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La conferencia 4 y 5 de Foucault tratan sobre la manera de control existente en la sociedad

contemporánea, cómo se manifiesta y el impacto en los individuos. Comienza analizando la


sociedad disciplinaria, otro nombre para contemporánea. (p.81). Para esto, especifica las
prácticas penales que caracterizan a esta sociedad, y menciona que la infracción penal es
una ruptura con la ley y es penalizada con la finalidad de reparación del daño causado en la
sociedad (p.83). Se describen tres tipos de castigos: expresado por la palabra, exclusión y
trabajo forzoso (p.84-85). Luego, la prisión reemplazó estos métodos, con el objetivo de
lograr cambiar al individuo (p.87). Las maneras de penalizar pasaron a ser una forma de
control ejercido por una serie de poderes laterales (p.87-88) y sus funciones eran de
vigilancia y corrección. Esto se relaciona con el panóptico, estructura creada para mantener
una vigilancia constante desde una torre hacia las cárceles que están alrededor (p.89),
debido a que, en la sociedad comienza a existir una vigilancia sin interrupción por figuras de
autoridad que está ejerciendo un poder sobre otros (p.90). Como ejemplo, el texto menciona
las formas de control en Inglaterra, que se caracteriza por lo grupos religiosos que
controlaban la moral, pero también asistían a los individuos (p.93) y en Francia, en donde se
utilizaba las lettre- de- cachet, orden del rey hacia una persona el particular debido a la falta
cometida (p.99). El panoptismo se caracteriza por la vigilancia, el control y la corrección, lo
cual también está presente en la sociedad contemporánea (p.107). A su vez, tiene como
finalidad vigilar a las personas antes que cometan la infracción (p.111). Finalmente, postula
que la prisión es la imagen de la sociedad (p.128), ya que se asemeja al funcionamiento de
distintas instituciones laborales, educacionales, entre otras (p.128)

Expuesta esta síntesis, se procederá a defender la siguiente hipótesis: El poder, más allá
de imponer restricciones, configura realidades en las cuales el individuo se halla
inmerso. El concepto de "realidad" se comprende aquí como el ambiente en que las
personas se encuentran y que influye en su desenvolvimiento en base a ciertos límites.
Dicho término emerge del texto como una inferencia derivada de la conjunción entre los
propósitos de las normativas judiciales y la forma en que el control ejerce influencia sobre
los individuos. Ambos aspectos son agentes limitantes y direccionadores de la vida de las
personas, aunque no de manera absoluta. Así, se argumentará basándose en la constante
vigilancia de los individuos por parte de una serie de poderes laterales y por las mismas
personas. Posteriormente, se examinará la premisa de que el control es capaz de manipular
diversos aspectos del sujeto.

Foucault argumenta que la penalidad, o la forma en que un individuo repara el daño


causado a la sociedad según la ley, se ha transformado en un método de control (p.84).
Este control influye en los límites de lo que las personas pueden o están dispuestas a hacer
(p.87), en efecto, instituciones como la policía, y las psicológicas y psiquiátricas, ejercen
poder con el objetivo de vigilar y corregir a las personas (p.88). Foucault compara esta
dinámica con el panóptico, donde la constante vigilancia desde un punto central hace que
las personas se comporten correctamente al sentirse observadas, incluso sin saber si
realmente hay alguien vigilando (p.89-90). En la sociedad, esto se refleja en la vigilancia
constante ejercida por figuras de autoridad como maestros, psiquiatras y directores de
prisión (p.90).

Las restricciones de los métodos de control no sólo limitan, sino que también definen el
espacio vital y la realidad de los individuos según la manera correcta de comportamiento
estimulado por las restricciones presentes en la sociedad. El incumplimiento de estas
normas puede llevar a sanciones sociales o judiciales. A su vez, esto conlleva que influya
en la moral y valores de las personas. En Francia, se observa una fusión entre el propósito
del castigo judicial y el control de la moralidad cotidiana de las personas (p.101). Esto se
evidencia en las lettres-de-cachet, órdenes del rey hacia una persona en particular a que se
le obligaba hacer algo como castigo (p.99). Este mecanismo era utilizado en todo contexto,
familiar, laboral, entre otros. Se puede concluir que el control no puede ser evadido, y este
influye en las conductas (en base a lo que pueden hacer o no) y en la mentalidad (según lo
que está bien o mal) de las personas, lo que determina la realidad en la que viven.

Por otro lado, el surgimiento de una sociedad industrial, que se caracteriza por la
producción (p.121), ha conllevado a que el tiempo de los hombres sea llevado al mercado e
intercambiado por dinero (p.121). Esto se convirtió en un modo de control con respecto al
tiempo de los individuos, ya que queda al poder de la industria (p.122). A lo largo del siglo
XIX, se intentó disminuir las fiestas y tiempos de descanso y para lograrlo es que fue
creando instituciones para controlar las economías del obrero (p.122). Todo esto permite
que se encuentre a favor del aparato de producción y que funcione de mejor manera
(p.123). Además, las instituciones de secuestro buscan controlar también los cuerpos de los
individuos mediante la adquisición de aptitudes, reformas, cumplir con cualidades,
calificarse como cuerpo para trabajar, entre otros (p.124), de este modo, se convierten en
fuerza de trabajo (p.124). Este mecanismo de control genera el siguiente cuestionamiento
¿hasta qué punto se puede controlar a los individuos?

En relación con lo anteriormente planteado, se observa que la existencia de los individuos


está circunscrita por diversos tipos de control, en particular aquellos ejercidos por
instituciones de secuestro. Estos controles delinean los límites dentro de los cuales las
personas deben operar, especialmente en cuanto a su tiempo y su cuerpo. La industria a la
que pertenece un individuo y las demandas específicas de esta, determinan en gran medida
su desarrollo, fomentando la adquisición de habilidades y características particulares. De
este modo, el control vuelve a desempeñar un papel crucial, estableciendo los límites y
configurando el contexto específico al que los individuos pertenecen.

En conclusión, la formación y el espacio de desarrollo de los individuos están condicionados


y delimitados por el control ejercido. En otras palabras, este control configura una realidad
que abarca diversos ámbitos, incluyendo el laboral, el entretenimiento, la moralidad y
aspectos intrínsecos de la persona. Tanto el poder judicial, como las instituciones de
secuestro juegan un papel fundamental en este proceso, estableciendo y dictaminando lo
que se considera correcto y esperado por la sociedad.

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