Está en la página 1de 112

LA HAZON NATURAL

Ó SEA

&A© ajDSÄ© saïïwmW

__ —----- -—
OPUESTAS

A LAS SOBRE NATURALES-

Mz- r y fâ.

Londres: imprenta de inspbik , 1855.


Fi

PREFACIO.

Hay en este mundo una ciencia que tiene


Por objeto cosas incomprensibles. Al con-
rio de todas las otras , no se ocupa mas
de lo que nunca puede llegar á compren­
der. Es un país donde todo sigue leyes opues-
as a as que los hombres están al alcance de
onecer en el mundo que habitan : en esta
gwn maravillosa la luz es tinieblas; la evi-
Í'"“‘ se h dudosa 6|sa>
»e hace ere.ble; ía ra2l)1, es „„„ ¿
y el sentido co.nun >e caml,ia ell ddirio ’
■> ciencia se llama Pao/ogM, y esta teología
S un insulto continuo á la razón humana.
I Uerza (‘e amontonar síes, peros, que
yo , puede ser, se ha llegado á formar un
sistema informe y disparatado, que está en
Posesión de turbar la razón de los hombres,
Pasta el estremo de hacerJog
Freimientos mas claros y de volver incier-
| las verdades mas demostradas: con la
III
I

ayuda de esta gerigonza sistemática, la na­ testabks , no son sino suposiciones aventu­
turaleza entera se ha hecho pata el hombre radas, fingidas por la ignorancia, propaga*
un enigma inesplicable ; el mundo visible das por el entusiasmo sobre la mala fe', adop­
ha desaparecido, para dejar su lugar á re­ tadas por la credulidad tímida, conservadas
giones invisibles ; la razón se ve forzada a' por la costumbre que jamas piensa y respe­
ceder á la imaginación , que es la que está tadas únicamente porque no se entienden:
en posesión de guiar á los países quiméricos unos dice Monlañe, hacen creer al mundo
que ella sola ha inventado. que creen , lo que no creen, otros en ma­
Cuando uno quiere ecsa minar á sangre yor número se lo hacen creer á sí mismos,
fría las opiniones de los hombres, se asom­ no sabiendo comprender siquiera que cosa
bra al ver que en las mismas que miran co­ es creer.
mo mas esenciales, nada es menos común En una palabra, cualquiera que se digne
que verlos hacer uso de la razón; es decir, consultar la razón acerca de las opiniones
de aquella dosis de juicio necesaria para co­ religiosas, y haga este ecsámen con la aten­
nocer las verdades mas sencillas , despreciar ción que se presta comunmente á los obje­
los absurdos mas chocantes, y sorprenderse tos que se juzgan interesantes, notará fácil­
de contradicciones palpables: tenemos un mente que estas opiniones carecen de funda­
egemplo en la teología , ciencia venerada en mento sólido: que toda religión es un edi­
todos tiempos y países por el mayor núme­ ficio formado en el ayre, que Ja teología no
ro de los hombres , objeto que miran como es mas que la ignorancia de las causas na-
el mas importante , útil, é indispensable á turales reducida á sistema ; que no es sino un
la felicidad de las sociedades. En efecto, tejido de quimeras y contradicciones ; que no
por poco trabajo que cualquiera se tome en presenta en ningún pais de los diferentes pue­
averiguar á fondo los principios sobre que blos de la tierra , sino cuentos faltos de ve­
esta supuesta ciencia se apoya, se vé obli­ rosimilitud, cuyo héroe es compuesto de cua­
gado á reconocer que los que juzgaba iucon- lidades imposibles de combinar : su nombre
IV

en posesión de escitar en todos ios corazones periosos, y los arrastra á chocar contra to­
el respeto y el asombro, se hallará que esta dos los que oponen alguna duda á los deli­
palabra de Dios, es lina palabra vaga , que rios que sus cabezas han producido.
los hombres tienen siempre en la boca, sin i Que irresolución cuando se trata de re­
poder atribuirla ideas,.ó cualidades que no solver un problema indisoluble! Meditacio­
sean desmentidas por los hechos, ó que no nes inquietas sobre un objeto difícil de com­
se repugnen evidentemente unas á otras. prender, y que por lo mismo se supone
El conocimiento de Dios, de e'ste ser sin muy importante, no pueden hacer mas efec­
idea, ó por mejor decir, de la palabra bajo to que poner al hombre de muy mal hu­
de la cual se le designa, seria una cosa in­ mor , y producir en su imaginación ecsalta-
diferente, sino causase desolaciones sin nú­ «ones peligrosas. Por poco que el interés,
mero sobre la tierra. Los hombres infatuados la vanidad, y la ambición se junten á estas
de la opinión de que este fantasma es una rea­ disposiciones tristes, es necesario que la so­
lidad muy interesante y necesaria para ellos ciedad se turbe precisamente. He aqui por­
mismos, en lugar de convenir sabiamente
que tantas naciones han sido continuamente
en su incomprensibilidad , acerca de la cual el teatro de las estravagancias, y locuras de
están dispensados de pensar, convienen al algunos delirantes insensatos , que predican­
contrario, que deben estar incesantemente do, ó vendiendo sus especulaciones cabilosas
ocupados en pensar en él, que es menester por verdades eternas, han encendido el en­
meditar sin término, razonar sin fin , y no tusiasmo de los pueblos y de los príncipes,
perderle jamas de vista : la ignorancia inven­ y los han armado unos contra otros por opi­
cible en que están con respecto á ésto, lejos, niones, que les pintaban como muy esencia­
de desengañarlos, no hace sino irritar su cu­ les á la gloria de la Divinidad, y á la feli-
riosidad : en lugar de inducirles desconfian­ dad de los imperios. Se ha visto mil veces
za contra su imaginación , esta ignorancia en todas las partes de nuestro globo fanáti­
misma los hace decisivos, dogmáticos, im­ cos alucinados degollarse unos á otros, en-
vir

cénder hogueras , cometer sin escrúpulo y toridad. El hombre fue una máquina en las
por deber los grandes crímenes, y hacer cor­ manos de sus tiranos y de sus sacerdotes,
rer arroyos de sangre humana , y ¿ para que? pues , ellos, ellos solos tuvieron el derecho
para dar valor , desmentir, mantener , ó pro­ de dirigir sus pasos: fue tratado siempre co­
pagar las conjeturas impertinentes de algu­ mo esclavo, tuvo casi siempre y en todas par­
nos entusiastas , ó por acreditar las bribo­ tes los vicios y el carácter de tal.
nerías de algunos impostores sobre un ser En vano se pretenderá curar á los hom­
que no ecsiste sino en su imaginación, y que bres de sus vicios, si no se empieza por cu­
nó se ha dado á conocer mas que por las de- rarlos de sus desvarios. Mostrándoles la ver­
bastaciones, disputas y locuras que ha cau­ dad es como conocerán sus intereses mas
sado sobre la tierra. seguros, y los motivos verdaderos que de­
ten conducirlos al bien. Bastante tiempo los
Oprimidos los hombres en estremo bajo
el doble yugo del poder espiritual y tempo­ directores de los pueblos han fijado su vis­
ral, los pueblos se hallaron en la imposibi­ ta sobre el cielo, vuélvanla sobre la tierra.
Fatigados de una teología inconcebible , de
lidad de instruirse y de trabajar en su felici­
dad. Así pues la religión, la política y la mo­ abulas ridiculas, de misterios impenetrables,
ral se hicieron los santuarios, en los cuales y de ceremonias pueriles. Ocúpese el espíri­
no fue permitido entrar á los profanos : los tu humano en cosas naturales, objetos inte­
hombres no tuvieron mas moral que aquella ligibles, verdades sensibles, y conocimien -
que sus legisladores y sacerdotes hicieron tos útiles. Disípense Jas quimeras vanas que
obsecan á los pueblos; y bien pronto las opi­
bajar de las regiones desconocidas del empí­
reo. El espíritu humano confuso por sus opi­ niones razonables vendrán por sí mismas á fi-
niones teológicas,, se desconoció á sí mismo, Jyse en las cabezas que se creían destinadas
dudó de sus propias fuerzas, desconfió la es- a error para siempre.
periencia, temió la verdad, despreció la ra­ Para aniquilar, 15 hacer ti tubear las ideas
religiosas ¿ no basta demostrar que lo que
zón , y la dejó por seguir ciegamente á la au-
VIII
ix
es inconcebible para el homnre no puede con­ pintado en todo el mundo como el mas ca­
venirle ? ¿ Es necesaria otra cosa mas que la prichoso, injusto y cruel de los tiranos, cu­
simple razón para hechar de ver que un ser jas supuestas voluntades deben servir de re­
incompatible con los conocimientos mas evi­ gla y de ley á los habitantes de la tierra?
dentes ; que una causa continuamente opues­ Para distinguir los verdaderos principios
ta á los efectos que se la atribuyen ; que un e la moral, los hombres no tienen necesi-
ser del cual no se puede decir una palabra sin ad ni de teología , ni de revelaciones , ni de
caer en contradicción; que un ser, que le­ misterios , ni de Dios , la razón basta ; los
jos de esplicar los enigmas del universo, no hombres no tienen mas que entrar en si mis-
hace mas que volverlos mas inesplicables; mos, refaccionar sobre su propia naturaleza,
que un ser, á quien después de tantos siglos consultar sus intereses sensibles , considerar
los hombres se dirigen en vano para obtener , objeto de la sociedad , y de cada uno de
de él su felicidad y el fin de sus trabajos ¿es os individuos que la componen , y conoce­
necesario, digo, mas que la sencilla razón rán, fácilmente que la virtud es ventajosa , y
para reconocer que la idea de semejante ser el vicio dañoso ales seres de su especie. Dí­
es una idea sin modelo , y que no es evi­ gase a los hombres que sean justos, benéficos,
dentemente el mismo otra cosa que una pa­ moderados y sociables, no porque sus Dioses
labra, un ente de razón? ¿Es necesario mas o ecsigen , si no porque es necesario agra­
que la razón para conocer á lo menos que dar a los hombres ; digámosles que se abs-
es un delirio y frenesí el aborrecerse y ator­ engandelvicio,ydel delito, no porque se-
mentarse unos a otros por opiniones milite- ° ^ast‘g^ en el otro mundo, sino nor-
lioibles sobre un ser de esta especie ? En fin que lo serán en este. Hay, dice Montesquieu,
¿no prueba todo que la moral y la virtud nodos de impedir los delitos , estos son los
son totalmente incompatibles con los cono­ -^ igos : también los hay para mudar las
cimientos de un Dios, á quien sus ministros, costumbres , y son los buenos ejemplos.
é intérpretes por sus miras particulares han or ultimo , la verdad es sencilla , el
•error es complicado, poco seguro c-n sus pa­
LA RAZON NATURAL
sos y lleno de efugios para disimular la ver­
dad : la voz de la naturaleza es inteligible,
3)22 2)2. 2)2©®»
la de la mentira es ambigua, enigmática y
misteriosa; el camino de la virtud es recto, Y DE EOS IIO31 ERES-
el de la impostura torcido y tenebroso; la
verdad siempre necesaria al hombre está al -----—
alcance de todos los entendimientos sabios;
Hay un vasto imperio gobernado por urr
las lecciones de la razón pueden ser seguidas
por todas las almas buenas; los hombres no monarca , cuya conducta caprichosa es muy á
son infelices sino porque son ignorantes; no propósito para confundir los espíritus de sus
son ignorantes sino porque todo conspira a vasallos. Quiere ser conocido, querido, respe­
tado y obedecido , pero no se muestra jamas, y
impedirlos que se ilustren; los hombres no
todo conspira á volver inciertos los conocimien­
son malos, sino porque su razón aun no es­
tos que se podrían formar con respecto á él. Los
tá bastante desarrollada. pueblos sometidos á su poder, no tienen otras
¿Porque, ó teólogos, os autorizáis á que­ ideas sobre el carácter y leyes de su soberano
rer penetrar los misterios impenetrables de invisible que las que le dan sus ministros;
un primer ser que decís vosotros mismos in­ estos convienen sin embargo en que edos mis­
concebible para el espíritu humano? Voso­ mos no tienen ninguna idea de su amo ; que
tros sois los primeros blasfemadores, atribu­ sus vias son impenetrables , y sus miras y ca­
lidades totalmente incomprensibles ; por otjtó
yendo á un ser perfecto , según vosotros, tan­
parte no esta» acordes entre sí acerca de las
tos horrores cometidos con sus criaturas que ha
órdenes que suponen dimanadas del Soberano,
sacado de la nada. Confesad con nosotros, con cuyos órganos se dicen ; las anuncian de dis­
nosotros misinos vuestra ignorancia acerca de tinto modo á cada provincia del imperio: se
un Dios creador, y respetad los misterios que desacreditan unos á otros, y se tratan de falsa­
los hombres parecen indignos de conocer. rios é impostores mutuamente : los edictos y
5
ordenanzas que se encargan de promulgar son continuamente ocupado en hacer y deshacer;
oscuras, y enigmas mal formados para ser en­ después en reparar lo que ha hecho , sin te­
tendidos, ó adivinados por los vasallos, á cuya ner jamas tiempo de estar contento con su
instrucción, se les lian destinado. Las leyes del obra. En todas sus empresas no se propone
monarca oculto necesitan de intérprete; pero mas que su propia gloria ; pero no llega á ser
los que las esplican están siempre en disputa glorificado. No trabaja sino por la felicidad de
entre sí sobre el modo verdadero de entender­ sus vasallos y estos en general carecen de to­
las. Lo que es mas, no están de acuerdo con­ do lo necesario. Aquellos , á quienes parece
sigo mismo ; todo lo que cuentan de su oculto que favorece, son por lo común los menos sa­
príncipe , no es sino un tejido de contradiccio­ tisfechos de su suerte; se les ve casi todos con­
nes ; no dicen una sola palabra que al golpe no tinuamente alborotados contra un Señor, cuya
se halle desmentida. Se le llama soberanamen­ grandeza no cesan de admirar, alabar la sa­
te bueno, y sin embargo no hay nadie que dé­ biduría, adorar la bondad, temer la justicia,
je de lamentarse de sus decretos: se le supo­ y reverenciar las ordenes que no cumplen ja­
ne infinitamente sabio , y en su administración mas. Este imperio es el mundo; el monarca
todo parece ir en contra de la razón y del sen­ es Dios, sus ministros los Sacerdotes , y sus va­
tido común. Se alaba su justicia , y los mejores sallos los hombres.
de sus vasallos son generalmente los menos fa­ ¿ Como el entendimiento humano infestado
vorecidos. Se asegura que lo ve todo , y su pre­ por medio de fantasmas asombrosas, y condu­
sencia nada remedia. El es, se dice, amigo del cido por hombres interesados á perpetuarlos en
orden, y todo en sus estados se halla en con­ su ignorancia y sus temores ha de haber hecho
fusión y desorden. Lo hace todo para si mismo, progresos ? Se ha forzado al hombre á vegetar
y los resultados corresponden raramente á sus en su estupidez primitiva; no se le ocupa sino
proyectos. Lo prevee todo, pero no sabe pre­ con poderes invisibles, de los cuales se supone
caver cosa alguna. Lleva impacientemente las depende su suerte; únicamente ocupado en sus
ofensas y per lo mismo pone á cada individuo recelos y delirios incapaces de entenderse, es­
en estado de que las baga. Se admira su sabidu­ tuvo siempre al arbitrio de sus sacerdotes , que
ría y sus perfecciones en sus obras , y están se reservaron el derecho de pensar por él y de
llenas de defectos, son de poca duración : está arreglar su conducta.
4 5
Asi' el hombre fue' y quedo' siempre un ni­
ha descargado ,el golpe los mosquitos y los des­
ño sin esperiencia, un esclavo sin valor, un es-
varios vuelven á revolotear y toman otra vez
Ya tupido que teñía raciocinar , y que no supo ja­
en las cabezas el lugar de que se creía haber­
mas salir del laberinto en que le habían meti­
los desterrado para siempre.
do sus antecesores: se creyó obligado á gemir
A pesar de las enfermedades, los disgustos,
bajo el yugo de sus Dioses, que no conocio'si­
y las miserias que el hombre se ve' obligado á
no por los cuentos fabulosos de sus ministros;
sufrir en este mundo; á pesar de los peligros
estos después de la opinión han quedado hechos
que su imaginación alarmada le crea en otro,
sus dueños; ó bien le han entregado sin defensa
tiene sin embargo la locura de creerse el favo­
al poder absoluto de los tiranos no menos ter­
rito de su Dios, el objeto de todos sus cuyda-
ribles que sus Dioses, de quienes se hicieron
dos y de todos sus trabajos. Se imagina que el
representantes sobre la tierra.
universo entero se ha hecho para e'i; se titula
La religión pasa de padres á hijos, lo mis­
con arrogancia Rey de la naturaleza, y se co­
mo que los bienes de familia con sus cargas.
loca en un lugar muy superior al de los demas
Cada uno recibe de sus padres y de sus maes­
animales. ¡ Pobre mortal! ¿sobre que puedes
tros, el Dios que ellos mismos han recibido de
fundar tus altaneras pretensiones? Sobre tu al­
los sujos; pero según su temperamento propio
ma dices, sobre la razón de que gozas, y so­
cada uno le acomoda , le modifica y le pinta á
bre tus facultades sublimes que te ponen en es­
su modo.
tado de egercer un imperio absoluto sobre los
Todos los principios religiosos son asuntos
seres que te rodean ¡ Pero de'bil y orgulloso sobe­
de pura imaginación, en la que la esperiencia
rano del mundo ! ¿ puedes estar seguro un ins­
y el raciocinio jamas tuvieron parte alguna. Se
tante de la duración de tu reynado? ¿ No bas­
hallan muchas dificultades para impugnarlos,
tan y aun sobran los menores atomos de la ma­
porque la imaginación una vez preocupada con
teria que desprecias para arrancaite á cada ins­
quimeras que la maravillan ó ecsaltan , es inca­
tante de tu trono y privarte de la vida? ¿En fin
paz de raciocinar. El que pelea contra la reli­
el rey de los animales no acaba siempre por ser
gión y sus fantasmas con las armas de la ra­
pasto de los gusanos?
zón, se parece á un hombre que se sirve de
Nos hablas de tu alma , ¿pero sabes lo que
una espada para matar mosquitos ; así que se
es tu alma ? ¿ No ves que esta alma no es otra
6 7
cosa que el conjunto de tus órganos de que re­ fias tienen como muchos mortales una imagi­
sulta la vida? ¿Negarás pues una alma á los nación turbada que los hace temer no solo la
otros animales que viven , piensan , juzgan , muerte, sino también los tormentos eternos de
comparan, buscan el placer, huyen del dolor que la creen seguida ?
como tu , y que muchas veces tienen órganos ¿ Son necesarios esfuerzos poderosos de la
que les sirven mejor que á tí los tuyos ? Nos miaginacion para conocer que lo que es supe­
alabas tus facultades intelectuales, pero estas fa­ rior al hombre no es hecho para él; que lo que
cultades, que te hacen tan orgulloso , ¿te hacen es sobrenatural no es hecho para seres natu­
por ventura mas feliz que las otras criaturas ? rales, y que los misterios impenetrables no son
¿ Haces muchas veces uso de esta razón de que Para espíritus limitados? Si los teólogos son de­
te alabas, y que la religión te manda despre­ masiado fatuos para disputar entre si sobre ob­
ciar ? ¿ Estas bestias que desprecias porque son jetos que reconocen ininteligibles para ellos mis­
dinas débiles, ó menos astutas que tu, están mos, ¿debe tomar la sociedad parte en sus lo­
sujetas á las pesadumbres, las penas de espí­ cas disputas ? ¿es preciso que corra la sangre
ritu , á mil pasiones frívolas, y á mil necesida­ de los pueblos para dar valor á las conjeturas
des imaginarias, de que tu corazón es continua­ de algunos delirantes testarudos ? Si es muy di­
mente presa? ¿Son como tu atormentadas por ■ fícil curar á los teólogos de su mania , y á los
lo pasado, alarmadas por el futuro? Unicamen­ pueblos de sus preocupaciones, alómenos es muy
te limitadas á lo presente , que tu llamas su ins­ fácil impedir que la estravagancia de los unos
tinto^ y yo su inteligencia , ¿ No las basta para I y la necedad dé los otros produzcan efectos per­
su conservación, defensa y proveer todas sus ne- I niciosos. Sea permitido á cada uno pensar co­
cesidades? ¿Este instinto, de que hablas con i mo quiera ; pero jamas se le permita daíiar por
desprecio, no les sirve muchas veces mejor que í su modo de pensar. Si los gefes de las nacio­
á ti tus niara villosas facultades ? ¿no les es mas! nes fuesen mas justos y sensatos , las opiniones
ventajosa su ignorancia pacífica, que las medi­ teológicas no interesarían mas la tranquilidad
taciones estravagantes , y las indagaciones fú­ pública que las disputas de los físicos, de los
tiles que te hacen desgraciado, y por las cua­ médicos, de los gramáticos y de los críticos. La
les deliras hasta el estremo de asesinar á los! tiranía de los príncipes es la que hace que las
seres de tu especie tan noble ? ¿ En fin esas bes- disputas teológicas tengan consecuencias dema-
8 9
siado serias para los estados. Cuando dejen de niciosas que las de este malvado que se cree ins­
meselarse en la teología , las disputas de los teó­ pirado por un espíritu divino.
logos no serán de temer. ¡ Sacerdotes, vosotros nos gritáis sin cesar
Haya, ó no ecsistido un Dios, haya ó no que los designios de Dios son impenetrables, quev
hablado, los deberes morales de los hombres sus vías no son las nuestras, que sus pensa­
serán siempre los mismos, mientras tengan la mientos no son los nuestros, que es una locu­
naturaleza que les es propia, es decir , mientras ra quejarse de su administración, cuyos mo­
que sean seres sensibles. ¿ Los hombres tienen. tivos y resortes nos son absolutamente descono­
pues necesidad de un Dios, á quien no cono­ cidos ; que es una temeridad tachar sus juicios
cen, de un legislador invisible, de una reli­ de injustos, porque son incomprensibles para
gión misteriosa y de temores quiméricos, pa­ nosotros. Pero ¿ no veis que hablando en este
ra comprender que todo esceso se dirige eviden­ tono, destruís con vuestras ¿propias manos to­
temente á destruirlos, que para conservarse es, dos vuestros profundos sistemas, que no tienen
preciso abstenerse de él, que para hacerse amar otro fin que el de esplicarnos las vias de la divi­
de los otros es necesario hacerles bien, y que nidad que decis impenetrables1! ¿Estos juicios,
hacerlos mal es un medio seguro de atraerse su estas vias y designios, los habéis vosotros pene­
odio y su venganza ? trado? Si conocéis el plan de Dios que admiráis,
¡Porque fatalidad, los fundadores de todas mientras que muchos le hallan poco digno de un
las sectas han dado á sus Dioses los caracteres ser justo, y razonable , no digáis que es impe­
mas feroces y que causan horror á la naturale­ netrable. Si le ignoráis como nosotros, usad de
za ! ¿Se puede imaginar una conducta mas abo-| alguna indulgencia, para con los que confiesan
minable que la que da Moyse's á su Dios paráj ingenuamente que nada comprenden, ó nada ven
con los Egipcios cuando este asesino va fiera-i en él de divino. Cesad de perseguir por opiniones
mente á declarar en nombre y por crden de su que vosotros no entendéis, cesad de despedazaros
Dios que Egipto será atormentado con las ma­ unos con otros por sueños y conj eturas que todo
yores calamidades que pueden suceder sobre la muestra contradecirse. Idabladnos de cosas inte­
tierra ? De todas las diferentes ideas que senos ligibles para el hombre , y no nos habléis de las
quieren dar de un ser supremo , de un creador fias impenetrables de un Dios sobre las cuales
y conservador del hombre , no las hay mas per- no hacéis masque tartamudear y contradeciros.
10 í 11
j sus pasiones. De buena fe, en el mas nu-
TODA RELIGION ES UN FANTASMA I meroso y mas devoto pueblo ¿hay muchas ca­
imaginario. lzas capaces de saber los principios de su sis­
tema religioso, y que le hallen el vigor nece-
Íua ecsistencia de un Dios es la base de ' «ano para sofocar sus inclinaciones perversas ?
toda religión. Pocos parecen dudar de esta Muchos nos dirán que es mejor tener un
ecsistencia; pero este artículo fundamental es reno cualquiera que sea, que no tener algu­
precisamente el mas á propósito á contener to­ no. Pretenderán que si la religión no refrena al
do espíritu que piensa. La primera pregunta naayor numero, sirve para contener algunos in­
de todo catecismo ha sido y será siempre la mas dividuos , que sin ella se entregarían al crimen
i difícil de resolver. “n remordimientos. Sin duda es necesario un
La ignorancia y el temor , be aquí los fun­ reno a los hombres, pero no imaginario: son
damentos de toda religión. La incertidumbre precisos frenos efectivos y visibles, temores ver-
en que el hombre se encuentra con respecto á su aderos, mas propios para contener que los ter­
Dios , es precisamente el motivo que le liga á rores pánicos y las quimeras. La religión solo
su religión. El hombre en la oscuridad teme supone terrores á algunos espíritus pusilánimes
tanto á lo físico como á lo moral : su temor due la debilidad de su carácter hace ya poco
se hace habitual, y se convierte en necesidad; Ítemibles a sus conciudadanos. Un gobierno equi-
creería que le faltaba alguna cosa sino tuviese ativo, leyes severas, y una muy sana moral
nada que temer. lff>ponen respeto á todos igualmente : á lo me-
La religión solamente para el pueblo es un nos nadie hay que no este precisado á creer en
vano aparato de ceremonias, que sigue por cos­ o y que no conozca el peligro que hay de
tumbre , que divierte su vista , que mueve li­ no conformarse.
geramente su espíritu entorpecido , sin influir En asunto de religión los hombres no son
sobre su conducta y sin corregir sus costum­ °7a cosa que unos niños grandes. Cuanto mas
bres ; según el dicho mismo de los ministros surda y llena de prodigios, mas influencia
del altar, nada es mas raro que esta religión d quiere sobre ellos, el devoto se cree obliga.
interior y espiritual, que por si sola es capas 0 a no poner ningún término ásu credulidad;
de arreglar la conducta del hombre y triunfar '-uanto mas inconcebibles son las cosas, mas di-
15
12 vahan temblando. ¿Son débiles y temerosas?
vinas le parecen; cuanto mas increíbles, mas arrastran este yugo durante su vida ; envejecen
mérito se figura que hay en creerlas. temblando ; ó almenos viven rodeadas de incer­
Todo hombre que piensa se hace bien pron­ tidumbres que las oprimen.
to incrédulo , porque el raciocinio le prueba Los Sacerdotes han hecho de Dios un ser
que la teología es un tejido de quimeras, que i tan feroz y tan propio para acongojar, que hay
la religión es contraria á todos los principios muy pocos hombres en el mundo, que no de­
de la razón , y que imprime una marca de seasen en el fondo de su corazón que este Dios
falsedad en todos los conocimientos humanos. no ecsistiese. ¡ Oh devotos! adoráis un Dios ter­
El hombre sensible se hace incrédulo porque rible , muy bien , le aborrecéis; quisierais que
ve que la religión lejos de hacer mas felices á no ecsistiese. ¿ Se puede no desear la ausencia
los hombres, es el primer origen de los mayo­ ó la destrucción de un Dios cuya idea solo sir­
res desórdenes, y de las perennes calamidades ve para atormentar al espíritu? Estos son los ne­
con que es afligida la especie humana. El hom­ gros colores de que se valen los sacerdotes pa.
bre que busca su bien estar y su propia tran­ fa pintar la divinidad, los cuales indignando los
quilidad , ecsamina su religión , y se desenga­ corazones obligan á los hombres á aborrecerla
ña , porque halla tan incómodo como inútil, el y despreciarla.
pasar su vida temblando delante de fantasmas Los que nos ponderan tanto la importancia
que solo son hechas para espantar á mugerzue- y utilidad de la religión, deberían mostrarnos
las, ó muchachas. muy bien los felices efectos que produce, y las
Si alguna vez el libertinage que no racioci­ ventajas que las disputas y especulaciones abs­
na , conduce á la irreligión , el hombre arregla­ tractas de la teología pueden proporcionar álos
do en sus costumbres puede tener motivos muy , ganapanes, los arsesanos, los labradores, los
legítimos para ecsaminar su religión , y dester-1 truhanes, las mugeres y á tanto sirviente cor­
rarla de su espíritu. Demasiado débiles para po­ rompido de que vemos llenas las grandes ciu­
ner freno á los malos , en quienes el vicio ha dades. La gente de esta especie todas tienen re­
liechado profundas raíces, los terrores religio-1 ligión ; tiene lo que se llama la fe del carbone-
sos afligen, atormentan , y oprimen imaginació-' ro; sus curas creen por ellos, siguen al pare­
nes inquietas. ¿ Tienen las almas valor y fuer­ cer la creencia desconocida de sus guías, oyen
za ? bien pronto sacuden un yugo que solo lie- í 2
4
15
continuamente los sermones, asisten por lo co­
no de la sabiduría y de la felicidad; la física,
mún á las ceremonias ; creerían cometer un gran
la moral, la legislación , y la política son enig­
delito si quebrantasen alguna de las ordenan­
mas para ellos. El hombrea causa de sus preo­
zas , a las cuales se les lia dicho se conformen
cupaciones religiosas se halla en la imposibili­
desde su infancia. ¿ Que bien resulta para las
dad de conocer su propia naturaleza, de cultivar
costumbres de todo ello. Ninguno. Ellos no tie­
su razon y de hacer esperiencias: teme la ver­
nen idea alguna de la moral, y se les ve per­
dad cuando no conviene con sus opiniones. To­
mitirse todas las bribonerías, fraudes, rapiñas 1
do conspira á hacer devotos á los pueblos, pe­
y escesos que la ley no castiga.
ro todo se opone á que sean humanos, razona­
El pueblo, en realidad ninguna idea tiene
bles y virtuosos. La religion solo parece tener
de su religión; lo que llama religión solo es
por objeto oprimir el corazón y el espíritu de
una ciega inclinación á opiniones desconocidas
los hombres.
ó misteriosas. En el hecho, quitar la religión
La cosa mas importante para los hombres
al pueblo, es como si no se le quitase cosa al­
es aquella que les es absolutamente imposible
guna. Si se llegase á hacer vacilar ó curar sus
de comprender. Si Dios es incomprensible pa­
preocupaciones, no se baria mas que disminuir,
ra el hombre , parece razonable no pensar en
ó aniquilar la confianza peligrosa que tiene en
comprenderle ; pero la religion dice finalmente
sus guias interesadas, y enseñarle á desconfiar
que el hombre no puede dejar de pensar en él
de aquellos, que con pretesto de religión le con­
Un instante sin cometer un delito.
ducen muchas veces á los mas funestos efectos.
Preguntad á un filosofo cristiano ¿ cual es
Bajo el pretesto de instruir y de ilustrar á
d origen del mundo ? Dios ha creado el uni­
los hombres, la religión los retiene realmen­
verso, responderá.—¿Que cosa es Dios ?—No se
te en la ignorancia y los quita basta el deseo
sabe.—¿ Que es crear ?-No se tiene idea de ello.-
de conocer los objetos que mas le interesan.
¿Cual es la causa de la peste, de las hambres,
Para los pueblos no ecsiste otra regla de con­ délas guerras, de las inundaciones, de las se­
ducta sino la que á sus curas les acomoda in­
quías , y de los terremotos ?-La cólera de Dios—
dicar. La religión da margen para todo; pero
¿Que remedios oponer á estas calamidades ?—
siendo tenebrosa, es mas propia para alucinar Rogativas , sacrificios, procesiones, ofrendas y
á los mortales, que para guiarlos por el cami­
ceremonias, son, se nos dice , los verdaderos
medios de aplacar la cólera celeste —¿Porque el encargado de conducirle al otro mundo.
cielo está enfurecido ?--Porque los hombres son ¿Como se ha podido llegar á persuadir ;í
perversos.—¿ Porque lo son ?--Porque su natu­ seres razonables, que la cosa mas imposible de
raleza se corrompió.—¿Cual es la causa de es­ comprender, era la mas esencial para ellos?
ta corrupción!-»-Es dirá también un teológico Consiste en que se les ha intimidado mucho ; y
europeo, porque el primer hombre seducido Que Cuando se tiene miedo se deja de raciocinar:
por la primera muger comió de una camuesa, Que se les ha encargado sobre todo desconfíen
a la cual su Dios le habia prohibido tocar.— de su razón : y que cuando el sentido está tur­
¿ Quien movió á la muger á hacer tal tonte­ bado , se cree todo , y no se ecsamina cosa
ría ?- -El diablo.—¿ Pero quien ha creado el dia­ alguna.
blo ?—Dios.—¿ Y porque Dios ha creado ese dia­ Si en la economía de todas las relaciones di­
blo destinado á pervertir el género humano?— vinas me quejo de no reconocer ni la sabidu­
No se sabe, es un misterio oculto en el seno ría * ni la bondad , ni la equidad de un Dios;
de la divinidad. si sospecho de la bribonería , de la ambición y
Los teologos sin duda han tenido sus razo­ de las miras de interés en los grandes persona-
nes para hacer el alma inmortal; tenian nece­ ges que se han interpuesto entre el cielo y no­
sidad de almas y de desvarios para poblar las sotros, se me asegura que Dios ha confirmado
imaginarias regiones que han descubierto en la por medio de milagros ruidosos la misión de los
otra vida. Almas materiales habrían estado su­ que han hablado de su parte. ¿ Pero, no era mas
jetas á la disolución lo mismo que los cuerpos; sencillo mostrarse, y esplicarse él mismo ? Por
luego, si los hombres creyesen que todo debía °tra paite, si tengo la curiosidad de ecsaminar
perecer con ellos , los geógrafos del otro mun­ estos milagros . veo que son cuentos faltos de
do perderían seguramente el derecho de guiar verosimitud, anunciados por personas sospecho-
sus almas á esta mansión desconocida , ningu­ sas que tenian el mayor interés en hacer creer á
na utilidad sacarían de las esperanzas con que otros que el’oseran los enviados de Dios.
los entretienen, de los terrores con que tie­ La teología podría con justo título llamar­
nen huen cuidado de oprimirlos. Si lo futuro se la esencia de las contradicciones. Toda reli­
no es útil para el ge'nero humano, á lo menos gión no es mas que un sistema imaginado pa­
lo es en estremo para aquellos que se han ra conciliar conocimientos inconciliables. Con
18
19
el ausilio de la costumbre y del terror se llega
á afirmarse en los mayores absurdos, aun cuan­ motipos por los cuales se ha
do ellos son los mas claramente aventurados' obligado á los hombres á adaptar la credulidad
Todas las religiones son fáciles de impregnar, religiosa.
pero muy difíciles de desarraigar. La razón nada
puede contra la costumbre , que se hace , como Todo sistema religioso no puede estar fun­
dicen una segunda naturaleza. Hay, por otra dado mas que sobre la naturaleza de Dios y
parte , muchas personas sensatas , que , aun des­ del hombre, y sobre las concesiones que sub­
pués de haber ecsaminado los ruinosos funda­ sisten entre ellos; pero para juzgar de la rea­
mentos de su creencia, vuelven sin embargo á lidad de estas concesiones, es necesario tener
despreciar las razones mas fuertes. alguna idea de la naturaleza divina ; todo el
Todos los conocimientos humanos se han mundo nos grita sobre que la esencia de Dios
adelantado y perfeccionado , cual mas, cual es incomprensible para el hombre, al mismo
menos. ¿ Porque fatalidad la ciencia de Dios no tiempo que no cesa de sefialar atributos á este
ha podido jamas aclararse? Las naciones mas Dios incomprensible , y de asegurar que él hom­
civilizadas y los raciocinadores mas profundos bre no puede prescindir de conocer á este Dios
están , con respecto á esto , en el mismo esta­ imposible de concebir.
do que las naciones mas salvages , ó los rús­ Cualquiera que se haya formado ideas ver,
ticos mas ignorantes; y aun mirando la cosa daderas de la ignorancia, de la crueldad, de la
de mas cerca , hallaremos que la ciencia divi­ negligencia y de la tontería del vulgo, tendrá
na á fuerza de desvarios y sutilezas no ha he­ siempre sus opiniones por mas sospechosas cuan­
cho sino obscurecerse cada vez mas. Hasta to mas generalmente establecidas. Los hombres
aqui toda religión no se funda sino en lo l por lo común nada ecsaminan ; se dejan con­
que se llama en la lógica Peticiones de prin­ ducir ciegamente por la costumbre y la autori­
cipio $ ella supone arbitrariamente , y prue­ dad : sus opiniones religiosas son sobre todo
ba en .seguida por las suposiciones que ha aquellas que menos valor y capacidad tienen
hechp. de ecsaminar ; como nada comprenden se ven
obligados á callar, ó á lo menos llegan muy
pronto al fin de sus discursos.
20 21
Preguntad á todo hombre del vulgo si cree dicho, era para ellos la solución de todos los pro­
en Dios. Se maravillará de que podáis dudar­ blemas. Los hombres por lo común se condu­
lo. Preguntadle en seguida que entiende por cen con la misma falta de razón. En asunto
la palabri de Dios, le pondréis en el mayor de religión , un cura, un sacerdote, o' un fray-
embarazo; notaréis al instante que es incapaz le ignorante, se hacen dueíios de los pensamien­
de unir ninguna idea efectiva á esta palabra que tos. La fe consuela la debilidad del espíritu hu­
repite sin cesar: él dirá que Dios, es Dios, y mano , para el cual la aplicación es comunmen­
hallaréis que no sabe lo que piensa , ni los mo­ te un trabajo muy penoso: es mucho mascó-
tivos que tiene para creerlo. modo referirse á otros que ecsaminar por si mis­
Cuanto menos luces y razón tienen los hom­ mo : este ecsamen siendo lento y difícil, disgus­
bres , mas celo muestran por su religión. En ta igualmente á los ignorantes estúpidos, y a
todas las facciones religiosas las mugeres movi­ las imaginaciones demasiado vivas : heaquisin
das por sus directores, muestran un gran celo duda porque la fe tiene tantos partidarios sobre
por opiniones de que es evidente que no tienen la tierra.
idea alguna. En las disputas teológicas , el pue­ Dos causas parecen concurrir para entrete­
blo se abalanza como un animal feroz sobre ner á los hombres en la negligencia y descuy-
todos aquellos contra quienes sus sacerdotes do que muestran cuando se trata de ecsaminar
quieren escitarle. Una ignorancia profunda, una sus opiniones religiosas. La primera, es la de­
crueldad sin límites, una cabeza débil, una sesperación de penetrar en la oscuridad preci­
imaginación alarmada son los materiales con sa de que toda religión está rodeada aun en sus
que se fabrican los devotos, los celosos por primeros principios, no es propia sino á desa­
la religión , los fanáticos y los santos: ¿como lentar y disgustar espíritus perezosos que no sien­
hacer entraren razón á personas que no tienen do en ellas mas que un caos, la juzgan impo­
sible de desenredar. La segunda, es que cada
otro principio que el dejarse guiar, sin jamas
ecsaminar cosa alguna? Los devotos y el pue­ nno se promete no dejarse oprimir demasiado
blo son entre las manos de sus conductores es­ por los preceptos severos de ella , que todo el
pirituales autómatas que dirigen á su modo. mundo admira la teoria , y muy pocos se ocu­
Los discípulos de Pitagoras daban una fe pan de la práctica. Muchas gentes tienen su re­
ligión como antiguos títulos de familia , que ja-
implítica á la doctrina de su maestro: el lo ha
2*
22 23
mas se lian tomado el trabajo de ecsaminar superstición. Leucipo,Democrito, Epicuro, Stru-
pero que los conservan en sus archivos para bus­ ton , y algunos otros griegos se han atrevido á
carlos en caso de necesidad. rasgar el espeso velo de la preocupación, li­
El devoto no reflecciona jamas, y se guar­ bertar la filosofía de las trabas teológicas. Pero
da muy bien de raciocinar. Todo lo cree sin sus sistemas demasiado sencillos y sensibles, de­
ecsamen ; sigue solo la autoridad, y muchas ve­ masiado faltos de lo maravilloso para imagina­
ces una conciencia errónea le hace un santo de­ ciones amigas de quimeras, se vieron obliga­
ber de cometer el mal. El incrédulo raciocina, dos á ceder á las fabulosas conjeturas de Pla­
consulta la esperiencia , y la prefiere á la preo­ tón, Sócrates y Zenon. Entre los modernos Nob -
cupación. Si ha racionado justamente, su con­ bes, Espinosa, Bay le, etc. han seguido la mar­
ciencia se ilustra, y halla motivos para hacer cha de Epicuro , pero su doctrina halló muy po­
bien, mucho mas reales que el devoto, que no cos sectarios en un mundo demasiado alucinado
tiene otros que sus quimeras, y que nunca es­ con fábulas para escuchar la razón.
cucha la razón. ¿Los motivos del incrédulo no En ningún tiempo se pudo sin un peligro
son demasiado poderosos para contrabalancear eminente apartarse de las preocupaciones que la
ó igualar sus pasiones ? ¿ es tan limitado para Opinión habia hecho sagradas. No se permitió
desconocerlos mas efectivos intereses que deben hacer descubrimiento en asunto alguno; todo
contenerle ? Muy bien , será vicioso, y malo , lo que los hombres mas ilustrados han podido
pero en este caso no será mejor ni peor que tan­ hacer , ha sido hablar con palabras encubiertas,
tos hombres crédulos, que á pesar de la religión y muchas veces por una vil complacencia ligar
y de sus preceptos sublimes, no dejan de ob­ vergonzosamente la mentira con la verdad. Mu­
servar una conducta que esta misma religión chos tuvieron una doble doctrina, oculta la una
condena. ¿Un asesino crédulo es menos de te­ y descubierta la otra; habiéndose perdido la
mer que otro asesino incrédulo ?¿ un tirano muy clave de aquella, sus verdaderos sentimientos
devoto es por eso menos tirano que otro inde­ se hacen muchas veces ininteligibles, y por con­
voto ? secuencia inútiles para nosotros.
Algunos filósofos antiguos y modernos han Aquel que desde su infancia se ha acostum­
tenido el valor de tomar la esperiencia y la ra­ brado á temblar siempre que oye pronunciar
zón por guias, y librarse de las cadenas de la ciertas palabras, tiene necesidad de ellas y la
25
tiene de temblar; por lo mismo está mas dis­ ma de no poler raciocinar sobre lo que nos di­
puesto á escuchar al que le entretenga con sus cen, no disminuye en nada nuestra confianza,
temores., que al que tratase de sacarle de ellos. y contribuye muchas veces á aumentar nues­
El supersticioso quiere tener miedo, su imagi­ tro respeto por sus opiniones.
nación se lo ecsige ; se diría que no temía co­ Los doctores del género humanóse condu­
sa alguna tanto como no tener de que temer. cen muy prudentemente, enseñando á los hom­
El cerebro del hombre es sobre todo en la bres sus principios muy religiosos, antes que es-
infancia una cera blanda , propia para recibir ten en estado de distinguir lo verdadero de lo
todas las impresiones que se quieren hacer en falso, o la mano derecha de la izquierda. Se­
ed : la educación le suministra casi todas sus ria tan difícil alucinar la razón de un hombre
opiniones en un tiempo en que es incapaz de de cuarenta años con las opiniones disparatadas
juzgar por si mismo. Creemos haber recibido que se nos dan de la divinidad, como dester­
de la naturaleza , o’ haber traído al nacer, las rar estas mismas opiniones de la cabeza de un
ideas verdaderas o falsas que en una edad tier­ hombre que estuviese imbuido en ellas desde
na nos han imbuido en nuestra cabeza. Y es­ su mas tierna infancia.
ta persuasión es una de las mayores causas de La naturaleza, decís, es totalmente ines-
nuestros errores. La ilusión contribuye á cimen­ plicable sin un Dios. Es decir, que para espli-
tar en nosotros las opiniones de los que han car lo que entendéis bien poco, teneis necesi­
estado encargados de nuestra educación : los dad de una causa que no entendéis absoluta­
creemos mucho mas hábiles que nosotros ; los mente. Pretendéis aclararlo que es oscuro, re­
suponemos muy convencidos de las cosas que doblando la oscuridad. Creeis deshacer un nu­
nos ensenan. Tenemos la mayor confianza en do, haciendo otros muchos. ¡Físicos entusiastas!
ellos; con los cuidados que se toman de noso­ Para probarnos la ecsistencia de uu Dios, co-
tros cuando nos hallamos en estado de no po­ . piad tratados completos de batanica, entrad en
der ayudarnos nosotros mismos, los juzgamos un detalle muy diminuto de las partes del cuer­
incapaces de enganarnos. He aquí los motivos po humano ; elevaos á las regiones del ayre pa­
que nos hacen adoptar mil errores, sin otro ra contemplar la revolución de los astros: ba­
fundamento que la religiosa palabra de los jad en seguida sobre la tierra para admirar el
que nos han educado : la prohibición mis- curso de las aguas; quedaos en estasis delante
26
de las mariposas , de los insectos, de los pólipos
( animalillos marinos de muchos pies.) y de los
LA TEOLOGIA CRISTIANA HACE REPRESENTAR
atomos organizados, en los cuales creeis hallar
la grandeza de vuestro Dios: pues todas estas un papel muy ridiculo á la divinidad.
cosas no pi'obaran su ecsistencia, solamente prue-
ban que carecéis de las ideas que debiais tener- Nada mas estravagante que el papel ridiculo,
de la inmensa variedad de las materias y de que en todo pais hace la teología representar
los efectos que pueden producir las combina* á la divinidad'; si la cosa fuese efectiva estaría
clones diversificadas hasta lo infinito, cuyo to* el hombre obligado á ver en ella el mas capri­
do reunido, es el universo. Esto probará que ■ choso é insensato de los seres. Lo estaría a creer,
ignoráis lo que es la naturaleza ; que no tenéis 1 que Dios no ha hecho el mundo sino para que
idea alguna de sus fuerzas, cuando la juzgáis sea el teatro de sus guerras vergonzosas con sus
incapaz de producir una multitud de formas y criaturas; que no ha creado angeles, hombres,
de seres, de los cuales vuestros ojos, aun ar­ demonios espíritus malignos, sino para tener ad­
mados de microscopios , no pueden ver jamas versarios contra quienes ejercer su poder. Los
la menor parte. En fin , probará que á falta de deja en libertad de ofenderle , bastante malig­
conocer agentes sensibles, ó posibles de cono­ no para desconcertar sus proyectos, y muy obs­
cerse, hallaréis mas fácil recurrir á una pala-1 tinado para no reconciliarse jamas : todo ello por
bra, bajo la cual designáis un agente, del cual I tener el placer de enfadarse , aplacarse, recon­
os será siempre imposible formaros alguna idea ciliarse , y reparar el desorden que han causa­
verdadera. do. Habiendo formado de una vez sus criatu­
¡ Sabios! estudiad la naturaleza y sus leyes, ras tales cuales debian ser para agradarle; que
y cuando podéis en ella buscar la acción de las de trabajos no se hubiera escusado la divinidad,
causas naturales, no recurráis á las sobrenatu-.■ ó alómenos de que apuros no hubiera sacado
rales, que lejos de aclarar vuestras ideas, no ’ á sus teólogos.
harán más que oscurecerlas cada vez mas , y po- ¡ Criando seres mas perfectos que los hombres,
ñeros en la imposibilidad de entenderos vosotros parece que Dios jamas ha conseguido su fin, ni
mismos. tampoco dado mayores pruebas de su perfección.
¿No vemos en muchas religiones angeles yes-
29
pnitus puros amotinados contra su seíior, y que seguir una carrera que puede conducirlos á los
aun han pretendido echarle de su trono? Dios suplicios mas horribles por su Bolencia y du­
se ha propuesto la felicidad de los angeles y de ración.
los hombres, y jamas ha podido hacer felices Algunos viajeros aseguran que en un rin­
á los hombres, ni á los angeles : el orgullo, la cón del Asia, reina un Sultán lleno de capri­
malicia, los pecados, y las imperfecciones de las chos, y en estremo absoluto en el cumplimien­
criaturas se han opuesto siempreá las voluntades to de sus mas disparatadas voluntades. Poruña
del criador perfecto. rara manía, este príncipe pasa su tiempo sen­
Toda religión está visiblemente fundada so- tado á una mesa sobre la cual hay tres dados
b re el principio, que el hombre propone y Dios y una trompetilla. Una de las puntas de la me­
dispone. Todos los teologos del mundo nos mués* sa está cubierta de montones de oro destinados a
tran un combate desigual entre la divinidad por escitar la codicia de los palaciegos, y del pue­
una parte, y sus criaturas por otra. Dios no blo de que el Sultán esta rodeado: esté cono­
saca jamas el mejor partido; á pesar de todo ciendo la debilidad de sus vasallos , les habla
su po ler, no puede conseguir hacer las obras sobre poco inas ó menos del modo siguiente :
de sus manos tales como quisiera. ¡Por col­ Esclavos, os quiero Lien-, mi bondad se propone
mo de absurdo , hay una religión que pretende enriqueceros y haceros á todos felices. ¿Veis
que Dios mismo ha muerto ajusticiado para re­ estos tesoros? muy bien : para vosotros son-, tra­
parar la raza humana, y a pesar de su muerte tad de ganarlos-, uno tras otro tome la trom­
los hombres no son los que Dios desearía! petilla y los dados; el que tenga la felicidad
Trayendo á los mortales á la vida á que de hacer tres suertes de a seis para cada una,
cruel y peligroso fuego no los obliga la divinidad será dueño del tesoro ; pero os prevengo que el
a jugar í* Arrojados al mundo sin su anuencia; s■ que tenga la desgracia de no sacar el número
provistosde un temperamento deque nosondue- ' , señalado, será encerrado para siempre en un
nos; animados por pasiones y deseos inheren­ I oscuro calabozo ; en donde mi justicia ecsige-
tes á su naturaleza; espnestos á lazos, que no I que sea quemado á fuego lento. Sobre este dis
tienen la fuerza de evitar; impelidos por acon­ curso del monarca, los asistentes consternados
tecimientos que no han podido prever, ni pre­ se miran unos á otros; ninguno quiere esponer-
venir, los humanos infelices se ven forzados á Be á aventurar una suerte tan arriesgada : Que
50 51
dice entonces el Sutan encolerizado, nadie se | guardado muy hienda llegar á sus límites ; prin­
presenta a jugar, ¡o^ ! esto no me es convenien­ cipió primeramente por esparcir fábulas que
te ; mi gloria ecsige que se juegue: jugaréis vendió como verdades sagradas, dio á luz la
pues yo lo quiero, obedeced sin replicar. Con­ poesía que llenó la im aginacion de los pueblos
viene observar que los dados del déspota están de sus pueriles ficciones; los entretuvo con sus
preparados de tal modo que de cien mil juegos,' Dioses y sus hechos increíbles; en una pala­
no hay quien gane uno ; asi el generoso monar­ bra la religión trató siempre á los hombres co­
ca tiene el placer de ver su prisión bien pro­ mo nidos, á quienes adormecía con cuentos
vista , y sus riquezas rara vez ganadas. Morta­ que sus ministros querrían continuar haciéndo­
les , este Sultán es vuestro Dios, sus tesoros los pasar por verdades incontestables.
son el cielo, su calabozo el infierno, y voso­ Si se quisiese creer á los partidarios de la
tros teneis los dados. religión, nada podría esplicarse en el mundo sin
Según los conocimientos teológicos, Dios se ella ; la naturaleza sería un continuo enigma ,
parecería a un tirano que habiendo hecho sa­ el hombre estaria imposibilitado de compren­
car los ojos al mayor número de sus esclavos, los, derse á sí propio. Pero en el fondo, ¿ que es
encerrase en un calabozo, en donde para diver­ lo que esta religión nos esplica? Cuanto mas
tirse, observaria de incógnito su conducta por se ecsamina, se halla que sus nociones teológicas
una trampa, á fin de tener ocasión de castigar' solo son á propósito para embrollar todas nues­
cruelmente a todos aquellos que andando se tras ideas; todo lo cambia en misterios: nos
tropezasen con los otros; pero que recompen­ esplica cosas difíciles por medio de cosas im­
saria magnifieamente el pequeiío número de posibles. ¿Atribuirlas cosas á agentes descono­
aquellos á quienes hubiese dejado la vista , por cidos, potestades invisibles é inmateriales, es
haber tenido la habilidad de evitar el encuen-1 esplicarlas ? ¿ Queda el espíritu humano bien
tro de sus camaradas. Tales son las ideas que^ enterado , cuando en un apuro envía á los
el dogma de la predestinación gratuita nos da profundos tesoros de la sabiduría divina, so­
de la divinidad. bre los cuales se le repite sin cesar que echa­
1 or poco trabajo que cualquiera se tome rá en vano sus miradas temerarias? ¿La natu­
en seguir la historia del género humano, re­ raleza divina , de la cual nada se compren­
conocerá sin dificultad que la teología se ha de, puede hacer comprender la del hombre
52
que es ya por sí tan difícil de esplicar? á la muerte. Decir que Jesucristo nos ha li­
i Doctores sagrados ! nos repetís á cada ins­ brado del pecado, ¿ no es decir que un juez ha
tante que la naturaleza del hombre se ha per­ concedido perdón á un reo, cuando vemos que
vertido ; nos gritáis que toda carne ha corroin- le envía al suplicio ?
pido su vid-^ nos decis que la naturaleza solo ¿No son los teológos estrados charlatanes?
nos da inclinaciones desarregladas. En este ca-! Cuando no pueden adivinar las causas natura­
so acusáis á vuestro Dios, que no ha podido, les de las cosas, intentan las que llaman sobre­
ó no ha querido que esta naturaleza conserva­ naturales , se figuran espíritus, causas ocultas,
se su perfección primitiva. Si esta naturaleza se agentes inesplicables, ó por mejor decir pala­
ha corrompido , ¿ porque Dios no la ha repa­ bras mucho mas oscuras que las cosas que se
rado ? Al punto el cristiano me asegura que la esfuerzan á esplicar. Atengámonos á la natura-
naturaleza humana se ha reparado ■ que la za cuando queramos dar razón de sus fenóme­
muerte de su Dios la ha establecido en su in­ nos ; ignorémos las causas demasiado sutiles
tegridad. ¿ De donde , pues le replicaré, infe­ para ser concebidas por nuestros órganos, y
cstémos persuadidos que en saliendo de la na­
rís que la naturaleza humana, á pesar, de la
turaleza , jamas hallaremos la solución de los
1/
muerte de un Dios está todavía depravada?
¿Luego murió inútilmente ? ¿ Que se lia hecho problemas que nos presenta.
su poder, y la victoria que alcanzó sobre el Si la religión estuviese clara tendria mucho
diablo, si es que el diablo conserva aun el im­
perio que ha ejercido siempre en el mundo ?
menos atractivo para los ignorantes. Necesita
oscuridad, misterios, prodigios, asombros, fá­ J
La muerte , según la teología cristiana, es bulas, y cosas increibles que hagan trabajar
la pena del pecado. Esta opinión es conforme continuamente su imaginación. Las historietas,
á aquellas de algunas naciones negras y salva­ los cuentos disparatados, los escritos delirantes;
jes, que se imaginan que la muerte de un hom­ y de los hechiceros, tienen mucho mas atrac­
bre es siempre efecto sobrenatural de la cólera tivo para los hombres vulgares que las historias
de los Dioses. Los cristianos creen firmemente verdaderas.
que Cristo los ha libertado del pecado, mien­ Los especuladores que se imaginan , ó quie­
ren hacernos creer que el universo todo se ha
tras que están al alcance de ver que en su reli­
hecho para el hombre, se hallan muy emba-
gión como en las otras el hombre está sujeto
34 35
razados cuando se les pregunta ¿en que pue-L dos y perversos? Solo echando de sí estas nubes
den contribuir al bien estar de los hombres tan­ y fantasmas, descubriremos el origen de lo ver­
to animal dañoso que sin cesar infesta nuestra dadero, de la razón , de la moral, y los mo­
mansión ? ¿Que ventaja conocida resulta al ami­ tivos reales que deben inducirnos á seguir la
i virtud.
go de los Dioses de ser picado por una vívo-
ra, o por un mosquito, devorado por los pió-’ La religión jamas ha hecho mas que llenar
jos y pulgas, y hecho pedazos por un tigre de tinieblas el espíritu del hombre, y tenerle
etc.? ¿no hablarian todos estos animales con en la ignorancia de sus verdaderas relaciones,
tanta razón como nuestros teólogos si preten­ de sus efectivos deberes, y de sus incontesta­
diesen que el hombre se habia hecho para ellos ? bles intereses. ¿Hay una locura mas deplorable
Aunque los hombres se maten en repetir­ Que aquella que lejos de causar bien al género
nos que su Dios es infinitamente bueno , es humano, no hace mas que cegarle , causarle
evidente que en el fondo nada pueden creer. delirios de cabeza y hacerle miserable, pri -
¿ Gomo amar lo que no se conoce ?¿ como amar i vándola , de la verdad que es la única que pue­
un ser cuya idea no es á propósito mas que pa­ de suavizar el rigor de su muerte ? Esta re­
ra causar inquietud y turbación ? ¿ como amar ligión nos da los remedios al revés sobre las
un ser de quien todo lo que se dice conspira á ’ causas de nuestros males , y sobre los reme­
hacerle soberanamente odioso ? dios naturales que podríamos aplicar á ellos:
¿ Hay cosa maS aflictiva que ver la felici­ lejos de curarlos, muy al contrario solamente
dad pública y particular depender de una cien- ' puede agravarlos, multiplicarlos, y hacerlos
cia fútil, falta de principios, que jamas tuvo «tasdesagradables. Digamos, pues , y con ra­
base sino en la imaginación , en forma , que so­ zón con un célebre moderno : La teología es
lo presenta al espíritu palabras faltas de sentí« ! caja de Pandora, y si no es posible cer­
do ? ¿ En que puede consistir la utilidad tan de­ rarla , alómenos es muy útil advertir que esta
I caja tan fatal está abierta.
cantada de una religión, que nadie puede com­
prender , que atormenta sin cesar á los que tie­
nen la sencillez de ocuparse en ella , que es in­
capaz de hacer mejores á los hombres, y que
muchas veces les hace un mérito de ser injus-
36

nuestro globo, que en materia de religión, los


LA DIVERSIDAD DE LAS RELIGIONES hombres se miran unos á otros con el mayor
prueba la falsedad de todas. aborrecimiento y desprecio. Los partidarios de
las diversas sectas se tienen recíprocamente por
Todos los pueblos hablan de un Dios, pe-, muy ridiculos y locos, los misterios mas res­
ro ¿ están de acuerdo sobre él ? no; la división petados en una religión, son motivo de escar­
sobre una opinión no prueba su evidencia; an­ nio, mofa, y rjSa en otra. Habiendo tenido á
ñien Dios revelarse á los hombres , hubiera de­
tes es una señal de incertidumbre y oscuridad.
bido á lo menos hablarles á todos un mismo
¿ Está siempre el hombre acorde consigo mis­
lenguage , y dispensar su débil imaginación del
mo sobre los conocimientos que se ha formado
embarazo, en que se halla para buscar cual
de su Dios ? No ; esta idea varia con las vicisi­
tudes que su máquina esperimenta ; otra señal Pueda ser la religión verdaderamente dimana­
da de él, ó cual es el culto mas agradable á sus
de incertidumbre. Los hombres están siempre)
ojos.
de acuerdo con los otros, y consigo mismos so­
Un Dios universal habria debido revelar una
bre las verdades demostradas : en cualquiera
r«hgion universal. ¿ Porque fatalidad se hallan
estado que se hallen, á menos de estar faltos
’antas religiones diferentes sobre la tierra? ¿cual
de juicio, todos conocen que dos y dos son
es la verdadera, entre el gran número de los
cuatro; que el sol alumbra; que el todo de
que pretenden solo con esclusion de todas las
una cosa es mayor que una parte sola de ella;
ras • Hay motivos mas que suficientes para
que la justicia es un bien ; que es necesario
^eer que ninguna goza esta ventaja; la di vi-
hacer bien, para merecer la estimación de los
mn y Jas disputas en las opiniones son las se-
hombres; que la injusticia y la crueldad son
31a es indudables de incertidumbre y de la os­
incompatibles con la bondad. ¿ Están acordes
curidad de los principios de que dimanan.
lo mismo cuando hablan de Dios ? Todo lo que
& la religión fuese necesaria á todos los
piensan, ó dicen al golpe está destruido por
Orn res, debería ser inteligible para todos: si
los efectos que quieren atribuirle.
1^ , re^gion les fuese la cosa mas importante,
La divinidad se ha revelado de un modo
¿ ondad de Dios parece ecsigiria que fuese
tan poco conforme en los diversos parage« de
e todas las cosas la mas clara , mas eviden-
----- —----- —

58 59
te, y mas demostrada
aemusirauti para ¿
cuu¡>. ¿No
pata ellos. aso. . cen los unos contra los otros. Un cristiano ha*
es uvom-
bróso ver que esta cosa tan esencial para la | Ha que el alearan, es decir , la revelación di-
salvación de los mortales, es precisamente la i Vlna anunciada por Malioma, es un tegido de
que entienden menos, y sobre la cual han dis­ sueííos y delirios impertinentes, y de impos­
putado tanto sus doctores hace muchos siglos/ turas injuriosas á la divinidad. El mahometa­
Jamas los sacerdotes de una misma secta han f no por su parte trata al cristiano de idólatra
llegado á estar conformes entre si, sobre el mo­ 7 «e perro ; no ve sino absurdos en su religión
do de entender las voluntades de un Dios, que se imagina tener derecho para t conquistar su
ha tenido á bien revelarse. Pa’s ■> y forzarle con la espada en la mano á
El mundo que habitamos puede ser coto-I recibir la religión de su divino profeta ; cree
parado á una plaza pública, en cuyos difieren-| s°bre todo que nada es mas impío y falto de
tes puntos se han repartido muchos charlata-1 razón que el adorar un hombre ó creer la Tri­
nes, desacreditando los remedios que venden .nidad. El cristiano protestante, que sin escrú-
sus compañeros. Cada puesto ó tienda tiene sus| Pulo adora un hombre , y cree firmemente el
parroquianos, persuadidos que solo en ella £« Itusterioincomprensible de la Trinidad , sebur-
hallan los buenos remedios; á pesar del uso con- ^del cristiano católico , porque este cree á de-
tinuo que hacen de ellos, no notan que no se 11133 el misterio de la Trausustanciacion le tra­
alivian, ó que están tan'enfermos como los que ta de loco , de impío , de ido'Iatra, porque se
corren en pos de los charlatanes de otra tieu acodilla para adorar un pedazo de pan , en el
da. La devoción es una enfermedad de la ima­ eual cree ver al Dios del uuiverso. Los cristia­
ginación contraida en la infancia ; el devoto nos de todas las sectas están de acuerdo en mi-
un hipocondriaco que aumenta su mal a fuerz’ rar como tonterías las encarnaciones del Dios
de remedios. El sabio no toma ninguno, guar>¡ los Judáios Fisnout-, sostienen que lasóla en-
da un buen
1 régimen,
„ . deja obrar á la natirJrnaeion verdadera es la de Jesús hijo del
y
I JJ»os del universo y de la muger de un carpin-
raleza. __ , Ji¡ tftrrt .i • . v .
A la vista de un hombre sensible, nada pa' ^ro. El deísta que se dice sectario de una reli-
rece mas ridiculo que los juicios, que los par £10Ib que supone ser de la naturaleza, contento
tidarios igualmente interesados de las difereu c°n admirar un Dios, de quien no tiene idea al-
tes religiones de que la tierra está poblada , M SUna, se toma el permiso de mofarse de to-
40 41
dos los otros misterios enseñados por todas las cristianos tienen horror de la superstición pa­
religiones del mundo. gana, china y mahometana ; los católicos ro­
Dios ha hablado de distinto modo á cada pue­ manos tr°tan de impíos á los cristianos protes­
blo del globo que habitamos. El Indio no ciee tantes; estos declaman sin cesar contra la su­
una palabra de lo que ha dicho el Chino, e' perstición romana. Todos tienen razón. Ser im­
Mahometano mira como fábula lo que ha di- ‘ pío es tener opiniones injuriosas de un Dios que
cho el Cristiano, el Judío mira al Mahome­ se adora: ser supersticioso, es tener ideas fal­
tano y al Cristiano como corruptores sacrile­ sas. Acusándose mutuamente de supersticiosos,
gos de la ley santa que su Dios había dado a los diferentes religionarios , se parecen á una
sus padres, el Cristiano orgulloso con su reve-l bandada de jorobados que se hechan en cara
lacion mas moderna , condena igualmente al unos á otros su formación viciosa.
Indio, al Chino , al Mahometano , y hasta al Son claros los oráculos que la divinidad ha
Judío , de quien recibió sus libros santos. reve!ado á las naciones por medio de sus dife­
• Quién tiene razón ? Cada uno grita, yo , ca­ rentes enviados. '¡ Ha ! no hay dos hombres que
da uno alega las miomas pruebas, cada un° los entiendan del mismo modo : los que los es-
nos habla de sus milagros, de sus adivinos, & PÜcan á los otros jamas están de acuerdo entre
sus profetas, de sus mártires, el hombre sen S1> para curarlos se acude á interpretaciones,
sato les responde que todos deliran: que Dio1 comentarios, alegorías y glosas; se descubre
no ha hablado : si es verdad que es espírit» sentido místico bien diferente del sentido lite-
que no puede tener boca ni lengua: que e> rol. Son necesarios hombres por todas partes
Dios del universo podría, sin tomar el o'rgani Pora aclarar las voluntades de un Dios, que no
l‘a querido esplicarse claramente á aquellos á
de los mortales inspirar á sus criaturas lo qu'
quisiera que aprendiesen, y que como ellas ig? Quienes quería instruir. Dios prefiere siempre
noran igualmente por entero lo que deben peí1' servirse del órgano de algunos hombres, á quie­
sar sobre Dios, es evidente que no ha queriJ1 nes se puede sospechar de haberse engañado
instruirlas de ello. ellos mismos, ó de haber tenido motivos para
Los partidarios de los diferentes cultos q1" juerer engañar á los otros.
se ven establecidos en este mundo T se acusa' Cada pueblo se alaba de aderar al solo, al
unos á otros de supersticiosos e impíos. D vtrctadero Dios, al Dios universal, al sobera­
45
no de toda la naturaleza. Pero cuando se llega á te incompatibles con las preocupaciones reli­
ecsaminar este monarca del mundo, se halla giosas.
que cada sociedad, cada secta, cada partido, El deista nos grita : guardaos bien de ado­
ó cabala religiosa, no hace de este Dios tan rar el Dios caprichoso y feroz de la teología,
poderoso, sino un Soberano mezquino, cuyos el mío es un ser infinitamente sabio y bueno ,
cuidados' y bondades solo se estienden sobre un el padre de los hombres , el mas suave de los
pequeño número de individuos que pretenden soberanos, el que colma el universo de sus be­
tener ellos solos la ventaja de gozar de sus fa­ neficios : pero le diré : ¿ no veis que todo des­
vores , y que de modo alguno se cuida de los miente en este mundo las bellas cualidades que
demas. dais á vuestro Dios ? En la familia numerosa
Los fundadores de las religiones, y los sa-, de este tierno padre solo veo desgraciados ; ba­
cerdotes que la sostienen , se han propuesto vi­ jo el imperio de este soberano tan justo , veo
siblemente separar las naciones que han doctri­ 61 crimen victorioso, y la virtud abatida; en
nado de tolas las demas; quisieron separar su medio de estos beneficios, que alabais, y que
rebaño con señales distintas: dieron á sus ad- vuestro entusiasmo solo quiere notar , yo veo
herentes Dioses enemigos de los otros Dioses, una multitud de males de toda especie , de los
cultos, dogmas, y ceremonias diferentes , se cuales os abstenéis en apartar la vista. Obli­
persuadieron sobre todo que las religiones de gado á reconocer que vuestro Dios tan bueno,
los otros eran impías y abominables. Con este contradiciéndose á sí propio, distribuye el bien
indigno artificio , estos picaros ambiciosos se y el mal con la misma mano , os veis obliga­
apoderaron esclusivamente del espíritu desús dos para justificarle á enviarme, como el cu­
sectarios, los hicieron insociables, y mirar como ra á las regiones de la otra vida. Inventad otro
proscriptos á todos aquellos que no tenian un? Dios que el de la teología, porque el vuestro
culto, é ideas conforme á las suyas. He aqui co­ es tan contradictorio como el suyo : un Dios
mo la religión ha llegado á cerrar los corazo­ heno de equidad, en cuyo imperio la inocen­
nes, y desterrar para siempre el afecto que el cia es casi siempre oprimida : un Dios perfecto
hombre debía tener para con sus semejantes. que solo produce obras imperfectas y miserables;
La sociabilidad, la indulgencia , la humanidad, ¿ tal Dios y su conducta no son tan grandes mis­
primeras virtudes de toda moral, son totalmen- terios como el de la Encarnación?
44 45
Por poco que se fije la vista sobre la his­
toria se hallan uniformidades entre toda las re­ LA RELIGION EN LOS HOMBRES
ligiones de los hombres. Se ve á las diferentes
es casual.
supersticiones tomar unas de otras, sus sueños
abstractos y sus meditaciones. Las religiones son La religion es un asunto de costumbre y
per lo común rapsodias informes combinadas de moda ; es preciso hacer como los otros. Pe­
por nuevos doctores, que, para hacerlo, se han ro entre tantas religiones que vemos en el mun­
valido de los materiales de sus predecesores, do ¿ cual de ellas se debe escoger ? Este eesámen
reservándose el derecho de añadir, ó quitar seria muy penoso y largo ; es preciso, pues ate­
lo que conviniese á sus miras presentes. La re­ nerse á la religion de sus padres, á la de su
ligión sobre todo entre los modernos, apode­ país-, y á la del príncipe, que tiene la fuerza
rándose de la moral, ha oscurecido totalmen­ á su disposition ; esta religion debe ser la me­
te sus pricipios. Ha hecho á los hombres inso­ jor. La casualidad sola, decide la religion de
ciables por deber , los ha obligado á ser inhu­ un hombre y de un pueblo: los franceses serian
manos para con toáoslos que no pensaban co­ en el dia de hoy tan musulmanes como cris­
mo ellos. Las disputas teolo'gicas igualmente tianos, si sus antepasados en otro tiempo no
ininteligibles para los dos partidos encarnizados hubiesen rechazado los esfuerzos de los Sar­
unos contra otros, han perturbado los imperios, racenos.
causando revoluciones , ha hecho perecer los El nacimiento del hombre én ninguna ma­
Soberanos, y desolado la Europa entera. Estas nera pende de su elección, no se le ha pregun­
miserables disputas no han podido apagarse ni tado si quería ó no venir al mundo-. La natu­
aun en rios de sangre. Después de la estincion raleza no le ha consultado sobre el país y pa­
del paganismo los pueblos se impusieron como dres que le ha dado. Sus ideas adquiridas, su s
una obligación religiosa el entrar en frenesí to­ conocimientos verdaderos ó falsos, son frutos
da? las veces que se viese disputar alguna necesarios de la educación que ha recibido, de
opinión que sus sacerdotes creyesen contraria á la cual no ha sido árbitro. Sus pasiones y sus
la sana doctrina. deseos son consecuencias necesarias del tempe­
ramento que la misma naturaleza le ha dado,
V de las ideas que le han inspirado. Durante to-
47
do el curso de su vida sus voluntades y accio­ en su oscuro origen , se hizo poderoso, y cruel
nes son determinadas por sus conecciones, usos, bajo los emperadores cristianos, que impelidos
negocios, placeres, conversaciones, pensamien­ de un santo celo , le estendieron maravillosa­
tos involuntarios, en una palabra, por una mente en su imperio á fuego y sangre, y lo
multitud de acontecimientos que están fuera elevaron sobre las ruinas del paganismo des­
del alcance de su poder. Incapaz de preveer truido. Mahoma y sus succesores, ayudados por
lo futuro, no sabe lo que querrá ni hará en la providencia, ó por mejor decir por sus eje'r-
el instante mismo que debe seguir á aquel en citos victoriosos llegaron en poco tiempo á ha­
quien se halla. El hombre llega á su fin sin que cer desaparecer la religión cristiana de una par­
desde el momento de su nacimiento , hasta el te del Asia, del Africa, y de la Europa mis­
de su muerte haya estado libre un solo instante. ma : entonces el Evangelio se vio' obligado á
Si se juzga de las intenciones de la provi­ ceder su puesto al Alcorán.
dencia por los acontecimientos y revoluciones En todas las facciones ó sectas , que por es­
de este mundo , es preciso creer que se mues­ pacio de un gran numero de siglos han des-
tra muy indiferente sobre las diversas religio­ pedezado á los cristianos, la razón del mas fuer­
nes que vemos en la tierra : por espacio de mu­ te fu¿ siempre la mejor ; las armas y la volun­
chos miles de años, el paganismo, el politeís­ tad de los príncipes decidieron solamente de la
mo y la idolatría , han sido las religiones del doctrina mas útil para la salvación de las nacio­
mundo ; se asegura ahora que durante este pe­ nes. ¿No se podría inferir de aquí, ó que la di­
ríodo de tiempo, los pueblos mas florecientes vinidad toma muy poco interes en la religión de
no han tenido la mas leve idea de la divinidad, los hombres, ó que se declara siexnpre en fa­
idea que sin embargo se dice tan necesaria a vor de las opiniones que convienen mejor á las
todos los hombres. Los cristianos pretenden que potestades de la tierra; en fin que cambia dos
á escepcion del pueblo judío, es decir, de un sistemas cuando aquellas tienen la voluntad de
puñado de bribones, el género humano ente­ cambiarlos ?
ro vivía en la mas crasa ignorancia de sus de­ Un rey de Massacar, fastidiado de la ido­
beres para con Dios, y no tenia mas que no­ latría de sus padres, tuvo un dia el antojo de
ciones injuriosas delamagestad divina. El cris­ dejarla. El consejo del Monarca delibero' lar­
tianismo, nacido del judaismo, muy humilde go tiempo para saber si se llamarían doctores
48 49
cristianos, ó mahometanos. En la imposibili­ Culto de los Dioses romanos. El Dios de Maho-
dad de escoger la mejor de las dos religiones, ma ha conseguido hechar al Dios de los cris-
se resolvió hacer venir á un mismo tiempo mi­ tianos de una gran parte de los estados que ocu­
sioneros de una y otras, y abrazar la doctrina paba en otro tiempo.
de los que tuviesen la ventaja de llegar los pri­ En la parte oriental del Asia hay un vas­
meros: no se dudaba que Dios que dispone de to territorio muy floreciente , abundante, y po­
los vientos dejase de esplicar por este medio blado en estremo , gobernado por leyes tan sa­
sus voluntades: los misioneres de Mahoraa ha­ bias que los conquistadores mas feroces las han
biendo sido los mas diligentes, el rey con su pue­ adoptado con respeto. Este es la China. A es-
blo se sometió á la ley que el mismo se había cepcion del cristianismo que fue desterrado como
impuesto; los misioneros de Cristo fue'ron des­ peligroso, los pueblos siguen las supersticiones
pedidos por la falta de su Dios, que no les per­ que mas les acomoda, mientras que sus man­
mitió llegar á tiempo. Dios permite evidente­ darines ó magistrados desengañados mucho
mente que la casualidad decida de la religión de tiempo hace de la religión popular, solo se ocu­
los pueblos. pan en velar que los banzos ó sacerdotes no se
Siempre los que gobiernan deciden infali­ valgan de esta religión para turbar el sosiego
blemente de la religión de los pueblos. La ver­ (fel estado; sin embargo no se ve que la pro­
dadera religión no es jamás sino la del Sobe­ videncia reuse sus beneficios á una nación , cu­
rano; el verdadero Dios es el que él quiere que yos gefes toman tan corto interés en el culto
se adore ; la voluntad de los Sacerdotes que go­ que se les da , los chinos gozan por el contra­
biernan al príncipe se hace siempre la volun­ tío de un bien estar y un reposo dignos de ser
tad de Dios. Un chistoso ha dicho con razón , envidiados por tantos pueblos crédulos, fatuos
que la religión verdadera es siempre aquella d devotos , á quienes las diversas religiones aso-
que tiene de su parte al soberano y al verdugo. anly destruyen continuamente.
Los emperadores y los verdugos han sostenido Por poca atención con que se lea la histo­
largo tiempo los Dioses de Roma contra el Dios ria, se verá que el cristianismo, humilde al
de los cristianos; este habiendo atraído á su Principio , se ha insinuado en las naciones sal-
partido los emperadores, sus soldados, y sus Vages y libres de la Europa , haciendo enten­
verdugos ha conseguido hacer desaparecer el der á sus gefes que sus principios religiosos fa-
51
vorecian al despotismo , y ponian un poder ab­
soluto en sus manos. Vemos en consecuencia LA CARIDAD DE LA TEOLOGIA.
principes bárbaros convertirse con una prontitud
maravillosa, es decir, adoptar sin ecsámen un Cuando se da en cara á los teólogos con la
sistema tan favorable á su ambición , y haceij esterelidad de sus virtudes teologales nos ala­
todos sus esfuerzos para hacerles abrazar á sü> ban con entusiasmo la caridad, este amor tier­
súbditos. Si los ministros de ésta religión ha11 no del prójimo de que el cristianismo hace un
modificado después muchas veces sus principa deber esencial á sus discípulos.Pero , ¡ ali ! ¿ que
serviles, es porque la teoría no influye sobre | sehace esta supuesta caridad cuando se trata de
la conducta de los ministros del Señor cuando! eesáminar la conducta de los ministros del Se­
conviene á sus intereses personales. ñor? Preguntarles si es preciso amar á su pró­
Los sectarios de una religión que predica! jimo , ó hacerle bien , cuando es un impío, un
aunque solo en la apariencia , la caridad , 1’ berege, un incrédulo, es decir, cuando no pien­
concordia y la paz, se han mostrado mas fe' sa como ellos? ¿Preguntarles si es preciso tole­
roces que los caníbales ó salvages, todas b rar las opiniones contrarias á la religión que ellos
veces que sus doctores les han escitadoá la des­ Profesan? ¿Preguntarles si el Soberano puede
trucción de sus hermanos. No hay clase de de' mostrar indulgencia para con los que están en
litos que los hombres no hayan cometido co» d error? Al momento su caridad desaparece,
la idea de ayudará la divinidad, ó de aplacar, y el clero dominante dirá, que el príncipe solo
su cólera. Solo la libertad de pensar puede dai tiene la espada para sostener los intereses de
á los hombres grandeza de alma y humanidad Dios-, dirá que por amor al prójimo es preci­
El conocimiento de un Dios tirano solo pu£' so perseguirle; no hallaréis tolerancia sino en
de producir esclavos despreciables, melanc^l algunos sacerdotes también perseguidos , que
eos, pendencieros, é intolerantes. apartarán á un lado la caridad cristiana guan­
do tengan el poder de perseguir ellos mismos.
La religión cristiana, predicada en su ori­
gen por mendigos y hombres en estremo mise­
rables , bajo el nombre de caridad recomienda
muy fuertemente la limosna : la religión de ola-
53
boma la hace igualmente un deber indispensa­ fl comercio, y dejarles gozar con seguridad el
ble. Nada sin duda , es mas conforme á la hu­ fruto de sus trabajos, que oprimirlos bajo un
manidad , que socorrer á los desgraciados, ves­ despótico yugo, empobrecerlos con guerras in­
tir al hombre desnudo, y estender una mano sensatas , reducirlos á la mendicidad para sa­
bienhechora á cualquiera que se halla en ne- ( tisfacer un lujo desenfrenado, y edificar después
cesidad. Pero, ¿no seria mas humano y cari­ monumentos suntuosos que solo pueden conte-
tativo precaver la miseria, é impedir que los ner una pequeña porción de tantos millares á
pobres se multiplicasen ? Si la religión en lugar Quienes se ha hecho infelices ? La religión por
de divinizar á los príncipes les hubiese ense-1 sus virtudes, todo lo ha hecho al reves páralos
hombres, en lugar de precaver los males solo
nado á respetar las propiedades de sus vasallos,
á ser justos, y á ejercer solo sus legítimos dere­ frs ha aplicado remedios inútiles.
chos , no se vería un número tan considerable de I Los ministros del cielo han sabido siempre
mendigos en sus estados. Un gobierno codicio-1 S;'Car partido de las calamidades de los demas:
h miseria pública fue' por decirlo asi, su ele­
so . injusto, y tiránico multiplica la miseria ; el
rigor de los impuestos produce el desaliento, H mento; por todas partes se han hecho admi­
pereza y la miseria, que hacen á sú tiempo sa­ nistradores de los bienes de los pobres, distri­
buidores de las limosnas, y depositarios de la
lir á luz los robos, los asesinatos , y los delitos
de toda especie. Si los soberanos tuviesen mas caridad : con estos medios han estendido, y
humanidad , caridad y equidad , sus estados s°stenido siempre su poder sobre los desgracia-
d°s, que componen generalmente la mayor, la
no estarían poblados de un número tan consi’
derable de desgraciados, que ya se hace imposi­ mas inquieta, y la mas sediciosa parte de la
ble aliviar su miseria. £°ciedad. De este modo los mayores males re­
dundan y han redundado siempre en benefi­
Los estados cristianos y mahometanos es-1
tan llenos de grandes hospicios ricamente dota­ cio de los ministros del Señor.
dos, en los cuales se admira la piadosa caridad Los sacerdotes de los cristianos nos dicen,
de los reyes y de los sultanes que los han fun­ Que los bienes que poseen son los bienes de los
dado ¿No hubiera sido mucho mas humano pobres , y pretenden con este medio que sus
gobernar bien los pueblos, proporcionarles 1« posesiones son sagradas. En su consecuencia los
s°beranos y los pueblos se han apresurado á
comodidad, escitar y favorecer la industria y
54 55
amontonar en sus manos rentas , fincas y teso­ la religión hizo siempre mas caso, La virtud
ros. Bajo el pretesto de caridad nuestras guias fundamental de toda religión, es decir la mas
espirituales se lian hecho muy opulentas, y Util á sus ministros es la fé. Consiste en una
gozan á vista de las naciones empobrecidas, credulidad sin límites, que hace creer sin ec-
bienes que solo estaban destinados para los des- ¡ samen todo aquello que los intérpretes de
graciados.- estos lejos de murmurar , alaban una la divinidad tienen interes que se crea. Con el
santa generosidad que enriquece la iglesia, pe­ favor de esta maravillosa virtud, los sacerdo­
ro que rara vez contribuye á aliviar los po­ tes se han hecho árbitros de lo justo y de lo
bres. Ajusto, del bien y del mal; les fue muy fá­
Según los principios del cristianismo, U cil hacer cometer los mayores delitos cuando
pobreza es en si una virtud, y á la que los so­ tuvieron necesidad de ellos para hacer valer sus
beranos y los sacerdotes hacen observar con
mayor rigor á sus esclavos. Con estas ideas un
grande numero de cristianos piadosos han re­ 'lo sobre la tierra.
nunciado de buena voluntad las riquezas pe­ La moral está fundada sobre las relaciones, \
recederas de la tierra, distribuido su patrimo­ Necesidades é intereses constantes de los habi­
nio á los pobres, y se han retirado á los de­ tantes de la tierra ; las que subsisten entre los
siertos para vivir con ellos en una indigencia vo­ hombres y Dios, ó'son completamente desco­
luntaria. Pero bien pronto este entusiasmo, y nocidas ó imaginarias. La religión asociando á
este gusto sobrenatural por la miseria han si­ Dios con los hombres , ha debilitado visible­
do obligados á ceder á la naturaleza. Los su­ mente, ó destruido los vínculos que los unían
cesores de estos pobres voluntarios vendieron i etltre sí. Los mortales se imaginan poder da­
los pueblos devotos sus oraciones, y su pode- / ñarse impunemente unos á otros, haciendo una
rosa intercesión para con la divinidad, se h¡' reparación conveniente al ser supremo, á quien
cieron ricos y poderosos : asi los frayles y los Se le supone el derecho de perdonar todas las
solitarios vivieron en la sociedad, y con pretes­ ofensas hechas á sus criaturas.
to de caridad devoraron descaradamente la.sus' Desde la mas remota antigüedad hasta
tancia del pobre. nuestros dias, la teología estuvo en posesión
La pobreza de espíritu es aquella de que tle arreglar élla sola los pasos de la filosofía :
56 57
¿que socorros la ha suministrado? La cambió espíritus tanto raciocinador famoso, si en lu­
en una jerga ininteligible propia para volver gar de ocuparse de tina teología vana y de sus
inciertas las verdades mas claras: convirtió el impertinentes disputas, hubiese puesto su aten­
arte de raciocinar en una ciencia de palabras; ción sobre objetos inteligibles, y verdaderamen­
envió el espíritu humano á las aereas regiones j te importantes para los hombres? La mitad de
de la metafísica , donde se ocupó sin suceso los esfuerzos que ha costado á las naciones sus
alguno en sondear abismos inútiles y peligro" cultos frivolos ¿no hubiera bastado para ilus­
sos. A las causas físicas y sencillas sustituyo trarlas perfectamente sobre la moral, la polí­
esta filosofía causas sobrenaturales, ó por me­ tica, la física, la medicina, la agricultura etc.?
jor decir verdaderamente ocultas : esplicó fe­ La superstición absorve casi siempre la atención
nómenos difíciles por medio de agentes mas in­ y riqueza de los pueblos; tienen una religión
comprensibles que los mismos fenómenos. Lle­ muy costosa ; pero no tienen por su dinero lu­
nó el discurso de palabras faltas de sentido, in­ ces, virtudes, ni felicidad.
capaces de dar razón de las cosas mas propias En ningún tiempo se pudo sin un peligro
para oscurecerlas, que para aclararlas, y que eminente apartarse de las preocupaciones que
parecen inventadas para desalentar al hombre, i la opinión había hecho sagradas. No se per­
prevenirle contra las fuerzas de su imaginación •> mitió hacer descubrimiento en asunto alguno;
hacerle desconfiar de los principios de la razón todo lo que los hombres mas ilustrados han po­
y de la evidencia , y rodean la verdad de un fo­ dido hacer, ha sido hablar con palabras encu­
so impenetrable. biertas, y muchas veces por una vil compla­
¿ Quién es el hombre sensato, fuertemen­ cencia ligar vergonzosamente la mentira con la
te impelido del amor de las ciencias, é intere­ 'erdad. Muchos tuvieron una doble doctrina,
sado en el bien estar de la humanidad, que , oculta la una, y descubierta la otra; habién­
pueda reflecsionar sin rabia y sin dolor la per­ dose perdido la ' clase de aquella , sus verda­
dida de tantas cabezas profundas , laboriosas, deros sentimientos se hacen muchas veces in-
y sutiles, que después de muchos siglos, se han lntelig¡bles, y por consecuencia inútiles para
apurado necesariamente sobre quimeras siempre .nosotros.
inútiles, y muchísimas veces peligrosas ? ¿Que
de luces no hubieran podido infundir en los
58
locuras destructivas para ellos.
ORIGEN DE L 4S OPINIONES RELIGIOSAS. El origen de las opiniones religiosas dima­
na por lo común de losxtiempos en que las na­
Ex su origen las naciones salvages y fero­ ciones salvages estaban aun en el estado de in­
ces y que estaban continuamente en guerra fancia. A hombres groseros, estúpidos, é igno­
lian adorado bajo diversos nombres algún Dios rantes fue á quienes los fundadores de religio­
conforme á sus ideas, pero siempre un Dios nes se juntaron siempre para darles Dioses, cul­
cruel , carnívoro, interesado y sediento de san­ tos, mitologías y fábulas maravillosas y terri­
gre. Nosotros hallamos en todas las religiones bles. Estas quimeras adoptadas sin ecsamen por
de la tierra un Dios de los ejércitos, un Dios los padres, se han transmitido con mas ó me­
celoso , un Dios vengador, un Dios estermi- nos variaciones á sus hijos que por lo regular
nadar, un Dios, que se complace en la ma­ no piensan mas que ellos.
tanza, y al que sus adoradores se han impues­ Los primeros legisladores de los pueblos tu­
to la obligación de servirle á su gusto. Se le vieron por objeto dominarlos: el modo mas fá­
sacrifican corderos, toros, ñiños, hombres, he- cil de hacerlo fué amedrentándolos y prohi­
reges , infieles, reyes y naciones enteras. Los biéndoles pensar: los condujeron por senderos
servidores acérrimos de este Dios tan bárbaro, tortuosos., á fin de que no notasen los designios
¿ no llegan á la locura de creerse obligados ellos de sus guias: los obligaron á mirar al aire, de mie­
mismos á ofrece'rsele en sacrificio ? Por todas do de que no mirasen á sus pies, y los distra­
partes se ven hombres perversos, que después jeron en el camino con fábulas; en una pa­
de haber meditado tristemente á su Dios ter­ labra , los trataron del mismo modo que las no-
rible, se imaginan que para agradarle es ne* drizas que emplean las canciones y las amena­
cesario hacerse todo el mal posible , y aplicar­ zas para hacer dormir á los nidos, ú obligarlos
se por honor suyo los tormentos mas estrados- á que callen.
En una palabra, por todas partes las ideas si­ Toda religión en su origen fué un freno ima -
niestras de la Divinidad , lejos de consolar á los ginado por los legisladores, que quisieron so­
hombres en las desgracias y ancias anecsas á su meter los espíritus de los pueblos mas groseros.
ecsistencia, muy al contrario, han producido la Semejantes á las amas de cria que meten mie­
turbación en los corazones, y hecho producís do á los nidos para obligarlos á estarse quietos:
61
60 solo hablaron con alegorías, emblemas, enig­
los ambiciosos se sirvieron del nombre de los mas , y oráculos ambiguos, medios muy a pro­
Dioses para atemorizar á los salvages, el terror pósito para esoitar la curiosidad, hacer tra a-
les pareció á proposito para obligarlos á sopor­ jar la imaginación , y sobre tod o para inspi­
tar tranquilamente el yugo que querían impo­ rar al vulgo asombrado un santo respeto a hom­
nerles. Pero ¿los duendes de la niñez son he-i bres , á quienes se creia instruidos por el cie­
clios para la edad madura ? El hombre en su es-, lo, capaces de leer en los destinos de la tier­
fado de madurez no cree en ellos, ó si todavía ’ ra, y que se vendían temerariamente por ór­
cree, no se conmueve por ello , y sigue siempre |
ganos de la divinidad.
su rumbo. Todos los Dioses adorados por los hombres,
Las especulaciones teológicas y los sueños ■ tienen origen salvage ; han sido visiblemente
místicos de los antiguos están en posesión aún­ imaginados, ó presentados por legisladores am­
en nuestros dias de dar la ley en una gran par­ biciosos y astdtos á naciones sencillas y grose
te del mundo filosófico. Nos entretienen con se­ ras, que carecían del valor y capacidad nece­
res aéreos, espíritus , angeles, genios, y otras saria para ecsaminar maduramente los obgetos
fantasmas que se hacen el objeto de las medi­ que á fuerza de terror se les hacia adorar. Mi­
taciones de nuestros pensadores mas profundos) rando de cerca el Dios, que vemos todavía
y que sirven de base á la metafísica, ciencia adorado en nuestros dias por las naciones mas
abstracta y fútil, sobre la cual se han ejerci­ civilizadas, es forzoso conocer que tiene evi­
tado inútilmente los mayores ingenios después dentemente rasgos salvages. Ser salvage, es no
de muchos miles de años. Asi las hipótesis ima­ reconocer otro derecho que la fuerza; es ser
ginadas por algunos fatuos Menfis y de Babi­ cruel hasta el estrenuo ; es seguir solamente su
lonia , se han hecho los fundamentos de una cieD'l capricho, es falta de prudencia, de razón, y
cia venerada por su oscuridad, que la hace pjJ de previsión.
sar por maravillosa y divina. ¡Pueblos que os creeis civilizados! ¿no reco­
Los sacerdotes fueron los primeros legislado­ nocéis por este horrible carácter el Dios á quien
res de las naciones: los primeros mitologistas / prodigáis vuestros inciensos? Las pinturas que
poetas fueron sacerdotes : sacerdotes los prim«' ■ se os"hacen de la divinidad ¿no son visible­
ros sabios. La ciencia entre sus manos se his° mente tomadas del humor implacable, celoso,
una cosa sagrada y prohibida á los profanos; 4
62 65
vengativo, sanguinario, caprichoso, e'incon­ ratas y cebollas. ¿ no vemos pueblos que se creen
siderado del hombre que aun no ha cultivado mas sabios que ellos adorar cor. mucho respe­
su razón? ¡ Oh hombres¡ Solo admiráis un gran to un pedazo de pan, al cual se imaginan que
salvage a quien por lo mismo miráis como un los encantos de sus sacerdotes han hecho des­
soberano lleno de perfecciones ! cender á la divinidad ? ¿no es el Dios Pan,
Las opiniones religiosas de los hombres de ídolo de muchas naciones cristianas, tan poco
todos los países, son monumentos antiguos y razonables en esta parte como las mas incultas?
perennes de la ignorancia, de la credulidad, . La ferocidad , la estupidez , y la locura del
de los terrores, y de la ferocidad de sus an­ hombre salvage se han manifestado en todo tiem
tecesores. Todo salvage es un hombre avido po en los usos religiosos, que fueron continua­
de lo maravilloso , que se lo traga de golpe y mente crueles, ó estravagantes. Un espíritu de
jamas piensa sobre lo que le parece á propo'- barbarie se ha perpetuado hasta nosotros; y se
sito para remover su imaginación : su ignoran­ divisa en las religiones que siguen las nacio­
cia sobre las miras de la naturaleza le hace nes mas civilizadas, ¿ No vemos ofrecer aun á
que atribuya a espíritus, á encantamientos, y á la divinidad víctimas humanas ? Con la mi­
á magia todo lo que le parece estraordinario ; á ra de apaciguar la cólera de un Dios , que se
su vista sus sacerdotes son hechiceros, en los que supone siempre tan feroz, tan celoso, tan ven­
supone un poder divino, delante de los cua­ gativo como un salvage , ¿ las leyes de sangre
les su razón confundida se humilla, y cuyos no hacen perecer con suplicios horribles á aque­
oráculos son para él secretos infalibles, que llos que se cree que le desagradan por su mo­
seria muy peligroso contradecirlos. do de pensar ? Las naciones modernas instiga­
Ln materias de religión los hombres por lo das por sus sacerdotes han escedido quizá en
general han quedado en su primitiva barbà­ - crueldad á la locura atroz de las naciones mas
rie. Las religiones modernas son locuras anti­ bárbaras: á lo menos no hallamos que haya
guas rejuvenecidas ó presentadas bajo cual­ venido á la imaginación de algunos salvages
quier aspecto nuevo. Si los antiguos salvages atormentar por opiniones, escudrinar los pen
han adorado montañas, rios, serpientes, árbo­ samientos, é inquietar á los hombres por mo­
les, ídolos de todas especies; si los sabios Egip­ vimientos invisibles de su imaginación.
cios han rendido sus homenages á cocodrillos, Cuando se ven naciones civilizadas, y sa-
64 65
Lias, ingleses, franceses, alemanes, rusos, etc. j magia , y de sus encantamientos. Se manda aun
a pesar de todas sus luces y vastos conocí- á los cristianos mediten con respeto los mon i
mientos , continuar postrándose delante del mentos que les restan de los legisladores, ce
bárbaro Dios de los judíos, es decir del pue­ los sacerdotes, y de los profetas de la re ..g
blo mas estúpido, mas crédulo, mas salvage, 1 hebraica que según las apariencias, había to
y mas insociable que ha habido jamas sóbrela mado del Egipto los caprichosos conocimientos
tierra : cuando se ve a estas naciones ilustra* de que le vemos llena. ¡ Asi las estravag«ncias
inventadas por los bribones, ó delirantes ido­
iradas dividirse en sectas, despedazarse unas
a otras, aborrecerse y despreciarse por opinio­ latras son aun opiniones sagradas para los cris­
nes igualmente ridiculas que conciben sóbrela
Son claros los oráculos que la divinidad
conducta y las intenciones de este Dios falto
de razón ; cuando se ve á personas ilustradas ha revelado á las naciones por medio de sus
ocuparse neciamente en contemplarlas volun- : dift rentes enviados. Para hacer vacilar la ec-
tades de este Dios lleno de caprichos y locu­ sistencia de un Dios, no es necesario mas que
ras , es casi forzoso esclamar ¡ Oh hombres! vo­ pedir á un teólogo que bable de él: desde la
sotros sois salyages aun. ¡Oh hombres! solo primera palabra, la menor refleccion nos ha*
sois ñiños cuando se trata de religión. ce ver que lo que dice es incompatible con la
/ Las religiones de los sacerdotes antiguos han esencia que le atribuye. ¿ Qué es Dios ? Es una
desaparecido, ó por mejor decir, solo han mu- palabra abstracta , hecha para designar la fuer­
dado de forma. Aunque nuestros teólogos mo­ za oculta de la naturaleza , ó es un punto ma­
dernos los miran como impostores, han teni- temático que no tiene longitud, ni profundi­
de cuidado de recoger muchos fragmentos es­ dad. Un filosofo ha dicho, muy ingeniosamen­
parcidos de sus sistemas religiosos, cuyo todo te hablando de los teólogos, que han hallado
no ecsiste ya para nosotros: encontramos aun la solución del famoso problema de Archime­
en nuestras religiones modernas no solamente des : un punto en el cielo , desde el cual diri­
sus dogmas metafisicos que la teología no ha gen el mundo.
hecho mas que vestirlos de otro modo, sino Para evitar todo inconveniente se nos moe
también vemos en ellos restos notables de sus que no es necesario saber que cosa es Dios,
prácticas supersticiosas , de su theurgía, de su que es preciso adorarle sin conocerle, que nos
está prohibido dirigir nuestra temeraria vista
sobre sus atributos : Pero antes de saber si es
forzoso adorar un Dios, no convendría ase­ SOBRE EL ORDEN DE LA NATURALEZA.
gurarse de su ecsistencia ? Pero, ¿cómo asegu­
rarse de que ecsiste, antes de haber ecsami- lUonoeed , se nos grita sin cesar la mano
nado, si es posible que las cualidades diversas de un Dios, de un obrero infinitamente inte­
que se le dan, se hallen en e'l ? El verdadero ligente y poderoso, en una obra tan maravi­
adorar á Dios, no es otra cosa que adorar las llosa como la máquina humana. Convengo en
ficciones de su propia cabeza , ó por mejor de­ que la máquina humana me parece maravillo-
cir, es no adorar cosa alguna. per» supuesto qM el hombre ecsiste en h
La religión pone á los hombres de rodillas naturaleza, no me creo en derecho de poJ
delante de un ser sin estension , y que por lo decir que su formación está fuera del alcance
mismo es infinito , y lo llena todo con su in­ de la misma naturaleza ; añadiré que com­
mensidad ; delante de un ser todo poderoso, prenderé mucho menos la formación de ^ma­
que ro ejecuta jamas lo que desea ; delante de quina humana cuando para éspucarmeia
un ser sumamente bueno, y que no hace si­ dirá que un puro espíritu , que no tiene ojos,
no descontentos; delante de un ser amigo del pies, manos, cabeza, pulmones, boca, ni
órden y en cuyo gobierno todo está en desor­ aliento ha hecho al hombre , tomando un po­
den ¡adivinósecon respecto, que cosa es el Dios co de barro . y soplando encima.
de la Teología ! Jamás podrán los hombres es­ Los habitantes salvages del Paraguay se di­
tar asegurados de la ecsistencia de un ser que cen descendientes de la Luna , y nos parecen
nunca se ha podido ecsaminar, y del que es im­ estúpidos; los teólogos de la Europa se dicen
posible formarse alguna idea permanente, cu- descendientes de un espíritu puro. ¿Esta pre­
jo, diferentes efectos sobre nosotros mismos nos tensión es mucho mas sensata?
impiden formar un juicio invariable; y cuyo El hombre es inteligente; se deduce que
conocimiento no puede ser uniforme en nuestras no puede ser sinola obra de un ser inteligen­
diferentes imaginaciones, te y no de una naturaleza falta de inteligen­
cia. Aunque nada sea mas raro que ver hacer
uso al hombre de esta inteligencia de que esta
68
tan ufano, convendré en que es inteligente, ¡Asi, pues diréis, el hombre inteligente , lo
que sus necesidades desarrollan en él esta fa­ mismo que el universo y todo lo que encierra
cultad , y que la sociedad de los demás hom­ son los efectos de la casualidad! No, os replica­
bres contribuye sobre todo á cultivarla. Pero ré, el universo no es un efecto, es la causa e
en la maquina humana, y en la inteligencia todos los efectos: todos los seres que encierr
de que está dotada, nada veo que muestre de son efectos necesarios de esta causa, que a gu
un modo incontestable la inteligencia infinita ñas veces nos manifiesta su modo de obrar;
del obrero, á quien se hace el honor de atri- pero que muchas nos lo oculta. Los hombres
buírséle j veo que esta maquina admirable está se valen de la palabra casualidad, para cubrir
sujeta á desbaratarse, que entonces su inteli' la ignorancia en que están de las verdaderas
gencia maravillosa se turba, y desaparece algu­ causas: pero aunque las ignoren no dejan por
nas veces del todo: concluyo que la inteligen­ eso de obrar con arreglo á las leyes invariables
cia humana depende de una cierta disposición No hay efectos sin causas.
de los órganos materiales del cuerpo, y que, La naturaleza es una palabra de que usa­
uC que el hombre sea un ser inteligente, no hay mos para designar el conjunto inmenso de los
motivo para concluir que Dios debe ser in­ seres de las materias diversas, de las infinitas
teligente; como, de que el hombre es mate­ combinaciones, y de los varios movimientos de
rial no le hay para concluir que Dios es mate­ que nuestra vista es testigo. Todos los cuerpos
rial. La inteligencia del hombre no prueba la organizados, ó no organizados, son resultados
inteligencia de Dios; del mismo modo que la necesarios de ciertas causas hechas para produ­
malicia del hombre no prueba la malicia de cir precisamente los efectos que vemos. Nada
Dios, de quien se pretende que el hombre es puede hacerse en la natnraleza por casualidad;
hechura. De cualquiera modo que la'teología todo sigue leyes fijas; estas no son otra cosa mas
se afiance, Dios será siempre una causa opues­ que la continuación precisa de ciertos electos
ta á sus efectos, de la cual es imposible juz­ con sus causas. Un atomo de materias no en
gar por sus obras. Siempre verémos resultar ma­ cuentra casualmente, ó por casualidad á otro
les, imperfecciones y locuras de una causa que atomo; este encuentro es debido á las leyes
se dice llena de bondad, de perfecciones y sa­ permanentes, qne hacen que cada ser obie pre
biduría, 7 cisamente como lo hace, y no pueda obr^r te
á las primeras á producir efectos diferentes«
otro molo en las circunstancias que le están se-
naladas. Hablar del concurso casual de los áto­ Cuando las causas cuyos efectos esperimentamos
son turbadas en sus acciones, ó movimientos
mos ó atribuirlos ciertos efectos por casualidad,
no es decir otra cosa sino que se ignoran las por causas que por sernos desconocidas no son
menos naturales ni precisas, quedamos admi­
leyes por las cuales los cuerpos obran , se en- |
cucntran , se combinan ó se separan. rados; acudimos al milagro, y las atribuimos y
Todo se hace por casualidad para los que á una causa mucho mas desconocida que todas
no conocen la naturaleza, las propiedades de aquellas que vemos obrar á vuestra vista,.
los seres, y los efectos que deben forzosamen­ El universo está siempre en órden y no pue­
de estar fuera de él. Nuestra maquina es sola
te resultar del conjunto de ciertas causas. No
la que padece cuando nos quejamos de su de­
es pues la casualidad la que ha fijado el Sol
en el centro de nuestro sistema planetario; es sorden. Los cuerpos , las causas, y los seres
que debe ocupar el lugar que tiene por su esen­ que este mundo encierra , obran necesariamen
cia y la materia de que es compuesto, y des­ te del modo que los vemos, bien aprobemos
de allí repartirla para vivificar á los demas seres sus efectos ó bien los desaprobemos. Los tem­
encerrados en los planetas. blores de tierra, los volcanes las inundaciones,
Los adoradores de un Dios hallan sobreto­ las pestes, las hambres, sen efectos tan nece­
do en el orden del universo una prueba in- \ sarios , ó están tan en el orden de la naturale­
za , como la caída de los cuerpos pesados, el
vencible de la ecsistencia de un ser inteligen­
curso de los rios, los movimientos periódicos
te , y sabio que le dirige. Pero este orden, no
del mar , el impulso de los vientos, las lluvias
es mas que una continuación de los movimien­
fecundas, y los efectos favorables por los cua­
tos necesarios traídos por causas ó circunstan­
cias que nos son unas veces favorables, y otras les alabamos la providencia , y la damos gracias
adversas; aprobamos las unas, y nos quejamos por sus beneficios. . ,
de las otras. Maravillarse de ver reynar cierto orden en
La naturaleza sigue constantemente el mis­ el mundo , es admirarse de que las mismas can -
sas produzcan los propios efectos. Asombrarse
mo rumbo, es decir, las mismas causas pro­
ducen los mismos efectos, mientras que su ac­ de ver el desorden, es olvidar que las causas
ción no se impide por otras causas que obligan habiendo cambiado ó sido turbadas en sus ac-
clones, los efectos no pueden ser los mismos. ■ De donde se sigue evidentemente que un puro
Sorprenderse a la vista del orden en la natu­ espíritu no puede ser inteligente , ni afectado de
raleza , es admirarse de que pueda ecsistir al­ lo que pasa en el mundo. .
guna cosa, es sorprenderse de su propia ecsis- La inteligencia divina, las ideas divinas, <
tencia. Lo que es órden para un ser, es desor­ los juicios divinos , no tienen , decís, nada de /
den para otro. Todos los seres dañosos hallan común , con las de los hombres. En hora bue­
que todo está en orden, cuando pueden im­ na : pero en este caso , ¿ como los hombres pue­
punemente desordenarlo todo; hallan al con­ den juzgar bien ó mal de estos juicios ^razo­
nar sobre estas ideas, y admirar esta mteli-J
trario , que todo está en desorden cuando se les
impide el egercicio de sus maldades. gencia? Esto seria juzgar, admirar, y adorar
Dice'se que Dios está en todas partes, que una cosa de que no se puede tener idea. A o-
lo llena todo con su inmensidad , que no se ha­ rar los juicios profundos de la sabiduna divi­
ce cosa alguna sin él , que la materia no po­ na? admirar estos mismos juicios, ¿no es ad­
dría obrar sin tenerle por motor ¿ Pero en es­ mirar sin saber porque ? La admiración es siem- .
te caso , convenís en que vuestro Dios es.el au­ pre bija de la ignorancia. Los hombres no ad­
tor del desorden, que él es quien desarregla la miran sino lo que no comprenden. ,
naturaleza , que él es el padre de la confusión, Todas estas calidades que se dan a Dios,
que esta en el hombre, y que le mueve en el no pueden por manera alguna convenir a un
ser que por su esencia misma esta privado de
momento en que peca. Si Dios está en todas par­
tes , está en mi, obra conmigo y se engana con­ toda analogía con los seres de la especie huma­
migo, y combate conmigo la ecsistencia de Dios, na. Es verdad que se cree salir del apuro, ecsa-
¡ O teológos jamás os entendéis cuando habíais • geranio las cualidades humanas do qu s a
de Dios! . adornado á la divinidad; se las eosagera bas.
Para ser lo que llamamos inteligencia, es t. lo infinito y desde entonces se
derlas. ¡Qué resulta , pues , de esta Vomb
preciso tener ideas, pensamientos y voluntades,
cion del hombre con Dios, o de esta Tto
es necesario tener órganos; para tener órganos es
indispensable tener un cuerpo; para obrar sobre
tropía? No resulta sin» una qu.meb
que nada Ee puede afirmar, sin que al punto
cuerpos es necesario tenerle; para esperimen-
baga desvanecer la fantasma que tanto cania
tar el desorden es preciso ser capaz de sufrir.
" ’74
do se Labia tenido de combinar. Adorando el inútiles; entrad de un mundo imaginario en
hombre á Dios, se adora á si mismo. uno efectivo; ateneos á las causas según as y
¿La refleccion mas ligera no debiera bastar dejad á los teólogos su causa panera, de la
para probarnos que Dios no puede tener nin­ cual no tiene necesidad la naturaleza para pro­
guna de las cualidades, virtudes, ó perfeccio­ ducir todos los efectos que veis.
nes humanas? Nuestras virtudes y nuestras per- 1 Solo por la diversidad de impresiones y
' feccionesson consecuencia de nuestro tempera­ efectos que las materias ó los cuerpos causan
mento modificado. Tiene Dios un temperamen­ sobre nosotros de modo que las con«zca“ ’
to como nosotros ? Nuestras buenas cualidades tenemos percepciones é ideas; las distiniguimos
son disposiciones relativas á los seres con quie­ unas de otras, y las señalamos propiedades. Lu
nes vivimos en sociedad. Dios, según vos, es go para percibir, ó sentir un objeto, for
un ser aislado ; Dios no tiene semejante ; Dios no rosó que este objeto obre sobre nuestros Orga­
vivn en sociedad ■ Dios no tiene necesidad de nos; no puede Hacerlo, sin estilar »>8»" ”
nadie; goza ue una felicidad que nada puede «miento en nosotros, »0 puede producirle , s
alterarla; convenid pues, según estos princi­ no está en movimiento el „ns.no: Desdo que
pios, que Dios no puede tener lo que llamamos veo un objeto, es preciso que mis ojos sean
virtudes, y que los hombres no pueden ser abocados, L puedo concebir 1. luz y »«sto
vntuosos con respecto á e'l. sin un movimiento en el cuerpo lummeso e
¡ Veis que todo está en acción en la naturaleza, tenso colorado, que se comunica a mis ojos,
y pretendas que la naturaleza por si misma es­ “ no’obra sobre mi retina Cuando iwelo u^
te muerta y sin energía ! Creeis que este con­ oosa es preciso que mi olfato se trote ti pon-
noto, esencialmente obrando, tiene necesidad ga e¿ movimiento por las partesque se ecsalan
le un motor. ¡ Ah ! ¿ cuál es pues este motor? i de la cosa olida. Cuando oigo un sontdo es pre­
Es un espíritu; es decir un ser absolutamen­ ciso que el tímpano de un »ido seac tocado po
te incomprensible y contradictorio. Concluid, el avre puesto en movimiento por un -ucrp
pnes que la materia obra por si misma, y ce­ „oró que „0 obrarla, si no fnese mo«d».
sad de raciocinar de vuestro motor espiritual, De donde se sigue evidentemente que sm mo-
que nada posee de lo necesario para ponerla ,. • to no puedo conocer , percibir ,. dUi
vunl" Xr ni iuzgar los cuerpos, ni aun
en movimiento.- Volved de vuestros desurios guir , comparar ni juzgar r
7G
ocupar mi pensamiento de materia alguna. tianos han llegado por fin á atenerse á la evi­
Se nos dme gravemente ?«e no hay efecto dencia , mejor que á sus libros inspirados.
S"1 causarse nos repite amada instante, gue el ¿Cual es el principio oculto de las acciones
mundo no se ha hecho el niism0. pew ef u¡]¡. y movimientos del cuerpo humano ? El alma
verso es una causa, y no Un efect0 , no e¡, Ufla . ¿Que es el alma?_Un espíritu_¿ Que es un
espíritu ?_Una sustancia que no tiene forma,
q»e lo fuese. H ha perl„,« tapo»«*
nec¡J F color, estension , ni partes.-¿ Como semejante
P e, su ecsistencia es necesaria. El es su cau­ sustancia puede concebirse? ¿como puede.mo
sa para si mismo. La naturaleza, cuya ecsis- ver un cuerpo 1 ce nn
• ____ , es
?—r>Se ignora misterio—
un misterio
C‘‘ es vls.Memente de obrar y de producir ¿Los animales tienen alma?—El Cartesiano ase
»»™s feucloues .com. ¿bae^ „„es-
gura que son puras maquinas.— ¿ Pero no
' ¡i i de “>«<" i»- vemos obrar, sentir, y pensar de un modo
„ La’ ,n , “ 1« ella mis- muy semejante al del hombre? Ilusión pura.
■»a. La materia M mueve por su ¿Con que derecho priváis á los animales
g.a, poruña continuación necesaria de su 1." alma, que sin conocerla atribuís al hombre.
erogeneldad : 1. diversidad de los , „it
—Porque las almas de los animales embaraza­
“sld^ 77' °brar’ ’* «i- rían ¿nuestros teólogos, que contentos compo­
ser' utl , dis,i"S»¡mos ios der asombrar y condenar las almas inmortales
eres unos de otros st„o por h diferencia de de los hombres, no tienen el mismo ínteres en
as impresiones, á de los movimientos que co- condenar las de los animales.¡ Tales son as so
munican a nuestros Organos. Iliciones pueriles que la filosofía conducida
¿ Gira la tierra al rededor del Sol? Dete s¡- 5iempre con andadores por la teologíai se,v o
g os hace que un físico devoto hubiera respon- ' obligada á inventar para esphear los problem
del mundo físico y moral' ssu
“n’r con t ™ podio co„i ; De donde viene el liomure. ¿
no venero c’ SaS'“'“ '°Jo . ¿ .• • Es pues el efecto del concur-
pnmer 01 g ■ i _ j iaier hombre
vmifad O ‘™i’ “ F°r b <»• ' so casual de los atomos. ¿ 1 nplatier-
■ • ¿ Que se piensa en el dia de hoy? A h. sido formado del todo del polvo de 1.
Pesar de la inspiración divina los filosofes cris­ »! No lo so: El hombro me parece una pro-
78 79
duccion de la naturaleza, como todas las de­
mas que ella encierra. Tan embarazado me ha­ SOBRE LOS MISTERIOS Y MILAGROS.
laría en deciros de donde han venido las pri­
meras piedras, los primeros arboles, los pri­ Cuando se queja de «o comprender cosa al­
meros leones, los primeros elefantes, las pri­ guna de la religión, de hallar en ella á cad
meras hormigas, Jas primeras bellotas , etc. có­ paso absurdos que repugnan, y de ver: cosas
mo de esplicaros el origen de la especie humana. ... riirp nue no somos liecnos
imposibles, se nos dice q noripcnne
. bi se mira atentamente, y sin preocupa­
ción la conducta equívoca de la providencia con
la religión nos propon , q
respecto á la especie humana , y á todos los travia,yeS una guia f6 C3ft ademas
seres sensibles, se verá que bien lejos de pare-, timos á la perdición : se nos g
cerse á una madre tierna y cuidadosa que de­ qm ¡o « locura d loo «jq d‘ /»’Í0 *
be afanarse para el bien y felicidad de sus pro­
pios hijos , se asemeja mucho mas á las madres '
crueles y desnaturalizadas . que olvidando en
el momento los frutos infelices de sus lúgubres
amores abandonan á sus hijos asi que han na­ ,C d qÍ”11« XlXVsi ccoamiiro 1» ■»»
cido y contentas con haberlos solamente en­
gendrado los dejan espuestos sin socorro á los
caprichos de la suerte. Este raciocinio es mas , o „„os nunca - 1 manifest0 ,
justo y mas conforme á la esperiencia que el .luurd» palpad < J s cn obl¡gar á los
obstinarse en no ver en Dios sino bondad, sa­
sobre el cual 1« te i 1^ p,labra, u„
biduría, previsión , y que se niegan á ver que '
bou,bres acerrar . (JocBie¡espírl.
los males innumerables de que este mundo es
misterio es todo lo qu
e teatro, deben venir de la misma mano que tuales no pueden cspl ministros de la
besan con sumisión, y enagenamiento. Es muy ventajoso p de ]q
religión que nada c0l”Pr ¿ gn k imposibilidad
que ellos ensenan- t comprende .siempre
de ecsaminar lo noCl
81
80
que no se Ve, es prec¡so d ta al espíritu, mayor derecho tiene de agra­
±"rcbra’,Ms“i“ dar á la imaginación de los hombres, en la
tanto que hacer acá bajo. que se halla un alimento continuo. Cuanto mas
es nnAda de.reIÍgÍOn sin mi^rio- el misterio tenebrosa es una religión, mas divina parece,
es unaesencia.una re]¡gion faJta es decir mas conforme á la naturaleza de un
> X c°ntradiocion en los términos. El ser oculto, de quien no se tienen ideas.
xrve fundament°á ja ««■ Es propio de la ignorancia preferir lo des­
conocido, oculto, maravilloso, fabuloso, in­
los rnist ’ eS en Si ,níSino el inayor de ■
• ,oda im*íinsc¡“’“4* creíble , y aun lo terrible á lo claro, sencillo
y verdadero. La verdad no choca á la imagi­
en efmñ’i8’ reI¡Siones que ecsiste» I nación tan vivamente como la ficción , que por
Xs ” , otra parte cada uno es dueño de arreglar á su
ble ™7 ""”‘e,¡S¡b,M’ maravillas ¡„„el. modo. El vulgo nada apetece mejor que escu­
«nidos asombrosos, que parecen in. char'fábulas ; los sacerdotes y legisladores, in­
entados para confundir la Tod ventando las religiones, y forjando misterios
SX? ““ Di°‘«a«' le han dado por el gusto. Se han atraído por
se ¿ ¡ “ '»"«™«lc¡a la conducta que este medio á los entusiastas, las mugeres, y
: "I“; d¡f“ <1= concebir cono los ignorantes. Seres de esta especie necesitan
de muy pocas razones; pues son incapaces de
blado s „o í“'"’' 1 *«“ *■““ '» I“'
ecsaminar; el amor de lo sencillo y de lo verda­
do en t d / S diV“Sas V» '■« f””*- dero solo se encuentra en el pequeño numero

1
de aquellos, cuya imaginación se ha dirigido
por el estudio y la refleccien.
Los vecinos de un lugar jamas están mas
-iradiocioncs S contatos con su cura que cuando los mesóla
dXr P°ÍÍHe *“ - mucho latín en un sermón. Los ignorantes se
imaginan siempre que aquel que les dice cosas
Cuantos mas misterios tiene una „lleion que ellos no comprenden, es precisamente un
r “S,S X estragantes presen-’ . hombre muy hábil. He aq"¡ e> P'“1’
82
cipio de ja incredulidad de los pueblos, y de sa es hecha para’ el hombre, como un discurso
la autoridad de los que pretenden dirigirlos. elocuente para un rebaño de ovejas.
Hablar á los hombres para anunciarlos mis­ Los fundadores de todas las religiones co­
terios , es lo mismo que dar y guardar la co­ munmente han probado 6us misiones con mi­
sa ; es hablar para no ser entendido. El que I lagros. ¿ Pero que es un milagro ? Es una opi­
solo habla por enigmas, ó busca diversión en’ nión directamente opuesta a las leyes déla na-
el desorden que causa en el espíritu, tiene ín­ tnraleza-Pero , según vos, ¿quien había hecho
teres en no esplicarse con claridad. Todo se­ estas leyes? Dios ; ¡ Asi vuestro Dios, que se­
creto anuncia desconfianza , falta de poder ó gún decís, lo ha previsto todo , contradice las
temor. Los príncipes y sus ministros hacen un leyes que su sabiduría Labia impuesto á la
misterio de sus proyectos , de miedo que sus naturaleza ! Estas leyes estaban , pues, incom­
enemigos llegando á conocerlos los descubran. pletas , ó alómenos en ciertas circunstancias no
¿ Puede un Dios bueno divertirse con sus cria­ se convenían en las miras de este, mismo Dios,
turas ? ¿ Un Dios que goza de un poder, al pues nos decis que ha creído deber suspenderlas,
cual nada en el mundo es capaz de resistir, ó contrariarlas.
puede ensenar que sus miras sean impedidas? Se nos quiere persuadir que hombres fa­
¿ Que ínteres tendrían en haceros vender enig­ vorecidos del todo poderoso han recibido de él
mas y misterios? «1 poder de hacer milagros; pero para hacer un
Se nos dice que el hombre por la debilidad milagro es preciso tener la facultad de crear
de su naturaleza es incapaz de comprender co­ nuevas causas, capaces de producir efectos con­
sa alguna de la economía divina : que no pue­ trarios á los que las causas ordinarias pueden
de ser para él sino sino un tejido de misterios; obrar. ¿Se concibe bien que Dios pueda conce­
que Dios no puede descubrirle secretos precisa- •* der á los hombres, el poder incomprensible de
mente superiores á su alcance. En este caso res­ i crear, 6 sacar causas de la nada? ¿Es creíble
ponderé siempre que el hombre no es hecho que un Dios, que nada muda, pueda comu­
para ocuparse en la economía divina : que es­ nicar á los hombres el poder de cambiar ó rec­
ta de ningún modo puede interesarle; que nin­ tificar su plan, poder, que según su esencia,
guna necesidad tiene de misterios que no po­ un ser inmudable no puede tener el mismo.
drá comprender^ que una religión misterio­ Los milagros lejos de hacer honor á Dios, y
84 85
de probar la divinidad de la religión, aniqui-j cogidos ? Supuesto esto, ¿ por qué señales reco­
lan evidentemente la idea que se nos da de nocer si Dios qniere instruirnos, ó si nos arma
Dios, de su inmutabilidad, de sus atributos un lazo? ¿ Cómo distinguir si las maravillas que
incomunicables , y aun de su absoluto poder, vemos dimanan de Dios ó del diablillo.
¿ Como un teólogo puede decirnos que un Dios ¡ Pascal para sacarnos del apuro nos dice muy
que lia debido abarcar todo el conjunto de su; gravemente : que és preciso juzgar la doctrina
plan, que no ha podido hacer sino leyes muy P°r los milagros , y los milagros por la docirina-,
perfectas, y que nada puede variar, se ve obli­ la doctrina hace conocer los milagros , y los
gado a usar de milagros para cumplir sus pro-■ milagros la doctrina. Si écsiste un círculo vicioso
yectos , ó puede conceder á sus criaturas la fa­ y ridiculo, es sin duda en este bello razonamien­
cultad de hacer prodigios para ejecutar sus di­ to de uno de los mas acérrimos defensores de
versas voluntades ? ¿ Es creíble que un Dios religión cristiana. ¿ Cuál es la religión en es­
tenga necesidad del apoyo de los hombres? Un to mundo que no se alaba de poseer la doctri­
ser todo poderoso , cuyas voluntades se cum­ na mas admirable, y que no cite en su apoyo
plen siempre, que tiene en sus manos los co­
Un gran número de milagros ? ¿ Pero un mila­
razones y los pensamientos de sus criaturas, gro es capaz de destruir la evidencia de una
no tiene mas que querer para crear todo lo Verdad demostrada ? Aun cuando un hombre
que desea.
toviese el secreto de curar todos los enfermos,
¿ Qué diremos de alguna s religiones que
enderezar todos los cojos , resucitar todos los
tienen cuidado ellas mismas de hacérnoslos sos­
huertos de una ciudad , elevarse en los aires,
pechosos ? Como dar fe á los milagros escritos detener el circo del Sol y de la Luna ¿podría
en el libro sagrado de los cristianos, en que
c°uvencerme por eso que dos y dos no hacen
Dios se alaba de endurecer los corazones, y
CUatro, que una son tres, que tres es una sola;
alucinar á los que quiere perder; donde esta
rlUe un Dios que llena el universo con su in­
Dios permite a los malos espíritus y á los má­
mensidad ha podido encerrarse en el cuerpo de I
gicos hacer milagros tan grandes como los de
Un judío : que el eterno puede morir como un
sus siervos ; donde se pronostica que el Ante- d°mbre, y que nn Diosa quien se dice inmu­
Cristo tendrá poder de obrar prodigios capa­ dable , próvido y juicioso, ha podido mudar
ces de hacer vacilar la fe de los mismos es­
parecer sobre su religión , y reformar su
5
87
propia obra, por una revelación moderna ? podría sospechar de haber sido engañados de
Según los principios mismos de la teología- su propia imaginación , y de haberse dejado
sea natural, sea revelada , toda revelación mo­ seducir por las apariencias que los impostores
derna debería pasar por falsa , toda mudanza diestros obraban á su vista. Pero, diréis , es­
en una religión dimanada de la divinidad d«'I tos milagrcs están depositados en los libros que
bería ser reputada por impiedad, por blasfe-, por una constante tradición se han perpetuado
mia. ¿No supone toda reforma que Dios no ha hasta nosotros. ¿ Por quién han sido escritos
podido ni querido hacer tan razonable al pue’. estos libros? ¿Quiénes son los hombres que los
blo que ilustraba como debía ser para agra­ han trasmitido y perpetuado ? Son las mismas
darle. gentes que han establecido las religiones, ó aque­
El cristianismo es una impiedad ; si es ver­ llos que se han hecho sus adherentes y causan­
dad que el judaismo ha sido en otro tieni|fl tes. ¡ Asi pues, en materia de religión el tes­
una religión realmente dimanada de un D¡oS timonio dé Jas partes interesadas es irrefragable
santo, inmudable, todo poderoso y próvido. y no puede ser disputado 1
La religión de Cristo supone, ó defectos enIa ¿ Contribuyen evidentemente las ideas de
ley que Dios mismo había dado por medio de Diosa la felicidad del pueblo, á quien las de­
Moysés, ó falta de poder, ó malicia en este! clara? Ecsaminando las voluntades divinas so­
Dios que no ha podido, ó querido hacer á Io5 ’ lo hallo siempre ordenanzas caprichosas, pre­
judíos , como era necesario que fuesen para sd ceptos ridiculos, misterios incomprensibles, ce­
á su gusto. Todas las religiones nuevas ó re­ remonias cuyo objeto no se adivina, prácticas
formadas de las antiguas están sin duda algu' Pueriles , una etiqueta indigna del monarca de
na fundadas sobre la falta de poder , la incons­ la naturaleza , ofrendas, sacrificios y espiacio-
tancia , y la malicia de la divinidad. nes útiles á los ministros de Dios, pero muy
¿ Qué testigos se nos citan para obligara0’ gravosas al resto de los hombres.
á creer milagros increíbles, d mejor diréffl0
tonterías y frivolidades? Se llama en testim0'
nio á pueblos necios que no ecsisten desp«0’
de millares de anos; y que aun cuando pudi°'
sen atestiguar los milagros en cuestión, se le¡
88 89
yd obligado de anunciar á su auditorio, que
gracias al cielo, á fuerza de meditar había en
CULPA EN DIOS SI EL HOMBRE PECA.
fin descubierto un medio seguro de hacer á to­
dos los hombres felices, ce El diablo, decía no
Dice la teología , el hombre al salir de las
atienta á los hombres sino para tener en los
manos de Dios estaba puro, inocente y bueno', ¿ infiernos compañeros de su desgracia: diri­
pero su naturaleza se ha corrompido en castigo
jámonos pues al Papa que tiene las llaves
del pecado. Si el hombre ha podido pecar aun
del cielo y del infierno : obliguémosle á su­
al salir de las manos de Dios, su naturaleza
plicar á Dios á la cabeza de toda la iglesia
no estaba perfecta. ¿ Por qué Dios ba permi­
pue tenga á bien reconciliarse con el diablo,
tido que pecase y su naturaleza se corrompie­
* volverle á tomar en su gracia, y reponerle en
se ? ¿ por qué Dios le ha dejado seducir sabien­
"su primer rango, lo que por fuerza ha de po-
do muy bien que seria demasiado para resisr
^ner fin á sus proyectos siniestros contra el
tir al tentador ? ¿ Por qué Dios ha criado á Sa­
**genero humano.?? El buen padre no estaría
tanás , un espíritu maligno, un tentador ? ¿ Por
en la inteligencia que el Diablo es tan útil
que Dios, que quiere tanto bien para el gé­
como Dios á los ministros de la religión ; es-
nero humano, no ha aniquilado y confundido
se hallan muy bien con sus riñas y ene­
de una vez tantos malos genios, á quienes su
mistades para dedicarse á uua reconciliación
naturaleza hace enemigos de nuestra felicidad?
entre dos enemigos, sobre cuyos debates se fun­
O mas bien. ¿ Por qué Dios ha criado genios
dan sus rentas y su ecsistencia. Si los hombres
malos, de quienes debía proveer las victorias
cesasen de ser tentados por el diablo y de pe­
y las influencias terribles sobre todo el género
car, el ministerio de los sacerdotes les seria inú-
humano? ¿ En fin porque fatalidad en todas >
r¡l. El Maniqueismo es evidentemente el ori­
las religiones del mundo el mal principio tie­
gen de todas las religiones: pero por desgracia,
ne una ventaja notable sobre el bueno, ó so­
d diablo, inventado para justificar á la divi­
bre la divinidad ?
nidad de las sospechas de malicia nos prueba
Se cuenta un rasgo de sencillez que hace
á cada momento la falta de poder, ó poca des.
honor al buen corazón de un fraile italiano.
h’eza de su celeste adversario.
Este buen hombre predicando un dia , se cre-
Cuando preguntamos porque bajo un Dios
90 91
bueno se halla tanto infeliz , se nos consuela hambres, las pestes etc. ¿ Esperiencias tan lar­
diciendorios, que el mundo actual no es mas gas son pues de naturaleza de inspirarnos una
que un pasage destinado á conducir al hom­ confianza muy grande en las miras ocultas de
bre a un mundo mas feliz. Se nos asegura que la divinidad? ¿Una multitud de males tan
la tierra en que vivimos es una mansión para constantes nos dan una alta idea de la suerte
esperimentarnos. En fin se nos cierra la boca futura que su bondad nos prepara ? 4? : Si Dios
con decir, que Dios no ha podido comuni­ está tan bien dispuesto en nuestro favor como
car a sus criaturas ni la calidad de no padecer, se asegura, sin dar á los hombres una felici­
ni una felicidad sin fin, reservada para él so­ dad sin fin , ¿ no habría podido darles alome-
lo. ¿ Como satisfacerse con estas respuestas? nos el grado de que todos los seres finitos son
i?; La ecsistcncia de otra vida, solo tiene por susceptibles acá bajo? ¿Para ser felices tene­
garante la imaginación de los hombres, que, mos necesidad de una felicidad sin fin ó divi­
suponiéndola, no han hecho mas que realizar na ? 5? . g¡ Dios no ha podido hacer á los hom­
el deseo de sobrevivirse á si mismos® á fin de bres mas felices de lo que son en este mundo,
gozar seguidamente de una felicidad mas du­ ¿que hará la esperanza de un Paraíso donde
rable y mas pura que la que disfrutan al pre­ pretende que los escogidos gozarás para siexa«
sente. 2?; ¿Como se concebirá que un Dios pie de una felicidad inefable ? Si Dios no ha
que sabe todo, y que debe conocer á fondo las podido, ni querido alejar el mal de la tierra,
disposiciones de sus criaturas, tenga aun ne­ única mansión que podíamos conocer, ¿que
cesidad de tantas pruebas para asegurarse de tazón tendremos para presumir que podrá 6
ellas ? 3?: Según los cálculos de nuestros cro­ Querrá alejarle de otro mundo, del cual no tene­
nologistas, la tierra que habitamos subsiste des­ mos idea alguna?
pués de seis, ó siete mil anos. Desde este tiem­ Hace mas de dos milanos, que según Lac-
po, las naciones bajo diversas formas han es- tancio el sabio Epicuro ha dicho. ccO Dios quie­
perimentado sin cesar vicisitudes y calamidades bre impedir el mal y no puede hacerlo; ó
aflictivas : la historia nos muestra la especie ^puede y no quiere; ó ni quiere ni puede;
humana atormentada y asolada en todos tiem­ teó quiere y puede. Si lo quiere sin poderlo
pos por los tiranos, los conquistadores y loshé- tthacer, no es todo poderoso : si lo puede , y
roes; por las guerras, las inundaciones, las <vno lo quiere, tendría una malicia que no de-
92 93
cebe atribuírsele: sino lo puede ni lo quie­ conspiran á destruir la libertad del hombre ;
bre hacer, seria á un mismo tiempo impó­ P°r poco que se refleccione habrá precisión
rtente y maligno, y por consiguiente no seria de reconocer que el hombre es violentado en
rDios: si lo quiere y lo puede, ¿de donde todas sus acciones, y que su libre alvedrio es
rpues viene el mal, ó porque no lo impide.» una quimera, aun en el sistema de los teó­
Después de mas de dos mil años, los buenos logos. Queriendo justificar á la divinidad , la
entendimientos esperan una solución razona­ acusan realmente de la mas infame injusticia.
ble á estas dificultades, y nuestros doctores nos Suponen que sin la gracia, el hombre se halla
enseñan que solo en la vida futura serán alla­ en la necesidad de obrar mal, y aseguran que
nadas. Ihos le castigará por no haberle dado la gracia
Cicerón ha dicho con razón : que si Dios de obrar bien.
no se hace agradable al hombre no puede ser En lugar de criar hombres, un Dios per­
su Dios. La bondad constituye la divinidad; fecto no debiera haber criado sino angeles muy
esta bondad no puede manifestarse al hombre dóciles y sumisos. Los angeles se dice, son li-
sino por los beneficios que esperimente; cuan­ In'es, algunos de ellos han pecado , todos sin
do es desgraciado , esta bondad desaparece , y embargo no han abusado de su libertad para
hace desaparecer al mismo tiempo la divinidad. a®otinarse contra su Señor. ¿ No hubiera po­
Una bondad infinita no puede ser limitada, par­ dido Dios criar solo angeles de la buena estre­
cial , ni esclusiva. Si Dios es infinitamente bue­ ne í Si ha criado angeles que no han pecado,
no, debería hacer la felicidad de todas sus cria­ ¿no podía crear hombres impecables, ó que
turas ; un solo ser desgraciado bastaría para fuñas abusasen de su libertad para hacer mal.
anonadar una bondad sin limites. Bajo un Dios S* los elegidos son incapaces de pecar en el
infinitamente bueno y poderoso, ¿es posible °t:Io, ¿no hubiera podido Dios hacer hombres
concebir que un solo hombre pueda padecer? lInpecables en la tierra?
Un animal, un insecto que sufra forma argu­ La lógica de la razón nos enseña que no
mentos invencibles contra la providencia divina Se puede ni se debe juzgar de una causa , sino
y sus bondades infinitas. P°r sus efectos. Una causa no puede ser repu-
A pesar de que digan los teólogos que el toda constantemente buena, sino cuando pro­
hombre es libre mientras que sus principios duce constantemente efectos buenos, útiles, y
94 95
agradables. Una causa que produce bien y mal ni castigarle. Si el hombre es libre, Dios e¿
es una causa tan pronto buena como mala. Pe* quien le ha concedido la libertad de obrar ó
ro la lógica de la teología viene á destruir to­ n°; luego es Dios la causa primitiva de to’das
do esto. Según ella, los fenómenos de la na­ sus acciones; castigando al hombre de sus fal­
turaleza o los efectos que vemos en este mun­ tas, le castigaría por haber ejecutado lo que
do nos prueban la ecsistencia de una causa 'c ha concedido la libertad de hacer. Si el hom­
infinitamente buena, y esta causa es Dios. Aun­ bre no es libre para obrar de otro modo que
que este mundo esté lleno de males, aunque 1° hace, ¿ no seria Dios el mas injusto de los
el desorden reyne en él constantemente, aun­ seres si castigase las faltas que habría podido im­
que los hombres se lamenten sin cesar de pedir que se cometiesen ?
la suerte que los oprime, debemos estar con­ ¿ Que diriamos de un padre' que se nos ase­
vencidos de que estos efectos son debidos á una gurase velaba sin cesar en la conservación y
bien estar de sus hijos débiles y faltos de pre­
causa benéfica, é inmudable; y muchas gen­
tes lo creen , ó alo menos hacen apariencias de nsión ; y que por lo mismo los dejará en li­
creerlo. bertad de andar á la aventura en medio de
A muchas personas les chocan verdadera­ r°cas, de precipicios y de las aguas; que no
mente los absurdos de que está lleno el por­ impidiera si no muy rara vez seguir sus
menor de todas las religiones; pero no tienen apetitos desordenados; que los consintiera ma-
valor para internarse en el origen de donde nejar sin precaución armas de todas clases con
precisamente han de dimanar. No conocen que Peligro de que se hiciesen gravemente, Que
un Dios lleno de caprichos, de contradicciones, Pensaríamos de este mismo padre, si en lugar
ele quejarse á si mismo del mal que hubiese
y de cualidades incompatibles, acalorando,/
sucedido á sus propios hijos, los castigase por
alborotándola imaginación délos hombres,ja­
sus estravios del modo mas cruel ? Un Dios que
mas ha podido dar a luz sino una larga serie de
castiga las faltas que hubiera podido impedir,
quimeras.
es un ser falto de sabiduría, de bondad y de
¿ El. hombre es libre , ó no? En cualquie­
equidad. Un Dios que preve, impediría el
ra de Jos dos casos, vuestro Dios si tiene una
'Ual, y no tendría necesidad de castigarlo. Un
sombra de equidad, no puede recompensarle
Dios bueno no castigaría las debilidades que
■ 96 97
sabe son inherentes á la naturaleza humana, modo que los ha formado: á su poca habi­
|| l'n Dios justo, si ha criado al hombre no le lidad es preciso culpar si estos resortes no con­
castigaría por no haberle concedido la fortaleza tribuyen á la armonía de la máquina , en que
necesaria para resistir á sus deseos: Castigar la el artífice ha querido hacerles entrar. Dios.es
debilidad es la mas injusta de las tiranías. ¿No Un rey criador, que se ha creado á sí propio
es calumniar á un Dios justo el decir que cas­ toda clase de vasallos; que los ha formado se­
tiga á los hombres de sus faltas aun en la vi­ gún su gusto , y cuyas voluntades no pueden
da presente ? ¿ Como castigaría á seres, á quie­ jamas hallar resistencia. Si Dios en su impe­
nes esta en su mano corregir ,y que mientras rio tiene vasallos rebeldes, es porque él mismo
no han recibido la gracia , no pueden obrar de así lo ha resuelto. Si los pecados del hombre
otro modo? turban el orden del mundo, Dios ha querido
Según los principios de los mismos teólo­ que sea turbado.
gos el hombre en su estado actual de corrup­ Nadie se atreve á dudar de la justicia di­
ción solo puede hacer mal, supuesto que sin vina, sin embargo bajo el imperio de un
la gracia divina jamás tiene la fuerza de ha­ Hios justo , no se ven sino injusticias y vio­
cer bien : luego si la naturaleza del hombre lencias. La fuerza decide de la suerte de las
es entregada á si misma, ó bien sea faltada naciones; la equidad parece estar desterrada
de los ausilios divinos, le determina precisa­ de la faz de la tierra; un pequeño número de
mente al mal, ó le constituye incapaz de ha­ hombres se burla impunemente del reposo , de
cer el bien ¿ que se hace el libre albedrío del los bienes, y de la vida de todos los demas :
hombre? Con tales principios el hombre no pue­ todo está en conflicto , desacierto, y sin or­
de ni merecer ni desmerecer : recompensando den en un mundo gobernado por un Dios, á
al hombre por el bien que ha hecho, Dios no quien se dice, que el desorden desagrada en
baria mas que recompensarse á si mismo; cas­ estremo.
tigándole por el mal, le castigaría por no ha­ Dícese igualmente ce Dios es el árbitro so-
berle dado la gracia , sin la cual estaba imposi­ riberano de nuestros destinos; su poder supre-
bilitado de obrar mejor. ttmo que nadie puede limitar le da derecho
Dios preside una máquina cuyos resortes repara hacer de la obra de sus manos todo lo
ha criado, estos no obran sino en razón del reque se le antoje; un gusano de la tierra, co-
93 99
reino al hombre, ni aun tiene el derecho de quienes ha vencido: este derecho bárbaro no
n-murmurar si quiera.;, Este tono arrogante es puede parecer legítimo sino á esclavos dema­
visiblemente tomado del lenguaje que usan por siado ciegos para creer que todo es licito a
lo común los ministros de los tiranos cuando los tiranos cuando se encuentran demasiado
tapan la boca á los que padecen por sus violen­ débiles para resistirlos.
cias; no puede absolutamente ser el lenguaje Se nos dice, que la justicia de Dios no
de un Dios , cuya equidad se alaba ; no es es la de los hombres. ¿ De que especie , ó na­
hecho para acallar á un ser que piense. ¡ Mi­ turaleza es pues esta justicia divina ? ¿Qué idea
nistros de un Dios justo! yo os diré' pues, que puede formarse de una justicia , que se parece
el mayor poder no puede conferir á vuestro tanto á la injusticia? ¿No es confundir todas
Dios mismo la facultad de ser injusto para con nuestras ideas de lo justo y de lo injusto el de­
la mas ínfima desús criaturas: un déspota no cirnos, que lo que es equitativo en Dios, es
es un Dios. Un Dios que se arroga el derecho inicuo en sus criaturas ? ¿ Como tomar por mo­
de hacer mal, será un tirano; un tirano no delo un 'ser, cuyas perfecciones divinas son
es un modelo para los hombres, muy al con­ precisamente al revés de las perfecciones hu-
trario debe ser á su vista un objeto el mas abo- uianas ?
^fminable.
Quiere consolarsénos en nuestros trabajos,
¿ No es bien estrado que para justificar á diciendo que Dios es sufrido , y que su justi-
la divinidad, se la haga continuamente el mas ticia aunque regularmente muy lenta, no es
injusto de los seres. Cuando uno se queja de por eso menos cierta. ¿No se ve que la paciencia
su conducta , se cree hacernos callar, alegán­ no puede convenir á un ser justo, inmudable
donos que Dios es el árbitro-, lo que significa, y todo poderoso? Puede Dios, pues, tolerar
que Dios, siendo el mas fuerte, no está suje­ la injusticia ni un instante ? Contemporizar con
to á las reglas ordinarias. Pero el derecho del un mal que se conoce, anuncia debilidad, in­
mas fuerte es la violación de todos los dere­ certidumbre, ó inteligencia secreta: sufrir el
chos ; no puede pasar por derecho sino á la mal cuando se tiene la facultad y poder de
vista de un conquistador feroz, que en el fre­ estorvarlo , es hacer que el mal se haga, ó
nesí de su furor, se imagina poder hacer to­ hien consentir que se cometa.
do lo que se le antoje de los desgraciados á
100
101
acusarla de iniquidad ; temen, que semejan­
EL JESUS DE LOS CRISTIANOS NO
te a los tiranos de este mundo , la verdad le
puede servir de modelo para la divinidad. ofenda y redoble sobre ellos el peso de su ma-
Ilcia de su perversidad y de su tiranía. Es­
gallardas ideas de la justicia divina cuchan pues á sus curas que les dicen que su
pueden tener los cristianos, á quienes se dice Dios es un padre tierno ; un monarca equita-
crean que sh Dios con la mira de reconciliar" hvo, cuyo objeto en este mundo es asegurar­
se con el género humano culpable á su naci­ te del amor, de la obediencia y del respeto
miento de la falta de sus padres, ha hecho nao* *fesus vasallos, que no les deja la libertad de
rir a su hijo inocente, é incapaz de pecar? °f*rar , sino para darles ocasión de merecer sus
¿ Que diriamos de un rey, á quien se le hu­ favores y adquirir una felicidad eterna , del
biesen revelado sus vasallos , y que para apa­ fiue por título alguno les es deudor. ¿ Por qué
ciguarse y aplacarse él mismo no hallase otro tefiales se puede conocer la ternura de un padre
mejor arbitrio que hacer morir al heredero de que no lia criado la mayor parte de sus hijos,
su corona, que no se había mezclado con la re­ s*uo para arrastrar sobre la tierra una vida
belión general ? Es dirá el cristiano por bon­ Penosa , inquieta y llena de amargura ? ¿ Hay
dad hacia sus vasallos incapaces de satisfacer On presente mas funesto que esta pretendida 1 !-■
ellos mismos a su justicia divina, por la razón libertad que se dice pone á los hombres en
que Dios ha consentido en la muerte cruel'de tormentos eternos ?
su hijo; pero la bondad de un padre para los ¿Puede tenerse por modelo de la divini­ i-

estrados, no le da derecho para ser injust» y dad al Jesús de los cristianos ? Este muerto
bárbaro con su hijo: todas las cualidades que
Pata aplacar la cólera implacable de su padre,
la teología da á Dios, no hacen á cada instan­
i nos suministrará un ejemplo que deban se­
te masque destruirse unas á otras: siempre el guir los hombres ? ¡ Ah ! solo veremos en él
ejercicio de una de sus perfecciones es á espen-
un Dios, ó por mejor decir un fanático , un
sas del de otra.
misántropo, un miserable, que sumergido él
A pesar de las injusticias con que todas las
mismo en la miseria, y predicando á misera­
religiones se complacen en hacer odiosa la di- bles , les aconseja á ser pobres, combatir y
vinidad, los hombres no pueden consentiren
mfocar la naturaleza , aborrecer el placer, bus­
¡'
102
car el dolor, y detestarse á sí mismos; les di­ impracticable y superiorálas fuerzasdel hombre.
ce que por seguirle abandonen á sus padres, Admirar una moral, y ponerla en práctica
madres, parientes, amigos, etc., etc. ¡ Que be­ son dos cosas muy diferentes. Todos los cris­
lla moral ! diréis. Es admirable, sin duda, de­ tianos no cesan de admirar y alabar la moral
be de ser divina porque es impracticable pa­ del evangelio^; pero no es practicada sino por
ra los hombres. Pero ¿una moral tan sublime un pequeño número de santos, admirable pa­
no es hecha para hacer aborrecible la virtud? ta gentes que se dispensan ellos mismos de
Según la moral tan alabada del hombre Dios imitar su conducta, bajo el pretesto de que
de los cristianos, sus discípulos son en este ba­ Íes faltan las fuerzas o' la gracia necesaria pa­
jo mundo verdaderos Tántalos atormentados ra ello.
de una sed ardiente que no les es permitido Todo el universo está infestado mas d me­
aplacar, ¿No nos da semejante moral una idea nos de una moral religiosa , fundada sobre la
maravillosa del autor de la naturaleza ? Si co­ °pinion de que para agradará la divinidad, es
mo se asegura lo ha creado todo para el uso nauy necesario hacerse desgraciado sobre la
de sus criaturas ¿ por que capricho les prohíbe tierra. Se ven en todas las partes de nuestro
el uso de los bienes que ha creado para ellas? globo penitentes, hermitafios.¡faquires y faná-
El placer que el hombre apetece sin cesar, no tlcos que parece han estudiado profundamente
es otra cosa sino un lazo que Dios le ha arma­ i°s modos mas estrados de atormentarse en lio-
do maliciosamente para sorprender su debili­ "or de un ser, cuya bondad todos convienen
dad. en celebrar. La religión por su esencia es ene­
Los sectarios de Cristo quisieron hacernos miga de la alegría y del bien estar de los bom­
mirar como un milagro el establecimiento de bes. Bienaventurados son los pobres , bien­
su religión que se muestra en todo contraria á aventurados los que lloran , bienaventurados
Ja naturaleza , opuesta á todas las inclinaciones que padecen. Infelices de aquellos que es-
del corazón, y enemiga de los placeres délos bn en la abundancia y en la alegría; tales son
sentidos: pero la austeridad de una doctrina ios raros descubrimientos que el cristianismo
la hace mucho mas maravillosa á los ojos dc Juncia.
la plebe. La misma disposición que hace res­ Si, apartando la vista de todo lo que su­
petar como divina y sobrenatural una moral cede en el mundo, y queriendo atenerse solo
104 105
á los partidarios déla religión cristiana, cual* g*o por una media docena de santos oscuros,
fanáticos y frayles desconocidos, que solamen­
quiera creería , que su divino salvador ha pro­
te tendrían la gloria de lucirlo en la corte ce­
ducido Ir revolución mas maravillosa y refor­
lestial ; todo el resto de los mortales, aunque
ma mas completa en las costumbres de las na­
ciones. ce El Mesia , según Pascal, debía pro- rescatado con la sangre de este Dios, será sin
ceducir él solo un gran pueblo predestinado embargo presa de las llamas eternas.
El Júpiter material de los antiguos podía
resanto y escogido , conducirle, alimentarle, ¿
«introducirle en el lugar del reposo, y de la ®°ver, componer, destruir y engendrar seres
análogos á él mismo; pero el Dios de la teo­
«santidad: hacerle santo para con Dios, ha­
ce cerle su templo y libertarle de la codera de logía moderna es un ser estéril. Según la na­
reDios, de la servidumbre del pecado, dar le- turaleza que se le supone, no puede ocupar
lugar alguno en el espacio, ni remover la ma-
reyes a este pueblo, infundirlas en su corazón,
«ofrecerse á Dios por él, quebrantar la cabe- teria, producir un mundo visible, ni engen­
reza del Demonio, etc.» Este grande hombre drar hombres ni Dioses. El Dios metafisico es
se ha olvidado de decirnos sobre que pueblo un obrero sin manos; y no es á proposito si-
su divino Mesias ha producido los efectos ma­ n° para producir nubes, sueños, locuras y pen­
ravillosos de que habla con tanto énfasis j has­ dencias.
ta al presente parece que no ecsiste sobre la Si necesario es un Dios á los hombres, ¿por-
tierra. QUe no se contentan con el Sol, Dios visible
Por poco que se ecsaminen las costumbres dorado por tantas naciones ? ¿ Que ser tiene
de las naciones cristianas , y que se escuchen aias derecho á los homenages de los hombres
los clamores de sus curas, será preciso conve­ lúe el astro del dia, que alumbra , calienta,
nir que Jesucristo su Dios ha predicado en vivifica todos los seres; cuya presencia reani­
Mi
desierto y muerto inútilmente; sus muy pode­ ma y rejuvenece la naturaleza, y cuya ausen­
rosas voluntades hallan aun en los hombres ta parece sumergirla en la tristeza y desma­
una resistencia de que este Dios ó no puede d yo? Si algún ser anuncia al género humano
el poder, la actividad, la beneficencia , la du-
í no quiere triunfar. La moral de este divino
doctor que sus discípulos admiran tanto y prac­ rac'ion, es sin duda el Sol, á quien debe mi­
tican tan poco, solo se observa en todo un si- arse como padre de la naturaleza, como al-
106
¡na del mundo, y como divinidad; á lo me­ Hable dudar, ó negarle. En seguida era pre­
nos no se hubiera podido sin locura , dispu­ ciso probarnos que es posible que un Dios justo
tarle la ecsistencia, ó reusar de conocer su in­ castigue con crueldad ¡í los hombres por haber
fluencia y beneficios. permanecido en un estado de demencia, que
Pretender que los atributos divinos están los ha estorbado creerla ecsistencia de un ser,
fuera del alcance del espíritu humano, es con­ fine su razón alucinada no podia concebir. En
venir en que Dios no es hecho para los hom­ Una palabra era forzoso probar, que un Dio3
bres : Si se asegura que en Dios todo es infi­ fiuc se dice lleno de equidad podrá castigar
nito , se confiesa que no puede haber nada de SIn medida la ignorancia invencible y nece-
común en e'l y sus criaturas. Decir que es in­ I Sana en que se halla el hombre con respecto
finito es reducirle á la nada para el hombre,« a la esencia divina. ¿ El modo de racionar de
á lo menos es hacérsele inútil. i los teo'logos no es bien singular? ¡ellos inven-
Para el común de los hombres nada hace tdn fantasmas , las componen de contradiccio­
un argumento mas convincente que el temor. nes, y aseguran después que el partido mas
En consecuencia de este principio los teólogos | °eguro es no dudar de la ecsistencia de estas
nos dicen que es preciso tomar el partido ma¡ I fantasmas que ellos mismos han inventado!>Se-
seguro: que nada es mas criminal que la in­ | gnu este método no hay absurdo que no esté
credulidad : que Dios castigará sin piedad :l ’Has seguro de creerse que de negarse. Todos
todos los que tengan Ja temeridad de dudará« i lys nidos son ateos; ellos no tienen idea algu­
su ecsistencia ; que su rigor es justo, en vis-1 na de Dios; ¿ son pues criminales por esta ig­
ta de que nada sino la demencia ó la malig­ norancia ? ¿ A que edad principian á estar obli­
nidad pueden impugnar la ecsistencia de u” gados á creer en Dios? A la edad de razón di-
monarca encolerizado que castigará severamen­ re¡s : ¿en que tiempo debe empezar esta edad?
te á los Ateos : Si ecsaminamos estas amena' l’or otra parte si los teo'logos mas profundos
zas á sangre fria, hallare'mos siempre que su­ Se pierden en la esencia divina y se alaban
ponen la cosa en cuestión. Era necesario em­ (]e que la comprenden , ¿ que ideas puede te-
pezar por probarnos de un modo satisfactori1’ la gente común, las mugeres, los arte­
la ecsistencia de un Dios, antes de décimo« sanos, y en una palabra los que componen
que lo mas seguro es creerle y lo mas abonú’ 1® gran masa del ge'ncro humano?
i
« -a .£■i
108 109
Decís, os avergonzáis de vuestros conciu­
dadanos; á quienes se persuade que el Dios del i
universo ha podido transformarse en hombre, SOBRE EL DOGMA DE L 4 ETERNIDAD.
y morir en una cruz en un rincón del Asia.
¿Hallaréis mas absurdo el misterio inefable de La justicia divina, tal como nuestros doc­
la trinidad ? Nada os parecerá mas ridiculo que
tores la pintan, es sin duda bien propia para
se convierte en pan , y se hace comer cada dia hacernos estimar la divinidad : según los co­
en mil parages distintos. ¡ Muy bien ! ¿Son mas
nocimientos de la teología moderna, parece
chocantes, estos misterios para la razón que
evidente que Dios no ha criado el mayor mi­
un Dios vengador y remunerador de Jas accio­
nes de los hombres ? nierò de los hombres sino con la mira de po­
nerlos en estado de merecer tormentos eternos..
No hay cosa mas contradictoria, mas im­
¿No hubiera sido mas conforme á la bondad,
posible , ni mas misteriosa , que la creación de
a la razón y á la equidad criar solo piedras ó
la materia por un ser inmaterial, que siendo
Plantas, y no seres sensibles, que formar hom­
invariable él mismo, causa las mudanzas con­ bres cuya conducta en este mundo podia atraer
tinuas que vemos en el mundo. Nada hay mas los castigos sin fin en el otro? Un Dios bas­
incompatible con los conocimientos de la ra­
tante pérfido y maligno para crear un solo hom­
zón que el creer que un ser soberanamente bue­ bre y dejarle después espuesto al peligro de
no , sabio, equitativo y poderoso, preside á b
condenarse, no puede ser mirado como un ser
naturaleza, y dirige por sí mismo los movi­
perfecto, pero si como un monstruo de sinra-
mientos de un inundo lleno de locuras, mise­
2°n , de injusticia, de malicia y atrocidad. Los
rias, crímenes , y desordenes que él mismo hu­
teólogos lejos de componer un Dios perfecto,
biera podido precaver, estorvar o' hacer desa- , 1‘an formado el mas imperfecto de los seres.
parecer con una sola palabra. Mas brebe : cuan- ,
El Dios de la teologia no puede mostrarse
do se admite un ser tan contradictorio como el bl como se pinta sino bajo los puntos de vis­
Dios teológico, con muchísima razón pueden ta mas á proposito para alejar el amor. Les
los hombres despreciar los absurdos manifiestos, ‘levotos que nos dicea que aman sinceramen-
milagros asombrosos , misterios profundos, / ,e á su Dios, son ó embusteros, ó locos, que
fábulas improbables. 110 ven á su Dios sino de perfil. Es imposible
6
lio
111
amar un ser, cuya idea no sirve mas que pa­ su sufrimiento ; estos motivos eran ó su pro­
ra inspirar el terror, y cuyos juicios hacen pia seguridad, ó el furor de la venganza, ó el
estremecer : ¿ Como mirar sin atemorizarse á deseo de espantar con ejemplares terribles, ó
un Dios, á quien se supone la barbarie nece­ quizá la vanidad de hacer alarde de su poder,
saria para condenarnos ? y el deseo de satisfacer una curiosidad brutal
No se nos hable de un temor filial, ó de y bárbara. ¿ Un Dios puede tener alguno de
un temor respetuoso , y mezclado de amor que estos motivos? Atormentando las víctimas de
los hombres deben tener para con su Dios. su cólera castigaría seres que no han podido
Un hijo no puede de ningún modo amar á su realmente poner en peligro su poder constan­
padre cuando le vé demasiado cruel para apli­ te, ni turbar su felicidad que nada puede al­
carle tormentos inauditos, á fin de castigarle terar. Por otra parte los tormentos de la otra
por las menores faltas que hubiese cometido. vida serian inútiles á los vivientes que no pue­
Ningún hombre sobre la tierra puede tener den ser testigos de ellos; estos suplicios serian
la menor chispa de amor para un Dios que re­ mótiles á los condenados, supuesto que en el
serva castigos infinitos á cada noventa y nueve milenio no se convierten, y que el tiempo de las
de sus cien hijos. misericordias ha pasado; de donde se sigue
Los inventores del dogma de la eternidad que Dios en el uso de su venganza eterna no
y de las penas del infierno han hecho de Dios, tendría mas fin que divertirse, e' insultar la de­
á quien dicen tan bueno, el mas detestable de bilidad de sus criaturas.
todos los seres. La crueldad en los hombres es el Apelo al género humano entero. ¿Hay en
último término de la perversidad : no hay al­ naturaleza un hombre que se conosca bás­
ma sensible que no se estremezca y- altere al tente cruel, para querer atormentar á sangre
oir solamente los tormentos que padece el IB®' fria no digo á un semejante suyo, sino á cual­
yor de los malhechores; pero la crueldad e* quiera ser sensible, sin interés, sin provecho,
aun mas capaz de indignar cuando se la juzga sm curiosidad y sin tener nada que temer de
voluntaria ó falta de motivos. Los tiranos nws ? Concluid, pues, ¡ ó teólogos! que vues-
sanguinarios, los Caligulas, los Nerones, l°s tr° Dios es infinitamente mucho mas malo que
Domicianos, tenían á lo menos algún motivú ci mas perverso de todos los hombres.
para atormentar á sus víctimas, y para insulté Me diréis puede ser que ofensas infinitas.
112 113
merecen castigos infinitos : y yo os diré, que tad , y que está en su mano alterar su bondad
no se ofende á un Dios, cuya felicidad fes sin y cambiarla en crueldad. La teología no hace
fin : diré ademas que las ofensas de seres fi­ s‘n cesar otra cosa que destruir con una mano
nitos no pueden ser infinitas-diré que un Dios lo que edifica con la otra- Si toda religión es-
que no quiere que se le ofenda, no puede con­ 12 fundada sobro un Dios que se irrita y se
sentir en hacer durar las ofensas de sus cria­ aIJlaca , toda religión está fundada sobre una
turas durante la ternidad : diré que un Dios contradicción palpable.
infinitamente bueno, no puede ser infinita­ bodas las religiones se unen para ecsage-
mente cruel, ni conceder á sus criaturas una rarnos la sabiduría y poder infinito de la di­
duración sin fin únicamente por darse el pla­ gnidad; pero cuando nos manifiestan su con­
cer de atormentarlas sin fin. ducta, no hallamos en ella sino imprudencia,
Nada hay sino la barbarie mas salvage, la falta de previsión, debilidad y locura. Dios,
mas insigne bribonería y la ambición mas cie­ 5e dice , ha criado el mundo para si mismo, y
ga, que hayan podido hacer imaginar el dog­ liasta aqui, jamás ha podido conseguir hacer-
ma de la eternidad de los castigos. Si ecsistie- Se honrar convenientemente: Dios ha creado los
se un Dios , á quien se pudiese ofender y blas­ hombres á fin de tener en sus estados vasallos
femar, no habría sobre la tierra mayores blas­ *|ue le rindan homenages, y nosotros vemos á
femadores que los que se atreven á decir que o* hombres siempre rebelados contra él.
este Dios es un tirano bastante perverso para Que diremos de la invención Ae.\ Infierno^
complacerse durante la eternidad con los inú­ 'Uinsion que se dice horrible , donde no obs-
tiles tormentos de sus débiles criaturas. bnte la bondad de Dios, reserva tormentosin-
Pretender que Dios puede ofenderse de la* 1-nitos al muyor número de los hombres. Asi,
acciones de los hombres , es reducir á la nada después de haber hecho á los mortales muy
las ideas que por otra parte se esfuerzan eP desgraciados en este mundo, la religión losha-
darnos de este ser. Decir que el hombre pue­ Ce conjeturar que Dios podrá muy bien hacer-
de turbar el orden del universo, encender el
todavía mas desgraciados en el otro; se sa­
rayo en la mano de su Dios, y desbaratar suS fe del apuro diciendo que entonces la bondad
proyectos , es decir que el hombre es mas fuer­ d® Dios hará lugar á su justicia; pero una bon •
te que su Dios, que es el árbitro de su voluá' dad que hace lugar á la crueldad mas terrible
114 115
no puede jamas reputarse infinita. Por otra par­ El cuerpo humano después de la muerte no
te un Dios, que desvies de haber sido infi­ es mas que una masa incapaz de producirlos
nitamente bueno, se hace infinitamente malo, movimientos cuyo conjunto constituye la vida,
¿puede ser mirado como un ser inmudable? no se ve entonces en el circulación, respiración,
¿Un Dios que siempre se halla lleno de un digestión, palabras, ni pensamientos. Se preten­
furor implacable es un Dios, en quien se pue de que entonces el alma se ha separado del
de hallar sombra de clemencia de benignidad cuerpo : pero decir que esta alma de ninguna
ó de bondad ? manera se conoce en el principio de la vida,
Si pregunto ¿que motivos hay para supo es no decir nada, sino que una fuerza desco­
ner que el alma es inmortal? se me responde­ nocida es el principio oculto de movimientos
rá al instante: es, que el hombre por su na­ ’mperceptibles. Nada mas natural ni mas sen­
turaleza desea ser inmortal, ó lo que es lo mis­ cillo que creer que el hombre muerto no vive
mo vivir siempre. Pero replicaré , ¿ de que vos ya, nada mas estravagante que creer que el
deseeis una cosa con ansia, es suficiente para hombre muerto conserva todavía la vida.
concluir que se realizará ? ¿ Porque estrana ló­ Nos reimos de la sencillez de algunos pue­
gica se atreven á decidir que una cosa no pue­ blos, cuyo uso es enterrar provisiones con los
de dejar de suceder únicamente porque se de­ muertos, con la idea de que estos alimentos
sea con ansia que suceda? Los deseos alboro­ serán útiles y necesarios en la otra vida. ¿ Es
tados por la imaginación de los hombres, son mas ridículo ó mas absurdo creer que los hom­
pues la medida de la realidad ? Los impips, de­ bres comerán después de la muerte, que ima­
cís, privados de las esperanzas lisonjeras de ginarse que pensarán, que tendrán ideas agrada­
otra vida , desean ser reducidos á la nada , muy bles , ó tristes, que gozarán ó padecerán , y que
bien. ¿ Y no están ellos del mismo modo au­ esperimentarán arrepentimiento ó alegría, cuan­
torizados á concluir, según este deseo, que do los órganos propios para causarles sensacio-
ellos serán reducidos á la nada, como vosotros nes, ó ideas, serán un ser disuelto y reducido
pretendéis estarlo á concluir que ecsistiréis siem­ a polvo? Decir que las almas de los hombres
pre porque lo deseáis? serán felices ó desgraciadas después de la muer­
El hombre muere todo entero. Nada es mas te del cuerpo, es pretender que los hombres
evidente para el que conserva su juicio sano. podrán ver sin ojos, oir sin oídos, gustar sin
117
116
paladar, oler sin nariz, y tocar sin manos y nos para al mayor número de los mortales?
sin pies. Naciones que se creen civilizadas ¿ La idea del anonadamiento total no es i n fi­
adoptan sin embargo semejantes ideas. lamente preferible á la de una ecsistencia eter­
Se nos alaba muy á menudo la utilidad del na acompañada de dolores, y de crujimiento
de dientes ? ¿ Es mas aflictivo el temor de ec-
dogma de la otra vida : se pretende que aun
sistir siempre que el de no haber ecsistido?
cuandc fuese una ficción , es ventajoso porque
El temor de dejar de ecsistir solo es un mal
se hace respetable á los hombres mas virtuo­
efectivo para la imaginación que ha inventado
sos y cuerdos. ¿ Son notables por sus buenas
d dogma de la otra vida.
costumbres y conducta las naciones en que es­
ta ficción se halla establecida? ¿ No se lleva el Decís i d doctores cristianos! que la idea de
mundo visible la ventaja sobre el invisible? Si una vida mas feliz es alagüeña : convengo en
ello: nadie hay que no desee una ecsistencia
los que están encargados de instruir y gober­
nar á los hombres tuviesen luces y virtudes, nías agradable y mas firme que la de que go­
za aqui bajo. Pero si el paraíso es seductor,
los gobernarían mucho mejor por medio de
realidades que de vanas quimeras; pero los le­ convendréis también en que el infierno es es­
pantoso. El cielo es muy difícil, y el infierno
gisladores perversos, ambiciosos y corrompidos,
uiuy fácil de merecer. ¿ No decís que una
han hallado mas fácil adormecer las naciones
senda estrecha y penosa conduce á las regiones
con fábulas, que ensenar las verdades, desar­
afortunadas, y que una senda ancha guia á las
rollar su razón, escitarlos á la virtud por mo­
regiones de la infelicidad ? ¿ No repetís á cada
tivos reales y sensibles, y gobernarlos de un
Paso , que el número de los escogidos es muy pe­
modo razonable.
queño y muy grande el de lot reprobos ? ¿ No
Según las ficciones de la teología , las re­
es necesario para salvarse ciertas gracias que
giones de la otra vida son felices y desgracia­
Muestro Dios concede solo á muy pocos? Muy
das; nada mas fácil que atraerse los tormen­ foen. Yo os diré que estas ideas de ningún mo-
tas terribles que la divinidad prepara á las víc­ (|° son consoladoras: diré que quiero mas ser
timas desdichadas de su furor eterno. Los que
aducido á la nada de una vez, que ser tosta­
hallan la idea de la otra vida tan dulce y H'
do eternamente : diré que la suerte de los ani­
sonjera ¿han olvidado que la otra vida debe,
males me párete mas apetecible que la de los
según ellos, ser acompañada de tormentos eter­
118 119
condenados : diré , que la opinión que n>e bidos á aquellos que caminan con nosotros.
alija de temores molestos en este mundo, me Si el deista no ve á Dios mas que por el
parece mas lisonjera, que la incertidumbre en lado bueno, el supersticioso lo ve del lado mas
que me deja la opinión de un Dios que , ár­ deforme. La locura del uno es alegre, la del
bitro de sus gracias, solo las dispensa á sus fa­ °tro es lúgubre: pero ambos á dos deliran
voritos, y permite que todos los demas se ba­ igualmente. Aun cuando la ecsistencia del al­
gan merecedores de eternos castigos. Solo el en­ ma , no se puede dejar de conocer que depen­
tusiasmo ó la locura pueden hacer preferir a de totalmente del cuerpo, y sufre con él todas
un sistema evidente que asegúralas conjeturas Ls visicitudes que esperimenta el mismo cuer­
improbables, y los temores aflictives. po , y por lo mismo se imaginan que el alma
Se asegura que el dogma de la otra vida no tiene por naturaleza nada de análogo con
es de la mayor importancia para el reposo de él: se quiere que pueda obrar,.y sentir sin
las sociedades , se imaginan que sin él, care­ ayuda del cuerpo: en una palabra se preten­
cerían los hombres en este mundo de motivos de que privada de este cuerpo, y desprendí- <’
para hacer bien. ¿ Qué necesidad hay de ter­ da de sus sentidos esta alma podrá vivir, go­
rores y de fábulas para hacer conocer á todo zar, sufrir, esperimentar el bien estar, ó sen­
hombre razonable el modo con que debe con­ tir tormentos rigurosos. Aunque los hombres se
ducirse sobre la tierra? ¿No ve cada uno de hallen en la imposibilidad de formarse idea de
nosotros que tiene el mayor interes en mere­ su alma , ó de este supuesto espíritu , que los
cer la aprobación , la estima, la benevolencia anima, se persuaden que esta alma descono­
de los seres que le rodean , y en abtenerse de cida esta esenta de la muerte : sobre semejan­
todo lo que puede atraerle el vituperio , el des­ te tejido de absurdos imaginarios se ha cons­
precio , y el resentimiento de la sociedad ? P°r truido la opinión mravillosa de la inmortali­
corta que sea la duración de un festín, de un» dad del alma.
conversación, de una visita, cada uno quie1'6
hacer en ella un papel decente, agradable pa­
ra si propio y para los demas : si la vida es
solo un pasage, tratemos de hacerle fácil; !1°
puede serlo si faltamos á los miramientos de-
121
garla han sufrido tormentos inauditos; pues es­
LOS SANTOS SON INUTILES Y PERJU- ta no puede ser la religión de un Dios bené­
hiciales. fico , equitativo , y todo poderoso. Un Dios
bueno no permitiría que los hombres encarga­
Si la historia ine ensena que los primeros dos de anunciar sus voluntades fuesen maltra­
apóstoles, fundadores ó reformadores de mila­ tados. Un Dios todo poderoso, queriendo fun­
gros han hecho grandes milagros, la historia dar una religión se valdría de medios mas sen­
me ense ña también que estos reformadores y cillos y menos funestos á sus fieles servidores.
sus adictos han sido por lo común deshonrados, Decir que Dios ha querido que su religión fue­
perseguidos, y condenados á muerte como per­ se sellada con sangre, es decir, que este Dios
turbadores del reposo de las naciones. Estoy ya es de'bil, injusto , ingrato y sanguinario , y que
casi por creer que no han hecho los milagros que sacrifica indignamente sus enviados á sus am­
se les atribuyen; en efecto, estos milagros habrían biciosas miras.
debido hacerles un gran número de partidarios, Morir por una religi on no prueba que sea
entre los que los veian, que hubieran debido Verdadera ó divina cuando mas se . probará
impedir que los ejecutores de ellos fuesen mal­ que se la supone tal. Un entusiasta muriendo,
tratados : mi incredulidad se redobla, si se me nada prueba, sino que el fanatismo religioso
dice que los hacedores de milagros han sido es muchas veces mas poderoso que el amor de
cruelmente atormentados y ajusticiados. ¿Có­ de la vida. Un impostor puede algunas veces
mo es posible creer que misioneros protegidos morir eon valor ; hace entonces como se dice
por un Dios, y revestidos de su poder divino de necesidad virtud.
gozando de la gracia de hacer milagros no ha­ Causa sorpresa y compasión muchas veces
yan podido obrar el sencillo de sustraerse á la el ahinco generoso y celo desinteresado que ha
crueldad de sus perseguidores ? conducido á los misioneros de predicar su doc­
Hay también la destreza de sacar de las mis­ trina, aun con peligro de esperimentar los tra­
mas persecuciones una prueba convincente en tamientos mas rigurosos. Se sacan de este amor
favor de la religión que se alaba de haber he­ por la salvación de los hombres consecuencias
cho perder la vida á muchísimos mártires, y favorables á la religión que han anunciado. Pe­
que nos asegura que sus fundadores por propa­ ro en el fondo este desinterés es solo aparente.
122 125
Quien nada tiene, nada aventura ; un misio­ muerte violenta de un ambicioso ó de un sal­
nero que nada tiene , quiere probar fortuna teador de caminos; no prueba que han tenido
con el ausilio de su doctrina, sabe que si tie­ razón para turbar la sociedad, ó que se han
ne la felicidad de vender su género , se liara creido autorizados para hacerlo. El oficio de
el dueño absoluto de los que le tomen por su misionero fué siempre alagüeno á la ambición,
guia, está seguro de hacerse el objeto de sus y cómodo á espensas del vulgo : estas venta­
cuydados, de sus respetos y de su veneración: jas han podido bastar para hacer olvidar los
tiene motivo para creer que de nada carecerá. peligros que le rodeaban.
Tales son las verdaderas causas que inflaman ¿ Nos decís, ó teólogos, que lo que es locura
el celo y carácter de tantos predicadores y d los ojos de los hombres es sabiduría delan­
misioneros como se ven correr por el mundo. te de un Dios que se complace en confundir
Morir por una opinión no prueba mas la la sabiduría de lossabiosl Pero ¿no decís que
verdad ó bondad de ella, que el morir en una la sabiduría humana es un don del cielo? Di-
batalla el derecho y razón del príncipe por CU' riéndonos que esta sabiduría desagrada á Dios,
yos intereses tienen tantos la locura de sacri- que no es sino locura á sus ojos, y que él quie­
idearse. El valor de un mártir alucinado ’con re confundirla, nos anunciáis que vuestro Dios
la idea de un paraíso, nada mas de sobrena­ no es amigo sino de gentes estúpidas, y que
tural tiene que el valor de un soldado aluci­ hace á los hombres sensatos un funesto presen­
nado con la idea de la gloria, ó movido pof te , por el cual este pérfido tirano espera cas­
el temor de la deshonra. ¿ Que diferencia se tigarlos cruelmente algún dia. ¿No es bien es­
halla entre un Iroqués que canta mientras que trado que no se pueda ser amigo de vuestro
se le quema á fuego lento , ó el mártir san Lo­ Líos , sino declarándose enemigo de la razón
renzo que sobre las parrillas insulta al tirano - y del buen sentido?
Los predicadores de una nueva doctrina La fé según los teólogos es un consenti­
caen, porque no son los mas fuertes: los apor­ miento inevidente. De donde se sigue que la
tóles ejercen comunmente un oficio peligroso religión ecsige que se crean firmemente cosas
cuyas consecuencias preveen de antemano; su no evidentes, y proposiciones comunmente muy
muerte animosa no prueba mas la verdad poco probables, ó muy contrarias á la razón.
sus principios, ni su propia sinceridad, que Pero recusar á la razón por juez de la fe , ¿ no
124
125
es confesar que aquella no puede acomodarse
Nuestros doctores nos dicen que debemos
en esta ? Supuesto que los ministros de la re­
sacrificar nuestra razón á Dios. Pero , ¿ qué mo­
ligión lian tomado el partido de desterrar la ra­
tivos podemos tener de sacrificar uuestra razón
zón , es preciso que hayan conocido la impo­
a un ser, que solo nos hace presentes inútiles,
sibilidad de conciliaria con. la fe, que no es vi­
de los cuales no pretende que hagamos uso ?
siblemente sino una ciega sumisión á sus sacer­
¿Que' confianza podemos tener en un Dios que,
dotes , cuya autoridad en muchas cabezas pa­
Segun nuestros mismos doctores afirman, es bas­
rece tener mas fuerza que la evidencia misma,
tante maligno para endurecer las corazones,
y ser preferible al testimonio de los sentidos:
para cegar á los hombres, para armarlos lazos,
«Sacrificad vuestra razón , renunciad á la es-
y para reducidos en tentación?. En fin ¿ que
re periencia, desconfiad del testimonio de vues-
confianza podemos tener en los misterios de es­
rc tros sentidos; someteos sin ecsámen á lo que
te Dios que para guiarnos mas cómodamente,
re nosotros os anunciamos en nombre del cie-
nos manda tener cerrados los ojos?
ee lo » Tal es el lenguage uniforme de tolos
¿Qué es un santo en todas las religiones?
los sacerdotes del mundo , sobre ningún pun­ Uu santo es un hombre que reza , que ayuna ,
to están de acuerdo, sino sobre la necesidad
l’Je se atormenta , que huye del mundo, que
de no pensar jamas, cuando se trata de los prin ■
c°mo un buho, no se complace sino en la so­
cipios que nos presentan como los mas esen­ ldad , que se abstiene de todo placer, y que
ciales para nuestra felicidad.
Parece asombrado de todo objeto que le dis­
Pretender que estamos obligados á creer co­
traiga un momento de sus meditaciones faná-
sas que están fuera del alcance de nuestra ra­
dcas. ¿Es pues esto la virtud? ¿Un ser de esta
zón , es una aserción tan ridicula como decir,
especie es útil á los demas ? ¿ no se disolverla
que Dios ecsige que sin alas nos elevemos en
11 sociedad , y los hombres volverían al estado
los aires. Asegurar que hay objetos sobre los
salvage,si cada uno en particular fuese dema­
que no.es permitido consultar la razón , es de­
siado loco para querer ser santo ?
cirnos que en el asunto mas interesante para
Es muy evidente que la práctica literal de
nosotros , no es necesario consultar mas que la
la divina moral de los cristianos acarrearía in­
imaginación , ó que es á propósito obrar solo
faliblemente la ruina de las naciones. Un cris­
por casualidad.
tiano que quisiese aspirar ala perfección , de«
126 127
hería apartar de su espíritu todo lo que pue­ tituye comunmente el carácter distintivo délos
de distraerle del cielo su verdadera patria, no grandes santos. El orgullo les persuade que
vé sobre la tierra sino tentaciones, lazos y oca­ son hombres estraordinarios, muy superiores á
siones de perderse. Debe temer la ciencia co­ la naturaleza humana, seres mucho mas per­
mo dañosa á la fe; huir la industria como un fectos que los otros, y favoritos de Dios, á quie-
medio de obtener las riquezas muy fatales á su nes mira con mucha mas complacencia que al
salvación; renunciar á los empleos y honores, resto de los demas hombres. La humanidad en
como á cosas capaces de escitar su orgullo y Un santo no es por lo común, sino un orgullo
distraerle del cuydado de pensar en sn alma. ®as refinado que el ordinario de los hombres.
En una palabra, la sublime moral de Cristo ¡ Solo una muy ridicula vanidad puede deter­
sino fuese impracticable , rompería todos lo® minar al hombre á hacer una guerra continua
vínculos de la sociedad. su propia naturaleza !
Un Santo en el mundo no es un ser mas Una moral .que contradice la naturaleza del
útil que un santo en el desierto ; el Santo en lumbre no es hecha para él. Pero, diréis la
el mundo tiene un humor tétrico, desconten­ naturaleza del hombre se ha corrompido. ¿En
to y á veces turbulento; su celo le obliga en lue consiste esta supuesta depravación ? Con­
conciencia á turbar la sociedad con opiniones iste en que tiene pasiones. Pero ¿las pasiones
ó desvarios que su vanidad le hace tomar co­ son anecsas á la esencia del hombre? ¿No
mo inspiraciones del cielo. Los anales de todas es preciso que busque, que desee, que amelo
las religiones están llenos de santos inquie­ lue es, ó cree ser útil á su felicidad ? ¿ No lo
tos, intratables, y sediciosos que se han hecho es también que tema ó huya lo que juzga que
ilustres por las desolaciones que para la Puede serle desagradable ó funesto? Inflamad
yor gloria de Dios han causado sobre la tier­ sUs pasiones con objetos útiles, enlazad á ellos
ra. Si los santos que viven en el desierto son su bien estar, apartadle por motivos sensibles
inútiles, los que viven en el mundo son por lo ? conocidos de lo que puede dañarle á sí pro­
común muy peligrosos. pio, ó á los otros, y haréis un ser razonable
La vanidad de hacer gran papel y el de­ 7 virtuoso. Un hombre sin pasiones seria igual­
seo de hacerse ilustres á los ojos del popula­ mente indiferente para el vicio y para la virtud.
cho necio con una conducta caprichosa , cons- Siempre habrá peligro de engañarse cuan­
128 129
do se quiera juzgar de las opiniones de los hom­ y hablar bien? Con una conducta irreprensible,
bres por su conducta, ó de esta por sus opi­ se puede ser un ignorante sobre muchas cosas
niones. Un hombre muy religioso á pesar de
y hablar muy mal. Cuando se trata de la ver­
los principios insociables y crueles de una re­ dad nos importa poco que venga de donde
ligión sanguinaria, será alguna vez, por una quiera. No juzguemos de los hombres por sus
infeliz consecuencia, humano, tolerante y mo­ opiniones, ni de sus opiniones por los hom­
derado; entonces los principios de su religión bres ; juzguemos de ellos por su conducta , y
no convienen con la dulzura de su carácter. de sus opiniones para su conformidad con la
Un libertino, un desenfrenado , un hipócrita, esperiencia, con la razón, y con la utilidad
un adultero, un bribón nos muestran regular­ del género humano.
mente que tienen las ideas mas verdaderas so­ El dogma de la inmortalidad del alma su­
bre las costumbres. ¿Porque no las ponen en pone que esta es una sustancia simple, en una
práctica? Porque sus temperamentos, sus in­ palabra, un espíritu, pero ¿que es un espiri­
tereses y sus usos no convienen con sus stíbli- ta? nEs, se dice una sustancia falta de es-
mes teorías. Los principios mas severos de la
unción , incorruptible, que nada tiene de co ■
moral cristiana, que tantas gentes hacen pasar mua con la materia.n Pero si esto es asi ¿có-
por divinas, no influyen sino muy débilmen­ n*o vuestra alma, hace, crece, se robustece,
te sobre la conducta de los que los predican á
Se debilita, se desarregla y envejece con la
los otros. ¿ No nos dicen continuamente que taisma progresión que el cuerpo ? Creer la ec-
hagamos lo que nos mandan, y no lo que ellos S1stencia del alma inmortal,- es persuadirse de
hacen ? ecsistencia de una cosa, de ,1a cual es im­
Los partidarios de la religión designan con­ posible formarse ideas verdaderas; creer solo
tinuamente á los incrédulos con el nombre de ta palabras, sin poder darlas algún sentido.
libertinos. Puede muy bien suceder que mu­
chos incrédulos tengan costumbres depravada?;
estas son debidas á sus temperamentos, y no
á sus opiniones. ¿ Un hombre sin costumbres
no puede ser buen médico, buen arquitecto,
buen geómetra, buen lógico, buen metáfisico,
130 151
* propósito para contener las pasiones de los
" hombres.»
L¿ RELIGION NO SOLO ES INUTIL A Para desengañarse de la utilidad de los co­
los hombres, si que es perjuhicial. nocimientos religiosos, basta abrir los oios, y
, considerar cuales son las costumbres de las na­
Jalada es tan raro en el mundo como los ciones mas sumisas á la religión. En ellas se
hombres consecuentes: sus opiniones solo inflo- i Ven tiranos orgullosos, ministros opresores, cor­
yen sobre su conducta cuando son conformes tesanos pérfidos, concusionarios sin número,
á sus temperamentos, sus pasiones, y sus in­ 1 Magistrados poco escrupulosos, picaros, adul­
tereses. Las opiniones religiosas, según la es- aros , libertinos, mugeres prostituidas , ladro­
periencia diaria producen mucho mal, y poco nes, y bribones de todo especie, que jamas han
dudado ni de la ecsistencia de un Dios venga­
bien; son dañosas porque se acomodan regU'
dor, y remunerador, ni de los suplicios del
larmente con las pasiones de los tiranos, d«
Mfierno , ni de las felicidades del paraíso. Aun­
los ambiciosos, de los fanáticos y de los sacer­
dotes : ningún efecto surten , porque son in­ que en vano para el mayor número de los bom­
bea, los ministros de la religión se han apli­
capaces de contrarestar los intereses presente!
del mayor número de los hombres. Los prin­ cado á presentar la muerte muy terrible á la
cipios religiosos siempre se desprecian y hecha11 Vlsta de sus secuaces. Si los cristianos mas de­
á un lado cuando se oponen á los deseos votos pudiesen ser consecuentes, pasarían toda
dientes ; sin ser incrédulo, el hombre obra en­ 511 vid? llorando, y morirían en seguida con
lo{ mas terribles sobresaltos. ¿ Qué cosa mas
tonces como si lo fuese.
horrorosa que la muerte para los desventura­
Se nos repite sin cesar que muchas pers°"
ñas sensatas concluyen por creer que la reli­ dos , á quienes se repite á cada paso que el
gión es necesaria para contener á los hombre!; horrible caer entre las manos de Dios vivo,
que sin ella ningún freno ecsistiria para W se debe esperar su salvación con la mayor
pueblos : que la moral y la virtud la esta'n in­ ^quietud y temor ? Sin embargo se nos asegu­
timamente unidas: re El temor de Dios (se n0* ro que la muerte del cristiano tiene consuelos
re grita) es el principio de la sabiduría. Lo® “'finitos, de que está privada la del incrédu­
re terrores de la otra vida son saludables y 3 lo. El Luen cristiano se nos dice, muere con
152 135
la firme esperanza de la felicidad eterna que Vacilantes. El deseo de parecer bien al mun-
ha procurado merecer. ¿ Pero esta firme certe­ ti torrente de las costumbres, el temor del
za, no es una presunción digna de castigo a ridículo y del que se dirá tienen mucha mas
los ojos de un Dios severo ? ¿ Los mayores san­ fuerza que todas las opiniones religiosas. ¿No
tos no deben ignorar si son dignos de amor, va un militar continuamente á arriesgar su vi­
de odio? Sacerdotes que nos consoláis con la da en los combates por temor del deshonor,
esperanza de los bienes del cielo, y que por aun con peligro de incurrir en la condenación
entonces apartais la vista de los tormentos del eterna ?
infierno , ¿ habéis tenido la ventaja de vtr vues­ Cuando un hombre tiene gran deseo de pe­
tros nombres, y los nuestros escritos en el 1¡" ncar , lo que menos piensa es en su Dios ; al
bro de la vida '! contrario , cualquiera crimen que haya come-
Oponer á las pasiones y á los intereses pre­ udo, se lisonjea siempre que este Dios modi-
sentes de los hombres , las nociones oscuras de heará para con él la dureza de sus decretos,
un Dios metáfisico que nadie conoce , los cas­ ningún mortal cree seriamente que su conduc-
tigos increíbles de la otra vida, y los placeres b pueda condenarle; aunque teme un Dios
del cielo, de que no se tiene idea ¿no es comba­ terrible, que muchas veces le hace temblar,
tir realidades con quimeras? Los hombres ja­ S1empre que ostentado con fuerza peca, y no
mas tienen de su Dios sino ideas confusas, ja­ ve en seguida sino un Dios de las misericor-
mas piensan en él cuando tienen deseo de ha­ cuya idea le tranquiliza. ¿ Hace mal?
cer mal; siempre que la ambición, la fortuna, espera tener tiempo de enmendarse; y prome­
ó el placer los solicitan ó los impelen , Dios, te en estremo arrepentirse algún día.
sus amenazas , ni promesas no los detienen- La mayor parte de los hombres rara vez
Las cosas de esta vida tienen para el hombre P’ensan en Dios, ó ó lómenos no se ocupan
un grado de certidumbre que jamas puede dar bucho en ello : su idea tiene tan poca consis­
á las del otro mundo la fe mas viva. tencia y es tan aflictiva, que no puede fijar
No hay hombre que no tema mas lo que bUcho tiempo la imaginación de algunos de­
vé, que lo que no vé; las sentencias de 1°3 cantes tristes y melancólicos, que seguramen­
hombres cuyos efectos esperimenta , que 1°! te no constituyen el mayor número de los ba­
de un Dios de quien solo tiene idea3 vagas f stantes de este mundo. El vulgacho nada
134 155 .
comprende; su ddbil imaginación se enmara­ roiten a la otra vida, es decir, nos alegan con­
ña cuando quiere pensar en él. El hombre de jeturas para destruir hechos de que no se puede
negocios solo piensa en ellos; el cortesano en dudar.
sus intrigas ; las gentes del mundo, las ¡nu- Para encubrir la falta de poder de sus sor­
geres, y los jovenes de ambos secsos en sus pb' dos Dioses, la religión ha llegado á hacer creer
ceres; la disipación borra muy prontamente en 3 los mortales, que sus iniquidades son las
ellos los fatigosos conocimientos de la religión; que encienden siempre la colera de los cielos.
los ambiciosos, los avaros, los desenfrenado* Los pueblos á si mismos se atribuyen la cau­
alejan de si con mucho cuidado unas especula­ sa de los infortunios y reveses que esperimen-
ciones demasiado débiles para contrarrestraí tan á cada paso. Aunque la naturaleza en de­
sus pasiones diversas. sorden hace algunas veces esperimentar sus efec­
¿ Quién es aquel á quien la idea de un Dio* tos á las naciones, sus malos gobiernos son
impone temor ? A algunos hombres débiles, continuamente la causa inmediata y perma­
tristes y disgustados de este mundo ; á alguna» nente de que dimanan las continuas calami­
personas, en quienes las pasiones están amor- dades que se ven obligados á sufrir. ¿Es por
tiguadas, bien sea por la edad, por las enfe1' Entura á otra cosa que á la ambición de los
inedades, ó por los reveses de la fortuna. ‘«yes y de los grandes, a su negligencia, vi-
religión no es un freno sino para los que p°r dos y opresión á quien se debe por lo común
su temperamento ó circunstancias han llegado Ls esterilidades, la mendicidad , las guerras,
á la razón. El temor de Dios solo impide pe' Ls pestes, las malas costumbres, y todos los
car á los que no quieren hacerlo de veras, 0 ■toóte«, multiplicados que asolan la tierra ?
no pueden. Nada mas común que ver á los ambicio-
Decir á los hombres que la divinidad caí'
tos, los perversos, los hombres corrompidos, y
tiga los delitos en este mundo, es anunciar^5
5ln costumbres tener religión y mostrar algu-
un hecho que la esperiencia contradice á c3' flas veces mucho celo por los intereses de ella,
da momento. Los mas malos de todos los hofl>'
51 no la practican, se prometen hacerlo algún
bres son regularmente los arbitros del murt' ^’a, la tienen guardada como un remedio que
do, y los que la fortuna colma de favores. P3' torde ó temprano les será preciso para tran­
ra convencernos de los juicios de Dios nos re' quilizarse del mal que aun piensan hacer. Por
136 157
Cira parte el partido de los devotos y de los cébir, y que por consecuencia cada uno mo­
sacerdotes siendo muy numeroso, activo y po­ difica á su manera. ¿Que es la voluntad de
deroso , no es muy estrado ver á los picaros Dios? Es lo que los hombres que han visto á
y bribones buscar su apoyo para conseguir su» Dios, ó á quienes ha inspirado nos han dicho
tiñes. Se nos dirá sin duda que muchas gen­ ser la voluntad de Dios. ¿ Quienes son los qae
tes honradas son religiosas sinceramente y sin han visto ó Dios ? Los fana'ticos, bribones, <5
provecho; ¿pero la rectitud del corazón está siem­ ambiciosos á quienes de ningún modo se pue­
pre acompañada de conocimientcs ? de creer bajo de su palabra.
Se nos cita un gran número de sabios y Fundar la moral sobre un Dios que cada
hombres de gusto y talento que han sido adic­ hombre se figura diferentemente , que cada uno
tos fuertemente á la religión. Esto prueba que compone á su modo, que cada uno coordina
los hombres de gusto y talento pueden tener según su propio temperamento é Ínteres, es
preocupaciones , ser pusilánimes, ci tener una evidentemente fundar la moral sobre el capri­
maquina que los seduzca, y les impida ecsa- cho, y sobre la imaginación de los hombres,
minar los objetos á sangre fria. Pascal nada es fundarla sobre ios antojo» de una secta, de
prueba en favor de la religión sino que un una facción o de un partido que creerá tener
hombre de disposición puede tener su poqui­ E ventaja de adorar un verdadero Dios con es-
to de locura, y no es mas que un niño cuan clusion de todos los demas.
do es bastante débil para escuchar sus preocu­ Aquel que primero ha dicho á las nacio­
paciones. Pascal nos dice que el espíritu pue­ nes, que cuando se Labia hecho una injuriad
de ser fuerte y débil: Antes Labia dicho , Un mal á los hombres, era preciso pedir per-
puede tener el sentido recto y no caminar con \ don á Dios, apaciguarle con presentes y ofre­
igualdad en todas las cosas, porque hay qut«' ' cerle sacrificios, ha destruido claramente los
nes, teniéndole recto, para un cierto orden verdaderos principios de la moral. Con estas
ideas los hombres se imaginan que se puede
cosas, se alucinan en otras.
¿Que es la virtud según la teología? obtener del rey del cielo, como de los reyes
se nos dice, la conformidad de las acciones de la tierra el permiso de ser injusto y per­
verso , o' á lo menos el perdón del mal que s.e
del hombre con la voluntad de Dios. Pero ¿
es Dios? Es un ser que nadie es capaz de con- Puede ejecutar.
138 159
¿ Hay cosa mas á proposito para asegurar Un chiste, una bufonada , una palabra hacen
á los malvados, ó para alentarlos á cometer mucha mas impresión sobre un cortesano que
el delito, que persuadirles que ecsiste un ser todos los graves conocimientos de su religión.
invisible que tiene el derecho de perdonarles No se nos asegura que un ¡ Señor, pequél
las injusticias, las rapiñas , las perfidias, y los basta para apaciguar la divinidad? Sin embar­
ultrajes que puedan hacer á la sociedad? Ani­ go no se ve que este ¡ Señor pequé 1 se diga
mados con estas funestas ideas, vemos que los sinceramente, á lo menos es muy raro ver á
hombres mas perversos se entregan á cometer los salteadores de caminos restituir, aun en
los mas horribles crímenes, y creen reparar­ el artículo de la muerte los bienes que saben
los implorando la misericordia divina ; su con­ han adquirido injustamente. Los hombres se
ciencia queda tranquila cuando un cura losase- persuaden sin duda que se acostumbrarán al
gura que el cielo se aplaca con un arrepen­ fuego eterno sino pueden librarse de él. Pero
timiento sincero, muy inútil al mundo; el mis­ hay compostura con el cielo : dando á la igle­
mo sacerdote los consuela en el nombre de la sia una ¡.arte de su fortuna, pocos bribones
divinidad , si consienten para reparar sus fal­ devotos hay que no mueran muy tranquilos
tas , en partir Con sus ministros los frutos de sobre el modo con que se han enriquecido ert
sus robos , de sus fraudes y de sus maldades. este mundo.
El temor de las potestades invisibles rara Es necesaria^ se nos dice sin cesar uno
vez es tan fuerte como el de las visibles. Su­ religión al pueblo- Si las personas ilustradas
plicios desconocidos ó remotos, contienen mu­ no tienen necesidad del freno de la opinión ,
cho menos al pueblo que una horca levanta­ es necesario alo menosá los hombres groseros-,
da en una plaza , ó el ejemplo de un ahorca­ quienes la educación no ha desarrollado la
do. Ningún cortesano hay que tema tanto la razón. ¡ Es de veras verdad que la religión
cólera de su Dios como el caer en desgra­ sea un freno para el pueblo? ¿Vemos que es­
cia de su soberano. Una pencion , un titulo, ta religión le impida el entregarse á la intem­
una cinta , bastan para hacerle olvidar los tor­ perancia, á la embriaguez, á la brutalidad,
mentos del infierno, y los placeres de la cor­ á la violencia, al fraude, al robo, al asesina­
te celestial. Las caricias de una muger llevan to, y á toda suerte de eesesos ? ¿ Un pueblo que
siempre la ventaja sobre las amenazas de Dios. no tuviese idea alguna de la divinidad podria
141
140
de sus pasiones. De buena fe, en el mas nu­
conducirse de un modo mas detestable, que tan­
meroso, y mas devoto pueblo ¿hay muchas
tos pueblos crédulos entre los que se ve reinar
cabezas capaces de saber los principios de su
la disolución y los vicios mas indignos de serta
sistema religioso, y que le hallen el vigor ne­
razonables ? Al salir de sus templos ? no se ve al
cesario para sofocar sus inclinaciones .perver­
artesano, ó al hombre de bajo pueblo meterse de sas ?
rondon en sus desórdenes ordinarios, y persuadir­
Muchos nos dirán que es mejor tener un
se que los homenages perio'dicos que ha rendi­
freno cualquiera que sea, que 110 tener algu­
do a su Dios, le dan derecho para seguir sin
no. Pretenderán que si la religión no refrena
remordimiento sus costumbres viciosas, y sus in­
al mayor número, sirve á lo menos para con­
clinaciones habituales? En fin si los pueblos son
tener algunos individuos, que sin ella se en­
tan groseros y poco razonables, ¿ no dimana su
tregarían ai crimen sin remordimientos. Sin
estupidez de la negligencia de los príncipes, que
duda es necesario un freno á los hombres, pe­
de ningún modo cuidan de la educación públi­
to no imaginario: son precisos frenos efectivos
ca, ó que se oponen á la instrucción de sus
y visibles, temores veidaderos, mas propios
súbditos. La falta de razón de los pueblos es
para contener que los terrores pánicos y las
visiblemente obra de los sacerdotes, que en
quimeras. La religión solo impone terrores á
dragar de instruir á los hombres en una moral
algunos espíritus pusilánimes que la debilidad
sensata, solo los entretienen con fábulas, sue­
de su carácter hace ya poco temibles á sus con­
ños, y prácticas de quimeras y falsas virtides
ciudadanos. Un gobierno equitativo, leyes se­
en que la hacen consistir.
veras y una muy sana moral imponen respe­
La religión solamente para el pueblo es un
to á todos igualmente; á lo menos nadie hay
vano aparato de ceremonias, que sigue por cos­
que no este precisado á creer en ello, y que
tumbre, que ¿i vierte su vista, que mueve li­
110 conozca el peligro de no conformarse.
geramente su espíritu entorpecido, sin influir
Los hombres por lo regular solo hacen con­
svbre su conducta y sin corregir sus costum­
sistir la virtud en una renuncia total de la na­
bres; según el dicho mismo de los ministros
turaleza humana , en un olvido involuntario
del altar, nada es mas raro que esta religión
de su razón, y en un santo odio para consigo
ínter ior y espiritual, que por si sola es capaz
mismo. Los preceptos religiosos muestran ser
de arreglar la conducta del hombre y triunfar 17*
/
142
con bastante frecuencia la perfección en una
conducta cruel para con nosotros propios, com Lz/ RELIGION LEJOS DE SERVIR DE
pletamente inútil para los demás : tienen por freno á las pasiones de los reyes, les sir­
obgeto hacer á los hombres insociables desde ve de pábulo para oprimir sus pueblos.
niños, intolerantes, pendencieros, injustos, é
inhumanos para con todos aquellos que no han
recibido las mismas ordenanzas, ni los mismos re Dejad á lo menos, se dice subsistir la idea
favores del cielo. «de un Dios, que ella sola puede servir de
Las personas mas religiosas muestran ma­ «freno á las pasiones de los Reyes” Pero, ¿de
chas veces mas respeto á sus criados que á su Veras podemos admirar los efectos maravillo­
Dios. Un hombre que cree muy firmemente sos que el temor de Dios produce, por lo co­
que Dios ve todo, hace todo, y está presente mún sobre el espíritu de los príncipes, que
en todo , cuando este solo liará cosas que no se llaman imágenes suyas? ¡ Que idea se pue­
ejecutaría en presencia del mas vil de los mor­ de formar del original si se juzga por las có-
tales. Los que dicen estar muy fuertemente pias 1
convencidos de la ccsistencia de un Dios no Los Soberanos, es verdad, se titulan los
dejan de obrar muy á menudo como si nada representantes de Dios, y sus tenientes en la
creyesen. Viene á deducirse claramente de to­ tierra: Pero el temor de un Señor mas pode­
do estoque las ideas de la religión , de Dios, roso que ellos ¿los mueve a' ocuparse seriamen­
de las penas eternas, y de todos los fantas­ te en la felicidad de los pueblos que la pro­
mas imaginarios que se han inventado para videncia ha confiado á su cuydado? El supues­
encadenar á los hombres , no les contienen to terror que debiera inspirarles la idea de un
para obrar mal, si que les deja la rienda juez invisible, á quien solo tienen que dar
tendida para obrar á su antojo en agravio de cuenta de sus acciones ¿ los hace mas equita­
la sociedad. tivos, mas humanos, menos avaros déla san­
gre y de los bienes de sus vasallos, mas mo­
derados en sus placeres, y mas atentos a sus
deberes? En fin, este Dios por el cual se ase­
gura que los reyes reynan, los impide hollar
¡45
y ultrajar de mil modos á los pueblos de quie­ partes la religión parece haber sido inventa­
nes debían ser los conductores felices , los pro­ da para adormecer los pueblos en la esclavi­
tectores y los padres? Estie'ndase la vista so­ tud, á fin de subministrar á sus arbitros la
bre toda la tierra , y se verá casi por todas facilidad de devorarlos, ó hacerlos desgraciados
partes á los hombres gobernados por tiranos, impunemente.
que no se sirven de la religión sino para em­ Tantos tiranos y malos príncipes, á quie­
brutecer mas y mas los esclavos á quienes opri­ nes su conciencia reprueba sin cesar su negli­
men bajo el peso de sus vicios , ó que sa­ gencia ó perversidad , lejos de temer á su Dios,
crifican sin piedad á sus fatales estravagan- prefieren siempre tener que habérselas con es­
cias. te juez invisible , que jamás se opone á na­
La religión lejos de servir de freno á las da , ó con sus sacerdotes siempre propicios á
pasiones de los reyes, por estos mismos princi­ los soberanos de la tierra, que con sus propios
pios les pone evidentemente la brida en la Vasallos: los pueblos reducidos á la desespe-
mano , los transforma en divinidades á cuyos tacion podrían muy bien apelar como un ahi­
caprichos jamás es permitido á las naciones lo de los derechos divinos de sus gefes. Los
resistir. Al mismo tiempo que desencadena los hombres cuando son oprimidos con esceso ha­
príncipes, y rompe para ellos los vínculos del cen algunas veces de las suyas , y entonces los
pacto social, se esfuerza en encadenar los es­ derechos divinos del tirano son obligados á
píritus y las manos de los vasallos á quienes ceder á los derechos naturales de los vasallos.
oprimen. ¿Es por ventura nuevo, que los Dio­ Se saca mejor partido de los Dioses que de
ses de la tierra se crean estarles permitido to­ los hombres. Los reyes solo á Dios son res­
do y que no miren á sus vasallos sino como ponsables de sus acciones; los sacerdotes no
viles instrumentos de sus caprichos ó.de su am­ son responsables sino á si mismos: hay sufi­
bición ? cientes motivos para creer que unos y otros
La religión lia hecho en todas partes del están mas asegurados déla indulgencia del cie­
monarca de la naturaleza un tirano cruel, an­ lo que de la tierra. Es mucho mas fácil esca­
tojadizo y parcial, cuyo capricho da la ley: par del juicio de los Dioses que se apaciguan
el Dios monarca está muy bien imitado por á poca, costa que del de los hombres, cuya pa­
sus representantes sobre la tierra. Por todas ciencia se ha apurado.
J46 147
«Si quitáis á los soberados el temor de un Verdaderos deberes é intereses. La religión for­
«poder invisible"’ ¿que frenóse podrá ponera ma muy a menudo déspotas licenciosos y sin
sus estravios? Que aprendan á reynar,á ser costumbres obedecidos por esclavos forzados
justos, á respetar los derechos de ios pueblos, siempre á confirmarse con sus voluntades.
á reconocer los beneficios de las naciones, de Por no haber meditado ó conocido los ver­
quienes tienen su grandeza y su poder; que daderos principios de la administración, el fin,
aprendan á temer á los hombres, y á some­ y los derechos de la vida social , los verdade­
terse á las leyes de( la equidad ; que nadie pue­ ros intereses délos hombres, y los deberes que
da violarlas sin riesgo ; que contengan de un los unen , los príncipes se han hecho casi en
mismo modo al poderoso v al débil, á los gran­ todas partes licenciosos, absolutos y perversos,
des y á los pequeños, al soberano y á los va­ v sus vasallorviles, desgraciados y malos. Por
sallos. escusarse el trabajo de estudiar estos impor­
1'11 temor de los Dioses, la religión, y los tantes obgetos se creyeron obligados á recur­
terrores de la otra vida, son los diques me- rir á quimeras que, hasta al presente, bien le­
t ifisicos y sobrenaturales que se oponen á las jos de remedí ir cosa alguna, no han hecho si­
fogosas pasiones de los príncipes. ¿Son sufi­ no aumentar los males del género humano,
cientes? La esperiencia debe resolver la cues­ y distraerle en un todo de las cosas mas intere­
tión. Oponer la religión á la perversidad de los santes para él.
tiranos, es querer que unas especulaciones va­ El modo injusto y cruel con que tantas
gas, inciertas, é ininteligibles sean mas po­ naciones son gobernadas en el mundo nos sub­
derosas que las inclinaciones, cuando todo ministra visiblemente una de las mas fuertes
conspira de dia en dia para fortificarlas me­ pruebas, no solamente del poco efecto que pro­
jor. duce el temor de la otra vida, sino aun déla
Se nos alaban sin cesar las inmensas ven1 Resistencia de una providencia que se interesa
tajas que la religión proporciona á la políti­ en la suerte del género humano. Si ecsistiere
ca; pero por poco que se refleceione, se reco­ un Dios bueno , ¿ no habría precisión de con­
nocerá sin trabajo que las opiniones religio­ venir que desprecia estraíiamente en esta vida
sas del mismo modo ciegan á los soberanos que al mayor número de los hombres ? Parecería
á los pueblos, y jamás los ilustran sobre sus que este Dios no ha creado las naciones , sino
148
' 149
para ser el juguete de las pasiones y locuras de tierra no es su verdadera patria, que la vida
sus representantes sobre la tierra- presente solo es un tránsito , que no son hechos
Por poca atención con que se lea la histo­ para ser felices en este mundo, que sus sobe­
ria , se verá que el cristianismo , humilde al
ranos solo tienen su autoridad de Dios, y á él
principio, se ha insinuado en las naciones sal­ solo deben dar cuenta del abuso que hagan,
vages y libres de la Europa, haciendo enten­ que jamas es permitido resistirles etc., etc. „se
der á sus gefes que sus principios religiosos fa­ ha llegado á eternizar la falta de conducta de
vorecían al despotismo , y ponían un poder los reyes y las desgracias de los pueblos; los
absoluto en sus manos. Vemos en consecuen­ intereses de las naciones han sido sacrificados
cia príncipes bárbaros convertirse con una pron­ vilmente á sus gefes. Cuanto mas se consideran
titud maravillosa , es decir , adoptar sin ecsa- los dogmas y principios religiosos, tanto más
men un sistema tan favorable á su ambición, se convencerá uno, de que tienen por único
y hacer todos sus esfuerzos para hacerla abra­ obgeto la ventaja de los tiranos y de los sacer­
zar á sus súbditos. Si los ministros de esta re­ dotes, sin tener jamas miramiento á la de las
ligión han modificado después muchas veces sociedades.
sus principios serviles, es porque la teoría no Según los bellos principios de la moral re-
influye sobre la conducta de los ministros del Ügiosa , un tirano que durante un largo reina­
señor, sino cuando conviene á sus intereses per­ do no baya hecho mas que oprimir á sus va­
sonales. sallos, arrancarles los frutos de sus trabajos,
La religion solo parece inventada para ele­ sacrificarlos sin piedad á su insaciable ambi­
var á los príncipes sobre las naciones, y para ción; un conquistador que haya usurpado las
entregarles los pueblos á discreción. Cuando es­ provincias de otros, que haya hecho degollar
tos se encuentran Lien desgraciados acá en la naciones enteras, que baya sido toda su vida
tierra, se les hace callar amenazándoles con la un verdadero azote del género humano, se ima­
cólera de los Dioses: se fija su atención sobre gina que su conciencia puede tranquilizarse
el cielo á fin de impedirles que noten las ver­ cuando para espiar tantos horrores haya llora­
daderas causas de sus males, y que apliquen do á los pies de un sacerdote, que tendrá re­
los remedios que la naturaleza les presenta. gularmente la vil complacencia de consolar y
A fuerza de repetir á los hombres que U asegurar á un infame, á quien la mas horri-
150 151
ble desesperación castigaría muy débilmente del un imperio es el mayor azote que el cielo en­
mal que ha hecho sobre la tierra. furecido puede enviar sobre la tierra , un solo
Es una opinión destructora de la sana po­ fura fanático ó un bribón que tenga el favor
lítica y de las costumbres délos príncipes, per­ de un príncipe crédulo, basta para poner un
suadirlos que solo á Dios tienen que temer estado en desorden, y el universo en combus­
cuando dallan á sus vasallos, o cuando des­ tión.
precian su felicidad. ¡ Soberanos! no á los Dio­ En casi todos los paises los sacerdotes y los
ses, á vuestros pueblos ofendéis, cuando obráis devotos están encargados de formar el'espíri­
mal, á los pueblos , y de rechazo á vosotros tu y el corazón de los príncipes jóvenes des­
mismos hacéis daíio cuando gobernáis injusta­ tinados á gobernar las naciones. ¿ Que luces
mente. Pueden tener los directores de esta clase? ¿ de
Un soberano devoto con sinceridad es co­ que interes pueden estar animados ? Llenos ellos
munmente un gefe muy peligroso para un es­ luismos de preocupaciones, pintarán á su dis­
tado : la credulidad supone, siempre un espí­ cípulo la . supe rstición como la cosa mas im­
ritu muy limitado: la devoción absorve porlo portante y sagrada , sus deberes quiméricos co­
común la atención y el tiempo que el prínci­ mo los mas santos deberes; la intolerancia,
pe deberia emplear en el gobierno de sus pue­ }'el espirito perseguidor, como los verdade­
blos; dócil á las sugestiones de sus sacerdotes, ros fundamentos de su autoridad futura; tra­
se hace á cada paso el juguete de sus capri­ tarán de sacar un gefe de partido, un faná­
chos, el favorecedor de sus contiendas y el ins­ tico turbulento, un tirano; apagarán su ra­
trumento y cómplice de suslocuras, diasque zón con tiempo; le prevendrán contra ella;
da el mayor valor. Entre los presentes mas fu­ impedirán que la verdad llegue á el; le en­
nestos que Ja religión ha hécho al mundo, se venenarán contra los verdaderos talentos, y le
deben contar sobre todo los monarcas devotos Preocuparán en favor de los despreciables; en
y celosos, que con la idea de trabajar parala fin sacarán un devoto fatuo , que no tenga idea
salvación de sus vasallos, se imponen el san­ alguna délo justo ni de lo injusto , de la ver­
to deber de atormentar, perseguir y destruirá dadera gloria, ni de la verdadera grandeza,
los que su conciencia hace pensar de diferen­ que estará falto de las luces y de las virtudes
te modo que ellos. Un devoto á la cabeza de necesarias para el gobierno de un gran esta-
153
los que quieren dominarle. Las ceremonias y
cacion de un niño destinado á hacer algún día
prácticas religiosas proporcianan riquezas, y
la felicidad , ó la desgracia de muchos millones
consideración al sacerdocio. La moral y virtud
de hombres!
religiosa consiste en una fe sumisa que impide
Un Soberano ilustrado., aquel que conoce
raciocinar, en una humildad devota que ase­
sus verdaderos intereses sabe que están unidos
gura al sacerdocio la sumisión de sus esclavos,
á les de su nación ; sabe que un príncipe no
y en un celo ardiente cuando se trata de la re­
puede ser grande, poderoso, querido, ni con­
ligión , es decir, de los intereses de los sacer­
siderado , mientras que solo mande á esclavos
dotes. Todas las virtudes religiosas no tienen
miserables; sabe que la equidad, la beneficen­
evidentemente otro objeto sino la utilidad de
cia y la vigilancia le darán sóbrelos hombres
los ministros de la religión.
derechos mas efectivos que los títulos fabulo­
Que atheo, que sectario, que judio puede
sos que se hacen bajar del cielo; conocerá que
ser mas fuerte, ni mas perjudicial que tantos
la religión solo es útil á la sociedad ,.que mu­
conquistadores, tiranos, perseguidores, ambi­
chas veces la perturba , que es preciso conte­
ciosos y cortesanos perversos, que sin ser atheos
nerla para impedirla que dañe ; en fin reco­
sectarios, ni judíos, sino regularmente muy
nocerá que para reynar con gloria , es preci­
religiosos y devotos, hacen gemir la huma­
so hacer leyes buenas , enseñar las virtudes y
nidad bajo el peso de sus crímenes. ¿ Puede
no fundar su poder sobre imposturas y qui­
un príncipe atheo causar mas daño al mundo
meras.
que un Luis XI. un Felipe II, un Richeliéu,
Los dogmas, las ceremonias, la moral y un Gromwel, Carlos I, etc. que todos han alia­
las virtudes que prescriben todas las religiones
do la religión con el Crimen ? Nada menos co­
del mundo, no han sido visiblemente calcula­
mún, en una palabra, que principes atheos,
das sino para aumentar y estender el poder , hada mas común qv.e tiranos, y ministros per­
y las utilidades de los fundadores y ministres
versos , y muy religiosos.
de las religiones. Los dogmas son oscuros, in­
comprensibles, pavorosos , y por lo mismo muy
á proposito para alucinar la imaginación, y
hacer al vulgo mas dócil á las voluntades de
154
¿Tienen los sacerdotes pues derecho para
acusar de orgullosos á los incrédulos ? ¿Se dis­
VANIDAD Y ORGULLO DEL SACER-
tinguen ellos por su rara modestia y humildad
docio. profunda? ;no es evidente que el deseo de do­
minar á los hombres es la esencia de su ofi­
Jja vanidad y orgullo lian sido y serán siem­ cio? Si los ministros del Señor fuesen verdade­
pre vicios anecsos al saoerdoeio. ¿ Hay cosa mas ramente modestos , ¿ sé les vería tan avaros de
capaz de hacer á los hombres orgullosos v va- respectos, tan prontos á irritarse por cualquier
nos que la pretensión de ejercer un poder di­ contradicción , tan decisivos, y tan crueles en
manado del ciclo , de poseer un carácter sagra­ rengarse de aquellos que no convienen con sus
do, y de ser los enviados y ministros del todo opiniones ? ¿ La ciencia modesta no hace cono­
poderoso ? ¿ Estas disposiciones no están conti­ cer cuan difícil es averiguar la verdad ? ¿Qué
nuamente alimentadas por la credulidad de los otra pasión que un orgullo desenfrenado pue­
pueblos, por las deferencias y respetes de los de hacer á los hombres tan feroces, tan ven­
soberauos, por las inmunidades, los privile­ gativos y tan faltos de indulgencia y dulzura?
gios y las distinciones de que se ve gozar al ¿Hay alguna cosa mas presuntuosa que armar
clero ? El vulgo en todas partes es mas adicto <1 las naciones unas contra otras, y hacer cor­
á sus guias espirituales, que tiene por hom­ rer arroyos de sangre para establecer ó defen­
bres divinos, que no á sus superiores tempo­ der unas frívolas conjeturas?
rales, á quienes mira como hombres ordinarios- Los sacerdotes se han mostrado en todo tiem­
El cura de un pueblo hace mucho mas papel po favorecedores del despotismo y enemigos de
en él que el señor o' juez. Un sacerdote entre la libertad pública; su profesión ecsige escla­
los cristianos se cree muy superior á un rey, o vos envilecididos y sumisos que jamas tengan
á un emperador. Un grande de España , ha­ ■ el atrevimiento de raciocinar. En un gobierno
biendo hablado con energía á un fraile, este absoluto no se trata sino de apoderarse del es­
le dijocon mucha arrogancia : aprended a res­ píritu de un príncipe débil y estúpido para
petar d un hombre que tiene todos los días á hacerse árbitro de los pueblos. En lugar de
vuestro Dios en sus manos y á vuestro rey á conducir estos á su salvación, los curas los
sus pies. han guiado siempre á la esclavitud.
156 157
En favor de los títulos sobrenaturales que da seguridad? ¿no debía notar todo príncipe
la religión ha forjado para los mas perversos razonable que un déspota es un insensato que
príncipes, estos se han ligado comunmente con no sube sino dañarse á sí mismo ? ¿ no debia
los sacerdotes , que seguros de reinar por la todo principe ilustrado desconfiar de los adu­
opinión sobre el tirano mismo, se han encar­ ladores , cuyo objeto es adormecerlos sobre el
gado de atar las manos délos pueblos y tener­ borde del precipicio que abren á sus pies ?
los bajo de su yugo: pero en vano el tirano cu­ Si las adulaciones sacerdotales llegan á per­
bierto del escudo de la religión , se alaba de vertir los príncipes y á convertirles en tiranos,
estar á cubierto de los golpes de la suerte; Ia estos por su parte corrompen precisamente á
opinión es un débil muro contra la desespera­ los grandes y á los pueblos. Bajo el yugo de
ción de los pueblos: por otra parte, el sacer­ Un soberano injusto, sin bondad, sin virtud,
dote rieres amigo del tirano, sino mientras le que no conoce otra ley que su capricho, es ab­
tiene cuenta; predica la sedición y abate el solutamente indispensable que una nación se
ídolo que ha elevado, cuando no le halla con­ corrompa. ¿ Querrá un soberano de esta clase
forme con los intereses del cielo, á quien lia tener cerca de su persona hombres honrados,
hecho hablar cuando le ha convenido, y que virtuosos, é ilustrados ?rNo ;.solo necesita adu­
jamas habla , sino según él quiere. ladores, aprobadores, incitadores esclavos, al-
Se nos dirá sin duda quedos soberanos co­ oias bajas y serviles que se presten á sus gus­
nociendo toda la ventaja que la religión les tes y caprichos ; su corte propagará el conta­
proporciona, se hallan verdaderamente intere­ gio del vicio en las clases inferiores. De uno
sados en sostenerla con todo su poder. Si las eo otro todo se corromperá precisamente en
opiniones religiosas son tan útiles á los tiranos, tei estado, cuyo gefe esté corrompido : Se ha
es muy evidente que son inútiles á los que go­ dicho hace mucho tiempo, que los principes
biernan con arreglo á las leyes de la razón, Parece que mandan ejecutar lo mismo que ellos
de la equidad y de la justicia. ¿Hay pues al­ hacen.
guna ventaja en ejercer la tiranía ? ¿ Los prín­ Los ministros de la religión han tenido muy
cipes están verdaderamente interesados en sel l-°en cuydado de hacer de su Dios un tirano
tiranos? ¿no los priva la tiranía del. verdade­ lr*uy temible, caprichoso, é inconstante: era
ro poder, del amor de los pueblos, y de to- Preciso que fuese asi, para que se acomoda-
8
158 159
se con sus intereses, sujeto á variaciones. Un hra invenciones que solo á e'l le son muy lu­
Dios que fuese justo y bueno, sin mésela de crativas.
capricho, ni de malignidad., un Dios que tu­ El espíritu se confunde, y la razón se tur­
viese constantemente las cualidades de un hom­ ba á vista de las prácticas ridiculas, y de los
bre honrado, ó de un soberano benigno no medios despreciables que los ministros de un
convendría de modo alguno á sus ministros. Dios han inventado en todos los paises de la
Es muy útil á los sacerdotes que se tiemble fierra para purificar las almas y tener el cielo
delante de su Dios, á fin de que se recurraá propicio á las naciones. En una parte se cor­
ellos, para obtener el modo de asegurarse de sus ta uu pedacito al prepucio de un nino para
temores. merecer la benevolencia del cielo; en otra se le
No es maravilloso que un Dios adornad® echa agua sobre la cara para lavarle de los de­
por sus sacerdotes de un modo que cause gran­ litos que aun no ha podido cometer; en otra
de temor á los demás hombres, les cause 3 se manda echarse en un rio, cuyas aguas tie­
ellos poco respeto, ó que influya muy poc® nen el poder de llevarse todas las falsedades
en su propia conducta. Constantemente los ve­ del vicio; en otra se le prohíben ciertos alimen­
rnos en todos los paises portarse de un modo tos , cuyo uso no dejaría de atraerle la codera
muy uniforme con el pretesto de la gloria d¡ del cielo , en otrop parages se ordena al hom­
su Dios, por todas partes devoran las naciO' bre pecador, y aun ss le obliga á ir de cierto
nes , envilecen las almas, desalientan la i11' en cierto tiempo á confesar sus faltas á los
dustria y siembran la discordia. El orgullo, 1:1 pies de un sacerdote , que regularmente es ma­
ambición y la avaricia fueron en todo tiempo yor pecador que e'l, etc. etc.
las pasiones dominantes del sacerdocio; en to Los ministros de la religión declaman sin
das partes el sacerdote se pone sobre los sobe­ cesar contra la corrupción del siglo, y se la­
ranos y sobre las leyes , siempre se le ve' ocU’ mentan altamente del poco fruto de sus lec­
pado en los intereses de su orgullo , de su co ciones , al mismo tiempo que nos aseguran que
dieia, de su humor despótico y vengativa *a religión es el remedio universal, la verda­
siempre sustituye espiaciones , sacrificios, ce dera Panacea contra los males del ge'nero hu­
remonias y práticas misteriosas , en una pal* mano. Estos sacerdotes están ellos misinos muy
enfermos; sin embargo los hombres continúan
160 161
frecuentando sus tiendas y dando crédito á sus los sacerdotes; muchos príncipes de la Euro­
antídotos divinos , que según ellos mismos á pa pretendieron tener sus coronas y sus dere­
nadie curan. ¿ Qué diriamos de una turba de chos solamente de Dios, y no deber dar cuen­
empiricos, que viniendo diariamente aúna pla­ ta sino á él de sus acciones. El poder civil ha­
za pública , nos ponderasen con estremo la bon­ biendo á la larga vencido en sus combates al
dad de sus remedios , y los diesen por infali­ poder espiritual, los sacerdotes obligados á ce­
bles, al mismo tiempo que los viésemos á ellos der, reconocieron los derechos dixinos de los
llenos de las mismas enfermedades que preten­ reyes, y los predicaron á los pueblos, reser­
diesen curar. ¿Tendríamos mucha confianza en vándose la facultad de mudar, de parecer y
las recetas de estos charlatanes que nos gritasen predicar la rebelión todas las veces que los de­
hasta el estremo de atolondrarnos: comprad rechos divinos de los reyes no convengan con
nuestros remedios, sus efectos jamas faltan-, los derechos divinos del clero. Siempre fué á
curan á todc el mundo menos á nosotros? ¿Que espensas de las naciones el hacerse la paz en­
pensaríamos en seguida viendo que estos mis­ tre los reyes, y los sacerdotes : pero estos con­
mos charlatanes pasaban su vida lamentándo­ servaron sus pretensiones á pesar de todos los
se de que sus remedios jamas producían efec­ tr.lados. .
to alguno sobre los enfermos que los tomaban-’’ El .cristianismo se alaba de haber traido á
En fin, ¿qué idea nos formaríamos de la ma­ les hombres á una felicidad desconocida á los
jadería del vulgo , que á pesar de todos estos siglos anteriores. Verdad es que los Griegos no
avisos, no cesaba de pagar muy cares los re­ lian conocido los derechos divinos de los tira­
medios cuya ineficacia se le probaba? Los sa­ nos, ó de los usurpadores de los derechos de
cerdotes se parecen á los alquimistas , que di­ su patria. Bajo el paganismo a nadie liabia pa­
cen con arrogancia que poseen el secreto m sado jamas por la imaginación, que el cielo no
hacer oro, mientras que apenas tienen vestido quería que una nación se defendiese contra una
para cubrir su desnudez. nación, se defendiese contra una fiera que la
Para precaverse de los atentados de un pon­ asolaba insolentemente. La religión de los cris­
tífice altanero, que pretendía reinar sobre lo® tianos imagino poner á los tiranos en seguri­
reyes, para poner su persona á cubierto de lo» dad, y sentó por principio que los pueblos
atentados de los pueblos crédulos escitados p°r debían renunciar á la defensa legítima de si
162 163
las madres indigentes, que á falta de pan , ha­
mismos. Asi las naciones cristianas están pri­
vadas de la primera ley de la naturaleza, que cen dormir á sus niños hambrientos con can­
ciones , ó les presentan juguetes para hacerles
quiere que el hombre resista al mal, y desar­
me á cualquiera que se prepara para destruir­ olvidar la necesidad que les atormenta.
le. Si los ministros de la iglesia han permiti- ¡Cuantos subterfugios, ardides y destrezas
tido muchas veces á los pueblos rebelarse por lian empleado los antiguos y modernos racio-
la causa del cielo , jamás les permitieron ha­ cinadores para evitar el choque con los minis­
cerlo por males mas efectivos, ó por violen­ tros de los dioses, que fueron siempre los ver­
daderos tiranos del pensamiento? ¡ Cuantas hi­
cias conocidas.
Del cielo han venido las cadenas de que pótesis y rodeos se han visto obligados a ima­
se sirvieron para encadenar los espíritus de los ginar, á fin de conciliar sus descubrimientos
con los delirios, y las equivocaciones que la re­
mortales: ¿porque el mahometano es esclavo
ligión ha consagrado ! ¡ Los mayores filósofos
en todas partes? porque su Profeta subyugo en
conque precauciones r.o se han enredado, aun
(nombre de la divinidad, como Moyses antes
con peligro de ser absurdos , inconsecuentes . é
que él había sujetado á los Judíos. En todas
incomprensibles siempre que sus ideas no con­
partes de la tierra vemos que los primeros so­
viniesen con los principios de la teología ? Los
beranos, y los primeros sacerdotes de los sal-
sacerdotes vigilantes estuvieron siempre atentos
vages fueron sus legisladores, á quienes die­
á sus intereses. La teología fue siempre el le­
ron leyes.
cho de Procusto , sobre el cual este bandolero
Fijando continuamente la vista de los hom­
cstendia á los pasageros que cogía r- los hacia
bres sobre los. cielos; hacie'ndoles creer que to­
cortar los miembros cuando eran mas largos ,
dos sus males son debidos á la cólera divina
ó los hacia estirar con caballos cuando eran
solo les suministran medios ineficaces y pue­
mas cortos que la cama sobre que les obli­
riles para hacer cesar sus males: se diria que
los sacerdotes no han tenido otro objeto que gaba á echarse.
Deberán los hombres respetar á los sacer­
impedir á las naciones que piensen en el ver­
dotes cuando se hagan ciudadanos. Válganse,
dadero origen de sus miserias, y que se han pro­
si pueden de la autoridad del cielo para ater­
puesto hacer estas eternas. Los ministros de la
rar á los príncipes, que sin cesar asolan la tier-
religión se conducen poco mas ó menos como
164
165
ra, no les vuelvan á adjudicar el horrible de­
recho de ser injustos impunemente; háganles
DE LA INTOLERANCIA.
reconocer que ningún individuo del estado es­
tai
ta interesado en vivir bajo la tiranía; demues­ •* oda religión nacional se ha inventado para
tren a los soberanos, que no tienen interés al­ hacer al hombre vano , insociable , y malo: los
guno en ejercer un poder, que haciéndolos primeros pasos de la humanidad deberían ar­
odiosos seria perjudicial á su propia seguri' reglarse en permitir á cada uno que siga en
dad, á su poder y á su grandeza. En fin, los paz el culto y las opiniones que le convienen:
sacerdotes y los príncipes desengañados reco­ pero esta conducta no puede agradará los mi­
nozcan que ningún poner es seguro si no es­ nistros de la religión, que quieren tener el de­
tá fundado sobre la verdad , la razón y la recho de tiranizar á los hombres hasta en sus
equidad.
pensamientos.
Si la teología es un ramo de comercio útil ¡Príncipes ciegos y devotos! aborrecéis, per­
a algunos hombres está muy demostrado que seguís, y enviáis al suplicio á los hereges por­
es superfina y perjudicial al resto de la socie­ que se os persuade que estos infelices desagra­
dad. A los hombres su interes propio lle­ dan á vuestro Dios. Pero ¿no decís que es un
ga á desempeñarlos tarde o temprano. Los so­ Dios lleno de bondad ? ¿ como creeis agradar­
beranos y los pueblos reconocerán sin du ¡a le con unos actos de barbarie que debe pre­
algún dia la indiferencia, y profundo despre­ cisamente desaprobar 1 Por otra parte ¿ quien
cio que merece una ciencia fútil que solo sir­ os ha dicho que sus opiniones desagradan1 á
ve pata perturbar á los hombres sin hacerlos vuestro Dios ? Vuestros sacerdotes. Pero ¿quien
mejores. Conocerán la inutilidad de tantas prác­ sale garante de que vuestros sacerdotes no se
ticas dispendiosas que de ningún modo contri­ enganen ellos mismos, ó quieran engañaros?
buyen á la felicidad pública, se avergonzarán Los mismos sacerdotes. ¡Príncipes! ! Sobre su
de tantas disputas despreciables que cesarán de peligrosa palabra cometéis los delitos mas atro­
alterar la tranquilidad de los estados, cuando ces y mas probados, en la idea de agradar á la
se deje de darlas una importancia ridicula. divinidad-
Jamás, dice Pastal, se hace el mal tan
completamente, y con tanta alegría como cuan-
8*
167
166 afligido jamás la tierra. La teología ha derra­
do se ejecuta, por un falso principio de con­
mado la sangre de nuestros hermanos duran­
ciencia. Nada mas peligroso que una religión
te siglos enteros por sofismas tan impertinen­
que suelta la brida á la ferocidad del pueblo,
tes como ridículos. ¿ Que debe importar á Dios,
y que justifica á su parecer los mas negros de­
ni á los hombres que Jesús sea Homousios,ó
litos : ningunos limites pone á su malignidad
Homoyousios, que su madre sea Teothocos, ó
cuando la cree autorizada por su Dios, cuyos Jesuthocos, que ecsista ó no la Trinidad, y
intereses se les dice pueden hacer legítimas to­ que el Espíritu proceda, ó no proceda ? ¿ Era
das sus acciones. ¿ Trátese de la religión ? al
preciso por estas sutilezas aborrecerse , perse­
momento todos los pueblos mas civilizados se
guirse , atormentarse y degollarse reciprocamen­
transforman en verdaderos salvages, y se creen
te ? ¿ era preciso ensangrentarse con tanta in­
autorizados para todo. Cuanto mas crueles se
humanidad solo por comprehender quimeras
muestran, mas piensan que agradan á Dios,
incomprensibles? Arrójense los teólogos de la
cuya causa se imaginan no puede aun sostener­
sociedad y el universo todo quedará tranqui­
se con todo el ardor que se merece. lo, alómenos en materia de religión ; admíta­
Todas las religiones del mundo han auto­ seles, déseles autoridad, y al instante la tierra
rizado maldades innumerables. Losjudios alu­
se verá inundada de sangre.
cinados por las promesas de su Dios se han ar­ Los hombres no son ya bastante desgracia­
rogado el derecho de esterminar naciones en­ dos que les haya de servir de aumento á sus
teras. Fundados en los oráculos de su Dios, miserias humanas, una religión que debería
lo’s Romanos, como verdaderos salteadores de contribuir solo á hacerles mas llevaderas , ali­
caminos han conquistado y asolado el mun­ viarlas ó minorarlas. Las horriblés calamida­
do. Los Arabes, alentados por su divino pro­
des que la religión cristiana ha sembrado en
feta han llevado el fuego y la desolación a tantos siglos los países donde ha tenido la des­
las naciones cristianas é idólatras. Los cristia­ gracia de llegar esta devoradora secta afligen
nos bajo el pretesto de estender su religión san­ y hacen derramar lágrimas; los horrores in­
ta han cubierto de sangre cien veces uno y otro fernales que su viperina sana ha hecho come­
hemisferio. ter en los reynos de Inglaterra, Irlanda y Es­
La teología replicona ha sido en todos tiem­ cocia, en los estados de Francia y Alemania des­
pos la mas ominosa y detestable plaga que ha
168 169
garran las entrañas de tolo hombre sensible- las prostituciones, las infamias, etc., y por
Debe despreciarse el corazón de hierro que no poco que -estas cosas contribuyan á favor de
se transporte en un encono implacable cuan­ la religión, se concluye con decir, que Dios
do recuerde y considere las turbulencias reli­ se vale de toda suerte de medios para llegar
giosas que produjeron escenas las mas espan­ á los fines que se ha propuesto. ¿ Hay algo mas
tosas en la desgraciada época eu que se vid na­ capaz de aniquilar toda idea de moral en el
cer á este imbécil y demasiado cobarde Rey espíritu de los hombres, que hacerles enten­
Carlos 1? de Inglaterra , y á este estrangero der, que su Dios tan poderoso y -perfecto se
Cromwel medio loco , medio héroe, medio fa- ve obligado muchas veces á valerse del crimen
na'tico, medio bribón , medio político y me­ para cumplir sus designios.
dio bárbaro ; en aquella época se encendieroij| f Cuando nos quejamos de los furores y males
las abrasadoras antorchas que redugeron áce­ que la religión ha producido tantas veces
niza ciula les enteras; se aguzaron las cortan­ sobre la tierra, se nos dice al instante, que
tes espadas que cubrieron las campiñas de ca­ estos escesos no son debidos á la religión, si­
dáveres, de inocentes víctimas ¡ó que teatro no que son las tristes consecuencias de las pa­
de horror 1 ¡ Ah desgraciados y miserables bri­ siones de los hombres. Preguntaré sin embar­
tánicos! ¿Cual fué la principal causa de vues­ go ¿ quien ha desencadenado estas .pasiones?
tros furores? ¿ Asi os degollasteis tan desapia­ Evidentemente la religión ; el celo de ella es
dadamente solo por saber si era necesario un quien hace al hombre inhumano, y sirve pa­
sobrepelliz, ó uno sotana, por un cowenan, ra cubrir las mayores infamias. ¿No prueban,
por ceremonias cuando no ridiculas enteramen­ pues', estos desórdenes que la religión , en lu­
te inútiles ? gar de contener las pasiones de los hombres,
En todos los acontecimientos favorables á solo las cubre de un manto que los santifica,
sus propios intereses, que llaman siempre Ia y que nada seria tan útil, como arrancarlas
causa de Dios, los sacerdotes nos muestran el este sagrado manto, de que se hace continua­
dedo de Dios. Según estos principios los de­ mente un uso tan terrible? ¡Que horrores se
votos tienen la felicidad de ver el dedo de Dios desterrarían de la sociedad , si se quitase á los
en las rebeliones, las revoluciones, las matan­ malos un pretesto tan plausible de turbarla !
zas, los regicidios, los delitos de toda clase, Los sacerdotes en lugar de hacer que se
170 17 i
mantuviese la paz entre los hombres, todo al una verdadera tolerancia sobre la tierra ; por
contrario, fueron unas furias que encendieron todas partes se adora á un Dios celoso, del que
la tea de la discordia. Dieron por escusa su cada nación se cree la amiga favorecida con
conciencia, y pretendieron haber recibido del esclusion de todas las demas.
cielo el derecho de ser pendencieros, turbu­ ¡ Perseguidores infames y vosotros devotos
lentos y rebeldes. ¿No se creen ultrajados los antropófagos! ¿ no conoceréis jamás la locu­
ministros del Señor, y dicen que lo está la ra y la injusticia de vuestro humor intoleran­
magestad divina siempre que los soberanos tie­ te? ¿no veis que el hombre no es arbitro de
nen la temeridad de querer impedirles que ha­ sus opiniones religiosas, de su credulidad, o
gan mal? Los sacerdotes se parecen á aquella incredulidad , como no lo es del idioma que
muger caprichosa, que gritaba : fuego , que mef aprende desde la infancia , y que no puede
matan, al asesino, cuando su marido la conte­ mudar? Decir á un hombre que piense como
nia las manos para impedir que le arañase. vos, ¿ no es lo mismo que pretender que un
A pesar de las sangrientas tragedias que la estrangero se esplique en nuestro idioma como
religión ha causado continuamente en este mun­ nosotros mismos? ¿Castigar á un hombre por
do , no se cesa de repetirnos, que no puede sus errores, no es castigarle por haber sido edu­
haber moral sin religión. Si se juzgase de las cado de distinto modo que vosotros? Si soy
opiniones teológicas por sus efectos, se tendría incrédulo ¿me es imposible desterrar de mi
con fundamento derecho para decir que toda imaginación las razones que han hecho titu­
moral es totalmente incompatible, con las opi­ bear mi fé. Si vuestro Dios deja á los hom­
niones religiosas de los hombres. bres en libertad de condenarse ¿ que se os im­
No hay devoto que, según su tempera­ porta á vosotros ? ¿ Sois por ventura mas pru­
mento , no ahorresca , desprecie, y que ten­ dentes y mas sabios que este Dios, cuyos dere­
ga la mas leve compasión á los adherentes á chos queréis vengar?
una secta diversa de la suya. La religión do­ Todo hombre que tiene la intrepidez de
minante (que es siempre la del soberano y anunciar verdades al mundo, está seguro de
la de los ejércitos) hace regularmente conocer atraerse el odio de los ministros de la reli­
su superioridad del modo mas cruel, é inju­ gión ; estos invocan á grito herido á las potes­
rioso á las sectas mas de'biles. Aun no ecsiste tades á su socorro; tienen necesidad delaec-
172 175
sistencia de los reyes, para sostener sus argu­ perjudicial á la Sociedad. El hombre falto de
mentos y sus Dioses: Estos clamores demues­ luces jamas goza de su razón ; el hombre fal­
tran demasiado la debilidad de su causa. to de razón y de luces, es un salvage que
Cuando alguno pide socorroes prueba que puede á cada instante ser arrastrado al crimen.
está en peligro. No es permitido errar en ma­ La moral ó la ciencia de los deberes solo se
teria de religión ; sobre cualquier otro objeto adquiere con el estudio del hombre y de sus
pueden los hombres equivocarse impunemen­ relaciones; el que no reflecciona por sí mis­
te, se tiene compasión de los que se alucinan, mo no conoce la verdadera moral y camina
y se pone buen semblante á los que descu­ con paso poco seguro por el camino de la vir­
bren verdades nuevas; pero cuando la teolo­ tud. Cuanto menos raciocinan los hombres mas
gía se juzga interesada, sea en los errores, ó perversos son. Los salvages, los príncipes,los
descubrimientos, se entiende un santo celo; grandes, las gentes de la hez del pueblo son
los soberanos esterminan los pueblos, entran por lo común los mas malos de los hombres,
en frenesí, y las naciones están alerta, y en con­ porque son los que menos piensan.
moción, sin saber porque. Decís ¡ó doctores! que la presunción es la
; Pueblos crédulos! en vuestros infortunios que solamente forma atheos : ensenadles pues
redoblad vuestras oraciones, ofrendas, y sa­ que cosa es vuestro Dios; instruidles de su cien -
crificios, circundad vuestros templos, inmolad eia, hablad de un modo inteligible , decid co­
víctimas sin fin , ayunad con el cilicio y la sas razonables, y que no sean contradictorias,
ceniza, regaos con vuestras propias lágrimas, á imposibles. Si no podéis satisfacerles, si nin­
acabad sobre todo de arruinarnos por enrique­ guno de vosotros ha podido hasta al presente
cer vuestros Dioses, mo haréis mas que enri­ demostrar la ecsistencia de Dios, de un mo­
quecer á sus sacerdotes, los dioses del cielo do claro y convincente, si según vuestra con­
solo os serán propicios cuando los dioses de la fesión misma su esencia está tan oculta para
tierra reconozcan que son hombres como vo­ Vosotros como para el resto de los mortales,
sotros, y cuando dediquen á vuestro bien estar perdonad á los que no pueden admitir lo que
los cuidados que deben. no pueden entender ni conciliar; no tratéis
Si la ignorancia es útil á los sacerdotes, y de presuntuosos ó vanos á los que tienen la
a los opresores del género humano, es muy sinceridad de confesar su ignorancia ; no acu-
174 175
seis de locura á los que están en la imposibi­ querer reformar los abusos consagrados por la
lidad de creer contradicciones; y avergonzaos religión: lo mas común es que la autoridad
alguna vez de conmover el odio de los pue­ soberana se ve obligada á ceder delante de la
blos, y el furor de los soberanos contra hom­ autoridad divina, es decir, delante del interes
bres, que no piensan como vosotros sobre un i del clero. Jamas se encoleriza Dios tanto como
ser de que vosotros mismos no teneis idea al­ cuando se toca á los derechos divinos, los pri­
guna. ;Hay cosa mas estravagante y temera­ vilegios , las posesiones, ó las ejecuciones del
ria que raciocinar sobre un objeto que se reco­ sacerdocio.
noce imposible de concebir ? rq Pueblos á las armas! ¡Se trata de la cau-
¡ Sacerdotes! dejad vuestras quimeras, vues­ «sa de vuestro Dios! ¡el cielo está ultrajado !
tros dogmas ininteligibles, vuestras disputas «¡la fe en peligro! ¡A la impiedad! ¡A la
despreciables; desterrad á las regiones imagi­ «blasfemia! ¡ A la heregia!» Con el mágico
narias estas fantasmas que solo podían ser úti­ poder de estas formidables palabras de las que
les en la infancia de las naciones. Tomad al los pueblos jamás comprendieron cosa alguna,
fin el tono de la razón. En lugar de tocar la los sacerdotes fueron siempre los arbitros de
campana déla persecución contra vuestros con­ sublevarlos pueblos, destronar los reyes, en­
trarios, en lugar de entretener á los pueblos cender las guerras civiles y sembrar la discor­
con disputas insensatas ; en lugar de predicar dia entre los hombres- Cuando por casualidad
las virtudes inútiles y fanáticas, predicadles se ecsaminan los importantes objetos que han
una moral humana y sociable ; predicadnos escitado la cólera celeste, y producido tanta
virtudes realmente útiles al mundo; haceos devastación sobre la tierra , se halla que los
apóstoles de la razón, luz de las naciones, de­ desvarios lóeos , y las caprichosas conjeturas de
fensores de la libertad , reformadores de los abu­ algún teólogo que no se entendía él mismo, ó
sos , amigos de la verdad; y nosotros os ben­ las pretensiones del clero han roto todos los
deciremos, os honraremos, os estimaremos, y vínculos de la sociedad , y bailado al ge'nero-
todo os asegurara un eterno imperio sobre el co­ humano en su sangre y en sus lágrimas.
razón de vuestros conciudadanos.
Nada es mas peligroso para un príncipe
que poner la mano en el incensario, es decir,
176
177 '
cia , de su poder y de su bondad, se desmin­
SI SE HACE A DIOS ADMIRABLE POR tiese, se le podria sospechar de no ecsistir, ó
sus obras buenas , se hace aborrecible por acusarle á lo menos de inconstancia, de falta
las malas. de poder, de previsión de sabiduría en el pri­
mer orden de cosas ; se tendrá derecho para
Itrios es el autor de todo : sin embargo se
acusarle de haber mirado con indiferencia la
nos asegura que el mal no viene de Dios. ¿De elección de los agentes y de los instrumentos
dónde viene pues i De los hombres. Pero ¿quién que ha hecho, prepara y pone en acción. En
ha hecho los hombres ? Dios: luego es de Dios, fin si el orden de la naturaleza probase el po­
de quien viene el mal. Si no hubiese hecho der y la inteligencia , el desorden debería pro­
les hombres tales como son , el mal moral ó bar la debilidad , la inconstancia , y la falta di
el pecado no ecsistiria en el mundo. A Dios, razón de la divinidad.
pues, es menester atribuir la causa de que el Si Dios es infinito, es hecho para el hom­
hombre sea tan perverso. Si el hombre tiene bre mucho menos que el hombre para las hor­
el poder de hacer mal ú ofender á Dios, es pre­ migas .¿Las hormigas de un jardín hablarían opor­
ciso convenir que Dios quiere ser ofendido, que tunamente sobre el jardinero si se ocupasen
Dios que ha creado el hombre , ha resuelto que en sus intenciones , sus deseos, y sus proyec­
el mal se haga por el h ombre ; sin esto el hom­ tos ? ¿ Habrían ellas hablado con razón , si pre­
bre seria un efecto contrario á las causas de tendiesen que el Parque de Versalles no ha si­
quien tiene su ser. do plantado sino por ellas y que la bondad de un
Suponiendo a Dios por autor y motor de monarca suntuoso, no ha tenido otro objeto
la naturaleza , no habría ningún desorden con mas que alojarlas suntuosamente? Pero según
respecto á él : todas las causas que hubiese he- la teología, el hombre es con respecto á Dios
cuo ¿ no obrarían precisamente según las pro­ mucho menos de lo que el insecto mas vil es
piedades , las esencias y las impulsiones que con respecto al hombre : asi de. acuerdo con la
les hubiese dado ? Si Dios cambiase el curso teología misma, ella que no se ocupa de otra
de las cosas, no seria invariable. Si el orden cosa°sino de los atributos y miras de la divi­
del universo en que se cree ser la prueba mas nidad, es la mas completa de las locuras.
convincente de su ecsistencia , de su intiligen- Se pretende que en la creación del univer­
178 179
so Dios no ha tenido otro fiu que hacer al no son mas felices que los esclavos á quienes
hombre feliz; pero en un mundo hecho á pro­ oprimen ?
pósito para él y gobernado por un Dios todo Se cree justificar á la providencia diciendo
poderoso, ¿el hombre es en efecto bien feliz? que en este mundo hay mayor número de bie­
¿sus goces son durables? ¿sus placeres no es- nes que de males para cada uno de los indi­
tan mezclados de penas ? ¿ hay muchos que es- viduos de la especie humana. Suponiendo que
ten contentos con su suerte? ¿el género huma­ los bienes de que esta Providencia nos hace
no no es continuamente víctima de males fí­ gozar son como ciento^ y que los males son co­
sicos y morales? ¿ Esta máquina humana que mo diez, ¿ no resultará siempre que contra
se nos muestra como una obra perfecta de la cien grados de bondad , la providencia posee
industria del Criador no tiene mil modos de diez de malignidad , lo que es incompatible
descomponerse ? ¿ nos admiraríamos de la ha­ con la perfección que se le supone ?
bilidad de un maquinista que nos hiciese ver Todos los libros están llenos de elogies en
una maquina complicada, pronta á pararse á estremo aduladores de la providencia cuyos
cada momento , y que acabaría al fin de algún cuidados atentos se alaban ; parecería que para
tiempo por hacerse pedazos ella misma. vivir feliz en el mundo el hombre no tendría
Se llama Providencia el generoso cuidado necesidad de hacer nada por su parte. Sin em­
que la divinidad manifiesta proveyendo á las bargo , sin un afan continuo, y trabajo, el
necesidades , y velando por la felicidad de sus hombre ápenas subsistiria un dia. Para vivir
ariaturas queridas: pero cuando se abren los le veo obligado á sudar, labrar la tierra, ca»
ojos, se ve que Dios no provee á nada. b3 zar, pescar y trabajar sin descanso: sin estas
Providencia se descuida sobre la mayor parte causas segundas, la causa primera no acudiría
de los habitantes de este mundo : contra un á akuna
O de sus necesidades. Si tiendo la vis-
muy pequeño numero de hombres á quienes ta sobre todas las partes de la tierra , veo al
se supone felices ; ¡ que multitud tau conside­ hombre salvage , y al civilizado en una lucha
rable gime en la opresión y vive en la mise­ continua con la Providencia: esta en la nece­
ria ! ¿ no se ven obligadas naciones enteras á sidad de precaver los golpes que le ocasiona
quitarse el pan de la boca por contribuir á las por los huracanes, las tempestades, las hela­
estravaganeias de algunos ceñudos tiranos , que das, las piedras y granizos, las inundaciones»
180
181
las sequías , y los accidentes diversos que han
ciones, se apresuraban diariamente á llevarle
hecho siempre inútiles todos sus trabajos. En
provisiones y regalos. El santo hombre no ce­
una palabra, veo la raza humana continuamen­
saba de dar gracias á Dios por los beneficios
te ocupada en preservarse de los chascos , y mo­
de que le colmaba : ce¡ O Alá !, decía, tu ter-
risquetas de esta providencia que se dice estar
rtnura es inefable para tus servidores, ¿Qué
ocupada en el cuidado de su felicidad.
«he hecho yo para merecer los favores con
Vemos por ventura que la providencia di­
«que tu liberalidad me consuela ? ¡ O monar-
vina se manifieste de un modo bien sensible
«ca de los cielos ! ¡ O padre de la naturaleza!
en la conservación de las obras admirables que
«¡que alabanza podrán celebrar dignamente
se la hace el honor de atribuirla ? Si es la que
«tu munificencia, y tus cuidados paternales!
gobierna el mundo , ¿ cómo tan presto la halla­
•t ¡ O Alá ! ¡ que grandes son tus bondades pa-
mos ocupada en destruir como en edificar, en
«ra con los hijos de los hombres! n Lleno de
esterminar, como en producir ? ¿ no hace pues
reconocimiento nuestro- solitario hizo voto de
perecer á cada momento millares de estos mis­
emprender por la séptima vez el peregrinage
mos hombres á cuya conservación y bien estar
á la Meca. La guerra que entonces subsistía
se le supone siempre tan atenta ? A cada pa­
entre los Persas y Turcos, no pudo hacerle di­
so pierde de vista á su criatura querida : unas
latar la ejecución de su poderosa empresa.
veces arruina su habitación , otras destruye
Lleno de confianza en Dios se puso en cami­
sus sembrados; ya inunda sus campos , ya los
no bajo la salvaguardia inviolable de un hábi­
asóla con una sequía abrasadora ; arma Ja na­
to respetado ; pero atravesó sin obstáculo los
turaleza entera contra el hombre; arma al
destacamentos enemigos , lejos de ser molesta­
hombre mismo contra su propia especie ; y
do recibía á cada paso señales de veneración y
acaba generalmente por hacerle espirar en me­
respeto de los soldados de ambos partidos. Al
dio de los dolores- ¿Es pues , esto lo que se lla­
fin agoviado de cansando, obligado á buscar
ma conservar el universo ?
un asilo contra los rayos ardientes del Sol, en­
A poca distancia de Bagdad, un Dervis, cuéntrase bajo la fresca sombra de un crecido
conocido por su santidad , pasaba sus dias tran­
número de palmeros, cuyas raices regaba un
quilos en una soledad agradable. Los habitan­
cristallino arroyo : en este lugar solitario , don­
tes de las cercanías por tener parte en sus ora •
de la paz no era turbada , sino por el susurro
9
185 4
de las aguas y el cántico de las aves, el hom­ ros dias antes se había dado en aquel parage;
bre de Dios, halló no solo un retiro maravi­ las águilas, los buitres, los cuervos, y los lo­
lloso, sino también un banquete dichosísimo: bos devoraban á porfía los cuerpos muertos
no tenia mas que alargar la mano para cojer •le que la tierra estaba cubierta : esta vista su­
los dátiles, y otras frutas agradables : el arro­ mergió á nuestro peregrino en un abatimien­
yo le suministraba con que apaciguar la sed: to sombrío :el cielo por un favor especial le
luego un verde césped le convida á tomar un había concedido la ciencia de entender el len­
dulce reposo: cuando dispertó, hizo la ablu­ guaje de los animales : oyó á un lobo repléto
ción sagrada , y en una enagenacion de alegría de carne humana, que en el esceso de su ale­
esclamó : ¡ O Alá 1 ¡ que grandes son tus bon­ gría esclamaba : ce ¡ O Alá I ¡ que grandes son
dades para los hijos de los hombres ! Bien re­ rrtus bondades para los hijos de los lobos ?
pleto, refrescado, lleno de vigor, y alegría, •'Tu sabiduría eterna que todo lo provee tie-
nuestro santo siguió su camino; este le con­ tne cuidado de enviar desvarios y locuras á
dujo algún tiempo al través de una placente­ •restos hombres detestables tan peligrosos pa-
ra comarca que ofrecía á su vista costas flo­ *ra nosotros. Para un efecto de tu providen­
ridas, esmaltados prados, y árboles cargados cia que vela sobre tus criaturas queridas, es-
de frutos. Enternecido con este espectáculo, no * tos destructores de nuestra especie se degüe­
cesaba de adorar la mano pródiga y liberal da llan unos á otros , y nos suministran un es­
la providencia, que por todas partes se mues­ pléndido y abundante banquete. ¡ Alá ! ¡ que
tra ocupada en hacer' la felicidad del género Agrandes son tus bondades para los hijos de
humano. Alejándose un poco mas halla algunas * los lobos.«
montanas encrespadas y difíciles de atravesar, Decís que la ecsistencia sola es un gran be­
pero una vez llegado á su cumbre, un espec­ neficio. ¿ Pero esta ecsistencia no está continua­
táculo horroroso se presenta de repente á sil mente turbada por los disgustos , los temores,
vista: su alma se consterna, descubre una vas­ 1’8 enfermedades regularmente crueles y poco
ta llanura continuamente asolada por el yerro Merecidas ? ¿ Esta ecsistencia amenazada por
y el fuego, la recorre c.on su vista , y la ve hutas partes , no puede sernos arrebatada á
cubierta de mas de cien mil cadáveres, restos ^da momento ? ¿ Quién es aquel que después
deplorables de una sangrienta batalla , que po • haber vivido algún tiempo no se ha visto
185
184 tu mas sosegado halla en e'l bienes y males. Yo
privado de una esposa tierna, de un hijo que­
ecsisto diréis ¿ Pero es siempre un bien esta
rido, y de un aingo que le consolaba, cuyas
ecsistencia? ce Mirad nos diréis este Sol que
pérdidas vienen sin cesar á asaltar su imagi­
"nos alumbra, esta tierra que para nosotros
nación ? Muy pocos mortales hay que no se
"se cubre de espigas y de verdor; estas flo-
hayan visto forzados á beber en la copa del
>"res que se abren para deleytar nuestra vis­
infortunio ; muy pocos que no hayan desea­
ita , y recrear nuestro olfato ; estos árboles
do muchas veces dejar de ecsistir- En íin r.o
"que se doblan con el peso de sus frutos de­
ha dependido de nosotros el ecsistir, ó no.
liciosos: estas aguas puras que corren para
Tendría pues un pájaro grandes obligaciones
"apaciguar nuestra sed : estos mares que abra­
al cazador por haberle cogido en su red , V
ízan el universo para facilitar nuestro comer-
haberle puesto en una jaula á fin de alimen­
icio: estos animales que una natura’eza pro­
tarse con e'l, después de haberse divertido.
ávida reproduce para nuestro uso. n Si, veo
Se nos repite continuamente que debemos
todas estas cosas, y gozo de ellas cuando pue­
un reconocimiento infinito á la providencia,
do. Pero en muchos climas este Sol tan bri­
por los beneficios sin fin que tiene á bien dis­
llante y hermoso está casi siempre cubierto
pensarnos. Se nos alaba sobre todo la felici­
para mí: en otros su escesivo calor me ator­
dad de ecsistir. Pero ¡ Ah ! ¿ cuántos mortales
menta, produce tempestades, enfermedades hor­
hay que estén satisfechos verdaderamente de
ribles , y deseca los campos ; los prados es­
su modo de ecsistir ? Si la vida nos ofrece pla­
tán sin verdura, los árboles sin frutos, las
ceres ¿ de cuantas amarguras y disgustos están
»rieses se abrasan y los arroyos se secan; no
mesclados ? ¿ Comunmente no basta una sola
Puedo subsistir sin mucho trabajo, y me la­
pesadumbre dolorosa para agriar de un golpe
mento entonces de las crueldades de una na­
la vida mas tranquila y feliz? ¿Hay mucho«
turaleza que vosotros halláis ser siempre tan
hombres, que si la cosa dependiese de ellos,
bienhechora. Si éstos mares me traen especies,
quisiesen volver á empezar la carrera penosa,
riquezas y bagatelas inútiles, ¿ no destruyen á
en que les ha puesto el destino, sin su con­
miles los mortales demasiado estúpidos para ir­
sentimiento ?
las á buscar ?
Una imaginación alucinada no ve en el uní'
'iodo lo que pasa en el mundo nos pruc-
verso sino los beneficios del cielo : un espió'
186 187
ba del modo mas claro que no es gobernado procedimiento la justicia y la bondad de un ser,
por un ser inteligente: Solo podemos jusgar cuya idea parece consoladora á tantos desgra­
de la inteligencia de un ser por la conformi­ ciados ? Es sin duda forzoso que estos infeli­
dad de los medios que emplea para llegar al ces tengan la cabeza trastornada por sus in­
fin que se propone: el obgeto de Dios es, se fortunios , pues olvidan que su Dios es el ár­
dice, la felicidad de nuestra especie-, sin em­ bitro de las cosas y el único móvil de los acon­
bargo una misma necesidad arregla la suerte tecimientos de este mundo ; en este caso , ¿no
de todos los seres sensibles que nacen para era á e'l á quien deberían quejarse de los ma­
padecer mucho, gozar poco, y morir. La vida les de que querían consolarse entre sus bra­
del hombre está llena de alegria y de pesares; zos ? Padre desgraciado ; tu te consuelas en el
por todas partes el bien se halla al lado del seno de la providencia, de la pérdida de un
mal; el orden es reemplazado por el desórden; hijo querido, ó de una esposa que hacia tu
la generación es seguida de la destrucción. Si felicidad ¡Ah! ¿no ves que tu Dios los ha
decís , que los designios de Dios son misterios, muerto ? Tú Dios te ha hecho miserable , y
y que sus vías son imposibles de conocer, res­ quieres que él te consuele de los fatales' gol­
pondere' que en este caso me es imposible juz­ pes que te ha causado.
gar si Dios es inteligente. Los conocimientos fanta'sticos , ó sobrena­
El mal físico pasa comunmente como con­ turales de la teología , han llegado realmente
tagio del pecado. Las calamidades , las enfer­ á trastornar en el espíritu humano las ideas
medades , las hambres , las guerras, y los tor­ inas sencillas , mas claras , y mas naturales,
mentos son los medios de que Dios se vale pa­ de suerte que los devotos, incapaces de acu­
ra castigar á los hombres perversos. Asi no sar á su Dios de malicia, se acostumbran a mi­
se hace dificultoso atribuir estos males á la se­ rar los mas fatales golpes de la suerte como
veridad de un Dios bueno y justo. Sin embar­ prueba indubitable de la bondad celeste. Se
go , ¿ no vemos caer indistintamente estos cas­ hallan en una aflicción , se les manda creer que
tigos sobre los buenos como sobre los malos, Dios los ama, que los visita, que se acuerda
sobre los impíos, como sobre los devotos, so­ de ellos , y que los quiere esperimentar. Asi
bre los inocentes como sobre los culpables ? la religión ha llegado á cambiar el mal en
¿Como se nos quiere hacar admirar en este bien. Un profano decía con mucha razón : si el
188 I89
Dios bueno trata asi á los que ama, le suplico secuentes , creéis de buena fe que el hiten Dios
encarecidamente que no se acuerde de mi. os envía la peste, que el buen Dios os trae la
Es forzoso que los hombres hayan toma­ guerra , que el buen Dios es la causa del ham­
do las nociones mas siniestras y crueles de su bre : én una palabra que el buen Dios^ sin de­
Dios, que dicen tan bueno, para llegar á per­ jar de ser bueno, tiene la bondad y el dere­
suadirse que las calamidades mas horrorosas, cho de haceros los mayores males que se pue­
y las aflicciones mas acerbas son las señales den esperimentar; cesad alómenos de llamar
de su favor. Un genio malhechor, un demo­ bueno ó vuestro Dios cuando os hace mal; no
nio , seria mas ingenioso para atormentar á sus digáis entonces que es justo, decid que es el
enemigos que lo es algunas veces el Dios de mas fuerte , y que os- es imposible precaver
bondad, tan continuamente ocupado en hacer los golpes que su capricho' os descarga.
esperimentar sus rigores á sus mas queridos Dios, se dice , no nos castiga sino para
amigos. nuestro mayor bien. Pero, ¿que bien efectivo
¿Por donde podrémos juzgar de las per­ puede resultar á un pueblo fie ser estermina-
fecciones divinas, si la obra mas esquisita que do por la peste , pasados á cuchillo sus habi­
ha hecho la divinidad es imperfecta ¿ Una tantes por las guerras , corrompido por los
obra, cuyo autor está tan poco contento de ejemplos de sus señores perversos, oprimido sin
ella , puede hacernos admirar la habilidad del cesar bajo el cetro de hierro de una serie de
artífice ? El hombre físico está sujeto á mil tiranos inhumnnadosaniquilado por los gol­
enfermedades , á males sin número , á la muer­ pes de un perverso gobierno, que muchas ve­
te , el hombre moral está lleno de defectos., y ces durante siglos hace esperimentar á las na­
sin embargo se matan por decirnos que es la ciones sus mas destructores efectos ? Loj ojos de
mas bella obra de del mas perfecto de todos la fe deben ser estraños, si por medio de ellos
os seres. , se ven ventajas en las miserias mas horribles
En el seno mismo de las mayores calami­ y deudoras, y en los vicios y locuras de que
dades por una sinceridad ridicula, ornas bien nuestra especie se ve cruelmente afligida.
por una contradicción sensible en los térmi­ La idea de un Dios terrible, á quien se
nos , vemos devotos que esclaman que el buen pinta como un déspota ha debido necesaria­
Dios es el amo. Asi pues, habladores incon­ mente hacer perversos á sus súbditos. El te-
9*
190 191
mor solo produce esclavos, y los esclavos son
viles bajos, crueles, y creen serles todo lícito ORIGEN Y VERDADERAS CAUSAS DE
cuando se trata, ó de ganar la sociedad del se­
la indigencia , y calamidades públicas.
ñor á quien tiemblan , ó de sustrarse á sus cas­
tigos. Los juicios de Dios solo amedrentan á al­
gún devoto timorato , que por su temperamen­ Jjos príncipes negligentes , ambiciosos y per­
to , ó costumbre no es inclinado al mal. versos son las verdaderas causas de las cala­
Se supone que Dios ha separado sus cria­ midades públicas, las guerras inútiles,injustas,
turas en clases diferentes, en las cuales cada y reiteradas despueblan la tierra, los gobiernos
una goza del grado de felicidad de que son avaros y despóticos aniquilan para los hom­
susceptibles. Según este arreglo fabuloso to­ bres los beneficios de la naturaleza , la rapa­
dos los seres gozan de un bien estar que les cidad de las cortes desalienta la agricultura,
es propio. La esperiencia contradice formalmen­ aniquílala industria , produce las escaseses, el
te este sublime desvario ; en el mundo en que contagio y la miseria. El cielo no es cruel, ni
estamos vemos á todos los seres que sienten favorable á los votos de los pueblos; lo son
sufrir y vivir siempre en medio de los peligros; sus gefes orgullosos, que poseen regularmente
el hombre no puede dar un paso sin herir, un corazón de bronce.
atormentar y aniquilar una multitud de seres Nada mas común en la historia que ver
sensibles que se encuentran bajo sus pies, mien­ tiranos religiosos, nada mas raro que hallar
tras- que el mismo á cada paso está espuesto príncipes equitativos, vigilantes ó ilustrados.
á una muchedumbre de males previstos, ó im­ Un monarca puede ser piadoso, ecsacto en
previstos , que pueden conducirle en un mo­ cumplir servilmente los deberes de su religión,
mento á su destrucción ; ¿ la sola idea de la muy sumiso á sus sacerdotes, liberal a su vis­
muerte no basta para turbarle en medio de ta ; y hallarse al mismo tiempo desprovisto de
los placeres mas vivos? Durante el curso de todas las virtudes necesarias para gobernar.
su vida está espuesto á trabajos, un instante La religión para los príncipes no es mas que
no está seguro de conservar su ecsistencia, á un instrumento destinado a tener mas sujetos los
laque se le ve tan fuertemente adherido,y que pueblos bajo de su yugo.
mira como el mayor don de la divinidad. La religión lejos de ser un freno á los so-
192 193
beranos, les lia puesto en estado de entregar­ ten para esclavizarlos mejor; la tiranía ha sido y
se .sin temor y sin remordimiento á estravios será siempre el verdadero origen de las calamida­
tan funestos para ellos mismos, como paralas des habituales de los pueblos, y de la depra-
naciones que ellos gobiernan. Jamás se en­ hacion de costumbres : los pueblos alucinados
gaña impunemente á los hombres. Decid aun casi siempre por sus pinturas metafísicas , en
príncipe que el es un Dios; al punto creerá lugar de fijar la vista sobre las causas natura­
que á nadie debe cosa alguna. Con tal que se les y visibles de sus miserias , atribuyen sus
le tema, se cuydará poco de que se le ame, vicios á la complecsion de su naturaleza, y sus
no conocerá reglas, ni relaciones, con sus va­ desgracias á la colera de los Dioses : hacen vo­
sallos , ni deberes con respecto á ellos. Decid tos al cielo , sacrificios y presentes para obte­
á un príncipe, que á nadie debe dar cuenta ner el fin de sus infortunios, que no son de­
de sus acciones sino á Dios, y bien pronto bidos en realidad sino á la á pereza, á la igno­
obrará como si no tuviese que darla á na­ rancia , á la perversidad de sus guias, á la
die. locura de sus instituciones, á sus usos faltos
Haber sido el hombre tratado siempre oo- de razón, á sus opiniones falsas, á sus leyes
m» un esclavo, privado de la civilización é ilus­ hechas con poco ecsamen , y sobre todo á la
tración , guiado ciegamente por las miras tor­ falta de luces. Ocúpense los entendimientos con
cidas de sus sacerdotes que supieron hacerse ideas verdaderas; cultívese la razón de los
árbitros de las voluntades de los príncipes; he hombres; gobiérnelos la justicia, y no habrá
aqui les verdaderos manantiales de la corrup­ necesidad de oponer la razón á la débil bar­
ción de costumbres, á los cuales la religión rera del temor de los Dioses. Los hombres
no opuso jamas sino diques arbitrarios y nu­ serán buenos cuando esten bien instruidos y
los; la ignorancia y la esclavitud se han coligado gobernados : castigados ó despreciados por el
para hacer á los hombres perversos, y desgracia­ mal , y recompensados justamente por el bien
dos : solamente la ciencia , la razón y la liber­ que hicieren á sus conciudadanos.
tad hubieran podido corregirles y hacerles mas Cegados los hombres desde la infancia por
felices, pero muy al contrario todo conspira á ej error , retenidos por los vínculos invisibles
confirmarlos y cargarles en sus errores; los Sa­ de la opinión , amedrentados con terrores pá­
cerdotes los engañan , y los tiranos los pervier­ nicos , entorpecidos en el seno de la ignoran-
195
194
cía, ¿ cómo han de conocer los pueblos las Se matan por decirnos que sin un Dios no
verdaderas causas de sus desgracias ? ¡ Ah! Es puede haber obligación moral, que es necesa-
preciso que reconoscan que en nombre de es­ sario á los hombres y á los soberanos mismos
tos Dioses se les ordena que presenten el cue­ un legislador ■ demasiado poderoso para obli­
llo al cuchillo de sus tiranos implacables, en los garlos. La obligación moral supone una ley;
cuales hallarían la causa visible de los males pero esta nace de las relaciones eternas y pre­
de que se lamentan, y por los que no cesan cisas que las cosas tienen entre si , relaciones
de implorar inútilmente la asistencia del cielo. que nada tienen de común con la ecsisteneia de
¡Soberanos 1 en lugar de tomar parte en las un Dios. Las reglas de conducta de los hombres
insensatas camorras de vuestros sacerdotes, en provienen de su propia naturaleza que están
lugar de apoyar locamente sus impenetrantes al alcance de. conocer, y no de la naturaleza
disputas, en lugar de pretender someter todos divina deque no tienen idea alguna ; estas re­
vuestros vasallos á opiniones uniformes , ocu­ glas nos obligan , es decir , que nos hacemos
paos solamente en hacer su felicidad en este dignos de estimación o desprecio, amables ó
mundo , y no os toméis pena alguna por la aborrecibles, dignos de recompensa ó castigo,
suerte que los espera en otro : gobernadlos equi­ felices ó desgraciados, según nos conformamos
tativamente , dadles buenas leyes, respetad su á estas reglas ó nos estravíamos de ellas. La
libertad y sus propiedades, velad sobre su edu - ley que obliga al hombre a no dañarse á si
cacion , animadles en sus labores, recompen­ propio, está fundada sobre la naturaleza de
sad sus talentos y virtudes, reprimid la diso- un ser sensible que, de cualquier modo que
solucion , y no os ocupéis sobre su modo de haya venido á este mundo, ó cualquiera que
pensar acerca objetos inútiles para ellos y para pueda ser su suerte en otro futuro, está pre­
vosotros ; entonces no tendréis necesidad de fic­ cisado por su actual esencia á buscar el placer
ciones para haceros obedecer sere'is las únicas y temer el dolor. La ley que obliga al hombre
guias de vuestros súbditos, sus ideas serán á dañar á los otros y hacerlos bien, está fun­
uniformes sobre los sentimientos de amor y res­ dada sobre la naturaleza de los seres sensibles
peto que os debera'n. Las fábulas teológicas so­ que viven en sociedad, los que que por su
lo son útiles á los tiranos que desconocen el esencia son forzados á despreciar á aquellos
arte de reinar sobre los seres razonables. que no les hacen algún bien , y a dester ■
196 197
rar á dos que se oponen á su felicidad. nes religiosas de los hombres, solo influyen so­
Antes de la ley no hay delito. Nada liras bre su conducta cuando las jusgan conformes
falso que esta ma'csima. Basta que el hombre á sus intereses. Nada prueba esta verdad de
sea lo que es, ó que sea un ser sensible pa­ Un modo mas convincente como la conducta
ra distinguir lo que le agrada ó lo que le de­ de un gran número de príncipes con respecto
sagrada. Basta que un hombre sepa que otro al poder espiritual, al cual se les ve resistir
hombre es un ser sensible como él para que muy á menudo. Un soberano, persuadido de
no pueda ignorar lo que es útil ó dañoso. Basta la importancia de los derechos de la religión
que el hombre tenga necesidad de su semejan­ ¿ no debería creerse obligado en conciencia á
te para que sepa , que debe temer escitar en recibir con respeto las drdenes de sus sacerdo­
otro los sentimientos contrarios a' los suyos pro­ tes, y mirarlas como dimanadas de la misma
pios. Asi el ser que siente y piensa no tiene nece­ divinidad? Hubo un tiempo en que los reyes
sidad mas que de pensar y sentir, para descu­ y los pueblos mas consecuentes , y convencidos
brir lo que debé hacer para si y para los otios: de los derechos del poder espiritual, se hacían
siento, y otro siente como yo ; he aquí el fun­ sus esclavos , cedían siempre á él, y solo eran
damento de toda moral. instrumentos dóciles en sus manos: este feliz
Los soberanos de este mundo; asociándo­ tiempo ya no ecsiste ; por una estrada incon­
se la divinidad al gobierno de sus estados, te­ secuencia se ve algunas veces á los rnas devo­
niéndose por sus tenientes ó representantes en tos monarcas oponerse á los atentados de aque­
la tierra y reconociendo que de ella han reci­ llos á quienes por otra parte miran como mi­
bido su poder, han debido con precisión te­ nistros de Dios. Un soberano bien penetrado
ner por rivales ó por superiores á sus minis­ de la religión ó del respeto para con su Dios,
tros. ¿ Es pues estrado que á cada paso los sa­ debería estar sin cesar arrodillado delante de
cerdotes hayau hecho conocer á los reyes la su­ sus sacerdotes, y mirarlos como sus verdade­
perioridad del monarca celeste? ¿No han he­ ros soberanos. ¿Hay algún poder sobre la tier­
cho conocer á los príncipes temporales mas de ra que tenga derecho para compararse con el
una vez que el mayor poder se ve forzado á de Dios?
ceder al poder espiritual de la opinión ? ¿ Los príncipes que se creen interesados en,
Las especulaciones metfisicas , ó las opinio­ hacer eternas las preocupaciones de sus vasallos,
198 199
han reflecsionado bien los efectos que han pro­ se disgustan del mundo cuando este se ha dis­
ducido , y aun pueden producir los gefes de gustado de ellos: una muger solo se vuelve a
facción privilegiados, que tienen el derecho de Dios cuando el mundo la desecha. Su vani­
hablar cuando se les antoja , y de inflamar en dad halla en la devoción un destino que la
nombre del cielo las pasiones de muchos mi­ ocupa , y la indemniza de la ruina de sus atrac­
llones de hombres. tivos. Las prácticas minuciosas la ocupan el
¡ Que destrucciones causarían estos sagra­ tiempo, las cabalas, las intrigas, las decla­
dos charlatanes si estuviesen de acuerdo para maciones, la murmuración , el celo la sumi­
turbar un estado como lo han hecho muchas nistran modo de lucirlo, y hacerse tener en
veces! Nada hay mas ruinoso ni gravoso para consideración en el partido devoto.
el mayor número de las naciones como el cul­ Si los devotos tienen el talento necesario para
to de sus Dioses. En todas ellas, sus ministros agradar áDiosyá sus sacerdotes, rara vez le tienen
no salamente constituyen el primer rango del ¡ ara ser útiles á la sociedad y agradarla La reli­
estado , sino que también disfrutan la mayor gión, para un devoto, es un velo que cubre y jus­
parte de los bienes de la sociedad , y tienen tifica todas sus pasiones, su orgullo, su mal
derecho para imponer contribuciones continuas humor, su cólera, su venganza, su impacien­
á sus conciudadanos. Estos órganos del todo cia, y sus resentimientos. La religión se arro­
poderoso, ¿que' ventajas efectivas procuran á ga una tiránica superioridad que aleja del co­
los pueblos en cambio de los mismos prove­ mercio délos hombres la dulzura, la indulgen­
chos que ellos sacan ? ¿ Por sus riquezas y sus cia y la alegría ; da derecho paracensusar á los
beneficios les dan otra cosa que misterios, hi­ otros, reprender y asesinar á los profanos, to­
pótesis, ceremonias , cuestiones sutiles, y pen­ do por la mayor gloria de Dios y bien del pró-
dencias interminables que los estados se ven j imo. Es muy común ser devoto y carecer al
forzados á pagar con su sangre á cada paso. mismo tiempo de las virtudes, ó cualidades
Según el dicho mismo de los mas celosos necesarias para la vida social.
defensores de la religión y de su utilidad , na­ La religión, tristemente ocupada con sus
da es tan raro como las conversiones since­ ombrios delirios, nos presenta al hombre co­
ras, á lo que se podria añadir, nada mas in­ mo un peregrino sobre la tierra : conviene en
fructuoso para la sociedad. Los hombres solo que para caminar con mas seguridad se debe
200
201
hacer rancho aparte, renunciar á los atracti­
completamente dotados para no hacer cosa al­
vos que encuentre , y privarse de las diversio­
guna ? En lugar de ocuparlos en contemplacio­
nes que podrían consolarle de las fatigas y fas­
nes estériles, súplicas maquinales, prácticas
tidio del viaje. Una filosofía estoica y melan­
pueriles, en lugar de debilitarlos y oprimir­
cólica nos da algunas veces consejos tan poco
los con ayunos y austeridades, ¿ porque no se
sensatos como la religión. Pero una filosofía
escita en ellos una emulación saludable que
mas razonable nos invita á sembrar flores so­
los indusca á buscar medios de servir con uti­
bre el camino de la vida, á alejar la melan­
lidad al mundo, para el cual sus votos fata­
colía y terrores pánicos, á unirnos con interes
les les obligan á morir ? En lugar de llenar
á nuestros compañeros de,viaje, á distraernos
las cabezas de sus jóvenes discípulos de fá­
con la alegría y los placeres honestos de las
bulas , dogmas estériles , y nimiedades, ¿por­
penas y reveses á que nos hallamos espuestos
que no se obliga, ó se invita á los sacerdotes
continuamente : nos hace conocer que para ca­
á enseñarlos cosas verdaderas y hacer de ello®
minar con alegría debemos abstenernos de lo
ciudadanos útiles para su patria ? Del modo con
que pueda sernos dañoso, y huir con gran cuy-
que se educa á los hombres, solo son útiles
. dado de todo lo que pueda hacernos odiosos
ó al clero que los embrutece , ó á los tiranos que
á nuestros compañeros de viaje.
los saquean.
Que recursos para la utilidad pública, pa­
ra alentar los progresos de las ciencias, el'ade-
Dedúcese de todo claramente que la reli­
lantamiento de los conocimientos, y para la gión es el arte de ocupar las imaginaciones
educación de la juventud , no permitiría á los de los hombres en puerilidades y ridicule­
soberanos benéficos tantos monasterios que en ces absurdas fundadas, sobre un ser imagina­
un gran número de países devoran á las na­ rio que es absolutamente imposible de con­
ciones sin fruto alguno para ellas, Pero la su­ cebir : Que la religioin no ha producido efec­
perstición , celosa de su imperio esclusivo pa­ to alguno equitativo para el bien de los pue­
rece haber querido producir solo seres inúti­ blos , y que en lugar de contener á los hom­
les. ¿ Que partido no se podría sacar de una
bres Jes deja campo abierto para según sus
multitud tan considerable de cenobitas de am­
bos secsos, que vemos en tantos parages tan
miras é intereses, perturbar la sociedad.
FIN.
INDICE.

Fóleos.

Prefacio. ......................................... I
Del mundo, de Dios, y de los hombres. i
Toda religión es un fantasma imagi­
nario...................................................... IQ
Motivos por los cuales, se ha obligado
á los hombres á adaptar la creduli­
dad religiosa......................................... 19
La teología cristiana hace representar
un papel mny ridículo á la divini­
dad. ... .......
La diversidad de las religiones prueba
la falsedad de todas....................... 36
La religión en los hombres es casual. 45
La caridad de la Teología. ... 51
Origen de las opiniones religiosas. . 58
Sobre el orden de la naturaleza. . . 67
Sobre los misterios y milagros. . . 79
Culpa en Dios si el hombre peca. . . 88
El Jesús de los cristianos no puede ser­
vir de modelo para la divinidad. . 100
Sobre la eternidad....... 109
Los Santos son inútiles yperjuhiciales. 120
La religión no solo es inútil ú los hom-
¿re«, si que es perjudicial. . • • 13o
La religión lejos de servir de freno á
las pasiones délos reyes, les sirve de
pábulo para oprimir sus pueblos. . 143
yanidad y orgullo del Sacerdocio. . 154 •
De la intolerancia. ...... IÓ5
Si se hace á Dios admirable por sus
obras buenas, se hace aborrecible por
las malas.............................................. I 7^
Origen y verdaderas causas de la in­
digencia^ y calamidades públicas. 1&9

‘ / -i

También podría gustarte