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Universidad Nacional Autónoma de

México

Facultad de Estudios Superiores Iztacala

Sistema Respiratorio

Cuadro árbol bronquial

Alumno: Resendiz Isidro Joshua Arturo

Profesores:

Paulina Espitia Huerter O´

Héctor Oved Mendoza Hernández

Grupo: 1115

Semestre 2024-3

Fecha de entrega: 09/Noviembre/2023


Neumonía
Introducción

La neumonía es una enfermedad pulmonar común pero potencialmente grave que afecta a
personas de todas las edades en todo el mundo. Esta guía de práctica clínica tiene como objetivo
proporcionar a los profesionales de la salud una visión más profunda de la neumonía, incluyendo
su epidemiología, factores de riesgo, diagnóstico, tratamiento y prevención. Una comprensión
completa de esta enfermedad es esencial para garantizar una atención de calidad y reducir la
morbimortalidad asociada a la neumonía.

I. Epidemiología

La neumonía es una de las principales causas de morbimortalidad a nivel mundial, especialmente


en niños menores de 5 años y adultos mayores. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS),
se estima que la neumonía causa alrededor de 2.5 millones de muertes al año. La epidemiología de
la neumonía varía según la edad, la región geográfica y la causa subyacente. Los grupos más
vulnerables incluyen:

 Niños menores de 5 años.

 Adultos mayores de 65 años.

 Personas con enfermedades crónicas (como EPOC o diabetes).

 Individuos con sistemas inmunológicos debilitados (por ejemplo, pacientes con VIH/SIDA).

II. Factores de Riesgo

La neumonía puede afectar a cualquier persona, pero ciertos factores de riesgo aumentan la
susceptibilidad a la enfermedad. Estos factores incluyen:

 Edad: Los extremos de la vida, es decir, los niños pequeños y los adultos mayores, son más
propensos a la neumonía debido a sistemas inmunológicos menos efectivos.

 Tabaquismo: El tabaquismo daña los pulmones y aumenta el riesgo de infecciones


respiratorias.

 Enfermedades Crónicas: Las personas con enfermedades crónicas, como enfermedad


pulmonar obstructiva crónica (EPOC), diabetes o enfermedad cardiovascular, tienen un
mayor riesgo de neumonía.

 Inmunosupresión: Los individuos con sistemas inmunológicos debilitados debido a


enfermedades como el VIH/SIDA o la terapia inmunosupresora están en riesgo.
 Exposición a Agentes Ambientales: La exposición a agentes irritantes o contaminantes del
aire, como humo, polvo o productos químicos, aumenta el riesgo de neumonía.

III. Diagnóstico
El diagnóstico preciso de la neumonía es esencial para garantizar un tratamiento
adecuado. Se basa en una combinación de historia clínica, examen físico, análisis de
laboratorio y estudios de imagen.
1. Historia Clínica
La historia clínica detallada debe incluir:
 Síntomas respiratorios (tos, fiebre, dificultad para respirar).
 Factores de riesgo.
 Exposiciones recientes (como viajes o contacto con personas enfermas).
2. Examen Físico
El examen físico se centra en:
 Signos vitales, incluyendo frecuencia respiratoria, temperatura y saturación de
oxígeno.
 Auscultación pulmonar para evaluar la presencia de ruidos respiratorios
anormales, como crepitantes o ruidos respiratorios disminuidos.
3. Laboratorio y Estudios de Imagen
Los análisis de sangre, incluyendo el hemograma completo y la bioquímica, pueden
proporcionar información sobre la inflamación y la gravedad de la infección. La radiografía
de tórax es una herramienta fundamental para el diagnóstico, ya que puede mostrar
infiltrados pulmonares característicos de la neumonía.
4. Etiología de la Neumonía
Para determinar la causa exacta de la neumonía, pueden realizarse pruebas
microbiológicas, como análisis de esputo, cultivos de sangre y pruebas de reacción en
cadena de la polimerasa (PCR) para virus respiratorios. Esto es especialmente importante
para guiar el tratamiento y prevenir el uso innecesario de antibióticos.
IV. Clasificación y Severidad
La neumonía se clasifica en varias categorías según su origen y severidad:
1. Clasificación de la Neumonía
 Neumonía Adquirida en la Comunidad (NAC): Esta es la forma más común y se
adquiere fuera del hospital o la institución de cuidados de salud.
 Neumonía Nosocomial (HAP): Se desarrolla en pacientes hospitalizados
después de 48 horas de ingreso.
 Neumonía Asociada a la Asistencia Sanitaria (HCAP): Afecta a personas que
han recibido atención médica en el hogar, en clínicas o en otros entornos de
atención médica en las últimas dos semanas.
2. Evaluación de Severidad
La determinación de la severidad de la neumonía es crucial para la toma de decisiones
terapéuticas y puede realizarse mediante herramientas de evaluación, como:
 CURB-65: Esta escala evalúa la confusión, la frecuencia respiratoria, la presión
arterial sistólica, la frecuencia cardíaca y la edad. Los pacientes se dividen en
categorías de bajo, moderado y alto riesgo.
 PSI (Pneumonia Severity Index): Clasifica a los pacientes en cinco categorías
según su riesgo de complicaciones y mortalidad.
La elección de la escala de evaluación de severidad dependerá de la disponibilidad de
recursos y de las características del paciente.
V. Tratamiento
El tratamiento de la neumonía debe ser iniciado de manera oportuna y se basa en la
causa subyacente de la enfermedad.
1. Tratamiento Empírico
 Neumonía Bacteriana: Inicie el tratamiento empírico con antibióticos de amplio
espectro, como la amoxicilina o cefalosporinas de tercera generación.
 Neumonía Viral: En el caso de sospecha de neumonía viral (por ejemplo, gripe),
considere antivirales como el oseltamivir.
2. Ajuste de Tratamiento
A medida que se obtienen resultados de pruebas microbiológicas, ajuste el tratamiento
según la causa identificada y la sensibilidad a los antimicrobianos.
3. Tratamiento de Apoyo
 Proporcione oxígeno suplementario a pacientes con hipoxemia.
 Controle la fiebre y la hidratación.
 Administre analgésicos y antitérmicos según sea necesario.
VI. Prevención
La prevención de la neumonía es fundamental para reducir su incidencia y gravedad.
1. Vacunación
 Vacuna antineumocócica: Fomente la vacunación en niños, adultos mayores y
personas con factores de riesgo.
 Vacuna antigripal: Anualmente, promueva la vacunación contra la gripe,
especialmente en poblaciones de alto riesgo.
2. Higiene y Prevención de Infecciones
 Promueva la higiene de manos entre pacientes y profesionales de la salud.
 Eduque sobre la etiqueta respiratoria y la importancia de cubrirse la boca y la nariz
al toser o estornudar.
3. Educación del Paciente
 Proporcione educación a los pacientes sobre la importancia de buscar atención
médica temprana ante síntomas respiratorios y seguir las pautas de tratamiento.
VII. Seguimiento
El seguimiento es esencial para evaluar la evolución y respuesta al tratamiento de la
neumonía.
1. Evaluación de la Evolución
 Realice un seguimiento regular para evaluar la mejoría clínica, los cambios en la
radiografía de tórax y la estabilidad de los signos vitales.
2. Consideraciones Especiales
 En pacientes de alto riesgo, como aquellos con enfermedades crónicas o
inmunosupresión, el seguimiento a largo plazo puede ser necesario para prevenir
recaídas.
Conclusiones
La neumonía es una afección médica común pero potencialmente grave que requiere una
evaluación cuidadosa, un diagnóstico preciso y un tratamiento oportuno. Esta guía de
práctica clínica proporciona un marco para la evaluación y manejo de la neumonía, con el
objetivo de mejorar los resultados para los pacientes y prevenir complicaciones. La
prevención, a través de la vacunación y la promoción de prácticas de higiene, desempeña
un papel fundamental en la reducción de la incidencia de la neumonía. El conocimiento y
la aplicación de estas pautas son esenciales para garantizar una atención de calidad a los
pacientes con neumonía.
Asma
Introducción

El asma es una enfermedad crónica del sistema respiratorio que afecta a personas de todas las
edades en todo el mundo. Se caracteriza por la inflamación crónica de las vías respiratorias, lo que
conduce a su estrechamiento y a la obstrucción del flujo de aire. Los síntomas más comunes del
asma incluyen dificultad para respirar, sibilancias, tos y opresión en el pecho. Esta guía de práctica
clínica tiene como objetivo proporcionar a los profesionales de la salud una visión integral sobre el
asma, incluyendo causas, diagnóstico, tratamiento, prevención y manejo clínico de esta afección
crónica.

Causas y Factores de Riesgo

El asma es una enfermedad compleja con múltiples factores que pueden contribuir a su desarrollo.
Algunas de las causas y factores de riesgo más relevantes incluyen:

 Predisposición Genética: Antecedentes familiares de asma u otras enfermedades alérgicas


pueden aumentar la probabilidad de desarrollar asma. La predisposición genética juega un
papel clave en la susceptibilidad.

 Exposición a Alérgenos: La exposición temprana a alérgenos comunes, como ácaros del


polvo, polen, moho, pelo de animales y cucarachas, en una etapa temprana de la vida se
ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar asma, especialmente en personas con
predisposición genética.

 Infecciones Respiratorias: Infecciones virales respiratorias en la infancia, como el virus


respiratorio sincitial (VRS), se han relacionado con un mayor riesgo de asma en etapas
posteriores de la vida.

 Exposición a Irritantes Ambientales: La exposición a irritantes como el humo del tabaco,


contaminantes del aire y productos químicos en el lugar de trabajo puede desencadenar o
empeorar los síntomas del asma.

Diagnóstico

El diagnóstico del asma requiere una evaluación clínica exhaustiva. Los siguientes pasos son
fundamentales:

Historia Clínica:

 Obtener una historia detallada de los síntomas, incluyendo la frecuencia y gravedad de los
episodios de dificultad para respirar, tos y sibilancias.

 Investigar antecedentes familiares de asma u otras enfermedades alérgicas.

 Identificar los factores desencadenantes conocidos y exposiciones a alérgenos o irritantes.


Pruebas de Función Pulmonar:

 La espirometría es la prueba principal para el diagnóstico del asma. Mide la capacidad


pulmonar y la obstrucción del flujo de aire. Los resultados indicarán una obstrucción
reversible de las vías respiratorias.

 En algunos casos, se pueden realizar pruebas de alérgenos para identificar sensibilidades


específicas.

Evaluación de los Síntomas:

 Evaluar la frecuencia y gravedad de los síntomas, así como su impacto en la calidad de vida
del paciente.

Tratamiento

El tratamiento del asma tiene como objetivo controlar los síntomas, prevenir las exacerbaciones y
mejorar la calidad de vida. Las estrategias de tratamiento incluyen:

Medicamentos de Alivio Rápido (Broncodilatadores):

 Los broncodilatadores de acción rápida, como el salbutamol, se utilizan para aliviar


rápidamente los síntomas de asma cuando ocurren episodios de dificultad para respirar.
Estos medicamentos dilatan las vías respiratorias y facilitan la respiración.

Medicamentos de Mantenimiento (Corticosteroides Inhalados):

 Los corticosteroides inhalados son medicamentos antiinflamatorios que se utilizan de


manera regular para reducir la inflamación de las vías respiratorias y prevenir los síntomas
del asma. Son esenciales en el control a largo plazo de la enfermedad.

Medicamentos de Control Adicional:

 En algunos casos, pueden ser necesarios otros medicamentos, como broncodilatadores de


acción prolongada o antagonistas de los leucotrienos, para mejorar el control del asma.

Plan de Acción:

 Desarrollar un plan de acción del asma en colaboración con el paciente. Este plan incluye
instrucciones sobre cómo tomar los medicamentos, cómo monitorear los síntomas y
cuándo buscar atención médica urgente.

Evitar Factores Desencadenantes:

 Identificar y evitar los factores desencadenantes conocidos, como alérgenos o irritantes, es


fundamental para prevenir exacerbaciones.

Prevención

La prevención del asma es un componente clave en el manejo de esta enfermedad crónica.


Algunas medidas preventivas incluyen:

Evitar la Exposición a Alérgenos:


 Reducir la exposición a alérgenos conocidos, como ácaros del polvo, polen, moho y pelo de
animales, especialmente en el hogar.

Control del Humo del Tabaco:

 Evitar la exposición al humo del tabaco, especialmente en el hogar o en espacios cerrados.

Vacunación:

 Mantener las vacunas al día, especialmente contra la gripe y la neumonía, para prevenir
infecciones respiratorias que pueden desencadenar síntomas de asma.

Educación:

 La educación sobre el asma es fundamental. Los pacientes y sus familias deben


comprender la enfermedad, el uso adecuado de los medicamentos y cómo manejar los
síntomas y las exacerbaciones.

Manejo Clínico

El manejo clínico del asma es un proceso continuo que implica:

 Realizar un seguimiento regular del paciente para evaluar la efectividad del tratamiento y
ajustar la terapia según sea necesario.

 Educar al paciente sobre el uso adecuado de los dispositivos inhaladores y la adherencia al


plan de tratamiento.

 Monitorear los síntomas y la función pulmonar a través de pruebas de espirometría


periódicas.

 Evaluar y abordar cualquier factor desencadenante específico que pueda estar


contribuyendo a los síntomas del paciente.

Conclusión

El asma es una enfermedad crónica del sistema respiratorio que requiere un enfoque integral en su
manejo y tratamiento. La identificación de las causas y factores de riesgo, un diagnóstico preciso, el
uso apropiado de medicamentos y la prevención de factores desencadenantes son esenciales para
controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes con asma. La colaboración
entre el paciente y el profesional de la salud es fundamental para lograr un manejo exitoso de esta
enfermedad crónica.
Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC):
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una afección pulmonar crónica y
progresiva que afecta a millones de personas en todo el mundo. La EPOC se caracteriza por una
obstrucción crónica de las vías respiratorias, lo que resulta en una disminución del flujo de aire
hacia los pulmones. Esta enfermedad afecta gravemente la calidad de vida de quienes la padecen y
representa una carga significativa para el sistema de atención médica. En esta extensa revisión,
exploraremos más a fondo la EPOC, abordando sus causas, síntomas, diagnóstico, tratamiento y
prevención.

Causas de la EPOC

La principal causa de la EPOC es el tabaquismo. El humo del tabaco contiene una serie de
sustancias químicas tóxicas y partículas que pueden dañar las vías respiratorias y los pulmones con
el tiempo. La exposición crónica al humo del tabaco es un factor de riesgo fundamental para el
desarrollo de la EPOC, y el riesgo aumenta con la cantidad de tabaco consumido y la duración del
hábito de fumar. Además del tabaquismo, hay otros factores de riesgo y causas que contribuyen a
la EPOC:

 Exposición a contaminantes ambientales: La exposición a contaminantes en el aire, como


la contaminación del aire exterior y los humos de cocción en interiores, puede aumentar el
riesgo de EPOC, especialmente en áreas urbanas y en países en desarrollo.

 Exposición ocupacional: Algunos trabajadores, como los que están expuestos a polvos,
vapores químicos y gases irritantes en el entorno laboral, pueden desarrollar EPOC debido
a su exposición continua a estas sustancias.

 Genética y predisposición individual: Aunque no todos los fumadores desarrollan EPOC,


hay factores genéticos que pueden hacer a algunas personas más susceptibles que otras a
la enfermedad. La deficiencia de alfa-1 antitripsina es un ejemplo de un trastorno genético
que puede aumentar el riesgo de EPOC.

Síntomas de la EPOC

Los síntomas de la EPOC pueden variar en intensidad y pueden ser intermitentes o persistentes a
lo largo del tiempo. Los más comunes incluyen:

 Tos crónica: Una tos persistente es uno de los síntomas más comunes de la EPOC, y puede
ser más pronunciada en las mañanas.

 Expectoración de moco: Los pacientes con EPOC a menudo producen moco en exceso, lo
que puede ser claro, blanco, amarillo o verde.

 Dificultad para respirar: La disnea es una característica distintiva de la EPOC y


generalmente empeora con el tiempo. Puede ser leve al principio, pero a medida que la
enfermedad progresa, puede interferir significativamente con las actividades diarias.

 Sibilancias: Silbidos o pitidos al respirar, especialmente durante la exhalación.

 Fatiga: La dificultad para respirar puede llevar a la fatiga y debilidad general.


Diagnóstico de la EPOC

El diagnóstico de la EPOC se basa en una evaluación cuidadosa que incluye los siguientes
componentes:

Historia Clínica:

El profesional de la salud tomará una historia clínica detallada que incluye:

 Síntomas: Los síntomas respiratorios, la duración de los mismos y cualquier factor


desencadenante, como la exposición al tabaco.

 Factores de riesgo: Se evaluará la exposición al tabaco, ocupacional o ambiental.

 Antecedentes familiares: Se preguntará acerca de antecedentes familiares de


enfermedades pulmonares.

Pruebas de Función Pulmonar:

 Espirometría: La espirometría es la prueba principal para confirmar el diagnóstico de la


EPOC. Mide la capacidad pulmonar y la obstrucción del flujo de aire. Los resultados de la
espirometría se expresan como el cociente VEF1/CVF (volumen espiratorio forzado en 1
segundo/capacidad vital forzada). Una relación VEF1/CVF inferior al 0,7 es indicativa de
obstrucción de las vías respiratorias.

Radiografía de Tórax:

 Una radiografía de tórax puede realizarse para descartar otras afecciones pulmonares o
cardíacas.

Otros Estudios:

 En algunos casos, pueden realizarse pruebas adicionales, como análisis de sangre para
descartar otras enfermedades y evaluar los niveles de oxígeno en sangre (gases en sangre
arterial).

Tratamiento de la EPOC

El tratamiento de la EPOC se basa en abordar los síntomas, mejorar la calidad de vida y reducir el
riesgo de exacerbaciones. Las estrategias de tratamiento incluyen:

1. Dejar de Fumar:

El abandono del tabaco es la medida más efectiva para ralentizar la progresión de la EPOC. Los
programas de cesación del tabaco y el apoyo médico pueden ser de gran ayuda para quienes
intentan dejar de fumar.

2. Medicamentos:

 Broncodilatadores: Estos medicamentos se utilizan para relajar los músculos de las vías
respiratorias, lo que facilita la respiración. Los broncodilatadores de acción corta o larga se
administran mediante inhaladores o nebulizadores. Algunos ejemplos incluyen el
salbutamol y el tiotropio.

 Corticosteroides inhalados: Los corticosteroides inhalados se utilizan en casos de EPOC


más graves y se usan en combinación con broncodilatadores para reducir la inflamación de
las vías respiratorias.

3. Rehabilitación Pulmonar:

 La rehabilitación pulmonar es un componente esencial del tratamiento de la EPOC. Este


programa de ejercicios supervisado, educación sobre la enfermedad y apoyo psicológico
ayuda a mejorar la capacidad pulmonar y la calidad de vida.

4. Oxígeno Suplementario:

 En casos graves de EPOC, puede ser necesario el uso de oxígeno suplementario para
mantener niveles adecuados de oxígeno en sangre.

5. Prevención de Exacerbaciones:

 Para prevenir las exacerbaciones de la EPOC, se deben evitar factores desencadenantes,


como infecciones respiratorias y la exposición a irritantes pulmonares. Las vacunas contra
la gripe y la neumonía pueden ser recomendadas.

Prevención de la EPOC

La prevención de la EPOC implica principalmente la reducción de los factores de riesgo. Algunas


medidas preventivas incluyen:

1. Dejar de Fumar:

El abandono del tabaco es la medida más efectiva para prevenir la EPOC. Los programas de
cesación del tabaco y el apoyo médico son recursos valiosos para quienes intentan dejar de fumar.

2. Evitar la Exposición a Sustancias Irritantes:

 Si trabaja en un entorno en el que está expuesto a polvos, vapores químicos u otros


irritantes pulmonares, use equipos de protección adecuados para minimizar la exposición.

3. Vacunación:

 Las vacunas contra la gripe y la neumonía son importantes para reducir el riesgo de
infecciones respiratorias que pueden empeorar la EPOC, especialmente en pacientes de
alto riesgo.

4. Estilo de Vida Saludable:

 Mantener un estilo de vida saludable, que incluye una dieta equilibrada y ejercicio regular,
puede ayudar a prevenir la EPOC.

Conclusión
La EPOC es una enfermedad pulmonar crónica debilitante que afecta la calidad de vida de quienes
la padecen. La prevención, en particular la cesación del tabaquismo, es esencial para reducir la
carga de la EPOC. El diagnóstico y el tratamiento tempranos, junto con el manejo de los síntomas y
la prevención de exacerbaciones, son fundamentales para brindar atención efectiva a las personas
con EPOC. La educación sobre esta enfermedad y la promoción de estilos de vida saludables son
componentes clave de cualquier estrategia integral para abordar la EPOC. El enfoque
multidisciplinario y la colaboración entre profesionales de la salud son esenciales para
proporcionar el mejor cuidado a los pacientes con EPOC, con el objetivo de mejorar su calidad de
vida y reducir la morbimortalidad asociada a esta enfermedad respiratoria.

Bibliografías:
Huerta, A., Domingo, R., & Soler, N. (2010). EPOC y neumonía. Archivos de Bronconeumologia.

Hinojosa, F., & Efraín, C. (2009). Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Acta médica
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González, I. O., Aparicio, M. B., Martínez, C. M., López, P. V., & Hernando, H. V. (2002).
Características epidemiológicas de las exacerbaciones por EPOC y asma en un hospital general.
Archivos de Bronconeumología.

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Nac. Enfermedades Respir.

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