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El teatro desde principios del siglo XX hasta 1939: tendencias [la comedia

burguesa, el esperpento, el teatro poético], autores y obras representativas.


- Introducción
La pérdida de las últimas posesiones ultramarinas de España influye de forma determinante en el
teatro de preguerra, puesto que la mentalidad española se orientó hacia el pesimismo, la evasión y el
existencialismo, como queda reflejado en la Generación del 98 o en el Modernismo. En el teatro los temas
profundos y la búsqueda de innovación van a quedar relegados a un segundo plano, ya que lo que interesa
a la mayoría de los autores de este periodo es producir obras comerciales.
- Teatro comercial
Dentro del teatro comercial se dan varias tendencias. Alta comedia es el término con el que se
designa al drama burgués realista. Jacinto Benavente (Los intereses creados), premio Nobel en 1922,
desarrolla una problemática burguesa e introduce una nueva técnica que reduce al mínimo la acción
externa y aumenta la interna. Utiliza a menudo un personaje colectivo y se sirve de la ironía. Escribe un
teatro social y de tesis que incluye obras de salón, rurales, infantiles, de influencia picaresca...
La vertiente modernista intenta llevar al teatro la fantasía poética. Las obras suelen ambientarse
en la Edad Media y existen claras analogías con el drama del XVII. Eduardo Marquina escribió Las
hijas del Cid, un drama histórico que sigue el estilo de las imitaciones románticas de los grandes clásicos
barrocos. También reflejan el influjo modernista Antonio y Manuel Machado, aunque en una línea más
sencilla y popular, como la que se refleja en La Lola se va a los puertos. Pedro Muñoz Seca inventa la
astracanada, parodia del teatro modernista que aparece en La venganza de don Mendo.
La comedia costumbrista utiliza personajes populares, se sustenta en el tema del amor y
aprovecha lo folclórico para conseguir que el pueblo se identifique con la representación. Los hermanos
Álvarez Quintero (Mariquilla) presentan una visión tópica de esa Andalucía del sol, el encanto y la
gracia, a la que el público responde con gran entusiasmo. Carlos Arniches (El santo de la Isidra) se
especializa en el sainete de costumbres: emplea el lenguaje intencionadamente deformado de los
madrileños e inventa modismos que estos acogerán como propios.
- Teatro innovador
Además del teatro pensado para agradar al público, se da un teatro innovador, que trataba temas
difíciles de representar o inadecuados para su explotación comercial.
● Miguel de Unamuno refleja en obras como "El otro" las mismas obsesiones que en el resto de su
obra: la angustia frente a la muerte, la libertad de un ser humano que parece marioneta en las manos de
Dios, la identidad propia, la religión, el sentido de la vida... Su teatro es intelectual y simbolista, se
acerca a los clásicos griegos, pretende que el espectador reflexione y no da demasiada importancia a la
trama o a la escenografía.
● Ramón María del Valle-Inclán presenta en sus “Comedias bárbaras" el brutal mundo rural
gallego. “Divinas palabras" supone la evolución hacia el esperpento, su creación literaria más importante.
Según él, una España deforme como la que habita sólo puede transmitirse al lector con una estética
deformante, patética y grotesca. En el esperpento se mezclan las palabras más elevadas con las más zafias
y los personajes son vistos a la vez como ridículos y admirables. Zarandeados por la desgracia, muestran
tanto su grandeza como su insignificancia. Las situaciones son tan violentas, crueles y absurdas que
provocan simultáneamente risa y llanto. La obra esperpéntica más importante es Luces de bohemia, que
cuenta las peripecias del intelectual Max Estrella y su supuesto amigo, don Latino de Hispalis, durante
una noche de deambular por Madrid. En la obra, bajo el humor, subyace una amargura siniestra. El
inolvidable personaje de Max Estrella es sarcástico, agudo, brillante, y a la vez patético, insignificante y
ridículo.
● Alejandro Casona era maestro de profesión y dio a su obra un marcado carácter educativo.
Elabora un teatro de honda raíz poética que se recrea en los juegos entre la realidad, el sueño y la
fantasía, e intenta reflexionar acerca de la naturaleza humana Nuestra Natacha presenta la historia de
una joven que logra doctorarse en Pedagogía y decide aplicar en una institución penitenciaria de mujeres
sus ideas novedosas, basadas en las de la Institución Libre de Enseñanza.
● Federico García Lorca muestra en su obra las mismas obsesiones que configuraban su poesía: el
destino trágico, el amor imposible, la frustración y la muerte. Su teatro es poético pero no suele recurrir al
verso. Lorca consideraba que en el teatro español clásico residían valores educativos que no se debían
negar a las personas del campo, de modo que, junto con otros idealistas como él, organizó un grupo
teatral, La Barraca, con el que recorrió los pueblos representando a Cervantes, Lope y Calderón. Escribe
farsas para guiñol (Retablillo de don Cristóbal) y para actores de carne y hueso (La zapatera prodigiosa).
Sus dramas son de enorme calidad: Mariana Pineda recupera la figura de una mujer que fue ejecutada en
el siglo XIX por sus ideas liberales y Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores muestra la
paulatina destrucción de una mujer abandonada por su novio, que se niega a reconocer su situación y se
convierte en motivo de burla o compasión en su pueblo. La gran aportación del teatro lorquiano son las
tragedias. Si en las tragedias clásicas el destino venía del exterior (un dios, un oráculo, la ley), en las
suyas viene de las entrañas, del subconsciente. Recuperó la figura del coro griego, pero, en lugar de
separarlo de los personajes, lo integró en sus parlamentos. El personaje que ejerce de coro previene sin
éxito de la catástrofe que se avecina. Bodas de sangre muestra cómo, el mismo día de su boda, la novia
escapa con su antiguo novio, Leonardo. El marido los encuentra y los dos hombres se matan a navajazos.
Mezcla verso y prosa y elementos verosímiles con fantásticos, poniendo, por ejemplo, a la luna como
personaje. Yerma presenta . la angustia de una mujer casada que ansía sobre todas las cosas tener hijos y
no puede. En La casa de Bernarda Alba, tras la muerte de su segundo marido, Bernarda impone a sus
cinco hijas un luto riguroso, que las aísla del mundo. El conflicto entre las mujeres por el amor de Pepe el
Romano provoca la catástrofe. Los temas fundamentales son la opresión, la negación del derecho de una
persona a luchar por sus deseos y la moral hipócrita en la que pesan más las apariencias que la verdad.
Fuera del ciclo de tragedias, El público propone un teatro surrealista, de difícil comprensión para los
espectadores, en el que volverán a aparecer sus obsesiones.
La dramaturgia española de preguerra hubiera resultado de mayor interés si los empresarios se
hubieran atrevido a representar obras como Tres sombreros de copa, escrita por Miguel Mihura en
1932, que anticipaba el teatro del absurdo que luego triunfaría en Europa y permaneció encerrada en los
libros hasta 1952. Sin embargo, el público no parecía preparado para aceptar la innovación y el riesgo, y
el criterio comercial se impuso sobre cualquier otra consideración, lastrando la escena española y
condenándola en muchas ocasiones a la repetición y la vulgaridad.
- Conclusión
El teatro español previo a la Guerra Civil se mueve entre extremos: mientras el espectador común
demanda obras de fácil digestión, una serie de dramaturgos, algunos de insuperable calidad, se empeñan
en innovar y oponerse a los modelos vigentes. Con Valle- Inclán y Lorca nuestro teatro alcanza sus más
altas cotas desde los Siglos de Oro, pero la Guerra Civil cortará de raíz ese progreso y sumirá al género
dramático en una larga crisis de la que aún no se ha recuperado.
El teatro desde 1939 hasta nuestros días: tendencias [teatro de humor, realista
y vanguardista], autores y obras representativas.
- Introducción
El teatro mezcla literatura con espectáculo, lo que lo hace mucho más vulnerable en tiempos de
censura. El régimen dictatorial del general Franco impidió que las obras críticas llegarán a las tablas con
facilidad. En un tiempo en el que el teatro competía con el cine en condiciones desventajosas, resultó
fundamental el papel de los teatros públicos. El teatro oficialista, como el de Pemán, servía para evadirse
de la difícil situación del país y fomentaba los valores morales imperantes.
- Exilio
La Guerra Civil aplasta un teatro que estaba alcanzando sus mayores logros. Muertos Lorca,
Valle-Inclán y Unamuno, otros dramaturgos, como Alejandro Casona, optan por el exilio. Casona era
maestro y dio a su obra un marcado carácter educativo. La dama del alba es un drama con elementos
fantásticos protagonizado por la Muerte, una mujer que se ve obligada a llevarse a quienes le ordenen.
- Teatro humorístico
● Enrique Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro) cultivó el humor del absurdo, la
ironía y la agudeza. Se oponía al humor tradicional y al teatro costumbrista y sentimental. Sus obras
poseen un marcado intelectualismo, pero son capaces de interesar a todo tipo de público. Le gustaba
inventar situaciones inverosímiles y llevarlas al límite para luego solucionarlas de un modo ingenioso. A
menudo introduce asuntos detectivescos y parodia las obras de intriga.
● Miguel Mihura renueva el humor español y anticipa el teatro del absurdo. Su primera y gran
obra, Tres sombreros de copa, escrita en 1932, no llegó a representarse hasta 1952 porque los
empresarios la juzgaban demasiado novedosa, arriesgada e incomprensible. Tras esta mala experiencia,
Mihura decidió renunciar a la innovación y adaptarse a lo que el público y los empresarios demandaban.
Sus siguientes obras, como Maribel y la extraña familia, casi siempre dirigidas por él mismo, buscan un
humor inteligente, satirizan la hipocresía y abordan el tema de la libertad.
- Años 50: teatro social y existencial
En los años 50 una nueva generación de dramaturgos incluyó en sus obras elementos
existenciales y sociales.
● Antonio Buero Vallejo representa una línea de denuncia social denominada posibilista porque
no traspasa las fronteras de lo tolerado por el régimen. Buero intenta, mediante recursos
escénicos, meter al espectador dentro de la conciencia de los personajes. Su mensaje refleja una
profunda confianza en el ser humano y una sincera identificación con los más desfavorecidos.
Historia de una escalera marca una nueva etapa del teatro español al alejarse tanto del teatro
comercial como del teatro innovador de Lorca y Valle-Inclán. Las tres generaciones que habitan
los pisos unidos por la escalera comparten un destino común, puesto que, en el abrumador
ambiente de la España posterior a la Guerra, resulta imposible que puedan prosperar y abandonar
aquel espacio de miseria. Los personajes saben que sus sueños nunca se podrán realizar y son
incapaces de encontrar sentido a su vida. Su lenguaje directo y sencillo aumenta la verosimilitud
de lo representado.
● Alfonso Sastre opta por un teatro más combativo que el de Buero, a quien criticó por su
blandura en la oposición al régimen dictatorial. Comienza con obras existenciales (Escuadra hacia la
muerte) y continúa con obras de realismo crítico (Muerte en el barrio).
- Teatro experimental
A partir de los 60, mientras la tendencia social continúa desarrollándose y autores como Lauro
Olmo (La camiso), pretenden denunciar la injusticia, otro grupo de dramaturgos comienza a escribir obras
de carácter experimental.
● Francisco Nieva (Pelo de tormenta) divide su teatro en dos: el teatro furioso y el teatro de farsa
y calamidad. Ambas tendencias son vanguardistas y de dificil comprensión para el público, pero en la
segunda el argumento es más explícito, el desarrollo más lineal y el lenguaje menos barroco. Nieva utiliza
elementos a los que llama góticos: la magia, el sueño, los personajes románticos.
● Fernando Arrabal (El cementerio de automóviles) escribe un teatro alejado del realismo y
próximo a las ideas surrealistas, al que llama teatro pánico, nombre escogido en homenaje al dios Pan,
cuyas características básicas son el terror, el humor y la simultaneidad. Sus obras rompen con la lógica,
adoptan un lenguaje infantil y carecen en muchas ocasiones de argumentos.
Desde los años 60 se desarrollan grupos de teatro Independiente que representan obras de
autores extranjeros y españoles que no tienen cabida en el círculo comercial. Su escenografía suele ser
muy sobria, bien por elección estética, bien por las precarias condiciones en las que desarrollan su tarea.
A la muerte de Franco en 1975, existían más de cien de estos grupos. Algunos, como Tábano,
desaparecieron; otros, como Los Goliardos, siguen representando en la actualidad.
- El teatro en tiempos de la Democracia
Tras la caída de la dictadura y el fin de la censura se preveía un despegue del teatro, pero no fue
así. El teatro ha ido perdiendo espectadores, los autores contemporáneos apenas han encontrado lugar en
los escenarios y se ha optado por la representación de clásicos. Puesto que los teatros tradicionales no
dejan espacio para la novedad, los textos dramáticos que pretenden transmitir nuevas ideas se han
refugiado en las salas alternativas, a las que acuden casi en exclusiva intelectuales o personas vinculadas
a estas compañías. Las administraciones públicas han invertido una considerable cantidad de dinero en
promover el teatro, con poco éxito, a excepción de la revitalización de los clásicos. En los últimos años,
los musicales, algunos de ellos adaptaciones de Broadway, se han hecho muy populares.
Entre los pocos escritores dramáticos que han alcanzado cierto éxito se encuentra José Luis
Alonso de Santos, que proviene del teatro independiente. La estanquera de Vallecas es una obra
costumbrista, comprometida, con lenguaje familiar, sentido del humor y desenlace trágico. En ella, dos
hombres (un albañil en paro y un joven) atracan un estanco, pero su dueña se resiste. Los atracadores,
acosados por los vecinos y la policía, se ven obligados a encerrarse con la estanquera y su sobrina.
Atracadores y víctimas hablan entre ellos y se dan cuenta de que son víctimas de los mismos problemas
sociales. José Sanchís Sinisterra escribe siguiendo tres líneas básicas: adaptaciones de clásicos, obras
experimentales y dramas históricos. Entre sus obras destaca ¡Ay, Carmela!
- Conclusión.
Tras una etapa de altísima calidad dramática, el teatro posterior a la Guerra Civil tiene que lidiar
con la represión y la censura franquista. Incapaz de superar las trabas, entra en un declive que llega hasta
nuestros días. Entre las causas de esta crisis del teatro, se encuentran la competencia del cine y la
televisión, el alejamiento de ciertas compañías del público, por presentar obras vanguardistas poco
accesibles, y la dificultad de alcanzar rentabilidad económica con el negocio teatral.

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