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Historia de Moises

PARTE 1 DE 8

LA HISTORIA DE MOISÉS

Moisés nació durante una etapa terrible para su pueblo, Israel. Habían vivido en Egipto
durante cientos de años, se habían establecido allí cuando su antepasado, José, era el
gobernador de Egipto bajo el mando de otro faraón.

En marcado contraste con el estilo de vida privilegiado que habían disfrutado durante la época
de José, los israelitas ahora eran esclavos y sufrían bajo sus amos egipcios. Todavía peor, el
faraón había ordenado la matanza de todos los niños israelitas, porque estaba preocupado por
el rápido crecimiento de la población hebrea.

La familia de Moisés estaba decidida a salvarlo de la muerte. Durante un tiempo, simplemente


lo escondieron, pero pronto quedó claro que necesitaban una solución deferente.

PARTE 2 DE 8

UN BEBÉ EN UNA CESTA

Jocabed, la madre de Moisés, tramó un plan audaz para salvar a su bebé. Ella lo colocó en una
canasta tejida que flotaba. Ella escondió cuidadosamente la canasta entre las cañas del río
Nilo y le pidió a Miriam, la hermana mayor de Moisés, que la vigilara a escondidas.

Míriam se horrorizó cuando la hija del faraón, que había venido a bañarse en el río, vislumbró
la canasta. La princesa envió a su esclavo a recoger la canasta en la que encontró a un bebé
hebreo. Movida en compasión, ella decidió salvar al niño.

Actuando con rapidez, Míriam se acercó y le preguntó a la princesa si le gustaría que una mujer
hebrea cuidara al bebé. Acordaron en el plan y, rápidamente, Míriam trajo a su madre para
conocer a la hija del faraón. Llegaron a un acuerdo que permitió a Jocabed amamantar a
Moisés, ¡y hasta recibir un pago por ello!

PARTE 3 DE 8

CRIANZA MEZCLADA

Y así fue que su propia madre, una israelita, amamantó a Moisés. Cuando creció, su madre lo
trajo a la hija de Faraón, y Moisés se convirtió en su hijo adoptivo. Fue en este momento que la
hija del faraón le dio al niño su nombre: Moisés, que significa: "de las aguas lo saqué.”

Debido a este cambio dramático, el hijo de un esclavo israelita fue criado como un príncipe de
Egipto. A pesar de su estatus elevado y su estilo de vida lujoso, Moisés demostraría que
recordaba sus raíces y aún simpatizaba con sus compañeros israelitas esclavos.

PARTE 4 DE 8

ASESINATO Y HUIDA

Habían pasado varios años y Moisés era ahora un hombre adulto. Un día, vio a un egipcio
golpeando sin piedad a un esclavo hebreo. Enfurecido por este acto de injusticia y crueldad,
Moisés tomó el asunto en sus propias manos. Cuando pensó que nadie lo estaba mirando,
mató al egipcio y enterró el cuerpo en la arena para ocultar la evidencia.

Al día siguiente, Moisés estaba caminando por ahí cuando vio a dos esclavos hebreos peleando
entre sí. Cuando trató interrumpir la pelea, uno de ellos lo miró y le preguntó si planeaba
matarlo como había matado al egipcio. Inmediatamente, Moisés supo que sus acciones
precipitadas del día anterior habían sido descubiertas, y temió por su vida.

No mucho tiempo después, el faraón comenzó a buscar una oportunidad para vengarse de
Moisés por el asesinato del egipcio. Moisés huyó al desierto y vivió como un fugitivo de la
justicia.

PARTE 5 DE 8

ZARZA ARDIENTE

La vida en el desierto era completamente diferente a la vida lujosa que Moisés había
disfrutado como un miembro de la familia real egipcia. Finalmente llegó a la tierra de Madián,
donde descansó junto a un pozo.

Después de un tiempo, siete hijas de un príncipe y sacerdote de Madián llegaron al pozo para
sacar agua para los rebaños de su padre. Todo andaba bien hasta que aparecieron algunos
pastores de la zona y echaron a las mujeres.
Moisés las defendió, echó a los pastores y luego sacó agua para que bebieran los rebaños de
las mujeres. Cuando las noticias de su actitud heroica llegaron a oídos su padre, éste invitó a
Moisés a comer con ellos. Con el tiempo, le dio a una de sus hijas, Séfora, en matrimonio.

Moisés cambió su vida por completo, viviendo como pastor y formando una familia con Séfora,
y así vivió satisfecho durante muchos años. Un día, mientras cuidaba a sus ovejas, notó un
misterioso arbusto que ardía. Dios habló a través de la zarza y le ordenó a Moisés que
renunciara a su vida tranquila en el desierto, que regresara a Egipto a liberar a los israelitas de
la esclavitud.

PARTE 6 DE 8

REGRESO A EGIPTO

Moisés se sentía muy reacio a asumir esta nueva responsabilidad. Tenía miedo y también
estaba preocupado por su habilidad para hablar con el faraón. Dios le dijo a Moisés que podía
llevar a su hermano Aarón para que él hablase. Así que Moisés regresó a Egipto con su esposa
e hijos.

Aarón se sumó a ellos por el camino y ambos se reunieron con los líderes israelitas en Egipto,
ganando su apoyo. Pero los hermanos no tuvieron tanta suerte cuando se presentaron ante
Faraón, diciendo que Dios quería que los israelitas fueran liberados. Faraón se negó
rotundamente, diciendo que no conocía ni obedecería a su Dios, ni dejaría ir a su pueblo.

Como represalias por esta audaz petición, el faraón instruyó a sus capataces que dejaran de
proveer a los israelitas paja para hacer los ladrillos. Ellos se vieron obligados a recoger la paja
por sí mismos, pero debían producir la misma cantidad de ladrillos que antes. Incapaces de
mantenerse al día con esta exigencia, los israelitas se volvieron contra Moisés y Aarón,
culpándolos por la carga adicional.

PARTE 7 DE 8

LAS PLAGAS Y EL ÉXODO

Moisés y Aarón no se dieron por vencidos. Se presentaron de nuevo ante faraón, esta vez con
una señal milagrosa: Moisés arrojó su vara al suelo y ésta se convirtió en una serpiente. Los
magos del faraón lograron replicar la misma hazaña; sin embargo, la serpiente de Moisés se
tragó a las demás serpientes. A pesar de esto, el faraón todavía se negaba a cambiar de
opinión.

Se produjo una sucesión de plagas devastadoras mientras que Moisés imploraba al faraón que
dejara a su pueblo salir de Egipto. El río Nilo se convirtió en sangre; montones de ranas,
mosquitos y moscas descendieron sobre la tierra; el ganado de los egipcios murió; los egipcios
fueron infligidos con llagas y abatidos por el granizo; una manga de langostas diezmó los
cultivos y la tierra quedó envuelta en la oscuridad. El faraón se negó obstinadamente a
permitir que los israelitas se fueran hasta la última plaga, la muerte de los primogénitos de
todas las familias que no habían pintado el dintel de la puerta con la sangre de un cordero
sacrificado.

Después de que su propio primogénito muriera, el faraón finalmente cedió. El instó a Moisés y
a su pueblo a que se fueran, y los egipcios le dieron a los israelitas muchísimos regalos cuando
partían.
Poco después de que los israelitas salieran de Egipto, el faraón se arrepintió. Él reunió a sus
soldados para capturar a los israelitas mientras que ellos acampaban junto al Mar Rojo. Moisés
levantó su vara sobre el mar y Dios separó las aguas, permitiendo que los israelitas cruzaran.
Cuando el ejercito egipcio los persiguió, fueron destruidos cuando las paredes de agua se
desmoronaron sobre ellos, ahogando a los soldados egipcios en masa. Los israelitas habían
sido realmente liberados.

PARTE 8 DE 8

LÍDER DEL DESIERTO

Como líder, Moisés se enfrentó a muchas pruebas en el desierto. Los israelitas podrían ser
ingobernables y desagradecidos. Ellos se quejaban mucho pese a que Dios demostró una y otra
vez que proveería a sus necesidades.

Los israelitas necesitaban instrucciones claras y efectivas. Después de una victoria militar sobre
los amalecitas, ellos acamparon en la base del Monte Sinaí, donde Dios le dio a Moisés los Diez
Mandamientos, escritos con su propio dedo sobre dos tablas de piedra.

Mientras Moisés estaba lejos, en cima de la montaña, los israelitas hicieron una estatua de un
becerro de oro para adorarla. Cuando regresó al campamento y vio la conducta idólatra de los
israelitas, Moisés enfureció y arrojó las tablas de piedra con los Diez Mandamientos al suelo.

Moisés subió la montaña una vez más para suplicarle a Dios que perdonara a los israelitas.
Siguiendo las instrucciones de Dios, Moisés talló dos tablas para reemplazar las rotas. Moisés
permaneció en la montaña ayunando, orando y conversando con Dios durante cuarenta días.
Cuando Moisés finalmente regresó por la ladera de la montaña, la gente se aterró porque su
rostro resplandecía con la luz de la gloria de Dios.

Moisés fue un gran líder que murió mientras guiaba al pueblo a la tierra prometida, Canaán.
Aún hoy, los judíos le dan a este héroe bíblico el título de Legislador de Israel.

El Torá, Antiguo Testamento y el Corán, refieren que Moisés fue el elegido por Yavhé para
liberar al pueblo hebreo de la esclavitud de los egipcios y llevarlos hacia Israel, la tierra
prometida. Se le conoce como el autor de los cinco libros bíblicos iniciales llamados
Pentateuco.

El primer acto de rebelión de Moisés contra el faraón fue matar a un egipcio por maltratar a un
esclavo hebreo, ello le valió tener que abandonar Egipto. Vivió en Madián durante mucho
tiempo en donde se casó y tuvo un hijo a quien llamó Gersón.

Cuenta el texto bíblico que un día mientras Moisés pastoreaba sus ovejas en el
monte Horeb, vio una maleza consumirse en el fuego, cuando se acercó, esta le habló y le
reveló que era Dios. Este encuentro sirvió para que le diera instrucciones de regresar a Egipto
y liberar a los hebreos.
Moisés regresa a Egipto y se reúne con su hermano Aarón. Ambos organizaron al pueblo israelí
y pidieron permiso al Faraón para sacar a los hebreos de allí, pero este no lo permitió, es
entonces cuando interviene la mano de Yavhé y envía las diez plagas a Egipto.

Moisés es un líder hebreo que se reverencia como político, líder espiritual y profeta. Como
profeta aparece en distintas religiones como el judaísmo, cristianismo e islamismo. Su nombre
en hebreo es Moshe Rabbenu.

Las escrituras sagradas refieren que Moisés era descendiente de Leví, tercer hijo de Jacob,
patriarca hebreo. Fue criado por una princesa egipcia, quien lo rescató del río Nilo cuando se
bañaba. Sus padres fueron Amram y Jocabed.

El Torá, Antiguo Testamento y el Corán, refieren que Moisés fue el elegido por Yavhé para
liberar al pueblo hebreo de la esclavitud de los egipcios y llevarlos hacia Israel, la tierra
prometida. Se le conoce como el autor de los cinco libros bíblicos iniciales llamados
Pentateuco.

El primer acto de rebelión de Moisés contra el faraón fue matar a un egipcio por maltratar a un
esclavo hebreo, ello le valió tener que abandonar Egipto. Vivió en Madián durante mucho
tiempo en donde se casó y tuvo un hijo a quien llamó Gersón.

Cuenta el texto bíblico que un día mientras Moisés pastoreaba sus ovejas en el
monte Horeb, vio una maleza consumirse en el fuego, cuando se acercó, esta le habló y le
reveló que era Dios. Este encuentro sirvió para que le diera instrucciones de regresar a Egipto
y liberar a los hebreos.

Moisés regresa a Egipto y se reúne con su hermano Aarón. Ambos organizaron al pueblo israelí
y pidieron permiso al Faraón para sacar a los hebreos de allí, pero este no lo permitió, es
entonces cuando interviene la mano de Yavhé y envía las diez plagas a Egipto.

ÉXODO DE LOS ISRAELÍES

La plaga hizo que el Faraón permitiera la salida de los esclavos. Salieron desde Rameses en
dirección hasta Sucot unos seiscientos mil adultos, no fueron contados los niños. Pero cuando
iban llegando al Mar Rojo, el Faraón cambió de opinión y envió un ejército a recuperar los
esclavos.

Y ahí se manifiesta nuevamente Yavhé. Cuando la caravana estaba atrapada entre el ejército
egipcio y el mar rojo, Yavhé partió las aguas para que estos pasaran.

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