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En la Historia del Arte, la figura de Moisés es frecuente tanto en el arte judío como en el
cristiano; generalmente es representado como profeta con las Tablas de la Ley como principal
atributo. Suele figurar como un hombre ya maduro, barbudo, portando una túnica hebrea y
una vara o báculo en su mano. En imágenes que conciernen a la juventud de Moisés se lo
representa con los atributos de un príncipe egipcio.
Otro atributo singular de Moisés es la luminosidad que emerge de la piel de su rostro y que
tiene su referente último en el texto bíblico, donde este concepto encuentra expresión
mediante el haz de luz que hacía que resplandeciera el rostro de Moisés luego de haber estado
este en presencia del Creador. En términos visuales ello es a menudo expresado mediante dos
haces de luz que parten desde la frente del hombre que se ha vuelto profeta.
En la imaginería cristiana, tanto católica como ortodoxa, cuando se expresa la noción de
santidad, Moisés puede a veces presentar una aureola en aquellas representaciones icónicas
que le son propias.
Cuadro: En el cuadro podemos observar a Moisés pegando a los pastores con su vara de
pastor, de madera y a las hijas de Jetró detrás. Además podemos observar el pozo y diferentes
tinajas que llevan las hijas de jetró.
Mont Horeb: visió de l’esbarzer ardent
Un día que Moisés estaba con sus rebaños en el monte Horeb, se le apareció el Señor en una
zarza que ardía sin consumirse y desaparecer. Después de que el Señor le pidiese que se
descalzara porque estaba pisando tierra sagrada, le dijo que él era el dios de su padre el dios
de Abraham, Jacob e Isaac, que había visto y oído los clamores de su pueblo de Egipto y las
angustias que estaban pasando, le dijo que había bajado para hacer la tierra fértil y espaciosa.
Yahvé hizo que Moisés fuera ante el Faraón para que sacara a su pueblo, los hijos de Israel,
de Egipto y los condujera a las tierras de Canaán, la tierra Prometida. Moisés se asustó y para
que se tranquilizase ante las dificultades de aquella misión le dio el poder de hacer milagros
con la vara que llevaba en la mano e hizo que le acompañará su hermano mayor Aarón.
Cuadros: en ambos cuadros podemos ver la figura de Moisés como pastor con su rebaño
alrededor y arriba de la zarza la aparición de Jesús. Además podemos identificar además de la
figura de Moisés a su hermano Aarón que también mira a Jesus. La diferencia es que Moisés
lleva uno de sus atributos la vara de pastor.
(Tornada a Egipte): Moisès i Aaron al davant del faraó (miracle de la vara d’Aaron)
Moisés y Aarón visitaron al Faraón, para solicitarle abandonar Egipto pero éste rehusó la
petición. Como consecuencia, Yahvé le castigó con diez plagas:
El milagro de la vara de Arón se produce cuando éste la convierte en serpiente, dejando al
Faraón asombrado y aterrorizado en partes iguales.
Plaga 1: aigua-sang
Yahvé envió como primer castigo la conversión del agua en sangre.
Si leemos el Éxodo, capítulo 7 versículo 21, Moisés utiliza su bastón en el río Nilo
convirtiendo como ya se ha explicado, el agua en sangre. Además, Aarón realiza un trabajo
similar en los canales, estanques y piscinas.
Plaga 2: granotes
La segona plaga d'Egipte van ser les granotes. Déu va donar instruccions a Moisès que digués
a Aaron que estirés la seva vara sobre l'aigua i llavors les granotes van sortir de les aigües i
van envair Egipte. Els bruixots del faraó van ser capaços de duplicar aquesta plaga amb la
seva màgia. El faraó es va veure obligat a concedir a Moisès el permís de sortir d'Egipte, a
canvi que aquest accedís a acabar la plaga. Moisés va deixar que el Faraó triés el moment en
el qual acabaria la plaga. El Faraó va triar com a data l'endemà, i totes les granotes van morir
a l'hora assenyalada. No obstant això, el Faraó va revocar la seva autorització, i els israelites
van romandre a Egipte.
Plaga 3: polls
Al haber traicionado el faraón su promesa, Moisés y Aarón volvieron a realizar prodigios.
Aarón golpeó el polvo del suelo, y de él emergieron piojos. Según la tradición todo el polvo
de la región se convirtió en piojos, y estos insectos atacaron a todo el país, a animales y
personas por igual. A pesar de haber tenido éxito en las anteriores plagas, los hechiceros
reales no pudieron repetir la señal, y afirmaron que era obra de un verdadero dios (o un dios
con poder). Sin embargo el faraón se negó a dejar libres a los hebreos una vez más.
Esa misma noche Yahvé envió un ángel para matar a los primogénitos de los egipcios, pero
este al pasar por las casas de los hebreos y ver la sangre pasaría de largo. A la mañana
siguiente todos fueron encontrados muertos, incluido el hijo del Faraón.
Moisés alza un brazo hacia el mar y un viento dividió las aguas, permitiendo así el paso de
los hebreos hasta el mar de las Cañas. Moisés volvió a levantar el brazo y todo el ejército
egipcio quedó sepultado bajo las aguas.
La falta de suministros produjo entre los hebreos un malestar que llegó en forma de quejas a
Moisés y Aarón. Dios oyó las quejas e hizo caer bandadas de codornices. Al día siguiente, la
tierra se cubrió con una capa de rocío que una vez evaporado quedaron unos granos parecidos
a la escarcha. Los israelitas lo llamaron maná (alimento blanco, similar a la semilla de
cilantro, con un sabor parecido al de la torta de harina de trigo amasada con miel). Este
alimento caía cada madrugada hasta que llegaron a la Tierra Prometida.
Una vez que acamparon en Rafidín, el pueblo no tiene agua y las quejas vuelven a ir en
contra de Moisés. Entonces Yahvé ordenó a Moisés que se adelantara junto algunos ancianos
y tomara la vara con la que contaminó el río para luego encontrarse con él en la peña de
Horeb. Ahí Moisés tuvo que dañar la peña para hacer brotar el agua que necesitaba el pueblo.
Mont sinaí: entrega de la llei a Moisès, adoració del vedell d’or. Ruptura de les
premières taules de la llei
Moisés ascendió al monte Sinaí para recibir de Dios las Tablas de la Ley con las que guiar a
su pueblo. Posteriormente, al bajar, descubriría que los israelitas, durante su ausencia (pues
estuvo en el monte 40 días) habían perdido la esperanza y empezado a adorar a un becerro de
oro.
Imagen 1:
En esta imagen se puede observar el momento en el que Moisés ascendió al monte Sinaí para
recibir de Dios las Tablas de la Ley con las que guiar a su pueblo. Posteriormente, al bajar,
descubriría que los israelitas, durante su ausencia (pues estuvo en el monte 40 días) habían
perdido la esperanza y empezado a adorar a un becerro de oro.
Otra característica de la imagen artística de Moisés es, cómo no, que porta las tablas de la ley.
En la zona superior izquierda, estas le están siendo entregadas por Dios, representado
saliendo de una nube y con un nimbo alrededor de la cabeza. En la zona superior derecha, sin
embargo, Moisés ya ha visto a su pueblo adorando a un Dios pagano, y se puede ver cómo
arroja las Tablas de la Ley y estas se rompen, mientras que señala acusadoramente con la
mano a la parte inferior de la imagen.
En esta podemos ver al pueblo judío de rodillas ante la estatua de oro, mientras que dos
figuras tocan la corneta en actitud reverencial.
Imagen 2:
Moisés sostiene en la imagen ya las Tablas de la Ley; sin embargo, un poco más abajo, a sus
pies, encontramos esas mismas Tablas representadas hechas pedazos, lo que indica el
momento en el que, al descender, descubrió que su pueblo, en su ausencia de 40 días, había
empezado a adorar a un becerro de oro. En un ataque de rabia, Moisés destruye las Tablas.
Su representación es clara, ya de edad avanzada, con barba y cabellos largos y algo revueltos
y dos protuberancias en su frente. Esto se debe a que San Jerónimo cometió un error de
traducción, al interpretar que le surgían rayos de luz de la cabeza, que estaba “iluminado”,
como “cornudo”.
En la zona inferior del cuadro, se observa una columna coronada por el símbolo pagano, el
becerro de oro, mientras el pueblo de Israel baila y festeja a sus pies.
Imagen 3:
Esta situación se debe a que, durante su estancia en el Monte Sinaí para recibir las Tablas de
la Ley, y que duró 40 días, el pueblo perdió la fe y se volcó en la adoración de un nuevo dios
pagano: la estatua de un becerro de oro.
Moisés aparece representado con gesto violento y clara rabia, al alzar amenazadoramente las
Tablas de piedra para romperlas contra el suelo, mientras que en la zona derecha e inferior
diferentes figuras lo observan con sorpresa y temor. De fondo, se puede observar el becerro
de oro al cual adoraban.
Imagen 4:
Esta situación se debe a que, durante su estancia en el Monte Sinaí para recibir las Tablas de
la Ley, y que duró 40 días, el pueblo perdió la fe y se volcó en la adoración de un nuevo dios
pagano: la estatua de un becerro de oro.
Moisés aparece representado con gesto violento y el rosto contorsionado por la ira y el dolor
por esta traición. Sostiene las Tablas de piedra en actitud amenazante, listo para golpearlas
contra algo. En este caso, únicamente podemos observar este primer plano que se centra en
demostrar la ira y sufrimiento de Moisés, quien aparece representado como un hombre
adulto, casi anciano, con barba larga y poco pelo.
Mont sinaí: segona entrega de la llei a Moisès, construcció del tabernacle i de l’arca.
Después de romper las primeras tablas. Moisés consiguió que Dios perdonase a los israelitas
por cambiarle por un becerro. Subió otra vez al monte Sinaí, dónde estuvo durante días y le
proporcionó unas tablas exactamente iguales que las anteriores.
Moisés con el fin de cumplir órdenes de Yahvé construyó un Tabernáculo, que se trataba de
un templo donde adorar a dios hasta llegar a la tierra prometida. Era una tienda con telas
preciosas divida en dos habitaciones: un santuario y un Sancta Sanctorum. Por otro lado
construyó una arca dónde en un principio se guardaron las Tablas de las Leyes pero más tarde
añadieron un vaso de maná, alimento proporcionado por Dios a los israelitas cuando estaban
en el desierto y también añadieron la vara de Aaron, hermana de Moisés nombrado Sumo
Sacerdote.
Imagen 1: En la parte superior de la imagen podemos ver el arca con las tablas y en la parte
inferior vemos el Tabernáculo con las telas preciosas con las todas dos habitaciones para
adorar al Dios.
Imagen 2: Podemos ver en la segunda imagen a Moisés y podemos identificarlo y que se
representa como un hombre maduro y barbudo y sobre todo porque posee en sus manos las
Tablas de la ley que le ha proporcionado por Dios.
La serp de bronze:
Más adelante, los hebreos perdieron de nuevo la paciencia y dieron la espalda a Dios. Este,
para castigarlos, les envió una plaga de serpientes venenosas que acabó con una gran parte
del poblado. Moisés intercedió, pidiendo el perdón, y Yahvé finalmente cedió y le ordenó
crear una serpiente de bronce. De esta manera, todo aquel que la mirara, se curaría del
veneno.
En la imagen, se puede observar un momento de máximo dramatismo, ya que aparece Moisés
en el lado derecho, señalando con el brazo una cruz en la que se enrosca la serpiente de
bronce. Moisés es reconocible por portar una capa abultada y su aspecto de anciano con pelo
y barbas largos, y dos rayos de luz que le salen de la frente.
Alrededor de su figura, una gran variedad de cuerpos acude a rastras hasta la serpiente de
bronce, situada en la zona izquierda del cuadro, para curarse; o aparecen tendidos en el suelo,
muertos antes de poder llegar.
Esta imagen, con el animal enroscado en la cruz, se considera una prefiguración de la pasión
y muerte de Cristo