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REFLEXIONEMOS SOBRE LA CAPACITACIÓN PARA EL CAMBIO DE PRÁCTICAS SALUDABLES

CLAVE

Andrés Morán Tello

ANTECEDENTES:
1. La capacitación para el cambio de prácticas en salud es difícil. Por ello pocas personas se lavan
bien las manos en los momentos apropiados, incluyendo al personal de los servicios de salud,
como lo muestran diversos estudios. La mayor parte de iniciativas para el cambio de prácticas
fracasa. Seguimos usando mal el cinturón de seguridad, por ejemplo. Seguimos pasándonos la
luz roja del semáforo, seguimos fumando, seguimos consumiendo comida chatarra, en la
pandemia reciente de COVID-19 fue muy difícil que guardáramos el distanciamiento social en los
mercados, en los paraderos, en los bancos o en las fiestas. Seguimos manejando automóviles o
buses habiendo tomado licor. Seguimos sin adherirnos a los esquemas de tratamiento de muchas
enfermedades; si tenemos tuberculosis o SIDA no nos adherimos al tratamiento, seguimos
cuidándonos mal en caso de tener diabetes o hipertensión arterial. La anemia por deficiencia de
hierro sigue con una prevalencia muy elevada entre los niños menores de 3 años, pues su familia
no se adhiere a la suplementación con hierro. Somos cada día más una sociedad sedentaria, con
poca actividad física. seguimos comiendo alimentos altos en grasas, azúcar y sal. En los países
pobres existe una prevalencia creciente de diabetes tipo 2 en población joven (menor de 40
años), lo cual es alarmante. Esto se debería a malos hábitos de alimentación, como el exagerado
consumo de bebidas azucaradas.

2. Algunas veces las personas cambian por miedo. Miedo a una mala nota, miedo a contagiarse,
miedo al qué dirán. No siempre tenemos que basarnos en el miedo para intentar ayudar a
cambiar; porque no siempre funciona. Por ejemplo, quién no tendría miedo a morir por cáncer
de esófago, de pulmón, de vejiga. ¿Entonces por qué cada día más jóvenes, más mujeres se
inician en el tabaquismo? “La gente es ignorante”, podrían decir algunos. ¿Entonces, los
profesionales de la salud no son profesionales?, ¿no han estudiado?, ¿son ignorantes y por eso
fuman, como todos? ¿Por qué muchos profesionales de la salud fuman? ¿SE PODRÁ COMBATIR
ESTO CON MÁS CHARLAS, MÁS CONOCIMIENTOS? Ya sabemos lo que se recuerda de una charla.
Algunos dicen bien: no se cambia por la razón; se cambia por la emoción. Para cambiar debemos
querer cambiar. La capacitación para el cambio tiene que lograr que nos enamoremos del
cambio. Tiene que lograr mostrarnos, demostrarnos los beneficios de cambiar. Tiene que
mostrarnos cómo cambiar y tiene que incrementar nuestra convicción, nuestra confianza, en
nuestra capacidad de cambiar. Una simple charla no es suficiente para cambiar.

3. El cerebro no aprende muchas cosas a la vez. Quizá por eso no aprendemos a hacer bien buenos
procesos de capacitación para el cambio de prácticas. Entonces, si nosotros, estudiantes
universitarios, maestros, médicos, no aprendemos muchas cosas al mismo tiempo, ¿por qué
queremos que, en pocos días, en pocas horas, el público objetivo aprenda muchas cosas?, ¿por
qué llenamos nuestra capacitación con muchos contenidos?: Para cambiar, para lograr el cambio,
MENOS ES MÁS. Recordemos esto. ¿Qué implicancias tiene esto?, ¿qué tenemos que hacer los
capacitadores, los facilitadores del cambio?, ¿cómo tiene que ser nuestra capacitación en cuanto
a los contenidos?

4. En nuestra intervención educativa comunitaria, debemos privilegiar actividades con poca


sofisticación. No se trata de usar mucha tecnología de Internet, sino solo la más fácil de usar y
que promueva la interactividad. Es obvio que necesitamos usarla bien. Algunos llenamos nuestra
capacitación con el uso de muchos softwares, queremos lucirnos con el uso de varios medios
tecnológicos sin tener en cuenta si el público objetivo lo podrá entender bien. Llenamos nuestras
presentaciones con mucho texto, con muchas imágenes y no reparamos que en poco tiempo no
todo el público se concentrará en la parte de la presentación que nos interesa que se concentren.
Nuestras presentaciones tienen que ser bonitas, atractivas, pero sobrias: tienen que atraer y no
dispersar la atención. Si tienes que mirar mucho texto y muchas imágenes a la vez, no podrás ver
bien. Lo mismo le pasará al público objetivo de tu intervención educativa.
¿CÓMO HACER UNA CAPACITACIÓN PARA EL CAMBIO DE PRÁCTICAS?
Es posible que haya muchas buenas maneras. Nosotros vamos a centrarnos en pocos aspectos que
pensamos que pueden ser útiles. Toda BUENA capacitación para el CAMBIO DE PRÁCTICAS saludables
CLAVE debería:

1. Centrarse en una práctica clave. Práctica, comportamiento o conducta saludable clave. No


conocimiento, no temas. Abordemos solo el conocimiento ESENCIAL para el cambio. No más
charlas; sino más experiencias de aprendizaje en las que la teoría y la práctica vayan juntas y
busquen influir en, cambiar, modificar el desempeño de las personas.

2. Empezar con un PROBLEMA. Fumar puede no ser un problema, sino un gran placer para aquel
que fuma. Quizá comer demasiada mayonesa puede no ser un problema; sino otro gran placer,
propio del “pensamiento gordo”. Si inicias la capacitación presentando un problema relacionado
con la práctica clave que quieres lograr, quizás empiece a cuestionar o a interesar más al público;
así se puede interesar mucho más en la capacitación. Si desde el inicio de la capacitación el
público empieza a reflexionar sobre el problema, su aprendizaje puede ser más profundo.
REPETIMOS: Toda sesión de capacitación para el cambio debe empezar con un problema y
promover la activa reflexión de los participantes sobre dicho problema.

3. Toda capacitación, toda sesión, para el cambio de prácticas, tiene que tener un componente de
PRÁCTICA, de acción, de hacer. Por favor, recordemos la pirámide del aprendizaje, que nos dice
en qué casos se aprende más, con qué experiencias de aprendizaje se aprende más.

4. Para hacer práctica durante la capacitación, ésta se tiene que hacer en pequeños grupos. En una
charla se puede decir una gran cantidad de cosas en poco tiempo. Eso no es lo que interesa. Una
charla no cambia nada; cuatro charlas, tampoco. Toda buena capacitación para el cambio de
comportamientos debe invertir el tiempo sobre todo en la práctica hecha por los participantes.
En la práctica que sigue a una demostración. Las sesiones de 45 minutos pueden servir de muy
poco para el cambio. Sin práctica no hay aprendizaje. Una capacitación sin práctica no transforma
nada. Una práctica sin reflexión puede servir de muy poco, casi de nada también.

5. Una buena capacitación para el cambio de prácticas debe destinar un tiempo importante (no
como algunos están pensando de 3 a 5 minutos), para REFLEXIONAR SOBRE LO APRENDIDO,
sobre su posible utilidad, sobre su importancia, sobre las dificultades que se tendrán para
ponerla en práctica, y cómo superarlas. Una buena metacognición nos ayudará a llegar a la meta.
Una buena capacitación tiene que fortalecer en el participante su confianza en que ES CAPAZ DE
CAMBIAR, que es capaz de poner en práctica lo que ha aprendido. ¿Cómo fortalecer la confianza
del participante en su capacidad?: haciendo que durante la capacitación tenga progresos reales
en su desempeño y se haga consciente de dicho progreso, cuando vea que avanza. Tenemos que
diseñar la capacitación con ese propósito.

6. La retroalimentación es fundamental para el cambio. Sin retroalimentación bien hecha y


oportuna la probabilidad del cambio es pequeña. La evaluación sin retroalimentación no es nada.

7. En esencia, cada sesión para el cambio de práctica debe tener o estar basada en principios de:

APRENDIZAJE INVERTIDO
TAXONOMÍA DE BLOOM
LA PIRÁMIDE DEL APRENDIZAJE
EL ENFOQUE PROBLEMATIZADOR DE LA CAPACITACIÓN.
EL CICLO DEL APRENDIZAJE EXPERIENCIAL
RETROALIMENTACIÓN Y AUTOEFICACIA

REPETIMOS: Toda sesión de aprendizaje para el cambio de prácticas debe tener gran parte de
estos componentes o fundamentos.
¿QUÉ QUEREMOS DECIR AL AFIRMAR QUE TODA SESIÓN EDUCATIVA PARA EL
CAMBIO TIENE QUE TENER PRÁCTICA?

Tomemos como ejemplo una sesión para el LAVADO DE MANOS:

Supongamos que tenemos 20 niños: Los 20 tienen que practicar. Practicar bien. Supongamos que formamos
4 grupos de 5 integrantes. Cada grupo debe practicar, para lo cual cada pequeño grupo debe tener un co-
facilitador. En cada grupo CADA PARTICIPANTE DEBE PRACTICAR. Cuando un participante realiza la práctica,
el resto de su grupo lo tiene que ESTAR OBSERVANDO CON ATENCIÓN. Las instrucciones tienen que estar
muy claras, para que cada participante tenga la posibilidad de hacerlo correctamente y para que el resto se
pueda dar cuenta si lo ha hecho bien. Después que termina este participante, tiene que recibir
retroalimentación, no solo del facilitador del grupo, sino también de todos los integrantes del grupo, de sus
compañeros. Tiene que haber diálogo entre los participantes y tienen que llegar a una conclusión. Vayamos
calculando el tiempo. ¿Qué pasa si un participante no lo ha hecho bien, si no se ha lavado bien las manos?,
¿qué tenemos que hacer?: El participante tiene que VOLVER A PRACTICAR. Calculemos así, para todos los
integrantes del grupo, el tiempo. Después del trabajo de grupos, se tiene que regresar para la plenaria a
tratar sobre lo que hemos aprendido en cada grupo, sobre su posible utilidad y también a dialogar sobre si
podremos poner en práctica esta conducta clave en nuestras casas; sobre las consecuencias de no practicarla
en casa. Tenemos que dialogar sobre como vencer las posibles trabas para ponerla en práctica.

Pareciera que en los grupos de trabajo no hemos estado reparando en estos detalles. Algunos grupos siguen
pensando en sesiones de 45 minutos, piensan tratar un tema diferente en cada sesión, piensan hacer algunas
sesiones de teoría y quizá en alguna otra algo de práctica; siguen programando los cierres de la sesión con
una duración de 3 a 5 minutos.

Tenemos que hacer una capacitación que FUNCIONE, que sea efectiva, que tenga impacto en el cambio del
comportamiento clave. Tenemos que hacer una capacitación EFECTIVA para el cambio de prácticas clave.
¿Cómo se cambia una práctica clave?: Con una capacitación colmada de MUCHA PRÁCTICA y menos
palabras, salvo para reflexionar. Obviamente que la práctica tiene que acompañarse de reflexión, de
evaluación sobre su posible utilidad: se tiene que producir la transferencia del aprendizaje: el aprendizaje
tiene que transformar la realidad conocida.

Centremos nuestra intervención en una PRÁCTICA SALUDABLE CLAVE. HAGAMOS QUE CADA SESIÓN
EMPIECE CON UN PROBLEMA Y QUE TENGA POCOS MENSAJES Y MUCHA PRÁCTICA. HAGAMOS QUE LOS
PARTICIPANTES REFLEXIONEN SOBRE LA IMPORTANCIA DE APLICAR LO APRENDIDO. Después de la sesión
educativa, los participantes tienen que seguir PRACTICANDO EN SU DOMICILIO. Es obvio que antes, durante
y después de la sesión, los participantes tienen que recibir RETROALIMENTACIÓN OPORTUNA.

¡ESTOY SEGURO QUE SI HACEMOS ASÍ, TENDREMOS MUCHO ÉXITO!

Los docentes pensamos, creemos y estamos seguros que los estudiantes son capaces. Si quieren,
lograrán el impacto. Lo importante es querer. Querer de verdad. Eso nos lleva a prepararnos
bien. Lo cierto, a pesar de todo, es que no siempre logramos que todos quieran querer.
Confiamos en la mayoría: en la fuerza de aquellos que han venido para aprender.

¿Cuáles son tus reflexiones como estudiante del curso de EAESU?, ¿qué estás pensando ahora
sobre la intervención educativa comunitaria de tu grupo? ¿Crees que lograrán algún impacto?,
¿crees que son capaces? ¿Cómo podrías mejorar el impacto de vuestra intervención para el
cambio de la práctica saludable clave que tu grupo ha decidido trabajar?

Perú, otoño 2023

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