Lo que yo, escucho no vale nada;
sí misma, la cual, al comprobar que el mundo real no se correspon- lo único que hay son mis ojos abiertos,' o, mejor aún, cerrados.
día perfectamente con su naturaleza, permanecía indiferente ante Lo que importa es, sobre todo, liberar al arte de lo que tiene
él. En el período del arte romántico esta oposición se desarrolló de conocido hasta hoy: toda idea y todo símbolo deben dejarse
hasta e! punto de que hemos visto cómo el interés se cemraba, a un lado. Hay que tener una gran fe en sí mismo; es necesario
ya en los accidentes del mundo exterior, ya en los caprichos de que la revelación que tenemos de una obra de arte, que la concep-
la personalidad. Pero hoy, si este interés logra hacer que el espíritu ción de un cuadro que reproduce determinada cosa sin ningún
se absorba en la contemplación del mundo exterior y que, al sentido en sí misma, sin argumento, sin significado desde el punto
mismo tiempo, el humour, conservando su propio carácter subjetivo de vista de la lógica humana, sea tan fuerte en nosotros y nos
y reflexivo, se deje asimilar por el objeto y por su forma real, procure una alegría o un dolor tan grande que nos sintamos
entonces obtene.mos, en esta penetración íntima, un humour que obligados a pintar impulsados por una fuerza mayor que la que
es de alguna manera objetivo»27. impulsa a un hambriento a morder como una bestia e! mendrugo
Esto es lo que ocurre, por ejemplo, en la narrativa de KafKa, de pan que cae en sus manos.»
de una absoluta objetividad y, al mismo tiempo, de una absoluta Así pues, las Plazas de Italia pintadas por De Chirico en París
subjetividad. Algo semejante habia imaginado Kandinsky en la ejercieron una influencia concreta en los surrealistas. En Max Ernst,
pimura con su «realismo» distanciado del sentido inmediato de como ya se ha visto, la influencia fue casi decisiva. La fascinación
la historia, que él veía anticipado por Rousseau. Llevando el humor de estas plazas influyó no sólo en los artistas' sino también en
objetivo de la definición hegeliana a sus últimas consecuencias de los poetas. fluard dedicó a De Chirico una poesía en 1923, Y
juego, el surrealismo lo transforma en azar objetivo, dando vía todavía en 19;33 todo el grupo surrealista ejercitaba sus posibilidades
libre al arbitrio más amplio de lo subjetivo al crear un mundo irracionales de penetración y de orientación en un cuadro eligiendo
de objetos definidos y, al mismo tiempo, despojados de todo para sus experimentos un viejo lienzo de De Chirico 29.
fundamento real. Así pues, el surrealismo era una empresa que
iba bastante más allá del realismo mágico al que se encaminaba La pintura de De Chirico, que él llamará posteriormente metaJ/si-
una parte de los artistas alemanes de la «Nueva objetividad». Sólo ca30, presenta, precisamente, aquellos aspectos oníricos que los
De Chirico, con sus Plazas de Italia, había hecho a partir de surrealistas tratarán luego de desarrollar. Es una pintura que nace
1910 algo semejante, yendo más allá del realismo mágico para de la memoria de arquitecturas italianas clásicas y decimonónicas,
arribar a las playas del surrealismo. en una atmósfera de lucidísimo y estático absurdo. Soledad, silencio.
Justamente, Breton, en su libro Le surréalisme et la peinture, fugas perspectivistas, ilusiones espaciales, sombras nítidas estampa-
colocó a De Chirico a la cabeza de los artistas de este movimiento. das en lisos adoquinados, soportales de sombra, cielos antiguos,
En este ensayo, Breton recuerda también un escrito de De Chirico volúmenes netos, estatuas solitarias y, a veces, una forma de vida,
de 1914 28 , en el que se expresan una serie de ideas que tienen una niña que corre empujando su aro, dos hombres que pasan,
más de una afinidad con el surrealismo. «Para que una obra de un tren en 10ntananzJ. Pero toda forma de vida, o que recuerde
arte -se lee entre otras cosas- sea verdaderamente inmortal, la vida, está como suspendida y envuelta en un velo impJlpable

¡'
es necesario que salga completamente de los confines de lo humano:
el buen semido y la lógica la perjudican. De este modo, se acercará
al sueño y a la mentalidad infantil. La obra profunda será empujada
II • que la separa de! resto del mundo. Este es el clima de las imágenes
de De Chirico, de sus «enigmas», de sus «melancolías» y de sus
«torreS». Los ecos cubistas, y hasta futuristas, que algún crítico
por el artista a las profundidades más recónditas de su ser: allí I ha descubierto en De Chirico, si existen desde un punto de vista '>

I
190 ¡'vIario De Miel/eli Las vanguardias artísticas del siglo XX 191

estrictamente filológico, por el contrario no tienen ninguna impor- de concebir. Es la época en que empieza a pintar sus bosques,
tancia en la determinación fisonómica de su obra, tallada como sus visiones cósmicas y, luego, sus ciudades. Estos temas son más
está en la dimensión alucinada del sueño y del juego intelectual. acordes con su fantasía que los que toman como motivo los mons-
truos, las pesadillas y las quimeras, ,más propiamente surreales.
El problema de la relación entre sueño y representación es, Es más, se puede decir que en estos motivos Ernst se muestra
pues, fundamental para el arte surrealista. Desde una posición incluso menos libre y más vinculado a sugestiones figurativas ante-
proto-surrealista, De Chirico abordó este problema con resultados riores, cubistas por ejemplo, mientras que en los temas cósmicos
satisfactorios (al menos hasta 1919). P-cro no se puede decir que o de las ciudades y de los bosques consigue verdaderamente inventar
todos sus términos hayan sido aclarados. En realidad, en su obra un lenguaje de rara fuerza evocadora.
creativa, ¿cómo debía comportarse el artista respecto al sueño? Con procedimientos indirectos, con una transposición poética
¿Acaso debía contentarse con copiarlo fielmente? ¿Debía limitarse de gran riesgo, con una sencillez ejemplar de imágenes y una
a reproducir la i!ilagen irracional dictada por su yo inconsciente, minuciosa complejidad de intervenciones técnicas, Ernst alcanza
i
sin añadir ni quitar nada? Dalí hablaba de pintura como de «una cotas de sólida poesía. Una especie de primitiva dialéctica de la
instantánea de colores de la concreta irracionalidad». ¿Era ésta naturaleza penetra su creación; las cosas pierden su significado
la definición justa? ¿O esta posición habría llevado a los surrealistas
1.1
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para adquirir otro: la nladera se vuelve mar, el anillo se vuelve 1
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solamente a un nuevo género de naturalismo descriptivo? sol, la tapicería se transforma en muralla de árboles, en floresta
No es dificil reconocer que dentro de tales límites se atascó petrificada, . y una serie de adornos se tornan la aglomeración
el arte de un Dalí o de un Delvaux, por citar sólo dos ejemplos de una ciudad. A todos los modos que pone en acción para provocar
de los más conocidos. El mismo Breton tuvo que reconocerlo su inspiraciém, Ernst sabe responder con los recursos inagotables
así: «La fJjación -escribió en 1941- llamada del trompe-l'oeil (y de su fantasík poblada de fantasmas. Estos cuadros no nos hacen
aquí está su debilidad) de las imágenes de sueño ha demostrado echar de menos los temas tradicionales de la pintura. Ernst es
ser en la experiencia la menos segura y la más abundante en un pintor enérgico y preciso. Algo de extraño, una subterránea
errores»31. Desde este punto de vista, pues, <<la instantánea de metamorfosis, 1,1na celeste aventura, un presentimiento de la infini-
lo irracional concreto» de Dalí queda desacreditada, y el artista tud espacial, un hormigueo de energías terrestres bullen dentro
español acaba por ser expulsado del surrealismo en 1936. Por de sus lienzos. Verdaderamente, parece elaborar una visión de ciencia-
lo demás, la misma noción de automatismo, con el correr de ficción a escala poética. Pasado y futuro se unen en sus imágenes,
los años, sufre una transformación y una «revisiÓn» h 4sta admitir ruinas arcaicas y árboles antropomorfos, pájaros de antracita y
que «el automatismo se puede armonizar Con ciertas intenciones soles prismáticos: un mundo artificial y, al mismo tiempo, misterio-
premeditadas»32. Así, una vez abandonada la fidelidad naturalista samente vivo.
de la transcripción de los sueños, y atenuado el automatismo puro, Otro artista que, desde el principio, se vinculó al surrealismo
se considerará suficiente que el artista, al crear la obra, consiga fue André Masson, dotado de una capacidad pictórica semejante
penetrar «en el campo psicofisico total, del que el campo de la a la capacidad verbal de Desnos; es decir, así como Desnos era
conciencia no es más que una débil parte». capaz de «hablar en surrealista)}, con la misma espontaneidad Masson
conseguía «pintar en surrealista)}. El fondo de su pintura era un
Max Ernst sigue siendo, sin duda, el representante más cualifica- obsesivo erotismo que él comunicaba a la tela en una maraña de
. do de esta pintura. Hacia 1925 se halla en plena posesión de símbolos. Elementos postcubistas y picassianos se mezclaban a su
sus medios y es dueño absoluto de la poética surrealista, que /
estilo híbrido, apretado y confuso. De naturaleza esencialmente
ya no siente como algo experimental, sino como un modo natural lírica, hallaba cumplida satisfacción en la poética surrealista, hasta
192 Mario De i\!Iichelí Las vanguardias artísticas del siglo XX 193

el punto de que, una vez abandonado el movimiento surrealista, surrealista. Pero al surrealismo también están vinculados pintores
continuó cultivando esa poética como la más natural de sus inclina- como Chagall y Klee. Saliendo de los límites de la primitiva
CIones. preceptiva bretoniana, el surrealismo terminó por extenderse y
Bastante distinto es Miró, surrealista desde el año del Primer por permear las investigaciones de un número cada vez mayor
Manifiesto. Miró es un primitivo del surrealismo. Breton dice de de pintores y escultores. Breton, en el desarrollo del movimiento
él que su "personalidad se detuvo en el estadio infantih> 33. El después de 1935, nombra entre los surrealistas strictu sensu a Domín-
automatismo lo ayudó a alcanzar la absoluta espontaneidad. Es guez, Kay Sage, Gorki, Victor Brauner, Matta, Wifredo Lam
dificil hallar un artista más «feliz>}. No necesita, como Ernst, recurrir y Esteban Francés.
a los «provocadores ópticos» o a los «procedimientos» que intensifi-
can la irritabilidad del espíritu para encontrar la libertad psíquica Por todo lo anterior, lo que parece evidente es que la interpreta-
de la invención, que es el presupuesto del surrealismo. Miró vive ción de muchos críticos, que pretenden encerrar el surrealismo
naturalmente er¡ una .«condición surrealista». Las imágenes brotan en el ámbito de la copia naturalista del sueño o de la irracionalidad
de su fresca emoción interior con una profusión que no conoce concreta, es una interpretación totalmente parcial e insuficiente 34 ,
límites. Brillante, elegante y desenvuelta, así puede parecer, a veces, que puede servir para Dalí o Magritte, pero que no puede aplicarse
su producción. Pero su «facilidad», que también roza la frivolidad, de ninguna manera a Ernst o a Miró. En efecto, el surrealismo,
penetra de golpe en un reino absoluto de gracia donde acaba aparte los descubrimientos de algunos "procedimientos», no ha
toda dispersión, dando vida a un torneo de sensaciones sutiles, definido ninguna sigla formal a la que los artistas tuvieran que
vibrantes y reiterativas, cuya íntima sustancia la constituyen la atenerse. Esto es, el surrealismo se define como actitud del espíritu
alegría y la inocencia, que son el verdadero subfondo en el que hacia la realidad y la vida, no como un conjunto de reglas formales
los arabescos maliciosos, amables y sentimentales y las figuraciones ni de medidas\estéticas. Para el surrealismo, en suma, es el contenido
alusivas se disponen salpicando cromáticas magias. lo que decide, es su verdad, es su fuerza. También los medios
Entre los artistas surrealistas ocupan un lugar particular Yves expresivos que el surrealismo investigó experimentalmente preten-
Tanguy y René Magritte, pintores que prefieren atenerse a la dían ofrecer al poeta y al artista la mayor posibilidad de exteriorizar

I
primerísima acepción surrealista del azar objetivo. A pesar de ello, la verdad interior sin que nada la mortificara ni la obstaculizara.
Tanguy manipula un universo que aparece como la resultante
de una serie de eyaculaciones cósmicas más que como combinación La escisión del grupo
alógica de una objetividad existente. En cambio, Magritte se man-

II
tiéne fiel al azar objetivo. Con una técnica pictórica fotográfica, El vIeJo grupo de los surrealistas se rompió en un determinado
reproduce las incongruencias de un mundo descompuesto y recom- momento. Breton intentó inútilmente mantenerlo unido. La doble
puesto según los módulos de una amarga alucinación. alma que latía en el interior del movimiento no conseguía fundirse
Pero, además de ellos, deberíamos referirnos a otros muchos ni convertirse en un alm-á sola. Llegados a un cierto punto, Breton
¡
artistas que tuvieron un contacto directo con el surrealismo y
que formaron parte de dicho movimiento. De algunos ya hemos
dado el nombre, y son aquellos artistas que procedían de Dada,
insistió cada vez con mayor energía en mantener separadas las
dos almas, el alma social y el alma individual: «Estos dos problemas
son esencialmente distintos y estamos convencidos de que se enma-
,
como Pic.abia, Duchamp, Giacometti y Arp. Otros. confluyeron rañarían deplorablemente si no fuera así. Por tanto, hay motivo
;, en el surrealismo o se aCercaron a él más tarde. Entre ellos, y -para reaccionar contra toda tentación de fusión de sus datos»35.
durante un cierto período que comienza en 1926, también se Consagrar semejante distinción y hacerla definitiva era aceptar
la distinción idealista entre esfera de la actividad práctica y esfera
halla Picasso, a pesar de que siempre afirmó no haber sido nunca
I
I
~
194 Mario De Miclzeli

de la actividad de! espmtu. Bastantes surrealistas no estuvieron


Las vanguardias artísticas de/ siglo XX

y yo dimos el nombre de surrealismo al nuevo modo de expresión


195
I

¡
de acuerdo y se separaron de! movimiento, como Aragon primero que teníamos a nuestro alcance y que deseábamos comunicar lo
y Eluard más tarde, como Picasso y Tzara, el cual hacía tiempo antes posible, para su propio beneficio, atados nuestros amigos» 37 .
que había empezado a colaborar en las revistas surrealistas. Los El «surrealismo» de Apollinaire era exclusivamente un hecho poéti-
disidentes se acercaron al Partido Comunista francés, mientras Bre-
ton estrechaba sus lazos con Trotski, refugiado en México en
co, un nuevo método de invención literaria. La palabra «surrealis-
mo» apareció bajo e! título de su obra Les mame/les de Tirésias,
I
casa de! pintor Rivera.

I
calificado precisamente por él de «drama surrealista»38.
El punto conclusivo de! pensamieñto de Breton sobre las re!acio- Pero la verdad es que Apollinaire había sugerido a los fundado- I
nes entre arte y revolución se halla expuesto en e! manifiesto res del surrealismo, además del nombre, una serie de ideas inte-
Por un arte revolucionario independiente, escrito en colaboración con resantes. For ejemplo, Apollinaire había sido uno de los primeros
Trotski en julio de 1938. En este manifiesto se puede leer e! defensores de! automatismo poético: «Cuando os sintáis secos -acon-
siguiente párrafo: «La revolución comunista no tiene miedo al sejaba-, escribid cualquier cosa, empezad cualquier frase y seguid
arte. Sabe que, según los estudios que se pueden h,lCer sobre ade!ante» 39. Así, había tenido una influencia preCIsa sobre Breton
la formación de la vocación artística en la sociedad capitalista el método con que Apollinaire componía sus «poesías-conversacio-
que se derrumba, la determinación de esta vocación no puede nes», solicitando la colaboración casual de los amigos que encontraba
resultar más que de una colisión entre e! hombre y un cierto en e! café. Pero aún hay algo más. En 1908 Apollinaire escribió
número de formas sociales que le son adversas. Esta simple coyuntu- una composición en prosa en la que llamaba a capítulo tanto
ra, aparte la conciencia que aún queda por adquirir, hace de! al automatismo como al sueño. Esta composición poética se titula
artista e! aliado predispuesto de la revolución. El mecanismo de Onirocritique 40 , yen muchos aspectos es una auténtica composición
sublimación que opera en semejante caso y que el psicoanálisis surrealista. S~n embargo, los problemas en que Apollinaire se encon-
ha puesto en evidencia, tiene como objeto restablecer e! equilibrio trará mezclado antes de su muerte, acaecida en 1918, serán innume-
roto entre e! yo coherente y sus elementos reprimidos. Esta restaura- rables y contrastantes y, en el fondo,no se dejará dominar totalmen-
ción se cumple en provecho de! ideal de! yo que suscita contra te por ninguno de ellos. Su fervor, su fantasía y sus ilusiones
la realidad actual e insoportable las potencias de! mundo interior, eran de naturaleza distinta. Eufórico, sentim<;ntal y sanguíneo,
del sí, comunes a todos los hombres y constantemente en trance no sentía, como la nueva generación, el dolor irremediable de
de despliegue en su devenir. La necesidad de e!liancipación de! la historia traicionada.
espíritu no tiene más que seguir su curso natural para llegar a .Así pues, sus indicaciones habían sido útiles, pero sólo habían
fundirse y a templarse de nuevo en esta necesidad primordial: sido eso: indicaciones. La exigencia expresada por e! surrealismo
la necesidad de emancipación de! hombre»36. No obstante la ante- era otra. Ultimo de los movimientos de vanguardia, e! surrealismo
rior distinción, Breton se ve llevado, al menos en perspectiva, había clarificado aún más el planteamiento del problema y había
a revisar una vez más la solución del problema sólo en la fusión
de los dos términos.
proporcionado los datos para resolverlo. Este y no otro es el
sentido del movimiento. Las razones de la fuerza de persuasión
I
En su historia e! surrealismo se convirtió en algo muy distinto que e! surrealismo ejerció en los mejores espíritus desde su primera
1
I
de lo que pensaba Apollinaire, de! que Breton tomó e! nombre aparición residen en eso. Respondía con más violencia y verdad
que dio al movimiento: «En homenaje a GuillaumeApollinaire, que ninguna otra tendencia a la pregunta que en toda Europa
quien había muerto hacía poco, y quien en· muchos casos nos se hacían los intelectuales: ¿Cómo salir de la angustia de la crisis?
parecía haber obedecido a impulsos de! género antes dicho, sin
abandonar por ello ciertos mediocres recurso,s literarios, Soupault
La respuesta dada por el surrealismo era rica en sugestiones y
promesas. Era un serio intento de respuesta.
1
f- 1
228 ¡VIario De i\Jicheli

reaccionó el artista contra todo lo que ocurría a su alrededor. Capítulo 8


La ironía, el esceptismo, la brutalidad, la crueldad,. el erotismo
y el individualismo exasperado son parte de la obra picassiana, Contradicciones del futurismo
una parte critica que, frecuentemente, se convierte en ira devastado-
ra y destructiva y en desenfrenada rebelión. Dicho de otro modo,
podemos decir que Picasso es un testimonio de nuestro tiempo,
un testimonio incluso de lo que en él hay de antihumano; podemos
decir que es un «testigo de cargo»,_pero siempre es un testigo,
a su vez, implicado en el proceso. Este es el origen de sus «mons-
truos», fruto de un tiempo trágico, ensangrentado y devastado
por el furor de las guerras: el tiempo de la destrucción del hombre.
Pero, junto a los «monstruos», Picasso también supo pintar los
sentimientos más humanos: pintó la alegría, la aspiración a la
justicia y a la paz; pintó el honor del hombre. Por tanto, ¿se La situación italiana
puede separar en la obra de Picasso lo que es el bien de lo que
es el mal, lo que es vida de lo que es muerte! Sería una operación La iconoclastia futurista tiene sus motivos. La Italia del «Risorgi-
absurda, falsa y Carente de fundamento crítico. Picasso es esta. mento», después de la proclamación de Roma como capital, se
complejidad, es esta dialéctica, es esta unidad de la contradicción. había precipit;do en una triste situación de bmocracia y de provin-
Podemos decir que en toda su obra se revelan estos Caracteres cianismo. El mastodóntico Palacio de Justicia a orillas del Tíber
contradictorios. y la híbridi mole del Vittoriano de Piazza Venezia constituyen
Sin embargo, lo decisivo es el peso que en esta dialéctica el más cumplido resumen del esfuerzo humbertino en el campo
tuvo el encarnizado amor de Picasso por la sinceridad y la verdad. de las artes. Los pocos artistas auténticos del siglo XIX habían sido
De ahí que no pudiera permanecer mucho tiempo en el ámbito aislados o reducidos al silencio. En pintura dominaban Aristide
del primer y segundo cubismo: «El arte no es la aplicación Sartorio, Ettore Tito y De Carolis; en escultura, Bistolfi, Troubets-
de un canon de belleza, sino lo que el instinto y el cerebro conciben koi y Canonica. Derribar a estos personajes académicos, dannunzia-
más allá de cu:tlquier canon.» Por eso él, que había partido del nos, floreales, simbolistas y oficiales era una empresa que valía
cubismo, llegó al Cuemica y más allá del Cuenzica. la pena intentar.
Pero también existía otra tendencia cultural y artística que
se había ido afirmando de sur a norte: el verismo social. El final
de las luchas por la ur:idad nacional había colocado en primer l'1i
plano una serie de problemas angustiosos, los problemas de la
11
existencia del pueblo. Bajo el aCOSO de estos problemas, numerosos
11
hombres que habían combatido en las batallas por la independencia
l.1
habían comprendido que el «Risorgimento» no podía tener su
natural conclusión más que en una forma más elevada de justicia
¡I
social. Así se formaron los primeros organizadores socialistas de liI1
los obreros y campesinos. Así pues, era natural que muchos artistas, ~!
I
I

del mismo modo que habían acudido a las filas del voluntariado
230 AJario De iVIicheli Las ¡JanY,lIardil1s artisticas del siglo XX 231

garibaldino, sintieran ahora la fascinación de las nuevas ideas y Estos temas se entremezclaban, a veces confusamente, encendían
tratasen de traducirlas a cuadros y estatuas. tercos o pasajeros entusiasmos, daban una especie de embriaguez
El verismo social fue un auténtico movimiento que cerró el a los neófitos e incitaban a reaccionar contra la obtusidad de
último ventenio del siglo, prolongándose en el nuevo. De Teofilo la cultura y de! arte oficiales, suscitando un clima de fervor en
Patini a Achille D'Orsi en el sur, de Pelizza da Volpedo a Morbelli e! que, si de un lado propiciaban la superficialidad y el amateurismo,
y Butti en la Alta Italia, son bastantes los artistas que pertenecieron por otro no carecían de seriedad en e! compromiso yen la búsqueda.
a esta tendencia. La posibilidad del verismo social era una de Este es el clima en que nace e! futurismo. Y nace como antítesis
las vías que se abría ante el arte italiano no oficial; una posibilidad violenta, tanto respecto al arte oficial como respecm al verismo
que muchos pintores y escultores acogieron sinceramente para humanitarista: es decir, nace como aspiración a la modernidad.
salir de los bajíos de la aridez creativa. La inspiración que dominaba Hoy existen dos opiniones diversas acerca del futurismo: la
a estos artistas era, sobre todo, una inspiración de denuncia, basada, primera es la quejuzga este movimienm como un puro movimiento
sin embargo y frecuentemente, más en un sentimiento de piedad artístico; la segunda es la que, en cambio, lo reduce a una simple
que en una comprensión histórica del movimiento proletario o premisa del fascismo. Se trata, sin embargo, de opiniones unilatera-
campesino de la época; una piedad propensa a transformarse en les que no tienen en cuenta las condiciones históricas en que surgió.
pietismo o en evangelismo. Pero, por otra parte, éste era uno En realidad, el futurismo fue en sus orígenes un torbellino de
de los límites del socialismo humanitarista de aquel tiempo. Tal ideas y de sentimientos diversos, en el que, al menos por lo que
concepción disminuía la profundidad de la obra, reduciendo fre- respecta a' algunos de sus hombres, la voluntad de renovación
cuentemente la imagen al boceto, a la escena de género. A pesar no era ni puramente plástica ni puramente reaccionaria.
de las genuinas intenciones de los artistas que participaron en Muchosfuturistas procedían de las filas anarquistas y anarcosin-
él, el ámbito en que se desarrollaba este movimiento era un ámbito dicalistas, y\ más tarde, incluso de las comunistas, así como de
restringido en cuanto a ideas y, en consecuencia, tampoco se libraba las del nacio'nalismo. Tenían frecuentes contactos con los obreros
del provincianismo. de las grandes industrias urbanas. En una carta a Trotski, Gramsci
cuenta: "Antes de la guerra los futuristas eran muy populares
A comienzos de siglo hubo dos revistas y un grupo de hombres entre los trabajadores. La revista [acerba, que tenía una tirada
que gravitaban en torno a ellas que intentaron romper los límites de veinte mil ejemplares, se difundía en sus cuatro quintas partes
del provincianismo italiano en el campo de la cultura, poniendo entre los trabajadores. Durante las muchas manifestaciones del
a Italia en contacto con las ideas que circulaban por Europa: arte futurista en los teatros de las grandes ciudades italianas sucedió

La Critica napolitana de Croce e JI Leonardo florentino dePapini, que los trabajadores defendieran a los futuristas contra los jóvenes
11
fundadas. ambas en 1903, y más tarde, en 1908, La Voce y Lacerba, medio aristócratas o burgueses, que se pegaban con los futuristas»l l'
que salió en 1913, en la década que precedió a la Primera Guerra y tampoco hay que o}vidar a este respecto que Marinetti salía
11
Mundial, tocaron o trataron los temas que posteriormente serían del ambiente de los poetas simbolistas franceses, defensores y divul- !l
los puntos de un debate que se prolongó a los años siguientes gadores de las ideas anarquistas. Su primera obra teatral, Le Roi 11
1:
y que, aun hoy, no puede afirmarse que se haya agotado: temas Bombance, escnta en 1905, contiene el elogio del anarquista famone,
económicos y sociales (socialismo, sindicalismo, nacionalismo), te- uno de los protagonistas de esta tragedia satírica. Y no es casualidad
mas tllosóficos (positivismo, idealismo, intuicionismo, pragmatis- que en el primer A1anifiesro del Jilillrismo de 1909, Marinetti, junto
mo), temas religiosos (modernismo), temas literarios (los contempo- a sus atlrmaciones nacionalistas, también glorifi.que el «gesto del
Líneos extranjeros) y temas artísticos (impresionismo, cubismo, / libertario,). El mismo A1l1nUzesto, en periodos sucesivos, continuaba
!
futurismo). -.. con estas palabr;:¡s: «Nosotros cantaremos a las grandes muchedum-
:1
232 AJaria De i'l'ficlzeli Las vangttardia..¡ artisticas del siglo XX 233

bres agitadas por el trabajo, por el placer o la revuelta; cantaremos que él fue el primero que intentó crear y divinizar sujetos que
las marchas multicolores y polifónicas de las revoluciones en las antes de él eran despreciados o se veían relegados a la baja reproduc-
capitales modernas; cantaremos el vibrante fervor nocturno de ción verista.» En suma, Boccioni rechazaba e! planteamiento clásico
los arsenales y de los astilleros incendiados por violentas lunas de !vleunier, pero estaba de acuerdo con él en la elección de
eléctricas; las estaciones glotonas, devoradoras de serpientes hu- su temática social. Por otra parte, tampoco faltan testimonios explí-
meantes; las fábricas colgadas de las nubes por los retorcidos hilos citos sobre su opción ideológica en los primeros tiempos de su
de sus humos ... »2. acercamiento al futurismo, es decir, a comienzos de 1909. En
El anarquismo iba acompañado de una especie de positivismo un libro de recuerdos, Libero Altomare, refiriéndose a su encuentro
socialistoide en el que se advertía el eco de las estrofas de Whitman con Boccioni en Milán en esa época, afirma entre otras cosas:
o de los versos elocuentes de Verhaeren, con sus «ciudades tentacula- "Boccioni simpatizaba con su programa, aun manteniendo sus pro-
res». Pero, en el fondo, los estímulos de semejante poética venían pias convicciones marxistas»5.
de aún más lejos, de Les clzants mademes, de Maxime Du Camp, Boccioni intentó realizar la síntesis de sus ideas «políticas» con
por ejemplo, publicados en 1855: (,Estamos en el siglo en que la nueva poética fu turista en 1911 con su gran lienzo de la Ciudad
se descubren nuevos mundos y planetas, en que se ha descubierto que asciende. El tema de esta obra sigue siendo el del arte social:
la aplicación del vapor, la electricidad, el gas, el cloroformo, la los obreros, los carreteros con sus caballos, los albañiles con sus
hélice, la fotografia, la galvanoplastia y otras mil cosas admirables carretillas, y su inspiración es, precisamente, la que ve sólo en
que permiten al hombre vivir veinte veces más y veinte veces la epopeya del trabajo la construcción del porvenir. Por estos
mejor que en el pasado ... Que el arte literario olvide los tópicos motivos, esta primera obra fuertemente comprometida de Boccioni
de las cosas muertas y que viva con su tiempo,>3; venían también está muy c¡;rca, no sólo pictóricamente, sino incluso en la inspira-
de ciertas afirmaciones de Michelet, escritas en vísperas de la revolu- ción, del Cuarto Estado, de Pelizza da Vol pedo 6. Análogamente,
ción de 1848: «La muchedumbre, todos los misterios de las grandes Carra llevaba a cabo en el mismo período la síntesis de sus ideas
masas humanas, la fantasmagoría de las oscuras fábricas, las agita- "políticas» conla estética futurista con El entierro del anarquista Callí.
ciones formidables de los ejércitos, el clamor visible de la revuelta,
¿quién pintará todo esto ?»4; procedían de toda una corriente de Estos reflejos de anarquismo, de socialismo libertario y de sore-
pensamiento en la que socialismo y positivismo se confundían. lianismo en el futurismo de esos años son, pues, bastante vivos. Los
manifiestos políticos son prueba evidente de ello. En el Primer mani-
A tales llamamientos, o a otros del mismo tipo, no podían Jlesto politico para las elecciones de 1909, por ejemplo, se lee: «Los
dejar de ser sensibles los artistas orientados en sentido anarquista, fu turistas pedimos a todos los jóvenes talentos de Italia una lucha a
soreliano o socialista como Boccioni o Carra, que ya habían trasla- ultranza contra los candidatos que pactan con los viejos y con los
dado a su arte las sugestiones de los temas humanitarios del trabajo. curas.» En el J'I'[allijlesto del partido politicoji¡turista, que repetía los mo-
A este respecto es útil consultar el j'vIanijlesto téwico de la escultura tivos del Pro,erama político Juturista publicado en Lacerba en octubre
jilturista de 1911, en el que Boccioni no puede dejar de reconocer de 1913, se encuentran frases como las siguientes: «Abolición de la
el mérito de Constantin Meunier, considerado por él como uno autorización marital, divorcio fácil. Desvalorización gradual del
de los mayores escultores de su época: "SUS estatuas -escribe- matrimonio mediante la implantación gradual del amor libre e
son casi siempre fusiones geniales de lo heroico griego con la hijos del Estado ... Preparación de la futura socialización de la
atlética humildad del descargador, de! marinero, del minero. Su tierra con la formación de un vasto patrimonio formado con
conciencia plástica y constructiva de la estatua y del bajorrelieve la expropiación de las Obras Pías, de los organismos públicos
sigue siendo la del Partenón o la del héroe clásico, a pesar de y de todas las tierras baldías o mal cultivadas. Fuertes impuestos
234 ¡'vIario De lvlicheli Las l'i1Ilgllardias artisticas del siglo XX 235

sobre los bienes hereditarios y limitación de las grandes herencias ... obispos que tantos males ha significado para ltalía ... Por apego
Horario laboral de un máximo legal de ocho horas. Igualdad al pasado nos obstinamos en querer que Roma fuera la capital
del trabajo femenino y masculino ... Sustitución del actual anticleri- e:n medio de: un desierto, alejada de las provincias más ricas y
calismo retórico y quietista por un anticlericalismo de acción, activas, demasiado distante de las restantes capitales europeas y
violento y decidido para liberar a Italia y a Roma de su medievo con una población que, vanidosa de sus recuerdos y a causa del
teocrático, que podrá elegir una tierra adecuada donde morir lenta- mal gobierno de los curas, no tenía ningunas ganas de trabajar,
mente... Nuestro anticlericalismo quiere liberar a Italia de las igle- acostumbrada como estaba a vivir de los beneficios eclesiásticos,
sias, de los curas, de los frailes, de l'as monjas, de las Vírgenes, de las propinas de los forasteros y de la sopa boba ... ¿Quién
de los cirios y de las campanas. Nuestro anticlericalismo combate dirá que me equivoco si decimos que Roma siem pre fue, hablando
la infame religión de la renuncia y de las lágrimas, que tiene espiritualmente, una mantenida?»
como símbolo deprimente al hombre en la cruz.» Manifestaciones como la del Teatro Costanzi se repiten en
Este manifiesto, si bien fue publicado en Roma juturista en otras ciudades de Italia. Fueron famosas las de Florencia y Venecia,
septiembre de 1918, fue escrito tiempo antes, probablemente uno en las que los insultos llegaron al apogeo del barroquismo y del
o dos años. pintoresquismo. Es lógico que en todo ello el amateurismo, el
Es fácil ver cuánta exterioridad y superficialidad hay en estas infantilismo y el histrionismo tuvieran gran relieve, pero no se
rotundas declaraciones, especialmente en las anticlericales. De cual- trataba sólo de eso. En algunos de aquellos jóvenes la inquietud,
quier modo, formaban parte de una tradición resurgimental que la insatisfacción ante la pereza y la inercia de la cultura oficial,
seguía siendo activa, si bien de forma tosca e infructuosa: era y el ansia de una verdad distinta de la de los filisteos y de los
una tradición que, desgraciadamente, una dolorosa historia patria burgueses eran una auténtica realidad. Como quiera que fuese,
justificaba. La palabra «desvaticanización», con la que se proponía sólo -en este grupo, en esta confusa maraña de energías debía I
la expulsión de Italia del Papa, fue acuñada entonces por los futuris- afirmarse en aquellos años una visión artística abierta a la nueva I
tas 7 . Así, pues, inicialmente, el futurismo tuvO una aproximativa problemática que ya se estaba desarrollando en Europa. 1I
concepción política sobre bases republicanas, anarcoides y socialisti- Desgraciadamente, el anarquismo, el sorelianismo y el socialis-
zantes, que sin duda constÍtuyó uno de los elementos esenciales mo no eran los únicos cO,ETIponentes ideológicos de! futurismo. II
de ese empuje revoltoso y antiburgués que es típico de su primer Tenía otros, que acabaron imponiéndose, encaminando e! movi-
miento hacia una actitud negativa. Uno de estos componentes, d
i
período.
al que ya hemos aludido, es el decadentismo simbolista que en

Anticipándose a Dada, el futurismo inventÓ las veladas provoca- ¡!
I~
doras, las manifestaciones escandalosas, las bofetadas al gusto del Marineni persistirá hasta el final como una maldición. Hasta en
público. La crónica de estas manifestaciones llenaría páginas enteras. ell'vIanifiesto jimdacional del filtllrislllo, que el Figaro parisiense publicó
H
El espíritu agresivo de tales manifestaciones llegó a su colmo cuan- por primera vez en francés el 20 de enero de 1909, se manifiesta
do, a finales de 1912, Soffici y Papini abandonaron La Voce de el exotismo decadente de cuño más fácil: «Habiamos velado toda 1'1
Prezzolini y se unieron a los futuristas, dando vida a Lacerba. la noche -mis amigos y yo- bajo lámparas de mezquita de
En febrero de 1913 Papini pronunció en el Teatro Costanzi de la cúpulas de bronce calado, estrelladas como nuestras almas ... Había- \
capital su Discurso de Roma, que provocó una batahola: "Roma mos pisoteado largamente sobre opulentas alfombras orientales
-dijo entre gritos, silbidos y puñetazos entre el públíco- es nuestL1 at~1vica galbana ... ')
el mayor símbolo de ese apego al pasado histórico, literario y Pero, a fin de cuentas, no era ése el componente más negativo.
político que siempre adulteró la vida más original de Italia. Por I Aún peor eLl el componente nKionalista: un nacion~llismo ciego,
apego al pasado histórico tenemos en casa a, ese Obispo de los histérico, exclusivista y agudizado por las teorías mal digeridas
236 Alario De i'vlichell Las vallsuardia..' artisticas del siglo XX 237

de la «voluntad de potencia» que periódicos, revistas y obras teatrales de ser cobarde. Sea proclamado que la palabra Italia debe dominar
divulgaban. Por Nietzsche se interesaba hasta el mismo D'Annun- sobre la palabra Libertad ... Orgullosos de sentir igual al nuestro
zio, que encarnaba al superhombre en una perniciosa serie de el fervor belicoso que anima a todo e! país, incitamos al Gobierno
personajes, y hasta e! mismo Ivlussolini, quien en 1908 publicaba italiano, que por fin se ha hecho futurísta, a agigantar todas las
en el Pensiero rOlnaJ:llolo un ensayo de ejemplar vacuidad: «Nietzsche Jmbiciones nacionales, despreciando las estúpidas acusaciones de
toca la diana de un próximo retorno al ideal... Para comprenderlo piratería y proclamando el nacimiento del Panitalianismo»s.
vendr5 una nueva especie de espíriHls libres fortificados en la Pero la guerra de Libia, fatalmente, no debía ser para Italia
guerra, en la soledad, en el gran peligro; espíritus que conocerán más que e! preludio de la Primera Guerra Mundial. Entonces,
el viento, los hielos, las nieves de las altas montañas ... ; espíritus lo que durante la empresa de Africa no era más que un fenómeno
dotados de un género sublime de perversidad; espíritus que nos todavía parcial, se convirtió en un hecho general, en una manifesta-
liberarán de! amor al prójimo, de la voluntad de la nada, restituyen- ción que aumentó en un «crescendo» vertiginoso. En esta situación
do a la tierra 'su fllllción y a los hombres sus esperanzas.» Es los futuristas se dispararon. Su posición antiburguesa naufragó
cierto que había quien, Como Serra, intentaba estudiar a Nietzsche miserablemente. La exaltación de la máquina, del modernismo
con un empeño más serio, pero las fórmulas apresuradas, como y de la velocidad acabó por identificarse con las tesis de la más

I
a menudo sucede, eran las que tenían más éxito. activa y desenvuelta burguesía del norte, la cual, por razones
El nacionalismo de Marinetti aparece claramente en el primer evidentes, quería la intervención en la guerra, contra la más insegu-
J\fall!!lesto: «Nosotros queremos glorificar la guerra -única higiene rJ, retardataria y amedrentada burguesía agraria, que vacilaba en
mundo-, el militarismo, el patriotismo ...» Pero e! grado de lanzarse a la aventura al no ver las ventajas inmediatas que tanto SI!

violencia de! espíritu nacionalista de los futuristas y de muchos interesaban a los industriales de la Alta Italia. No en vano la ,f
intelectuales de entonces se podrá juzgar mejor constatando las capital de! futurismo fue Milán. Los fu turistas no tuvieron rubor !¡I
reacciones que provocará en 1911 e! comienzo de la guerra de en tejer explícitamente el elogio de la {<burguesía belicista». Así,
Libia. En esta ocasión se hallaron alineados en las mismas posiciones
de aplauso tanto Corradini, fundador del Regno, corifeo exaspera-
do del ultrancismo patriotero, como D'Annunzio, Iv1arinetti y
junto al antiburguesismo, se extinguían también las nostalgias anar-
quistas y socialistas. «Hoy -escribía Carra- e! burgués favorable t
I
hasta el mismo Pascoli. Ni siquiera los sore!ianos anarco-sindicalistas
a la guerra es, ciertamente, más revolucionario que el llamado
revolucionario neutralista. El arriesga y actúa, por tanto, es un
¡
como Arturo Labriol;;¡ desaprobaron la empresa, mientras que Prez- revolucionario, mientras que el llamado anarquista es nocivo a I
E'
zolini, por su parte, se apresuraba a cambiar el carácter de La la vida y al progreso, porque en realidad nada sacrifica a la vida l
Voce, transformándola, precisamente en un momento crucial de ni al progreso» 9.
la historia italiana, en una simple hoja literaria, en la que se negaba Pero la oleada nacionalista no arrolló sólo a los futuristas,
a tomar postura contra la agresión africana. El nacionalismo era, que hicieron del interv-encionismo la razón esencial de su existencia;
en suma, un engrudo que unía a todos y a todo, por encima también arrastró a social-reformistas, idealistas, católicos y místicos.
de toda divergencia de naturaleza liteuria, política y filosó- En suma, el termento intelectual, las ideas, los intentos de búsqueda
fica.
de la apenas naciente cultura de una moderna sociedad italiana
La guerra de LibiJ fue saludada por Marinetti y sus amigos que se había liberado del punto muerto en que parecía haber
como una «gran hO rJ futurista». En octubre de ese año, exaltando embarrancado el desarrollo resurgimentJl, se dispersaban nueva-
la conquista de Trípoli, escribíJ un nuevo AJallUlcsto en el que mente en lo que Croce llamó «una orgía de irracionalidad». Las
se pueden leer algun~1s de sus afirmaciones más disparatadas: <<Sean pocas voces que se alzaron con firmeza contra la guerra fueron
concedidas al individuo y al pueblo todas las' libertades salvo la acalladas por el clamor de los gritos. de las proclamas y de los
L(L' FallS:lIardías artísticas del si~,<lo XX 239
238 Mario De lvficheli
dolo, y se dirigía a la única verdad que le había quedado: el
manifiestos. Así, la guerra, «el evento lírico» como la había definido
D'Annunzio, también había empezado para Italia. arte.
Pocos días después, a consecuencia de una caída de caballo,
Marinetti, que se había hecho operar de hernia, partió can
Boccioni moría. La guerra no era un «evento lírico», era una
los futuristas en el Batallón Ciclista Voluntario; luego, enrolado
en los Alpinos con Boccioni, Sant'Elia, Russolo, Erba, Funi y
Sironi, tomó parte en el asalto de Dosso Casina. A continuación,
nombrado oficial de artillería y luego comandante de una batería,
realidad despiadada. Otros no volvieron. No volvieron Sant'Elia,
Serra, Slataper, Carla Stuparich ... y la postguerra, cargada de
equívocos, arrastró a gran parte de los intelectuales hacia el fascismo.
I
I
En un momento en que dominaban la confusión, la invitación
resulto herido en la ingle. Entonces, Gabriele D' Annunzio, el héroe-
a la violencia, el revolucionarismo verbal y un misticismo brumoso,
soldado, fue a visitarlo al hospital de Udine y le ofreció un gran
pocos tenían la voluntad de aclarar los problemas. Las soluciones
ramo de claveles rojos 10. Mientras tanto, Mussolini pronunciaba
rápidas, fáciles y pseudorrevolucionarias eran mejor aceptadas que
discursos. La guerra acabó así por convertirse en una especie de
escenario en el-que Mussolini, Marinetti y D' Annunzio, exaltados
por la prensa nacionalista, interpretaban con el máximo empeño
los llamamientos a la dificultad y a la seriedad de los problemas
que se alzaban frente a la nación. Por otra parte, los errores 1
i
,
de los social-reformistas no ayudaron, ciertamente, a iluminar la
y la máxima publicidad los papeles que habían elegido. Se les
situación. En este clima, la demagogía fascista arrastró en su corrien-
escapaba por completo la lección verdadera, humana y social de
te destructiva a anarco-sindicalista, intervencionistas, dannunzianos,
la guerra; la lección que brotaba de un pueblo, del cual se puede
decir que por primera vez, aunque fuera en circunstancias trágicas,
estaba unido: los obreros de las fábricas de Turín y de Milán
con los braceros sicilianos, con los pastores sardos, con los campesi-
fu turistas y desbandados de toda laya.
Ya hemos aludido a esta intrincada página de historia. Nos
queda por ¡decir que el fascismo, al transformarse luego en partido
de gobierri? y, por tanto, en partido de orden, dejó de sentir
I
Iif
nos emilianos; un pueblo que en el peligro y en el sufrimiento 1I
la necesidad de tener por aliada a la chusma vociferante de los If
aprendía a conocerse, establecía lazos y vínculos de fraternidad Ir
futuristas. En efecto, una vez tomado el poder, ya no había necesi-
y tomaba conciencia de su propia realidad. El sentimiento de irl
dad de antojos caprichosos, ni de impulsos anarcoides ni de barbarie i
la unidad popular nacido de las guerras resurgimentales de indepen- intelectual. Era necesario declarar concluida la crisis postbélica y rw
dencia se desarrollaba dolorosamente en las trincheras del Carso, n
dar un «fundamento histórico» al «nueva Estado nacido de la Marcha l:
en el monte Grappa, en la línea del Piave. Una lección dura, sobre Roma». Por tanto, las invectivas futuristas contra Roma 1;1
pero vital. Por fortuna, otros intelectuales veían y comprendían, ya no eran de recibo. A este respecto, D'Annunzio era más útil 1I 1
y sacarían más tarde de esa lección las enseñanzas necesarias: intelec- 'rJ
que Ivlarinetti: la «estirpe», los «legionarios», las «cohortes», los 11
,i
tuales como Gobetti y como Gramsci. «desfiladeros mortales» y las «águilas» eran una mercancía rebosante
Leyendo los artículos, las cartas y los versos de aquel tiempo,
I1
en la guardarropía d_annunziana. Hasta el arte exigía algo más '¡
se tiene la impresión de que los futuristas vivían la experiencia sólido e imponente, algo que fuese digno de la «romanidad» de
¡ji
de la guerra dentro de una aureola de euforia, como si fueran nuestra «tradición milenaria», «latina» y «mediterránea». Y así nació
dioses de Homero que paseaban por los campos de batalla envueltos el Novecento, la Ivluestra de la Revolución Fascista; en suma,
en blancas nubes. Sólo Boccioni, después del primer momento la restauración neoclásica, académica y conmemorativa en las artes.
de excitación, de repente, entre julio y agosto de 1916, escribe No es éste lugar para ver cómo, de distinta manera, los mejores
una carta de la que se desprende que su vehemencia belicista artistas italianos, aun condicionados por esta condena capital, logra-
ha terminado: «De esta existencia saldré con -un desprecio por ron en todo o en parte substraerse a ella. Lo que más nos interesa
todo lo que no sea arte... Sólo existe el arte.» En medio del ..,. aquí es ver cómo terminó el futurismo .
entusiasmo, la crisis lo había tomado casi por sorpresa, desconcertán-
240 AJario De AJicheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 241

Ya en 1916, Carra, siguiendo los consejos de De Chirico, hasta que Mussolini lo jubiló nombrándolo. académico de Italia.
había abandonado el fu turismo por la pintura metafisica. Así, El «régimen» empezó a considerar al futurismo, al que tanto debía,
al dinamismo plástico sucedió la inmovilidad, la rigidez esquemática corno una especie de reliquia a la que todavía se le puede rendir
de los interiores y la compacta soledad de los personajes reducidos un convencional homenaje, pero sin más consecuencias. Mientras
a maniquíes. En 1919, Vallecchi publicaba e! volumen de Carra en otros países las vanguardias se habían desarrollado en la oposi-
titulado, precisamente, Pittura mehifisica. En estas páginas ya no ción, en Italia e! futurismo se había identificado con el aspecto
se hablaba de «futuro» ni de «velocidad»; dejaba de invocarse la más negro de la reacción hasta quedar totalmente ahogado por
destrucción de los museos y se buscaba, por el contrario, (<nuestro él. El furor nacionalista le había arrebatado cualquier juicio. El
carácter antiguo», nuestra «tradición», y se intentaba reencontrar miserable fin de Marinetti, cantor de la «autarquía», súbdito fiel
los valores figurativos nacionales, italianos, en Giotto, Paolo Uccel- de la República de Salo y poeta de la X Mas 11, es el tristísimo
lo y Masaccio. Es decir, se trataba de la apertura hacia la revista símbolo de una parábola decadente.
romana de Broglio, f/alori Plastici.
De! mismo modo, muy pronto abandonaron el futurismo Soffi-
ci y Sironi. Severini se encaminaría hacia e! cubismo y, más tarde, La idea de ll10dernidad
hacia e! neoclasicismo. Russolo, al final de la guerra, dejó práctica-
mente de pintar, para no volver a hacerlo hasta 1942, con una Pero es inútil insistir en e! análisis de esta historia, ya de por
pintura místico-simbolista. Balla estaba lleno de incertidumbre y sí tan explícita, corno tampoco sería de gran utilidad extenderse
de cansancio. En cuanto a Rossi, sus contactos con el futurismo en el estudio de los textos literarios que e! futurismo nos dejó.
habían sido bastante fugaces. En resumen, los primeros futuristas La historia ,de la poesía italiana pasa por otro camino, a través 1

habían concluido su experiencia. También hubo un llamado «segun- de Campana.' Ungaretti, Rebora y Montale. Se podría recordar
do fu turismo», el de Prampolini, Depero, Mino Rosso y Fillia, a Palazzeschi, pero lo poco futurista que fue nos lo dice su acongoja- ¡II'
que se desarrolló sobre todo entre 1920 y 1928, pero sus objetivos do manifiesto de! Contra-dolor, que escribió poco antes de seguir
volvían la espalda al dinamismo plástico para centrarse más bien l.
el ejem plo de Papini y de Soffici, que se separaron de! movimiento
en e! cubismo sintético y en el constructivismo. un año después de haberse sumado a él.
iI
Así pues, de hecho, con el estallido de la guerra podía decirse Por otra parte, sería un error crítico el pretender juzgar al ,~:'\
que la aventura figurativa de! fu turismo había terminado. Lo que
vino después no tuvo ni la importancia ni la fuerza del primer
futurismo teniendo en cuenta sólo sus resultados. El fu turismo
II
futurismo. Marinetti, es cierto, siguió vociferando y escribiendo
fue un movimiento polémico, de batalla cultural; fue el movimien- \!!~
to sintomático de una situación histórica; un acervo de ideas y
libelos y poemas, pero todo ello terminó siendo un espectáculo de instintos, dentro del cual, si ,bien no claramente, se expresaban ¡l,
~'

grotesco. Ninguno de los problemas de fondo que habían agitado algunas exigencias reale.s de la época nueva: la necesidad de ser :1
y agitaban la historia de las vanguardias europeas rozaba siquiera :1
modernos, de aferrar la verdad de una vida transformada por
al futurismo italiano. De las ideas, de las actitudes y de la rebeldía la era de la técnica, la necesidad de hallar una expresión adecuada I!
anterior a la guerra sólo quedaron la irritación nacionalista y un a los tiempos de la revolución industrial. El error profundo de!
genérICO mitologismo de la modernidad. y nada más. futurismo fue no considerar la suerte del hombre en e! engranaje
lV1arinetti arrastraba escuadras ruidosas de muchachotes recogi- de esta era mecánica. Sólo Boccioni, e inicialmente Carra, se dieron
dos en la provincia; con su habitual facundia .proclamaba en e! cuenta de! problema. Pero la dirección general de! movimiento
cambio de cada estación el descubrimiento de nuevos genios nacio- ! fue otra; fue la de identificar los términos del progreso técnico
i'
na!cs, pero al poco tiempo nadie o casi nadie le tornaba en serio, Con los de! progreso humano y e! situar, en consecuencia, al
242 Mario De Micheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 243

hombre y a la técnica en el mismo plano, en perjuicio del hombre. de los procedimientos formales, la afinidad entre el futurismo
Pero, a pesar del lastre de un brutal tecnicismo positivista rusO y el italiano existe... Común es el modo de elaboración
en su propia poética, el futurismo tuvo la justa intuición de un de la materia prima»13.
arte que saliera de los límites angostos e inadecuados de la tradición He aquí una prueba de que la intuición de una poética de
del siglo XIX. Con esta intuición, que correspondía a una aspiración la modernidad concebida por el fututismo en sus lvlanUlestos corres-
difusa, fue acogido favorablemente en muchas partes de Europa, pondía a algo históricamente válido en la Europa de aquellos
particularmente en Rusia. Maiakovski y el constructivismo recibie- años; y en ello hay que reconocer la causa de la indiscutible
ron, sin duda, del fu turismo italiano más de un impulso. Pero influencia del futurismo en artistas como Léger o en poetas como
el grupo de Maiakovski tenía algunas ideas básicas bastante más Ezra Pound. Este último, en 1914, a pesar de polemizar con Mari-
claras que el grupo marinettiano. Cuando Marinetti fue a Rusia netti ("Marinetti es un cadáver»), redacta~)J ellvlanUlesto dellJorticis-
en 1913, los fu turistas rusos lo habían acogido con silbidos, corno 1110, donde no faltaban realmente las sugestiones futuristas: «El
a un representante de la burguesía belicista. En efecto, a diferencia vórtice es el punto de la máxima energía. En mecánica representa
de Marinetti, Maiakovski, asentado en las posiciones socialistas más la mayor eticiencia. Usarnos las palabras mayoreflcíencía en su
avanzadas, era enemigo de la guerra, y apenas estalló el conflicto, sentido preciso, corno en un libro de mecánica ... El vórtice humano
alzó su voz acusadora contra ella. A la guerra (,higiene del mundo» tiene en su puño la trama del futuro ... El vorticismo es arte antes
de Marinetti respondió con ·su "asco y odio por la guerra»; a de dilatarse en un estado de tlaccidez, de elaboración y de aplicacio-
la exaltación marinettiana de la guerra, "prueba sangrienta y necesa- nes secundarias» 14
ria de la fuerza de un pueblo», se opusieron sus versos precisos: El puntazo de Pound contra la "dilatación» del discurso futurista,
es decir, contra la elocuencia dispersiva de Marinetti, daba en
La tierra ya no tendrá miembros intactos la diana, pero también es innegable, aun en la distorsión, que
y marIana el alma será pisoteada el j\;[anUlesto vorticista nació en una atmósfera ya congestionada
!i,1
por pies extranjeros por los gritos futuristas.
y todo ello para que un tipo cualquiera
pueda extender sus manos
sobre alguna lvlesopotarnia ...
En su agitada polémica antipositivista, las corrientes expresionis-
tas habían descuidado, en general, el problema de la modernidad
I
Tú, que combates por ellos y mueres, 1
y de la vida transformada por la técnica. En cambio, mérito 1
~
¿Cuándo te alzarás en pie del fumrismo italiano fue haber destacado con energía, si bien i
con toda tu estatura con trecuencia de modo ingenuo y demasiado mecánico, la existen-
y lanzarás a su cara cia indiscutible de este problema. En la época acmal han aparecido
tu ira profunda nuevos elementos constitutivos de la belleza. Si en un tiempo
en un grito: -¿Por qué se libra esta guerra? 12. la base del concepto estético de la belleza eran la estaticidad,
el equilibrio y la armonía de las partes, hoy, en el activismo
La base social del grupo de Maiakovski es claramente revolucio- de la vida moderna, las bases de tal concepto son la velocidad,
naria, antimilitarista y antiim perialista: "Idealmente no tenemos el dinamismo, el contraste, la disonancia y la desarmonía: "Nosotros
nada que com partir con el futurismo italiano», afirma Maiakovski. afirmamos que la magniticencia del mundo se ha enriquecido
Y, sin embargo, no vacila en establecer con el mismo futurismo con una belleza nueva: la belleza de la velocidad. Un automóvil
italiano coincidencias y afinidades: "Entre el futurismo it:diano /1 de carreras con su capó adornado de gruesos tubos semejantes
.,
y el fmurismo ruso existen elementos comunes ... En el campo
I a serpientes de hálito explosivo ... , un automóvil rugiente que parece
244 Mario De i'vfic!zeli Las vanguardias artísticas del siglo XX 245

correr sobre la metralla es más bello que la l/iCloria de Samotracim>. incluso antes, para darse cuenta de ello. Y no es extraño que
Así lo anuncia el primer ¡vlm¡U/esto. Es la condena a muerte de la intuición bergsniana pueda haber influido en los fu turistas más
toda la pasada mitología en favor de la mitología nueva: el automó- que la intuición lírica de Croce, dada la actitud ásperamente polémica
ídolo luciente, zumbante, utilitario. ¿Cómo es posible en la que el grupo de Marinetti siempre mantuvo hacia el «profesor
era del automóvil seguir escribiendo, pintando, construyendo y partenopeo». Sin embargo, hay que reconocer que el éxito de
componiendo música como en la época de las diligencias y de Bergson en el ambiente de La Voce no podía dejar de estar relacio-
la artesanía? El estilo, el lenguaje _poético, pictórico, musical y nado de alguna manera con el idealismo de los seguidores de la re-
arquitectónico deben adecuarse al nuevo ritmo de la vida. Por vista, un idealismo que de crociano había terminado por ser genti-
tanto, hay que romper con la gramática, la sintaxis y la métrica liano, pasando de una función crítica al fideísmo actualista de la ac-
tradicionales, nacidas para expresar los sentimien tos de la belleza ción. Garin observa que en esa época «Croce y Bergson hablaban
estática, y, del mismo modo, hay que acabar con los modos un lenguaje común y todos lo entendían» 17.
tradicionales de la pintura y de las artes. El estilo debe ser rápido, Las posiciones ideológicas del grupo florentino, que ejerció una
ágil y revoloteante como la vida moderna en su incesante explosión influencia decisiva en tantos jóvenes intelectuales de entonces, eran,
y puJsación; la consecuencia es en poesía las palabras en libertad, por lo demás, muy fluidas. Pero sus conexiones con el futurismo
en música los eIltonarruidos, en arquitectura el material metálico e resultan evidentes si se examinan de cerca las peripecias intelectua-
industrial, en arte el dinamismo plástico. Sólo estos medios y estos les que, como ya se han visto, llevaron al futurismo a un personaje
modos pueden garantizar la traducción estética del nuevo ideal como Papini. Esta investigación también nos convencerá del peso
de belleza. que más o menos directamente tuvieron en algunos futuristas, y
ciertamente en Boccioni, las teorías pragmáticas, igualmente pro-
pagadas por Papini desde los tiempos de Leonardo, es decir, desde
La poética 1903, y recogidas por él en un volumen en 1913. En Papini el prag-
matismo norteamericano de James se había aproximado a la intui-
La teorización más completa de la poética figurativa futurista nos ción bergsonia;u. Ya en 1906, en París, había aceptado escribir un
la dio Boccioni con sus escritos recogidos en el volumen Pittura, libro sobre el pragmatismo, cuyo prólogo escribiría Bergson. En el
swltLlra .fíauriste, publicado en 1914 en Milán, en las ediciones fondo, se puede decir que el paso sucesivo de Papini hacia el futu-
de "Poesía». Sintéticamente esta poética se halla- expresada desde rismo no fue más que la síntesis de sus anteriores simpatías tanto
1910 en el jV1an~resto de los pintores .fiauristas y en el lV1anU/esto por el pragmatismo como por el intuicionismo.
téwico de la pintura jiaurista l5 . Algunas fórmulas pragmatistas de Papini estaban hechas a pro-
Sin embargo, al tratar de identificar el centro de la poética pósito para hallar un inmediato consenso en los espíritus juveniles
de Boccioni se advierte que el positivismo futurista presenta en más inquietos de la época. Por ejemplo, Papini había propuesto
ella una serie de profundas grietas. cambiar la fórmula filosófica jamesiana de la «voluntad de creer»
Al hablar del «cubismo órfico» de Delaunay ya nos referimos por una de estas enunciaciones: "el elogio elel riesgo» o «la utilidad
a la filosofia de Bergson; con mayor motivo podemos referirnos de cree[',18. Para él el pragmatismo constituía una auténtica llamada
:1 ella al hablar de la poética futurista tal como Boccioni la formu- a la "necesidad de la aventura». Pero, ¿cuál era la tesis principal
ló 16. En efecto, gran parte de la terminología de Boccioni y del pragmatismo? James la resumía así: "Nuestra naturaleza pasional
algunas de sus ideas centrales se derivan directamente de Bergson. no sólo puede legítimamente, sino que debe elegir entre proposiciones
Es sufici~nte hojear la Introduction a la métaphysiq,¡e, que Papini cada vez que se trate de una elección que no puede ser decidida
había traducido en 1910 y de la cual La Voce ya había hablado por razones in telectuales; porque decir en semejantes circunstancias:
246 ¡Haria De Micheli Las vilnguardias ilrtísticas del slj;lo XX 247

'Na decidas, deja abierta la cuestión' ya es una decisión pasional la fatalidad que nos guía. No marchar hacia lo detlnitivo es negarse
-precisamente como decir sí o no- y va acompañada del mismo a la evolución, a la muene. ¡Todo se encamina hacia la catástrofe I
peligro de perder la verdad.» Y sigue: "Creed y tendréis razón Por tanto, hay que tener el valor de superarse hasta la muerte,
porque os salvaréis; dudad y seguiréis teniendo razón porque pere- y el entusiasmo, el fervor, la intensidad y e! éxtasis son aspiraciones
ceréis. La única diferencia es ésta: que para vosotros es mucho a la perfección, es decir, a la consumación.'}
más ventajoso creer.}} Así pues, el voluntarismo optimista de Boccioni sigue siendo
Según Papini, "e! creemos valien~s nos hace adquirir realmente uno de los modos de superar las contradicciones desgarradoras
el valor... El pesimista que considera mala la vida contribuye de la exisrencia. Una vez más, nos hallamos dentro de la problemáti-
con su dolor y sus lamentos a hacerla mala de verdad; el optimista ca típica de la vanguardia. Y éste es, sin duda, el centro de la
que cree en la bondad de la vida es uno de los factores de esa poérica de Boccioni. Análogamente, en su manifiesro del Contra-do-
bondad, con la alegría y la fuerza que le da esta creencia}}. Dicho lor, Pallazzeschi había dicho: "En vez de detenerse en la oscuridad
de otro modo'; «es preferible el riesgo de una elección equivocada de! dolor, atravesarla con ímpetu para entrar en la luz de la
a la elección pasiva e implícita de la inacción escéptica y agnóstica}}. risa.» Este ímpetu, en mayor medida que en Pal1azzeschi, aficionado
Voluntarismo, activismo, utilitarismo, riesgo y aventuras, ¿no a los humores de la ironía, era operante en Boccioni, al menos
coincidían estos términos con los presupuestos del futurismo? De hasta la carta que hemos citado, poco anterior a su muerte y
ese modo el pragmatismo se convertía en otro de los componentes en la que parece que, después de dos años de guerra, el tenso
del clima cultural de la época, y específicamente del futurismo, resorte de su voluntarismo se ha quebrado.
junto con el anarquismo, el sorelianismo, el nietzschianismo, el Pero volvamos al bergsonismo. El ímpetu de Boccioni, al supe-
positivismo y el idealismo: componentes, sin embargo, dominados rar la fatalidad de la existencia, recuerda el élan vital en su lucha
todavía por el componente mayor del nacionalismo. Así, la elección contra los ob~táculos de la materia. Pero el bergsonismo de Boccioni
irracional y activa de la guerra había hallado su correcta justifica- va bastante más allá de una simple analogía. De Bergson toma
ción pragmática. una serie de conceptos fundamentales, entre ellos el concepto de
Ciertamente, las preocupaciones teóricas no turbaban a tipos duración) es decir, el concepro inrerior de la realidad como devenir
como Marinetti, pero no era así en el caso de Boccioni. Si la o desenvolvimiento, y el concepto, ya recordado, de intuición como
mayor parte de los futuristas resbalaba sobre los problemas más único modo de captar la realidad en su com plejidad en movimiento.
graves como sobre un tobogán, Boccioni estaba hecho de otra La idea de captar desde dentro la realidad la hemos encontrado
madera. Mente férvida e instintivamente teórica, intentaba analizar repetidamente en estas páginas, ya sea al hablar de los expresionistas,
profundamente los problemas. El optimismo de Boccioni no era ya sea al hablar de los cubistas. Pero, mientras en los expresionistas
algo obtusamente eufórico o inconsciente como el optimismo de se trataba, sobre todo, de hundirse en el magma cósmico indiferen-
otros futuristas. Por el contrario, era precisamente un acto de ciado o de un confundir'ie contemplativo COn la sustancia espiritual
la «voluntad de creer» contra las razones negativas de la vida. del universo, mientras en los cubistas el problema se reducía a
Atenuadas o disipadas en él después de 1912 sus convicciones la penetración intelectual en la esencia de las cosas haciendo absrrac-
socialistas, tampoco él había escapado al sentimiento trágico de ción de las conringencias, para Boccioni, como para Bergson,
la existencia, fruto de la general crisis de conciencia de los intelectua- el problema era captar la realidad en su totalidad yen su absoluto,
les europeos. Por ello, su optimismo pragmático no carece de del que forman parte todos los elementos, sean contingentes, sean
tensión ni de dramatismo. Es más, el drama' es para él uno de esenciales. Se trataba de captar la realidad en su unitaria multiplici-
los términos fundamentales de su poética, en el que deben definirse en su movimiento incesanre, en su vida, en suma, que es
la forma y el color. «Nacer, crecer y morir -escribió-, he aquí
I parte de la vida universal..... Por tanto, no se podía tratar de un
248 AIario De AIicheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 249

«conocimiento» debido a un COntacto meramente fisiológico, ni es parte inseparable de la realidad. Sabe que intentar escindir lo
de un conocimiento estático o contemplativo, abstracto o intelectual, particular de lo universal es una infructuosa operación analítica
sino de un conocimiento completo, obtenido ensimismándose intui- de la inteligencia que mata la misma realidad. Por tanto, lo que
tivamente en el objeto y viviendo desde dentro de él su vida hay que hacer no es tanto eliminar.]o accidental como elevarlo
en la integridad de su devenir. a un estado de verdad superior: «Nosotros queremos universalizar
El punto de partida de la poética de Boccioni es, pues, éste: lo accidental creando leyes a partir de lo que desde hace cincuenta
«Para nosotros el cuadro es la vida misma intuida en sus transforma- años nos ha enseñado el instante impresionista. Por tanto, en lugar
ciones dentro del objeto y no fuera de'él.» Concepto que remacha
con mayor concisión con otra trase : «Nosotros nos identificamos
en la cosa." Desde este primer punto se desarrolla e! modo de
concebir el objeto, y, por tanto, de representarlo: "Concibiendo
el objeto desde dentro, es decir, vilJiéndolo, daremos su expansión,
del accidente fijado nosotros damos ]a accidentalidad en una forma
que es su ley de sucesión. Mientras los impresionistas hacen un
cuadro para dar un mOmf11to particular y subordinan la vida de!
cuadro a su semejanza con aquel momwto, nosotros sintetizamos
todos los momentos (de tiempo, lugar, forma y color-tono) y
I
i

su fuerza, su manifestarse, que crearán simultáneamente su relación así construimos un cuadro.» Es lo que Boccioni llama «la eternidad
con el ambiente." Así pues, para Boccioni la «inspiraciól1», es decir, de la impresión». En suma, Boccioni volvía a plantearse e! problema
el acto con el que e! artista se sumerge en e! objeto viviendo que angustiaba a Cézanne: hacer del impresionismo algo «duradero
su movimiento caracteristico, nos revela que no hay en la naturaleza como el arte de los museos». Pero, mientras Cézanne se dedicaba
líneas perpendiculares o líneas horizontales absolutas: «De perpendi- a la empresa con la búsqueda de formas estáticas, los futuristas
cular y de horizontal no hay más que un pumo situado a la intentaban alcanzar su objetivo con lasj(mnas dinámicas. En compa-
altura de! ojo que observa, ya que todo, por arriba, por abajo ración con los impresionistas el problema, pues, era realizar «un
y por los lados, prosigue en torno a nosotros en líneas convergentes contrario qu'~ se fundase en sus mismas bases».
en e! infinito. Por tanto, se puede decir que en la sensación el Boccíoni vio esta relación entre impresión y forma ~on bastante
artista es e! centro de corrientes esféricas que lo envuelven por claridad como relación entre aparición y conocimiento: «Para ir
todos lados." hacia el estilo plástico de nuestra época es necesario vivir la sensación
En estas pocas defin iciones se contiene toda la concepción estéti- que nos llega de la renovación impresionista, y olvidar la fijeza
ca de Boccioni, que intentó traducir en una serie de razonamientos de la contemplación tradicional de lo verdadero, y concebir y
específicamente relacionados con la figuración, además de con determinar en una forma la relación plástica que existe entre e!
su obra creativa. conocimiento de! objeto y su aparición ... Por tanto, la impresión
El mismo Boccioni resume los puntos de su esfuerzo teórico vivirá en su duración a través de la forma lÍnica de su acontecer.
en seis enunciados: solidificación de! impresionismo, expansión En consecuencia, la impresión no es para nosotros la ejecución
de los cuerpos en el espacio, simultaneidad, compenetración de de! objeto detenido en,su reproducción aproximada y de la cual
los planos, dinamismo y tema. los impresionistas se sirvieron para acentuar el movimiento, sino
Tomadas genéricamente, sus ret1exiones sobre el impresionismo que es el objeto dado en su complejidad de swsación (aparición)
se asemejan a las de otros muchos artistas de su época: e! impresio- y de construcción (conocimienw). El conocimiento de la construcción
nismo capta sólo datos parciales, no la sustancia de las cosas. que se refiere a las masas que componen el objeto en dirección
Era la crítica de los expresionistas y de los cubistas. Pero la ret1exión centrípeta. La aparición de la construcción que se refiere a las
de Boccioni presenta algunas novedades. El no desprecia el dato partes que relacionan el objeto con la atmósfera y con los otros
ni lo accidwtal impresionista, como hacían los expresi'onistas y 1 objetos en dirección centrifuga.»
los cubistas; por e! contrario, está convencido de que lo accidental f l\sí. Boccioni introduce la idea de que en la pintura el objeto
I
<J

250 A'1ario De lvlicheli Las l'angllardias artisticas del siglo XX 251

no vive de su realidad auténtlCa, sino como resultante plástico ese modo, «nuestros cuerpos entran en los divanes en que nos
entre objeto y ambiente. De aquí la «expansión de los cuerpos sentamos, y los divanes entran en nosotros, del mismo modo
en el espacio», otro de los puntos clave de la poética de Boccioni: que el tranvía que pasa entra en las casas, las cuales, a su vez,
«Nosotros concebimos el objeto como núcleo (construcción centrí- se arrojan sobre el tranvía que pasa y se amalgaman con él».
peta) del que parten las formas (líneas-formas-fuerza) que lo definen Por tanto, no existen sólo las influencias del color del objeto
en el ambiente (construcción centrífuga) y que determinan su en el ambiente, y viceversa, sino también las influencias recíprocas
carácter esencial.» de los voltí¡nenes.
Boccioni, a diferencia de los cubÍSTas, no niega la atmósfera, Parece evidente que lo anterior postula otros dos conceptos re-
ni el movimiento ni el lirismo de los impresionistas. Entre otras lacionados: la simultaneidad y el dinamismo. Para Boccioni el con-
cosas hay que tener en Cuenta que este problema del objeto inmerso cepto de dinamismo es, entre todos, el más importante; es el eje en
en la atmósfera lo heredó él también del impresionismo lombardo, tomo al cual gira toda su poética futurista. Por esto, insiste conti-
en particular de; Medardo Rosso, por el que sentía profundísima nuamente en sus escritos en ese concepto, intentando reiteradamen-
estima. Sólo que él advertía la necesidad de no sacrificar la concre- te definirlo de forma cada vez más precisa. Un~ .ge sus definiciones
ción del objeto a su sensibilización en la atmósfera: «Los impresionis- es ésta: «El dinamismo es la solidificación de la·iin presión sin am-
tas, para crear esta atmósfera en una unidad-objeto de valor 100, putar el objeto ni aislarlo del único elemento que lo nutre: la vida,
sustrajeron 50 de solidez formal para añadirle otro tanto de atmósfe- es decir, el movimiento.» Completando esta afirmación, dice en
ra; en cambio, nosotros creamos una nueva unidad-objeto de valor otro lado: «El dinamismo es la acción sim ultánea del movimientu
150. Por tanto, tenemos: objeto (100) más atmósfera (SO), igual característico y. particular del objeto (movimiento absoluto) con las
a objeto-ambiente (1S0).» transformaciones que el objeto experimenta en sus desplazamientos
Haciendo participar a los objetos del ambiente en la construcción en relación con el ambiente móvil o inmóvil (movimiento relati-
del objeto que está inmerso en él, y viceversa, haciendo participar vo)..., es la concepción lírica de las formas interpretadas en el infi-

~
al objeto central en la definición del ambiente, se obtiene como nito manifestarse de su relatividad entre movimiento absoluto y
Y, sin embargo, no vacila en establecer con el mismo futurismo movimiento relativo, entre ambiente y objeto, hasta formar la apa-
resultado «la compenetración de los planos». Ya en los impresionistas rición de un todo: ambiente + objeto. Es la creación de una nueva
se puede hallar la vía para una compenetración de este tipo. En efec-
to, en ellos «aunque tímidamente, las cosas ya son el mícleo de un
forma que dé la relatividad entre peso y expansión. Entre movi-
miento de rotación y movimiento de revolución; en suma, es la
I
ambiente circundante, y este ambiente es una vibraCión atmosférica
que empieza a ser plasmable. Es verdad que con ello pierden una di-
mensión: la profundidad, pero conquistan y crean para siempre un
nuevo cuerpo: la atmósfera. Por primera vez un objeto vive y se
vida misma aferrada en la forma que la vida crea en su infinito sI/ce-
derse.»
Con esta concepción Boccioni tiende a rechazar la primitiva
y simplista traducción futurist:l del dinamismo como repetición
I
!
I
de movimientos, de piánas, de brazos y de figuras, sustltLlyén- ~
completa con el ambiente, influyéndose ambos recíprocamente. Por Ui
primera vez se ve en la mejilla, hasta ahora sonrosada, la accidentali- dola por la «búsqueda intuitiva de la Jónna IÍnica ql/e dé la cOIlti- ~
dad verde del prado en el que nos hallamos, y en nuestro traje se ve nl/idad en el espacio, es decir, de la forma úmca del it~tlnito SI/- ¡
el rojo del canapé en que nos sentamos». cederse».
Si a estos influjos cromáticos del ambiente en el objeto, y Las «líneas-fuerza» son la manifestación dinámica de esta forma,
del objeto en el ambiente, heredados del impresionismo, se añaden son la representación de los movimientos de la materia en la
las recíprocas influencias de las estructuras formales del objeto trayectoria que viene dictada por la línea de construcción del I
y del ambiente tendremos ·la compenetración de los planos. De objeto y de su acción. En e1lienzo, estas «líneas..-fuerza» so·n resueltas

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_J~ lHario Dc i\ficfzcfi Las vanguardias arti.,ticas del siglo XX 253 !

por las distintas direcciones de las tormas-color, es decir, de los volú- o sea, una vez más, en la VlSlOn tradicional de! arte. Por esta 1
menes de color que crean la forma-color en su infinita movilidad vía llegó a la idea de la pintLira pLira, interesándose casi exclusivamen-
Según Boccioni, todos los objetos tienden en cada dirección te por las relaciones entre planos y volúmenes y embarrancando,
al infinito, precisamente mediame estas líneas-fuerza, cuya continui- en consecuencia, en una repetición monótona de formas estáticas,
dad en el espacio mide la intuición de! artista. A esta tendencia sin llegar jamás a la viviente síntesis dinámica de lo universal.
al infinito del objeto la llama Boccioni trascendentalislllo jlsico. Así La simpatía que Boccioni siente por Picasso y por Léger no le
pues, captar el dinamismo del objeto como torma única en su impide formular sobre el cubismo este juicio de carácter general.
irradiación de líneas-fuerza quiere de.c.ir captar la forma-tipo que Pero más interesante aún es la causa de esta grave limitación
hace vivir al objeto en lo universal. del cubismo, causa que Boccioni descubre en la incapacidad de
Por tanto, la «simultaneidad» es un concepto que abarca todos los cubistas para concebir e! «tema» del cuadro o de la estatua.
los elementos de la poética de Boccioni. En efecto, la «solidificación Si es verdad -argumenta Boccioni- que es necesario destruir
del impresionismo» no es más que la simultaneidad de objeto, todos los vulgares hábitos literarios y filosóficos que infestan la
ambiente, atmósfera; la «com penetración de los planos» no es más pintura, es igualmente verdad que no hay que reducirse al puro
que la simultaneidad de la int1uencia de las diversas estructuras formalismo de los acordes de tono, línea y volumen. Por tanto,
objetivas tormales-cromáticas entre sí; las «líneas-fuerza» no son es necesario que en la obra haya un «tema", que permita al artista
más que la simultaneidad de fuerzas centrífugas y fuerzas centrípe- huir del doble peligro de.la anécdota y de la abstracción.
tas; el "dinamismo» no es más que la simultaneidad de movimiento La claveboccioniana de! «tema» está en la emoción. En efecto,
absoluto y movimiento relativo. Por estos motivos, Boccioni define de acuerdo con·su definición, {<emoción y tema son sinónimos».Pero,
la simultaneidad como «el objeto de aquella gran causa que es ¿qué es la emoción pictórica sino un «estado de· ánimo plástico»?
el dinamismo Liniversal», como "el exponente lírico ele la moderna En consecuencia, estado de ánimo plástico y tema coinciden.
concepción de la vida, basada en la rapidez y contemporaneidad Boccioni vuelve varias veces sobre la noción de estado de
de conocimiento y de comunicaciones». ánimo plástico como a un baluarte de su poética. Resumiendo
De esta exposición se desprende que los varios elementos de sus definiciones, se podría decir que e! estado de ánimo plástico
la poética boccioniano-futurista están estrechamente ligados, hasta es la valoración lírica de los elementos plásticos de la realidad,
el punto de resultar dificil distinguirlos aunque sólo sea lógicamente. interpretados en la emotividad misma de su dinámica en vez de
Tales elementos constituyen los medios expresivos de que el pintor a través de imágenes literarias o filosóficas. La realidad objetiva
futurista dispone para llegar al resultado final, es decir, a la imagen en movimiento es un conjunto de fuerzas, direcciones, choques,
figurativa, que Boccioni llama «tema». simpatías, afinidades, discrepancias, explosiones, espesores, lisuras,
Uno de los aspectos más interesantes de los escritos de Boccioni pesos y elasticidades que el estado de ánimo plástico capta y organiza
es e! de su crítica al cubismo. Para Boccioni el cubismo, tal como hasta la transfiguración completa de los objetos que son su causa
terminó configurándose en sus protagonistas franceses, es un arte y su fundamento.
de laboratorio, es «el análisis científico que estudia la vida en Así pues, reaparece aquí e! sentimiento de la «fatalidad dramáti-
el cadáver, que diseca los músculos, las arterias y las venas para ca" de la vida universal: "La pintura de los estados de ánimo
estudiar sus funciones y descubrir las leyes de la creación». Sin quiere que este arabesco de formas y de colores se determine
duda. el cubismo dio un paso adelante al tomar los elementos I en el artista en su caracteristica j;1talidad dralllática. Esta es la pura
del objeto en su {<integralidad constructiva» y en su intrínseco parte v!va, creadora de la intuición artística... En los movimientos
valor plástico, pero, a pesar de ello, no logró super·ar la enumeración
nI la adición, y cuando intentó la síntesis cayó e.,p la inmovilidad,
I de la materia hay elementos de pasionalidad que hacen converger
las líneas de un drama plástico hacia una determinada catástrofe.
r
254 Mario De lvficheli Las vangllardias artísticas del siglo XX 255

Por tanto, la composlClOn de un estado de ánimo plástico no según estos modos, así como El entierro del anarquista Calli o
se basa en las disposiciones de los gestos de figuras o en la expresión la Estación de lvliMIl} de Carra.
de ojos, de rostros y de actitudes, sino que consiste en la rítmica En el lvlanifiesto técnico esta derivación directa del divisionismo
distribución de las fuerzas de los objetos, dominadas y guiadas está claramente contlrmada, aunque se reivindique el derecho de
por la energía misma del estado de ánimo para componer la lo instintivo del procedimiento contra las tendencias a hacer de
emoción.» él un método de fría aplicación: «La pintura no puede subsistir
Por tanto, la conclusión de ello es una Vlsmn del arte en sin (iivisionismo ... En el pintor moderno el divisionismo debe ser ~
la que el estado de ánimo plástico ya ñb es la narración psicológica un complementarismo congénito) que en nuestra opinión es esencial
de un hecho particular, sino la síntesis de una emotividad o drama y fataL» En el l'vlanUiesto de los pintores futilristas tampoco falta
universal del que también nosotros formamos parte, como roda el homenaje a Segantini y a Previati. Por lo demás, las obras
la realidad que nos circunda, y del que forma parte tanto «el prefuturistas de Balla, Boccioni, Carra, Russolo son veristas-divisio-
dolor de un hombre» como «el de una lámpara eléctrica, que nistas o impresionistas-divisionistas. Balla, que en Roma ejerció
sufre, se agita y grita con las más desgarradoras expresiones de una gran intluencia en el joven Boccioni, en Sironi y en Severini,
color». Según Boccioni, «con esta novísima concepción de los era un representante típico del positivismo científiCO y del verismo
movimientos de la materia, expresados no como valores accidenta- social en arte, que según él sólo se podían traducir a la pintura
les de interpretación sentimental y narrativa de lo verdadero, sino con la técnica divisionista.
De esta intluencia hay huellas en algún fragmento del Diario
como equivalentes plásticos de la vida en sí, nosotros llegamos
a la definición dinámica de la impresión, que es la intuición de -,I de Boccioni: «Ahora el gran corazón y la gran mente de la humani-
dad van hacia una virilidad hecha de precisión, de exactitud y
la vida."
de positivismo", escribe en una página de septiembre de 1907.
El círculo teórico de Boccioni se cierra así, enlazando con
Balla ya había pintado y pintaba suburbios, barrios obreros, mendi-
el inicio de su especulación, con el impresionismo. Pero en su
gos, enfermos .y escenas de miseria, una temática que también
conclusión la verdad del impresionismo sale, finalmente, de sus
ejerció intluencia en Boccioni y Sironi. Pero con el advenimiento
límites provisionales 'y particulares para adquirir, aun sin perder
del futurismo, después de algún tiempo Balla recibió la intluencia
sus datos de inmediatez, un carácter cósmico.
de las ideas de su joven amigo Boccioni, pintando en 1912 su
Sin embargo, llegados a este punto, se plantea necesanamente
la cuestión de cómo, con qué lenguaje figurativO realizaron los
primera obra fururista, Perrito CO/l correa, un cuadro Úmoso por
I
futuristas su poética.
la tentativa de representar el movimiento mediante la multiplica-
ción de las patas del perro, de los pies de la dama y de las
oscilaciones de la correa: solución del dinamismo que a continua-
ción, como se ha visto, Boccioni rechazará. Como quiera que
,II
Síntesis de cubismo y divisionismo sea, este cuadro de Balla también estaba hecho con técnica divisio- i
~,
msta. ,
Sin embargo, hacia 1911 se produce una transformación del
t
Si se observan los cuadros pintados en torno a 1910, se verá
que el lenguaje empleado por los futuristas es fundamentalmente primitivo fururismo en sentido cubista. La vibración luminosa
el divisionista: un divisionismo dinámico, donde el movimiento divisionista en general permanece, pero las formas se orientan
viene dado por las refracciones luminosas que envuelven los cuerpos cada vez más en dirección al sintetismo cubistizante. Véanse los
multiplicando sus vibraciones y dilatándolos en el espacio. La cilldad Saltos de calesa} de Carra, de ese año. De 1912 a 1915 este hecho do-
'lile asciende} Escena alegórica y Dolor} de Boccioni, están concebidos mina la producción futurista. Es el cubismo analítico, que intluye.
256 Alario De l'l/Iiclzeli Las vanguardias artísticas del siglo XX 257

particularmente en los futuristas. Un cuadro como lvlujer + bote- remedio al riesgo de «perderse en la abstracción», debía ser precisa-
lla + casa, de Carra, o Tren en un paisaje, de Severini, o Síntesis de mente ese centro: «el resumen definitivo de todas las investigaciones
paisaje orc1I/al, de Soffici (193) da la justa medida de cómo el cu- plásticas y expresionistas». Por tanto, el fu turismo no debía ser
bismo había impresionado a los jóvenes fu turistas italianos. Eso sólo una síntesis de los valores formales. divisionistas y cubistas,
también le había ocurrido a Boccioni, pero el grado de autonomía sino también una síntesis de los valores expresionistas. Como Picas-
de sus telas es bastante mayor: Elasticidad, Descomposición de Jiguras so, tampoco Boccioni escapa a esta condición creativa. Para él,
en la mesa, i'vIateria (1912) y Dinamismo de un ciclista y Dinamismo de como para Picasso, la obra es el resultado expresivo de la emoción:
un werpo IUlr/lano (1913) demuestran,en efecto, que la línea de bús- «La emoción es la que da la medida, frena el análisis, legitima
queda fu turista de Boccioni mantuvo su originalidad y su fuerza. el arbitrio y crea e! dinamismo», y sacrifica a la emoción «todos
Acerca del problema de las relaciones del futurismo con el los trucos del oficio» 19. Esta emoción, junto con lo que él llamaba
cubismo, Boccioni se pronunció en varios párrafos de sus escritos. «la fiebre de la intuición» y su voluntad de sacar de dentro de
Para él la asimilación de la experiencia cubista fue necesaria para las cosas las infinitas energías de la naturaleza, son sin duda, aspectos
unir al contraste de los colores complementarios, tomado de los de su particular expresionismo. ¿Acaso no es precisamente este
neoimpresionistas o divisionistas, el contraste de las formas. Dicho Juturismo expresionista e! que Siqueiros hizo revivir en sus grandes
de otro modo, se había tratado de hacer una síntesis dinámica murales de México?
de las dos búsquedas: divisionismo del color y divisionismo de El elemento irracional, alógico e intuicionista de Boccioni se
la forma. El dinamismo futurista, explica Boccioni, «se propone revelaba en sus obras corno una especie de embriaguez dramática
unir los esfuerzos im presionistas y los esfuerzos cubistas en un ante el espectáculo de la vida universal que él buscaba, y descubría,
todo que pueda dar una forma IÍnica, integral y dinámica a la en cada porción de realidad. Esta embriaguez cósmica era auténtica,
idea de vibración (dinamismo impresionista) ya la idea de volumen aunque brotase al final de aquel aeta voluntarista que dejaba tras
(estática cubista)>>. de sí cualquier otro problema. Es realmente singular considerar
en Boccioni los frutos de este encuentro entre positivismo e irracio-
nalismo.
Significado de Boccioni Pero, aparte estas consideraciones, bajo el confuso hormiguear
de todas las contradicciones vivía en Boccioni una justa urgencia
Boccioni es, pues, el representante más típICO y mejor dotado que logró representar más en su pintura que en su escultura:
del movimiento y su personalidad más conspicua. De la maraña la urgencia de ser un artista de su propio tiempo, presente y
las contradicciones futuristas consiguió desenredar un sentido activo en la vida moderna. La importancia de Boccioni y de!
y una visión vital, ya que estaba conscientemente vinculada a primer futurismo reside, precisamente, en la renovación de la
los problemas de la cultura y del arte de nuestro tiempo. sensibilidad ante la realidad contemporánea, en la invención o
En la hecatombe de los valores del siglo XIX degenerados, a en el descubrimiento de una nueva temática que enriquecía el
cuya ruina colaboró como todos los artistas de la vanguardia, repertorio de las imágenes poéticas del mundo figurativo. «La
intuyó el peligro del fragmentarismo impresionista, por una parte, musicalidad de la línea y de los pliegues de un traje moderno
y del arabesco de la pintura, por otra. Por ello, su esfuerzo creativo tiene para nosotros una potencia emotiva y simbólica igual a
y teórico consistió en hallar un centro que sustituyese al derrumba- la que el desnudo tuvo para los antiguos», afirma e! ¡'vlal/ijiesto
miento de los viejos valores: una concepción. unitaria contra el téCllico. Este era un modo de ser dentro de una realidad actual,
fragmentarismo y un contenido nuevo que diera nueva sangre un modo que planteaba nuevos problemas de expresión y que
al puro plasticismo. En su pensamiento, el estado de ánimo plástico;' abría un nuevo sector de experiencias figurativas al margen de
258 Mario De ¡'ylicheli

Capítulo 9
la repetición de las contemplaciones agrestes o de las escenas de
género del siglo XIX. Y no importa si el peso negativo de todo
el lastre que el futurismo había embarcado hace ir a pique su
La regla del abstraccionisn1o
núcleo auténticamente renovador. Tal núcleo existió y bastaría
el futurismo ruso, al menos en poesía, para confirmarlo. A este
núcleo se debe que la obra fu turista de Boccioni permanezca,
y que aún hoy ofrezca más de una enseñanza. Lo que después
sobrevino en Italia -la pintura mefafisica y el «novecentísmo,)--
fue, desde el punto de vista de los problemas, un cierre, no una
apertura.
Este hecho, aun dentro del justo rechazo critico del futurismo
en todas sus manifestaciones de histerismo nacionalista y de fragoro-
Dos tendencias
sa superficialidad, hay que tenerlo muy en cuenta. Entre otras
cosas, sabemos que no sólo el futurismo degeneró ... La nueva
El abstraccionismo nace casi al mismo tiempo en vanas partes
vanguardia de después de la Primera Guerra Mundial no nacerá
de Europa en torno a 1910. El problema de las fechas es bastante
en Italia hasta aproximadamente 1930, entre los intelectuales y
arduo, pero no es un problema fundamental. ¿Quién fue el primer
los artistas de la oposición antifascista.
artista que hizo una escultura o un cuadro abstracto? Hay dibujos
abstractos de Picabia que se remontan a 1907, pero posiblemente
el alemán Hoelzel se le adelantó. Como quiera que sea, sólo entre
1910 y 1914 el abstraccionismo adquiere una fisonomía específica
y entra en la historia del arte contemporáneo como movimiento.
Más que la prúnacía de una nación o de un artista en la invención
del abstraccionismo importa destacar el hecho mismo y demostrar
que el nacimiento del abstraccionismo fue la consecuencia inevitable
de una serie de premisas históricas y estéticas que se determinaron
a comienzos de! nuevo siglo.
A19unos de los protagonistas de la aventura abstracta pensaron
hacia 1930 sustituir el término a6stracciollisrrIo por e! de collcretiSrrIO,
habiéndose dado cuenta de que hablar de arte abstracto era, por 1
lo menos, impropio: -en efecto, una imagen enunciada sobre la
tela o realizada en un material plástico, por abstracta que fuera,
de por sí ya es concreta; además, el abstraccionismo puro, al
no inspirarse de ningún modo en la realidad natural y, por tanto,
al no obtener de ella ningún elemento, es decir, al no ser el
I
resultado de una abstracción sino la propuesta de una Illlella realidad,
¡
se coloca lógicamente fuera de tal denominación. Sin embargo,
l esta sustitución del término abstraccionismo hecha con más de
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" i!.~ Dadaísmo *

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'. !Hanifiesto Dada de 1918
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::i¡; LJ magia de una palabra-
-DADA-, que ha puesto a los periodistas
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ante la puert;¡ de un mundo
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:;.;ii imprevisto, no tiene para nosotros
1i ningum. iu;portancia
.J. I
-1$
\

--1¡ Para lanzar un manifiesto es necesanO:


A.B.C..

.~ irritarse y agu~ar las alas para conquistar y propJ.gar muchos peq ue-
~ ños y grandes a, b, c, y afirmar, gritar, blasfemar, acomodar
.~ b - prosa en fo<nn de -obviedad -absoluta, irrefUEable,- probar- el
propio non plus ultra y sostener que la novedad se asemeja a
-i la vida como la última aparición de una cocotte prueba la esencia
de Dios. En efecto, su existencia ya fue demostrada por el acordeón,
"1'
* El i\-f,"lÍjlrsro Dada di:'¡918 es el primer mJnifiesm del movimiento. Fu<
escrito por Trisun TzarJ y publiodo ese Jño en d núm. 3 de lJ revistJ Dada
de' Zurich. Otro tL'.xto importJntL' para la hiscorü dd dadaismo es también Ll
premiere,¡Ufl/wre céleste de ¡'v[Oluiwr ,-lllcipyrille, que Tzara escribió en 1916.
Sin cmbc¡rgo. el manifiesto de: 1913 es bastante mis significativo y explícim
en sus intenciones. Igualmente im portante es el ;\Iollijiesto sobre el amor débil
y el amor 'lIIl<1rgo, también de TZ:lra. leido en París el 12 de diciembre de
1920 en la Galería Povolozky y publicado posteriormente en el núm.4 de
b re:visu La pir d".' !t'Urrs. En la traducción de estos dos texms se h"n perdido,
illcvit3bk¡ncl1tl'. alguI1C's juegos de pJ.bbras.
11
294 /vrario De /vriclzeli
í
I
Las val/guardias artísticas del siglo XX 295

por el paisaje y por la palabra dulce. Imponer el p'ropio A.B.C. su origen etimológico, histórico o psicológicopor lo menos. Por
es algo natural, y, por ello, deplorable. Pero todos lo hacen bajo., los periódicos sabemos que los negros. Km llaman al rabo de

I
la forma de cristal-bluff-madonna o de sistema monetario, de pro- la vaca sagrada: DADA. El cubo y la mádre en una cierta comarca
Gueto farmacéutico o de piernas desnudas invitantes a la primavera de Italia reciben el nombre de DADA. Un caballo de madera,
ardiente y estéril. El amor por lo nuevo es una cruz simpática la nodriza, la doble afirmación en ruso y en rumano DADA.
que revel~un amíqUérñeimpor.:cismo, s-ig;:;o- sin-causa: frágil y-posÍti-
. \
¡_v~'-P~ro también esta necesidad ¡:;.; env_e¡~-
-. . Es necesario animar
·iI. Sabios periodistas ven en todo ello un arte para niños, otros santones
jesúshablaalosniños, el retorno a un primitivismo seco y estrepitoso,
.---- 1- J
"el arte con la suprema simplicidad =t0;e~ad, Se es humano y estrepitoso y monÓtono. No es posible construir la sensibilidad
.'0 '"
1 •. ~ •

¡auténtico por diversión, se es impulsivo 'o{ante para crucificar


el aburrimiento. En las encrucijadas de las luces, vigilantes y atentas,
i.
\. sobre una palabra. Todo sisteE!l:l converge hacia una aburrida-J
perfé:~~ión, estancada id~a de ~;';a ciénaga dorada: relati~o prod~cco
~
-espiando los años en el bosque. Yo escribo "ün manifiesto y no h~mano. La obra de _arte no debe ser la belleza en sí misma
quiero nada y,.. sin embargo, digo algunas c()sas~~~~I?~priñ·~i?io por.q~~E_b_díe~a~_~er(o';--r;r;T¡~~-~¡t~i;t~ci'clar;ciosc~7~,
estoy contra los ni.~nifies~95, como, por lo demás, también estoy .~"~ debe divertir ni mal~;ra-láSpe-rSónaS ill:dividú:ileS"slrviéiidüles
-;;:mera losprincipios, decilitros para medir el valor moral de cada "pa's[~ches de santas aúreolas o los sUdo-r;~de;-;:;~-carr'era-en' aÍ'-co
frase. Demasiado cómodo:' la aproximación fue inventada por a través de las atmósfer~s. Una obra de arte núriCa es bella por
los impresionistas. I~scribo este ¡nanifiesto para demostrar cómo decrero~objetivamentey p~os. Po~ elI();-la'crit{caes inútil,
se pueden llevar a cab;-;¡ misn;-~-'t'i~mp~l~-;cc~~~~;;i~-contradic=
~
¡j ~ü-existé' más:-que"Subjetivame'nte, sirl el ;:;;¡~¡mo caráccer de genera-
'w~~on__,tiiLúi1ico- y'f~~'~;-alie~to-;:~"~;~;y'c~~tra 'l;--'acción" 4. J¡d;d~¿Hayqüieri'crea haber enco'I1trado la base psíquica ~omún
~
;- fa-;"or de la contr;dicció~fo'~~fn-uá, pero t-;;:biX~'~;y-por -it..:;e ':-;"toda la humanidad? El texto de Jesús y la Biblia recubren
•-~
\
_Li.-afi;~adón. -No '~t-;y"ni por el pro"ni-p'or 'elcontra y no ~'!
con sus amplias y benévolas alas: la mierda, la? bestias, los dias .
quiero explicar ~ieF;Or-(i"G"¿-odio~G;;-tid~omú;----­ ~. ¿Cómo se puede poner orden en el caos de infinitas e informes
DADA- he aquí la palabra que lleva las ideas a la caza; todo .~ variaciones que es el hombre? El principio "ama a tu prójimo.
"

burgués se siente dramaturgo, inventa distintos discursos y, en ;;¡ es una hipocresía. "Conócete a tí mism~» es una utopía más aceptable
lugar de poner en su lugar a los personajes conv~nientes a la ~ porque también contiene la maldad. Nada de piedad. Después

~
" --calidad de su-inteligencia, cris'álidas en' -sus- sillas-; busca las causas' - - de la matanza'todavía nos queda la esperanza de'unahumanidad' ..
y los fines (según el método psicoanalítico que practica) para purificada. Yo hablo siempre de mí porque no quiero convencer.
par consistencia a su trama, historia que habla 'y se define. El No tengo derecho a arrastrar a nadie a mi río, yo no obligo
"espectador que trata de explicar una palabra es un intrigante: a nadie a que me siga. Cada cual hace su arte a su modo y
(conocer). Desde el refugio enguatado de las complicaciones serpen- manera, o conociendo el gozo de subir como una flecha hacia
tinas hace manipular sus propios instintos. De aquí nacenlas desgra- 1 astrales reposos o el d~ descender a las minas donde brotan flores
"J
cias de la vida conyugal. J de cadáveres y de fértiles espasmos. Estalactitas: buscarlas por do-
Explicar: diversión de los vientres rojos con los molinos de quier, en los pesebres ensanchados por el dolor, con los ojos blancos
los cráneos vacíos. como las liebres de los ángeles.
Dada no significa nada
0~í_~ació 2.f>:P.0,~9<;_una necesidad_deindependc:ncia, de des-
Si alguien lo considera inútil, si alguien no quiere perder tiempo confianza hacia la comunidad. Los que están con nosotros conservan
ROl' una_palabr~ que no significa. nada ... El primer pensamiento I ,tI libertad~.r~o reconocemos ninguna teoria. Basta de academias
ques~ ~gita en est;~- ¿;;Sezas--esae-Órae; bacteriológico ... , hallar cubistas y futuristas, "laboratOrios de idc;ls formales. ¿Sirve el arce
/-
I
~
.~

296 Mario De j\!Iichelí Las vanguardias artisticas del siglo XX 297 I


~

I
para amontonar dinero y acariciar a los gentiles burgueses? Las en sus innumerables variaciones al espectador. Para su creador I

II
rimas acuerdan su tintineo con las monedas y la musicalidad resbala la obra carece de causa y de teoría. Orden = desorden; yo = no-yo;
a lo largo de la línea del vientre visto de perfil. Todos los grupos afirmación = negación; éstos son los fulgores supremos de un arte
de artistas han ido a parar a este banco a pesar de cabalgar distintos absoluto. Absoluto en la pureza de cósmico y ordenado caos,
cometas. Se trata de una puerta abierta a las posibilidades de eterno en el instante globular sin duración, sin respiración, sin
revolcarse entre muelles almohadones y una buena mesa. luz y sin control.
Aquí echamos el ancla en la tierra feraz. Aquí tenemos derecho Amo una obra antigua por su novedad. Tan sólo el contraste I
a proclamar esto porque hemos conoc1c!o los escalofríos y el desper- noS ligaaJ pasado. Los-escrItoreS que enseñan -la-·~~)[al y discl1t~n I
tar. Fantasmas ebrios de energía, hincamos el tridente en la carne
distraída. Rebosamos de maldiciones en la tropical abundancia
de vertiginosas vegetaciones: goma y lluvia es nuestro sudor, san-
o mejüran-labase psicológica, tienen, aparte del deseo oculto
del bendicio, un conocimiento ridículo de la vida que ellos han i
clasificado, subdividido y canalizado. Se empeñan en querer ver
gramos y quemamos la sed. danzar las categorías apenas se ponen a marcar el compás. Sus
Nuestra sangre es vigorosa. lectores se carcajean y siguen adelante: ¿con qué fin? Hay una
El cubismo nació del simple modo de mirar un objeto: Cézanne literatura que no llega a la masa voraz. Obras de creadores nacidas

r ,ji·
o pintaba una taza veinte centímetros más abajo de sus ojos, los
,.y"""- cubistas la miran desde arriba complicando su aspecto con una
sección perpendicular que sitúan a un lado con habilidad. (No
de una auténtica necesidad del autor y sólo en función de sí
mismo. Consciencia·-d~--un supremo egoísmo, en el que cualquier
otra ley queda anulada. I
~ me olvid? de los creadores ni de las grandes razones de la materia
que ellos hicieron definitivas). El futurismo ve la misma taza en
un movimiento sucesivo de objetos uno alIado del otro, añadiéndo-
Cada página debe abrirse con furia, ya sea por serios motivos,
profundos y pesados, ya sea por el vórtice y el vértigo, lo nuevo I
I
y lo eternq, la aplastante espontaneidad verbal, el entusiasmo de
le maliciosamente alguna línea-fuerza. Eso no quita que la obra, los principios, o por los modos de la prensa. He ahí un mundo
buena o mala, sea siempre una inversión de capitales intelectuales. vacilante que huye, atado a los cascabeles de la gama infernal,

1- t
./ El nuevo pintor crea un mundo cuyos elementos son sus mismos
medios, una obra sobria y definida, sin argumento. El artista nuevo
y he ahí, por otro lado, los hombres nuevos, rudos, cabalgando
a lomos de los sollozos.
J
I
\) 'L/ protesta: ya no pinta (reproducción simbólica e ilusionista), sino He ahí un mundo mutilado y los medicuchos literarios preocu- ~
pados por mejorarlo. '! o os digo: no hay un comienzo y nosotros
.}

que crea directamente en piedra, madera, hierro, estaño, bloques


i
de organismos móviles a los que el límpido viento de las sensaciones
inmediatas puede hacer dar vueltas en todos los sentidos.
no temblamos, no somos unos sentimentales. Nosotros desgarramos
como un furioso viento la ropa de las nubes y de las plegarias
~
9
Toda obra pictórica o plástica es inútil; que, por lo menos, y preparamos el gran espectáculo del desastre, el incendio, la des-
sea un monstruo capaz de dar miedo a los espíritus serviles y composición. Preparªmos la supresión del dolor y sustituimos
f
-1
no algo dulzarrón para servir de ornamento a los refectorios de las lágrimas por sirenas tendidas de un continente a otro. Banderas
esos animales vestidos de paisano que ilustran tan bien esta fábula de intensa alegría viudas de la tristeza del veneno. DADl\. es
triste de la humanidad. la enseñanza de la abstracción; la publicidad y los negocios también
Un cuadro es el arte de hacer que se encuentren dos líneas son elementos poéticos.
geométricas que se ha comprobado que son paralelas, hacer que Yo destruyo los cajones del cerebro y l·os de la organización
se encuentren en un lienzo, ante nuestros ojos, en una realidad social: desmoralizar por doquier y arrojar la mano del cielo al
que nos traslada a un mundo de otra~ condiciones y posibilidades. infierno, los ojos del infiern; al cielo, restablecer la rueda fecunda
Este mundo no está especificado ni definido en la obra, pertenece de un circo universal en bs potencias reales yen la fantasía individual.
Las vanguardias artisticas del siglo XX 299
298 ¡'vIario De A1icheli

La filosofia, he ahí el problema: por qué lado hay que empezar de su impotencia. Se observa, se mira desde uno o varios puntos
a mIrar la vida, Dios, la idea y cualquier otra cosa. Todo lo de vista y se elige un determinado punto entre millones de ellos
que se ve es falso. Yo no creo que e! resultado negativo sea que igualmente existen. La experiencfá también es un resultado
más importante que la elección entre e! dulce y las cerezas como del azar Y de las facultades individuales.
postre. El modo de mirar con rapidez la otra cara de una cosa La ciencia me repugna desde el momentO en que se transforma
para imponer directamente la propia opinión se lIal1).a dialéctica, en sistema especulativo y pierde su carácter de utílidad, que, aun
o sea, el modo de regatear el espíritu de las patatas frilitas bailando siendo inútil, es, sin embargo, individual. Yo odio la crasa objetivi-
a su alrededor la danza del método. -. dad y la armonía, esta ciencia que halla que todo está en orden:
Si yo grito: continuad, muchachos, humanidad ... La ciencia nos dice que
IDEAL, I[).E.t'\L, IDEAL, somos los servidores de la naturaleza: Todo está en orden, haced
conocimiento, conocimiento, conocimiento e! amor y rompeos la cabeza; continuad, muchachos, hombres,
bumbúI]), bumbúm, bumbúm, amables burgueses, periodistas vírgenes ... Yo estoy contra los siste-
registro con suficiente exactitud el progreso, la ley, la moral y mas: el único sistema todavía aceptable es el de no tener sistemas.
todas las demás bellas cualidades de que tantas personas inteligentes Completarse, perfeccionarse en nuestra pequeñez hasta colmar el
han discutido en tantos libros para llegar, al fin, a confesjlr que vaso de nuestro yo, valor para combatir en pro y en contra
cada uno, del mismo modo, no ha hecho más que bailar al compás del pensamiento, misterio de pan, desencallamiento súbito de una
de su propio y personal bumbúm.yque,desde el punto.de vista hélice infernal hacia lirios baratos.
/\ d~ tal bumbúm, tiene toda la razón: satisfacción de una curiosidad
morbosa,' timbre privado para necesidades inexplicables; baño;
dificultades pecuniarias; estómago con repercusiones en la vida; La espontaneidad dadaísta
autoridad de la varita mística formulada en el grupo de una orquesta
fantasma de arcos mudos engrasados con filtros a base de amoníaco Yo llamo amíquémeimDortismo a una manera de VIVIr en la que
animal. Con los impertinentes azules de un ángel han enterrado cada cual conserva sus propias condiciones respetando, no obstante,
la interioridad por cuatro perras de unánime reconocimiento. salvo en caso de defensa, las otras individualidades, el twostep
Si todos tienen razón, y si todas las píldoras son píldoras Pink, que se convierte en himno nacional, las tiendas de antigüallas,
tratemos de no tener razón. En general, se cree poder explicar el TS.H., el teléfono sin hilos, que transmite las fugas de Bach,
racionalmente con el pensamiento lo que se escribe. Todo esto los anuncios luminosos, los carteles de prostíbulos, el órgano que
es relativo. El pensamiento es una bonita cosa para la filosofia, difunde claveles para e! buen Dios y todo esto, todo junto, y
pero es relativo. El psicoanálisis es una enfermedad dañina, que realmente sustituyendo a la fOEOgrafia y al catecismo unilateral.
adormece las tendencias antirreales del hombre y hace de la burgue- La simp1ificidad aj:tiva.
sía un sistema. No hay una Verdad definitiva.. La dialéctica es La impotencia para discernir entre los grados de claridad: lamer
una máquina di~~~tida que nos ha llevado de un modo bastante la penumbra y tlotar en la gran boca llena de miel y de excrementos.
trivial a las opiniones que hubiéramos tenido de otro modo. ¿Hay Medida con la escala de lo Eterno, toda acción es vana (si dejamos
alguien que crea, mediante el refinamiento minucioso de la lógica, que el pensamiento corra una aventura cuyo resultado sería infinita-
haber demostrado la verdad de sus opiniones? La lógica constreñida mente grotesco; dato, también éste, importante para e! conocimien-
por los sentidos es una enfermedad orgánica .. A este elemento to de la humana impotencia). Pero si la vida es una pésima farsa
los filósofos se complacen en añadir e! poder de observación. sin fin ni parto inicial, y como creemos salir de ella decentemente
Pero justamente esta magnífica cualidad del espíritu es la prueb;;t como crisantemos lavados, proclamamos el arte como única base
Las l'allc~¡¡ardias artisticas del siglo XX 301
300 ¡viario De Micheli
comercia con lo que hemos desechado. Contradicción Y unidad
de entenqirnient(). No importa que nosotros, caballeros del espíritu,
de las estrellas polares en un solo chorro pueden ser verdad, supuesto
le dediquemos desde siglos nuestros refunfuños. El arte no aflige
que alguien insista en pronunciar esta banalidad, apéndice de una
a nadie y aquéllos que sepan interesarse por él recibirán, con
moralidad libidinosa y maloliente. La moral consume, como todos
sus caricias, una buena ocasión de poblar el país con su conversación.
los azotes de la inteligencia. El control de la moral y de la lógica
El arte es algo privado y el artista lo hace para sí mismo; una
nOS han impuesto b impasibilidad ante los agentes de polícía,
obra comprensible es un producto de periodistas. Y me gusta
causa de nuestra esclavitud, pútridas ratas de las que está repleto
mezclar en este momento con tal monstruosidad los colores al
el vientre de la burguesía, y que han infectado los únicos corredores
óleo: un tubo de papel de plata, que, sise aprieta, vierte automática-
de nítido y transparente cristal que aún seguían abiertos a los
mente odio, cobardía y villanía. El artista, el poeta aprecia el
veneno de la masa condensada en unjefe de sección de esta industria. artIstas.
Todo hombre debe gritar. Hay una gran tarea destructiva,
Es feliz si se le insulta: eso es como una prueba de su coherencia.
negativa por hacer. Barrer, asear. La plenirud del individuo se
El autor, el artista elogiado por los periódicos, comprueba la com-
afIrma a continuación de un estado de locura, de locura agresiva
prensibilidad de su obra: miserable forro de un abrigo destinado
y com pleta de un mundo confIado a las manoS de los bandidos
a la utilidad pública: andrajos que cubren la brutalidad, meadas
que se desgarran y destruyen los siglos. Sin fIn ni designio, sin
que colaboran al calor de un animal que incuba sus bajos instintos,
organización: la locura indomable, la descomposición. Los fuertes
fofa a insípida carne que se multiplica con la ayuda de los microbios
sobrevivirán gracias a su voz vigorosa, pues son vivos en la defensa.
tipográficos. Hemos tratado con dureza nuestra inclinación a las
La agilidad de los miembros y de los sentimientos f1amea en
lágrimas. Toda filtraciÓn de esa naturaleza no es más que diarrea
almibarada. Alentar un arte semejante significa digerirlo. Nos hacen sus f1anco~ prismáticos.
La moral ha determinado la caridad y la piedad, dos bolas
falta obras fuertes, rectas, precisas y, más que nunca, incomprensi-
de sebo que han crecido, como elefantes, como planetas, y que,
bles. La lógica es una complicación. La lógica siempre es falsa.
aún hoy, son consideradas válídas. Pero la bondad no tiene nada
Ella guía los hilos de las nociones, las palabras en su forma exterior
que ver con ellas. La bondad es lúcida, clara y decidida, despiadada
hacia las conclusiones de los centras ilusorios. Sus cadenas matan,
con el compromiso y la política. La moralidad es como una infusión
miriápodo gigante que asfixia a la independencia. Ligado a la
de chocolate en las venas de los hombres. Esto no fue impuesto
lógica, el arte viviría en el incesto, tragándose su propia cola,
por una fuerza sobrenatural, sino por los trusts de los mercaderes
su cuerpo, fornicando consigo mismo, y el genio se volvería una
de ideas, por los acaparadores universitarios. Sentimentalidad: vien-
pesadilla alquitranada de protestantismo, un monumento, una mar-
do un grupa de hombres que se pelean y se aburren, ellos inventaron
cha de intestinos grisáceos y pesados. el calendario y el medicamento de la sabiduría. Pegando etiquetas
Pero la soltura, el entusiasmo y la misma alegría de la injusticia,
se desencadenó b batalla de los fIlósofos (mercantilismo, balanza,
esa pequeña verdad que nosotros practicamos con inocencia y medidas meticulosas y mezquinas) y por segunda vez se comprendió
que nos hace bellos (somos sutiles, nuestros dedos son maleables
que la piedad es un sentimiento, como la diarrea en relación
y resbalan como las ramas de esta planta insinuante y casi líquida) con el asCO que arruina la salud, una inmunda tarea de carroñas
caracterizan nuestra alma, dicen los cínicos. También ése es un
para comprometer al sol.
punto de vista, pero no todas las f1ores, por fortuna, son sagradas, Yo proclamo la oposición de todas las facultades cósmIcas
y lo que hay de divino en nosotros es el comienzo de la acción
a tal blenorragia de pútrido sol salido de las fábricas del pensamiento
antihumana. Se trata, aquí, de una f10r de papel para el ojal
filosófico, y proclamo b lucha encarnizada con todos los medios
de los señores que frecuentan el baile de disfraces de la vida,
cocina de la gracia, con blancas primas ágiles Q gordas. Esta gente del
I
Las vanguardias artísticas del siglo XX 303
302 iHarío De AIíchelí

Asco dadaísta mujer = mujeres


pantalón = agua
Toda forma de asco suceptible de convertirse en negacIon de si = bigote
la familia es Dada; la protesta a puñetazos de todo el ser entregado 2= tres
a una acción destructiva es Dada; el conocimiento de todos los bastón = tal vez
medios hasta hoy rechazados por el pudor sexual, por el compromi- después = descifrar
irritante = esmeralda
so demasiado cómodo y por la cor-tesía es Dada; la abolición
de la lógica, la danza de los impotentes de la creación es Dada; vid = parra
la abolición de toda jerarquía y de toda ecuación social de valores octubre = periscopio
establecida entre los siervos que se hallan entre nosotros los siervos nerVIO =
o bien todo esto en no importa qué arreglo sabroso, gaseoso,
es Dada; todo objeto, todos los objetos, los sentimientos y las
provisional o definitivo, sacado a suertes, en el que se esté bien
oscuridades, las apariciones y el choque preciso de las líneas parale-
las son medios de lucha Dada; abolición de la memoria: Dada; VIVO.
Es así que por encima del espíritu atento del clergymml de
abolición de la arqueología: Dada; abolición de los profetas: Dada;
plantón en la esquina de cada calle, animal o vegetal, imaginable
abolición del futuro: Dada; confianza indiscutible en todo dios
u orgánica, todo es semejante a lo que es desemejante. Aunque
producto inmediato de la espontaneidad: Dada; salto elegante
no lo creía; la verdad del momento es que escribí eso en el
y sin prejuicios de una armonía a otra esfera; trayectoria de una
papel, tratándose de una mentira que yo FIJÉ como una mariposa
palabra lanzada como un disco, grito sonoro; respeto de todas
las individualidades en la momentánea locura de cada uno de en mi sombrero.
sus sentimientos, serios o temerosos, tímidos o ardientes, vigorosos,
decididos, entusiastas; despojar la propia iglesia de todo accesorio
La me~tira circula -saluda al señor Oportunismo y al señor
Cómodo. Yo la detengo y se vuelve verdad.
I
Y, así, Dada asume la responsabilidad de la policia en bicicleta
inútil y pesado; escupir como una cascada luminosa el pensamiento
descortés o amoroso, o bien, complaciéndose en ello, mimarlo y de la moral con sordina.
En cierto momento, el mundo entero está completo en cabeza
con la misma intensidad, lo que es lo mismo, en un matorral
y cuerpo. Repetir esta frase treinta veces. Me encuentro bastante
puro de insectos para una noble sangre, dorado por los cuerpos
de los arcángeles y por su alma. Libertad: DADA, DADA, DADA, simpátlco.
aullido de colores encrespados, encuentro de todos los contrarios Trístan Tzara
y de todas las contradicciones, de todo motivo grotcco, de toda
incoherencia: LA VIDA. Ir

Un manifiesto es una comul1lcación hecha al mundo entero


Trístarz Tzara
con la que no se pretende más que descubrir un medio para
curar instantáneamente la sífilis política, astronómica, artística, par-
iHarzífiesto sobre el amor débil y el amor amargo lamentaria, agrícola y literaria. Puede ser dulce o bonachón; siem-
pre tiene razón; es fuerte, vigoroso y lógico.
Y hablando de lógica, me encuentro bastante simpático,
preámbulo = sardanápalo
Trístatl Tzara
uno = m1leu
Las vanguardias artisticas del siglo XX 30S
304 Mario De Micllelí

El orgullo es la estrella que bosteza y penetra a través de ¿La naturalidad es natural o es Dada?
los ojos y la boca. Se apoya y se hunde; en su seno está escrito: Me encuentro muy simpático,
estirarás la pata. Es su único remedio. ¿Quién puede creer todavía
Tristan Tzara
en los médicos? Prefiero al poeta que es como un pedo en una
máquina de vapor. Es dulce, pero no llora; pulido y semipederasta,
flota. Por lo demás, me desintereso completamente de ambos. IV
No es un azar absolutamente necesario que el primero sea alemán
y el segundo español. Lejos de nosCYtros la idea de descubrir la ¿Es necesaria la poesía? Yo sé que quienes gritan más fuerte
teoría de la probabilidad de las razas y el epistolario perfeccionado contra ella son los que, sin saberlo, le desean y le preparan una
de la amargura. perfección confortable. A eso lo llaman higiene futura.
Se habla de la muerte -siempre próxima- del arte. Aquí,
en cambio, deseamos un arte más arte. La higiene se vuelve pureza,
III dios mío, dios mío.
¿Ya nO se debe creer en las palabras? ¿Cuánto tiempo hace
Cada uno de nosotros ha cometido errores, pero el mayor que expresan lo contrario de lo que el órgano que las emite
de los errores es el haber escrito poesías. La locuacidad sólo tiene piensa y quiere?
una razón de ser: el rejuvenecimiento y la estabilidad de las tradicio- He aquí el gran secreto:
nes bíblicas. A la palabrería la alienta la administración de correos EL PENSAMIENTO SE FORMA EN LA BOCA.
que, ¡ay!, se perfecciona; la alientan el monopolio del tabaco, Me sigo pareciendo muy simpático,
las compañías ferroviarias, los hospitales, las empresas de pompas
fúnebres y las fábricas textiles; a la palabrería la alienta la cultura Tristan Tzara
familiar; a la palabrería la alienta el dinero de papá. Cada gota
de saliva que cae de la conversación se transforma en oro. Como Un gran filósofo canadiense ha dicho: La pensamIento y la
los pueblos siempre necesitan de alguna divinidad para salvaguardar pasado también son muy simpáticos.
las tres leyes esenciales, que son las de Dios, o sea comer, hacer
el amor y defecar, y como los reyes están de viaje y las otras V
leyes son demasiado duras, lo único que cuenta' actualmente es
la palabrería. La forma bajo la cual se presenta con mayor frecuencia Un amigo, que es demasiado amIgo mío para no ser muy
es DADA. inteligente, me decía el otra día:
Hay gente, periodistas, abogados, amateurs,filósofos, que consi- El sobresalro
deran que las otras formas, negocios, matrimonios, visitas, guerras, NO ES MAS QUE LA
congresos diversos, las sociedades anónimas, la política, los acciden- el quiromántico
tes, los bailes, las crisis económicas, las crisis de nervios también buenos días
son variaciones de DADA. MANERA DE DECIR Y QUE
Como no soy imperialista, no comparto tal opinión. Yo creo buenas noches
más bien que Dada es una divinidad de segundo orden que hay DEPENDE DE LA FORMA.. QUE SE LE HA DADO
que colocar con mucha naturalidad al lado de las otras formas a la pro pia 111 ioso tis
del nuevo mecanismo de las religiones provisionales. al propio cabello
306 J'vlario De lvlicheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 307

Decidme el número y os diré el juego.


Yo le contesté:
idiota
TIENES RAZON PORQUE VI!
príncipe
A priori, es decir, con los ojos cerrados, Dada sitúa antes
contrario
de la acción y por encima de todo: la Duda. DADA duda de
ESTOY CONVENCIDO DE LO
todo. Dada es todo. Desconfiad de Dada.
tártaro
El antidadaísmo es una enfermedad: la auto cleptomanía, condi-
naturalmente
ción normal de hombre, es DADA.
NO TENEMOS
Pero los dadaístas auténticos están en contra de DADA.
titubeamos
razón. Yo me llamo El autocleptómano.
LO OTRO.
deseo de conocer El que roba, sin pensar en su interés ni en su voluntad, algunos
elementos de su propia individualidad, es un cleptómano. Se roba
Como la diversidad es divertida, esta partida de golf da la
a sí mismo. Hace desaparecer los caracteres que lo distinguían
ilusión de una «cierta» profundidad. Yo respeto todas las convencio-
de la comunidad. Los burgueses se parecen, son exactamente iguales
nes: suprimirlas sería crear otras, hecho que complicaría nuestra
entre sí. No ·se parecen. Luego se les enseñó a robar -el robo
vida de una manera repugnante. Ya no se sabría qué es lo chic
se volvió función-, lo más cómodo y lo menos perjudicial es
y qué no lo es: si amar a los niños del primero o del segundo
robarse a sí mismos. Ellos son muy pobres. Los pobres están
matrimonio. El pistilo del pistolo nos ha colocado con frecuencia
en contra de Dada. Tienen bastante que hacer con sus cerebros.
en situaciones extrañas y movidas. El DESORDEN del nexo,
Nunca se darán bastante prisa. Trabajan, se devanan los sesos,
el DESORDEN de las nociones y de todas las cortas lluvias tropica-
se engañan, se roban. Son muy pobres. Lo pobres trabajan. Los
les de la DESMORALIZACION, de la DESORGANIZACION,
pobres están en contra de Dada. Quien está contra Dada está
de la DESTRUCCION, de la CARAMBOLA, también están
asegurados contra el rayo y se les reconoce utilidad pública. Hay
un hecho archiconocido: ya no es posible hallar dadaístas más
conmigo, dijo un hombre ilustre, pero murió de repente. Lo
enterraron como a un auténtico dadaísta. Anno domini Dada.
Desconfiad y recordad este ejemplo.
II
que en la Academia de Francia. Y, a pesar de ello, me sigo
encontrando bastante simpático, ¡
VIII
Tristan Tzara
PARA HACER UN POEMA.DAD,\ÍSTA

VI
Tomad un periódico.
Parece que eso es verdad: más lógico, muy lógico, demasiado Tomad unas tijeras.
lógico, menos lógico, poco lógico, verdaderamente lógico, bastante Elegid en el periódico un artículo que tenga la longitud que
lógico. queráis dar a vuestro poema.
-Hecho. Recortad con todo cuidado cada palabra de las que forman tal
Llamad a vuestra memoria al ser que más amáis. I articulo y ponedlas todas en un saquito.
i

-Hecho.... Agitad dulcemente.


308 ¡vIario De .iV1icheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 309

Sacad las palabras una detrás de otra colocándolas en el orden es un espíritu, Dada es escéptico, Dada es una magia, yo sé lo
en que las habéis sacado. que es Dada.
Copiadlas concienzudamente. Queridos hermanos míos: bueno o malo, religión o poema,
El poema está hecho. espiritu o escepticismo, definiciones, definiciones,
Ya os habéis convertido es un escritor infinitamente original y do- he alzi por qué rel/en taréis todos,
tado de una sensibilidad encantadora, aunque, por supuesto, in- y reventaréis, os lo juro.
comprendida por la gente vulgar.
El gran misterio es un secreto, pero algunas personas lo conocen.
IX Pero nadie dirá nunca qué es Dada. Para distraeros una vez más
sólo os diré algo como:
Hay gente que explica porque hay gente que aprende. Suprimid Dada es la dictadura del espíritu, o
a ambas y sólo queda Dada. Dada es la dictadura del lenguaje,
Mojad la pluma en un líquido negro con intenciones manitlestas o
-no es más que vuestra propia autobiografía lo que incubáis Dada es la muerte del espíritu,
bajo la panza del cerebelo en flor. lo que le gustará a muchos de mis amigos. Amigos.
La biografía es el hábito del hombre ilustre, grande o fuerte.
Y aquí estás, hombre sencillo como los demás, después de haber
mojado la pluma en la tinta, lleno de X
PRETENSIONES
que se manifiestan bajo formas diversas e imprevistas, aplicándose Es cierto que desde Gambetta, la guerra, Panamá y el caso
a todas las formas de la actividad, de la situación, del espíritu Steinheilla inteligencia se encuentra en la calle. El hombre inteligen-
y de la mímica; héte aquí lleno de te se ha convertido en un tipo completamente normal. Lo que nos
AMBICIONES falta, lo que es' de interés, lo que es raro porque posee las anomalías
de mantenerte en el cuadrante de la vida, en el sitio al que acabas de un ser precioso, la frescura y la libertad de los grandes anti-hom-
de llegar en ese mismo instante; de avanzar en marcha ascendente, bres, es
ilusoria y ridícula hacia una apoteosis que no existe sino en tu EL IDIOTA
neurastenia; héte aquí lleno de Dada trabaja con todas sus fuerzas por la instauración del idiota
ORGULLO en todas partes. Pero conscientemente. Y él mismo tiende cada
más grande, más fuerte, más profundo que todos los demás. vez más a volverse idiota.
Queridos hermanos: hombre grande, hombre pequeño, fuerte, Dada es terrible: no ·se enternece por las derrotas de la inteligen-
débil, profundo, superficial, cia. Dada es bastante cobarde, pero cobarde como un perro rabioso,
he ah! por qué reventaréis todos. no reconoce ni métodos ni excesos persuasivos. La falta de ligas
Hay alguien que adelantó la fecha de sus manifiestos para que le obliga a agacharse sistemáticamente nos recuerda b fil1losa
hacer creer que tuvo un poco antes la idea de su grandeza. Queridos falta de sistema que nunca existió. La falsa noticia fue lanzada
hermanos míos: antes o después, pasado o futuro, hoy o ayer. por una lavandera al pie de una página y la página fue llevada
he ah! por qué reventaréis todos. a un país bárbro donde los ca libríes hacen de hombres-sandwich
Hay alguien que dijo: Dada es bueno porque no es malo; de la cordial naturaleza. Esta historia me la contó un relojero
Dada es malo, Dada es una religión, Dada es un poema, Dada que tenía en la mano ~na dulce jeri que él definía, en recuerdo
Las vanguardias artísticas del siglo XX 311
310 ¡'VIario De lvlicheli

XIV
de las características de los países cálidos, como flemática e mSI-
nuante. Maquillar la vida en un binóculo -r.nanta de caricias pano-
plia de mariposas - he ahí la vida de las camareras de la vida.
XI Tumbarse sobre una navaja y sobre pulgas en celo - viajar
Dada es un perro, un compás, arcilla abdominal, ill nuevo como un barómetro - mear como un cartucho - cometer errO-
ill japonesa desnuda, gasómetro de los sentimientos en pelotas.
res, ser idiota, ducharse con minutos santos - ser golpeado, ser
Dada es brutal y no hace propaganda. Dada es una cantidad siempre el último - gritar lo contrario de lo que el otro dice -
de vida en transparente transformación sin esfuerzo y giratoria. ser la sala de redacción y e! cuarto de baño de Dios que cada día se
da un baño dentro de nosotros' en compañía de! bañero he ahí
XII ka vida de los dadaístas.
Ser inteligentes - respetar a todos - morir en e! campo de ba-
Señores señoras compren entren compren y no lean verán
talla - suscribir la Deuda pública - votar por Fulano respetar
a quien tiene en sus manos la llave del niágara el hombre que
la naturaleza y la pintura - gritar en las manifestaciones Dada -
cojea en un zoo los hemisferios en una maleta la nariz encerrada
izeaquí la vida de los hombres.
en un farolillo chino verán verán verán la danza del vientre en
el Saloon de Massachussetts aquél que clava los clavos y el neumático
que se desinfla las medias de seda de la señorita atlántida el baúl XV
que da 6 veces la vuelta al mundo para encontrar al señor destinata- Dada no es una doctrina para poner en práctica, es una doctrina
rio y su novia su hermano la cuñada encontrarán la dirección para mentir: un negocio rentable. Dada contrae deudas y no
del carpintero el reloj de sapos el nervio abrecartas tendrán la vive sobre almohadones. El buen Dios creó una lengua universal
dirección del alfiler más pequeño para el sexo femenino y del y por eso nadie se lo toma en serio. Una lengua es una utopía.
que proporclOna las fotos obscenas al rey de Grecia así como Dios puede permitirse no tener éxito: Dada también. Por ello
la dirección de la Action fran<;:aise. los críticos dicen: Dada es un lujo, Dada está en celo. Dios también
es un lujo, o bien está en celo. ¿Quién tiene razón: Dios, Dada
XIII o la crítica?
Dada es un microbio virgen. -Se sale usted de! tema ... -me dice un gentil lector.
Dada está contra la vida cara. -En absoluto. Yo sólo quería llegar a esta conclusión: Suscribid
Dada a Dada, el único préstamo que no rinde nada.
sociedad anónima para la expropiación de las ideas.
Dada tiene 391 actitudes y colores diferentes según el sexo XVI
del presidente.
Se transforma, afirma y dice lo contrario en el mismo instante grito grito grito grito grito grito grito
-sin importancia- grita y pesca con caña. grito grito grito grito grito grito grito
grito grito grito grito grito grito grito
Dada es el camaleón del cambio rápido e interesado. Dada
está contra el futuro. Dada está muerto. Dada es idiota. Viva grito gnto gmo grito grito grito grito
Dada. Dada no es una escuela literaria aúlla gnto grito grito grito grito grito grito
í grito grito grito grito grito grito grito
grito grito grito grito gmo grito grito
Tristan Tzara
312 Mario De Micheli

grito grito grito grito grito grito grito Surrealismo *


grito grito grito gnto grito grito grito
grito grito grito grlto gmo grito grito
grito grito grito grito grito grito grito
grito grito grito grito grito grito grito
grito grito grito grito grito grito grito
grito grito grito grito grito grito gmo
grito grito grito gritogrito grito grito
grito grito grito grito grito gnto grito
grito grito grito grito grito grito grito
grito grito grito grito grito grito grito
grito grito grito grito grito grito grito
grito grito grito grito grito grito grito Primer mallifiesto del sllrrealismo
grito grito grito grito grito grito grito
Tante fe se tiene en la vida, en la vida en su aspecto más precario,
Y, una vez más, me SlgO encontrando realmente simpático en la vida real, naturalmente, que al fin esta fe acaba por desaparecer.
El hombre, soñador sin remedio, al sentirse de día en día más
Tristall Tzara descontento de su sino, examina con dolor los objetos que le
han enseñado a utilizar, y que ha obtenido a través de su indiferencia
o de su iriterés, casi siempre a través de su interés, ya que ha
consentido someterse al trabajo, o por lo menos no se ha negado
a aprovechar las oportunidades ... ¡Lo que él llama oportunidades!
Cuando llega a este momento, el hombre es profundamente modes-
to: sabe cómo son las mujeres que ha poseído, sabe cómo fueron
las risibles aventuras que emprendió, b riqueza y la pobreza nada
le importan, y en este aspecto vuelve a ser como un niño recién
nacido; y en cuanto se reflere a la aprobación de su conciencia
moral, reconozco que puede prescindir de ella sin grandes dificulta-
des. Si le queda un poco de lucidez, no tiene más remedio que
dirigir la vista hacia at.rás, hacia su infancia que siem pre le parecerá
maravillosa, por mucho que los cuidados de sus educadores la

* El Primer ¡\!fallijiesto del S!lrrea/ismo de André Breton, documento capiol


del movimiento, fue publicJdo en 192.+; el Sc~\;!ttldu Ala!lUl.eslO del _Q¡rrc¡1¡¡slJ/(1
lo fue en 1930, y los Prole,Ró/!léllos ,1 l/II tercer iHallijlesto del 5lIrrealismo vieron
la luz cn 1942. La ¡raducClón del primcr manifiesto quc aqui prcscncamos
es ímegn y se dcbe a i\ndrés Bosch (Breton, Andr':: "Maniflcstos del surrealismo»,
Madrid, Edicionc's Guadarrama, 19(9)
314 ¡'vIario De Micheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 315

hayan destrozado. En la intancia, la ausencia de toda norma conoci- fanatismo humano. Sin duda alguna, sebasa en mi única aspiración
da ofrece al hombre la perspectiva de múltiples vidas vividas legítima. Pese a tantas y tantas desgracias como hemos heredado,
al mismo tiempo; el hombre hace suya esta ilusión; sólo le interesa es preciso reconocer que se nos ha legado una libertad espiritual
la facilidad momentánea, extremada, que todas las cosas ofrecen. suma. A nosotros corresponde utilizarla sabiamente. Reducir la
Todas las mañanas, los niños inician su camino sin inquietudes. imaginación a la esclavitud, cuando a pesar de todo quedará esclavi-
Todo está al alcance de la mano, las peores circunstancias parecen zada en virtud de aquello que con grosero criterio se denomina
excelentes. Luzca el solo esté negro el cielo, siempre seguiremos felicidad, es despojar a cuantó uno encuentra en lo más hondo
adelante, jamás dormiremos. -. de sí mismo del derecho a la suprema justicia. Tan sólol?imagiE~­
Pero no se llega muy lejos a lo largo de este camino; y no ción me permite llegar a saber 10__q4-e__ pJ-!.e.t1.01egar a ser, y esto
se trata solamente de una cuestión de distancia. Las amenazas basta para mitigar un poco su terrible condena;--y e~to=-¡:'-asta,
se acumulan, se cede, se renuncia a una parte del terreno que también, para que ITle abandone a ella, sin miedo al engaño (como
se debía conquistar. Aquella imaginación que no reconocía límite si pudiéramos engañarnos todavía más). ¿En qué punto comienza
alguno, ya no puede ejercerse sino dentro de los límites fijados la imaginación a ser perniciosa y en qué punto deja de existir
por las leyes de un utilitarismo convencional; la imaginación no la seguridad del espíritu? ¿Para el espíritu, acaso la posibilidad
puede cumplir mucho tiempo esta función subordinada, y cuando de errar no es sino una contingencia del bien?
alcanza aproximadamente la edad de veinte años prefiere, por Queda la locura, "la locura que solemos recluir», como muy
lo general, abandonar al hombre a su destino de tinieblas. bien se ha dicho. Esta locura o la otra ... Todos sabemos que
Pero si más tarde el hombre, fuere por lo que fuere, intenta los locos son internados en razÓn de un reducido número de
enmendarse al sentir que poco a poco van desapareciendo todas actos jurídicamente reprobables, y que, en ausencia de estos actos,
las razones para vivir, al ver que se ha convertido en un ser su libertad!, (la parte visible de su libertad) no sería puesta en
incapaz de estar a la altura de una situación excepcional, cual tela de juicio. Estoy plenamente dispuesto a reconocer que los
la del amor, dificilmc:nte logrará su propósito. Y ello es así por 10c.os__20n, en cierta medida, .. víctimas. de su imaginación, en el
cuanto el hombre se ha entregado en cuerpo y alma al imperio sentido d~- q~'e ésta les indu~~-a quebr~ntar ciertas reglas, reglas
de unas necesidades pLícticas que no toleran el olvido. Todos cuya transgresión define la calidad de loco, lo cual todo ser humano
sus actos carecerán de altura; todas sus ideas, de profundidad. ha de procurar saber por su propio bien. Sin embargo, la profunda
De todo Cuanto le OCurra o cuanto pueda llegar a ocurrirle, solamen- indiferencia de que los locos dan muestras con respecto a la crítica
te verá aquel aspecto del acontecimiento que lo liga a una multitud de que les hacemos objeto, por no hablar ya de las diversas correc-
de acontecimientos parecidos, acontecimientos en los que no ha ciones que les infligimos, permite suponer que su imaginación
tomado parte, acontecimientos que se ha perdido. Más aún, juzgará les proporciona grandes consuelos, que gozan de su delirio lo
cuanto le ocurra o pueda ocurrirle poniéndolo en relación con suficiente para soportar que tan sólo tenga validez para ellos.
uno de aquellos acontecimientos últimos, cuyas consecuencias sean Y, en realidad, las alucinaciones, las visiones, etcétera, no son
más tranquilizadoras que las de los demás. Bajo ningún pretexto una fuente de placer despreciable. La sensualidad más culta goza
sabrá percibir su salvación. con ella. y me consta que muchas noches acariciaría con gusto
Amada imaginación, lo que más amo en ti es que jamás per- aquella linda mano que, en las últimas páginas de la Intelligence,
1
Ganas. de Taine, se elHrega a tan curiosas fechorías. Me pasaríJ la vida
enterJ dedicado J provocar las confidencias de los locos. Son
Unicamente la palabra_ libertad tienL el poder de exaltarme. gente de escrupulosa honrJdez, cUYJ inocencia tJn sólo se puede
Me parece justo y bueno mantener indefinidamente este viejo comparar J b mía. ParJ poder descubrir América, Colón tuvo
316 Mario De l'vIicheli Las vanguardias artisfÍcas del siglo XX 317

que ¡nJClar el v¡aje en com pañía de locos. Y ahora podéis ver del que la frase antes citada constituye un ejemplo, es casi exclusivo
que aquella locura dio frutos reales y duraderos. patrimonio de la novela, será preciso reconocer también que sus
autores no son excesivamente ambiciosos, El carácter circunstancia-
No será el miedo a la locura lo que nos obligue a bajar la do, inútilmente particularista, de cada una de sus observaciones
bandera de la imaginación. me induce a sospechar que tan sólo pretenden divertirse a mis
_D_e~pués de haber instruido proceso a la actitud materialista, expensas. No me permiten tener siquiera la menar duda acerca
es imperativo instruir proceso a la actitud realista. Aquélla, más de los personajes: ¿Será este personaje rubio o moreno? ¿Cómo
poética que ésta, desde luego, presupt:lne en el hombre un orgullo se llamará? ¿Le cónoceremos en verano ... ? Todas estas interrogantes
ciertamente monstruoso, pero no comporta una nueva y más com- quedan resueltas de una vez para siempre, a la buena de Dios;
pleta frustración. Es conveniente ver ante todo en dicha escuela no me queda más libertad que la de cerrar el libro, de lo cual
una bienhechora reacción contra ciertas risibles tendencias del espiri- no suelo privarme tan pronto llego a la primera página de la
tualismo. Y, en fin, la actitud materialista no es incompatible obra, más o menos. ¡Y las descripciones! En cuanto a vaciedad,
con cierta elevación intelectual. nada hay que se les pueda comparar; no son más que superposicio-
Contrariamente, la actitud realista, inspirada en el positivismo, nes de imágenes de catálogo, de las que el autor se sirve S1l1
desde Santo Tomás a Anatole France, me parece hostil a todo limitación alguna, y aprovecha la ocasión para poner bajo m¡
género de elevación intelectual y moral. Le tengo horror por vista sus tarjetas postales, buscando que juncamente con él fije
considerarla resultado de la mediocridad, del odio y de vacíos mi atención en los lugares comunes que me ofrece:
sentimientos de suficiencia. Esta actitud es la que ha engendrado "La pequeña estancia a la que hicieron pasar al joven tenía
en nuestros días esos libros ridículos y esas obras teatrales insultantes. las paredes 'cubiertas de papel amarillo; en las ventanas había gera-
Se alimenta incesantemente de las noticias periodísticas, y traiciona nios y estaban cubiertas con cortinas de muselina; el sol poniente
a la ciencia y al arte, al buscar halagar al público en sus gustos lo iluminaba todo con su luz cruda. En la habitación no había
más rastreros; su claridad roza la estulticia, y está a altura perruna. nada digno de ser descacado. Los muebles de madera blanca eran j
Esta actitud llega a perjudicar la actividad de las mejores inteli- muy viejos. Un diván de alto respaldo inclinado, ante el diván ,~
j
gencias, ya que la ley del mínimo esfuerzo termina por imponerse una mesa de tablero ovalado, un lavabo y un espejo adosados
a éstas, al igual que a las demás. Una consecuencia ridícula
de dicho estado de cosas estriba, en el terreno de la literatura,
a un entrepaño, unas Cuantas sillas arrimadas a las paredes, dos
o -tres grabados sin valor que representaban a unas señoritas alemanas
I
en la abundancia de novelas. Todos ponen a contribución sus con pájaros en las manos ... A eso se reducía el mobiliario»l.
pequeñas dotes de {(observación». No estoy dispuesto a admitir que la inteligencia se ocupe,
A fin de proceder a aislar los elememos esenciales, Paul siquiera de paso, de semejantes temas. Habrá quien diga que esta
Valéry propuso recientemente la formación de una antología en parvularia descripción está en el lugar que le corresponde, y que
la que se reuniera el mayor número posible de novelas primerizas en este punto de la obr:\ el autor tenía sus razones para atormentar-
cuya insensatez esperaba alcanzase altas cimas. En esta antología me. Pero no por eso dejó de perder el tiem po, porque yo en
también figurarían obras de los autores m:ls f:1mosos. Esta es una ningún momento he penetrado en ul esuncia. La pereza, b [Higa
idea que honra a Paul Valéry, quien no hace mucho me aseguraba, de los demás no me atraen. Creo que la continuidad de la vida
hablándome del género novelístico, que siempre se negaría a escribir ofrece altibajos denusiac10 concLlstados p~lLl que mis minutos de
la siguiente frase: la marquesa salió a las ci/lco. Pero, ¿ha cumplido depresión y debilidad tengan el mismo valor que mis mejores
la palabra dada?
I
Si reconocemos que el estilo pura y simplemente informativo, ..,. 1 Dostoievsky: Crimen y caj[(~o .
318 ivlario De ivliclzeli Las vanguardias artisticas del siglo XX 319

minutos. Quiero que la gente se calle tan pronto deje de sentir. bastante vago, ciertamente. Si con ello resultara que las ideas
y quede bien claro que no ataco la falta de originalidad por generales que la filosofía se ha ocupado de estudiar, hasta el presente
la falta de originalidad. Me he limitado a decir que no dejo momento, penetrasen definitivamente en·un ámbito más amplio,
constancia de los momentos nulos de mi vida, y que me parec~ yo sería e! primero en alegrarme. Pero no es así, y todo queda
indigno que h;:¡ya hombres que expresen los momentos que a reducido ;:¡ un simple discreteo; por el momento, los rasgos de
su juicio son nulos. Permitidme que me salte la descripción ;:¡rriba ingenio y otras galanas habilidades, en vez de dedicarse a juegos
reproducida, así como muchas otras. inocuOS consigo mismas, ocultan a nuestra visión, en la mayoría
y ahor;:¡ llegamos ;:¡ la psicología,tema sobre el que no tendré de los casos, el verdadero pensamiento que, a su vez, se busca
e! menor empacho en bromear un poco. a sí mismo. Creo que todo acto lleva en sí su propia justificación,
El autor coge un personaje, y, tras haberlo descrito, hace peregri- por lo menos en cuanto respecta a quien ha sido capaz de ejecutarlo;
nar a su héroe a lo largo y ancho de! mundo. Pase lo que pase, creo que todo acto está dotado de un poder de irradiación de
dicho héroe, cuyas acciones y reacciones han sido admirablemente luz al que cualquier glosa, por ligera que sea, siempre debilitará.
previstas, no debe comportarse de un modo que discrepe, aunque El solo hecho de que un acto sea glosado determina que, en cierto
parezca discrepar, de los cálculos de que ha sido objeto. Aunque modo, este acto deje de producirse. El adorno del comentario nin-
e! oleaje de la vida cause la impresión de elevarlo, de revolcarlo, gún beneficio produce al acto. Los personajes de Stendhal quedan
de hundirlo, el personaje siempre será aquel tipo humano previa- aplastados por las apreciaciones del autor, apreciaciones más o me-
mente formado. nos acertadas, pero que en nada contribuyen a la mayor gloria de
Se trata de una simple partida de ajedrez que no despierta los personajes, ~ quienes verdaderamente descubrimos en el instan-
mi interés, porque el hombre, sea quien sea, me resulta un adversa- te en que escapan del poder de Stendhal.
rio de escaso valor. Lo que no puedo soportar son esas lamentables
disquisiciones referentes a talo cual jugada, cuando ello no com por- Todavía vivimos bajo el imperio de la lógica, y precisamente
ta ganar ni perder. Y si el viaje no merece las alforjas, si la a eso queria llegar. Sin embargo, en nuestros días, los procedimien-
razón objetiva deja en el más terrible abandono -y esto es lo tos lógicos tan sólo se aplican a la resolución de problemas de
que ocurre- a quien la llama en su ayuda, ¿no será mejor prescindir interés secundario. La parte de racionalismo absoluto que todavía
de tales disquisiciones? "La diversidad es tan ;:¡mplia que en ella sigue en boga solamente puede aplicarse a hechos estrechamente
caben todos los tonos de voz, todos los modos de andar, de ligados a nuestra experiencia. Contrariamente, las finalidades de
toser, de sonarse, de estornudar. .. »2 «Si un racimo de uvas no orden puramente lógico quedan fuera de su alcance. Huelga decir
contiene dos granos semejantes, ¿a s;:¡nto de qué describir un grano que la propia experiencia se ha visto sometida a ciertas limitaciones.
en representación de otro, un grano en representación de todos, La experiencia está confinada en una jaula, en cuyo interior da
'Un grano que, en virtud de mi arte, resulte comestible? La insopor- vueltas y vueltas sobre sí misma, y de la que cada vez es más
table manía de equiparar lo desconocido a lo conocido, a lo clasifi- dificil hacerla salir. La lógica t;:¡mbién se basa en la utilidad inmedia-
cable, domma los cerebros. El deseo de análisis impera sobre los ta, y queda protegida por e! sentido común. So pretexto de civiliza-
sentim ientos,,:3 De ahí nacen largas exposiciones cuya fuerza persua- ción, con la excusa del progreso, se ha llegado a desterrar del
siva radica tan sólo en su propio absurdo, y que tan sólo logran reino del espíritu cuanto pueda calificarse, con razón o sin ella,
imponerse al lector mediante el recurso a un vocabulario abstracto, de superstición o quimera; se ha llegado a proscribir todos aquellos
modos de investigación que no se conformen con los usos imperan-
P"5C"i. tes. Al parecer, tan sólo al azar se debe que recientemente se
;¡ Barrés. PrOUSL
haya descubierto una parte del mundo intelectual que, a mi juicio,
320 A1aria De lvIicheli Las vangllardias artisticas del sl~~lo XX 321

es con mucho la más importante, y que se pretendía releg;:¡r ;:¡I en privar a éste de toda trascendencia actual, y en situar el único
olvido:"1\'C)ite respecto, debemos reconocer que los descubrimientos punto de referencia del sueño en el instante en que el hombre
de Freud han sido de decisiva importancia. Con b;:¡se en dichos cree haberlo abandonado, unas cuantas horas antes, en el instante
de~ientos, comienza al fin a perfilarse una corriente de opi- de ;:¡quella esperanza o de aquella preocupación interior. El hombre,
nión, a cuyo favor podrá el explorador avanzar y llevar sus investi- al despertar," tiene.];}. falsa idea de reempreT19.~l"ªlgº"qtle ·;;iJt:
gaciones a más lejanos territorios, al quedar autorizado ;:¡ dej;:¡r laR~!1~ Por esto, el sueño queda relegado al interior de un parénte-
de limitarse únicamente a las realidades más someras. Quizá h;:¡y;:¡ SIS, igual que la noche. Y, en general, el sueño, al igual que
llegado el momento en que ];:¡ imagtn;:¡ción esté próxima ;:¡ volver la noche,· se considera irrelevante.. Este singular estado de cosas
a ejercer los derechos que le corresponden. Si las protlmdid;:¡des me ind uce a algunas reflexiones, a mi juicio, oportunas:
de nuestro espíritu ocultan extrañas fuerz;:¡s capaces de aument;:¡r
aquéllas que se advierten en la superficie, o de luchar victoriosamen- 1. Dentro de los límites en que se produce (o se cree que
te contra ellas, es del mayor interés captar estas fuerzas, capt;:¡rlas se produce), el sueño es, según todas las apariencias, cQntinuo,
ante todo para, a continuación, someterlas al dominio de nuestra y presenta indicios de organización o estructura. Unicamente la
razón, si fuera procedente. Con ello, incluso los propios analistas memoria se arroga el derecho de imponerle lagunas, de no tener
no obtendrán sino ventajas. Pero es conveniente observar que en cuenta las transiciones, y de ofrecernos antes una serie de sueños
no se ha ideado ningún método a priori para llevar a cabo la que el slleílO propiamente dicho. Del mismo modo, únicamente
anterior empresa, la cual, mientras no se demuestre lo contrario, tenemos una representación fragmentaria de las realidades, represen-
puede ser competencia de los poetas al igual que de los sabios, tación cuya coordinación depende de la voluntad 4. Aquí es impor-
y que el éxito no depende de los caminos más o menos caprichosos tante señalar que nada puede justificar el proceder a una mayor
que se SIgan. dislocación de los elementos constitutivos del sueño. Lamento tener
que expresarme mediante unas fórmulas que, en principio, excluyen
Con toda justificación, Freud ha proyectado su labor Cnnca el sueño. ¿Cuándo llegará, señores lógicos, la hora de los filósofos
sobre los sueños, ya que, efectivamente, es inadmisible que esta durmientes?
importante parte de la actividad psíquica haya merecido, por el Quisiera don~il" p;:¡ra entregarme"~los durmientes, del mismo
momento, tan escasa atención. Y ello es así por cuanto el pensamien- modo que me entrego a quienesD1e leen, con los ojos ;:¡biertos,
to humano, por lo menos desde el instante del nacimiento del para dejar de imponer, en esta materia.,. el ritfl1Q.~ol1sc:.iente de
hombre hasta el de su muerte, no ofrece solución de continuidad mi pensamiento.
alguna, la suma total de los momentos de sueño, desde un Acaso mi sueño de la última noche se;:¡ continuación del sueño
puntode. . temporal,"y consiclerando solamente el sueñopurc:, de la precedente, y prosiga, la noche siguiente, con un rigor
-eTSiieñü-d"e los períodos en que el hombre duerme, no es inferior harto plausible. Es mlq posible, como suele decirse. Y habida cuenta
.a la suma de los momentos de realidad, o, mejor dicho, de los de que no se ha demostrado en modo alguno que al ocurrir
Ínofl1entosde vigilia. L;:¡ extremada diferencia, en cuanto a im por- lo dicho la «realidad" que me ocupa subsista en el estado de sueño,
tancia y gravedad, que para el observador ordinario existe entre
los acontecimientos en estado de vigilia y aquéllos correspondientes 4 Es preciso tener en CUé'nta el espesor del sueño. En general, tan sólo recuerdo

al est;:¡do de sueño, siempre ha sido sorprendente. Así es debido lu que hasta mí llega desde las más superticiales capas del sUé'ño. Lo que m:is

a que el hombre se convierte, principalmente cuando deja de


dormir, en juguete de su memoria, que, en el estado norm:l!,
I1
me gusta consider~r de los sueños es aquello que queda vagamente presente
al dcsperur, aquello que no es el resulcado del empleo que haY:l cbdo a la
:1; jornada precedente, es decir, los sombríos follajes, las ramificaciones sin sentido.
I1
se complace en evocar muy débilmente las circunstancias del sueño. ,I Igualmentt'. en b ({fe::l1idadl> prefiero ahdlldoudune.
l
el 11
322 ¡'"Jario De Miclzeli Las vanguardias artisticas del siglo XX 323

que esté oscuramente presente en una zona ajena a la memoria, el es píntu capaz? Quisiera entregarle la llave que le permitiera
¿por qué razón no he de otorgar al sueño aquello que a veces penetrar en estos pasadizos.
niego a la realidad, este valor de certidumbre que, en e! tiempo 3. El espíritu del hombre que sueña queda plenamente satisfe-
en que se produce, no queda stueto a mi escepticismo) ¿Por qué eh" con lo que sueña. La angustiante incógnita de la posibilidad
no espero de los indicios del sueño más de lo que espero de deja de formularse. Mata, vuela más deprisa, ama cuanto quieras.
mi grado de conciencia, de día en día más elevado) ¿No cabe y si mueres, ¿acaso no tienes la certeza de despertar entre los
acaso emplear tambíén e! sueño para resolver los problemas funda- muertos? Déjate llevar, los acontecimientos no toleran que los
mentales de la vída? ¿Estas cuestiones son las mísmas tanto en difieras. Careces de nombre. Todo es de una facilidad preciosa.
un estado como en e! otro, y, en e! sueño, tienen ya el carácter Me pregunto qué razón, razón muy superior a la otra, confiere
de tales cuestíones? ¿Conlleva e! sueño menos sanciones que cuanto al sueño este aire de naturalidad, y me induce a acoger sin reservas
no sea sueño? Envejezco, y quizá sea e! sueño, antes que esta una multitud de episodios cuya rareza me deja anonadado, ahora,
realidad a la que creo ser fiel, y quízá sea la indiferencia con en el momento en que escribo. Sin embargo, he de creer el
que contemplo el sueño, lo que me hace envejecer. testimonio de mi vista, de mis oídos; aquel día tan hermoso
2, Vuelvo, una vez más, al estado de vigilia. Estoy obligado existió, y aquel animal habló.
a considerarlo como un fenómeno de interferencia. Y no sólo La dureza del despertar del hombre, lo súbito de la ruptura
ocurre que e! espíritu dé muestras, en estas condiciones, de una del encanto, se debe a que se le ha inducido a formarse una
extraña tendencia a la desorientación (me refiero a los lapsos y débil idea de lo que es la expiación.
malas interpretaciones de todo género, cuyas causas secretas comien- 4. En er instante en que e! sueño sea objeto de un examen
zan a sernas conocidas), sino que, lo que es más, parece que el metódico o en que, por medios aún desconocidos, lleguemos a
espíritu, en su funcionamiento normal, se limite a obedecer sugeren- tener candencia de! sueño en toda su integridad (y esto implica
cias procedentes de aquella noche profunda de la que yo acabo una disciplina de la memoria que tan sólo se puede lagar en
de extraerle. Por muy bien condicionado que esté, e! equilibrio el curso de varias generaciones, en la que se comenzaría por registrar
de! espíritu es siempre relativo. El espíritu apenas se atreve a ante todo los hechos más destacados), o en que su curva se desarrolle
expresarse y, caso de que lo haga, se limita a constatar que tal con una regularidad y amplitud hasta el momento desconocidas,
idea, tal mujer, le Izace efecto. Es incapaz de expresar de qué clase cabrá esperar que los misterios que dejen de serlo nos ofrezcan
de efecto se trata, lo cual únicamente sirve para darnos la medida la visión de un gran Misterio. Creo en la futura armonización
de su subjetivismo. Aquella idea, aquella mujer, cOlltllrball al espíritu, de estos dos estados, aparentemente tan contradictorios, que son
le inclinan a no ser tan rígido, producen e! efecto de aislarle el sueño y la realidad, en una especie de realidad absoluta, en
durante un segundo de! disolvente en que se encuentra sumergido, una sobrerrealidad o surrealidad, si así se la puede llamar. Esta
de depositarle en e! cielo, de convertirle en el bello precipitado es la conquista que pretendo, en la certeza de jamás conseguirla,
que es. Carente de esperanzas de hallar las causas de lo anterior, pero demasiado olvidádizo de la perspectiva de la muerte para
e! espíritu recurre al azar, divinidad más oscura que cualquier privarme de anticipar un poco los goces de tal posesión.
otra, a la que atribuye todos sus extravíos. ¿Y quién podrá demos-
trarme que la luz bajo la que se presenta esa idea que impresiona Se cuenta que todos los días, en el momento de disponerse
al espírítu, bajo la que advierte aquello que más ama en los a dormir, Saint-Pol-Roux hacía colocar en la puerta de su mansión
ojos de aquella mtuer, no sea precísamente d vínculo que le une de Camaret un carte! en d que se leía: EL POETA TRABAJA.
al sueño, que le encadena a unos presupuestos básicos que, por Habría mucho que añadir sobre este tema, pero tan sólo me
su propia culpa, ha olvidado? ¿Y si no fuera así, de qué sería he propuesto tocarlo ligeramente y de pasada, ya que se ·trata
324 Mario De iV1icheli Las !'angllardias artisticas del siglo XX 325

de algo que requiere una exposIción muy larga y mucho más Quizá parezca injustificado que ha ya empleado e! anterior
rigurosa; más adelante volveré a ocuparme de él. En la presente ejemplo, al referirme a lo maravilloso, cuando las literaturas nórdi-
ocasión, he escrito con el propósito de hacer justicia a lo maravillo- cas y las orientales se han servido de el constantemente, por no
so, de situar en su justo contexto este odio hacia lo maravilloso hablar ya de las literaturas propiamente religiosas de todos los
que ciertos hombres padecen, este ridículo que algunos pretenden países. Sin embargo, si así lo he hecho, ello se debe a que los
atribuir a lo maravilloso. Digámoslo claramente: lo maravilloso ejemplos que estas literaturas hubieran podido proporcionarme
es siempre bello, todo lo maravilloso, sea lo que fuere, es bello, están plagados de puerilidades, ya que se dirigen a niños. En
e incluso debemos decir que sola11lente lo maravilloso es bello. un principio éstos no pueden percibir lo maravilloso, y después
En el ámbito de la literatura únicamente lo maravilloso puede no conservan la suficiente virginidad espiritual para que Piel de
dar vida a las obras pertenecientes a géneros inferiores, tales como asno les produzca demasiado placer. Por encantadores que sean
el novelístico, y, en general, todos los que se sirven de la anécdota. los cuentos de hadas, e! hombre se sentiría frustrado si tuviera
El monje, de Lewis, constituye una admirable demostración de lo que alimentarse sólo con ellos, y, por otra parte, reconozco que
anterior. El soplo de lo maravilloso penetra en la obra entera. no todos los cuentos de hadas son adecuados para los adultos.
Mucho antes de que el autor haya liberado a sus personajes de La trama de adorables inverosimilitudes exige una mayor finura
toda servidumbre temporal, se nota que están prestos a actuar con espiritual que la propia de muchos adultos, y uno ha de ser capaz
un orgullo carente de precedentes. Aquella pasión de eternidad de esperar todavía mayores locuras ... Pero la sensibilidad jamás
que les eleva incesantemente da acentos inolvidables a su tortura cambia radicalmente. El miedo, la atracción sentida hacia lo insólito,
y a la mía. A mi entender, este libro exalta ante todo, desde el azar, e! amor al lujo, son recursos que nunca se utilizarán
el principio al fin, y de la manera más pura que jamás se haya estérilmente. Hay muchos cuentos que escribir con destino a los
dado, cuanto en el espíritu aspira a elevarse del suelo; y esta mayores, cuentos que todavía son casi de ludas.
obra, una vez despojada de su fabulación novelesca, de moda Lo maravilloso no es igual en todas las épocas; lo maravilloso
en la época en que fue escrita, constituye un ejemplo de justeza participa oscuramente de ciena clase de revelación general de
y de inocente grandeza 5. A mi juicio son pocas las obras que la que tan sólo percibimos los detalles: éstos son las ruinas románti-
la superan, y el personaje de Mathilde, en especial, es la creación cas, el maniquí moderno, o cualquier otro símbolo susceptible
más conmovedora que cabe anotar en las partidas de! activo de de conmover la sensibilidad humana durante cierto tiempo. Sin
aquella moda de figuración en literatura. Mathilde no es tanto embargo, en estos cuadros que nos hacen sonreír se refleja siempre
un personaje cuanto una constante tentación. Y si un personaje la irremediable inquietud humana, y por esto he fijado mi atención
no es una tentación, ¿qué otra cosa puede ser? Extremada tentación en ellos, ya que los estimo inseparablemente unidos a ciertas produc-
la de Mathilde. El principio <<nada es imposible para quien quiere ciones geniales que están más dolorosamente influidas por aquella
arriesgarse» tiene en El monje su máxima fuerza de convicción. inquietud que muchas otras obras. Y al decirlo, pienso en los
Las apariciones ejercen en esta obra una función lógica, por cu:mto patíbulos de Villon, en los griegos de Racine, en los divanes
el espíritu crítico no se preocupa de desmentirlas. Del mismo de Baude!aire. Coinciden con un eclipse del buen gusto que
modo, el castigo de Ambrosio queda tratado de manera plenamente puedo soportar muy bien, por cuanto considero que el buen guSto
legítima, ya que a fin de cuentas es aceptado por el espíritu crínco es una formidable lacra. En e! ambiente de mal gusto propio
como un desenlace natural. de mi época, me esfúerzo en llegar más lejos que cualquier Otro.
Si hubiese vivido en 1820, yo habría hablado de la «monja
5 Lo más admirable de lo fantáscico es que lo fantástico ha dejado de ./ ensangrentada», y no habría ahorrado aquel astuto y trivial "disimu-
existir; ahora sólo hiv realidad. lemos» de que h~lbb el COLlsin enamorado de la parodia, y habría
326 Alario De AIicheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 327

utilizado las gigantescas metáforas en todas las (,ses, como Cousin imagen? Pero, si a pesar de todo tal castillo eXIStIera... Ahí están
dice, del curso del «disco plateado». En los presentes días pienso mis invitados para dar fe; su capricho es el capricho luminoso
en un castillo, la mitad del cual no ha de encontrarse forzosamente que a él conduce. En verdad, vivimos'en nuestra fantasía, cuando
en ruinas; este castillo es mío, y 10 veo situado en un lugar estamos en ella. ¿Y cómo es posible que cada cual pueda molestar
agreste, no muy lejos de París. Las dependencias de este castillo al otro, allí, protegidos por el afán sentimental, al encuentro de
son infinitas, y su interior ha sido terriblemente restaurado, de las ocasiones?
modo que no deja nada que desear en cuanto se refiere a comodida-
des. Ante la puerta que las sombras' de los árboles ocultan hay El hombre propone y dispone. Tan sólo de él depende poseerse
automóviles que esperan. Algunos de mis amigos viven en él: por entero, es decir, mantener en estado de anarquía la cuadrilla
ahí va Louis Aragon, que abandona el castillo y apenas tiene de sus deseos, de día en día más temible. Y esto se 10 enseña
tiempo para deciros adiós; Philippe Soupau1t se levanta' con las la poesía. La poesía lleva en sí la perfecta compensación de las
estrellas, y Pau1 E1uard, nuestro gran Eluard, todavía no ha regresa- miserias que padecemos. Y también puede actuar como ordenadora,
do. Ahí están Robert Desnos y Roger Vitrac, que descifran en por poco que uno se preocupe, bajo los efectos de una decepcíón
el parque un nuevo edicto sobre los duelos; y Georges Auric menos íntima, de tomársela a lo trágico. ¡Se acercan los tiempos
y Jean Pau1han; Max Morise, quien tan bien rema, y Benjamin en que la poesía decretará la muerte del di~~~Tla'soTa-rom'perá
Péret, con sus ecuaciones de pájaros; y Joseph De1tei1; y Jean ~eL p~~ cle:lcielo para la tierra r Habrá aún asambleas-enoJas'plazas
Carrive; y Georges Limbour, y Georges Limbour (hay un bosque públicas, y movimientos en 'los que uno jamás habría pensado en
de Georges Limbour); y Marce1 Noll; he ahí a T. Fraenke1, quien tomar parte. ¡Adiós, absurdas selecciones, sueños de vorágine, rivali-
nos saludó desde un globo cautivo, Georges Ma1kine, Antonin dades, largas esperas, fuga de las estaciones, artificial orden de
Artaud, Francis Gérard, Pierre Naville, J. A. Boiffard, después las ideas, pendiente del peligro, tiempo omnipresente! IJreoC1:tpémo-
Jacques Baran y su hermano, apuestos y cordiales, y tantos otros, nos ,tan sólo de_p~acticar la poesía. ¿Acaso no somos nosotros,
y ml~eres de arrebatadora belleza, de verdad. A esa gente joven los que ya vivimos de ella, qui¿ñes" debemos hacer prevalecer
nada se le puede negar, y, en cuanto concierne a la riqueza, aquello que consideramos nuestra más vasta argumentación?
sus deseos son órdenes. Francis Picabia nos visita, y, la semana Poco importa que se d<' cierta desproporción entre la anterior
pasada, hemos dado una recepción a un tal Marce1 Duchamp, defensa y la ilustración que viene a continuación. Antes hemos
a quien todavía no conocíamos. Picasso caza por los alrededores. intentado remontarnos a las fuentes de la imaginación poética,
El espíritu de la desmoralización ha fijado su domicilio en el castillo, y, 10 que es más dificil todavía, quedarnos en ellas. Y conste
y a él recurrimos todas las veces que tenemos que entrar en que no pretendo haberlo logrado. Es preciso aceptar una gran
relación con nuestros semejantes, pero las puertas están siempre responsabilidad, si uno pretende establecerse en aquellas lejanas
abiertas, V no éomenzamos nuestras relaciones dando las c....oraClas
~
regiones en las que, desde un principio, todo parece desarrollarse
al prójimo, ¿saben ustedes? Por 10 demás, grande es la soledad, i
de tan mala manera, más todavía si se pretende llevar al prójimo
y no nos reunimos con frecuencia, porque, ¿acaso 10 esencia 1 no a ellas. De todos modos, el caso es que uno nunca está seguro
es que seamos dueños de nosotros mismos, y, también, señores de hallarse verdaderamente en ellas. Uno siempre está tan propicio
de las ml~eres y del amor? a aburrirse como a irse a otro lugar y quedarse en él. Siempre
Se me acusará de incurrir en mentiras poéticas; todos dirán hay una flecha que indica la dirección en que hay que avanzar
que vivo en la calle Fontaine, y que jamás gozarán de tama para llegar a estos países, y alcanzar la verdadera meta no depende
belleza. ¡Maldita sea! ¿Es absolutamente seguro que este castillo más que del buen ánimo del viajero.
del que acabo de hacer los honores se reduce simplemente a una Ya sabemos, poco más o menos, el 'Gamino seguido. Tiempo
328 AJario De II!ficheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 329

atrás me tomé el trabajo de contar, en el curso de un estudio que todos comprenderéis mi actitud, aun cuando no la consideréis
sobre el caso de Robert Desnos, titulado Entrada de los médiums 6 , suficientemente motivada. Me gusta hacer estas confesiones estúpi-
qué me había sentido inducido a {{fijar mi atención en frases más das. En aquellos tiempos se intentabi implantar la seudopoesía
o menos parciales que, en plena soledad, cuando el sueño se acerca, cubista, pero ésta había nacido inerme del cerebro de Picasso,
devienen perceptibles al espíritu, sin que sea posible descubrir y en cuanto a mí hace referencia debo decir que era considerado
su previo factor determinante». Entonces intenté correr la aventura como un ser más pesado que una lápida (y todavía se me considera
de la poesía, reduciendo los riesgos al mínimo, con lo cual quiero asi). Por otra parte, no estaba seguro de seguir el buen camino,
decir que mis aspiraciones eran las --mismas que tengo hoy, 'pero en lo referente a poesía, pero procuraba protegerme como mejor
entonces confiaba en la lentitud de la elaboración, a fin de hurtarme podía, enfrentándome con el lirismo, contra el .que esgrimía todo
a inútiles contactos, a contactos a los que yo era muy hostil. género de definiciones y fórmulas (no tardarían m ucho en prod ucir-
Esto se debía a cierto pudor intelectual, del que todavía me queda se los fenómenos Dada), y pretendiendo hallar una aplicación de
un poco. Al término de mi vida, dificil será, sin duda, que hable la poesía a la publicidad (aseguraba que todo terminaría, no con
como se suele hablar, que excuse el tono de mi voz y el reducido la culminación de un hermoso libro, sino con la de una bella
número de mis gestos. La perfección en la palabra hablada (y frase de reclamo en pro del infierno o del cielo).
en la palabra escrita mucho más) me parecía estar en función En esta época, un hombre que, por lo menos, era tan pesado
de la capacidad de condensar de manera emocionante la exposición COffi.o yo, es decir, Pierre Reverdy, escribió:
(y exposición había) de un corto número de hechos, poéticos "La ima.gen es una creación pura del espíritu. La imagen no
o no, que constituían la materia en que se centraba mi atención. puede nacer de una comparación, sino del acercamiento de dos
Había llegado a la convicción de que éste, y no otro, era el realidade~ más o menos lejanas. Cuanto más lejanas y justas sean
procedimiento empleado por Rimbaud. Con una preocupación las concoipitancias de las dos realidades objeto de aproximación,
por la variedad, digna de mejor causa, compuse los últimos poemas más fuerte será la imagen, más fuerza emotiva y más realidad
de Monte de Piedad, con lo que quiero decir que de las líneas poética tendrá ... » 7
en blanco de este libro llegué a sacar un partido increíble. Estas palabras, un tanto sibilinas para los profanos, tl:llían gran
Estas líneas equivalían a mantener los ojos cerrados ante unas fuerza reveladora, y yo las medité durante mucho tiempo. Pero
operaciones del pensamiento que me consideraba obligado a ocultar la imagen se me escapaba. La estética de Reverdy, estética totalmen-
al lector. Eso no significaba que yo hiciera trampa, sino solamente te a posteriori, me inducía a confundír las causas con los efeecos.
que obraba impulsado por el deseo de superar obstáculos brusca- En el curso de mis meditaciones, renuncié definitivamente a mi
'mente. Conseguía hacerme la ilusión de gozar de una posible anterior punto de vista.
complicidad, de la que de día en día me era más dificil prescindir. El caso es que una noche, antes de caer dormido, percibí,
Me entregué a prestar una inmoderada atención a las palabras, netamente articulad:l hasta el puntO de que resultaba imposible
en cuanto se refería al espacio que admitían a su alrededor, a cambiar ni una sola palabra, pero ajena al sonido de la voz, de
sus tangenciales contactos con otras palabras prohibidas que no cualquier voz, una frase harto rara que llegaba hasta mi sin llevar
escribía. El poema Bosque negro deriva precisamente de este en sí el menor rastro de aquellos acontecimientos que, según
estado de espíritu. Em pleé seis meses en escribirlo, y les aseguro las revelaciones de la conciencia, en aquel entonces me ocupaban,
que no descansé ni un solo día. Pero de este poema dependía y la frase me pareció muy insistente, era una frase que casi me
la propia estimación en que me tenía, en aquel entonces, y creo atrevería a decir que llamaba a la ventana. Grabé rápidamente la frase

6 Véase Les pas perdus,.. N.R.F., París. Nord--'Ild, marzo de 1918.


Las vanguardias artísticas del siglo XX 331
330 Mario De l'vlicheli
y conocía sus métodos de examen, que había tenido ocaSlOn de
en mi conciencia, y, cuando me disponía a pasar a otro asunto, practicar con enfermos durante la guerra, por lo que.-9_eci~~ener
el carácter orgánico de la frase retuvo mi atención. Verdaderamente, de mí mismo lo que se procura obtener de aquéllos, es decir,
la frase me había dejado atónito; desgraciadamente no la he conser- un monólogo lo .111.ás rá pidoposibl~,.~ob~_~!q~ ,elé:SP!.Iit.l1c:rí.ticº ...ec~" í,- j
vado en la memoria, era algo así como «Hay un hombre a quien del paciente no formule juicio alguno, que, en consecuencia, quede
la ventana ha partido por la mitad», pero no había manera' de libre de tod; -¡~tice~ci;,'y; que-s'ea~eñTo--pOSlbIe~'equí\T-alente--
interpretarla erróneamente, ya que iba acompañada de una débil a pensar en voz alta. Me par"eCi6 entonces, y sigue pareciéndome
representación visual 8 de un hombre que caminaba, partido por ahora -la manera en que me llegó la frase del hombre cortado
la mitad del cuerpo aproximadament~por una ventana perpendicu- en dos lo demuestra-, que la velocidad del pensamiento no es
lar al eje de aquél. Sin duda se trataba de la consecuencia del superior a la de la palabra, y que no siempre gana a la de la
simple acto de enderezar en el espacio la imagen de un hombre palabra, ni siquiera a la de la pluma en movimiento. Basándonos
asomado a la ventana. Pero, debido a que la ventana había acompa- en esta premisa, Philippe Soupault, a quien había comunicado
ñado al desplazamiento del hombre, comprendí que me hallaba las primeras conclusiones a que había llegado, y yo nos dedicamos
ante una imagen de un tipo muy raro, y tuve rápidamente la a emborronar papel, con loable desprecio hacia lbs resultados litera-
idea de incorporarla al acervo de mi material de construcciones rios que de tal actividad pudieran surgir. La facilidad en la realiza-
poéticas. No hubiera concedido tal importan'cia a esta frase si ción material de la tarea hizo todo lo demás. Al término del
no hubiera dado lugar a una sucesión casi ininterrumpida de frases
que me dejaron poco menos sorprendido que la primera, y que
me produjeron un sentimiento de gratitud tan grande que el domi- 9 Knut Hamsun considera que el h<1mbre es el determinante de este tipo

nio que, hasta aquel instante, había conseguido sobre mí mismo de revelación que me obsesionó. y quizá esté en lo cierto. (Debo hacer constar
que en aquella época no todos los días comía.) Y no cabe duda de que los
me pareció ilusorio, y comencé a preocuparme únicamente de
siguientes síntomas que Hamsun relata coinciden con los míos:
poner fin a la interminable lucha que se desarrollaba en mi interior 9 . "El día siguíente desperté temprano. Todavía era de noche. Hacía largo
En aquel entonces todavía estaba muy interesado en Freud, rato que tenía los ojos abiertos. cuando oí las campanas de las cinco, dadas
por el reloj de pared del piso superior al mío. Intenté volver a dormir, pero
no lo logré. estaba totalmente despierto. Y mil ideas me bullían en la cabeza.
8 Si hubiera sido pintor. esta representación visual habría sin duda predomina- De repente se me ocurrieron algunas frases buenas, muy adecuadas para uti-
do sobre la otra. Probablemente mis facultades innatas decidieron las característi- lizarlas en un apunte. en un folletón; súbitamente, Y como por azar, descubrí fra-
cas de la revelación. Desde aquel día, he concentrado volunta~iamente la atención ses muy hermosas, frases más bellas que todas las por mí escritas anteriormente.
en parecidas apariciones, y me consta que, en cuanto a precisión. no son inferiores 1'v1e las repetí lentamente, palabra por palabra. y eran excelentes. Las frases
a los fenómenos auditivos. Provisto de p"pel y lápiz, me sería fácil trazar no dejaban de acudir, una tras otra. Me levanté y cogí papel y lápiz. en
sus contornos. Y ello es así por cuanto no se trataría de díbujar. sino de la mesa que tenía detr3s de la cama. 1'v1e parecía que se hubiera roto una
(,¡{on. De esta manera. podría representar un árbol, una ola. un instrumento vena en mi interior, las palabras se sucedían. se situaban en su justo lugar,
musical. infinidad de cosas que. en este momento. sería incapaz de representar se adaptaban a la situación. las escenas se acumulaban, la acción se desarrollaba.
gráficamente, ni siquiera mediante el más somero esquema. Si lo intentJfa. las réplicas surgían en mi cerebro. y yo gozaba de manera prodigiosa. Los
me perdería. con la certidumbre de volver a topar conmigo mismo, en un pensamientos acudían tan velozmente, Y seguían t1uyendo con tal abandono.
laberinto de lineas que, a primera vista, nO parecerian representar nada. Y. que desdeñé una multítud de detalles delicados. debido a que el lápiz no podía
al abrir los ojos, tendria la fuerte impresión de hallarme ante algo «nunca ir con la dcbida velocidad, pese a que procuraba escribir deprisa, la mano
visto". La prueba de lo que digo hJ sido efectuada muchas veces por Robert siempre en movimiento, sin perder ni un segundo. Las frases brotaban en
Demos; para comprobarlo basta con hojear el número 36 de HOj<15 libres, que mi interior y estaba en plena posesión del (ema.')
contiene abundantes dibujos suyos (<<Romeo y julieta», "Un hombre ha muerto Apollinaire aseguraba que De Chirico habia pintado sus primeros cuadros
I
esta mañana». ete.). que la revista creyó eran dibujos realizados por locos. bajo la int1uencia de-- alteraciones cenestésicas (dolores de cabeza. cólicos ...).
y que como ta!es publicó con la mayor buena fe.
Las vanguardias artísticas del siglo XX 333
332 1'viario De Micheli

En homenaje a Guillaume Apollinaire, quien había muerto


primer día de trabajo, pudimos leernos recíprocamente unas cin-
hacía poco, y quien en muchos casos nos parecía haber obedecido
cuenta páginas escritas del modo antes dicho, y comenzamos a
a impulsos del género antes dicho, sin abandonar por ello ciertos
comparar los resultados. En conjunto, lo escrito por Soupault
mediocres recursos literarios, Soupault y yo dimos el nombre
y por mí tenía grandes analogías, se advertían los mismos vicios
de sltrrealismo al nueVO modo de expresión que teníamos a nuestrO
de construcción y errores de la misma naturaleza, pero, por Otra
alcance Y que deseábamos comunicar lo anteS posible, para su
parte, también había en aquellas páginas la ilusión de una fecundidad
propio beneficio, a todos nuestros amigos. Creo que en nuestrOS
extraordinaria, mucha emoción, un considerable conjunto de imá-
días no es preciso someter a nuevO examen esta denominación,
genes de una calidad que no hubiésemos sido capaces de conseguir,
y que la acepción en que la empleamos ha prevalecido, por lo
ni siquiera una sola, escribiendo lentamente, unos rasgos de pintores-
quismo especialísimo, y, aquí y allá, alguna frase de gran comicidad. general, sobre la acepción de Apollinaire. Con mayor justicia toda-
vía, hubiéramos podido apropiarnos del término supematuralismo)
Las únicas diferencias que se advertían en nuestros textos me parecie-
em pleado por Gérard de N erval en la dedicatoria de ]'viuchachas
ron derivar esencialmente de nuestros respectivos temperamentos,
el de Soupault menos estático que el mío, y, si se me permite de ji/ego 11. Efectivamente, parece que Nerval conoció a maravilla
una ligera crítica, también derivaban de que Soupault cometió
el espíritu de nuestra doctrina, en tanto que Apollinaire conocía
el error de colocar en lo alto de algunas páginas, sin duda con tan sólo la letra, todavía imperfecta, del surrealismo, y fue incapaz
de dar de él una explicación teóriéa duradera. He aquí unas frases
ánimo de impresionar, ciertas palabras, a modo de título. Por
de Nerval. que me parecen muy significativas a este res-
otra parte, y a fin de hacer plena justicia a Soupault, debo decir
que se negó siempre, con todas sus fuerzas, a efectuar la menor pecto:
"Voy fl explicarle, mi querido Dumas, el fenómeno del que
modificación, la menor corrección, en los párrafos que me parecie-
ron mal pergeñados. Y en este punto llevaba razón 10. Ello es usted ha l:1ablado hace poco. Como muy bien sabe, hay ciertos
narradores que no pueden inventar sin identificarse con los persona-
así por cuanto resulta muy dificil apreciar en su justo valor los
jes por ellos creados. Sabe muy bien con cuánta convicción nuestro
diversos elementos presentes, e incluso podemos decir que es impo-
viejo amigo Nodier contaba cómo había padecido la desdicha
sible apreciarlos en la primera lectura. En apariencia, estos elementos
de ser guillotinado durante la Revolución; unO quedaba tan con-
son, para el sujeto que escribe, tan extraños como para cualquier
vencido que incluso se preguntaba cómo se las había arreglado
otra persona, y el que los escribe recela de ellos, como es natural.
Poéticamente hablando, tales elementos' destacan, ante todo por Nodier para volver a pegarse la cabeza al cuerpo.
»Y como quiera que tuvO usted la imprudencia de citar uno
su alto grado de absurdo inmediato) y este absurdo, u~a vez examina-
dó con mayor detenimiento, tiene la característica de conducir a de esos sonetos compuestos en aquel estado de ensueño SUPERNA-
TURALlST A, cual dirían los alemanes, es preciso que los conozca
cuanto hay de admisible y legítimo en nuestro mundo, a la divulga-
todos. Los encontrará al final del volumen. No son mucho más
ción de cierto número de propiedades y de hechos que, en resumen,
oscuros que la metatlsica de Hegel o los NIemorables de Sweden-
no son menos objetivos que otros muchos.
borg, y perderían su encantO si fuesen explicados, caso de que
10 Cada día creo más en la infalibilidad de mi pensamiento en relación
ello fuera posible, por lo que le ruego me conceda al menos
conmigo mismo, lo cual es naruraJísimo. De todos modos, en esta escritllra el mérito de la expresión ... » 12.
del pensamiento, en la que una queda a merced de cualquier distracción exterior,
se producen fácilmente «lagunas". No hay razón alguna que justifique el intento
11 TC1mbiér¡ por Thomas Carlyle, en Sartor Resartus (C1pírulo VIII: «Supcrna-
de disimularlas. El pensamiento es, por definición, fuerte'e incapaz de acusarse
a sí mismo. Aquellas evidentes deficiencias deben atribuirse a las sugerencias curalismo rLlturaj,,), 1833-183+.
pro ces¡! entes del exterior. 12 Vbsc, asimismo, el Idcorreali.<illo de Sainc-Pol-Rollx.
334 Alario De i'vficf¡eli Las vanguardias artisticas del siglo XX 335

Indica muy mala fe discutirnos el derecho a emplear la palabra Desbordes-Valmore es surrealista en el amor.
SURREALISMO, en el sentido particular que nosotros le damos, Bertrand es surrealista en el pasado.
ya que nadie puede dudar que esta palabra no tuvo fortuna, antes Rabbe es surrealista en la muerte.
de que nosotros nos sirviéramos de ella. Voy a definirla, de una Poe es surrealista en la aventura.
vez para sIempre: Baudelaire es surrealista en la moral.
SURREALISMO: sustantivo, masculino. A utpmatismo psíqui- Rimbaud es surrealista en la vida práctica y en todo.
co pur; por cl1yomediose)nte;1ta ~xp-~esar,--~~erbarmei1te~-por Mallarmé es surrealistá en la confidencia.
escrito()decU:;lquier otro modo, el tüncio~~mie~to real d.erpe~s;~ Jarry es surrealista en el absintio.
Es
mIento. -l;~-di~~;do del p~~;amiento, la mterve~~;6~~-~~g~I;;=- Nouveau es surrealista en el beso.
-dü;;¡-de-E--ra"lZm, ajeno a t()da.preoc.llpaci_ºn_est_~tica o moral. Saint-Pol-Roux es surrealista en los símbolos.
-ENCICLOPEDIA: Filosofia_ ª~r[ea.Li?In.Q$_bas;-e!1)~=C!~en- Fargue es surrealista en la atmósfera.
cia en la realidad superioL~ecier:.tasformasdeasociaciém __dqcki1;:l~as Vaché es surrealis ta en mí.
h-asta-¡;-aparlción cfer~ismo, :c~n~I Iibre_~jer_cicio_ªelp~!1samiento. Reverd y es surrealista en sí.
cTie-~-de--a-éfes-trui;d~fi;;;ti~;~ente todos los restantes m~c;~Is;;os Saint-John Perse es surrealista a distancia.
psíquicos, y a sustituirlos en la resolución de los principales proble- Roussel es surrealista en la anécdota.
mas de la vida. Han hecho profesión de fe de SURREALISMO Etcétera.
ABSOL UTO los siguientes señores: Aragon, Baron, Boiffard,
Breton, Carrive, Crevel, Delteil, Desnos, Eluard, Gérard, Limbour, Insisto en que no todos son siempre surrealistas, por cuanto
Malkine, Morise, Naville, Noll, Péret, Pican, Soupault, Vitrac. ad vierto ~n cada uno de ellos cierto número de ideas preconcebidas
Por el momento parece que los antes nombrados forman la a las que, muy ingenuamente, permanecen fieles. Mantenían esta
lista completa de los surrealistas, y pocas dudas caben al respecto, fidelidad porque no habían eS[l/chado la voz surrealista, esa voz
salvo en el caso de Isidore Ducasse, de quien carezco de datos. que sigue predicando en vísperas de la muerte, por encima de
Cierto es que si únicamente nos fijamos en los resultados, buen las tormentas, y no la escucharon porque no querían servir única-
número de poetas podrían pasar por surrealistas, comenzando por mente para orquestar la maravillosa partitura. Fueron instrumentos
Dante, y también, en sus mejores momentos, por el propio Shakes- demasiado orgullosos, y por eso jamás produjeron ni un sonido
peare. En el [l/rso de las diferentes twtativas de dejrnición por mí armonioso 13.
efectuadas de aquello que se denomina, con abuso de confianza, el Pero nosotros, que no nos hemos entregado jamás a la tarea
genio, nada he encontrado que pueda atribuirse a un proceso que no de mediatización, nosotros que en nuestras obras nos hemos conver-
sea el anteriormente definido. tido en sordos receptáculos de tantos ecos, en modestos aparatos
Las Noches de Young san surrealistas de cabo a rabo; desgraciada- registradores que no q.uedan hipnotizados por aquello que registran,
mente no se trata más que de un sacerdote que habla, de un nosotros quizá estemos al servicio de una causa todavía más noble.
mal sacerdote, sin duda, pero sacerdote al fin.

Swift es surrealista en la maldad. 13 Lo mismo podría decir de algunos filósofos y de algunos pin tores; de
estos últimos tcln sólo citaré a Uccello. entre los de la época antigua. y entre
Sade es surrealista en el sadismo.
los de la épOC1 moderna, a Seurat, Gustave i'v'1oreau, Matisse (en la "música»,
Chateaubriand es surrealista en el exotIsmo. por ejemplo), Derain, Picasso (el más puro, con mucho), Braque, Duchamp,
Constant es surrealista en política. li Picabia, De Chirico (admirable durante tanto tiempo), Klee, Man Ray, Max
Hugo es surrealista cuando no es tonto. , Ernst y, tan próximo a nosotros, André Masson.
336 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 337

Nosotros devolvemos con honradez el «talento» que nos ha sido que se ha sometido, ha justificado plenamente las esperanzas que
j~
prestado. Si os atrevéis, habladme del talento de aquel metro puse en e! surrealismo, y me ha inducido, a esperar aún más de éL
-~

t
de platino, de aquel espejo, de aquella puerta, o del cielo. En la actualidad, Desnos habla eIl surrealista cuando le da la gana.
Nosotros no tenemos talento. Preguntádselo a Philippe Sou- L:¡ prodigiosa agilidad con que sigue oralmente su pensamiento
pault: nOS admira tanto cuanto nos complacen sus espléndIdos discursos,
«Las manufacturas anatómicas y las habitaciones baratas destrui- ~, discursos que se pierden porque Desnos, en vez de fijarlos, prefiere
rán las más altas ciudades.» j~ hacer otras cosas más importantes. Desnos lee en sí mismo como
A Roger Vitrac: en un libro abierto, y no se preocupa de retener las hojas que
«Apenas hube invocado al mármol",almirante, éste dio media el viento de su vida se lleva.
vuelta sobre sí mismo como un caballo que se encabrita ante
la Estrella Polar, y me indicó en el plano de su bicomio una
región en la qlJe debía pasar el resto de mis días.» Secreto.' del <7rte II/,ígico del slIrrc<7lislI/()
A Paul Eluard:
«Es una historia muy conocida esa que cuento, es un poema Composición surrealista escrita, o primer y último chorro
muy célebre ese que releo: estoy apoyado en un muro, verdeantes
las orejas, y calcinados los labios.» Ordenad que os traigan recado de escribir, después de haberos
A Max Morise: situado en un lugar que sea lo más propicio posible a la concentra-
«El oso de las cavernas y su compañero el alcaraván, la veleta ción de vuestro espíritu, al repliegue de vuestro' espíritu s~bre
y su valet el viento, el gran Canciller con sus cancelas, el espantapája- sí mismo. I;ntrad en el estado más pasivo, o receptivo, de que
ros y su cerco de pájaros, la balanza y su hija el fiel, ese carnicero seáis capaces, Prescindid de vuestro genio, de vuestro talento, y
y su hermano el carnaval, el barrendero y su monóculo, el Mississipí del genio y de! talento de los demás. Decías hasta empaparos
y su perrito, el coral y su cántara de leche, el milagro y su de ello que la literatura es uno de los más tristes caminos que
buen Dios, ya no tienen más remedio que desaparecer de la faz llevan a todas partes. Escribid deprisa, sin tema preconcebido, escri-
del maL» bid lo suficientemente deprisa para no poder refrenaros, y para
A ]oseph Delteil: no tener la tentación de leer lo escrito . .La primera fras,e se os
«¡Sí! Creo en la virtud de los pájaros. Y basta una pluma ocurrirá por sí misma, ya que en cada segundo que pasa hay
para hacerme morir de risa.» ' una frase, extraña a nuestro pensamiento consciente, que desea
A Louis Aragon: exteriorizarse. Resulta muy dificil pronunciarse con respecto a
«Durante una interrupción del partido, mientras los jugadores la frase inmediata siguiente; esta frase participa, sin duda, de nuestra
se reunían alrededor de una jarra de llameante ponche, pregunté actividad consciente y-de la otra, al mismo tiempo, si es que
al árbol si aún conservaba su cinta roja.>' reconocemos que e! hecho de haber escritO la primera produce
y yo mismo, que no he podido evitar el escribir las líneas un mínimo de percepción. Pero eso poco ha de importaros: ahí
locas y serpenteantes de este prefacio. es donde radica, en su mayor pane, el interés del juego surrealista.
Preguntad a Robert Desnos, quien quizá sea el que, en nuestro No cabe la menor duda de que la puntu:JCión siempre' se opone
grupo, está más cerca de la verdad surrealista, quien, en sus obras a la continuidad absoluta del fluir de que estamos hablando, pese
todavía inéditas 14, y en el curso de las múltiples experiencias a a que parece tan necesaria como la distribución de los nudos
en una cuerda vibrante. Seguid escribiendo cuanto queráis. Confiad
14 Nuevas Hébridas, Desorden formal, Duelo por duelo. en la naturaleza inagotable del murmullo. Si el silencio amenaza,
338 ¡Viario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 339

debido a que habéis cometido una falta, falta que podemos llamar Para escribir falsas novelas
«falta de inatención», interrumpid sin la menor vacilación la frase
demasiado clara. A continuación de la palabra que os parezca Seáis quien seáis, si el corazón así os lo aconseja, quemad unas
de origen sospechoso poned una letra cualquiera, la letra 1, por cuantas hojas de laurel y, sin empeñaros en mantener vivo este
ejemplo, siempre la 1, y al imponer esta inicial a la palabra siguiente débil fuego, comenzad una novela. El surrealismo os lo permitirá;
conseguiréis que de nuevo vuelva a imperar la arbitrariedad. os bastará con clavar la aguja de la «Belleza fija» sobre la «Acción»;
en eso consiste el truco. Habrá personajes de perfiles lo bastante
distintos; en. vuestra escritura, sus nombres son solamente cuestión
Para no aburrirse en sociedad de mayúsculas, y se comportarán con la misma seguridad con
respecto a los verbos activos con que se comporta el pronombre
Esto es muy dificil. Haced decir sIempre que no estals en ca-
«il» en francés, con respecto a las palabras «pleut», «ya», «faut», et-
sa para nadie,. y alguna que otra vez, cuando alguien haya hecho
cétera. Los personajes mandarán a los verbos, valga la expresión;
caso omiso de la comunicación antedicha, y os interrumpa en
y en aquellos casos en que la observación, la ref1exión y las facultades
plena actividad surrealista, cruzad los brazos, y decid: «Igual da,
de generalización no os sirvan para nada, podéis tener la seguridad
sin duda es mucho mejor hacer o no hacer. El interés por la
de que los personajes actuarán como si vosotros no hubiérais tenido
vida carece de base. Simplicidad, lo que ocurre en mi interior
mil intenciones que, en realidad, no habéis tenido. De esta manera,
sigue siéndome inoportuno.» O cualquier otra trivialidad igualmen-
provistos de un reducido número de características fisicas y morales,
te indignante.
estos seres que, en realidad, tan poco os deben, no se apartarán
de cierra lín,ea de conducta de la que vosotros ya no os tendréis
que ocupar.' De ahí surgirá una anécdota más o menos sabia,
Para hacer discursos en apariencia, que justificará punto por punto ese desenlace emocio-

Inscribirse, en vísperas de elecciones, en el primer país en el


nante o confortante que a vosotros os ha dejado ya de importar.
Vuestra falsa novela será una maravillosa simulación de una novela
verdadera; os haréis ricos, y todos se mas trarán de acuerdo en
I
que se juzgue saludable celebrar consultas de este tipo. Todos
tenemos madera de orador: colgaduras multicolores y bisutería
de palabras. Mediante el surrealismo, el orador pondrá al desnudo
que «lleváis algo dentro», ya que es exactamente dentro del cuerpo
humano donde esa cosa suele encontrarse.
Como es natural, siguiendo un procedimiento análogo, y a
I
¡
la pobreza de la desesper~1'lza. Un atardecer, sobre una tarima, condición de ignorar todo aquello de lo que debierais daros cuenta,
el orador, solito, descuartizará el cielo eterno, esa Piel de Oso. podéis dedicaros con gran éxito a la falsa crítica. 1
y tanto prometerá que cumplir una mínima parte de lo prometido
consternará. Dará a las reivindicaciones de un pueblo entero un
matiz parcial y lamentable. Obligará a los más irreductibles enemi- Para tener éxito con una mujer que pasa por la calle

gos a comulgar con un deseo secreto que hará saltar en pedazos
a las patrias. Y lo conseguirá con sólo dejarse elevar por la palabra
inmensa que se funde en la piedad y rueda en el odio. Incapaz
de desfallecer, jugará so bre el terciopelo de todos los desfallecimien-
tos. Será verdaderamente elegido, y las más tiernas mujeres le i

amarán con violencia.


340 ¡vIario De Miclzeli Las vanc'<lIardias artísticas del siglo XX 341

Contra la muerte dad. No es función mía favorecer aunasen perjUlCIo de las


otras. La solución debe correr a cargo de una maravillosa com pensa-
El surrealismo os introducirá en la muerte, que es una sociedad ción, y esta compensación siempre se produce.
secreta. Os enguantará la mano, sepultando allí la profunda M Este lenguaje sin reserva al que siempre procuro dar validez,
con que comienza la palabra Memoria. No olvidéis tomar felices este lenguaje que me parece adaptarse a todas las circunstancias
disposiciones testamentarias; en cuanto a mí respecta, exijo que de la vida, este lenguaje no sólo no me priva ni siquiera de
me lleven al cementerio en un camión de mudanzas. Que mis llno de mis medios, sino que me da una extraordinaria lucidez,
amigos destruyan hasta el último ejemplar de la edición de Discuros y lo hace en el terreno en que menos podía esperarlo. Llegaré
sobre la escasez de realidad. 1l1cluso a afirmar que este lenguaje me insuuye, ya que, en efecto,
El idioma ha sido dado al hombre para que lo use de manera me ha ocurrido emplear surrealista mente palabras cuyo sentido
surrealista. ED: la medida en que al hombre le es indispensable había olvidado. E inmediatamente después he podido verificar
hacerse comprender, consigue expresarse, mejor o peor, y con que el uso dado a estas palabras respondía exactamente a su
ello asegurar el ejercicio de ciertas funciones consideradas como definición. Esto nos induce a creer que no se «aprende», sino
las más primarias. Hablar o escribir una carta no presenta verdaderas que uno no hace más que «re-aprender>}. De esta manera he llegado
dificultades siempre que el hombre no se proponga una finalidad a familiarizarme con giros muy hermosos. Y no hablo únicamente
superior a las que se encuentran en un término medio, es decir, de la conciencia poética de las cosas, que tan sólo he conseguido
siempre que se limite a conversar (por el placer de conversar) adquirir mediante el contacto espiritual con ellas, mil veces repetido.
con cualquier otra persona. En estos casos, el hombre no sufre
ansiedad alguna en lo que respecra a las palabras que ha de pronun- Las formas del lenguaje surrealista se adaptan todavia mejor
ciar, ni a la frase que seguirá a la que acaba de pronunciar. A al diálogo. 1;n el diálogo hay dos pensamientos frente a frente;
una pregunta muy sencilla, será capaz de contestar sin la menor mientras uno se manifiesta, el otro se ocupa del que se manifiesta,
vacilación. Si no está aquejado de tics, adquiridos en el trato pero ¿de qué modo se ocupa de él? Suponer que se lo incorpora
con los demás, el hombre puede pronunciarse espontáneamente sería admitir que, en determinado momento, le sería factible vivir
sobre cierto número reducido de temas; y para hacer esto no enteramente merced a aquel otro pensamiento, lo cual resulta
tiene ninguna necesidad de devanarse los sesos, ni de plantearse bastante improbable. En realidad, la atención que presta el pensa-
problemas previos de ningún género. ¿Y quién habrá podido hacer- miento segundo es de carácter totalmente externo, ya que única-
le creer que esta facultad de primera intención tan sólo le perjudicará mente se concede el lujo de aprobar o desaprobar, generalmente
cuando se propone entablar relaciones verbales de naturaleza más desaprobar, con todos los respetos de que el hombre es capaz.
compleja? No hay ningún tema cuyo tratamiento le impida hablar Este modo de hablar no permite abordar el fondo de la cuestión.
y escribir generosamente. Los actos de escucharse y leerse a uno Mi atención, fija en una invitación que no puedo rechazar sin
mismo sólo tienen el efecto de obstaculizar lo oculto, el admirable incurrir en grosería, trata el pensamiento ajeno como si fuese
recurso. No, no, no tengo ninguna necesidad urgente de compren- un enemigo: en las conversaciones cornentes, el pensamiento fija
1
derme (¡Basta! ¡Siempre me comprenderé!). Si tal o cual frase 1 \ y «conquista» casi siem pre las palabras y las oraciones ajenas, de
mía me produce de momento una ligera decepción, confio en las que luego se servirá; el pensamiento me pone en situación
que la frase siguiente enmendará los yerros, y me cuido muy de sacar partido de estas palabras y oraciones en la réplica, desvir-
mucho de no volverla a escribir, ni corregirla. Unicamente la tuándolas. Esto ocurre especialmente en ciertos estados mentales
menor falta de aliento puede serme fatal. Las palabras, los grupos ,1 patológicos en los que las alteraciones sensoriales absorben toda
de palabras que se suceden practican entre sí 'la más intensa solidari- la atención del enfermo, quien, al responder a las preguntas que
342 ¡Hario De Alicheli Las llang¡lardias artísticas del siglo XX 343

se le formulan, se limita a apoderarse de la última palabra que común de «Barreras», en donde Soupault y yo nos comportamos
ha oído, o de la última porción de una frase surrealista que ha como interlocutores imparciales.
dejado cierto rastro en su espíritu:
«¿Qué edad tiene usted?»-«Usted» (EcoísmoJ. El surrealismo no permite a aquellos que se entregan a él
«¿Cómo se llama usted ?»-«Cuarenta y cmco casas» (Sindrome abandonarlo cuando mejor les plazca. Todo induce a creer que
de Callser o de las respuestas marginalesJ. actúa sobre los espíritus como actúan los estupefacientes; al igual
que éstos, crea un cierto estado de necesidad y puede inducir
No hay ninguna conversación eIlla que no se dé cierto desorden. al hombre a tremendas rebeliones. También podemos decir que
El esfuerzo en pro de la sociabilidad que las preside y la costumbre el surrealismo es un paraíso harto artificial, y la afición a este
que de sostenerlas tenemos son los únicos factores que consiguen paraíso deriva del estudio de Baudelaire, al igual que la afición
ocultarnos temporalmente ese hecho. Asimismo, la mayor debilidad a los restantes paraísos artificiales. El análisis de los misteriosos
de todo libro estriba en entrar constantemente en conflicto con efectos y de los especiales goces que el surrealismo puede engendrar
el espíritu de sus mejores lectores, y al decir mejores quiero significar no puede faltar en el presente estudio, y es de advertir que, en
los más exigentes. En el brevísimo diálogo que anteriormente muchos aspectos, el surrealismo parece un vicio nuevo que no
he improvisado entre el médico y el enajenado, es, desde luego, es privilegio exclusivo de unos cuantos individuos, sino que, como
este último quien lleva la mejor parte, ya que mediante sus respues- el haxix, puede satisfacer a todos los que tienen gustos refinados.
tas domina la atención del médico; y además, no es él quien
formula las preguntas. ¿Cabe afirmar que su pensamiento es el 1. Hay imágenes surrealistas que son como aquellas imágenes
más fuerte de los dos, en aquel instante? Quizá. Al fin y al producidas por el opio, que el hombre no evoca, sino que «se
cabo, el paciente goza de la libertad de no tener en cuenta su le ofrecen ~spontáneamente, despóticamente, sin que las pueda
nombre ni su edad. apartar de sí, por cuanto la voluntad ha perdido su fuerza, y
ha dejado de gobernar sus facultades»15. Naturalmente, faltaría
El surrealismo poético, al que consagro el presente estudio, saber si las imágenes, en general, han sido alguna vez «evocadas».
se ha ocupado, hasta el momento actual, de restablecer en su Si nos atenemos, tal como yo hago, a la definición de Reverdy,
verdad absoluta el diálogo, al liberar a los dos interlocutores de no parece que sea posible aproximar voluntariamente aquello que
las obligaciones impuestas por la buena crianza. Cada uno de él denomina «dos realidades distantes». La aproximación ocurre
ellos se dedica sencillamente a proseguir su soliloquio, sin intentar o no ocurre, y esto es todo. Niego con toda solemnidad que,
derivar de ello un placer dialéctico determinado, ni imponerse en el caso de Reverdy, imágenes como:
en modo alguno a su prójimo. Las frases intercambiadas no tienen Por el cauce del arroyo Jluye ulla canción
la finalidad, contrariamente a lo usual, del desarrollo de una tesis, o
por muy insustancial que sea, y carecen de todo compromiso, El dia se desple,<¿ó como ¡¡¡¡ blallco mantel
en la medida de lo posible. En cuanto a la respuesta que solicitan o
debemos decir que, en principio, es totalmente indiferente en cuanto El mundo regresa al interior de WI saco
respecta al amor propio del que habla. Las palabras y las imágenes comporten el menor grado de premeditación. A mI JUICIO, es
se ofrecen únicamente a modo de trampolín al servicio del espíritu erróneo pretender que «el espíritu ha aprehendido las relaCIOnes»
que escucha. Este es el modo en que se ofrecen las palabras y entre dos realidades en él presentes. Para empezar, digamos que
las imágenes en Los campos magnéticos, primera obra puramente
surrealista, y especialmente en las páginas reunidas bajo el título 15 Baudelaire.
Las tJ(1I1J:lIardias arrí.,tícas del .,íglo XX 345
344 Mario De lvlicheli
cruzada por la luz del relampagueo, la noche de los relámpagos.
el espíritu no ha percibido nada conscientemente. Contrariamente, Tras esta noche, el día es la noche.
de la aproximación fortuita de dos términos ha surgido una luz
especial, la luz de la imagen, ante la que nos mostramos infinitamente Los innumerables tipos de Imágenes surrealistas exigen una
sensibles. El valor de la imagen está en función de la belleza clarificación que, por el momento, no vaya pretender efectuar.
de la chispa que produce; y, en consecuencia, está en función Agrupar estas imágenes según sus afinidades particulares me llevaría
de la diferencia de potencia entre los dos elementos conductores. demasiado lejos; esencialmente quiero tan sólo tener en considera-
Cuando esta diferencia apenas existe, romo en el caso de las compa- ción sus excelencias comunes. No voy a ocultar que, para mí,
raciones 16, la chispa no nace. A mi juicio no está en la mano la imagen más fuerte es aquella que contiene el más alto grado
del hombre el poder de conseguir la aproximación de d6s realidades de arbitrariedad, aquella que más tiempo tardamos en traducir
tan distantes como aquéllas a que antes nos hemos referido, por a lenguaje práctico, sea porque lleva en sí una enorme dosis de
cuanto a ello.se opone el principio de la asociación de ideas, contradicción, sea porque uno de sus términos esté curiosamente
tal como lo entendemos. De lo contrario, sólo nos quedaría el oculto, sea porque tras haber presentado la apariencia de ser sensa-
recurso de volver a adoptar un arte de carácter elíptico, que Re- cional se desarrolla, desp{Iés, débilmente (cerrando bruscamente el
verdy condena, como yo lo condeno. Fuerza es reconocer que ángulo de su compás), sea porque de ella se derive una justificación
los dos términos de la imagen no son el resultado de una labor formal irrisoria, sea porque pertenezca a la clase de las imágenes
de deducción recíproca, llevada a cabo por el espíritu con el fin alucinantes, sea porque preste de un modo muy natural la máscara
de producir la chispa, sino que son productos simultáneos de de lo abstracto a lo que es concreto, sea por todo lo contrario,
la actividad que yo denomino surrealista, en la que la razón se sea porque implique la negación de alguna propiedad fisica elemen-
limita a constatar y a apreciar el fenómeno luminoso. tal, sea porque dé risa. He aquí unos cm.mos ejemplos de imágenes
y del mismo modo que la duración de la chispa se prolonga correctas:
cuando se produce en un ambiente de rarificación, la atmósfera "Los rubíes de champaña». Lwrréamonr
surrealista, creada mediante la escritura mecánica, que me he estor- «Bello como la ley de paralización del desarrollo del pecho
zado en poner a la disposición de todos, se presta de manera de los adultos cuya propensión al crecimiento no guarda la debida
muy especial a la producción de las más bellas imágenes. Incluso relación con la cantidad de moléculas que su organismo produce».
cabe decir que, en el curso vertiginoso de esta escritura, las imágenes Lalltréamollt
que aparecen constituyen b única guía del espíritu. Poco a poco, «Una iglesia se alzaba sonora como una campana». Plúlippe
el espíritu queda convencido del valor de realidad suprema de SOllpault
estas imágenes. Limitándose al principio a sentirlas, el espíritu «En el sueño de Rose Sélavy hay un enano salido de un pozo,
pronto se da cuenta de que estas imágenes son acordes con la que come pan por la noche». Robert Desnos
razón, y aumentan sus conocimientos. El espíritu adquiere plena «Sobre el puente se balanceaba el rocío con cabeza de gata».
conciencia de las ilimitadas extensiones en que se manifiestan sus André Breton
deseos, en las que el pro y el contra se armonizan sin cesar, «Un poco a la izquierda, en mi divino firmamento, perCIbo
y en las que su ceguera deja de ser peligrosa. El espíritu avanza, -aunque sin duda es tan sólo un vapor de sangre y asesinatos-
atraído por estas imágenes que le arrebatan, que apenas le dejan el brillante despintado de las perturbaciones de la libertad». LOllís
el tiempo preciso para soplarse el fuego que arde en sus dedos. Aragon
Vive entonces en la más bella de las noches, en la noche «En el interior del bosque incendiado
Frescos los leones se han quedado». Roger Vitr,1c
16 Imagen de Jules Renard.
346 Alariu De ¡'vlielle!1 Las uallXllardias artísticas del siglo XX 347

"El color de las medias de una ml~er no es obligatoriamente que todo favorece la posesión eficaz y sin azares de uno mIsmo.
la imagen de sus ojos, lo cual ha inducido a decir a un filósofo, Gracias al surrealismo, parece que las oportunidades de la infancia
cuyo nom bre es inútil hacer constar: "los cefalópodos tienen más reviven en nosotros. Es como si uno volviera a correr en pos
razones que los cuadrúpedos para odiar el progreso'''>. lvlax AJorÍse de su salvación o de su perdición. Se revive, en las sombras,
un terror precioso. Gracias a Dios, tan sólo se trata del Purgatorio.
Tanto si se quiere como si no, ahí hay materia para satisfacer Se atraviesan, sintiendo un estremecimiento, aquellas zonas que
muchas necesidades del espíritu. Todas estas imágenes parecen atesti- los ocultistas denominan paisajes peligrosos. Mis pasos suscitan la
guar que el espíritu ha alcanzado la rrr.:rdurez suficiente para gozar aparición de monstruOs que me acechan, monstruos que todavía
de más satisfacciones que aquéllas que por lo general se le conceden. no me tIenen demasiada malquerencia, debido a que les temo,
Este es el único medio de que dispone para sacar partido de por 10 que todavía no estoy perdido. Ahí están los «e!efantes
la cantidad ideal de acontecimientos de que está preñado 17. Estas con cabeza de mujer y los leones voladores" cuyo encuentro nos
imágenes le dan la medida de su normal disipación y de los hacía temblar de miedo, a Soupault y a mí; ahí está el «pez
inconvenientes que ésta le comporta. No es malo que estas imágenes soluble" que todavía me da un poco de miedo. ¡PEZ SOLUBLE,
acaben por desconcertar al espíritu, ya que desconcertarle equivale yo soy e! pez soluble, yo nací bajo el signo de Piscis, y el hombre
a situarle ante un camino errado. Las frases que he citado contribu- es soluble en su pensamiento! La fauna y la flora de! surrealismo
yen grandemente a ello. Pero el espíritu que sabe saborearlas obtiene son inestables.
de ellas la certidumbre de hallarse en el buell camillo; el espíritu, 3, No creo en la posibilidad de la próxima aparición de un
por sí mismo, jamás se declarará culpable de emplear sutilezas pontífice surrealista, Las características comunes a todos los textos
idiomáticas; nada tiene que temer, por cuanto, además, se fortifica del género, entre ellos los que acabo de citar, así como muchos
con la búsqueda total.
otros que po~ sí solos no podrían proporcionar un riguroso desglose
2. El espíritu que se sumerge en el surrealismo revive exaltada- analítico lógico y gramatical, no impiden una cierta evolución
mente la mejor parte de su inLll1cia. Al espíritu le Ocurre un de la prosa surrealista, al paso del tiempo. Prueba irrefragable
poco lo mismo que a aquél que, próximo a morir ahogado, repasa, de ello son las historietas que vienen a continuación, en este mismo
en menos de un minuto, su vida entera, en todos sus agobiantes volumen 18, historietas escritas después de gran cantidad de ensayos
detalles. Habrá quien diga que esto no es demasiado incitante. a cuya elaboración me entregué con la finalidad antedicha, durante
Pero no me interesa en absoluto incitar a quienes tal digan. De cinco años, y que tengo la debilidad de juzgar, en su mayoría,
los recuerdos de la infancia y de alguIlos otros se desprende cierto extremadamente desordenadas. No estimo que esas historietas sean,
sentimiento de no estar uno absorbido, y en consecuencia, de en virtud de lo que de ellas he expresado, ni más ni menos
despiste, que considero el más fecundo entre Cuantos existen. Quizá ca paces de poner de relieve ante el lector los beneficios que la
sea vuestra infancia lo que más cerca se encuenLra de la «verdadera aportación surrealista puede proporcionar a su conciencia.
vida,,; esa infancia tras la cual el hombre tan sólo dispone, además Por otra parte, es pieciso dar mayor envergadura a los medios
de su pasa porte, de ciertas entradas de Lwor; esa infancia en la surrealistas. Todo medio es bueno para dar la deseable espontanei-
dad a ciertas asociaciones. Los papeles pegados de Picasso y de
17 No olvidcnl0s que, según la fórmula ck, I'Sovalis, "hay cicrtJS series de
Braque tienen el mismo valor que la inserción de un lugar común
~1(OlltL'CjIllil'lltOS que "1...' pn)dUCCll P;lLdcLlI11l'llrc ,1 lí.l:' ;lCUilCl'1..:illli,:l1tO) n.._',¡1t..,s.
Por lo general. los hombres y bs circunstancias modltlC1n el curso idl'JI de en el desarrollo literario del esulo más laboriosamente depurado.
los acol1tcCirl1icl1tos de tal nLlllCLl que éste' t0I11J ap~lricl)cias dL' Incluso está permitido dar el título de POEMA a aquello que
y sus consecuencias SOn UIl1bién iUlpcrfcctas. Así ocurrió C011 la RcfürIn~l:
en vez del protestantismo produio el luteL1l1ismo".
j
I lS L:15 Fro:;;1s de P(li.\$(lll _"o/u¡'lc.
348 Mario De Mícheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 349

se obtiene mediante la reumon, lo más gratuita posible (si no


les molesta, fijense en la sintaxis) de títulos y fragmentos de títulos
recortados de los periódicos diarios:

MADAME,
POEME •
une palre
Un éclat de rire
de has de soie
n'est pas
de sapbir dans I'ile de Ceylan
Un saut dans le vide
Les plus belles pautes , UN CERF
ONT LE TEINT FANE L'Amour d'aóord
SOUS LES VERROUS Tout pourrait s'arranger si bien
\PARIS EST UN GRAND VILLAGE
dans une ferme isolée
Surveil1ez
AV JOUR LE YOVR
s'aggrave .Le feu qui couve
LA PRIERE
l'agréable Du beau temps
Une voie carrossable Sachez que
'Vou:s conduit au bord de rinconnu Les rayons ultra-violeb
ont terminé leur tache

le café Courte ef bonne

preche pour son saint


L'ARTISAN QUODITIEN DE VOTRE BEAUTÉ
350 ¡vIario De Miclzeli Las vanL(!uardias artísticas del siglo XX 351

y se podrían dar muchos más ejemplos. También el teatro, La voz surrealista que estremeció a Cumas, Dodona y -Delfos
la filosofía, la ciencia, la crítica, conseguirían volver a encontrarse es la misma que dicta mis discursos menos iracundos. Mi tiempo
a sí mismos. Debo apresurarme a añadir que las futuras témicas no puede ser el suyo, ¿y por qué ha de ayudarme esta voz a
surrealistas no me interesan. resolver el infantil problema de mi destino? Por desgracia, parezco
Yo he rlado a entender con suficiente claridad que las aplicacio- actuar en un mundo en el que, para llegar a tener en cuenta
nes del surrealismo a la acción me parecen poseer una importancia sus sugerencias, estoy obligado a servirme de dos clases de intérpre-
muy diferente 19. Ciertamente, no creo en el valor profético de tes; unos me traducirán sus frases, y los otros, que es imposible
la palabra surrealista. «l'vlis palabras-son palabras de oráculo»zo. hallar, comunicarán a mis semejantes la comprensión que yo haya
Sí, el! la medida q,¡e yo quiera, porque ¿acaso no se es oráculo alcanzado de estas frases. Este mundo en el que yo sufro lo que
ante uno mismo ?Zl. La piedad de los hombres no me engaña. sufro (mejor será que no lo sepáis), este mundo moderno, este
mundo, en fin .. " ¡diabólico! Bueno, pues ¿qué queréis que yo
19 Séame pern.litido torm ular algunas reservas acerca de la responsabilidad, haga en él? La voz surrealista quizá se extinga, no puedo yo
cn general. y de las consideraciones médico-jurídicas pertinentes en orden a contar mis desapariciones, Yo no podré estar presente, ni siquiera
determinar el grado de responsabilidad de un individuo, a saber. responsabilidad un poco, en el maravilloso descuento de mis años y días, Seré
y responsabilidad limirada (sic). Pese a lo muy diflcil
como Nijinski, a quien el año pasado llevaron a los Ballets Rusos,
que me resulta admitir el principio de cualquier tipo de responsabilidad, me
gustaría saber de qué manera serán j!<z.eados los primeros actos delictivos de y no pudo comprender qué clase de espectáculo era aquel al
naturaleza indudablemente surrealista. ¿El acusado será absuelto o solamente que asistía, Quedaré solo, muy solo en mí, indiferente a todos
se apreciará la concurrencia de circunstancias atenuantes? Es una verdadera los ballets del' mundo. Os doy todo lo que he hecho y todo
LístinlJ que los delitos de prensa hayan dejado casi de ser perseguidos, pues
lo que no he hecho.
de lo contrario no tardaría en llegar el momento en que podríamos asistir
a un proceso del siguiente tipo: el acusado ha publicado un libro atentatorio
Y, desde entonces, siento unos grandes deseos de contemplar
a la moral pública; a querella de algunos de sus «más honorables" conciudadanos
es también acusado de difamación: contra él se formulan acusaciones de todo con indulgencia los sueños científicos que, a fin de cuentas, tan
género, igualmente aplastantes, cual insultos al ejércitO. inducción al asesinato, indecorosos son desde todos los puntos de vista. ¿La telegrafia
apologia de la violación. etc. Por su parte, el acusado se muestra enteramente sin hilos? Bien. ¿La sífilis? Igual me da. ¿La fotografia? Nada
de acuerdo con los acusadores, a fin de poder desvirtuar las ideas por él expresadas. tengo que oponer. ¿El cine? ¡Vivan las salas oscuras! ¿La guerra?
En su defensa, se limita a proclamar que él no se considera autor del libro
¡Qué risa! ¿El teléfono? ¡Diga! ¿La juventud? ¡Encantadores cabe-
en cuestión, ya que éste tan solo puede considerarse como una producción
surrealista que excluye todo género de consideraciones acerca del mérito o llos blancos! Intentad hacerme decir «gracias)}: «Gracias», Gracias ...
demérito de quien lo firma, ya que el firmante no ha hecho más que copiar Si el vulgo tiene en gran estima eso que, propiamente hablando,
un documento, sin expresar sus opiniones, y que es tan ajeno a la obra nefasta se denomina investigaciones de laboratorio, se debe a que gracias
cual pueda serlo el mismísimo presidente del tribunal que le juzg:l.
y lo que cabe decir de la publicación de un libro podrá decirse también emprender' viaje hacía BétlLune, en donde quizá me esperaba algo: aunque
de una infinidad de actos de diferente naturaleza el día en que los métodos en rcalidad hubiera sido ésta una solución demasiado simplista. Me han contado
surrealistas comiencen a gonr del favor del público. Entonces scrá preciso que en un libro de Chesterton se refiere el caso de un detective que para
que una nueva moral sustituya a la monl usual, causa de todos nucstros males. encontrar a alguien a quíen busca en una ciudad sigue el método de inspeccionar,
20 Rimbaud.
desde el sótJno al tejado, todas las cosaS en cuyo exterior advierte un detalle
De todos modos, DE TODOS MODOS .. Mejor será descargar la con cien-
21 ligeramente anormal. Este sistema es tan bueno como cualquier otro.
CLL Hoy, di;! 8 de junio de 1924, hacia la una, la voz me ha susurrado: De parecido modo, Soupault, en 1919, entró en gran número de inmuebles
"Séthune, Béthune, .. " ¿Qué quería decír' No conozco' Béthune, ni tengo la improbables para preguntar a la portera si allí vivía Philippe Soupault. Creo
menOr idea de la situación en que se encuentra en el mapa de Fr:mcia, Béthune que no se hubiera sorprendido si le hubieran dado una respuesta afirmativa.
nada me eVOCl, ni siquiera una escena de Los tres IlIo,'quereros. Hubiera debido Ello se hubiera debido a que Soupault h:lbria entrado en su propia casa.
352 ¡V1ario De ¡V1icheli Las vanguardias artisticas del siglo XX 353

J clbs se 11:1 conseguido construir unJ máqulTIJ o descubrir un es el <<tayo invisible» que algún día nos permitirá superar a nuestros
suero en los que el vulgo se cree directamente interesado. No adversarios. "Deja ya de temblar, cuerpo.» Este verano, las rosas
duda ni por un instante que Con ello se ha querido mejorar su son azules; el bosque de cristal. La tierra envuelta en verdor me
suerte. No sé con exactitud cuál es el ideal de los sabios con causa tan poca impresión como un fantasma. Vivir y dejar de
tendencias humanitarias, pero me parece que de él no forma parte vivir son soluciones imaginarias. La existencia está en otra parte.
una gran cantidad de bondad. Entendámonos, hablo de los verdade-
ros sabios, no de los vulgarizadores de cualquier tipo, en posesión André Breton
de un título. En este terreno, come--en cualquier otro, creo en
la pura alegría surrealista de! hombre que, consciente del fracaso
de todos los demás, no se da por vencido, parte de donde quiere,
y, a lo brgo de cualquier camino que no sea razonable, llega
a donde puede: Puedo confesar tranquilamente que me es absoluta-
mente indiferente b imagen que el hombre en cuestión juzgue
oportuno utilizar para seguir su camino, imagen que quizá le
procure la pública estimación. Tampoco me importa el mJterial
del que necesariamente tendrá que proveerse: sus tubos de vidrio
o mis plumas metálicas ... En cuanto al método de tal hombre
lo considero tan bueno como el mío. He visto en plena actuación
al descubrídor del retlejo cutáneo plantar; no hacía más que experi-
mentar sin tregua en los sujetos objeto de su estudio, no era
un «examen», ni mucho menos, lo que hacía; resultaba evidente
que habia dejado de fiarse de todo género de planes. De vez en cuando
fO,rmulaba una observación, con aire de lejanía, sin abandonar
por ello su aguja, mientras que su martillo actuaba constantemente.
Encargó a QtrOS la trivial tarea de tratar a los enfermos. Se entregó
por entero a su sagrada fiebre.
El surrealismo, tal como yo lo entiendo, declara nuestro incon-
·formismo absoluto con la claridad suficiente para que no se le
pueda atribuir, en e! proceso del mundo real, el papel de testigo
de descargo. Al contrario, el surrealismo únicamente podrá explicar
e! estado de completo aislamiemo al que esperamos llegar, aqui,
en esta vida. El aislamiento de la mujer en Kant, el aislamiento
de los «racimos» en Pasteur, el aislamiemo de los vehículos en
Curie, son a este respecto profundamente sintOmáticos. Este mundo
está tan sólo muy relativamente proporcionado a la inteligenci~i, I
y los incidemes de este género no son más que los episodios
más descollantes, por el momento, de una guerra de independencia I
en la que considero un glorioso honor participar. El surrealismo '1 ~

1
...
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1:
I

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I
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Fundación y J'v[aIlUiesto del jiltllrislIlo

Habíamos velado toda la noche -mis amigos y yo- bajo lámparas


de mezquita de cúpulas de bronce calado, estrelladas como nuestras
almas, pues como ellas estaban irradiadas por el cerrado fulgor
1
de un corazón eléctrico. Habíamos pisoteado largamente sobre
opulentas alfombras orientales nuestra atávica galbana, discutiendo
ante las fror,tteras extremas de la lógica y ennegreciendo mucho
papel con frenéticas escrituras.
Un inmenso orgullo henchía nuestros pechos, pues nos sentía-
mos los únicos, en esa hora, que estaban despiertos y erguidos,
como faros soberbios y como centinelas avanzados, frente :11 ejército
de las estrellas enemigas, que nos observaban desde sus celestes
campamentos. Solos con los fogoneros que se agitan ante los
hornos infernales de los grandes barcos, so los con los negros fantas- I
II

I
mas que hurgan en las panzas candentes de las locomotoras lanzadas
en loca carrera, solos con los borrachos trastabilleantes con un
inseguro batir de alas a lo largo de los muros. ~
~
* De los tres m:mifiestos futurisras que siguen, el primero salió en francés ~!
en las páginas de Figaro el 20 de febrero de 1909. 'i luego en la revisrJ milanesa
POfsid, núms. 1-2. El segundo y el rercero fueron publicados también en Poc.'id
1
,j
al año siguienre, en febrero 'i abril, respectivamente. Estos tres manifiestos, ¡
'1
junto con el de la Esw!ilIra (le- Boccioni, publicado en abril de 1912,
consticuyen el núcleo pro.gramárico fundamental del movimiento. Los restantes
i
.1
;i
manifiestos, bastante numerosos y de variado argumento, añaden bien poco 1
a la fisonomía del futurismo, especi:dmente por lo que se refiere J las artes
tlgurativ3s.
370 Mario De Micheli Las vanguardias artísticas del siglo XX 371

De repente, nos sobresaltamos al oír el ruido formidable de perros guardianes que se redondeaban bajo nuestros neumáticos
los enormes tranvías de dos pisos, que pasaban brincando, resplande- hirvientes, como cuellos almidonados bajo la plancha. La Muerte,
cientes de luces multicolores, como los pueblos en fiesta que el domesticada, se me adelantaba en cada curva para tenderme su
Po desbordado sacude y desarraiga de repente para arrastrarlos garra con gracia y, de vez en cuando, se echaba al suelo con
hasta el mar sobre las cascadas y a través de los remolinos de un ruido de mandíbulas estridentes, lanzándome desde cada charco
un diluvio. miradas aterciopeladas y acariciadoras.
Luego, el silencio se hizo más profundo. Pero, mientras escuchá- ({¡Salgamos de la sabiduría como de una horrible cáscara, y
bamos el extenuado borboteo de p1egarias del viejo canal y el lancémonos como frutos sazonados de orgullo dentro de la boca -1
crujir del hueso de los palacios moribundos sobre sus barbas de inmensa y torcida del viento !... ¡Démonos en pasto a lo Ignoto,
húmeda verdura, de súbito oímos rugir bajo las ventanas los auto- no ya por desesperación, sino sólo para colmar los profundos
móviles famélico~. pozos de lo Absurdo!»
({¡ Vamos! ~dije yo~. ¡Vamos, amigos! Finalmente, la mitología Apenas había pronunciado estas palabras, cuando l:.,·uscamente
y el ideal místico han sido superados. Estamos a punto de asistir me di media vuelta, con la misma ebriedad loca de los pc:rros
al nacimiento del Centauro y pronto veremos volar a los primeros que quieren morderse el rabo, y he aquí que, de repente, vinieron
Angeles l. .. ¡Habrá que sacudir las puertas de la vida para probar a mi encuentro dos ciclistas, que me disputaron la razón, ambos
sus goznes y sus cerrojos l. .. ¡Partamos! ¡He aquí, sobre la tierra, persuasivos y, sin embargo, contradictorios. Su estúpido dilema
la primerísima aurora! ¡No hay nada que iguale el esplendor de discutía mi territorio ... ¡Qué lata !... Seguí y por el disgusto me
la roja espada del sol, que brilla por primera vez en nuestras arrojé con las ruedas al aire en un foso ...
tinieblas milenarias !». ¡Oh! ¡F9S0 materno, casi lleno ele agua far:;osa! ¡Hermoso
Nos acercamos a las tres fieras resoplantes para palpar amorosa- foso de botica! Degusté ávidamente tu cieno fortificante, que
mente sus tórridos pechos. Yo me recosté en mi automóvil como me trajo a la memoria la santa mama negra de mi nodriza sudane-
Ull cadáver en el ataúd, pero en seguida resucité bajo el volante,
sa ... Cuando me alcé --andrajo sucio y maloliente~ de debajo
hoja de guillotina que amenazaba mi estómago. del coche volcado, me sentí atravesar el corazón, deliciosamente,

I
La furibunda escoba de la locura nos arrancó de nosotros mismos por el hierro ardiente de la alegría.
y nos lanzó a través de las calles, escarpadas y profundas como Una muchedumbre de pescadores armados de cañas de pescar
lechos de torrentes. Aquí y allá, una lámpara enferma tras los y de naturalistas gotosos se alborotaba ya en torno al prodigio.
cristales de una ventana nos enseñaba a despreciar la falaz matemáti-
ca de nuestros ojos perecederos.
Yo grité: ({¡El olfato. A las fieras les basta con el olfato!»
Con cuidado paciente y meticuloso, aquella gente montó altos
armazones y enormes redes de hierro para pescar mi automóvil, se-
mejante a un gran tiburón varado. El ccche salió lentamente del
Ii
y nosotros, como jóvenes leones, seguíamos a la Muerte de foso, abandonando en el fondo, como escamas, su pesada carro- ~
~
pelaje negro y manchado de pálidas cruces que corría por el
vasto cielo violáceo, vivo y palpitante.
cería de sentido común y sus mórbidos enguatados de comodidad.
Creían que estaba muerto, mi hermoso tiburón, pero una caricia
I
Y, sin embargo, no teníamos una Amante ideal que irguiera mía fue suficiente para reanimarlo, ;' ¡'.elo aquí resucitado, helo
hasta las nubes su sublime figura, ni una Reina cruel a la que aquí corriendo de nuevo sobre sus poderosas aletas!
ofrendar nuestros despojos, retorcidos a guisa de anillos bizantinos. Entonces, con el rostr,) cubierto del buen fango de los talleres
Nada para querer morir, sino el deseo de liberarnos finalmente ~~mpaste de escorias metálicas, de sudores inútiles, de hollines
de nuestro valor demasiado pesado. celestes~, nosotros, contusos y con los brazos vendados, dictamos
Y corríamos, aplastando en los umbrales de las casas a los nuestras primeras voluntades a todos los hombres vivos de la tierra:
372 lvIario De Micheli Las vanguardias artisticas del S(íZlo XX 373

1. Nosotros queremos cantar el amor al peligro, el hábito marchas multicolores y polifónicas de las revoluciones en las capita-"
de la energía y de la temeridad. les modernas; cantaremos el vibrante fervor nocturno de los arsena-
2. El valor, la audacia, la rebelión serán elementos esenciales les y de los astilleros incendiados por violentas lunas eléctricas;
de nuestra poesía. las estaciones glotonas, devoradoras de serpientes humeantes; las
3. Hasta hoy, la literatura exaltó la inmovilidad pensativa, fábricas colgadas de las nubes por los retorcidos hilos de sus humos;
el éxtasis y el sueño. Nosotros queremos exaltar el movimiento los puentes semejantes a gimnastas gigantes que saltan los ríos,
agresivo, el insomnio febril, el paso ligero, el salto mortal, la relam pagueantes al sol con un brillo de cuchillos; los vapores
bofetada y el puñetazo. - aventureros que olfatean el horizonte, las locomotoras de ancho
4. Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se pecho que piafan en los raíles como enormes caballos de acero
ha enriquecido con una belleza nueva: la belleza de la velocidad. embridados con tubos, y el vuelo deslizante de los aeroplanos,
Un automóvil de carreras con su capó adornado de gruesos tubos cuya hélice ondea al viento como una bandera y parece aplaudir
semejantes a serpientes de aliento explosivo ... , un automóvil rugien- como una muchedumbre entusiasta.
te que parece correr sobre la metralla, es más bello que la Victoria
de Samotracia.
Desde Italia lanzamos al mundo este manifiesto nuestro de
5. Nosotros queremos cantar al hombre que sujeta el volante,
violencia arrolladora e incendiaria, con el que fundamos hoy el
cuya asta ideal atraviesa la Tierra, ella también lanzada a la carrera,
Futurismo ,porque queremos liberar a este país de su fétida gangrena
en el circuito de su órbita.
de profesores; de arqueólogos,. de cicerones y (:te anticuarios.
6. Es necesario que el poeta se prodigue con ardor, con lujo
y con magnificencia para aumentar el entusiástico fervor de los Por demasiado tiem po Italia ha sido un mercado de buhoneros.
Nosotros qJieremos liberarla de los innumerables museos que la
elementos primordiales.
"¿libren-toda 'de cementerios innumerables.
7. Ya no hay belleza si no es en la lucha. Ninguna obra
que no tenga un carácter agresivo puede ser una obra de arte. Museos: ¡Cementerios l. .. Idénticos, verdaderamente, por la si-
;¡~

La poesía debe concebirse como un violento asalto contra las niestra promiscuidad de tantos cuerpos que no se conocen. Museos:
fuerzas desconocidas, para obligarlas a arrodillarse ante el hombre. ¡Dormitorios públicos en que se reposa para siempre junto a seres
S. .~os hallamos sobre el últim-.SUJ!omontorio de los siglos !... odiados e ignotos! Museos: ¡Absurdos mataderos de pintores y
~ , ¿Por qué deberíamos. mirar a nuestras espaldas, si queremos echar escultores que Van matándose ferozmente a golpes de colores y
.....-J •.J

;E~jo 1;;' misteriosas puertas lo Imposible? É.IJiempo y el de líneas, a lo largo de paredes disputadas!
Esp-acio" murieron ayer. Nosotros ya vivimos en lo absoluto, pues Que se vaya a ellos en peregrinación una vez al año, como
b"emos creado ya la eterna velocidacfomnipresente. se va al camposanto en el día de los Difuntos ... , os lo concedo.
9. Nosotros queremos glorificar la guerra -única higiene Que una vez al año se deposite un homenaje de tlores a los
del mundo-, el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor pies de la Gioconda, os lo concedo ... Pero no admito que se
de los libertarios, las hermosas ideas por las que se muere y el lleven cotidianamente a pasear por los museos nuestras tristezas,
desprecio por la mujer. nuestro frágil valor, nuestra morbosa inquietud. ¿Para qué querer
10. Nosotros queremos destruir los museos, las bibliotecas, envenenarnos? ¿Para qué querernos pudrir?
las academias de todo tipo, y combatir contra el moralismo, el ¿Y qué otra cosa se puede ver en un viejo cuadro sino la
./
feminismo y toda cobardía oportunista o utilitaria. fatigosa contorsión del artista, que se esforzó por romper las insupe-
11. Nosotros cantaremos a las grandes muchedumbres agira- rables barreras opuestas a su deseo de expresar enteramente su
das por el"habajo, por el placer o la revuelta; cantaremos a las sueño ? .. Admirar un cuadro antiguo equivale a verter nues-
374 ¡Haria De Afíchelí Las vanguardias artísticas del siglo XX 375

tra sensibilidad en una urna funeraria, en lugar deproyectarla lejos, Alborotarán a nuestro alrededor, jadeando de angustia y de
en violentos gestos de creación de acción. despecho, y todos, exasperados por nuestra soberbia e infatigable
¿Queréis malgastar todas vuestras mejores fuerzas en esta eterna osadía, se nos echarán encima para matarnos, impulsados por un
e inútil admiración del pasado, de la cual salís fatalmente exhaustos, odio tanto más implacable cuanto más ebrios estén sus corazones
disminuidos y pisoteados? de admiración por nosotros.
En verdad yo os declaro que la visita cotidiana de los museos, La fuerte y sana Injusticia" estallará radiante en sus ojos. ¡En
bibliotecas y academias (cementerios de esfuerzos vanos, calvarios efecto, el arte no puede ser más que violencia, crueldad e injusticia!
de sueños crucificados, registros de i;:;:; pulsos tronchados... ) es para Los más viejos de nosotros tienen treinta años; sin embargo,
los artistas igualmente dañina que la tutela prolongada de los nosotros ya hemos despilfarrado tesoros, mil tesoros de fuerza,
padres para ciertos jóvenes ebrios de ingenio y de voluntad ambicio- de amor, de audacia, de astucia y de ruda voluntad; los hemos
sa. Para los moribundos, para los enfermos, para los prisioneros, desperdiciado con impaciencia, con furia, sin contar, sin vacilar
sea: el admirable pasado es, tal vez, un bálsam<?para sus males, jamás, sin jamás descansar, hasta el último aliento ... ¡Miradnos!
pues para ellos el porvenir está cerrado ... Pero nosotros no queremos ¡Todavía no estamos exhaustos! ¡Nuestros corazones no sienten
saJ:>.~~_~d~ del pasadº__ . ¡NosQtros, Jos jóv~~e~.Jtlertes.yJ~~~~~~~ ninguna fatiga porque se alimentan de fuego, de odio y de veloci-
-'\,

¡Vengan, pues, los alegres incendiarios de dedos carbonizados! dad !... ¿Os asombráis ? .. ¡Es lógico, porque vosotros ni siquiera
¡Aquí están! ¡Aquí están! ... ¡Vamos! ¡Prended fuego a los estantes os acordáis de haber vivido! ¡Erguidos en la cima del mundo,
de 13.s bibliotecas! ¡Desviad el curso de los canales para inundar nosotros lanzamos, una vez más, nuestro reto a las estrellas!
los museos !... ¡Oh, qué alegría ver flotar a la deriva, desgarradas y ¿Nos ponéis objeciones ? .. ¡Basta! ¡Basta! Las conQcemos ... iH~­
desteñidas en esas aguas, las viejas telas gloriosas L.. ¡Empuñad los mos comprendido L.. Nuestra bella y mendaz inteligencia nos con-
picos, las hachas, los martillos, y destruid, destruid sin piedad las firma que nOsotros somos el resumen y la prolongación de" nuestros
ciudades veneradas! antepasados.: ¡Tal vez!. .. ¡Así sea!. .. ¿Pero qué importa? ¡No quere-
Los más viejos de nosotros tienen treinta años: así pues, nos mos entender L.. ¡Ay de quien repita estas palabras infames l. ..
queda, por lo menos, una década para cumplir nuestra obra. Cuan- ¡Levantad la cabeza! .,.
do tengamos cuarenta años, que otros hombres más jóvenes y ¡Erguidos en la cima del mundo, nosotros lanzamos, una vez
más valiosos nos arrojen a la papelera como manuscritos inútiles. más, nuestro reto a las estrellas!
¡Nosotros lo deseamos!
Nuestros sucesores vendrán contra nosotros; vendrán de lejos, F. T. Marinetti
de todas partes, danzando sobre la cadencia alada de sus primeros
cantos, alargando sus dedos ganchudos de depredadores, y oltatean-
do como perros a las puertas de las academias, el buen olor de
nuestras mentes en putrefacción, ya prometidas a las catacumbas lvlanífiesto de los pintores f¡¡turistas
de las bibliotecas.
Pero nosotros no estaremos allí ... Ellos nos encontrarán. al fin
-una noche de invierno- en campo abierto, bajo una triste
¡ ¡A los artistas jóvenes de Italia!
El grito de rebelión que lanzamos, asociando nuestros ideales
tejavana tamborileada por una lluvia monótona, y nos verán acurru- a los de los poetas futuristas, no parte de una capillita estética,
cados junto a nuestros aeroplanos trepidantes y en el acto de
calentarnos las manos en el fuego mezquino que darán nuestros
I sino que expresa el violento deseo que hierve: hoy) en las venas
de todo artista creador. ' "
1 Nosotros queremos combatir encarnizadamente la religión faná-
libros de hoy, llameando bajo el vuelo de nuestras Imágenes.
376 Mario De Alieheli Las vanguardias arristicas del siglo XX 377

tica, inconsciente y snob del pasado, alimentada por la existencia ¡Denunciamos al desprecio de los jóvenes a toda esa canalla
nefasta de los museos. Nos rebelamos contra la supina admiración inconsciente que en Roma aplaude un nauseabundo retlorecimiento
de las viejas telas, de las viejas estatuas, de los objetos viejos y de clasicismo reblandecido; que en Florencia exalta a neuróticos
contra el entusiasmo por todo lo que está carcomido, sucio, corroí- cultivadores de un arcaísmo hermafrodita; que en Milán remunera
do por el tiempo, y juzgamos injusto y delictivo el habitual desdén una pedestre y ciega manualidad cuarentayochesca; que en Turín
por todo lo que es joven, nuevo y palpitante de vida. alaba una pintura de funcionarios gubernativos jubilados, y que
¡Compañeros! Nosotros os decimos que el triunfante progreso en Venecia glorifica a una farragosa pátina de alquimistas fosiliza-
de las ciencias ha determinado en la humanidad cambios tan profun- dos! En suma, nos alzamos contra la superficialidad, la trivialidad
dos que ha abierto un abismo entre los dóciles esclavos del pasado y la facilonería hortera y perdularia que hacen profundamente
y nosotros, libres y seguros de la radiante magnificencia del futuro. despreciable a la mayor parte de los artistas respetados de cada
Nosotros estamos asqueados de la pereza vil que, desde el región de Italia.
siglo XVI, hace vivir a nuestros artistas de una incesante explotación ¡Fuera, pues, restauradores vendidos de viejas costras! ¡Fuera,
de las glorias antiguas. arqueólogos atacados de necrología crónica! ¡Fuera, críticos com-
Para los demás pueblos Italia sigue siendo una tierra de muertos, placientes y proxenetas! ¡Fuera, academias gotosas, profesores bo-
una inmensa Pompeya blanqueada de sepulcros. Pero Italia renace, rrachos e ignorantes! ¡Fuera!
y a su resurgimiento político sigue el resurgimiento intelectual. Preguntad a estos sacerdotes del culto verdadero, a estos deposi-
En el país de los analfabetos se multiplican las escuelas: en el tarios de las leyes estéticas, dónde están hoy las obras de Giovanni
país del dolee far niente rugen ya innumerables fábricas: en el Segantini: preguntadles por qué las comisiones oficiales no se dan
país de la estética tradicional alzan el vuelo inspiraciones fulgurantes cuenta de la existencia de Gaetano Pre.yiati; preguntad les dónde
de novedad. se aprecia la escultura de Medardo Rosso." ¿Y quién se pr~ocupa
Sólo es vital el arte que encuentra sus propios elementos en de pensar en los artistas que no llevan veinte años de luchas
el ambiente que lo circunda. Así como nuestros antepasados halla- y de sufrimientos, pero que, a pesar de ello, van preparando
ron materia de arte en la atmósfera religiosa que dominaba sus obras destinadas a honrar a la patria?
almas, nosotros debemos inspirarnos en los milagros tangibles de ¡Tienen muy otros intereses que defender los críticos pagados J
la vida contemporánea, en la férrea red de velocidad que abraza ¡Las exposiciones, los concursos, la crítica superficial y nunca desinte- 1
II
la Tierra, en los transatlánticos, en los acorazados, en los vuelos resada condenan el arte italiano a la ignominia de una auténtica
maravillosos que surcan los cielos, en las audacias tenebrosas de prostitución!
los navegantes submarinos, en la lucha espasmódica por la conquista ¿Y qué decir de los especiallstas? ¡Vamos! ¡Acabemos con los
de lo desconocido. ¿Y podemos permanecer insensibles a la frenética Retratistas, con los Pintores de interiores, con los Laguistas, con ¡¡
actividad de las grandes capitales, a la psicología novísima del los Montañistas !... ¡Y~ hemos soportado bastante a todos estos
noctambulismo, a las figuras febriles del vividor, de la cocotte, impotentes pintores domingueros I I
del apache y del alcoholizado? ¡Acabemos con los desfigurado res de mármoles que atest:m 1
Como queremos contribuir a la necesaria renovación de todas las plazas y profanan los cementerios! ¡Acabemos con la arquitectura
las ~:x:p;e~iones de arte, declaramos la guerra, resueltamente, a todos comercial de los contraristas de cemento armado! ¡Acabemos con
los artistas' y a todas las instituciones que, aun camutlándose so los decoradores de perra gorda, con los falsificadores de cerámicas,
capa'de"u~; [alsa modernidad, siguen atascados en la rradición, con los cartelistas vendidos y con los ilusrradores torpes y cha puce-
en el academicismo y, sobre todo, en una repugnante pereza cere- ros!
"
bral.
378 ¡vIario De ¡'vficlteli Las vanguardias artísticas del s(¡;lo XX 379

He aquí nuestras CONCLUSIONES claras: Entonces nos ocupábamos de las relaciones que existen e¡·(¡-c
nosotros y la sociedad. Hoy, en cambio, con.este segundo manifies·
Con esta entusiasta adhesión al futurismo, nosotros queremos: to, nos alejamos resueltamente de toda consideración relativa y
nos alzamos a las más altas expresiones de lo absoluto pictórico.
1. Destruir el culto del pasado, la obsesión de lo antiguo,
la pedantería y el formalismo académico. ¡Nuestra ansia dC,v~I"g~ª...Y~,_no puede ser apagada por la 1
2. Despreciar profundamente toda forma de imitación. Forma nI por el Color trad~,<=lo!1ªlesh -----.
3.. Exaltar toda forma de originalidad aunque sea temeraria, Para nosotros, el gesto ya no será un momerzto fljad.o. del dinamis-
aunque sea violentísima. -. mo universal: será: decidid;~~nt~, la sC1lsacÍón diná~ica eternizada
-·¿OI1J.~·~~¡.· j .:
4. Sacar valor y orgullo de la fácil tacha de locura con que
se azota y amordaza a los innovadores. Todo se mueve, todo c~~~=. todo transcllor~e con rap~~~o~' .Yna
5. Considerar a los críticos de arte como inútiles y dañinos. figura !1U:I1C:~oes.estable ante nosotros, sino que aparece y desaparece
6. Rebela~nos Contra la tiranía de las palabras ARMONIA -ln¿~-;-;nt·emente. Por la persistencia de la imagen en la retina las
y BUEN GUSTO, expresiones demasiado elásticas, con las que cosas en ~ovimiento se multiplican, se deforman, sucediéndose
.0••

fácilmente se podría demoler la obra de Rembrandt, de Gaya como vibraciones en el espacio que recorren. Así, un.C:.~-ºoaJlº-.gue
y de Rodin. corre no tiene cuatro patas: tiene veinte, y sus movimientos son
7. Barrer del campo ideal de! arte todos los motivos y todos triangulares.
los temas ya explotados. Todo en el arte es convencional y las verdades de ayer son
8. Representar y magnificar la vida actual, incesante y tumul- .-' hoy puras mentiras para nosotros.
tuosamente transformada por la ciencia victoriosa. \ . Una vez más afi~lrrnamos.que el retrat<:J' para oser una. obra-[ )<
¡Entiérrese a los muertos en las más profundas entrañas de '. de art~,Jl.cL.p.uede..~debe parecerse a su modelo, y que el pintor
la tierra! ¡Quede libre de momias el umbral del futuro! ¡Paso -~en sí los paisajes ue guiere producir. Para pintar una figura
a los jóvenes, a los violentos, a los temerarios! no es necesario hacerla ;~_~.~a.ri() hacer su atmósfera.
El espacio ya no existe; una calle mojada por la lluvia e ilumina-
Pintor Umberto Boccioni (Milán). da por globos eléctricos se abisma hasta el centro de la tierra.
Pintor
Pintor
Cario Dalmazzo Carra (Milán).
L¡¡¡~Ri Russolo (Milán).
El sol dista miles de kilómetros de nosotros; pero la casa que
tenemos delante ¿acaso no nos parece como encajada en el Jisca
solar? ¿Quién puede seguir creyendo en la opacidad de los cuerpos

Pintor Ciacomo Baila (Roma).
Pintor Cillo Severilli (París). mientras nuestra aguzada y multiplicada sensibilidad nos hace intuir
las oscuras manifestaciones de los fenómenos mediánicos? ¿Por

La pintura fu turista : jVIan~(iesto técnico


qué hay que seguir creando sin tener en cuenta nuestra potencia
visuaL que puede dar' resultados análogos a los de los rayos X?
II
/;., .:;-{ Son innumerables los ejemplos que dan una sensación positiva
../' .
En el primer manifiesto que/~el 8 de marzo de 1910 para nuestra afirmación. 1
desde e! escenario del Politeama Chiarella de T urín, expresamos Las dieciséis personas que hay alrededor vuestro en un tranvía !
nuestro profundo asco, nu~s!r-2 orgulloso desprecio y nu~t;~;legre que corre son una, diez, cuatro, tres: están quieta? y se mueven;
rebelión contra la vulgaridad, contra la mediocridad y contra van y vienen; rebotan en la calle, devoradas por una zona de
el culto fanático y snob de lo antiguo. que sofocan e! Arte de soL luego vuelven a sentarse, como símbolos persistentes de la
n ues tro país. vibración universal. Y, a veces. en la mejilla de la persona con
Las Fall.'<l/ardias artÍstÍcas del .'iglo XX 381
380 Mario De Micheli
de un joyero es más iridiscente que todos los prismas de las joyas
la que hablaInos en la calle vemos el caballo que pasa lejos. Nuestros
que la fascinan.
Nuestras sensaciones pictóricas no pueden murmurarse.~o­
cuerpos entran en los divanes en que nos sentamos, y los divanes
entran en nosotros, del mismo modo que el tranvía que pasa
~ las hacemos cantar y gritar en nuestros lienzos, que tocan
entra en las casas, las cuales, a su vez, se arrojan sobre el tranvía
fanfarrias ensordecedoras y triunfales.
y se amalgaman con él.
~ ) acostumbrados a la penumbra se abrirán a las
más raCfiañteSVisiones de luz. Las sombras que ,piñfem9~ serán
La construcción de los cuadros es estúpidamente<t;:.:cii~~ más luminosas que las luces de~íl~t:s~,pr~decCSOi--"2s":-Y'0111~strºs~'
LosPi~t~;-;i~~;p~··-~~-;n-;;;trar;;-Q:'cos·ás:.yp¿~5""¿-~;~·-~;l;;~;das
¡-e/_' ante nosotros. Nosotros pondremos a.~ en el centro
cuadros, comparados con los almacenados en los museos, serán
como el día más fúlgido opuesto a la noche más tenebrosa.
del cuadro.
Naturalmente, esto nos lleva a la conclusión de que no puede
Como en todos los campos del pensamiento humano, las inmó-
subsistir la pintura sin divisionislllo. Sin embargo, el divisionismo
viles oscuridades del dogma han sido sustituidas por la iluminada
no es, en nuestra opinión, un medio técnico que se pueda aprender
búsqueda individual, del mismo modo es necesario que en nuestro
y aplicar metódicamente..EI1.e!.pintor moderno eLgivisionismo
arte la tradición académica sea sustituida por una vivificadora
debe S.eLJd.n complementarisrno conRénito. que en nuestra opinión
c o ~ libertad individual. _. . -'~ncial ;:r;tai.~-'-'----·-'--~ .-..-.---
. \ Nosotros queremos volver a entrar en la VIda. La ClenCla de
Finalmente, rechazamos"clesde ahora
---,",-_._"-".,,.~"::=,,-,,"---
._._.... , .'--' .
la fácil acusación de
-~-_._---_._----_...
barro·
.. __.--------.•_,
hoy';"alnegar su pasado, responde a las necesidades intelectuales
q~isEl"!º.qll~se nos lanzará. Las ideas que hemos expuesto
de nuestro tiempo.
derivan únicamente de nuestra sensibilidad aguzada. Mientras que
Nuestra nueva conciencia ya no nos hace considerar al hombre
barroquismo significa artificio y virtuosismo maníaco y desmedulado,
como centro de la vida universal. Para nosotros el dolor de un
el Arte que nosotros preconizamos es todo espontaneidad y poten-
hombre es tan interesante como el de una bombilla eléctrica 'que
sufre, llora y grita COn las más desgarradoras expresiones de color; Cla.
y la musicalidad de la línea y de los pliegues de un traje moderno NOSOTROS PROCL\MAl\lOS
tiene para nosotros una potencia emotiva y simbólica igual a Que el complementarismo congénito es una necesidad abso-
1.
la que el desnudo tuvo para los antiguos, luta en la pintura, como el verso libre en la poesía y como la
Para concebir-~mprenderlas bellezas nuevas de un cuadro polifonía en la música.
modern~9 que el alma vuelva a ser pura; que el ojo 2. Que el dinamismo universal (debe set¡ representado como
se libere del velo con que lo han cubierto el atavismo y la cultura, sensación dinámica,
y que considere como único control a la Naturaleza, no a los 3. Que en la interpretación de la Naturaleza "~neceslcfsll1cen-
Museos. dad y virginidad.
Entonces, '.t6(ic;?,se darán cuenta de que bajo nuestras epidermis 4. Que el movimiento y la luz destruyen la materialidad
no serpentea ~lor pardo, sino que brilla el amarillo, que el de los cuerpos.
rojo Harnea, y que el verde, el azul y el violeta danzan bajo
ella, voluptuosos y acariciadores.
i
~
NOSOTROS COMIl."'.TIMOS
1. Contra la pátina y la veladura propia de los f~llsos antiguos.
¿Cómo se puede seguir viendo rosado un rostro humano, mien- ! 2. Contra el arcaísmo superficial y elemental ~l base de colores
tras que nuestra vida se ha desdoblado innegablemente en el noc-
I planos, que reduce la plllrura a una impotente sin tesis inLmtil
tambulismo? El rostro humano es amarillo, es rojo, es verde, ,iI y grotesca.
es azul, es violeta. La palidez de una mujer que mira el esca parate
382 Mario De Jv1icheli

3. Contra el falso porvenirismo de los secesionistas y de los


RayonisIllO*
independientes, nuevos académicos de cada país.
4. Contra el desnudo en pintura, tan empalagoso y oprimente
como el adulterio en literatura.

CN~;-;~~ por locos. En cambio, nosotros somos los


(~\

de una nu~~a'se~lsibiEdad com pletamentetra:iisformada.


Primitivos
x
--F~;;:;··-cfe-E--;-~m6s-f~~-~;;-qu~s·oti-os··-;{;;Imo5·no hay más
Sll1Lti!2~_bEs~Tc;sFútúristas
ás cendem0'5 K;i-¿Eí Iasclmas·más··e]¿¿ds;s
más radi;;tes,y nos proclamamos Señores de la Luz, pues bebemos
en vivas fuente~ delSo!. ,
I

\.
Pintor Umberto Bocciolli (Milán). lvlanUlesto del rayollismo
Pintor Cario Dalmazzo Carra (Milán).
Pintor Luígí Russolo (Milán). Nosotros afirmamos que el genio de nuestra época debe ser: panta-
Pintor Ciacomo Baila (Roma). lones, chaquetas, zapatos, tranvías, autobuses, aeroplanos, barcos II
Pintor Cilio Severilli (París). I1
maravillosos.. ¡Qué estupenda, qué gran época sin parangón en
la historia mundial!
~
11
Negamos a la individualidad cualquier valor en relación con
~
la obra de arte. Habría que mirar atentamente una obra de arte, H
considerándola sólo desde el punto de vista de los medios y de
las leyes que han animado su creación.
¡Viva el Oriente maravilloso! Nosotros nos unimos a los artistas
I
iL
orientales contemporáneos para trabajar con ellos.
¡Viva el espíritu nacional! Nosotros marchamos al lado de los.
r
artistas rusos. ¡Viva nuestro estilo ra yonista en pintura, independien-
te de las formas reales, que vive y se desarrolla según las reglas
de la pintura! El rayonismo es una síntesis de cubismo, futurismo
y orfismo.
Afirmamos que las copias nunca existieron y animamos a pintar
tomando como base ras experiencias del pasado. Afirmamos que
la pintura ignora los limites del tiempo.
Estamos en contradicción con el Occidente porque envilece

* Mijail Lariónov lanzó el J'vlanijiesio del rl1)'ollismo en 1913, con motivo


de una exposición montada en Moscú. El año siguiente, junto con Goncharova,
abandonaba Rusia para colaborar como escenógrafo y diseñador de los ballets
de Diáguilev. El rayonismo ~omo movimiento se agota ese mismo año.

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