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Cae Bee DE OCCIDENTE SS SeLIT STO USL ee SaeSLeL Kc SI 1824 - 1831 José Antonio Garcia Becerra JOSE ANTONIO GARCIA BECERRA. Mazatlan, Si 1995. Sinaloa es el espacio CTS (Oh vin tM Kode Zayt ied cultural de este exponente de la CHO Ma nasi acon MTC 4ste) comin: desde la educacién primaria hasta la profesional, todos sus estudios son realiza- dos en instituciones de ense- fianza publica oficial del esta- Romane COkconmCMut tonic en Ciencias Juridico-Penales de la Universidad Autonoma de Sinaloa, institucién donde ha- bia alcanzado la licenciatura en derecho, (1972-1977). Muy jo- ven ingresa a la docencia, iniciandose en el nivel medio: Normal de Comercio y Prepa- PeatroleeM Goaieeti Con} Desde 1978 es maestro de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UAS. El derecho constitucional, las ga- rantias individuales, las cien- cias juridico-penales y el dere- cho administrativo, constituyen fee ecm Cuatro teste Ony especialidad. Desarroll6 una intensa labor en la Facultad ya Co mt mar Cee a acitiémicas, Coordinador para la revision del plan de estudios, Secretario Académico, Secre- tario del Consejo técnico, asesor en investigaciones en los niveles de licenciatura y maes- Greets em EMMotcrer Mme erert een si) miembro del Sistema Nacional Planets Se inicia como abogado postulante en 1975, asesor juridico de la Direccion de Transito y Transportes, de rs cotehg vena emeon eile) uel la Comision Consultiva de Estudios Juridicos del Gobierno Comet Omir nencke ioe Mayor del Congreso de Sina- Sey Mns CEM ECCT emma tor Pentseeemens cn Coin gmcen auc) obras en la editorial de la UAS; Teoria de Derechos Humanos, Constitucién del Estado, Ga- ranttas de Seguridad Juridica y (era RU GEOL Moar very De 1984 a 1987 curso omecale meer corentien con la Maestria en Historia Regio- nal en la Universidad Autono- ma de Sinaloa, José Antonio Garcia Becerra EL ESTADO DE OCCIDENTE Realidad y cisma de Sonora y Sinaloa 1824 - 1831 EL ESTADO DE OCCIDENTE. Realidad y cisma de Sonora y Sinaloa 1824-1831 JOSE ANTONIO GARCIA BECERRA, Primera coedicion, 1996 (©) Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa Direccién de Investigacion y Fomento de Cultura Regional Cubacén, Sinaloa, 1996 ISBN 968-7300-15-9 Coleccién: Veredas Portada y diagramacién: COBAES Edicién con fines académicos, no lucrativos Hecho en México Printed in Mexico A mis padres. A mi esposa Sandra Ofelia, amis hijos José Antonio y Gerardo Alfonso con la devocién de siempre. A mis maestros Enrique Semo, Guillermo Beato, José Gracida, Mario Cuevas y Alvaro Lépez M. RECONOCIMIENTO El autor del trabajo tiene una deuda con quien en forma desinteresada le tendié una mano amiga, poniendo a su disposicién no Gnicamente sus importantisimos archivos personales y biblioteca sino fundamentalmente su inva- luable orientacién para iniciarnos en esta dura tarea de la investigacién histérica. Para la SRA. RINA CUELLAR nuestro reco- nocimiento y gratitud, con la certeza de que sin su ayuda no hubiera sido posible esta labor. Esperamos no haber defraudado su confianza. José Antonio Garcia Becerra PRESENTACION Hast. la fecha en Sinaloa los estudios de su historia son escasos. E] rescate de la memoria colectiva de nuestro pueb o no ha recibido el impulso que requiere. La labor ha sido meritoria de quienes, en una cruzada personal, han c edicado buena parte de su vida ala recuperacién del pasado. Gracias a ellos se pueden tener actualmente datos e informaciones recolectados en una labor paciente y abrusnadora. Su produccién historiografica es fundamen- tal y de gran importancia. Por todos estos historiadores teneraos una admiraci6n especial y un respeto profundo. Ente1demos, como la mayoria de ellos lo ha manifestado, que cu obra pretende ser una invitacién al estudio mas profundo posible sobre los diversos perfodos de nuestra histo-ia, con la fe de que dicha excitacién sea recogida por un buen namero de interesados. De nuestra parte tomamos la incitacién respecto del estucio del Estado de Occidente (1824-1831), tratando de 7 El Estado de Occidente ir mas all4é de una efemérides de hechos politicos y militares o de la descripcién de acontecimientos y per- sonajes aislados, inici4ndonos en la explicacién global del proceso de conformacién histérica de nuestra entidad: Sinaloa. Existen algunas obras que presentan abundan- cia de datos acerca de acontecimientos particulares y especificos y que dejan un poco al lado el andlisis y la explicacién del periodo en su conjunto. Lo anterior es aplicable a lo escrito, en buen numero de casos, sobre el Sinaloa de los primeros afios de la postindependencia; donde se busca presentar actos o per- sonajes heroicos, pero desarticulados de su realidad. Ast, por ejemplo, el periodo que va de 1824 a 1831 general- mente se nos presenta como una gesta heroica de Sinaloa y los sinaloenses por alcanzar libertad y soberania, para llegar a conformar un Estado por si mismo en el concierto de la federacién mexicana. Una lucha en la cual un hombre, Francisco Iriarte, aparece como la figura central que se enfrenta a quienes se oponian a la consolidacién de Sinaloa como entidad libre. Asi se llega a confundir a "uno de los actores del drama, con el drama mismo". En este tenor se llega a presentar la unién con Sonora durante este periodo como un hecho negativo, haciéndolo en ocasiones en forma velada y otras de manera abierta; sugiriéndose también, de algun modo, que los que estaban por la divisién de Sonora y Sinaloa eran progresistas, en tanto que los que se oponian eran retardatarios. Una vision semejante, sdlo que con la éptica a su favor, nos ofrecen algunos his- toriadores sonorenses. En estas historias desfilan hechos y personajes que con su Gnica voluntad determinan por si solos el rumbo de la sociedad; una sociedad que no puede ser aprehen- dida en su complejidad atendiendo exclusivamente a la actuaci6n politica y militar de ciertos notables dela época. José Antonio Garcia Becerra Ante esto surge la interrogante: ,cudles serdn los criterios que nos permitan explicar el periodo a que nos referimos? Esto es: ,cudles son los antecedentes y factores econémicos, politicos, sociales, culturales, geogréficos, etcétera., que condicionaron la creacién del Estado de Occidente en 1824? ,De qué forma influyé la situacién nacional en la ereccién de esta entidad? De qué manera reaccionaron los grupos regionales que detentaban el poder ante este hecho? ,Cudles fueron los factores que incidieron para el surgimiento de desavenencias que influyeron en el proceso de separacién y division del Estado de Occidente para formar los Es- tados de Sonora y Sinaloa? ,Cual fue la participacién de los diversos grupos sociales ante el evento de la division? 4Cémo se caracterizé6 la realidad que se vivié en esta época en el Estado de Occidente? ,Qué elementos nos permiten entender el proceso de creacién y divisién mas alla de los meros acontecimientos y personajes? Este trabajo pretende sugerir respuestas a éstas y otras interrogantes. Constituye un intento de abordar en su complejidad e interrelacién la realidad econémica, social, cultural, geografica y politica de Sonora y Sinaloa durante el periodo mencionado; destacando de qué forma y en qué medida ntervino cada uno de estos elementos en el proceso de formacién y divisién del Estado de Occidente. Nos decidimos por abordar el estudio de este tema, pues consideramos que es trascendental y definitorio para lahistoria de nuestra region noroeste. Pues este momento histérico. con todas sus implicaciones y variantes, conden- sa la realidad que se vivié en el noroeste mexicano durante las primeras décadas del perfodo postindepen- diente. El tema ofrece grandes posibilidades para desarro- llar un trabajo de andlisis de historia regional de nuestra entidad, a partir de una vision que aborde el estudio de la El Estado de Occidente creacion y divisién del Estado de Occidente como parte de un proceso cuya vertiente principal es el papel y la presen- cia de oligarquias regionales que luchan por demarcar areas de influencia y lograr la conformacién de un espacio regional més acorde a sus necesidades y posibilidades. En sintesis, es nuestro objetivo tener una semblanza tan integral y global del perfodo como nos sea posible. Pretendemos ir mds alla de la imagen que generalmente se nos ha brindado, en la cual el énfasis se coloca en los "grandes personajes y los grandes acontecimientos politicos"; aspirando conocer el marco econdémico, social e institucional y comprender los mecanismos que explican el proceso. Para ello, hemos dividido el trabajo en cuatro partes. La primera es una introduccién en la cual se ofrece una vision muy global de la situacién nacional del México de la 6poca, con la nica pretensién de dar un marco de referencia a nuestro tema central. La segunda parte, aborda el estudio del proceso de formacién del Estado de Occidente a partir del andlisis de los antecedentes que de una u otra forma nos permiten entender el por qué y el como de la creacién de dicha entidad, destacando los procesos institucionales y econémico-sociales que in- fluyeron. La tercera parte se centra en la presentacién del marco econémico, social, cultural y politico en que se desenvuelve la realidad de Occidente en la década de los veintes decimonénicos. La comprensién de esta realidad, nos permitirA adentrarnos en el conocimiento de las causas esenciales. que determinaron el cisma generado entre los grupos de poder localizados en cada una de las antiguas provincias de Sonora y Sinaloa. Por ultimo, la cuarta parte pretende clarificar las diversas manifes- taciones que sirvieron de marco al proceso de separacién de las mencionadas regiones y el surgimiento de dos 10 José Antonio Garcia Becerra entidades federativas diferentes e independientes la una de la otra en 1831. Por considerarlos de interés y para una mayor ilustraci6n al respecto, al final se incluyen una cronologia de hechos, un cuadro de gobernadores, un cuadro de diputados integrantes de las diversas legislaturas; y como anexos, transcripcién de diversos documentos de la época. Enel desarrollo del trabajo optamos por darle la voz, cuando lo consideramos oportuno y conveniente, a los documentos de la época, en virtud de la consideracién de que (a mayoria de ellos son poco conocidos o no estan accesibles. En esa medida las citas predominantemente son transcripciones de fuentes primarias, ya que tratandose de fuentes secundarias generalmente hacemos la remisién a la consulta de las obras de que se trata. Para una mayor fidelidad, en los documentos de aquella época se conservaron el lenguaje, redacci6én y ortografia originales. Esperamos que el trabajo pueda contribuir en algo al conocimiento de la historia regional en un periodo en el cual se manifiestan los intereses por definir un espacio regional acorde a las condiciones que se vivian en los ahos de 1824-1831. Lo sometemos a la consideracién y enri- quecimiento de los estudiosos de la historia de Sinaloa y Sonora. i José Antonio Garcia Becerra INTRODUCCION De entrada reconocemos que la realidad local no es un mero reflejo de la nacional, pero a la vez aquélla no tiene una dinaémica ajena a ésta. Lo anterior nos conduce necesariamente a destacar el influjo de la realidad nacional y las especificidades de la realidad regional. A partir de dicha concepcién, en este apartado esbozaremos una semblanza del México de los-primeros afios de la época postindependiente. Nuestro pais surge a la vida independiente en situaci6n dificil. En lo externo no tiene el reconocimiento de su antigua metropoli, quien ademas manifiesta inten- ciones de reconquista. Ante ello tiene que negociar el reconocimiento de otros paises, esencialmente Inglaterra y Estados Unidos, quienes estan dispuestos a usufructuar los espacios dejados por Espafia en su antigua colonia, colocando sus capitales y productos que tienen su origen en la produccién industrial. El Estedo de Occidente Primer Escudo oficial impreso por el Gobierno del Estado, de Occidente, tomado del oficio nim. 9, firmado por el Gobernador don Simén Elfas Gonzdlez, en 1826. 14 José Antonio Garcia Becerra Como lo sostiene Gilberto Arguello, en el perfodo comprendido entre 1770 y 1870 la historia mexicana se inscribe en la coyuntura mundial determinada por la Revolucién Industrial Inglesa y por la Revoluci6én Fran- cesa. Movimientos revolucionarios que expresan el paso del capitalismo manufacturero al capitalismo industrial.! La insercién directa de nuestro pais en esa dindmica, es mas evidente una vez lograda la independencia respecto a Espafia en 1821, pues la competencia entre los paises capitalistas —principalmente Inglaterra y Estados Unidos— se desata para colocar sus productos y capitales. A partir de la década de los veintes el comercio mundial se reacomoda. Los vacios dejados por Espafia en su otrora inmenso imperio, son gradualmente ocupados por los ingleses, con los norteamericanos en busca de una mejor expectativa, para lo cual ya en 1823 habian enarbolado la Doctrina Monroe con la consigna de: ;América para los americanos! En lo que se refiere a lo interno, en México el movimiento insurgente habia desatado procesos irre- versibles de destruccién de los circuitos internos de produccién y circulacién, lo cual propicié que durante el lapso 1821-1850 se verificara "...un proceso de adaptacién a otra légica de produccién y circulacién econémicas".~ La revolucién de independencia en nuestro pafs debilité el centralismo del aparato colonial, minando su estructura y poder; originando un proceso centrifugo de regionalizacién. Al decretarse una relativa libertad de comercio, se propicié la intervencién de nuevos comerciantes y se inicié 1.- Gilberto Arguello, "El primer medio siglo de vida independiente", en Enrique Semo y otros, México un pueblo en la historia, México: UAP-Nueva Imagen, 1983. TI.p. 103 2.- tbidem. 3.- [bidem. p. 95 15 El Estado de Occidenite la decadencia de los antiguos propietarios de la oligarquia indiana, disminuyendo su capacidad de seguir monopo- lizando los circuitos internos de comercializacién. Ante este evento, los grupos regionales, anteriormente sujetos aun férreo control de la oligarquia indiana, aprovecharon el debilitamiento en su favor iniciando un fuerte desarro- Ilo.* Con ello las oligarquias regionales se fortalecieron, incrementando su presencia. lua guerra de independencia habia impactado negativamente la economia mexicana. Segtn cifras de Luis Villoro, la mineria fue la que mas sufrié, pues hacia 1820 habia descendido a casi una tercera parte del promedio de los diez afios anteriores; el comercio exterior se redujo en forma drastica y el interior resintié seria- mente el clima de inseguridad y corte de las vias de comunicacién; por su parte, el impacto en la agricultura fue sustancial pues se calcula que la produccién de las haciendas bajé en 1821 casi a la mitad. Aunado a lo anterior, encontramos una gran sangria econémica en virtud de una significativa fuga de capi- tales, de una importante deuda publica y unacrisis hacen- daria.° Esto nos da una idea de una economia practicamente en bancarrota. Frente al cimulo de restricciones que afectaban a la produccién y al comercio durante la colonia, las primeras autoridades del México independiente eliminaron una serie de impuestos y redujeron otros, estableciendo un 4- Carlos San Juan Victoria y otro, "La formacién del Estado y las politicas econémicas (1821-1880)", en Ciro S.F. Cardoso y otros, México en el siglo XIX (1821-1910), México: Nueva Imagen, 1980. p. 67. 5.- Luis Villoro "La revolucién de independencia", en varios, Historia general dé México, México: El Colegio de México, 1980. T.8", p. 346. 6. Josefina Zoraida Vazquez, "Los primeros tropiezos", en Historia general de México, México: Bl Colegio de México, 1980. ‘T. 3, p. 10ss. 16 José Antonio Garcia Becerra arancel liberalisimo para el intercambio comercial con el exterior. En estos primeros afios no se logré implantar un sistema fiscal eficiente y los ingresos tributarios descen- dieron notablemente, en tanto que los gastos se incremen- taban. Segtin datos de Josefina Zoraida Vazquez, mientras los gastos subian unos tres millones mensuales, los ingresos descendieron de un promedio de 20’462,307 a fines del siglo XVIILa 14’405,574 en 1820 y a tan sélo 10°628,740 para 1822.” Aunado a lo anterior, con la instauracién del federalismo las fuentes de ingresos fiscales se dis- tribuyeron entre el gobierno nacional y las entidades federativas, ello significé una disminucién del 39%, aproximadamente, de las recaudaciones obtenidas durante la Colonia.® Ante esta situacién, se opté por recurrir a los empréstitos extranjeros y se contrajo deuda publica con grupos financieros ingleses en condiciones francamente usurarias. Los recursos provenientes de empréstitos y los representados por la inversién en la mineria de compafias extranjeras, posibilité una relativa tran- quilidad durante el periodo de Guadalupe Victoria en la Presidencia de la Republica.” Los dirigentes del México postindependiente tenfan en mente la no lejana opulencia que se manifesté a fines del siglo XVIII y confiaban en la potencialidad de los recursos naturales de nuestro pais. Para volver a estos dias felices, en cuanto a movimiento econémico se refiere, se cifré la esperanza en la minerfa a la cual se le dio fuerte dem. p. 35. 8.- Barbara A. Tenenbaum, México en la época de los agiotistas, 182 1- 1857, México F.C.E., 1985. p. 38. Josefina Zoraida Vazquez, Op. Cit., p. 38. 17 El Estado de Occidente apoyo: se decreté la libre importacién de azogue, reduccién de cargas fiscales, la eliminacién de impuestos sobre articulos importados vendidos en pueblos mineros, entre otras medidas.1° Pero para el impulso a la mineria, se requeria rehabilitar el gran nimero de minas que fueron destruidas o abandonadas durante el perfodo de la guerra insurgente, y esto demandaba la inversién de fuertes capitales. Como en el pais no los habia, en 1823 se expidié un decreto mediante el cual se permitia a los extranjeros que trabajaran las minas, pactando con los duefios que requerian avio. Cabe razonar que la confianza en la mineria con- templada en los planes econémicos, tanto de liberales como de conservadores, se debfa esencialmente a que resultaba una fuente importante de ingresos para el Es- tado por via de impuestos; pero ademas, proporcionaba divises para adquirir bienes del exterior; garantizaba el pago de la deuda ptblica y era factor para poner en marcha la economia nacional al dinamizar el comercio y la agricultura. Todo lo anterior lo debemos ubicar enmarcado en una etapa de transicién, tanto de una situacién colonial a una independiente como hacia otro modo de produccién. En efecto, si aceptamos la premisa de que el siglo XIX mexicano representa una etapa significativa de transicién, estaremos en posibilidad de explicarnos una serie de acontecimientos aparentemente sin légica al- guna, que se generan y manifiestan durante el periodo 1821-1850 que es conocido como "el periodo de la 10.- Idem. p. 48. 11- Maria Cristina Urrutia de Stebelski y otro, "La minerfa (1821-1880)", en México en el siglo XIX (1821-1910), p. 120-121. 12. cuan Felipe Leal, La burguesta y el Estado mexicano, México: El Caballito, 1979. p. 49. 18 El Estado de Occidente apoyo: se decreté la libre importacién de azogue, reduccién de cargas fiscales, la eliminacién de impuestos sobre articulos importados vendidos en pueblos mineros, entre otras medidas.» Pero para el impulso a la mineria, se requeria rehabilitar el gran namero de minas que fueron destruidas o abandonadas durante el perfodo dela guerra insurgente, y esto demandaba la inversién de fuertes capitales. Como en el pais no los habia, en 1823 se expidié un decreto mediante el cual se permitia a los extranjeros que trabajaran las minas, pactando con los duefios que requerian avio. Cabe razonar que la confianza en la mineria con- templada en los planes econémicos, tanto de liberales como de conservadores, se debia esencialmente a que resultaba una fuente importante de ingresos para el Es- tado vor via de impuestos; pero ademas, proporcionaba divisas para adquirir bienes del exterior; garantizaba el pago de la deuda publica y era factor para poner en marcha la economia nacional al dinamizar el comercio y Ja agricultura. Todo lo anterior lo debemos ubicar enmarcado en una etapa de transicién, tanto de una situacién colonial a una independiente como hacia otro modo de produccién. En efecto, si aceptamos la premisa de que el siglo XIX mexicano representa una etapa significativa de transicién, estaremos en posibilidad de explicarnos una serie de acontecimientos aparentemente sin légica al- guna, que se generan y manifiestan durante el periodo 1821-1850 que es conocido como "el periodo de la 10.- [dem. p. 43. 11.- Maria Cristina Urrutia de Stebelski y otro, "La minerfa (1821-1880)", on México en el siglo XIX (1821-1910), p. 120-121. 12... Juan Felipe Leal, La burguesia y el Estado mexicano, México: El Caballito, 1979. p. 49. 18 José Antonio Garcia Becerra anarquia". Si admitimos que toda transicién tiene un sent do derivado, cuyo contenido depende de las caracter{fsticas que ofrezcan el punto del cual se parte y el punto al cual se arriba; suscribiremos que en el caso que nos ocupa se trata de la transicién hacia el capitalismo. Un proceso que requirié transformaciones substanciales, que no pudo ser lineal, sino marcado con frecuentes tropiezos, estancamientos, desviaciones, retrocesos y avances, Este proceso tuvo que sortear una serie de obstaculos estructurales, entre los cuales encontramos: la pervivencia de un aparato estatal y una politica fiscal que seguian funcionando conforme al patrén colonial atin después de lograda la independencia; la existencia de condiciones poco propicias para la consolidacién de empresarios nacionales; descapitalizacion interna y la presencia de un capital privado basicamente usurario y especulativo; la concentracién de riquezas en manos muertas; la insularidad de los mercados regionales, fun- damentalmente autoconsutivos; una limitada divisién del trabajo; una poblacién rural dispersa en grandes exten- siones de territorio; pésimas comunicaciones; ines- tabilidad politica y social permanente; entre otros. Es de destacarse también, que la prioridad al con- sumarse la independencia de instaurar un Estado con cardcter nacional, no fue posible realizarlo en virtud de las miltiples limitaciones que ofrecia la realidad de nuestro pais en esos instantes, caracterizada, entre otros aspectos, por la inestabilidad social que impidié durante mucho tiempo la consolidacién de la produccién. El que comentamos es un perfodo en el cual la oscilacién de 13.- Gilberto Arguello, Op. cit., p. 116-117. 19 El Estado de Occidente alianzas de clases conmovia la estabilidad del sistema politico. La alianza de los insurgentes con los “trigarantes" para consumar la independencia, representé la unién coyuntural de intereses irreconciliables. Pacto que por circunstancial, propicié una relacién poco estable, conflic- tiva entre los diferentes grupos oligdrquicos que se dis- putaban la apropiacién del excedente econémico, en un momento en el cual existia una caida general de la economia mexicana.'* En esta fase del México inde- pendiente, aparece un rasgo que se conservaria como una constante de la vida politica del siglo XIX: las masas rurales y urbanas fueron excluidas de cualquier participacién en las instituciones y toma de decisiones de la politica nacional. De esta forma la lucha politica se da, de manera prioritaria, entre fracciones de las clases dominantes: "Una lucha de minorfas que correspondia totalmente con la fase precapitalista de la economia y la sociedad". ln estas condiciones encontramos que la economia impactada por los efectos de la guerra de independencia que propicié una severa destruccién de fuerzas produc- tivas y el rompimiento de los antiguos circuitos comer- ciales, aunada a la inexistencia de un bloque de poder hegernénico estable, fueron factores que favorecieron enfrentamientos continuos entre los grupos de propietarios y produjeron la inestabilidad politica. En estas cireunstancias, la sociedad mexicana se fraccionaba, seregionalizabay el poder se encontraba en corporaciones y particulares. 14.- duan Felipe Leal, Op. cit., p. 62. 15.- Carlos San Juan Victoria y otro, Op. cit., p. 68-69 20 José Antonio Garcia Becerra Suscribimos la tesis sostenida por Gilberto Arguello en el sentido de que en los primeros tiempos de la inde- pendencia, la desorganizacién socioeconémica y politica era una fuerza subversiva del viejo estado de cosas, pero a la vez era traba al desarrollo econémico.” Asi junto a las viejas estructuras heredadas de la colonia que se negaban a morir, existian las estructuras nuevas que luchaban por sobresalir. A las primeras les restaba vitalidad para pervivir, pero no la suficiente para dominar; las segundas tenian fortaleza para ser tomadas en consideracién pero no para eliminar a las caducas. En estas condiciones, el peso de las estructuras coloniales impedia y obstaculizaba el desarrollo de las fuerzas productivas al ritmo y forma en que éstas demandaban. Por ello, la "...destruccién de diques a la expansi6n empresarial era una necesidad insoslayable, incluyendo la transformacién de la propiedad de la tierray las formas de explotacién para lo que se requer{a la eliminacién de la iglesia y la milicia... y también la modificacién de las superestructuras ideolégicas." Las primeras formas imperfectas y prepoliticas de agrupamiento de los intereses encontrados de las oligarquias fueron las logias masénicas, divididas en es- coceses y yorquinos. Los grupos politicos no eran todavia partidos politicos en su acepcién moderna, pero en las logias se encontré una estructura bdsica que facilitaba y posibilitaba la organizacién y la difusién de las ideas politicas. Como lo afirma Costeloe, en las logias atin cuando era posible que se observaran las practicas y el ceremonial tradicionales del movimiento mas6nico en sus Gilberto Arguello, Op. cit., p. 98. Sergio de la Pefia, La formacién del capitalismo en México, México: Siglo XXI, 1980. p. 232. 21 El Estado de Occidente diversos ritos, su verdadero objeto y funcién era el propor- cionar un foro y un lugar de reunién a quienes sostenfan creencias politicas comunes o pretendian satisfacer sus expectativas adhiriéndose a las sociedades, cuyo caracter esencialmente secreto y clandestino se consideraba adecuado a la actividad politica. En estas circunstancias, en un determinado momen- to la denominacién de escoceses 0 yorquinos se aplicé a todos aquellos que sustentaran ciertas ideas y apoyaran a ciertos grupos y no Gnicamente a los iniciados en la hermandad.! Al acceder a la independencia, los diferentes grupos y ciudadanos en general encontraron la posibilidad de manifestarse politicamente rompiendo los obstaculos im- puestos por el régimen colonial. Se sintieron con opor- tunidad de influir en la toma de decisiones y se lanzaron ala participacién politica. Esta es una de las razones por las cuales las logias, como formas organizativas, tuvieron un auge importante. Los yorquinos, organizados a partir de 1825, en poco tiempo lograron obtener un gran nimero de partidarios colectados, la mayoria, de los sectores medios de la sociedad que ansiaban la introduccién de cambios que les permitieran acceder a posiciones politicas y econémicas que les estaban vedadas durante la Colonia. Pero pronto se dieron cuenta que los sectores tradicionales general- mente agrupados en las logias escocesas se aferraban, mas que nunca, a sus privilegios y la independencia no habia modificado de fondo la estructura que les permitia conservar esa situacién privilegiada, lo cual les hizo arre- ciar su actividad politica. 18.- Michael P. Costeloe, La primera reptiblica federal de México (1824- ” 1835), México: F.C.E., 1983. p. 49-50. 22 José Antonio Garcia Becerra Por la participacién que tenian en la eleccién del presidente de la republica, los grupos politicos orientaron su actividad a conseguir el dominio sobre las legislaturas de los estados, ademas de tratar de copar los puestos publicos de la federacién. Enarbolando la defensa de la repiiblica federal y de los ideales de la independencia nacional frente a los intentos de reconquista por Espafia y sus adictos en el pais, para finales de 1827 el grupo yorquino habia ya obtenido la preponderancia politica, pero no la econémica. Adernas el poder y el crecimiento numérico de sus par- tidarios, no los condujo a la consolidacién de su presencia, pues ante las elecciones presidenciales de 1828 el grupo se fraccioné. El sector mayoritario y de tendencia mas popular, enemigo radical de los espanoles, postulé a Vicente Guerrero; en tanto el otro sector més moderado brind6 su apoyo a Gomez Pedraza. Escoceses y centralis- tas no dudaron en dar su voto por este tltimo, inclinando asu favor lavictoria electoral. El resultado causé sorpresa entre los partidarios de Guerrero. De las protestas y alegatos en las legislaturas pasaron a la rebelién armada. Para esta rebelién tuvieron que permitir la intervencién de las masas populares y realizar actos como la quema de El Paridn, uno de los centros comerciales mas importantes de la ciudad de México. El apoyo popular les permitié triunfar, momentaneamente. Los sectores tradicionales y los propietarios en general vieron con terror la intervencién de los sectores populares, pues les hizo recordar la presencia de las masas en la revolucién de independencia capitaneados por Hidalgo y Morelos. Esto los llevé a aislar a los radicales yorquinos y quitarle el poder al presidente Guerrero apoyando un golpe de Estado del vicepresidente de la Republica Anastacio Bus- tamante en 1830, instaurando un gobierno conservador. 23 El Estado de Occidente Es enestas condiciones en las cuales debemos ubicar la formacién y divisién del Estado de Occidente, y la derrota del grupo unionista, en su mayoria yorquino. E] proceso anteriormente referido, combiné la in- fluencia de la situacién nacional y las circunstancias particulares que se vivian en la realidad de la entidad occidental. Un enfoque que considerara sélo uno de esos factores seria parcial. 24 José Antonio Garcia Becerra FORMACION DEL ESTADO DE OCCIDENTE LOS ANTECEDENTES La regién noroccidental del México contemporaneo, la cual incluye los territorios de Jo que hoy en dia son los estados de Sonora y Sinaloa, tuvo una conformacién sin- gular en un lapso que duré siglos. -\ partir del momento mismo de la penetracién militar y religiosa que permitié la presencia espafola en la regién, se establecieron vinculos y relaciones que propiciaron estrechos contactos entre uno y otro te- rritorio. Bajo el dominio espafiol, se dieron una serie de cambios y acomodos administrativos que posibilitaron ir conjuntando una regién como resultado histérico de la interaccién de elementos geograficos, econémicos, 25: El Estado de Occidente politicos, culturales, etcétera.!? Porque como lo afirma Angel Bassols Batalla, entendemos que la regién es el resultado de la historia material de la sociedad, "...un hecho socioeconémico sobre una base de cardcter natural." La parte norte de lo que contemporaneamente es nuestra entidad, la originalmente denominada provincia de Sinaloa, sirvié de base material para la conquista y colonizacién del territorio sonorense. Durante la primera época de la Colonia, los te- rritorios antes mencionados, con la denominacién de provincias, estuvieron ligados.a la Gobernacién de Nueva Vizcaya; excepto la region de Culiacén que dependia de la Nueva Galicia. Esta situacién, que de hecho partié en dos regiones diferenciadas estos territorios, ocasioné una serie de problemas y confusiones en el manejo de los asuntos piblicos, lo cual sin duda repercutié en los aspec- tos econdémicosociales. Este estado de cosas fue propiciado por Ja forma peculiar de llevar a cabo Ja penetracion militar en la conquista del nuevo mundo. La provincia de Sonora en sus albores dependié de la de Sinaloa. En 1641 fue separada y se le designé Alcalde Mayor para que atendiera a su gobierno; en 1646 nueva- mente fue incorporada a la de Sinaloa durando esta situecién sdlo dos afos. 19... Véase: Francisco Javier Castellén y Alejandro Nungaray L., "Region y Capitalismo en México: Revisién de Enfoques", mimeografiado, 1984, p. 68s. 20. Angel Bassols Batalla, Hl Noroeste de México, México: UNAM, 1979. p. 108. 21,.- Edmundo O'Gorman, Historia de las divisiones territoriales de México, México: Porrita, 1973, (Coleccién Sepan Cuantos... No.45) p. 10. 22... Francisco Gil Leyva, "Un territorio llamado Sinaloa", en Letras de Sinaloa No. 60, Culiacdn, Sinaloa, México. Marzo-Abril de 1982. p. 25. 26 José Antonio Garcia Becerra En 1734, en acatamiento de la Real Cédula de marzo de 1732, se constituyé el Gobierno de Sonora y Sinaloa, independiente tanto de la Nueva Vizcaya como de la Nueva Galicia. La capital de la Gobernacién se establecié en la Villa de Sinaloa, también denominada de San Felipe y Santiago.?° Para hacer frente a las dificultades que se presen- taban para el gobierno y la buena marcha de los extensos territorios del virreinato de la Nueva Espafia localizados en el septentrién, asi como para tratar de contener la agresividad e incursiones de tribus no reducidas como apaches y comanches; y para poner coto a las pretensiones de otros paises que intentaban apoderarse de territorio de dominio espanol, por Real Cédula de 22 de agosto de 1776, se establecié la Comandancia General de las Provincias Internas de Nueva Espafa.2* (Véase Mapa No. 1). La sede del Comandante General se fij6 en Arizpe, poblacién localizada en la parte norte de lo que actualmente es el estado de Sonora. La comandancia comprendia las provin- cias de Sinaloa, Sonora, Californias, Nueva Vizcaya, Coahuila, Tejas y Nuevo México.*” La ereccién de la Comandancia y Capitania General de las Provincias In- ternas estaba propuesta desde el afio de 1752, pero no pudo llevarse a cabo. El proyecto es reanimado por el visitador José de Galvez en 1768, logrando que en julio del afio siguiente se aprobara por la Corona; sin embargo, no es sino hasta 1776 en que se autoriza oficialmente su instauracién. 23,- Héctor R. Olea, Sinaloa através de sus constituciones, México: UNAM, 1985. p.16 24.. Al parecer existen datos que sefialan que en principio la intencién fue la de crear un nuevo virreinato. 25... Edmundo O'Gorman, Op. cit., p. 17. 26.- [dem, p. 15-16. 27 El Estado de Occidente MATA NE 1 pave Fuente: Edmundo "Gorman José Antonio Garcia Becerra En opinién de Edmundo O'Gorman” las divisiones terrisoriales durante la colonia presentaban una situaci6n cadética. No existia uniformidad, pues pervivian a la misma vez- y sobrepuestas unas a otras, divisiones eclesidsticas, judiciales-administrativas y ad- ministrativas-fiscales. Con ello se generaba lentitud y confusi6n en el manejo de los asuntos ptiblicos. Es asi como. a la vez que existia la division en Provincias Inter- has, en 1788 entré en vigor la Real Ordenanza de octubre de 1786, mediante la cual se decretaba la divisién de la Nueva Espafia en doce gobiernos provinciales con la denominacién de Intendencias. Estas estaban sub- divididas en 4reas geograficas mas pequenas llamadas partidos, cuya administraci6n se encontraba a cargo de funcionarios con el titulo de subdelegados reales. Asi nacié la Intendencia de Arizpe que toma su denominacién de la poblacién donde tenfa su sede la capital de la intendencia, la cual quedé integrada por la unién de lo que entonces eran las provincias de Sonora y Sinaloa. (Véase mapa No. 2). Hs de mencionarse que la referida Intendencia de Arizpe a la fecha de expedicién de la Real Ordenanza de 1786, ya estaba funcionando de hecho, pues durante la visita de José de Galvez éste la instituy6 desde 17712 A propuesta de Galvez, por bula papal, se erigié en 1779 el Obispado de Sonora, dandosele por territorio las provincias de Sonora, Sinaloa y las Californias. Como sede episcopal se designé la ciudad de Arizpe. Fue hasta mayo de 1783 que tomé posesién el primer obispo, Fr. 27. idem, p. 10. 28.- Cabe recordar que a la Intendencia de Arizpe también se le llamaba Intendencia de Sonora. 29... Edmundo O'Gorman, Op. cit., p. 21.

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