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El documento discute los problemas asociados con la producción intensiva de carne y cultivos como el maíz, incluyendo prácticas engañosas, explotación de trabajadores, uso de antibióticos y mutaciones de bacterias como E. coli que pueden causar enfermedades. También analiza cómo los bajos precios de alimentos procesados contribuyen a la obesidad y cómo la industria alimentaria altera los alimentos para influir en nuestros hábitos alimenticios. Finalmente, contrasta estas prácticas con métodos
El documento discute los problemas asociados con la producción intensiva de carne y cultivos como el maíz, incluyendo prácticas engañosas, explotación de trabajadores, uso de antibióticos y mutaciones de bacterias como E. coli que pueden causar enfermedades. También analiza cómo los bajos precios de alimentos procesados contribuyen a la obesidad y cómo la industria alimentaria altera los alimentos para influir en nuestros hábitos alimenticios. Finalmente, contrasta estas prácticas con métodos
El documento discute los problemas asociados con la producción intensiva de carne y cultivos como el maíz, incluyendo prácticas engañosas, explotación de trabajadores, uso de antibióticos y mutaciones de bacterias como E. coli que pueden causar enfermedades. También analiza cómo los bajos precios de alimentos procesados contribuyen a la obesidad y cómo la industria alimentaria altera los alimentos para influir en nuestros hábitos alimenticios. Finalmente, contrasta estas prácticas con métodos
El consumismo ha llevado a la producción de carne de manera
intensiva, a menudo con prácticas engañosas y perjudiciales. Las etiquetas "de granja", "natural" y "orgánico" a veces son falsas, ya que muchas empresas no crían animales en granjas pequeñas, sino en producción intensiva. Esto conlleva problemas como la falta de respeto a los animales, el uso de antibióticos y la explotación de trabajadores indocumentados.
Además, en la industria del cultivo de maíz, se explota ampliamente
debido a su uso en alimentos, bebidas, medicamentos y alimentación animal. Las vacas pueden albergar E. coli, que puede mutar y causar problemas si llega a la cadena alimentaria. Esta situación es preocupante para la salud y el bienestar de las personas.
En Seattle, un niño de dos años lamentablemente falleció debido a una
hamburguesa contaminada de comida rápida. A pesar de esto, la empresa no retiró los productos ni ofreció disculpas. Es sorprendente que puedas comprar una hamburguesa doble de queso en McDonald's por solo 99 centavos, mientras que no puedes comprar una pieza de brócoli por ese mismo precio. Esto se debe a que la mala alimentación es más económica, en gran parte debido a las subvenciones y regulaciones relacionadas con la agricultura.
La comida barata y de alto contenido calórico proviene de materias
primas como el trigo, el maíz y la soja, cuyos precios son bajos. Esto contribuye a problemas de obesidad, siendo un indicador relevante el nivel de ingresos. Históricamente, luchamos por obtener suficientes calorías, pero ahora nos enfrentamos al exceso de ellas. La industria argumenta que la obesidad es un problema de responsabilidad personal, pero también están alterando los alimentos, lo que influye en nuestra evolución.
Nuestra tendencia natural es buscar sabores como la sal, la grasa y el
azúcar, que eran escasos en la naturaleza. Sin embargo, en la actualidad, el azúcar y otros productos están disponibles en exceso, lo que nos lleva a consumir cantidades dañinas. Esta dieta rica en jarabe de maíz de alta fructosa y carbohidratos refinados provoca aumentos bruscos en los niveles de insulina, lo que debilita nuestro sistema de metabolización del azúcar.
En contraste, los agricultores autónomos mantienen la viabilidad de
su producción al permitir que las vacas se alimenten de pasto, manteniendo un ciclo natural y saludable.
Este granjero cría aves al aire libre, pero el Departamento de
Agricultura considera que sus instalaciones no son higiénicas y ha tratado de cerrar su granja. El granjero permitió que tomaran muestras de su cultivo y las analizaran en un laboratorio. Los resultados mostraron que su producto tenía una contaminación microbiana de 133 por millón, en comparación con un promedio de 3600 en los productos de tiendas, a pesar de que los de la tienda habían sido tratados con 40 baños de cloro, mientras que los del granjero no habían estado en contacto con cloro.